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documento técnico nº 8

atención centrada en la persona

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Autores: Lourdes Bermejo GarcíaLourdes Jiménez Navascués Nerea Suárez Pérez de Eulate Fernando Martínez Cuervo Josep Paris GiménezJosep Fuguet Ferrer Josep de Martí Vallés José Luis Monserrat Pérez Laura Castillejo Soler

Editado por: SEEGG, Sociedad española de enfermería geriátrica y gerontológica

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Forma de citar el documento:Bermejo-García L, Jiménez-Navascués L, Suárez-Pérez de Eulate N, Martínez-Cuervo F, París-Giménez J, Fuguet-Ferrer J, De Martí-Vallés J, Monserrat-Pérez JL, Castillejo Soler L. Atención Centrada en la Persona. Serie de documentos técnicos de la SEEGG nº 8Sociedad española de enfermería geriátrica y gerontológica. Oviedo, 2018.

ISBN: 978-84-09-06204-1

Publicación promovida por: Mémora para el progreso del conocimiento científico en relación a la atención de las personas mayores

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1_introducción ..................................................1.1_propósito del documento ....................................

1.2_concepto de atención ..........................................

1.4_la enfermera geriátrica .......................................

2_objetivos .......................................................

3_estado actual del conocimiento .....................3.1_modelos asistenciales .........................................

3.2_modelos de cuidados ..........................................

3.3_responsabilidad ético legal .................................

4_riesgos y limitaciones del modelo .................4.1_concepto de autonomía .......................................

4.2_edadismo y género .............................................

5_reflexiones desde el metaparadigma .............5.1_salud .................................................................

5.2_persona ..............................................................

5.3_entorno ..............................................................

5.4_los cuidados de enfermería .................................

6_reflexiones en la práctica del cuidado ...........6.1_las personas mayores .........................................

6.2_las enfermeras: sujetos cuidadores ......................

7_bibliografía ...................................................

8_anexos ...........................................................

9_glosario .........................................................

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1.1 Propósito del documentoLa Sociedad española de enfermería geriátrica ygerontológica (SEEGG) ante su compromiso deacompañamiento de las enfermeras, de las perso-nas mayores y de sus familias y cuidadores, pro-pone el presente documento con la finalidad degenerar reflexión sobre las implicaciones del cui-dado enfermero (qué se hace y qué puede mejo-rarse) desde la mirada del modelo de la Calidad devida y de los derechos, como ahora más se denomi-na, de la Atención centrada en la persona (ACP).Históricamente las enfermeras han sabido adap-tarse a cada contexto socio-cultural y económico,pero no es suficiente con adaptarse sino que espreciso adelantarse a los requerimientos que lasociedad demandará.

Al igual que ha evolucionado la sociedad, laspropuestas de atención a las personas han idoavanzando y modulándose a las demandas de losciudadanos. Esta transición no ha sido ni unifor-me, ni al mismo tiempo, ni de forma completa entodos los países de nuestro ámbito, encontrándo-nos en la actualidad en un abanico amplio deofertas de cuidados donde conviven todas ellas.

1.2 Concepto de atención centrada enla persona y formas de desarrolloEl concepto de Atención centrada en la persona,(ACP), sobre el cuál en los últimos tiempos seaprecia en nuestro entorno un creciente interés, esun enfoque que los países más avanzados en polí-ticas sociales, como Países Nórdicos, Reino Unido,Australia, Canadá, vienen señalando desde haceaños como uno de los elementos clave para lamejora de la calidad asistencial a las personasmayores. Como Carl Rogers constataba en su des-arrollo de la terapia centrada en la persona –PCA,Person-Centered Approach- o enfoque centradoen la persona, ésta es una manera de hacer en laque se respetan preferencias y deseos de las perso-nas, que aun a pesar de precisar cuidados y apoyossiguen teniendo el derecho y la necesidad de seguir

controlando su propia vida. El objetivo es permi-tir y facilitar que cada persona pueda continuarhaciendo lo que le gusta, ofreciéndole los apoyosque requiera para que pueda desarrollar activida-des, tareas y roles que le permitan mejorar su bien-estar personal emocional y a su mejora funcional.El desarrollo de este enfoque ha sido posible gra-cias al aporte de muchos autores y tendencias pro-venientes de muy diferentes disciplinas (de la psi-cología, la enfermería, la terapia ocupacional, laeducación, el trabajo social, la fisioterapia, etc.) Es importante este reconocimiento en la construc-ción del cuerpo teórico/práctico de la ACP puessin él no sería entendible su avance y que además,ofrezca formas de ejercicio de rol profesional atodos los perfiles profesionales, es decir que impli-ca a todo el equipo interdisciplinar.

En relación a las personas con demencia, laACP apareció en los años 90 en Reino Unido gra-cias a Tom Kitwood, 1997, quien identificó la faltade comprensión de las necesidades de estas perso-nas, e identificó una forma de relación negativa ysimplificada, que no favorece la dignidad, quegenera sufrimiento y favorece la apatía de la perso-na con demencia. La denominada “psicología socialmaligna”, sin querer ni ser conscientes, podría ser lacausante de conductas complejas, como forma deexpresión de malestar cuando sus necesidades psi-cológicas y sociales no están cubiertas. La denomi-nada psicología social maligna es un práctica asisten-cial perjudicial y negativa que se hace palpable enentornos asistenciales donde predomina una cultu-ra de cuidados a las personas con demencia escasa-mente preocupada por el bienestar emocional,entornos con escasas oportunidades para la impli-cación y relación con otras personas, para desem-peñar ocupaciones o roles significativos y valiosos–Kitwood, T. 1992 y 1993-. Esta visión suponeuna revolución por cuanto pone el foco no sólo enlas necesidades físicas sino también en las psicoso-ciales de las personas con demencia –incluso en laspersonas más afectadas-. Estas necesidades, queKitwood definió como universales (identidad,apego, ocupación, inclusión y confort –trato cálidoy cercano-) y que también necesitan satisfacer laspersonas que padecen una demencia.

1_introducción

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1.3 La Enfermera GeriátricaEl concepto de atención sanitaria y social de las personas mayores se ha modificado en las últimasdécadas, actualmente se están incorporando estrategias que garanticen la defensa de los derechos yvalores de las personas y no solo la atención a la enfermedad o dependencia. Las enfermeras geriátri-cas (especialistas y/o expertas), responsables de la planificación de los cuidados, han incorporado unmodelo de cuidado enfermero que deja atrás las intervenciones basadas en la enfermedad para centrar-se en una perspectiva más integral de la atención a las personas mayores y a sus familias, que abarcadesde la promoción y prevención hasta la atención de la persona en la etapa de final de vida.

Las enfermeras geriátricas tienen la responsabilidad profesional de estar al lado de las personas,familias o comunidades y ofrecer cuidados específicos según las necesidades, capacidades y deseos decada uno de los individuos (SEEGG, n.d). Nos referimos a un modelo de cuidados que potencie todaslas capacidades del individuo, su autonomía decisoria para favorecer su bienestar, coincidente con elmodelo propuesto por el Grupo colaborativo de investigación “A. Mas” (n.d), un modelo de atención

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La ACP en personas con demencia intenta evi-tar o disminuir estas interacciones deshumanizado-ras, sintiendo al individuo con todo su valor socialy personal, valorando su individualidad y su expre-sión emocional/conductual. Y algo muy interesan-te, ofreciendo instrumentos para mejorar las prác-ticas relacionales y asistenciales concretas (como elDementia Care Mapping –Brooker & Surr. 2005-o el Modelo VIPS –Brooker D. 2013-) más favore-cedoras y positivas para las personas con demencia.

