SosRE MoDo DE p¡oR¡ B¡ncn Zeu¡nm¡e · El título del primer ensayo fue "Int¡oducción...

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SosRE nr, MoDo DE pREDTcAR sncú¡¡ nr p¡oR¡ JosÉ on B¡ncn v Zeu¡nm¡e Yeúnica Zam¿oza Archiro Gene l de h Naalón En la Bibüoteca Nacional se consetva un volumen en 4o impreso en Puebla en 1693 por Diego Rmández deI,eó¡, cnyo tífilo es Epí¡kl¿ exorÍatlria er orden a qte lot predicadoret euargélicor xo priuen de la do¡trira a la¡ dlmd¡ er lot sermoxe¡ de futat. El autor de esta breve obta fue el español José de Barcia y Zambrana, uno de los predicadores más difundidos en España y sus provincias Desde las ultimas décadas del siglo xt'tt hasta bien entada la siguiente centuda, llegaron a México numerosas ediciones de su pdncipal obta, el Der perlador Chrisliaxo,l en la que enseña a predicar sermones de mane- ta cla:,]?^ y eficaz, La ampüa difusión de sus textos hace suponet el gran interés que tenían las autoridades por dar impulso a sus ideas en tor- no a la fo¡ma cor¡ecta de predicat, es decir, en dirección cott¡aria ala predicación culta. El presente tabajo tiene como fin dat un panora- ma de su obra y particularmente, abundat en las ideas que defendió en torno a la predicación apuntadas en s,r Epírtlla exzrlatoia,Io quc permitirá, en un futurq acercaJnos a la otatoda de su tiempo L EI número de fondos que actualmente cuenl¿ con una o má5 obras de este ¿utor es ampfsimo. Bn Méxicor S¿n Agusth, san SebastiárL safl Cosme, san h¿ncisco, €l Cole- gio de san Ju¿n de L€trán, el Colegio de san Itmando de pmpaganda fide, Congrega- ción d€l or¿torio de san klipe Neri, Nuestrr seño¡a de los ángeles de Churubusco, s¡n Diego, La Merc€d, sant¿ Ma¡ía d€ todos los santos, y la catedral mehopolitan¿; en el Estado de Maicoi San hanciscoJarier de ftpolzotlán; en Puebla: Sant¿ Mónica; en Querétarc: San Agustln, santa lbr€sa, sall Ántonio, san h¿ncisco, sa¡ hancisco del pueblic0; en Guan¿iuato: San Pablo ltuririahpundaro; y en Zacal€casr Nuestr¿ sefrora de cu¿dalupe. hndo bibliogr.ífico conventual del INAH, (disco compacto). 239 http://www.iifilologicas.unam.mx/pnovohispano/ Cultura novohispana. Estudios sobre arte, educación e historia / Universidad Autónoma de Zacatecas / ISBN: 968-5923-38-8

Transcript of SosRE MoDo DE p¡oR¡ B¡ncn Zeu¡nm¡e · El título del primer ensayo fue "Int¡oducción...

SosRE nr, MoDo DE pREDTcAR sncú¡¡ nr p¡oR¡

JosÉ on B¡ncn v Zeu¡nm¡e

Yeúnica Zam¿ozaArchiro Gene l de h Naalón

En la Bibüoteca Nacional se consetva un volumen en 4o impreso en

Puebla en 1693 por Diego Rmández deI,eó¡, cnyo tífilo es Epí¡kl¿exorÍatlria er orden a qte lot predicadoret euargélicor xo priuen de

la do¡trira a la¡ dlmd¡ er lot sermoxe¡ de futat. El autor de esta

breve obta fue el español José de Barcia y Zambrana, uno de los

predicadores más difundidos en España y sus provincias Desde las

ultimas décadas del siglo xt'tt hasta bien entada la siguiente centuda,

llegaron a México numerosas ediciones de su pdncipal obta, el Derperlador Chrisliaxo,l en la que enseña a predicar sermones de mane-

