FERNÁNDEZ, M.a. [Et Al.], Política y Subjetividad, Buenos Aires, Tinta Limón, 2006, Prol. [Pp. 7-24]
SUBJETIVIDAD POLÍTICA DE UN ESTUDIANTE DE LA …
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SUBJETIVIDAD POLÍTICA DE UN ESTUDIANTE DE LA UNIVERSIDAD
CATÓLICA DE PEREIRA CON RELACIÓN AL CONFLICTO ARMADO
COLOMBIANO1
Brayan Alexander Pérez Gómez2
Álvaro Díaz Gómez3
Resumen
El presente artículo busca visibilizar la subjetividad política de un joven estudiante con
relación al conflicto armado colombiano, razón por la cual se encontrarán apartados
teóricos y metodológicos acerca de los conceptos de subjetividad desde Gonzales Rey
(2005, 2008, 2012), el de lo político y subjetividad política en Díaz (2003, 2007, 2012,
2014) con el fin de articularlos y darle desarrollo a la categoría central de subjetividad
política. Por lo tanto, la estructura del texto presentará la discusión de estos conceptos como
primer momento; posterior a ello se desarrollará el abordaje metodológico el cual incluye la
autobiografía y la entrevista semiestructurada. Por último se muestra el proceso con el cual
se hizo la interpretación y el análisis de la información.
Palabras claves: Subjetividad, lo político, subjetividad política, conflicto armado.
Abstrac
This paper aims to visualize the political subjectivity of a young student in relation to
Colombian armed conflict, this is why the reader will find theoretical and methodological
points about subjectivity based on Gonzalez Rey (2005, 2008, 2012) theory, the politics
and political subjectivity concepts the politics and political subjectivity are concepts based
on the author Díaz (2003, 2007, 2012, 2014). Thereby, those concepts in this paper are
related to the main category in this paper, political subjectivity. Once the theoretical
discussion is done, step is it is presented the development of the methodological approach
which includes an autobiography and a depth interview. Finally, finally, it is shown the
process of interpretation and information analysis.
Key words: Subjectivity, the politics, political subjectivity, armed conflict.
1 El presente texto corresponde al trabajo realizado en el componente de práctica investigativa III de décimo semestre de la Universidad Católica de Pereira para optar por el título de psicólogo 2 Estudiante del programa de psicología de la Universidad Católica de Pereira 2014 3 Asesor de grado
Introducción
El ser humano como sujeto social construye constantemente significados que permiten dar
sentido a la realidad que vive; se infiere entonces, que vivimos en un mundo donde se
comparten hábitos y tradiciones que están mediados por la interacción social, en la cual se
generan formas simbólicas que conducen al reconocimiento e identidad del espacio y del
comportamiento social e individual, revelando así subjetividades que se van construyendo
en el proceso interactivo de la sociedad.
Los seres humanos, al vivir en sociedad, conforman, por medio de sus experiencias,
maneras similares de generar y compartir conocimientos; sin embargo, el registro de esas
experiencias se da de manera individual, es decir, se concretan desde lo subjetivo, ya que
cada sujeto interpreta y deduce su realidad dependiendo de las formas particulares de vida.
De esta manera, la construcción de la subjetividad se asocia con las propiedades
individuales del sujeto que se encuentra inmerso en un contexto, “en el sentido en que en
ellos –contextos- cada sujeto recibe, de manera simultánea, la presencia social que es su
realidad inmediata y, a la vez, cada sujeto individual ofrece una presencia en la que
devolverá su reflejo particular de los sistemas de influencia que recibe” (Marín A, 2012, p.
136)
Una perspectiva de subjetividad
Se puede decir que la subjetividad se construye en interrelación entre sujeto y
contexto/sociedad, por tanto, sería preciso afirmar, como lo expone Gonzales (2000, 2005,
2008), que la subjetividad es un producto histórico-cultural, cuyos elementos
fundamentales se dan en torno a la construcción de sentido y a la forma afectiva de la
configuración subjetiva. De esta manera, la subjetividad aborda la dimensión compleja
entre el carácter psicológico y el carácter social.
