(Técnicas_Cualitativas_de_Investigacion_Social_Cap_03)

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  • TCNICAS CUALITATIVASDE INVESTIGACIN SOCIAL.

    REFLEXIN METODOLGICAY PRCTICA PROFESIONAL

    2,000

    Miguel S. Valle

  • alVARGAS CASIQUg

    '

    DISEOS Y ESTRATEGIAS METODOLEN LOS ESTUDIOS CUALITATIV

    Con este captulo, se pretende dar un tercer paso en la presentacin de los fun-damentos necesarios para abordar las tcnicas cualitativas de investigacin social.Adems del teln de fondo de la historia y la variedad de paradigmas y perspectivastericas disponibles, el conocimiento cabal de dichas tcnicas implica la capacidad depracticarlas en cada circunstancia investigadora de manera creativa y metdica. Paraello se precisa de dos conceptos intermedios, que juegan un papel decisivo en la rea-lizacin de los estudios concretos: diseos y estrategias metodolgicas.

    3.1. De los paradigmas y perspectivas a los diseos de investigacin cualitativa:diez lecciones del paso del tiempo

    Se ha escrito mucho sobre la necesidad de integrar la utilizacin de los mtodosy tcnicas de investigacin social con los enfoques tericos. La historia de la sociolo-ga, sin ir ms lejos, tiene en la tan trada y llevada relacin entre teora e investiga-cin emprica uno de sus hilos conductores ms perennes, una constante. Repasemosalgunas lecciones de dicha historia con el solo propsito de ilustrar la conexin de loterico y lo tcnico.

    1) La tradicin emprica adquiere una gran importancia a lo largo del siglo XIX,pero se mantiene separada de la teora sociolgica y de las universidades. Com-te no plasm en investigaciones empricas concretas sus reflexiones terico-metodolgicas (a pesar de lo cual ejerceran una gran influencia en las gene-raciones posteriores de socilogos). En cambio, Durkheim deja la mejor guaprctica de su concepcin de la investigacin sociolgica en estudios concre-tos, como El Suicidio o Las Formas Elementales de la Vida Religiosa. En estos

  • 70 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    trabajos se logra la fusin de la teora y la investigacin social emprica, demanera notable.

    Por otro lado, Durkheim, al igual que otros grandes socilogos, muestraen.su obra^el lado humano del cientfico, la circunstancia ineludible del con-texto histrico de su parntesis vital. As, a Durkheim se le ha considerado elheredero terico directo de Comte, por la preocupacin moral que destilansus escritos, que no es otra sino la de reconstruir el orden social demolido porla ^syplucin Francesa (Marsal, 1977b). Ms an, se ha escrito que la obra deDuyKhgim tama un "rumbo conservador" a partir de La Divisin Social del

    , y qte su estudio El Suicidio responde a una eleccin deliberada detema!ubiado en el terreno de la moral. En lugar de elegir otros posibles

    l malestar social de la poca, pero en el terreno de las transforma-estructurales (el conflicto de clases o el cambio social), como hiciera

    (Zeitlin, 1968; citado por Marsal, 1977b).2) Si e|$egado intelectual de Durkheim influy notablemente en el desarrollo de

    la sociologa cuantitativa, la influencia de Weber fue especialmente importan-te para las corrientes de la llamada sociologa cualitativa (Gimnez, 1992).Especialmente, para la lnea de investigacin de los fenomenlogos (Schutz,Berger y Luckman) y de los etnometodlogos (Garfinkel, Cicourel). Todosellos reciben, en mayor o menor medida, la impronta weberiana. Sin embar-go, el extraordinario legado de la obra de Weber no puede encasillarse nica-mente en el conjunto de corrientes o escuelas sociolgicas mencionadas. Pare-ce ms adecuado considerar su obra como un extraordinario esfuerzo de sntesisterico-metodolgica del historicismo, neokantismo, positivismo y marxismo(Rodrguez Ibez, 1989); es decir, de las corrientes de pensamiento que con-curren en su poca. De nuevo el condicionamiento sociohistrico.

    3) Saltando en el tiempo y en el espacio, puede decirse que si en la vieja Europase fund la sociologa (terica, sobre todo), en los Estados Unidos cristalizcomo ciencia emprica. La disputa sobre los mtodos y las tcnicas ms adecua-dos para la prctica sociolgica ensombrece los debates tericos que haban pri-mado sobre los empricos hasta los aos veinte del presente siglo, sobre todoen Europa y en el contexto francs y alemn.

    A la poca y los estilos de Thomas y Park en los aos veinte y treinta, lesiguen la poca y los estilos de Merton y Lazarsfeld en los aos cuarenta y cin-cuenta. El planteamiento terico-analtico de Merton (su entendimiento de lainterrelacin de teora e investigacin emprica, su gran aportacin en la visinde la importancia de las teoras de alcance medio en sociologa) y el virtuosis-mo tcnico de Lazarsfeld, imprimieron un sello personal en la sociologa quese ha transmitido a numerosas generaciones de socilogos. Bajo sus auspicios-ha escrito Shils (1971)- las tradiciones terica y emprica se aproximaron comoen ningn otro tiempo y lugar, aunque sin producirse su integracin.

    El tono un tanto exagerado de Shils conviene ponderarlo, puesto que, como hasealado acertadamente Garca Ferrando (1979:88), "el enorme desarrollo de con-

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    ceptos y de instrumentos metodolgicos crea, por otra parte, el peligro de una autn-tica tecnologa de la investigacin sociolgica, que conlleva el agrandamiento de lafractura entre teora sustantiva y teora metodolgica". Precisamente, el "peligrode trivialidad tecnolgica" del que habla este autor, basndose en las denuncias deLynd (1948/1964), Sorokin (1966) y Mills (1959), constituye una amenaza constan-te en el desarrollo de la sociologa de gran actualidad en el momento presente. -

    4) El nuevo viraje de la sociologa en los aos sesenta y setenta (la revalorizacinde lo cualitativo y, concretamente, el renacimiento del mtodo de casos, aunqueahora con el acento fenomenolgico y etnometodolgico), llevan a Marsal a rea-firmar su tesis sobre la "dependencia de la metodologa sociolgica del vaivn delas orientaciones tericas y, en ltimo trmino, del condicionamiento social de lasideas sociolgicas" (1977b: 307). Recurdese lo sealado por este mismo autorsobre Durkheim en el punto 1.

    Por lo que hace al contexto norteamericano de los aos sesenta y setenta, jun-to a las distintas formas de funcionalismo revisado (como las de Homans y Blau),o actualizado (teora de sistemas), se produce la recuperacin del interaccionismosimblico de Mead o Tilomas, en torno a las figuras de Blumer, Becker, Glaser yStrauss o Goffman; al tiempo que tiene lugar una renovada importacin o bs-queda de tendencias europeas, como la teora crtica frankfurtiana (redescubier-ta en sus versiones ms idealistas), la filosofa alemana existencial y fenmeno-lgica (operativizada por los etnometodlogos) o el estructuralismo.

    5) A pesar del cuestionamiento de la sociologa funcionalista, el reconocimientode sus aportaciones en el terreno de la teora y de la investigacin sociolgi-cas parece fuera de duda, a juzgar por las valoraciones de algunos socilogosespaoles. Maravall (1972: 49), por ejemplo, anota:

    "... concretamente, su enfoque de las cuestiones de la cohesin social, el consenso, lainterdependencia funcional y la persistencia de los sistemas sociales. Al tratar talestemas, el funcionalismo ha introducido perspectivas que forman parte del 'corpus'constituido de la teora sociolgica, por mucho que se trate de perspectivas parciales."

    Y Garca Ferrando (1979: 209) concluye su libro Sobre el Mtodo afirmandoque:

    "... las orientaciones mertonianas sobre la integracin de la teora y la investigacinemprica, los grandes avances de Lazarsfeld en la formacin de conceptos y en lastcnicas analticas, y la formacin y contrastacin de teoras que ofrece Zetterberg,son autnticos modelos del quehacer metodolgico que debe seguir el socilogoque pretenda realizar una tarea autnticamente cientfica y, por lo tanto, contras-table empricamente, tericamente relevante y crtica, con independencia del para-digma sociolgico elegido."

    Enlazando con la terminologa kuhniana puede decirse que, la crisis ha tra-do un perodo en la sociologa (no slo la norteamericana) de pluralidad en la

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    eleccin de diversos paradigmas disponibles. Algunos autores han visto en el reco-nocimiento del carcter multiparadigmtico de la sociologa, la va de superacinde la fase de sociologas crticas conviviendo tensamente con los viejos y nuevosfuncionalismos (Ritzer, 1975; Garca Ferrando, 1978).

    6) Ahora bien, en la sociologa espaola de los ltimos aos del franquismo y losprimeros de la democracia, se produce un cierto sinsentido respecto a los mto-dos y tcnicas de investigacin social que ha puesto de manifiesto Alvira (1990:332). Segn este autor, la reaccin crtica o radical que aconteci en Estados Uni-dos y en otros pases contra el funcionalismo y el empirismo, en Espaa ocurre"prcticamente en el vaco sin existir todava una tradicin enraizada de inves-tigacin emprica y de utilizacin de tcnicas de investigacin". Y aade:

    "Datos, encuestas, mustreos, anlisis factorial o de regresin son vistos comotcnicas reduccionistas, empiristas, funcionalistas y, por tanto, despreciables. La cr-tica del empirismo abstracto de C. W. Mills tiene sentido en un pas donde hay estu-dios empricos, pero no en Espaa, donde en esas fechas el nmero de estudiosempricos no era muy numeroso" (Alvira, 1990: 332).

    7) El perfil que muestra la sociologa espaola y, en general, la sociologa mun-dial, en los aos ochenta y primeros noventa, sigue guardando (como en eta-pas anteriores) una cierta relacin con las coyunturas sociopolticas del momen-to. Al menos eso parecen apuntar los diagnsticos emitidos por algunosobservadores cualificados del clima terico y metodolgico de la sociologareciente en Espaa.

    Por un lado, Lamo de Espinosa (1992: 128) menciona la "suavizacin dela guerra fra", en el plano internacional, junto a la "apertura del dilogo cris-tiano-marxista en Espaa" y el "nuevo clima democrtico espaol", para diag-nosticar el fin del "consenso sociolgico escindido entre funcionalistas y mar-xistas" y el estado actual del "pluralismo paradigmtico". Hace alusin a unanueva generacin de socilogos espaoles importadores de: "el interaccionis-mo simblico o la etnometodologa, la sociologa francesa y, sobre todo, la lti-ma teora crtica de Habermas".

    Por otro lado, Alvira (1990: 333) define el perodo que se abre a principiosde los ochenta, como "etapa favorecedora del desarrollo de las tcnicas deinvestigacin" en Espaa y en la que destaca la "persistencia de dos grandesenfoques, complementarios, ms que contrapuestos, enfoques que podramosdenominar cualitativista y cuantitativista".