ta cla:,]?^ y eficaz, La ampüa difusión de sus textos hace suponet el gran

interés que tenían las autoridades por dar impulso a sus ideas en tor-no a la fo¡ma cor¡ecta de predicat, es decir, en dirección cott¡aria alapredicación culta. El presente tabajo tiene como fin dat un panora-

ma de su obra y particularmente, abundat en las ideas que defendió

en torno a la predicación apuntadas en s,r Epírtlla exzrlatoia,Io quc

permitirá, en un futurq acercaJnos a la otatoda de su tiempo

L EI número de fondos que actualmente cuenl¿ con una o má5 obras de este ¿utor es

ampfsimo. Bn Méxicor S¿n Agusth, san SebastiárL safl Cosme, san h¿ncisco, €l Cole-

gio de san Ju¿n de L€trán, el Colegio de san Itmando de pmpaganda fide, Congrega-

ción d€l or¿torio de san klipe Neri, Nuestrr seño¡a de los ángeles de Churubusco, s¡nDiego, La Merc€d, sant¿ Ma¡ía d€ todos los santos, y la catedral mehopolitan¿; en el

Estado de Maicoi San hanciscoJarier de ftpolzotlán; en Puebla: Sant¿ Mónica; en

Querétarc: San Agustln, santa lbr€sa, sall Ántonio, san h¿ncisco, sa¡ hancisco del

pueblic0; en Guan¿iuato: San Pablo ltuririahpundaro; y en Zacal€casr Nuestr¿ sefrora

de cu¿dalupe. hndo bibliogr.ífico conventual del INAH, (disco compacto).

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SoBRI EL MoDo D! PRIDICAR s[cúl{ Er hDR[ JosÉ DE BARcr y ZaME¡INA

El padre José de Barcia y Zambtan4 oigjnario de Málaga, tur.ouna sóüda e importante catrera denfto del ámbito eclesiástico espa-ñol al ocupar diversos cargos Fue canónigo de la Iglesia Colegial delSacto Monte de Granada y de la cated¡al de 'Ioledo; catedrático deSagradas Escrituras, prior del Real Priotato de Santa María de Sar,

obispo de Cádiz y de las Algecitas y predicador de su majestad.Sin descuida¡ sus labores pastorales, B arcia y Zambrana dedtc6

toda su obra lttetaÁa, catgada de una "portentosa erudición,', a lateforma de la prcdicación de su tiempo A] respectq un contemporá-neo opinaba sobre é1 que:

[.. .] se puede dezk sin miedo de etrar, ni riesgo de adulación, que en

estos tiempos de tanta calamidad, en que abundan los ücioq y mise-tiaq y en que parece no queda otro tecursq que pedir a Dios el¡emedio [.. .] Ha dispuesto la divi¡a P¡ovidencia, que aya en Españ¿

un tan insigne, y singular r,zton, que con sus bien templadas tozes en

la predicacion Apostoüca, y la suavidad de sus esc¡itos en los Se¡monez

introduzca en los cotagones Ia doctrina para la refo¡m¿ción de cos-tumbres que assi lo ha hecho su Divina Magesad [...F

Pot experiencia, Batcb y Zur'btana, sabia de la necesidad que teníanlos misionetos de predica¡ doctri¡as clatas y eflcaces en pueblos lei¿-nos y pequeños Para ellq teunió en varios tomos los sermones quehabía esctito du¡ante nueve años y una vez colregidos y aumentados,los imprimió baio el tín:lo de Derpeltddot Cbrirtiarro.3 Ya que, en suopinión, el verdadeto valot de la predicación era gan r almas paraDios y no decir "agudezas para rcctear el oído". Redactó su ob¡a enun lenguaie sencillq reduciendo las citas latinas y recwriendo a nu-

los€ph B¿¡cia y Zambtan r. Suaresrna de sentofl¿s dochinalss, t. Zo, Mafuid, J\urCarcla Inf¿nzón, 1686, aproba.ión de Christoy¿l Ruiz Franco d€ ftd¡osa."Llarno L ff,ll obf¡ Despert4dot, porque siendo caminant€s ¿ lo et€mo, y siendo tanmol€sto €l sueño qu€ oprime al pecador; son las ve¡dad€s golp€s que la dispienan,pa¡a qu€ no pierd¿ el camino en la noche de l¿ muerte, si del todo se d€ja en el sueñodel d€so¡ido en lav€nta de l¿úda.., " Ios€ph Ba¡ciay Zanfuarvpespenahtchthtk tode sernones dodrhales, L l, Granad4 Imprenta Real dc fmncisco de Ochoa, 1677,p¡ólogo.

