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  • Telar de conocimiento Propuesta para el Modelo de Capacitación

    del Instituto Federal Electoral

    Centro de Formación y Desarrollo

    Instituto Federal Electoral

    Octubre de 2003

  • 2

    I N D I C E

    Introducción..................................................................................................

    1. La capacitación en la actualidad 2. ¿Cuáles son los retos de la capacitación

    en el Instituto Federal Electoral...............................................................

    3. La Concepción rectora: en el marco de lo concebible.................... 4. Las comunidades emergentes 5. Las comunidades del saber 6. Las comunidades inteligentes

    (redes expansivas de

    Conocimiento)

    7. Discusión final........................................................

    Bibliografía.................................................................................................

    superREGRESO AL INDICE

  • 3

  • 4

    Introducción El presente documento pertenece al conjunto de tareas dirigidas a

    poner en marcha un programa integral de capacitación que

    responda sistemática y eficazmente a los fines del Instituto Federal

    Electoral, que asegure firmeza frente a las expectativas que el

    proceso de democratización ha sembrado en la sociedad, y que

    siente las bases para encarar los nuevos retos que la

    democratización del país plantea a su órgano electoral de mayor

    alcance.

    Por lo anterior, el presente documento propone que todo

    aquello comprendido en la palabra “capacitación” sea concebido de

    una manera diferente.

    No se trata de una idea que sobresalga por novedosa. Parte

    de un pensamiento muy simple: hay que tomar nota de lo que el

    tiempo presente y el mundo contemporáneo plantean: se asiste en

    la actualidad al ascenso de nuevas ideas del trabajo, de las

    organizaciones y del papel de los individuos en ellas.

    La exposición se organiza en siete capítulos. En los dos

    primeros se formula un acercamiento inicial al tema: en el primero

    se examina el estado que guarda la reflexión actual en materia de

    capacitación; en el segundo, se identifican los retos actuales que

    enfrenta en este rubro el Instituto Federal Electoral.

    El planteamiento central del trabajo se ubica en el tercer

    capítulo. En él se delinean las características fundamentales de la

    concepción rectora. Con todo, el presente documento no se reduce

    a presentar una idea atractiva que no haya pasado por el tamiz de

    JavierÍndice

  • 5

    la viabilidad. De la concepción rectora es posible derivar al menos

    tres modelos de capacitación cuyas características fundamentales

    se presentan, respectivamente, en los capítulos 4, 5 y 6. Se añade

    un conjunto de elemento que delinean las estrategias de

    instrumentación de cada uno de ellos.

    Por último, el capítulo 7 ofrece consideraciones que pueden

    resultar útiles para el difícil y delicado acto de optar por un modelo

    determinado. En esas páginas finales el documento revela ser

    producto de una convicción y un aliento: hay tareas que requieren el

    compromiso con miras que, en varios sentidos, pueden ser

    llamadas históricas; y hay historias que sólo se pueden escribir con

    las huellas del compromiso.

  • 6

    1. La capacitación en la actualidad

    Un espacio de reflexión

    Al discutir hoy en día el tema de la capacitación es necesario

    invocar la presencia de procesos que, por su escala, resultan

    apremiantes y decisivos:

    El ascenso de esquemas laborales innovadores, que da la

    pauta para el debate acerca del papel del trabajo en la

    sociedad contemporánea; el papel de la legislación en el

    ámbito laboral y el papel del trabajo en la vida de los

    individuos y las organizaciones.

    La revolución tecnológica en materia de información y

    comunicación, que abre el espacio de reflexión sobre el

    papel del conocimiento en la vida social contemporánea;

    sobre el peso del conocimiento, la información y la comu-

    nicación en el valor producido en la esfera económica, así

    como los aportes de todo ello en la constitución de la vida

    política.

    La nueva generación de reformas estatales, que pone

    sobre la mesa de discusión la calidad del desempeño de

    los organismos públicos ante los retos actuales y su vincu-

    lación con entornos informativa y comunicativamente

    expansivos.

    Organismos multinacionales como la Comisión Económica

    para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización

    JavierÍndice

  • 7

    Internacional del Trabajo (OIT), el Banco Interamericano de

    Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el

    Desarrollo Económicos (OCDE), entre otros, así como centros de

    investigación, incluyen en sus líneas de trabajo el tema de la

    capacitación. 1 Los espacios para discutir lo referente a las

    habilidades, los conocimientos y las actitudes de los trabajadores

    para desempeñarse en los mercados laborales se han multiplicado.

    En sectores privados y en instituciones públicas, los modelos de

    capacitación son objeto de análisis y replanteamientos, a fin de que

    estén en sintonía con las exigencias que supone un entorno

    cambiante, especializado y competitivo.

    El tema de la capacitación ha despertado la creciente atención y participación de los trabajadores, los gobiernos locales, las asocia-ciones comerciales y una amplia gama de organizaciones de la so-ciedad civil debido a las profundas transformaciones del mercado laboral y a la difusión de nuevas tecnologías. Estas mismas trans-formaciones requieren cambios en la estructura y el contenido de la capacitación entregada. [Posthuma, 2002]

    La desatención a las cuestiones relacionadas con el saber

    hacer significa condenarse al rezago: la incorporación de

    tecnologías modernas y de nuevas formas de organización de los

    procesos productivos requiere trabajadores creativos y adaptables a

    las condiciones cambiantes. Conocimientos desactualizados y habi-

    lidades inapropiadas constituyen para las organizaciones opor-

    tunidades perdidas, escenarios desalentadores. Se requiere que los

    trabajadores posean las disposiciones cognoscitivas, prácticas y

    actitudinales para el desempeño individual y colectivo. La hipótesis

    contundente: invertir o no en capital humano puede marcar la

    diferencia entre bajos o altos niveles de competitividad,

    productividad y eficiencia. Sin personal capacitado, las metas 1 Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2000; Organización Internacional del Trabajo, 2003; Banco Interamericano de Desarrollo, 2001; Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 1999; Heckman, Lochner y Cossa, 2002; Felstead, Green, Mayhew y Pack, 1999.

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    trazadas se vuelven inciertas, se multiplica la incertidumbre. El

    cumplimiento de los objetivos organizacionales guarda relación con

    la capacidad de los trabajadores. Potenciar conocimientos,

    habilidades y actitudes de los trabajadores resulta –y no es

    exagerado afirmarlo de manera categórica– estratégico.

    La capacitación es una pieza clave del desarrollo de las

    organizaciones y de los individuos. Las instituciones tienen la

    oportunidad de responder frontalmente a los desafíos laborales si

    son capaces de elaborar una concepción del proceso de

    capacitación a la altura de los tiempos, y si además se ven asistidas

    por la inteligencia de traducir dicha concepción a una estrategia

    para ponerla en práctica.

