Tapatío 23 de septiembre

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Supervisor: Eduardo Castañeda H. [email protected] / Ana López [email protected] CUADERNO DE LECTURA SECCIÓN B GUADALAJARA, JAL., DOMINGO 23 DE SEPTIEMBRE DE 2012 AÑO XCV TOMO CCCLXVI NÚMERO 34171 FUNDADORES Jesús Álvarez del Castillo V. Jorge Álvarez del Castillo Z. EDITOR-DIRECTOR Carlos Álvarez del Castillo G. nvolucrado desde hace décadas en temas rela- cionados con la sustentabilidad y el medio am- biente, fue apenas hace tres años cuando Eric Britton decidió quedarse a pie de definitivamen- te: vendió su Honda de cinco lustros a un euro. El creador del Día Mundial Sin Auto, cele- brado ayer por todo el orbe, no es un radical, aunque así le parezca seguramente a la mayoría de los propietarios de los alrededor de mil millo- nes de automóviles que se calcula hay global- mente. Lo que él propone es que lo usemos me- nos; que las autoridades de cada ciudad privilegien el transporte público y otras opcio- nes de movilidad. Britton, quien nació en Estados Unidos en 1938, pero que vive en París desde hace más de 40 años es un activista de larga carrera. Nació en Mississippi, Estados Unidos y realizó sus estu- dios en Nueva Inglaterra y Europa. Ingeniero en física por Amherst College, economista por la Universidad de Columbia e internacionalista por la Universidad de Roma. Fundó en 1966 EcoPlan, un foro internacio- nal independiente para la observación, discu- sión y generación de propuestas en torno a los cambios tecnológicos y sus efectos en la vida dia- ria de las personas, particular énfasis en las cuestiones de medio ambiente y sustentabilidad. En la era de Internet, esta iniciati- va de Britton es mejor conocida co- mo The Commons (www.eco- plan.org), misma que en el año 2000 fue premiada con el Stockholm Challenge Award. Pero fue en 1994, en un con- greso realizado en Toledo, España, donde hizo la propuesta de crear el Día Mundial Sin Autos, que hoy se celebra en muchas ciudades el 22 de septiembre, si bien en algunas lo conmemoran en otras fechas. Del día en que decidió desha- cerse de su auto, después de pagar una multa de 180 dólares por haberlo dejado es- tacionado demasiado tiempo en la calle sin pa- gar, recordó hace un año cuando estuvo en Gua- dalajara para el X Congreso Internacional Hacia Ciudades Libres de Autos, que organizaron las agrupaciones GDL en Bici y Ciudad para todos, con el apoyo de la universidad ITESO: “Fue un hecho de pánico, no fue fácil, me llevó dos años acostumbrarme y ahora estoy muy contento acerca de esta historia que ya no me duele”. Como lo consignó CNN México, Britton “asegura estar convencido que ideas como la de autos compartidos o públicos, pueden ayudar a disminuir considerablemente la presencia de los vehículo en calles y estacionamientos. Es como la renta de un auto, llegas, lo tomas, lo usas y lo dejas, es de todos y lo que pasa con esto es que se reduce drásticamente el espacio de estaciona- miento de 10 a uno, y entonces ese espacio que ahora queda libre se puede reutilizar para crear áreas verdes, áreas de convivencia y recrea- ción.” Britton ha trabajado con gobiernos munici- pales, agencias públicas, organizaciones no gu- bernamentales y compañías de transporte en los cinco continentes. Además, ha colaborado con la Organización de las Naciones Unidas, la Co- misión Europea y la Organización para la Coo- peración y el Desarrollo Económico. Se le reco- noce el ser uno de los activistas que ha llevado con más fuerza el asunto de la movilidad susten- table a nivel internacional, motivo por el que ha sido galardonado también con el Premio a la Tec- nología Medioambiental Global. De acuerdo con Eric Britton, el concepto de la sustentabilidad no puede limitarse a un área exclusiva, sino que por el contrario, debe com- prenderse como un principio inmerso en todas las esferas de la vida pública y privada. A lo lar- go de su trayectoria, ha buscado dar un lugar es- pecial a las nuevas generaciones, pues conside- ra que es precisamente en los niños en quienes hay que forjar hábitos que conduzcan a un esti- lo de vida sustentable. Por tanto, de manera pa- ralela a su activismo internacional, Britton se ha involucrado en el desarrollo programas de edu- cación básica, así como en publicaciones para niños. Del mismo modo, destaca que el concepto de la sustentabilidad debe estar siempre relaciona- do con un mundo más agradable para todos. Es por ello que el estadounidense cree que una agenda cultural activa es indispensable en la construcción de una ciudad sustentable, pues exposiciones y muestras de arte incentivan el uso y aprovechamiento de los espacios públicos. Sin embargo, uno de los principios fun- damentales del pensamiento de Britton consiste en el grado de involucramien- to de la ciudadanía en cuestiones de movilidad. El estadounidense utili- za el concepto de “democracia pro- funda” para particularizar aque- lla en la que los ciudadanos entienden que son parte del proceso y se involucran en di- ferentes temas por el bien común. El activista señala que su movimiento está lejos de proponer la desaparición absoluta del automóvil, sim- plemente alude ciudades en las que se privilegien los me- dios de transporte alternativos, tales como la bicicleta y el transporte pú- blico masivo. El Día Mundial sin Au- tos, propuesto por Britton hace casi dos décadas, actualmente se ex- tiende a más de mil 500 ciudades en donde la gente practica en forma masi- va el desplazamiento verde. Millones de personas dejan el auto en sus casas y op- tan por caminar, usar bicicletas, patines y triciclos o el sistema de transporte públi- co de su ciudad. Incluso, en muchas ciu- dades se acostumbra cerrar las calles y or- ganizar fiestas sobre las avenidas, como ayer en Guadalajara, en el barrio de Santa Tere. Aunque técnicamente la ini- ciativa establece un solo día pa- ra desalentar el uso de vehícu- los automotores, en algunos países se han creado semanas enteras dedicadas al tema. Sin embargo, Eric Britton no es- pera que este cambio de há- bitos se limite a un día o una semana, sino que se con- vierta en parte esencial del plan de movilidad en las ciudades que conduzcan a una mejor calidad de vida para todos. El activista señala que su movimiento está lejos de proponer la desaparición absoluta del automóvil; sino que se privilegien medios de transporte alternativos El estadounidense, radicado en París desde hace cuatro décadas, decidió de pronto quedarse a pie y vendió su carro por un euro. Él es el creador del Día Mundial sin Autos que se celebra en alrededor de mil 500 ciudades un afilador que nació para las historias: manuel villaseñor Página siete CIUDAD ignota, crónica DE calandriaS y autobús de doble piso Páginas CUATRO Y CINCO la tuya en bicicleta: karla suárez desde la isla de Ouessant Página siete Por Gilda Colin Bracamontes I Eric Britton: rodar sin auto EL INFORMADOR • M. VALENCIA El primer plus de celebrar el Día Mundial sin Auto lo es que se planteen objetivos como: este año queremos que 50 niños caminen a la escuela; si no lo puedes medir, no es real Eric Britton, especialista en sustentabilidad y tecnología.

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Supervisor: Eduardo Castañeda H. [email protected] / Ana López [email protected]

CUADERNO DE LECTURA

SECCIÓN

BGUADALAJARA, JAL.,

DOMINGO23 DE SEPTIEMBRE

DE 2012

AÑO XCV TOMO CCCLXVI NÚMERO 34171

FUNDADORESJesús Álvarez del Castillo V.Jorge Álvarez del Castillo Z.

EDITOR-DIRECTORCarlos Álvarez del Castillo G.

nvolucrado desde hace décadas en temas rela-cionados con la sustentabilidad y el medio am-biente, fue apenas hace tres años cuando EricBritton decidió quedarse a pie de definitivamen-te: vendió su Honda de cinco lustros a un euro.

El creador del Día Mundial Sin Auto, cele-brado ayer por todo el orbe, no es un radical,aunque así le parezca seguramente a la mayoríade los propietarios de los alrededor de mil millo-nes de automóviles que se calcula hay global-mente. Lo que él propone es que lo usemos me-nos; que las autoridades de cada ciudadprivilegien el transporte público y otras opcio-nes de movilidad.

Britton, quien nació en Estados Unidos en1938, pero que vive en París desde hace más de40 años es un activista de larga carrera. Nació enMississippi, Estados Unidos y realizó sus estu-dios en Nueva Inglaterra y Europa. Ingeniero enfísica por Amherst College, economista por laUniversidad de Columbia e internacionalistapor la Universidad de Roma.

Fundó en 1966 EcoPlan, un foro internacio-nal independiente para la observación, discu-sión y generación de propuestas en torno a loscambios tecnológicos y sus efectos en la vida dia-ria de las personas, particular énfasis en lascuestiones de medio ambiente y sustentabilidad.En la era de Internet, esta iniciati-va de Britton es mejor conocida co-mo The Commons (www.eco-plan.org), misma que en el año2000 fue premiada con elStockholm Challenge Award.

Pero fue en 1994, en un con-greso realizado en Toledo, España,donde hizo la propuesta de crear elDía Mundial Sin Autos, que hoy secelebra en muchas ciudades el 22de septiembre, si bien en algunaslo conmemoran en otras fechas.

Del día en que decidió desha-cerse de su auto, después de pagaruna multa de 180 dólares por haberlo dejado es-tacionado demasiado tiempo en la calle sin pa-gar, recordó hace un año cuando estuvo en Gua-dalajara para el X Congreso Internacional HaciaCiudades Libres de Autos, que organizaron lasagrupaciones GDL en Bici y Ciudad para todos,con el apoyo de la universidad ITESO: “Fue unhecho de pánico, no fue fácil, me llevó dos añosacostumbrarme y ahora estoy muy contentoacerca de esta historia que ya no me duele”.

Como lo consignó CNN México, Britton“asegura estar convencido que ideas como la deautos compartidos o públicos, pueden ayudar adisminuir considerablemente la presencia de losvehículo en calles y estacionamientos. Es comola renta de un auto, llegas, lo tomas, lo usas y lodejas, es de todos y lo que pasa con esto es quese reduce drásticamente el espacio de estaciona-miento de 10 a uno, y entonces ese espacio queahora queda libre se puede reutilizar para crearáreas verdes, áreas de convivencia y recrea-ción.”

Britton ha trabajado con gobiernos munici-pales, agencias públicas, organizaciones no gu-bernamentales y compañías de transporte en loscinco continentes. Además, ha colaborado conla Organización de las Naciones Unidas, la Co-misión Europea y la Organización para la Coo-peración y el Desarrollo Económico. Se le reco-noce el ser uno de los activistas que ha llevadocon más fuerza el asunto de la movilidad susten-table a nivel internacional, motivo por el que hasido galardonado también con el Premio a la Tec-nología Medioambiental Global.

De acuerdo con Eric Britton, el concepto dela sustentabilidad no puede limitarse a un áreaexclusiva, sino que por el contrario, debe com-prenderse como un principio inmerso en todaslas esferas de la vida pública y privada. A lo lar-go de su trayectoria, ha buscado dar un lugar es-pecial a las nuevas generaciones, pues conside-ra que es precisamente en los niños en quieneshay que forjar hábitos que conduzcan a un esti-lo de vida sustentable. Por tanto, de manera pa-ralela a su activismo internacional, Britton se hainvolucrado en el desarrollo programas de edu-

cación básica, así como en publicaciones paraniños.

Del mismo modo, destaca que el concepto dela sustentabilidad debe estar siempre relaciona-do con un mundo más agradable para todos. Espor ello que el estadounidense cree que unaagenda cultural activa es indispensable en laconstrucción de una ciudad sustentable, puesexposiciones y muestras de arte incentivan eluso y aprovechamiento de los espacios públicos.

