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EL ARTE REDIVIVOExposicin del I Centenario de la Fbrica de Cermica Ruiz de Luna Nuestra Seora del Prado (8 de septiembre 8 de diciembre de 2008)EXPOSICINInstitucin organizadoraExcmo. Ayuntamiento de Talavera de la ReinaInstitucin patrocinadoraJunta de Comunidades de Castilla-La ManchaExcma. Diputacin Provincial de ToledoExcmo. Ayuntamiento de Talavera de la ReinaCaja Castilla La ManchaEmpresa Pblica Don Quijote de La Mancha 2005ComisarioFernando Gonzlez MorenoComisin organizadorangel Ballesteros GallardoVicente Magaa SnchezFrancisco Castao ClaveroPilar Garca de las Heras LzaroCarlos Garca CorrochanoCarlos Gil SanzCoordinacin, diseo y gestinCirca. gestin cultural .:. creatividad Javier Alarcn Celaya Julio Martn SnchezMontajeGamma 21Restauracin de piezasArte Mar (Mlaga) ECRA. Servicios Integrales de Arte S. L.Instituciones colaboradorasAcademia de Artillera de Segovia Archivo Municipal de Talavera de la Reina Biblioteca Regional de Castilla-LaManchaCasa-MuseoSorolla(Madrid)Excmo. Ayuntamientode TalaveradelaReina Museo Comarcal de Daimiel (Ciudad Real) Museo de Cermica Ruiz de Luna. Talavera de la Reina (Toledo)Colecciones privadasAbraham Rubio Celada Alfredo Ruiz de Luna Gonzlez Amparo Ruiz de Luna Serrano ngel Carpio de los Pinos ngel Snchez-Cabezudo Gmez Antonio Medina Artesana Talaverana Carlos Ruiz de Luna Snchez Fernando Gonzlez Moreno Jos Mara Nez Narbona Juan Antonio Ruiz de Luna Gonzlez Juan Antonio Ruiz de Luna Horcajuelo Juan Manuel Arroyo Vidarte Luis Csar del Puerto Martn M Loli Ruiz de Luna Rada M Rosa Ruiz de Luna Rada Magdalena Ruiz de Luna Gonzlez Mercedes Yeyes Arroyo Vidarte Mnica Garca del Pino Pablo Adeva Paloma Arroyo Vidarte Rafael Ruiz de Luna Rada Raquel Ruiz de Luna Gonzlez Vicente CarranzaCATLOGODireccinFernando Gonzlez MorenoEdicinExcmo. Ayuntamiento de Talavera de la ReinaEmpresa Pblica Don Quijote de la Mancha 2005Maquetacin y diseo de imagenFernando Roncero MorenoFotografaVicente CansecoJavier de la FuenteCalderera 11 Estudio. Fotgrafos (Mlaga)ISBN: 84-96827-02-XD.L.:Talavera de la Reina, 2008AgradecimientosLosorganizadoresdelaexposicindeseanmostrarsu mssinceroagradecimientoacuantaspersonaseins-tituciones han querido participar desinteresadamente en la organizacin de esta muestra conmemorativa y en la edicin del catlogo; y muy en especial a todos aquellos que han puesto a disposicin de la misma piezas de gran valor tanto artstico como personal. PRESENTACIONESI LA FUNDACIN Y EL RESURGIMIENTO POR JUAN RUIZ DE LUNA ROJASEl resurgimiento de la cermica talaverana: desafos, adversidades y xitos de la fbrica Nuestra Seora del PradoFernando Gonzlez MorenoII EL TALLER El alfar de Ruiz de Luna: artfces y obras de lozangel Snchez-Cabezudo GmezIII EL MUSEO DE CERMICA ANTIGUALa coleccin Ruiz de Luna, fuente de inspiracin para el proceso de revitalizacin de la cermica talaveranaCristina Manso Martnez de BedoyaIV LA SALA DE VENTASComercializacin y publicidad de las cermicas de la fbrica de Nuestra Seora del Prado en sus distintas etapasAbraham Rubio Celada 11151725 27 3941 4951 NDICEV EL LEGADOCamino de maestrosngel Ballesteros GallardoCien aos de cermica Ruiz de LunaFernando Gonzlez MorenoVI HOMENAJE A JUAN RUIZ DE LUNA ROJASEl sueo que se plasm con el fuegoAlfredo Ruiz de Luna GonzlezVII DOCUMENTOS Y ANEXOSREGLAMENTO de orden interior para la Fbrica de Cermica de Ntra Sra del Prado (Febrero de 1915)REGLAMENTO de rden interir de la Fbrica de Cermica NUESTRA SEORA DEL PRADO (Agosto de 1916) Instrucciones para representantes. Cermica de Talaverarbol genealgico de los Ruiz de LunaCronologa de la fbricaBibliografaVIII CATLOGO5961 65 7173 8183848586889499Hacejustamentecienaosqueabrasus puertaslaFbricadeCermicaArtstica Nuestra Seora del Prado. No era un al-far ms. Era el proyecto que lideraba Juan Ruiz de Luna, el hombre valiente e ilusiona-do que fue capaz de darnos el apellido, de hacerdeTalaveralaautnticaCiudadde laCermica,rescatandotcnicasyestilos queseencontrabanolvidados,rompiendo moldesyabriendosendasexperimentales paraelbarroylosesmaltes,convirtiendo la fbrica en un autntico laboratorio de in-vestigaciones.Cien aos despus, Juan Ruiz de Luna si-guesiendoreferenteobligadocuandose habla de Talavera y de cermica, y la prue-baesquecelebramoselcentenariodela inauguracin de la fbrica como una de las fechasmsimportantesdeeste2008en que nos encontramos.Tenemos un Museo que nos recuerda al ma-yor ceramista de todos los tiempos, al que fue capaz de iniciar una edad de oro de la cermi-ca y de mantenerla hasta nuestros das.Perosobretodo,tenemoselrecuerdode un alfar que por ms de medio siglo repar-ti su arte por los cuatro puntos cardinales del mundo. Desafortunadamente, no se ha conservadoelespaciooriginalenelque desarrollo su arte, aunque esta exposicin que ahora presentamos, nos dar una idea exacta de los mtodos y forma de trabajo.Nos queda su coleccin, ubicada en el Mu-seo,ynosquedanfrasesmagistralesdel librodefrmasdelafbrica,comolade Unamuno, que en 1909 dejaba escrito que resucitar lo pasado, renovando la tradicin, es una de las maneras ms hondas de fra-guar porvenir y hacer progreso.La fbrica Nuestra Seora del Prado fra-guelporvenirdelacermicaytrabaj como pocas, por el futuro de la ciudad.JOS FRANCISCO RIVASAlcalde de TalaveraLacontemplacindelespectacularretablo deSantiagoqueJuanRuizdeLunapre-sent en 1920 a la Exposicin Nacional de Bellas Artes de Madrid, y con el que obtu-vo un Diploma de Honor, inspir a Antonio Machadoladenominacindegranarte espaolredivivoparareferirsealacer-micaRuizdeLuna.Efectivamente,eraun arte redivivo, un arte resucitado, porque la cermica artstica talaverana haba estado muerta a inicios del siglo XX.Desde el 8 de septiembre de 2008 celebra-moselIcentenariodelafundacindela fbricaNuestraSeoradelPrado.Juan RuizdeLunaRojasmaterializenellaun proyectoqueenlapocaseracalifcado degestanacionalycruzada:elresurgi-mientodelacermicatradicionaltalave-rana evocadora de la Espaa del Siglo de Oro. Pero sin duda alguna, su mayor xito fue el de aglutinar los esfuerzos de artistas como Enrique Guijo, Francisco Arroyo, sus hijos Juan, Rafael y Antonio, su nieto Juan Manuel y tantos otros pintores y ceramistas annimosademsdecolaboradoresdela talla de Mariano Benlliure para, subordinan-do sus nombres y sus personalidades arts-ticasaunaempresamayor,devolverala cermica de Talavera el renombre mundial de siglos atrs.Plasmarenunaexposicinlacompleja historia de la fbrica, sus avatares, sus dif-cultades y sus xitos, la vida de sus prota-gonistas y su produccin durante cincuenta ytresaosconcasiseiscientaspiezas decatlogonoescosasencillay,por supuesto,noserstaunamuestraque agoteeltema.Pretendemosqueestaex-posicin, con la que el Ayuntamiento de Ta-lavera de la Reina quiere conmemorar esta fecha crucial de la historia de la ciudad, sea un homenaje al gran orquestador de todo el proyecto; aquel sin cuya fe inquebrantable, sin cuya perseverancia constante ni hoy es-taramos celebrando este aniversario ni Ta-laveragozaradesuproduccincermica actual: Juan Ruiz de Luna Rojas.Sehanbuscadoparalaocasinpiezas que en la mayora de los casos nunca an-teshabansidoexpuestaspblicamente; todasellasdelaexcepcionalcalidadde laquesiemprehizogalalafbricaNues-tra Seora del Prado. Algo ms de ciento setentaobrasincluyendopiezasdeloza, escultura, azulejera, bocetos, dibujos, foto-grafas...procedentesdelascolecciones privadasdelafamiliaRuizdeLuna(Gon-zlez, Rada, Serrano, Garca del Pino), de importantes coleccionistas privados y de di-versos museos. En total, algo ms de vein-tediferentesdonantesparalosquemi gratitud es infnita. Su presentacin se hace enelnuevoCentroCulturalRafaelMora-les, cuya cercana a la antigua ubicacin de la fbrica en la plaza del Pan lo hace ms simblico,atravsdecincodiferenteses-pacios en los que se quiere abordar temti-camente la fundacin del alfar y la fgura de su director (I La Fundacin y el Resurgi-miento), la labor de sus principales pintores a los largo de las tres pocas de la fbrica (II El Taller), el dilogo establecido con la cermica antigua a travs de la creacin de unmuseopropio(IIIElMuseodeCer-mica Antigua), las relaciones comerciales y publicitarias que mantuvo la fbrica en Es-paa,Europay Amrica(IVLaSalade Ventas)yelgranlegadoquesulaborsu-puso para Talavera una vez incluso cerrada en 1961 (V El Legado).Hansidovariosintensosmesesdeviajes, rastreo de piezas, negociaciones, desvelos ydebuceoenelmaravillosoarchivode AmparoRuizdeLuna;laexperienciaha sidotanapasionantecomoabrumadora. Slo espero que el resultado est realmen-te a la altura de un acontecimiento que fue trascendental para Talavera y de un perso-naje, Juan Ruiz de Luna, al que he apren-dido a admirar a lo largo de mis aos de in-vestigacin sobre su fgura y su trabajo por su capacidad para hacer de nuestra patria chica una Patria Grande. Vayaporadelantadomiagradecimiento personalalAyuntamientodeTalaverade laReinapordepositarsuconfanzaenm para este proyecto, as como a todos aque-llos que han colaborado sin condicin algu-na,amiscompaerosdecatlogo,ngel S.-C., Cristina, Abraham y ngel B., y a mis compaeros Julio, Javier y Fernando. Y por supuesto, a mi familia.FERNANDO GONZLEZ MORENOComisario de la exposicinI. LA FUNDACIN Y EL RESURGIMIENTO POR JUAN RUIZ DE LUNA ROJAS{17}{17}El resurgimiento de la cermica talaverana: desafos, adversidades y xitos de la fbrica Nuestra Seora del PradoFERNANDO GONZLEZ MORENOCumplidos cien aos del primer horno que inaugur el resurgimiento de la cermica ta-laverana (8 de septiembre de 1908 2008), el estudio de este proceso crucial y comple-jo, lejos de agotarse, nos sigue deparando nuevosdatosquenospermitencompren-derlomejory,sobretodo,hacernosuna mscompletaideadesudimensin.Los archivosdelosdescendientesdeJuan Ruiz de Luna Rojas siguen siendo fuentes inagotables de informacin a travs de los cuales continuamos descubriendo cmo se gest y desarroll todo el proyecto as como losnumerososavataresydifcultadespor losqueatraves.Enestesentido,espro-psito de este estudio abordar aquellos mo-mentos cruciales de la historia de la fbrica Nuestra Seora del Prado; momentos que supusieron duros reveses para la fbrica y que llevaron la empresa al borde de la con-tinuidad;ymomentos,porotrolado,que, vistos en comparacin con los xitos y acla-macionesobtenidos,noshablandelain-gente e mproba labor desarrollada por sus protagonistas y, muy especialmente, por su fundador,JuanRuizdeLunaRojas.Pero empecemos por el principio. En1905,aoenelqueelalfardeLa Menoracerrsuspuertas,enTalavera delaReinaslopermanecaenfunciona-mientounanicafbricadecermica:El Carmen.steeselmomentomscrtico deunacrisisquelacermicatalaverana arrastrabadesdefnalesdelsigloXVIIIy que,acusadaalolargodetodoelsiglo XIX a travs de hechos como la Guerra de Independencia,provocelcierreprogresi-vo de los siete u ocho alfares que llegaron aexistirainiciosdelsigloXVIII1.ElCar-men,fundadoen1849porJuanNiveiro, noeraningunodeesosalfaresherederos delatradicincermicaasentadaenTa-lavera desde el siglo XVI, y su produccin generdemaneratempranayhaseguido generando un importante debate acerca de si poda o no considerarse como propia de dicha tradicin2. Acusada de valenciana y 1PONZ, Antonio (1757): 1947, vol. 2, p. 377. Ponz no distingue entre alfares de cermica y loza fna