    En la Administración Pública han convivido con persistencia pautas regidas por modelos burocráticos de gestión que no han tenido en cuenta la importancia del factor humano en el desenvolvimiento de la administración, aspecto que con gran frecuencia ha paralizado el proceso de cambio de las estructuras organizativas del Estado y las formas de organización del trabajo, atrofiando el funciona-miento de las mismas en detrimento de la eficiencia y eficacia del órgano público. Por esta razón, concretar nuevos modelos de ges-tión de los recursos humanos del Estado es un reto significativo. [Oficina Nacional de Innovación de Gestión, 2002]

    Acuerdos

    Hay ocho puntos en los cuales los especialistas han obtenido

    acuerdos, si se aspira a enfrentar los retos de la actualidad. La

    capacitación, se afirma, debe estar:

    1. Orientada por la demanda.2 Existe amplio consentimiento

    en que ha sido superada la época de los programas de capacitación

    impulsados desde la oferta, es decir, sencillamente generados,

    cuando se trataba de capacitación para el trabajo, con inde-

    2 Castro, 1995; Banco Interamericano de Desarrollo, 2001.

  • 9

    pendencia de las oportunidades efectivas de obtener empleo por los

    egresados de los programas, fuesen escolarizados o no; y cuando

    se trataba de capacitación en el trabajo, con relativa independencia

    de las habilidades requeridas por las áreas o subunidades de las

    organizaciones.

    2. Basada en competencias laborales.3 La concepción que

    promueve la capacitación en competencias ha ganado espacio en

    los medios educativos y laborales de casi todo el mundo. El tema de

    las competencias laborales, surgido en los años ochenta, respondía

    al problema de que los sistemas de educación prevalecientes

    estaban desactualizados con respecto a los sistemas productivos y

    organizacionales. En efecto, es frecuente encontrar la observación

    de que los sistemas educativos se encuentran divorciados de los

    procesos productivos y de servicios, al estar concebidos desde el

    punto de vista de acumulación de conocimientos, de calificaciones

    adquiridas, sin conexión con los desempeños laborales. El tema es

    la vinculación entre productividad y capacitación. Lo central, así, se

    ha desplazado de la idea de calificación a la de competencia. La

    primera se refiere a la capacidad potencial para realizar las

    actividades correspondientes a un puesto y la segunda consiste en

    la capacidad real para lograr un resultado en una situación dada.

    Desde el punto de vista de las competencias, la capacitación está

    orientada a proporcionar los elementos y herramientas para reducir

    la brecha entre el desempeño efectivo y el desempeño deseado de

    los empleados. La competencia de los individuos se mide de

    acuerdo con el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes

    utilizados para desempeñar tareas ocupacionales.

    3 Organización Internacional del Trabajo, 1998; Monteiro Leite, 1997; Carrillo e Iranzo, 2000; Mertens, 1999; Fletcher, 2000.

  • 10

    3. Orientada a capitalizar el conocimiento.4 Sectores

    crecientes de la economía contemporánea están basados en el

    conocimiento:5 la capacidad de mantener la competitividad depende

    del saber y de las habilidades de la fuerza de trabajo. La

    capacitación no es una actividad superflua, un gasto sin

    rendimientos; al contrario, es una inversión que genera sustanciales

    beneficios. El rasgo distintivo de las organizaciones de vanguardia

    es la inversión en conocimientos y habilidades de los trabajadores,

    a fin de aprovecharlos en el correcto planteamiento solución de

    problemas y en los procesos de toma de decisiones. El componente

    cognoscitivo constituye un capital de primer orden: el valor del

    conocimiento se acentúa como soporte y plataforma del cambio, así

    como nutriente y generador de prácticas innovadoras. Capitalizar

    significa aumentar el valor de los conocimientos con vistas al

    desarrollo organizacional e individual, a través de un proceso por el

    cual la organización identifica los conocimientos de su personal,

    explícitos e implícitos, los registra y luego convierte en patrimonio

    organizativo. La capitalización del conocimiento se centra en la

    importancia que el conocimiento individual y grupal tiene para la

    organización; la capacitación es una forma de capitalizar el

    conocimiento.

    4. Basada en comunidades de conocimiento.6 Las

    organizaciones actuales construyen estructuras que dan soporte a

    la creación e intercambio de lo que sabe la organización de sí

    misma. El conocimiento es un valor que se capitaliza en espacios

    abiertos, en donde los trabajadores participan y forman grupos y

    comunidades con el propósito de aprender, generar y divulgar

    nuevos saberes que contribuyan a la innovación organizacional. La

    4 Mertens, 1999; Fainholc, 2000; Amidon, 2000; Villafaña Figueroa, 2001. 5 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 1999. 6 Villafaña, 2001; Fainholc, 2000; Villafaña Figueroa, 2001.

  • 11

    capacitación no se reduce a horas presenciales en el aula: es

    producto de la reflexión y el apoyo en la práctica del trabajo, y del

    autoaprendizaje.

    5. Orientada a ver el aprendizaje permanente.7 Los

    trabajadores aprenden haciendo y el lugar de trabajo también es un

    lugar de aprendizaje. La disociación entre escuela y trabajo

    constituye, en los sistemas tradicionales de capacitación, su

    principal punto débil. En efecto, si en los centros laborales se lleva a

    la práctica lo que los individuos aprenden en los recintos escolares,

    los esfuerzos capacitadores tienen un alcance aislado, de corta

    duración: serían una herramienta sólo para perfeccionar los

    conocimientos previos. Sin embargo, el cambio constante en la

    demanda, la tecnología, la organización del trabajo, entre otras

    cuestiones, requiere la adaptación continua de las competencias

    laborales. La capacitación se sitúa en una perspectiva más amplia:

    ha de concebirse como un proceso de largo plazo que abarca la

    vida productiva del individuo y la acumulación de conocimientos y

    habilidades, a fin de que amplíe sus horizontes laborales y

    personales.

    6. Fundamentada en un esquema proactivo.8 Es un lugar

    común de las reflexiones sobre la vida de las organizaciones que

    éstas tienden a tener miras estrechas y a no prever en general las

    tendencias a largo plazo ni a ajustar a ellas su capacitación. Los

    procesos de capacitación orientados hacia lo inmediato, sin

    perspectiva para mediano o largo plazos, se encuentran

    imposibilitados de responder frontalmente a las dinámicas laborales

    de la actualidad, caracterizadas por las profundas transformaciones

    e innovaciones de diversa índole. La capacitación reactiva se

    7 Bronner, Bridget y Delaney, 2002. 8 Fletcher, 2000; Goldstein y Ford, 1998; Rodríguez Fernández, 1995.

  • 12

    fundamenta en las necesidades que presenta el trabajador para su

    desempeño laboral. La capacitación proactiva, en cambio, trata de

    anticiparse a fin de responder a los planes futuros de la

    organización mediante programas que desarrollan aquellas

    competencias que habrá de requerir el personal. Así, la capacitación

    se concibe en términos estratégicos dirigida al cumplimiento de los

    objetivos institucionales presentes y futuros. En suma, el proceso

    capacitador debe cimentar sus esfuerzos en forma proactiva, de

    manera que permita analizar las alternativas futuras de acción y

    seleccione aquellas que se convertirán la en plataforma para tomar

    decisiones presentes.

