Sopa de Pollo Para El Alma de La Pareja

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Lo que la gente dice sobreSopa de pollo para el alma de la pareja..."Todas las parejas deberan leer Sopa de pollo para el alma de la pareja. Se inspirarn, se entretendrn, aprendern a comprenderse mejor y terminarn sintindose ms enamoradas que nunca antes".Marie Osmondanfitriona del programa de televisin Donny & Marie y cofundadora de Children's Miracle Network

"El mundo necesita ms amor, y Sopa de pollo para el alma de la pareja nos ofrece un hermoso panorama de la diferencia que puede producir el amor en nuestras vidas".Deepak Chopra, doctor en medicina autor de The Path ofLove y director educativo de The Chopra Center of Well Being

"En este libro el amor har que su corazn cante. Lo recomiendo enormemente".Susan Jeffers, doctora en filosofa autora de Opening Our Hearts to Men

"Sopa de pollo para el alma de la pareja es la coleccin ms conmovedora de relatos sobre amor, romance y relaciones escrita en muchas dcadas. Elevar el nimo de los lectores de cualquier edad. Ya sea que usted est enamorado o todava tenga que encontrar a ese alguien especial, se sentir transportado a nuevas alturas por las clidas y sensibles experiencias romnticas en estas pginas".Terry M. Walker editor de la revista American Bride"Qu agradable es sentarse a leer algo que en verdad es bueno para uno! Mi esposa y yo sabemos que nuestro matrimonio es para toda la vida y nos sentimos reconfortados al leer sobre otros que piensan igual que nosotros. Gracias por recopilar tantos maravillosos relatos que muestran las altas y las bajas, las tribulaciones y las recompensas del matrimonio. Nuestros tres hijos tambin se los agradecen".John R. Schneidercofundador de Children's Miracle Network actor en Dukes ofHazard

"No olvide llevar un ejemplar de Sopa de pollo para el alma de la pareja para leerlo en su luna de miel o en una escapada romntica. Esta maravillosa coleccin de relatos resulta una excelente lectura para recin casados o para cualquier pareja enamorada".Adam Sandowpresidente de la revista Honeymoon

"Justo cuando pensaba que ya haba escuchado todas las proposiciones y declaraciones de amor ms romnticas, aparece Sopa de pollo para el alma de la pareja. Qu relatos tan estimulantes y genuinos para inspirar el romance y para que apreciemos de verdad a nuestros seres ms queridos!".Cynthia C. Muchnickautora de 101 Ways to Pop the Question y Will You Marry Me? The World's Most Romantic ProposalsSOPA DE POLLO PARA EL ALMADE LA PAREJA

Relatos inspiradores sobre el amor y las relaciones

Jack Canfield Mark Vctor Hansen Mark & Chrissy Donnelly y Barbara De Angelis, doctora en filosofa

OHCIEspaolUn sello de Health Communications, Inc. Deerfield Beach, Floridawww. hcibooks. com www.chickensoup.comDatos de Publicacin son disponible en catalogo a travs de la Biblioteca de CongresoTtulo original: Chicken Soup for the Couple's Soul 1999 John T. Canfield and Hansen and Hansen LLCISBN-13: 978-0-7573-0133-9 ISBN-10: 0-7573-0133-9Traduccin: Maria Mndez DefossTodos los derechos reservados. Impreso en los Estados Unidos de Amrica. Se prohibe la reproduccin total o parcial de esta obra, su almacenamiento en sistemas de recuperacin de datos o la distribucin de sus contenidos por cualquier medio, y sea electrnico, mecnico, visual, sonoro o de cualquier otra ndole, sin la autorizacin de la casa editora.HCI Espaol, sus logos y marcas son marcas registradas de Health Communications, Inc.Editor: HCI EspaolUn sello de Health Communications, Inc. 3201 S.W. 15th Street Deerfield Beach, FL 33442-8190

Ilustracin de la portada por Larissa Hise HenochCada uno de nosotros somos un ngel con una sola ala. Y slo podemos volar abrazndonos el uno al otro.

Luciano de CrescenzoD e nuestros corazones a los de ustedes, dedicamos este libro a todo aquel que ha estado enamorado o espera volverse a enamorar.Contenido

AgradecimientosXIIIComparta con nosotros;XVIIIntroduccinXIX 1.AMOR E INTIMIDAD

Pensando en ti Alicia von Stamwitz2Alguien que me cuida Sharon Wajda7Hambriento de tu amor Hermn y Roma Rosenblat,como se lo narraron a Barbara De A ngelis11Shmily Laura Jeanne Alien16Una historia de amor irlandesa George Target19Malva o vino apagado? T. Suzanne Eller25Una suave caricia Daphna Renn28Qu significa ser amante? Barbara De Angelis31 2.AL ENCUENTRO DEL AMOR VERDADERO

Una prueba de fe Bryan Smith34Mercanca deteriorada Joanna Slan42La profeca de la galleta de la fortunaDon Buehner45Fuerza de voluntad Barbara De Angelis50Desnudarse por amorCarole Bellacera52Limonada y una historia de amorJustin R. Haskin54Una segunda oportunidad Diana Chapman58

3. SOBRE EL COMPROMISOCincuenta maneras de amar a su parejaMark y Chrissy Donnelly66Salv la vida de mi esposo Lorraine Lengkeek,como se lo narr a Deborah Morris68Slo marca el 911 Cynthia C. Muchnick75Que cmo te amo? Lilian Kew77Hasta que la muerte nos separeBarbara De A ngelis80La buenaventura Katharine Byrne82Amor sin palabras Margie Parker87Inseparable Susan Ager89 4.COMPRENSIN MUTUA

El registro Marguerite Murer94l nos comunic Thom Hunter97Papeles invertidos The Best o/Bits & Pieces100Una situacin apretada Barbara D. Starkey101La mujer ms rica del mundo Barbara De Angelis104La guerra de las mayonesas Nick Harrison107Detrs de todo gran hombre hay una gran mujerThe Best o/Bits & Pieces110 5.CMO VENCER LOS OBSTCULOS

Dnde aterriza el amor Diana Chapman112El regalo de amor de Derian Patsy Keech117Grabado en su corazn Elizabeth Songster121Zapatos tenis nuevos Kim Lonette Trabucco124mame con ternura Jacklyn Lee Lindstrom128De verdad existe un prncipe encantado?Diana Chapman133 6.SOBRE LA FAMILIA

Una leyenda de amor LeAnn Thieman140Pertenecer Bob Welch144Alguien a quin tener Maxine M. Davis149Y tom una fotografa Ken Grote152El guio Karen Culver156Las botitas rojas Jeannie S. Williams160Un lazo inquebrantable Jann Mitchell163 7.LA FLAMA QUE NO CESA DE ARDER

Mircoles David A. Manzi168Joven por siempre Shari Cohn171Todava te amo Geoffrey Douglas174Tan slo un martes Dorothy Walker177Nena, t eres... DavidL. Weatherford179En nuestro vigsimo aniversario de bodasMaggie Bedrosian181Sonrele a quien amas Eileen Egan184 8.AMOR ETERNO

Arroz con leche Roxanne Willems Snopek186Una muestra de su amor Patricia Forbes190La espera AnnW. Compton192Amor despus del divorcio Bonnie Furman197El baile Thelda Bevens200La ltima peticin de Sarah Ray L. Lundy203Un beso ms de Rose Laura Lagaa207La vida sin Michael Cindy Landon conKathryn Casey211Un ltimo adis Karen Corkern Babb217Ms Sopa de pollo?220Apoyo para nios y familias221Quin es Jack Canfield?223Quin es Mark Victor Hansen?225Quin es Barbara De Angelis?226Quines son Mark y Chrissy Donnelly?228Colaboradores229Permisos239Agradecimientos

Nos tom ms de tres aos escribir, recopilar y editar Sopa de pollo para el alma de la pareja. Hubo momentos en que fue un maratn, en otros, una carrera corta, pero siempre un trabajo de amor y regocijo. Fue un proceso en el que se establecieron relaciones fuertes y hubo un beneficio inesperado de amistades ya existentes, pero sobre todo, fue un proyecto que no habramos podido terminar sin la amorosa ayuda de muchas personas. Nos gustara dar las gracias a las siguientes personas: a Kim Kirberger, cuya experta capacidad para hacer que todo cuadre ayud a que este proyecto cruzara la fase crucial. Kim, has sido nuestro ngel y siempre agradeceremos tu amistad y amor.A Patty Hansen, quien nos ayud a centrarnos y nos hizo recordar los objetivos de Sopa de pollo. A Elisabeth y Melanie, gracias por su amor y aceptacin.A Georgia Noble, gracias por recibirnos en tu casa y darnos un apoyo tan clido y amoroso. A Christopher Canfield, gracias por compartir a tu pap con nosotros.A Bob Proctor, por proporcionar el ambiente frtil y creativo que nos ayud a refinar la idea original. Sin ti, esta sera una historia diferente (literalmente!).A John Assaraf, por ser el tronco del exitoso rbol que nos llev hacia todas las dems ramas.A Phyllis y Don Garsham, gracias por haber sido en todo momento una fuente de amor incondicional, de inspiracin e inquebrantable apoyo.A Bob y Jan Donnelly, por estar disponibles siempre que los necesitamos, y por ser excelentes padres y buenos amigos.A Jeanne Neale, por ser una excelente mam y una muy requerida caja de resonancia. Eres la mejor!A Hilda Markstaller, por ser la fuente de sabidura que eres.A Mac Markstaller, por tu inagotable apoyo en la bsqueda de historias, por tu consistente optimismo y tu incesante fe en que los sueos son posibles y se hacen realidad.A Alison Betts, por ser tan ingeniosa e incansable para reunir los manuscritos y permisos, y por ser nuestro lazo de comunicacin a lo largo del proyecto.A Patty Aubery, tu apoyo y amistad nos ha significado una fuente de fortaleza e inspiracin para que viramos con claridad este proyecto. Eres una verdadera "tod-loga", y la receta del Sopa de pollo es excelente porque t tambin lo eres. Jeff Aubery, J. T. y Chandler, gracias por su amistad y apoyo.A Nancy Mitchell, gracias por tu estmulo y direccin de principio a fin. Gracias tambin por guiarnos a travs de las inexploradas aguas del proceso de los permisos.A Heather McNamara, por tu experta ayuda en guiarnos desde el manuscrito hasta el libro terminado. Gracias por cumplir por nosotros bajo increble presin. Eres la mejor!A Leslie Forbes, por ponerte a trabajar vigorosamente cada vez que necesitbamos ayuda, y por todo tu extenuante trabajo cuando los permisos eran "para ayer".A Vernica Romero, Teresa Esparza y Robin Yerian, por hacer un trabajo tan profesional dirigiendo los Seminarios de Autoestima.A Ro Miller, por ser la jugadora ms importante del equipo. Quin de nosotros se hace cargo de Chandler cuando Patty deja la habitacin?A Lisa Williams y Laurie Hartman, de la oficina de Mark Vctor Hansen, por su gran apoyo al proyecto y por guiarnos a travs del laberinto.A todo el personal de Health Communications, nuestra casa editora, por facilitarnos el trabajo que realizamos con ellos y ser tan entusiastas respecto al proyecto. A Peter Vegso, Tom Sand y Terry Burke, por reunir y dirigir un equipo tan maravilloso.A Christine Belleris, Matthew Diener, Lisa Drucker y Allison Janse por el experto trabajo en la edicin del libro. A Larissa Hise, por tu ayuda con el creativo y original diseo de la portada.A Diana Chapman, tu inagotable apoyo y fe desde el primer da han sido invaluables. Tu amistad y visin nos han mantenido en la direccin correcta y nos han sostenido a travs de los inevitables periodos de soledad. Gracias.A Matt Eggers, Marty Rauch, Chris McDevitt, Amy y Neal Fanelli, James y Sherry Sandford, Lillian y Frank Kew y Dejais Collel, quienes mostraron una verdadera fe desde el inicio. Sus corazones son tan grandes y tan abiertos hacia los dems que, con toda certeza, sus buenas acciones regresarn a ustedes multiplicadas.A Arielle Ford, por ser un vido apoyo de este libro. Gracias a ti tambin, Brian Hilliard.A Marci Shimoff y Jennifer Hawthorne, extraordinarios coautoras, como nosotros, que nos proporcionaron gua clave y nos beneficiaron con su tremenda experiencia y buena energa. Nos agrada pertenecer al mismo equipo.A Jann Mitchell, por hacer que rodara la bola con aquel artculo que escribiste hace tres aos en The Oregonian.Deseamos enviar nuestro especial agradecimiento a todas las personas que dedicaron horas a leer nuestras doscientas mejores historias, proporcionndonos evaluaciones y valiosa retroalimentacin que nos ayud a seleccionar los relatos finalistas: Bonnie Block, Christine Clifford, Lisa Drucker, Beverly Kirkhart, Peggy Larson, Inga Mahoney, Lillian Wagner, Nancy Mitchell, Robbin O'Neill, Krista Buckner, Diana Chapman, Patrick Collins, Yvonne Fedderson, Dionne Fedderson, Tom Krause, Cristi Leahs, Heather McNamara, Jeanne Neale, Annie Slawik, Jilian West, Lynne Cain, Nance Dheifetz, Cindy Dadonna, Sherry Grimes, Tom Lagaa, Laura Lagaa, Barbara LoMonaco, Linda Mitchell, Ron Nielsen, Robin Stephens, Karen Lisko, Jean Soberick, Bud Grossmann, el rabino Avi Magid, Robert Shapard, doctor en filosofa, Dr. Ian MacMillan, Robert P.Barclay, Elizabeth Reveley, Connie Fueyo, Shore Slocum, Randy Heller, Lisa Molina, Barbara Rosenthal, Amy Rosenthal, Debbie Robins, Hubert La Bouillerie, Sharon Dupont y Jean ero.Asimismo, queremos expresar nuestro agradecimiento a los cientos y cientos de personas que enviaron historias, cartas, poemas y citas para su posible inclusin en Sopa de pollo para el alma de la pareja. Aunque no fue posible usar todo lo que nos enviaron, nos sentimos profundamente conmovidos por su disposicin para compartir piezas tan intensas y enternecedoras. Sus sentimientos e intenciones sobre el amor y las relaciones fueron una constante fuente de inspiracin para todos nosotros. Gracias!Debido a la duracin y alcance de este proyecto, es probable que hayamos omitido nombres de personas que nos ayudaron a lo largo del trayecto. Si fue as, por favor acepten nuestras disculpas y sepan que las apreciamos.Estamos en verdad agradecidos a todas las solcitas manos y sinceras intenciones que intervinieron en este proyecto. Sin ustedes no habra sido posible. Los amamos a todos!