y alfares de ordinario. Hacia 1730 existen cuatro alfares de cermica y loza fna, incrementndose en uno ms hacia 1769.2Manuel Pradillo, al resear el paso de la pintora Saturnina Alfaro Patavia por El Carmen pintan-do platos de rosilla, seala que hacan cermica {18}{EL ARTE REDIVIVO}{19}de producir slo loza ordinaria por autores como Diodoro Vaca3, El Carmen fue vista como heredera de aquella otra cermica, la alcorea, a la que se consideraba causante directa de la decadencia de la cermica ta-laverana. En Alcora, desde 1727, se produ-ca la nueva loza que, tratando de imitar a lanuevadinastaborbnica,demandaban lanoblezaylasclasesaltas;unacermi-caenlaquesegnpalabrasdeDiodo-roVaca4laausteridadornamentalylos asuntos msticos y religiosos propios de la cermica talaverana fueron sustituidos por frvolostemasmitolgicosdecoradoscon hojarascas y oropel, quedando corrompido de tal modo el buen gusto por la imitacin delasgrotescasydisparatadasrocallasy las ridculas balumbas borrominescas de la CortedeLuisXVI,tradasenmalahoraa nuestraPatria,quedesapareceporcom-pletoaquelestiloviril,recioycastizodel Renacimiento espaol, para morir a manos de un exotismo afeminado y morboso. Esta afrmacin resulta exagerada y ya ha sidopuntualizadadebidamenteencuanto al papel de Alcora en la crisis de la cermi-ca talaverana y a la relacin de El Carmen con Valencia5, pero resulta de gran inters por cuanto es el perfecto refejo de un pro-ceso que se estaba fraguando en Talavera ainiciosdelsigloXXyqueestabapermi-tiendocaracterizarsucermicadelossi-glos XVI y XVII como parte esencial del arte patrioycastizoquedesdeotrosmbitos nacionales y bajo el espritu del Regenera-cionismo se estaba conformando a lo largo delasegundamitaddelsigloXIX.Porin-fuencia del Krausismo, de la Institucin Li-basta y tambin traan de Valencia para vender. PRADILLO, Manuel: 1997, vol. 2, p. 466.3VACA, Diodoro y RUIZ DE LUNA, Juan: 1943, p. 152.4dem, pp. 142 143 y 147.5Vase GONZLEZ MORENO, Fernando: 2002, pp. 60 77; y NIVEIRO, Emilio: 1994, p. 115.bre de Enseanza, de la Generacin del 98 y de otros intelectuales y pensadores, ste periodo protagoniz la gestacin de nume-rososproyectosdestinadosarecuperar de entre nuestro pasado artstico y cultura aquellas manifestaciones que se entendan comomspropias,castizasyesenciales, prestndoseespecialatencinalasartes decorativas/artesanasporconsiderarse stascomolasmscercanasanuestra verdaderaesencia,anuestraintrahistoria en palabras de Miguel de Unamuno6. Este proceso afect de manera general a todas las manifestaciones artsticas y de manera particularalacermica,experimentando un amplio desarrollo a travs de numerosos procesosderevivaloderecuperacinde estilos y producciones del pasado que ten-dran por protagonistas, entre otros, a Fer-nndezSotoyJosyEnriqueMensaque en Sevilla, a Sebastin Aguado en Toledo, a Daniel Zuloaga en Segovia y a Juan Ruiz de Luna y Enrique Guijo en Talavera. La unin de estos dos hombres, Juan Ruiz deLunaRojas(Noez,1863Talavera, 1945)yEnriqueGuijoNavarro(Crdoba, 1871 Madrid, 1954) [Figs. 1 y 2], es uno deesoshechosprovidencialesycruciales para la historia de los pueblos. Como ya he sealado,ainiciosdelsigloXXexistaen Talavera plena conciencia de la prdida de unatradicinsucermicaartsticaque habagozadodesumayoresplendoren los siglos XVI y XVII y que a partir del siglo XVIII haba sido desplazada por la infuen-ciadelacermicaalcorea(almenosas seentendaysimplifcaba).Estedebate estaba alentado en gran medida desde Ma-drid,dondeencontramosatodaunaserie deintelectualesyceramflosFrancisco deP.lvarezOsorio,directordelMuseo ArqueolgicoNacional;FranciscoAlcn-tara, que ser el director de la Escuela de 6GONZLEZ MORENO, Fernando: 2002, pp 99- 151.CermicadeMadrid;PlatnPramo,bo-ticarioenOropesaperogranceramfloy estudioso de la cermica antigua talavera-na; los hermanos Antonio y Manuel Macha-do; etc.con los que entr en contacto el pintor Enrique Guijo al trasladarse a Madrid hacia1900.Guijosehabaformadocomo pintor de cermica en Sevilla en la fbrica de Mensaque y Soto, por lo que a su llega-da a Madrid lo hace con el respaldo de uno delosproyectosderesurgimientocermi-co ms importantes de la poca. En 1907, con un enjambre de ideas, y de estarcidos Fig. 1: Juan Ruiz de Luna Rojas (Archivo de Amparo Ruiz de Luna)Fig. 2: Enrique Guijo (Archivo de Hijos de Juan Manuel Arroyo Ruiz de Luna)Fig. 3: Boceto para la decoracin del camarn de la Virgen del Prado de Talavera de la Reina, Toledo, 1912 (Archivo de Amparo Ruiz de Luna){18} {19}I. LA FUNDACIN Y EL RESURGIMIENTObajo el brazo7 y con la recomendacin de Serafn Falc, Guijo llega a Talavera, entra encontactoconJuanRuizdeLunaRojas pintordecorador,pintorcermicoocasio-nal y fotgrafo que tambin se muestra in-teresado por una empresa de resurgimiento cermico aplicada a Talavera y pinta una seriedeplatosyuntiborconmotivosre-nacentistas italo-sevillanos en la fbrica El Carmen [Cat. 1 y 2]. El cordobs, sin llegar a ver las piezas cocidas, regresa a Madrid y queda a la espera de que Emilio Niveiro Gil, propietariodeElCarmen,acepteformar parte de este proyecto; sin embargo, ni Pla-tn Pramo ni su hijo Emilio Niveiro Romo logran convencerle. Afortunadamente, Juan RuizdeLunahabadecididoexponerlas piezas pintadas por Guijo en su tienda de la calle Medelln (actual Mesones) y, viendo la grata aceptacin generada entre el pblico, resuelve acometer l mismo el proyecto de resucitar la antigua cermica talaverana.Juan Ruiz de Luna Rojas proceda de una familiademodestosartfcesdecoradores en pintura, talla y escultura [Cat. 3 y 4]. Ins-talado en Talavera desde 1880 junto a sus hermanos Jernimo y Emilio Herriz, Juan colabora con ellos en el diseo de esceno-grafas y en la decoracin de establecimien-tos,peroapenascincoaosdespusse producelamuertedeambosporelclera y Juan queda slo al frente del negocio. Es ste el primero de uno de esos momentos de su trayectoria que demuestran la capaci-dad de Ruiz de Luna para afrontar momen-tos de crisis y superarlos con admirable xi-to.Juannosloconsiguesacaradelante el negocio por s mismo, sino que adems consigue encargos como la decoracin del teatrodeNavalmoraldePusa(1903),del ConventodeSantoDomingo,eltelnde embocadura y decoraciones del teatro La Unin (El Liceo), del Camarn de la Virgen 7NIVEIRO, Emilio: 1994, p. 119 120.del Prado [Fig. 3] todos en Talavera de la ReinaodelPalaciodelasCabezasdel Marqus de Comillas en Navalmoral [Cat. 5 y 6]; ste ltimo encargo marca adems el inicio de una estrecha relacin con el Mar-qus de Comillas, que se convertira en un continuomecenasparaRuizdeLuna,su-fragndoleunviajeaRomay,en1909,el envo de piezas de cermica a Nueva York. Juan Ruiz de Luna demuestra adems ser un artista movido por una continua curiosi-dad y nimo de superacin, lo que le lleva aasociarseconJuanJosPeralespara establecer en la plaza de Aravaca de Tala-vera el primer estudio fotogrfco de la ciu-dad8 [Cat. 7 y 8]; ambos formaron sociedad hasta1895,aoapartirdelcualRuizde Lunaprosiguiensolitariosulaborcomo fotgrafo an compaginada con la de pin-tor decorador y como colaborador grfco denumerosaspublicacionesdelapoca: Castilla, El Castellano Grfco, Toledo, etc. Tambin se atribuye al ya mencionado Mar-qus de Comillas el intento por convencer a Ruiz de Luna para que entrara en contacto con los hermanos Lumire y comercializara en nuestro pas el cinematgrafo, pero este sera uno de los pocos proyectos que Ruiz de Luna dejara escapar9. Llegado el ao de 1908, Juan Ruiz de Luna se encuentra con el gran reto que marcar el resto de su vida y de su carrera artstica: ponerenmarchaunafbricadestinadaa hacer resurgir la Cermica artstica de Ta-lavera tan famosa en los siglos XVI y XVII, pocadesumayorforecimiento10.Elpri-8VasePACHECO,Csar:1997,pp.4354;y GONZLEZ MORENO, Fernando: 2006, pp. 140 147.9SegnsuhijoRafaelRuizdeLunaenunaen-trevistarecogidaenLaEscuelaAgustiniana. Madrid: n 22, octubre-diciembre de 1985, pp. 2 [114] 8 [120].10SegnpalabrasdelpropioRuizdeLunaenla memoria de la fbrica de febrero de 1913 (Archi-vo de Amparo Ruiz de Luna, Mlaga).merpasoconsistienlacreacindeuna sociedad Ruiz de Luna, Guijo y Ca. en la que, en un primer momento, iban a tomar parte el propio Juan Ruiz de Luna (con una accin de 4.000 pesetas y quedando a car-go de la direccin, gestin y administracin delafbrica),PlatnPramoySnchez (con una accin del mismo valor y ponien-do a disposicin de la fbrica su coleccin de cermica antigua para que sirviera como modelo), Enrique Guijo (con otra accin de 4.000pesetascomosocioindustrialyto-mando el puesto de jefe de taller de deco-racin) y Juan Ramn Ginestal Maroto (con dosaccionesde4.000pesetascadauna y otra tercera del mismo valor en concepto deledifciodelaantiguafbricadepaos delaplazadelPanqueproporcionapara instalar los talleres). Sin embargo, la muerte de Ginestal obliga a replantear la sociedad; quedan Ruiz de Luna y Pramo, la viuda de Ginestal no toma parte en la sociedad pero ofrece el edifcio a cambio de un alquiler y se incorporan Manuel Casas y Gallego y Jos Gallego y Benito. La sociedad defnitiva que-d legalmente constituida el 9 de agosto de 1909 con estos cuatro miembros, a los que unaodespusseuniraJuanAndrsde Covarrubias y Laguna, Marqus de Villatoya (con una accin ms). Guijo no tom parte como socio capitalista11 [Cat. 11 y 13]. Losprimerosaosdelafbrica,fundada el18dejuniode1908aunqueelprimer hornoparaventanofuecocidohastala simblicafechadel8deseptiembredel mismoao[Cat.14],seransindudalos msilusionantes,perotambinlosms duros y arriesgados. Y aqu, una vez ms, es cuando la personalidad perseverante de JuanRuizdeLunaseimponeporencima delasadversidadesquehacanpeligrar la continuidad del proyecto. El primer gran retofue,sinduda,habilitarlapropiafbri-ca, construyndose en el tiempo rcord de tresmeseslostalleres,hornos,charcasy dems dependencias auxiliares necesarias [Cat. 10]. No obstante, an mayor problema suponaencontrarelpersonalnecesarioy cualifcado. Segn el propio Ruiz de Luna, 11Segnlamismamemoria,en1913soncinco miembros, aunque no se menciona cuales (Ruiz deLuna,Pramo,Casas,GallegoyCovarru-bias). En un borrador de la disolucin de la socie-dad,datableen1915(ArchivodeAmparoRuiz deLuna),slosecitaacuatroparaelreparto decapital:JuanRuizdeLuna,PlatnPramo, Manuel Casas y Jos Gallego. El Marqus de Vi-llatoya, que haba comprado el edifcio a la viuda e hijos de Ginestal, continuara su relacin con la fbrica hasta 1919 arrendando las instalaciones a Ruiz de Luna.Fig. 4: Francisco Arroyo Santamara (Archivo de Hijos de Juan Manuel Arroyo Ruiz de Luna){20}{EL ARTE REDIVIVO}{21}la fbrica se constituy con seis obreros12, entre los que se encontraban Julin Rome-ro (ofcial de cerrado), su hermano Telsfo-roRomero(ofcialdeabierto),JuanPrez (cobijero)todosellosprocedentesdela clausuradaMenora-yFranciscoFranco (ofcialdehornos);encargadodelosta-lleresdedecoracin/directorartsticoera EnriqueGuijoycomodiscpuloaventaja-doFrancisco ArroyoSantamara13[Fig.4]. Esta falta de operarios seguira siendo una constantepreocupacindeRuizdeLuna, contemplndola como uno de lo principales problemasqueafectabanaldesarrollode la fbrica en la memoria de febrero de 1913 quedirigealossocioscapitalistas:enla actualidadnopasandeunadocenalos obrerosempleadoseneltallerdepintura, siendo la mayora mujeres y nios de 14 a 16 aos; este reducido nmero de obreros escausadequeningunodeellospueda dedicarseespecialmenteaungneroo trabajo, nico medio de ordenar y distribuir lasoperacionesconresultadossatisfacto-rios. En el taller de rueda o torneado, solo haycuatroofcialesydosaprendices,los cuales no solo tienen que fabricar todos los objetos,sinoquetambinhandeatender alahornado,quemadoydesempaquetado de hornos14. 