    7. Apoyada en los procesos.9 La puesta en marcha de un

    programa de capacitación no garantiza que el personal adquiera los

    conocimientos, las habilidades y las actitudes acordes a las

    exigencias laborales. Se requiere contar con un programa orientado

    a la evaluación que diseñe, verifique y registre en forma sistemática

    el proceso capacitador con base en tres momentos: diagnóstico,

    continuo y global. La evaluación que pretenda ser integral tiene que

    desarrollar una relación con el programa en términos constructivos

    de colaboración: hay que eliminar el componente sancionador del

    aprendizaje. Este enfoque supone considerar a los administradores

    del conocimiento o facilitadores, a las competencias, al programa

    desde su estructura y los resultados desde un punto de vista que

    valore costos, beneficios, oportunidades, enfoques, entre otras

    dimensiones. El proceso, así, debe ser sistémico y a la vez

    sistemático.

    9 Organización Internacional del Trabajo, 2003; Póstuma, 2002; Sloman, 1994.

  • 13

    8. Inscrita en una estructura de incentivos.10 Desvincular la

    capacitación de los incentivos disminuye el interés de los

    empleados por capacitarse. La acción capacitadora no es neutra se

    inscribe en un terreno de intereses y compromisos. No basta con

    elaborar un aceptable programa de capacitación, con instructores

    capaces, materiales pertinentes y ritmos de trabajo equilibrados; se

    requiere, además, vencer las resistencias que puedan generarse

    por parte de los vicios potenciales. Deben establecerse los

    incentivos correctos para que la capacitación deje de ser vista como

    una simple obligación, como un listado de cursos que no reportan

    beneficios a los empleados. El proceso capacitador, por ello, debe

    estar inscrito en un campo de acuerdos posibles entre diferentes

    actores para que la acción sea factible y genere el compromiso y la

    participación de los trabajadores.

    1. Orientada por la demanda 2. Basada en competencias laborales 3. Orientada a capitalizar el conocimiento 4. Basada en comunidades de conocimiento 5. Orientada a ver el aprendizaje permanente 6. Fundamentada en un esquema proactivo 7. Apoyada en los procesos 8. Inscrita en una estructura de incentivos

    Las ideas actuales sobre la capacitación concuerdan en varios puntos

    Experiencias recientes en México

    Los puntos delineados arriba ofrecen una visión no exhaustiva pero

    sí suficientemente iluminadora de lo que sucede en la materia. No

    es que la capacitación deba ceñirse a los rasgos que distinguen el

    ámbito de los consensos globales. Pero tampoco pueden ignorarse:

    por eso la capacitación está situada en el centro de debates

    decisivos y apremiantes. No hay peor escenario que repetir errores 10 Banco Interamericano de Desarrollo, 2001; Broner, Bridget y Delaney, 2002; Pain, 2001.

  • 14

    pasados por no haber atendido el llamado del mundo. Además, la

    innovación en los enfoques y las prácticas de la capacitación

    empiezan a extenderse en el medio mexicano.

    En el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e

    Informática, la Comisión Federal de Electricidad y el Instituto

    Nacional de Migración se han adoptado, en sus esquemas de

    capacitación, algunos de los atributos referidos. Capitalización del

    conocimiento, certificación de competencias laborales y esquemas

    de capacitación continua con base en estándares fijados de manera

    consensuada por los sectores laboral, productivo y educativo,

    constituyen sus características principales.

    Llama la atención en el paisaje ofrecido por el sector público

    mexicano el audaz esquema del Instituto Mexicano del Petróleo –en

    el sector privado ésta es una práctica que se extiende

    progresivamente. De cualquier manera, con independencia de cómo

    ocurra en otros sitios, el debate de la capacitación ha llegado al

    Instituto Federal Electoral, y aquí es dónde se emprende esa tarea.

  • ●●

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    2. ¿Cuáles son los retos de la capacitación en el Instituto Federal Electoral?

    Mirada preliminar

    Desde su origen, en 1990, el Instituto Federal Electoral ha

    procurado que el desempeño y la condición de sus trabajadores se

    caractericen por el profesionalismo y la preparación. Si bien es

    verdad que esta preocupación se ajusta en lo fundamental a lo

    realizado a propósito de los miembros del servicio profesional

    electoral,11 también comprende los esfuerzos que han llevado a

    capacitar a los trabajadores de la rama administrativa. Concebida

    como una obligación, tanto proporcionarla por parte del Instituto,

    como recibirla por parte del trabajador, la capacitación ha vivido

    diferentes etapas durante los años en que el Instituto ha participado

    activamente en la democratización del país y en la introducción de

    formas de trabajo guiadas por principios estratégicos de desarrollo

    institucional.

    En una primera etapa, a través de convenios de colaboración

    entre la Dirección Ejecutiva de Administración (DEA) –órgano

    responsable de diseñar y ejecutar esas actividades– y el Instituto de

    Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado

    (ISSSTE), se impartieron cursos a los trabajadores adscritos al

    régimen administrativo. Durante esa etapa, las tareas de

    capacitación se organizaron en cursos dispuestos en cuatro áreas: 11 El Servicio Profesional Electoral (SPE) del Instituto Federal Electoral a partir de 1993 es un servicio civil de carrera integrado por toda una serie de proceso de ingreso, formación y evaluación; promoción, asenso e incentivos y sanciones. Destaca en este sentido el Programa de Formación y Desarrollo, que da el contenido académico del SPE.

    JavierÍndice

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    desarrollo humano, administración, secretariales y computación.

    Orientada a desarrollar habilidades consideradas necesarias en la

    vida institucional, esta modalidad de trabajo sirvió durante este

    periodo para que el Instituto diera respuesta al mandato legal en la

    materia.

    Con la creación, en 1998, del Centro de Formación y

    Desarrollo (CFYD) se abre una segunda etapa. Se añade a los

    convenios señalados, el apoyo al proceso capacitador a través de

    líneas de acción, conocimientos, habilidades y actitudes. Tanto los

    trabajos de la primera etapa, como lo realizado durante la segunda,

    han contribuido a que el Instituto acumule activos en el saber y el

    saber hacer de sus recursos humanos.

    Si bien el presente documento se circunscribe al Programa

    de capacitación del personal de la rama administrativa, debe

    señalarse que en la actualidad las direcciones ejecutivas, unidades

    técnicas y órganos desconcentrados realizan actividades de diversa

    índole en materia de capacitación. Todos esos empeños, orientados

    a potenciar conocimientos, habilidades y actitudes de sus recursos

    humanos, configuran un cuadro diverso y complejo de la

    capacitación en el Instituto. En esta diversidad se encuentra una de

    sus riquezas y también sus principales retos. Enfrentar estos últimos

    supone examinar la magnitud del universo atendido y la operación

    interna, que varía de un proceso capacitador a otro.