De ello, se puede deducir la importancia del carácter socio-histórico con lo cual se
configura la subjetividad, pues no se trata de enmarcarla en un estado interno sino en
ponderar su naturaleza histórica, pues, esta subjetividad:
“se organiza en la experiencia social de la persona, en la cual la emergencia de una
emoción estimula una expresión simbólica y viceversa, en un proceso en que se
definen complejas configuraciones subjetivas sobre lo vivido, que representan
verdaderas producciones subjetivas, en las cuales la experiencia vivida es
inseparable de la configuración subjetiva de quien las vive” (Gonzales 2008, p. 234)
Aquí es importante reconocer la subjetividad individual y la subjetividad social
(2007) teniendo en cuenta la dependencia que las constituye, pues
“esta concepción de subjetividad integra los aspectos social e individual en una
definición ontológica en la que cada uno de ellos se convierte en momento
contradictorio de la constitución del otro, sin que se reduzca a él. Esta concepción
de la subjetividad tiene un carácter interdisciplinario, puesto que la subjetividad se
convierte en una noción importante para la comprensión del comportamiento
individual y colectivo” (Gonzales, p.141).
En este sentido se puede decir que la subjetividad define la interacción entre el
hombre y el mundo, entre la individualidad y lo colectivo, en cuya relación se permite
interpretar el carácter cualitativo de la psique con la interpretación que ésta hace del
mundo, pues “la subjetividad expresa el tránsito de la respuesta psíquica de la señal a los
procesos simbólicos de origen cultural… pues define una relación generadora del hombre
con el mundo, caracterizada por la creatividad, la fantasía y la imaginación” (Gonzales,
2012, p. 150).
Con esta característica atribuida a la subjetividad, se puede evidenciar el carácter
dinámico que particulariza la singularidad de la misma, pues hablar de tránsito entre
procesos internos como la simbolización, requiere la movilidad de percepciones, las cuales
se construyen en interrelación entre sujeto y contexto, develando así la constante
formación de subjetividad, otorgando la propiedad de una procesualidad, siendo esta la
primer caracterización de dicho concepto.
La procesualidad guarda gran relación con la movilidad y la transformación que la
subjetividad tiene frente a algo que ocurre en el mundo, transformación que se produce por
medio de procesos de reflexividad, con lo cual se constituye la concepción de algo, que a
través del tiempo y la experiencia se transforma en ideas cada vez más organizadas por su
contenido, en palabras de Gonzales Rey (2007) “una característica de la subjetividad es su
procesualidad, su mutación, por lo tanto, su temporalidad” (pag 94)
Sabiendo que esta característica dinámica es temporal, entonces es necesario que en
dicha temporalidad se conozca lo sucedido en el contexto social e individual de la persona,
es decir, se tiene que tener en cuenta las condiciones por las cuales el sujeto se encuentra
sujetado en tiempo y espacio dentro de su sociedad; Díaz (2007) destaca este punto: “tal
temporalidad está íntimamente ligada con la epocalidad prevaleciente por lo que se hace
necesario conocer las condiciones de época que nos corresponde vivir” (p. 94) entendiendo
esto como la construcción dinámica que realiza el sujeto inmerso en las condiciones de una
cultura, por lo que la subjetividad se comprende en tanto “construcción orientada a destacar
sistemas dinámicos que se pueden identificar como específicos al desarrollo de la psique en
las condiciones de la cultura” (Gonzales R, 2012, p. 167); dicha orientación dinámica, se
especifica en prácticas simbólicas relacionadas con el tránsito entre la respuesta psíquica de
la señal a los procesos simbólicos de origen cultural.
Siguiendo este orden de ideas referimos que la dinámica entre procesos de transito,
anteriormente mencionados, se producen bajo la influencia simbólico-emocional que
permite organizar los sentidos subjetivos, lo cual particulariza la psique humana en la
organización psicológica de los sentidos humanos:
La capacidad humana de responder emocionalmente a las producciones simbólicas
crecientes y variadas de la cultura y de construir nuevas operaciones y formas de
organización psicológica ante esas producciones, son las bases para la emergencia
de ese nivel cualitativamente diferenciado del psiquismo humano. La subjetividad
se asocia con una producción de sentidos subjetivos… resultantes de las prácticas
sociales del hombre (Gonzales, 2012, p. 150).
Es necesario aclarar que ni lo emocional ni lo simbólico son productos secundarios
uno del otro, por el contrario, la estructura de sentidos subjetivos refleja la constitución
complementaria y compleja de la subjetividad, pues:
el carácter motivado de las estructuras simbólicas no se subordinan a los procesos
de mediatización y producción definidos por ellas, sino que aparece como momento
constitutivo de las mismas a través de procesos de autorregulación característicos
del sistema dentro del que estas estructuras existen; la personalidad (Gonzales R, p.
