Juventud Claretiana de Centroamérica. Triduo al Corazón de María 2012.

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Introducción

Saludos jóvenes claretianos. Nos alegra

acercarnos a ustedes para proponerles un tiempo de reflexión, oración y celebración

comunitaria en torno a la fiesta del Corazón de María: el mejor modelo de escucha, acogida y entrega

a la Palabra de Dios. No se nos puede pasar por alto esta celebración, definitivamente que no. Pues en el Corazón de María encontramos además el ambiente para que, en el fuego del Espíritu, cada uno de nosotros(as) y de nuestras comunidades vayamos tomando la forma de Jesús, vayamos configurando nuestras vidas como saetas que serán enviadas a la misión. El Corazón de María se convierte en el taller de nuestra Fragua misionera. El Padre trabajará nuestro hierro en las llamas del Espíritu para hacernos como Jesús en el taller que nos ofrece el Corazón de la Madre. En esta celebración tendremos presente a San Antonio María Claret, para que su testimonio nos ayude a acercarnos con amor y compromiso a María de Nazaret; aprendiendo de él a encontrar en la Madre de Jesús un corazón que arde en caridad y que nos acoge a todos para encendernos en el amor de Dios. Nos ayudará preguntarnos en estos días previos a la fiesta del Corazón de María. ¿Cómo hacer experiencia de este Corazón materno que nos impulsa a ser misioneros como Jesús? ¿Qué tenemos que aprender de la Madre de Jesús para ser dóciles al fuego del amor de Dios así como lo fue ella? ¿Cómo actualizar esta experiencia mariana de Claret entre los jóvenes de hoy? Sobre todo es caminar en comunidad junto con María para acercarnos más a Jesús y hacer sus mismas opciones, para ser signos del Reino de Dios en medio de nuestro tiempo. Hemos considerado que la cordialidad puede ser un valor que nos ayude a celebrar y compartir en comunidad esta fiesta claretiana, porque nos remite directamente al corazón como centro de la vida y nos permite confrontar esas acciones cotidianas que nos marcan como personas y como comunidades juveniles desde la óptica del servicio, la ternura y el amor. 3D hace referencia a tres días, que podrán ser un triduo o tres encuentros semanales. Les presentamos algunos contenidos y algunos esquemas que esperamos les sean de utilidad, los cuales de seguro serán enriquecidos con su creatividad, pues tienen que ser adaptados a las realidades de cada posición misionera. Desde el Teologado Claretiano de Centroamérica, un abrazo cordial y nuestro compromiso de seguir apostando y apoyando la tarea misionera de los jóvenes y desde los jóvenes.

Juventud Claretiana de Centroamérica. Triduo al Corazón de María 2012.

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Oración diaria

Acción de gracias por el Corazón

de María

Te damos gracias, Padre santo, porque diste a la Virgen María un corazón sabio y

dócil, dispuesto siempre a agradarte, un corazón nuevo y humilde,

para grabar en él la ley de la nueva Alianza; un corazón sencillo y limpio,

que la hizo digna de concebir virginalmente a tu Hijo y la capacitó para contemplarte eternamente;

un corazón firme y dispuesto para soportar con fortaleza la espada de dolor, y esperar, llena de fe, la resurrección de tu Hijo.

Danos un corazón sabio y dócil, nuevo y humilde, sencillo y limpio, firme y dispuesto,

para que la imitemos y cooperemos con mayor fidelidad a tu obra de salvación.

Amén.

ENTREGA FILIAL Y APOSTÓLICA (canto)

Nos entregamos a tu amor materno

para que encarnes a Jesús en nuestras vidas

y nos formes en tu seno misioneros,

renovando nuestras fuerzas cada día,

y nos formes en tu seno misioneros,

corazón inmaculado de María.

MADRE FÓRMANOS EN TU CORAZÓN,

MADRE ENVÍANOS,

MADRE HABLA POR NOSOTROS,

AMA POR NOSOTROS.

Enséñanos a escuchar la Palabra

y a guardarla como tu en el corazón,

para ser tierra fecunda y cultivada

que da fruto cada año al sembrador,

para ser tierra fecunda y cultivada,

trigo limpio y evangelio vivo de Dios.

Estamos hoy por entero en tus manos,

para ser los instrumentos de tu amor,

como fiel prolongación desde tus brazos

en la obra que te asocia al Redentor,

como fiel prolongación desde tus brazos

operando en el plan de salvación.