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v[RóNrcA Z^mcoz^

mefosos símiles para explicar los textos sagrados pues, decía, eran "loque más se imprime a los indoctos".a

E¡ 1677 sahó de las prensas el ptimer tomo t:.rulado Derpeúa-

dor chri¡fian de ¡¿rmone¡ doctrixalet, al que le seguirían en años

posteriores: Deipeltador qrcdtagesitral, Detpertador Diaino 1Exchari$ica, Detpertador narial y por últimq Despertador saxctoral.s

El "benjamín" de la setig como él mismo lo llamaha, era el DeEerta-

dor catechi$ico; sin embargq nunca llegó a pubJicarse.6 En 1ó84 se

publicó un Conpexdio de lo¡ circo t0n0s del Despertador cbri¡liaro

con el fin de que los predicadores no tuvietan "el embarazq y peso de

cinco libtos" cuando se trasladatan a las cuaresmas y misiones pero

que, al mismo tiempq conserrzran '1as mismas horas de doctrina".T

A partir de entonces, y durante los siguientes noventa años, toda su

obra fi¡e reeditada numerosas veces por vadas imprentas de Lisboa,

Maddd, Batcelona, Gtanaday CáüzEl éxito del Derpertador ¡bi¡tiaxo no sólo se basaba en los

consejos dados a los predicadores para llevat a cabo una cottecta

labor apostóJica, también era un "eficasísimo" eiemplo para elabotat

nuevos sefmones y para eüq como era común en la época, anexó el

material necesario en forma de apéndices:

Al fin de los Se¡mones del Sanctissimo Sactamento Euchansucq va

un numeto de sesenta pl4ntas para formar ot¡os se¡mones del i¡efa-

ble mysterio del Altar, con reñisiones a übrog en que se hallarán

ouas muchag para tu mayor aliviq y faciJitat el methodq y otden de

Ibrlen.Sobre las primeras ediciones de estas obras, hlau y Dulcet ¿punta lo siguiente: "rsJ-peltadot cbr¡stiafla de sen tones doctrinoles sobe particahres

^ssamptos, Gran!-

da., 1677 , 5'¡ols.,40 ly ll, cranada, ImFenta Real de rra¡cisco de fthoa, 1677-78, IIIy fV (No hemos virto los de est¿ primem edición). Y Grand¿, Imprenta Real de Francis-

co ochoa, impresor del S¿nto oficio, 1677". Antonio P¿l tyDú(,ef,Manualdellibrc-ro bkqaflonnerb1no,tomo segundo, Barcelona, 1949, p. 69.

[n l¿ edición madrileña de 1727 del Despeiadot cbrMiono qr^dúgesbnal,Ftürcis-co Laso da la noticia de qu€ los papeles maluscritos de B¿rcia y zambrana estaban

gu¿rdxdos en el estudio del arzobispo de bledo, don Di€go de Asto¡ga y césped€s. Es

posible que €ntre €stos pap€les se encontrara €l borrador delwadot catecb¡$tico.

Ioseph Barcia y Zambrana', Cor4pendio de los cinco tomos del "Despe adorChrtstiono", Mzdrld, tuLrcisco Lasso, 1727, prólo8o.

