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GÉNERO Y SABER
ETNOMICOLÓGICO COMO
REFERENTES EDUCATIVOS
PARA LA SUSTENTABILIDAD
COMUNITARIA, EN EL EJIDO
SIERRA MORENA, VILLA CORZO,
CHIAPAS, MÉXICO.
Susana Berenice Pérez-Ramos
Felipe Ruan-Soto
Felipe Reyes-Escutia
Eje Temático:
Noviembre2016
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GÉNERO Y SABER ETNOMICOLÓGICO COMO REFERENTES EDUCATIVOS PARA LA SUSTENTABILIDAD COMUNITARIA, EN EL EJIDO SIERRA
MORENA, VILLA CORZO, CHIAPAS, MÉXICO.
Susana Berenice Pérez-Ramos, Felipe Ruan-Soto y Felipe Reyes-Escutia.
RESUMEN
El presente trabajo de investigación aporta aspectos sobre las actitudes de
micofilia y micofobia asociada al género en el ejido Sierra Morena, Villa Corzo,
Chiapas y cómo esto se relaciona con el bienestar comunitario por medio de la
educación ambiental. Se plantearon como objetivos específicos 1) Evaluar el
grado de la actitud de la población por medio de un índice de micofilia-micofobia,
2) Reconocer los índices de micofilia-micofobia asociada al género y 3) Relacionar
la actitud de micofilia-micofobia y su importancia educativa para la sustentabilidad
comunitaria. Se realizaron 25 entrevistas estructuradas a adultos y adultos
mayores de la comunidad, siendo 14 hombres y 11 mujeres los entrevistados. Se
identificaron 19 indicadores dentro de las entrevistas que describen la actitud
general de las personas hacia los hongos, donde se reconoció actitudes
mayormente positivas hacia éstos, sin embargo, hombres y mujeres también
reconocen actitudes negativas, las cuales pueden modificarse por medio de la
educación ambiental, constituyendo un puente para fortalecer el conocimiento
local en el ejido de Sierra Morena en torno a los hongos, buscando que las
generaciones jóvenes reconozcan el papel de los hongos en la comunidad, su
aprovechamiento, el manejo que pueden tener de forma sustentable y con esto ir
construyendo de la mano de la educación ambiental un bienestar comunitario que
recupere a los hongos.
Palabras clave: Educación ambiental, género, micofilia, micofobia, sustentabilidad.
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OBJETO DE INVESTIGACIÓN
La riqueza biótica del territorio mexicano es el resultado conjunto de su ubicación
geográfica en la intersección de dos dominios biogeográficos (Neártico y
Neotropical), su variación topográfica y climática, la migración de los linajes
bióticos a lo largo del tiempo geológico y los movimientos de la corteza
continental. Por estas razones, México ocupa el cuarto lugar mundial en diversidad
(Challenger, 1998) citado en Alavez (2006).
Chiapas es el segundo estado con mayor diversidad biológica de México,
consecuencia de su posición geográfica, accidentada orografía y por ser un lugar
donde convergen elementos de flora tropical meridional y templada septentrional;
estas condiciones han sido propicias para el desarrollo de una gran diversidad
fúngica estimada en cerca de 20, 000 especies (Miranda, 1998; Andrade y
Sánchez, 2005).
En el estado de Chiapas, existe una diversidad igual de grande e
importante, la diversidad cultural. Ésta se manifiesta en los nueve grupos
originarios que ahí habitan, los múltiples grupos mestizos, así como en sus
variantes dialectales, tradiciones y sobre todo, en el gran bagaje de conocimientos
tradicionales que poseen (Ruan, F., comunicación personal, 11 de mayo de 2015).
Los estudios realizados sobre etnomicología en México, se han dirigido
principalmente a reconocer en las diferentes comunidades del territorio nacional
los diversos usos de la micobiota para la población, basándose en el conocimiento
tradicional que se construye en las comunidades a partir de observaciones
empíricas de la población desde una perspectiva global. Sin embargo, la mayoría
de los estudios etnobiológicos no incluyen comparaciones de género, esto es
importante, ya que hombres y mujeres no tienen la misma visión sobre los hongos
(Garibay et al., 2012).
