Revistade pRensa de viajes y tuRismo

Núremberg

millauCautivadora belleza francesa

valparaíso Color y vitalidad en la costera ciudad chilena

modeRnidad y tRadiCión en aRmonía

C asi 70 años después del fin del III Reich y del Proceso de Nú-remberg, esa parte de la historia todavía re-

volotea irremediablemente por la mente de quien visita por pri-mera vez esta ciudad bávara del sur de Alemania. Y ellos no la esconden. Es muy aconsejable acercarse al Centro de Docu-mentación de Núremberg, en el antiguo Recinto de Congresos del partido del Reich, justo en el lugar donde el régimen nazi llevaba a cabo sus desfiles glo-riosos ante cientos de miles de personas llegadas de toda Ale-mania. El museo pretende dar a conocer una parte de la historia que, hasta hace poco, siempre había estado envuelta en un velo de silencio y vergüenza.

Sin embargo, Núremberg y su trayectoria van más allá de las esvásticas, los mitines y el banquillo de los acusados. De hecho, es tan rico su patrimo-nio cultural y tan pintoresco su centro histórico que el viajero se deja llevar casi automática-mente a épocas mucho más pretéritas, como la Edad Media.

Fiel a los orígenesEl emperador Carlos IV se en-candiló de la ciudad y convir-tió Núremberg en uno de los bastiones del Sacro Imperio Romano Germánico (de ahí que Hitler la eligiera, también, como centro de reunión anual del partido). Bajo el influjo de la corte, respaldada por la rique-za y el poder, durante los siglos XV y XVI, Núremberg vivió su época dorada. Un punto álgido que convirtió aquella metrópo-

en portada • núremberg en portada • núremberg

Fue una de las ciudades bandera del régimen nazi, el escenario favorito de Hitler para los fastos anuales del Partido Nacionalsocialista, y el lugar donde se llevó a cabo el juicio más famoso contra criminales de guerra. Pese a semejante legado histórico, Nuremberg ha sabido gestionar responsablemente esa parte de su historia, dándola a conocer sin complejos y mostrando con orgullo un enorme patrimonio cultural, que se remonta a la Edad Media.

nÚrembergUn Canto al medievo

alBerTo DUrero, FigUra loCalsubir paseando hasta la casa del pintor alberto Durero (1471 - 1528) merece totalmente la pena, aunque tan sólo sea para admi-rar la bella arquitectura del edificio (de 1420), con las típicas vigas de madera vista, de estilo Fachwerk. en la sala de proyecciones, se presenta la vida y obra del mayor artista del renacimiento alemán, mientras que en el taller, artesanos de hoy en día hacen demostra-ciones de las técnicas de grabado usadas por el artista.

Lorenzo, donde podemos en-contrar terrazas agradables y disfrutar de las vistas del puen-te de Kettensteg y la Casa del Verdugo. También en esta par-te del río, una visita obligada es el Museo Nacional Germáni-co, el museo de arte y cultura más grande del país, donde se conservan buena parte de las

esculturas y las figuras origina-les de las réplicas que salpican cada esquina de la ciudad.

Al otro lado del río, se extien-de la parte más tranquila del centro histórico, y la más mo-numental. El barrio de San Se-baldo –llamado así por la iglesia del mismo nombre– está a los pies del castillo de la ciudad. El

lis en un auténtico hervidero de ciencia, arte y cultura.

Es fácil sumergirse en aquella época dorada. Una vez en la par-te interior de la muralla y ya lejos del tráfico rodado, el escenario está salpicado irremediablemen-te de medievo: el empedrado, las iglesias, las plazas, las casas de madera estilo Fachwerk... Nú-remberg conserva la esencia de un pasado que resurgió de sus cenizas. Literalmente.

La noche del 2 de enero de 1945, 514 bombarderos ingleses

acabaron con la mayor parte del casco antiguo de la ciudad. Se calcula que el 90% quedó des-truido, incluyendo las murallas. Hasta el principio de la guerra, Núremberg se consideraba la ciudad gótica mejor conservada de Alemania. Tras la contien-da, se decidió reconstruir toda la parte histórica fiel al trazado y a la arquitectura originales. Es por ello que, hoy en día, aún conserva la esencia de su época más gloriosa: la de Martin Be-haim, el diseñador del primer

globo terráqueo; Peter Henlein, el inventor del reloj de bolsillo; el tallista Veit Stoß, el escultor Peter Vischer y, por supuesto, el pintor Alberto Durero.

De san lorenzo a san seBalDoPodemos adentrarnos en la ciudad por la puerta que que-da directamente enfrente de la Hauptbahnhof de Núrem-berg, la estación central de trenes. Cruzando la calle, en-contramos la entrada, una de

las cinco que permiten sortear los cerca de cinco kilómetros de muralla que rodean el cas-co antiguo. Estamos en el ba-rrio de San Lorenzo, la antigua zona de artesanos, hoy recon-vertida en área de tiendas. La orientación es sencilla: desde este punto de la muralla, an-dando hacia la colina donde se levanta el castillo, la ciudad está dividida en dos por el río Pegnitz. A este lado del río, el barrio de San Lorenzo. Al otro, el barrio de San Sebaldo.

Vale la pena visitar el Museo de Arte y Diseño Moderno, un ejemplo de arquitectura moderna integrada a la per-fección en un entorno tradi-cional. Sorteando tiendas de ropa, restaurantes y plazuelas, llegamos a la imponente iglesia de San Lorenzo. Desde aquí, uno de los centros de reunión de los ciudadanos de Núrem-berg, podemos dirigirnos hacia la izquierda y seguir el curso del río, adentrándonos en la parte menos bulliciosa de San

puente de la Carne nos condu-cirá directamente hacia la plaza del Mercado, donde se levan-ta la impresionante iglesia de Nuestra Señora. En esta plaza, a diario, se monta el mercado de abastos de la ciudad, que se transforma en un canto a la Na-vidad (Christkindlesmarkt) du-rante todo el mes de diciembre. Junto al mercado, en una de las esquinas, se levanta la Schöner Brunnen (la fuente Hermosa), con cuarenta figuras alegóricas en llamativos colores.

Texto y fotos: Dani Martorell

informaciónCÓMO LLEGARVueling vuela directo a Núremberg desde Madrid y Barcelona.ALOJAMIENTOMaritim Hotel (www.maritim.de); Hotel Am Jakobsmarkt (www.hotel-am-jakobsmarkt.de).COMIDAPlatos tradicionales en el Bar Füßer, calle Königstraße. Ofrece salchichas con chucrut (Nürnberger Rostbratwürste), paletilla de cerdo (Frankisches Schäufele) y cerveza casera.MÁS INFORMACIÓNwww.tourismus.nuern-berg.de

La fachada principal del Museo de Arte y Diseño Moderno es un ejemplo de integración arquitectóni-ca. Modernidad y tradición conviven en armonía.

El Pegnitz divide en dos el centro de Núremberg. En la foto, a su paso junto a la Casa del Verdugo, una pequeña isla en medio de la corriente.

En la plaza del Mercado, la fuente Hermosa, de 19 metros de altura, es uno de los monu-mentos más visitados de la ciudad.

Una de las salas de exhibición del Museo Nacional Germánico.