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Memorias del Deporte 2Atletismo

© 2013

Ministerio del DeporteSubsecretaría Técnica de ApoyoDirección de Gestión de InvestigaciónDirección de Gestión de Comunicación Social

Producción ejecutiva: Mariana AndradeEdición: OCHOYMEDIOCoordinación editorial: Gabriela Paz y MiñoDiseño: Gabriela PallaresDiagramación e ilustraciones: ÁnimaImprenta: AbilitTextos: Jacinto BonillaFotografía: Miguel Alvear, Ricardo Bohórquez, Eduardo León, Alejo Reinoso, Juan Cevallos, Fernando SandovalInvestigación: Jaime Duque, Juan Sebastián Barriga, Marcos Echeverría, Gabriela Balarezo, Estefanía Ochoa, Perla García, Gilda Sánchez, Ileana Matamoros, César Galarza, Verónica HerreraCorrección de estilo: Silvia Ortiz GuerraArchivo fotográfico: Daniel Montalvo, María Belén MoncayoFoto portada: Eduardo León

Producido y editado por OCHOYMEDIO

Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción parcial o total de este libro.

6 CRÓNICALa fuerza del atletismo

LA FIGURARolando VeraMartha Tenorio

TESTIMONIOS Y CRONOLOGÍA

INFOGRAFÍASEl secreto es no rendirseLos más rápidos de todos los tiemposMaratones para recordar

42

6892

Atletismoboxeo

ajedrez

fútboljudomontañismo

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9

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EDICIÓN 2013

página sección

ciclismo

6

Crónica

8 Atletismo Crónica

Martha Tenorio, fondista ecuatoriana, conserva sus trofeos más importantes en la casa de su familia en Sal-cedo, Ecuador. (FOTO: ALEJANDRO REINOSO)

El diamante esmeraldeño, Álex Quiñónez, duran-te la carrera de los 200 metros, de los XVI Juegos Pa-namericanos en el Estadio Telmex, el 26 de octubre de 2011 en Guadalajara, México. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

En la pista y en el campo, el Ecuador atlético.

Una carrera meteórica de un talento atlético de 23 años que llegó a la final olímpica de los 200 metros planos, en la que brilló Usain Bolt, la estrella de los Olímpicos de Londres. Después de la hazaña de Pérez, Quiñónez vuelve a marcar un antes y un después en el atletismo ecuatoriano. Se retiró dos años por falta de apoyo y volvió con fuerza para bajar las marcas de una forma alucinante.

La Guacharaca, popular barriada esme-raldeña, vio nacer a Álex Quiñónez, un in-quieto chiquillo que soñó ser futbolista, qui-so ser marino y terminó como la gran estrella del atletismo ecuatoriano a nivel olímpico, luego de Jefferson Pérez.

La historia de Álex Quiñónez tiene las características de un guión propio de Ho-llywood. Comenzó como un promisorio fut-bolista juvenil. El técnico del equipo vio sus innegables condiciones de velocista e inme-diatamente comunicó el descubrimiento a Jorge Casierra y Roberto Erazo, cazatalentos atléticos que en ese tiempo trabajaban para la Federación Deportiva de Esmeraldas.

Álex tenía entonces 14 años y se desem-peñaba como puntero derecho en la selección del Colegio Anexo Universitario. Casierra y Erazo lo vieron durante un partido del inter-colegial esmeraldeño y quedaron impresiona-dos. Entre incrédulos y emocionados, coinci-dieron en que estaban frente a un verdadero talento. Álex tenía una gambeta endiablada, pero sus piques largos y cortos dejaban “sem-

La fuerza del atletismo

por Jacinto Bonilla

9Crónica Atletismo


Álex Quiñónez y Usain Bolt en los Juegos Olímpi-cos de Londres, 2012. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

A Álex Quiñónez lo apodaban “La Bala”. Empezó en el fútbol, pero su historia estaba hecha para ser escrita en el atletismo de velocidad.

brados” a sus rivales. Se cansaba de ganar la línea final y enviar centros-gol. Sus dos descu-bridores hablaron con el profesor de Cultura Física del colegio para que el chico sea incor-porado al seleccionado atlético. En un co-mienzo, el veloz futbolista fue reticente, pero al ver que no tenía rivales, le tomó gusto a las carreras de 100 y 200 metros.

Los entrenamientos los realizaba en las calles o en la playa. También en la desgastada pista del estadio Folke Anderson, de la ciudad de Esmeraldas, que se convirtió en su segunda casa. Paulatinamente, su rapidez hizo crecer su fama y pronto lo apodaron “La Bala”.

En su debut atlético no le fue tan mal, fue segundo en 100 metros, tercero en 200 y ganó en 400 metros. Era un verdadero talen-to. Con esa carta de presentación, sus técni-cos empezaron a trabajar y probar su teoría de que estaban ante un verdadero fenómeno.

Revienta el cascarón

En el 2006 fue a las competencias en Cuenca y allí comenzó su adaptación a la alta competencia. Con apenas 17 años concurrió a los Juegos del Litoral en Babahoyo (2007), categoría juvenil, y ganó sin prisas los 100, 200 y 400 metros planos. Esta actuación le permitió llegar a los Juegos Nacionales de Macas y fue allí cuando la comunidad at-

11Crónica Atletismo

Álex Quiñónez, brillando en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde llegó a la final de los 200 m planos. En el carril número seis, el hombre más rápi-do de la historia: Usain Bolt. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

lética fijó su mirada en las marcas del veloz esmeraldeño: 10,52 segundos en 100 metros, 21,26 en 200 y 47,78 en 400.

Roberto Erazo considera que allí fue cuando “reventó el proyecto” y muchos co-menzaron a mirar a Quiñónez como un ver-dadero talento atlético.


Byron Piedra, plata en 1500 y 5000 metros en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, 2011. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

La carta del presagio

En el 2008, Jorge Casierra y Rober-to Erazo, piloto y copiloto del proyecto Quiñónez, ante los buenos resultados y la evolución constante de las marcas del es-meraldeño, enviaron una carta a la Fede-ración Deportiva de Esmeraldas, en la que solicitaron invertir y apoyar la carrera del atleta Quiñónez, incluyeron el historial de las marcas y una proyección técnica de las mismas, adjuntaron además los videos de entrenamiento y competiciones oficiales. A los 19 años, Quiñónez no se cansaba de

acortar sus tiempos. En 200 metros paraba los cronómetros en 21,26.

La Federación ignoró el pedido pero los dos entrenadores no perdieron la fe y lo ayudaron con alimentación y vitaminas, mientras Álex recibía una “beca” del Comité Olímpico Ecuatoriano de 150 dólares mensuales. Sin embargo, en abril de 2011, un hecho precipita las desgracias para el grupo: Jorge Casierra, con 26 años de servicio y Roberto Erazo, con 31 años de labor, son separados de la Federación Deportiva de Esmeraldas al aplicarse las normas legales que prohíben el pluriempleo, pues ambos tenían nombramiento ministerial en planteles educativos esmeraldeños.

Los recursos se terminaron, ya que los dos técnicos vieron disminuidos notable-mente sus ingresos. Ante la dramática situa-ción, Álex decidió alejarse del atletismo y viajar a Guayaquil para trabajar “en lo que sea”, pues creía que su vida no tenía futuro de-portivo. Habitó cerca del mercado Caraguay en la casa de su madre sustituta, Julia Ortiz. Allí sobrevivió gracias a su gran capacidad de adaptación laboral. Trabajó de albañil, pin-tor de fachadas, limpiaparabrisas en la calle, vendedor de pescado en el mercado, “debía sobrevivir pues mi vida se derrumbaba”.

Fueron dos años terribles para el equipo, que veía cómo se desmoronaba su proyecto. En marzo de 2011, los entrenadores resolvie-ron hablar con Quiñónez y lo convencieron de


Entrenamiento de atletismo en la pista atlética “Los Chasquis”, Concentra-ción Deportiva de Pichincha, Quito. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

volver a practicar. “Le hicimos comprender que su futuro estaba en el atletismo, pero había que sacrificarse hasta que una actuación interna-cional sacudiera a todos para volver la mirada hacia su talento”, afirman Casierra y Erazo.

Lo buscaron en Guayaquil, ofreciéndole inmediata ayuda. Álex aceptó y retornó con nuevos bríos a las pistas. Casierra y Erazo se repartieron los gastos de preparación: ali-mentación, sobrealimentación, vitaminiza-ción y exámenes médicos. “Si no hacíamos esa gestión, Álex se perdía definitivamente” fue la conclusión de sus mentores.

Pese a estar dos años alejado de las pis-tas, Quiñónez regresó con fuerza para con-sagrarse como Campeón Nacional de los 200 metros con un espectacular 21,56 segundos, derrotando al consagrado Franklin Nazare-no durante el torneo de Esmeraldas.

Quiñónez fue a Colombia y cronome-tró 20,29 e impuso nuevo récord nacional, dejando atrás los 20,47 de Franklin Nazare-no. Entonces, las luces volvieron a prenderse en el atletismo regional. Todos reconocen al ecuatoriano mientras acá pocos aprecian su brillante trabajo.

Un apoyo clave

Jorge Casierra y Roberto Erazo no se dieron por vencidos hasta que sus infor-

mes técnicos fueron acogidos por el Mi-nisterio del Deporte en febrero de 2012. El ministro José Francisco Cevallos gestionó personalmente la ayuda para Quiñónez, con lo cual se inició un verdadero proceso, debidamente financiado.

Quiñónez se dedicó por entero al atle-tismo, recibiendo una ayuda de 900 dólares mensuales dedicados, exclusivamente, a la manutención familiar, mientras que el Minis-terio del Deporte patrocinaba su participa-ción en certámenes internacionales y el apoyo médico, técnico y logístico. El esmeraldeño intervino en el Iberoamericano de Barquisi-meto, Venezuela, y ganó los 100 y 200 metros.


Práctica de salto alto en la pista atlética “Los Chasquis”, Concentración De-portiva de Pichincha, Quito. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

Con esos triunfos, se alistaría la carrera final hacia los Olímpicos de Londres.

La sorpresa londinense

Mientras los entrenadores Casierra y Erazo no se cansaban de predecir la buena actuación de Quiñónez, el Comité Olímpico Ecuatoriano, ignorando las advertencias téc-nicas, resolvió entregar el estandarte nacio-nal a otro deportista, el argentino naturaliza-do ecuatoriano, César de Cesare.

Ya en los Juegos Olímpicos, el joven atleta esmeraldeño Álex Leonardo Quiñó-nez Martínez no captó la atención del país sino hasta que logró un histórico pase a las semifinales de los 200 metros planos y ahí se ubicó como uno de los dos mejores terceros, lo que le dio la oportunidad de disputar la gran final el 9 de agosto de 2012, reseñaban los diarios El Universo y El Comercio.

Durante las competencias Olímpicas “La Bala” mostró el plus de los grandes cam-peones: fuerza mental para manejar adecua-damente la presión de todo un país por verlo en la final de los 200 metros planos junto al extraordinario jamaiquino Usain Bolt.

Para Roberto Erazo, Álex Quiñónez tiene las características de un predestinado. “Su carga de genes para recuperarse rápi-damente del cansancio hace de él un atleta diferente, aparte, claro está, de su enorme fortaleza mental. Al clasificar a una final olímpica, correrla bien y llegar séptimo, mostró todo su temple para ignorar un esta-dio lleno, olvidarse que corría junto a Usain Bolt y sonreír ante la presión de todo un país” concluyó Erazo.

Para sus entrenadores, el futuro de Qui-ñónez se encuentra en los 400 metros planos. Irá madurando poco a poco y en esta prue-ba ganará mucho más protagonismo, pues la competencia exige un gran poder de recu-peración, factor en el cual aparece la carga genética del ecuatoriano que lo ubicará entre los grandes del mundo.


Jefferson Pérez al momento de cruzar la meta y obtener el título de Cam-peón Mundial de 20 km marcha en el Campeonato Mundial de Atletismo Osa-ka 2007. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

Hasta tanto, su talento recorre el mundo. Giras por Europa y los mejores escenarios del mundo disfrutarán de “La Bala” esmeraldeña.

Jefferson Pérez, el ícono del antes y después

El 26 de julio de 1996, el atletismo ecuatoriano escribió su página más gloriosa cuando Jefferson Pérez ganó la medalla de oro en los 20 kilómetros marcha de los Jue-gos Olímpicos de Atlanta.

Ese triunfo marcó un antes y un después en una disciplina deportiva que ha dado al país innumerables satisfacciones, especial-mente en las competencias de fondo.

Ecuador, con Pérez a la cabeza, comen-zó entonces a tener resonancia mundial en la marcha, con las victorias en torneos mundia-les de la especialidad que culminarían con una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Las dos preseas resultaron la confirmación exitosa de un ciclo, tras lograr tres preseas dora-das en los mundiales de: París (2003), Helsinski (2005) y Osaka (2007), complementadas con una de plata en el mundial de Sevilla en 1999.

Pérez, además, se cansó de ganar juegos regionales, paseando su clase de un “fuera de serie”, marcando también un récord mundial de la especialidad.

Nacido en Cuenca, el 1 de julio de 1974, su primer logro relevante fue la medalla de bronce en el Mundial Juvenil de Atletismo, en Plovdiv, Bulgaria, en 1990. Dos años más tarde obtuvo su primera consagración al ganar el título mundial juvenil en Seúl, Co-rea. Jefferson obtuvo su primera medalla a la edad de 17 años, en California. Dentro de su rutilante paso por los mundiales, también logró, como ya se dijo, un récord mundial de la especialidad en el 2002, marca que estuvo vigente durante un año.