Sin embargo, uno de los principios fun-damentales del pensamiento de Brittonconsiste en el grado de involucramien-to de la ciudadanía en cuestiones demovilidad. El estadounidense utili-za el concepto de “democracia pro-funda” para particularizar aque-lla en la que los ciudadanosentienden que son parte delproceso y se involucran en di-ferentes temas por el biencomún.

El activista señala quesu movimiento está lejos deproponer la desapariciónabsoluta del automóvil, sim-plemente alude ciudades enlas que se privilegien los me-

dios detransportealternativos,tales como labicicleta y eltransporte pú-blico masivo.

El DíaMundial sin Au-tos, propuestopor Britton hacecasi dos décadas,actualmente se ex-tiende a más de mil500 ciudades en

donde la gente practica en forma masi-va el desplazamiento verde. Millones depersonas dejan el auto en sus casas y op-tan por caminar, usar bicicletas, patines ytriciclos o el sistema de transporte públi-co de su ciudad. Incluso, en muchas ciu-dades se acostumbra cerrar las calles y or-ganizar fiestas sobre las avenidas, comoayer en Guadalajara, en el barrio deSanta Tere.

Aunque técnicamente la ini-ciativa establece un solo día pa-ra desalentar el uso de vehícu-los automotores, en algunospaíses se han creado semanasenteras dedicadas al tema. Sinembargo, Eric Britton no es-pera que este cambio de há-bitos se limite a un día o unasemana, sino que se con-vierta en parte esencial delplan de movilidad en lasciudades que conduzcana una mejor calidad devida para todos.

El activista señala que su

movimiento está lejos de

proponer la desaparición

absoluta del automóvil; sino

que se privilegien medios de

transporte alternativos

El estadounidense, radicado en París

desde hace cuatro décadas, decidió

de pronto quedarse a pie y vendió su

carro por un euro. Él es el creador

del Día Mundial sin Autos que se

celebra en alrededor de

mil 500 ciudades

un afilador que nació para las historias:manuel villaseñor Página siete

CIUDAD ignota, crónica DE calandriaSy autobús de doble piso Páginas CUATRO Y CINCO

la tuya en bicicleta: karla suárezdesde la isla de Ouessant Página siete

Por Gilda Colin Bracamontes

I

Eric Britton:rodar sin auto

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El primerplus de

celebrar el DíaMundial sinAuto lo es quese planteenobjetivos como:este añoqueremos que50 niñoscaminen a laescuela; si no lopuedes medir,no es real

Eric Britton,especialistaen sustentabilidad ytecnología.

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PÁGINA 2-B Domingo 23 de septiembre de 2012EL INFORMADOR

La primera serie televisiva de mi vida la vi en el cine. Eran las trepi-dantes aventuras del vaquero Kit Carson y como la televisión aún nohabía llegado a España —o al menos a San Sebastián, que es dondepasé mi infancia— se proyectaban tres episodios de media hora se-guidos como si fuesen una película.

Porentonces la fórmulameparecióestupenda: ¡tresgestasemo-cionantes por el precio de una! Después, ya en Madrid y ante la pe-queña pantalla recién descubierta, llegaron mis primeras series pro-piamente dichas: Investigador submarino, la preferida,protagonizada por el gran Lloyd Bridges como Mike Nelson, perotambién El último mohicano, David Crockett, la misteriosa Cinco de-dos (que era de espías) y desde luego Dimensión desconocida. Esaslas veíamos sobre todo los menores de la familia, pero cuando llegóPerry Mason no faltaba nadie a la cita, ni mayores ni pequeños. Co-mo no había más que un canal y en todas las casas despertaba simi-lar entusiasmo, al día siguiente tanto en el cole como en la oficina sehablaba del episodio de la noche anterior. Perry Mason o El Santoservían para unir a los españoles en un imaginario compartido. Aho-ra sólo pasa con la selección nacional de fútbol y pronto ya ni eso: ca-da cual por su lado y pidiendo su pacto fiscal…

Además de entretenidas y bien realizadas, algunas series actua-les tienen valores añadidos de orden digamos pegagógico, aunquela palabra suene intimidatoria. No me refiero ahora a la desafortu-nada Luck, que tanto enseñaba sobre los intríngulis del complejomundo de las carreras de caballos. Supongo que esa cuestión no esde interés más que para algunos pocos fanáticos, entre los que mecuento. Pero El ala oeste de la Casa Blanca, que para muchos —en-tre los que también me cuento— sigue permaneciendo insuperada,fue un curso auténtico de la asignatura de Educación para la Ciuda-danía bien entendida. Con programar esa serie en las aulas, seguidade comentarios y debates adecuados que hubieran acercado las cir-cunstancias políticas norteamericanas a las variantes de nuestrasinstituciones, la tan controvertida como indispensable materia hu-biera estado académicamente bien servida. Pero, claro, es pedir de-masiada imaginación a nuestras autoridades educativas…

De las que hoy siguen activas, la que me parece más estimulan-te intelectualmente es una de las menos mencionadas en el ránkingde preferidas por el gusto general: Harry’s Law. Probablemente es-ta relativa postergación se debe a que se trata de una creación másinteligente que sofisticada… y ya sabemos que la sofisticación es

aceptada con más facilidad y gusto que la inteligencia. Su eje es unbufete de abogados, encabezados por una vieja dama indigna inter-pretada con la excelencia previsible por la gran Kathy Bates (la JudiDench del cine americano), del que forman parte un elenco de am-bos sexos y diversas edades, enredados entre sí y con la sociedad poruna amplia gama de conflictos. Cada uno de los episodios muestrados o hasta tres tramas paralelas, en las que se mezclan el humor yel drama: son problemas no sólo legales sino también morales queaciertan a tocar gran parte de las perplejidades de nuestras socieda-des democráticas en materia de garantías sociales, costumbres, edu-cación, etcétera. No siempre los abogados protagonistas salen triun-fantes, a veces su interpretación de la ley es rechazada por unos juecescasi siempre cachazudos e ingeniosos. Y en ocasiones, sencillamen-te, los dilemas son insolubles en el estado actual de las institucioneshumanas… Todo de lo más pedagógico, como pueden imaginar.

Si yo tuviese treinta años menos, lo que probablemente resulta-ría grato por más de un motivo, destinaría al menos una clase sema-naldemiasignaturadeéticaaverydebatirepisodiosdeHarry’sLaw.No resultan menos divertidos que aquellos de Kit Carson de mi in-fancia, pero ofrecen mayor rentabilidad académica…

Educación en serieFernando Savater

Debió de ser allá por los años 1983 o 1984. La concejala del Ayun-tamientodeMadridqueacababadehablarlohabíahechoconunaclaridad y rotundidad infrecuentes en un político y defendiendoideas que no estaban para nada de moda. “¿Quién es esta Juanade Arco española liberal?”, pregunté. La pregunta llegó a sus oí-dos y, desde entonces, en todos estos años —los de su extraordi-naria carrera y, también, los de nuestra amistad— cada vez que lahe visto, Esperanza Aguirre me ha recordado aquella anécdota.¿PorquéJuanadeArco?Porquedefender,comoella lohacía,el li-beralismo, me pareció entonces la manera más rápida de precipi-tarse en la hoguera del desprestigio y la ruina.

Quemeequivocarademaneratangarrafal,muestra losaltosméritos de Esperanza Aguirre, que, ante la sorpresa general, aca-ba de anunciar su renuncia a la Presidencia de la Comunidad deMadridysuretirode lavidapolítica.Nosólohasidounode loses-casos políticos de convicción de estos años en España; también,uno de los más populares, que más elecciones ha ganado y que,en todos los cargos que ha ejercido —concejala, senadora, minis-tra, Presidenta del Senado y Presidenta de la Comunidad—, haconseguidoimpulsarmásmedidasyreformasdecorteliberal,gra-cias a las cuales la provinciana capital de España de hace tres de-cenios es la metrópoli de hoy día y la región más próspera, menosendeudada, una verdadera potencia industrial y la de vida cultu-ral más rica y diversificada de todo el país.

La vamos a echar mucho de menos. Todos.Los que, como yo, la admirábamos y nos hubieragustado verla llegar a la Presidencia del Gobier-no, convencidos de que, con ella al frente, jamásse hubiera hundido España en una crisis como laque hoy padece, y también sus adversarios, a losque deja hoy en la orfandad, sin tener alguien aquienodiaryatacarconlasañaconqueseencar-nizaroncontraella(ayudadosavecesporlosmicrófonosindiscre-tos), que se les enfrentaba sin complejos de inferioridad, respon-diendoalosinsultosconideas,sinperdernuncalasbuenasformasy derrotándolos siempre en las urnas.

Esperanza Aguirre libró en todos estos años un doble com-bate.Contraunaizquierdadura,dogmáticayvanidosaquesecreíadueña no sólo de la verdad ideológica, sino también de la compa-sión,de lasolidaridadydela“justiciasocial”ycontraunaderechaconservadora y ultra, acomplejada y acobardada frente a la iz-quierda, desconfiada del mercado y la apertura económica, favo-rable al rentismo y con más intereses que convicciones y princi-pios. Ninguna de estas dos fuerzas pudieron derrotarla pero lehicieron la vida difícil, muy difícil, y la obligaron muchas veces ahacer verdaderos prodigios de táctica política —simulacros y fin-tas de concesiones, supuestos pasos atrás a fin de saltar adelan-te— para no verse acorralada en lo personal, y, sobre todo, haceravanzar losprincipios liberalesbásicosderecortarel intervencio-nismo estatal en la vida económica y social y privatizar en todo loposible tanto la creación de riqueza como las instituciones y la vi-da ciudadana.

En su famosa distinción entre el “político de convicción” y el“político de responsabilidad” de 1919, Max Weber matizó que nose debía entender esta diferencia como una antinomia sin reme-dio, y que había casos, infrecuentes sin duda, en que un políticoera capaz de conciliar ambas opciones. Una de esas excepcioneshasidoEsperanzaAguirre.Nuncaperdiódevista losprincipios li-berales a los que se adhirió cuando era todavía muy joven; pero, alo largo de su carrera política, la experiencia le mostró que la de-mocracianotolera larigidezdoctrinaria,pues larealidadessiem-pre más sutil y compleja que las teorías que pretenden exhibirla,y que las ideas que no son capaces de adaptarse a la realidad ter-minansiempreporconseguir resultadosopuestosa losquepersi-guen. En muchos momentos de su vida política, Esperanza Agui-rre accedió a iniciativas reñidas con sus convicciones, porque nohabía más remedio, o para salvar al menos parcialmente su pro-

pia agenda. Pero, lo importante, a la hora de juzgar de manera deglobalsugestión,haciendolassumasylasrestas,esquenadiepo-drá negar que en toda su trayectoria aquellas son mucho más nu-merosas que estas, y que por eso de ella se puede hacer el mejorelogio de un gobernante: que dejó la comunidad de la que fue res-ponsable mucho —muchísimo— mejor de como la encontró.

Quisiera destacar un aspecto admirable de la política de Es-peranza Aguirre en la Comunidad de Madrid: el apoyo a los exi-liados y perseguidos políticos de Cuba. Ellos han sido siempre losparientes pobres entre todos los latinoamericanos que han debi-do dejar sus países por las amenazas y el acoso de que eran vícti-mas de parte del poder. Como, por una de esas aberraciones ideo-lógicasdelaqueestárepletalaépocaenquevivimos,laRevoluciónCubana, pese al más de medio siglo de ruina económica y dicta-dura política que ha significado para la isla, sigue gozando de unacierta intangibilidad moral ante la izquierda, el centro e inclusosectores de derecha, los exiliados cubanos han padecido de la in-diferencia y a veces de la abierta hostilidad de los gobiernos de-mocráticosespañoles.Laexcepción,enesto,hasido,graciasaEs-peranza Aguirre, la comunidad madrileña, que ha ayudado amuchos de ellos a encontrar trabajo, a obtener los permisos co-rrespondientesyasobrellevarlasinevitablespenalidadesdeldes-tierro.