12En la cermica de Ruiz de Luna en FERNN-DEZ-SANGUINO, Julio: 2006, pp. 183 188.En el momento de la entrevista (10 de noviembre de 1928), el nmero de operarios se encontraba ya en 114 (90 hombres, que cobraban entre 4 y 10 pesetas,y24mujeres,quecobranentre2y3 pesetas). Se seala adems que la formacin de un obrero de cermica, dependiendo de las dis-posiciones artsticas de cada uno, supona ocho aos para los alfareros y diez para los pintores.13FranciscoArroyoerasobrinopolticodeJuan RuizdeLunapueselpadredeaqul,Manuel Arroyo Pinilla, era hermano de la segunda mujer de ste, Francisca Arroyo Pinilla. Adems, des-de 1911, se convirtieron en yerno y suegro al ca-sarse Francisco Arroyo con la hija mayor de Ruiz de Luna, Tomasa.14MemoriadelArchivodeAmparoRuizdeLuna La fbrica realiz un enorme esfuerzo para acometer los grandes proyectos con los que alcanzsusprimerosreconocimientosen Madrid, Santander, Bilbao, Valencia..., pero losoperariosresultabaninsufcientespara atenderlosencargos,quedandomuchos pedidos sin cumplir o demorndose ms de lodebido.Estasituacinobligaconvertir la propia fbrica en una escuela de cermi-ca,actuandoGuijoenunprimermomento como maestro de pintores y, ms adelante, Francisco Arroyo y Juan Ruiz de Luna Arro-yo. Hacan falta obreros seala Santiago (Mlaga).Camarasa15,yloshaca;graciasasuini-ciativa y a su concurso, fueron creadas unas escuelas nocturnas, en una modesta socie-dad de obreros, de dibujo lineal y artstico, ydemodelado,enlosquesuhijopoltico Francisco Arroyo y su hijo Juan, eran los en-cargadosdelaenseanza.Setratabade ElBloque16,unasociedaddeinstruccin yrecreocreadaen1916enlaque,hasta su cierre en 1939, se formaron algunos de los ms destacables pintores de la fbrica, 15CAMARASA,Santiago:aoVI,15dejuliode 1920, p. 105.16Vase GONZLEZ MORENO, Fernando: 2002, pp. 184 189.como Florencio Martnez Montoya17. Volviendoalosaosinicialesdelafbri-ca, otra de las grandes carencias que Juan RuizdeLunatratdehacerverasusso-cioscapitalistaseralafaltadeinversin en publicidad. La fbrica no contaba ni tan siquieraconuncatlogoytodalapropa-gandaserealizabaentrelospropiosami-gos. Ruiz de Luna ve la necesidad de hacer llegarlainformacindeestacermicaa losarquitectosparaquelacontemplenen sus proyectos, de exhibir sus productos all donde la demanda ha de ser segura don-dehaygustoydinero18,deconcederla venta exclusiva de sus productos a ciertos establecimientos nacionales y extranjeros y de participar en las Exposiciones Naciona-les(poneelejemplodelapublicidadque les ha aportado la de 1911 y el incremento de encargos tras su paso por ella). Resul-taasombrosoeltrabajodesarrolladopor Ruiz de Luna para hacer llegar noticias de la cermica de la fbrica entre aquellos que ms interesados podan estar en ella o que ms podan ayudar a su divulgacin en di-ferentes mbitos. Destacan en este sentido losnombresdelmarqusdeComillas,de ArcherM.HuntingtonfundadordelaHis-panicSocietydeNuevaYork[Fig.5],de Mariano Benlliure, de Sorolla [Cat. 35] y de numerososarquitectosconlosqueseeje-cutaronalgunosdelosproyectosquems temprana proyeccin dieron a la fbrica: L. Belllido en Madrid, con el que se trabaj para la Casa Cisneros; L. Rucabado, a travs del cual la cermica de Ruiz de Luna encontr 17FlorencioMartnezMontoya(19051976)fue discpulodeFranciscoArroyoenElBloque, destacando en el dibujo artstico. All conoci a la que sera su mujer, Inocenta Salina Vals, tam-bin pintora de la fbrica. Tras Francisco Arroyo seconvirtienencargadodeltallerdedecora-cin.PRADILLO,Manuel:1997,vol.II,pp.496 497.18Memoria de enero de 1912, p. 3 (Archivo de Am-paro Ruiz de Luna, Mlaga).Fig. 5: Membrete de la fbrica de loza, azulejera y objetos artsticos Ntra. Sra. del Prado en la carta enviada a Hun-tington, 1909 (Archivo de Amparo Ruiz de Luna){20} {21}I. LA FUNDACIN Y EL RESURGIMIENTOunampliomercadoenBilbao;E.Daverio en Granada; Ams Salvador en Irn; J. M Mendoza y Ussa en Madrid; etc.No obstante, todo lo hasta ahora comentado no dejan de ser detalles concretos de una situacingeneraldeciertaapataydesin-ters por parte de los socios capitalistas de Ruiz de Luna y que era el verdadero proble-ma de fondo al que el director-gerente de la fbricatratabadeponerremedioatravs de las constantes solicitudes y recomenda-ciones lamentos y lloros que platea en susmemorias19.RuizdeLunasealauna yotravezquelasinversionesdecapital quesehabanhechoeranexiguasein-sufcientes tanto para las adecuadas insta-laciones como para la compra de materias primas,yenconsecuenciasudesarrollo comercial ha tenido que ser mezquino. Lo hastaahorarealizado,quepudiramos llamar ensayo del renacimiento de esta in-dustria,requeranuevasinversionesque dieran estabilidad a la empresa. La falta de recursos, por el contrario, haba llevado en apenas dos aos a la fbrica al borde de su derrumbamiento,consecuenciadelocual yahabasidolasalidadelasociedadde EnriqueGuijoysumarchaaMadridpara aceptarunaplazaenlaEscueladeCer-mica;determinacintristsimapuestoque stanoeraocasionadaporotrascausas quelacarenciaderecursosparahacer frente a situaciones difciles muy pasajeras. Esto solucionaba al parecer varios puntos: Primero, el ponerse a cubierto el seor Gui-jo ante el fracaso probable del cierre de esta Fbrica, puesto que en este caso l era el ms perjudicado, y Segundo, que caso de seguir esta industria, seran muy benefcio-sasparaestacasasusgestionesenMa-drid20. LasrecomendacionesdeRuizde 19Tanto en enero de 1912 como en febrero de 1913 (Archivo de Amparo Ruiz de Luna, Mlaga).20Memoria de enero de 1912, pp. 5 y 6 (Archivo de AmparoRuizdeLuna,Mlaga).Guijo,adems 2) Aumentar el nmero de obreros.3)Construccindeuncatlogocolorido que diera idea de los objetos de esta fabri-cacin.4)AdquisicindeMotorElctrico,Tritura-dora de Arcillas y Molinos modernos de es-maltes y colores.5) Crear una seccin de objetos moderniza-dosconnuevoselementosartsticosysin abandonar el cacharro tpico talaverano.6) Prescindir en lo posible de la fabricacin de loza ordinaria o de rosilla.7) El azulejo industrial de dibujos repetidos podrasuplirconventajalafabricacinde loza ordinaria.8) Una ampliacin de capital de 150.000 pe-setas slo para aumentar la produccin de objetos imitacin de lo antiguo de Talavera, azulejos y dems elementos decorativos de la misma poca.La respuesta de los socios fue la no reno-vacin de la sociedad en 1915, distribuyn-doseelcapitalinvertidode21.66627pe-setas entre los cuatro socios. Juan Ruiz de Luna,sinembargo,decidicontinuarcon lafbrica,concretandounplazodecinco aos para pagar su parte correspondiente a cada uno de los otros socios: Platn Pra-mo, Jos Gallego y Benito y Manuel Casas yGallego.Concluidoeseplazo,adems, lafbricayahabrapasadoenteramente amanosdeRuizdeLuna,puesen1919 comprara el edifcio al Marqus de Villato-ya21.Comenzabaasunanuevapocaen 21SegndocumentomanuscritodeJuanRuizde Luna conservado en el Archivo de Amparo Ruiz de Luna (Mlaga); se trata de un borrador escrito en un papel con el membrete de J. Ruiz de Luna PintoryFotgrafo.Medelln,7.PlatnPramo recibira5.41657ptasenobjetosdecermica artstica;JosGallegoyBenitodemcantidad en crditos a su favor (4.79688 ptas) y cermica artstica (61969 ptas); Manuel Casas y Gallego dem cantidad de efectivo de caja (79180 ptas), objetos artsticos (8003 ptas), objetos ordinarios (103448 ptas) y en primeras materias (3.51026 ptas); y Juan Ruiz de Luna dem cantidad en ma-quinarias y herramientas (203886 ptas), mues-Fig. 6: Jos [Antonio] Arpa dibujado por Juan Ruiz de Luna Arroyo, 1916 (Archivo de Amparo Ruiz de Luna)Fig. 7: Ttulo de Caballero de la Orden de Alfonso XII a favor de D. Juan Ruiz de Luna, 1925 (Archivo de Amparo Ruiz de Luna)Fig. 8: Retablillo de la Virgen del Prado, J. Ruiz de Luna, 3 de septiembre de 1936 (Coleccin del Ayuntamiento de Talavera de la Reina)Luna como director-gerente se concretaron en las siguientes:1)Gestionardelpropietariodelacasa-f-brica y socio de esta industria (Marqus de Villatoya),elquecedieraenventadicho edifcio con el fn de que todos cuantos gas-tos de las obras de ampliacin que necesita y de las ya verifcadas quedaran a benefcio de la Sociedad.desuocupacincomoprofesor,mantuvouna asignacinde75pesetasalmesporlasges-tionesenMadridparaRuizdeLuna.Adems, se ocup de fundar una nueva fbrica en Cara-banchel Bajo y, desde 1914, est al frente de la tienda en la calle Mayor, 80 como representante delacermicatalaveranadeRuizdeLunaen Madrid.{22}{EL ARTE REDIVIVO}{23}laqueJuanRuizdeLunacontinacomo director-gerente,FranciscoArroyoocupa elcargodeapoderadogeneralyencarga-do de todos los talleres, Antonio Arpa es el encargado del personal del taller de pintura artstica nunca antes se haba menciona-doaestepintor,posiblementesevillano, quesirvicomotransicinentreEnrique GuijoyFranciscoArroyo22[Cat.36yfg. 6], Antonia Arroyolaencargadadeltaller de pintura industrial y Julin Romero el en-cargado de tornos, hornos, de peones y de-msobrerosdemovimientosdelabores23. La fbrica vive a partir de estos momentos unapocadorada;sinlarmoradesus socios, Juan Ruiz de Luna se ve libre para llevaracabotodoslosproyectosnecesa-riosparaconsolidarlafbrica,ampliarsu produccin y expandir su mercado [Cat. 15 17].Secumplenahoraviejosproyectos comolaampliacintantodelafbricade cermica artstica como la de materiales de construccinSanFranciscode Assola inauguracindeunatienda-exposicinen MadridenlacalleFloridablanca,3(1922) [Cat.119].Lafbricaemprendesusms ambiciososproyectosy,enjustarecom-pensa, obtiene todo tipo de elogios, recom-pensas y premios (vanse en la cronologa adjunta: 1915 1936) [Fig. 7].Estaedaddeoroseprolongarahasta 1936, momento en el que la fbrica se en-frenta a un nuevo periodo crtico con moti-vodelaGuerraCivil.El Ayuntamientode Talavera de la Reina conserva un retablillo trarios(1.91692ptas)yenprimerasmaterias (1.46078 ptas).22LosherederosdeJuanManuelArroyoconser-van una acuarela con una vista de Talavera de-dicada por Antonio Arpa Al amigo Paco (1915), uno de los pocos testimonios conservados de la obra de este pintor adems del nfora presente en esta exposicin.23Segn distribucin de cargos adjunta a un regla-mento de 2 de agosto de 1916 (Archivo de Am-paro Ruiz de Luna, Mlaga).cermico de pared con la imagen de la Vir-gen del Prado fechado en 3 de septiembre de 1936 [Fig. 8]; se trata de la fecha en la que Talavera fue tomada por el ejrcito de Franco.Sinembargo,stenofueelfnal de la guerra en Talavera y los bombardeos continuaronindiscriminadamente;lafbri-ca,situadaenlaprimeralneadefuego frentealosobusesdisparadosdesdeel CerroNegro,sufriracuantiososdestrozos tantoensusinstalaciones(saladeventas y almacenes superiores, almacn de bizco-chos, almacn de azulejos y tejas esmalta-das, taller de tornos, fragua, etc.) como en la produccin nueva y en la cermica anti-gua, producindose prdidas irreparables24 24Vase HURLEY, M Isabel: 1989, pp. 76 78.con su presencia todo aquello que se ha-ba desconcertado al paso de la muerte. Verleall,ensussetenta[ytres]aos enjutos y fuertes; con los ojos