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S0BRI EL MoDo Dr pR[Drc-{R sEcúr,r Er HDR¡ JosÉ DE B{ficB y ZÁ]VBRAN^

los Sermoneg que nos enseñan los Maesuos antiguos de Ia Predica-

ción [...]3

Así,Batciay Zarrrbrana se construyó una bien ganada fama de celoso

ptedicador al setvicio de Dios y de la verdad, alejándose de los males

que afectaban la predicación de su tiempo y poseedor de un ampljoconocimiento en materias diversase En toda su obra se percibe el

techazo ala.pteücación culta y su dedicación para dar consejos a lospredicadores con el afán de reformarse. I-os textos en los que más

claramente expuso este celo pastoral fueton dos introducciones pu-

bl.icadas en eI Derpertadar dr vnzoxet dnetrixalet,la primeta, y en el

Detperlcdzr chriJtiaro J etcltairtico, la segunda.

El título del primer ensayo fue "Int¡oducción exo¡tatoria a los

muy venerables señotes sacetdotes, y ministtos de la divina palabta",

en el que se explica la "doctrina sobre el predicador, los 6nes de l¿

predicación, la materia de la predicación y el estilo en la predicación,según los libros y autotes sagtados". En opinión de Félix HettetoSalgadq dicha inttoducción no es nada origina.l en la exposición, pues

no pretende setlo "Lo original es su diattiba feroz contra los 'predi-cadotes cultos', teos de tantas penas de condenación".1o

8. Ioseph Barci¿ y ZambraJ¡i?, Despeñqdot chrk iano ercbarhtica,M^üid.lu¿n CNciLInfanzón, 1690, pfólo8o.

9. "En quantos Sermon€s he oido ¡l Autor d€sta Oracion, y en los ciento y veinte y cinco,que y¿ tiene impressos, y que tengo l€idos con tanto consuelo, n0 admi¡o tanto lava¡iedad de a¡sumptos, y tan vivos; la pmpriedad de la Theologia moral, la destreza conque prop0ne la Theologí¿ mystic¿; la construccion tan Knuina en la Gramatica; lasagrada Escriptura tan a l¿ letra, tan decorada, y nu€vamente traid¿; la Theologia

Escholastica l¿n en forma, y en los punlos mas delicados, que conhavierte¡ los

Theologos; las vozes, y terminos tan propiamente significativ0s, todo €ste conjunto ha

ll€vado la at€ncion a todos pam aclarnar al Autor por digno de aprobacion comun: mas

a mi solo me pasma la verdad que dize en quanto predica. . . Aesto mi¡an sus estudios;

este es elnorte de sus trabai0s, qu€ son obras lan propriai de un Dspiritu Apostolico,

qu€ no mir¿n a agrada¡, sino ¿l mayor serricio de Dios: no aJecta¡ d€scubri.se comopropdos, porque se den ¿ Dios l¡s gracias, como a Autor de todo Io bueno. . . ". Ioseph

Barciay Zanfrf¿,ün, uacionf,únebe efl las bow$ qae la imlerial ciudad de kledocoxsagó a la fuerc, y mry loable ncnaria de Ia nohlissirw ilushe señora do'na

Iosepha de la |bfte ! Pofla¡, Madri4 JuÜl ca¡cía Inhnzón, 1687, censura de fray

¡r¿ncisco de Sülta Clara.

10. fdix H€rrero Salgado,La oútor¡q sag da española de hs siglos XWy Xwl,l,liúnd,Fundación Universitaria E splñola, 1996, p. 246.

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V¡RóMC Z¡acoz¡

En el tercer volumen del Despertador chri¡üarc se publicó el

ensayo que gozaría d,e mayor difusión bajo el título de "Epístolaexortatoria en orden a que los predicadotes erangélicos no priven de

la docttina a las almas en los setmones de fiestas", donde se ctiticaba

severamente lo que él llamada, "el natural apetito del lucimientoproptio", y contó con el apoyo de las autoridades civi.les y eclesiásti-

cas para reimprimirlq en Madrid, en un volumen suelto En los pate-

ceres de dicha epÍstola, el Nuncio General de España, don Antoniode Benavides, exponía clatamente los motivos de la teimptesión:

Aviendo el Doctor DonJoseph de Barcia y Zambrana [...],impressouna Epistola Exortatoria: [.. .] Nos pateció pe¡suadir al d.icho Doctor

