Suplemento Yerba Fanzine N·8

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Suplemento de yerba fanzine #8. En este suplemento encontrarás todas las colaboraciones que han llegado para la convocatoria como poesía, ilustraciones, cuentos, etc.

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  • 3A. Estaban aburridos y queran molestar cambiando todo de nuevo.B. Les pagaron con especias holandesas del mejor bar entrerriano.C. Despus de tres aos de haber ido y venido gente en el seno del fanzine, dije-ron ahora podemos hacer lo que se nos raje el canario.D. El espritu de Tura Satana bajo y les tiro la idea.E. Porque s.F. Todo es un plan malfico organizado por la mano invisible que vota a Michel Del Chel.

    Bueno, la verdad es esta: todas son vlidas en algn punto: Desde que naci esto cambiamos continuamente, y no podemos asegurar que sea esta vez la ltima, y no lo hacemos de aburridos, sino de curiosos, por el afn de seguir experimentando (?) y de tratar de darles lo mejor.

    Holanda es un pas macanudo y nada ms. S, fuimos muchos en un principio, un sueo individual que se hizo co-

    lectivo y hoy lo sigue siendo, a nuestra manera. Como vern, vimos Faster, Pussycat! Kill! Kill! Estbamos ah con Raviol,

    sentados, cuando de repente se congela todo a nuestro alrededor y Tura sale de la pantalla con su figura ponderosa y nos dice: pendejos!, en el prximo yerba salgo yo o vengo por ustedes y van a ver cmo ha-ciamos las cosas antes!! Luego de eso, vuelve a la pantalla cantado te robo, te mato, te limpio, te robo, te mato, te limpio.

    Y si esto les parece poco, es porque s, tambin!!!De la opcin F creemos que no hay nada que agregar. Es as que en el mundo imaginario creamos y llevamos todo lo que uste-

    des hacen (sea ilustracin, poesa, fotografa, cuentos, cmic, etc.) al plano

  • 4existencial, en donde les damos la oportunidad de mostrarlo al resto del mundo. Un mundo Yerba, un mundo que crece, un mundo que se expan-de y tiene llegada no solo a ciudades argentinas y pases como Mxico, Colombia, Venezuela, Ecuador, Espaa y Francia, sino que ahora nos escri-ben desde Japn, tom pa vo.

    Bien, en qu consisten los nuevos cambios? Principalmente en que la versin en papel tiene solamente secciones: las ya clsicas y conocidas Bio-bandas; Reseas, a cargo de Kevin Jones y Proyectos. Se les suma la editorial Trance zomba al lugar metalizado de Fran Dalmasso; Peces en el aire, de Wi-lly Fish y Yerbatero, que cierra el fanzine.

    El suplemento, por su parte, trae todo lo que ha llegado durante la convocatoria, armado de tal manera que se pueda ver online o descargar para imprimir en formato A5; y tambin, como si fuera poco, el homenaje a nuestra Tura.

    Agradecemos a todos los que han participado de la convocatoria, a to-dos los que nos ayudan con las secciones, a los que nos ayudan materia-lizando el fanzine en sus dos versiones, a Sofa Storani por corregirnos los textos y a Tura Satana por haber existido.

    Gonzalo & Raviol

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  • 67| Lucho Lucaioli (Baha Blanca, Bs. As.)cuadernodelviajerosalvaje.blogspot.com Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    7| Camila Escobar (Rosario, Sta Fe) Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribu-cin 4.0 Internacional.

    11| Florencia Meyer (Santa Fe/Rosario)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    12| Miguel Nuez (Santa Fe capital)porfoliomiguel.blogspot.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    13| Leandro Forti (Santo Tom, Sta Fe)sobreelmargen.blogspot.com Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

    14| Ftima De Abreu (San Cristobal, Venezuela) Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    15| Dante Vzquez (Mxico, DF)dantevazquez.wordpress.com Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-SinDerivar 4.0 Internacional.

    16| Sol DAngelo (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    17| Pablo Ferreira (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    17| Martina Ramrez (Santo Tom, Sta Fe)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    18| Pilar Cabr (Santo Tom, Sta Fe)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    19| Eduardo Feranandez (San Cristbal, Venezuela) Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribu-cin 4.0 Internacional.

  • 7Lucho Lucaioli

    Confund el sonido de un avin con un trueno mien-tras esperaba la lluvia atento a las nubes. Era una tarde como la de hoy, con un cielo ame-nazante pero sin lluvia. Tambin, como hoy, apareca a la distancia el lar-go silbido, fiu fiuuu, de los camiones al pasar los cambios. Son muchas las razones por las que uno debera vivir cerca de una ruta, as como son muchas las cosas que se extraan cuando ya no estn. Despus el sol se fue y quedo en sombras esta sabana africana que es el valle del fin del mundo por las noches cuando las nubes cubren el cielo y borran las mon-taas, dejando solo al viento que tuerce rboles y casas y carteles de ho-teles derrumbados. La luz de la linterna que ilumina los arbustos rompe dimensiones en su viaje por el aire y devuelve la imagen de los tiempos sin principio. Todo es circular, me deca en esos das del verano austral, como las estaciones y la transmisin de los camiones.

    Cuando se mira a un escritorCamila Escobar

    Le di muchas vueltas al asunto, pero sos vos. Estoy segura. Tuve mis dudas, mis desencantos, mis miedos (terrores desoladores implantados por la ms profunda incertidumbre); pero sos vos.

    Ests tan apacible, siempre ests as cuando escribs (como me enlo-quece verte escribir). Te ves lindo. Creo que todas las personas lucen ms lindas cuando escriben. Yo a veces lo hago, lo intento; pero no soy tan buena como vos; que la lapicera es una extensin de tu cuerpo (Porque an escribs en papel, sos encantador). La escritura nos desnuda, nos ex-pone, nos deja vulnerables y susceptibles, al descubierto. Y as ests aho-ra y yo puedo admirarte desde una posicin privilegiada. Quiero tocarte

  • 8pero no quiero perturbar la ligereza del movimiento de tu mueca que no cesa de escribir. Pareciera que te amo ms cuando escribs.

    ..

    Que pronunciadas que tenes las ojeras, acarreas varias noches de mal dormir. Te preocupa casi todo, y te quejas mientras tomas un caf en jarri-ta que no llegas a disfrutar. Te disgusta el precio, el atuendo exhibicionista de la moza, que el bar est pintado de un verde espantoso (Parece moho sentenciaste), que yo me ra de lo que a vos te estresa. Somos tan opuestos.

    .....

    Tu mirada est cansada, aunque no pierde el vestigio de malicia que la caracteriza. Son demasiado neutros tus ojos. Nunca supe que te pasa mirndote a los ojos. Sin embargo, como buena discpula tuya, aprend a leerte de otro modo. Cuando ests nervioso contraes el labio superior. Cuando ests enojado se profundiza el surco de tu ceo, dndote un as-pecto sombro. Cuando ests alegre tu sonrisa es realmente autentica porque se te marcan los hoyuelos. Pero tus ojos son el enigma que jams develar, nunca podr escribir sobre ellos. Sabe Dios porque marcan una distancia despiadada de quien los mira. Recuerdo que una vez me dijiste que mi mirada es imprudente, que dice demasiado sobre m y que eso es casi irresponsable de mi parte.