7)
De esta manera, se deja claro que los sentidos subjetivos enfatizan la relación
bidireccional entre lo simbólico y lo emocional, las cuales se encuentran en constante
cambio, por ende, el vínculo entre una y otra “está en desarrollo permanente y tiene
múltiples desdoblamientos, independizándose de los elementos originales que le dieron
origen” (Gonzales R, 2009, p. 11).
Así pues, todo este proceso se organiza por medio de las configuraciones de la
subjetividad que producen vivencias en la individualidad del sujeto, vivencias que nunca se
dan a priori de la experiencia (Gonzales R, 2012) sino al mismo tiempo en que se vive, en
el tránsito entre procesos psíquicos a procesos simbólicos.
Por ello, se dice que las configuraciones de la subjetividad integran diversas formas
de registro en la constitución del sujeto, teniendo como base la organización que se produce
en estas (formas de registros) desde las experiencias de cada cual, lo que se presenta
también como forma procesual de su constitución, puesto que se habla de una organización
inicial y de una organización “dominante” que se presenta en los cambios producidos
constantemente en las prácticas individuales y sociales del sujeto.
Por consiguiente decimos que las configuraciones de la subjetividad se establecen
bajo criterios organizativos de los registros emocionales y simbólicos que el sujeto
organiza, de manera tal que dicha organización subjetiva “se define por la articulación
compleja de emociones, procesos simbólicos y significados, que toman formas variables y
que es susceptible de aparecer en cada momento con una determinada forma de
organización dominante” (1995, p. 18).
De esta manera se evidencia los tres planteamientos característicos de la
subjetividad según Gonzales Rey, sintetizados en la procesualidad, sentidos subjetivos y
configuraciones subjetivas, las cuales funcionan como un complemento estructural para el
desarrollo de este concepto.
Es así como podemos resumir que la subjetividad se constituye en la historia
particular y social del sujeto, en el cual se evidencia una constante producción de sentidos
subjetivos en los que se integran formas emergentes de percibir el mundo a través de
procesos simbólico-emocionales emitidos en las interrelaciones humanas, es decir en las
múltiples relaciones con el contexto histórico y con un otro.
Lo político como forma de participación social
Hay otra categoría que surge por medio de la interacción social de personas: Lo Político,
definido como un reconocimiento de sí y de los demás, una forma de relacionarse en y con
el mundo expresado en la pluralidad de lo público, en palabras de Díaz (2003) “Lo político
es una cualidad que se construye, que emerge en toda interrelación humana… se refiere a
una cualidad de las relaciones entre las existencias humanas y que se expresa en las
diversidades de las relaciones sociales” (p. 49)
Por ello decimos que lo político se constituye en la escena social, en el ámbito
específico de la realidad cultural del sujeto, atravesando las opciones interactivas con las
que se expresan las diferencias humanas, y en las que se instituye la sociedad, atribuyendo
el carácter de lo público, sin desconocer el privado, en la inter-relación del sujeto.
De esta manera, se puede decir que Lo Político se relaciona con el sujeto en los
ideales y creencias reconocidos en ese otro que también participa en el plano de lo público,
lo que permite un proceso de reflexividad respecto de la posición que el otro tiene frente a
sí mismo y a la sociedad; asimismo, el concepto de subjetividad guarda gran relación con
los procesos de reflexividad acaecidos en un entorno social, lo que permite hablar de un
primer vínculo entre ambos conceptos, puesto que se parte de una configuración subjetiva,
que alberga una procesualidad y una relación simbólico-emocional que termina en una
reflexividad a partir del reconocimiento de otro y de un contexto.
De esta manera, la subjetividad política se refiere a la generación de sentidos
subjetivos y configuraciones subjetivas que subyacen de los procesos de reflexividad que el
individuo logra establecer entre él mismo y el contexto público. También, por medio de la
participación, la subjetividad política se asume como posición crítica de la realidad con el
fin de movilizar y transformar el contexto, “en este sentido la subjetividad política ha de
estar ligada a las acciones del sujeto por estar asociada a los posicionamientos que hacen en
diversos escenarios en los que vive” (Calderón, 2012, p. 81)
Así pues, se reconoce e identifica la categoría de subjetividad política, la cual se
articula bajo las características individual y social del sujeto como forma complementaria,
ya que la historia y la cultura que envuelve a cada uno se da en el devenir de la acción
colectiva interiorizada en la reflexión individual, pues ambas posiciones son “un
desdoblamiento de la subjetividad que no se constituyen independientemente” (Díaz 2012.