    8) Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. Los diagnsticos de ambos auto-res incluyen, asimismo, puntos dbiles o peligros en las nuevas tendencias dela sociologa espaola. Merece la pena tomar nota de ellos. Para Lamo de Espi-nosa (1992: 128), el principal problema es que "los socilogos espaoles hanabandonado el inters terico o cientfico prefiriendo la investigacin empri-ca remunerada". A pesar de reconocer que esta inclinacin ha tenido efectos

  • Captulo 3: Disenos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 73

    positivos en la profesionalizado!! y especializacin del socilogo espaol, esteautor insiste en que la desproporcin entre la parca produccin terica espa-ola y la creciente investigacin emprica constituye un "mal generalizado dela sociologa de finales de siglo" (1992: 129).

    El viejo problema de la falta de integracin entre teora y empiria no slono ha abandonado a la sociologa a lo largo de su recorrido, sino que revisteespecial importancia en el momento presente. Es ilustrativo y sintomtico elttulo de la ponencia presentada por Alvira al III Congreso Espaol de Socio-loga (San Sebastin, septiembre 1989): "El desfase entre teora e investiga-cin en Sociologa."

    9) El momento actual de la sociologa proviene de una doble crisis: primero, ladel paradigma estructural-funcionalista, en los aos sesenta; y, luego, la de sutradicional oponente, el marxismo, contribuyendo a ello el derrumbamiento deregmenes de socialismo real en los ltimos aos. Juan Luis Pintos (1992: 90)ha escrito que "el marxismo ha pasado de ser un determinado tipo de garan-ta cientfica e ideolgica entre el gremio de los socilogos espaoles, a signi-ficar un cierto estigma que vuelve sospechoso al que utiliza en su vocabularioalguno de los en otro tiempo 'prestigiosos' trminos marxistas". Este autorinsiste en la circunstancia de que "el acceso primero y principal de la mayorade los socilogos espaoles al marxismo fue a travs de la prctica poltica"; yque las necesidades de comprensin y actuacin poltica llevaron a muchos aleer antes a Althusser, Poulantzas o Gramsci que a Weber, Durkheim o Mer-ton (Pintos, 1992: 90-91). De nuevo la tesis de Marsal.

    10) En realidad, el mencionado enfrentamiento no resulta ser lo novedoso de lasituacin ms actual, sino el reconocimiento de la necesidad de mltiples pers-pectivas y estrategias de anlisis en el estudio de una realidad social cada vezms compleja. Adems de la integracin micro-macro (en los Estados Unidos,sobre todo) y los esfuerzos de sntesis terica, Ritzer (1993) destaca la atencinactual en Europa por la relacin entre accin y estructura, y el aumento delinters por la metateorizacin en sociologa, como las cuatro tendencias msprometedoras en este decenio y en los prximos aos. Este autor advierte, noobstante, que en los aos noventa, continan siendo relevantes los desarrollosen las orientaciones tericas surgidas tras la crisis del funcionalismo y del mar-xismo; y se refiere, especialmente, a la teora del intercambio, a las sociologas"creativas", a la teora feminista y a la teora estructural.

    A pesar de los peligros de "eclecticismo" (Lamo, 1990) y "sincretismo"(Gimnez, 1992), que algunos autores han visto en estos esfuerzos recientesde integracin o sntesis en la teora sociolgica, la intersecular andadura dela sociologa muestra que en los repetidos intentos de sntesis (aunque imper-fectos siempre) esta disciplina ha logrado sus mejores frutos y ms notoriosavances. Por ello, bienvenidos sean los trabajos de Ritzer (1981), Alexandre(1982-1983) o Coleman (1990), sobre la vinculacin de niveles de anlisis y teo-ras micro y macro; los escritos de Giddens (1984), Archer (1982,1988), Bour-

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    dieu (1977) o Habermas (1987), acerca de los problemas de integracin accin-estructura; o las obras de una larga lista de autores empeados en sntesis te-ricas del tipo interaccionismo y teora del intercambio o marxismo y fenome-nologa. Por citar slo algunas de las obras presentadas en el texto de Ritzer(1993).

    Para este autor, que basa su obra en el concepto kuhniano de paradigma(utilizado como herramienta metaterica), el meta-anlisis sociolgico va afavorecer la clarificacin y sntesis de las teoras, as como la integracin de losmtodos y el aprovechamiento de los datos. En estos ltimos derroteros sobre-salen los esfuerzos de Brewer y Hunter (1989) y de Noblit y Har (1988), res-pecto al meta-anlisis de mtodos; y los escritos de Polit y Falbo (1987) o Wolf(1986), en el "meta-anlisis de datos" (Ritzer, 1993: 586-587). Nuevos y viejosesfuerzos por lograr una relacin adecuada entre teora y prctica investiga-dora en el desarrollo de la sociologa.

    Si se da crdito al argumento expuesto en las pginas precedentes (las diez lec-ciones del paso del tiempo, la tesis de Marsal como teln de fondo), cualquier prc-tica investigadora puede concebirse como un acto que tiene lugar dentro de un con-texto sociohistrico especfico, en el que el investigador social toma decisiones (implcitao explcitamente) que revelan su adherencia ideolgica, su compromiso. Dichas deci-siones incluyen la eleccin del tema de estudio, su enfoque terico desde paradigmasy perspectivas concretas, as como la utilizacin de unas estrategias y tcnicas meto-dolgicas. Todas ellas, decisiones de diseo, en apariencia meramente tcnicas o prc-ticas, pero en el fondo (o en sus consecuencias) asociables a posturas ideolgicas osociopolticas determinadas.

    Este punto de vista contrasta con el mantenido por quienes adoptan posturas basa-das en el pragmatismo. Patton (1990), por ejemplo, lo expresa claramente despus deexponer la variedad de perspectivas tericas disponibles en la indagacin cualitativa:

    " ... ahora dejamos el mundo de la teora y entramos en el mundo de la prctica y delpragmatismo. No todas las cuestiones estn basadas en la teora (...) no es necesario jurarlealtad a ninguna perspectiva epistemolgica para usar los mtodos cualitativos. En ver-dad, ira ms all (a riesgo de ser hertico) y sugerira que uno no necesita ni siquierapreocuparse de la teora. Mientras que los estudiantes que escriben tesis y los acadmi-cos se preocuparn necesariamente por los marcos tericos y la generacin de teora,hay un lado muy prctico de los mtodos cualitativos que simplemente supone hacerpreguntas sobre la gente y observar asuntos de inters en contextos reales en orden aresolver problemas, mejorar programas, o desarrollar polticas" (Patton, 1990: 89).

    Por el contrario, Denzin y Lincoln (1994a: 5) llegan a afirmar que "muchos de losinvestigadores aplicados, aunque declaran ser atericos, encajan dentro del marcopositivista o postpositivista".

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 75

    Sea como fuere, en las pginas siguientes se prestar ms atencin a las aporta-ciones de los autores que han abordado el lado prctico de las directrices tericas con-tenidas en paradigmas y perspectivas. Por ejemplo, Guba prologa el texto de Erland-son y otros (1993: ix), libro dedicado a abordar los aspectos prcticos del paradigmanaturalista o constructivista, reconociendo que: "la literatura que trata sobre estos[paradigmas] alternativos ha sido extensa en teora y corta en sugerencias procedi-mentales prcticas". Y valora el mrito de abordar el aspecto del "cmo hacerlo",mediante "lecciones y ejemplos sacados (mayormente) de su propio trabajo".

    Entre nosotros, y desde una "perspectiva constructivista-contextualista", NoyaMiranda (1994:134) reclama, igualmente, la necesidad de pasar de los paradigmas yperspectivas a los diseos en la investigacin cualitativa:

    "El contextualismo impone como estrategias metodolgicas el comparativismo,en el diseo de la recogida de datos, y el contingentismo, en la interpretacin de losdatos. Para captar la construccin local y lbil de la realidad social habr que buscary seleccionar muy cuidadosamente los trminos apropiados de la comparacin etno-grfica y discursiva. La investigacin cualitativa debe, entonces, prestar ms atencinal diseo y recogida de los datos. En cuanto al anlisis, el enfoque dominante, por ejem-plo en la tcnica de los grupos de discusin, el estructuralista -psicoanlisis lacania-no, textualismo dialgico, lingstica generativa, semitica- no puede ser un lecho deProcusto: debe demostrar mejor su validez externa empricamente" (cursiva nuestra).

    3.2. El diseo de la investigacin cualitativa

    La aproximacin a la metodologa cualitativa suele hacerse despus de haber reci-bido una formacin, ms o menos slida, en la metodologa cuantitativa. Aqu se supon-dr que el lector ya tiene una base acerca de la organizacin de la investigacin social,enfocada desde la ptica cuantitativa; sabe distinguir entre los conceptos de proyecto ydiseo; y conoce la relacin que guardan estos trminos clave con los de estrategias meto-dolgicas y tcnicas.

    Se recomienda, en cualquier caso, releer el Captulo 3 del manual de Cea D'Anco-na (1996) en esta misma coleccin. All, la autora presenta la organizacin de la inves-tigacin social pivotando sobre el concepto de proyecto de investigacin social. Suexposicin se halla sintetizada en la Figura 3.1 del mencionado captulo. A continua-cin, aborda tres clasificaciones de diseos de investigacin, para finalizar refirin-dose a los conocidos criterios de validez de Campbell y colaboradores.

    Con estos antecedentes en su formacin, el estudiante (o el joven investigador)se preguntar si lo aprendido sobre el proceso de investigacin mediante mtodos ytcnicas cuantitativas le sirve, igualmente, en la investigacin cualitativa. Para tratarde responder a la pregunta planteada, conviene conocer las distintas posturas expre-sadas a este respecto por un abanico seleccionado de autores, a modo de expertos.Por ejemplo, Ruiz Olabunaga e Ispizua (1989: 61) escriben:

  • 76 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    "La investigacin con tcnicas cualitativas est sometida a un proceso de desa-rrollo bsicamente idntico al de cualquier otra investigacin de naturaleza cuanti-tativa. Proceso que se desenvuelve en cinco fases de trabajo: Definicin del proble-ma, Diseo de Trabajo, Recogida de Datos, Anlisis de de los Datos, Validacin einforme. Cada una de las tcnicas principales cualitativas (la observacin participan-te, la entrevista personal, la historia de vida, el estudio de casos...) imprime un selloparticular a cada una de las cinco fases, lo mismo que lo hacen el experimento o el sur-vey de masas. Aun as, es posible establecer un estilo cualitativo propio como resul-tado de aplicar a todo el proceso, en cada una de sus fases, una serie de 'criterios' oprincipios orientadores (ms bien que normativos) que autores como Erickson (1986),Lincoln (1985), Van Maanen (1983), Schwartz-Jacobs (1979), Taylor-Bogdan (1986),han intentado sistematizar."

    En trminos generales, estos autores parecen optar por una respuesta de com-promiso: toman el camino pragmtico (didctico) de la analoga con el proceso deinvestigacin cuantitativa. Al tiempo se deja abierta la puerta al "sello particular" delas tcnicas cualitativas y al "estilo cualitativo propio" proveniente de principios y cri-terios alternativos en cada una de las fases. En realidad (si se sigue leyendo), su pos-tura se asemeja a la de quienes predican una diferencia paradigmtica entre lo cuali-tativo y lo cuantitativo. Controversia a la que se han dedicado unas pginas en el captuloprimero.