    ..

    Tengo ganas de darte un beso, uno suave, casi imperceptible. Vos nunca fuiste sutil para besarme. Tu boca se abalanza sobre la ma, no dndome ms opcin que corresponder a ese acto arrebatador, avasallante. Que besos los nuestros; que besos. En el sobresalto, siempre paso mis manos por tu pelo con la intencin de despeinarte (siempre ests tan prolijo). Es casi un impulso de defensa. Es decir, con qu derecho dejas estremecida, sacudida y alborotada a mi boca? Tambin quiero dejar un rastro de que por unos instantes pas por vos. Pero tu pelo es tan lacio que vuelve a su

  • 9lugar, perfecto. Y entonces quedo ultrajada y conmovida. Tu beso, tu tacto queda evidenciado en m por dentro y por fuera. Se ve en el color de mis mejillas, en mis ojos que exponen todo lo que me pasa segn decs, en mi risa atontada, en mi alma agitada. En cambio a vos no se te nota nada. Segus igual, casi dira que fro. S que me queres, y no solo porque me lo decs, hay gestos que me lo demuestran. De todos modos como quisiera que tengas una postura ms pasional luego del beso, de la entrega. Ah, cierto que sos amante del equilibrio. Y al fuego hay que apaciguarlo. No queres que nada se te vaya de las manos.

    .....

    Estoy obnubilada. Y ya no tanto por mi contemplacin, por mi amor por vos; sino por la distensin de mi pensamiento que, con tantos rodeos, solo busca adivinar que escribs. Anotas presuroso e inseguro. Apuntas pala-bras aisladas. Tachas. De pronto la situacin se me torna seductora: la an-siedad, el caf ya frio, tu aislamiento literario, mi intriga. Y la especulacin. No encuentro ningn signo en tu cuerpo que me d una pista de lo que acontece por tu insondable mente. Tu cuerpo no me habla, esto no haba pasado antes. Est tan absorto en la escritura.

    ..

    Yo tambin deseo estar absorta en otras cosas. Tal vez algo ms banal para relajar y divertir a mi conciencia. Que antiesttica sera sta como escena de pelcula: dos facturas mordidas en una mesa llena de migas y sobrecitos de azcar vacos, dos cafs sin terminar, dos personajes en si-lencio y con la espalda encorvada. Pensndolo bien, si esto fuera una pel-cula habra un primer plano en vos, en el misterioso hombre sumido en la escritura en un bar de mala calaa escondido en el microcentro rosarino.

    ..

    Es en vano, no puedo distraerme de las ganas de preguntarte que es-cribs.

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    .....

    Ciertamente te ves ms calmo y ms hermoso. Al menos llevas un rato largo sin quejarte de nada. Y eso que la msica de fondo es insoportable, la moza va y viene taconeando histricamente, y el bar sigue pintado de verde moho. Qu curioso, me parezco a vos con estas quejas absurdas. Vos te pareces un poco a m con esa paz que vislumbras, que suelo sosegarme cuando escribo. Si, cuando escribo, no cuando pienso de este modo tur-bulento.

    ..

    Est claro que sos vos. No s porque titube tanto: Qu podra apor-tarte yo a vos?, Qu podra interesarte de m? Bla, bla, bla. Si est a la vista! No creo haber tenido tanta satisfaccin en un contexto tan incmo-do como este, por ejemplo. Tampoco haber sentido tanta felicidad junto a una persona tan distinta a m. Por separado solo somos meros aficio-nados a la vida; juntos somos un embrollo, un insistente coqueteo con la imperfeccin, un eterno enredo, una puja con los tabes, una intensa refutacin a todo, una embestida de distintos sentidos del humor. Somos lo, somos la vida misma. Y somos tan opuestos. Creo que fue Benedetti el que escribi: Cada cuerpo tiene su armona y su desarmona. En algunos casos la suma de armonas puede ser casi empalagosa. En otros el con-junto de desarmonas produce algo mejor que la belleza. Eso es lo que tenemos vos y yo, eso es lo que somos. Solo funcionamos uno con el otro. Y tanta maraa para darme cuenta

    Sos vos.

    Eh?

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    Florencia Meyer

    Cada primavera, amanecamos con el patio agobiado de geranios en roco. Las tas y mam se sentaban en la galera, daban el primer sorbo de t y viento, y como reliquias antiguas y majestuosas se dejaban invadir por ese olor terrible a embrujo de asombro que solo brotaba de nuestro jardn.

    Desde la escalera blanca y pulcra, bajaba al jardn. Llena de viento tibio me deslizaba entre los pastos ms suaves hasta ver los primeros geranios, entonces saba que cada uno estaba en el mismo lugar de siempre, de cada ao. Algunos susurraban historias de vrgenes y lunas a mi paso otros, maternales, me confundan, estaban todo el tiempo crendose. Y donde el olor ya era de ancestral barro esperaba l, saliendo como los muertos nuevos salen en primavera. El geranio real. Tan amarillo, de existente se-creto, senta mi olor a almendra desde lejos y me peda que me arrodille a su lado, mientras los colibres se anidaban de a dos, de a tres, a nuestro alrededor. El los dejaba y corra mi pollera.

    Con un miedo maravilloso yo deca que no y deca que si y el morda mis carnes suaves como a una ciruela hasta que abra mis piernas y mis dedos se tensaban, entonces buscaba el pequeo agujero que ya bramaba y se llova, insertaba con sumo cuidado la cosa, en todas mis entraas, como un rezo nico, irrepetible. Lo nico que se escuchaba era un leve tic, roco o lgrima, y yo volcada, mojada de secreto de pecado, que no era de este mundo ni de ninguno. Cuando caa la sombra profunda entre nosotros, to-dos se escondan, quedaba sola con desdicha y felicidad y volva a la casa.

    Era tarde y las tas y mama saban que detrs de aquel rbol me haba llevado la sal y la noche. En la casa se oa el sonido del nacimiento, mi po-llera estaba llena de viento y mariposas, todas, grandes, plateadas, azules, hasta del tamao de un dedal, rezaban en un idioma antiguo. Mam mi-raba mis orejas atenta, mi nariz, todos mis huequitos; pero las tas saban que era mi vientre, me examinaban abran mis piernas y as pasaban los minutos, hasta que al fin apareci por el agujero blanco de flores, un hue-

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    vo, un pequeo ovalo de mrmol, asombrosa almendra que cayo como un ptalo delicado.

    Mam busc unos pauelitos bordados y junto a las tas lo cubrieron y arroparon como una rosa imperial.