P 4)
Para resumir se puede decir que la categoría de subjetividad política se expresa
mediante sentidos subjetivos organizados bajo el nombre de configuraciones subjetivas, las
cuales adquieren sentido según los entornos particulares y acontecimientos históricos
específicos, en este caso los momentos históricos representados en el conflicto armado
colombiano.
Pero entonces ¿por qué pensarnos el conflicto armado como condición relacional
del presente trabajo? Primero que todo, se está hablando de una subjetividad que parte por
reconocer la historicidad del sujeto y segundo, se toma al conflicto como forma, espacio y
evento en el que se producen rasgos de subjetividad política, ya que este hecho es un
fenómeno histórico que impacta a toda una sociedad y que, por su consistencia en el
tiempo, configura y transforma maneras de ser, sentir y hacer.
Aparte de esto, el fenómeno del conflicto armado ofrece diferentes rasgos con los
cuales se pueden identificar subjetividades políticas, como es el caso de la conciencia
histórica que genera este hecho, los mecanismos de reflexividad utilizados para pensarlo y
las formas en las que se configura el espacio público como marco de lo político (Alvarado,
Ospina, Botero & Muñoz, 2008).
Vale la pena señalar, aparte de lo dicho, que el conflicto armado colombiano, como
fenómeno social, ha generado acontecimientos como el narcotráfico, el paramilitarismo y la
vulneración a los Derechos Humanos que han permeado las esferas de la vida, afectando a
toda la sociedad, razón por la cual, el impacto de este fenómeno produce maneras de
reflexionar y de actuar en el contexto.
Por lo anterior, se puede decir que la dimensión contextual de conflicto armado es
fundamental a la hora de preguntarnos por la emergencia y el despliegue de la subjetividad
política, en este caso la de un estudiante universitario, ya que a partir de ello se establece la
relación, participación y transformación que se tiene con el contexto social a través de
procesos de reflexividad suscitados en dicho entorno, para ello, se plantea una pregunta que
intenta analizar el despliegue de la subjetividad política de este joven estudiante con
relación al conflicto armado colombiano: ¿Cuál es el despliegue de la subjetividad política
de un estudiante de la Universidad Católica de Pereira con relación al conflicto armado
colombiano?
Objetivo general
Conocer las configuraciones subjetivas de un estudiante de la Universidad Católica de
Pereira con relación al conflicto armado colombiano.
Objetivo específico
Identificar los sentidos subjetivos de un estudiante de la Universidad Católica de Pereira
con relación al conflicto armado colombiano.
Metodología
La presente investigación tiene un corte cualitativo, puesto que está inmersa en procesos de
comprensión que abarcan la contextualización histórica de un acontecimiento como forma
de percepción humana, pues:
el énfasis es puesto en la necesidad de interpretar que está pasando en términos de
un entendimiento de la sociedad como un todo y del significado que tiene para sus
participantes. El supuesto básico que plantea la investigación cualitativa es que
cualquiera que sea la esfera donde los datos sean recolectados, sólo podemos
entender los acontecimientos si ellos son situados en un contexto social e
históricamente amplio (Mella O, 1998, p. 9-10)
De esta manera, lo que se pretende indagar, desde la lógica cualitativa, es la
comprensión de una realidad, realidad que desde este sentido se constituye a través de los
procesos históricos que se presentan en la vida diaria, abordando así realidades subjetivas e
intersubjetivas que se generan en interacción con la sociedad. Por ello se cree pertinente
abordar desde este paradigma cualitativo la comprensión de la subjetividad política de un
estudiante de la Universidad Católica de Pereira con relación a un acontecimiento
fundamental del país como lo es el del conflicto armado.
Unidad de análisis
Subjetividad política de un estudiante de la Universidad Católica de Pereira.
Unidad de trabajo
Estudiante de la Universidad Católica de Pereira.
Método
El método con el cual se abordó la propuesta investigativa parte de re-conocer la postura
real del estudiante en tanto sentidos subjetivos generados por el acontecimiento endémico
del conflicto; por tanto se creyó necesario utilizar el método de la autobiografía, con la cual
se obtuvo el despliegue del sentir, el pensar y el hacer acerca de la posición que el joven
tiene acerca de este fenómeno.
La autobiografía, ubicada como una expresión literaria, permite el despliegue de la
narrativa, de la subjetividad. Quien en ella habla, se asume en primera persona, yo.