    Erlandson y otros (1993) contraponen el "diseo tradicional" o "convencional"(cuantitativo) al "diseo emergente" (propio de la indagacin derivada del paradig-ma naturalista). La diferencia principal entre ambos se halla, segn estos autores, enla "especificidad del plan original de investigacin".

    "... el diseo de un estudio naturalista por lo general no se establece completamenteantes de que empiece el estudio sino que emerge al tiempo que se recogen los datos,se lleva a cabo el anlisis preliminar, y pasa a describirse de modo ms completo elcontexto" (Erlandson et ai, 1993: 66).

    El mejor consejo que dan a quien se inicie en la investigacin cualitativa, orien-tada por el paradigma naturalista, es "planear ser flexible" (1993: 79). Y sugierencomo ejercicio prctico la revisin de algunos estudios sociolgicos y antropolgicosimportantes, entre ellos el de Whyte (1943) y el de Hollingshead (1961), para identi-ficar el diseo que tenan al comienzo de sus investigaciones. Los deberes que man-dan estos autores quedan, en parte, hechos si uno lee el apndice metodolgico queWhyte escribiera en la edicin de 1955. sta es slo una de las citas:

    "Estaba explorando territorio desconocido. Peor que desconocido, ciertamente,pues la literatura existente entonces sobre barrios bajos era muy desorientadora. Habrasido imposible planear al principio la clase de estudio en la que finalmente me vi envuel-to. Este no es un argumento contra la planificacin inicial de la investigacin. Si suestudio surge de un cuerpo de investigacin realizada con acierto, entonces el estu-

  • Captulo 3: Disenos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 77

    diante puede y debera planear mucho ms rigurosamente de lo que yo lo hice. Pero,incluso as, sospecho que pasar por alto datos importantes a menos que sea lo sufi-cientemente flexible como para modificar sus planes conforme vaya avanzando. Laaparente 'tangente' a menudo se convierte en la lnea principal de investigacin futu-ra" (Whyte, 1955: 357).

    El concepto de diseo emergente, as como la clave de la flexibilidad del diseoen los estudios cualitativos aparecen hoy en da ya recogidos en los textos sobre meto-dologa cualitativa (el de Lincoln y Guba (1985) es uno de los que ha actuado de dis-fusor). Marshall y Rossman (1989: 45), por ejemplo, revelan la fuente citada cuandoaconsejan en su monografa titulada Designing Qualitative Research que se elabore"un plan de investigacin que incluya muchos de los elementos de los planes tradi-cionales, pero reserve el derecho a modificar, alterar y cambiar durante la recogidade datos". Para estas autoras, "la flexibilidad es crucial".

    Patton (1990:196), por su parte, transmite el mensaje a los investigadores que tra-bajan en el campo de la evaluacin sealando que "los diseos cualitativos continansiendo emergentes incluso despus de que comienza la recogida de datos". Pero mati-za: "el grado de flexibilidad y apertura es, sin embargo, un asunto de gran variacinentre diseos". Este mismo matiz lo resalta Morgan (1992: 227) cuando escribe que"para algunas preguntas de investigacin, el approach apropiado al diseo es cierta-mente preespecificar las diversas dimensiones de la recogida de datos y la estrategiade anlisis". Sin embargo, para otras "un approach ms abierto es el apropiado". Suafirmacin ms general merece, asimismo, anotarse: "virtualmente toda investigacincualitativa est basada en un conjunto de elecciones de diseo iniciales y emergentes".

    Desde mi punto de vista, una manera de arrojar luz sobre la naturaleza de los dise-os en la investigacin cualitativa consiste, sencillamente, en recordar que no hay unpolo cualitativo frente a otro cuantitativo, sino ms bien un continuo entre ambos (o,si se quiere, una diversidad dentro de cada uno). Ello supone romper con la imagen tra-dicional, en la que el investigador haca uso de los mtodos y tcnicas cualitativos conpropsitos slo exploratorios o slo descriptivos; o cuando se trataba de conocer cul-turas exticas o fenmenos sociales complejos. Ciertamente, en circunstancias de inves-tigacin sobre otras culturas, sobre aspectos poco estudiados y disponiendo de muchotiempo, el modelo de diseo emergente resulta til, encaja bien. Ha servido de referen-cia en la antropologa y en la sociologa tempranas. Sigue siendo un tipo de diseo quepuede dar juego en un trabajo encaminado a la realizacin de una tesis doctoral. Peroresulta menos til, encaja peor en circunstancias de investigacin aplicada o que preci-san de un tipo de diseo menos abierto (menos emergente).

    Simplificando, tendramos dos tipos extremos de diseos cualitativos, el emergentey el proyectado, entre los que se encontrara la mayor parte de la investigacin cuali-tativa. sta es la postura de Miles y Huberman (1994), por ejemplo. No ocultan supreferencia por los diseos ms prximos al extremo opuesto al emergente, esto es,los ms estructurados o atados (tighter designs). Las siguientes razones apoyan suopcin:

  • 78 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    1) La mayora de los estudios demandados se deben realizar en un plazo cortode tiempo.

    2) Los estudios que se llevan a cabo en equipo, bien por razones de premura detiempo, bien por abarcar varios casos de estudio (en lugar de basarse en el casonico), requieren mayor coordinacin y comparabilidad.

    3) El investigador no suele partir de cero: conoce la literatura o el estado de lacuestin, cuenta con interrogantes que le mueven a investigar, y le atraen unasperspectivas tericas ms que otras.

    CUADRO 3.1. Decisiones de diseo en la investigacin cualitativa.

    Al principio del estudio Durante el estudio Al final del estudio1. Formulacin del problema.

    2. Seleccin de casos ycontextos.

    3. Acceso al campo.

    4. Marco temporal.

    5. Seleccin de la(s)cstratcgia(s)metodolgica(s).

    6. Relacin con teora.

    7. Deteccin sesgos eideologa del investigador.

    8. Aspectos ticos.

    1. Reajuste cronogramade tareas.

    2. Observaciones yentrevistas a aadiro anular.

    3. Modificacin deprotocolos deobservacin y deguiones de entrevista.

    4. Generacin ycomprobacin dehiptesis.

    1. Decisiones sobre el momentoy manera de abandono delcampo.

    2. Decisones finales de anlisis.

    3. Decisiones de presentaciny escritura del estudio.

    Fuente: Basado en Janesick (1994).

    Para complementar esta aproximacin al concepto de diseo cualitativo, convie-ne tomar buen apunte de la nocin de decisiones de diseo. Disear significa, antetodo, tomar decisiones a lo largo de todo el proceso de investigacin y sobre todas lasfases o pasos que conlleva dicho proceso. Algunas de estas decisiones se tomarn alprincipio, mientras se va perfilando el problema a investigar y se delimitan los casos,el tiempo y el contexto del estudio. Otras irn surgiendo sobre la marcha. Lo impor-

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 79

    tante es retener que se trata de cuestiones que deben trabajarse y resolverse en cadacircunstancia concreta de investigacin. El diseo no se estampa mediante un moldeo modelo que sirvi una vez, sino que se moldea cada vez a partir de los criterios maes-tros generadores de respuestas.

    Janesick (1994) es uno de los autores que subrayan la omnipresencia del diseo(o mejor, de las decisiones de diseo) en todo el proceso de indagacin: al principiodel estudio, durante el estudio y al final de ste. Su propuesta la hemos resumido enel Cuadro 3.1.

    Un planteamiento algo ms didctico y pragmtico en torno al diseo cualitativo seencuentra en Morse (1994). Esta autora se centra en el detalle de las fases que se siguenhasta completar el proceso de una investigacin cualitativa. Cada etapa exige del inves-tigador afrontar cuestiones de diseo, muchas de ellas antes de la escritura del proyec-to. En el Cuadro 3.2 se listan las fases y tareas que distingue Morse.

    CUADRO 3.2. Secuencia de fases y tareas en el diseo y realizacin de un estudio cualitativo.

    1. Fase de reflexin.1.1. Identificacin del tema y preguntas a investigar.1.2. Identificacin de perspectivas paradigmtica.

    2. Fase de planeamiento.2.1. Seleccin de un contexto.2.2. Seleccin de una estrategia (incluida la triangulacin metodolgica).2.3. Preparacin del investigador.2.4. Escritura del proyecto.

    3. Fase de entrada.3.1. Seleccin de informantes y casos.3.2. Realizacin primeras entrevistas y observaciones.

    4. Fase de recogida productiva y anlisis preliminar.5. Fase de salida del campo y anlisis intenso.6. Fase de escritura.

    Fuente: Basado en Morse (1994).

    Si se compara el Cuadro 3.2 (basado en Morse, 1994) con el Cuadro 3.1 (basadoen Janesick, 1994), se comprueba enseguida la existencia de aspectos comunes. Enambos se distinguen fases (aunque no con el mismo detalle), y tareas o decisiones dediseo que hay que acometer.

    Las tareas anidadas en las fases de reflexin y planeamiento de Morse vienen acoincidir, prcticamente, con las decisiones de diseo previstas para el principio del

  • 80 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    estudio por Janesick. Este ltimo resalta las consideraciones ideolgicas y ticas, mien-tras que Morse no descarta los sesgos que puede introducir el investigador en la elec-cin de un tema de estudio. Esta autora dedica un apndice de su artculo a informaracerca de la legislacin sobre proteccin de derechos humanos, que debe tener encuenta el investigador social. Adems de ofrecer algunas recomendaciones elemen-tales sobre la forma de presupuestar los proyectos de investigacin cualitativa.

    Otro aspecto comn en ambos escritos es la importancia que se da al investiga-dor en el diseo cualitativo. Si bien, no puede afirmarse sin ms que la concepcindel investigador sea la misma en ambos. La postura de Janesick a este respecto se ase-meja ms a la de Denzin y Lincoln (1994a: 12), cuando sostienen que el proceso deinvestigacin comienza con el reconocimiento, por parte del investigador de su con-dicionamiento histrico y sociocultural, y de las caractersticas ticas y polticas de lainvestigacin. En cambio, la postura de Morse refleja una mayor preocupacin porla preparacin tcnica del investigador. Leyendo el subapartado que la autora escri-be sobre este particular, se tiene la impresin de que Morse pretende transmitir unasuerte de declogo del buen investigador cualitativo (Cuadro 3.3).

    CUADRO 3.3. Declogo del investigador cualitativo.

    El buen investigador cualitativo ...

    1. Es paciente, sabe ganarse la confianza de los que estudia.2. Es polifactico en mtodos de investigacin social.3. Es meticuloso con la documentacin (archiva metdicamente y a diario).4. Es conocedor del tema (capaz de detectar pistas).5. Es versado en teora social (capaz de detectar perspectivas tericas tiles a su estudio).6. Es, al mismo tiempo, capaz de trabajar inductivamente.7. Tiene confianza en sus interpretaciones.8. Verifica y contrasta, constantemente, su informacin.9. Se afana en el trabajo intelectual de dar sentido a sus datos.