    Las tres corrieron en secreto, en diablo, al fondo del patio justo atrs del rbol y glorificaron la cosa en la tierra hmeda una y otra vez. Juraban que nada haba pasado para que todo vuelva a pasar y volvieron a la casa con sus partes tibias a dormir ese ensueo hasta la prxima primavera.

    Intacta y nocturnal, me suba la pollera sin saberme an, dormida por encima de esas flores infinitas o quieta en este pequeo ojal de entre mis piernas,lucido y marchito.

    El TelfonoMiguel Nuez

    El aire estaba realmente denso ese da. El verano ya estaba encima y su piel estaba algo pegajosa. Los das de cursado de la facultad ya se estaban yendo, ahora vena la cuenta regresiva para los exmenes.

    Por las ventanas entraba algo de aire, y los insectos aprovechaban la oportunidad para ir a la luz. El curso estaba lleno esa noche y la clase no particularmente interesante.

    Si me quedo ac mucho tiempo ms, va a empezar a dolerme la cabe-za pens el muchacho.

    De a rato miraba al costado. Le gust esa chica desde el primer momen-to que la vio. Ella le agradaba y l a ella, pero ni siquiera eran amigos, aun-que solan tener breves charlas y siempre se saludaban con un beso y una sonrisa.

    Las 22:30 El telfono son.

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    Todas las noches a la misma hora, un telfono sonaba en algn lugar de la facultad. No saba si estaba cerca o no, a esa hora era el ltimo curso que quedaba y el silencio del edificio amplificaba el sonido.

    Dnde ser pens, siempre a la misma hora, algn da voy a salir co-rriendo a ver de dnde viene y lo voy a atender, a ver quin es. Siempre a la misma hora... que raro.

    Volvi a intentar centrar su atencin en la clase.No pudo. La ciudad se vea oscura y salpicada de hermosas luces desde

    la ventana del 3 piso.El pensaba en un amigo que estaba cerca pero lejos y en uno que estaba

    lejos pero cerca.Algn da ya no habr distancias pens.Y el ltimo da de clases lleg y se fue. Y el telfono no volvi a sonar

    otra vez.O al menos l no estuvo ah para escucharlo.

    Delfines Leandro Forti

    Estatus. Nada ms. Es nuestro nico tema. Es lo nico que importa. Quin ser el prximo Nmero Uno? Quin estar primero en la jerar-qua? Nuestra vida discurre sobre esa cuestin. Es lo que nos rene. Nos juntamos para discutirlo: de eso se trata el intercambio. El prximo, el prximo, quin ser el prximo. Ser el Uno es el objetivo. Transmitirlo y compartirlo est en nuestra naturaleza. No son conspiraciones. Ella obli-ga. Nada ms importa. El prximo, el prximo, quin ser el prximo. El resto de los instintos encubre esta cuestin fundamental. Es lo que nos moviliza, lo que se repite maana. Tramar sobre el prximo es urdir el ma-ana. Maana trae a otro y vamos considerando quin puede ser el Uno siguiente. Qu tan alto se est. Qu tan cerca se est. Qu es lo que hay que hacer para estar ah. As vivimos: refirindonos casi todas las horas a ese

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    lugar cambiante de las jerarquas. Hay que volver a reunirse y compartir informacin. El prximo, el prximo, quin ser el prximo.

    PersonasFtima De Abreu

    Hay personas que deciden, hay personas que esperan por decisiones de otros, hay personas que ven sus opciones, hay quienes se niegan a ellas, hay personas que desean, hay personas que prefieren morir haciendo realidad sus deseos, hay quienes prefieren suicidarse que intentarlo, hay personas que son felices rodeados de mseros, hay personas que pasan por alto las cosas buenas, hay personas sintiendose miserables porque es lo mas facil, sentirse de alguna forma pero sin hacer nada al respec-to, hay personas que evolucionan porque les toca, porque el camino de al lado es un barranco, hay personas en todas partes, pero hay personas que no saben nada, ni siquiera lo que significa ser una persona, hay quienes caminan mucho para llegar a donde consideran que vale la pena llegar, sea hoy o en cien aos, hay quienes desechan levantarse como una opcion placentera, porque no vale la pena levantarse por lo que no se quiere, por lo que nunca se quizo,hay personas que juzgan a todos sin verse a ellos mismos, hay personas que no juzgan por prudencia, hay quienes deben juzgar porque tienen el poder aunque no hayan elegido tenerlo, hay quie-nes deben decidir, deberiamos decidir algo por lo menos una vez al ao,es necesario para seguir con vida, hay quienes son leales, hay quienes trai-cionan inevitablemente, hay quienes que traicionan por deslealtad, ya sea por diversion, por confusion, por maldad, por ignorancia, o porque hay un alto premio a la traicion efectuada, y esto casi nunca es realmente asi,el mal no da bonificaciones para el bien,hay personas que escriben lo que piensan, hay personas que no piensan lo que escriben, ni antes ni durante ni despues de hacerlo, hay quienes escriben cualquier chorrada que facil-mente puede cambiar su camino a lo que tanto invoca, hay personas que

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    tienen muchas cosas por decir y tantas para escribir, pero deciden en este momento dejarlo as, y pensar qu hacer y que no hacer nunca ms, ya que para ellos no sirve de mucho ms seguir trazando lneas en campo de insectos.

    Majul Dante Vzquez

    Juro que ella tena el misterio de la vida en sus diminutos ojos claros. Un gesto de su fino y gentil rostro bastaba para engrandecer an ms mi ser. Le gustaba leer y escribir cuando las noches se tean de azul. Investiga-ba cuanto poda del jardn donde la encontr jugando con una marquita. Esa vez yo estaba buscando un poco de mentanilla para hacerme un t porque haca fro y mis ganas de ir a la tienda cerca de casa eran mnimas. Agarr unas ramitas, las arranqu de un tironcito y al sacudirles la tierra la vi corriendo tras la mariquita. Al instante me sorprend y por curiosidad la tom con mis dedos.

    Me grit que la bajara porque la estaba lastimando. Ante ello, no la baj, tir las ramitas, extend mi mano y la puse ah. Rabiando me expres su descontento hasta que le dije: Hola. Una cara de asombro puso y luego se sent y cruz de brazos. Como no iba a hablar la llev adentro. Conforme se fue calmando me cont acerca de ella y que nunca de los nuncas pen-s que los gantesgi existiramos. Ocho das estuvo conmigo; yo tampoco pens que fueran reales los gentasgi.

    VocesSol DAngelo

    Taps tus odos para no escuchar, estar ajeno es lo que deseas, ajeno al mundo, atu mundosi fuese ello posible. Probaste la distancia, dejaste

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    tus seguridades, huiste de territorios conocidos, paisajes, gentes. Y ah es-ts, difcil es no sentir Cmo hacer para no escuchar lo que viene de tu interior (porque algo tens dentro tuyo, aunque te resulte aterrador, algo est ah) Voces que intents acallar pero que, desesperadas, claman por ser alojadas en un lugar reparador, en algn lugar para escapar del espan-to. Ignors dnde eso pueda llegar a ser, lo segus buscando...