\Comparta con nosotros

Nos encantara conocer su reaccin ante los relatos de este libro. Por favor hganos saber cules fueron sus relatos favoritos y cmo le afectaron.Asimismo, le invitamos a que nos enve relatos que le gustara ver publicados en futuras ediciones de Sopa de pollo para el alma de la pareja. Nos puede enviar relatos que usted haya escrito o relatos escritos por otros que le hayan gustado.Enve sus propuestas a:

Chicken Soup for the Couple's Soul P.O. Box 30880 Santa Barbara, CA 93130 fax: 805-563-2945 correo electrnico: [email protected]

Tambin puede visitar la pgina Chicken Soup for the Soul en America Online con la palabra clave: chickensoup.

Esperamos que disfrute la lectura de este libro tanto como nosotros disfrutamos al recopilarlo, escribirlo y editarlo.Introduccin

Ei amor es la fuerza ms poderosa y misteriosa del universo, y en ningn lugar despliega ms su belleza y prodigio que en la relacin ntima entre dos personas. Escribimos Sopa de pollo para el alma de la pareja con la esperanza de capturar ese misterio y prodigio en palabras, palabras que lo conmovern en lo ms profundo de su ser y abrirn su corazn si alguna vez ha estado enamorado o espera enamorarse. Este es un libro para esposos y esposas, para amantes y quienquiera que suee en encontrar su verdadera pareja del alma.Hay amores entre dos personas que perduran a lo largo de toda la vida, otros estn destinados a durar nicamente poco tiempo, luego los dos amantes se separan ya sea por voluntad propia o porque el destino as lo marca. Pero una cosa es cierta, no importa el desenlace de una relacin, cuando el amor entra en nuestra vida, jams se aleja sin habernos transformado en lo ms profundo de nuestro ser.Cada relato de este libro fue escrito por alguien a quien el amor transform. Nosotros nos transformamos cuando lemos estas historias, y nuestro deseo es que usted tambin se sienta transformado. Tal vez algunos de los relatos le ayuden a renovar el lazo de confianza e intimidad en su relacin, o a comprender mejor a su pareja; tal vez otros le ayuden a apreciar todas las formas en las que el amor le ha permitido desarrollarse para convertirse en un mejor ser humano, y todava otros ms le harn recordar y le darn la certeza de que, aunque el amor nos pone a prueba y nos glorifica a cada uno de manera especial, nunca estamos solos en lo que estamos viviendo.Qu es lo que define que una relacin sea ntima? Qu seales debemos buscar para descubrir que el amor se est manifestando? Los relatos que usted va a leer dan res-XX iNiroxicaN

puesta ingeniosa y elocuente a estas preguntas. A veces, el amor se revela en el inigualable nivel de comprensin y amistad que compartimos con nuestra pareja y con nadie ms. A veces, es en lo que se dice, y en ocasiones, en lo que no se dice pero que se siente profundamente. A veces, es en los obstculos que tenemos que enfrentar juntos. En ocasiones es en la manera como la alegra que sentimos con nuestra pareja se manifiesta en los hijos y miembros de la familia. Y en ocasiones es a donde la relacin nos lleva dentro de nosotros mismos, sitios a los que nunca iramos de buen grado, pero que por amor somos capaces de alcanzar.Las relaciones ntimas son asimismo poderosas maestras, como lo ilustran estos relatos con belleza sin igual, que nos ensean a ser compasivos, atentos e indulgentes. Nos aconsejan cundo persistir y cundo ceder. Nos dan la oportunidad de desarrollar grandes virtudes como el valor, la paciencia, la lealtad y la confianza. Cuando lo permitimos, nuestras relaciones nos revelan todo lo que necesitamos para desarrollarnos como personas. As, el amor no entrar en nuestra vida sin transformarnos para ser mejores.Hay momentos en que el amor se experimenta como algo cotidiano, como cuando el ser amado lo expresa en una sencilla sonrisa de aceptacin. En otros momentos, el amor nos parece en extremo sublime, como cuando nos invita a utilizar nuevas palabras de pasin e identidad que nunca antes conocimos. Como el amor mismo, los relatos en este libro reflejan toda estacin y estado de nimo, as como todos los tintes de la emocin: dulces inicios, intimidad provocativa e intensa, momentos de dolor cuando nos vemos forzados a decir adis a nuestra pareja del alma, momentos de asombro cuando redescubrimos un amor que pensbamos perdido.Algunos relatos le harn rer; otros le harn llorar, pero sobre todo, los relatos de Sopa de pollo para el alma de la pareja rinden tributo a la capacidad del amor para perdu-INTRODUCCION XXI

rar ms all de los aos, de las dificultades, de la distancia, e incluso de la muerte.No hay prodigio ms grande que el amor; el regalo ms precioso que nos puede brindar Dios. Ofrecemos este libro como nuestro regalo para usted, deseando que le abra el corazn, eleve su mente, inspire su espritu y sea una dulce compaa en la trayectoria de su propio corazn. Que su vida se vea siempre exaltada por el amor.1

AMORE INTIMIDAD

amor es la fuerza ms estupenda de todas. Es invisible, no se le puede ver o medir, sin embargo, es lo bastante poderoso como para transformarnos en un instante y ofrecernos ms regocijo de lo que cualquier posesin material jams podra.

Barbara De Angelis, doctora en filosofaPensando en ti

\^iviren los corazones que dejamos atrs es no morir.