CORAZÓN DE MADRE (canto) Tendré para con Dios, corazón de hijo para conmigo mismo corazón de juez y para con el prójimo, corazón de madre. HIJO DE MARÍA (canto) Definición del Misionero de San Antonio Mª Claret

Ser un hijo de María es arder en caridad abrasar por donde pasa llevando a la gente la paz. Apostar por la alegría sin dejar de trabajar, procurando el bien de todos, nada le hace echarse atrás. EL EVANGELIO ES SU VIDA, LA VIDA UN CONTÍNUO LUCHAR, /TESTIGO DEL AMOR DE CRISTO, PROFETA EN SU CAMINAR/ (2) Ser un hijo de María, es optar por los demás, abrazando la esperanza de ver un mundo mejor. Es llevar a Cristo vivo en nuestro corazón, anunciando humildemente su mensaje de amor.

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Preparación Una hora antes del encuentro

*Este esquema requiere preparación y oración previa de parte de quienes animen los encuentros. Será conveniente organizar un equipo que lleve adelante la celebración diaria. *Organizar las sillas en un círculo y en el centro preparar un espacio en el cual colocar una Biblia, una luz, una imagen de María y un corazón roto (hecho en cartulina). Tener preparada una “curita” (banda adhesiva para heridas) para el momento de oración. *Tener un lector(a) para el cuento y otro para el texto bíblico. *Escribir en letras grandes ¿CÓMO ESTÁ TU CORAZÓN? Tener en el lugar del encuentro dos afiches: uno con la frase del anexo 1 sobre María y otro con la frase de Claret del anexo 2 (se pueden adornar con imágenes del Corazón de María y de Claret) *Conviene iniciar con una dinámica

Oración 10 minutos

-Iniciar con un canto mariano (Ejemplo: Ser un Hijo de María) -Luego se enciende la luz que debe estar en el centro del grupo. -Se procede a leer el texto de Lc 2,41-52 (hacer énfasis en el versículo 51) -Se hace un momento de silencio -Una voz nos pregunta: ¿Cómo está mi corazón? ¿Cómo está nuestro corazón? -Después de un momento de silencio uno del grupo pone una “curita” sobre la herida del corazón puesto en el centro del grupo. Repitiendo la frase: “El amor del Padre nos hace hijos con un corazón abierto a la felicidad y al servicio”. -Cerramos con un canto.

Mirar nuestro corazón 15 minutos

1. Iniciamos con la lectura “Como el pájaro, como el pez... ¡Así el corazón!” del anexo 3. -Comentamos el texto para responder cómo está nuestro hierro: tanto el personal como grupal. No sólo hay que detenerse en algunas heridas, sino también en las alegrías y esperanzas de nuestro corazón; pues todo ese potencial es fundamental para realizar nuestro proceso fragua.

Escuchar la Palabra 20 minutos

2. Luego, hacemos un canto a la Palabra (La Biblia es Palabra de vida u otro) Proclamamos el texto de Lc 6,43-45. Compartimos desde lo que la Palabra nos ilumina. Quien dirige puede ayudarse para animar la reflexión del anexo 4. -¿Qué es ser gente de buen corazón? ¿Qué podemos aprender de María para tener un corazón lleno de amor? Con las respuestas hacemos un listado que quede visible para todos con las características de un corazón que puede iniciar un proceso fragua, es decir, listar todo aquello que puede ayudar a un corazón a ser mejor moldeado hasta convertirse en saeta. Comentar que el fuego del amor de Dios todo lo purifica, que por más que tratemos de tener un corazón “puro”, estamos expuestos a nuestra realidad humana que es frágil, todos tenemos limitaciones, pero que las mismas hay que asumirlas para que sean transformadas en el Taller de la Fragua, que es el Corazón de María.

Del dicho al hecho 10 minutos

3. Se puede intercalar alguna dinámica. Luego recortamos el corazón y lo convertimos en una saeta (será conveniente haberle dibujado por detrás del corazón la forma de saeta o flecha para facilitar el recorte). Recordamos que el hierro que trabajará el Director (Dios Padre) es nuestra propia vida con su historia de luz y sombras. -Luego presentamos dos características de la cordialidad (quizás sea conveniente preguntar qué entendemos por cordialidad; algunas ideas en el anexo 5). La cordialidad es un valor que se irá haciendo parte de nuestra vida en la medida que sea un referente importante de nuestras relaciones. Por eso para finalizar este primer día comprometámonos como comunidad a hacer realidad entre nosotros: acogida sincera del otro u otra y la amabilidad.

Celebrar 5 min

4. Antes de finalizar con oraciones espontáneas introducimos la reflexión claretiana del día, sobre lo que entendía Claret cuando decía tener para con Dios “corazón de Hijo”, del anexo 6.

Buena Noticia: Dios nos hace capaces de vivir con la misma bondad y alegría con las que nos ha creado.