El antecedente de la ACP en España, lo tene-mos en Asturias, con la elaboración en 2008 de lasGuías de Buenas Practicas (Bermejo, Martínez &Maños. 2009) de forma coparticipada con los pro-fesionales del sector, así como su posterior imple-mentación. Entonces se inició un cambio de mira-da de los profesionales que trabajaban en centrosresidenciales y diurnos para personas mayores ensituación de dependencia. En este proceso se puso,por primera vez, atención en lo que la personaconsideraba o manifestaba que es bueno para símismo en su momento actual. Esta introducciónde una visión más subjetivista de la calidad de vidaevidenció la necesidad de que los profesionalesreinventemos un desempeño de rol profesional quecontemple esta perspectiva de la persona. Es impor-tante reconocer que las enfermeras que participa-ron tuvieron un papel clave en sus equipos, en esteproceso de cambio y en todo lo que posteriormen-te se ha ido escribiendo en nuestro País.

El desarrollo de este enfoque supone un cam-bio profundo, que no está exento de dificultades.Una barrera se encuentra en la percepción y con-sideración que tiene la sociedad (y por tanto tam-bién muchos profesionales) para identificar a lapersona que se encuentra detrás, por ejemplo, deuna enfermedad neurodegenerativa, más aun siésta se está en un fase avanzada de la enfermedad.Es decir, la dificultad para considerar de modoholístico y completo qué siente, necesita y mereceuna persona, por ejemplo, con demencia. Los cui-dados, desde la ACP, han de estar dirigidos a ayu-dar a las personas a vivir bien con y a pesar de susituación de enfermedad, deterioro o demencia.Ello sin duda no es sencillo pues requiere que asílo perciban el conjunto de profesionales implica-dos (Bermejo García 2014).

Otra se refiere al hecho de que en nuestroentorno esta propuesta de cuidado tiene su origenmás desde la oferta de los servicios (desde los pro-pios profesionales del sector), y no tanto de lademanda (de las propias personas usuarias y/o susfamilias). No es por tanto extraño que encontre-mos entre los profesionales, las personas mayores ysus allegados y la sociedad, en general, resistenciasy dificultades en su desarrollo y aplicación porquecuestiona aspectos muy profundos como el rol delprofesional, la responsabilidad y el poder en elmismo, la asunción de decisiones, riesgos, etc.

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donde los profesionales deben potenciar el “saberestar con la persona”, dando respuestas individua-lizadas desde una perspectiva holística, respetandosus valores y haciéndole partícipe de su cuidado. Esuna dimensión del cuidado no siempre reconociday que diversos autores denominan cuidados“intangibles” vs “invisibles” (Huércanos Esparza2010) vs “cuidado humanizado” (Waldow, 2014),está relacionada con la atención orientada a preser-var la dignidad de la persona. Dignidad entendidacomo el atributo intrínseco de la persona que, encualquiera de sus etapas o circunstancias vitales,debe poder ejercer su autonomía moral o decisoriaautonomía –también denominada autodetermina-ción en el ámbito de las personas con discapacidad-y sus derechos para orientar su existencia hacia ellogro de sus propios objetivos, de su plan de vidapropio, acorde con sus preferencias y deseos (Ro-dríguez Rodríguez, 2010). Sin olvidar la dimen-sión social de la dignidad, la dignidad que puedeser experimentada, otorgada o ganada a través de lainteracción social, cómo percibe la persona que estratada por el resto y cómo los demás perciben ytratan a la persona (Rica Escuin, 2017).

Desde el compromiso con la excelencia delcuidado de las personas, se propone a los enfer-meros especialistas/expertos en geriatría, que elfoco de atención de los cuidados sea la personadesde la perspectiva de sus capacidades individua-les, es decir, apoyar con el cuidado enfermero suautonomía decisoria, con el fin de contribuir a lamejora de la calidad de vida de las personasmayores desde el respeto por su dignidad y alejar-se de actitudes paternalistas, que impidan al ciu-dadano tomar sus propias decisiones sobre todosaquellos aspectos que él/ella quiera decidir.

Es preciso planificar los cuidados consideran-do que el profesional pone sus técnicas y conoci-mientos, pero los valores, la persona que atende-mos (Gracia 2012). Esta perspectiva del cuidadocoincidente con el enfoque del ACP y su desarro-llo a la hora de establecer los planes de cuidado,indica que es importante conocer qué es lo querealmente quiere cada persona atendida, qué es lomás importante para cada una de ellas, en qué

áreas de la vida tiene un mejor y/o peor nivel decalidad de vida, cuáles son sus deseos respecto a laatención, sus expectativas, qué temas o aspectos lepreocupan, etc. Las enfermeras deben acompañara la persona, desde su rol de cuidado profesional,a satisfacer todas sus necesidades, conocer y favo-recer todas las capacidades de las personas paraque puedan disfrutar del máximo bienestar, algoque también esta asociado a continuar mante-niendo, en lo posible, el mayor control posible desu vida y de su salud.

Los objetivos del presente documento técnico son:• Identificar el rol de la enfermera en el modeloasistencial de Atención centrada en la persona.• Proporcionar a las enfermeras geriátricas puntosde reflexión sobre el rol de la enfermera en laAtención centrada en la persona, en el apoyo al des-arrollo del proyecto vital de la persona mayor, encooperación con otros profesionales.

3.1 Modelos asistenciales deAtención centrada en la personaLos Modelos de atención centrada en la persona,–MACP-, buscan armonizar los sistemas organi-zativos y asistenciales de los servicios con las pre-ferencias y deseos de las personas que precisanatención o cuidados personales. Pretende contri-buir a un necesario cambio en el enfoque de laintervención, situando en el centro de atención ala persona en su día a día, favoreciendo su auto-nomía decisoria, su independencia funcional y

2_objetivos

3_estado actual del

conocimiento

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destacando el papel terapéutico de lo cotidiano y lo significativo para cada individuo, como el mejormodo de favorecer la calidad de vida de las personas. Los objetivos son garantizar la dignidad de laspersonas, favorecer que puedan ejercer sus derechos (tales como la intimidad, confidencialidad, elderecho a la información y a la toma de decisiones) para que puedan tomar el control de sus vidas,favoreciendo que dispongan de un entorno favorecedor y seguro, evitando daños y proporcionandooportunidades y beneficios. Todo esto ha de ser proporcionado desde un trato digno, es decir, desdeel conocimiento de cada individuo, y el máximo respeto a sus preferencias, necesidades y valores. Espor ello que cada vez las respuestas han de ser más individualizadas, asegurando que éstas guíen lasdecisiones clínicas, así como el soporte educativo por parte del profesional para que las personas pue-dan participar en su autocuidado y tomar sus propias decisiones con responsabilidad, buscando elmáximo beneficio terapéutico, a la vez que garantizamos sus derechos y que puedan desarrollar su pro-yecto de vida (Martínez Rodríguez 2011).

