Tango e hípica

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Tango e hípica

Jesús Castañón Rodríguez

La presencia del caballo en la literatura argentina ha sido siempre una referencia obligada y un estilo de vida que también han invadido otras ramas artísticas. Una de ellas es la música y, en especial, el tango con numerosas composiciones donde se destaca la importancia de este animal en las faenas agrícolas o en el transporte urbano.

Pero un aspecto curioso es la versión deportiva del caballo en las carreras hípicas. Su pasión ha creado una seña de identidad popular capaz de reflejar sentimientos colectivos de nostalgia, alegría desbordante y esperanza ante los esquivos instantes de felicidad. Y ha comprendido tres ejes de atención: tangos de tema hípico, la atención de letristas y músicos y la relación con otras actividades culturales.

TANGOS DE TEMA HÍPICO

Un primer bloque está dedicado a la presencia de la hípica en las letras de tangos. En una primera recopilación, se documentan 48 tangos cuya atención se concentra en dos grandes bloques temáticos: los acontecimientos y la vivencia social apasionada.

Los acontecimientos deportivos

La vivencia de las carreras hípicas aborda varios frentes. En primer lugar, está la presencia de grandes jinetes a los que se destaca por su gran calidad en el dominio de la fusta y de las riendas, por su coraje de león y su acierto visual o son vistos como un depósito de esperanzas para salir de la miseria gracias a una pericia capaz de obrar el milagro. Así aparecen Antúnez, Pedro Guillén, Leguisamo o Domingo Torterolo y la figura del jinete anónimo en las composiciones El pulpo, El Yacaré, ¡Leguisamo solo!, Mereces un monumento, Pulpo viejo y Sálvame Legui. Otra vertiente del acontecimiento deportivo es la reacción del aficionado en los hipódromos. Su pasión en la vivencia de las carreras está presente en sus intensas emociones durante el desarrollo de las mismas con sus gritos, estremecimientos y fascinación ante los movimientos de los caballos, los lances de la carrera o la vestimenta de los jinetes (Los burros, Mi pingo lindo y Yo te saludo Palermo), con una alegría indescriptible capaz de borrar las tristezas y calmar las amarguras (Por una cabeza), con una intensidad emotiva que vincula la emoción popular a Gardel y a las llegadas apretadas a meta (Este tango es pa'l morocho) y con su silencio profundo camino de casa tras la derrota.

La vivencia social apasionada

El otro gran centro de interés es la vivencia social de las carreras. Una experiencia apasionada que encaja en todos los ámbitos de la vida personal, de los recuerdos del barrio y de la vida cotidiana del Río de la Plata.

La vivencia de pasiones desbordadas de los aficionados tienen especial incidencia en la vida personal y familiar. Si bien, para conseguir el enamoramiento se requiere una pequeña dosis de donjuanismo con el que demostrar su posible pasión (Como querés que te quiera y Te lo digo por tu bien), la mayoría de los tangos hacen referencia al personaje que se ve atrapado en la contradicción de tener que atender al mismo tiempo a la pasión por el dinero y su amor a muerte por su mujer (Lo que nunca te dirán). Es un drama de

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irreparables consecuencias que lleva a desengaños en las carreras y el amor (Por una cabeza) y al fracaso de la vida de pareja. Es un naufragio, provocado por el juego y las malas compañías con apuestas, vicios y cariños pasajeros, que rompen los sueños de ella, llevan a la pobreza y generan una atormentada relación donde se combinan broncas, dolor, frustración, lamento, sufrimiento y oraciones religiosas (Amigotes, Crueldad mental, El jugador, ¡Qué Calamidad! y Tengo miedo).

Se reseña la nostalgia del pasado en De mis barrios, Mi barrio de San Benito, ¿Sabes Buenos Aires? con recuerdos infantiles sobre las negativas repercusiones de las artimañas de las apuestas y la pérdida de la paga en una apuesta fija así como el robo de la manta que adorna los caballos (Mi manta pampa).

Las carreras en los hipódromos argentinos de San Isidro y Palermo y en los uruguayos de Maroñas y Las Piedras sirven para comparar la hípica y la vida como fuente de desengaños (Palermo en octubre y Tango de la mula), para ser un índice de calidad de vida que luce su derroche y diversión en el escaparate social del hipódromo y en la calle (Lo que nunca deschave, Noches de Colón y Uno y uno). Además, las carreras son tema de conversación con las amistades (El día que yo me vaya) y son capaces de definir un carácter popular y emocionado basado en la identidad de vivir, ambicionar y bailar entre filósofos de bar, chistes al Obelisco, bandoneón e imitadores de Gardel (Buenos Aires es tu fiesta y El tango no tiene contra).

Pero sobre todo, las carreras son el ámbito para el retrato de diversos tipos sociales. En primer lugar, destacan los tipos que han sustituido la familia y la vida ordenada por la tentación del dinero fácil en las apuestas clandestinas del fútbol y de las carreras de caballos (Farabute y Palermo), la gente que cría caballos con la esperanza de poder vivir de su suerte con la ayuda del mate y alguna copita fuerte (Tardecitas estuderas) y los calaveras que lucen sonrisa, esplendores falsos y falsos amores con cazadoras de millonarios (A mí déjame de cuentos, Amarroto, Gigoló compadrito y Sangre guerrera).