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Anexos 1D

Anexo 1. Cf Lc 2, 51

«María acogía la vida de Jesús en su corazón»

Anexo 2. Frase de Claret

«Tendré para con Dios corazón de hijo,

para conmigo mismo corazón de juez y

para con el prójimo corazón de madre.»

Anexo 3. Lectura para el Mirar nuestro Corazón.

Presentamos a continuación un texto para ayudarnos a ver nuestro corazón. No se nos olvide que en la

espiritualidad claretiana el corazón hace referencia a la persona toda, lo que pudiéramos llamar su esencia,

lo central de cada uno. En esta fábula que vamos a escuchar estamos apuntando a buscar lo central de

cada uno, el hierro que en manos del Director de la Fragua se transformará en la saeta enviada a la misión.

Por eso la importancia de saber cómo está ese hierro, cómo estamos frente a nosotros, los otros y Dios; no

en vanos hay que repetirse hoy ¿Cómo está mi corazón?

Como el pájaro, como el pez... ¡Así el corazón!

¿«Cómo ha amanecido hoy tu corazón, hermano?», preguntaba el indígena al joven de la ciudad que había

llegado hasta la montaña para compartir la vida sencilla y limpia del campesino. Y el «corazón del joven»

no sabía dar respuesta. Así un día y otro día hasta que el joven, al despertar, escuchaba en silencio su

corazón. En los últimos días de su experiencia en la paz y el silencio de la montaña, el joven había

descubierto que tenía corazón; había palpado su corazón; había aprendido a mirar y ver en lo profundo de

su corazón. Al dejar la montaña el joven preguntó al joven indígena: «Hermano mío, ¿cómo ha amanecido

hoy tu corazón?». Y el indígena dándole un abrazo sincero le dijo: «Hoy bien; mañana, no lo sé. Durante

este día que Dios me regala vigilaré mi corazón y lo mantendré despierto, para que cuando llegue la noche

mantenga encendida la luz de la fe y arda ante el Dios del silencio y de lo profundo».

El corazón, amigo, es lo más bello y delicado que habita dentro de ti. Es como la raíz de tu vida. Es como el

manantial de tu río. Si tu corazón está vivo, todo tu ser será luminoso y transparente. Si tu corazón está

dormido, todo tu ser será apagado, indiferente y gris. Si tu corazón está muerto, todo tu ser será como las

hojas de otoño que moja la lluvia y lleva el viento. Si tu corazón es puro, todo tu ser será limpio y

refrescante. Si tu corazón siente y ama, todo tu ser estará dispuesto a la ayuda, al abrazo, al encuentro. Si

tu corazón está lleno de semillas de bien y paz, todo tu ser será una primavera radiante y un verano

cargado de frutos. Si tu corazón está lleno de Dios, todo tu ser será una fiesta continua.

Emilio L. Mazariegos

Anexo 4. Comentario a Lc 6,43-45

Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas”. La

carta del apóstol Santiago sirve de comentario para esta palabra de Jesús: “¿Puede brotar de la misma

fuente agua dulce y agua amarga? ¿Pueda una higuera producir aceitunas o la vid higos? Tampoco el mar

puede dar agua dulce” (Stgo 3,11-12). La persona bien formada en la tradición de la convivencia

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comunitaria hace crecer dentro de sí una buena manera de ser que la lleva a practicar el bien. “Del buen

tesoro de su corazón saca lo bueno”, pero la persona que descuida de sus relaciones consigo, con Dios y los

demás, tendrá dificultad en producir cosas buenas. Porque “del malo saca lo malo, porque de la

abundancia del corazón habla la boca". Respecto del “buen tesoro del corazón” merece la pena decir lo

que dice el libro del Eclesiástico sobre el corazón: “Déjate llevar por lo que te dicta el corazón, porque

nadie te será más fiel que él: el alma de un hombre suele advertir a menudo mejor que siete vigías

apostados sobre una altura. Y por encima de todo ruego al Altísimo, para que dirija tus pasos en la verdad.”

(Ec 37,13-15).

¿Cuál es la calidad de mi corazón?

El discurso de la cordialidad

Hay diversas formas de discurrir, de reflexionar, de interpretar la realidad. La forma normal del discurso -

del logos, dirían los griegos- es racional, intelectual. Utilizamos la lógica, la conexión entre los datos, las

deducciones más adecuadas que de ese conjunto se derivan. El discurso racional nos lleva al debate, a la

búsqueda conjunta de la verdad -tal vez-, a la confrontación, al aprendizaje… El tipo de discurso que se

establece en la campaña electoral entre los partidos es el discurso “racional”. Se trata de que los

ciudadanos sepan elegir “razonablemente” a sus gobernantes o líderes en los próximo años y eviten, se

dirigidos por quienes se piensa “razonablemente” que no lo harán bien.