3.2 Modelos de cuidados en la atención a la persona mayorEl cuidado de las personas mayores requiere deuna formación específica de los profesionales queles atienden. La enfermería geriátrica, en España,fue incorporada como asignatura en los planes deestudios de los Diplomados en enfermería en1977. Se ha constatado una evolución en el mode-lo de cuidados propuestos desde entonces hastaahora y en su evolución se identifican distintascorrientes de pensamiento (Jiménez Navascués,Ruiz Gómez, Fenández Araque & Alonso Ruiz,2012) que Kerouac denomina paradigmas de cate-gorización, integración y transformación.

Según el análisis de las directrices de los planesde estudios (Jiménez Navascués 2013), inicial-mente (1977-1991), según las directrices de elabo-ración de planes de estudios en el BOE nº 283,1977, se percibe una orientación muy ligada conel paradigma de categorización, la enfermera eraconsiderada la experta y sus intervenciones sinóni-mo de “hacer para” la persona y ésta es valoradacomo la suma de partes independientes entre sí, elcuidado estaba centrado en la enfermedad y estre-chamente unido a la práctica médica. Posterior-mente según establece el BOE nº 278, 1990, porel que se establece el título oficial de Diplomadoen enfermería, la que consideramos segunda etapade formación universitaria de enfermería, se incor-

pora una visión más holística del cuidado, con elreconocimiento de la implicación del entorno dela persona en su estado de salud (compatible conel paradigma de integración), donde interpreta-mos que la enfermera, como profesional experto,centra los cuidados en intervenciones “con la per-sona” y en nombre de ella. Por último, en el actualplan de estudios, Orden CIN 2134/2008 (BOEnº 174, 2008), se propone el desarrollo de inter-venciones orientadas a conseguir el bienestar decada individuo y una óptima calidad de vida,según decidan quienes reciben los cuidados o seancompatibles con sus valores y deseos, y destaca laimportancia de las relaciones humanas. Es unacorriente de pensamiento que invita a reflexionarsobre la orientación del cuidado, avanzando haciaun modelo afín con el paradigma de la transfor-mación, que centra la atención en “estar con elotro”, en su acepción de cuidado individualizado,integral, basado en estar con las personas mayoresy sus cuidadores, potenciando sus capacidades,ellos deciden y los profesionales de enfermería lesacompañan en su experiencia de salud. Este con-cepto de atención coincide con el posicionamien-to del Consejo Internacional de Enfermería, 1998,donde especifica que el cuidado de enfermería enel trabajo con personas mayores es conseguir unasalud, bienestar y calidad de vida óptimos, segúndecidan quienes reciben los cuidados. Este posi-cionamiento también coincidente con los princi-pios de la ACP.

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Enfermeras europeas, lideradas por R. Shonen, están desarrollando un instrumento para evaluar quepercepción que tienen las personas mayores sobre el concepto de atención individualizada (Suhonen, R.,Välimäki, M. & Katajisto, J. 2000). Se está generando evidencia sobre los elementos que influyen en lapercepción de cuidado individualizado y los beneficios que supone, tanto para los pacientes como paralos profesionales, trabajar de acuerdo a los principios de atención individualizada (Rodríguez-Martín,Stolt, Katajisto & Suhonen, 2016); (Suhonen, Stolt, Gustafsson, Katajisto & Charalambous, 2014).

Actualmente en España, las enfermeras tienen acceso al programa formativo de la Especialidad deenfermería geriátrica, que define al especialista en Enfermería geriátrica como “el profesional que pres-ta atención y cuidados de enfermería a la población anciana, estando capacitada para enseñar, super-visar, investigar, gestionar y liderar los cuidados destinados a este colectivo en situaciones complejas enlas que también actúa como asesor en todos los niveles del sistema socio-sanitario”, según Orden SAS3225, 2009, justificado por la evidencia de retos, como la necesidad de promover políticas, que per-mitan a las personas alcanzar una edad avanzada más sana y con más seguridad, así como vivir conindependencia y dignidad (González Vaca, J. et al. 2014).

3.3 Responsabilidad ético legalimplícita en el cuidado de la personamayorLa atención de las personas mayores orientada apreservar su dignidad se fundamenta en el respetoa los derechos y valores que poseen las personas porel mero hecho de serlo. Según el Código deontoló-gico de la enfermería española, 1989, desarrolladoal amparo del código del CIE, 1973, elaborado conel fin de establecer las normas deontológicas queordenan el ejercicio profesional, las enfermeras tie-nen la responsabilidad de respetar la dignidad de lanaturaleza humana. En el capítulo II se establecenlos deberes de las enfermeras insistiendo, en distin-tos artículos, en la obligación de reconocer la liber-tad, la igualdad en dignidad y derechos de las per-sonas, en el reconocimiento de cada persona paraparticipar de forma libre sobre la atención que se lepreste. Y en el art. 5 especifica textualmente que:“…las enfermeras/os deben proteger al paciente,mientras esté a su cuidado, de posibles tratos humi-llantes, degradantes, o de cualquier otro tipo de afren-tas a su dignidad personal”; y en relación a la enfer-mera ante el derecho a una ancianidad más digna,se insta a las enfermeras a fomentar la autonomía,la independencia y el autocuidado para garantizaruna mejor calidad de vida.

Además del precepto deontológico, como pro-fesionales sanitarios, se debe respetar la normativasanitaria española, que al amparo de la Constitu-ción de 1978, recoge los derechos de los pacientesen diferentes leyes, como la Ley General de Sani-dad, 1986, la Ley 41/2002 del 14 de noviembre,básica reguladora de la autonomía del paciente,2002, y la Ley de cohesión y calidad del SistemaNacional de Salud, 2003. La LGS, 14/1986 del 25de abril, ya recogía en el art. 10.1 el derecho quelas personas tienen de ser respetada su personali-dad, dignidad humana e intimidad, sin ningúntipo de discriminación, en la Ley 16/2003 del 28de mayo de cohesión y calidad del Sistema Nacio-nal de Salud se indica la necesidad de abordaractuaciones para la humanización de la asistenciasanitaria. La Ley 41/2002 del 14 de noviembre,básica reguladora de la autonomía del paciente,constata la importancia del respeto de los derechosde las personas como eje básico de las relacionesclínico-asistenciales y reafirma que toda actividaddebe ser orientada desde el respeto a la dignidadde la persona, a la autonomía de su voluntad y asu intimidad. Esta ley regula derechos como laintimidad y el respeto de la autonomía de lospacientes, teniendo en cuenta que el usuario debetomar sus propias decisiones en materia de saludadoptadas libre y voluntariamente, respetando:que sea mayor de edad, capaz y libre.

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Así pues, la ética actual, más aún desde la perspectiva de la ACP, recuerda que el antiguo princi-pio “Primun non nocere” sigue siendo la norma moral fundamental de todos los profesionales obliga-dos/as a intervenir con el objetivo de desarrollar la autonomía y/o proteger a las personas en situaciónde dependencia. Ello nos exige disponer de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias paraque en nuestra relación no se lesione su integridad y dignidad (Goikoetxea, MJ., Zurbanobeaskoetxea,L., Mosquera, Á. & Pablos, B., 2015).

Lograr prestar esta atención no es sencillo, es unmodelo que conlleva riesgos, entonces ¿dóndeestán los límites? Hay situaciones en las que entraen conflicto la obligación de no maleficencia conla promoción de la autonomía y el bienestar sub-jetivo de la persona. En estos casos, hay que tenersiempre presente que la promoción de la autono-mía implica asumir riesgos y hay que buscar elequilibrio entre las tres dimensiones citadas. Encualquier caso los límites estarían cuando hay unriesgo claro de daño importante para la persona(riesgo vital), daños a terceras personas o un repar-to no justo de las atenciones (Martínez, T., Diaz-Veiga, P., Sancho, M. & Rodríguez, P. 2015).