    Tu dolor es una presencia asechadora, siempre presta al ataque. Vos, intents escapar, vas deslizndote entre el espanto y el desconcierto. Te pregunts si, acaso, la vida tenga este sentido arrancado al padecer. Inqui-rs todo el tiempo para descubrir un haz de luz en la oscuridad, desearas saber si es que hay alguien ms que se sienta de este modo, que pueda comprender pero tens tus dudas si nadie sabe dnde ests.

    Entonces, buscs, a veces te canss, maldecs, segus, perds el caminoy al final, te encontrs, sabiendo que si no quers escuchar ni sentir, al

    menos lo que deses es seguir siendo, para por finenfrentar la verdad y el dolor inherente a todo ser.

    PaisajePablo Ignacio Ferreira

    IEl campo dorado tantas veces nombrado, no slo por la siembra, sino

    por el precipitar de las espinas que destilan algodn, me espera siempre. Su perla ha latido: ms pulida, ms que blanca, amarilla. Luz templada por tordos y reinas moras, agujeros negros de plumas solapadas, que tra-ducen el brillo en cancin.

    Se va haciendo de noche y nubes anaranjadas diluyen la luz. Un perro azul marino viene huyendo desde el fondo, como parte del cielo. Le doy un lugar al lado mo, escucho sus consejos y luego sigue su camino hacia un mundo ciego.

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    IIHoy pude descansar mi mirada en los intersticios, entre claroscuros de

    hojas y estrellas a contraluz. Superlativo y cotidiano el paisaje se abre paso rtmicamente adentro mo. A estas altas horas me debe haber perdi-do de vista en su espeso mar ptreo, de olas plata.

    Como ojo de todos los remolinos la luna termina comindose a s mis-ma. Se arrepiente al ver que slo ha quedado su resplandor circular. Le regalo lo blanco de mis ojos para que pueda recuperarse. El color me lo quedo, ojal maana el sol lo sature an ms, hasta tener que derramarse y as poder nutrir el suelo.

    Martina Ramrez

    Pase por ah y vi la foto nuestra. Colgada y ya un poco menos viva. El lu-gar que habitamos segua siendo el mismo, slo que, al ver otras personas all, me pareci ilusorio, como si nunca hubisemos entrado en ese depar-tamento. Haba empezado a caminar, y me detuve inesperadamente por la mano que corri la cortina de la ventana. Estaban ustedes ah, como de nuevo, entonces me acerqu.

    Qu hacs todava dando vueltas? Entr que te toca comprar la cerveza. No s si la alfombra segua siendo la misma. Martn, tres horas te esperamos en la esquina del sper cmo boludos.La luz me encandil, y cambi la escena.Pase por ah y vi la foto nuestra. Escuch una cancin nuestra: la que bai-

    lbamos todos con un vaso o vasito en la mano, haciendo como la aguja de un reloj con la cabeza intentbamos imitarlo, a ver si por medio de la parodia podamos ganarle, como meneando.

    El reloj me gui, y fue como una pista. Camin, camin, me arrastr y por fin romp la aguja chota. Despus pas y vi la foto nuestra. Ni viva ni muerta, estaba simplemente como un punto de unin entre la brisa del mar, tu risa y la ma. Slo eso.

    Eso y otra cosa. Si fuera slo eso, slo eso.

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    Todo es pesado. la Brisa (no nos permiti movernos).

    Resident evilPilar Cabr

    Lo tena atravesado de haca como dos horas, pero era impertinente que en medio de la cena se levantara y mucho ms an que lo dejara escapar silenciosamente. Se recost para leer y el estmago le sonaba a pinball. La ventosidad an no expulsada por el ano, le generaba una sensacin irri-tante de desesperacin. El ventilador giraba muy despacio como de cos-tumbre, igual estaba tapada por la mana de que mientras duerme alguien le agarre las patas. Se acurruco para ver si con un poco de presin apuraba los trmites. Silbando bajito y largo, sali el husped a habitar las sbanas. Ella no pudo evitarlo y se meti adentro para olerlo, como hacen todos.

    Se acord que a su cuado le da asco que las mujeres caguen.....

    Pasa a veces entonces que dejamos caer el agua tibia en nuestro vien-trecito para que afloje todo lo que hay adentro, y pasa tambin que de espaldas al agua cayndonos, viajando de la ducha hasta nosotros, se nos escapa de entre las nalgas para producir la fusin hidrulica, y todos sa-bemos que es as por el sonido de cornetita de cumpleaos que emite al chocar con el lquido, simil muy simil al que aplastamos sobre una silla de plstico.

    Y mientras digo esto ms de uno dir qu poco femenina, a pesar de que sabe perfectamente de lo que hablo.

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    Anotaciones sobre la monotona parte 1Eduardo Feranandez

    Ah un tipo de certeza o intuicin desplazada hacia atrs, el pasado es hoy, el futuro es hoy, el fracaso es hoy, K es un buen tipo quiere ser escritor es hijo de emigrantes que llegaron Al norte del sur en busca de lo perdido, lo divino que no se vende en ningn sitio; la felicidad olvidar la hambru-nas El deseo de superacin, Ahora K piensa en irse a la tierra de sus padres, mientras espera una mejor oportunidad de trabajo honesto ya que es un cagado miedoso que no es capaz ni de matar a una mosca , el cree en la literatura en el simple hecho de una frase devastadora revelara la verdad absoluta. J es su anterior pareja lo dejo por un chamito con el pelo liso, quiz de sangre colombiana como todos en esta frontera olvidada hasta por sus propios muertos, eso lo termino de devastar all va K con las manos abiertas esperando la gracia del creador, Amo con desidia a su princesa in-dgena de piel oscura, cabello infinitamente largo, de tierra caliente, alien-to fresco, dientes perfectos simtricos en cada sonrisa, soltura al caminar y esa voz que lo volva loco. Pero esta historia no tiene que ver con J ni de su amor hacia K, esto son agujeros en un queso podrido rancio por los das que ha llevado fuera de la nevera. El dinero escasea con regularidad y ma-tar tigres para K es el pan nuestro de cada da albergando esa praxis del la-tino de hacer cualquier cosas para la supervivencia, con la negligencia de esas cuestas y subidas bajo la pepa de sol y la lluvia torrencial segn el da, sueo de Dylan, Sueos de Jazz, Sueos de micrfonos siendo esperma en los odos de Alguien como un acorde que le devuelva un poco de Alma, a veces le toca calarse las colas del supermercado, ya que el pas donde vive K la comida escasea, las oportunidades escasean, la alegra escasea, la ignorancia abunda como arena en las playas del mundo. Una seora en el supermercado le dice- Joven esto se va arreglar crame, ustedes son la esperanza del pas-, K sonre hipcritamente sabe que no es verdad, la libertad es quedarse atrapado en una celda, Caminando lentamente ese puto recuerdo de la infancia perdida, las reuniones con los Gallegos y por-

