¿Te Escuchas

3
¿TE ESCUCHAS? Esta pregunta no es para ti, aunque puedes aprovecharla si te atrae, y también puedes ponerte a buscarle algunas respuestas. En realidad es una pregunta que yo mismo me hago, así que cambiaré el enunciado: ¿”Me escucho”? La respuesta de este momento es: No. Podría suavizarla, y decir que “a veces”. Pero no sería del todo cierta. Llevo muchos años conmigo y ya voy conociéndome, y así como algunas cosas las resuelvo de un modo más o menos rápido, y más o menos bien, otras, como esta de escucharme, parece que me cuesta trabajo y no lo hago bien. El hecho de pararme y prestarme toda la atención, es algo que no siempre consigo. Y si me escucho es como diciendo: “Venga, no seas muy pesado, que ya te conozco desde hace mucho tiempo y lo sé todo de ti. Cuéntame lo que me quieras contar, pero rápido. Vamos.” No me escucho. Me doy buenos consejos -que no sé de dónde saco-, y cuando me los doy soy consciente de que son interesantes –muy bien podrán ser firmes propósitos- pero no duran mucho tiempo en mi memoria –que está saturada de otras cosas y otras inútiles urgencias-. Así que la relación conmigo adolece de una profundidad y una atención que considero indispensables, pero que, evidentemente, no llevo a la práctica. Todo lo relacionado conmigo –con mi Ser, que no con la persona- creo que puede esperar, o todo se puede aplazar, según mi infundada y falsa opinión de conveniencia.

description

Reflexion

Transcript of ¿Te Escuchas

TE ESCUCHAS?Esta pregunta no es para ti, aunque puedes aprovecharla si te atrae, y tambin puedes ponerte a buscarle algunas respuestas.En realidad es una pregunta que yo mismo me hago, as que cambiar el enunciado: Me escucho?La respuesta de este momento es: No.Podra suavizarla, y decir que a veces. Pero no sera del todo cierta.Llevo muchos aos conmigo y ya voy conocindome, y as como algunas cosas las resuelvo de un modo ms o menos rpido, y ms o menos bien, otras, como esta de escucharme, parece que me cuesta trabajo y no lo hago bien.El hecho de pararme y prestarme toda la atencin, es algo que no siempre consigo.Y si me escucho es como diciendo: Venga, no seas muy pesado, que ya te conozco desde hace mucho tiempo y lo s todo de ti. Cuntame lo que me quieras contar, pero rpido. Vamos.No me escucho.Me doy buenos consejos -que no s de dnde saco-, y cuando me los doy soy consciente de que son interesantes muy bien podrn ser firmes propsitos- pero no duran mucho tiempo en mi memoria que est saturada de otras cosas y otras intiles urgencias-.As que la relacin conmigo adolece de una profundidad y una atencin que considero indispensables, pero que, evidentemente, no llevo a la prctica.Todo lo relacionado conmigo con mi Ser, que no con la persona- creo que puede esperar, o todo se puede aplazar, segn mi infundada y falsa opinin de conveniencia.A fin de cuentas, son tantos los aos que llevo conmigo, encontrndome siempre cada da al despertar, que acabo creyndome un ser casi inmortal, y en mi orden de prioridades casi nunca aparezco en primera lnea.Esta falta de auto-respeto, y este auto-desprecio tan lamentable, no me avergenzan lo suficiente o tanto como debieran -por lo visto-, porque soy reiterativo y soy incapaz de ir ms all del propsito. Mis auto-reproches, las auto-reprimendas, son tan leves -por lo visto- que no me conmueven, ni me dan el empuje necesario para instaurar el principio de una etapa de excelente relacin conmigo.No s por qu acaban teniendo prioridad los otros y lo intil.No entiendo por qu me prometo que a partir de maana ser distinto y cuando llega maana no me trae un cambio que soy yo mismo quien debe impulsar. Soy un iluso que espera que venga del fuera el milagro que yo tengo que realizar.No me escucho: simplemente me soporto.Y eso no es suficiente. Ni es lo que quiero. Ni me satisface.Y este auto-desprecio, esta falta de respeto y de amor, debieran preocuparme lo suficiente como para despertar en m el instinto de lucha, la responsabilidad que requiere, el cuidado que merezco.No escucho mis quejas leves que no se atreven a manifestarse en toda su rabia o su rebelda, ni escucho las peticiones angustiosas, ni siquiera los latidos sensibles, ni los sueos ms realizables, ni al sabio que me habita.Escucho con odos sordos, con desprecio, desatento, sin llevar a la prctica lo que s porque otros me han dicho: que Uno Mismo es el principal motivo y el sentido de la vida, que el dilogo entre uno y Uno ha de ser fluido para que sea productivo, que he de estar atento a M y a mi vida, que es a Yo a quien debo atender y que es yo quien me distrae, que no siempre es lo importante aquello a lo que le doy importancia, que a veces lo urgente y lo vacuo me hacen posponer lo trascendental, que la atencin hacia M y la prioridad sobre otras distracciones es lo que se me requiere, que mi vida depende de M y que la calidad de esta vida se mide por la consciencia de ella en fin, lo mismo que ya sabe quien lee esto ahora, a quien deseo que no repita el error y se escuche.Sera una buena decisin.