Thomas Campbell

El rostro de Sophie se desvaneca en la luz invernal y gris de la sala de estar. Dormitaba en el silln que Joe le haba comprado en su cuadragsimo aniversario. La habitacin estaba a una temperatura agradable y en silencio. En el exterior caa un poco de nieve.A la una y cuarto el cartero dio vuelta en la esquina hacia la calle Alien. Se haba retrasado en su ruta, no a causa de la nieve, sino porque era da de San Valentn y haba ms correo que de costumbre. Pas de largo frente a la casa de Sophie. Veinte minutos despus regres a su camin y se fue.Sophie se inquiet cuando escuch que el camin del correo se alejaba, se quit los anteojos y se limpi la boca y los ojos con el pauelo que siempre llevaba en la manga. Se levant apoyndose en el brazo del silln, se enderez lentamente y alis el faldn de su bata de color verde oscuro.Al arrastrar las pantuflas sobre el piso e ir hacia la cocina, se produjo un tenue sonido. Se detuvo ante el fregadero para lavar los dos platos que haba dejado sobre la cubierta al terminar el almuerzo. Despus, llen a medias con agua una taza de plstico y tom sus pildoras. Era la una cuarenta y cinco.En la estancia, junto a la ventana del frente, haba una mecedora donde Sophie se acomod. En media hora los nios pasaran por ah camino a casa al salir de la escuela. Sophie esper, mecindose y mirando la nieve.Como siempre, los nios fueron los primeros en pasar, corriendo y gritando cosas que Sophie no poda escuchar. Hoy, al ir caminando hacan bolas de nieve que se arrojaban unos a otros. Una bola de nieve err su objetivo y golpe con fuerza la ventana de Sophie, lo que la hizo retraerse, por lo que la mecedora resbal del borde de la gastada alfombra ovalada.Las nias, en grupos de dos o tres, iban detrs de los nios sin ninguna prisa, cubrindose la boca con las manos enguantadas y riendo. Sophie se preguntaba si estaran platicando sobre los regalos de San Valentn que habran recibido en la escuela. Una hermosa nia de largo cabello caf se detuvo y seal la ventana donde Sophie se encontraba mirando. Sophie escondi su rostro detrs de las cortinas, sbitamente cohibida.Cuando mir de nuevo hacia afuera, los nios y nias ya se haban alejado. Aunque haca fro junto a la ventana, se qued ah viendo la nieve cubrir las huellas de los nios.El camin de una florera dio vuelta hacia la calle Alien. Sophie lo sigui con la vista. Avanzaba con lentitud, se detuvo dos veces y arranc de nuevo, de pronto el conductor se detuvo frente a la casa de la seora Masn, su vecina, y se estacion.Quin enviara flores a la seora Masn?, se pregunt Sophie. Su hija de Wisconsin? O su hermano? No, su hermano estaba muy enfermo. Tal vez su hija. Qu amable de su parte.Las flores hicieron que Sophie pensara en Joe y, por un momento, dej que el doloroso recuerdo la invadiera. Al siguiente da sera quince; ocho meses desde su muerte.El florista toc la puerta principal de la seora Masn. Llevaba una larga caja blanca con verde y una tablilla sujetapapeles. Nadie pareca contestar. Por supuesto! Era viernes, y la seora Masn haca colchas en la iglesia los viernes por la tarde. El mensajero mir alrededor y se dirigi hacia la casa de Sophie.Sophie se levant de la mecedora y se par cerca de las cortinas. El hombre toc. Sus manos temblaron al arreglarse el cabello. Al tercer toque lleg al corredor del frente.Quin es? pregunt, atisbando por la puerta entreabierta.Buenas tardes, seora declar el hombre con voz fuerte. Podra recibir un envo para su vecina?S respondi Sophie, abriendo totalmente la puerta.Dnde quiere que las ponga? pregunt el hombre amablemente al entrar.En la cocina, por favor, sobre la mesa.Para Sophie, el hombre pareca enorme. Apenas pudo verle el rostro entre la gorra verde y la barba cerrada. Sophie se alegr de que no se entretuviera, y al retirarse cerr la puerta con llave.La caja era tan larga como la mesa de la cocina. Sophie se acerc y se inclin para leer en la etiqueta: "NATALIE, flores para toda ocasin". El rico aroma de las rosas la envolvi. Cerr los ojos y respir pausadamente, imagin rosas amarillas. Joe siempre haba seleccionado amarillas. "Para mi sol", deca, al presentar el extravagante ramo. Habra redo con deleite, la hubiera besado en la frente para despus tomarla de las manos y cantarle "T eres mi sol".Eran las cinco cuando la seora Masn toc a la puerta de Sophie, quien segua sentada ante la mesa de la cocina. Sin embargo, la caja de flores estaba abierta y las rosas yacan en su regazo. Mientras se balanceaba, acariciaba los delicados ptalos amarillos. La seora Masn toc de nuevo, pero Sophie no la escuch, despus de unos minutos la vecina se retir.Sophie se,levant un poco despus y coloc las flores sobre la mesa de la cocina; sus mejillas estaban enrojecidas. Arrastr una escalera porttil por todo el piso de la cocina y tom un florero blanco de porcelana del esquinero de arriba. Con un vaso llen el florero con agua y ah acomod con ternura las rosas y las ramas de follaje, luego lo llev a la estancia.Sonrea cuando lleg al centro de la habitacin. Se gir ligeramente y comenz a inclinarse y a dar vueltas en pequeos crculos. Sus pasos eran suaves, con gracia, y anduvo por toda la estancia, por la cocina, el corredor, y de regreso. Bail hasta que se le debilitaron las piernas, luego cay en el silln y se qued dormida.A las seis y cuarto Sophie despert de golpe. Esta vez alguien tocaba la puerta de atrs. Era la seora Masn.Hola, Sophie exclam la seora Masn. Cmo ests? Te toqu a las cinco y me preocup un poco que no abrieras. Estabas dormitando? hablaba mientras se limpiaba las botas con nieve en el tapete de bienvenida y entraba . Detesto la nieve, t no? La radio dice que podramos tener quince centmetros para la medianoche, pero nunca se puede confiar, ya sabes. Recuerdas el invierno pasado cuando predijeron diez centmetros y tuvimos cincuenta y tres? Cincuenta y tres! Y dijeron que tendramos un invierno benigno este ao. Ja! No creo que haya estado arriba de cero en semanas. Sabes que mi cuenta de combustible del mes pasado fue de 263 dlares? Slo por mi casita!Sophie escuchaba a medias. De pronto record las rosas y comenz a sonrojarse de vergenza. La caja de flores vaca estaba a sus espaldas sobre la mesa de la cocina. Qu le dira a la seora Masn?No s por cunto tiempo ms podr seguir pagando las cuentas. Si tan slo Alfred, que Dios lo bendiga, hubiera sido tan cuidadoso con el dinero como tu Joseph! Joseph! Oh, por Dios! Casi me olvido de las rosas.Las mejillas de Sophie ardan cuando comenz a balbucear una disculpa hacindose a un lado para mostrar la caja vaca.Mira nada ms interrumpi la seora Masn. Colocaste las rosas en agua. Entonces viste la tarjeta. Espero que no te hayas alarmado cuando viste la letra deJoseph. l me pidi que te trajera las rosas el primer ao y que te explicara. No quera alarmarte. Su "tarea de las rosas", creo que as la llamaba. El pasado abril hizo los arreglos en la florera. Tan buen hombre tu Joseph...Pero Sophie haba dejado de escuchar. Su corazn palpitaba al tomar el pequeo sobre blanco que haba pasado por alto; haba estado ah, junto a la caja de las flores todo el tiempo. Con manos temblorosas, sac la tarjeta."Para mi sol", deca. "Te amo con todo mi corazn. Trata de ser feliz cuando pienses en m. Con amor, Joe".

Alicia von StamwitzAlguien que me cuida

Los pasajeros del autobs miraron con compasin a la atractiva joven con bastn blanco que se esmeraba por subir los escalones. Le pag al conductor y, usando las manos para sentir los asientos, camin por el pasillo hasta encontrar un asiento vaco. Entonces se sent, coloc su portafolios sobre su regazo y apoy el bastn contra su pierna.Haca un ao que Susan, de treinta y cuatro aos, haba quedado ciega. A consecuencia de un diagnstico mdico equivocado haba perdido la vista y de pronto haba cado en un mundo de oscuridad, ira, frustracin y autocompasin. Despus de haber sido una mujer ferozmente independiente, Susan se senta ahora condenada por este terrible cambio de suerte a ser una incapacitada, una carga intil para todos a su alrededor. "Cmo me pudo haber sucedido esto a m?", se quejaba, con el corazn inundado de ira. Pero sin importar qu tanto llorara, despotricara u orara, conoca su dolorosa verdad: su vista jams retornara.Una nube de depresin cay sobre el espritu alguna vez optimista de Susan. Slo el sobrellevar cada da constitua un ejercicio de frustracin y agotamiento. Y lo nico que tena como apoyo era a su esposo Mark.Mark era oficial de la fuerza area y amaba a Susan con todo el corazn. Cuando perdi la vista, la vio hundirse en la desesperanza y decidi ayudar a su esposa a recobrar la fuerza y confianza que necesitaba para recuperar su independencia. El entrenamiento militar de Mark lehaba enseado muy bien a manejar situaciones delicadas, no obstante, saba que esta era la batalla ms difcil que jams enfrentara.Lleg el da cuando Susan se sinti lista para regresar al trabajo, pero, cmo transportarse? En el pasado haba tomado el autobs, pero ahora le resultaba demasiado aterrador recorrer la ciudad sola. Mark se ofreci para llevarla al trabajo en auto todos los das, aunque trabajaban en extremos opuestos de la ciudad. Al principio esto reconfort a Susan y satisfizo la necesidad de Mark de proteger a su esposa ciega que se senta tan insegura de realizar esta delicada tarea. Al poco tiempo, sin embargo, Mark comprendi que este arreglo no estaba funcionando, que era extenuante y costoso. Susan va a tener que empezar a tomar el autobs de nuevo, admiti para s mismo. Pero tan slo la idea de mencionrselo lo haca desistir. An era tan frgil; estaba tan enojada. Cmo reaccionara?Como Mark lo supuso, Susan se horroriz ante la idea de volver a tomar el autobs. "Estoy ciega", respondi con amargura. "Cmo se supone que voy a saber a dnde voy? Siento que me quieres abandonar".El corazn de Mark se rompi al escuchar estas palabras, pero saba lo que tena que hacer. Prometi a Susan que todas las maanas y por las tardes viajara con ella en el autobs el tiempo necesario, hasta que ella sintiera que lo poda hacer sola.Y esto es exactamente lo que sucedi. Durante dos semanas completas, Mark, con uniforme militar y dems, acompa todos los das a Susan de ida y regreso del trabajo. Le ense a utilizar sus otros sentidos, en especial el del odo, para determinar dnde estaba y cmo adaptarse a su nuevo ambiente. La ayud a hacerse amiga de los conductores de los autobuses, quienes podan ver por ella y reservarle un asiento. La hizo rer, incluso en esos das no tan buenos cuando ella daba un traspi al bajar del autobs, o cuando se le caa el portafolios lleno de papeles en el pasillo.Todas las maanas hacan el trayecto juntos y Mark tomaba un taxi de regreso a su oficina. Aunque esta rutina era an ms costosa y agotadora que la anterior, Mark saba que era slo cuestin de tiempo para que Susan estuviera en condiciones de viajar sola de nuevo. Tena fe en ella; en la Susan que era antes de que perdiera la vista, cuando no tema a los retos y que nunca, nunca se daba por vencida.Finalmente Susan decidi que estaba lista para intentar el viaje sola. Lleg el lunes por la maana, y antes de salir, abraz a Mark, su compaero de viaje temporal, esposo y mejor amigo. Los ojos se le llenaron de lgrimas de gratitud por su lealtad, paciencia y amor. Le dijo adis y, por primera vez, tomaron caminos separados.Lunes, martes, mircoles, jueves... todos los das fueron perfectos y Susan jams se haba sentido mejor. Lo estaba logrando! Iba al trabajo por s sola.El viernes por la maana Susan tom el autobs para ir al trabajo como de costumbre. Al pagar su pasaje, el conductor exclam: "Oiga, de verdad la envidio".Susan no estaba segura de que el conductor le estuviera hablando a ella. Despus de todo, quin en la tierra podra alguna vez envidiar a una mujer ciega que durante todo un ao haba luchado para encontrar el valor de vivir? Intrigada, pregunt al conductor: "Por qu dice que me envidia?"El conductor contest: "Debe ser muy agradable que lo cuiden y protejan a uno como a usted".Susan no tena idea de lo que el conductor le deca y de nuevo pregunt: "A qu se refiere?"El conductor respondi: "Sabe?, durante toda la semana, todas las maanas, un caballero de buen ver en uniforme militar ha estado parado del otro lado, en la esquina, cuidando que usted baje del autobs. Se asegura de que atraviese la calle sin riesgos y la observa hasta que entra en el edificio de oficinas. Entonces le enva un beso y un saludo y se va. Es usted en verdad una dama afortunada".Lgrimas de felicidad corrieron por las mejillas de Susan, porque aunque fsicamente no lo poda ver, siempre haba sentido la presencia de Mark. Era afortunada, muy afortunada, porque l le haba dado un regalo ms poderoso que la vista, un obsequio que no necesitaba ver para creer, el regalo de amor que puede dar luz donde hubo oscuridad.