    En materia de capacitación el esfuerzo que se requiere

    desplegar es, ante todo, extenso y demandante. La población a la

    que de acuerdo con la legislación vigente hay que otorgar

    capacitación está distribuida a lo largo de todo el territorio nacional,

    en órganos centrales y desconcentrados (32 juntas locales y 300

    distritales más oficinas municipales y centros regionales). La obra

  • ●●

    17

    capacitadora en el Instituto enfrenta un gran reto: habrá que ofrecer

    el servicio abarcando con equidad y eficiencia al conjunto de la

    población, sin que ello vaya en menoscabo de la unidad tanto de

    objetivos y como en lo que hace a la concepción que la orienta.

    La magnitud de la población a la que hay que dar el servicio

    de capacitación y el grado de especialización laboral que existe en

    el Instituto llevaron a que las actividades de capacitación se

    distribuyeran de acuerdo con las áreas que lo forman. En el Instituto

    se destina presupuesto para capacitación en 15 áreas;12 si esta

    diversificación de las tareas contribuye a generar capacitación

    pronta, eficiente y pertinente, en tal circunstancia esta asignación de

    labores deberá considerarse un acierto dado su alto índice de

    desconcentración capaz de responder a las necesidades de

    capacitación de cada área. En todo caso, debe cuidarse su

    orientación estratégica. El calibre del empeño que requiere ser

    llevado a la práctica en el Instituto obliga a considerar con

    detenimiento la forma de optimizar los recursos que se destinan a

    esta actividad.

    Las labores desarrolladas han sido continuas y sistemáticas.

    Con todo, las exigencias en el ámbito del trabajo son cada vez más

    demandantes: los conocimientos adquiridos en los recintos

    escolares pierden vigencia con prontitud y se vuelven más

    especializadas las habilidades requeridas para desempeñar de

    manera competente los quehaceres específicos del puesto. Las 12 Áreas del Instituto Federal Electoral que recibieron presupuesto para capacitación en 2002: Presidencia del Consejo; Secretaría Ejecutiva; Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores; Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos; Dirección Ejecutiva de Organización Electoral; Dirección Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral; Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica; Dirección Ejecutiva de Administración; Coordinación de Comunicación Social; Coordinación de Asuntos Internacionales; Contraloría Interna; Unidad Técnica de Servicios de Informática; Centro de Formación y Desarrollo; y, Juntas Locales Ejecutivas y Juntas Distritales Ejecutivas.

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    18

    oportunidades no aprovechadas se convierten en costos para el

    largo plazo. Las profundas transformaciones en el mundo laboral

    plantean desafíos que precisan respuestas. El Instituto Federal

    Electoral tiene ante sí la oportunidad de dar un nuevo impulso a la

    capacitación. Para ello, es necesario identificar sus retos principales

    de capacitación, e identificar los puntos donde resulta oportuno

    intervenir.

    Los retos

    La capacitación se concibe como un proceso cuyas etapas típicas

    se reproducen en el siguiente gráfico. Este esquema se emplea

    aquí con el propósito de identificar los retos de la capacitación en el

    Instituto.

    Gráfico 1. Proceso de capacitación

  • ●●

    19

    Diagnóstico

    de necesidades

    Diseño del programa de capacitación

    Ejecución del programa de capacitación

    Evaluación y seguimiento

    El proceso de capacitación incluye cuatro etapas

    primer reto El Instituto Federal Electoral enfrenta el reto de concebir un procedimiento que detecte las necesidades de capacitación correspondientes a los fines institucionales.

    En su forma actual, el diagnóstico de necesidades de capacitación,

    que está abierto a las voces de quienes en él participan, está

    concebido como un procedimiento orientado a agregar diferentes

    puntos de vista sobre lo que se requiere para integrar el programa

    anual de capacitación. Una de las principales fortalezas del

    procedimiento actual es que permite responder con rapidez a los

    planteamientos que se formulan por su medio. El cuestionario para

    la “Detección de necesidades de capacitación del personal de la

    rama administrativa” resulta especialmente útil para integrar la

    demanda de los cursos. Por su parte, el instrumento denominado

  • ●●

    20

    “Evaluación anual del desempeño”13 se espera que funcione como

    un complemento para la elaboración del diagnóstico de

    necesidades, y permita articular los procesos de integración de la

    demanda con la perspectiva estratégica que requiere el Instituto.

    En el cuestionario se solicita, a quien habrá de llenarlo, que

    elija entre los cursos previamente organizados en tres áreas

    temáticas: administrativa, especializada y cómputo. Probablemente

    con el propósito de mantener dentro de márgenes manejables las

    demandas o necesidades de capacitación, la detección de

    necesidades se forma con una pregunta semicerrada (opción

    múltiple organizada en tres categorías).

    De acuerdo con las actividades que se realizan en esa área de

    trabajo, ¿qué cursos requiere el personal para elevar la eficiencia

    laboral? [versión que se envía a los coordinadores administrativos

    de los órganos desconcentrados]

    De acuerdo a las actividades que realiza en su área de trabajo,

    ¿qué cursos requiere para elevar su eficiencia laboral? [versión

    que se envía a los coordinadores administrativos de las oficinas

    centrales]

    Con base en el menú de cursos, se escoge un máximo de

    tres por cada trabajador. Los integrantes de la rama administrativa

    seleccionan los cursos de su preferencia, según la lista presentada,

    con base en aquello que cada área necesita. Aunque está abierta la

    posibilidad de optar por un curso que no se encuentra en el menú,

    en los hechos es poco probable que sea considerado en el

    programa de capacitación, dado su peso cuantitativo en el

    agregado.

    13 Este cuestionario y la evaluación anual se aplican a la mayoría del personal del área administrativa del IFE por la Dirección Ejecutiva de Administración.

  • ●●

    21

    Por su parte, en la evaluación anual del desempeño se pide a

    los evaluadores que registren las necesidades de capacitación en el

    puesto. En este caso, el registro no se ajusta a una oferta

    predeterminada; está abierta la posibilidad para que los evaluadores

    elijan los cursos que estimen convenientes. La cédula se somete a

    un análisis. Con este último se habrán de determinar las acciones

    que se requieren en materia de capacitación y sus destinatarios.

    Señaladas sus fortalezas, parece oportuno considerar una

    dificultad particular. El procedimiento actual supone que el hecho de

    sumar los puntos de vista de quienes responden el cuestionario

    equivale a identificar necesidades en materia de capacitación. Hay

    un supuesto de identidad y “coherencia” entre el mecanismo de

    agregación y la determinación de necesidades. El problema es que

    si bien es cierto que se detectan necesidades; no está claro si éstas

    corresponden a los requerimientos y fines del Instituto. Más

    provechosa resulta concebir las necesidades de capacitación como

    una cuestión de interés colectivo dentro del Instituto, y el afán

    capacitador como el que se dirige a atender los intereses de este

    último. Los puntos de vista que el procedimiento actual permite

    integrar poseen, una visión legítima y digna de ser tomada en

    cuenta. Lo que se requiere es un procedimiento que logre, en primer

    término, depurar y articular propuestas elaboradas con mejor

    especificidad y dirigidas con mayor concordancia a las necesidades

    definidas; una vez realizado lo anterior cobra sentido el problema de

    agregar los puntos de vista mencionados. Si la detección es la

    etapa clave para asegurar la pertinencia del cometido capacitador,

    el Instituto tiene ante sí la oportunidad de mejorar este aspecto del

    proceso.