Por lo tanto, lo que se dice -se espera- es lo que se es, no desde algún criterio de
objetividad sino desde la vivencia profunda y existencial de quien auto-grafía su
bios (Díaz A, 2012, p. 201)
De ahí la importancia a la hora de implementar este método investigativo, pues este
permite obtener, a través de la consigna textual, los sentidos subjetivos evidentes en las
experiencias humanas de carácter social, por lo tanto, la narración tiene un vínculo, entre el
proceso de reflexividad y el carácter social que con ella se ha construido.
De esta manera la autobiografía permite indagar la emergencia de subjetividades
políticas, con el fin de comprender y evidenciar el despliegue de esta en la vida cotidiana,
pues esta se reconoce mediante la enunciación de su propia narrativa lo que posibilita re-
conocer sus sentidos subjetivos constituidos en la relación simbólico-emocional de
acontecimientos significativos que deja el conflicto armado.
Aparte de ello, se hizo necesario utilizar la entrevista semi-estructurada como
método complementario de la autobiografía, pues esta se quedó corta en la información
obtenida en un primer momento. De ahí que la construcción de las preguntas obtuviera
relevancia propia, pues estas fueron elaboradas por los pocos sentidos subjetivos derivados
del texto autobiográfico. Al final, tanto la autobiografía como la entrevista (transcrita) se
complementaron en un solo texto.
Procedimiento
Luego de haber encontrado el estudiante y de explicarle las pretensiones de la investigación
y las formas con las cuales se va a levantar la información, él decide remitir su texto
autobiográfico en formato virtual, lo que supone iniciar un primer análisis de su
subjetividad política.
Lectura de su autobiografía
Después de obtener su texto autobiográfico se realizó la lectura para la interpretación de la
información; sin embargo se logró observar un escrito corto que resume su vida en la época
escolar del bachillerato, lo que obligó a rastrear, por medio de la entrevista, las narrativas
significativas que no se explicitan en su texto autobiográfico.
Construcción de instrumento para la entrevista
Se decidió construir un instrumento guía de la entrevista, cuyas preguntas surgieron a partir
de palabras y frases de su texto autobiográfico que dejan vislumbrar trazos significativos en
torno a su vida académica y política, por lo que se hace necesario rastrear sentidos
subjetivos que no se despliegan como tal dentro de su discurso textual. Dicho instrumento
se aplicó por medio de tres categorías: Conflicto armado colombiano, participación
estudiantil y posición personal.
Realización de la entrevista
Luego de construido el instrumento se acuerda el día y la hora con el estudiante para su
aplicación. Se decide realizar la entrevista en la biblioteca de la Universidad Católica por
motivos de comodidad y disposición, la cual tuvo una duración de 34 minutos.
Análisis de la información
Las narrativas obtenidas en el texto autobiográfico y la entrevista (transcrita) fueron
analizadas por el investigador ayudado por la teoría de la subjetividad y subjetividad
política, cuyo criterio de interpretación se estableció en la identificación de categorías de
análisis a partir de palabras y frases con las que se logró relacionar y asociar múltiples
sentidos subjetivos. Una vez identificadas las categorías/sentidos subjetivos se procedió a
identificar rasgos de configuraciones subjetivas del estudiante con relación al conflicto
armado.
A continuación se muestran los sentidos subjetivos obtenidos en las narrativas del joven
estudiante.
Configuraciones subjetivas
La lucha indígena: “Lo indígena me ha movido mucho”
Esta categoría de la lucha indígena tiene como finalidad reconocer el inicio del proceso
reflexivo y participativo en el ámbito público del estudiante relacionado con el conflicto,
pues se logra identificar producciones simbólicas y emocionales que dan origen a las
configuraciones subjetivas que se expresan en algunas experiencias en torno del conflicto
armado. Es así, como varios acontecimientos indígenas han generado movilización,
reflexión y creación de sentidos en esta persona.
Lo anterior lo refiere el joven al inicio de la entrevista: “la cercanía de cierta forma
con el conflicto es más bien de contexto, de carácter ideológico; mi familia es amiga de un
señor indígena, de una familia indígena, y el papá de estos, fue dirigente indígena, uno de
los más grandes dirigentes que ha tenido el Cauca, se llama Gregorio Palechor; entonces de
cierta forma también esta relación me ha marcado”. Se evidencia aquí la importancia que
tuvo la relación afectiva e ideológica entre una de las familias indígenas de renombre y la
familia del estudiante, logrando despertar el carácter activo y sensible: “el reconocimiento
del carácter activo del sujeto implica considerar las configuraciones subjetivas que emergen
en el curso de sus experiencias, las que integran su biografía y sus múltiples contextos
actuales de prácticas y relaciones” (Gonzales R, 2012, p. 146).