Batcia, fuera mayct beneñcio de las aLmas, el separar de sus Libros, y

Obras dicha Epistola, para que mas facilrnente se ponga en execucion

lo que en ella se dize con tantos futdameÍtos CatóLcos, y con

nayr.facilidad llegte ¿ la¡ ¡toticia¡ de todo¡ lo¡ Predicadoret, tattomag quanto lo que en dicha Epistola se exorta, es conforme a lo

mandado últimamente por )a santa memoria del Fontifice Innocencio

Vndezimo [...]'1

La recomendación a la que se refeda había sido enviada al cardenal

Durazzo en la Cotte de España, con fecha del 17 de octr¡bte de 1688,

y solicitaba que los predicadores hicierao uso del pulpito para adoc-

trinar, pues sólo de este modo se reformarían las costumbtes de los

fieles a través del "aborrecimiento de los pecados":

[...] ordene vuestra Eminencra a todos los predicadoreg que en la

Quaresma no dexen de ptedicar de los Quatto Noüssimos: y que

sean los Se¡mones de Myste¡iq o sean de Santq en todos hagan

particular ponderacion contra los que se descuydan en confesar, y los

acaben con hazer detestar los pecados, y exciten, y commuer,zn al

ll. loseph Ba¡cia y zambú¡ , Ephrolt etrhoñatoriL en oldq a q@ los prcdicodorcs

eoangél¡cos no Nuen de la docrrina a Ia$ ahúas en las seflnones defastas,P'rebla,

lmprenta de Diego Femández de lrón, 1693, c¿rta que escribe el ilustríssimo señor

Don Antonio de Benaüdes a todos los Señores kgobispos, obispos, y Prelados d€ [spa-

ña. El subüyado en nuest¡!.

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SOBM ¡I, MODO D[ TREDICAR SEO(IN EI, D{DRtr JOsÉ DE BARCIA Y Z¡MEnANA

Pueblo a hazer el Acto de Contricion: por la experiencia que ay del

gtan fiuto que se sigue de este modo de predicarD

El obispo de Cádiz termi¡ó de redact¿r st Epfutola Exhortatoia el18 de octubre de 1688, la edición madileña en volumen suelto se

imprimió dos años después, y la poblana, co¡ licencia del obispoMa¡uel Fetnández de Santa Cruz, en 1693. I-os cambios que tuvieronlas dos últimas fue¡on los anexos de la ca¡ta de Antonio de Benavidesy la copia de la claúsula papal.

Dicha E?írtlld fúe escrita como respuesta a un predicador paradefender, a lo largo de r,'eintiún capínrlos, la obligación de decit doc-trina en los sermones panegfticos y rechazar el uso del estilo cultopara llevada a cabo13 Su primet planteamiento iba dirigido a aclarar el

fin que se perseguía en la predicación, a lo que respondía, con a;mda

de los santos padres, los doctores de la Iglesia y las Sagradas Escritu-ras, que dicho propósito era buscar el beneficio y aprovechamientode las almasra Thmbién se apoyaba en las tecomendaciones del Con-cilio de Trento y apuntaba:

Pero oygamos intimarla al Santo Concilio de Trentq quando tan en-

ca¡ecidamente ordena, cargando la conciencia de los Predicadoreg

que pted.iquemos la fuga de los ücios, y modo de adquirir las virtu-deg a ñn de que las almas eüten el riesgo de su eterna condenacion,

y consigan la ete¡na feücidad [. ..]15

Luego así, los se¡mones debían üctar doctrina en la cuaiesma, perotambién en los días de celebtación; por ejemplq en las fiestas de Ma-ría el predicadot debía exaltar en su discurso las virtudes de la madre

de Cristo pata inüta¡ a los fieles a imitada; del mismo modo se tenía

que obrar e¡ las fiestas de los santos, pero sin perder de üsta que

12. Ibid.,fol.l38.13. Ibü.,fol.z.14, " . . , todo l0 que se puede predicar se d€be r€duci¡ (dice el C¡¡denal Hugo) a lo que hay

que creer, que son los kticulos: a lo que hay que obr , que son los Mandamient06: a

lo qu€ hay que hui! que son los pecados; a lo que ay que temei qu€ son las p€nas

etemas I y a lo que hay que esperirq que son los €ternos gozos de la gloria " Iri¿, fol. 8.15. Ittd.,lol.1.