El aprovechamiento del territorio se lleva a cabo en las comunidades
relacionado con la división del trabajo, que se encuentra ligada al género,
provocando que la percepción cultural no sea homogénea dentro de un grupo
humano y por lo tanto el aprovechamiento no es el mismo entre hombres y
mujeres.
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Por otra parte, la Sierra Madre de Chiapas ha sido poco estudiada en
cuanto a la riqueza que existe en esta región, lo que estimula la realización de
este estudio, ya que resulta primordial construir conocimiento en relación a los
recursos naturales que están disponibles para la población y, a raíz de esto, sentar
bases para el reconocimiento de los procesos que estén asociados a ellos.
Para lograr contribuir a la comprensión de la dimensión del género en los
saberes micológicos locales de la comunidad de Sierra Morena, Chiapas, este
trabajo pretende, a partir del reconocimiento de la micobiota presente en la
comunidad, contribuir en primer sentido a conocer sobre la diversidad fúngica en
esta región para luego conocer la actitud de micofilia-micofobia, identificando si
existen semejanzas y diferencias en las actitudes presentes en hombres y mujeres
y cómo éste proceso puede incidir en el manejo y aprovechamiento sustentable de
los hongos y su relación con la educación como estrategia para el bienestar
comunitario.
El saber ambiental campesino se consolida en el modo de ser y el formar
parte de, siempre estrechamente ligado a la acción y a la práctica de los sujetos.
Se reproduce de forma oral y se conserva como acervo de conocimientos que
identifica a una comunidad, por oposición a otra, el cual emerge de una reflexión
sobre la construcción social del mundo actual, donde hoy convergen y se
precipitan los tiempos históricos (Leff, 2002).
El término moderno de sustentabilidad se define como “la habilidad de
lograr una prosperidad y buen vivir en el tiempo intergeneracional, protegiendo los
sistemas naturales del planeta y proveyendo un bienestar para las personas,
comunidades, pueblos del mundo” (Calvente, 2007).
Hoy por hoy, el género pasa a ser una categoría que nos permite analizar
sistemas culturales complejos, con énfasis en las dimensiones diferenciadas y
relaciones internas de cada sistema (Paulson, 1998).
Una de las características más valiosas y menos exploradas del análisis de
género, es su capacidad para estructurar el estudio integral de sistemas
multifacéticos que abarcan elementos normalmente divididos en diferentes
disciplinas (Ibídem).
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OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Conocer la actitud de micofilia-micofobia de la comunidad asociada al género y su
valor educativo para la sustentabilidad comunitaria.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Evaluar el grado de la actitud de la población por medio de un índice de micofilia-
micofobia.
Reconocer los índices de micofilia-micofobia asociada al género.
Relacionar la actitud de micofilia-micofobia y su importancia educativa para la
sustentabilidad comunitaria.
DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO
SIERRA MORENA
Es un ejido que se asienta sobre el declive Noroeste de la Sierra Madre de
Chiapas hacia la vertiente de la Depresión Central, en la porción Oeste del
municipio de Villa Corzo y Noreste de la Reserva de la Biosfera La Sepultura
(REBISE) (Villalobos, 2012) (Figura 1).
La zona urbana del poblado se encuentra dentro de las coordenadas 16° 09’ 23”
de latitud Norte y 93° 36’ 27”de longitud Oeste, con una altitud en su parte más
baja de 900 hasta llegar a1,900 metros sobre el nivel del mar aproximadamente
(Ibídem).
METODOLOGÍA EMPLEADA
TRABAJO DE CAMPO
Del 7 al 9 de Noviembre de 2014, se realizó una primera visita exploratoria al ejido
Sierra Morena.
El trabajo de campo se realizó a partir del mes de Junio de 2015 hasta Noviembre
de 2015.
