Taller.trastornos Alimenticios

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Universidad de Costa Rica Orientación a personas en riesgo Psicosocial. Prof. Rosibelle Murillo. Juan Gabriel Flores C. A52157. Taller. Trastornos alimenticios Las sociedades están en constante cambio e interacción, en donde las personas que conviven dentro de ellas se encuentran expuestas a diferentes estímulos, normas de comportamiento, y patrones de belleza que son parte inherente de la cultura, los cuales ejercen una relación en la construcción de la autoimagen de las personas, de este modo los seres humanos asumen para sí los esquemas de belleza socialmente aceptados. Desde esta perspectiva, la imagen del atractivo físico de la mujer que se promueve es la de aquella que mantiene especial preocupación por el cultivo del cuerpo con el fin de obtener una figura delgada. (García, 2004, citado por Salazar, Z. 2008). Dicha valoración es correspondiente a un indicador importante en la conformación del autoconcepto el cual es estimulado por las modas y la estética. No obstante, esta presión es evidente también en el hombre, al que se le exige de cierto modo mantener una figura estéticamente “ideal” que es representada en el desarrollo de un cuerpo tonificado y musculoso como sinónimos de fuerza y virilidad, además de tener un status quo estable y proveedor que le facilite la aprehensión de bienes materiales. (Salazar, Z 2008). Los párrafos anteriores hacen referencia a lo que las teorías socioculturales de la imagen corporal sostienen, afirmando que el descontento con el físico es producto de los ideales de belleza que se transmiten en la sociedad, es entonces donde surge un concepto fundamental en este

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Universidad de Costa RicaOrientación a personas en riesgo Psicosocial.Prof. Rosibelle Murillo.Juan Gabriel Flores C. A52157.

Taller. Trastornos alimenticios

Las sociedades están en constante cambio e interacción, en donde las personas que conviven dentro de ellas se encuentran expuestas a diferentes estímulos, normas de comportamiento, y patrones de belleza que son parte inherente de la cultura, los cuales ejercen una relación en la construcción de la autoimagen de las personas, de este modo los seres humanos asumen para sí los esquemas de belleza socialmente aceptados.

Desde esta perspectiva, la imagen del atractivo físico de la mujer que se promueve es la de aquella que mantiene especial preocupación por el cultivo del cuerpo con el fin de obtener una figura delgada. (García, 2004, citado por Salazar, Z. 2008). Dicha valoración es correspondiente a un indicador importante en la conformación del autoconcepto el cual es estimulado por las modas y la estética.

No obstante, esta presión es evidente también en el hombre, al que se le exige de cierto modo mantener una figura estéticamente “ideal” que es representada en el desarrollo de un cuerpo tonificado y musculoso como sinónimos de fuerza y virilidad, además de tener un status quo estable y proveedor que le facilite la aprehensión de bienes materiales. (Salazar, Z 2008).

Los párrafos anteriores hacen referencia a lo que las teorías socioculturales de la imagen corporal sostienen, afirmando que el descontento con el físico es producto de los ideales de belleza que se transmiten en la sociedad, es entonces donde surge un concepto fundamental en este trabajo: Imagen corporal, el cual de acuerdo con García (2004) citado por Salazar, Z (2008) se refiere a la representación mental que el sujeto elabora sobre el tamaño, la figura y diferentes partes de su cuerpo, estando relacionado con la percepción que los demás tienen de él. Lo cual no es sinónimo de satisfacción, sino que suele ser producto de la presión existente en la sociedad de asir la imagen corporal que sea socialmente aceptada y reconocida, que con el fin de alcanzarlos tienden a concurrir a conductas poco saludables en cuanto a la alimentación, dando origen a lo que se conoce como trastornos o desordenes en la alimentación.