Cuando fue Ministra de Educación y CulturadelprimerGobiernodelPartidoPopular, laenemis-tad hacia Esperanza Aguirre de artistas, escritores,cineastas, periodistas, profesores, fue enorme y elensañamiento contra lo que hacía y decía no cono-ciólímites,sobretododeloscaricaturistasalosque,la inmutable calma con que la ministra ejercía sufunción como si la tempestad no fuera con ella, ati-zabalaferocidad.Ajuzgarporlasbarbaridadesque

le decían y atribuían, la educación y la cultura en España habíancaído en manos de una antropófaga, o poco menos. ¡Vaya injusti-cia!Pocospolíticosheconocidoquetenganmásrespetoporel tra-bajo creativo —artístico o intelectual— que Esperanza Aguirre yquehayanhechomásesfuerzosqueella,ensuvidaprivada,enlosescasos recreos que le deparaba su enloquecedora agenda de tra-bajo,para leer,asistiraconciertosoexposicionesyestarenteradadel ir y venir de la vida cultural. Y, también, que haya llevado eserespeto al extremo de no haber querido nunca instrumentalizarlas actividades artísticas en provecho personal.

Y, sin embargo, discretamente, lo que ella ha hecho para im-pulsar la vida cultural en su esfera de influencia ha sido enorme.A ella se debe, en buena parte, que en las últimas décadas la ofer-ta cultural en la comunidad madrileña se haya multiplicado pordiez,dejandomuyrezagadasatodaslasotrasciudadesyregionesdeEspaña,entreellasaCataluña,queen losañossesentaoseten-ta era la capital cultural de España, y que esta vida cultural sea li-bre, diversa, múltiple, y, en ella, la iniciativa privada coexista conla pública.

¿Porquéharenunciadoalapolíticaprecisamenteenestemo-mento? En los últimos dos días he sentido vértigo leyendo todaslas especulaciones al respecto. Que porque se le había reproduci-do el cáncer que padeció hace un par de años, que por discrepan-cias irreductiblesconlapolíticaeconómicadeMarianoRajoy,queporquerellasyanimosidadesensupropiopartido,yotras todavíamás fantasiosas. Aunque no tengo ninguna otra información quelas que he leído en la prensa, creo que nada de eso es cierto. Y queprobablementedijolaverdadensucomparecenciatelevisiva:quehabía llegado el momento de retirarse para dar paso a gente másjoven,que,despuésdetreintaañosdeestarenlaintensabregapo-lítica, quería poder dedicarse un poco más a esa familia que contanta paciencia y generosidad la ha apoyado en estos años y la havisto tan poco. Saber retirarse a tiempo, no enquistarse en el po-der,cederlapostaalanuevageneración,formaparte, también,dela filosofía (y la coherencia) liberal.

Esa Juanade Arco liberalPIEDRA DE TOQUE

Mario Vargas Llosa

En memoria de Sergio Arrendondo (1969-2012)

Las madrecitas de las viejas películas les decían, juiciosas, a sus retoños: “Sola-mente, hijo, te pido que me des un título”. Los chamacos, claro, eran unos engo-minados que bebían malteadas, bailaban el a gogó y nunca se graduaban. Seme-jantes padecimientos asaltan el escritor al que no se le ocurre o no le sale el títulode lo que garabatea (o, cabe añadir, a los lectores que nos jalamos los pelos porculpa de algún bautizo errado o estúpido).

Recordaba el poeta español Fernando Beltrán hace tiempo, en ElPaís, una anécdota pertinente. Balzac, acorralado por un autor novel, seve obligado a responder sus dudas sobre cómo titular su primera obra yopta por la ironía: “Muy fácil. ¿Sale algún tambor? ¿Y alguna trompeta?¿No? Pues entonces, clarísimo: Sin tambores ni trompetas”. Algo sabía elfrancés del asunto: tituló (y, claro, escribió), más de cien obras, algunascon encabezados tan afortunados (e imitados) como La búsqueda del ab-soluto, Pequeñas miserias de la vida conyugal o Las ilusiones perdidas.

No son pocos los títulos que por comodidad o costumbre abreviamoso deformamos, lo que podría ser una muestra de su esencial error. El clá-sico mayor de la lengua castellana, al que todos llamamos El Quijote, porejemplo, es ni más ni menos que El ingenioso hidalgo Don Quijote de laMancha (cabezal que Borges detestaba y consideraba una negligencia).No menos clásica es La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca, lla-mada así por Shakespeare pero consagrada por los siglos sencillamentecomo Hamlet. ¿Apreciaríamos del mismo modo la obra maestra de Vladi-mir Nabokov si hubiera tenido el poco tino de nombrarla como Lolita o lasdesventuras de una nínfula?

Hay títulos que entusiasman a los vitalistas (El arrancacorazones oEscupiré sobre sus tumbas, de Boris Vian); otros rezuman erudición (obrasde Zurita, como Anteparaíso o La vida nueva, suenan a Dante puro, mien-tras que Negra espalda del tiempo y Mañana en la batalla piensa en mí, deMarías, son shakespereanos hasta la médula); otros más son puro aciertoevocativo (Viaje al final de la noche, de Céline; Extraños en un tren, de Pa-tricia Highsmith…).

Algunos postulan que la función de un título es llamar la atención dellector y seducirlo. Es decir: los buenos son los que venden. ¿Hemos de co-legir de ello que horrores como Los hombres que no amaban a las muje-res o Harry Potter y las reliquias de la muerte (que empeora incluso si leagregamos, como en la realidad, “parte uno” y “parte dos”) son modelosde nomenclatura literaria?

Refiriéndose a Gómez de la Serna y Valle-Inclán, dijo alguna vez Fran-cisco Garfias que ambos se habían dado “el lujo casi parnasiano de lla-marse Ramón”. Hay libros que comparten las galas de su nombre; otrossólo ostentan el gusano de un anzuelo que nos busca la parte más blandadel paladar.

Arte de titular

EL MUNDO ALUCINANTE

Antonio Ortuño

Con el otoño llegan a la memoria versos que marcan el cambio de la estacióny que, según el ánimo del poeta, se deslizan por un arco melancólico que vadel carpe diem al tempus fugit, dos antiquísimos tópicos literarios ineludiblescuando declina el año.

Hay poetas a los que de plano les disgusta el otoño: a Victor Hugo le mo-lestaba que el amanecer fuera más oscuro, Lamartine habla del “luto de la na-turaleza”, a Baudelaire le inspiraban horror “las frías tinieblas” inminentes yRafael Alberti culpa al otoño de su tristeza. En cambio, Lope escribe que “lle-ga alegre el otoño y enriquece / el monte de verdor, de fruta el llano”. Cues-tión de gustos: así como hay gente de día y gente de noche, la hay de veranoy de otoño. Pero de cualquier forma, al evocar el otoño la tonalidad de fondoes siempre melancólica. Lo mismo pasa con las canciones populares: “Las ho-jas muertas” (Prévert-Kosma), “September Song” (Kurt Weill-M. Anderson)o “Una balada en otoño” (Serrat, arreglo de Miralles)...

Entre los poetas que mejor han cantado la estación crepuscular, Ver-laine sobresale con su pura musicalidad, intraducible porque está hecha a lavez de aliteración (el sonido de la o como leit-motiv) e imágenes: “Les san-glots longs / des violons / de l’automne...” Keats canta en su oda un otoño denieblas y fruta madura, sidra y golondrinas que se van. Y en lengua españo-la, uno de los grandes del siglo XX, Juan Ramón, tiene una pequeña poesíasin título que merece letras de oro:

Tristeza dulce del campo.La tarde viene cayendo.De las praderas segadasllega un suave olor a heno.Los pinares se han dormido.Bajo la colina, el cieloes tiernamente violeta.Canta un ruiseñor despierto.Vengo detrás de una coplaque había por el sendero,copla de llanto, aromadacon el olor de este tiempo;copla que iba llorandono sé qué cariño muertode otras tardes de septiembreque olieron también a heno.

El otoño, los poetas

DE LECTURASVARIAS

María Palomar

Fueron tales y tan rígidas las medidas de seguridad implementa-das en el Centro de Guadalajara para la celebración de las fiestaspatrias, que de haberse dado en 1810 no hubiera habido ningúngrito de Dolores.

Esunasingularparadojaqueparacelebrara“quienesnosdie-ron patria y libertad” se hubiesen suprimido tantas libertades asífuera por unas horas y, claro, sin adivinar la sorpresa que el climanosteníareservada.Cualquierextrañohubiesepensadoquesefra-guaba en Guadalajara otro levantamiento armado, pero no congente improvisada, sino con insurgentes bien uniformados y per-trechados, mirando con sospecha a los pacíficos y patrióticos ciu-dadanos. Para entrar a la Plaza de Armas solamente había dospuertas con sus respectivos filtros, revisión de mochilas, bolsas ytambaches, e incluso auscultación física por parte de los fieros de-fensores del orden público. Desde luego, el número de efectivosdesplegado, con sus respectivos apabullantes vehículos era ya depor sí intimidante. Por aquello de las canijas dudas, el amuralla-miento del Centro Histórico inició desde la mañana del día 15, yasí se mantuvo antes, en y después del prolongado aguacero.

No es cómodo vivir bajo sospecha y sospechando además detodo mundo, pero esa es la sociedad que estamos construyendo,una sociedad donde el vecino y hasta el familiar más cercano pue-de ser narco, lavandero, halcón, secuestrador, bandido, chantajis-ta, criminal, extorsionador telefónico, despachador, mula, adicto,sicario, terroristaasueldo,complotero,agitador,otraficantedear-mas con o sin membresía reconocida en alguna de las innombra-

bles bandas que existen y siguen brotando como el zacate.Como es final de sexenio la tendencia es a declarar lo bien

que se hizo todo, y en una de esas, aparecerán las memoriasmaquilladas de los gobernantes salientes escritas con el únicofin de justificarse, como si a estas alturas del quehacer históri-co valieran siquiera un poco las autobiografías. Pero aunquedicen y juran que vamos ganándole a la delincuencia, lo que vela ciudadanía es una agenda muy previsible por repetitiva, deevasión o franca liberación de presos, bloqueos urbanos y ca-rreteros, aparición de cadáveres en coches y trocas, noticias desecuestros de todo tipo y nivel, pago de piso, pero también cap-tura de capos por parte de las autoridades a través de moviliza-ciones inauditas, hecho magnificado por todos los medios decomunicación, pero que al parecer no tiene ninguna repercu-sión en la agenda delincuencial establecida.

Creo que ninguno de estos hechos puede ser ajeno a lacondición social y económica del país; el Gobierno no puedeseguir explicando la delincuencia generalizada como frutoexclusivo del trasiego de enervantes, olvidando el terrible pe-so que sobre la nación tiene el sistema económico brutal yempobrecedor que sostiene, y la cultura de espectáculos de-cadentes que fomenta como escape alienante a las miseriasreales de la gente, lo cual incluye celebrar a los insurgentescon fiestas de pan y circo, con el ánimo de impedir que sur-jan otros aún más decididos y violentos que aquéllos.