Pese a su retiro, está considerado en-tre los diez mejores marchistas de la histo-


Jefferson Pérez participando en los Juegos Olím-picos de Beijing 2008. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

ria, por sus extraordinarios triunfos logra-dos en torneos de altísimo nivel técnico, como los mundiales, y de amplio espectro mediático, como los Juegos Olímpicos. El 23 de agosto del 2003, en París, obtuvo el récord mundial, luego de mantener una velocidad de 18 km por hora en los 20 km. En el 2012 este récord fue roto por el co-lombiano Erik Melgarejo.

Así se ha desarrollado una ilusión atlética, cuyos comienzos en Ecuador se remontan a las décadas de los sesenta y setenta, cuando la práctica de la marcha hizo su aparición en Loja, Chimborazo, Pastaza y Azuay. El chimboracense Julio Yunga es considerado uno de los precursores de esta especialidad en el país.

En el historial de la marcha no se pue-de olvidar al pichinchano Bautista González, ganador de los 20 kilómetros marcha du-rante los III Juegos Nacionales realizados en Quito en 1974.

Posteriormente, el lojano Juan Rojas, actual Presidente de la Federación De-portiva Nacional del Ecuador (FEDENA-DOR), fue Campeón Nacional en la década de los ochenta y fue el primer medallista de oro de los 20 kilómetros marcha en los Juegos Sudamericanos de ese año, abrien-do la puerta para la aparición de los “Dia-mantes de la marcha”.


Martha Tenorio entrenando en Río de Janeiro, Brasil, 1987. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)

Inicio anecdótico de Pérez

Fausto Mendoza, quien actualmente preside la Federación Ecuatoriana de Atle-tismo, recuerda anecdóticamente el debut oficial de Jefferson Pérez. Cuando Jefferson tenía 15 años viajó a Quito para competir


en marcha, categoría menores. Ese mismo día, la Federación Ecuatoriana de Atletis-mo convocó a los atletas menores para una prueba de 1500 metros que debía correrse en el parque La Carolina. Después de com-petir en la marcha, Pérez y Mendoza, que en ese tiempo era directivo del atletismo azuayo, tomaron un taxi desde el sector de La Vicentina, donde se ubica la pista “Los Chasquis”, y se trasladaron a La Carolina. Pérez llegó con el tiempo justo y casi no al-canzó a calentar. El resultado sorprendió a todos, Jefferson ganó esa competencia para viajar a Londres en compañía de la coto-paxense Janeth Caizalitín a un encuentro

Lucy Jaramillo, medalla de oro en la competencia de los 400 metros planos, en los IV Juegos Deportivos del Alba, San Felipe, Venezuela, 2011. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

internacional de atletismo juvenil. Fue el primer viaje de “Jeff ”, que comenzaba a ser noticia en el mundo del atletismo.

El atletismo nacional en los Juegos Olímpicos

Alberto Jurado González, en 100 me-tros planos, junto a Alberto Jarrín y Beli-sario Villacís en 10 000 metros, fueron los primeros atletas ecuatorianos en participar en Juegos Olímpicos. Los tres concurrieron a los Olímpicos de París en 1924. Ninguno


pie de foto. (FOTO: autorfoto).

Entrenamiento de martillo, en la pista atlética “Los Chasquis”, Concentración Deportiva de Pichincha, Qui-to. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

superó las pruebas eliminatorias. Jurado impuso 11,05 segundos, mientras que Jarrín y Villacís se retiraron de su prueba.

Para valorar en su verdadera dimensión lo realizado por Jefferson Pérez vale la pena recordar la historia de la participación del atletismo ecuatoriano en los Juegos Olímpicos.


El atletismo ecuatoriano en los Juegos Olímpicos

París 1924 NOMBRE PRUEBA RESULTADO Alberto Jurado González 100 m 11,05 s (no clasi�có) 200 m 22,04 s (no clasi�có) Salto alto 1,73 m (no clasi�có) Salto largo 6,35 m (no clasi�có) Alberto Jarrín 10 000 m (se retiró) Belisario Villacís 10 000 m (se retiró)México 1968 Gustavo Gutiérrez Maratón 3:00:03 (puesto 53)Munich 1972 Abdalá Bucaram 100 m (se retiró por lesión)Moscú 1980 Nancy Vallecilla 100 m vallas (se retiró por lesión) Pentatlón 3889 puntos (penúltima)Los Ángeles 1984 Leopoldo Acosta 800 m 2.ª ronda Fidel Solórzano Salto largo 1.ª ronda Luis Tipán 10 000 m 1.ª rondaSeúl 1988 Liliana Chalá 400 m 2.ª ronda Fidel Solórzano Decatlón puesto 37 Rolando Vera 10 000 m puesto 15 José Quiñaluiza Salto triple 1.ª ronda Nancy Vallecilla 100 vallas 1.ª ronda


Barcelona 1992 Janeth Caizalitín 3000 m puesto 11 Liliana Chalá 400 m vallas 1.ª ronda Je�erson Pérez 20 km marcha se retiró Eddy Punina 10 000 m puesto 23 Miriam Ramón 10 km marcha puesto 36 Martha Tenorio 10 000 m puesto 17 Rolando Vera Maratón puesto 43Atlanta 1996 Je�erson Pérez 20 km marcha medalla de oro Silvio Guerra 10 000 m 28:30 Rolando Vera Maratón 2:17:40 Martha Tenorio Maratón se retiróSidney 2000 Je�erson Pérez 20 km marcha 1:20:18 (puesto 4) Martha Tenorio Maratón 2:33:54 (puesto 25) Silvio Guerra Maratón 2:16:27 (puesto 14)Atenas 2004 Je�erson Pérez 20 y 50 km marcha puesto 4 y puesto 12 Rolando Saquipay 20 km marcha puesto 17 Xavier Moreno 20 km marcha descali�cado Silvio Guerra Maratón puesto 61 Franklin Tenorio Maratón puesto 71 Sandra Ruales Maratón puesto 36 Jackson Quiñónez 110 m vallas 2ª ronda Byron Piedra 800 m 1ª ronda


Beijing 2008 Je�erson Pérez 20 km marcha medalla de plata Andrés Chocho 20 km marcha puesto 38 Rolando Saquipay 20 km marcha puesto 20 Johana Ordóñez 20 km marcha puesto 35 Xavier Moreno 50 km marcha puesto 37 Fausto Quinde 50 km marcha puesto 25 Franklin Nazareno 200 m puesto 35 Byron Piedra 800 m no terminó Franklin Tenorio Maratón puesto 61 Sandra Ruales Maratón puesto 33Londres 2012 Rosa Chacha Maratón puesto 83 Byron Piedra 10 000 m no terminó Mauricio Arteaga 20 km marcha puesto 44 Yadira Guamán 20 km marcha puesto 40 Paola Pérez 20 km marcha puesto 51 Diego Ferrín Salto alto puesto 21 Lucy Jaramillo 400 m 1.ª ronda Xavier Moreno 50 km marcha puesto 47 Andrés Chocho 50 km marcha no terminó Miguel Almachi Maratón puesto 50 Erika Chávez 200 m 1.ª ronda Adrián Sornoza Salto triple puesto 25 Álex Quiñónez 200 m puesto 7

FUENTE: Enciclopedia deportiva DirecTV


Final de 1500 m planos en los Juegos Paname-ricanos de Guadalajara, 2011. Byron Piedra remató segundo, para ganar la medalla de plata, detrás del brasileño Leandro de Oliveira. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

En los más recientes Juegos Panamericanos (Guadalajara, México, 2011), Ecuador, el 2011, Ecuador realizó una memorable actuación, ganando un total de 24 medallas, 9 de ellas de oro.


Entrenamiento de juveniles, Parque Miraflores, Cuenca. (FOTO: RICARDO BOHÓRQUEZ)

En 1984 se realizaron, por primera vez, campeonatos nacionales de atletismo para niños y jóvenes. Entonces empezó un proceso que le ha rendido frutos al país.

Génesis de un proceso exitoso

Hasta 1984, las participaciones del atle-tismo ecuatoriano a nivel internacional fueron procesos aislados. En ese año, Jacobo Bucaram Ortiz, ex Campeón Nacional de 100, 200 y 400 metros planos (entre 1967 y 1971), asumió la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Atletismo para implantar un nuevo estilo de gestión en la administración del atletismo ecuatoriano.

Su programa de acción se fundamentó en realizar, por primera vez, campeonatos nacionales de atletismo en las categorías: in-fantiles, de menores y juveniles. Estructuró un calendario de competencias anuales con el propósito de programar las participaciones de los valores más destacados en cada una de esas categorías en torneos internacionales.

Uno de sus mayores logros fue intro-ducir a la marcha como disciplina oficial del atletismo en 1985, y como disciplina de ex-hibición durante el Sudamericano de Meno-res. La gestión, cuestionada por la dirigencia sudamericana de ese entonces, fue el inicio para que Jefferson Pérez y sus compañeros, quienes integraron el denominado grupo de los “Diamantes de la marcha” en la provincia del Azuay, pudieran exhibir sus condiciones y proyectarse a nivel internacional.

En ese torneo, Jefferson Pérez ganó el oro, iniciándose una campaña excepcional


Prácticas atléticas de deportistas juveniles en la Concentracíon Deportiva de Pichincha, Quito. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

de triunfos consagratorios que culmina-rían con las únicas medallas olímpicas lo-gradas por Ecuador.

Aparte de sistematizar las competencias nacionales alentando el descubrimiento de ta-lentos en sus diversas especialidades, Jacobo Bucaram impuso una política controvertida en los viajes de las delegaciones que compe-


Nancy Vallecilla, gran atleta que compitió entre 1977 y 1989. Ganó varias medallas sudamericanas y panamericanas en las especialidades de 100 m vallas y heptatlón. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

tían en el exterior. El directorio de la Fede-ración Ecuatoriana de Atletismo prohibió el pago de viáticos a quienes integraban los equi-pos ecuatorianos, incluyendo a atletas, entre-nadores y dirigentes.

Retirado de su actividad como rector de la Universidad Agraria del Ecuador, de la di-rigencia del atletismo y de un paso fugaz por la presidencia del Comité Olímpico Ecuato-riano, Bucaram asegura que los torneos para las formativas y la presencia internacional sustentaron un proceso que desembocó en las medallas de oro olímpicas.

“Comenzamos con la apertura para que los marchistas compitieran afuera, al igual que los fondistas. La presencia internacional en América, Europa y los Estados Unidos influyó para que la Federación Internacional de Atletismo (IAFF) reconociera al Ecuador como uno de los países con un alto creci-miento. Esto originó que los futuros viajes de las delegaciones ecuatorianas fueran finan-ciados, en parte, por el organismo interna-cional”, dijo Bucaram.

Durante el periodo de Bucaram (1984-1996), aparte de Pérez y los “Diamantes de la marcha” (Miriam Ramón, Luisa Nivicela y Bertha Vera), aparecieron: Rolando Vera, Martha Tenorio, Janeth Caizalitín, Liliana Chalá, José Quiñaluiza, Silvio Guerra, San-dra Ruales, Jackson Quiñónez, entre otros.

Ellos fueron quienes destronaron a Luis Tipán, Campeón Sudamericano de los 10


Silvio Guerra (izquierda), uno de los grandes me-diofondistas ecuatorianos, sube al podio en la carrera San Silvestre, en Sao Paulo, Brasil. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

000 metros y ganador en seis ocasiones de la “Quito Últimas Noticias”, y quienes también tomaron la posta de Nancy Vallecilla.

Esa nueva generación se mostró de cuerpo entero en la “San Silvestre” de 1987 en la que Ecuador ganó en todas las catego-rías: Rolando Vera en varones, Martha Teno-rio, en damas; Sandra Ruales en juvenil da-


Dos leyendas: Rolando Vera y Luis Tipán. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL ROLANDO VERA)

mas y Silvio Guerra en juvenil varones. Por su parte, Janeth Caizalitín, una jo-

ven de la provincia del Cotopaxi imponía su clase a nivel sudamericano en los 1500 me-tros, y en los Olímpicos de Barcelona fue un-décima en los 3000 metros planos; también fue figura en los mundiales de cross country al ubicarse duodécima en 1998.

Asimismo, José Quiñaluiza fue Cam-peón Juvenil y Senior en salto triple duran-te los Juegos Sudamericanos de Santiago de Chile en 1986 con 15,40 metros.

Entre la anécdota y la gloria

El atletismo ecuatoriano ha registrado triunfos regionales en una historia de esfuer-zo y superación dentro de las limitaciones características de una organización deporti-va aún deficiente.

El 6 de marzo de 1951, durante los Jue-gos Panamericanos efectuados en Buenos Aires, Argentina, la guayaquileña Jacinta Sandiford saltó un metro y 46 centímetros para lograr la primera medalla de oro para Ecuador en estas competencias regionales. Sandiford se dedicó, además, al baloncesto, siendo seleccionada de Guayas, y también ganó títulos a nivel nacional.

El baloncesto y el atletismo registra-ron destacadas deportistas como la qui-teña Carola Castro, “la flechita de oro”, ganadora de los 100 metros en los Juegos Sudamericanos de 1939, efectuados en Lima, Perú. Posteriormente, Nancy Valle-cilla, también basquetbolista, fue Campeo-na Bolivariana en los juegos realizados en La Paz, Bolivia (1977) y en los de Barqui-simeto, Venezuela (1981), en salto largo, pentatlón, 100 metros vallas y heptatlón. Vallecilla, oriunda de Portovelo, provincia de El Oro, también fue doble Campeona Sudamericana (pentatlón y 100 metros va-llas) durante las competencias realizadas


Carrera de niños en el programa de capacitación para atletas, “Chasqui de Oro”, en Machachi, Fuerte Atahualpa. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

en Bolivia, en 1978. Posteriormente Nan-cy se trasladó a vivir en Alemania, donde actualmente reside.