    10. No descansa hasta que el estudio se publica.

    Fuente: Basado en Morse (1994).

    No se puede estar ms de acuerdo con esta autora, cuando afirma que "la inves-tigacin cualitativa es slo tan buena como el investigador" (Morse, 1994: 225). Aho-ra bien, obvio es decirlo, tanto esta afirmacin como el declogo que parecen suge-rir sus palabras no debera predicarse exclusivamente del investigador cualitativo.

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 81

    Recientemente, Amando de Miguel ha publicado "una consideracin generalsobre el modo de entender la actividad investigadora del socilogo" (De Miguel, 1994:46-47), trabando con gracia y penetracin un triple declogo de las "cualidades (vir-tudes y pecados) que componen el ideal del socilogo", en un cuadro que reproduci-mos aqu (Cuadro 3.4).

    CUADRO 3.4. Declogo del socilogo.

    Cualidades Virtudes especficas Pecados1. Olfato.2. Experiencia.3. Observacin.4. Inters.

    5. Espritu crtico.6. Independencia.

    7. Movilidad.8. Continuidad.

    9. Creatividad.

    10. Claridad.

    Saber qu datos son relevantes.Haber vivido mucho.Saber escuchar, saber alejarse.El objeto de estudio debe

    interesar personalmente.Tener ideas propias."No casarse con nadie."

    Haber salido de la propia "tribu"Haber errado en anteriores

    trabajos.Intuicin, imaginacin,

    originalidad.Dominio de la lengua comn.

    Elaboracin penosa de lo obvio.Bisoez investigadora."Dentrismo."Excesiva frialdad respecto del

    objeto de estudio.Militancia fantica.No saber aislar los deseos

    personales.Localismo.Descubrimiento del Mediterrneo.

    Academicismo.

    Abuso de la jerga profesional.

    Fuente: De Miguel (1994: 47).

    Se espera que el lector encuentre repleto de sugerencias este testimonio, basadoen la experiencia docente e investigadora de un socilogo espaol. Sirve, asimismo,de contrapeso al escoramiento de un manual en el que se desgaja la metodologa cua-litativa de la cuantitativa, por razones de divisin del trabajo docente ms que sus-tantivas.

    Finalmente, a modo de sntesis de lo expuesto en esta seccin, se ha trazado laFigura 3.1 para esquematizar sinpticamente la visin que se tiene del concepto dediseo en la investigacin sociolgica mediante estudios cualitativos, sobre todo, omixtos (cualitativo-cuantitativos). No se pretende reflejar tanto el detalle o la varie-dad de procesos de investigacin posibles, sino subrayar la importancia del papel delinvestigador, condicionado pero a la vez libre de imprimir su sello personal median-te el diseo del estudio.

  • 82 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    Circunstancia Culturales. Sociopoltic; Objetivos,

    recursos, tie

    ,:

    1S- Investigador

    npo.

    .

    (socilogo)

    Diseode estudio cua l i ta t ivo

    o cualitativo-cuantitativo

    Formacin: Virtudes. Pecados.

    Fases y tareas: decisiones de diseo

    Al princpio del estudio

    Etapa de reflexin ypreparacin del proyecto

    Tareas:

    De formulacindel problema.

    De seleccin de estrategiametodolgica.

    De seleccin de casos,contextos, fechas.

    Durante el estudio

    Etapa de entrada yrealizacin del campo

    Tareas:

    De gestin (cartas y visitasde presentacin...).

    De ajuste en las tcnicasde recogida.

    De ejecucin del campo. De archivo y anlisis

    preliminar.

    Al final

    Etapa de salida,anlisis final y escritura

    Tareas:

    De finalizacino interrupcin del campo.

    De anlisis intenso final. De redaccin

    y presentacin del informe.

    R E A L I D A D S O C I A L

    Figura 3.1. El diseo en la investigacin cualitativa.

    3.2.1. Elementos de diseo I: formulacin del problema

    En sta y en las siguientes secciones el propsito ser desmenuzar los principaleselementos del diseo, de modo que el estudiante afiance la visin conceptual adelan-tada en las pginas precedentes. Ahora el nfasis se pone en el detalle, y la sistema-tizacin terica se liga an ms a la prctica investigadora y docente.

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 83

    La experiencia docente de Janesick (1994) nos sita en el punto de partida de lacadena de etapas y tareas que componen el diseo y realizacin de los estudios cua-litativos. Para que este proceso se ponga en marcha, el investigador (que sin duda esel motor) necesita una chispa especial que provoque el encendido: el interrogante ini-cial, fruto de una idea o de un encargo.

    "Siempre me sorprenden los estudiantes de doctorado y los colegas que expresandirectamente su deseo de hacer un estudio cualitativo pero sin un interrogante en men-te (...). No estn preparados para disear proyectos cualitativos, porque no tienen nin-gn interrogante a partir del cual elegir los mtodos apropiados (...). El diseo de lainvestigacin cualitativa empieza con un interrogante" (Janesick, 1994: 210)

    De la lectura de esta cita no se debiera colegir que esto sea as slo en la investi-gacin cualitativa y no en la cuantitativa. Por ejemplo, desde un planteamiento cuan-titativista de la metodologa de la investigacin en ciencias sociales, Hernndez Sam-pieri y otros (1991) consideran que el primer paso en el proceso de investigacinconsiste en "concebir la idea a investigar" (que, seguidamente, habr que desarrollary convertir en un problema de investigacin planteado cientficamente).

    El carcter ms cualitativo que cuantitativo (o viceversa) lo dar la formulacindel problema, el tipo de preguntas que plantee el investigador. Pero, en cualquiercaso, se ha de trabajar este elemento del diseo, del que van a depender otras deci-siones de diseo fundamentales.

    Lo que aqu denominamos, abreviadamente, formulacin del problema se refie-re a todo un proceso de elaboracin que va desde la idea (propia o ajena) inicial deinvestigar sobre algo, hasta la conversin de dicha idea en un problema investigable.Tnvestigable desde las ciencias sociales en general; o tambin, si se prefiere, desde lasociologa y las ciencias polticas en particular.

    Es importante entender que los estudios, antes que cuantitativos o cualitativos, sonms bien sociolgicos que psicolgicos (o al revs), por poner slo un ejemplo. No nega-mos que puedan darse los estudios multidisciplinares, pero lo ms frecuente son inves-tigaciones caracterizadas por la primaca de una disciplina, aunque de hecho el enfoqueprincipal se apoye en ciencias afines. Por tanto, el planteamiento de un problema den-tro de un campo disciplinar es una labor de diseo, que el investigador ha de desarrollarpara convertir su idea original o el encargo recibido en un problema investigable.

    Incluso en las llamadas investigaciones de encargo hay un proceso de refinado,que parte de la propuesta ms o menos en bruto de la demanda de estudio. El pro-blema general se concreta en preguntas de investigacin, y se buscan las conexionescon perspectivas tericas o al menos se traza un marco conceptual que oriente la reco-gida de informacin y el anlisis.

    En la literatura sobre investigacin cualitativa, uno de los textos ms influyentesen los ltimos aos ha sido el de Strauss y Corbin (1990). Estos autores sistematizanesta fase de puesta en marcha de un estudio, refirindose a dos preguntas que ator-mentan especialmente al joven investigador:

  • 84 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    1) Cmo encontrar un "problema investigable"?2) Cmo concretarlo para que pueda ser manejable?

    La primera pregunta la responden sealando tres "fuentes de problemas investi-gables":

    1 A) Las sugerencias de investigadores experimentados o las convocatorias de ayu-das (becas) a la investigacin sobre temas propuestos.

    IB) La lectura de material escrito (libros, revistas, documentos no publicados).1C) "La experiencia personal y profesional" (Strauss y Corbin, 1990: 35).

    1A) Las sugerencias de investigadores experimentados o las convocatoriasde ayudas (becas) a la investigacin sobre temas propuestos

    Esta primera fuente generadora de problemas investigables coincide con mi expe-riencia investigadora primera, y por ello ilustrar este punto con un ejemplo prxi-mo, vivido. Ello me lleva a pensar que la disyuntiva que establecen Strauss y Corbin(1990: 34) puede deshacerse y darse de modo combinado en la prctica. ste es elcaso. Transcribo literalmente del apndice metodolgico de mi tesis doctoral (Valles,1989: 425-426), aadiendo al margen algunas anotaciones que conviene resaltar:

    CUADRO 3.5. Combinacin de factores en la eleccin de un problema de investigacin.

    Ejemplo de fuente de problema investigable Anotaciones"El inters por las cuestiones de poblacin, especialmente en su

    vertiente territorial urbana y rural, me llev a cursar la especialidadimpartida en el Departamento de Poblacin y Ecologa Humana dela Universidad Complutense (...) con el ttulo bajo el brazo, me sumal intento (...) de conseguir alguna beca (...).

    Un socilogo establecido me seal, desde su atalaya, un campoyermo de conocimiento que bien podra yo comenzar a desbrozar,dada mi predileccin por la floresta urbana (...)".

    Un improvisado encabezamiento resuma la labor por hacer y sir-vi de ttulo a un proyecto solicitud de beca... "Comportamientolaboral 'real' de los jvenes que ni estudian ni trabajan, a tiempocompleto, en el municipio de Madrid: Bellas Vistas (Tetun), His-panoamrica (Chamartn) y Orcasitas (Villaverde)" (...).

    (1) Importancia delinters.

    (2) Incidencia de laformacin del in-vestigador.

    (3) Sugerencia inves-tigador experimen-tado.

    (4) Formulacin ori-ginal del problema:ttulo del proyectosolicitud beca.

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 85

    CUADRO 3.5. (Continuacin).

    Ejemplo de fuente de problema investigable AnotacionesAunque para la eleccin de este objeto de conocimiento se haba

    tenido presente el 'rea de conocimiento prioritario' sealada por laadministracin espaola ('Juventud, Cultura, Educacin y Empleo'),el diseo especfico aunaba la preferencia del investigador y una laborinvestigadora por hacer. Esto es importante, pues creo que el haberdisfrutado con mi trabajo ha agraciado la traduccin prctica del pro-yecto original sobre el papel" (Valles, 1989: 425-426).

    (5) Combinacin tri-ple: tema becado,preferencia inves-tigador, sugerenciaexperto.

    IB) La lectura de material escrito (libros, revistas, documentos no publicados).Lo que Strauss y Corbin denominan "literatura tcnica" y "no tcnica"

    Estamos de acuerdo con estos autores en que este material es una fuente princi-pal de problemas o ideas investigables. Pero debe aadirse que, sea esta u otra la fuen-te, la llamada revisin de la literatura constituye un paso obligado una vez se hayatopado con la parcela de estudio.

    Conseguir familiarizarse con el estado de la cuestin comporta, no obstante, unriesgo muy conocido por los directores de tesis: querer leer todo lo escrito sobreun tema. Lo seala Morse (1994: 221) al aconsejar, en la etapa de reflexin del dise-o cualitativo, no emplear ms tiempo del necesario para lograr una "base cmodade conocimiento". El propio desarrollo de la indagacin cualitativa llevar a hacernuevas lecturas de la literatura, conforme el problema se vaya enfocando ms nti-damente.