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4.1 Concepto de autonomía: lo valioso es la perspectiva, la opi-nión de la personaA la hora de planificar los cuidados es imprescin-dible tener en cuenta “la mirada del otro” paralograr el máximo desarrollo de la autonomía, ellogro de la máxima independencia y el bienestarsubjetivo de la persona. Tenemos el compromisocon las personas siendo la enfermera la valedorade la persona frente al equipo, la familia, profesio-nales de otros recursos, etc.

Llegados a este punto es necesario aclarar losconceptos de autonomía y dependencia, ya quehabitualmente se utilizan como términos opues-tos, sin embargo, entendemos que la autonomía esla capacidad del individuo para hacer elecciones,tomar decisiones y asumir las consecuencias de lasmismas. Para evitar confusiones el término auto-nomía suele acompañarse de otras palabras queclarifican su significado empleándose cada vez másautonomía moral o decisoria. El término opuestoa autonomía no es dependencia, sino que es hete-

ronomía. La dependencia en cambio, hace refe-rencia a la necesidad de apoyos por parte de otraspersonas para realizar las tareas de la vida cotidia-na. El término opuesto a dependencia es indepen-dencia. Así, las personas en situación de fragilidado dependencia pueden tener o no disminuida suautonomía decisoria y, por tanto, ser más o menosheterónomas (Bermejo García 2009).

4.2 Edadismo y géneroLa Declaración de los Derechos Universales y lospactos Internacionales de Derechos Humanos,incluyen a todos los individuos sin discrimina-ción de edad, sin embargo, existen dificultadespara que a los adultos mayores se les reconozca suautonomía, integridad y dignidad en igualdad decondiciones que al resto de los seres humanos. Eledadismo, ageismo o viejismo, como se denomi-na indistintamente, es un tipo de estereotipifica-ción y la tercera forma de discriminación (LosadaBaltar, 2004) contra personas por el motivo de laedad y engloba creencias, normas y valores que

4_riesgos ylimitacionesdel modelode atencióncentrada enla persona

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justifican la discriminación de las personas según su edad. En numerosas ocasiones las personas mayo-res son “invisibles” para los gobiernos, instituciones y para la sociedad, es preciso instaurar mecanis-mos que les garanticen condiciones de vida digna. Especial protección en la defensa de los derechosrequieren las mujeres mayores, por diferentes aspectos: menos ingresos, más discapacidad, más sole-dad, menos acceso a la educación y cultura, su mayor longevidad, etc., según el Foro Mundial deONG sobre envejecimiento, 2002, y el Foro Internacional de Derechos Humanos de las PersonasMayores, 2014.

Las recomendaciones para la reflexión se estruc-turan desde los conceptos que identifican losfenómenos particulares de interés para la discipli-na enfermera, es decir, el metaparadigma querepresenta la perspectiva de los cuidados enfer-meros e incluye los conceptos: salud estado debienestar físico, social y mental, no únicamentela ausencia de enfermedad; la persona, definidacomo el sujeto de derechos y susceptible portanto de contraer obligaciones; entorno las condi-

ciones que afectan a la persona, a la institución y/o servicios comunitarios, en la que se presta el cui-dado y el cuidado enfermero, es decir, aquellas actividades que contribuyen a la salud y/o recuperacióno a una muerte tranquila del individuo.

A continuación se propone una aportación /reflexión sobre cada una de las dimensiones, que defi-nen los modelos de cuidados de enfermería, con la finalidad de favorecer la identificación del rol dela enfermera en el modelo asistencial de Atención centrada en la persona.

5_reflexionesdesde el meta-

paradigmaenfermero

5.1 SaludLa salud no es solamente lo opuesto a enferme-dad, significa también la voluntad de utilizar lascapacidades que tenemos (Nightingale, 1885). Lapodemos considerar como se indica en la obra deKerouac, 1996, un valor y una experiencia vividasegún la perspectiva de cada persona, que hacereferencia al bienestar y a la realización del poten-cial de cada persona. Destacar la importancia quetiene tener en cuenta la perspectiva de la persona.

5.2 PersonaToda persona debe ser considerada como un serúnico y valioso para la sociedad. Todas las perso-nas, independientemente de la etapa vital o cir-cunstancias en las que se encuentren, tienen losmismos derechos reconocidos en la Declaraciónuniversal de los Derechos Humanos y en la nor-mativa (normas éticas y legales) del país dondehabite.

Estos derechos emanan de una idea esencial:todas las personas tenemos la misma dignidad, unvalor intrínseco que nos acompaña hasta el final.Demostrar este reconocimiento a la dignidad delas personas ha de hacerse en las relaciones coti-dianas, en el trato que reciben, reconociendo yfacilitando que cada persona pueda disfrutar deuna vida buena, con bienestar cotidiano, implica-do y logrando sus objetivos personales, respetan-do sus decisiones, valores, deseos y preferencias.La persona mayor tiene derecho a que se le reco-nozcan todos sus derechos, a que se valoren ypotencien todas sus capacidades, facilitándole unaadecuada comunicación que permita el desarrolloy satisfacción de sus necesidades, no solo físicas,sino también psicológicas, afectivas, sociales yespirituales. Por supuesto todas las personas tie-nen derecho al acceso a los recursos que precisen,en condiciones de equidad y sin que sean, porcualquier motivo, discriminadas.

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El proyecto de vida de la persona no desaparece con la edad, cada persona precisa tener el controlsobre su vida y ser partícipe de su proyecto de vida. La persona mayor tiene derecho a que se le reconoz-can todas sus capacidades, a una adecuada comunicación, a la intimidad, a la equidad de los recursos ya la autonomía decisoria. La atención individualizada es un derecho de las personas atendidas en los sis-temas sanitarios y sociales (en las instituciones y en la comunidad). La calidad de vida entendida comouna percepción individual, tiene que ser definida por cada persona y variará según sus capacidades, prio-ridades, expectativas, normas, preocupaciones y objetivos, y dentro de su propio contexto cultural.

Aún en situaciones de dependencia, inicio de deterioro cognitivo (sin incapacidad judicial), las per-sonas tienen el derecho a poder decidir según sus preferencias, valores y creencias; poder participar conlos equipos que les atienden en el planteamiento de los objetivos de los cuidados y de que le sean reco-nocidas sus capacidades, habilidades, conocimientos y actitudes personales. Tomar decisiones no es algoimposible, depende de la situación de riesgo y del apoyo que reciba en el cuidado (Martínez et al. 2015).

Conocer como ha sido la vida de la persona es imprescindible para entender su momento presentey ofrecer una atención orientada hacia su calidad de vida. Esto ha de hacerse con el máximo respeto asu intimidad y confidencialidad a la información recogida.

5.3 EntornoTal y como recoge la Ley 39/2006 del 14 dediciembre de Promoción de la autonomía personaly atención a las personas en situación de depen-dencia, los cuidados profesionales y atención pro-fesional pueden darse tanto en la comunidad(hogar, centros de día, asociaciones…), como eninstituciones, (hospitales, centros residenciales…),todo ello para hacer efectivo un grado satisfactoriode independencia como de autonomía moral en elseno de la comunidad. En cualquier caso unentorno cálido y amigable, tanto en las relacionespersonales como en los ambientes físicos será favo-recedor.