grises, en-cendidos para toda una eternidad como provistos por Dios para un largo viaje por el mundo; las manos giles an para dar-lealbarrosutoquedegracia;verleall dirigir su obra con el entendimiento claro de quien no se ha dejado enmohecer la mente por ideas pobres; verle all, en si-lencio, un hermoso silencio de autoridad, rodeado de sus hijos y de los hijos de s-tos, que forman ya una prspera dinasta de maestros en el ofcio de embellecer el barro. Nunca fue tan evidente para m la nobleza natural de un hombre25.25VaseeltextocompletoenVACA,Diodoroy RUIZ DE LUNA, Juan: 1943, pp. 9 y 10.Figs. 9 y 10: Estado de las instalaciones de la fbrica Nuestra Seora del Prado tras los bombardeos de 1936 (Archivo de Amparo Ruiz de Luna)[Figs. 9 y 10].Siempre resulta tremendamente emotiva la descripcinqueManuel A.GarcaViolas ofrece de Ruiz de Luna durante esta trgi-ca etapa; pero ante todo, una vez ms, es untextoquemanifestasuinquebrantable voluntad de trabajo: La vez primera que vi a D. Juan Ruiz de Luna fue una tarde de diciembre en sus talleresdecermica;tenaqueserall porque l no sale nunca de sus trabajos. Aquellatardeelcieloestabaremovido de aviones, el pavor de las alarmas pa-saba de vez en cuando, como un escalo-fro, por el cuerpo doliente de la ciudad. Ysinembargo,unhombrecaminaba lentamente por sus talleres y componan {22} {23}I. LA FUNDACIN Y EL RESURGIMIENTOLafbricaprosiguisulabor,peroacusa dosgravesproblemas;porunlado,lafal-tademateriasprimas,especialmentelos xidos para colores y el estao para el es-malte; y, por otra parte, la prdida de mano deobra.Encuantoalaprimeracuestin, lafaltadexidosadecuadoshabasido una de las constantes inquietudes de Juan Ruiz de Luna, muy interesado en alcanzar unatotalperfeccintcnicaaligualque despusloestarasuhijoRafael.Enlas memorias de 1912 y 1913 que dirige a sus socioscapitalistas,RuizdeLunayahace referenciaalelevadocostequesuponan estas materias primas, pues no se compra-banenlospuntosproductoresniencan-tidadesregulares. Algunasdelasfacturas conservadasnoshablandelasdiferentes empresasalasquefuenecesariorecurrir para hallar los xidos ms adecuados, tan-toenFrancia,ManufacturedeCouleurs Vitrifablespourlacramique&laverrerie A. Lacroix & Cie., como en Inglaterra, The Blythe Colour Works26. La Guerra Civil, sin embargo,impidicontinuarimportando estasmaterias,resultandoespecialmente crticalafaltadeestao;lafbrica,alno poderseguirimportandodesdeInglaterra este metal bsico para el esmalte, tuvo que recurrir a la compra de objetos elaborados conelmismo,comoeranlosmostradores de bares y tabernas27.26Facturas de 5 y 9 de octubre de 1917 (A. Lacroix &Cie.)y16deabrilde1924(TheBlytheCo-lour,lacualtenadepsitosenOnda)(Archivo de Amparo Ruiz de Luna, Mlaga). Los pedidos, acordes a la paleta talaverana, hacen referencia a xido de cobalto, manganeso y cobre, adems denaranjayamarillo.stossesolicitabande-bidamente reformados para la fusibilidad de los fuegos de la fbrica. Durante la ltima poca ya ssecontabaconproveedoresenBarcelona, Valencia, Echvarri (Navarra), etc.27Elestaoobtenidoporesteproceso,porestar mezcladoconcalaminaqueeraimposibleeli-minar,generabaunesmalteentreamarillentoy verdoso.En lo referente a la falta de obreros, el pro-pio Ruiz de Luna explicaba as la situacin a su amigo Violas en 1938:Estoy forzosamente retirado de toda acti-vidad corporal, pero sigo con alma y vida lamarchadeaquellacasa,alaquemi perseverancia, no otra cosa, di vida. Su nuevoresurgimientosehamanifestado de manera potente y arrolladora, lstima es que no halle elementos para que ste fuera rpido! No tenemos a nadie; el me-dio centenar de obreros artfces que esta casa haba forjado desde muy nios, ha desaparecido vctima del veneno marxis-ta,ylospocosquehanquedado,vcti-mas tambin de otra especie de veneno que pudiramos llamar del Empleo; todos preferenunempleitoalofcio,aunque ganen menos. Por qu tendrn ese odio al ofcio? Como hoy ha surgido tanta va-riedad de colocaciones, si esto sigue as, serunproblemadedifcilarregloque traerlaruinadelasindustriasmanua-les.Podraremediarsealgoconlaocu-pacindemuchosdenuestrosheroicos mutilados de guerra que desempearan los puestos sin merma de un cabal cum-plimiento; esto hara que se reintegraran a sus puestos estos vigardos [sic] deser-tores del ofcio, que con gran dao para laPatriaregateanlashorasaltrabajo. Hoy,aquelgrantallerdepinturaquet conocas, est reducido a la lavor [sic] de Juanito,Pacoydosayudantes,sibien parecealgomsconlos12aprendices que se han metido, en nuestro tenaz afn de dar vida a esto, algo difcil si Dios no nos lleva de la mano28.28Carta de Juan Ruiz de Luna desde Arenas (vi-la) a Manuel Garca Violas de 25 de agosto de 1938(ArchivodeAmparoRuizdeLuna,Mla-La fbrica, pese a todas estas difcultades, emprendeunnuevoresurgimientogracias a encargos como los ingentes trabajos para elHogardelSoldadodeSegovia(1938 1939)[Cat.21y22]olosdelzagunde laDiputacindeValladolid(19391940), pero la guerra, ya acabada, guardaba un l-timo revs para el alfar: la marcha en 1939 de Francisco Arroyo, el que haba sido jefe detalleresydirectorartsticoduranteuna delaspocasmsfecundasdelafbrica adems del gran maestro de muchos de los pintores all formados29. La fbrica no slo perdiasunmagnfcopintor,sinodos, puessuhijo,JuanManuel Arroyoambos habandejadounexcelentetestimoniode la vala de sus pinceles en el retablo y z-calos de la Iglesia Parroquial de Castillo de Bayuela (1930 1934), tambin deja Tala-vera para instalarse en Madrid. Comoconsecuenciadelesfuerzodere-construir la fbrica y de re-encauzar la pro-duccin, Ruiz de Luna acusa un importante debilitamiento fsico y de salud; en la ante-riormente citada carta de 1938, con setenta y cinco aos de edad, manifesta: estas p-caras piernas se niegan a sostenerme y me castigan al descanso sin descanso. Llega as el momento en 1942, tres aos antes de su muerte, de pasar la direccin del nego-cio a sus cuatro hijos: Juan, Rafael, Antonio ySalvadorRuizdeLunaArroyo[Fig.11]. ste es el inicio de la tercera poca de la f-brica, ya bajo la denominacin de Cermi-cas Ruiz de Luna, S.L.. Los hijos se enfren-tan ahora a un nuevo reto: el de demostrar quebajosudireccinlaproduccindela fbrica puede mantener el nivel y el presti-gioalcanzadosconsupadre;ellistn,sin duda,estabaalto.Enrealidad,Juan,Ra-faely Antoniotenanpocoquedemostrar; ya haban probado su capacidad de trabajo ga).29VerRENEO,JosLuisyGMEZ,JosMara (Coords.): 2003.Fig. 11: De izquierda a derecha, Antonio, Juan y Rafael Ruiz de Luna Arroyo (Archivo de Amparo Ruiz de Luna){24}{EL ARTE REDIVIVO}colaborando en la fbrica junto a su padre desdemuytempranaedad.Juancomo excelente pintor formado en la Escuela de Cermica de Madrid y en la Escuela de Be-llas Artes de San Fernando30; establecido a caballo entre Talavera y Madrid durante los aos 20 y 30, Juan se encarga adems de gestionarlatienda-exposicindeFlorida-blanca, 3 en Madrid y de establecer desde allcontactosconlosprincipalesarquitec-tos y posibles clientes, diseando los boce-tos de las obras que despus se haran en Talavera[Cat.4345].Rafaelcomopin-tor, encargado de hornos y, por encima de todo, como gran experimentador de xidos yesmaltes;marcadoporunaincansable curiosidad investigadora, Rafael desarroll una labor menos pblica, pero su trabajo de autntico,obsesivoyprofundoconocedor cermicoresultfundamentalparaquela fbrica alcanzara la perfeccin tcnica que tanbuenafamalereport[Cat.4648]. Antoniocomoelaboradordemoldesyde vaciados;despus,tambincumpliendo una funcin menos pblica pero no menos necesaria,comogerente-contableycon-servadordelmuseodecermicaantigua. Y no debemos dejar de mencionar a Salva-dor, cuya carrera como msico le lleva por Sudamrica, pero, sin olvidar la labor de su padre, sirve como representante de la cer-mica all por donde pasa. Los hijos, al igual que hiciera su padre una y otra vez, cumplen con el desafo. La fbri-ca no deja de recibir encargos nacionales e internacionales (vase la cronologa adjun-ta) y la crtica les contina reconociendo su 30Supresenciaenlasexposicionesnacionalesy regionales fue elogiada de manera muy tempra-na;vaseArtistastoledanos:JuanitoRuizde Luna en Toledo, revista de arte (n 185). Toledo: ao VIII, 1922, p. 409; y CAMARASA, Santiago: Homenaje a un gran artista y un gran toledano. LacermicadeTalavera.LabordelSr.Ruizde Luna (y suplemento) en Toledo, revista de arte (n 149). Toledo: ao VI, 15 de julio de 1920, pp. 97 104.vala a travs de numerosas distinciones y premios.Incluso,secumpleahoraunvie-jo sueo de Juan Ruiz de Luna Rojas y la produccin de la fbrica se diversifca, eje-cutndoseunanuevacermicadediseo moderno caracterizada por la perfeccin de sus esmaltes. Se trata de la llamada cer-mica opalina, fruto de los ensayos de Rafael y motivo del Premio de Honor obtenido en Cannes en 1955 [Cat. 61 69]. Y se alcan-zanas,aplenorendimiento,losprimeros cincuenta aos de vida de la fbrica: Cincuenta aos de trabajo son un glorio-sohistorialyalavezlamsclarade-mostracin del acierto que tuvo su buen padre (que Dios tenga a su lado) al reno-var el vigor de una tradicin que iba ca-mino de perderse. Cuando una cosa no tiene razn de ser, desaparece por falta de solidez en su base. La fundacin Ruiz de Luna se mantiene en cambio, en ple-nitud de facultades, dando a Talavera y a Espaafamasonorayconsistente.Les felicito muy de corazn, y que, por largos aos,ustedesysussucesorespuedan seguir gozando plenamente del fruto de su hermosa labor31. Nadahacasospecharsinembargoque, apenastresaosdespus,lafbricano podra afrontar el que sera su ltimo reto. El 1 de abril de 1961, cincuenta y tres aos despus de haberse cocido su primer hor-no,lafbricaNuestraSeoradelPrado yaCermicasRuizdeLunaS.L.cierra porsuspensindepagos.Lanoticiapill alosobrerossentadosensuspuestosde trabajo; las piezas que estaban elaborando fueronrecogidasyas,algunasinclusoa medio decorar [Cat. 152], se carg y se co-ci el ltimo horno de la fbrica cuyo objeti-31Carta dirigida por Ricardo DezCampa (Bar-celona, Instituto Gallach de libreras y ediciones) a Juan Ruiz de Luna Arroyo el 25 de octubre de 1958(ArchivodeAmparoRuizdeLuna,Mla-ga).vo, cumplido con creces, no haba sido otro que el hacer resurgir la Cermica artstica de Talavera tan famosa en los siglos XVI y XVII, poca de su mayor forecimiento. {24}II. EL TALLER{27}{27}El alfar de Ruiz de Luna: artfces y obras de lozaNGEL SNCHEZ-CABEZUDO GMEZDurantepocomsdemediosigloelalfar deNuestraSeoradelPradorealizen elcampodelacermicatalaveranauna labor ingente. Por un lado hizo resurgir de sus cenizas el gran legado cermico de una ciudad que, durante siglos, haba extendido su nombre por Espaa y el Nuevo Mundo, por otro, puso las bases y form a aquellos que haban de recoger el testigo de lo que sera esta actividad en la segunda mitad del siglo XX. An hoy, perviven en los pinceles los colores y diseos surgidos de aquellas manos y en aquellos talleres. LoqueconstituylahazaadeRuizde Lunaydelossucesivosdirectoresarts-ticosfuelacapacidaddecrear,desdela nada,unproductoquellegasuperaren calidadtcnicayartsticaalaspiezastra-dicionales, aunque sin apartarse de lo que fue el legado histrico talaverano. ARTFICES Cuando en 1907 Enrique Guijo inici la bs-queda de una persona con la que acometer elresurgimientodelacermicaantiguade Talavera conoci a Juan Ruiz de Luna, quien, trassuperplejidadporelplanteamientode unproyectoajenoasumbitoprofesional, debidesorprenderlepositivamente,pues lo entendi atractivo. Con la lgica pruden-cia y curiosidad por conocer las habilidades dequientalcosaleproponapudopedirle a ste una prueba de sus aptitudes, que in-clusoGuijopreviamentesehabraofrecido ademostrar,paraloquesolicitaEmilio Niveiro1 el favor de poder cocer en su alfar unas piezas pintadas por l. El resultado fue tan sorprendente por la calidad y belleza de lasmismasquedesdeesemomentoRuiz deLunaseponealfrentedeaquelresur-gimiento,ytrasconversarconGuijodela formatcnicadeabordarelproyectodeci-den su consecucin, cosa que se inici con la bsqueda de unos socios que permitieran reunir el capital necesario. El 8 de septiem-brede1908seinaugurelalfarpropiedad de la Sociedad Ruiz de Luna, Guijo y Ca. 1PropietariodelalfardelCarmenaquienEnri-que Guijo se dirigi en primer lugar para acome-ter el renacimiento de las lozas talaveranas, pro-yectonoaceptadoporste,puestoqueestaba contento con la marcha de su negocio.