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vERóNrcA Z¡xacozA

dichos sermones habdan de "set tan agenos de adulacion, quanto

llenos de venetacion". 16 Más adelante apuntaba que la obügación del

predicador cuando subía al pulpito era explicar € interptetat el El'an-geliq es decir, set una guia pata los "ignotantes y simples", motivopor el cual transcribe los títulos y nombres que la Sagrada Escrituraproporcionó al ptedicador, los cuales eta: operarig' e¿o uz<y voz delpueblq boca de Dios; ojos, nariz, dientes, y labios de la Iglesia; ángel,

legados y embajadores de Jesucristq médicq pastor, pescador, sem-

btadot, capitán y ama.l1 Y ^ñade;

[. . . ¡] abramos los ojos pa¡a conocer nuesta obligacion en los Setmo-

nes de fiestas; pues en ellas debemos set mysticos gallog mastines,

sal,luz, Ciudad, hrmamentq Sol, Luna, Esuellas, Campanas, TUbas y

Nubeg para beneficio de las almas!rB

Sin embatgq pata que la palabta ptedicada tuvieta "la eficacia conrc-niente" el preücador también debía llevar una vida llena de vitnrdeqes decir, debía ptacticar "la decencia exteriot, la conversión devota, y

el exercicio de la oración", ya que si aquél obraba contariamente a loque ptedicaba en el pu.lpito se desacreditaría a sí ¡nismo y a lo que

predicaba.le

El siguiente tema que aborda es la predicación cu.lta, al que dedi-

ca siete capínrlos Barcia y Zambrata sostenía que el predicador no

cumplía con su obligación si a la hora de deci¡ docrina hacía ostent¿-

ción de su ingeniq elocuencia, estudios y erudición al componet un

panegirico lleno de "flotes de lenguaje" que sólo setviría Pa¡a eritre-

tener y no pata tefotmate Criticaba severamente a los que hacían

uso de "sutilezas metafisicas" y "disputaciones inútiles" para que al

bajar del pulpito fueran aplaudidos por su ingeniq buscando su be-

neflcio y no el de las almas pues -decía- eta clato que tales disertacio-

Ibi.d., Íols. t0-13.Ibd, fols.27-28.

Ib¡tl.,nol.36.Ibd .,nols.36-37 .

"¿Es procur¡¡ que sea Dios alabado, servirlo, y obedecido, af€ctar €l estilo, los concep-

tos, y el lenguaje, sólo para que el auditorio lo celebre?".Ibid.,fols.4043.

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soBRE EL M0D0 DE PRIDICAR SEGI'N EL D{DR[ JosÉ DE BARch y Z:¡MB¡üM

nes excedían la capacidad de su púbüco y así pteguntab4 "¿Cómo es

posible que llegue a mover el corazór¡ lo que no se llega a entender?".'?1

En su opinión, dichos sermones estabao llenos de palabras inin-teligibles, teftiéndose a las latinizadas y cultas, que oscurecían las en-

señanzas cdstianas; asÍ como de comparaciones absurdas pan"cúift-car la excelencia de un Santo", lo que orillaba a predicar etto¡es a.l

pueblo Así, se quejaba de que el pu.lpito se convertía en un "teafto" y

el setmón en un "entremés", todo 10 cual no logtaba ni convetti¡ u¡alma, ni apurar confesiones y mucho menos mejorar las cosnrmbtes 2