El cuidado es un concepto multidimensionaldonde las condiciones del contexto son un factormodulador en el ajuste psicosocial y en la reacciónde adaptación de la persona mayor, por la relaciónque se establece entre la persona y el entorno. Elentorno (características físicas, sociales y recursosdisponibles) donde se atiende debe ser flexible,con capacidad de interactuar con las expectativasde la persona mayor.

El posicionamiento de los equipos interdisci-plinares influyen en la orientación de la atención,el equipo valora y aborda las situaciones que vivela persona mayor desde diferentes interlocutores.Las enfermeras, miembros natos de los equiposinterdisciplinares, tendrán que reflexionar sobre

su posicionamiento en el equipo, además de des-arrollar las competencias propias de la disciplina,podrán asumir el rol de líder.

Existen recursos, disponibles en la atenciónsanitaria y social, que facilitan la toma decisionesante situaciones conflictivas y entendemos quedeberían tenerse en cuenta, para ello es impres-cindible potenciar espacios de reflexión ética. LosComités asistenciales de ética, podrán proporcio-nar argumentos que faciliten la toma de decisio-nes tanto de la persona/familia como de los pro-fesionales que les atienden.

Otro recurso a valorar es la disponibilidad enlas distintas Comunidades Autónomas del registrode los documentos de voluntades anticipadas,también conocido como instrucciones previas otestamento vital, donde la persona puede manifes-tar anticipadamente su voluntad sobre los cuida-dos y el tratamiento de su salud (Junta de Castillay León, 2016), valioso recurso para adoptar deci-siones acordes a la voluntad de la persona.

Si la filosofía de poner el foco de atención enla persona, de respetar su dignidad, autonomía,derechos…, no se acompaña de la cooperación dedistintos ámbitos y contextos implicados en lavida de las personas como son los poderes públi-cos, el legislativo, las instituciones asistenciales ydocentes no se podrá avanzar en la adaptación deeste modelo de Atención centrada en la persona.

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Cometidos de los equipos técnicos (dentro del MACP)

Realizar la valoración integral de cada persona y proponer su Plan de atención y vida, (PAyV).

Realizar las intervenciones profesionales que sean indelegables.

Apoyar a la formación continua de los equipos de apoyo cotidiano.

Asesorar a los equipos de apoyo cotidiano en la realización de las actividades de la vida diaria y especialmente cuando se produce alguna situación más compleja.

Realizar consultas y apoyar a los profesionales de referencia para encontrar las mejores opciones en la atención cotidiana a cada persona.

Apoyar a la formación continua de los equipos de apoyo cotidiano.

Llevar a cabo el seguimiento y la evaluación periódica en cada caso.

Otras: Diseñar y evaluar programas, protocolos, nuevas metodologías, etc…

Modelo de atención centrada en la persona. Cuadernos prácticos: Profesionales. Nuevos roles y equipos de atención. Departamento de empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco y Matía Instituto. Vitoria-Gasteiz. Noviembre, 2015.

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5.4 Los cuidados de enfermeríaLos profesionales de la salud representan recursosque acompañan a la persona mayor y su familia,con la intención de ayudarles a encontrar los ele-mentos de respuesta para la satisfacción de sus nece-sidades de salud y, desde el respeto a sus valores, aldesarrollo personal. La máxima del cuidado engeriatría es la atención integral que potencie la auto-nomía de la persona mayor, dando más importan-cia a la calidad de vida que a la cantidad de vida. Espreciso tener una mente abierta, ser tolerante, concapacidad de negociar con la persona sobre su cui-dado, con apertura al compromiso y apreciación dela diversidad. Los cuidados de las enfermeras solotienen sentido a partir de la persona, de lo que es,de lo que representa en el seno de su entorno socialy los cuidados tienen significado por referencia a surealidad y a su forma de vivir (Collière, 1993).

La salud y bienestar de la persona se vinculacon aspectos del cuidado relacionados con el con-fort, la confianza y los relativos a la actitud y com-promiso (Jiménez, L., 2013). Es menos visiblecontribuir a la salud de la persona mediante unaintervención centrada en los recursos de ellamisma, pero lo consideramos imprescindibles en

el concepto de cuidado integral que mejora laautoestima, la responsabilidad de su autocuidado,autonomía e independencia, estrategias de afron-tamiento…, son los cuidados denominadosintangibles o “invisibles” (German Bes, 2015).

La enfermera debe acompañar a la persona enla toma de decisiones, con la garantía de que lasdecisiones las toma conscientemente, adecuada-mente informada y de forma autónoma.

En el marco de atención de un equipo inter-disciplinar, las enfermeras, en el desarrollo de suscompetencias, deben responsabilizarse del procesode cuidados, utilizando un método sistemático yorganizado. Realizaran una valoración integral dela persona, que permita identificar sus necesidades,limitaciones, recursos y posibilidades de funciona-miento independiente, es decir, deben determinarlas capacidades de la persona, siempre teniendo encuenta su autonomía. Esto ayudará a priorizar lassituaciones de intervención y a planificar conjunta-mente (la persona y el equipo profesional) las acti-vidades que le permitan mantener y/o recuperar elmayor grado de independencia acorde a las expec-tativas de la persona, evaluando posteriormente losresultados de las intervenciones.

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La enfermera es la responsable de proporcionar cuidados tangibles e intangibles, desde la mirada dela persona que acompaña en su experiencia de salud, basados en el contenido de la relación que se esta-blece en el cuidado, aun cuando delegue en otros profesionales, tareas de actividades de la vida diaria.

Ante las dificultades que en ocasiones se tienen para registrar las intervenciones relacionadas conel “cuidado invisible”, se propone un ejemplo de cuidado relacionado con el confort de la persona,según la taxonomía NANDA-NIC-NOC (NNN Consult, n.d.), la selección de estos códigos depen-derá siempre de la valoración individualizada de la persona.

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NANDA > diagnóstico

• Código: 00183 / Disposición para mejorar el confort.Definición: patrón de tranquilidad, alivio y trascendencia en las dimensiones física, psicoespiritual, ambiental, cultural y/o social, que puede ser reforzado.Características y factores: _ Expresa deseo de mejorar el confort._ Expresa deseo de mejorar el sentimiento de satisfacción. _ Expresa deseo de mejorar la relajación._ Expresa deseo de mejorar la resolución de quejas.

NIC > intervención

• Código: 5250 / Apoyo en la toma de decisiones. Definición: proporcionar información y apoyo a un paciente que debe tomar una decisión sobre la asistencia sanitaria. • Código: 5390 / Potenciación de la autoconciencia. Definición: ayudar a un paciente a que explore y comprenda sus pensamientos, sentimientos, motivaciones y conductas. • Código: 4340 / Entrenamiento de la asertividad. Definición: ayuda para la expresión efectiva de sentimientos, necesidades e ideas a la vez que se respetan los derechos de los demás. • Código: 5395 / Mejora de la autoconfianza. Definición: fortalecer la confianza de la persona en su capacidad de realizar una conducta saludable.

NOC > resultado

• Código: 1614 / Autonomía personal. Definición: acciones personales de un individuo competente para controlar las decisiones vitales. • Código: 2002 / Bienestar personal. Definición: grado de percepción positiva del propio estado de salud actual. • Código: 2000 / Calidad de vida. Definición: alcance de la percepción positiva de las condiciones actuales de vida. • Código: 1309 / Resiliencia personal. Definición: adaptación y función positiva de un individuo después de una adversidad o crisis significativa.