{28}{EL ARTE REDIVIVO}{29}Enestaexposicinpodemoscontemplar dos platos de aquella primera prueba que, junto con otro que hay en el Museo de Ce-rmicadeTalaverayalgunaotrapieza, fueronelimpulsoparaelplanteamiento deaquellaempresa.Sondosplatospol-cromos con sendas cabezas de guerrero y dama [Cat. 1 y 2],al gusto renacentista, en los que Guijo hace alarde de buen dibujan-teymejorceramista,puesjugandoconel contraste de brillo y mate origina un realce extraordinario de las fguras2. En la vida del alfar de Nuestra Seora del Pradohayquedistinguirtresetapas.La primeravadesdelafundacinen1908a 1915,aoenquesedisuelvelasociedad inicialyJuanRuizdeLunacompratodas lasacciones.Lascausasdeladisolucin podemossuponerlasenlaausenciade EnriqueGuijoylanecesidaddeacometer nuevas inversiones que supondran un des-embolso que los dems socios, ante la in-certidumbre de la rentabilidad del negocio, noestarandecididosarealizar.Ruizde Luna, director de la fbrica, en la memoria de 1912y1913dirigida a los socios, ma-nifesta la necesidad de nuevas inversiones para lograr la expansin y aumentar los be-nefcios, pero esto, de lo que l estaba con-vencido,pensamosquenoeraentendido de forma tan clara por los dems. Dentro de esta primera etapa hay que ha-cer una divisin temporal que se produce a fnales de 1910, con la marcha a Madrid de Guijo, director artstico de la fbrica desde su fundacin [Cat. 29, 30 y 33]. HabanacidoEnriqueGuijoenCrdoba en 1871. Se traslad a Sevilla con tan slo catorce aos, donde empez a trabajar en Creemos poder afrmar que el bizcocho de estas piezas no fue torneado en El Carmen, sino que lo trajo Guijo desde Madrid. En primer lugar por-questosseapartandelasformashabituales en Talavera y en segundo lugar porque el tipo de arcilla que podemos apreciar es de una aparien-cia diferente a la empleada en esta ciudad.lostalleresdelescengrafoAntonioMa-tarredoma,enelquetomsolturaconel dibuj.Pocodespustrabajenlafbrica decermicaartsticadelafamiliaMensa-que, y despus en el taller del artesano Ma-nuel Rodrguez, donde realmente se form comoceramista.En1898,conveintisiete aos,se traslad a Madrid donde, supone-mos que con alguna carta de presentacin, se introduce en el crculo de ciertos intelec-tuales interesados tambin por la cermica. Fueprecisamenteelcontactoconstosy su deseo de iniciar algn proyecto cermi-coloquedeterminasuviajea Talavera,a proponertalesaventuras. Traslanegativa de Emilio Niveiro, propietario del nico alfar que funcionaba en ese momento en la ciu-dad, se produjo el contacto con Juan Ruiz de Luna, que desembocara en la fundacin que en este ao conmemoramos. Lascausasquemotivaronlamarchadel cordobsaMadridsiemprehansuscitado ciertassuspicacias,perorealmentesinos atenemos a la Memoria de 22 de enero de 19123, que el director de la fbrica dirige a los socios, seala esta marcha a fnales de 1910motivadaporlaaceptacindeuna plaza como profesor en la Escuela de Cer-3El original se conserva en el archivo de Amparo Ruiz de Luna, nieta del fundador.mica de Madrid y determinada por la caren-cia de recursos para el sostenimiento de la industria. En palabras de Ruiz de Luna sta fue una determinacin tristsima no ocasio-nada por otras causas, pues los dos aos quepermaneciGuijoenTalaverafueron claves para el resurgir de la cermica yde-sarrollo y xito posterior de este alfar. Guijo, tras su marcha a Madrid, form parte delprofesoradodelaEscueladeCermi-ca y regent un establecimiento en la calle Mayor, n 80, en la que se vendan piezas del alfar talaverano, actuando de represen-tantedelmismosegnpodemosintuirde una de sus cartas dirigida a Ruiz de Luna:Pongo en su conocimiento de que he he-cho un convenio con el seor Barri para servirle cacharros, a condicin de no te-ner ningn objeto de Niveiro, para lo cual espero le remita un lote no muy grande y hacindole un descuento del 16 %, pues son las condiciones que le he dado4.Posteriormente abri su propio taller en Ca-rabanchel,dondecocinumerososazule-josparaanunciospublicitariosyportadas deestablecimientosmadrileos,ascomo fachadasyelrevestimientodelaestacin demetrodelareddeSanLuis,hoydes-aparecida.Losltimosaosdelavidade estegranceramistafuerontristesporla prdida de su visin y la gran soledad y ol-vido en el que se vio sumido5. LosaossiguientesalamarchadeGuijo fueron intensos en trabajo, pues su marcha pudo ser aceptada y solventada porque du-rante su permanencia haba formado al que habra de sustituirle como director artstico 4CartafechadaenMadrida25deoctubrede 1915,conmembretedelestablecimientodela calle Mayor, n 80.5Vase artculo: SNCHEZ- CABEZUDO, ngel: EnriqueGuijo,unceramistaesencialenelsi-gloXXenMAUECOSANTURTN,Carmen (Dir.): 2005, pp. 331 339.Fig. 12: Taller de pintores en los primeros aos de la fbrica (Archivo de Amparo Ruiz de Luna){28} {29}II. EL TALLERde la fbrica, Francisco Arroyo Santamara, personadeunascualidadesartsticasex-traordinarias,quientuvocomounodesus primerosretoslapreparacindelaExpo-sicinNacionalde ArtesDecorativaseIn-dustrias Artsticas, celebrada en Madrid en 1911, por la que se obtuvo una mencin ho-norfca. Los encargos de vajilla y azulejera fueroncadavezmsimportantesenesos aos,ycomoejemplospodemoscitarlos panelesparaelpatioyescaleraprincipal del Ayuntamiento de Madrid Casa de Cis-neros, dos fuentes para el jardn del estu-dio de Mariano Benlliure [Cat. 49], adems de los numerosos encargos para la nobleza de toda Espaa. Enestaprimeraetapalosrecursoshuma-nos eran escasos en nmero y mucho ms en formacin. La apertura de la fbrica im-plic la bsqueda de personas que trabaja-ran en otros alfares y que tuvieran conoci-mientos cermicos, cosa difcil dado que el nico alfar existente era El Carmen, en el que la produccin de loza artstica era muy escasa, adems de algunos talleres peque-os dedicados a loza ordinaria. Los datos que tenemos sobre operarios de estaprimerapocasonpocos.Sabemos por la Memoria de febrero de 19136 que en ese momento no pasan de una docena los obrerosempleadoseneltallerdepintura, siendo la mayora mujeres y nios de 14 a 16 aos; este reducido nmero de obreros escausadequeningunodeellospueda dedicarse especialmente a un gnero o tra-bajo [Figs. 12 y 13].Sabemos tambin que el encargado de per-sonal del taller de pintura artstica fue Anto-nio Arpa [Cat. 36] y que la primera maestra de mujeres de esta poca fue Antonia Arro-yo Santamara7, hermana de Francisco, de 6ArchivodeAmparoRuizdeLuna.Fechadaen Talavera en febrero de 1913 y frmada por el Di-rector- Gerente.7PRADILLO, Juan Manuel: 1997, tomo II, p. 468.quien sin duda recibira la instruccin y for-macin para ese puesto.Lossueldos,segnlamemoriadelao 19128, oscilaban entre los 0,50 cntimos y 1,25 pesetas diarias, este ltimo sera el de los pintores y ofciales de rueda. 5 pesetas para el Director Gerente y 3 para el Director Artstico.Enlamemoriadelaosiguiente observamoscomoestossueldoshaban aumentado un poco. EncuantoaltallerdebarronosdiceRuiz de Luna en el citado documento que en el tallerderuedaotorneadoslohaycuatro ofcialesydosaprendices,loscualesno slotienenquefabricartodoslosobjetos 8Archivo de Amparo Ruiz de Luna (Mlaga).Fig. 13: Taller de pintoras en los primeros aos de la fbrica (Archivo de Amparo Ruiz de Luna)Fig. 14: Taller del barro en los primeros aos de la fbrica (Archivo de Amparo Ruiz de Luna){30}{EL ARTE REDIVIVO}{31}sinoquetambinhandeatenderalahor-neado,quemadoydesempaquetadode hornos[Fig.14].Comovemos,lafbrica en aquellos aos tuvo una disponibilidad de personalmuyprecaria,cosaqueircam-biandopaulatinamente.Encuantoalos operarios del barro sabemos que fueron Ju-lin y Telesforo Romero Fernndez, nacidos en1861y1865respectivamente,quienes asumierondesdeelprincipioelpuestode ofciales de abierto y cerrado de la fbrica, y que ya provenan del taller de Francisco JulindelosRos9.SegnelReglamento de orden interior de la fbrica el primero de elloseraelencargadodetornos,hornos, de peones y dems obreros del movimiento de labores.Hemos de destacar tambin a Julin Mon-temayorCarreo,quienestuvodesdeel principiocomoofcialderueda,elcualse habaformadoenelantiguoalfardeLa Menora y provena del Carmen. Dej de-fnitivamentelafbricaen191,aoenel que decidi montar su propio taller.Lasegundapocadelalfarcomienzaen 1915aladquirirRuizdeLunaRojastoda lapropiedaddelafbrica.Estapocafue la de consolidacin y esplendor, cuya direc-cin artstica recaa ya en Francisco Arroyo Santamara [Cat. 37 y 38], quien haba na-cido en Talavera en el ao 1885. Se form como dibujante en las clases del Centro de Artes y Ofcios y en 1900 se traslad a Ma-drid para trabajar en el taller del escengra-foLuisMuriel.En1907realizelservicio militar destinado en el taller de dibujo de la brigadatopogrfcadelejrcitoyen1908, alfundarseelnuevoalfar,seincorporal mismo. En 1911 contrajo matrimonio con la hija mayor del fundador. Trassuformacinydestrezaeneldibu-jocontacteneltallerconEnriqueGui-jo,quienleensetodoslossecretosde 9PRADILLO, Juan Manuel: Op. cit.latcnicacermica,porloquesiempre consideralceramistaandaluzsuprinci-palmaestro.Losdosaosquetrabajaron juntosfueronesencialesensuformacin, loquemotivuncarioyreconocimiento mutuo que perdur toda la vida. Su aptitud comodibujanteseponedemanifestoen 1913conlaelaboracindelcatlogode piezas de la fbrica. Tres aos despus, en 1916, Juan Ruiz de Luna fund la Sociedad de Instruccin y Recreo El Bloque, con la fnalidad de instruir en las primeras letras y formacin artstica a los operarios, a la par que se realizaban actividades ldicas y de ocio. Al frente de las clases de dibujo arts-tico y la tcnica del carboncillo estuvo Arro-yo,loqueunidoalaprcticadiariaenel taller le convirti en el maestro de la mayor parte de los pintores de alfar del siglo XX. Susobrascermicassonmuchas,pero destacaremos a modo de ejemplos algunas de aqullas que ejecut o en las que inter-vino ms directamente, como la portada de lafbrica(1914)[Cat.15],loszcalosdel camarn y zagun de la sacrista de la Bas-lica de Nuestra Seora del Prado (1914), el gran retablo de Santiago (1917), la decora-cin del patio del hoy colegio Juan Ramn Jimnez(1921),lafuentedelRosedalen RosariodeSantaFe(Argentina,1928),el retablo de la iglesia de Castillo de Bayuela (Toledo,1930-34)yunsinfndeobraes-plndidas que ponen de manifesto la cali-dad de este artista cermico que alcanz la ms altas cotas de perfeccin. La Guerra Civil supuso un importante que-branto en la actividad del alfar, aunque ma-yor debi ser el quebranto de la confanza entre Francisco Arroyo y su suegro, lo que determino la decisin del primero de aban-donar la fbrica en 1939, cuyo timn arts-ticohaballevadodurantetantosaos.Es todavapocoeltiempotranscurridopara conocerlasrazonespersonalesyfamilia-res que ocasionaron tal decisin. A pesar de su marcha del alfar de Ruiz de Luna la actividad de Arroyo no poda apar-tarsedelacermicayaprincipiodelos aos 40 inici una breve colaboracin con El Carmen, donde elabor un catlogo ar-tstico. Posteriormente trabaj durante dos aos en Puente del Arzobispo en el alfar de Santa Catalina, propiedad de Pedro de la Cal, para despus instalarse en Madrid en 1943,donde permaneci hasta su muerte en 195210. 