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    tugueses hablando en la lengua, los otros nios ese pequeo gueto de inocencias acostumbrados al tpico me cago en dios y en la puta madre, el trabajo duro, las gambas, el pulpo, el vino por cantidades y la famosa frase que viva Espaa, son los recuerdos ms lcidos de su niez, la nia pelirro-ja de su clases, tomndolo de la mano luego de que le transporte escolar los dejara en los edificios donde pas su Infancia, la sensacin de confort, nervios sudor y afecto, cuando se mudaron a otra parte lo nico que extra-o K fueron esa caminata de veinte pasos de la entrada de la urbanizacin hasta el portal del edificio donde ella viva , l viva en la torre de al lado. Mientras tecleo para no abordar lo que me interesa, Narraciones elpticas, lineales, en valos, circunferencias, incongruentes, experimentales, so-fisticadas, thrillers, genero detectivesco, puteadas de madre para llegar a esto, quizs es solo un eco de luz, la sustancia inocua para las masas muri ese pas al norte del sur, Muri Cerati, Muri Reed, todos vamos a desapa-recer ese miedo a la muerte, sensacin natural de sentirse ertico tropi-calmente mamando y pelando, siendo lector asiduo de los clasificados de la prensa local, no se escribir bien es cierto, pero esto es solo un descargue Anarco porno, una avenida con faroles de los carros deslizndose suaves sobre el duro asfalto. Insultar la hermosura del blanco papel, con el deli-ren tremens que me gua, naturalmente podra invitarme un argumento mejor, hablar de las redes sociales, diferencias entre masturbarse con la mano izquierda que con la derecha, o de un viaje que hice a la tierra del calor infernal amado, de cmo el paisaje era el mismo de algunos lugares, ltimamente no solo he caminado solo he relacionado a la madurez con pudrirse lentamente, un reloj de arena con pequeas personitas gritando y amontonndose una tras de otra, gritando auxilio sin respuesta alguna con la sospecha de eso, mientras me fumo un cigarrillo para no para, sin gnero, ni beneficio, ni oficio, como un nufrago solitario. Sin tabaco para poder matar el tiempo bastardo de los das.

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    23| Javier Mleck (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    24| Florencia Soler (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial 4.0 Internacional.

    24| Mauro Csari (Paran, Entre Ros)cabezadeliebre.blogspot.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    25-28| Esteban Corva (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    26| Pilmayqun Passerini (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    26| Lucho locaioli (Baha blanca, Bs. As.)cuadernodelviajerosalvaje.blogspot.com Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    27| Mara Mercedes Fernndez (Santo Tom, Sta Fe) Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    29| Julin Gabriel (Santa Fe capital)historietaspipetin.blogspot.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-CompartirIgual 4.0 Internacional.

    29| Miguel Nuez (Santa Fe capital)porfoliomiguel.blogspot.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    30| Sofa Basconcel (Santa Fe capital)pacificapacifica.tumblr.com Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    31| Seba Mecau (Santa Fe capital)sebamercau.blogspot.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

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    36| Gonzalo Castelo (Santa Fe)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    39| Miguel Santos (Mxico, D.F.)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    41| Lola Mara Gutierrez (Baha Blanca, Bs. As.) elinstintopoetico.blogspot.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-CompartirIgual 4.0 Internacional.

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    51| Gonzalo Geller (Sauce viejo, Sta Fe)gonzalogeller.blogspot.com Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    52| Juanjo Conti (Santa Fe capital)juanjoconti.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial 4.0 Interna-cional.

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    56| Javier Mizerniuk (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    57| Natalia M. Picciola Marozzi (Sauce viejo, sta Fe) nataliapicciola.wordpress.com Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-No-Comercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

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    60| La Demichelis (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    61| Agustina Ferrand (Santo Tom, Sta Fe)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    61| Alejandra Bosch (Santa Fe capital)Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

    64| Mauro Csari (Paran, Entre Ros)cabezadeliebre.blogspot.com.ar Esta obra est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

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    1992, la cuenta regresiva | Gonzalo Castelo

    Maxell era la marca de esos cassettes vrgenesque compraba a principios de los 90seran verdes y plateados o transparentes con franjas verdes

    algn amigo, seguramente el colo,se haba comprado el Countdown to extinctionde Megadeth, era el nuevo disco de Mustaine y equipo, luego de habernos entregado el Rust in peace, que nos ense con alto thrash que la cosa iba en seriola cosa es ese remolino en el que vamos

    la tapa del Countdown era un ancianodesnudo y suspendido en el centro de una celda grisgrabamos el disco, de vinilo a cassette,aprovechando para hacer una primera escuchacon avidez y calma de tarde adolescente

    las guitarras de Mustaine y Friedman ruganpero rugan brillantes y cercanas,no picas, sucias y mercenarias como antesalgo en el sonido haba cambiado elementalmenteel apocalipsis estaba acbrillante y cercanono andaba por desoladas carreterasen oscuras aventuras a lo Mad Maxestaba sentado en el consultoriode un odontlogo recibiendo tornoen la piel de sus dientes (as se llamaba

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    el primer tema: Skin of my teeth)

    excelente disco,pero al lado del Rust in peace pareca un disco popacaso Dave estaba envindonos un mensaje?para investigar tena mi flamante Maxellrecin grabado

    pas das dentro del Countdownaprendiendo letras, traducindolasmemorizando solos de Martyreinterpretando redobles de Menza en el aire

    algunas cuestiones se clarificaban de a pocoalgunas nociones mustaineanas se abran pasocomo luminosas araas

    el apocalipsis no sera televisado como un gran showsino que sera inyectado sistemticamentede manera subliminal, dosificadoen numerosos productos tecnolgicos, alimenticioseso me deca el Countdown y haba que digerirlo

    entonces hubo que escribir y escribira sangre, usando la mquina Olivettide mi padre, en tinta roja para no gastarla tinta negra que usaba para sus informes

    escribir lo que me dictaba esa msicalo que gritaba dentro mi corazn llorando

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    en rojo, sinfonas de destruccin

    ningn mundo ley esos papeles lastimados

    cierto daen la soledad vespertina y milagrosa de un mircolestanteaba cassettes para hacer sonar Foreclosure of a dreamveo un Maxell que no tena nada escritoy suponindolo virgenlo pongo en la cassettera para corroborar

    despus de unos segundosde ese silencioso sonido de cintauna batera lo rompe con un ritmo poplimpio pero cadenciososonando sola durante un par de vueltasluego un colchn de tecladoentra abriendo levemente un campoun paisaje de flores, un espacio novedosodonde una voz, entre nerviosa y cansadacomienza a decir: el amor despus del amortal vez se parezca a este rayo de sol

    algo se detuvoel tiempo, mi pensamientoel discurrir de las sensaciones consabidasmientras ese tema sonaba

    la sinfona de la extincin destilaba a gotas

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    en el andar de una cancinel perfume de un dulce dolor

    algo se extinguaen esa cuenta regresiva y al terminar la cancinen ese largo fade out, una parte mase despeda y as fue como aprenden cuatro minutos y picoa convivir con el apocalipsis