Los sentidos subjetivos subyacentes de estas prácticas relacionales son movilizados
por medio de procesos de reflexividad suscitados de la sensibilización de acontecimientos
indígenas, lo que implicó, en un principio, un actuar sobre los propios actos de este
estudiante a partir de un reconocimiento social y cultural de su propio territorio (el cauca);
de ahí que la cualidad instituyente del sujeto emergió bajo la reflexividad hecha en este
escenario: “algo que a mí me ha tocado, me ha movido mucho, es eso de lo indígena, de lo
autóctono, la lucha indígena me parece una lucha completamente valida y valiosa… lo
indígena es lo que en cierta forma ha sido un detonante para tratar de entender y plantear
ideas , y ponerme a pensar y discutir”
Y es a partir de ello, donde surge uno de los primeros puntos de vista activos de este
estudiante frente al fenómeno del conflicto armado, ya que las luchas y las movilizaciones
indígenas, indujeron a pensarse sobre este acontecimiento endémico desde un panorama
particular histórico: “… la lucha indígena me parece una lucha completamente valida y
valiosa, y bueno yo creo profundamente en que el sentido social debe conservar las raíces,
¿cierto? Conservar raíces sin ser conservador, es algo supremamente valioso a la lucha
campesina indígena del Cauca”; en este punto, el estudiante reconoce parte de su historia
social dejando entrever vértices de sentido emocional y simbólico generados por la cultura
indígena del Cauca.
Importancia histórica del territorio: “el contexto histórico, la importancia histórica que
ha tenido el Cauca para mi es algo que me mueve mucho”
Cuando el joven logra pensar (se) en tiempo y espacio, es porque hay un reconocimiento
social instituido desde lo que se nos presenta como formas de actuar desde el
reconocimiento de un contexto en el cual se participa. El estudiante logra poner de
manifiesto su actitud instituyente en la medida en que se piensa como agente transformador
y desujetado, pues es a partir de ello que decide movilizar aspectos de su vida: “A raíz de
eso (la historia) pues yo empecé a leer mucho más, leía sobre todo cosas de filosofía, de
ciencias políticas, trataba de leer sobre historia indígena y campesina”.
En el marco de lo histórico, se logra identificar sentidos subjetivos como el de la
reacción e interés que se producen en torno al advenimiento histórico del conflicto armado,
es decir, que a medida que el sujeto conoce la historia sociocultural de su departamento, se
sensibiliza su forma de pensar y de actuar, pues: “los sentidos subjetivos… se desarrollan
alrededor de una experiencia culturalmente definida, integrando una multiplicidad de
sentido subjetivos asociadas a otras esferas de la vida y que aparecen como momentos de la
condición subjetiva de la experiencia vivida” (Gonzales R, 2007, p. 20)
Con lo anterior queda evidente el carácter de la subjetividad social que envuelve al
joven bajo el acontecimiento histórico, teniendo en cuenta que esta “representa las
producciones subjetivas que caracterizan los diferentes espacios sociales, en las cuales
transitan producciones simbólicas y sentidos subjetivos procedentes de otros espacios de la
vida social, los que de forma simultánea se expresan en los discursos y sistemas simbólicos
sobre los que se organiza las experiencias compartidas al interior de la vida social”
(Gonzales R, 2007, p. 21)
En este sentido, podríamos decir que el conflicto, para el estudiante, es una forma de
movilización y pensamiento articulado y/o pensado en la historia, lo cual ha servido para el
desarrollo de otras dimensiones como lo afectivo y lo espiritual, que se han organizado por
medio de sistemas simbólicos a través de su experiencia de vida personal y académica; el
sujeto deja entrever una frase significativa que relaciona lo dicho: “el conflicto me ha
movilizado, me sensibiliza, ha servido a mi desarrollo espiritual. Me motiva a hacer cosas,
siento que tengo cierta sensibilidad frente al tema del conflicto”.