10Vaseelartculo:GMEZGMEZ,JosMa-ra: Francisco Arroyo Santamara y Juan Manuel Arroyo Ruiz de Luna en RENEO, Jos Luis y G-MEZ, Jos Mara (Coords.): 2003, pp. 15 86.El nico hijo de Francisco fue Juan Manuel ArroyoRuizdeLuna,quienhabanacido en 1911. Desde pequeo recibi junto a su formacin acadmica la instruccin pictri-ca y cermica de su propio padre, asisti a lasclasesdeElBloqueyparticipenla prcticadiariadelafbrica.Suobrams temprana,ansiendoadolescente,fueun paneldelaVirgendelPradofechadoen 1927, dedicado a sus abuelos paternos, as como un conjunto de platos de gran fuerza pictricaenlosqueseobservalainfuen-cia del gran pintor Sorolla, alguno de ellos hoy en la exposicin [Cat. 40 42]. Hay que destacar tambin su participacin en las re-presentacionesdealgunossantosparael retablodeCastillodeBayuelaentre1930 y1934.ConposterioridadalaGuerraCi-vil march a Madrid donde fue profesor de laEscueladeCermicaydondecontinu su obra como ceramista, aunque apartado ya de la tradicin talaverana, ahora con la idea de innovar y buscar nuevas lneas de creacin11.Sidesdeelpuntodevistaproductivoes estasegundaetapalademayoresplen-doryabundancia,ellollevaparejadola existenciadeunostalleresnutridosde abundantepersonal;assabemosqueen algunosmomentostrabajaronmsdeun centenardepersonas,entreellossedej notarpaulatinamentelainfuenciaartstica de Juan Ruiz de Luna Arroyo, hijo del fun-dador.Estostalleresrepletosdeactividad yoperariospuedencontemplarseenlas fotografas antiguas [Fig. 15]. Mas esto no siempre fue as, pues la dcada de los 30, conlasturbulenciasdelasegundaRep-blica,nosconfrmanunareduccinenlos encargos; no olvidemos que la mayor parte de la produccin iba destinada a la burgue-sa o clases adineradas. Posteriormente, la contiendacivilde1936,ancuandotuvo 11dem.Fig. 15: Postal Uno de los talleres de cermica artstica de la casa J. Ruiz de Luna. Talavera de la Reina (Col. Snchez-Cabezudo){30} {31}II. EL TALLERunacortaduracinenlaciudad,produ-jounaconmocinenlostalleresquemuy grfcamenteexpresaJuanRuizdeLuna enunacartadirigidaasuamigoManuel Garca Violas, con fecha 25 de agosto de 1938, cuando le dice: no tenemos a nadie, el medio centenar de obreros artfces que estacasahabaforjadodesdemuynios ha desaparecido []. Hoy aquel gran taller de pintura que tu conocas est reducido a la labor de Juanito, Paco y dos ayudantes, si bien parece algo ms con los 12 aprendi-ces que se han metido.A continuacin vamos a hacer referencia a losdiferentespintoresybarrerosdeesta segundapoca,segnlosdatosquenos hanllegadoportestimoniosoralesyreco-gidos por Juan Manuel Pradillo en su obra Alfareros Toledanos. Pintoras:-RosaVargas.Habanacidohacia1900y ense a pintar a muchas mujeres.-Prado Corrochano. Naci hacia 1904. Es-tuvo toda su vida en la fbrica y se ocupaba de baar la loza.-CarmenFuentesFernndez.Naciel10 de agosto de 1905. Comenz a trabajar en la fbrica como pintora en 1919 hasta 1932. Despus de la Guerra Civil volvera a traba-jar 5 6 aos.-Justa Amigo. Naci hacia 1908. Abandon la fbrica antes de 1936. Tena el n III de pintora. -Saturnina Alfaro Patavia. Naci el 3 de mar-zo de 1910. Empez a trabajar como pintora en la segunda poca y continu en la fbri-ca durante la tercera. En 1947 era encarga-da de mujeres y ense a pintar a muchas. Tena asignado el n V de pintora12.Pintores:12Desconocemosaquepocacorrespondeeste nmerodepintora,osituvoelmismoenam-bas.-AlfonsoRomeroMesa.Nacien1882. Artista andaluz que trabaj brevemente en Talavera y que a lo largo de su vida prob congrandesobrassucalidadcomocera-mista. -Fernando Broncano Mrquez. Naci hacia 1890. Debi entrar en Nuestra Seora del Prado hacia 1915 [Fig. 16]. Sabemos que en1925tienetallerabiertoconGinestaly con Machuca13.-CasildoRodrigoGmez.Naciel18de agosto de 1899. Entr de muy joven en el alfar, fue pintor y estuvo hasta 1933. -Julin Snchez Tapia. Naci el 6 de febre-ro de 1905. Fue pintor. -Toms Tornero. Naci hacia 1905. Fue pin-tor en Ruiz de Luna en torno a 1925. De l seconservaunatelaconunarepresenta-cin de la Virgen del Prado igual a algunos 13SegnmembretedecartaparafelicitaraJuan Ruiz de Luna por la concesin de la Cruz de Al-fonso XII. Archivo de Amparo Ruiz de Luna (M-laga).paneles de azulejos del alfar14.-FlorencioMartnezMontoya.Naciel22 de febrero de 1905. Se form primero con FranciscoArroyoyposteriormentecon JuanyRafaelRuizdeLuna Arroyo,tena una gran aptitud para el dibujo artstico y la cermica,porloquerecibidistintospre-mios, entre ellos el del concurso provincial de cermica promovido por la Real Acade-mia de Bellas Artes y Ciencias Histricas de Toledo.PermanecienRuizdeLunadu-rante la segunda y tercera poca del alfar. En la nmina de 1948 aparece como encar-gado de taller, cargo que ocupara durante veinte aos.-Andrs Rodrigo Varela. Naci el 26 de ene-ro de 1908. Entr en la fbrica en 1920, don-de permaneci hasta su cierre defnitivo. Barreros:-EugenioSnchezHernndez.Nacien 1908, y trabaj en el taller desde 1920 has-ta1932.EnseasuhermanoAndrsel ofcio. -Andrs Snchez Hernndez. Entr a trabajar en 1934 y permaneci en el alfar hasta 1948. Amboshermanosfueronexcelentesbarre-ros, especializados en grandes nforas.La tercera etapa se inicia el 1 de mayo de 194conlafrmadelcontratodearren-damientodelafbricaporelfundadora cuatrodesushijos:Juan,Rafael, Antonio ySalvador.Elcierredelamismael1de abrilde1961ponefnaaquelilusionante proyecto que en este ao conmemoramos su centenario. Fueron aos difciles por la situacin en que la Guerra Civil haba dejado el pas y la pro-piafbrica,quehubodeserreconstruida sinningunaayudaen193715.Lasituacin 14Informacin facilitada por su hija Sara Tornero.15Talaveratuvounperiodocortodecontienda, perolos bombardeos sobrelafbricacausaron arrendaticia se prorrog hasta la muerte de Juan Ruiz de Luna el da 25 de septiembre de1945,enquepasaserpropiedadde los hermanos que la dirigan, repartindose los cometidos dentro de la misma.El director artstico de esta etapa fue Juan RuizdeLunaArroyo,hijodelfundador, quienhabanacidoenTalaveraen1899. Cuando se abri el alfar se implic desde un principio en el mismo y vio la necesidad de obtener una formacin dirigida al sector de la cermica artstica, por ello decidi matri-cularse en 1914 en la Escuela de Cermica de Madrid, a la que la fbrica se senta muy vinculadayhabaayudadoennopocas ocasiones, dada la buena relacin entre el fundador y el director de la Escuela, Fran-ciscoAlcntara[Cat.43].Posteriormente se matricul en la Escuela de Bellas Artes deSanFernando,entrecuyosprofesores contconJoaqunSorolla,ycompletsu formacin en Pars pensionado por la Jun-ta de Ampliacin de Estudios del Ministerio de Educacin Nacional (1925). Destaca en el taller por la elaboracin de bocetos para azulejera aplicada a la arquitectura, de cu-yas obras contamos en Madrid con bastan-tes ejemplos. En este tipo de bocetos, algu-no de ellos en nuestra exposicin [Cat. 19, 21, 23 26], se puede observar la soltura y calidad del artfce, as como el dominio de la tcnica de la acuarela. Desdemuytempranoparticipenexposi-ciones por toda Espaa. En 1920 concurri a la colectiva del Circulo de Bellas Artes con distintas obras, una de la cuales fue un leo conelpatiodelConventodeSantaPaula de Sevilla; este leo fue llevado a la cer-micaporelpropioJuanenunaplacaque hoypodemoscontemplarenlaexposicin [Cat. 44]. Esta placa reafrma lo dicho sobre su destreza y el carcter pictrico que supo infundir a muchas de sus realizaciones ce-graves deterioros en su estructura e importantes prdidas en el material y almacn de piezas.Fig. 16: Plato de la fbrica Ntra. Sra. del Prado frmado por Fernando Broncano (Col. de Lpez-Gasc){32}{EL ARTE REDIVIVO}{33}rmicas.Otradesuspinturas,tambinen nuestrocatlogo,eselretratoalleoque realizasupadre[Cat.3y4].En1928, fue galardonado con medalla de oro por el lienzo Telares de Talavera en el Crculo de Bellas Artes de Toledo.En1922setrasladaMadridpararegen-tar la tienda que la fbrica abri en la calle Floridablanca. Esta presencia le sirvi para establecercontactosdelosquederiva-rangrancantidaddeencargos,ascomo lasmuestrasarealizarendistintasciuda-desdeEspaaydelextranjero,comose deducedelacorrespondenciaquediriga a su padre en estos aos16. Como ejemplo desusmuchasobrasenestaterceraeta-pa[Cat.45]citaremoselproyectoparala FuenteMonumentaldeRosariodeSanta Fe(Argentina),loszcalosdelaFacultad de Letras de Valladolid y el plpito para la Ermita de Nuestra Seora del Prado.En 1933 se traspas la tienda y l y su fami-lia se instalaron en Talavera17, donde volvi atrabajarenlafbricahastasucierreen 1961,momentoenelquedeciditrasla-darse a vivir a Mlaga; all mont su propio tallerdecermica.Losotrosdoshijosdel fundador, Rafael y Antonio, desempearon tambinenestatercerapocaunpapel fundamental.Rafael Ruiz de Luna Arroyo naci en 1910 y pas toda su vida en el alfar hasta su cierre. Destac como buen dibujante, aun cuando no tuvo la soltura pictrica de su hermano Juan [Cat. 46 48]. Pintaba junto a ste y controlaba los hornos con su hermano An-16Archivo de Amparo Ruiz de Luna (Mlaga).17En los ltimos aos de la fbrica dio clases par-ticularesdepinturaenTalavera,segnnosha manifestado Sara Tornero, quien asisti a stas juntoaAmparoRuizdeLunaSerrano,hijadel ceramista,y a Carmina Planchuelo, quien des-puscontraeramatrimonioconJuanjoRuizde Luna Serrano. Sara Tornero conserva un cuadro en el que parte del mismo est realizado por su profesor,quienlemostrabacomorealizarunas frutas correctamente.tonio.Perosindudaalguna,lalaborenla quesobresalecomocreadornicoesen los esmaltes, mbito en el que alcanza un dominiotcnicoyartsticoabsoluto;una faceta que le permiti adems entablar co-laboraciones con escultores como Juan de valos [Cat. 55 58].Hay que destacar su intervencin en algu-nas obras como el Va Crucis de la Baslica del Prado que realiz con su sobrino Juan Manuel Arroyo[Cat.27],ascomoalguno delospanelesquereproducancuadros clebresenlahistoriadelapinturaespa-ola. En cuanto a piezas de forma sobresa-le como creador de una serie denominada opalina,apartirdelatcnicadelesmalte, lascualesfuerongalardonadasenalgu-nos certmenes y que hoy recordamos en nuestra exposicin [Cat. 61 69]. AntonioRuizdeLuna Arroyonacien Ta-lavera en 1912, al igual que sus hermanos se vincul desde el principi al alfar, y como ellostambinloabandontraselcierre defnitivo.Hubodesacrifcarsuformacin con los pinceles para cubrir otras parcelas menos lucidas pero igual de necesarias. Su actividadsecentrenlaadministraciny gestinburocrtica,noobstanteexisteal-gn testimonio que le sita junto a su her-manoRafaelenelcontroldeloshornosy tambinenlaseccindemoldes,donde debisurgirsubuenaamistadconResti-tutoMartnGamo[Cat.5154].Tambin realizelinventariodepiezasdelmuseo, a la vez que llevaba toda la documentacin relacionada con el mismo18.Gran parte del xito de este alfar se debi aquetodossusdirectoresartsticosestu-vieron al ms alto nivel y a que no se haba ausentadoelanteriorcuandoelsiguien-teestabayainterviniendoenlaactividad artsticadelafbrica,loquepermitiuna continuidadnosloenlaproduccinsino 18InformacinrecibidadesuhijoAlfredoRuizde Luna.tambin en la calidad.Antesdepasaralarelacindepintores yartfcesdeestaterceraetapahayque mencionar de forma especial, aunque ya lo hicimos, a Florencio Martnez Montoya, jefe de taller durante toda esta poca, excelente dibujante y gran trabajador, que fue recono-cidoconlamedallaalmritoeneltrabajo en 1972 [Cat. 153].Pintoras:-TeresaRodrigoRodrguez.Trabajentre 1940 y 1949. Pintora con el n II.