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Para seleccionar a los colaboradores se realizó un muestreo probabilístico,
que para Hernández et al., (2010), en las muestras probabilísticas todos los
elementos de la población tienen la misma posibilidad de ser escogidos y se
obtienen definiendo las características de la población y el tamaño de la muestra,
y por medio de una selección aleatoria o mecánica de las unidades de análisis.
De acuerdo al número de habitantes de Sierra Morena, se seleccionó a los
de informantes, tanto hombres como mujeres, por medio de una muestra azar
simple, Hurtado y Toro, (2007), mencionan que este método se utiliza cuando la
población es pequeña y finita, es decir, con un número de integrantes conocido, y
se realiza por un sorteo entre todos ellos, a los cuales se les realizarán entrevistas
estructuradas, para Hernández et al., (2010) son instrumentos donde el
entrevistador realiza su labor con base en una guía de preguntas específicas y se
sujeta exclusivamente a ésta (el instrumento percibe que ítems se preguntarán y
en qué orden).
La información recabada se plasmó en un diario de campo de tal modo que
se realizará una trascripción literal y minuciosa de las conversaciones que se
analizarán respetando fielmente el orden y el origen de cada intervención
(Hernández et al., 2010).
TRABAJO DE GABINETE
Análisis de la información etnomicológica La información cualitativa obtenida en las entrevistas se vació en fichas temáticas
rescatando datos como: nombre del informante, edad, sexo, ocupación y lugar de
nacimiento. Para la elaboración de las fichas se seguirá el formato propuesto por
Ruan-Soto (2002).
Para la identificación de los dominios culturales (Hunn, 1982; Romney et al., 1986)
se identificó información sobre los hongos y profundizando en algunos de ellos
(concepción, aspectos de cosmovisión, usos de los hongos, prácticas de
recolecta, aspectos económicos, aspectos de transmisión del conocimiento). El
análisis se realizó mediante la comparación constante de categorías de análisis de
acuerdo con lo propuesto por Sandoval (2002).
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Evaluación del grado de micofilia-micofobia
Por medio de una identificación previa se identificaron nueve dominios culturales y
19 indicadores que describen la actitud general de las personas hacia los hongos.
Las preguntas realizadas en la entrevista estructurada se codificaron por indicador
relacionado con cada dominio cultural. Con esto se exploró cómo se comporta la
población en sus actitudes hacia los hongos (Tabla 1).
Las respuestas se codificaron con un valor de 1 cuando la respuesta era
equivalente a una actitud positiva, 0,5 cuando se correspondían a una actitud
neutral y 0 cuando la respuesta era equivalente a una actitud negativa.
Se realizó un análisis de distribución de frecuencias para ver si las actitudes
de micofilia y micofobia locales están diferenciados entre hombres y mujeres y con
esto relacionar éstas actitudes con la conservación de los recursos naturales,
manejo sustentable para consumo y la sustentabilidad comunitaria por medio de la
educación ambiental.
RESULTADOS
Se realizaron 25 entrevistas estructuradas a adultos y adultos mayores de la
comunidad, siendo 14 hombres y 11 mujeres los entrevistados. Se identificaron 19
indicadores que describen la actitud general de las personas hacia los hongos
(Figura 2).
Mediante el análisis de distribución de frecuencias de los 19 indicadores entre
ambos géneros, hombre y mujer, hubo una frecuencia mayor de actitudes
positivas para los indicadores sobre el reconocimiento de especies comestibles
(1.1), conocimiento taxonómico de especies comestibles (1.2), recolección de
especies comestibles (1.3), consumo de especies comestibles (1.4), aprecio como
alimento (1.5), consideración como alimento especial (1.6), conocimientos
culinarios (1.7), reconocimiento de especies tóxicas (2.1), actitud hacia los hongos
como grupo (9.1) y la percepción de los hongos como grupo (9.2).
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Para el indicar relacionado con el conocimiento morfológico de las especies
tóxicas (2.2), ambos géneros mostraron una actitud neutral.
Las actitudes negativas en ambos géneros fueron hacia indicadores sobre la
actitud hacia las especies sin importancia cultural (3.1), existencia de mitos o
narrativas que incluyan a los hongos (4.1), conocimiento del rol de los hongos en
el ecosistema (7.1), y la presencia de mecanismos de transmisión de conocimiento
(8.1).
