SONORA EN IMÁGENES. PINTOR ENRIQUE RODRÍGUEZ ZAZUETA

*Por Alberto Hijar S.

Cuando la brutalidad yanqui exhibe una vez más su intolerancia ante formas culturales distintas a las del destino manifiesto protestante e imperialista, Enrique Rodríguez expone en el viejo edificio de la Academia de San Carlos treinta dibujos con el título de “Universo Mágico en Sonora”. ¿Qué tienen que ver entre sí ambos sucesos? Lo que los une es el problema de oponer al dominio de ideas, sensaciones y sentimientos propios del universo de Hollywood, los de regiones culturales con sus propios modos de vida. Sobre esta base, las imágenes visuales tienen un poder ideológico y, al fin de cuentas, político. Para nosotros los habitantes de megalópolis, no existe casi la oportunidad de gozar o al menos conocer los signos y símbolos del interior del país, sobre todo los de las etnias ignoradas. En cambio la educación dominante, la televisual y disquera abunda en modelos rápidamente imitados no solo por los jóvenes ignorantes, sino también por los artistas que no ven más allá de la Zona Rosa o Perisur.

El coloniaje yanqui es, pues, problema fundamental para constituir la nación. Por esto nuestra mejor tradición pictórica es un empeño constante y tenaz por proponer una imaginería realmente nacional, es decir, un universo de imágenes que construya una realidad adecuada a la riqueza nacional y, por supuesto, distinta a la miseria de las modas, los gustos y, en fin, las imágenes imperialistas. Dispuestos a la lucha larga y popular, los productores de estas imágenes acaban por triunfar fuera de la espectacularidad de los medios imperialistas, porque no solo se empeñan en producir bellas imágenes en serie, sino también en organizar los recursos de circulación y valoración adecuados a lo que quieren reproducir: la conciencia nacional.

Enrique Rodríguez es un pintor formado en La Esmeralda y avecindado en Hermosillo. Es presidente de la Asociación Sonorense de Artes Plásticas, sección de SOMART en el estado de “Los Caudillos Revolucionarios”, a quienes ya dedico una serie de dibujos expuestos en el Colegio de Sonora, justo en un lugar adecuado para producir el encuentro entre la reflexión histórica y la producción de imágenes. Con la sección sonorense de SOMART, Enrique ha expuesto colectivamente en Mexicali y en Culiacán en lo que va del año y próximamente exhibirá en la sede del barrio de San Ángel de la asociación que agrupa a los artistas sin adjetivos.

La serie de dibujos que expone en la División de Posgrado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, usa la figura de un danzante del venado para mostrar todo lo que la magia de la danza oculta cuando se la reduce a la apariencia pintoresca. La magia es apropiación del universo en sustitución de la tecnología y con resultados eficaces de organización social. Sobre esta base, el universo mágico en Sonora es el modo como los grupos de indígenas explotados de la entidad resisten a su extinción y proponen modos de significación que desbordan sus propios problemas. Enrique consigue mostrar todo esto con un dibujo lineal variado, desde el trazo grueso hasta la más fina gama de grises, generalmente puestos sobre el blanco de la hoja completa del papel que resulta significante de la desolación.

A veces incluye algún sol candente que acentúa lo desértico. El danzante se convierte así en sujeto de un universo donde lo mismo aparece yerto y hasta como pura vestimenta incorpórea, que aparece en actitud ritual. Este carácter es subrayado por la máscara del animal y por las maracas, así se trate de la referencia al universo del trabajo, estos elementos destacan siempre la raíz simbólica del sujeto. De esta manera, la magia de una danza ritual es la síntesis cultural de un modo de apropiarse el mundo, de significarlo, de resistir sus ataques.

La exposición llegó al Distrito Federal gracias a la Casa de la Cultura de Hermosillo que así ejecuta acciones en beneficio no sólo de Sonora sino de la cultura nacional. Durante un tiempo la exposición estuvo en la Casa del Lago y después quedo secuestrada por el Departamento del Distrito Federal cuando cerró Chapultepec sin decir agua va con la complicidad indolente de la UNAM. Es bueno que ahora otra dependencia universitaria, justamente la que representa la enseñanza artística, acoja la exposición en beneficio de estudiantes y profesores que descubren la existencia del dibujo como un modo pertinente de significar sin vanguardismos una situación clave para la conciencia nacional, justo ahora que tanto lo necesitamos.

*Alberto Hijar S.Crítico de Arte, Columna Visiones

Periódico EL Día, México D. F.