En las décadas del ochenta y noventa, las competencias de pista verán el destaque de la quiteña Liliana Chalá, quien logró cinco preseas doradas en los Juegos Sudamericanos de Santiago (1986) y Lima (1990), en 400 metros planos, 400 metros vallas, relevo de 4x400 y 200 metros planos. Dentro de los valores contemporáneos hay que mencionar al manabita Franklin Nazareno, quien llegó a ser Campeón Sudamericano de los 100 metros, y dentro del avance del atletismo ecuatoriano, claro está, es imposible dejar de hablar de Álex Quiñónez, que encabeza esta crónica.

La figura de Hugo Chila, medalla de plata en salto triple en el Campeonato Mun-dial de Atletismo Juvenil disputado en Chi-na, en agosto de 2006, hizo renacer las espe-ranzas para el atletismo ecuatoriano. Chila, oriundo de Santo Domingo de los Tsáchilas, fue segundo, con una marca de 16,49 me-tros, detrás del francés Benjamin Compao-ré, quien se llevó el oro con 16,61 metros. Además, Chila fue Campeón Sudamericano y ganó varios torneos regionales haciendo prever un brillante futuro. Lamentablemen-te no tuvo la continuidad necesaria, y de-bido a diferencias con su entrenador y con la dirigencia de la Concentración Deportiva de Pichincha, regresó desde Quito a su tie-

rra natal, perdiéndose su talento.

Competencias de fondo

Desde 1938, cuando Héctor Toscano y Luis Calderón Gallardo lograron las pri-meras medallas bolivarianas en 5000 y 10 000 metros planos en los Juegos de Bogotá, el atletismo ecuatoriano se ha destacado internacionalmente en las pruebas de fon-do y semifondo.

Como habíamos anotado, el boom ecuatoriano en estas pruebas se inició cuando Jacobo Bucaram alcanzó la pre-


La fondista quiteña Sandra Ruales (derecha), ex-perta en 10 000 m planos. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

sidencia de la Federación Ecuatoriana de Atletismo en 1984. De esta época podemos destacar a varios atletas que se convirtieron en referencia obligada:

Luis Tipán: fue Campeón Sudameri-cano en 5000 y 10 000 metros. En la década de los setenta fue el referente del atletismo de calle, constituyéndose en la principal atracción de la “Quito Últimas Noticias”, carrera que ganó en seis ocasiones (1975, 1977, 1978, 1979, 1984 y 1985).

Martha Tenorio: ganadora de la San Silvestre en 1987, puesto 25 en la maratón de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, meda-lla de oro sudamericana en los 5000 y 10 000 metros planos y ganadora en diez ocasiones de la “Quito Últimas Noticias”.

Su hermano, Franklin Tenorio, ganó la “Quito Ultimas Noticias” en 1996, 2005 y 2006.

“El mago del asfalto”, un auténtico ídolo

Ningún atleta en el país registró el alto grado de idolatría que despertó Rolando Vera Rodas. Su sola presencia estremecía centros comerciales, estadios, cines. “El mago del asfalto”, se ganó el cariño de los ecuatorianos merced a sus cuatro espec-taculares victorias en la famosa carrera de “San Silvestre” brasileña, sus ocho triunfos


Detalle de la pista atlética del Fuerte Atahualpa en Machachi, donde se entrenan niños y jóvenes en el programa “Chasqui de Oro”. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

en la “Quito Últimas Noticias” y los triunfos con repercusión mundial en las maratones de Los Ángeles, Corea y China.

Sus triunfos unieron al país, la “San Silvestre” se convirtió en un ritual durante las noches del 31 de diciembre. El Ecuador se paralizaba desde las 19:00. Reunión familiar, vibrar con la carrera a través de la televisión


Carrera de “San Silvestre”, en Brasil, 1998: Martha Tenorio (izquierda) com-parte el podio con la ganadora, la serbia Olivera Jevtic. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

fronteras ecuatorianas. En Sao Paulo, metró-poli de doce millones de habitantes, el atleta debía refugiarse en disfraces, pelucas y gafas para eludir el acoso mediático y el de sus ad-miradores brasileños.

Antes de ganar por cuarta ocasión con-secutiva, Rolando salió la víspera a cumplir sus dos rituales preferidos: el uno, cortarse el cabello; y el otro, asistir a un bar cercano al hotel, donde se escuchaba música disco en vivo con una banda paulista.

Ese día, un 30 de diciembre, Rolando se acordó cerca del anochecer de su cábala. To-das las peluquerías habían cerrado. Sin em-bargo, el doctor Guayasamín, destacado mé-dico ecuatoriano residente en Brasil, dio una buena noticia: en el barrio japonés aún había barberías abiertas. Hasta allí fue Rolando. Jus-to cuando bajaba del taxi, los propietarios de la barbería se aprestaban a cerrar el estableci-miento. Cuando reconocieron al ilustre visi-tante le abrieron las puertas, una larga hilera de 35 sillones le dieron la bienvenida al “me-nino de oro”. La prensa no tardó en llegar y la peluquería se llenó rápidamente de curiosos. Fotos, autógrafos y recuerdos demoraron en dos horas la estancia del deportista.

Pero faltaba la última. Cerca de las 21:00, Vera debía acudir al bar, un ritual que había repetido desde su primera victoria. Días antes había comprado una peluca, un gorro, gafas y hasta un bigote postizo. “Es para un baile de disfraces en Ecuador”, había

y la posterior celebración, abrazo y brindis. Mientras en Sao Paulo, Rolando debía enfrentarse a los mejores especialistas del mundo. Sus cuatro triunfos en seguidilla no han sido superados, por lo que el nombre de Rolando Vera estableció un récord absoluto en la popular prueba brasileña.

La admiración hacia Vera se sustentó en sus orígenes humildes. Hijo de un albañil y una lavandera. Huérfano a los 7 años, traba-jaba y estudiaba. Ejemplar hijo y extraordi-nario atleta, pronto se ganó el cariño de la gente, pues representaba a los desposeídos y su “ángel” y carisma conquistaron a todos.

Este fervor por Rolando traspasó las


Plato conmemorativo, en el que se encuentran Rolando Vera y Juan Arau-jo, recuerdo de Brasil. (FOTO: MIGUEL ALVEAR)

Mientras servía la orden, el mesero junto a otros dos visitantes fueron personalmente a conversar con el extraño cuya personali-dad abstemia se había descubierto. Feliz-mente, Bonilla dio la voz de alarma cuando el mesero llamaba a la prensa (en ese tiem-po, entregar tal información significaba una gratificación de 500 dólares).

Las cámaras, ubicadas en el hotel, llega-ron en cinco minutos. Mientras tanto, Vera, valiéndose de su velocidad de piernas, llega-ba al hotel disfrazado y subía rápidamente a la habitación. La cábala se había cumplido y, ante la ansiedad de los periodistas, Vera los recibió cordialmente en su habitación indi-

comentado en su entorno íntimo. Además de los fans, Rolando debía gam-

betear la presencia permanente de tres cade-nas brasileñas de televisión que le seguían a cuanto lugar iba, pues era parte del convenio por el caché de participación (10 000 dóla-res). Entonces, Rolando ideó todo el plan. Debían acudir los de siempre: su entrenador, Juan Araujo; el representante de Marathon Sports, Hernán Ribadeneira; el doctor Gua-yasamín y el periodista Jacinto Bonilla.

Los cuatro salieron y cuando les pre-guntaron por “El mago del asfalto” todos contestaron que el atleta estaba descansan-

do viendo tele.Nadie reparó que, minutos más tarde,

un extraño personaje de baja estatura salía por la puerta de servicio rumbo al bar de marras. Ya adentro, como era la costum-bre, el entrenador, el empresario y el médi-co pidieron sus caipiriñas, y el periodista, un escocés. Cuando el mesero llegó donde Rolando, camuflado con singular disfraz, el atleta se descubrió, pues solicitó un vaso de leche. El mesero, extrañado, se quedó mirándolo y rápidamente lo reconoció.

La carrera de “San Silvestre” le ha dado muchas alegrías al país. La participación del “mago del asfalto” fue emblemàtica.


Jóvenes atletas entrenando a las órdenes del maestro Luis Chocho en Cuenca. (FOTO: RICARDO BOHORQUEZ)

en 1982 la cadena de almacenes Marathon Sports y sus primeros auspiciados fueron atletas destacados.

Allí surgió la figura de Rolando Vera, quien en 1983 ganó por primera vez la “Quito Últimas Noticias”. Ribadeneira siempre defendió el talento del deportista ecuatoriano; sin embargo, decía el empresario, “acá no se hacen procesos y la gente es impaciente”. Por eso comenzó su mayor y mejor proceso deportivo, el primero en este país: auspiciar a Rolando Vera a nivel nacional. Luego de ganar la “Quito Últimas Noticias”, Vera se incorporó al equipo de Marathon Sports. Así llegó a la “San Silvestre” de 1985 en la que fue segundo. En 1986, 1987, 1988 y 1989 fue primero.

El plan era ir poco a poco, Vera debía quemar etapas e ir probando su calidad. En 1986, Rolando emprendió viaje a los Estados Unidos. Allí, Rodrigo Ribadeneira encargó la preparación del atleta a Richard Castro, un entrenador y promotor mexicano-ame-ricano, quien evaluaría las condiciones de Rolando en competencias pedestres.

Vera se encontró con campeones olím-picos y mundiales como la portuguesa Rosa Motta, el mexicano Arturo Barrios, entre otros. Comenzó a destacar y a ganar carreras, dinero y fama.

Aprendió a hablar fluidamente el in-glés y, paulatinamente, ganó en confianza. La preparación más avanzada le permitió

cándoles que jamás había salido del hotel.

Por primera vez un proceso

El entusiasmo por Vera se extendió a los Estados Unidos. Boulder, ciudad ubicada a veinte minutos de Denver, en el estado de Colorado, lo recibió en 1987.

Fue el comienzo de un proceso deportivo liderado por Rodrigo Ribadeneira. Rodrigo, ex seleccionado nacional de baloncesto y graduado en Administración de Empresas en la Universidad de Kentucky, estableció


Jóvenes entrenando en la pista atlética del parque Miraflores de Cuenca. (FOTO: RICARDO BOHÓRQUEZ)

da ovación por parte de 45 000 personas que llenaron el estadio de la Universidad de Boulder. Era el premio a una historia de superación deportiva y personal. Enton-ces vendrían triunfos en la misma “Bolder Boulder”, la “Cascade Run Off ” de Oregon, entre otras.

El primer experimento de Vera en la maratón no pudo ser más auspicioso. Fue en abril de 1991 cuando el ecuatoriano re-corrió por primera vez los 42 kilómetros en una competencia oficial como la maratón de Boston. Sorprendió a todos, llegó tercero con un crono de 2 horas 10 minutos y 46 segundos. Además, impuso nuevo récord

llegar a la medalla de plata en los 10 000 metros planos en los Panamericanos de In-dianápolis en 1989.

Su último triunfo en la “San Silvestre” fue en 1989. Rolando emprendió el tercer capítulo de su vida y el más complejo: el mundo de la maratón.

Atrás quedaron sus electrizantes triunfos en la “San Silvestre”: aquella ca-rrera de 1986, cuando en la salida lo empu-jaron y se cayó (siendo ayudado por Mario Tumipamba, quien lo levantó y lo impulsó hacia la meta), y aunque perdió valiosos segundos, el primer lugar fue suyo. O la segunda victoria, en 1987, matizada por el duelo verbal con el mexicano Dionicio Cerón, culminando cinco minutos de in-sultos con un “¡ahí te quedas mexicano tal por cual nos vemos en la meta!” cuando iniciaba el ascenso de la Cuesta de la Con-solación, donde Vera aceleraba antes de in-gresar triunfante a la meta.

El mundo de la maratón

En Boulder, varias veces fue declarado “ciudadano de honor”. Su segunda partici-pación en los 10 kilómetros de la “Bolder Boulder”, que reunía a grandes campeones, fue muy favorable. Esa prueba fue ganada por el mexicano Arturo Barrios; Vera entró segundo. Sin embargo, recibió una cerra-


Luego de su retiro del atletismo, Rolando Vera Rodas ha sido servidor público, ha incursionado en la política, pero sobre todo, ha sido un formador de juventudes.

Nuevas generaciones de atletas en proceso de formación en el Fuerte Atahualpa, Machachi, Ecua-dor. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

ecuatoriano y sudamericano.Sus pasos en la maratón de Boston serían

seguidos por otro ecuatoriano, Silvio Guerra, quien en 1999 fue segundo ante la sorpresa de todo el mundo atlético, y luego de liderar la competencia durante 35 kilómetros.

Las pruebas consagratorias

La evolución continuaba con lógicos tropezones. En el siguiente año (1992), Vera volvió a Boston y llegó en el puesto 13. Allí obtuvo otra experiencia valiosa: que no siempre los procesos bien hechos culminan exitosamente en el campo de-portivo. El mal clima y una lesión le impi-dieron cumplir su objetivo.

El domingo 5 de marzo de 1995, Ro-lando Vera inscribía su nombre entre los mejores maratonistas del mundo al ganar la maratón de Los Ángeles en medio de una fuerte lluvia. El “mago del asfalto” paró los relojes en 2 horas, 11 minutos y 39 segun-dos. Posteriormente ganaría las maratones de Corea y de Beppu-Oita en Japón.

