Soy Luna 6-Siempre sale el sol - PlanetadeLibros · impedir el paso de chicas que están tan...

«Matteo ve que Luna se marcha con Simón. No soporta verla tan triste, necesita contarle la verdad. Luna es lo más importante para él y hará lo posible por recuperarla.»

Títulos de la colección Siempre

sale el solSiempre sale el sol

Disney ChannelBasado en la

serie de éxito de

A C A B A D O S

D I S E Ñ A D O R

E D I T O R

C O R R E C T O R

E S P E C I F I C A C I O N E S

nombre: AURORA

nombre: ANA

nombre:

Nº de TINTAS: 4/0

TINTAS DIRECTAS:

LAMINADO:

PLASTIFICADO:

brillo mate

uvi brillo uvi mate

relieve

falso relieve

purpurina:

estampación:

troquel

título:

encuadernación: Rústica solapas

medidas tripa: 150 x 210

medidas frontal cubierta: 152 x 210

medidas contra cubierta: 152 x 210

medidas solapas: 80

ancho lomo definitivo: 13,5

OBSERVACIONES:

Fecha:

© 2017 Disney Enterprises, Inc.Todos los derechos reservados

¡Vidia ha decidido no cerrar el

Jam & Roller! A cambio, han enviado

a una nueva directora con unos

métodos muy estrictos. A la presión

de preparar la próxima competición

se suman los problemas personales

de los chicos, con secretos y

malentendidos. Luna, que cada vez

está más cerca de descubrir

su verdadera identidad, intenta

alejarse de Matteo, pero parece

que el universo está empeñado

en unirlos.

www.disney.es/soyluna

www.planetadelibrosinfantilyjuvenil.com

9 788416 913602

PVP 9,95 € 10188924

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© 2017 Disney Enterprises, Inc.

Todos los derechos reservados

© de esta edición: Editorial Planeta, S. A., 2017

Avda. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España)

www.planetadelibrosinfantilyjuvenil.com

www.planetadelibros.com

Primera edición: julio de 2017

ISBN: 978-84-16913-60-2

Depósito legal: B. 11.911-2017

Impreso en España

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su

transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación

u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser

constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal). Diríjase a CEDRO

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contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.


No sé cómo esconder la tristeza. Esto no puede

estar pasando.

—Tenías razón —le digo a Matteo—. No valía la

pena tanto esfuerzo.

—No quiero que estés mal —contesta él—. Ya

sabías que esto iba a pasar.

—Sí, pero en el fondo no quería creerlo. Tenía la

esperanza de que los de Vidia cambiaran de opinión y

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no cerraran el Roller... Pero era sólo un sueño y ahora

es el momento de despertar.

—No digas eso —dice—. Te necesito... Todos te

necesitamos fuerte para seguir adelante.

Quisiera serlo, pero me duele que el Roller ya no

exista, que ya no haya dónde ensayar ni rodar el vídeo

para la competición. En ese momento llega Fer y se lleva a

Matteo de la mano. Mientras se van, aparece Simón y me

abraza. Me propone ir a pasear, pero prefi ero quedarme.

Necesito un momento para despedirme de la pista.

Memorizo cada detalle mientras patino, pensativa.

De repente llega Sebastián y le hablo de lo que signifi ca

para mí patinar.

—¿Sabes? —dice él—, me alegra mucho haber

vuelto al Roller. Aquí siempre lo he pasado increíble.

—Lástima que vaya a cerrar...

—Ojalá hubiese podido hacer algo más para ayu-

darte a salvarlo.

Para animarme, Sebastián me invita a participar

en su canal de YouTube. Eso me ayuda a distraerme; le


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pregunto de qué se trata. Aún no lo sabe, pero me

asegura que será «dinamita digital» en las redes.

—Entonces ¿qué dices? ¿Aceptas?

—¡Por supuesto! —digo, y chocamos las manos.

Amanda está atónita, no puede creer lo que acaba de oír.

—¿Qué hace usted ahí? —le pregunta Sharon.

Rey le dice que quieren hablar con ella, pero Aman-

da sale corriendo.

—¿Nos habrá oído? —Sharon está alarmada.

—¿Por qué otra razón saldría corriendo así? Ahora

sabe que Ámbar no es Sol Benson. ¿Qué hacemos?

Sharon le ordena que vaya en busca de Amanda; si

la chica se lo dice a alguien, podría perderlo todo. Rey

sale corriendo y Sharon se queda muy nerviosa.

Al rato, Rey regresa, pero no hay ni rastro de Aman-

da. Sharon está furiosa, ¿cómo ha podido haberse es-

capado?


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—Lo siento, Miss Benson —se disculpa Rey—. Co-

rría muy rápido.

—Estoy cansada de tus excusas. Quiero que la

encuentres ya mismo. No me importa lo que tengas que

hacer, localízala y tráela inmediatamente.