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El grito cercadoy mojadoLOS COLORES

DEL TIEMPO

Armando González Escoto

Defender, como EsperanzaAguirre, el liberalismo, me

pareció la manera másrápida de precipitarse en la

hoguera del desprestigio

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Domingo 23 de septiembre de 2012 PÁGINA 3-BEL INFORMADOR

Transitoriedad apenas superior a 70 días, es muchoo poco tiempo, según quiera o pueda verse entre de-claraciones, rumores y amenazas, exponentes de laimprescindible coordinación. La suspicacia ahuyen-ta la confianza para alcanzar la tranquilidad y conse-cuente participación de la población.

El viaje del presidente electo Enrique PeñaNieto a países latinoamericanos: Guatemala, Co-lombia, Perú, Argentina, Chile y Brasil abre la ex-pectativa de prudencia y obtener alianzas o al me-nos experiencias.

Optimismo o pesimismo es el dilema. La reali-dadratificalaausenciadelealtadalosprincipiosyva-lores ideológicos entre los miembros de los partidospolíticos colocados en el limbo de la irresponsabili-dadparaelenfrentamientodecondicionantesnacio-nales y extranjeras.

El ambiente es de expectación respecto a la in-fluenciadelequipodetransición,enlaobviaconfron-tación de circunstancias; hasta ahora, como institu-cionalmente corresponde, en manos y decisión delequipo de trabajo del Poder Ejecutivo Presidencial.Finalmente, unos y otros ocupados en el diseño delfuturo de México a partir del día 1 de diciembre.

En la opinión pública sobre sale la inquietud yeventualdecisióndereducirel espacioentre laselec-cionesconsucorrespondientedeterminacióny la to-ma de posesión de nuevas autoridades; que en el ca-so nacional es de cinco meses y para Jalisco resultadeocho.Losampliosespaciosdel tiempoabrenlaex-pectativa entre ser o no ser. En tanto, la responsabili-dad se diluye y los acontecimientos negativos se su-ceden de manera inexorable con quebranto de latranquilidad con la sola esperanza de paz.

En ese lapso, el Poder Legislativo ejerce fun-ciones de acomodo y reacomodo de grupos conintereses políticos propios y a la vez ajenos alcumplimiento de responsabilidades en torno a lareformas, calificadas apremiantes, entre otras,como la laboral, para la generación de empleos,y la Hacendaria, dedicada a satisfacer necesida-des de infraestructura; ambas coincidentes en elpropósito de alcanzar la paz social por medio dela economía y la educación.

Mientras tanto la inseguridad crece hasta con-vertirse en auténtica cultura de sufrimiento en fami-lias de víctimas y victimarios. El reporte cotidiano delos hechos no deja duda respecto a la incapacidad deromper con el vicio del crimen, su denuncia y poste-rioridadimpunidad.Lanotarojaenlosmediosdeco-municación se atiende como parte de un contenidomás de diversión intrascendente y no como la adver-tencia ponderada.

En la práctica democrática, concurrimos a ellacon interpretaciones de inconformidad, mas no dediálogoconstructivoplural,afavordesolucionessus-tentadas en el bienestar edificador de mejores nive-les de vida social a través del trabajo con retribuciónequitativa de sus participantes directos y la contribu-ciónjustadedicadaalafunciónpúblicasustentadaenla honestidad.

Ladesconfianzaprevaleceentodoslossectores,validando aquello de que: unos simulan trabajo y sucontraparte sólo cumple proporcionalmente con elpago.Finalmente,ambosquedaninconformessinlo-grar resultado práctico para el desarrollo.

Dios nos guarde de la [email protected]

Realidad virtual,ser o no ser

VISIÓNY DECISIÓN

Carlos CortésVázquez

Hay personas y situaciones que parecen confundirse con el

vaivén de la vida en la Calzada Independencia

Unas cuadras, comometáfora de la ciudad

l gran hotel que se encuentra en la es-quina de López Cotilla y la CalzadaIndependencia, al que ya sólo le que-da el adjetivo, salen un hombre ma-yor, de cabello blanco que parecequerer esconderlo bajo el sombrerode fieltro negro, y una mujer vestidacon una minifalda azul, maquillada

conla intencióndequesucararelumbreatrescua-dras. Justo al llegar al umbral de la puerta, cruzansus miradas. Son sólo segundos en los que él incli-nalevementelacabezayellasonríecómplice.Lue-go ella camina hacia el Sur y él hacia el Norte.

Si ellos creían que nadie los hacía en su pe-queño mundo estaban equivocados: un bolero quehace su trabajo le comenta a su amigo, que, literal-mente está tirado sobre la banqueta: “¡Uy, no tar-daron ni media hora, así ni conviene rentar uncuarto tan caro!”. Al que le bolean los zapatos ca-fés, el comentario informativo que no iba para éllo hace deslizar la mirada del periódico que leíahacia la eventual pareja que ya parece confundir-se con el vaivén de personas que caminan a estashorasde lamañanapor laCalzadaIndependencia.

López Cotilla comienza (o termina, según sele quiera ver) en la Calzada Independencia y esaquí donde a las nueve y media de la mañana nosólo ya hay boleros dando grasa, sino un par de

limpiabrisas que se quejan de que últimamente los“trampas” —centroamericanos que vienen trepa-dos en el tren y van al Norte a intentar cruzar lafrontera— les están quitando clientes.

Caminando sobre la Calzada se encuentra —entre López Cotilla y Madero—, una calle que só-lo aquí existe: sólo aquí porque a Villa Gómez po-cos la conocen, pues abarca apenas dos cuadras.Y en los pocos metros que van de la Calzada a lacalle de Huerto caben varios puestos que antes noestaban bien puestos, pero que ahora ya han he-cho suyo el piso: vendedores de teléfonos celula-res chicos, medianos y grandes, nuevos o usados,“hay de todos los modelos y si no lo tenemos, se loconseguimos”;delentes“originales,mire,pruébe-selos sin compromiso, no los va a encontrar másbaras ni en san Juan de Dios”, y de algunas otrascosillas. Ha sido tan buena la clientela, aquí en es-ta callecita, que, como sucede en este tipo de ca-sos, han aparecido de repente ya más puestos, quecomo no cabían ya sobre la minibanqueta de VillaGómez, se han colocado sobre Huerto, en ese tra-mo que va de aquí a López Cotilla, cuadra por de-más tétrica y sola, así sean ya las diez y media dela mañana.

Casi 20 puestos —también hay tacos y el ca-rrito de la fruta picada— y alguno que otro que vade pasada y se queda y los viene-viene que vienen

y van con sus cubetas y un tipo con pinta de indi-gente dice que ya se cansó de estar aquí y que me-jor se va a trabajar y cruza la Calzada retando alMacrobús que no desacelera. Y su trabajo es estaren lapuertadelOxxo,abriendoycerrando lapuer-ta, acción por la que está convencido los transeún-tes deben darle algunas monedas.

Sobre la Calzada, de nuevo, hay un puesto derevistas que ya cerca de las 11 de la mañana porfin abre. Y se ven ahí, aparte de periódicos, algu-nas revistas como La Maestra y el Libro Vaquero.Enfrente, a la entrada del hotel Vigo, la señora quesalió hace rato del hotelote de más allá está ahoraaquí, parada, buscando alguna mirada perdidaque por lo pronto no aparece.

La siguiente esquina ya es la calle de Madero,huele a comida china y no es de gratis: hay un res-taurante chino de los que proliferan en el Centro

de la ciudad a últimas fechas. A la vueltita, comoescondida, como regañada, paradita junto a la pa-red, hay una jovencita a la que difícilmente se lepuede creer que tenga ya 18 años y que está todoslos días, puntual como si fuera a la escuela, espe-rando a que alguien le de 250 pesos para caminarhacia el hotel La Fuente que está a unos pasos, so-bre la calle Huerto. Ella y otras más, distribuidas alo largo de la pequeña cuadra ofertan su cuerpovistiendo con ropa diminuta y llamativa. “No va-yas a comprar allá, papito, que son celulares roba-dos, mejor vamos al cuarto”, dice una mujer quelucha con su falda porque al dar los pasos no se letrepe y enseñe más de lo que está dispuesta. Y pa-sa una patrulla y merodea no queriendo. Y la vidasigue. Todos los días igual, aunque diferente.

[email protected]

TRAJÍN. Ambulantes, puestos de comida china, venta de anteojos, de ropa, casi cualquier cosa se puedeencontrar en La Calzada de Independencia y calles aledañas.

FATIGA CRÓNICA DAVID IZAZAGA

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IIDe repente, como si en la seca y caliente ave-

nida hubiera surgido un perro, un árbol caído o unhombre, un taxi del sitio 68 patina chirriando confuerza. Se sacude, derecha e izquierda pero sin sa-lirse de su carril. Crujiendo, recupera el caucecuando parecía que se iba directo sobre la fila de-recha de autos. Armando detiene al caballo con unfuerte jalón e interrumpe la explicación.

Ni siquiera ese trance turbó la fría expresiónde los ojos del caballo. Deja atrás el Paraninfo de laUniversidad de Guadalajara:

—Aquí es la antigua Universidad de Guadala-jara. Ahora funciona como Museo de las Artes; yesta de acá es la Rectoría. Funciona como oficinasde la Universidad.

—Medijistequeesteedificioeralaantiguauni-versidad –interrumpe el pasajero, interesado.

—Es la antigua. Ajá.—¿Aquí venían a estudiar? ¿Quiénes? —vuel-

ve a interrumpir, como si no entendiera.—Sí, era escuela. “Mchmchmchmch” —el ca-

ballo obedece la orden.Cruzan la Colonia Americana. El tráfico se ra-

lentiza una vez más.—Como de qué año son las casas, ¿no sabes?—Como de mil 800 y algo. Ira, como esa de ahí

de la esquina, la que se ve en la esquina de este la-do, es la única que está habitada. Ya las demás las

IAl final de esta historia de calandrias el pa-

seante termina muy, muy confundido. Pero eso eshasta el final, por ahora, sube al carruaje detenidoa un costado del Museo Regional de Guadalajara.

—¿Quieres que te explique el recorrido?—Claro que sí, por favor.—Mira, esta de aquí es Plaza Liberación, se le

reconoce como la plaza de las dos copas por la for-ma de las fuentes que tiene. En este costado estáPalacio Legislativo, es la Cámara de Diputados.

Al ver las fuentes de agua verde y sucia y lue-go de acomodarse en los calientes asientos de tapi-cería blanca, el paseante observa de espaldas alhombre en el pescante de la calandria blanca contoques dorados: Armando, de 24 años, mantiene araya con la rienda a un caballo flaco y feo al que lelaten las ventanillas de la nariz por jalar las ruedasdel carruaje a las dos de la tarde por el lomo delCentro tapatío.

Armando viste una limpia camisa blanca demanga larga, pantalones de mezclilla, sombreronorteño y picudos zapatos negros. Se levanta elsombrero y deja ver una parte de su aplanado, os-curo y sudado pelo de hurón.

“Este edificio blanco es el Palacio de Justi-cia. En la otra esquina está la Iglesia de SantaMaría de Gracia, la de la cúpula roja —extiendeun dedo gordo y pequeño que apunta a un edifi-cio escondido—, aquella fue la primer catedralque hubo aquí en Guadalajara de 1549 a 1618. Yeste de aquí es el Teatro Degollado, tiene cupopara mil personas”.

Tac-tac-tac-tac. El caballo aumenta el paso ydobla en Avenida Juárez.

Enunapausaseapareceuneducadoviene-vie-ne con rostro amenazante. Vende paletas de caje-ta. Le fue mal durante el día. Se acerca un fotógra-fo con camisa floreada. “Échame la mano a mítambién, no seas así”.

Ni parco como camionero, ni platicador comotaxista, sentado sobre un espaldar blanco en formade corazón, Armando sigue con el recorrido sobrela tambaleante calandria con la naturalidad de unrecién nacido que busca por primera vez la luz.

