Sufies celebres II - Oct98 - Isabel Soler Fumanal, S.R.C..pdf

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Sufíes célebres Parte II Por Isabel Soler Fumanal, S.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. Muhyi al-Din Ibn Arabi. También conocido como Muhyi al-Din, nació en Murcia (España) en 1165, en el seno de una familia Sufí. Su padre, Ali Ibn Muhammad, le procuró la mejor educación posible: primero fue a Lisboa donde estudió Leyes y Teología Islámica; luego fue a Sevilla donde estudió el Corán y las tradiciones con los mejores maestros de su época; después fue a Córdoba donde estudió Jurisprudencia. En el transcurso de sus estudios, siempre destacó por su capacidad y su elocuencia. Como sufí, tuvo una maestra española llamada Fátima Walyya y en 1194 viajó a Túnez y recibió una importante Iniciación; luego fue a Ceuta, y acudió a la escuela de Ibn Sabain donde le fue revelado su destino por medio de un sueño. A partir de 1202 viajó por Oriente: La Meca, El Cairo, Bagdad, Irak,... para finalmente establecerse en Damasco (Siria), donde murió en 1240. De su inmensa obra literaria, más de 400 textos de los que solamente nos han llegado unos pocos, cabe destacar: – Revelaciones de la Meca: describe el milagro de la Creación y su maravilloso conocimiento; es la más extensa de sus obras y debe su título a que cuando estaba en La Meca, el Angel de la Revelación le mandó comenzar su redacción. – Tratado del Amor: este texto, que forma parte de las Revelaciones de la Meca, propone unificar el éxtasis amoroso con la unión a la divinidad. «El amor es aquella relación que atañe tanto al hombre como a Dios, aunque nuestra ciencia ignore esta relación. El amor es goce, aunque su esencia permanezca incomprendida. ¡Dios mío! ¡Oh, Dios mío! ¿No es asombroso? Las razones del amor, me revisten de su esencia, con el hábito de los opuestos: lo presente y lo ausente. El mismo Ser de Dios se basa en el amor. El, que ve en nosotros como en El, sin que seamos principio de analogía. ¡Perdóname, oh, Dios mío, mis palabras sobre el amor, pues a veces me expreso, para darte las gracias!». «¡Amé‚ a mi ser esencial, como el amor que el Uno tiene hacia Dios! El amor así engendrado, es natural y espiritual, pero es además amor divino». – Tratado de la Unidad: exposición lógica y razonada del monismo o no dualismo absoluto de todo cuanto existe.

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Sufíes célebresParte II

Por Isabel Soler Fumanal, S.R.C.Revista El Rosacruz A.M.O.R.C.

Muhyi al-Din Ibn Arabi.

También conocido como Muhyi al-Din, nació en Murcia (España) en 1165, en el seno de una familia Sufí. Su padre, Ali Ibn Muhammad, le procuró la mejor educación posible: primero fue a Lisboa donde estudió Leyes y Teología Islámica; luego fue a Sevilla donde estudió el Corán y las tradiciones con los mejores maestros de su época; después fue a Córdoba donde estudió Jurisprudencia. En el transcurso de sus estudios, siempre destacó por su capacidad y su elocuencia. Como sufí, tuvo una maestra española llamada Fátima Walyya y en 1194 viajó a Túnez y recibió una importante Iniciación; luego fue a Ceuta, y acudió a la escuela de Ibn Sabain donde le fue revelado su destino por medio de un sueño. A partir de 1202 viajó por Oriente: La Meca, El Cairo, Bagdad, Irak,... para finalmente establecerse en Damasco (Siria), donde murió en 1240.

De su inmensa obra literaria, más de 400 textos de los que solamente nos han llegado unos pocos, cabe destacar:

– Revelaciones de la Meca: describe el milagro de la Creación y su maravilloso conocimiento; es la más extensa de sus obras y debe su título a que cuando estaba en La Meca, el Angel de la Revelación le mandó comenzar su redacción.

– Tratado del Amor: este texto, que forma parte de las Revelaciones de la Meca, propone unificar el éxtasis amoroso con la unión a la divinidad.

«El amor es aquella relación que atañe tanto al hombre como a Dios, aunque nuestra ciencia ignore esta relación.El amor es goce, aunque su esencia permanezca incomprendida.¡Dios mío! ¡Oh, Dios mío! ¿No es asombroso?Las razones del amor, me revisten de su esencia,con el hábito de los opuestos: lo presente y lo ausente.El mismo Ser de Dios se basa en el amor.El, que ve en nosotros como en El, sin que seamos principio de analogía.¡Perdóname, oh, Dios mío, mis palabras sobre el amor,pues a veces me expreso, para darte las gracias!».

«¡Amé‚ a mi ser esencial, como el amor que el Uno tiene hacia Dios!El amor así engendrado, es natural y espiritual, pero es además amor divino».

– Tratado de la Unidad: exposición lógica y razonada del monismo o no dualismo absoluto de todo cuanto existe.

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«Nadie, salvo El mismo, puede verle.Nadie, salvo El mismo, puede asirle.Nadie, salvo El mismo, puede conocerle.Nadie distinto de El puede ocultarle.El se ve y se conoce a sí mismo.Su velo impenetrable es su propia Unicidad.El mismo es su propio velo.Su velo es su propia existencia.Su Unicidad le vela de forma inexplicable».