    Acechanza | Miguel Santos

    Estuvo afuera Buscaba a un incauto, como t

    De factopregunt por tiToc a tu puertaAbri tu madretu hermano, algn amante o nadiey le dijeron que no estabasQue andabas por allperdiendo el tiempoEn no s qu trabajoAlquilando tu libertadpor unos pesosEn no s qu estacinA mitad de caminoentre la hora pico y el suicidio

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    En no s qu problemaAl abrigo de una amor no correspondido S, eso le dijeronPuedes creerlo ?Y aunque insistino supieron darle raznde tu regreso pues cuando te das a la fuga por aquellos linderosno hay fuerza que te orille a reaccionarNo es posible otro amorNi ruta menos transitadaNi valor por tus manos empleadas

    Cuando volviste a casanadie se molest en avisarQue fue a buscarteni el padre, la hermana o el amante

    Sin ganas de nadate fuiste a recostarY tambin t, incauto, no te percatastede que all estaba AdentroAl fondode tus postergados anhelosSin prisa. Sin calma. Esperndote.

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    Ciclos vitales | Lola Mara Gutierrez

    A veces lluevome lluevome llueve el cielo y me lluevo a la tierrarenazco a vecesy renace el pastoa veces todo se vuelve un constante recomenzarsin siquiera haber terminado de ser lo que quise serla cotideanidad se empeaen interrumpir porfiadael ejercicio de existir.

    Rodrigo Barbotti

    Alma rota, impactante alma pura, raptante Alma despierta, desmiente .Todo lo que te acongoja, resonante. Extravada, caminante por la ruta del paisaje contempla el andar. Y vive sin pensar en el prximo sol, ms cuando cae la noche recuerda el verde de su primer rbol y Descansa entre los grillos. Acontecimientos repentinos, mudamos nuestras pieles, mientras podemos habitamos sino alejamos y callamos. El momento ha pasado y slo recordamos el viejo contorno de la silueta de nuestr sombra, siempre extraamente ajena,

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    siempre de la luz y sus caprichos. Vuelvo, reconozco, no soy de mi, soy de la natura, por lo que Fluyo aqu como cualquier criatura, ms no debo olvidar lo que fui, para luego reconocer en lo que me he convertido. Pas fugaz pero presente, vivir por vivir, siempre latente.

    Culos y tetas | Csar Villarreal

    me encanta mirar tetas y culoste hara el amor con mi ojos toda la vidaporque la carne se pudre

    que bueno es poder morirnos

    evidentemente somos unos monos alzadosexcitados por el consumismoel narcisismoy la estupidez de creer que vamos a trascender

    Ajaj... pibe por mas que le hables de Bretn y Moliereella enloquece por chuprtelay vos que pensabas en iek y todas esas boludecespara que termine pidindote que le hagas la cola

    bobo!

    no te diste cuentaque la prxima revolucin la van a hacer ellas

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    sabes que peor que una bala es que te toque toda la pija y se valla rindose con ese hermoso sadismo que a vos te gusta

    no puedo esperar el da en que un pelotn de fusilamiento de mujeres me viole de una forma totalmente degradantepara dejarme tiradono sin antes decirme

    viste, y vos que te preocupabas por hacernos acabar

    Reloaded rain | Sandrah Mendoza

    Renata reniega a veces, a ratos, rompe los platoslos estrella en el rincn del recuadro en el que habita su reptil favoritorepite el ritual. Recuerda cmo esprimero el gato que ronronea y ella lo sigue a su ritmolas ruedas de la fortuna estn en lo ms recndito de su corteza cerebral]rememora los intentos de suicidioel cuchillo rebanando sus dactilares y la sangre chorreando sobre sus piernas arrtmicasque suelen reinar cuando la radiacin entre cuerpos y la rabia consumada en una reaccin orgsmica

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    Renata de arrabal, de racimos radiantesrecapitula sus das en recitales donde se auto-rafaguea (piug, piug!)donde hace ver las ranuras de su piellos reclamos que le hace a los reclusorios y a su decadencia.Renata ramera que coquetea con el diabloRenata resurreccinsin recato revienta las rutas a las tierras ensaturnadasruidosa que re como si en romance estuviereRenata rompe todo rompe esferas rompe hielos rompe-cabezasRenata que re-suenade rmel barato Renata rehilete, que roba respuestasRelampagueas, miras al SudesteRenata raptada por el tiempo( ( Renata raptada por el tiempo! ) )Renata pasado Renata presente Renata regalo No huyas! No hay razn para dejar de remarresplandece, crrete lento

    Renata, te haba olvidadocomet el pecado y hoy te sacudo el polvo

    Elin Del Mestre

    Dicen que todas las parejas pelean, ok?Este poema no lo escrib yo,

  • 45

    lo rescat de una playa.Los v pelear.Antes hacan malabares juntos,se pasaban las clavas,cmplices..Lago Lacar, San Martn de los Andes.Despus jugaron a pelear.Eran re mgicos peleando.Me colgu en ellos.Ella le tir una pia,l se la ataj.La agarr por la mueca,le llev el brazo a la espalda,hasta que la redujoy cayeron en las arenas,a las risas,a los pjaros.l calz una pierna a cada costadode la petiza reducida boca arriba,que no daba ms,que no poda ms que patalear,porque le agarr los brazosy se los apret contra el suelo.Ah,cuando la estaba venciendo,cuando en jaque,cuando ya era obvio que haba ganado,le asesta un beso, dos,muchos,muchsimos.Perd la cuenta.

  • 46

    El amor en la era de la informacin | Timb Loreno

    Un cuerpo entre pantallasabducido en la inmediatezcontinuado por los cdices informticosque lo vuelven simultneoa otras geografas y momentosa un amor naciendo de su reflejo.

    Un gato se entreveraentre sus tiesas piernas y malla al secuestradoreclamndole presencia.

    l lo ve y lo ignora,como a todo, abandonando la carne por la creacin virtual de su ser.

    A kilmetros de aquotro cuerpo inmvil, casi un holograma,sonre mientras teclea yo tambin,realizando un simulacro de comunicacin.La red invisible, sucesora de diosen esta labor de unir destinos,gana dos perfiles fantasmalespara el ojo publicitarioen vsperas de San Valentn.

  • 47

    El viaje | Eliana Digiovani

    Los colores se saturaron y se confundieron.Se desprendieron de las cosas y fluyeron por el aire,susurrando mantras al pasar.Figuras caleidoscpicas danzaban ante sus ojosCambiaban, mutaban, se transfigurabanmurmurando frases inaudibles e intangibles.El torso de una mujer desnuda- inmensa y desnuda-emerga de los cielos y los transcurraLevitndolos con un movimiento imperceptiblecomo una lunay una estrellaEl suelo perdi su consistencia y se hizo agua,acurrucando los cuerpos que reposaban sobre ly que ahora se hundan, en un mecer clido y dormido.Sus sentidos se agudizaronExpandiendo su existenciaHacindolo eterno y etreo. Y haba una mujer en el cielo Y un mecer clido y dormido.