Sharon WajdaHambriento ele tu amor

Hace fro, un fro excesivo en este oscuro da invernal de 1942, aunque no es diferente de cualquier otro da en este campo de concentracin nazi. Estoy temblando bajo estos delgados harapos, todava incrdulo de que esta pesadilla est sucediendo. Soy slo un muchacho que debera estar jugando con los amigos, que debera estar en la escuela, que debera estar esperando un futuro, desarrollarse, casarse y tener una familia propia. Pero esos sueos son para los vivos y yo ya no soy parte de ellos, estoy casi muerto, sobreviviendo da con da, hora con hora, desde que me sacaron de mi hogar y me trajeron aqu con decenas de miles de otros judos. Estar todava vivo maana? Me llevarn esta noche a la cmara de gas?Voy y vengo junto a la cerca de alambre de pas tratando de conservar mi enflaquecido cuerpo caliente. Tengo hambre, pero he estado hambriento por ms tiempo del que quisiera recordar. Siempre estoy hambriento; el alimento comible parece un sueo. Todos los das, cada vez que desaparecen ms de los nuestros, el feliz pasado parece slo un sueo y yo me hundo cada vez ms en la desesperanza.De pronto, advierto que una muchacha camina del otro lado de la cerca de pas. Se detiene y me mira con ojos tristes, ojos que parecen decir que comprende; que ella tampoco puede imaginar por qu estoy aqu. Quiero mirar a otro lado, avergonzado de que esta extraa me vea as, pero no puedo desprender mis ojos de los suyos.Entonces ella introduce su mano en el bolsillo y saca una manzana roja, una hermosa y reluciente manzana roja. Oh, cunto tiempo ha pasado desde que vi una as! Mira con atencin a la izquierda y a la derecha y luego, con sonrisa de triunfo, lanza con rapidez la manzana sobre la cerca. Corro a recogerla y la sostengo entre mis temblorosos dedos congelados. En mi mundo de muerte, esta manzana es una expresin de vida, de amor. Miro hacia arriba justo en el momento en que veo desaparecer a la muchacha en la distancia.Al da siguiente no puedo evitarlo, me siento arrastrado a la misma hora al mismo lugar junto a la cerca. Estoy loco por esperar que ella vuelva a venir? Claro. Pero estando aqu, me aferr a cualquier vestigio de esperanza, por mnimo que sea. Ella me ha dado esperanza y me tengo que aferrar a ella.Y de nuevo llega. Y de nuevo me trae una manzana y la lanza por encima de la cerca con la misma dulzura en su sonrisa.Esta vez la atrapo y la levanto para que la vea. Sus ojos centellean. Siente lstima por m? Tal vez. Sin embargo, no me importa, me siento dichoso de verla. Y por primera vez en mucho tiempo siento que el corazn me palpita de emocin.As nos encontramos durante siete meses. En ocasiones intercambiamos algunas palabras, en otras, slo una manzana. Pero ella, este ngel del cielo, alimenta ms que a mi estmago, a mi alma. Y s que de algn modo yo tambin alimento la suya.Un da escucho noticias aterradoras de que nos transportarn a otro campo. Esto podra significar el fin para m, y definitivamente significa el final para mi amiga y para m.Al da siguiente, cuando la saludo, mi corazn se encuentra destrozado y apenas puedo hablar cuando expreso lo que tengo que decir. "No me traigas una manzana maaa", le pido, "me envan a otro campo. No nos volveremos a ver". Antes de perder el control me doy la media vuelta y huyo de la cerca. No puedo mirar hacia atrs, si lo hiciera, s que me vera ah parado, con las lgrimas resbalando por mi rostro.Pasan meses y la pesadilla contina, pero el recuerdo de esta muchacha me sostiene ante el terror, el dolor y la desesperanza. Una y otra vez en mi mente veo su rostro, sus dulces ojos; escucho sus palabras tiernas, saboreo esas manzanas.Y luego un da, as nada ms, la pesadilla termina. Se acaba la guerra y liberan a quienes seguimos con vida. Yo he perdido todo lo que me fue precioso, incluso a mi familia, pero todava recuerdo a esta muchacha, un recuerdo que llevo en el corazn y me da la voluntad de seguir adelante al mudarme a Estados Unidos de Amrica para comenzar una nueva vida.Pasan los aos. Es 1957. Vivo en la ciudad de Nueva York. Un amigo me convence para que asista a una cita a ciegas con una amiga suya. Renuente acepto, aunque esta mujer de nombre Roma me parece agradable, y al igual que yo, es inmigrante, as que por lo menos tenemos esto en comn.Dnde estuviste durante la guerra? Roma me pregunta con cautela, de esa forma delicada como los inmigrantes se hacen preguntas unos a otros sobre aquellos aos.Yo estuve en un campo de concentracin en Alemania contesto.Roma refleja una mirada lejana en los ojos, como si recordara algo doloroso, aunque dulce a la vez.Qu sucede? le pregunto.Slo pienso en algo de mi pasado, Hermn explica Roma con una voz que de pronto se suaviza. Sabes?, cuando era jovencita viva cerca de un campo de concentracin. Ah haba un muchacho, un prisionero, y por algn tiempo me acostumbr a visitarlo todos los das. Recuerdo que sola llevarle manzanas. Le lanzaba la manzana por encima de la cerca, y l se mostraba muy feliz.Roma suspira con fuerza y contina:Es difcil describir lo que sentamos el uno por el otro, despus de todo, ramos jvenes y slo intercambiamos algunas palabras cuando podamos, pero puedo asegurarte que haba mucho amor ah. Supongo que lo mataron como a tantos otros. Pero no puedo soportar pensar eso, as que trato de recordarlo como era entonces, durante esos meses que se nos concedieron juntos.Con el corazn latindome con tanta fuerza que pienso que me va a estallar, miro de frente a Roma y le pregunto:Y ese muchacho te dijo un da: "No me traigas una manzana maana. Me envan a otro campo?"Exacto, s responde Roma con voz temblorosa. Pero, Hermn, cmo es posible que sepas eso?Tomo sus manos entre las mas y le respondo:Porque yo soy ese muchacho, Roma.Durante un largo rato slo hay silencio. No podemos separar los ojos el uno del otro, y al desaparecer los velos del tiempo, reconocemos el alma detrs de los ojos, al querido amigo que una vez amamos tanto, a quien jams dejamos de amar, a quien jams dejamos de recordar.Por fin hablo yo:Mira, Roma, una vez me separaron de ti y no quiero que vuelva a suceder. Ahora soy libre y quiero estar contigo por siempre. Querida, te casaras conmigo?Reconozco el mismo centelleo que sola ver en sus ojos, cuando Roma responde:S, me casar contigo.Y nos abrazamos, nos dimos el abrazo que ansiamos durante tantos meses pero que una cerca con pas evit. Ahora nada volvera a interponerse.Han pasado casi cuarenta aos desde ese da cuando encontr de nuevo a mi Roma. El destino nos reuni por primera vez durante la guerra para mostrarme una promesa de esperanza y ahora nos reuni para cumplir esa promesa.Da de San Valentn, 1996. Llevo a Roma al programa de Oprah Winfrey para rendirle honores en la televisin nacional. Quiero decirle frente a millones de personas lo que siento en mi corazn todos los das:Querida, t me alimentaste en el campo de concentracin cuando tena hambre. Y sigo hambriento de algo de lo que jams tendr suficiente: Slo estoy hambriento de tu amor.

Hermn y Roma Rosenblat, como se lo narraron a Barbara De Angelis,doctora en filosofaShmy

M is abuelos estuvieron casados por ms de medio siglo, y practicaron un juego muy propio y especial desde el momento en que se conocieron. El objetivo era escribir la palabra "shmy" en un lugar sorpresa para que el otro la encontrara. A cada uno le iba correspondiendo dejar "shmy" en cualquier lugar de la casa, y tan pronto el otro la descubra, le corresponda esconderla una vez ms.Con los dedos escriban "shmy" en los recipientes del azcar y la harina para esperar a quien preparara la siguiente comida. Lo escriban en los cristales empaados que daban al patio donde mi abuela siempre nos obsequiaba budn caliente hecho en casa teido con colorante comestible azul. "Shmy" apareca escrito en el vapor adherido al espejo despus de una ducha caliente, donde reapareca despus de cada bao. En un momento dado, mi abuela deshizo todo un rollo de papel sanitario para escribir shmy en la ltima hoja.En cualquier lugar poda aparecer "shmy". En los tableros y asientos de los autos, o pegadas al volante hallaban pequeas notas con "shmy" garabateada deprisa. Las notas aparecan dentro de los zapatos y bajo las almohadas. Escriban "shmy" en el polvo sobre la repisa de la chimenea y la trazaban en las cenizas del hogar. Esta misteriosa palabra era parte de la casa de mis abuelos como lo eran los muebles.Me llev bastante tiempo poder apreciar en su totalidad el juego de mis abuelos. El escepticismo me impeda creer en el verdadero amor, en que es puro y duradero.Sin embargo, jams dud de la relacin de mis abuelos. Su amor era firme. Era ms que sus pequeos juegos de galanteo, era una forma de vida. Su relacin estaba basada en un afecto devoto y apasionado que no todos tienen la suerte de experimentar.El abuelo y la abuela se tornaban de la mano cada vez que podan, se robaban besos cada vez que chocaban en su cocina minscula. Los dos terminaban la oracin que el otro haba empezado y compartan a diario el crucigrama y otro juego de palabras. Mi abuela me susurraba lo hermoso que era el abuelo, lo guapo que haba llegado a ser de viejo. Aseguraba que en verdad haba sabido "cmo atraparlo". Antes de cada comida se inclinaban y daban gracias maravillndose de sus bendiciones: una familia maravillosa, buena suerte y el tenerse el uno al otro.Pero hubo una nube oscura en la vida de mis abuelos: mi abuela padeca cncer de mama. La enfermedad apareci por primera vez diez aos atrs. Como siempre, el abuelo estuvo con ella en todo momento. La reconfortaba en su habitacin amarilla, pintada de ese color para que siempre estuvieran rodeados de sol, incluso cuando ella estuvo tan mal que ya no pudo salir.Ahora el cncer atacaba de nuevo su cuerpo. Con la ayuda de un bastn y la mano firme de mi abuelo, seguan yendo a la iglesia todas las maanas. Pero mi abuela continu debilitndose hasta que, finalmente, ya no pudo salir de casa. Durante algn tiempo el abuelo asisti solo a la iglesia para pedirle a Dios que velara por su esposa. Luego, un da, lo que todos temamos finalmente sucedi: la abuela se fue.La palabra "shmy" fue garabateada en amarillo en los listones color de rosa del ramo de flores del funeral de mi abuela. Al disminuir la concurrencia y alejarse los ltimos miembros de la comitiva, mis tas, tos, primos y otros miembros de la familia nos acercamos y nos reunimos alrededor de la abuela por ltima vez. El abuelo dio un paso hacia el atad de mi abuela y, tomando aire, tembloroso, le empez a cantar. Entre sus lgrimas y el dolor surgi el canto: un arrullo profundo y gutural.Adems de mi propia pena, jams olvidar ese momento porque entonces supe que, aunque no poda imaginar la profundidad de su amor, haba tenido el privilegio de atestiguar su incomparable belleza.S-h-m-i-l-y (en ingls See How Much I Love Yo): Mira cunto te amo.Gracias, abuela y abuelo, por permitirme ver.

Laura Jeanne AlienUna historia de amor irlandesa

Eso que se ama es siempre hermoso.