    Todo propósito en materia de capacitación debe

    complementarse con mecanismos para refinar y robustecer esta

    La detección es la etapa clave para asegurar la pertinencia del cometido capacitador,

  • ●●

    22

    fase. La detección de necesidades en el Instituto está dirigida a

    determinar qué capacitación se requiere –dirigida a la definición de

    contenidos y objetivos– y quién debe recibirla. Además de ello,

    resultaría altamente enriquecedor el determinar hacia qué debe

    dirigirse en los diferentes ámbitos del Instituto; dónde se deben

    concentrar los esfuerzos (organización geográfica, especialmente

    relevante para el Instituto) y cuándo capacitar (urgencia y prioridad).

    Con el procedimiento vigente en el Instituto se consigue

    integrar con efectividad la demanda y elaborar la programación de

    cursos. Pero, debido a que el cuestionario obtiene la información

    cerrando las opciones a las propuestas existentes, resulta difícil

    diversificar las propuestas de definición de necesidades y, sobre

    todo, dificulta asegurar una perspectiva estratégica de la

    capacitación (dado el procedimiento de agregación descrito líneas

    arriba). Como se expone más adelante, la forma en que se

    encuentra organizada la oferta de cursos proviene de la primera

    etapa del programa, cuando la capacitación se basaba en

    convenios con el ISSSTE. Esta herencia ha contribuido a generar un

    modelo de capacitación impulsado desde la oferta, con dificultades

    para responder a las variaciones de la demanda y con bloqueos

    conceptuales también para dar respuesta a los desafíos que impone

    la condición laboral de la época contemporánea, centrada en la

    optimización de la inversión en capital humano y la flexibilización de

    los procesos.

    Es reconocido el hecho de que el impulso desde la oferta

    tiende a centrarse en la integración de la demanda y a desatender

    el que lo así integrado responda sistemática y eficazmente a los

    fines institucionales. En el Instituto Federal Electoral se requiere

    aprovechar la experiencia que ya se ha obtenido con el

  • ●●

    23

    procedimiento actual e introducir modificaciones de manera tal que

    la demanda tenga mayor importancia.

    De manera suplementaria, el procedimiento de detección de

    necesidades puede proporcionar una mejora significativa,

    agregando dos modificaciones. En primer lugar, el procedimiento

    puede verse fortalecido si se introducen especificaciones

    adicionales de manera que la revelación de la demanda pueda

    diversificarse geográficamente y se revierta la tendencia a

    concentrar el quehacer capacitador en la ciudad de México y,

    específicamente, en las oficinas centrales del Instituto. En segundo

    lugar, las modificaciones que se apliquen a los instrumentos

    utilizados y al procedimiento deberán suministrar información sobre

    el estado en que se encuentra el personal en materia de

    conocimientos, habilidades y actitudes.

    Sobre la base de lo anterior es posible precisar este primer

    reto. Se puede aseverar que el Instituto debería concebir un

    procedimiento que detecte las necesidades de capacitación de

    manera tal que correspondan a los fines institucionales. El examen

    anterior revela que la principal dificultad que enfrenta esta fase del

    proceso de capacitación no es de procedimiento ni de los

    instrumentos utilizados, sino de la concepción que subyace a

    ambos. Centrar las energías en los instrumentos o el procedimiento

    no cambiaría de manera significativa los resultados: el reto radica

    en redefinir la concepción sobre el diagnóstico de necesidades. Las

    modificaciones en este punto, como se expone más adelante,

    desatarían transformaciones en otros momentos del proceso.

  • ●●

    24

    segundo reto En el Instituto Federal Electoral el diseño del programa de capacitación tendrá que definirse como una traducción de los fines institucionales en una estructura curricular.

    En su forma actual, el programa de capacitación no presenta

    lo que cabalmente cabría denominar un diseño integrado en un

    mapa curricular. El esquema clasificatorio en el que se integran los

    cursos que forman el programa responde a necesidades

    relacionadas con su funcionamiento.

    Diseño curricular es un conjunto deintenciones educativas organizadas en contenidos, actividades de aprendizaje, recursos didácticos, y formas de evaluación en un tiempo determinado

    Los cursos que forman su oferta, si bien atienden un amplio

    espectro de intereses, requieren articularse con criterios de

    pertinencia y optimización de la capacitación. Se debe procurar que

    la oferta de capacitación consiga integrarse de manera tal que

    responda sistemática y eficazmente a los requerimientos actuales

    del Instituto. Se reproduce a continuación la relación de cursos que

    configuran la oferta y el esquema clasificatorio subyacente.

  • ●●

    25

    Administrativos Especializados Cómputo Inducción al IFE Maestría en Derecho

    Especialización en Derecho electoral Diplomado de habilitación y actualización de instructores en la norma técnica de competencia laboral Programación presupuestaria

    Conocimientos básicos de cómputo

    Redacción y ortografía Administración de recursos humanos

    Red IFE (correo, internet e intranet)

    Técnicas de comunicación

    Administración de recursos financieros

    Windows

    Manejo de conflictos Administración de recursos materiales

    Word

    Desarrollo organizacional

    Planeación estratégica Excel

    Calidad en el servicio Formación de instructores Power Point Legislación laboral Técnicas de dirección y

    liderazgo Access

    Evaluación de proyectos administrativos

    Fox Pro

    El esquema sobre el cual se organizan los cursos parece

    apropiado para responder a necesidades de capacitación de una

    fase en que lo principal radicaba en proveer al grueso de la

    población objetivo habilidades técnicas e instrumentales

    consideradas indispensables en la administración pública. No

    obstante, en la actualidad ese propósito debe considerarse

    insuficiente si se considera lo ya alcanzado. Además de los

    requerimientos de capacitación altamente especializada que existen

    en las diferentes áreas del Instituto, la inversión en capital humano

    puede acrecentar sus beneficios si se aprovecha la oportunidad de

    dotar de coherencia y sentido estratégico a la capacitación. La tarea

    que debe enfrentarse en esta materia es la de un diseño ajustado a

    los desafíos de la actualidad.

    Cabe recordar que, en su forma típica, el diseño de un plan

    de capacitación se elabora con base en los resultados obtenidos del

    diagnóstico de necesidades; contiene el conjunto de programas

    específicos que lo integran, ordenados por áreas, niveles de

    ejecución y la especificación de actividades implicadas, asimismo

    comprende los lineamientos y procedimientos para su ejecución. El

    El diseño hace referencia a la estructuración y organización de fases y elementos para potenciar los conocimientos, las habilidades y las actitudes en función de los objetivos institucionales.

  • ●●

    26

    diseño hace referencia a la estructuración y organización de fases y

    elementos para potenciar los conocimientos, las habilidades y las

    actitudes de los trabajadores en función de los objetivos

    institucionales.