Los Juegos de Atlanta, la desconcentración y el retiro

Para los Juegos Olímpicos de Atlanta en


Rolando Vera junto a pequeños atletas en el Fuerte Atahualpa, Machachi. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

1996, Rolando Vera comenzó a prepararse con cuatro años de anticipación para dejar atrás los puestos secundarios logrados en los Olímpicos de Barcelona.

Fiel a su estilo, reinició un proceso. En Holanda se contactó con los manejadores más importantes y, luego de innumerables consultas, dio con un nombre clave: Rodolfo


Rolando Vera a su llegada a la ciudad de Cuen-ca después del triunfo en la maratón de Los Ángeles, 1995. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL ROLANDO VERA)

Rolando Vera era ídolo nacional. Tenía la confianza de los ecuatorianos. Poseía una fuerza mental enorme. “Cuando corría me transformaba. Era otro y nada me detenía”.

Gómez, un entrenador mexicano, exatleta y ganador de muchas maratones importantes.

Con él trabajó en un proyecto cuyo costo fue asumido por el propio Vera. Fue-ron alrededor de 80 000 dólares invertidos en: pago de entrenador, equipo deportivo, viajes y reconocimientos de la ruta de la maratón olímpica.

No descuidó ningún aspecto. “Tenía la suficiente experiencia y mi cuerpo podía so-portar cargas de trabajo increíbles. Así que me dije, tengo al mejor entrenador, los mejo-res sparrings (que en atletismo se llaman “co-nejos”), conozco la ruta y estoy en mi mejor momento. La primera medalla olímpica que tenga Ecuador se la voy a dar yo”. Cada vez que repite las memorias de ese proceso, los ojos de Vera brillan y se emociona a tal punto que la voz se le entrecorta.

Pues bien, en México subían a una es-pecie de montaña donde se ubicaban algunas antenas de radio y televisión. Estaba como a 3500 metros de altura. Había una pequeña cabaña y allí los dirigidos por Rodolfo Gó-mez cumplían recorridos alucinantes.

El año anterior Vera había ganado todo y estaba listo para la medalla. Incluso cada tres meses iban a Atlanta para recorrer la ruta de la maratón hasta conocerla de me-moria, las curvas, los ascensos y descensos y hasta ciertos tramos del trayecto que no esta-ban en condiciones tan buenas.

Rolando Vera había ido afinando una


Rolando Vera, “El Chasqui de Oro”, cruzando la meta en la famosa carrera de “San Silvestre”, en Sao Pablo, Brasil. Allí Vera fue ídolo: ganó esa carrera por cuatro años consecutivos: entre 1986 y 1989. (FOTO:

ARCHIVO PERSONAL ROLANDO VERA)

fortaleza mental increíble que le hacía supe-rar el umbral del dolor con extrema facili-dad. A tal punto, recuerda Vera, que la caída en la “San Silvestre”, los insultos, la sed y el cansancio no eran mayor obstáculo. “Cuan-do corría me transformaba. Era otro y nada me detenía”.

Lamentablemente, un asunto familiar


Rolando Vera llega en primer lugar en Beppu-Oi-ta, Marathon realizada en Japón, 1997. (FOTO: ARCHIVO

PERSONAL ROLANDO VERA)

destruyó su planificación. “Por costumbre, nadie sabía dónde entrenaba a vísperas de la carrera para impedir que cualquier cosa me desconcentrara. Faltando dos días para correr la maratón, mi exesposa, no sé cómo, me localizó y ese fue el principio del fin”, re-cuerda el deportista.

Rolando tuvo que ayudar a su esposa a cuidar de su primera hija, quien por ese en-tonces tenía un año y, justo en esos días, se en-fermó con fiebre, lo cual no le permitió des-cansar bien al atleta.

El resultado era previsible. Un descon-centrado Vera no soportó los dolores propios de correr los 42 kilómetros y llegó en un mo-desto puesto 22. Justo en esos Juegos Olímpi-cos, Jefferson Pérez, otro cuencano, lograba la primera y única medalla de oro para Ecua-dor en los 20 kilómetros marcha.

Rolando Vera no resistiría un nuevo in-tento. Vio que no podía enfrentar las largas y exigentes jornadas de entrenamiento y deci-dió poner fin a su carrera.


Competencia infantil en el Fuerte Atahualpa en Machachi. (FOTO: EDUARDO LEÓN)Ecuador ha cumplido

destacadas actuaciones en competencias de fondo. Sin embargo, hace falta desarrollar procesos sostenidos que inicien desde las bases.

42

La figura

“Cada carrera es un examen final y cada triunfo enseña, pero cada derrota enseña mucho más”

Rolando Vera

44 Atletismo La figura

“Viví cada minuto intensamente. Sabía que los éxitos algún día finalizarían, así que cuando decidí retirarme no sufrí ningún síndrome traumático”

Rolando Vera fue ganador, en ocho ocasiones, de la tradicional carrera “Últimas Noticias”, en Quito. (FOTO:

EL TELÉGRAFO)

Rolando Vera tiene su despacho en el Consejo Pro-vincial de Pichincha, en el centro de Quito. (FOTO EDUAR-

DO LEÓN).

Le decían “el mago del asfalto”, ¿cuál es la fórmula mágica para convertirse en un atleta exitoso?

No existen fórmulas mágicas. Para lle-gar a la victoria se requiere disciplina, una enorme fortaleza mental y, sobre todo, un riguroso sentido de autocrítica. Cada carre-ra es un examen final y cada triunfo ense-ña, pero cada derrota enseña mucho más. La fortaleza mental ayuda a superar el umbral del dolor que es el rival más difícil de vencer. La autocrítica te ayuda a mejorar procesos y tomar decisiones para crecer.

¿Cómo consolidó su fortaleza mental?Mediante ejercicios de yoga y ejercicios

de visualización.

Viví cada minuto intensamente

Entrevista a Rolando Vera por Jacinto Bonilla


¿Visualización?Antes de una competencia visitaba y tro-

taba en la ruta. La visualización me permitía realizar mi táctica. Incluso escribía los textos que al otro día publicarían los periódicos o co-mentarían en la radio y la televisión. Mis riva-les empleaban su tiempo en calentarse, realizar piques, estiramientos, etc., mientras yo estaba quieto ejercitando mi mente. Cuatro o cinco horas antes de la prueba realizaba mis ejerci-cios de visualización y a través del yoga ejecu-taba mi estiramiento. Es decir, yo estaba in-merso en la carrera dos horas antes. El disparo era un switch que hacía fluir mi adrenalina.

¿Cómo ingresó al atletismo?Fue una travesura infantil. Estaba en

cuarto grado y el entrenador Jorge Quille vi-sitó mi escuela y escogió a sesenta niños, yo no fui escogido, me colé en el grupo y así em-pezó todo. Al siguiente día nos citó en la III Zona Militar. Me atrasé y fui reprendido. Me ordenó dar dos vueltas a la pista y estuve cer-ca de desfallecer. Pasaron las semanas y co-menzamos a competir en varias carreras can-tonales, así fui conociendo otros lugares. La primera ciudad grande que visité fue Guaya-quil, corrí 15 kilómetros y gané a los favori-tos con apenas 14 años, de esa manera obtu-ve un viaje a Panamá. Entonces me di cuenta que la cosa se ponía interesante, aunque no era nada fácil, pues Quille, mi entrenador, me exigía cada vez más. A esa edad (14 años)

debía recorrer los fines de semana cerca de 15 kilómetros.

¿Cómo era su familia?A los siete años quedé huérfano y a los

ocho trabajaba en un taller de serigrafía en la casa. Lo hacía más por gusto que por necesidad.

¿Cuando era niño tenía algún sueño profesional?

Me hubiese encantado ser arquitecto. Mi padre fue albañil, maestro mayor, también era carpintero y creo que por allí comenzó mi gusto por la construcción.

Hasta que llegó a Quito...Quito era la meca de las competencias de

distancia. Y la “Quito Últimas Noticias” era un referente soñado. Los Zurita, Guasapaz, Pare-des, Tumipamba, Tipán, entre otros, eran inal-canzables. Quería competir pero no tenía re-cursos. Hasta que una vez vine a participar en los setenta. El colombiano Víctor Mora ganó la carrera y creo que llegué entre los cincuenta primeros. Lucho Tipán y Víctor Mora eran las atracciones, como yo era tan chiquito nunca llegué a verlos en medio de la multitud que los rodeaba. La segunda vez que participé fue en el 82. Fui segundo, lastimosamente la carrera se anuló y todas las ilusiones parecían derrum-barse. Los jueces decidieron repetirla, pero yo no sabía qué hacer pues carecía de medios para quedarme. Y para rematar mis proble-

47La figura Atletismo

Rolando Vera en la premiación de la competen-cia “San Silvestre” 1988, Sao Paulo, Brasil. (FOTO: AR-

CHIVO PERSONAL ROLANDO VERA)

“El Chasqui de Oro” superó a rivales de mayor tamaño y contextura. Su técnica fue la clave. (FOTO:

EL TELÉGRAFO)


mas, la mayoría de los atletas de élite me acu-saron de hacer trampa. “Este guambra se me-tió en medio de la carrera, no corrió completo”, decían. Por fortuna, Gustavo Paredes certificó que yo corrí junto a ellos y completé el reco-rrido. Allí apareció Jorge Ribadeneira, director del diario Últimas Noticias para recomendar-me. Jorge habló con su hermano Rodrigo, ge-rente de la naciente Marathon Sports, empre-sa que me auspició pagándome el alojamiento. La carrera se repitió. Salí con la élite y repetí mi segundo puesto, lo cual me catapultó al futuro. Esa carrera significó mucho para mí. Gané en ocho ocasiones y allí conocí lo que constituye la idolatría popular.

¿Cómo manejó la fama y la exposi-ción mediática?

A través de valores que aprendí en mi casa, en la escuela y con mi entrenador. Fue-ron pautas para mantener un principio de realidad. Viví cada minuto intensamente. Sa-bía que los éxitos algún día finalizarían. Así que cuando decidí retirarme no sufrí ningún síndrome traumático.

Entonces llegaron los triunfos en la “San Silvestre”...

La primera ocasión llegué en segundo lugar. Otra vez volvieron a dudar de mí. Sin embargo, luego de efectuar las comprobacio-nes del caso, certificaron mi esfuerzo. Se tra-ta de una competencia muy complicada, el

recorrido, el entorno nocturno, la fiesta y la pirotecnia. Una competencia preciosa. En mi segunda participación, gané esta multitudi-naria carrera. Recuerdo que me caí al inicio y finalmente me sobrepuse a semejante impre-visto. Fue una etapa inolvidable porque todo el país se unía en diciembre para apoyarme y disfrutar de mis victorias. Fue inigualable.

¿Por qué no intentó un quinto triunfo?Porque meses antes tuve problemas per-

sonales que me impidieron entrenar bien y concentrarme en el objetivo. Yo siempre fui a las competencias para ganar.

¿Cuándo descubrió el mundo de la maratón?

Fue un proceso. Luego de ganar en la “San Silvestre” debía prepararme para los Juegos Panamericanos. Rodrigo Ribadenei-ra y Marathon auspiciaron mi viaje a Estados Unidos para iniciar otra etapa: las pruebas de carretera y mi especialidad de pista, 10 000 metros. Aprendí inglés y superé el choque cultural. Los Estados Unidos fueron una vi-trina internacional importante. Gané varias pruebas, lo que me permitió entrar en la élite del atletismo internacional. Pero tampoco fue fácil. Cuando entré al grupo del entrenador Richard Castro, él no tenía muchas expecta-tivas. No obstante, en una carrera en Denver, a la que fui como entrenamiento, triunfé. Me preguntó cómo me fue, le dije “no sé pero na-


Rolando Vera en capacitación para atletas “Chas-qui de Oro” en el Fuerte Atahualpa, Machachi, Ecua-dor. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

Rolando Vera recibe condecoraciones por sus lo-gros como maratonista. (FOTO: EL TELÉGRAFO)


die llegó antes que yo”. Ese fue el momento en que se convenció que tenía condiciones. Fue mi entrenador y mi agente. Allí arrancó la tercera etapa de mi vida deportiva.

¿Cómo ingresó al mundo de la maratón?Había ganado importantes carreras en

los EE. UU. y Europa. Durante las prácticas había ya corrido los 42 kilómetros y me sentía bien. Para correr la maratón se requiere madurez mental y física. Hablé con mis entrenadores Richard Castro y Juan Araujo y comenzó la preparación: 12 y 16 semanas de preparación con recorridos de 220 km por semana. Entonces se produjo el debut en Boston en 1991. Fue increíble, llegué tercero y me sentí super cómodo.

¿Cuándo se producen los triunfos en la maratón?

Necesitaba un entrenador de altísimo nivel. En 1993, Michel Lukin, un agente de atletas holandés me recomendó a Gómez. Hablé con Gómez vía telefónica por 45 minutos sobre el proyecto y nos pusimos de acuerdo. El gran objetivo era ganar la maratón olímpica. Durante el proceso, en 1995, gané la maratón de Los Ángeles. Recuerdo que era mi primera victoria en la distancia y cuando llegué salté y celebré muy alegre. Estábamos en la ruta adecuada a un año de los Juegos Olímpicos. Así que comenzamos a trabajar para Atlanta 1996.