    Para Strauss y Corbin (1990: 48 y ss.) el riesgo de revisar a fondo la literatura, alcomienzo de un estudio cualitativo encauzado ms a generar que a testar teora, resi-de en el peligro de cercenar la creatividad del analista. Por ello animan a usar todotipo de literatura relevante (tcnica o no), pero tratando de evitar ser cautivados porsta.

    1C) "La experiencia personal y profesional" (Strauss & Corbin, 1990: 35)

    Esta fuente de inspiracin o identificacin de problemas investigables est suge-rida en el ejemplo recogido en el Cuadro 3.5, donde aparece combinada con otras.No hay en ello, repitmoslo una vez ms, un rasgo exclusivo de la indagacin cuali-tativa. Como anotara mi director de tesis en la primera versin del apndice meto-dolgico mencionado: "aun los estudios sociolgicos ms distanciados acaban tenien-do un matiz de autobiografa. Lo seala un cuantitativista tan acrrimo como S. M.

  • 86 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    Lipset en su clebre investigacin (Union Democracy) sobre el sindicato de tipgra-fos (al que perteneci su padre)."

    En el lado cualitativo, se podran citar muchos ejemplos: la experiencia del abor-to o del suicidio frustrado (Morse, 1994); del divorcio o algn incidente en el mundolaboral (Strauss y Corbin, 1990); o de convertirse en una familia monoparental. Estasy otras experiencias personales (directas o indirectas) y profesionales (Restrepo, 1995)pueden encender la chispa que ponga en marcha una investigacin que llegue a buentrmino. Gracias, en buena medida, al empuje especial de la motivacin del investi-gador. Erlandson y otros (1993) reiteran la importancia de que el problema seleccio-nado intrigue al investigador, le apasione y as consiga aproximarse mejor a las reali-dades que se viven en las situaciones humanas estudiadas.

    No obstante, conviene recordar la recomendacin de Morse (1994: 221) sobre lanecesidad de reconocer estas razones (personales o profesionales) de la seleccin deltema de estudio, con el fin de evitar sesgos.

    La segunda pregunta planteada por Strauss y Corbin, sobre la concrecin de unproblema investigable hasta hacerlo manejable, tiene su respuesta ms general en laespecificacin de preguntas de investigacin. Estas ayudan a decidir qu aspectos delproblema se van a enfocar (es inmanejable tratar todos) y con qu mtodos. Straussy Corbin (1990) se refieren al estilo cualitativo de la grounded theory, pero sus refle-xiones sobre este punto han sido aprovechadas en otros estilos (Erlandson y otros,1993; Morse, 1994). El mensaje en circulacin viene a decir que las preguntas de inves-tigacin, en los estudios cualitativos, deben conjugar la amplitud (sin pretender abar-carlo todo) con lafocalizacin (sin excluir la exploracin y el descubrimiento a lo lar-go del estudio). Pero Strauss y Corbin (1990: 37-38) nos recuerdan que, en la prctica,la investigacin precisa de un dinamismo propio:

    "... necesitamos una pregunta o preguntas de investigacin que nos den la flexibilidady libertad para explorar un fenmeno en profundidad (...) la amplitud de la preguntainicial va progresivamente estrechndose y focalizndose durante el proceso de inves-tigacin, al ir descubriendo la relevancia o irrelevancia de los conceptos y sus rela-ciones."

    Un ejemplo de este proceso, en el que el problema original se va transformando,ayudar a entender mejor este mensaje (en el Cuadro 3.6 se extracta un fragmentode la tesis doctoral de Valles). Otros ejemplos pueden consultarse en Hammersley yAtkinson (1994:47-52).

    En el ejemplo presentado en el Cuadro 3.6 se atisba, asimismo, que en el procesode formulacin del problema el investigador se va ayudando de conceptos, surgidos enparte de los datos mismos (pero en parte, tambin, de la literatura tcnica consultada).De hecho, la imagen conceptual o metafrica de los jvenes como observadores de laescena laboral familiar haba sido tomada de la monografa de Alberto Moneada Laadolescencia forzosa.

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 87

    CUADRO 3.6. Formulacin y reformulacin del problema investigado.

    Ejemplo de desarrollo del problema originalrelatado en la presentacin del estudio Anotaciones

    "... Se esperaba poder observar de cerca una realidad no registra-da, con suficiente detalle, en las estadsticas oficiales y las encuestasal uso: los comportamientos 'reales' de los jvenes urbanos, dentrode la economa dineraria.

    Al principio, el objetivo propuesto pareca limitarse a una recogi-da de informacin, de primera mano,... con el fin de construir unatipologa de las formas de ganarse la vida los jvenes, en la gran ciu-dad. El diseo primitivo de esta idea seminal despreciaba a los ado-lescentes que no contasen en su historial con actividades pagadas (for-males e informales), en el momento de la entrevista. Pero conformese fue avanzando en la investigacin conceptual y en el trabajo decampo, el objeto de estudio empez a enfocarse de forma ms nti-da. Ningn sujeto deba ser descartado por razn de la pretendida fal-ta de informacin. Al apreciar, ahora, las vivencias 'laborales' tantodirectas como indirectas, e incluso deseadas o futuras, a cualquierentrevistado se le poda considerar informante (...).

    Al estudiante sin otra actividad que la escolar, se le comenz a con-siderar observador del escenario laboral levantado por su familia deorigen. Esta convivencia primera (indirecta) del adolescente con elmundo del trabajo, a travs de las experiencias (directas) de los miem-bros familiares... constituye un tipo de informacin... muy valiosa (...).

    En otros casos... adems de observadores... se les ha distinguidocomo colaboradores o contribuyentes espontneos de la haciendafamiliar. Ellos eran el blanco inicial de nuestro objetivo preliminar,cuando todava bamos buscando experiencias 'laborales' directas"(Valles, 1989: 411-413).

    (1) Problema origi-nal.

    (2) Incidencia en larecogida de datos.

    (3) Reformulacin.

    Una ilustracin detallada del tipo de conexiones y usos posibles de las perspecti-vas terico-conceptuales en la investigacin cualitativa se encuentra en el captuloprimero de la tesis citada (Valles, 1989). All se revisan (entre otros) los conceptos dejuventud y de transicin juvenil a la vida adulta, y su aplicacin en algunos de los estu-dios realizados dentro y fuera de Espaa. Y se acaba optando por una sntesis de pers-pectivas tericas encuadradas en el enfoque biogrfico.

    Aqu slo reproduzco un fragmento ilustrativo de la formulacin del problema yamadurada (redactada a posterior!, en el momento de la escritura del informe), en la

  • Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    que aparecen integradas las preguntas (central y especficas) de investigacin y lasconexiones terico-conceptuales o el marco conceptual.

    IJEMPLO DE FORMULACIN MADURADA DEL PROBLEMA

    "El enfoque biogrfico ha sido... la fundamental aproximacin sociolgica al estu-dio de una cuestin central: las formas de transicin juvenil a la vida adulta en gene-ral y al mundo del trabajo en particular. Las entrevistas 'a fondo' han sido el recursotcnico utilizado para sacar a la superficie el caudal de experiencias y anhelos vita-les que la juventud lleva consigo. El estudio de los comportamientos 'laborales' rea-les de los jvenes, en una gran ciudad, se ha hecho teniendo en cuenta (al mismotiempo) el ambiente familiar y urbano, la trayectoria escolar y las relaciones con losamigos, la parroquia y la ciudad. Circunstancias todas ellas (junto con las propias dela socialidade historicidad de su 'clase de edad' y 'cohorte generacional') de enormeimportancia en la construccin y evolucin de un plan personal de vida e identidadadultas en la sociedad.

    Especial importancia tiene el contexto familiar, pues incluye o determina en granmedida el resto de las relaciones y trayectorias (vecindario, amigos, educacin). Sepuede expresar grficamente as:

    AdolescenciaPosicin social

    de partida

    Transicin juvenil generalTransicin particular al trabajo

    - Trayectoria escolar(proyecto/rechazo)

    - Oportunidades 'laborales'(prcticas/chapuzas)

    - Amigos('purificados'/variopintos)

    - Experiencia urbana(conciencia socioespacial)

    - Identidades personalesy sociales en formacin('subentidades')

    AdultezPosicin social

    de llegada

    El esquema simplifica algo realmente complejo: los caminos especficos posiblesen el proceso de transicin juvenil a las formas de adultez social. La entrada en el

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos

    mundo laboral adulto (formal e informal) es un paso particular en este recorrido gene-ral. Aunque... de importancia singular. Las primeras experiencias dinerarias y rela-ciones 'laborales' tienen, en la vida del adolescente, implicaciones decisivas en losotros pasos particulares de la transicin. La propia aparicin de su identidad perso-nal y social corre pareja con tales trnsitos.

    El modelo trazado considera tres conjuntos temporales para el anlisis de lasrelaciones de los jvenes con el trabajo. El primero de ellos comprende condicionespsicosociales anteriores a la transicin: situaciones adscritas por nacimiento, quesuponen posiciones sociales desiguales de partida (no slo objetivas, sino subjetivastambin). Una vez dentro del intervalo conexo los distintos grupos juveniles siguenvinculados al entorno de origen, pero establecen lazos en otras instituciones socia-les (educativas, econmicas, de amistad), que tienden puentes de acceso diverso alas posiciones sociales de llegada en la etapa adulta. El destino final se habr alcan-zado tras un perodo, ms o menos prolongado, y de modo que se reproduzca (o secambie), en mayor o menor grado, la condicin social de origen. Todo ello depen-diendo del determinismo de la desigualdad primera y de la combinacin que haganlos protagonistas, de sus circunstancias personales y sociales.

    Como puede advertirse, esta formulacin hipottica trata de articular dos extre-mos dinmicos: uno, las condiciones socioeconmicas que dan cuna al nuevo miem-bro humano; y otro, el nacimiento psicosocial que experimenta y protagoniza el indi-viduo, al tener que abrirse camino en la vida en sociedad" (Valles, 1989: 3-6).

    3.2.2. Elementos de diseo II: decisiones mustrales (seleccin de contextos, casosy fechas)

    Al comienzo de esta seccin 3.2 se ha escrito que disear es, ante todo, tomar deci-siones. Y es sabido que decidir supone elegir, seleccionar entre opciones posibles. Lapropia formulacin del problema conlleva un proceso selectivo: se enfoca la atencindel investigador en un fenmeno, en unos objetivos o preguntas de investigacin, enun marco conceptual.

    No acaban ah las tareas de seleccin. Cabe distinguir un segundo paquete de ele-mentos de diseo, las decisiones de muestreo, que abordan los pormenores de la selec-cin de contextos, casos y fechas. Habr que ver qu significa todo esto en la teora yen la prctica de la investigacin cualitativa.