    La integración de la oferta de capacitación:

    • debe poseer flexibilidad para reconocer variaciones en

    las necesidades, pero no sacrificar coherencia en el

    conjunto;

    • debe resistirse a elaborar trayectorias rígidas de

    capacitación por individuos,

    • debe perseguir el propósito de que dichas trayectorias

    se sigan por quienes participan en procesos de trabajo

    con requerimiento de capacitación identificables;

    • debe estar orientado a la actualización permanente,

    sin perder de vista que los saberes básicos

    constituyen una necesidad que debe atenderse de

    manera constante; y, por último,

    • debe aprovechar la inversión ya hecha en capital

    humano, a la vez que reconocer con claridad los

    requerimientos que deben enfrentarse.

    Los retos que afronta el Instituto Federal Electoral en el

    diseño del programa de capacitación son semejantes a lo que

    sucede en el resto del mundo. En el terreno del trabajo es cada vez

    más frecuente el cambio de los perfiles ocupacionales; y los

    conocimientos, las habilidades e incluso las actitudes requeridas

    para desempeñarse de manera competente en los centros de

    trabajo están inscritos en un ambiente de permanente renovación.

    El programa de capacitación del Instituto, una vez abierta la

    oportunidad de someter a revisión el diseño, deberá adoptar una

  • ●●

    27

    perspectiva que se oriente a generar los conocimientos, habilidades

    y actitudes que se consideren estratégicos para el desempeño de la

    autoridad electoral federal mexicana; deberá dejarse atrás la

    concepción que pone el énfasis en la respuesta a las necesidades

    que aparecen en el corto plazo. El diseño del programa deberá

    concebirse en lo fundamental para anticipar los problemas y las

    necesidades, no para responder a sus manifestaciones externas.

    tercer reto En el Instituto Federal Electoral la capacitación enfrenta el reto de que su ejecución sea concebida como un mecanismo que mejore la coordinación de intereses.

    La ejecución del programa de capacitación de la rama

    administrativa se concibe restrictivamente como el cumplimiento de

    los cursos y demás actividades calendarizadas. Los trabajos se

    ciñen a que los cursos programados se lleven a cabo de acuerdo

    con lo planeado.

    El concepto de ejecución de un programa de capacitación

    hace referencia a la manifestación práctica del programa; los cursos

    ofrecidos, la población atendida y el conjunto de apoyos logísticos

    efectuados para ejecutarlo constituyen sus aspectos cruciales.

    Poner en marcha exitosamente un programa así supone la

    coordinación de intereses, esfuerzos y tiempos del personal

    involucrado en la realización de los eventos.

    En el Instituto Federal Electoral la coordinación de tiempos y

    actividades asociadas a la capacitación no presenta problemas. En

    efecto, cuestiones que en el orden práctico se revelan decisivas,

    JavierÍndice

  • ●●

    28

    tales como informar con anticipación a los trabajadores y

    responsables de área la programación de los eventos, prevenir los

    contratiempos que puedan surgir para no interrumpir la

    programación (sustitución de instructor, cambio de aula, cambio de

    horario, entre otras) o verificar las necesidades del instructor en

    cuanto a equipo y material didáctico se llevan a cabo de manera

    efectiva y puntual. En este aspecto existe certeza instrumental y

    procedimental.

    Los aspectos por atender en esta fase del proceso

    corresponden a la coordinación de intereses institucionales y a la

    orientación centralista. En lo que se refiere al primer aspecto, si bien

    el programa opera con eficacia, se requiere optimizar las tareas de

    capacitación: que el empeño conferido a esta labor se dirija a donde

    más necesidad haya y mayor sea la oportunidad de

    aprovechamiento. El impulso desde la oferta genera el contexto de

    incentivos para que lo relevante sea que se formen los grupos,

    independientemente de que los participantes estén o lleguen a estar

    interesados. (No es que los trabajadores del Instituto no tengan

    deseos de capacitarse o que haya apatía entre ellos.) En último

    término, esto no puede saberse con certeza; es más claro, en

    cambio, que el procedimiento actual no permite asegurarlo. La

    manera en que se integran los grupos conduce a que el interés de

    los cursos termine dependiendo de la habilidad didáctica de quienes

    los imparten.

    Está claro que este resultado se relaciona con la manera en

    que opera la detección de necesidades: debido a que esta última

    ocurre como el producto de puntos de vista que se agregan, pero no

    se depuran en espacios de interlocución –donde puedan precisarse

    objetivos de mayor especificidad para los requerimientos

    institucionales–, el hecho de que los participantes estén interesados

  • ●●

    29

    es un resultado altamente incierto. De esta manera se entiende que

    quienes asisten a los cursos no siempre sean los adecuados, una

    vez considerado su perfil profesional y laboral. No se trata de un

    problema de actitudes o de sensibilizar a los trabajadores; hay que

    desactivar la lógica que conduce del impulso desde la oferta a la

    integración circunstancial de los grupos. El reto consiste en asignar

    a la demanda un nuevo papel en el proceso.

    El segundo aspecto por atender en la ejecución del programa

    es la orientación centralista. La capacitación ha de llegar a todos los

    trabajadores que la requieran, independientemente del lugar en que

    se encuentren. En el programa de capacitación los trabajos se

    condensan en el personal administrativo de los órganos centrales.

    De la misma manera que la ejecución en su forma actual no opera

    en un contexto de incentivos que fomente la articulación de

    intereses entre las áreas, tampoco lo hace desde el punto de vista

    geográfico. Los órganos desconcentrados tienden a quedar fuera de

    las tareas de capacitación que coordina el programa.14 Es revelador

    que la capacitación que reciben los órganos desconcentrados del

    Instituto Federal Electoral proviene, todavía en la actualidad, del

    ISSSTE.

    El reto que enfrenta esta etapa del programa de capacitación

    radica en concebir la ejecución como un proceso orientado a la

    coordinación de intereses. Se deben aprovechar las fortalezas

    existentes de la ejecución del programa, la adecuación de las

    instalaciones y la eficacia en la elaboración de calendarios y

    programas. En la tercera etapa de la capacitación en el Instituto es

    necesario que la ejecución sea concebida desde el punto de vista

    14 Es pertinente observar que en la programación financiera anual, las Juntas Locales y Distritos Electorales se las asigna un monto específico para capacitación laboral; sus contenidos, temas y demás factores son definidos por ellos mismos.

    La capacitación ha de llegar a todos los trabajadores que la requieran, independientemente del lugar en que se encuentren.

  • ●●

    30

    de coordinación de intereses y no sólo, o principalmente como una

    actividad centrada en el cumplimiento del calendario anual de

    actividades de capacitación.

    cuarto reto La capacitación en el Instituto Federal Electoral enfrenta el reto de articular los procedimientos de la evaluación con la toma de decisiones.

    En el Instituto, la evaluación está concebida como compendio

    cuantitativo de la enseñanza y el aprendizaje y los aspectos

    logísticos de la ejecución. Esta concepción requiere ser considerada

    a la luz de la necesidad de que la evaluación contribuya a la toma

    de decisiones.