Por otra parte, los hombres presentan mayor actitud negativa hacia la presencia
de usos diferentes al alimenticio (5.1), y la presencia de especialistas (6.1), y las
mujeres presentan mayor actitud negativa sobre la actitud general acerca de las
especies comestibles (1.8) y el conocimiento de la relación entre los hongos y los
animales (7.2).
DISCUSIÓN
Pérez y Argueta (2011) mencionan que en el diálogo intercultural de saberes se
perciben tres tendencias actuales, una de ellas propone el diálogo para la
incorporación de los saberes tradicionales en los sistemas científicos, y otra que
considera que debe gestarse el fortalecimiento y desarrollo de los sistemas de
conocimiento indígenas, para que después, y sólo bajo un plano de horizontalidad
y de igualdad, se pueda dialogar con las ciencias occidentales, principalmente
para encontrar soluciones de problemas específicos; retomando lo mencionado
por los autores, dentro de la investigación, hombres y mujeres tienen actitudes
mayormente positivas hacia los hongos, sin embargo existen indicadores donde
ambos presentan actitudes negativas, las cuales deben ser trabajadas por medio
de la educación en las generaciones jóvenes del ejido para que éstos al crecer,
reconozcan a los hongos y vean en ellos un patrimonio de la naturaleza y de su
comunidad fundamental en la aspiración de una vida digna y sana, lo incorporen a
su sistema de conocimiento local y su importancia, manejo y aprovechamiento se
reconozca y pueda ser transmitido a otras generaciones, relacionándolo con lo
mencionado por Reyes y Barrasa (2011) donde la construcción sociocultural
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determina percepciones personales y colectivas que, al reconfigurarse en
identidades y conocimientos, conforman saberes comunitarios. En este proceso, la
reapropiación del saber ambiental en comunidades campesinas sustenta la
posibilidad de fortalecer su identidad cultural, colocando a los hongos como
elemento de la naturaleza siendo éstos el primer paso para emprender procesos
de construcción de conocimiento local y esto pueda tomar un enfoque de
sustentabilidad relacionándose por medio de la educación ambiental.
Toledo y Barrera (2011) dentro de su investigación mencionan que los saberes
tradiciones tienen un papel para que las culturas indígenas de México se adapten
a la zona ecológica donde habitan, así mismo se refuerza lo discutido por Lazos
(2011) dentro de su investigación sobre las dinámicas rurales para la reflexión
sobre los retos que implica la conservación de los saberes agroambientales, la
autora reconoce el envejecimiento de la población agrícola activo debido a la
migración de los jóvenes, los cuales fungen como depositarios de conocimientos.
Retomando lo anterior, la organización comunitaria dentro del ejido, podría
emprender estrategias educativas para el reconocimiento sobre el papel de los
hongos para la comunidad y comenzar a construir saberes sobre éstos, desde el
diálogo social para identificar vías que enriquezcan la comprensión de los hongos
por parte de ellos y así comenzar a construir un proceso biocultural que vincule a
la comunidad con su territorio, para empezar una consciencia comunitaria que
fortalezca procesos sociales, productivos, culturales que se deriven de la relación
con su entorno.
CONSIDERACIONES FINALES
La educación ambiental puede constituir un puente para fortalecer el conocimiento
local que existe en el ejido de Sierra Morena en torno a los hongos como elemento
alimenticio, de intercambio, de identidad y de salud en el camino a la
sustentabilidad comunitaria. Si bien existe una mayor actitud positiva hacia los
hongos en ambos géneros, también existen actitudes negativas que reconocen
hombres y mujeres, los cuales se pueden trabajar para que disminuyan, aquí el
papel de la educación funge como una forma de conexión para las generaciones
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jóvenes, quienes tienen el papel de receptores de conocimiento, comiencen a
reconocer el papel de los hongos en la comunidad, su aprovechamiento, el manejo
que pueden tener de forma sustentable y con esto ir construyendo de la mano de
la educación ambiental un bienestar comunitario que recupere a los hongos,
componente natural poco conocido dentro de la comunidad y que sin duda es
imprescindible para ampliar el conocimiento tradicional entre hombres y mujeres,
sobre su territorio, su mundo, su comunidad y sobre sí mismos.