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A continuación abordamos aspectos relacionados tanto con las personas mayores como sujetos de ser cuidados como con las enfermeras como sujetos cuidadores

6.1 Las personas mayores: sujetos de ser cuidados

6.1.1 La imagen social de las personas mayores: entre el estereotipo y el estigmaEl envejecimiento de la población ha supuesto una transformación demográfica sin precedentes, tantoen la cantidad de personas mayores como en el importante papel que desarrollan en la sociedad. Ante ladiversidad de perfiles de personas mayores, debemos de alejarnos de estereotipos generalmente encasilla-dos en la dependencia y la falta de autonomía, para ser capaces de construir una imagen de la personamayor donde cada uno de nuestros mayores pueda reconocerse.

Aquí, los medios de comunicación, en general y el marketing en especial, deben revisar sus pro-puestas y al igual que con otros colectivos y otras temáticas han sido capaces de interiorizar mensajesde respeto, protección de la dignidad y de la autonomía, tendrán que promover códigos éticos en loque se refiere a la imagen de las personas mayores. También proteger la imagen de los más dependien-tes, preservando la dignidad, la intimidad y privacidad a través del consentimiento informado yhuyendo de imágenes negativas centradas en la vulnerabilidad de la persona mayor.

Cada vez es más patente la participación activa de las personas mayores en todo aquello que lesafecta. La sociedad ha de acompañar este cambio que se refleja en el giro de las propuestas de “paraellos”, a “con ellos” hasta llegar a “desde ellos”, reconociendo el valor de dicha participación.

Es necesario resaltar una imagen positiva y activa de las personas mayores, remarcar su contribucióna la sociedad, tanto desde la esfera más privada en la atención a otras las personas dependientes –niñoso mayores-, como en la pública a través del asociacionismo o el voluntariado a modo de ejemplo.

La situación es mucho mas grave cuando hablamos de personas mayores en situación de mayor fra-gilidad o con mayor deterioro físico y/o cognitivo. Por ejemplo, la demencia como enfermedad crónica,discapacitante y secundaria a procesos neurodegenerativos –para los que no existe curación-, genera unestigma en quienes la padecen. Una marca de vergüenza para la persona y una serie de creencias erróne-as y de prejuicios y comportamientos discriminatorios en quienes la rodean.

La enfermera debe ser especialmente conocedora y sensible a la existencia del estigma, de los este-reotipos negativos y atribuciones no lógicas e injustas acerca de las personas, máxime cuando son per-cibidos por el resto (familiares, amigos, profesionales y sociedad) de forma minusvalorada, llegando aconsiderar que ya no tienen necesidades sociales, afectivas, desarrollo personal, de identidad o derechos.

La enfermera ha de estar especialmente alerta para identificar la “psicología social maligna” que exis-ta en la organización en la que trabaja –y que quita al enfermo su condición de persona- para tratar acti-vamente de modificar o paliar esta realidad. Situación que daña aún más a las personas, produciendoen ellas sentimientos negativos, apatía e indefensión, un sufrimiento no atribuible a las patologías sinoa una forma de trato profesional y social poco humanizador (Bermejo García 2015).

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6_reflexiones en relación a la práctica del cuidado de

las personas mayores

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6.1.2 Dificultades para el reconocimientode la dignidad, intimidad y autonomíade las personas mayoresToda persona se merece un trato digno, respetuo-so, ser atendida respetando su individualidad y susnecesidades particulares. Ello exige a los profesio-nales reconocer y tolerar las diferencias, no se tratade dispensar a todas los mismos cuidados sino depersonalizar la relación y la atención para ofrecer acada persona lo que necesita. (Anexo 1)

La intimidad es un derecho inalienable cuyasalvaguardia es un deber ético y una obligaciónlegal para los cuidadores. Lo propio y exclusivo dela persona, solo ella puede decidir compartirlo conlos demás. Durante los cuidados personales se debeproporcionar los mejores cuidados sin menoscabarla intimidad de la persona. (Anexo 2)

Cuidar conlleva aceptar la autodeterminaciónde las personas, las decisiones que la persona mayortoma para proporcionarle una atención personali-zada acorde a sus valores, gustos y preferencias parapoder ayudarla a conseguir que desarrolle su pro-yecto vital satisfactoriamente. La autonomía no sepierde con la edad, es un derecho que no se pierde,y que, sin duda, a medida que la persona envejeceo se fragiliza y disminuyen sus capacidades, requie-re que los profesionales que están cerca, más aún laenfermera, actué ayudándole a ejercer su derecho ala autonomía, decidiendo todo lo que sea posibleen su vida actual. (Anexo 3)

6.1.3 Acerca de las contenciones y la privación de libertad a las personasDetrás de una conducta compleja hay una formade expresión y necesidad no satisfecha, si la enfer-mera sabe interpretar el significado de ese com-portamiento y se anticipa a las necesidades no seránecesario recurrir a la contención. La contenciónimplica la restricción de la voluntad de la persona,es una solución rápida y simple que vulnera underecho fundamental, por ello el papel de la enfer-mera ha de ser siempre tratar de evitarla o minimi-zar su uso. Tratando siempre de comprender einterpretar ese comportamiento, identificar quénecesidad puede estar detrás y darle oportunidades

para su satisfacción, lo cual es, sin duda muchomás difícil y complejo, pero imprescindible.

Estas connotaciones están detrás de las suje-ciones físicas y de las sujeciones farmacológicas oquímicas, en ambos casos, se trata de decisionesclínicas, individuales o compartidas por el médi-co y la enfermera (Estévez-Guerra, Fariña-López& Penelo, 2018), cuyo uso se considera no admi-sible en la mayoría de los casos.

La restricción de la voluntad de la persona, encualquiera de las formas descritas y prescritas sinbuscar un fin terapéutico, choca frontalmente conel desarrollo de la autonomía de la persona, generasufrimiento y la predispone a un riesgo elevado dedeterminados efectos adversos ligados a estas medi-das (Fariña-López, Camacho-Cáceres, Estévez-Guerra& Bros i Serra, 2009). El papel de la enfermera esclave para canalizar y buscar intervenciones eficacesque satisfagan las necesidades detectadas, acorde alos gustos, preferencias y deseos de la persona.

6.1.4 Acompañar y atender a las perso-nas en su proceso de final de vidaEn un momento trascendente de la vida de las perso-nas, como es cuando se toma consciencia de la pro-pia muerte, es especialmente relevante la Atencióncentrada en la persona. Es importante que la enferme-ra pueda manejar todas las herramientas a su alcancepara atender y también priorizar las necesidades espi-rituales y religiosas de la persona, así como la concep-ción de pérdida y duelo que pueda tener el paciente.

En situación de final de vida deber primar lacalidad de vida y es básico aceptar y adoptar laspreferencias del paciente, y debemos ayudar a quesea él mismo quien tome sus decisiones y man-tenga el control sobre su propia vida.

La experiencia del Dr. Chochinov (2008), quepudo evaluar pacientes en la atención recibida ensituación de vida, es muy didáctica. Estas personasdescriben la experiencia de atención como digna nosólo cuando se controlan los síntomas, el sufrimien-to físico y emocional, sino cuando se muestra respe-to y se pone de relieve la importancia que ha teni-do su vida y el rol social que sigue teniendo hasta elúltimo momento para todos los que le rodean.