    Los instrumentos empleados para evaluar obedecen a una

    concepción orientada a registrar los conocimientos adquiridos por

    los capacitantes, así como el desempeño de los instructores. Los

    cursos correspondientes al área de cómputo, por ejemplo, cuentan

    con un criterio dirigido a evaluar a los asistentes: se aplica un

    examen de conocimientos y a quienes aprueban se les entrega una

    constancia de aprovechamiento. También los capacitadores son

    objeto de evaluación en relación con su desempeño. En algunos

    cursos administrativos, el instrumento se emplea para evaluar a los

    instructores (su desempeño y actitud son justipreciados por los

    asistentes) y a los capacitantes, por medio de un examen de

    conocimientos. En el Instituto se evalúa al capacitante y al

    capacitador; y ello puede contribuir a tomar decisiones para mejorar

    la impartición de cursos. Pero, por otra parte, el programa de

    capacitación no está sujeto a mecanismos de evaluación, lo cual

    La evaluación requiere articularse con la toma de decisiones en diferentes niveles. Por ello es menester que comprenda al trabajador, al suministrador de la capacitación y al programa en su conjunto.

  • ●●

    31

    impide someter a revisión la operación en conjunto del programa,

    incluida la evaluación señalada líneas arriba.

    En el Programa de capacitación del personal de la rama

    administrativa se indica que los trabajos han de concentrarse en

    tres aspectos: a) enseñanza orientada a los objetivos

    institucionales, b) cambio de comportamiento y actitudes laborales y

    c) dotar al usuario del conocimiento de técnicas en informática. Para

    introducirse en el complejo terreno de evaluar el cumplimiento en

    los mencionados aspectos –dando por sentado que constituyen los

    objetivos que deberían perseguirse–, se requiere llevar a cabo un

    diseño de evaluación que permita observar tanto si los trabajos

    están dando resultados, qué resultados dan y qué grado de

    aproximación existe con lo definido como objetivo. La evaluación

    requiere articularse con la toma de decisiones en diferentes niveles.

    Por ello, es necesario que comprenda al trabajador, al suministrador

    de la capacitación y al programa en su conjunto. Ante los desafíos

    del mundo contemporáneo; se ha abierto la oportunidad de que la

    evaluación desempeñe un papel de guía en la conducción del

    programa.

    El reto consiste en articular los procedimientos evaluatorios

    con la toma de decisiones: la evaluación tiene que concebirse

    conforme a una perspectiva estratégica. Probablemente deban

    enfrentarse resistencias derivadas del hecho de que, en la cultura

    organizacional vigente, la evaluación tiende a asociarse con el

    riesgo laboral. Como se expuso antes, meros ajustes en la parte

    instrumental o procedimental de esta fase del proceso de

    capacitación constituyen opciones limitadas; la evaluación ha de

    concebirse como un conjunto de dispositivos para la obtención,

    descripción y suministro de información utilizable en la toma de

    decisiones.

  • ●●

    32

    Sumario

    Todo planteamiento que se formule sobre la capacitación en el

    Instituto Federal Electoral debe partir del reconocimiento de lo que

    ya ha sido llevado a la práctica; no se parte de cero. Aun

    considerando la energía que se ha entregado a esta tarea y la

    magnitud del esfuerzo que debe desplegarse, es un hecho que el

    Instituto, interesado a lo largo de su existencia en acrecentar la

    calidad de su desempeño mediante el fortalecimiento de su

    personal, requiere dar un nuevo impulso a la capacitación.

    El reto principal estriba en elaborar una concepción de la

    capacitación que, recuperando y aprovechando lo ya hecho, permita

    generar una iniciativa dirigida a la calidad y el compromiso y en la

    que el referente imperioso sean los principios del Instituto. Las

    dificultades que se enfrentan están relacionadas con limitaciones

    provenientes de las primeras etapas, periodo en que la capacitación

    debía presentar un cierto perfil. Debido a que existe en el Instituto

    un proceso de capacitación, definido en el Programa anual de

    capacitación para el personal de la rama administrativa, ha sido

    posible en las páginas precedentes utilizar el modelo del proceso de

    capacitación, con el propósito de identificar los puntos de

    intervención de mayor alcance.

    El examen revela que tanto en el diagnóstico de necesidades

    como en el diseño, la ejecución y la evaluación del programa, los

    retos se asocian a vincular mejoras en cada una de esas fases con

    una nueva concepción rectora, que efectivamente contribuya a dar

    el impulso que en la actualidad se requiere. Modificaciones de

    procedimiento en la detección de necesidades y en los mecanismos

    de coordinación de intereses en la fase de la ejecución, apoyadas

    por un procedimiento que permita integrar una estructura curricular

  • ●●

    33

    efectiva y con la cual se comprometan todos los participantes,

    rendirán beneficios en la calidad del servicio y en la integración

    organizativa que se requiere para que la capacitación adquiera

    mayor pertinencia. En síntesis, los procesos que constituyen en

    conjunto el acto capacitador en el Instituto deberán estar vinculados

    entre sí.

    Para generar el nuevo impulso de la capacitación en el

    Instituto es necesario reconocer las limitaciones que entraña el

    actual modelo de impulso desde la oferta. La principal de estas

    limitaciones es la dificultad que encierra vincular la capacitación en

    su forma actual con los fines del Instituto. Se necesita transformar la

    concepción rectora del proceso de capacitación en su conjunto. Hay

    que pasar de la idea de que la capacitación es algo que se tiene

    que hacer a la idea de que el Instituto requiere una capacitación a la

    altura de sus necesidades y proyección histórica institucional.

    Si la capacitación en el Instituto Federal Electoral no

    responde con suficiencia a los retos de la actualidad, ello obedece a

    limitaciones de la concepción vigente, vinculada con una etapa de la

    capacitación que ha sido superada. La capacitación a que se refiere

    el presente documento está urgida de pertinencia institucional. El

    nuevo impulso a la capacitación en el Instituto se basará en un

    diseño que propicie el compromiso de los participantes y la

    coordinación de intereses.

    Por tanto, se requiere transformar la concepción rectora del

    proceso de capacitación. Tal es lo que se expone en el siguiente

    capítulo.

  • 34

    3. La concepción rectora: en el marco de lo concebible

    Visión estratégica

    La capacitación debe concebirse según una orientación

    fundamentalmente práctica y de largo alcance. Debe asegurar

    pertinencia institucional; es decir, ha de fincar vínculos de manera

    provechosa con los fines del Instituto, y al mismo tiempo considerar

    el punto de vista del trabajador. De este último, la institución espera

    creatividad, disposición y compromiso, y la concepción que se

    proponga deberá estimular todo ello.

    La capacitación debe concebirse desde la innovación y para

    la innovación. Tal como se ha practicado hasta la fecha en diversos

    ámbitos laborales del país, la capacitación se circunscribe a un

    conjunto de necesidades identificadas con frecuencia para el corto

    plazo y con miras sólo a los programas de trabajo vigentes, lo que

    entraña una comprensión limitada de la orientación práctica. La

    pertinencia institucional se confunde con las preocupaciones del

    momento y con las urgencias de corto plazo.