¿Dónde y cómo se entrenaba?En México y Toluca. Pasábamos a 4500

metros y durante tres días hacíamos un trabajo muy intenso recorriendo trecientos kilómetros semanales. Salíamos liquidados. Fisiológicamente ganábamos muchísimo, especialmente en el crecimiento de la fortaleza mental para enfrentar el dolor a través de un entrenamiento muy fuerte. Seis meses antes de la maratón, comenzamos a visitar Atlanta para conocer el recorrido de la prueba. La conocía de memoria, con sus curvas, baches, subidas y bajadas. Planeamos los lugares de ataque y un montón de detalles. Así que, si todo salía bien, ganaba una medalla. Mis tiempos eran excelentes y comparados con los de los rivales estaba por encima de ellos. Por tanto, sabíamos que nuestro objetivo estaba al alcance. Cerquita.

¿Cómo financió el proyecto?Todo lo pagué yo. Invertimos cerca de

80 000 dólares. Es que en esos años gané todo: Los Ángeles, Corea y Japón. Así que tenía el dinero suficiente para intentar el desafío. Pero un último error me quitó la medalla.

¿Por qué no se ganó la medalla?Por factores imponderables. Dos días

antes de la prueba, la enfermedad de mi hija, nada grave, un poco de fiebre, me quitó la concentración y eso resultó fa-tal. Creo que si la que era mi esposa en ese


Rolando Vera, “el mago del asfalto”, le dió muchas alegrías al país: fue cuatro veces ganador de la carrera “San Silvestre” y ocho veces de la “Quito Últimas Noticias”

“El atletismo empezó como una travesura y llegó a ser mi pasión”. Rolando Vera, 1978. (FOTO: ARCHIVO PER-

SONAL ROLANDO VERA)

Entrenamiento de Rolando Vera en Boulder (Co-lorado, EE. UU.). (FOTO: ARCHIVO PERSONAL ROLANDO VERA)

tiempo respetaba el acuerdo de vernos lue-go de la prueba otra hubiese sido la histo-ria. Siempre viajé sin ninguno de mis seres queridos, porque pensar en su bienestar y comodidad durante la estadía podía per-turbar mi concentración. Por ello estuve cuatro días en Atlanta sin contacto exte-rior. Nadie sabía en dónde estaba, pero mi exesposa me ubicó para pedirme que visi-tara a mi hija que se encontraba enferma. Y eso alteró todo.

¿Eso marcó su retiro?Terminé en puesto 22 con unas tremen-

das ampollas. Fue el momento más triste de mi vida. Ese día lloré por haber defraudado al país, porque quise entregarle la primera medalla olímpica al Ecuador, pero no pudo ser. Meses más tarde quise empezar a alis-tarme para los siguientes Juegos Olímpicos, pero el entrenamiento había perdido su en-canto y dos años después, en 1988, me des-pedí del atletismo.

Los resultados de una férrea disciplina

NombreRolando Patricio Vera Rodas

Fecha de nacimiento27 de abril de 1965

Lugar de nacimientoCuenca, Ecuador

Rolando Vera


Historial de logros

1986 Ganador de la carrera “San Silvestre”, Sao Paulo, Brasil (también en 1987, 1988, y 1989)

1986 Medalla de oro en los Juegos Sudamericanos, Santiago, Chile, en los 10 000 metros planos

1986 Ganador de la carrera “Quito Últimas Noticias” (también en 1987, 1988, 1989, 1990, 1992, 1993 y 1995)

1987 Ganador de la carrera “Cascade Run Off ”, Oregon, Estados Unidos

1987 Ganador de la carrera “Falmouth Road Race”, Boston, Estados Unidos

1987 Medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Indianápolis, en 10 000 metros planos

1988 Ganador de la carrera “Cherry Hill”, Nueva Jersey, Estados Unidos

1988 Clasificado a los Juegos Olímpicos de Seúl, en 10 000 metros planos. (Resultado: puesto 15)

1989 Ganador de la carrera “Bolder Boulder”, Colorado, Estados Unidos

1990 Tercer lugar en la maratón de Boston, Estados Unidos

1991 Ganador de la media maratón de Filadelfia, Estados Unidos

1992 Clasificado a los Juegos Olímpicos de Barcelona, en la maratón. (Resultado: puesto 43)

1995 Ganador de la maratón de Los Ángeles

1996 Clasificado a los Juegos Olímpicos de Atlanta, en la maratón. (Resultado: puesto 22)

1997 Ganador de la maratón “Beppu-Oita”, Japón


54

La figura

“Fórmulas mágicas no existen. Un atleta, para llegar a destacar, debe ser valiente, pertinaz y tener una enorme voluntad”

Martha Tenorio


“Mi madre me dio una lección de vida. Aquejada por agudos dolores, me impulsó a continuar con el proyecto atlético”

Martha Tenorio a su llegada en la carrera de “San Silvestre”. Sao Paulo, Brasil, 1997. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MAR-

THA TENORIO)

Martha Tenorio vive actualmen-te en los Estados Unidos. (FOTO: EDUAR-

DO LEÓN)

Su romance con el atletismo tuvo ma-tices, familiares ¿cómo fue?

A los 16 años me fascinó cómo Teodo-ro, mi hermano mayor, trotaba en nuestro natal Salcedo. Lo hacía mientras cumplía con la conscripción para ganarse los fines de se-mana libres, pues en el cuartel a quienes lle-gaban primeros en las fatigantes sesiones de trote les permitían regresar a casa los sába-dos y domingos. Le dije que si le podía acom-pañar, y esa primera experiencia fue ingrata. Llegué muy distante y cansada. Sin embargo, a la siguiente semana hice el recorrido tres veces y cuando llegó Teodoro le reté nueva-mente. Pero esta vez, mi hermano, para que la cosa no fuera tan desigual, resolvió darme diez minutos de ventaja en el ascenso a una iglesia ubicada en una elevación de Salcedo,

“Nunca me gustó perder”

Entrevista a Martha Tenorio por Jacinto Bonilla


provincia del Cotopaxi, Ecuador. Teodoro nunca pudo descontar la ventaja y llegué in-tacta ante la alegría de nuestro padre, quien hacía las veces de juez y cronometrista.

Los comienzos fueron duros... En Salcedo no veían bien que una mu-

jer saliese a trotar en lugar de cocinar y de-dicarse a las labores de casa. No obstante, pese a la resistencia de los vecinos, mis pro-gresos eran buenos a nivel local: corría en la competencia por las fiestas de Salcedo (19 de septiembre) y ganaba varias competen-cias intercolegiales. Terminé la secundaria y Teodoro –que para ese tiempo ya era po-licía– me llevó a Quito para que estudiara Educación Física en la Universidad Central. Al mes fui al estadio universitario para unas clases de gimnasia. Allí vi a Juan Araujo y le pregunté si podía entrenar con su grupo. Juan me citó al día siguiente a las seis de la mañana, me efectuó un test físico y fui aceptada en el grupo.

Hablemos de la trayectoria que años más tarde se transformaría en sonados éxitos internacionales. Usted llegó en 1986, cuan-do Rolando Vera conmovió al Ecuador con su victoria en la “San Silvestre” brasileña. ¿Cómo fue su incorporación al equipo?

Juan Araujo era el entrenador de Ro-lando y por ello, cuando la delegación re-

tornó de Brasil, dialogué con Juan y le pedí que me entrene para participar en la mítica competencia paulista. Juan fue frontal en esa ocasión. “Si vas a entrenar para ganar allá, lo haremos, pero si no te encuentras segura, mejor esperamos y hacemos otra planificación”. Entendí que esa era la opor-tunidad de mi vida. Los entrenamientos fueron muy exigentes y se planificó hasta el mínimo detalle. Faltando unos seis meses, Juanito nos citaba a Rolando y a mí en su casa a las cuatro y media de la tarde (vivía en La Tola, en el centro de Quito). Poste-riormente dormíamos y cerca de las diez y media de la noche nos despertaba para ir a cumplir nuestro entrenamiento diario. De esa manera nos adaptamos muy bien a la oscuridad, al frío y a la exigencia del terre-no irregular. La parte final de las prácticas incluía el ascenso de la avenida Colón has-ta el hotel Quito, una réplica perfecta de la cuesta de la Consolación en Sao Paulo. Fue un simulacro bien hecho y así fuimos a “San Silvestre” una delegación de 16 personas que en ese año ganamos en todo. La última prueba evaluatoria nos reunió a Rolando y a mí. Llegamos casi juntos y entonces Juan pronosticó: “estamos listos, vamos a ganar, y tú puedes ser segunda en la general si es que no pasa nada anormal”. La mexicana Maricarmen Ramírez era la gran favorita, iba por su tercer triunfo consecutivo.


Martha Tenorio es recibida en su natal Salcedo des-pués de ganar la carrera “San Silvestre” en 1987. (FOTO:

ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)

Martha Tenorio durante un entrenamiento en la pista “Los Chasquis”. Quito, Ecuador 1989. (FOTO: ARCHI-

VO PERSONAL MARTHA TENORIO)


Su triunfo en la “San Silvestre” del 87 sorprendió en Brasil y en Ecuador. Sin em-bargo, para su entrenador y para usted la victoria se construyó un año atrás, en esas jornadas nocturnas. Usted hizo un carre-rón para definir la prueba en la subida, so-bre la que justamente tantos repasos se ha-bían efectuado.

El plan era simple. Yo no debía alejar-me del grupo y tenía que apretar sobre el final, justamente en la subida de la Conso-lación. En el kilómetro 10, dos antes de la meta, iba junto a la mexicana Maricarmen Ramírez y en la subida me despegué tal como lo hice en esa primera carrera rum-bo a la iglesia, en Salcedo. Más no le podía pedir a la vida: primera carrera internacio-nal, primera “San Silvestre”, debut y triunfo. Tuve un recibimiento multitudinario y fue el comienzo de mi carrera deportiva.

En 1988 se realizaron los Juegos Olím-picos de Seúl. La prensa ecuatoriana pre-sionó para que usted sea incluida en la de-legación oficial para competir en los 5000 metros planos pero no fue. ¿Por qué?

Estaba todo listo y faltaban dos días para viajar, pero una llamada de Guayaquil me dejó de una pieza. Me dijeron que no viaja-ría porque era demasiado joven, que ganar la “San Silvestre” no garantizaba nada. Y me quedé. Sabía que tarde o temprano iba a lle-

gar mi hora triunfal. En los mismos días en que se realizaban los Juegos Olímpicos de Seúl recibí una invitación de los organizadores del torneo “Orlando Guaita” en Chile. Allí gané los 5000 metros a la chilena Mónica Rigonesi, imponiendo los 16,11, marca que hasta hoy es récord del torneo. Continué con las prácticas en la pista y vinieron las victorias en los Juegos Boliviarianos en 5000 y 10 000 metros, desde el 89 hasta el 2005 conservé los triunfos man-teniendo mis récords bolivarianos: 16,11 en los 5000 y 34,20 en los 10 000 metros planos.

Al regresar de Chile recibió una in-vitación desde los Estados Unidos (de la Agencia Interamericana de Desarrollo-AID) para estudiar en ese país, ¿cómo fue esa experiencia?

Antes debía aprobar la fase del apren-dizaje del idioma. Pero ese viaje transformó mi vida. Recuerdo la fecha exacta: 20 de ju-lio de 1990. Era mi oportunidad para mejo-rar mi existencia. La familia quedó perpleja, pues me iba mínimo dos o tres años. Me dieron a escoger una ciudad y fui a Boul-der, la ciudad en la que Rolando Vera esta-ba entrenando regularmente. Los primeros meses no fueron fáciles: ocho horas diarias de aprendizaje del idioma inglés, luego de seis meses aprobé el examen y empecé a es-tudiar entrenamiento deportivo en la Uni-versidad de Colorado. Inmediatamente in-


En 1992, Martha Tenorio representó al país en los Juegos Olímpicos de Barcelona, España. En el 2000 estuvo en los de Sidney, Australia.

Martha Tenorio ganó la medalla de oro en la carrera “San Sil-vestre” de Brasil, 1997. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

Martha Tenorio cursando el segundo grado del Colegio San Fran-cisco de Asís. Salcedo, Ecuador. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)

gresé al equipo atlético de la Universidad, que era conducido por Richard Castro, el entrenador de Rolando Vera. Participé con éxito en competencias de 3000 y 5000 me-tros planos, lo cual avaló la vigencia de mi beca estudiantil.

En 1992 concretó su sueño de estar en unos Juegos Olímpicos...

Clasifiqué a los Juegos Olímpicos de Barcelona con marca “A” en los 10 000 me-tros: 32,30 durante una competencia en Vic-

toria, Canadá. Ya en la Olimpiada llegué a la final ubicándome en el puesto 17.

¿Cómo fue su salto a la maratón?Al regresar de los Olímpicos, Richard

Castro me recomendó contratar un manager para comenzar un sólido proyecto deporti-vo. Apareció entonces el mexicano Arturo Rinaldi, quien también asesoraba a Rolando Vera en su proyecto de la maratón olímpica. Con Richard Castro comenzamos a madu-rar la participación en la maratón, la prueba


de los 42 kilómetros y Boston aparecía como el escenario ideal para buscar una marca referencial. Pero en enero de 1994 sufrí un golpe anímico que por poco me retira del atletismo. A mi madre le descubrieron un cáncer terminal y decidí regresar al Ecuador.

¿Dejando inconcluso el proyecto de la maratón?