Proverbio noruego

Llammosle Ian. Ese no es su verdadero nombre, pero en Irlanda del Norte en estos das hay que tener cuidado en revelar los nombres. Ha habido ms de dos mil cuatrocientos asesinatos por fanatismo desde el reciente estallido de viejas rencillas entre catlicos y protestantes. As que no tiene sentido correr riesgos.Por otra parte, Ian ya ha sufrido bastante para los veinticuatro aos que tiene de vida.Provena de buena estirpe protestante, del tipo de los que van a la iglesia los domingos dos veces con la regularidad de un reloj. Su padre era soldador en los astilleros de Belfast, formal como todos ellos. La madre mantena el hogar limpio y ordenado, horneaba el mejor pan del vecindario y diriga a la familia con el canto afilado de su lengua. Los dos hermanos mayores eran obreros desempleados.Ian haba salido bien de la escuela y ganaba buen dinero como artesano en una planta productora. Tranquilo, serio, afecto a caminar por la campia durante los verdes anocheceres y los dorados fines de semana del verano, pocas cosas le gustaban ms que leer un libro junto a unestrepitoso fuego durante la larga soledad del invierno. Nunca tuvo mucho que ver con novias, aunque los hombres tienden a casarse tarde en Irlanda.Hace dos aos, el da en que cumpla veintids aos, regresaba del trabajo a casa cuando un terrorista lanz una bomba desde un auto a alta velocidad... y dej a Ian balbuceando en la pesadilla de una ceguera repentina.Se le traslad de inmediato a un hospital y le operaron de emergencia lesiones internas y huesos rotos; pero los dos ojos le quedaron inservibles.Las dems heridas sanaron a su debido tiempo, aunque sus cicatrices lo desfiguraran por el resto de sus das. Pero las cicatrices en su mente, aunque invisibles, eran todava ms obvias.Apenas si deca alguna palabra, casi no coma ni beba, apenas dorma. Cerca de cuatro meses estuvo postrado en la cama, cavilando y sin ver.Haba una enfermera que pareca ser capaz de extraerle alguna pequea chispa de respuesta humana. Llammosla Bridget, un buen nombre irlands. De buena estirpe catlica, de aquellos que lo primero que hacen cada domingo por la maana es ir a misa.Su padre, un carpintero, trabajaba fuera de casa la mayor parte del tiempo por toda Inglaterra. Un hombre decente que amaba a su familia, que cuando poda sufragar el viaje pasaba los fines de semana con ella, y a quien todos amaban como slo se puede amar a un padre ausente.La madre mantena un hogar limpio pero desordenado, cocinaba el mejor estofado del vecindario y diriga a la familia con mano firme y corazn suave.Seis hermanos, cuatro hermanas, siendo Mary, la ms joven de todos, de once aos, la preferida del padre.Bridget sali bien de la escuela, se haba preparado como enfermera en un famoso hospital de Londres y ahora, a los veintin aos de edad, era enfermera de planta en el hospital ms grande de Belfast.Vivaz, aunque en esencia seria, era cantante de dulce y delicada voz, con un estilo propio para las canciones folclricas. Nunca tuvo mucho que ver con novios, aunque no era por falta de jvenes que la quisieran conquistar.Pero ahora su corazn palpitaba por Ian, porque haba algo en l de muchachito perdido que la haca llorar. Es cierto, l no poda ver sus lgrimas, sin embargo, tema que su voz delatara sus emociones. Yen cierto modo tena razn respecto a su voz, porque fueron su cadencia y su risa las que lo sacaron de las profundidades de la depresin y la autocompasin; el calor, la suavidad y la fuerza de sus palabras, la bienaventurada certeza con la que le hablaba del amor de Jesucristo. Yas, mientras la larga oscuridad de sus das se alargaba a semanas y meses, al escuchar las pisadas de ella giraba el rostro ciego hacia su direccin, como una flor inclinndose hacia el sol.Luego de cuatro meses en el hospital se le declar ciego incurable, pero todo lo que ahora saba, era que el amor que se sentan el uno por el otro le dio el valor de aceptar su afliccin. Porque a pesar de todo lo que haba en su contra religin, poltica, y la oposicin de las familias, se amaban y transitaban por ese juvenil y adorable paisaje.Fue dado de alta y comenzaron los desgastantes meses de la rehabilitacin: lavarse, rasurarse y vestirse sin ayuda, desplazarse por la casa sin romperse las espinillas en las sillas, caminar por las calles con un bastn blanco, leer en Braille, subsistir la aplastante piedad que poda sentir en el mismsimo aire que respiraba. Su amor le dio la esperanza para seguir viviendo y luchando.No es que pudieran pasar mucho tiempo de su vida juntos, tal vez alguna noche, quizs una tarde cuando sus tareas se los permitan, pero vivan para esos cortos encuentros y conocieron los inicios de una profunda paz y alegra.Sus familias se consternaron. Pensar en casarse? La misma ley de Dios lo prohiba, seguro.Qu comunin hay entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad? tron el padre de Ian. No te casars con ella mientras yo viva!La Iglesia Catlica romana seal el sacerdote de ella desaprueba los matrimonios mixtos, as que puedes sacarte esa idea de la cabeza.As, con todas las presiones posibles, como quererlos hacer entrar en razn, amenazas, promesas y hasta francas mentiras, se les fue separando. Y con el tiempo discutieron, se profirieron cosas hirientes en dolorosa afliccin y, una noche, bajo una incesante llovizna y con sus corazones fros, ella se alej de l en la calle que tambin lloraba.El se aisl en su noche perpetua. Das y semanas de amargura.A la larga no te arrepentirs le aseguraron. T mismo diste lugar a los problemas al juntarte con una es-cptica!Ella se aisl en su trabajo, demasiado dolida del corazn como para recordar. Semanas y meses de pasmada agona.Vivirs para alabar al Todopoderoso se le indic. Habras buscado el infierno en la tierra casndote con un protestante!Los meses completaron un ao. Y los bombardeos continuaron, para desgracia de Irlanda.Entonces, una noche, cuando Ian estaba solo en casa, se escuch un frentico golpear en la puerta.Ian, ven pronto!Por la voz, histrica, contenida, con lgrimas, reconoci a la pequea Mary, la hermana de Bridget.Una bomba! Est atrapada y medio muerta, as es. Grita por t. Ven, Ian! En nombre de Dios, por favor ven!Sin siquiera cerrar la puerta al salir, le tom la mano y ella lo gui, se tropez y llor con l a travs de las despiadadas calles.La bomba haba destruido un pequeo restaurante donde Bridget estaba cenando con otras tres enfermeras, quienes haban logrado escurrirse por debajo de los escombros. Pero ella haba quedado atrapada de las piernas y el fuego se extenda lanzndole sus lengetazos.La podan escuchar gritando pero todava no podan llegar al hoyo donde se encontraba atrapada. Bomberos, soldados, luces y equipo especial estaban en camino.Ian se movi entre el caos.No puedes entrar ah! grit el oficial responsable. Es mi chica respondi Ian.No te comportes como un loco delirante! grit el oficial. No podras ni verte la mano frente a la cara en esa oscuridad!Qu diferencia hace la oscuridad para un ciego? pregunt Ian, y se dirigi hacia el sonido de la voz de ella y camin entre ese negro infierno con toda la habilidad e instinto del ciego; con toda la urgencia del amor.Ah voy, Bridget! Ah voy! Yla encontr y le rode la cabeza con anhelantes brazos y la bes.Ian susurr ella, Ian... y se desplom en la in-conciencia como un nio cansado. Ycon la sangre de su amada empapando su ropa y el fuego alcanzndolos, la protegi hasta que sus salvadores se abrieron camino. Lo que no vio, siendo ciego, fue que un lado del adorable rostro de Bridget haba sido abrasado por el fuego.Con el tiempo, despus de mucho tiempo, ella se recuper. A pesar de la ciruga esttica, su rostro quedara por siempre cubierto de cicatrices.Sin embargo deca ella, el nico hombre a quien amo nunca las ver, as que, qu diferencia hay para m? Yellos retomaron su amor, aunque en realidad nunca lo haban dejado. La verdad es que ambas familias se opusieron en todo momento. Una dramtica confrontacincasi las llev a un pleito a golpes: injurias, insultos, amenazas desesperadas. Pero, en medio de todo eso, Bridget tom la mano de Ian y juntos salieron de ese lugar lleno de odio.S, se casaran. Toda la sabidura convencional prevea el fracaso. Pero conoce usted un camino mejor que el amor? Y qu otra curacin existe?

George TargetMalva o vino apagado?

Me encontr llorando amargamente en la habitacin del hospital.Qu sucede? me pregunt Richard, sabiendo que ambos tenamos razn para llorar.En las ltimas cuarenta y ocho horas me haba enterado de que tena un tumor canceroso en el seno, que se haba extendido hasta los ganglios linfticos, y que haba una posible propagacin en el cerebro. Los dos tenamos treinta y dos aos, y tres hijos pequeos.Richard me abraz con fuerza y trat de reconfortarme. Nuestros amigos y familia se haban quedado sorprendidos de nuestra paz interior. Jess haba sido nuestro Salvador y consuelo antes de que supiramos que tena cncer, y as continu despus de mi diagnstico. Pero Richard supuso que la aterrorizante realidad de mi situacin finalmente me haba golpeado en el poco tiempo que se haba alejado de la habitacin.Mientras me abrazaba, Richard trat de reconfortarme.Ha sido demasiado, no es as, Suz? declar.No es eso respond llorando y levantando el espejo de mano que acababa de encontrar en el cajn. Richard se desconcert.Nunca imagin esto segua llorando mientras miraba impactada mi reflejo en el espejo. Ni yo misma me reconoca, estaba terriblemente hinchada. Despus de la ciruga me haba quejado mientras dorma, y amigos bien intencionados me conectaron el autodispensador de medicamentos para aliviar lo que pensaron era dolor. Por desgracia, era alrgica a la morfina y me haba hinchado como salchichn. La betadina de la ciruga me haba manchado el cuello, los hombros y el pecho, y era demasiado pronto para un bao. Una manguera colgaba a un lado drenando el lquido de la ciruga. El hombro izquierdo y el pecho, del lado donde haba perdido una porcin del seno, aparecan fuertemente envueltos en gasa. Mi largo cabello rizado estaba hecho una gran maraa. Ms de cien personas me haban ido a visitar durante las ltimas cuarenta y ocho horas, y todos haban visto a una mujer con manchas cafs y blancas, hinchada, sin maquillaje, con el cabello enmaraado y en bata gris. Dnde estaba mi verdadero yo?Richard me recost de nuevo sobre la almohada y sali de la habitacin. Al poco rato regres con los brazos llenos de pequeos envases de champ y acondicionador que confisc de un carrito en el pasillo. Sac almohadas del clset y coloc una silla junto al lavamanos, desenred la manguera de la intravenosa, apretuj la larga manguera en el bolsillo de su camisa, se inclin, me carg y llev junto con el armazn de la intravenosa y dems, hasta la silla. Me sent con cuidado sobre su regazo, acomod mi cabeza entre sus brazos sobre el lavamanos y empez a dejar correr agua caliente por entre mi cabello. Verti el contenido de los envases sobre mi cabello, lav y acondicion mis largos rizos, envolvi mi cabello en una toalla y me llev, junto con la manguera y el armazn de la intravenosa, de regreso a la cama. Lo hizo con tanta delicadeza que ni un punto de la sutura lo resinti.Mi esposo, quien jams en la vida haba utilizado una secadora, sac una y me sec el cabello, entretenindome todo el tiempo dndome, segn l, consejos de belleza. Luego continu, basndose en la experiencia de verme arreglar mi cabello durante los ltimos doce aos. Me re cuando se mordi el labio, ms serio que cualquier estudiante de belleza. Me lav los hombros y el cuello con una toalla caliente, con cuidado de no lastimar el rea alrededor de la ciruga, y me frot locin en la piel. Entonees abri mi bolso de cosmticos y empez a aplicarme el maquillaje. Jams olvidar cmo nos remos mientras trataba de aplicarme el rmel y rubor. Abr los ojos todo lo que pude y sostuve la respiracin mientras con manos temblorosas me aplicaba rmel en las pestaas. Me aplic rubor en las mejillas con un pauelo desechable para matizar el color, y para el ltimo toque, me mostr dos lpices labiales.Cul? Malva o vino apagado? pregunt. Aplic el lpiz labial como artista que pintaba sobre un lienzo y luego sostuvo el espejo para que yo me viera.De nuevo era un ser humano. Un poco hinchada, pero ola a limpio, mi cabello caa suave sobre mis hombros y me volv a reconocer.Qu piensas? pregunt. Comenc a llorar de nuevo, esta vez de agradecimiento. No, preciosa. Vas a destruir mi trabajo me reprendi, y solt la carcajada.Durante esa difcil poca de nuestra vida se me dio slo el 40 por ciento de posibilidades de sobrevivir ms de cinco aos. Eso fue hace siete aos, y he salido adelante durante todo este tiempo gracias al consuelo que me da Dios, a la ayuda de mi maravilloso esposo y a lo mucho que me ro. Este ao vamos a celebrar nuestro aniversario nmero diecinueve, y nuestros hijos ya son adolescentes. Richard comprendi lo que significaba la vanidad y las tonteras en medio de la tragedia. En aquellos momentos todo lo que haba dado por hecho se me tambale, esto es, ver a mis hijos crecer, mi salud, mi futuro. Con un solo acto de bondad, Richard me devolvi a la normalidad. Siempre considerar ese momento como una de las mayores muestras de amor de nuestro matrimonio.

T. Suzanne EllerUna suave caricia

Lo que proviene del corazn, conmueve al corazn.