Dicho exceso era "el origen, y niz de donde nacen todas las calami-

dades, y males de la Christiana Republica", nombrando a los predica-

dores cultos "azotes de la Iglesia" y al estilq '1a mayor persecucion,

que padece la Iglesia de Dios en estos tiempos".aEn los capínrlos Xrv a.l xDt tespondía a diferentes razones que se

daban para disculparse de los errores más comúnes de la predicación

de su tiempo A la excusa de patecer "imptopia de los panegfcos, ladoctdna" apuntaba que no existía decreto o bula que así lo señalara,

ni aún en el elangeliq y enfatizaba que debía efectuatse de manem

contaria, pues era necesado escuchat todos los días "sonido de juyziq

y eternidad".u Ya que eran muchos los que no actuaban de este modqBatcla y Zambtana expücaba que era asi porque se seguía el ejemplo

de ottos aunque fuera errado;'?s pero si los predicadores cultos rectifi-caban y se apattaban del error hallarían "la dulgura espiritual en vida,

y en muerte".En las siguientes páginas hacía memoria de los predicadores que

habian gozado de gran fama en vida, pero que al momento de la

muerte padecieron tettibles congojas y se attepintieron de su erudita

y elocuente obta:

Itü.,fol.52.Ibial., fds. 5458.Ibkl., fol. 6142.Ibkl., fols. (f'-70.

"Los brutos siguen sin alguna consider¿ción las huellas de los que les precedieron, sinmas reflexión, que porque los otros brutos las deuron; y será bien [dixo el Gran

Philosophol que obremos los racionales tan sin refle¡ión como los brutos, sin eleccion

del camino por donde se debe ir, dexándonos llevar ciegos por donde los otros van, solo

porque vr por dli la multitud? . . . confusión es qu€ v€nga a enseñ¿¡ ¿ hombres

Christianos doc¡os, un Ce'¡¡¡ . Iblt., fol. 74.

21.22.

23.

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vERóNrca ZAAcoz

El mismo V P Lopez haze memotia de alguros de este siglo Quienmas celebradq y de mayor créditq que el M. Ftay Ortensio RlixPalavicinq cuyos Sermones aun oy se leen con admúación? Pues este

portento de el Pulpitq llegado al passo temeroso de la muerte, hizo

u¡a confession geoelal, y ofreció a Dios, que si le dilatala la vida, iría

por las calles de Madrid, predicando a Christo Crucificado ¿Quién

tan aplaudido como el M. Fray Hernando de Santiagq que fue llama-

do pot su singular gracia en el dect el pico de arñ P.oes motió con

ten grandes temores, que daba buelcos en 12 cama, rePitiendo mu-

chas vezes: ¡miserable de mí! ¡Cómo he predicadol ¡Cómo he ptedica-

dol Combatidos de l¿s mismas fatigas murieron, Fray Mauro de Va-

lencia, el M. Fray Andrés de Morales, sugetos tan conocldos como

celebsdos Lo mismo tefiete el Pad.¡e Alonso de Andrade, que suce-

dió al M Fray Alonso de Cabrer4 y que hizo roto de iq si üví4 a

predicar la Docttina Christiana a las Aldeag y pueblos mas pequeños e

Pata defender su "eloquencia eglpciaca profana", algunos predicado-

res se respa.ldaban con la afumación de que los santos padres así lohabían hechq a lo que el obispo respondía que éstos escribían las

homilías y sermones e¡ un estilo distinto al de sus ttatadog disputas

y apologías porque, a pesar de su gtan sab.iduría, se adaptaron a la

capacidad de sus oyentes y utiüzaton un lenguaje adecuado a la hora

de predicar2T Respecto al uso del ingenio y la ostentación en los ser-

mones, ciertos panegiristas se disculpaban al aFfmar que si se escri-

bían de ese modo eta para mayot "fruto" de los sermones y la fama

del predicadot a¡rrdaba para que fuera bien aceptado el disct¡rsq Pues

si se hacía de forma conttada se "humiilaba" el estilo y perdía su

ctédito. El obispo respondía que no sucedía ni lo uno ni lo otro por

ptedicar como convenía, y que los predicadores carecían del espítitu

de Cristo y de "los pdmoreq artificiq tropog y figurag de que usan

los oradotes para mover", 28

26.27.

28.