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6.2 Enfermeras: sujetos cuidadores

6.2.1 Sobre el liderazgo de la enfermeraEs necesario el liderazgo de las enfermeras en laatención a las personas mayores, tanto en la socie-dad en general como en las organizaciones. Es dealta trascendencia en la toma de decisiones para eldesarrollo de la profesión en todos los ámbitos de lavida social, económica y política que exige que laenfermera geriátrica sea un profesional capaz deinteractuar con los diversos actores de estos ámbitosy con los diferentes profesionales que comparten lalabor asistencial (Souza, LP., Ferreira, AL., Nunesde Aguiar, R., Dias V M. & Ramos, H. 2013).

El reconocimiento de la enfermera geriátricacomo referente en ACP por parte de las institu-ciones y poderes públicos, así como su participa-ción activa en los órganos de decisión, asesora-miento y participación de los distintos niveles dela administración con competencias asistencialesy sociales, es necesario para una adecuada aten-ción que asegure que la persona mayor tenga unpapel central y activo en sus cuidados.

El profesional de enfermería debe manteneruna actitud crítica y reflexiva frente a la realidadde las personas y sus derechos, garantizando así laaplicación de cuidados con calidad y sensibilidad,ayudando a generar, junto al resto del equipomultidisciplinar que participa en la atención, elimpacto necesario para generar el cambio en elmodelo de cuidado a las personas mayores.

Su responsabilidad, por tanto, en funcionesde liderazgo, docencia, motivación, supervisión,etc. es imprescindible, porque la enfermera es laproveedora de formación e información a las per-sonas que cuidan, tanto a los cuidadores no pro-fesionales, como a los profesionales de atencióndirecta que asisten a las personas en todos aque-llos aspectos encaminados a favorecer un estadoóptimo de salud, bienestar y calidad de vida.

6.2.2 Sobre la formación de la enfermeraLa formación universitaria, de grado y postgrado,no solo se debe amoldar a las demandas sociales,sino que hay que prevenirlas y en cierta manera,

orientarlas para el mejor desarrollo personal y socialde los ciudadanos (Michavilla, F. & Calvo, B.2000). La formación permanente permite actuali-zarse y capacitarse en las estrategias y metodologíasque se van desarrollando a fin de identificar, detec-tar y potenciar una valoración continua y unamejora permanente.

En la actualidad, la práctica profesional enfer-mera debe estar basada en cuidados de saludimpulsados por el conocimiento. Las enfermerastienen el reto constante de identificar nuevas ymejores formas de dispensar cuidados, que seanóptimos para cada persona. Puesto que el procesode atención de enfermería supone un enfoquedeliberado para la resolución o prevención de pro-blemas, el éxito de su aplicación dependerá de losconocimientos, habilidades y actitudes de la enfer-mera, que deberán ser integrados en el marco éticoy teórico de referencia para la práctica asistencial.

El marco teórico que fundamenta la prácticaenfermera, se relaciona con los cuatro conceptosnucleares de la disciplina: salud, persona, entorno,los cuidados de enfermería. Si se quiere potenciarel modelo asistencial de Atención centrada en lapersona, como perspectiva del cuidado, es precisocapacitar a los profesionales, para que profundicenen su fundamentación, en cómo incorporarlo a lametodología específica de cuidados (metodologíabasada en la idea de que, mientras planificamos ybrindamos cuidados, debemos considerar los inte-reses, ideales y deseos únicos de la persona querecibe el cuidado de salud) y potenciar los estudiosque aporten evidencia sobre su aplicación en lapráctica del cuidado, tanto en la formación degrado como de postgrado. (Anexo 4)

6.2.3 Sobre el rol de la enfermera en los sistemas de organizaciónLa organización de los sistemas de atención a per-sonas mayores debe basarse en el reconocimientode las capacidades y respeto a la dignidad, autono-mía, cultura, valores y preferencias de la persona.

En cualquier sistema de atención a personasmayores dependientes el equipo interdisciplinarresulta fundamental, y dentro del mismo el papel

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de liderazgo de la enfermera en lo que respecta a la valoración integral y elaboración junto con la per-sona, del plan de atención. El papel de la enfermera debe ser reconocido en la organización de los recur-sos sociales: tanto al establecer los espacios de atención, como protocolos y nomenclaturas utilizadas.

Actualmente, diferentes normativas autonómicas regulan el funcionamiento de los servicios deatención a personas mayores, estableciendo diferentes modelos asistenciales en las residencias. Se debetender a que, a pesar de ser modelos diferentes, todos tuviesen en común la existencia de un equipointerdisciplinar liderado por una enfermera especialista. La justificación de la recomendación es quela enfermera reúne el perfil profesional y las competencias más adecuadas para cumplir esa función.

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Anexo 1. Consejos de la SEEGG para potenciar la dignidad

El concepto de dignidad define al ser humano co-mo un ser superior y excelente, otorga igual valora todos los individuos y nos insta a dispensar untrato respetuoso, atendiendo a la individualidad ya las necesidades particulares de cada persona.

Respetar la dignidad de las personas nos exigereconocer y tolerar las diferencias, no se trata de

dispensar a todas lo mismo sino de personalizar larelación y la atención para ofrecer a cada personalo que necesita.Las siguientes propuestas ayudarán a conseguirlo:

1_ Respete la voluntad de la persona, aceptando susdecisiones tanto referidas a actividades básicascomo relacionales o de participación en distintasactividades.

2_ Conozca, identifique y facilite la realización desus preferencias y gustos incluyendo aspectos cultu-rales, espirituales o estéticos entre otros.

3_ Mantenga una comunicación adecuada, consi-derando la forma, intensidad y calidad. Favorezcala expresión de opiniones y sentimientos.

8_anexos

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4_ Cuide el derecho a la intimidad en los cuidadospersonales, aseo, baño…, el entorno de cuidadosy el deseo de privacidad.

5_ Garantice la confidencialidad de la informaciónevitando divulgar datos personales o realizar unainnecesaria divulgación.

Anexo 2. Consejos de la SEEGG para potenciar la intimidad en los cuidados personales

La intimidad está enunciada en la Constituciónespañola como un derecho fundamental de la per-sona y su protección está recogida en la Declara-ción de Derechos Humanos. Es un derecho inalie-nable cuya salvaguardia es un deber ético y unaobligación legal para los cuidadores.

La intimidad es lo más propio y exclusivo dela persona y sólo ella puede decidir compartirlocon los demás. Durante los cuidados personalesdebemos de proporcionar los mejores cuidadossin menoscabar la intimidad de la persona.Las siguientes propuestas ayudarán a conseguirlo:

1_ Identifique lo que es importante para cada perso-na en su cuidado personal, aumentará la percep-ción de seguridad y bienestar.

2_ Planifique las actividades y cuide el entorno decuidados para facilitar la participación, favorecerel confort y la privacidad.

3_ Procure el bienestar del mayor realizando una téc-nica correcta, manejando el sentimiento de pudory mostrando calidez y empatía.

4_ Personalice los cuidados atendiendo a las suge-rencias e indicaciones de la persona, siendo sensi-ble a flexibilizar horarios y procedimientos.

5_ Garantice gestos respetuosos: cerrar la puerta delbaño o habitación, dar tiempo a la persona, respe-tar su pudor, no dejarla desnuda, etc.