Don Sibet

Michael y yo casi ni nos enteramos cuando la mesera lleg y coloc los platos en nuestra mesa. Estbamos sentados en un ntimo y pequeo restaurante de especialidades en la calle Tercera de la ciudad de Nueva York. Incluso el olor de los recin llegados panqueques no perturb nuestra entusiasmada pltica. De hecho, permanecieron cubiertos con la crema acida por un buen rato. Nos disfrutbamos demasiado el uno al otro como para comer.Nuestra conversacin era animada, aunque no profunda. Nos remos sobre la pelcula que habamos visto la noche anterior y discrepamos sobre el significado del texto que acabbamos de terminar para nuestro seminario de literatura. Me habl del momento en que dio el drstico paso hacia la madurez al decidir ser Michael y rehusarse a responder a "Mikey". Tena doce o catorce aos? No lo recordaba, pero s se acordaba de que su mam haba llorado y deca que estaba creciendo demasiado rpido. Al dar un bocado a nuestros panqueques con arndanos, le platiqu sobre los arndanos que mi hermana y yo solamos recoger cuando visitbamos a nuestros primos en el campo. Le coment que yo siempre me acababa los mos antes de regresar a la casa, y que mi ta siempre me adverta que sufrira un fuerte dolor de estmago, cosa que nunca sucedi.Mientras nuestra agradable conversacin prosegua, mi mirada se dirigi al otro extremo del restaurante y se detuvo en la pequea mesa de la esquina donde se encontraba una pareja de edad avanzada. El vestido de flores de ella pareca tan desteido como el cojn donde haba colocado su desgastado bolso de mano. La coronilla de l brillaba tanto como el huevo pasado por agua que coma a bocaditos. Ella tambin coma su avena a ritmo lento, casi tedioso.Pero la razn por la cual mis pensamientos se dirigieron hacia ellos fue su imperturbado silencio. Me pareci como que una vacuidad melanclica permeaba su pequea esquina. Mientras el intercambio entre Michael y yo iba de risas a susurros, de confesiones a aseveraciones, el intenso silencio de esta pareja me impresion. Qu triste, pens, no tener nada ms que decirse. Ya no quedaba ninguna pgina por pasar en la historia de cada uno? Y si eso nos llegara a suceder a nosotros?Michael y yo pagamos la pequea suma de nuestra cuenta y nos levantamos para retirarnos del restaurante. Al pasar por la esquina donde se encontraba sentada la pareja de ancianos, por accidente se me cay el monedero. Al inclinarme para recogerlo, not que por debajo de la mesa sus manos libres se entrelazaban. Todo el tiempo haban estado tomados de las manos.Me levant y me sent insignificante por este sencillo pero profundo acto de conexin que acababa de tener el privilegio de atestiguar. La suave caricia de este hombre en los dedos fatigados de su esposa llenaba no slo lo que yo momentos antes percib como un rincn emocionalmente vaco, sino tambin mi corazn. El suyo no era el incmodo silencio cuya amenaza uno siempre siente justo cuando se termina de platicar un chiste o al final de una ancdota en una primera cita. No, la suya era una serenidad relajada, cmoda, un amor delicado que saba que no siemprenecesitaba palabras para expresarse. Tal vez esta hora de la maana la haban compartido desde mucho tiempo atrs, y tal vez hoy no haba sido muy diferente de ayer, pero ellos se sentan satisfechos con eso, y con tenerse el uno al otro.Quiz, pens al salir junto con Michael, no sera tan malo si algn da eso nos sucediera a nosotros, tal vez hasta sera algo agradable.

Daphna RennQu significa ser amante?

Presencia es ms que slo estar ah.

Malcolm Forbes

Qu significa ser amante? Es ms que slo estar casado o hacerle el amor a alguien. Millones de personas estn casadas, millones de personas tienen sexo, pero pocas son verdaderos amantes. Para ser un verdadero amante, uno tiene que comprometerse y participar en una danza perpetua de intimidad con su pareja.Uno es amante cuando aprecia el regalo que su pareja es, y todos los das exalta ese regalo.Uno es amante cuando recuerda que su pareja no le pertenece, que es slo un prstamo del universo.Uno es amante cuando comprende que ningn suceso entre los dos es insignificante, que todo cuanto se dice en la relacin tiene el potencial de causar en el ser amado felicidad o afliccin, y que todo lo que hace fortalece o debilita su lazo de unin.Uno es amante cuando comprende todo esto, y as despierta cada maana pleno de gratitud de que existe otro da en el cual amar y disfrutar a su pareja.Cuando uno tiene un amante en su vida, es muy afortunado. Ha recibido el regalo de tener a otra persona que ha elegido caminar a su lado. l o ella compartir sus das y sus noches, su cama y sus preocupaciones. Su amante ver partes secretas de usted que nadie ms puede ver. Elo ella tocar lugares de su cuerpo que nadie ms toca. Su amante le encontrar en donde usted ha estado oculto, y le crear un refugio dentro de unos brazos amorosos y confiables.Su amante le ofrece un mar de prodigios todos los das. l tiene el poder de deleitarla con su sonrisa, su voz, la fragancia de su cuello, la manera como se mueve. Ella tiene el poder de disipar su soledad. l tiene el poder de transformar lo ordinario en sublime. Ella es su entrada al cielo aqu en la tierra.

Barbara De Angelis, doctora en filosofa2

AL ENCUENTRO DEL AMOR VERDADERO

De todo ser humano se eleva una luz que llega directo al cielo, y cuando dos almas que estn destinadas a estar juntas se encuentran, los haces de luz fluyen juntos y una sola luz ms brillante mana de esos seres unidos.

Ba 'al Shem TovUna prueba de fe

El amor cura a las personas; tanto a las que lo dan como a las que lo reciben.