Al bajar la escalera para ir a clase veo a Matteo; casi

chocamos. Intento pasar, pero él me bloquea.

—¿No me vas a dejar pasar?

—Lo lamento mucho, pero no puedo. Mi deber es

impedir el paso de chicas que están tan tristes, así que

hasta que no vea una sonrisa en esa cara vas a tener

que quedarte conmigo en esta escalera.

—Entonces, además de sentirme mal por el Roller,

¡ahora voy a llegar tarde a clase! Muchas gracias, tú sí

que sabes cómo levantarme el ánimo —digo seria.

—Yo no estaría tan seguro. Te apuesto a que puedo

hacer que vuelvas a sonreír —responde presumido.


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Yo le contesto que no lo creo; mi sueño de

participar en la competición se ha terminado,

nada puede arreglar eso. Matteo me coge la

mano y dice:

—Una chica muy especial me enseñó que nunca

hay que abandonar los sueños, y que si trabajamos todos

juntos no hay nada que no podamos lograr. Así

que no pienso dejarte sola. Y menos ahora.

Cuenta conmigo.

Nos miramos. No sé si creerlo, pero dice

que habla muy en serio.

—Está bien, te creo —le digo—. Pero no entiendo

qué quieres hacer.

—Voy a sumarme al equipo y a participar en el

vídeo para la competición.

¿Habla en serio? ¡Qué sorpresa! No sé qué decir.

Sonrío y lo abrazo feliz.

—Te he dicho que lo iba a lograr —dice sonriendo.

—¿Qué?

—Hacerte sonreír...


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Nos volvemos a mirar y me voy a clase; ¡me siento

mucho mejor!

Amanda va a la mansión a recoger algo, pero tiene que

salir corriendo de nuevo porque Rey la ve y la persigue.

—Déjeme ir —le pide ella—. Por favor, le prometo

que nunca más volveré por aquí.

Rey trata de disuadirla, le dice que no se preocupe,

que la señora Sharon sólo quiere hablar con ella. Le

asegura que lo que oyó es un malentendido.

—Prefi ero irme —contesta Amanda—, buscar otro

sitio con mi novio, mudarnos a otra ciudad...

—Creo que no me está entendiendo —la corta

Rey en tono amenazante—. Usted se viene ahora mismo

conmigo. Cuando todo este asunto quede resuelto, le

prometo que será libre de hacer lo que quiera.

Ella camina de regreso a la mansión, asustada, sin

alternativa.


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Más tarde, todos vienen a la casa. Ámbar los ha con-

vocado para hablar del Roller, tenemos muy claro que

necesitamos otra pista. Entonces Matteo nos dice que

el tío de Fer tiene un local.

—Pero ¿hay espacio para patinar? —pregunta Jim.

—Sí, es enorme —contesta Matteo—. Estamos ter-

minando de prepararlo con los Adrenaline. Va a quedar

alucinante.

A todos nos parece una gran idea, pero Ramiro

opina que Fer no querrá. Matteo promete convencerla

y decidimos ir a ver el lugar.

¡Es perfecto para ensayar! Ponemos música y eje-

cutamos la coreografía. Nos queda genial.

—¿Qué es esto? —pregunta Fer, que llega en ese

momento—. ¿Qué hacéis aquí?

Matteo usa su encanto para pedirle que nos deje

ensayar en su local. Ella nos mira enfadada y él le pide

perdón por no haberle preguntado antes.


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—Por favor —le digo a Fer—, no tenemos donde

entrenar. Te prometemos que no os molestaremos.

Fer coge la mano de Matteo y le dice:

—Amor, sabes que me encanta ayudarte en lo que

sea. Por supuesto que puedes ensayar aquí con tus

amigos.

Se lo agradecemos y de pronto suena el

teléfono de Simón. Es Rosales, que quiere ver-

nos. Todos se van al Roller, menos Matteo, Gastón

y yo, que nos ofrecemos a ayudar a Fer con unos focos y

llegamos más tarde.

Cuando vamos hacia allá, suena mi móvil. Es Se-

bastián; quiere que nos veamos para hablar de su pro-

grama.

—¿Qué vas a hacer con Sebastián? —pregunta

Matteo cuando cuelgo.

—Aún no lo sabemos, pero seguro que es algo

genial... Ahora lo importante es saber qué quiere Vidia.

Nos quedamos pensativos y entonces suena el móvil

de Matteo.


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—Hola, papá... —contesta—. ¿Qué pasa? ¿Ya

estás aquí? Está bien, nos vemos pronto. —Cuelga—.

Mi padre viene a Buenos Aires.

—¿Y por qué estás tan serio? —pregunta Gas-

tón—. ¿Te ha dicho algo de Oxford?

Confusa, les pregunto qué es lo de Oxford, pero

ellos no contestan.


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