Y en segundo lugar, los diferentes tipos que intervienen en las apuestas clandestinas. El costumbrismo del hipódromo se envuelve en términos de lunfardo (papusa, papa, refijota, la gran muñeca –para referirse a lo provechoso-, gil –el timado-, catedrático –el timador-, biromista –el anotador de apuestas-, pingo y yocaba –el caballo-, paco –fajo de billetes-, tirar un lance –probar suerte-; pero también de extranjerismos chanc, man, clis, gor luna, crack para crear una atmósfera de falsa ilusión, robo de carteras, promesas de falsas expectativas... El gil narra su punto de vista en Carreras son carreras y La tierra con el sufrimiento de la gente humilde que no gana lo suficiente. Deposita sus esperanzas en las quinielas y las carreras de caballos en un penar continuo por culpa de la falsa esperanza de desquitarse de la derrota en una próxima carrera (Los burros y Mi pingo lindo). El timador, que realiza su faena entre los árboles del hipódromo con la aspiración de vivir sin trabajar a las ganancias del juego clandestino del fin de semana, aparece en Boliche, El catedrático, El lapicero, La catedratica, Soy una fiera, Tírate un lance y Tonguero.

Mención especial merece el tango Milonga burrera por su carácter humorístico. Retrata al jugador de carreras de galgos y de caballos, que se compró un pura sangre. Lo preparó de forma especial y lo transformó en un caballo lento, pero con tan fea presencia que asustó a los demás caballos y ganó el Premio Nacional, a pesar de llegar tres días más tarde y de que le tomaran tiempo con un almanaque.

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LETRISTAS, MÚSICOS E INTÉRPRETES

Otro eje en el panorama del tango está dedicado a las personas que dieron expresión artística a la pasión por las carreras. Es el caso de reconocidos intérpretes como Enrique Campos, Carlos Gardel (que vivió su personal pasión desbordada por el hipódromo en su vertiente de escaparate social, apuestas y dueño de caballos de carreras) o Jorge Vidal y de las orquestas de Astor Piazzolla y Juan D’Arienzo que llenaron de magia las composiciones, entre otros letristas y músicos, de: José María Aguilar, Juan Amado, Alfredo Attadia, Rodolfo Rafael Avilez, Barbieri, Joaquín Barreiro, Zeliz Blanco, Hermido Braga, Miguel Buccino, Enrique Cadícamo, Francisco Canaro, Juan Cao, Ernesto Cardenal, Antonio Casciani, Roberto L. Cayol, J. Celena, Andrés Chinarro, Pascual Contursi, Enrique Delfino, Lucio Demare, José Eneas Riu, Horacio Ferrer, Celedonio Esteban Flores, Omar Facelli, Ada Falcón, Julio Fava Pollero, Osvaldo Fisari, Roberto Fugazot, Héctor Gagliardi, Carlos Gardel, Raúl Garello, Roberto Gimenes, Alberto Gómez, Graciano Gómez, Leopoldo Herrera, Raúl de los Hoyos, Agustín Irusta, Francisco Isart, Nolo Lopez, Maffia y Smurra, Héctor Marco, Francisco Martino, José Paradiso, Pelay, Armando Pontier, H. di Poole, Roberto Ratti, Julio Ravazzano Sanmartino, Alberto Remersaro, Oscar Roma, Domingo Schiaraffia, Federico Silva, Mario Soto, Luis Spinelli, Bernardino Teres, Juan Traverso, Óscar Valles, Jorge Vidal, Jaime Vila y Juan Villalba.

CULTURA

Un tercer grupo de aspectos hace referencia a la creación cultural en literatura, humor gráfico, cine y exposiciones. La creación literaria ha aunado tango e hípica en revistas teatrales gracias a la inclusión de los tangos ¡Qué Calamidad! y Noches de Colón en las obras Señora Revista (1925) y En el Maipo (1926), respectivamente, y del tango Palermo en el sainete El bajo está de fiesta (1929).

Amarroto sirvió de inspiración para la recreación del dibujante Oski en la revista de humor gráfico Rico Tipo. El tango Por una cabeza fue la banda sonora de la película Perfume de mujer, dirigida en 1992 por Martín Brest y protagonizada por Al Pacino, y además fue escenificada en octubre y noviembre de 2000, en la Megaexposición Tango, celebrada en el Palais de Glace de Buenos Aires.

EPÍLOGO

En resumen, la hípica y el tango concentran la deseo intenso de una carrera a taco y lonja por mejorar en la vida mediante un golpe de suerte, más allá de las dificultades de sus curvas. Exalta la doble cara del afortunado golpe de suerte, vida de lujo y estatus social frente a la amargura de vidas derrotadas por la pasión desbordada, el engaño y el juego clandestino de apuestas que juega con todas las falsas ilusiones y esperanzas. Las melódicas notas del bandoneón concentran la nostalgia y amor por la cadencia del idioma, pero mientras las composiciones de tema futbolístico son capaces de embotellar la alegría desbordante de la colectividad, las canciones de tema hípico acogen un mundo de esperanzas truncadas, tristezas y desengaños.