Delirio decalandria

CRÓNICA

Por Gonzalo Jáuregui

◗ Las calandrias deben sunombre a que antiguamen-te los carruajes, que son ti-rados por caballos, esta-ban pintados de amarillo.

◗ Fue en 1912 cuando laUnión de Conductores deCarruaje de Alquiler co-menzó a llevar a cabo es-tos recorridos en la ciudad.

◗ Los diseños y colores,cien años después, sonmuy variados. Algunos deestos carruajes se encuen-tran frente al Museo Regio-nal de Historia.

◗ Los recorridos más sen-cillos cuestan entre 250 y300 pesos por una hora depaseo.

Para todoslos gustos

CARRUAJELas largas crines color café le ondean hacia la

derechaalcaballocuandocruzaAvenida16deSep-tiembre. “Mchmchmchmch”: Armando estira loslabios y los frunce. El sonido que sale de su bocaempuja al caballo.

Deja atrás la Biblioteca Iberoamericana y lahormigueante multitud que la circunda. Armandoúnicamente nombra los edificios y dice que estánabiertos al público. Su manera de escatimar la his-toria dejaría sedientos a los más curtidos especia-listas.

“Ya más pa´ delante está tranquilo. Aquí es elantiguo edificio de Teléfonos de México. Anterior-mente se encontraba en media avenida. El ingenie-ro Matute Remus lo recorrió hacia atrás con gatoshidráulicos y rodillo, dejando a los trabajadoresadentro. Fue en 1951”.

Armando guarda un largo silencio. Ignoraque el sonido de las calles se mezcla con los úl-timos ruidos de la demolición de las casas anti-guas que dan paso a la construcción de negocioscomo restaurantes de comida china, antros ytiendas de autoservicio. Al acercarse a Federa-lismo, se escucha la voz de Yuridia:

“Yo te amo con la fuerza de los mares, yo teamo con el ímpetu del viento, yo te amo en la dis-tancia y en el tiempo, yo te amo con mi alma ycon mi sangre, yo te amo como el niño a su ma-ñana…”

Pasa el Ex Convento del Carmen.

El recorrido por la ciudad deGuadalajara en el autobúspanorámico de dos pisos,Tapatío Tour, comienza en laRotonda de los hombresilustres y algunos de lospuntos que muestran a losturistas son la Catedral,Teatro Degollado, Plaza Ta-patía, Centro Magno, Glorie-ta Minerva, Gran Plaza,Consulado Americano y elExpiatorio, esto de acuerdo ala página de internet de laempresa.Boletos: Adultos $95 y$110; niños $55 y $65, en-tre semana y fines de sema-na, respectivamente.

En autobús

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IMPRECISIONES. Tanto en las calandrias como el autobús turístico se cuentan pasajes de la historia de la ciudad que no corresponden con la realidad. Hay que poner atención, mejor, en el paisaje urbano.

ATRACCIÓN. Con todo y que el sol que puede ser inclemente, el autobús “londi-nense” es el preferido de mucha gente.

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Un tour por los sitios más representativos de la ciudad puede ser también un viaje express al

mundo de la cultura oral, donde la historia verdadera se mezcla con los “saberes” de los

cocheros, sólo superados por la grabación que acompaña el recorrido en el autobús turístico

Page 5: Tapatío 23 de septiembre

HISTORIA. A un costado del Teatro Degollado está la Cámara de Diputados y “de Senadores”, afirma un ca-landriero seguro de el dato, en el recorrido por el Centro Histórico.

PRÁCTICO. El paseo por la ciudad en un autobús de dos pisos les permite a los turistas y citadinos conocer más puntos de interés, de pasadita.

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rentanparaelcomercioosonpropiedaddelgobier-no. Esta es la única habitada en su estilo. Allá, máspa´l lado, hacia mano izquierda viene siendo la Co-lonia la Moderna. “Mchmchmch”.

Al llegar a la imponente casa que antes renta-ba Sigifredo Islas, a la altura de la calle Colonias.Armando explica:

—Del lado izquierdo era la casa de Cantinflas.—¿Era la casa de Cantinflas? ¡A poco! —pre-

gunta el turista, entusiasmado por la revelación.—Sí, esa de blanco, hey. Era su propiedad.—¿Y ahorita qué es? ¿No sabes?—La rentaban para eventos. Namás la remo-

delaron y ya… No sé qué función le vayan a dar, pe-ro la rentaban para eventos.

—¿Cómo se informan ustedes de qué es cadacosa?

—Pos ai en Secretaría de Turismo. Como dosveces por año nos dan pláticas.

III—Esta es Chapultepé. A lo largo de esta aveni-

da se encuentra la zona rosa de aquí de Guadalaja-ra, —cuenta el conductor, ya dominando el diálo-go—. Es corta.

—¿Y qué me puedo encontrar por ahí? —con-tinúa, solícito, el acalorado paseante.

—Pos así como, en la noche, se ponen a vendermucha artesanía ahí por donde viene siendo la par-te del camellón. Eso es los viernes, sábados y do-mingos. Se pone bien el ambiente en la noche ahí.Hay unos que hacen como chous pa´ la gente adul-ta y todo eso. Se pone muy bien.

—¿Has venido?—Cuando doy los paseos pasamos. De hecho

el carril de este lao lo cierran, lo hacen como zonapeatonal.

En un semáforo en rojo, al alcanzar las costasde Avenida Américas, el caballo se detiene. Conbastante silencio acumulado, Armando muestralas erguidas e imponentes palmas que descollan en

el jardín de una casa. “Bastante palma ahí”. Cuan-do da el verde, la calandria reanuda el paso comotortuga frente a una manada de búfalos. Tac-tac-tac-tac. Se escucha el repiqueteo de la herradurasobre el asfalto.

—Sevebien limpioelcaballo, ¿loacabasdeba-ñar?

—Sí, se baña en la mañana. Se le cae toda latierra, todo el polvo. Ya en lo que lo estamos bañan-do, él está desayunando.

—Servicio completo.—Hey, je, je, je, je.Al ver que un camión se detiene a bajar pasa-

je impidiéndole el paso a la altura del Centro Mag-no, Armando se desespera. Da un pisotón a un pe-dazo de metal que provoca la risa del conductor deun ajado vocho:

—“¡Trin, trin!”—¿Ese toque de campana para qué es?—Escomosifueraelclaxon.Todostraen.Mucha

gente sí sabe para qué es eso. Se oye curioso, ¿edá?Adelante observa La Glorieta Minerva y Los Ar-

cos de Guadalajara.—AhíestálafamosaGlorietadeLaMinerva.Esos

de ahí son los Arcos de Avenida Vallarta. Aquí fueronlas carreras de los Panamericanos.

—¿No sabes cuándo los construyeron esos?—Fueroncomodemil800yalgo(datande1941).

Laverdadnosémuybien.Creoqueahídiceenelmu-ro.

—¿Cómo les fue en los Panamericanos?—Possíhubotambiénalgodeextranjeros.Síha-

bía turismo, pues, como si fuera periodo vacacional.AlingresaralcircuitodeLaMinerva,entreverán-

dose con todo el corpulento río de autos y de conduc-tores frenéticos que empujan el acelerador con cora-je, Armando interrumpe de nuevo su relato. Tomafirmemenye la rienda y una discreta alarma se activadentrodeél.Cualquiergolpepodríadejarlosintraba-jar durante el resto del día. Tac-tac-tac.

—Cuéntame de La Minerva…—Áista La Minerva, ira… —dice cortante y

continúa manejando con concentración.Cuando sale de ese manicomio de histéricos

cláxones al tener en frente el ulular de una ambu-lancia, responde la pregunta.

—Esta fue de cuando se empezó a engrande-cer la ciudad, fue cuando la pusieron. Era un sím-bolo de la entrada a Guadalajara. Por aquí entra-ban. Es como una diosa.

Y luego, ya relajado y sin argumentos, prosigue.—Y allá está el famosísimo hotel, el RIU. Aquel

de allá. Es nuevo ese hotel. Ta muy bonito. Muy lu-joso.

En el regreso, otro largo y cansado silencio. Enel cruce de Américas y López Cotilla aparece ha-ciendo malabares un hombre tatuado y de cabellorubio. “Hay unos que se visten de plateado. Hacenlo mismo. Nomás que para llamar más la atención,se cuelgan hasta el molcajete”.

Cuando van rumbo a la casa China, en la Ame-ricana, una nube cubre por un momento el sol queantes calaba firme. Un respiro.

IV—Esta de aquí es la casa China, ira. Anterior-

mente sí era habitada. Funciona como oficinas delgobierno. Ahorita se encuentra en remodelación.

—¿No sabes de qué tiempo es?—No, la verdad no. No tengo idea. Pero uno de

aquí mismo de la ciudad la pidió así de ese estilo,nomás por darse el gusto.

—Ah, ¿sí?—Sí. No la habitaba ningún chino; uno de aquí

mismo del Estado. Esta de acá es la casa de JoséGuadalupe Zuno. Fue un gobernador del Estado.Fue político, escritor, pintor y maestro. Ahorita fun-ciona como Archivo Histórico de la Universidad deGuadalajara. Era su casa y la donó. Ira nomás: depura piedra.

La rapidez no se lleva con la historia. Y de eso sedarán cuenta las personas que esperan, formadasen fila, a que se abran las puertas del Tapatío Tour.

Con su coca de medio litro y sin corcholata aun lado del volante y un pequeño ventilador azul, elconductor deja de piquetear su celular negro y seacomoda los lentes de maldito que antes le servíande diadema en su corto y engominado cabello ne-gro. Se ajusta la corbata. Abre la puerta. Sale. Unhombre, también embebido por su celular pregun-ta si ya pueden subir. Ya.

Son las dos de la tarde. Con sombrero, gorras,bolsos, y aleteantes abanicos, las cerca de 20 per-sonas que arriban al mazacote móvil se dirigen a laparte superior del camión. Los ancianos suben conpaso cansino y son rebasados por los niños, queenérgicos, suben las escaleras huyendo de sus pa-dres. Los empleados dan unos cojines rojos. “Esque los asientos están calientes”, dicen.

Cuando el camión arranca se escucha el ulu-lar de una ambulancia. El camión es tan alto que,si se lo permitieran, los turistas podrían tocar el se-máforo con las manos. Con cámaras colgándolesdel cuello, los pasajeros toman fotografías de todo,hasta de las ramas. Se sorprenden cuando el Mu-seo Regional de Guadalajara ya está más de unacalle a lo lejos y de las bocinas aún sale la explica-ción del sitio.

No entienden. La historia es lenta y en elTapatío Tour se resumen cientos de años enhora y media de recorrido.

Los asientos arden. A los turistas les gusta su-frir. En vez de asirse a la planta baja para no se ta-ladrados por el sol, bajan por otro cojín para ponér-selo encima de la cabeza. Miran de refilón LaCatedral Metropolitana, Plaza Guadalajara, La Ro-tonda, Plaza de Armas. No entienden. Más y másedificios atrás. Una bocina cuyos sonidos se entre-veranconel tráfico y las charlas.Hace calor. Y sed.

Es la segundavezqueRaymundovisitaGua-dalajara. Oriundo del Distrito Federal, le agradavenir a la ciudad y disfrutar de la comida y la ar-quitectura. El tráfico le parece cosa de niños.Mientrassezampauna tortaahogada, sepregun-ta cómo es que hizo Jorge Matute Remus paramover un edificio por tantos metros.

“Es que en el recorrido me perdí. Debe sermás lento”.