Karl Menninger

Un ligero fro se sinti en el aire nocturno cuando Wes Anderson se introdujo en su sedn plateado. Eran las 8:30 de la noche del 7 de marzo de 1994, y el corpulento ministro de treinta y cuatro aos de la iglesia cristiana Carmichael de Sacramento, California, acababa de terminar una reunin con varios miembros de la iglesia.Que tenga una buena noche, pastor le dese un miembro de su congregacin.La tendr contest Wes, y luego, con su acento de Tennessee, les advirti sin enojo... espero verlos a todos el domingo.Wes estudiaba derecho penal en la universidad cuando sinti el llamado a la iglesia. Lleg a Carmichael en 1992, y la congregacin de 110 miembros respondi afectuosa al hombre de buen trato y amplia sonrisa.Al ir rumbo a casa, Wes vio a Dorothy Hearst, una de sus feligreses, de setenta y ocho aos, trabada en un atorn de defensas de tres autos. Wes se detuvo para ayudar y sinti gran alivio al ver que ella slo temblaba un poco. De pronto, unas luces se dirigieron a toda velocidad hacia ellos iluminndolos.Dorothy! grit Wes. Nos va a atropellar! Wes la empuj fuera de la trayectoria de la camioneta justo enel momento en que se estrellaba a su derecha, prensndolo contra el carro de Dorothy. Su pierna derecha le explot de dolor, despus se qued tirado en el asfalto retorcindose con la pierna derecha casi cercenada.Cuando lleg la ambulancia al centro mdico Davis de la Universidad de California, un mdico introdujo en la mano del pastor un formato de consentimiento quirrgico.No hay otra forma de decir esto profiri. Es probable que tengamos que amputar su pierna derecha.Poco despus de la ciruga, Wes sinti un terrible calambre en la pantorrilla derecha. Se estir para reconfortar el rea, pero al sentir que no haba nada ah, se sobrecogi.Dolores fantasmas es decir, la sensacin fsica que experimentan las personas a quienes se les ha amputado un miembro cuando el cerebro percibe que aqul an est ah, aparecan y desaparecan como tormentosos fantasmas. Las agudas y violentas punzadas en la pierna que ya no exista lo hacan respingar una y otra vez. Todo esto a causa de James Alien Napier, un conductor ebrio que slo pasara ocho meses en prisin.Conforme pasaban los das, Wes se deprima. Cirugas posteriores le haban dejado la pierna restante cubierta de cicatrices, y donde le haban retirado tejido para los injertos de piel, le haban quedado costurones rojos que se entrecruzaban en su estmago como mapa de carreteras.No es justo se quej un da con Mike Cook, amigo y pastor de la iglesia cristiana vecina de Carmichael en Sylvan Oaks. Me hubiera gustado tener esposa e hijos algn da. Qu mujer podra amarme con todas estas heridas y cicatrices?La vida no es justa contest Mike, o supones que debera de serlo? T has visto cmo le suceden cosas terribles a gente buena. Recuerda, Wes, t salvaste una vida. S que es difcil creerlo, pero Dios tiene sus razones.Wes mir a lo lejos, l tambin aconsejaba a su rebao conservar la fe en momentos difciles. "Dios siempre tiene un plan", sola decirles. "Confa en su voluntad". Pero las palabras que alguna vez consider muy poderosas, de pronto le parecieron insignificantes.Un reportero del Sacramento Bee llam a Wes, quera publicar su historia. Su instinto dijo no, no quera que se le presentara como hroe, pero el reportero prometi narrar tan slo lo sucedido, as que Wes finalmente acept. Quin sabe, pens, tal vez pueda hacerle algn bien a alguien.Virginia Bruegger dej caer el Sacramento Bee del 16 de marzo de 1994 sobre su cama. Como de costumbre, sortear su da no le haba sido fcil. Primero, su auto no haba querido arrancar, luego perdi el autobs. Durante el ltimo ao y medio, esta madre divorciada de treinta y ocho aos de edad haba adoptado una rutina de clases, estudio y prcticas muy severa para poder adquirir el grado de licenciatura en ciencias de la conducta en la Universidad de California en Davis. Ahora que en su ltimo ao se acercaban los exmenes parciales, su escaso presupuesto llegaba al lmite.Justo cuando se sent esa noche a la mesa de su cocina para estudiar, su hijo de diecisis aos, Steven, se intoxic con algn alimento. A las tres de la maana Virginia se arrastr a su recmara, agotada. De pronto sinti que la presin la estaba consumiendo. Estarhaciendo lo correcto? se pregunt. Encontrar trabajo despus de graduarme?El encabezado de un peridico salt a su vista. "Pastor pierde pierna al salvar a una mujer en colisin automovilstica". Tom la seccin y empez a leer.Dios mo, pens, por lo que ha pasado este hombre. Virginia se detuvo en la cita que el pastor daba como la razn para narrar su historia, esto es, que tal vez ayudara a "encauzar la vida espiritual de la gente".Es como si se dirigiera precisamente a m, pens. De nia, Virginia haba recibido educacin religiosa en el pequeo poblado de Bushton, Kansas. Pero desde que se divorci, se haba alejado de su fe, y para entonces apenas si poda recordar alguna oracin.Cuando apareci la luz del sol, record que sus clases empezaran en pocas horas. No hoy, pens Virginia. Algo le deca que tena que conocer a ese hombre.Al despertar de su sptima ciruga en diez das, Wes no supo qu hacer con la mujer parada en la puerta y que llevaba consigo una pequea maceta con una hiedra. Sus chispeantes ojos cafs le mostraron una mirada tmida hasta que sonri; entonces todo su rostro se ilumin.Slo quera darle las gracias comenz Virginia, buscando las palabras. Qu le digo?, se pregunt. Docenas de tarjetas cubran un estante junto a su cama y otras tantas colgaban en una pared. Flores que haban enviado amigos, familiares y los feligreses de Wes, adornaban todos los rincones. Su historia haba conmovido obviamente a muchas personas, no slo a ella.Le el artculo en el peridico, y tena que hacerle saber lo que su historia me inspir manifest Virginia. Cambi la perspectiva de mi situacin, ya que estoy pasando por tiempos difciles.Parecerquejumbrosa? se pregunt. Este hombre, despus de todo, pas por una verdadera prueba, no como yo, que slo tengo problemas de cuentas y estudios. La expresin de Wes le dio confianza. Su historia me ayud a comprender que necesitaba encauzar de nuevo mi relacin con el Seor.Wes estudi a la desconocida. Desde su estancia en el hospital apenas si haba tenido un momento sin dolor, pero en ese instante su mente estaba menos consigo mismo y ms en cmo poder ayudar.Va usted a alguna iglesia? pregunt.Virginia neg con la cabeza. Algo tan sencillo. Dio directo en el problema, pens; se estir y le ofreci la mano para despedirse. Wes se la tom pero de inmediato la solt. Espero no haber sido muy atrevida, pens.Wes no haba querido separarse, haba sido por instinto, todava se senta herido y estaba agotado. No obstante, le pareci curioso que ella le hubiera dado las gracias y por alguna razn era l quien se senta mejor.A la semana de conocer a Wes, Virginia encontr una iglesia cerca de su casa y le envi una nota. Luego, dos semanas ms tarde lo visit por segunda ocasin; entonces platicaron sobre sus vidas, sobre las clases y las perspectivas de trabajo de Virginia, y sobre los resultados de la terapia fsica de l.Se puede platicar tan bien con l, reflexion Virginia de regreso a casa. Luego, ocasionalmente le enviaba una nota o pasaba a visitarlo.Unos dos meses despus del accidente, Virginia telefone a Wes, quien con voz que apenas poda ocultar la emocin le inform:Hoy me han dado de alta!Al colgar, un sentimiento inexplicable invadi a Virginia. Salt a su auto y a toda velocidad se dirigi al centro mdico.Qu hace aqu? pregunt Wes, mostrando su sorpresa.No s muy bien contest Virginia un poco agitada . Slo sent que deba estar aqu.Bueno, me da gusto que haya venido exclam sonriendo.Al acercarse a su pequea iglesia con estructura en forma de A, los ojos de Wes se comenzaron a empaar. En una cerca de hierro forjado docenas de moos amarillos lucan como flores radiantes. Los nios de la escuela primaria de la iglesia daban saltos de alegra y saludaban hacia su auto. Mantas proclamaban: "Le amamos! Bienvenido a casa, seor Anderson!".Virginia tambin sinti aparecer las lgrimas.En junio, portando toga y birrete, Virginia camin or-gullosa por el pasillo de un auditorio y recibi su ttulo. Al no poder asistir por sus deberes eclesisticos, Wes le mand flores de felicitacin. Unas noches despus los dos amigos y sus padres se reunieron a cenar. Tenan mucho en comn. Los padres de ambos haban estado casados durante ms de cuarenta aos; ambos haban crecido dentro de la iglesia metodista.Incluso hablas como yo! brome Wes.Tal vez arrastro las palabras respondi Virginia divertida, pero no lo hago tan mal.En casa Wes terminaba de abotonarse la camisa preparndose para ir a la iglesia cuando de pronto sinti que se caa de espaldas. Cay exactamente sobre su mun y grit en agona. Pas los nueve das siguientes en cama. Siempre se haba sentido orgulloso de ser independiente y fuerte, ahora, la duda y la depresin lo aplastaban. Hasta empez a cuestionar su relacin con Virginia.En verdad me gusta coment Wes a Mike, pero me preocupa que esto sea slo un acto de compasin. Y es que, bueno, nunca fui una estrella de Hollywood, pero mrame ahora.Wes, no eres menos de lo que fuiste antes del accidente respondi Mike. Lo que importa es lo que hay adentro.Pasaron varios das desde la ltima vez que Virginia supo algo de Wes. Pens en su ltimo encuentro, una visita al monumento nacional de los bosques de Muir. Habr hecho algo mal?, se pregunt Virginia. Haban hablado con franqueza sobre su divorcio haca ocho aos y su lucha por conseguir una mejor vida para ella y Steven. Cuando haba salido con otros hombres, le haba preocupado hasta dnde podran llegar las cosas, y con Wes eso nunca cruz por su mente. Es diferente de todos los dems hombres que he conocido, pens Virginia.Cuando Wes finalmente llam, invit a Virginia a la feria estatal y la sorprendi conduciendo su propio auto, recin adaptado para usarse con una sola pierna. Bajo un cielo cubierto de estrellas se sentaron y observaron los fuegos artificiales.Comenzaba a preguntarme cundo te volvera a ver declar Virginia.Lo siento respondi Wes. Lo que sucede es que no tengo mucha experiencia, y si decido salir con alguien, lo tomo en serio. Valoro nuestra amistad y jams quisiera ponerla en peligro. Yo slo...Virginia lo interrumpi:Wes, antes de que vayas ms lejos...Wes baj la mirada. Aqu es donde ella dir que slo seamos amigos.Tienes que saber que me importas como persona continu Virginia, no me interesa si tienes una pierna o dos. Para m, t eres un hombre ntegro, una persona completa.Wes escuch sorprendido y declar con la voz entrecortada de emocin: Te amo.Yo tambin te amo respondi Virginia, y se besaron por primera vez.En esa Pascua, Wes y Virginia ayudaron a organizar un servicio al aire libre al salir el sol. A Wes se le dificult caminar sobre el pasto hmedo con la pierna artificial y perdi el equilibrio, se cay y sinti de nuevo las viejas flamas de la ira, la frustracin y la duda.Virginia corri a su lado pero Wes no levant la vista, temeroso de lo que pudiera ver. Temor? Compasin? YX nunca dud de ella, pero se sinti muy vulnerable, se vio como un hombre adulto, pero intil.En ese momento comprendi la verdad. Me he concentrado en el exterior, cuando es mi interior el que realmente necesita atencin.Virginia y un amigo ayudaron a Wes a levantarse. Estaba tembloroso y avergonzado, pero al menos no tena miedo. Esto es lo que soy, comprendi, un hombre que habr de caerse pero que se levantar cada vez ms fortalecido.El 27 de mayo de 1995, Wes, con un esmoquin blanco y apretando un bastn negro, entr por una puerta lateral al altar de la iglesia cristiana Carmichael. Luego mir hacia la entrada cuando Virginia, portando un vestido blanco adornado con cuentas, se le acercaba, escoltada por sus padres.La iglesia estaba llena cuando Mike Cook ofici la ceremonia nupcial.Dos son mejor que uno profiri Mike, leyendo del Eclesiasts. Si uno cae, su amigo le puede ayudar. Pero es digno de compasin el hombre que cae y no tiene quien le ayude a levantarse.Al terminar el servicio, Wes se par frente a un tramo de escalera que conduca a la congregacin, y tomando de la mano a Virginia, descendi, escaln por escaln, hasta llegar abajo.Poco ms de un ao antes, Wes haba cuestionado el plan de Dios.Ahora no dudaba.

Bryan SmithMercanca deteriorada

Las partculas de polvo bailaban en el rayo de sol que suministraba la nica luz en la oficina del rabino, quien, sentado en el silln de su escritorio, se ech hacia atrs y suspir mientras se acariciaba la barba. Luego tom sus anteojos de armazn metlica y distrado los limpi con su camisa de franela.As que declar el rabino usted es divorciada y ahora quiere casarse con este buen muchacho judo. Cul es el problema?Acun su barbilla griscea con la mano y me sonri tranquilo.Me dieron ganas de gritar. Cmo que cul es el problema? Primero, soy cristiana; segundo, soy mayor que l; tercero, y de ningn modo lo menos importante, soy divorciada! De cualquier modo, mir dentro de sus suaves ojos color caf y trat de ordenar las palabras.No cree tartamude que ser divorciado es como haber sido usada? Como si fuera mercanca deteriorada?Se acomod de nuevo en su silln y se estir de modo que qued mirando hacia el techo. Se acarici la poca barba que cubra su mentn y cuello, luego recuper su lugar detrs del escritorio y se inclin hacia m.Digamos que usted se tiene que operar. Digamos que puede elegir entre dos mdicos. A quin escogera? Al que acaba de salir de la escuela de medicina o al que tiene experiencia?Al que tiene experiencia respond, y se le arrug el rostro por la sonrisa.Yo tambin contest y fij sus ojos en los mos. As que en este matrimonio usted ser la de la experiencia. Eso no es tan malo."Hay ocasiones en que los matrimonios tienden a perder el rumbo. Se ven atrapados en corrientes peligrosas, se salen de su curso y se dirigen hacia bancos de arena ocultos. Nadie lo advierte sino hasta que es demasiado tarde. En su rostro veo el dolor de un matrimonio que fracas. En este matrimonio usted ser quien perciba si est por perder el rumbo, dar el grito de alerta cuando vea las rocas y lo dar a conocer para recuperar la direccin. Usted ser la persona con experiencia aclar. Y crame, eso no es tan malo, nada malo".Camin hacia la ventana y atisbo entre las tablillas de la persiana.Ver usted, aqu nadie sabe nada de mi primera esposa. No es que lo oculte, pero no hablo mucho al respecto. Ella muri antes de mudarme aqu, al comienzo de nuestro matrimonio. En la actualidad, ya entrada la noche, pienso en todas las palabras que nunca dije, pienso en todas las oportunidades que dej pasar en ese primer matrimonio y creo que, por la mujer que perd, ahora soy un mejor marido para mi actual esposa.Por primera vez comprend la tristeza en sus ojos. Ahora entenda el porqu opt por hablar con este hombre sobre el matrimonio, en lugar de tomar la ruta fcil de casarnos fuera de ambas religiones. La palabra "rabino" significa maestro. De algn modo supe que l poda ensearme algo, incluso proporcionarme el valor que necesitaba para intentarlo una vez ms; para casarme y amar de nuevo.Yo los casar a usted y a su David declar el rabino, si me promete que usted ser quien d el grito de alerta cuando vea que el matrimonio est en peligro.Le promet que lo hara y me levant para retirarme.Por cierto me dijo mientras me encontraba yo todava titubeante en el umbral de su puerta, le han dicho alguna vez que Joanna es un buen nombre hebreo?Han pasado diecisis aos desde que el rabino nos cas a David y a m una maana lluviosa de octubre. Y s, varias veces he dado el grito de alerta, cada vez que he sentido que nos encontramos en peligro. Le dira al rabino lo mucho que me ha servido su analoga, pero no puedo, ya que muri dos aos despus de nuestra boda. Pero siempre le estar agradecida por el inapreciable regalo que me hizo: la sabidura de comprender que todas nuestras experiencias en la vida no nos hacen menos valiosos ni nos incapacitan para amar, sino todo lo contrario.

Joanna SlanLa profeca de la galleta de la fortuna

No hay sorpresa ms encantadora que la sorpresa de ser amado; es el dedo de Dios sobre el hombro del hombre.