    Flor Vent

    Estuve pensandoen eso que nos dijimos

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    sobre la honestidady las formas de las palabrasesa nochedonde con un golpenos acercamos un pocoa ser algoque no tiene nombreen dasde marea y gloriadesde los cualessacudir desde el fondotodo lo que buscaque le pongan un nombre.

    Para esome escrib una cartacon una listade lo que quiero hacerantes de volver a vernosy darnos cuentaque pasan cosasque como el ecovuelven sin preguntarnosa encender la furiaque nos alimentaesta forma nuevade emprenderun pequeo viajehacia esa islaque desconocemos

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    pero nos uneen algn puntoquiz lejanocomo los kilmetrosque hicistepara acortar esas distanciasque creas necesarias.

    Una listade cosasdonde pusela palabra pacienciapara que el entendereso que no se entiendese haga ms fcilen la fragilidadde volver a vernosy no saberpero estar conformescon esa suertede magia torpeque nos renos avecinanos comunica.

    Cosasque no diganalgo de tu bocacuando me miraste de frentey no supe

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    si acercarmeo cerrar los ojospara hacer de cuentaque no te dabas cuentade la formaen que tuveque contener mis ganasde estar ms cercasonriendocomo la vezque te dijetodo lo dems.

    Una cartaque me escribpara ponerle fina este nuevo principiodonde no te esperoni te buscopero te piensoa vecescuando escriboy descubroque volv a hacerlopor que vosme recordastelo que me haba olvidadoque tena adentropara decir sobre el amor.

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    Una cartade cosasque no dicen naday a la vezson una cascadade manifestacionesprximas al deseode que lleguesy me cuentes todocomo cada vezque estamos cercavindonosy dejandoal azaro a las probabilidades de lo concretolo que seaque sucedasiempre que seamos honestxs.

    Alec Holland | Gonzalo Geller

    Yo so que era Alec Holland;tena una esposa, un trabajo,una muerte espantosa,envuelto en el fuego y el barro.

    Pero todo lo que es humanoes alguna forma de sueouna pesadilla vegetal

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    que suea la flora del planeta.

    Holland est dos veces muerto;en el pantano, en mi ilusin.

    Cada cosa que aprendemosredefine el mundo.

    Siempre somos lo ltimoque nos queda por conocer.

    Explotar | Juanjo Conti

    Te voy a hacer explotar el corazn.Me voy a meter adentro, bien adentro.Por tus venas, por tus sentimientos.Voy a entrar en tu cuerpo como un virus.Voy a navegar en tu torrente sanguneo.Voy a viajar en los impulsos elctricosde tu cerebro, de tus sentidos.

    Manzanas, cerezas.Rubes, oro rojo, destellos escarlataque escapan a tus ojos.

    Te voy a hacer explotar el corazn,las venas, las arterias, los pedazos de amor.Vas a bombear litros y ms litros,

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    las manos hmedas,las mejillascoloradas.Manzanas, cerezas, fruta abrillantada.Rubes, oro rojo, destellos escarlata.

    Te voy a hacer explotar el corazn,la falta de oxgeno, la locura.Vas a sentir la falta de gravedadcomo si estuvieses en la lunaNo grites porque no se escucha.Te voy a hacer subir flotandoy al final, cuando me vaya, vas a bajar,vas a bajar gritando.

    IV | Jos N. Mndez

    Ni la rocani el hierro;apenas un dedo de la nadadibuje un roce,duermenen el pisocadveres: promesas rotas.Qu dbil es lo que no se pronuncia en nombre del amor

    qu fcil caen las perlas y taladranhasta la arteria

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    qu punzante es este dolor tan ajeno y cercano.

    qu amargoel deslizamiento de la saliva a travs de la lengua

    qu triste est el fuego en el bautismo de la zarza.

    Yo que del deseo,la locurao la muerte,el grano de arenao la trayectoria de un meteoro,s casi nada

    yo que sobre serpientes vi cabalgar a la ternura dolorosa

    yo que crea;crea que ramos amigos.

    No.

    No es lo nocturno que coge una voz conocida,no es el polvo desnudo por la mano del sol,no es la pulsacin en una hierbaque ha decidido crecer ms que sus hermanas,no es el desayuno que mi madre prepar con esmero [ antes de vernos partir,no es el sol al que vimos reverenciar a la pirmide

    No.

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    Este es el paso que tritura un pedazo de ocote sobre las tumbas.

    Aqu huele a lo que se ha ido.

    Pronto | Marcelo Przylucki

    Los auriculares enredados,y las sbanas la ropa, y los cordones y las horas. Las manos, transpiradasque en invierno parecen ms viejas por el fro,por ah el fro devienemalas decisiones. Me tom en serio y tambin me tom la pastilla pero todava no me puedo dormir.La nariz, semitapada, el cuello desatendido, la rodilla parece haber [ dolido ya una vida:la vida siempre acaba doliendo,si no a uno, a mam, a pap, al kiosquero que te vio cara de buenita,al pibe que no se anim a encararte.Todos esos van a sentir aunque sea un dolorcito, una mueca [ a oscuras al techo cuando tampoco puedan dormiry se acuerden de vos. Un manotazo, una requisa lenta con la pierna a lo ancho [ de la plaza de cama vaca,

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    un caf mal batido, esta pastilla que no sirve para dormir,las puteadas que nunca hierven.Ahora hasta tengo un director favorito.Y muchas otras cosasque antes no necesitaba.

    El diario se est volviendo muy cmodo | Julia Enriquez

    Ya consegu una autoestima saludable, buen nimo, algunos segundos ms de paciencia, dnde queda la poesa para vos? En el hecho de que hayas naturalizado tanto esta escisin? Que pases de primera a segun-da persona en medio de una oracin, sin darte cuenta, tomando por sentado, que algo est partido desde siempre y sale a relucir cualquier madrugada en alguna caminata autocompasiva? Y los chabones que perdieron tantsimo tiempo preguntndose sobre el conocimiento? Y vos que ahora te quers poner al da? Y tu voz perdindose como la voz de todos? ?

    Vuelo | Javier Mizerniuk

    La brisa trae una idea,la de volar por instinto,sin pensar en uno mismosino en alguien distinto.Adrenalina da la alturay enamora el atardecer.

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    Podemos volar sin alassi olvidamos el el miedo a caer.

    Y al bajar de nuevo al suelootro sentimiento espera,Tres palabras en otoosern dos en primavera.