Las imprecisiones ya se saben: en la Plaza deArmas nunca se hizo una plaza de toros en el sigloXIX; el tequilano tiene suorigenenGuadalajara, si-no en el municipio de Amatitán; la palabra maria-chinoprovienedel francésyestaagrupaciónno tie-ne trompetas; el edificio del Ayuntamiento deGuadalajara es de estilo neoclásico y la AvenidaChapultepec no es obra del arquitecto Julio de laPeña, quien la remodeló, sino de Ernesto Fuchs.

En un parpadeo, el camión liquida la historiaque se desenvuelve por Avenida Vallarta y se detie-ne al llegar a La Glorieta Minerva. Los paseantesdescienden y compran refrescos y cervezas. LaGuadalajara del Centro Histórico no es la mismaque está más allá del Puente Matute Remus. Rápi-damente pasa de los edificios históricos plazas co-merciales, centros de negocios y monumentos quedescansan como elefantes blancos en la ciudad.

Raymundo dice que le gusta más la Guadala-jaravieja,esaqueyacasinoseve.Untaxista lepre-guntó qué lugares quería visitar y él contestó quepretendía conocer la Guadalajara urbana más quela cosmopolita. Se hospedó en el Centro. Rentó unauto. Se dedicó a disfrutar de las calles.

La voz de conductor de programa de concur-sos que salía de las bocinas mezclada con músicade mariachi cansó a los viajeros. Algunos pidieronque bajaran el volumen —no se pudo— y se dedi-caron a observar sin escuchar. Son tantas fechas ytantos nombres y tantos los autos y el ruido y el ca-lor, que los turistas terminan aturdidos. Raymundodeseaqueya termineparacomerybeberalgo.El in-tratable Sol se encargó de molerle el cerebro comocebiche.

El recorrido termina con una estirada explica-ción sobre la historia de la Catedral Metropolitana.Raymundo desciende y pregunta cuánto cuesta uncanutodenuez.Elvendedor,alcomprobarsuacen-to, lediceque15,20y25pesos.Baratos.Raymun-do se crispa y lo deja hablando solo. Tanto calor,tanta “Historia”.

UN TOUR TAPATÍO

Armando cuenta que con suerte, en un día datres o cuatro viajes. Sus clientes más comunes: losturistas que vienen a Jalisco en familia; los más es-pléndidos: los borrachos. “En veces nos contratanpor horas. Los llevo adonde quieran ir. A Tlaquepa-que, una vez me rentaron por cinco horas”.

—¿Los llevas a pistear?—Vienen pisteando. Ya si ellos ven un bar o algo,

se bajan, compran lo que necesitan y se vienen otravez. Pérate, ahorita vamos a agarrar Libertá y luegoya Hidalgo. Mira, aquí está el Consulado Americano.Cierrantemprano.Eneldíatallenodegenteaquí.Co-lonones y de todo para hacer el trámite de la visa.

Al dejar atrás la arbolada y calmada calle Li-bertad, Armando dobla hacia el Expiatorio por laAvenida Enrique Díaz de León. Cuenta que es deestilo gótico y que tardaron 60 años en construirlaporque se llevó a cabo gracias a las limosnas de laciudad.El recorridocasiconcluyeycadapisadadelcaballo es como un segundo menos de la hora y 20minutos que duró el viaje.

Aunque comió en la mañana y a las cuatro dela tarde, al caballo se le nota cansado.

“Come en la mañana. De tres a cuatro (de latarde) y de 6 a 7 de la noche se le echa más. No lollenas. Sí va a llegar el rato en que se empance; pe-ro una hora, dos horas… y otra vez vuelve a comer.Para que se llenen un poquito más les compramosel maíz entero, porque si les echamos pura alfalfasí se inflan de la panza. No se dejan ver flacos. Pe-ro sin maíz es como si uno comiera sin tortilla”.

Ya sobre Avenida Hidalgo recuerda que le salie-ronunosjóveneshaciendomalabares.“Quemesalenunosasí,déstosmismos,haciendocomountipochou.Uno correteando al otro así como queriéndolo aga-rrar. Y que me salen por un lado del caballo. Nombre,el caballo ya se me andaba yendo. Que me empieza acorrer, aagarrarcarrera;peroaquí locontrolauno.Siuno no se pone abusado con los caballos de un de re-pente sacan su instinto animal. Y pa´ controlarlos…

Al llegar al paso a desnivel, se carga hacia laizquierda, del lado del Mercado Corona, pues a laderecha a veces pasa el trolebús y entorpece el re-corrido. Un hilo de autos se desprende del semáfo-ro que precede al Palacio Municipal de Guadalaja-ra. El paseante hace la última pregunta:

—¿Y de la Catedral qué sabes?—De la Catedral… —espera un momento,

rumia la respuesta, la teje—. Adentro está unaniña disecada. Según eso, dice la historia, por-que el papá no era creyente de la Iglesia Católi-ca y el sueño de la niña era hacer la primera co-munión. Ella se preparó y todo y su papá le decíaque prefería verla muerta que recibir la comu-nión de la Iglesia. Unos dicen una versión: quesaliendo de la iglesia la quemó; y otros dicen quesaliendo de la casa. Y la niña ahí está, con su ves-tido y todo. Ahí la tienen. ¿No has entrado a ver-la? Está disecada. Así, como si fuera momia. Laquemaron. La quemó su papá.

Grita el semáforo auditivo. Cruza. Armandocobra y se despide. El turista se sacude la ropa.Siente el sudor en la espalda. Desciende. Se acabó.

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PÁGINA 6-B Domingo 23 de septiembre de 2012EL INFORMADOR

Margarita Zavala es el gran activo político delPresidente Felipe Calderón. Pero la preguntahacia adelante es si él lo será para ella, o será ellastre que impida que pueda reiniciar una ca-rrera política promisoria.

Para un político malhumorado, descortés ygrosero, incluso, como es Calderón, MargaritaZavala es quien siempre, tiempo antes que fue-ra Presidente, recogía sus platos rotos e iba de-trás de él para poner bálsamo en las heridas yreconstruir los puentes dinamitados. Nunca fueun acto de subordinación, sino la visión dequien ve en el consenso el arte de la política, quede paso sirvió para compensar y neutralizar losembistes de su marido.

Fue su influencia en el PAN —donde es con-sejera nacional desde 1993—, lo que ayudó aevitar un quiebre interno cuando se disputabala presidencia del partido en diciembre de 2010y Calderón mandó señales contradictorias a losmilitantes —apoyaría a Roberto Gil en contrade Gustavo Madero primero, luegoque no intervendría en el proceso, yen el último momento presionar alos consejeros para que votaran porGil—. Fue ella también quien unavez que en el final de la campañapresidencial la relación entre Cal-derón y la candidata JosefinaVázquez Mota estaba prácticamen-te rota, la acompañó a sus últimosactos proselitistas.

La mano tosca de Felipe Calde-rón siempre tuvo la mano suave deMargarita Zavala. Las malas carasde él los disipó la enorme sonrisa deella. Margarita es la versión amablede Felipe, pero al mismo tiempo, tie-ne vida propia como política —es laprimera dama en la historia de México que tu-vo puestos de elección popular previamente—,y una trayectoria larga que comenzó a los cin-co años —hace 40— al participar en un concur-so de oratoria en el Colegio Asunción, en ese en-tonces de monjas, que se convirtió en elsegundo hogar de la familia, donde dio clases yestudian sus tres hijos.

En su sangre corre no sólo la política, sinoun antipriismo que, como en las viejas familiasde prosapia en el PAN, es casi hereditario. Lahistoria de una familia de abogados con siete hi-jos e hijas, la comenzó a escribir Mercedes, lamadre, cuando como estudiante en la Universi-dad Autónoma de San Luis Potosí en los sesen-ta, se publicó un desplegado en la prensa locala favor del arquetipo del cacicazgomexicano, Gonzalo N. Santos, a lasazón gobernador, donde aparecíasu nombre en los abajo firmantes.Indignada protestó y se tuvo quepublicar una rectificación dondedecía que —como muchos otrosque no tuvieron el valor de hacer loque ella sí—, n o había suscrito esedesplegado.

Margarita Zavala se afilió alPAN a los 21 años, justo para par-ticipar voluntariamente en la cam-paña presidencial de ManuelClouthier en 1988, que galvanizó ala oposición conservadora en el pa-ís y sentó las bases para una mar-cha hacia la conquista del poder.Clouthier, de cuya familia hoy es cercana, deto-nó cursos de adoctrinamiento para las juventu-des panistas, en donde se inscribió Margarita ypor lo que conoció a Felipe Calderón. Dos vecesfueron novios y finalmente se casaron en 1993.

Diez años después, Margarita Zavala reco-noció en una entrevista en el semanario Vérti-go que las decisiones correctas de su vida fue-ron su carrera de abogada (egresada de laEscuela Libre de Derecho), con quién se casó,y el partido en el que milita. Con quién se casóha sido lo único, sin embargo, que ha sido comola variable que siempre se le ha movido. Inclu-sive en la vida privada.

Los Zavala son una familia que les gusta elfutbol americano y que pasaban los domingosviendo la temporada de Futbol Americano pro-fesional (Margarita es aficionada desde enton-ces a los Acereros de Pittsburgh), que es un de-porte que nunca le entró a Felipe Calderón,quien se pasaba las horas en la parte alejada dela sala de televisión. Lo suyo era el futbol soc-cer, no realmente el Morelia de su natal Michoa-cán, sino el Pachuca, donde juegan los hijos dela pareja presidencial.

La autonomía era integral, por lo que cuan-do Carlos Castillo Peraza, como presidente delPAN, le dijo a su secretario general y pupilo Fe-lipe Calderón, que había incorporar a su espo-sa al equipo de trabajo, no hubo sorpresas. Fuedirectora jurídica del Comité Ejecutivo Nacio-nal —previamente había trabajo en dos bufetesde abogados— y secretaria nacional de Promo-ción Básica de la Mujer, que es un tema que hasido parte esencial de su vida pública. Cuando

su esposo estudió la maestría enHarvard hace casi 10 años, tomócursos de especialización en lamisma institución.

Aunque nunca ha dejado detrabajar en ese campo —desde elPAN enviaba regularmente a mu-jeres a viajes para que vieran laspolíticas públicas sobre género—,su estadía de un año en Harvardfue el primer alto en su carrera, enrespaldo de su esposo. El segundo,cuando fue electo Presidente yella, con todo el equipaje políticoen su espalda, dio un paso atrás dela vida pública, la puso a descan-sar durante un sexenio, y lo apoyóincondicionalmente.

Margarita Zavala se convirtió en estos seisaños en, quizás, la primera dama más respeta-da, por la combinación de inteligente, discretay simpática, que ha tenido México, y como fueactivo del Presidente, es un activo del partido.No son pocos quienes lamentan que ella no hu-biera podido ser candidata a la Presidencia —los fuertes obstáculos de la cultura política loimpedían—, pero son muchos quienes despuésde concluido el sexenio, la ven de regreso for-mal en la política.

La señora Zavala, que ha sido dos veces dipu-tada (local y federal), no se perfila para un puestode elección popular en las elecciones intermediasde2015.“SeránellayJosefinaquienespodrándis-putarse el liderazgo del partido”, confió uno de los

panistas más influyentes y conoce-dores. La afirmación encierra la rea-lidad actual del partido, tras la de-bacle en las elecciones pasadas, quelos ha llevado a una crisis no sólo deliderazgo, sino de identidad.Vázquez Mota pudo haber sido la lí-der natural, pero desapareció tras laderrota presidencial durante dosmeses y el grupo político que podríahabersefortalecidoentornoaella,sereagrupó en distintas corrientes. Za-vala se irá con su esposo a Harvard,dondeéldaráclases,perosecreequeal menos dos veces al mes viajará aMéxico para participar en reunionesde partido.