Charles Morgan

Nle cas tres veces antes de llegar a los siete aos de edad.Gary, mi hermano mayor, fue quien celebraba las ceremonias en nuestro stano. Gary era excelente entreteniendo a los nios de la familia y a los del vecindario con sus creativas ideas. Como yo era el ms pequeo de nuestro grupo, a menudo me encontraba en el extremo receptor de su creatividad.Lo que ms recuerdo de esas bodas, es que todas las nias eran por lo menos cinco aos mayores que yo, y que todas tenan bellos ojos que chispeaban cuando rean. Esas bodas me ensearon a imaginar lo que sera encontrar un da a mi alma gemela y estar seguro de que la reconocera por sus hermosos ojos.La pubertad me lleg tarde. A los quince aos todava me atemorizaba el sexo opuesto, sin embargo, todas las noches oraba por la muchacha con quien me casara. Peda a Dios que la ayudara a salir bien en la escuela, a ser feliz y tener vigor, estuviera donde estuviera y fuera quien fuera.A los veintin aos bes por primera vez a una muchacha. De ah en adelante sal con muchas jvenes hermosas y con talento, buscando a la mujer por quien haba orado en mi juventud y todava seguro de que la reconocera por sus ojos.Un da son el telfono.Don era mi madre, recuerdas que te habl de los Addison, la familia que se mud junto a nosotros? Bueno, Clara Addison me insiste en que te invite a jugar naipes una noche.Lo siento, mam, tengo una cita para esa noche.Cmo es posible si ni siquiera te he dado la fecha? respondi mi madre exasperada.No importa cundo. Estoy seguro de que los Addison son gente agradable, pero no voy a perder una noche haciendo vida social con personas que no tienen hijas solteras.As de terco era, estaba seguro de que no haba razn para que yo fuera a visitar a los Addison.Pasaron los aos, llegu a los veinticinco y mis amigos se empezaron a preocupar por mis perspectivas. Me siguieron concertando citas con desconocidas, muchas de las cuales fueron un fiasco e interferan con mi vida social. As que fij ciertas reglas para este tipo de citas: 1.Ninguna cita recomendada por mi madre (las mamas no entienden el factor del atractivo sexual). 2.Ninguna cita recomendada por una mujer (se sobrevaloran unas a otras). 3.Ninguna cita recomendada por un amigo soltero (si ella es tan magnfica, cmo es que l no ha salido con ella?).

Con tres simples pasos elimin el 90 por ciento de mis citas a ciegas, incluso una propuesta de mi vieja amiga Karen. Karen.me llam una noche para decirme que se haba hecho buena amiga de una hermosa muchacha que la haca pensar en m. Dijo que saba que nos entenderamos muy bien.Lo siento declar, ests descalificada por la regla nmero dos.Don exclam, ests loco y tus absurdas reglas estn eliminando a la chica que has estado esperando. Pero haz lo que quieras, slo anota su nombre y nmero telefnico, y cuando cambies de opinin, llmala.Para que Karen me dejara de molestar con eso, le asegur que lo hara. El nombre de la muchacha era Susan Maready. Jams le llam.A las pocas semanas me top con mi viejo camarada Ted en la cafetera de la universidad.Ted exclam, te ves como si anduvieras sobre nubes!Puedes ver estrellas bajo mis pies? contest riendo . Lo que sucede es que anoche me compromet. Hey, felicidades!Gracias manifest, a los treinta y dos aos ya estaba dudando que alguna mujer me pudiera amar sac de su bolsillo su cartera y, tomando una actitud seria, continu: Mira, ve esto.Era una tira delgada de papel de las que uno encuentra dentro de las galletas de la fortuna, que sentenciaba: "Te casars antes de un ao".Es una locura exclam. Casi siempre dicen algo que se le puede aplicar a cualquiera, como: "tienes personalidad magntica". Con esa se arriesgan un poco ms.No es broma respondi, y mrame ahora.Unas semanas despus, mi compaero de cuarto, Charlie, y yo fuimos a cenar a un restaurante chino. Le platiqu esta historia sobre la prediccin de la galleta de la fortuna de Ted y su subsecuente compromiso. En ese momento el mesero nos traa nuestras galletas de la fortuna de postre. Charlie se ri de la coincidencia cuando abrimos nuestras galletas. La ma deca: "Tienes una personalidad magntica", la suya: "T o un buen amigo se casarn en menos de un ao". Un escalofro me subi por la columna vertebral. Era realmente extrao. Algo me impuls a que le pidiera a Charlie que me permitiera quedarme con su papelito de la fortuna, a lo que accedi con una sonrisa.No haba pasado mucho tiempo de eso cuando mi compaero de clase Brian me dijo que me quera presentar a una joven de nombre Susan Maready. Estaba seguro de haber escuchado ese nombre antes, pero no poda recordar cundo o dnde. Como Brian estaba casado, no rompa mis "reglas" sobre los hombres solteros, as que acept su ofrecimiento para conocer a Susan.Susan y yo hablamos por telfono y planeamos un paseo en bicicleta y una comida campestre. Despus nos conocimos, y tan pronto la vi, mi corazn comenz a latir con fuerza sin poderse detener. Los grandes ojos verdes de Susan me produjeron algo que no me poda explicar pero que mi interior saba que era amor a primera vista.Despus de esa maravillosa noche record que no era la primera vez que alguien quera que conociera a Susan. Todo me vino a la mente. Su nombre me haba estado apareciendo por todas partes durante mucho tiempo. As que en cuanto pude platicar con Brian a solas, le pregunt qu saba l. Se mostr indeciso y trat de cambiar de tema.Qu sucede, Brian? pregunt. Tendrs que preguntrselo a Susan fue todo lo que respondi. Y as lo hice.Te lo iba a decir manifest ella. Te lo quera decir.Anda, Susan insist Decirme qu? No me gusta estar en suspenso.He estado enamorada de ti por aos profiri, desde la primera vez que te vi por la ventana de la sala de los Addison. S, yo soy la muchacha que ellos queran que conocieras, pero t no dejabas que nadie nos presentara. No permitiste que los Addison nos reunieran, no te fiaste de la palabra de Karen de que nos agradaramos; ya pensaba que nunca te iba a conocer.Mi corazn se inflam de amor y me re de m mismo.Karen tena razn manifest. Mis reglas eran una locura.No ests enojado? pregunt.Bromeas? respond. Estoy impresionado. Ahora tengo una sola regla para las citas a ciegas. Me ech una mirada de extraeza y pregunt: -Cul es?Que no habr ms reglas contest y la bes.A los siete meses ya estbamos casados.Susan y yo estamos convencidos de que somos espritus verdaderamente afines. Cuando tena quince aos y rezaba por mi futura esposa, ella tena catorce y rezaba por su futuro esposo.Despus de algunos meses de casados, Susan me pregunt:Quieres or algo en verdad extrao?Claro contest. Me encanta escuchar relatos de cosas extraas.Bueno, hace unos diez meses, antes de que te conociera, mis amigas y yo fuimos a un restaurante chino, y...Sac de su cartera una tira de papel de una galleta de la fortuna:"Te casars antes de un ao...".

Don BuehnerFuerza de voluntad

Ei ministro acababa de terminar su conferencia sobre el matrimonio en el centro comunitario de la localidad cuando lo abordaron tres parejas. Impresionados por su presentacin, le preguntaron si podan incorporarse a su iglesia.Estn casados? pregunt el ministro. Las tres parejas le aseguraron que s lo estaban y de nuevo preguntaron si podan ser miembros de su congregacin. Bueno, estoy impresionado por su sinceridad respondi el ministro. Pero necesito saber si tomarn en serio su compromiso para la disciplina espiritual. As que para demostrar esto, tienen que pasar una prueba.Haremos cualquier cosa insistieron las tres parejas.Muy bien explic, entonces esta es su prueba: tendrn que practicar la abstinencia total de la intimidad matrimonial durante tres semanas.Las parejas aceptaron y se fueron, prometiendo regresar al final de ese periodo.Tres semanas ms tarde las tres parejas se reunieron de nuevo con el ministro en su estudio en la iglesia.Me da gusto volverlos a ver comenz el ministro, y dirigindose a la primera pareja, pregunt: Bien, cmo les fue a ustedes?Hemos estado casados durante casi treinta aos contest el esposo. As que no hubo problema.Esplndido! exclam el ministro. Bienvenidos a mi iglesia entonces mir a la segunda pareja y pregunt cmo les haba ido con la prueba.Bueno, tengo que admitir que no fue fcil explic la esposa. Ver usted, nosotros slo hemos estado casados cinco aos, as que sentimos la tentacin, pero no camos, y me es grato hacerle saber que aguantamos las tres semanas completas.Bien por ustedes! respondi el ministro con una sonrisa. Bienvenidos a mi iglesia el ministro se dirigi entonces a la tercera pareja, unos recin casados. Y a ustedes? pregunt con dulzura, cmo les fue con la prueba?Bueno, pastor, no le puedo mentir a usted comenz el esposo. Todo iba muy bien hasta esta maana, justo despus del desayuno, cuando mi esposa se agach para recoger una caja de cereal que se le cay al piso. Los dos nos lanzamos al mismo tiempo para recogerla y nuestras manos se tocaron. De inmediato sentimos tanta pasin que dimos rienda suelta a nuestros deseos en ese preciso instante.Aprecio su honestidad respondi el ministro a la pareja. Pero ustedes no pasaron la prueba y temo que no puedo dejarlos entrar en mi iglesia.Est bien, pastor contest el hombre, tampoco nos van a permitir entrar de nuevo a ese supermercado.

Barbara De Angelis, doctora en filosofaDesnudarse por amor

En una clida noche primaveral de abril, en la base area de Iraklion, en Creta, sal de mi dormitorio con una amiga y decid echar un vistazo a una fiesta que se realizaba en la base. Sin novio por el momento, mis ojos automticamente barrieron a la multitud en busca de un prospecto, y se detuvieron en Frank.Ya lo haba visto antes en la base y siempre me pareca atractivo: alto y delgado, cabello negro ondulado, bigote, parecido a Jim Croce. Me detuve junto a l e inici la conversacin.Mientras platicbamos observ que tena una dulce sonrisa y un atractivo acento neoyorquino. (Tremendamente extico para una muchacha que haba crecido entre los maizales de Indiana). Pero no fue slo su buen ver y acento lo que me cautiv. Era un muchacho en verdad agradable con quien se poda platicar y, lo mejor de todo, que me haca rer.Estaba tan absorta con Frank y su deliciosa conversacin, que al principio no me percat de la conmocin a nuestro alrededor. Demasiado tarde levant la vista slo para ver un destello de carne desnuda desaparecer a la vuelta de la esquina del edificio. Todos a nuestro alrededor rean como histricos y sealaban en esa direccin. De pronto comprend lo que me haba perdido.Mis primeros desnudistas! exclam agitada. Y luego reprend a Frank echndole la culpa: Y me los perd por ti!Frank me mir como si en verdad estuviera apenado.Lo siento, les pedir que lo hagan de nuevo para ti.No pens que Frank hablara en serio, pero antes de que pudiera decir una palabra, se levant del suelo donde estbamos sentados y desapareci a la vuelta de la esquina del dormitorio.Unos cuantos minutos despus escuch el estruendo de risas de la multitud. Gir la cabeza y ah estaban los dos desnudistas tan desvestidos como bebs, corriendo de nuevo como demonios enloquecidos por el tramo de csped entre dos dormitorios. De pronto mis ojos se agrandaron. Un tercer relmpago desnudo acompaaba a los otros dos. Era alto y delgado, con cabello negro ondulado y bigote, parecido a Jim Croce.Unos minutos despus reapareci a mi lado con respiracin entrecortada, actuando como si nada hubiese sucedido. Resultaba extrao que Frank se hubiese perdido todo el asunto, o por lo menos eso dijo.Gracias expres algo seca, no tenas que pasar por tantos problemas para impresionarme.Se encogi de hombros con una sonrisa disimulada.Bueno, no poda dejar que te perdieras de tus relmpagos desnudos.Qu poda yo decir? Lo haba hecho por m.Ese fue el inicio de nuestra relacin. Han pasado veintitrs aos y tenemos dos maravillosos hijos adultos. Frank ya no hace nudismo, considera que ya no corresponde a su estilo de vida, pues ahora es un respetable programador de computacin.Bueno, todava se desnuda, pero no para el pblico en general.Todos los que se enteran de la historia de nuestro primer encuentro piensan que vi algo especial que me gust esa noche cuando Frank pas como relmpago frente a m "en cueros". Me gust... su personalidad.

Carola BellaceraLimonada y una historia de amor

Ei amores el camino que yo transito por gratitud.

A Course in Miracles

Conduciendo por una desrtica carretera de Indiana, me top con un anuncio de "limonada fresca" y me dirig hacia all. Esperaba una estacin de gasolina o una tienda, pero para mi sorpresa, se trataba de una casa. Un anciano se hallaba sentado en el pr