    Melancola contrafctica | Natalia M. Picciola Marozzi

    Esperbamos otra cosa de los aires del mundo dice Paco,con esa especie de melancola contrafctica que insiste en llorarpor lo que nunca tendremos:un buen par de tetas que inviten a dormir en ellasesa borrachera mexica de peli viejaun romance grotesco de novela brasileraarrugas, pelo mota, anteojos recetadosuna bondad extensa, de pe a pabuena, buenauna rabia disimulada, que apenitas se noteuna tierra sucia en serio, de periferia sin chanceolvidada, olvidadala piel curtida de sol y milpa recogidao talones gruesos, de mordida de hormigarojos, rojos

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    Pablo Urrutia

    Era ms divertido cuando no trataba de dejar el cigarrilloy fumaba sin culpa, sin tanta concienciayo era ms divertidoy el mundo era ms divertidocuando la vida no saba a muertey ella no pareca tan cercanay si sobrevena de golpe, buehKurt Cobain y Jimmy Hendrix Era ms divertido cuando me meta cualquier cosacon tal de no estar tan conscientecuando no tena problemas psicolgicos burguesesni trabajocuando era pobre pero jovenfeo pero entretenidotriste pero presumidoabsurdo, impredecible Te soy sincero, era realmente ms divertidoaunque hoy me veas convertido en un hombreque parece tener pensamientos clarosla mirada limpiadespabilado y sonrienteque va al trabajo todos los dasy saluda a las vecinasy aporta a la caja de jubilaciones y pensiones

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    Era ms divertido cuando al horror que soylo vean los otros y no yoy me enamoraba en cualquier momento de cualquieray me iba muy mal con las mujerespero que joderyo era poetay beba en cualquier bary saba escapara sin pagar la cuenta vos dirs que era un estpidoun adolescente imbcil y mantenidoun croto rodeado de borrachos perdidospero qu cultura seores, aquellas s que eran conversacionesahora slo cuentas, sucedidos y estrategiasde todo aquello solo guardo una gemavos dirs que fui un tarado, un intil y un fracaso Pero yo solo digo que todo aquello era ms divertido

    Pequeo gigante | Micaela Marrone

    Fugaz pasajero de mis sueospequeo gigantellname de recuerdosconcdeme un deseoBajo mis sbanas te resguardasen el horizonte te opacasen mis delirios estallaspero te pido por favor, no te vayas al albaVives en m

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    En mi ilusinen mis vuelosen cada lunar de mi cara

    No vuelvas la miradadjame observarteoh bello cuadrooh mi pequeo gigante

    Te alborotas en mi camate toco, te escapaste quiero y te extraote espero cada noche, en la rima soada

    La Demichelis

    Un mantel tibio/un silencio necesario/desayunando/en el jardn/con vos/se cuela un pjaro/que armoniza con/el aire que respiramos/viene y va por/las ramitas desparramadas/en el pasto (matinal)

    ....Quisiera ser/una mujer pequea/para cobijarme debajo/de hojas

    muertas/y empaparme entera/de su fragante humedad/hormigas anda-riegas/bichos bolita/araas/seran mis mudos/compaeros de existen-cia/en ese necesario ecosistema/diminuto (ecosistema)

    ....No hay cielo/en este reino/suspendido en/la redonda espesura/de la

    noche/transcurre/el tiempo acompasado/del canto de mil grillos/y el silencioso/sutil /crecimiento de/rboles en sombras/ahora terribles/que haban acogido/mansamente/a la nena /que era yo (paisaje de infancia)

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    El lenguaje es otra piel | Agustina Ferrand

    Puedo ser toda la luz en este preciso instante.Porque pods herirme y porque puedo perdonarte.Porque pods borrar tu cara y porque puedo dibujarte.Porque puedo recordarte.Porque puedo liberarte.Porque puedo incinerarte.Hasta dejarte hecha ceniza o hasta sentirte la emigrante,de todos los sueos de mi vida,de toda la vida de mis ojos,de todos los ojos de mis calles.Puedo ser toda la luz en este gatuno instante.Pero me corresponde, amor de siglos,cerrar todas las puertas y apagarte.Porque dols entera en cada fibra del buen arte,porque dejs mis manos todas sucias y expectantes,porque no puedo tocarte, porque no puedo tocarte,porque soy de otra colmena y porque no s de alcanzarte.Me dejs analfabeta y te descubro sin mirarte.Maldita idiota , tristeza inerte, piel de diamante.

    El manicomio | Alejandra Bosch

    El manicomioes un lugardel que no hablo.Es una calleen una ciudad gigante

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    una calle ocultaa la que llego paseandoy, en la que me pierdosin remediosin pasaporte mgicopara escapar de su sinuoso recorrido.Es un lugar lleno de genteque conversaque se mueve en ordenados movimientoscmplicesy,que de repenteme miran que ven?otra vez camino descalzay todos a la vezme sealanlevantando uno a unosus dedos ndices.El manicomio es un recorridode palabraslocasdesparejasatropelladaspalabras que se renpalabras que llorane hipany se callan para siempre.Es un camino cuadrado

  • 63

    aprendidoseguroque comenzla noche en que moristey fui nia malarepitiendotu amado nombreen la oscuridad de la casahasta que la mano de mi madretapon mi boca para siempre.El manicomioes la certeza

    de que la palabraes literaturay huecay no nos satisfacey que la muertees el nico miedo posible.El manicomio es el lugar de donde vengoes el lugar en donde estuvey es el lugara donde debers llegarpara salvarme.

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    Las races se enrancian y sirven para el uso... | Mauro Csari

    Gomosas

    gotas vivificandoel humor de la tierra. Se descuelgan del rbolhiriendo su tronco. & Qu calor extrao

    est inmantacin al polvo extendiendo ramos para guardarse del fro

    una helada negra

    sobre el lentisco blanco

    una escritura un modo

    algo que sobrepuja.

    Cuatro dedos a la materia, as en el fuego se vacolando, exprimiendo:

    coladura al fuego tiento,

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    le va subiendo el punto la ebullicin acdica

    del grumo.

  • 66

    Yerba es Gonzalo Yerba y Juan Pablo Yerba (y tenemos aguante hasta en Mxico, Venezuela y ahora japn) | Secciones: Reseas, Kevin Jones y Peces en el aire, Willy Fish.

    Diseo e ilustracin de tapa el incomparable Seba Mercau, Diseo de interior Yerba fan-zine. Este suplemento se maquet en Santo Tom en Attetando kolla. Durante todo el proceso se escuch la msica de Laguna Pai (Per), Massacre (Arg.), Peceto (Arg.), Infu-sin kamachui (Arg.), Babasonicos (Arg.), Stone Temple Pilots (usa) y Carneviva (Arg.).

    Les agradecemos a los chicos de infusin Kamachui y Colectivo Libre.

    El contenido es exclusivo de Yerba fanzine, no s debe considerar que refleja la opinin de los comercios que nos apoyan.

    Este nmero est dedicado a Tura Satana (1938-2011) que nos gua desde alguna estrella donde estar bailando y golpeando a hombres malvados.

    Este suplemento est bajo una Licencia Creative Commons Atribucin 4.0 Internacional.

    Pero cada una de la sobras que las componen tiene su propia licencia y se debe respetar.

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