Ibi¿|., nol.74.

Ibíd.,f01.77.

Retomando las pal¿bras d€l padreJerónimo López, apunt¿ qu€: "Si Cic€¡ón I .,I predi-

cara €n mi tiempo, ¿unque Gentil, fuera yo a oirle, movido de esta consideraciónl este

hombr€, aunque no tiene el espiritu, y la Fé d€ Christiano, pero tiene la naturalez4 y

ane de orador, y el modo acomodado para pe¡suadir; pero tiene l¿ naturalez4 y arte de

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SoBR! EL MoDo DE pRxDrc¡R SEGúN aDn¡ JosÉ DE B¡Rcray ZATTBAN

Sin embargq todo lo antedor sucedía por "el gusto estragado delos oyentes", potque ni siquiem en cuaresma escuchaban "con gustolo que no se les dice co¡ discreto modo" y sólo acudían a los sermo-nes de fiestas para escuchar alabanzas o excelencias del santo que se

c€lebraba. A esto repüca que el predicadot, como médico de almas,

no debía tegirse por lo que el enfermo quería sino por lo que le con-venía,D La última excusa que se alega versa sobre el genio que se

requiete para moralizar; al respectq señalaba que era neces^ÁaI^ ^\t-toddad e¡ la doctrina "para que logre su efecto", la cual no consistía

en rener grandes es¡udios o los primeros puesros, ni tampoco mu-chos títulos honrosos, sino "en la verdadera, y solida fama de la vir-tud, y Cbristiano zelo de el Predicador" au¡que éste fuera joven y sus

tít¡¡los escasos.30

Hasta aquí las razones expuest¿s pot Batira y Zunbnna pandenunciar las faltas que cometían los predicadores cultos.Sorptendentementg en los ütimos capítulos acepta la diffci.l situa-

ción que enfrenaban quienes deseaban cambiar de repente a otranueva manem de ptedicar; no obsante, consideraba posible esta mu-danza si el predicadot seguía las siguientes recomendaciones:

Si no ay matedales de doctrina, haze os: dexando de secundarse de

Jibros de cutiosidad, y aun profanidad; y secundándose de las doct¡i-

nas de los Santos Padreg y Varones Apostóücog que son los que

debemos seguir. No quentnos mas que los oyentes nos admirmJ ycelebren, que el bieo que les debemos procwar: y todo se ha¡á fácil

con la divina gracia.3l

Para. fi¡allztr s,¿ Epittola exortatoria, enumera los crueles castigosque recibieron los prcdicadores cultos que continuaton por el caminodel abuso y la lznidad, atriesgándose a prilzrse de la gloria eterna si

no se enmendaban.

orado4 y el modo acomodado para persuadir; pero estos que se dan al €st¡lo cullo, ocrítico, ni tienen el espfitu de Christo, ni se descubren en ellos los primor€s, a¡lificio,tropos, y ffguras, de que us¡n los oradores pam mover." Ibi¿l.,fol.84.

29. Iüd.,nol.&6.30. Ibid.,fol.89.31. Itü.,fo1.91.

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vERóNrca T,AAcoza

Esta primera aproximación a la obra del padre José de Barcia yZambrant ha petrnitido conocer la postura que tuvo respecto a lapredicación de su tiempo que, actualnente, puede parecer exagerada;

perq pot la amplia difusión que su obra nrvq puede suponerse que

fue la posición defendida por la Iglesia española y por lo antq la que

llegó a tierras americanas Además, el cargo que ocupaba dent¡o de lajerarquía eclesiástica ambién le daba autoridad pata exponer sus ideas

El uso de "agudezas en el discurso", que consiguió tantos segui-

dotes y dettactoteg ha sido u¡o de los temas más recuffentes de losespecialistas, sin embatgg todavía se encuentra en los estantes de las

bibüotecas una abundante ptoducción bibüogd6ca de los siglos xrtry XVIII que versa sobre retórica y oratoria. Su estudio permiüá, en un

fututq dibujar las líneas de la oratoria sagrada novohispana.

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