    Se abordarn ambas cuestiones desarrollando el ejemplo principal de la subsec-cin anterior (3.2.1). Para ello, retomo la investigacin que culminara en mi tesis doc-toral, con el fin de ilustrar uno de los extremos del continuo cualitativo (el de los estu-dios de diseo emergente, sencillos, reducidos a unos pocos contextos y casos, peroprolongados en el tiempo). El otro extremo (el de los estudios representativos de lasinvestigaciones realizadas en equipo, a mayor escala y grado de aplicacin, abarcan-do una mayor variedad de casos y contextos, donde los diseos suelen ser ms cerra-dos o proyectados y el tiempo de ejecucin menor), se ilustra con algunas investiga-

  • 90 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    ciones espaolas seleccionadas para la realizacin de los ejercicios propuestos al finalde este captulo.

    EJEMPLO DE DECISIONES MUSTRALES EN ESTUDIOCUALITATIVO SENCILLO

    "Los barrios elegidos y visitados.

    La eleccin de los barrios, en los que contactar a los jvenes a entrevistar, sehizo barajando dos criterios: uno, que fuesen heterogneos entre s en sus rasgossocioeconmicos y urbansticos; dos, que permitiesen el desplazamiento frecuentedel investigador a ellos, esto es, que no estuvieran muy alejados.

    Por entonces, yo segua residiendo en un colegio mayor en la Ciudad Universi-taria, relativamente prximo al barrio administrativo de Bellas Vistas. De hecho, fueen este recinto urbano en el que empec a ensayar mi trabajo de campo. Me gusta-ba llegar a l dando un paseo, y adentrarme en su laberinto de calles estrechas ydesniveladas -como si del patio de atrs se tratara. La fachada la tiene a avenidasy calles escaparate, martirizadas por la contaminacin acstica y atmosfrica, quesoporta pacientemente el hormigueo humano que transita por ellas a diario. El calle-jero interior es menos vistoso, ms sombro y envejecido, pero apacible. Todo l tetransporta a un ritmo de vida ms parecido al sosiego y la fisonoma edificatoria deun gran pueblo, con el que tantas veces se ha comparado a Madrid. Algo ms aleja-do me quedaba el barrio de Hispanoamrica y a l me desplaza con menor asidui-dad. Por otro lado, buena parte de este entorno opuesto me era familiar: por haberdado clases particulares en domicilio ajeno y en el de mis tos..., a quienes visitabacon frecuencia. El contacto con estos dos hogares afincados en este nuevo recintoadministrativo me aport un interesante punto de vista desde dentro de la vida fami-liar. Para el viandante por esta pieza de ciudad con fachada a la Castellana y a laM-30, las calles le reservan un ancho holgado de acera con rboles y franjas de jar-dn. Las avenidas o calles principales se convierten en un sinfn de escaparates delujo y variedad singular... Tambin aqu hay contrastes. La edad y calidad de las edi-ficaciones (en bloque abierto en su mayora, salvo las colonias de viviendas unifa-miliares y algunas manzanas cerradas) delatan un espectro de moradores distribui-dos ampliamente en la franja de las clases medias. El llamativo aspecto de residenciade lujo y calle escaparate resulta muy visible en la mitad del barrio delimitada porPaseo de la Castellana, Alberto Alcocer, Prncipe de Vergara y Concha Espina. Loque se repite en el tringulo formado por Prncipe Vergara, Concha Espina y Serra-no, prximo al Viso. El contraste mayor se pone de relieve al comparar esta sala urba-na con el habitculo degradado y estrecho de moradores con ms edad y menos ren-ta (clasificables como clases humildes, todo lo ms de un mediano pasar). 'BellasVistas' es la irona administrativa hacia un barrio encerrado en su trazado de facha-das deterioradas o inexistentes, demasiado prximas y sin horizonte. Slo el per-metro renovado de edificios que miran al oeste, hacia la Ciudad Universitaria y laCasa de Campo, tiene vistas ciertamente bellas... El tercer barrio (Orcasitas), eleg-

  • Captulo 3: Disenos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 91

    do en el proyecto original sin respetar el segundo criterio mencionado ms arriba, hasido abandonado en la prctica: al aprender, con la experiencia, las limitaciones detiempo y de otros recursos personales; tambin, al ir disminuyendo la incertidumbrepropia de este tipo de investigacin y al surgir cuestiones manejables en las que cen-trarme. Bellas Vistas result ser un barrio claramente contrapuesto (y a la vez prxi-mo), que poda servir de contraste al barrio de Hispanoamrica. La inclusin de Orca-sitas, por tanto, ya no pareca imprescindible y la investigacin demandaba una mayoratencin sobre el trabajo de campo realizado en los dos primeros barrios. Prontoabandon la obsesin de primerizo: querer 'representar' el mayor nmero posible decasos. Lo importante en este tipo de investigaciones no es la dudosa 'representacin'como la 'expresin'" (Valles, 1989: 427-430; cursiva aadida).

    Al hilo de este primer ejemplo, presentado parcialmente en el fragmento ante-rior, se pueden hacer las siguientes reflexiones en torno al maestreo cualitativo:

    1) Una de las decisiones mustrales que el investigador suele tener que barajares la seleccin de contextos relevantes al problema de investigacin. Dentro deestos contextos (barrios o localidades enteras, organizaciones tipo escuela, hos-pital u otra clase de centros) se proceder, posteriormente, a seleccionar loscasos individuales.

    En el ejemplo transcrito se mencionan los criterios de heterogeneidad (diver-sidad) y de accesibilidad. El primero de ellos se traduce en la eleccin de dosbarrios contrapuestos, con el propsito de abarcar tipos extremos de jvenesy estudiar la variacin en el proceso de transicin juvenil al trabajo y a la vidaadulta. La heterogeneidad es relativa. Se podran haber seleccionado barriostodava ms dispares (Hispanoamrica y Orcasitas, por ejemplo). Pero la deci-sin muestral casi nunca es fruto de un solo criterio (como ya se habr colegi-do). Tampoco se persegua la variacin mxima, expresin con la que Patton(1990) denomina una de las numerosas estrategias mustrales cualitativas queeste autor distingue. Nuestra opcin fue adoptar un cierto compromiso entrevariacin y tipicidad.

    2) El segundo criterio (ilustrado en el ejemplo que comento) tiene que ver conlas "consideraciones pragmticas" (Hammersley y Atkinson, 1995: 38), la "con-sideracin de la accesibilidad" (Marshall y Rossman, 1989: 56; Erlandson yotros, 1993: 56), la consideracin de los "recursos disponibles" (Morse, 1994:222) en la seleccin de contextos.

    3) Adems de estas dos consideraciones (heterogeneidad y accesibilidad), el ejem-plo pone sobre el tapete la cuestin de la "representacin", pero apenas la des-plega. Lo cierto es que se seleccionaron dos barrios (dos puntos de maestreodiramos en la terminologa del muestreo de encuestas), diez casos individua-les en el barrio de Bellas Vistas y veintitrs en el barrio de Hispanoamrica.

  • 92 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    Dentro de cada barrio se lleg a los casos a travs de la seleccin previa de gru-pos juveniles en distintos puntos del barrio, o bien mediante redes personalesdel investigador.

    Al procedimiento muestral seguido se le podran buscar otras analogascon el muestreo habitual de encuestas (polietpico, estratificado por conglo-merados, y por cuotas en la ltima etapa). Pero no sera correcto. No hubo afi-jacin de ningn tipo, ni procedimiento probabilstico alguno en ninguna delas etapas. En la seleccin muestral de 33 casos se baraj el criterio de hetero-geneidad, pero sin hacer uso de la estratificacin ni de las cuotas. No quiere ellodecir que no se pudiese haber planteado. En algunos estudios mixtos o trian-gulados la seleccin de los casos tipo se realiza, tcnicamente, mediante la apli-cacin previa de tcnicas cuantitativas sin que intervenga el azar. Ejemplos deestos procedimientos mustrales son los estudios de Cano y otros (1988,1993),Cea y Valles (1990); y pueden encontrarse tambin en la revisin metodolgi-ca de Johnson (1990).

    En la seleccin de los 33 casos se fue buscando contactar con jvenes dedistinto sexo, edad, experiencia familiar, escolar y laboral tratando de abrir almximo el abanico de formas de transicin de la escuela al trabajo. Uno de losdispositivos preparados para que esta diversidad saltase ya estaba en la selec-cin de dos barrios contrapuestos. Y dentro de ellos en la dispersin aadida,proveniente de los contactos en distintos grupos juveniles y a travs de redespersonales. Algunos entrevistados nos pusieron en contacto con otros (tcni-ca de bola de nieve).

    Finalmente, se decidi no entrevistar ms de 10 casos en Bellas Vistas, nims de 23 en Hispanoamrica, siguiendo el criterio de saturacin o redundan-cia. En los Captulos 7 y 8 se volver sobre estos criterios. Nada que ver conlas frmulas matemticas, habituales, del clculo del tamao muestral parauniversos grandes o pequeos, niveles de confianza, error muestral o supues-tos de varianza.

    En realidad, estas y otras decisiones mustrales se haban ido tomando sinperseguir la representacin estadstica. Ms que esta generalizacin (entendidaen trminos de estadstica inferencial), el objetivo del estudio se haba concen-trado en el desarrollo de conceptos con los que entender mejor el significadodel trabajo en la transicin juvenil. Pinsese tambin en estudios cualitativosde caso nico, donde el objetivo es la contrastacin de una teora o la resolu-cin de un problema que requiere evaluacin o investigacin participativa (Ham-mersley y Atkinson, 1995: 42). En el ejemplo que comentamos, se practic (sintener una consciencia metodolgica de ello) la seleccin estratgica de casos,procediendo segn pautas de "muestreo terico", al modo definido desde laprctica investigadora por Glaser y Strauss (1967). He aqu una cita ilustrativadel funcionamiento de esta clase de muestreo. Los autores lo practicaron en laseleccin de contextos (y casos) de un estudio sobre la conciencia y anticipacinde la muerte en los hospitales.

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 93

    "Las visitas a los diversos servicios mdicos se programaron como sigue: Primeroquera observar los servicios donde la conciencia del paciente fuera mnima (y as obser-v primero un servicio de nacimientos prematuros y luego un departamento de neuroci-ruga donde los pacientes solan estar en coma). Luego quise observar la muerte en unasituacin donde la expectacin del personal y a menudo de los pacientes fuese alta y morirrpido, as que observ una Unidad de Cuidados Intensivos. Despus quise observar unservicio donde las expectativas del personal sobre la terminalidad fuese grande... y don-de morir tendiese a ser lento. De modo que observ a continuacin un servicio de onco-loga. Luego observ las condiciones donde la muerte era inesperada y rpida, y as obser-v un servicio de urgencias. Mientras observbamos los diferentes tipos de serviciosmencionados, tambin hicimos lo propio en otros tipos de hospitales. De modo que nues-tra programacin de tipos de servicios fue dirigida por un esquema conceptual general-que inclua hiptesis sobre la conciencia, expectacin y rapidez de la muerte- as comopor una estructura conceptual en desarrollo que inclua aspectos no apreciados al prin-cipio. A veces volvamos a los servicios despus de las dos, tres o cuatro semanas inicia-les de continua observacin, para comprobar aspectos que necesitaban revisarse o quehaban sido pasados por alto en el perodo inicial" (Glaser y Strauss, 1967: 59).