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REFERENCIAS

Bibliografía y discografía general

BARELLA, Humberto, El tango después de Gardel, Buenos Aires, Editorial Corregidor, 2000.

CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús, "Gambetas que encandilan las pupilas", La Página del Idioma Español, Río de Janeiro, 21 de diciembre de 2000.

- "Tango y fútbol", Idioma y deporte, Valladolid, 15 de enero de 2001.

- "Música y deporte en Argentina", Nutrición, Deporte y Fitness, Buenos Aires, 28 de abril de 2001.

CLUB DEL TANGO, <http://www.clubdetango.com.ar/>, Buenos Aires.

EDUARDO RAFAEL, "El deporte y Gardel", en Gardel Extra III ¡Qué los cumpla feliz, Troesma!, Los Ángeles, Tango Reporter, 1998.

Megaexposición Tango, Buenos Aires, Palais de Glace, octubre y noviembre de 2000.

ROMANO, Eduardo, Las letras del tango, Antología cronológica 1900-1980, Córdoba, Editorial Fundación Ross, 2000.

SESSA, Aldo, Tango, Buenos Aires, Sessa Editores, 1999.TANGO SHOW, <http://www.tangoshow.com>, Buenos Aires.

VARELA, Sergio, Tangos que cantó Gardel, Buenos Aires, Distal, 1998.

Discografía de tangos

BARBIERI, Mi manta pampa (zamba). BLANCO, Zeliz, ¿Sabes Buenos Aires? BUCCINO, Miguel-CAO, Juan, Amarroto. CADÍCAMO, Enrique, Gigoló compadrito. CARDENAL, Ernesto-VILA, Jaime, Milonga burrera. CASCIANI, Antonio-BARREIRO, Joaquín, Farabute. CAYOL, Robero L.-HOYOS, Raúl de los, Noches de Colón. CONTURSI, Pascual-TERES, Bernardino, ¡Qué Calamidad! CHINARRO, Andrés-MAFFIA Y SMURRA, El tango no tiene contra. ENEAS RIU, José-DELFINO, Enrique, Los burros. ESTEBAN FLORES, Celedonio-AGUILAR, José María, Tengo miedo. FACELLI, Omar, Amigotes. FACELLI, Omar, La tierra - tango. FALCÓN, Ada, Lo que nunca te dirán. FERRER, Horacio-GARELLO-Raúl, Buenos Aires es tu fiesta. GALGIARDI, Héctor, Carreras son carreras (recitado). GALGIARDI, Héctor, El jugador (poema). GARDEL, Carlos, Boliche. GARDEL, Carlos-LE PERA, Alfredo, Por una cabeza. GÓMEZ, Alberto, Mereces un monumento (milonga).

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HERRERA, Leopoldo-AMADO, Juan, Este tango es pa'l morocho. IRUSTA, Agustín-CADÍCAMO, Enrique-DEMARE, Lucio-FUGAZOT, Roberto, El día que yo me vaya. ISART, Francisco-AVILEZ, Rodolfo Rafael, Tonguero. LÓPEZ, Nolo-ROMA, Óscar, Sálvame Legui. MARCO, Héctor, Como querés que te quiera. MARCO, Héctor, Tardecitas estuderas. MARCO, Héctor, Tírate un lance. MARTINO, Francisco, El catedrático (milonga). MARTINO, Francisco, La catedratica (milonga). MARTINO, Francisco, Soy una fiera. PAPÁVERO, Modesto H., ¡Leguisamo solo! PARADISO, José, El pulpo. PARADISO, José-REMERSARO, Alberto, Mi pingo lindo. PELAY-CANARO, Francisco, Tango de la mula. POOLE. H. DI-CELENA, J., Yo te saludo palermo. RATTI, Roberto, Crueldad mental.

RAVAZZANO SANMARTINO, Julio, De mis barrios. RIVERO, Te lo digo por tu bien. SCHIARAFFIA, Domingo-GÓMEZ, Graciano, A mí déjame de cuentos (milonga). SERRAT, Joan Manuel, Muchacha típica. SILVA, Federico-PONTIER, Armando, Palermo en octubre. SOTO, Mario-ATTADIA, Alfredo, El Yacaré. SPINELLI, Luis-GIMENES, Roberto, Lo que nunca deschave. TRAVERSO, Juan-FAVA POLLERO, Julio, Uno y uno. VALLES, Óscar, Mi barrio de San Benito. VALLES, Óscar, Sangre guerrera (tango). VALLES, Óscar-FISARI, Osvaldo, El lapicero. VIDAL, Jorge, Pulpo viejo. VILLALBA, Juan-BRAGA, Hermido, Palermo.

Todas las letras están disponibles en Letras de tango http://argentina.informatik.uni-muenchen.de/tangos/index.html

www.idiomaydeporte.com