-Elisa Gmez Fernndez. Pintora con el n IV.-UrbanaRodrigoRodrguez. Trabajentre 1942 y 1944. Pintora con el n VI.-Amparo Hidalgo Garca. Pintora con el n VII.-Josefa Fernndez Fuentes. Entr a traba-jar en 1938 y la ensearon a pintar Francis-co ArroyoSantamara,JuanRuizdeLuna Arroyo y su hermano Rafael. Fue la ltima maestra de mujeres. Pintora con el n IX.-Josefa Carretero Salinas. Pintora con el n XI.-Amparo Muoz Delgado. Pintora con el n XII.-JuanaLunaGil. Trabajde1945a1949. Su n de pintora era el XIII.-Mara Snchez Palomares. Pintora con el n XV.Pintores:-Felipe Spnola Bernardo. Muy buen pintor.-Antonio Gonzlez Durn. En 1948 con 32 aoseraofcialdeprimera,categoraque slo tena Rafael Garca Bodas. Fue un pin-tor de mucho detalle y preciosismo. Al cie-rre de la fbrica se estableci por su cuenta en la Caada de Alfares n 22.-MarianoEugerciosManzano.Trabajde muy joven salindose para montar una em-presa con otros dos ceramistas y posterior-mente se estableci por su cuenta. -RafaelGarcaBodas.Nacidoen1922, empez de 11 aos en el alfar y permane-cienlhastasucierre.Sumaestrofue FranciscoArroyoyconstituyeconDurn y Spnola el triunvirato de pintores de esta tercera poca, sin olvidar a Florencio Mar-tnez Montoya. -PabloAdeva.Nacidoen1932,entra trabajar en la fbrica en 1947 todava du-ranteellutoporlamuertedelfundador, permaneciendoenlafbricahasta1961. Despus pas a la Nueva Menora y a Ar-tesana Talaverana. En la actualidad sigue colaborandoconsushijosenCermicas Adeva.De todo lo expuesto hemos de concluir que lospintoresenlafbricanofueronslo tres, sino otros muchos que dejaron su arte annimo en cuantas piezas salieron de sus hornos.Lasgrandesobras,sobretodode azulejera,correspondansindudaalos maestros,peromuchasextraordinarias nforas y bellos platos salieron de las ma-nosdetornerosypintoresannimosque ensearon a otros y dejaron muchos aos de sus vidas en el alfar. A todos ellos, men-cionados o no, quisiera desde estas lneas dedicarles mi sencillo homenaje. LAS LOZAS DEL ALFAREldeshornadodelasprimerascochuras represent un destello de luz en el sombro panoramacermicodeestaciudad.Esos destellosfueroncadavezmsfrecuentes hastaquevolvinuevamenteaamanecer con la luz de los mejores tiempos. Lo que se labraba a principios del siglo XX eraunaproduccincarentedecalidadar-{32} {33}II. EL TALLERtsticacompuesta,almargendelobasto, porplatosderosilla19ycacharreradeco-radaalgustopseudovalenciano.Losmo-delostradoshacia1860porlosoperarios venidosdeValenciayManisessehaban idoadulterandoydegenerandoalolargo del ltimo cuarto del siglo XIX, mezclndo-se con lo que haba pervivido de la tradicin talaverana, como las jarras de la Virgen del Prado o los platos de pabellones. En1905secerrelalfardeLaMenora que, aunque de forma muy agotada, haba mantenidoenmayormedidaelgustoan-tiguo,puesElCarmen,elnicoquean subsista, se haba rendido al gusto levan-tinoparaofreceralgonovedosoquecon-quistara el mercado.Vamos a realizar ahora un breve estudio so-bre las lozas que salieron del alfar de Ruiz de Luna y que, al margen de la produccin azulejera, han sido las que en mayor medi-da han llegado al gran pblico y extendido sunombre.Abordaremosestetrabajoin-tentando agruparlas en series decorativas, puesto que, de forma individualizada sera imposibledadasuextensin. Yaenelpri-mer catlogo de la fbrica (1913/14) se re-coganmsdedoscientaspiezasdeloza diferentes20 [Cat. 110 112].Entendemos por serie el conjunto de piezas de distinta tipologa que repiten los mismos motivossobreunmismotema.Enbasea esto, estableceremos las principales series en la produccin de la fbrica.19Estosplatosestabanesmaltadosenblancoy slo tenan como decoracin una pequea rose-ta en el centro y un flete azul en el borde. Eran de uso domestico y no ornamental.20Estamos utilizando el trmino loza no en un sen-tido genrico que lo puede equiparar a cermica, sinoreferidoavajillaycacharreraensusdife-rentes mbitos.SERIE CALIGRFICAEl nombre con el que la clasifcamos tiene queverconeldibujoquepresenta,pues ste aparece con un trazado muy fno, casi caligrfco,queserellenacondiferentes colores, principalmente amarillo, ocre, azul y verde, sobre un buen esmalte blanco. Sus motivos son casi siempre forales, acompa-ados de grupos de tres hojas (trifolios) en verdeyamarillo,losqueutilizapararelle-nar. A veces esta decoracin tiene un mo-tivocentralquepuedesereldelaVirgen delPradooescenasdemontera[Cat.32 y 35].Estaseriepresentadosnotascaracters-ticasqueconsideramosinfuenciadela produccin levantina que se realizaba en Talavera en el momento de la fundacin del alfar. La primera es la utilizacin de un color verdeolivaopardo,elcualvemosyaen piezasdefnalesdelsigloXIXyquenun-cahabasidoutilizadoenTalaveraantes delavenidadelosalfarerosvalencianos. Enelalfarseledenominabaverdedelas mujeres, pues no olvidemos que eran ellas y algunos nios los que dibujaban en aquel momentotodosestoscacharros.Esteco-lor, obtenido por la mezcla de cobalto y anti-monio, est presente siempre en las piezas de esta serie, si exceptuamos aquellas muy escasas decoradas slo en azul. La mayo-ranosolansermuygrandes,aunquea vecessehacannforasdegrantamao, como es el caso de la jarra dedicada al pin-tor Sorolla, presente en esta exposicin. La otra caracterstica es la aplicacin en las piezasdecerradodepequeashojasen relieve, bellotas como asidero de las tapas o simplemente circulitos con puntos, tambin enrelieve,querodeanlasbocasylasba-ses.Elorigendeestadecoracinhayque buscarloenlasproduccionesdeManises de la segunda mitad del siglo XIX [Fig. 17].La tipologa que emple esta serie fue va-riada: botijos, botellas globulares, jarras de pico,bomboneras,nforasyplatosnode grantamao. Todasellasslovanmarca-das con el nombre Talavera en manganeso, enlazado y con la R cada, aunque algunas ni siquiera llevan esta marca. Podemos cir-cunscribirla dentro de los dos o tres prime-ros aos de la primera poca. SERIE DE PABELLONES Y GUIRNALDASEn ella estn presentes algunas de las pro-ducciones que se realizaban en la ciudad en losaosanterioresalaaperturadelalfar, aunque bajo una nueva versin. Los dos tr-minos que aqu agrupamos pueden constituir decoraciones por separado, aunque a veces tambin aparecen de forma compuesta.Consisten en una secuencia de ondas que se sujetan en sus extremos a unas rosetas delasquecuelganpaosconlosquesi-mulan estar atados. Unas veces las forman hojas y fores (guirnaldas) y otras unas te-Fig. 17: Jarras de Pico. Serie Caligrfca (Col. Snchez -Cabezudo){34}{EL ARTE REDIVIVO}{35}las en forma de cortinas recogidas en dra-perie(pabellones).Estadecoracintiene su origen en el mundo clsico, recuperada enelRenacimientoyposteriormenteen elNeoclasicismo.EnEspaaseextendi alasartesdecorativasduranteelreinado de Carlos IV, mientras que en Talavera em-piezan a repetirse en la primera dcada del siglo XIX.LosejemplosdecoradosporRuizdeLuna conestosmotivos,principalmentenforas, centrosymaceteros,presentanalgunape-culiaridad que denotan esa infuencia levanti-na de las primeras series. As, las guirnaldas en las piezas ms tempranas no se forman con fores y hojas, sino con una especie de plumeado que ocupa ms espacio [Fig. 18]. Incluso encontramos este repertorio realiza-doenelcolorverdedelasmujeresyque denota lo temprano del mismo.Amedidaqueavanzalasegundaetapa decaenestasdecoracionesdeguirnaldas ypabellonesporelempujedeseriesms novedosas y atractivas.SERIE DE LA VIRGEN DEL PRADOEstinspiradaenlaspiezasqueconeste motivoseprodujerondurantetodoelsiglo XIX.LaVirgendelPrado,patronadela ciudadytitulardelalfar,ocupaelespacio central,representadaensutronoconco-ronayaureola,loqueestuvopresenteen todas las etapas de la fbrica, tanto en pe-queos retablos y placas como en paneles de azulejos [Cat. 14 y 77]. En la cacharre-ra fue centro de jarras, botijos, burladeras, benditeras y platos [Cat. 32]. El resto de la decoracin mezcla motivos de otras series, como la caligrfca, la de guirnaldas y pabe-llones,puntillasesquemticasoramosde fores alcoreas. En algunas jarras el cuello y la parte cercana a la base presentan aca-naladuras en relieve, bien en paralelo o en espiga [Fig. 19]. Estas labores, as como la inscripcinqueavecesrodealajarraalu-diendo a su propietaria, son detalles trados de la serie histrica. SERIE DE MONTERAEs la ms numerosa en el conjunto de loza elaboradaporlafbrica,alavezquesus motivos se hicieron presentes en cualquier tipodecacharrosyalolargodelastres pocasdelalfar.Secaracterizaporesce-nasdecazaoecuestresenunescenario campestre cerrado por grandes y viejos r-boles [Cat. 13 y fg. 0]. En las piezas de menor tamao el motivo se reduca a uno o dosanimalesenesemismoambiente.En los jarrones o nforas se decora el reverso con una arquitectura o castillete igualmente entre rboles.Estas decoraciones estn basadas en series histricastalaveranas,fundamentalmente la serie polcroma y la azulde rboles de pisos, caso en el que las producciones del alfarreproducenlosrbolescuyotronco estformadoportreslneas,todoelloen diferentes gradaciones de azul.SERIE DE BATALLASNo tiene antecedentes en las lozas antiguas deTalavera,aunquesufuentedeinspira-cin s es talaverana. Hablamos delos z-calos de azulejera de la Sala Capitular baja del Ayuntamiento de Toledo, obra realizada porelalfarerotalaveranoIgnacioMansilla delPinoen1696.Estaobrasecompone deunconjuntodepanelesconasuntode paisajesdebatallas,separadosporpilas-tras con guerreros o alabarderos ataviados alaromana.Lasescenaspodrancorres-ponder a los tercios de Flandes, todas con una gran fuerza representativa y magnfca policroma21. CuandoRuizdeLunayFranciscoArroyo contemplaronestaobradebieronquedar fascinadosyenseguidapensaranlaspo-sibilidades que ofreca este repertorio para el alfar. Debieron sacar apuntes in situ que luego trabajaran, pues la identidad con las piezas cermicas es total [Figs. 21 y 22]. En el primer catlogo del alfar ya aparece una acuarela con uno de los pasajes de la obra antigua y en las pginas de loza las piezas 1 y 2 estn decoradas con estos temas. En estaexposicinestnpresentesdospa-nelesdeazulejos,fechadosen1919,que pint Francisco Arroyo para la entrada de la 21AGUADO VILLALBA, Jos y AGUADO GMEZ, Rosalina: 2004, pp. 160 175.Fig. 18: nfora de guirnaldas plumeadas (Col. Lpez-Gasc) Fig. 19: Jarra Virgen del Prado con decoracin de pabellones (Col. Medina)Fig. 20: Fuente con motivo de montera (Col. Sn-chez-Cabezudo){34} {35}II. EL TALLERcasa del fundador [Cat. 37 y 38], as como variasnforasconescenasdebatallas [Cat. 39, 