Mi madre, María Beatriz Ramón, me dio una lección de vida. Aquejada por agu-dos dolores, me recomendó continuar con el proyecto atlético. “Sé que adoras correr, por ello no puedes abandonar lo que más te gus-ta. Quiero que regreses inmediatamente a Estados Unidos para que vuelvas a entrenar. Antes debes prometerme ser la mejor atleta y ayudarme en el cuidado de tus hermanos menores (Franklin, Wilson y Washington)”. Acepté y retorné a tierras estadounidenses, alistándome para la maratón de Boston en marzo del 94. La ayuda espiritual de mi madre me ayudó muchísimo y, pese a una ampolla en el pie, me ubiqué sexta con un tiempo extraordinariamente esperanzador: 2 horas, 30 minutos y 12 segundos. Lloré de felicidad pues otra vez me había impuesto a las dificultades. Ese mismo día regresamos a Boulder y, mientras repasaba los pasajes felices de mi debut maratoniano, sonó el te-léfono. Era mi hermano Franklin, que me informaba que hacía tres minutos había

fallecido nuestra madre. El retorno desde los Estados Unidos se hizo eterno: catorce horas de travesía. Ya en Salcedo renové mi promesa, que hoy se encuentra cumplida: Franklin siguió en el atletismo; Wilson es ingeniero civil y Washington se ocupa de tareas como coordinador de deportes, lue-go de competir en un mundial atlético en la categoría juvenil.

Y en 1999 usted clasificó a los Juegos Olímpicos de Sidney-Australia como la abanderada de la delegación ecuatoriana.

Ser abanderada del equipo nacional constituyó la culminación de mi carrera. Co-rrí la maratón ubicándome en el puesto 19 con un crono de 2 horas y 33 minutos. No me encontré con mi nivel habitual, creo que ir con mucha antelación (quince días antes) fue un error, pues aumentó mis índices de ansiedad, que incidieron en la diminución de una con-centración absoluta antes de la competencia.

¿Qué planes tenía para después del atletismo?

Sabía que mi ciclo estaba por cerrarse. Había cumplido metas profesionales y per-sonales, pero sentía que era hora de preocu-parme de mi futuro como persona. Me falta-ba ser mamá, perdí mi juventud corriendo, estudiando y compitiendo. Me pregunté si por mi edad (40 años) no sería peligroso


Ilan y Matteo Benítez Tenorio, hijos de Martha Te-norio. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)

Martha Tenorio, abanderada de la delegación ecuatoriana durante los Juegos Olímpicos Sidney 2000, Australia. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENO-

RIO)


embarazarme. Ahora soy madre de gemelos, Ilan Jared y Matteo Miguel.

Su esposo, Miguel Benítez, un ecua-toriano residente en Boulder por más de treinta años, fue un personaje vital en el desarrollo y crecimiento de los atletas ecuatorianos que fijaron su residencia en esa ciudad, un centro de alto rendimiento de grandes figuras del atletismo mundial.

Él se transformó en el guía, amigo e in-térprete de Rolando Vera, Silvio Guerra y de todos los atletas ecuatorianos que llegaron hasta esa ciudad. Así lo conocí.

¿Qué hace ahora? Actualmente vivo feliz por lo que me

dejaron los triunfos internacionales. Entre-no y espero regresar al Ecuador para formar una escuela de atletas en Salcedo. Talento existe a montones, tan solo se requiere una orientación profesional y oportunidades para esos talentos.

Para ir al exterior hay que tener ni-vel competitivo...

Eso se adquiere poco a poco. Pero el atleta debe ser ambicioso. Sacrificarse al co-mienzo, pero luego vendrá la recompensa. La historia hay que escribirla afuera, enfren-tando todo tipo de adversidades. Si no se

aplica esa norma siempre estaremos en un nivel discreto.

¿El atletismo de fondo en el exterior es rentable para un atleta?

Diría que es mucho más que rentable. El momento en que un atleta empieza a te-ner nombre, le pagan por competir, gana adicionalmente por romper o establecer nuevas marcas. Cito un ejemplo, la maratón de Mazatlán en México ofrecía premios a la atleta que bajara el récord de la competen-cia, 2:34:15, vigente hacía quince años. Pues bien, fui, bajé la marca y gané un premio de 100 000 dólares al imponer 2:34:14. Aparte, como triunfé, me dieron un auto Mercedes Benz del año. Es decir, existen incentivos enormes para dedicarse al atletismo, pero tal como están las cosas en Ecuador, no veo un buen futuro para los fondistas.

¿Entonces, por dónde empezar?Hay que planificar. Luego, evaluar los

futuros talentos a quienes hay que conducir de a poquito, complicando sus desafíos pau-latinamente. Una vez que hayan destacado a nivel interno, promocionarlos afuera, poco a poco, con entrenadores capacitados y con managers con excelentes contactos.


Martha Tenorio vive actualmente en Boulder, Colorado. Es madre de gemelos y se ha volcado de lleno a su vida personal. Sin embargo, quiere volver al Ecuador y formar una escuela de atletas en Salcedo.

Trofeos, afiches y recuerdos en casa de la familia Tenorio, Salcedo. (FOTO: MIGUEL ALVEAR)

Martha Tenorio, junto a condecoraciones y me-dallas recibidas a lo largo de su carrera, en la casa de su hermano Franklin Tenorio en Quito, 2012. (FOTO:

EDUARDO LEÓN)

¿Cuál es la fórmula para triunfar en el atletismo de fondo?

Fórmulas mágicas no existen. Un atleta perseverante, para llegar a destacar, debe ser valiente y tener una enorme voluntad que le permita sobreponerse a las adversidades. El atleta de élite no se asusta fácilmente, porque entrena muy bien y eso le permite tener seguridad para enfrentarse a los favoritos. Rolando y yo tenemos ese perfil. Nunca nos resignábamos a perder y con una buena preparación más una gran fortaleza mental, alcanzamos nuestros objetivos.


El triunfo de la persistencia

NombreMartha Tenorio Ramón

Fecha de nacimiento6 de agosto de 1967

Lugar de nacimientoSalcedo, Ecuador

Martha Tenorio


1987 Ganadora de la carrera “San Silvestre”, Sao Paulo, Brasil (también en 1997)

1989 Ganadora de la carrera “Quito Últimas Noticias” (también en 1992, 1993, 1994, 1996, 1997, 1998, 2000, 2005 y 2008)

1989 Medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de Barquisimeto (también en los Juegos Bolivarianos de Cochabamba, 1993; Arequipa, 1997; Ambato, 2001; Armenia, 2005)

1992 Clasificada a los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 10 000 metros planos. (Resultado: puesto 12)

1996 Clasificada a los Juegos Olímpicos de Atlanta, en la maratón. (Resultado: no terminó)

1998 Medalla de oro en los Juegos Sudamericanos de Cuenca, Ecuador, en 10 000 metros planos

1999 Ganadora de la media maratón de Río de Janeiro, Brasil

1999 Ganadora de la media maratón de Brasilia, Brasil

2000 Ganadora de la media maratón de Bogotá, Colombia

2000 Clasificada a los Juegos Olímpicos de Sidney, en la maratón. (Resultado: puesto 25)

2000 Ganadora de la maratón de Mazatlán, México

2004 Clasificada a los Juegos Olímpicos de Atenas, en la maratón. (Resultado: puesto 22)

2007 Ganadora de la maratón de Denver, Estados Unidos

Historial de logros

68

Testimonios

70 Atletismo Testimonio

“Soy un testigo de la evolución de los resultados atléticos de toda una época en el país”

Se funda la Federación Deportiva del Guayas, afiliada desde 1924 a la Federa-ción Internacional de Atletismo Amateur.

19381922

Soy entrenador de marcha desde 1980. El atletismo en nuestra provincia se inició con la venida del señor Richard Boroto; él sembró este hermoso deporte en el Austro.

En atletismo, Ecuador ha obtenido grandes resultados en diferentes etapas: durante la primera destacaron las carreras pedestres y luego comenzó el despegue, o más bien dicho el desempeño positivo y más grandioso con los resultados del tablero olímpico: la marcha atlética. En las carreras, Rolando Vera Rodas fue quien dejó más alto el nombre del Ecuador; él ganó cuatro veces la carrera de “San Silvestre”. En caminata, por su parte, Jefferson Pérez alcanzó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Atlanta 1996 y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos Beijing 2008. También desempeñó un papel sorprendente Joel

Se desarrollan los primeros Juegos Boli-varianos. Héctor Toscano gana oro en los 5000 metros y Luis Gallardo en los 10 000 metros. Luis Calderón obtiene medalla de plata en los 5000 metros. Segundo Cade-na gana dos medallas de plata: en la me-dia maratón y en relevos 4 x 100. Carola Castro gana el oro en los 60 y 100 metros.

Luis Chocho“El atletismo se expresa en resultados”

Primeros entrenamientos de salto largo en Loja, 1930. (FOTO: ARCHIVO HISTÓRICO BANCO CENTRAL DEL ECUADOR)

71Testimonio Atletismo

Luis Chocho, entrenador de marcha, en la pista atlética del parque Miraflores, Cuenca. (FOTO: RICARDO

BOHÓRQUEZ)


1978Durante los primeros Juegos Sudameri-canos, celebrados en La Paz, Nancy Valle-cilla gana el oro en los 100 metros vallas y salto largo; y Luis Tipán gana el oro en 10 000 y 3000 metros obstáculos. Se pro-mulga la Ley de Educación Física, Depor-tes y Recreación. Se crea el Consejo Nacio-nal de Deportes. Armando Terán logra el octavo lugar en

la maratón de los II Juegos Atléticos Ibe-roamericanos celebrados en Madrid.

1962

Se realiza el primer Campeonato Extraordinario de Atletismo. Ecuador supera en triunfos a las delegaciones de Venezuela, Colombia, Panamá y Bolivia.

Ecuador asiste a los primeros Juegos Atléticos Iberoamericanos celebrados en Santiago de Chile.

Villavicencio, que alcanzó la medalla de plata en Singapur en las primeras olimpiadas juveniles. Es importante resaltar que las dos medallas alcanzadas en el ámbito olímpico han sido gracias al atletismo.

Además, es necesario reconocer otros nombres que se han ubicado en lugares es-telares, tales como: Silvio Guerra, Franklin Tenorio, Martha Tenorio, Liliana Chalá, Carmen Chalá, y otros atletas como: Mi-riam Ramón o Andrés Chocho. Chocho alcanzó el undécimo lugar en el Campeo-nato Mundial de Daegu (Corea del Sur) en 2011 y medallas de bronce en el Campeo-nato Mundial Universitario en Shenzhen (China) en 2011. Junto a Miriam Ramón, obtuvo récords sudamericanos absolutos, tanto en 20 como en 50 kilómetros. Ramón y Chocho son deportistas que resaltan, in-

cluso podríamos decir que son los referen-tes del atletismo ecuatoriano en el contexto internacional, sin descuidar otros nombres como: Cristian Patiño, Richard Arias, Javier Moreno, entre otros.

El apoyo que reciben ahora los atletas es interesante, lo digo porque soy un testigo de la evolución de los resultados. Este deporte tuvo su transformación cuando Jacobo Bu-caram fue presidente de la Federación Ecua-toriana de Atletismo, e instituyó la caminata a nivel internacional; por lo tanto, dio el pun-tazo definitivo para que el atletismo despe-gue. También ha sido trascendental el apoyo de algunas empresas que nos han permitido desarrollarnos; pero, sobre todo, entre el 2010 y el 2011, el Ministerio del Deporte ha tomado medidas fundamentales, decisivas, para apoyar a los deportistas y hay que re-

1950

Jacobo Bucaram (tercero desde la izquierda) y Fernando Bustamante van a los Panamericanos como velocistas. (FOTO: ARCHIVO HISTRÓRICO BANCO CENTRAL DEL ECUADOR)


A la derecha, el campeón Robert de Castella (Aus-tralia) recibe felicitaciones del tercer finalista, Walde-mar Cierpinski (Alema-nia), en el Campeonato Mundial de Atletismo (Helsinki, 1983). (FUENTE: WIKICOMMONS)

En el Mundial de Atletismo en Helsinki, en 1983, Robert de Castella (Australia) y Grete Waitz (Noruega) son los primeros campeones mundiales de la maratón.

1983Martha Tenorio incursiona en el atle-tismo en la carrera “Últimas Noticias”. Llega en tercer lugar y queda primera en la categoría novatos. José Quiñaluiza gana medalla de plata en el Congreso Ordinario Sudamericano de Atletismo en Santa Fe, Argentina.

Luis Chocho, entrenador de marcha, junto a uno de sus alumnos, en la pista atlética del parque Mira-flores, Cuenca. (FOTO: RICARDO BOHÓRQUEZ)

calcarlo. Esto ha sido muy positivo, no solo por la posibilidad de superarse, sino porque es un reconocimiento a la labor emprendida por los atletas, que son seres humanos y no máquinas de elaborar medallas. Los atletas son símbolo de un desarrollo humano en nuestro país.

Yo creo que para ser considerado atleta de élite es necesario atravesar por un proceso que lo califique como tal, es decir, por las di-ferentes estaciones de trabajo y de formación. Así, los pequeños tienen modelos a imitar, y se motivan a seguir el ejemplo de los atletas que han demostrado que hay capacidad y ta-lento para llegar lejos. Por lo tanto, la inver-sión debería comenzar en los más pequeños, de tal manera que exista la oportunidad de llegar a competiciones internacionales con

Martha Tenorio en la carrera “Últimas Noticias” en Quito, 1986. (FOTO: EL TELÉGRAFO)


Martha Tenorio gana la carrera “San Sil-vestre” en Brasil. Juan Rojas impone un récord sudamericano en 10 000 metros marcha en el Campeonato Sudamericano Juvenil. Rolando Vera gana nuevamente la “San Silvestre” en Brasil. Establece un récord sudamericano en Roma, en los 10 000 metros planos (28:20:24). Gana la me-dalla de plata en Indianápolis en 10 000 metros planos.