Hay, sin embargo, otro tipo de discurso que se basa en las razones del corazón: es el discurso de la

cordialidad. Este tipo de discurso no enfrenta aunque las diferencias sean extremas. El logos “cordial” o

“amoroso” tiene la capacidad de “amigar” a los “enemistados”, de aproximar a los antípodas en el ámbito

intelectual o cultural o religioso. El discurso de la cordialidad genera amistad y prepara al ser humano para

la hospitalidad intelectual, que es tan ardua muchas veces.

El discurso de la cordialidad no es a veces muy “lógico”. Crea adhesiones, no por las ideas, sino por

simpatía o empatía, por la seducción de la belleza, porque “el amor es ciego”, porque donde hay amistad

allí se está dispuesto a perder cualquier batalla dialéctica, sabiendo que al final se gana la guerra. El

discurso de la cordialidad cede ante un aparente error, una verdad no tan clara. Sabe habitar las zonas de

claro-oscuro, introducirse en espacios liminales, hurgar en lo curioso, lo inexplorado, lo sorprendente. Ni

siquiera teme equivocarse. El discurso de la cordialidad tiene como impulso el corazón: “a donde el

corazón te lleve”. Ciertamente no es un discurso siempre “lógico”, pero sí es “eco-lógico”. Atiende a la

totalidad. Crea interconexiones. Comprende al fin lo que parecía incomprensible. Su pasión por la verdad

no le lleva a la impaciencia, porque está convencido de que la Verdad se revela a quienes conocen el

alfabeto emotivo, el lenguaje del amor, la seducción de la Gracia.

Jesús -según el cuarto Evangelio- utilizó en su última cena el lenguaje de la cordialidad. Quiso que sus

discípulos asistieran a una gran lección de amor. Los eligió y destinó para que dieran fruto abundante. Pero

les dijo que ese fruto nacería del amor, de permanecer constantemente en el amor. Quien -como el

sarmiento- está injertado en la vid del amor, producirá fruto abundante. Por eso, Jesús les dirigió un

mandato misionero que no tenía tanto que ver con el comunicar verdades o adoctrinar, sino con el

“Ámense”, con el “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Tenía la convicción

de que el mundo creerá en Él cuando descubra la corriente de amor que circula en su comunidad. Esta

lección sirve para cualquier sociedad, grupo, pueblo.

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Que se imponga en la política, en la iglesia, el “lenguaje de la cordialidad”, ese lenguaje que mueve el

corazón y no subleva la mente, que interconexiona y no desconexiona. A ésto nos lleva la doble

celebración del “Corazón de Jesús” y el “Corazón de María”.

Anexo 5. Definición de cordialidad

- Valor de la Cordialidad. Enriquece las relaciones personales. La sonrisa cordial y sincera. Es otra forma de

decirle al otro “estoy contigo”.

(Tomado de http://www.clarethatillo.e12.ve/images/Mensaje_Claret_397.pdf).

Cordialidad: partimos que este valor está vinculado con el corazón, entendiendo el mismo como el lugar

que resume a la persona y su libertad. Es la dimensión contemplativa de toda persona que le permite

asumir la historia, confrontar esta con la Palabra y las promesas, búsqueda de luz en las aparentes

contradicciones, memoria para recordar en las dificultades, en estrecha relación solidaria con las demás

personas. (Tomado de: Espiritualidad Cordimariana de los Misioneros Claretianos,1988.)

Anexo 6. El significado para Claret de tener “Corazón de Hijo” Gonzalo Fernández Sanz, CMF.

Tener para con Dios “corazón de hijo” significa que lo reconocemos como Abbá, que nos identificamos con

los rasgos que Jesús nos manifestó de su Padre y nuestro Padre. Merece la pena trascribir el número 35 de

la declaración del XXIV Capítulo General que describe brevemente lo que significa para nosotros tener un

corazón de hijo: “El nombre acentúa nuestra condición de hijos y hermanos. Nos muestra que somos

personas: amadas por Dios Padre y por María, nuestra madre en el Espíritu; llamadas a participar en la vida

de Dios (cf. Gen 1,26); agraciadas por el Espíritu con los rasgos filiales y fraternos de Jesús: dignidad,

libertad, confianza, alegría, ternura, compasión y solidaridad. Esto nos permite afrontar las dificultades de

nuestra vida personal y comunitaria y las de la misión con esperanza y no como quienes solo confían en sus

fuerzas, métodos o resultados”.