Terminado el ciclo político deFelipe Calderón, el turno, por méritos propios,es el de Margarita Zavala. Sólo hay una dudaentre quienes conocen al PAN, y es si el antical-deronismo creciente en el partido se converti-rá en un lastre para ella. Hasta ahora no lo hasido, pero su esposo continúa en la Presidencia.Después del 1 de diciembre en que deje Los Pi-nos, las reglas del juego cambiarán al dejar deser el PAN el partido en el poder y Margarita re-tomará la vida pública para la que se ha prepa-rado, y donde verá si el peso del ex presidenteno le modificó el futuro.

[email protected]: @rivapa

Margarita

Raymundo Riva Palacio

PORTARRETRATO

Dicen que en la Perla de Occidente abunda lamateria gris, que resaltan miles de mentes bri-llantes que iluminan el andamiaje social.

Desdeenlasuniversidades,hastaenel tran-seúnte común y corriente, los tapatíos poseengran destreza para conjugar memoria y lógicaen forma creativa y sumamente original.

La fama se ha ido ganando poco a poco y eltalento es reconocido por propios y extraños.

Se ha logrado impactar, internacionalmen-te, con la Feria Internacional del Libro, los Jue-gos Panamericanos, las muestras de cine, lasFiestas de Octubre, el Festival de Mayo, la feriaganadera y en fin, múltiples eventos que hacenpatente la destacada mentalidad.

Somos tan capaces que bebemos tequila,

InteligenciatapatíaEXPLORANDO

EL MUNDO

Guillermo Dellamary

En los ayuntamientos suenan aires de despedi-da. Falta una semana para que termine el perio-do de gobierno y por tanto muchos esforzadosservidores públicos de ese nivel estarán cerca-nos a recibir ese último cheque de la nómina, Ga-rizurieta, —dejo sentado como dogma de fe quevivir fuera del presupuesto es vivir en el error yno deja de tener razón—; imagine usted que aho-ra mismo goza de un hueso municipal que se aca-bará el día último de este mes, es horrible pen-sar que llegará a la próxima quincena y no habrácheque.

Tendrá la esperanza de que, como no cam-biaron los partidos en el gobierno, no cambiaranlas chambas, pero eso no sucede salvo en rarasocasiones. Lo cierto es que por mucho que el par-tido sea el mismo, el gobierno nunca lo es; pormenos siempre en los gobiernos hay un toquepersonal, un estilo personal de gobernar que ha-ce que cada gobierno sea particular y simple-mente no puede saberse si el futuro gobierno se-rá más o menos dañero que el anterior,tendremos que esperar.

Mas cuando tenemos en nuestra normativaun corrupto sistema electoral municipal en quenadie gana, bueno, se obtiene una mejor posi-ción al ganar la mayoría, pero a los perdidososles dan nombramientos “de oposición”, que sig-nifica que durante ese periodo recibirán un esti-pendio, aunque hay que decirlo, ni aunque sean

Demóstenes revividostendrán ninguna voz niopinión alguna, así quetampoco podrán decirque perdieron. Desdeluego que debe haberalguna excepción en larepública, pero mien-tras los regidores delpartido del presidenteno tengan bronca conél, los de oposiciónnunca ganaran una dis-cusión; cuando menosen los sitios en que siga

viva la norma de que los más muchos les ganana los menos. De tal manera que deben consolar-se con el dinero, que no es poca cosa y con hacertronantes declaraciones a la prensa.

Ahora que lo difícil es conseguir chamba, lospresidentes municipales durante los primerosseis meses se encuentran con la sorpresa de quevarios cientos de miles de ciudadanos le solici-tan una chamba, es muy común que el segundomes aparezca un letrero que diga que no hay em-pleos vacantes; su si-guiente sorpresa seráenterarse de la canti-dad de demandas labo-rales que tendrá la pro-babilidad de pagar, yaque los usos y costum-bres municipales ennuestro entorno handeterminado que comoregla general el gobier-no en turno paga losdespidos injustificadoshechos por los gobiernos anteriores, de maneraque por lo general no tienen que preocuparse porlas indemnizaciones de los que ellos despidan.

De ese modo, si usted es de los que van a serdespedidos y se quedarán sin dinero, me permi-to sugerirle que se prepare a entrar en la RENA-TA (Reserva nacional de talentos), lo que es te-rrible, o busque entre sus amistades a los futurostlatoanis para ver si lo acomodan (si es cuate norequiere habilidades especiales), en caso de queno pueda acceder a ellos, trate de que algún CCH(Ciudadanos Cercanos al Hueso) lo acoja. Deotra manera estudie para faquir.

Último cheque

Carlos Enrigue

AYERDECÍAMOS

DIARIO DE UNESPECTADOR

Juan Palomar

La enredadera en la ventana entró a saco por losresquicios de la vieja herrería. Una tímida guíase asomó primero entre el muro y los vidrios. Seacomodó como mejor pudo entre la pared y el si-llón y comenzó a explorar el territorio. Sabe biende laelasticidadyelsigilo, susprincipalesarmas.Ahora es como una fotografía —dice el maestroRicalde— de una ventana del Midi de Francia. Elresultado va siendo espléndido y solo falta saberqué más se le va a ocurrir hacer al más que ague-rrido sisus en la biblioteca. Ya se imagina él, se-guramente, cubriendo gradual pero acelerada-mente los libreros, trepando por el techoaprovechando las rajaduras del enjarre, salien-do luego con alboroto al sol de la otra terraza. To-do es cuestión de dejarlo hacer. Nada mala po-dría ser la idea de que los libros se borrarangradualmente tras la verdura vital y entusiasta,que las escuadras y los escalímetros quedaransepultados bajo la verde ola del fervor vegetal…

**Postal del Agua Azul. Octavio Paz se acorda-

ba muy bien del nombre magnético y tapatío quesus mayores le habían aprendido. La fecha es1909. La tarjeta está firmada por un muchachode iniciales C.L.P. y fue escrita desde Bilbao. Es-tá dirigida a la 4° Ribera de San Cosme 61, en Mé-xico, el legendario colegio de Mascarones de losjesuitas. Se trata de una fotografía de Lucio Iba-rra y representa una conocida imagen: el AguaAzul de Guadalajara. Un embarcadero de made-ra a dos aguas a la vera del lago tan largamenteperdido, la fronda de un pirul, dos canoas y lasaguas quietas en las que se refleja la orilla leja-na. Pero una visión más cuidadosa revela un pá-lido fulgor de pasmo en el cielo impávido y da co-mo un escalofrío de antigua novedad. Muytranquilo, contra el cielo de hace un siglo, surcael aire, a baja altura, un zepelín. La embarcaciónes no muy grande y de ella pende una estructuraque bien puede ser metálica y que aloja al tripu-lante cuya silueta se destaca con claridad. Sobreel lomo del gran globo ovoide se lee un anunciode los almacenes del Buen Tono. Zepelín de gra-cia y de ventura que vieron los ojos que ya no es-tán: ahora vuelve su sombra perfecta y silencio-sa a cruzar la frente de quien gracias a una lupadistingue sus detalles. Zepelín maravilloso, co-mo maravilloso es el que Jorge Esquinca descri-be en su poema, tatuado entre los senos de lasmuchachas ligeras.

**Doodle del 193 aniversario de Clara Schu-

mann. La sorprendente compañía Google ha to-mado una simpática costumbre: transformar elletrero de su nombre que aparece en millones depantallas de internet en recordatorios de efemé-rides diversas (llamados doodle, o sea, garaba-to). Esto, a través de diseños generalmente atina-dos y creativos que hacen referencia al hecho oal personaje en cuestión. El aniversario de la hi-ja de un gran compositor fue así recordado conun gracioso dibujito, mostrando a Clara al pianoy rodeada de niños jubilosos.

**LosBeatles:regresarunayotravezaloscua-

tro de Liverpool. Comprobar la pasmosa nove-dad de ciertos trabajos, de ciertos trazos que fue-ron con sus notas capaces de darle forma al siglo.Volver a la torrencial, mítica experiencia que fueoír por vez primera, por ejemplo, Magical Mis-tery Tour. Ora va una vuelta en el zepelín.

**La Alemana es un rasgo de antigua elegan-

cia desvaída en la cara de la ciudad zarrapastro-sa. Navegar el tráfico del mediodía para llegar alas playas de la teutona institución, negociar conla calle atestada por un difícil lugar. De la viejabarra suben las chabelas de cerveza oscura, lostequilas de alta claridad. Proseguir una conver-sación puesta nomás en una pausa que va cru-zando los años. Celebrar el birote y cierto libro,oír una vez más el piano y el violín que renuevanla vigencia del día: regresar y seguir yéndose. Yla amistad como una tibia resolana que se llevaen la espalda ya por siempre.

**Domus en México. La famosa revista de Mi-

lánaparecióennacionalediciónporrecientes fe-chas y ya va en su número dos. El diseño es im-pecable y la calidad editorial bastante cuidada.Pareceinclinarseabuscarunaciertadistanciadelas publicaciones del mainstream arquitectóni-co al uso e intentar alternativas más interesantesymássencillas.Unedificio,porejemplo,en laca-lle de Francisco Ramírez de Tacubaya, resueltocon limpieza y buen gusto. Una casa mínima queno está exenta de tino y de sentido común. Unademolición que deja atrás una nube de tierra y unvacío inquietante. Las estupendas y sorpresivasviviendas-cueva de Belén de las Flores debidas algenio y la visión de Carlos Lazo. Y así. Qué bue-no que otro vehículo editorial llega para oxige-nar al gremio, a la arquitectura y hacer compe-tencia a los establecidos medios que ahorafuncionan.

**Muerte de un hombre bueno. Vivió para oír

a la gente. Y para interpretar, con paciencia y ti-no, los laberintos del alma, los extravíos del co-razón. A contrapelo de sus compañeros de ar-mas, creía en Quien caminó sobre las aguas, yuna luzmásaltasupoguiarsuspalabras, susges-tos calmos mientras se adentraba en los miste-rios del tiempo. Como Balú, el maravilloso per-sonaje de Rudyard Kipling, sabía esperar conpaciencia, entender donde pisaba, dar los pasosseguros y tranquilos rumbo a la sabiduría, la se-renidad, el consuelo de las vidas en trizas o enbuen augurio. Brilla para él ahora otra claridad,y quienes lo conocieron guardan la confianza enla bondad y la lucidez, al borde de esta vida quese va, que queda.

**You don’t know a thing about the life/ they

lead where you wouldn’t dare to try… Morrisseycanta y la luz decae. Y otra luz brilla para otrasgentes ahora, entre ellas quienes antes se retra-taron, muy contentos, contra la fachada del Sa-cré Coeur. París, 1969.

[email protected]

festejamos con mariachis e inventamos los clubesparaconvivirconnuestrosamigosyfamiliares.He-mos llenado nuestra ciudad de joyas, como antros,restaurantes, taquerías, tortas ahogadas, casinos,galerías del zapato, escamochas, puestos de frutasy semáforos bien sincronizados.

Somos dignos creadores, de baches con dise-ños originales, topes de todo tipo, cruces sofistica-dos, como el de Ávila Camacho y el inicio de Amé-ricas, o el puente de Acueducto y Patria. Hacemosparaísos en donde antes eran basureros, comoPuerta de Hierro.

Tenemos magníficos equipos de fútbol, conaficiones de increíble lealtad, que admiración a unequipo que es campeón haga lo que haga, y a otroporque creen que algún día lo será.

Hemos logrado abatir la corrupción, la impu-nidad, el dispendio y, desde luego, controlamos elcrecimiento inteligente de la ciudad, reduciendo elimpacto ambiental y la contaminación.