1987

1986

1985Rolando Vera gana su primera medalla de oro internacional, en 5000 metros, en el Torneo Internacional Orlando Guaita (Chile).

Rolando Vera gana la tradicional carrera “San Silvestre” en Brasil. Además, gana la “Quito Últimas Noticias”. Liliana Chalá ob-tiene tres medallas de oro en los Juegos

una buena alimentación, una vida digna y cómoda, buenos entrenamientos y mejor educación. Podemos decir que el apoyo eco-nómico por parte del Gobierno, a través de Ministerio del Deporte, es fundamental para alcanzar grandes resultados.

Una escuela para preparar a los nuevos talentos del Azuay

Por nuestra parte, en Cuenca tenemos la Escuela de Marcha, afiliada a la Federa-ción Deportiva del Azuay. En ésta trabaja-mos cuatro entrenadores, monitores, una secretaria y personal de mantenimiento. Mi hermano Juan y yo somos entrenadores de la escuela; estamos apoyados por un técnico deportivo, Diego Guevara, quien monitorea

los planes que nosotros hemos estructurado y eso ha sido importante, por ejemplo, para el desarrollo de Andrés Chocho como atleta activo. De la misma manera, nosotros tra-bajamos planificadamente con los niños y los motivamos, con el objetivo de despertar un verdadero interés. También les brinda-mos charlas de formación general para que entiendan que el deporte es una disciplina de responsabilidad, de complemento y de seriedad, de tal manera que les planteamos objetivos y les decimos: “Niños, para llegar a ser como Jefferson Pérez tienen que sa-crificarse, tienen que estudiar, tienen que trabajar. El trabajo de sus papás está en sus oficinas, en sus tareas diarias para alcan-zar el desarrollo económico; el de ustedes es estudiar y, en estos casos, hacer deporte también”. Es preciso hacer hincapié en que

Sudamericanos Adultos en Chile (200 y 400 metros planos y 400 metros vallas). Adriana Martínez es declarada la “Mejor Atleta Su-damericana” en el Campeonato Sudameri-cano de Atletismo realizado en Quito. Rolando Vera cruzando la meta de la “San Silves-

tre” en Sao Paulo, Brasil, 1989. (FOTO; EL TELÉGRAFO)


Rolando Vera, 1990. (FOTO: ARCHIVO HISTÓ-RICO BANCO CENTRAL DEL ECUADOR)

1988Sandra Ruales y Miriam Ramón imponen un récord sudamericano en los 10 000 y 5000 metros planos respectivamente, con el que ambas consiguen la medalla de oro en el Campeonato Sudamericano Juvenil en Cubatao, Brasil. Rolando Vera gana la “San Silvestre” en Brasil.

Rolando Vera gana la “Quito Últimas Noticias”.

el deporte va de la mano con el estudio, sin embargo, el estudio siempre va primero y el deporte, en segundo lugar. Aquí entrena-mos a atletas que son grandes estudiantes, abanderados o escoltas en sus diferentes establecimientos educativos, en especial de secundaria; eso es importante porque estos jóvenes, además de ser buenos estudiantes, también son buenos deportistas. Tenemos algunos nombres que se han destacado bajo nuestra dirección. Actualmente contamos con gente profesional, que además de hacer deporte también se preocupa por el estudio. Nosotros siempre recalcamos que lo acadé-mico es primero, ya que si los deportistas no se educan, tampoco pueden entender cier-tas estrategias deportivas; entonces, la parte académica ayuda a entender las técnicas del desempeño atlético.

Nuestra escuela está conformada por profesionales de la mayoría de las discipli-nas, y trabaja con las ciencias auxiliares del deporte, como un médico de planta, fisiote-rapista, nutricionista para educar a los niños y jóvenes; también necesitamos asistencia de monitores para que puedan atender las necesidades de los diferentes grupos por edades y categorías. En la escuela trabaja-mos con grupos bastante grandes, lo ideal es contar con un monitor para cada categoría, es una necesidad fundamental. Los niños que llegan a la escuela podrían ser evalua-dos, para determinar si son o no talentos idóneos para esta disciplina, porque los pa-dres llegan a la escuela confiados de que, con dejar al pequeño en la escuela, va a ser marchista profesional; no obstante, muchas veces los niños no pueden marchar porque

La atleta Sandra Ruales, 1990 (FOTO: EL TELÉGRAFO)


Martha Tenorio se ubica décima en los 10 000 metros planos en el Mundial de Atletismo; además gana la medalla de oro en los 10 000 metros planos durante los Juegos Bolivarianos de La Paz. Jef-ferson Pérez gana el oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 20 kilómetros marcha. Rolando Vera gana la “Quito Últi-mas Noticias”.

1993

1990

1989

Miriam Ramón gana el oro en 10 000 me-tros marcha, en los Juegos Odesur, y Liliana Chalá es elegida “Mejor Atleta”.

Rolando Vera gana la tradicional carrera “San Silvestre” en Brasil. Nancy Vallecilla gana tres medallas de oro en los Juegos Bolivarianos de Maracaibo, en 100 metros vallas, salto largo y heptatlón. Martha Te-norio y Roberto Punina ganan el V Medio Maratón de Oriente en Santa Cruz, Bolivia.

tienen sus rodillas dobladas, el pie plano o cualquier condición de nacimiento que no le dejará ser un marchista olímpico; por lo que los niños que llegan a la escuela son pues-tos a prueba para ubicarlos y guiarlos hacia la especialidad que pueda estar acorde a su biotipo, a sus características personales y en la que pueda rendir mejor.

¿Ecuador está preparado para tener más medallistas olímpicos?

Si trabajamos mancomunadamente, con la dirigencia, con el Ministerio del Deporte, con el Comité Olímpico, con los padres de familia que encaucen también a sus hijos para que no se desprestigie el valor deportivo, sino que se apoye al

desempeño deportivo, respaldados en una infraestructura adecuada, podríamos conseguir más medallas olímpicas. El problema es que, a diferencia de los futbolistas que a donde van tienen donde jugar, los atletas tienen que buscar su pista y acá en Cuenca los marchistas solo tenemos el Parque de la Madre. Adicionalmente, pronto vamos a contar con un caminódromo de 500 metros; aquí estará ubicada la Escuela de Marcha. En el Parque de la Madre, intentaremos establecer el cuartel general de la marcha, pero vamos a necesitar contar con un circuito donde podamos entrenar.

Cuenca tiene una altitud de 2500 metros sobre el nivel del mar, cerca, en Yunguilla, estamos a 900 metros sobre el nivel del mar y en El Cajas, a 4000 metros; entonces, la geografía nos brinda

Rolando Vera junto a Sandra Ruales, Teresa Paucar y Martha Tenorio en una caravana hacia el centro de Quito, 1989. (FOTO: EL TELÉGRAFO)


Martha Tenorio se prepara para su competencia en Bos-ton. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)

Se celebran por primera vez los Juegos De-portivos Regionales Interandinos. Rolando Vera y Martha Tenorio ganan la “Quito Últi-mas Noticias” en sus respectivas categorías.

Martha Tenorio llega quinta en la maratón de Boston.

1995

excelentes condiciones para poder entrenar; sin embargo, no disponemos de caminódromos, espacios libres de tráfico vehicular (que a veces atenta contra la integridad de los deportistas), infraestructura en general; en ocasiones debemos entrenar en las calles, ese es un problema. Sin duda, el día en que contemos con esto vamos a tener mejores resultados… Yo creo que vamos a alcanzar otras medallas olímpicas, pero solo si trabajamos hacia este objetivo y si todos estos organismos que acabo de mencionar, apoyan a los padres de familia, a la ciudadanía en general y a las instituciones educativas para formar nuevos deportistas.

Luis Chocho moti-vando a sus pupilos en Cuenca, pista atlética del parque Miraflores. (FOTO:

RICARDO BOHÓRQUEZ)

Trofeo que pertenece a Martha Tenorio. (FOTO: EDUARDO LEÓN)


Mi primer contacto con Mar-tha Tenorio

Yo empecé a trabajar en el Colegio Na-cional Experimental Salcedo como inspector general y profesor de Educación Física. Ob-tuve este trabajo tras haber ganado un con-curso de merecimiento. En aquella época, Martha llegó a la institución y de inmediato vimos en ella muchas cualidades para el at-letismo; fue así que el entonces rector, Rafael Tejada Garcés, me confió su entrenamiento y desde ahí partimos la formación de esta re-conocida atleta.

Martha se sentía muy atraída por el at-letismo, sobre todo por las pruebas de fon-do, ya que tenía una gran influencia familiar, pues sus hermanos entrenaban y la motiva-

ban para que ella también incursionara en esta disciplina.

¿Cómo era el programa de en-trenamiento?

Cuando vi que Martha tenía las con-diciones para ser una gran deportista, por-que no era una chica del montón, si cabe el término, diseñé una tabla de entrenamiento considerando sus características particulares y dones. Pero ella iba mejorando a pasos agi-gantados, ahí supe que iba a necesitar plan-tear una mejor estrategia.

Aunque ahora es muy difícil especificar exactamente sus entrenamientos, recuerdo bien que al principio trabajábamos en pista,

Carlos Oswaldo López Guzmán

“Entrené a Martha Tenorio”


Carlos López, exentrenador de Martha Teno-rio, en el estadio de Salcedo. (FOTO: MIGUEL ALVEAR)

“En las provincias hay grandes talentos deportivos que requieren apoyo de las instituciones del Gobierno. Salcedo es un ejemplo valioso”

en una cancha del estadio “Carlos Alberto Tamayo”. La pista era bastante rústica, pero teníamos que adaptarnos. Más tarde nos aventuramos a entrenar en los maravillosos escenarios que tiene Salcedo; nos íbamos a co-rrer al occidente del cantón y era asombroso ver cómo Martha trepaba los terrenos irregu-lares, su fuerza atlética era impresionante.

Características que distinguieron a Martha Tenorio

Martha estaba decidida a ser una atleta de élite. La lucha, la constancia y el deseo de superación eran los principales atributos que ella proyectaba; era una muchacha con una fuerza envidiable.


1999Se celebran los II Juegos Deportivos Regionales Interandinos en Latacunga, Ecuador. Julio Chuqui gana la medalla de bronce en la maratón del los XIII Juegos Bolivarianos celebrados en Arequipa, Perú.

1998Martha Tenorio logra medallas de oro en los 5000 y 10 000 metros en los VI Juegos Sudamericanos en Cuenca. Llega segun-da en la “San Silvestre”.

1997Martha Tenorio gana por segunda vez la carrera “San Silvestre” en Brasil. También gana la medalla de oro en los 10 000 metros en los Juegos Bolivarianos de Arequipa, Perú.

Se llevan a cabo, en Cuenca, los VI Juegos Sudamericanos. Ecuador obtiene ocho medallas de oro, ocho de plata y siete de bronce.

Fue muy duro presenciar el poco apo-yo que Martha Tenorio recibía, pero pienso que su espíritu la sacó adelante. Este deseo de superación es una herencia familiar, por-que todos los Tenorio Ramón han demos-trado que lo más importante es avanzar y superarse. Para ella siempre fue un reto el trabajo permanente, el día a día; así, cuando iba a una competencia, aunque ganara, que-ría ser mejor y eso la impulsaba a entrenarse con mayor intensidad. Muchas veces, cuan-do entrenábamos los sábados, yo sentía que le exigía demasiado, pero no, nunca fue de-masiado, todo ese trabajo ella lo asimilaba, lo aprovechaba, incluso, lo disfrutaba.

Competencias a las que la acompañé

Recuerdo muy bien la primera partici-pación de Martha en la carrera “Quito Úl-timas Noticias”. Ganó en la categoría nova-tos y el premio era viajar a Estados Unidos con todo pagado, a una competencia allá, pero nunca le dieron tal galardón. Fuimos en varias oportunidades a San Bartolo, a las oficinas del diario Últimas Noticias, y se daban vueltas; fue muy frustrante.

Ser profesor de Educación Física de Martha Tenorio (no era propiamente su entrenador) fue una experiencia muy agra-dable y positiva, porque me dio las luces para saber que aquí en las provincias, y particularmente en Salcedo, hay mucho ta-lento que necesita del apoyo del Gobierno,

Martha Tenorio a su llegada en la carrera de San Silvestre en Brasil, 1997. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)


Logo de las Olim-piadas de Sidney 2000. (FUENTE: WIKICOMMONS)

En Sidney, Gezahegne (Etipoía) Abera y Naoko Takahashi (Japón) ganan la mara-tón olímpica.

Los atletas ecuatorianos: Franklin, Martha y Washington Tenorio antes de la carrera de “San Silvestre”. (FOTO: EL TELÉGRAFO)

2000María Elena Calle logra un récord su-damericano en los 5000 metros cubier-tos, en la ciudad de Fayetteville (EE. UU.). Silvio Guerra se ubica en el puesto catorce en la maratón de los Juegos Olímpicos de Sidney. Martha Tenorio gana la Maratón Internacional del Pacífico en Mazatlán y la “Quito Últimas Noticias”.

de los padres de familia y de las institucio-nes educativas. Solamente con mucho so-porte, estos atletas podrán destacarse en el ámbito nacional e internacional en sus diferentes especialidades. Nos falta mucho por hacer: no contamos con infraestructu-ra adecuada, implementación de técnicas de punta ni capacitación a nosotros los profesores. Porque hay muchos maestros excelentes de Educación Física, pero otros son los conocimientos necesarios para ser entrenadores de élite.

Silvio Guerra, 1994. (FOTO: EL TELEGRAFO)


“Fui nombrado en tres oportunidades el mejor atleta del año, y en una ocasión me nombraron el mejor deportista juvenil”

Juan Vanegas establece un récord su-damericano en los 100 metros planos, en la ciudad de Cuenca, Ecuador.