Como se observa, el fenómeno del conflicto armado logra despertar múltiples
sentidos subjetivos en el estudiante entrevistado, lo que permite ubicar este hecho social
como acontecimiento socio histórico configurador de subjetividades. De ahí que, algunos
sucesos, como la movilización indígena y las formas de analizar el conflicto armado, han
generado producciones simbólico-emocionales que se han constituido como maneras de
analizar y ver su entorno “Colombia no es un país de ideas, sino un país de adeptos, eso ha
caracterizado nuestra historia, el conflicto armado y una cantidad de cosas”.
Espacios: colegio/universidad: “en el colegio es justamente donde nace ese interés por
entender y por ir conociendo sobre el conflicto armado” “Estando aquí (UCP) bueno
viéndolo de una forma de cómo una universidad elitista me ha hecho entender también el
concepto del conflicto armado desde otras vertientes”
Así como lo histórico, el espacio social del colegio es fundamental en la configuración
subjetiva del estudiante, pues allí se logra rastrear el despliegue de la subjetividad política
mediante los procesos de reflexividad sobre la política y lo político desplegados en este
espacio educativo: “Mi educación, en cierta forma mi crianza, ha sido en un colegio público
de ideas y de debates, pues yo estuve siempre en un contexto de discusión, de organización
estudiantil, que no hacíamos gran cosa, pero se hablaba, se hacía”; materializándose este
pensamiento de lo público en esos mismos espacios y momentos: “En once, ser la cabeza
de sacar a todos los estudiantes del colegio y llevármelos bajo mi responsabilidad, porque
eso fue lo que hice, paralizar clase con otros dos compañeros, decirle al rector: nos vamos a
ir”
Los sentidos subjetivos que aquí se identifican se producen bajo el discernimiento
del estudiante ante el suceso que, en ese entonces, afectaba a todo el conglomerado
estudiantil, lo que ocasiona la procesualidad entre el “yo” individual al “yo” pensado en lo
público, en lo común a todos: la movilización por una mejor educación, “un año de
reaccionar y de participar en la asamblea, de pronunciarme como tal, como representante…
pues yo sentía que valía la pena intentar hacer algo”
En el espacio de la Universidad Católica, el sujeto muestra quietud frente a temas
relacionados con la movilización estudiantil; sin embargo, la sensibilización y la reflexión
han estado presentes como formas constitutivas de su personalidad, de su actuar, tanto
dentro como fuera de la institución, otorgando así configuraciones subjetivas, las cuales
“forman una organización dinámica de la subjetividad individual que podemos identificar
con el concepto de personalidad… las configuraciones subjetivas forman una red subjetiva
que acompaña toda actividad humana. Ellas definen la estabilidad relativa de las posiciones
asumidas por las personas dentro del conjunto de espacios sociales en que actúan”
(Gonzales R, 2007, p. 20), en este caso el del colegio y el de la Universidad.
A lo anterior se le suma la respuesta expresada en la pregunta hecha sobre el
impacto del conflicto armado en su diario vivir, a lo que responde “pienso que soy una
persona muy sensible y consciente frente al conflicto”. El estudiante empieza a reflexionar
sobre esta realidad y a hacer críticas sobre las reacciones indiferentes de compañeros y
amigos, y termina por decir: “encuentro en la palabra una herramienta muy grande de
transformación”
Participación estudiantil: “Junto con unos compañeros promovimos la participación del
estudiantado”
Uno de los elementos centrales en las experiencias de este estudiante de la Universidad
Católica de Pereira es la participación activa dentro de los escenarios educativos, razón por
la cual se identifica como configurador de su subjetividad.
La movilización estudiantil, al igual que el espacio social en el que se producen
dichas acciones, ha servido como soporte para comprender nuevas formas de actuar y
reflexionar frente a su contexto, pues en las narrativas se observa la importancia que tiene
la participación en el espacio educativo: “Yo estuve siempre en un contexto de discusión y
de organización estudiantil”. De acuerdo con Guell (2002) la subjetividad se entiende como
un tejido de saberes, reflexiones, deseos, percepciones y sentimientos que orientan al sujeto
en su entorno. Así, podríamos decir que el estudiante despliega dicho tejido en tanto acción
y reconocimiento de lo que sucede en su entorno, en este caso la situación del conflicto
armado.