Tenemos una ciudad arbolada, llena de belloscamellones con amplias y floridas glorietas, sabe-mos poner lo mejor de la Calzada para allá, y lo pe-or de la Calzada para acá. Nos sabemos ubicar per-fecto de Oriente a Poniente y nuestros letrerosindican que la salida de la ciudad es a Nogales o aPuente Grande.

De que somos únicos y originales, ni hablar.Nuestra inteligencia está a prueba de todo cuestio-namiento. ¿Usted dirá?

Imagine usted que

ahora mismo goza

de un hueso

municipal que

se acabará

el día último de

este mes

Dejo sentado como

dogma de fe que

vivir fuera del

presupuesto es vivir

en el error y no deja

de tener razón

La mano tosca de

Calderón siempre

tuvo la mano suave

de Margarita Zavala.

Las malas caras

de él los disipó la

enorme sonrisa

de ella

Margarita Zavala

es la versión

amable de Felipe

Calderón, pero

al mismo tiempo,

tiene vida propia

como política

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Domingo 23 de septiembre de 2012 PÁGINA 7-BEL INFORMADOR

inoalmundoporculpadeLázaroCár-denas del Río, en lo que hoy es la ofici-nadeadministracióndelmercadoSanJuandeDios,dondetodavíase lavive.Vio nacer la cara actual ese edificio yalaFederacióndeEstudiantesdeGua-

dalajara (FEG). Vio morir al diseñador del mercado,Alejandro Zohn, y hoy asiste a la agonía de la FEG.Tuvo 10 hijos. Hace ejercicio todos los días, cuandose trepa a su bicicleta o con unas cadenas que pusoen el techo de su cama. Ha sido ambulante, sindica-lista,futbolista,réferideboxeoolímpico,gestorymú-sico. Nació afilador de cuchillos y afilador de cuchi-llos se va a morir. Se llama Manuel Villaseñor y, con83 años de vida, es un museo vivo de Guadalajara.

Unmuseoaccesibleatodos.SienelmercadoLi-bertad(SanJuandeDios)unopreguntadóndeestánlos locales 1,142, 1143 y 1144, quizá nadie responda.Si uno pregunta por Manuel Villaseñor, todos le vanaindicarelcaminodeunpasilloenelsurponientedelmundo que es ese edificio.

Ahí estará Manuel Villaseñor, con una camisetade rockero, unos guaraches muy modernos de piel ylaspalabrasenlapuntadela lengua,nomásesperan-doquealguien lesdécuerda.Lacuerda tieneunadu-ración mínima de un par de horas. Se activa cuandocualquieramenciona:“Medijeronqueustedesdelosmás antiguos aquí”, la frase mágica para que el viejodetenga el esmeril, se olvide de los cuchillos y suelte

una cátedra de la evolución que han tenido la políti-ca, la economía, el deporte, la música y el desarrollourbano de Guadalajara desde 1950.

“Me las sé de todas, todas. He estado en la Uni-versidad del Comercio Popular”, presume ManuelVillaseñor,antesdecomenzaruna lección,quesiem-pre empieza por el principio.

“…Yo le estoy hablando de 1923 —durante la re-beliónhuertista—.LlegóLázaroCárdenasa tomar laplaza de Teocuitatlán de Corona, donde mi mamá,María Gudiño, era maestra. Ahí se agarraron a tirosel general Rafael Buelna y Lázaro Cárdenas, y le pe-garonaCárdenas.Luego luego,comoquién, lo lleva-ron con mi mamá, que tenía una miscelánea. Ahí lotuvieron toda la noche y a las cinco de la mañana lo

DE PIE. El faro de Nividic, en la Isla de Ouessant, fue construido entre 1912 y 1936, y a éste sólo se podíallegar por teleférico, que partía desde tierra, del cual se ve uno de sus impresionantes pilotes (derecha).

ESPEC

IAL

La tuyaen bicicleta

LleguéaOuessantenunavioncitodeochoplazas.Es-taislafrancesaseencuentraalOestedeBretaña,mar-candolaentradaSurdelCanaldelaMancha.Lascon-diciones climatológicas determinan el modo deaccesoycomoaqueldíaelcieloestabadespejado,pu-dimos tomar el avión y disfrutar la belleza del archi-piélagodelasllamadasislasdelponiente,algunasha-bitadasyotrasno.Desdearriba,Ouessantpareceunamuela de cangrejo, es la última y la más grande, aun-queapenas tieneochokilómetrosde largoporcuatrode ancho y unos mil habitantes.

Para mi alegría, la bicicleta es uno de los mediosrecomendados para visitarla. En Lampaul, la capital,haycuatrositiosdealquilerdebicisdondeaclaranqueestá prohibido tomar en bicicleta las rutas costerasque se extienden a lo largo de 54 km, ya que, siempredependiendo del clima, la falta de visibilidad puedevolver peligroso el paseo. Esta es una de esas cosasque nos dicen y aceptamos pensando que al final va-mos a hacer lo que nos de la gana, hasta que nos po-nemos en marcha.

Recorrí la isla en bicicleta en días distintos, perocadavezmeparecióestarenunaisladiferente.Lapri-mera mañana, por ejemplo, el cielo estaba completa-mentegrisylanieblalocubríatodo.PartimosdeLam-paul,rumboalfarodeCreac’h.Unadelasatraccionesde Ouessant son sus cinco faros, dos en tierra y tresenelmar,quehantratadodurantesiglosdeguiaralosbarcos, aunque, por supuesto, estas aguas han vistomuchos naufragios. De Creac’h seguimos por la ca-rretera hacia el otro extremo de la isla donde está elfaro de Stiff, el más antiguo de los que aún funcionanen Francia. En ese recorrido me di cuenta de que elhombredelasbicicletasteníarazón,sihaynieblame-jorniacercarsea lacosta,porque inclusoporcarrete-ra no se veía nada. A veces escuchábamos voces y alrato nos cruzábamos con ciclistas que aparecían enmedio de la bruma como zombis que no saben adon-de ir. Tal era así que pasamos junto al Stiff y ni lo vi-mos, a pesar de sus dos gruesas torres de 32 metrosde altura.

Rumbo sur, hay una larga bajada hasta la pla-

Isla de Ouessant

Al findel mundo en bici

Por Karla Suárezya Arlan, donde un bretón se bañaba con total ale-gría para sorpresa de esta caribeña que no metelos pies a menos de 25 grados. A lo lejos se entre-veía el Kéréon, último faro monumental construi-do en el mar y aquí sucedió algo extraño: poco apoco el cielo comenzó a despejarse y no sólo elKéréon se volvió nítido, sino que el lejano Stiffreapareció de la nada. El panorama cambió, derepente, era otra isla: luminosa, verde y florida.

Por el Sur llegamos a la punta Oeste (una delas muelas del cangrejo) para ver en la distanciael faro de La Jument. Luego viene una subiditaque bordea la bahía de Lampaul y atravesandonuevamente la villa llegamos a otra punta (la otramuela) donde se divisa el faro de Nividic. Hoy losfaros son automáticos, pero antes existían los fa-reros. Si a Kéréon y La Jument era posible acce-der por barco, aunque era peligroso debido a lasviolentas corrientes marinas, a Nividic sólo se po-día llegar usando un teleférico que partía desdela tierra, del cual quedan unos impresionantes pi-lotes. Allí, contemplando cómo el mar del Nortechoca contra las rocas, me di cuenta de que esta-ba en el “fin del mundo”, en Finisterre, pero has-ta el fin del mundo se puede llegar en bicicleta.

DENUNCIE USTEDNarcolaboratorios

[email protected]

Llame desde cualquier teléfono público en los125 municipios de Jalisco

Horas

V

“Me dijeron que usted es de

los más antiguos aquí”, es la

frase para que Manuel

Villaseñor, de 83 años,

detenga el esmeril, se olvide

de los cuchillos y suelte

una cátedra

El afilador de historiasEN EL MERCADO LIBERTAD

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Por Vanesa Robles

TAJANTE. Manuel Villaseñor (izquierda) nació afilador de cuchillos y afilador de cuchillos se va a morir.

sacaronenunguayínalaestacióndeZacoalcodeTo-rres. Para no alargar la historia, un día vino un desta-camentoadarle lasgraciasamimamá.Elcapitándeldestacamento se hizo novio a mi mamá y aquí estoyyo. Nací, aquí en Guadalajara, en 1930, en la calle Jo-sé María Mercado 140, a una cuadra de lo que era elmercado Rojo, porque era de tepetate. Luego tumba-ron esa manzana y construyeron el Libertad”.

Política a la vieja usanza: como Manuel Villa-señor alebrestó a la gente que ocupaba las vecin-dades donde hoy está el San Juan de Dios, en la ne-gociación consiguió un terreno en la coloniaBelisario Domínguez y un local en el mercado. “Dealgo tienen qué vivir los luchadores sociales”, jus-tifica él sin remordimientos.

Desde antes, Manuel combinaba su sino políti-co y el oficio de los cuchillos, heredado por su bisa-buelo,conotrasactividades.Todaslasqueunosepue-da imaginar.

De políticos, músicos y locos…

Que a mediados de los cuarenta tocaba el con-trabajo en un trío de boleros llamado Los Monarcas,quetrassusalidasetransformóenelfamosoLosTre-vi; que sentado en la banca del equipo de futbol Atlasvio el penal con el cual el “Tico”, Edwin Cubero llevóa la formación a su único campeonato en la historia,en 1951; que en los años setenta fue el delegado deJalisco, durante los juegos deportivos juveniles quesecelebraronenelDistritoFederalycultivarongran-des éxitos; que un decenio después promovió el ter-cer piso del mercado San Juan de Dios, para acomo-dar a los fayuqueros que se habían plantado afueradelmercadoylequitabanclientesa loscomerciantesestablecidos, que mientras todo ocurría conservó suplaza, durante 30 años, en la oficina de Fomento De-portivo del Ayuntamiento de Guadalajara y se hacíapadre de familia una y otra y otra y otra y otra vez…

—¿Cómo se llaman sus hijos? —le pregunto aManuel Villaseñor, que en la última hora ha recitadonombres de políticos, guaruras, futbolistas, calles,boxeadoresyorganizacionesobreras.Elafiladorha-ce un esfuerzo de concentración y luego lo abando-na: “Ay Dios, es un montón de gente…. son cinco mu-jeres y cinco hombres… Mire: el mayor es Ricardo, yya trae su credencial del Insen”.

Inmediatamente,eloctogenarioregresasobresíuna y otra y otra vez. Y todas las veces él es el héroeque se movió a la hora la de foto. ¿Y qué?

“A mí se me facilita mucho el ambiente social ypolítico porque tengo contacto con todos. Aquí vie-nen los peluqueros a afilar sus tijeras, vienen las quetrabajan en la industria del vestido, vienen los delcampo a afilar sus machetes. Yo tengo las relacionesy cuando cuando voy a los municipios a echar grilla,mesalebien,porquemeconocencomoelafilador,nocomo el político.

—¿Y los del crimen organizado también afilanaquí sus cuchillos?

—Mire, no traen letrero, pero en la cara se lesecha de ver. Luego luego se ve que tienen cara de je-fe de relaciones públicas.

Y la charla sigue y, de ser por Manuel Villaseñor,seguiría varios días. Su ego está siempre recién afila-do. “Tengounnietoquese llamaigualqueyoysiguiómi oficio, pero él usa el láser. Uno sigue con el esme-ril y el mollejón, que también tienen una historia po-lítica muy turbia. ¿Se acuerda usted de la familia Sa-linas?”…

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EL INFORMADORPÁGINA 8-B Domingo 23 de septiembre de 2012EL INFORMADOR