    El "esquema conceptual general", al que aluden Glaser y Strauss en la citaanterior, se compone de dos ejes bsicos: a) conciencia o anticipacin; b) rit-mo de la muerte. Cruzados resultan en un casillero tipolgico (Cuadro 3.7),tcnica utilizada no slo en el diseo muestral sino tambin en el anlisis cua-litativo (y cuantitativo). Se volver sobre ello en la subseccin 9.2.3.

    CUADRO 3.7. Ejemplo de seleccin estratgica de casos, segn procedimiento de muestreo terico.

    '

    RITMODE LA

    MUERTE

    Lento

    Rpido

    CONCIENCIA/ANTICIPACIN DE LA MUERTE EN HOSPITALESBaja

    (1.) Servicio prematuros(2.) Servicio neurociruga(5.) Servicio urgencias

    Alta(4.) Servicio oncologa

    (3.) Unidad Cuidados Intensivos

    Fuente: Basado en Glaser y Strauss (1967).

    El mensaje contenido en la obra de Glaser y Strauss (1967) ha sido recogido,tambin, por Miles y Huberman (1994:27), quienes lo sintetizan claramente as:" Las muestras en los estudios cualitativos no estn generalmente preespecifica-das, sino que pueden evolucionar una vez comenzado el trabajo de campo." Yaaden una reflexin que ya resulta familiar, pero que no tiene desperdicio:

    "Las elecciones iniciales de informantes te guan a otros informantes similares odiferentes; el observar un tipo de sucesos invita a la comparacin con otro tipo; y el

  • 94 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    entendimiento de una relacin clave en un contexto revela aspectos a estudiar en otros.Esto es muestreo secuencial conceptualmente-conducido (...).

    (...) tal muestreo debe ser tericamente conducido, independientemente de quela teora est preespecificada o vaya emergiendo, como en el 'muestreo terico' deGlaser y Strauss (1967). Las selecciones de informantes, episodios e interacciones vansiendo conducidas por un planteamiento conceptual, no por una preocupacin por la'representatividad'. Para llegar al constructo, necesitamos ver sus diferentes aspec-tos, en diferentes momentos, en diferentes lugares, con diferente gente/La mayorpreocupacin es por las condiciones bajo las cuales el constructo o la teora opera,no por la generalizacin de los resultados a otros contextos" (Miles y Huberman,1994: 27, 29).

    4) Un ltimo comentario para completar la presentacin del ejemplo con el quese abra esta subseccin 3.2.2, y as ilustrar la importancia de tomar decisionesmustrales tambin sobre la cronologa de la investigacin (momentos o fechasdel trabajo de campo).

    Los 33 casos fueron entrevistados, por primera vez, en 1985. Al finalizarcada entrevista se haba anunciado al entrevistado la posibilidad de una segun-da entrevista al cabo de uno o dos aos. Decid interrumpir todo contacto conestos jvenes y dedicarme al estudio del material obtenido y de la literaturaterica o metodolgica. Pero en 1987, penltimo ao de beca, tom la decisinde volver a entrevistar a los mismos jvenes. La experiencia (mis 23-25 aos)me hizo reconocer "la precipitacin de los cambios en la etapa juvenil de lavida. Adems, el trabajo de campo II a los mismos jvenes se poda convertiren la gran oportunidad para rectificar posibles errores de interpretacin y paraincluir en el guin de entrevista los nuevos conceptos, perspectivas tericas einstrumentos metodolgicos madurados mientras tanto" (Valles, 1989: 460).

    Haba emergido, finalmente, un diseo longitudinal (tipo panel en la ter-minologa cuantitativa) que, en opinin del investigador, resultaba ser el msadecuado al fenmeno social enfocado: vidas en progreso. Este mnimo segui-miento de los casos a lo largo del tiempo (factible dentro de los lmites de tiem-po y recursos) se juzg imprescindible. No slo para afrontar los problemas delos "controles" (Marsal, 1974: 57-58) o de las "fuentes de sesgo" (Plummer,1983:100-106), sino tambin para ajustar el diseo original del estudio a la rea-lidad social finalmente estudiada.

    Las decisiones mustrales sobre cundo observar o entrevistar, en el con-tinuo de lo cualitativo, no acaban aqu. Una ilustracin ms pormenorizada destas en los estudios basados en la observacin participante puede consultarseen Hammersley y Atkinson (1994: 60-63; 1995: 48-49).

    Para finalizar esta subseccin sobre las decisiones mustrales, me referir breve-mente a un estudio mixto (cualitativo-cuantitativo), en cuyo diseo se proyecta laseleccin de una mayor variedad de casos y contextos.

  • Captulo 3: Disenos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 95

    Antes introducir otro estudio que sirve de puente. En lo metodolgico, mi tesisdoctoral es en parte deudora del estudio de Funes y Roman (1985) Dejar la herona:Vivencias, contenidos y circunstancias de los procesos de recuperacin. En la portada deesta publicacin puede leerse, adems, que se trata de un "estudio promovido y finan-ciado por la Direccin General de Accin Social... (Ministerio de Trabajo y SeguridadSocial y Cruz Roja Espaola)". Los autores entrevistaron a fondo a una veintena lar-ga de exheroinmanos, residentes sobre todo en las ciudades de Barcelona y Madrid,rindiendo cuentas al lector de los criterios mustrales de partida y de las incidencias quecondujeron a la muestra real. Esta es una de las investigaciones seleccionadas para larealizacin (individual, en seminarios o en clase) de algunos de los ejercicios propues-tos al final de este captulo, y por ello no se entrar aqu en mayores detalles.

    Baste aadir que el trabajo de Funes y Roman (1985) se ha considerado, poste-riormente, "investigacin pionera de obligada referencia" en el anlisis de la inte-gracin social de drogodependientes (Rodrguez Cabrero, 1988: 22). La publicacinfirmada en portada por Rodrguez Cabrero y el Plan Nacional sobre Drogas (i. e.,Ministerio de Sanidad y Consumo como promotor y financiador) se ha seleccionadoaqu en razn de su inters didctico para el aprendizaje de la metodologa cualitati-va. Representa, tal como se anticipaba al inicio de esta seccin, el otro extremo delcontinuo cualitativo: el de los estudios mixtos (cualitativo-cuantitativos, o viceversa),de diseo ms atado (menos emergente) como corresponde a la necesidad de unamayor coordinacin del trabajo en equipo, a escala nacional; y a la mayor concrecinde los objetivos de la investigacin. Conociendo stos, tal como los redacta el autoren la presentacin de la publicacin, se conocen ya las lneas maestras del diseo:

    "El presente trabajo es una aproximacin al conocimiento terico y prctico dela integracin del drogodependiente en nuestro pas. Es un anlisis y una reflexincualitativa sobre diferentes planos que intervienen en el problema: una reflexin sobrequ es integracin social y los debates tericos que suscita en el terreno de las dro-godependencias; qu tipo de actividades realiza una muestra de centros y programasasistenciales sobre integracin de drogodependientes; los avalares que un grupo desujetos drogodependientes ha efectuado o efecta en el proceso contradictorio y lar-go de su recuperacin; cules son, finalmente, las ideologas que nuestra sociedad(empresarios, ciudadanos, terapeutas y profesionales de las instituciones jurdico-pena-les) define y proclama sobre la integracin social del drogodependiente" (RodrguezCabrero, 1988:13).

    La concrecin de las decisiones mustrales (cuantitativas y cualitativas) se plasmaen un cuadro diseado por el autor principal del estudio, en la pgina 36. Lo que aa-de este estudio, respecto a los ejemplos anteriores, no es slo la cobertura geogrfi-ca. Ahora los casos (entrevistados o informantes) no son slo sujetos con problemasde drogodependencia (los casos del estudio de Funes y Roman) o de insercin socio-laboral (los casos de Valles). Ahora se comienza seleccionando 30 centros (pblicosy privados) donde se llevan a cabo programas de recuperacin/integracin de dro-godependientes. Esos centros y programas son ahora parte de los casos de la mus-

  • 96 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    tra total (estudiados mediante un cuestionario y entrevistas a responsables, con elcomplemento del anlisis documental).

    Al mismo tiempo, se aprovecha la muestra cuantitativa de los centros para contactarcon 151 casos individuales de drogodependientes, clientes de estos centros. A stos seles aplica un "cuestionario de base semiabierto", que a juzgar por el cuestionario que sereproduce en el anexo III (Rodrguez Cabrero, 1988: 300-310) no es tal. Tampoco seran"historias de vida" (1988: 33), sino ms bien biogramas. Esta precisin terminolgica seaborda con detalle en el Captulo 7 sobre las tcnicas biogrficas.

    Por otro lado, y ya haciendo un uso ms neto de tcnicas cualitativas se toman lassiguientes decisiones mustrales:

    1) Entrevistar en profundidad "a un conjunto de veinte personas representantesde cinco grupos sociales de drogodependientes (clase marginal, clase obrera, cla-se media-baja, clase media y clase alta), diferenciados entre s por los diferentesmomentos histricos en que empezaron a consumir y sus diferentes estrategiasde integracin" (Rodrguez Cabrero, 1988: 185). Tanto el tamao muestral (laveintena), como dos de los criterios de heterogeneidad (medio social, poca his-trica) o ejes tipolgicos recuerdan la investigacin pionera cualitativa de Funesy Roman (1985).

    Debe advertirse que, en el trabajo de Rodrguez Cabrero, los centros encues-tados sirvieron de plataforma para contactar a los drogodependientes entrevis-tados en profundidad, a los cuales se les haba encuestado previamente.

    2) Realizar 4 grupos de discusin: con profesionales terapeutas (GDI), profeso-res (GD2), asociaciones de vecinos (GD3) y pequeos empresarios (GD4).Esta es una novedad destacable, pues se echa en falta tanto en el estudio deFunes y Roman (1985), como en el de Valles (1989). Adems de responsablesde centros y drododependientes se recaba informacin de esta otra modalidadde casos. Todos ellos representantes de grupos sociales estratgicos, sin los quedifcilmente puede materializarse la integracin social del drogodependiente.La tcnica del grupo de discusin se aborda con detalle en el Captulo 8.

    3) Finalmente, el diseo muestral de Rodrguez Cabrero (1988: 36) incluye "11entrevistas en profundidad: Jueces (3), fiscales (3), abogados (3), policas (2)".El objetivo perseguido es similar al que preside la utilizacin de los grupos dediscusin, pero se opta por la entrevista en profundidad para llegar a esta nue-va modalidad de casos (los informantes que encarnan a las instituciones delorden social).