Así mismo, se debe reconocer la importancia del saber ambiental comunitario
como primer paso a la construcción colectiva que articule a los hongos como pilar
de la sustentabilidad comunitaria, buscando la inmersión de éstos en la educación
para vincular estas tres dimensiones fundamentales con el objetivo de fortalecer el
conocimiento local y el bienestar comunitario.
BIBLIOGRAFÍA
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Pachuca, Hidalgo: el caso de Boletaceae sensu Chevalier. Tesis de
Licenciatura. Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de
México, Distrito Federal, México. 123 pp.
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Hernández-Sampieri. R.; Fernández-Collado C.; Baptista-Lucio M. P. 2010.
Metodología de la investigación. Quinta Edición. Editorial McGraw-Hill. México.
656 pp.
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Ediciones Abya-Yala. Ecuador. 161 pp.
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mestizas de México. Colección Jaguar. México. 249 pp.
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Tesis de Licenciatura. Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de
México, Distrito Federal, México. 141 pp.
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Toledo, V. M. y N., Barrera-Bassols. 2011. Saberes tradicionales y adaptaciones
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México. Colección Jaguar. México. 249 pp.
Villalobos-Sánchez, G. 2012. De la localidad al lugar: Sierra Morena. Tesis de
Maestría. Universidad Autónoma Chapingo. Texcoco, México, México. 198 pp.
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ANEXOS
Figura 1. Localización del ejido Sierra Morena, Municipio de Villa Corzo, dentro de
la Reserva de la Biosfera La Sepultura, Chiapas, México (Moisés-Jiménez, 2014).
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Tabla 1. Dominios culturales e indicadores utilizados en la entrevista y para el
micofilia- micofobia
Dominios culturales Indicadores
1. Conocimiento y uso de
especies comestibles
1.1. Reconocimiento de especies comestibles
1.2. Conocimiento taxonómico de especies
comestibles
1.3. Recolección de especies comestibles
1.4. Consumo de especies comestibles
1.5. Aprecio como alimento
1.6. Consideración como alimento especial
1.7. Conocimientos culinarios
1.8. Actitud general acerca de las especies
comestibles
2. Conocimiento de las especies
tóxicas
2.1. Reconocimiento de especies tóxicas
2.2. Conocimiento morfológico de las especies
tóxicas
3. Conocimiento de especies sin
importancia cultural
3.1. Actitud hacia las especies sin importancia
cultural
4. Visión del mundo 4.1. Existencia de mitos o narrativas que incluyan
a los hongos
5. Uso múltiple de la seta especies
, no sólo comestible
5.1. Presencia de usos diferentes al alimenticio
6. Presencia de especialistas en
recogida de setas
6.1. Presencia de especialistas
7. Conocimiento etnoecológico 7.1. Conocimiento del rol de los hongos en el
ecosistema
7.2. Conocimiento de la relación entre los hongos
y los animales
8. Transmisión de los
conocimientos etnomicológicos
8.1. Presencia de mecanismos de transmisión de
conocimiento
9. Importancia percibida de las 9.1. Actitud hacia los hongos como grupo
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setas como un grupo de
organismos
9.2. Percepción de los hongos como grupo
Figura 2. Distribución de frecuencias de los 19 indicadores entre hombres y
mujeres.
0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%100%
1.1H
1.1M
1.2H
1.2M
1.3H
1.3M
1.4H
1.4M
1.5H
1.5M
1.6H
1.6M
1.7H
1.7M
1.8H
1.8M
2.1H
2.1M
2.2H
2.2M
3.1H
3.1M
4.1H
4.1M
5.1H
5.1M
6.1H
6.1M
7.1H
7.1M
7.2H
7.2M
8.1H
8.1M
9.1H
9.1M
9.2H
9.2M
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