Agentes socializadores en la configuración de la subjetividad política: “Finalizados los
estudios primarios, entré a uno de los colegios públicos más conocidos de la ciudad…
comencé a conocer docentes con una acentuada inclinación política, posición que en gran
medida era crítica y de análisis”
El texto autobiográfico del estudiante nos deja entrever la importancia de agencias y
agentes de configuración de sujeto político evidenciados en la institucionalidad escolar,
pues allí se logra elaborar procesos de socialización en los que están involucrados sentidos
de los agentes educativos y sentidos de la vida personal del estudiante, en cuyo vinculo
socializador, se logra constituir una nueva forma de pensar lo público, a tal punto de
materializarlo por medio de la movilización estudiantil. Lo anterior lo encontramos en el
siguiente fragmento de narrativa autobiográfica:
“En el colegio comencé a conocer a docentes con una acentuada inclinación
política en contra del Estado, posición que en gran medida era crítica y de análisis
de la situación que no solo vivía el colegio, sino también la sociedad. Debo
reconocer que este momento de mi vida es fundamental, de allí comencé a ver y
entender los desarrollos sociales de manera más amplia y crítica; esto pudo
materializarse en gran medida gracias a que participé desde temprano en la
organización de estudiantes. Las reuniones que se llevaban a cabo posibilitaban el
debate, además de que se planteaba acciones para mejorar algunas cosas en el
colegio”.
Es claro que los agentes socializadores de la institución educativa, por medio de sus
discursos y acciones, generaron en el estudiante sentidos relevantes para la configuración
de sujeto político, teniendo en cuenta que “el papel de la institucionalidad en la formación
del sujeto político pasa por los diferentes discursos y prácticas que en ella se van
configurando y que tienen su mayor énfasis en las estructuras curriculares, en los planes de
estudio y en los contenidos de curso que los docentes despliegan en argumentos y
modelamiento” (Díaz, 2014, p. 52). La evidencia narrativa lo muestra de esta manera:
“el momento determinante, que despertó un profundo interés sobre el devenir
político del país y que constantemente me preocupó e inquieto fue parte del fervor
político de un docente que enseñaba ciencias sociales; recuerdo bien que el profesor
llegó al salón de clase sumido en rabia por los abusos que la policía había cometido
contra las movilizaciones indígenas que tenían lugar en ese año; frente a esta
situación, decidió que ya no era necesario hablar sobre geografía, por el contrario,
comenzamos a estudiar los modelos de sociedad. Las dudas e inconformidades
frente a la vida social fueron aumentando sustancialmente”
A modo de Conclusión
La subjetividad como categoría de estudio en la psicología es frecuentemente habitual, pero
hablar de subjetividad política en el escenario de esta disciplina no es muy usual, incluso,
para varios estudiantes de pregrado resulta extraña la terminología subjetividad política,
razón por la cual se decide conocer y ahondar sobre este tema. Por ello, más que una
conclusión a este escrito, es poder dar cuenta de un proceso en el cual no sólo está inmerso
el estudiante investigado, sino también el investigador.
Como bien se ha visto en el texto, el bagaje teórico tuvo como base la propuesta de
Fernando Gonzales rey, quien entiende la subjetividad por medio de la expresión de dos
procesos: los sentidos subjetivos y las configuraciones de la subjetividad, los cuales se
asocian a las múltiples esferas de la vida producidas en experiencias cotidianas, todo ello de
manera procesual, es decir, en constante cambio.
Los sentidos subjetivos, al igual que la configuración subjetiva cumplen un papel
fundamental a la hora de hablar de la subjetividad política, pues ambos procesos se
desarrollan mediante actos de reflexividad que el sujeto hace sobre la político y lo político,
y que teniendo la característica de social, se presentan en el ámbito de lo público, de lo que
es común a todos (Díaz 20014). Ejemplo de ello está en los cinco sentidos subjetivos
identificados en este análisis: la lucha indígena, importancia histórica del territorio,
espacios colegio universidad, participación estudiantil y agentes socializadores.
En cada sentido subjetivo, se logra observar la integración entre las configuraciones
subjetivas presentes del estudiante, y la variedad de efectos producidos por nuevas
configuraciones, lo que produce nuevas combinaciones entre lo emocional y lo simbólico
que se van organizando como formas psicológicas de la subjetividad individual.
Así, podríamos decir que todo hecho de reflexividad suscita nuevos sentidos que
con el tiempo se van organizando y se van constituyendo como configuradores de
subjetividad, tanto individual, como social… “el estudiante de una universidad tienen que
tener ese juicio de racionalizar, de reflexionar frente a su realidad, y sobre todo, un
estudiante universitario tiene que tener sensibilidad frente a los otros, pues de cierta forma
te ponen, te plantean a vos frente a otro…”
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