«Tú piensas que eres, mas no eres y jamás has existido.Si fueras, serías el Señor, el segundo entre dos.Abandona tal idea, porque en nada diferís vosotros dos en cuanto a la existencia.El no difiere de ti y tú no difieres de El; si por ignorancia piensas que eres distinto de El, quiere decir que tienes una mente no educada.Cuando la ignorancia cesa alcanzas la paz,porque tu unión es tu separación y tu separación es tu unión, tu alejamiento, una aproximación y tu aproximación una partida.Siendo así que te vuelves mejor, cesa de razonar y comprende por la Luz de la intuición, sin la cual te olvidas de Sus rayos.Guárdate de dar un compañero a Alá, porque en tal caso te envileces con el oprobio de los idólatras».

– El intérprete de los deseos: se trata de un conjunto de poemas místico-amorosos que constituyen una descripción simbólica de las bodas espirituales.

«Mi corazón es capaz de comprender cualquier forma: monasterio para el monje, templo de ídolos, prado de gacelas, el Ka’ba votivo, las tablas de la Torá, el Corán.El amor es mi credo; donde quiera que vayan sus camellos, él sigue siendo mi creador y mi fe».

– Facetas de la Sabiduría: explica que Dios no puede ser visto y sin embargo, Su visión en la mujer es la mayor perfección.

– Viaje al Señor del Poder: consejos que constituyen una guía de iluminación para quienes buscan la verdad.

«... En verdad no existe nada sino Dios el Altísimo, Sus atributos y Sus acciones. Todo es El, de El, desde El y para El. Si El se olvidase del mundo durante un abrir y cerrar de ojos, éste desaparecería en un instante; sólo permanece gracias a Su providencia y cuidado. De todos modos, la aparición de Su luz es tan intensa que supera a nuestras percepciones, hasta tal punto que a Su manifestación le llamamos misterio».

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«Voy a describir primero (que Alá te dé el éxito) la naturaleza del viaje a El. Después, cómo proceder cuando llegues y cómo estar ante El, y lo que El dice cuando estás sentado en la alfombra, en Su presencia. Tras esto, el retorno desde El a la presencia de Sus acciones, con El y para El. Y describiré la asimilación a El, que es una etapa anterior a la de la vuelta».

– El Núcleo del Núcleo: descripción de las cualidades del Ser cuyo conocimiento evita quedarse atrapado en una creencia que no es más que la forma que se da a ese núcleo inalterable que constituye nuestro universo interior.

«El que conoce a Dios, se mantiene en su origen, cualquiera que éste sea. Acepta todo tipo de creencias; pero no se ata a ningún credo figurativo. Sea cual sea su puesto en el Conocimiento Divino, que es el conocimiento esencial, permanecerá en su sitio, conociendo el núcleo de toda creencia, ve el interior y no el exterior. Reconocerá, bajo cualquier apariencia, todo aquello cuyo núcleo conoce y en este tema su círculo será amplio. Llegará al origen de esas creencias y dará testimonio de ellas desde cualquier lugar posible, sin tener en cuenta la apariencia con que se manifiesten al exterior».

– Sabiduría de los profetas: 27 capítulos, uno por cada profeta, donde expone su doctrina de la unidad de ser y del hombre perfecto donde se reflejan los atributos de Dios.

Entre los árabes se dice que no ha habido poesía amorosa superior a la suya y ningún otro sufí ha impresionado tanto a los teólogos islámicos por la profundidad de su obra, que escribía inspirado por grandes experiencias místicas y que, en ocasiones, a él mismo le costaba comprender.

Pero además, su influencia se extendió al Cristianismo, en personajes como Dante Alighieri, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Ramón LLull,...

Farîd al-Din Attâr

Fue un gran poeta persa. Hijo de un comerciante de perfumes, ungüentos y especias, nació entre 1120 y 1140 y murió en 1230.

Tras su conversión, motivada por una experiencia decisiva, tuvo importantes maestros el gran santo Nadj al-dîn Kûbrâ y el médico y teólogo Madj al-dîn Baghdâhî.

Sus obras más importantes son:

– El Memorial de los Santos: sobre la vida de 72 santos.

– El Libro Divino: sobre la renuncia a los deseos terrenales.

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– El Libro de los Secretos: nociones y puntos de la doctrina sufí.

– El Libro de la Tribulación: el largo peregrinaje del buscador.

– El Lenguaje de los pájaros: la marcha del alma hasta su aniquilación en el Ser revelado, explicada en forma del viaje que realizan un grupo de pájaros que pasan por los siete valles, etc. y van describiendo todo lo que sucede.

«Un alumno le preguntó a su Maestro: « ¿Por qué se le obligó a Adán a dejar el paraíso?» El Maestro le respondió: «Cuando Adán, la más noble de las criaturas, entró en el paraíso, escuchó la voz del mundo invisible; «Oh tú que te encuentras atado al paraíso terrenal por mil deberes, sabe que todos en los dos mundos se identifican con lo que hay entre él y yo, pero yo borro todo lo que existe visible y todo aquél que se une a mí es un amigo verdadero. Para un enamorado, cinco mil vidas no son nada sin su amado. Aquél que viva por otro que no sea El, como lo hizo el mismo Adán, es arrojado. Los habitantes del paraíso saben que lo primero que tienen que elevar es su corazón».

«Queremos ser aniquilados por el fuego, dijeron los pájaros... El Chambelán de la gracia vino a abrirles la puerta, luego abrió también cien cortinajes, unos tras de otros. Entonces, un mundo nuevo se mostró sin velo alguno a esos pájaros; la luz más brillante iluminó su revelación... Todo aquello que pudieron haber hecho antiguamente fue purificado y, más aún, borrado de su corazón; el sol de la proximidad arrojó sus rayos sobre ellos, y su alma resplandeció...»

(continuará)