Martha Tenorio gana la medalla de oro en los 10 000 metros en los Juegos Boli-varianos de Armenia, Colombia.

2005

20042001Martha Tenorio gana sendas medallas de oro en los Juegos Bolivarianos de Am-bato, en los 5000 y 10 000 metros. Gana además la “Quito Últimas Noticias”.

Soy quiteño de nacimiento, amo a esta ciudad con todo el corazón, porque afortuna-damente viví en el Centro Histórico durante casi cincuenta años. Desde pequeño me gustó el deporte, en especial el fútbol. Tuve la suer-te de que grandes figuras del Aucas —como Gonzalo Pozo, César Zurita, Marco Bermeo, César Garnica— y mi padre me enseñaran a patear el balón cuando era niño. Estudié en el Colegio Montúfar; allí, el profesor Genaro Fierro me tomó una prueba que consistía en correr 1500 metros. Me dijo que era un buen atleta y me ayudó a que el Colegio Mejía me diera una beca total; ahí defendí los colores del “Patrón Mejía”. Fueron épocas muy bonitas que estuvieron marcadas por la conocida riva-lidad con el Colegio Militar por ganar los cam-peonatos; recuerdo tanto la euforia, las ganas de triunfar y el esfuerzo que poníamos todos

Juan Araujo“Siempre he dado lo mejor de mí”

Martha Tenorio en la carrera atlética en home-naje a TAME, 2002. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)


Juan Araujo, preparador físico y entrenador de varios deportistas profesio-nales. (FOTO: EDUARDO

LEÓN)


2006

2009

2011Byron Piedra gana dos medallas de plata en los Juegos Panamericanos de Guada-lajara, en los 5000 y 1500 metros planos. Lucy Jaramillo hace lo propio en 400 me-tros vallas y Diego Ferrín en salto alto. En estos juegos se ha dado la mejor partici-pación del Ecuador.

Martha Tenorio sube por décima ocasión al podio de las ganadoras de la carrera “Quito Últimas Noticias”.

José Adrián Sornoza establece un récord sudamericano en salto triple, en la ciudad de Sucre, Bolivia.

nosotros para representar a nuestro colegio en estos encuentros.

El entrenamiento no era fácil, como la jornada de estudio era en la mañana y en la tarde, entrenábamos al medio día, de doce a dos de la tarde, en El Ejido. Valió la pena por-que así coseché triunfos importantes: estuve en los torneos bolivarianos y sudamericanos, y obtuve el tercer y cuarto lugar respectivamen-te. También fui a campeonatos nacionales; me nombraron en tres ocasiones el mejor atleta del año e, incluso, el mejor deportista juvenil. Esto fue más o menos en 1955.

Yo admiraba a deportistas como Pancho Segura, Roger Bannister, John Landy. Quería llegar tan alto como ellos, por eso pensé que lo mejor era viajar y estudiar. Así lo hice, pri-mero me fui a Colombia, donde trabajé con entrenadores rusos. Luego, viajé a Alemania,

ahí estudié medicina del deporte, atletis-mo y fútbol; eso me ayudó indudablemente para poder entrenar mejor a nuestros atletas. También viví en Estados Unidos cerca de seis años; ahí estudié y trabajé, hasta que por fin decidí volver al Ecuador. El gran amor por mi país y por Eloísa, mi mujer, quien me espera-ba, hizo que regresara para casarme y hacer mi vida en mi tierra.

Cuando regresé al Ecuador tenía la moti-vación de aplicar todo los conocimientos que aprendí afuera. Comencé siendo profesor en la Universidad Central. Allí conocí a Rolando Vera; él me buscó y me pidió que lo entrene. Siempre se mostró muy decidido y convenci-do de lo que quería, eso me cautivó. Primero le hice una evaluación de velocidad, resistencia y flexibilidad, y tuvo resultados excelentes; en-tonces decidí entrenarlo.

Byron Piedra (derecha) corre junto a Marílson Gomes dos Santos (Brasil) en la competencia de los 10 000 metros durante los XVI Juegos Panamericanos realizados en Guadalajara, Mexico, 2011. (FOTO: EL TELÉGRAFO)


Martha Tenorio junto a Juan Araujo. (FOTO:

ARCHIVO PERSONAL MARTHA TENORIO)

Juan Araujo en el parque La Carolina, Quito, 2012. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

Mascotas de las Olimpiadas Londres 2012. (FUENTE: WIKICOMMONS)

En Londres, Stephen Kiprotich (Uganda) y Tiki Gelana (Etiopía) ganan la maratón olímpica.

2012Álex Quiñónez logra el séptimo lugar en la final de los 200 metros planos en los Juegos Olímpicos de Londres.

Llegada de la segunda semifinal de los 200 metros masculinos en el Estadio Olímpico de Londres, Álex Quiñónez (izquierda) junto al campeón jamaiquino Usain Bolt, 2012 (FOTO: EL TELÉGRAFO)


Fotografía de un retrato en el que se encuentra Juan Araujo junto a su familia. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL

JUAN ARAUJO)

Juan Araujo en una fotografía junto al equipo de Liga de Quito, en el que actuó como preparador físi-co. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL JUAN ARAUJO)

Es complejo detectar a un buen de-portista. Yo soy muy observador con ellos porque creo que lo primordial es mirar con atención sus capacidades, su personalidad, su motricidad. A mí me encanta mirar a las personas y descubrir si tienen o no atributos para el deporte.

De los atletas que yo he entrenado guar-do buenos recuerdos y relaciones muy cerca-nas; por ejemplo, Martha Tenorio y sus her-manos siempre iban a mi casa y compartían con mi familia, íbamos a paseos juntos, cele-brábamos cumpleaños, etc.; y de igual forma con Rolando Vera, cuando iba a mi casa, con-vivía con nosotros.

Entre los atletas que he entrenado están Silvio Guerra, los hermanos Vallecilla, Gio-vanni Mármol, Fernando Mejía, Fernando Bustamante, Patricio Romero Barberis, in-cluso llegué a entrenar al expresidente Abdalá Bucaram (él era corredor de 100 metros y vino a buscarme para que lo entrene). Fui a Austra-lia con Jefferson Pérez; y recuerdo que mien-tras él caminaba, yo trotaba a su lado.

He tenido satisfacciones grandes con mis deportistas. Mi trabajo es motivar a los muchachos; siempre les digo que deben su-perarse, tanto en lo deportivo como profesio-nalmente, para beneficio de ellos y del país. Y ellos, a su vez, me motivan a mí con su lucha por ser mejores. Hubo ocasiones en las que yo no les cobraba nada porque estaba conscien-te de que muchos venían de estratos pobres,


Juan Araujo (segun-do desde la izquierda) junto a varios amigos, entre ellos, Rolando Vera (cuarto desde la izquier-da), uno de los muchos atletas a los que entrenó. (FOTO: ARCHIVO PERSONAL JUAN

ARAUJO)

Juan Araujo junto a la Cruz del Papa en el par-que La Carolina, Quito. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

entonces me parecía absurdo cobrarles por los entrenamientos. Sabía que varios de ellos, a pesar de los límites, iban a llegar lejos; lamen-tablemente, también en el deporte a veces hay ingratitud, pero me queda la satisfacción de haber hecho mi trabajo y haber ayudado.

Otra de las cosas que me llenan de satis-facción es haber sido entrenador de equipos de fútbol. En cierto modo, yo diría que lo dis-fruté más, por la vivencia y la euforia que se siente a través de este deporte. Fue una hermo-sa época, fui entrenador de equipos como El Nacional, Liga Deportiva Universitaria, Técni-co Universitario, Aucas, Deportivo Quito. La emoción que te trasmite la hinchada, con su recibimiento y su algarabía, es asombrosa.


Para correr necesitas solo un par de za-patos, y claro, muchísima fuerza de voluntad. A los 29 años, motivada principalmente por la necesidad de hacer deporte y de escapar de la cotidianidad, comencé a practicar atletis-mo. Entrenaba por mi cuenta: corría desde mi casa, en el Comité del Pueblo, hasta el parque La Carolina, y allí continuaba mi práctica.

Recuerdo que para prepararme para mi primera maratón, en Chicago (octubre del 2000), le di diez vueltas al parque (42,5 kilómetros en total); y para no tener que cargar mi toma-todo, lo escondí detrás de un árbol. Cada dos o tres vueltas lo busca-ba detrás del árbol, esperando que ningún niño se lo haya llevado, bebía un poco de agua y seguía corriendo.

El doctor José Reinhart, deportólogo destacado en el país, me contactó con quien

fue mi entrenador por los próximos seis años: Juan Araujo. Cuando lo conocí aprendí con exactitud el concepto de un maestro. Es una persona cargada de experiencia, senci-llez y humildad, con mucha sabiduría. Jua-nito, como lo llamo de cariño, asumió el reto de entrenarme como atleta aficionada. Todos los sábados, a las siete en punto, asistía a en-trenar, junto a otros veinte o treinta atletas de élite, en el Estadio “Manuel Jibaja” en Tum-baco, otras veces en las faldas del Ilaló, o del Atacazo, incluso, del Cotopaxi.

Con Juanito aprendí a pisar y a respirar bien. Me sorprendía sobre todo la gran disci-plina y la increíble motivación que demostra-ban mis compañeros de práctica, y también la paciencia que nuestro entrenador tenía con cada uno de nosotros. Así, en 2002 corrí la maratón de Grecia, y lo hice en un tiempo

Alegría Sandoval

“Para correr necesitas sólo un par de zapatos”


Alegría Sandoval en el parque La Carolina, Quito. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

“El atletismo de fondo representa una época armoniosa y de equilibrio en todos los aspectos de mi vida”

excelente para una aficionada: 3:31:05. Desde allí se dispararon mis competencias atléticas: participé en la maratón de Chicago, nueva-mente; en Akron; en dos medios Guayasman (versión ecuatoriana de la Ironman), y obtuve el segundo lugar; en el Ironman de Chajari en Argentina, llegué en cuarto lugar; y en la “San Silvestre” en 2006.

El atletismo de fondo representa una época armoniosa y de equilibrio en todos los aspectos de mi vida. Gracias a este deporte aprendí a ser perseverante, disciplinada y estratégica. A través de él logré conexiones muy fuertes con mis dos hermanos que com-petían a veces conmigo en las carreras y me apoyaban incondicionalmente.


Rosa Alba Chacha

“De niña me gustaba correr porque me sentía libre”

Corría de la escuela a la casa y me gus-taba participar en las carreras. Un día, un entrenador llamado Rodrigo Guerra, me convenció de participar en la carrera del “Chasquicito”. Allí quedé en tercer lugar sin haber entrenado, entonces, supe que tenía potencial para el atletismo.

A los nueve años comencé a entrenar y a competir. La primera carrera que gané la aus-pició la Panadería Multipan; para mí fue muy emocionante, porque de premio me dieron un pastel que le di a mi mamá por el Día de la Madre. De ahí seguí corriendo y entrenan-do, y llegaba siempre en los primeros lugares. A los 16 años gané, en la categoría juvenil, la “Quito Últimas Noticias”, que es una de las ca-rreras más importantes del país.

En 2012 tuve la oportunidad de ir a las Olimpiadas de Londres, a las cuales lle-

gué después de haber ganado la maratón de Buenos Aires —fue mi primera maratón—. Al principio no lo podía creer y me sentía confundida, porque por el cansancio el cuer-po se agota y la mente se obnubila; además, nadie creía que yo podía ganar esa carrera. Pero después reaccioné y pensé en todos esos entrenamientos y esfuerzos previos, y enten-dí que esa era mi recompensa.

Así llegué a las Olimpiadas, lo que fue un sueño hecho realidad porque estaba compi-tiendo con las élites mundiales del atletismo, lo cual alcancé a través de mucha dedicación. Nada me venció, ni siquiera esa horrible ex-periencia a los 11 años, cuando durante un entrenamiento —para una competencia en Colombia— un carro me atropelló y quedé un año en silla de ruedas. Tiempo en el que pensé que no iba poder competir más ni iba


Rosa Alba Chacha, atleta ecuatoriana y mara-toniana, entrenando en La Planada, donde vive hace diez años para entrenar en la altura. (FOTO:

EDUARDO LEÓN)

Medalla de plata obtenida por Rosa Alba Chacha en el I Campeonato Sudamericano Sub 23 de Atletismo en Barquisimeto, Venezuela. (FOTO: EDUARDO LEÓN)

“Llegué a las Olimpiadas, lo que fue un sueño hecho realidad porque estaba com-pitiendo con lo mejor de lo mejor”

a poder ser la misma. Y efectivamente nunca más volví a ser la de antes, el trabajo duro fue lo único que pude dar para mi recuperación y, más tarde, para obtener muchos triunfos. Ahora sigo entrenando para alcanzar mis metas y representar al Ecuador en la próxi-mas Olimpiadas.

INFOGRAFÍA

Agradecimiento:

Juan AraujoMartha TenorioRolando Vera

Concentración Deportiva de PichinchaFuerte Militar Atahualpa

Alumnos de la Escuela Fiscal Mixta Atahualpa, barrio San Francisco de OyacotoAlumnos de la Escuela Eladio Avilés Jijón,

Colegio Luis Felipe BorjaConsejo Provincial de Pichincha

Unidad Técnica DeportivaIV Festival Olímpico “Chasqui Parroquial”

“La Rinconada de Rolando Vera”Archivo Histórico Banco Central del EcuadorBiblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit

Diario El Telégrafo

Subsecretaría Técnica de Apoyo 2 Edición:...

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