    3.2.3. Elementos de diseo III: seleccin de estrategias de obtencin, anlisisy presentacin de los datos

    En los ejemplos comentados en la seccin anterior ya se ha podido vislumbrarque cada investigador, adems de tomar decisiones mustrales, optaba por la utiliza-

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 97

    cin de determinados recursos tcnicos (anlisis documental, cuestionarios, entre-vistas abiertas o en profundidad, grupos de discusin, visitas u observacin sobre elterreno). Todos, excepto los cuestionarios, pertenecen al conjunto de las llamadas tc-nicas cualitativas. Tanto estas tcnicas como las cuantitativas son instrumentos queestn ah (disponibles), a la espera de que cada investigador haga un uso especficode ellas en un estudio real.

    Para ello se cuenta, adems de las tcnicas, con una suerte de modelos o patronesde procedimiento en los que han quedado cristalizados los usos especficos de inves-tigadores autores de estudios sobresalientes. A estos patrones de procedimiento seles suele llamar estrategias metodolgicas (mtodos).

    Su denominacin se debe a que implican la utilizacin de ms de una tcnica(requieren por tanto decisiones de diseo de orden superior al presente en cada tc-nica individual); y a que ocupan una posicin de puente entre las tcnicas y las pers-pectivas y paradigmas (Captulo 2).

    En el manual de Cea D'Ancona (1996: 82-122) se dibuja el panorama general deestrategias metodolgicas principales en la investigacin social. Aqu tan slo se pre-tende ofrecer una visin complementaria, centrando la atencin en las estrategias msdestacables en el continuum cualitativo.

    La sistematizacin del concepto de estrategia sigue faltando en algunos manualesrecientes sobre metodologa cualitativa (Erlandson y otros, 1993; Delgado y Guti-rrez, 1994; Ruiz Olabunaga, 1996), mientras que en otros aparece ocupando un lugarclave en el proceso de investigacin (Marshall y Rossman, 1989: 78 y ss.; Denzin yLincoln, 1994a: 12; Morse, 1994: 223-225).

    En el libro Designing Qualitative Research, de Marshall y Rossman (1989: 78 y ss.),las autoras presentan una sugerente ordenacin de tcnicas y estrategias de investi-gacin, partiendo del propsito del estudio ("exploratorio", "explicativo", "descrip-tivo", "predictivo") y de las preguntas concretas de investigacin. Sin embargo, pre-sentan una lista de siete estrategias en la que incluyen:

    1) Experimentos y cuasiexperimentos.2) Encuesta.3) Anlisis de informacin de archivo.4) Historia.5) Estudio de casos.6) Estudios de campo.7) Etnografa.

    Las autoras advierten que de todas estas estrategias, las "ms explcitamente cua-litativas" son los "estudios de campo" y las "etnografas". Si bien, matizan a conti-nuacin que stas son casos especiales de los estudios de caso. Por otro lado, men-cionan las historias de vida, pero sin incluirlas en su cuadro ni como estrategias, nicomo tcnicas (Marshall & Rossman, 1989: 78).

    En el Handbook of Qualitative Research, del que son editores y coautores, Den-

  • 98 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    zin y Lincoln (1994a: 12) presentan una lista de "estrategias de investigacin", en estadisposicin:

    Study design. Case study. Etnografa, observacin participante. Fenomenologa, etnometodologa. Grounded theory. Mtodo biogrfico. Mtodo histrico. Investigacin accin y aplicada. Investigacin clnica.

    Aprovechar el comentario que me merece este listado para explicar mi seleccinde estrategias. En primer lugar, los editores citados reproducen aqu el orden de apa-ricin de los captulos correspondientes a estos renglones. Esto es comprensible, dadoque su labor como compiladores exige presentar una cierta coherencia a los lectoresde un manual, en el que intervienen numerosas colaboraciones firmadas. No obstan-te, enseguida se aclara que con la expresin "study design" se refieren al diseo de lainvestigacin cualitativa (sobre lo que versan los papeles de Janesick, 1994: 209-219;y de Morse, 1994: 220-235), claramente diferenciado de las estrategias propiamentedichas (Denzin y Lincoln, 1994:14,199-202).

    En el otro extremo de la lista, la inclusin (como estrategia) de la investigacin cl-nica no la considero acertada, pues se trata ms bien de un campo de aplicacin de lametodologa cualitativa. Asimismo, la fusin de la llamada "investigacin accin" conla "aplicada" parece controvertida, ya que sta ltima incluira no slo a aquella. Escierto que la investigacin accin o participativa est ganando terreno en los pasesavanzados (Whyte, 1991; Reason, 1994), pero "est poco desarrollada..., apenas seaplica y no se suele ensear" (Gabarrn y Hernndez Landa, 1994: portada). En Espa-a, hay algunas lneas de investigacin participativa: una de ellas en el campo de laeducacin de adultos (Quintana Cabanas, 1986) y otra en el campo de la sociologaurbana y el desarrollo local (Villasante, 1992,1994).

    El mtodo histrico opto por subsumirlo en la estrategia, ms netamente sociol-gica, del estudio de fuentes documentales y estadsticas. Y el resto de las estrategias,diferenciadas por Denzin y Lincoln en la investigacin cualitativa, decido enmarcar-las bajo la denominacin ms veterana del case study o estudio de casos. A mi modode ver, hay razones suficientes para ello. Una, de claridad expositiva, pues resultamenos confuso hablar de distintos tipos de estudios de caso (etnogrfico, biogrfico,etnometodolgico y de otro tipo, incluidos los no cualitativos o aquellos a caballoentre lo cualitativo y lo cuantitativo).

    En algunas de las colaboraciones firmadas que aparecen en el manual editado porDenzin y Lincoln (1994), se pueden encontrar indicios de esta clasificacin sintticade las estrategias de estudio de caso que propongo. Stake (1994: 236), por ejemplo,

  • Captulo 3: Diseos y estrategias metodolgicas en los estudios cualitativos 99

    comienza su captulo sobre estudios de caso con estas palabras: "algunos estudios decaso son estudios cualitativos, otros no". Este autor diferencia los estudios de caso enla prctica teraputica, legal, evaluativa de programas, etctera, de los que se orien-tan a la construccin de teora o a la comprensin y explicacin de algn fenmenosocial (etnogrficos, biogrficos; de las ciencias sociales en general).

    Por otro lado, de acuerdo con Atkinson y Hammersley (1994: 257) "las aproxima-ciones etnogrficas a la investigacin social se han adoptado en numerosas disciplinas ycampos aplicados: antropologa social y cultural, sociologa, geografa humana, estudiosorganizacionales, investigacin educativa, estudios culturales". Y aaden que cabe iden-tificar influencias de la etnometodologa, del interaccionismo simblico, de la semiticay de la hermenutica en esta estrategia (del estudio de casos etnogrfico).

    Esto quiere decir (simplificando) que, en los estudios concretos, se practica de hechouna clase de estrategia (la multimtodo) no singularizada como tal en el listado de Den-zin y Lincoln. A pesar de que se refieren a ella de manera expresa: "la combinacin demltiples mtodos, materiales empricos, perspectivas y observadores en un solo estu-dio se entiende mejor como una estrategia que aade rigor, alcance, y profundidad acualquier investigacin" (Denzin & Lincoln, 1994a: 2). Interpreto que la explicacin dela exclusin de esta estrategia (en su lista) se encuentra en que los autores consideranla investigacin cualitativa como "inherentemente multimtodo" (1994a: 2). Esta es lapostura adoptada aqu por nosotros, tambin.

    Por todo lo dicho, se considera destacable la siguiente clasificacin de estrategiasen el continuum cualitativo:

    1) La estrategia de la investigacin documental o uso de documentacin.2) La estrategia del estudio de caso(s).3) La estrategia de la triangulacin.

    1) La estrategia de la utilizacin de documentos (no slo escritos o publicados, nislo tcnicos o histricos). Tal como ocurre en la metodologa cuantitativa,donde resulta obligado hacer un uso mnimo (al menos) de las fuentes docu-mentales y estadsticas. De modo similar, en los estudios cualitativos cabe plan-tear un uso mnimo (o complementario) de documentos de todo tipo, inclusode fuentes estadsticas. Por ejemplo, para dar perspectiva histrica a un estu-dio o contrastarlo con los datos cuantitativos existentes.

    En cambio, el uso genuino de esta estrategia tendra lugar siempre que sepretendiese basar el estudio sobre todo en evidencia documental. Por ejem-plo, el estudio de la evolucin de las costumbres en la vida cotidiana de la socie-dad espaola, a travs del anlisis de los manuales de urbanidad publicados enlos ltimos cien aos (De Miguel, 1991). Este y otros ejemplos de investiga-cin sociolgica cualitativa se presentan en el Captulo 4, dedicado a las tcni-cas de lectura y documentacin.

    2) La estrategia del estudio de caso(s). Ya se ha adelantado ms arriba que bajoesta denominacin clsica se agrupan diversas modalidades:

  • 100 Primera Parte: Elementos histricos, metodolgicos y tcnicos de la investigacin cualitativa

    a) Los estudios de caso etnogrficos, en los que la tcnica estrella (pero no lanica) suele ser la observacin participante. Vase el Captulo 5, dedicadoa las tcnicas cualitativas de observacin y participacin. Generalmente seasocia este patrn de procedimiento con el modo tradicional de investigarde los antroplogos; y se olvida la existencia de trabajos clsicos en el cam-po de la sociologa y la psicologa social (los de Whyte y Goffman, por citarslo dos de los observadores participantes ms conocidos en las cienciassociales) (Carrera y Fernndez Dols, 1992). En Espaa, uno de los prime-ros y ms sobresalientes "estudios de comunidad" fue el del socilogo Vc-tor Prez Daz (1966). Una presentacin de esta clase de estudios, con espe-cial mencin a los realizados por antroplogos espaoles puede consultarseen Maestre Alfonso (1990:141-ss).

    b) Los estudios de caso biogrficos, en los que se barajan sobre todo las tc-nicas de los documentos personales, los relatos de vida y las historias de vida.En el Captulo 7 se abordan con detenimiento estas tcnicas biogrficas.

    c) Otros estudios de caso, caracterizados por metodologas singulares (etno-metodologa, evaluacin u otras) o que se encuentran a caballo entre lo cua-litativo y lo cuantitativo.

    3) La estrategia de la triangulacin (o estrategia de estrategias). En la prctica inves-tigadora se da siempre un cierto solapamiento entre las estrategias descritas(recurdese que se las ha definido como modelos o patrones). De hecho, lascircunstancias de cada estudio empujan al investigador a practicar una mni-ma combinacin de ellas. Ya se ha hablado de la necesidad de hacer, al menos,un mnimo uso de las fuentes documentales (y estadsticas, si procede) en cual-quier investigacin. La consulta de la literatura tcnica sera un ejemplo. Ade-ms de ello, siempre se acabar recurriendo a todos o una parte de los ingre-dientes bsicos: documentacin, observacin (incluida la auto-observacin) yentrevistas. De la frmula cualitativa que se emplee para su combinacin resul-tar un producto con nuestro sello personal. El estudio de Valles (1989), pre-sentado en la seccin anterior, sera un ejemplo de triangulacin en la que seda una combinacin (o uso parcial) de las estrategias cualitativas de estudio decaso etnogrfico y biogrfico. Adems de ello, se hace uso de fue