Súper Princesa

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Las aventuras de Súper Princesa

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Súper Princesa Capítulo I

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Las aventuras de

Súper Princesa

Las aventuras de

Súper Princesa

Capítulo I

por América Indij Brunety su papá Guido

Algunos días son iguales a otros. Otros no.Muchas nenas se parecen. Pero otras no.

Esta es la historia de una nena que se parece a todas las demás.Y la de un día, que pintaba como los otros, pero que resultó ser un día muy especial.

Ese fue el día en que AmeAme, que trabajaba en una editorial ha-ciendo libros para chicos, se enteró de algo terrible: en la ciudad algo no andaba bien.

Alguien, no sabía quién, estaba pegando todo con una plasticola gi-gante. Las puertas de los colectivos, con los pasajeros adentro; las ruedas de los autos en las cebras peatonales; las bicicletas en las puertas de las fruterías y panaderías; las vaquitas de San Antonio en las hojas de los sauces llorones...

Plasticola

Vaquita de San Antonio

Arco iris

Abeja

Otro arco iris

¡Algo había que hacer!

AmeAme subió a la terraza de la editorial y desde allí lo vio todo. Vio a la Mala Pata Sucia con el frasco de plasticola más grande del mundo pegando con mucho cuidado las cucharitas de café a los po-cillos, los pocillos de café a los platos, los platos a las mesas y ba-rras de los bares...

Sin más, AmeAme se sacó los largavistas y los anteojos y la mochi. Se puso una flamante capa rosa, recogió un panadero, pidió un de-seo y lo sopló.

El panadero se deshizo y salió despeinado. Y tras él, AmeAme vo- lando con su flamante y flameante capa rosa, convertida ahora en Súper Princesa.

Casi de un salto -y sin mucho precipicio ni peripecia- Súper Prince-sa alcanzó a la Mala Pata Sucia.

Terraza con cactusMala Pata Sucia pegándolo todo

-¿Querés cereales? -le preguntó Súper Princesa-. Yo tengo mu-chos.

-¿Qué? ¿Quién eres? ¿Por qué me hablas y me molestas?

-No te molesto yo a vos, sino vos a los demás. ¿Qué manzanas preferís? ¿Las rojas o las verdes?

-¿Qué es esto? ¿Un semáforo? Correte o te pego.

-¿Vos me vas a pegar? No hay plasticola que alcance, Pata Sucia. ¡Andá a lavarte las patas, maleducada! -concluyó la Súper.

Súper Princesa Mala Pata Sucia

Panadero

Súper cinturón

Súper Princesa comprendió que por las buenas la cosa no se re-solvería con la Mala y tuvo que apelar a un plan B: sacó de su bolsi- llo su Cuchi-burbujero y le espumó la cara.

Mientras la Mala pedía cambio, toalla y pido, la entregó a las auto- ridades.

La Mala Pata Sucia va a la cárcel

Mucha suciedad

Todos miraban y admiraban y aplaudían a Súper Princesa. Pero no sin cierta preocupación y molesto malestar: acuérdense que las puertas de los autos, trenes, subtes y colectivos estaban herméti-camente pegadas. Las de los barcos, aviones, globos aerostáticos y monorrieles también.

Solo los peatones que iban por la vereda o en cintas autotrans-portadoras -de esas que hay en los aeropuertos- y en escaleras mecánicas, y escaleras de mármol, de hierro o de madera andaban libremente como Pancho por su casa.

Súper Princesa no había terminado su misión. ¡De ninguna manera! O más bien, de alguna manera debía reparar el daño hecho por la Mala.

Súper Princesa con sus flores y panaderos

Súper cinturón

Súper botas de lluvia

Enfiló hacia la biblioteca donde había una gran fila. Todos se dieron vuelta: no todos los días se ve entrar a la biblioteca a una princesa con capa rosa.

-¿Qué le recomiendo? -inquirió el bibliotecario.

-¿Quién está re-comiendo? -preguntó el gordito que estaba segun-do en la fila de las recomendaciones.

-¡Shhhh, estamos en una biblioteca, no se puede hablar fuerte -dijo la señora de rodete apretado que estaba en la fila un poco más atrás.

-Por favor -porque siempre hay que pedir diciendo por favor-, ¿donde están los libros antiguos? -preguntó la Súper.

-Allá, en la A.

Los tres chanchitos de los cerdos antifaces

Lápiz a Tierra

Las aventuras del Pirata Barbacoa

De charco en charco

Papá Pop

Bibliotecario Ezequiel con la Súper

Súper zapatos con tacos

Súper guantes

-Antiguos, antiguallas, anticuchos, antinomias, antihéroes, antído-tos… ¡Eureka, este es el que estaba buscando! -exclamó Súper Princesa.

En ese libro habia antídotos para todo, o casi todo: la gripe, los hechizos de amor, el dolor de panza, el miedo a hablar en público o a meter la cabeza abajo del agua, la plásticola...

-A ver... “la plasticola es la más pegajosa de todas las colas. Su poder pegajoso suele ser resbaladizo y muy pegadizo”. A ver, a ver... “para despegar se necesita un avión. Pero el antídoto para la plasticola se debe prepar así: caldo de choclo de playa, 1 litro; jugo de pecera, un chorrito; sal a gusto. Revolver con revolvedor mágico. Dejar fermentar durante un minuto máximo. Mojar un corcho pin-tado de soldadito y usarlo como esponja”.

Súper Princesa despegando

Corcho despegador

Y así es como termina este primer capítulo: Súper Princesa se puso su capa a modo de delantal o pintorcito, preparó su poción y con pasión salió a despegar.

-Gracias, le decían todos -porque la gente es bien educada y sabe decir gracias.

-Gracias Súper Princesa, con heroínas como vos la ciudad es mucho más linda.

versión 1.0 Abril 2016