Anexo 3. Consejos de la SEEGG para potenciar la autonomía

Cuidar conlleva aceptar la autonomía de las perso-nas en nuestro terreno de las decisiones que la per-sona mayor toma, para proporcionarle una aten-ción personalizada acorde a sus gustos y preferen-cias. La comunicación verbal y no verbal, la obser-vación y la historia de vida junto al respeto a latoma de decisiones, nos ayudarán a conseguir quela persona mayor desarrolle su proyecto vital.

1_ Las personas mayores mantienen la capacidadde decidir, la autonomía no se pierde con la edad.Aunque la persona mayor necesite de otras perso-nas para la realización de las actividades básicas dela vida diaria (aunque se encuentre en situación dedependencia) es capaz de tomar decisiones sobrelos aspectos que rodean su vida.

2_ El cuidador nunca debe de confundir la depen-dencia para realizar distintas actividades con laimposibilidad de tomar decisiones (autonomía).

3_ Las personas mayores son autónomas y tienenderecho a elegir entre distintos cuidados o trata-mientos e incluso negarse a ellos. El cuidador debe-rá de respetar las decisiones aunque no le gusten.

4_ El cuidador debe de procurar una informaciónadecuada, sin manipulaciones ni restricciones, parafacilitar que la persona mayor tenga una apropiadacomprensión de la misma y que le permita unaelección satisfactoria.

5_ El cuidador debe animar a la persona a que par-ticipe en la toma de decisiones, especialmente enlas actividades cotidianas (preferencias, horarios,comida, traslados, etc.) y estimularle para su parti-cipación siempre que pueda hacerlo por si misma.

6_ El cuidador debe de personalizar la atenciónque dispensa a la persona de forma acorde con losgustos y preferencias que nos manifieste y siempreque respeten los principios éticos.

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7_ Es importante conocer la historia de vida de lapersona y desarrollar la observación, ambas nosayudarán a identificar las preferencias, deseos yvoluntades de la persona mayor cuando no puededecidir.

8_ Cuando la persona no es capaz de decidir ytampoco conocemos sus preferencias es impor-tante incorporar a los familiares y allegados en latoma de decisiones.

9_ Muchas personas mayores se sientes reconfor-tados abordando todo lo concerniente a su despe-dida y posterior recuerdo.

10_ El cuidador debe de estar atento a desarrollarlas expectativas que la persona mayor tenga fren-te al proceso de fin de vida.

Anexo 4. Consejos de la SEEGG para potenciardesde la formación la ACP

La formación debe desarrollar la capacidad de pen-sar, reflexionar y potenciar un espíritu crítico, conuna actitud de diálogo y respeto a las opiniones delos demás, todo ello en contexto de una solidaridady sensibilidad social. La enfermería geriátrica espa-ñola ha demostrado su compromiso en la promo-ción del conocimiento y de la evidencia científicapara responder a los retos de la sociedad española,implicándose en las necesidades que plantea el pro-ceso de envejecimiento de los individuos.

Las siguientes propuestas nos ayudarán a con-seguir mantener esta línea de compromiso con laAtención centrada en la persona:

1_ Identifique el concepto de ACP, a través de laincorporación en la planificación docente el mode-lo asistencial de la ACP, que permita reflexionar alos futuros profesionales sobre esta propuesta y surelación-implicación con los cuidados enfermeros.

2_ Incorpore un modelo de cuidados que valore ensus distintas dimensiones de salud, persona, entor-no y cuidados, la necesidad de favorecer la autono-mía decisoria, la independencia funcional y losdeseos de los individuos, como elementos impres-cindibles para que la persona, que precisa cuidados,sea “acompañada en su experiencia de salud” con elfin de alcanzar una óptima calidad de vida.

3_ Conozca e identifique las herramientas que per-mitan valorar las preferencias y expectativas, lascapacidades de los mayores y no solo las distintassituaciones de dependencia, para ofrecer el cuida-do que cada persona requiera, según ella decida.Desde el respeto a la dignidad, la intimidad y laautonomía.

4_ Fomente el uso de la taxonomía enfermera queidentifica las intervenciones dirigidas al apoyo enla toma de decisiones, a potenciar de la autono-mía, la mejora de autoconfianza, el confort, elbienestar…

5_ Potencie la generación de conocimiento que pro-fundice sobre el cuidado centrado en la persona,tanto en los cuidados cotidianos como en los máscomplejos.

6_ Fomente líneas de investigación que generenevidencia sobre los cuidados centrados en la per-sona, divulgando los resultados para que puedanser transferidos a la práctica asistencial.

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• Acompañamiento: estar en relación con la per-sona para apoyarla y favorecer el desarrollo de suscapacidades y recursos personales, es ayudarla adesarrollar sus propios objetivos desde su códigomoral, en un entorno humanizador y seguro.

• ACP: atención centrada en la persona.

• Autonomía personal: es la capacidad del indivi-duo para hacer elecciones, tomar decisiones y asu-mir sus consecuencias. La capacidad de controlar,afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisionespersonales acerca de cómo vivir de acuerdo con lasnormas y preferencias propias así como de desarro-llar las actividades básicas de la vida diaria.(Ley 39/2006 de 14 de diciembre. Promoción de laautonomía y atención a las personas en situación dedependencia)

• Capacidad: destreza, habilidad e idoneidad quepermite a una persona desarrollar tareas así comoestablecer y lograr sus propios objetivos.

• Dependencia: necesidad de atenciones o apoyospor parte de otras personas para desarrollar lastareas de la vida cotidiana.

• Dignidad: es un valor o un derecho inviolable eintangible de la persona, inherente a la condiciónhumana, pues todas las personas tenemos igualdignidad. Conservar la dignidad de la persona ypromover su calidad de vida son los fines princi-pales de la atención y las intervenciones que seplantean y realizan con las personas mayores.

• Enfermera: profesional que abarca los cuidados,autónomos y colaboración, que se prestan a las per-sonas de todas las edades, familias, grupos y comu-nidades, enfermos o sanos, en todos los contextos,

e incluye la promoción de la salud, prevención dela enfermedad, cuidados de los enfermos discapaci-tados y personas moribundas. Funciones esencialesde la enfermería son la defensa, fomento de unentorno seguro, investigación, participación en lapolítica de salud, en la gestión de los pacientes y lossistemas de salud, y la formación. CIE, 2017.http://www.icn.ch/es/who-we-are/icn-definition-of-nursing/

• Heteronomía : termino opuesto a autonomía.

• Independencia: termino opuesto a dependencia.

• MACP: modelo de atención centrada en lapersona.

• Necesidad: aquello que necesitamos satisfacerpues resulta indispensable para vivir. Sensaciónprovocada por la ausencia de algo que falta ya seaa nivel material, orgánico, psicosocial, emocionalo espiritual.

• Persona: ser singular y único, constitutivamen-te frágil e interdependiente, que necesita a otrosseres humanos, tanto para satisfacer sus necesida-des como para desarrollar sus capacidades.

• Personal de atención continuada: atención pres-tada por el personal sanitario a los usuarios de losservicios de manera permanente y continuada.

• Voluntades anticipadas / instrucciones previas:Documento escrito, por el que una persona mani-fiesta anticipadamente su voluntad sobre los cuida-dos y el tratamiento de su salud o, una vez llegadoel fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o desus órganos con objeto de que ésta se cumpla en elmomento que no sea capaz de expresarse personal-mente.

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