135 y 136].Esta serie no ha sido muy abundante, pero siempre fue realizada sobre grandes piezas polcromas. Toda su produccin hay que si-tuarla en torno a 1920, aunque conocemos ungranplatoqueporsuperflylaforma de estar marcado correspondera a lospri-merosaosdelalfar,loquenosindicala temprana introduccin de esta serie.SERIE RENACENTISTA O DE GUERREROSNotienesuorigenenningunaseriehist-rica talaverana, pues fue creacin del alfar traslainfuenciadelosdibujosodiseos trados por Enrique Guijo, muy en relacin conlasproduccionesazulejerasrenacen-tistas.Podramosrecordarlostondosde loszcalosdelalczarsevillano,frmados por Augusta en el ltimo tercio del siglo XVI, o los del presbiterio de la iglesia parroquial de Erustes (Toledo), obra talaverana de An-tonio Daz fechada en 1567. Traslosplanteamientosdelrevisionismo historicistadelltimocuartodelsigloXIX y principios del XX se recuper el discurso arqueolgicoatravsdelamiradanostl-gica hacia las formas y repertorios del cla-sicismo. As fueron abundantes las orlas de grutescos, la decoracin a candelieri, o los medallonesconefgiesrenacentistasque imitaban los bajorrelieves que, a fnales del Quattrocento y principios del Cinquecento, ocuparon las enjutas en mltiples ejemplos arquitectnicos. Lostondosconcabezasdeguerrerosya veces de damas fueron un motivo perfecto paraocuparelcentrodegrandesplatosy nforas,siempredeesmeradaejecucin. Estascabezasaparecenenocasionesto-cadas con casco de guerrero, mientras que otrassloevocansuaspectoclsico,sin msaditamentoqueunatnicasobresus hombros[Cat.33y34].Enelcasodelos platos, el ala est recorrida por un grutesco de fguras zoomorfas y antropomorfas entre acantos y zarcillos adaptados a la forma cir-cular del enmarque. En las nforas el tondo ocupaelcentrodeambascaras,rodeado de un herraje renacentista o de una cartela barrocadelaquesalenvegetalessimtri-cos con hojas carnosas y frutas [Cat. 144]. Estaserieserealizdurantelaprimeray segunda etapa del alfar, y fue durante la d-cada de los aos 20 el momento en que se realizaron las mejores piezas. Paralaexposicinsehanseleccionado importantes ejemplos, pues adems de los dos platos de 1907 y los anteriormente ci-tados, encontramos tambin una pareja de platos con guerrero y dama de muy cuida-da ejecucin, con orlas preciosistas al ms puro estilo Ruiz de Luna [Cat. 145].Comosubgrupo,porlaindumentariacl-sicadesuspersonajes,podramosincluir aquunconjuntodepiezasdecoradascon soldadosdecuerpoentero,ataviadosala romana, que portan instrumentos militares, siempre en un paisaje exterior de viejos r-boles.Estosmotivosseplasmaronsobre piezas grandes y en un momento temprano que no llega a la segunda dcada del siglo.SERIE BARROCA O DE ROLEOS Es una de las seas de identidad del alfar deRuizdeLuna,hastatalpuntoqueha llegado a identifcarse con lo talaverano. El origenhayquebuscarloenlasgrecasde roleos y acantos de las producciones pol-cromas del XVII o de las azules y blancas del mismo siglo y del siguiente. Esta inspi-racin en la mente y las manos de Francis-co Arroyo dio lugar a un sinfn de combina-ciones.Deaquellosroleosbrotarontallos yhojasqueengendraronforesyfrutas, mezclados con herrajes y calabrotes, que a su vez se alargaron para formar candelieri o se mezclaron con fguras antropomorfas y zoomorfas en una nueva visin del grutes-co a lo barroco. Todo ello con el sombrea-doperfecto,eldibujoprecisoyelcolorido que,aunquecreadoporellos,seconfun-deconelclsicodeTalavera.Esamez-cla de amarillo, azul y naranja no se ha ido denuestrasretinas,aunquehaceyacasi cincuentaaosqueseapagaronaquellos hornos. Las composiciones se adaptaron perfecta-mentealplanteamientodegrandesmura-les, bien para fachadas o para zcalos, de los que tenemos ejemplos excelentes en el primer catlogo del alfar dibujados por Arro-yo.Tambinseaadieronalapanzade grandes jarrones, bien como motivo nico, a partir de un pequeo valo o camafeo en Fig. 21: Detalle del zcalo de azulejos del Ayunta-miento de Toledo, Ignacio Mansilla, 1696 Fig. 22: Centro de nfora con motivo del zcalo de azulejos del Ayuntamiento de ToledoFig. 22bis: Panel de Cervantes (Academia de Artillera de Segovia, 1939){36}{EL ARTE REDIVIVO}{37}el centro de un eje vertical, o como acom-paamientodeotrosmotivoscentrales: cuadros clsicos, tondos de guerreros, etc. [Cat. 34]. Estos roleos fueron utilizados du-rante toda la vida del alfar y se mezclaron frecuentementeconcasitodaslasseries que estamos estudiando. SERIE ALCOREALos repertorios llegados a mediados del si-gloXVIIIdelaciudadcastellonensellena-ron gran cantidad de cacharros talaveranos durantelasegundamitaddelacenturia, recreadosposteriormenteenelalfarde Nuestra Seora del Prado. El tema del ra-mito agrandado se utiliz en muchas piezas como complemento de otro motivo central, as por ejemplo lo encontramos en cantidad de jarras, botijos y benditeras del la Virgen del Prado. Eltemadelchaparro(rbolsuperpuesto sobre un puente) fue centro de muchos pla-tos o jarras y goz de gran xito en vajillas [Cat. 79 y 80].Otro motivo menos abundante, pero del mis-mo origen, es el que rellena la pieza de gru-pos de puntos y mariposas sueltas, donde el centro es un pjaro, todo elloutilizado nor-malmente en bandejas o jarras pequeas. Lasdecoracionesalcoreasseutilizaron en piezas de pequeo tamao, sobre todo en juegos de caf y vajillas, donde tuvieron unagranaceptacinenlamodalidadpol-croma durante todas las etapas.SERIE DEL QUIJOTELa existencia de un plato de produccin ta-laverana de mediados del siglo XVIII con el tema del Quijote en la coleccin de Ruiz de Luna provoc, noslo su copia, sino sobre todo la eleccin de las aventuras del ingenio-so hidalgo como parte del repertorio decora-tivo del alfar. El momento era de lo ms pro-picio para la adopcin del tema si tenemos en cuenta que en 1905 se haba celebrado eltercercentenariodelaobra[Fig.22bis]. Adems el momento de regeneracin nacio-nalquesevivaenEspaaeraelidneo, impulsado por los integrantes de la Genera-cin del 98 y alentado por los miembros de la Institucin Libre de Enseanza. Fueron las ilustraciones del Quijote del cen-tenario, obra del pintor andaluz Jos Jim-nez Aranda, y las de la Edicin Prncipe de 1863 de Gustave Dor las principales fuen-tes para las piezas cermicas de la fbrica. La adopcin de este tema debi de realizar-se desde los primeros aos, no slo por la existencia de las copias de la pieza histri-ca [Cat. 71 y 72], sino por aparecer repre-sentado en la pieza n 198 del catlogo I y en lossiguientes. Igualmente se conservan bastantes bocetos para obras de azulejera con este tema22.En esta muestra estn presentes, adems delapiezayasealada,sendosbustos deCervantes[Cat.140y141],unpanel 22VaseGONZLEZMORENO,Fernando:El QuijoteenlacermicaRuizdeLunaenMA-UECO, Carmen (dir.): 2005, pp. 295 329.de azulejos con el episodio de los molinos [Cat.142]yunafuenteochavadaenque don Quijote y Sancho preparan las caballe-ras [Cat. 143]. SERIE DE LAGARTERANOS Lagartera, pequeo pueblo toledano situa-do a 25 kilmetros de Talavera, ha tenido, al menos desde el siglo XVIII, una idiosincra-sia que ha impregnado su forma de vestir, susviviendasysuspropiascostumbresy tradiciones.Estaspeculiaridadeshansido conservadasconceloporsushabitantes, de tal manera que a principios del siglo XX fue foco de atraccin de pintores, fotgrafos y viajeros. Tenemos constancia de su paso por all de Sorolla [Fig. 23], Lpez Mezqui-da, Roca, Benlliure y fotgrafos como Ortiz Echage y Rodrguez. Ruiz de Luna, tambin fotgrafo, realiz ml-tiples visitas e instantneas, principalmente de sus tipos populares. Si a esto unimos que Platn Pramo viva en Oropesa, pueblo li-mtrofe, quien admir dicho costumbrismo y lo difundi entre sus amigos y miembros de la Institucin Libre de Enseanza, entende-remos el auge de este pequeo pueblo en ese momento de regeneracin nacional. P-ramo hizo de anftrin de muchos de estos artistas, pues sabemos que Sorolla se aloj ensucasaenalgunadesusvisitas,posi-blementeen1912cuandoacudeapintar una boda lagarterana. Tambin conocemos una carta de 192423 dirigida a Juanito Ruiz deLunaenlaquelecomunicalaprxima celebracindeunabodadelujo,ofrecin-dole su casa para alojarse. De todo lo anterior no es difcil pensar que quisieran plasmar estos tipos en sus cer-micas, y en efecto en el catlogo I aparece coneln51unaorzaglobularquerepre-23Archivo de Amparo Ruiz de Luna (Mlaga).Fig. 23: Sorolla pintando lagarteranos. Fotografa de J. Ruiz de Luna (Archivo de Amparo Ruiz de Luna){36} {37}II. EL TALLERsenta este tema y dos platos con los n 176 y 177 que recogen respectivamente al hom-bre y a la mujer ataviados con el traje tpico. EnelcatlogoIIaparecendosfgurasde bulto con los n 295 y 298 que representan unlagarteranoyunalagarterana.Porlti-mo, el catalogo de la tercera poca recoge con el n 128 la orza del primero y con los n154y155lasdosfgurasdelsegundo. Comovemos,estetemaestuvopresente durante toda la vida del alfar e igualmente est presente en esta exposicin [Cat. 146 151].SERIE DE CUADROS HISTRICOSFueron bastantes las piezas de loza que tu-vieron como decoracin la reproduccin de cuadrosclebresdelaHistoriadelaPin-tura, generalmente espaola, aunque tam-bin de artistas extranjeros presentes en el MuseodelPrado.Igualmentesehicieron gran cantidad de placas y pequeos pane-les de azulejos que recogan estas mismas telas. Elsentimientoquedaorigenaestasco-piaseselmismoqueeldeensalzartodo aquelloquereveleelesplendordenues-traidentidadnacional,porellomuchasde estaspiezassellevabanacertmenesin-ternacionales.En1929concurrieronenla ExposicinIberoamericanadeSevillaen elpabellncomercialjuntoaotrasplacas, paneles y nforas cuyo motivo se centraba en la reproduccin de cuadros de grandes maestros. Estaspiezastenanmuybuenasalidaco-mercial,pueseranobjetodecomprapor muchosextranjeros.Enestesentidoco-nocemosloexpresadoporJuanRuizde LunaRojasasuamigoGarcaViolasen carta,desde ArenasdeSanPedro,de25 de agosto de 193824.[] Rafael sigue bastante bien, [] ayer se fue a Talavera con la intencin de ha-cerlaMajasdeGoyayotrascopiasde Zurbarnquehanencargadomilitares alemanes. Eneltaller,RafaelRuizdeLunaArroyo mostr aptitud para estas copias histricas que realizaba solo o a veces con su herma-no Juan y su sobrino Juan Manuel Arroyo, como fue el caso de los bocetos y paneles para el pabelln de Goya de la exposicin del 29, llamado La Quinta del Sordo.Estaproduccinfueunaconstanteenla vidadelalfarcomosepruebaenlossu-cesivoscatlogos.Habitualmentecuando estostemasocupabanloscentrosdepla-tos, cornucopias o nforas eran de gran ta-maoygrancalidad,comolodemuestran losejemplostradosaestaexposicin:un jarrnconLasHilanderasdeVelzquez 24dem.[Cat.102],unacornucopiaconLosBorra-chos[Cat.106]yunagrannforaconEl rescatedeMoissdelasaguasdelNilo, obra original del italiano Orazio Gentileschi [Cat. 105].SERIE HERLDICASon muchas las piezas decoradas con es-cudos,unasvecescorrespondenalasar-masconcretasdelcomitenteyotrasson genricos, as por ejemplo el de Toledo, el delMonasteriodelEscorialolosderde-nes religiosas.ElescudodeToledo,generalmenteence-rradoenunguilabicfalacoronada,fue muy utilizado en todas las etapas. En color azulygrandesproporcionesdecorenla primeramuchasjarras-parageroobasto-neras. En la segunda y tercera, tambin en grandes platos y parageros, tom color y se situ en un escenario campestre de en-cinas. Losescudosdefamiliaoconlas