Dos tipos de desórdenes que comúnmente se manifiestan en la adolescencia son la Anorexia y Bulimia. La Anorexia Nerviosa es definida desde un punto de vista conductual como un desorden en el comportamiento ( un deseo de inanición y pérdida del peso corporal), lo cual a su vez genera una desorganización en el sistema endocrino provocando la pérdida del ciclo menstrual conocido como amenorrea y además de una ausencia de deseo sexual. En el caso de los hombres puede provocar una disminución en los niveles de testosterona afectando la potencia y deseo sexual. Lo anterior rompe con

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el estereotipo de que este trastorno es característico únicamente en la población femenina. ( Martin, C, Stewart, T & Williamson, D. 2004).

Con relación a la Bulimia Nerviosa, esta es concebida por Martin, C et. al (2004) como un desorden alimenticio caracterizado por una preocupación excesiva por el tamaño del cuerpo, atracones y conductas compensatorias inapropiadas, siendo las más comunes el vómito inducido, el uso de laxantes, diuréticos y ejercicio excesivo, presentados después de cada ingesta.

Estos dos tipos de trastornos en la alimentación son estimulados en gran parte por los medios de comunicación masiva, vendiendo en sus presentaciones ese concepto que hemos definido con anterioridad de imagen corporal creando estándares de belleza, los cuales de acuerdo con Heargreves y Tiggeman (2004), son transmitidos por los medios de comunicación, y aceptados por los diferentes agentes de la socialización como lo es la familia, los centros de estudio, el grupo de pares entre demás agentes que intervienen en el desarrollo de la persona.

Durante la etapa de la adolescencia es vital cumplir con diferentes asignaciones propias de este proceso, el cual tiene la especial particularidad de ser un periodo en el cual las y los adolescentes están en una búsqueda constante de la identidad y esta de acuerdo con Pérez, G (2001, p, 9) se refiere a una integración de papeles en donde el ser humano se replantea una definición personal y social, buscando un sentido de pertenencia.

Un componte clave es la identificación, gran parte de las decisiones que se toman en esta etapa del desarrollo son consecuencia de procesos de afinidad e identificación. Por ejemplo, el grupo de amigas y amigos es seleccionado por medio de la identificación, así como el tipo de música, vestimenta y demás elementos. Y todo con tal de afirmar ese sentido de pertenencia, buscando lo que es aceptable y mejor en su red social.

Elevados porcentajes de adolescentes alrededor del mundo padecen de un tipo de desorden alimenticio como consecuencia de tratar de encajar en un modelo que no se ajusta con sus características individuales, lo que genera insatisfacción hacia la imagen corporal la cual es consecuencia de una preocupación excesiva por la comida, lo cual es reforzado por los medios de comunicación y la publicidad que funcionan como reforzadores de imágenes idealizadas, que pocas personas pueden alcanzar.Anschultz, Anschutz, Engels, Becker & Van Serien mencionan el concepto de internalización es definido como el grado en que una persona cree que los esquemas de apariencia que impone la sociedad como correctos, por lo que desde la percepción de estas personas efectivamente lo son. Siendo alarmante si consideramos que desde las sociedades occidentales los esquemas de belleza son delimitados específicamente en cuerpos delgados en el caso de las mujeres, y cuerpos musculosos en el de los hombres.

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Pearson, Turner y Todd-Mancillas (1993) citados por Salazar, Z (2007). Reconocen que los medios de comunicación masiva son instrumentos influyentes en la autoimagen del individuo. Un grado elevado internalización en los patrones de belleza corporal tanto en hombres como en mujeres, puede conducir a una distorsión en la auto-imagen de las personas, en ocasiones actuando de manera imprudente e irresponsable con el fin de cumplir con dichos estándares que en la mayoría de las ocasiones no son acordes con la contextura física de las personas y sus rasgos individuales.

Referencias.

Salazar, Z. (2008). Adolescencia e imagen corporal en la época de la delgadez. “Revista Reflexiones”. 87 (2), p, 67-80, ISSN: 1021-1209. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica.

Salazar, Z (2007). Imagen corporal femenina y publicidad en revistas. “Revista de Ciencias Sociales”. (2), pp. 71-85. Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.

Tiggemann, M. (2005). Television and Adolescent Body Image: The Role of Program Content and Viewing Motivation. Journal of Social & Clinical Psychology, 24(3), 361-381.