    Por el contrario, la concepción que guíe el empeño

    capacitador debe caracterizarse por ser un instrumento útil, al

    servicio de la eficiencia, prestigio y liderazgo del Instituto, de los

    individuos que lo integran y a la vez le confieren identidad y fuerza;

    y debe también servir al conjunto de instituciones de la sociedad: ha

    de constituir un instrumento para servir por igual a la vida individual

    JavierÍndice

  • 35

    y familiar y a enriquecer la vida pública. En pocas palabras, el

    esfuerzo de capacitación habrá de ser práctico, amplio y generoso.

    La nueva concepción que podría adoptar el Instituto deberá

    partir de bases formuladas con solidez. Deberá admitir en primer

    término que los conocimientos y habilidades transmitidos por el acto

    de capacitación entran en contacto con otros conocimientos y

    habilidades, con frecuencia negados e ignorados, puesto que

    muchos suponen que el único saber que cuenta lo porta el

    capacitador –y que por ello será transferido al capacitando–. En la

    práctica este supuesto debe ser sometido a cuestión: los

    trabajadores poseen ya conocimientos y habilidades, aunque los

    programas de capacitación tiendan a no reconocerlos. Esto último

    entraña una situación problemática por partida doble.

    En primer lugar, a pesar de que se han dado los primeros

    pasos en el país para revertir esta situación, en términos generales

    no se han creado las condiciones para que sea reconocido y

    valorado el saber que ya está presente en la práctica laboral de

    organismos e instituciones. Lo que la gente sabe, puesto que lo

    hace, no tiene reconocimiento, excepto en círculos y prácticas

    informales de las instituciones. El capital depositado en esos

    conocimientos y capacidades se aprovecha en un sentido, pero no

    en todos.

    En segundo término, y a raíz de lo anterior, las

    organizaciones aprovechan capacidades y saberes que están

    presentes y han adquirido vigencia en el funcionamiento de una

    institución, pero no se sabe nada de ello. La práctica laboral supone

    lo que se ha dado en llamar un saber implícito: en aquellos casos en

    que no podría desarrollarse una práctica laboral a menos que su

    responsable poseyera ciertos conocimientos y habilidades, se está

  • 36

    ante un saber implícito, un valor no reconocido, un capital

    intelectual. Pero por lo regular ni los individuos tienen una clara

    percatación de lo que poseen ni las instituciones han adoptado la

    perspectiva de reconocerlo. Individuos e instituciones por igual

    desconocen lo que en efecto saben; y por eso se ha bloqueado la

    posibilidad de que se convierta en patrimonio de ambos.

    Las consecuencias de esta situación problemática son fáciles

    de enumerar. La inversión en capital humano no se aprovecha

    suficientemente; los cuadros mejor preparados emigran a otros

    espacios laborales y la institución no se enriquece en grado

    suficiente con los conocimientos que, si bien implícitos, se producen

    y reproducen de forma incesante en su interior.

    La concepción que adopte el Instituto en materia de

    capacitación deberá responder al reto de fortalecer por igual a la

    institución y a sus integrantes. Debe reconocer también aquellas

    situaciones en las que aquello que resulte benéfico, provechoso y

    productivo para el Instituto lo sea también para los individuos. Debe

    reconocer, así mismo, los saberes ya vigentes y promover su

    ampliación, y de igual forma introducir métodos y procedimientos

    para registrar, difundir, consolidar y enriquecer los conocimientos y

    habilidades que se encuentran en estado implícito en la práctica

    laboral. Se trata de una tendencia que en los hechos está

    dominando las corrientes de la capacitación en el mundo, incluso en

    ciertos ámbitos de México.

    La concepción rectora reconocerá la centralidad del capital

    inscrito en los conocimientos y en las competencias y el papel

    estratégico de ambos en el mercado laboral. La nueva concepción

    del empeño capacitador, al admitir que la perspectiva de los

    individuos y de la institución no es la misma pero puede ser

  • 37

    coincidente, sentará las bases para articular ambas en un enfoque

    de beneficios múltiples y recíprocos en el Instituto Federal Electoral.

    En pocas palabras, la concepción se habrá de alimentar de la

    energía y optimismo de las personas y de las capacidades y solidez

    que provea con su fuerza el Instituto.

    La concepción debe inscribirse en una perspectiva que

    reconozca la centralidad del saber de las instituciones, que

    promueva la confianza en el interior de los procesos de trabajo y

    genere climas democráticos y abiertos en los espacios laborales.

    Acrecentar el capital de los conocimientos y las competencias

    supone que las instituciones adquieren un rostro humano:

    reconocimiento de la importancia e incluso centralidad de los

    individuos, aceptación de que el capital humano está asumiendo el

    carácter de factor crucial al establecer por igual para personas y

    organizaciones las diferencias de oportunidades.

    Hay un horizonte predominantemente gris para las

    organizaciones que no decidan incluirse en esa cadena de

    reconocimientos y dejen pasar el momento: el tiempo será también

    capital, y dejarlo pasar inevitablemente significará descapitalización

    dinámica. Entre la inmovilidad total y el riesgo de equivocarse, el

    peor escenario corresponde a lo primero; ante la incertidumbre, la

    mejor opción consiste en tomar las decisiones de manera que se

    esté suficientemente preparado en lo posible frente a los entornos

    cambiantes que se avecinan.

    La concepción que adopte el Instituto en materia de

    capacitación deberá orientarse en forma resuelta por las nuevas

    formas de capitalización y por convertir ésta en plataforma de

    mejora continua. El realismo no ha de truncar el vigor de los

    esfuerzos. Los trabajadores del Instituto deberán mejorar sus

  • 38

    oportunidades y el Instituto verse fortalecido con las aportaciones de

    sus integrantes. La capacitación será un incesante despliegue de

    capacidades, un incremento continuo de los ámbitos y espacios en

    que el Instituto y sus integrantes desarrollan capacidad: manejo

    inteligente de la información y el saber, no su transmisión unilateral.

    Tal es la consecuencia ineludible de vivir en la sociedad

    contemporánea.

    Las capacidades son un requerimiento de los procesos de

    trabajo y son también una posesión de los individuos. Las

    capacidades suponen conocimientos, habilidades y actitudes de los

    individuos; suponen, además, la destreza para encontrar la solución

    a los problemas adecuada que ya ha sido producida, probada o

    experimentada por otros equipos de trabajo. Supone conectarse con

    el mundo del saber, en donde pueden encontrarse soluciones o

    proyectos ajustados a los requerimientos propios, o que en todo

    caso podrían ser utilizados en una determinada situación.

    Capacidad es conexión.

    Es la opción que concuerda con lo que el Instituto Federal

    Electoral ha sido: vanguardia de las más complejas y exigentes

    transformaciones experimentadas por el país. Ahora enfrenta, en

    nuevas condiciones, la oportunidad de volver a serlo.

    La concepción rectora

    a) Síntesis

    Para que sea rectora, la concepción debe ser aceptada y

    reconocida; a la vez estimulante y factible. Hay cuatro rasgos que

    caracterizan la concepción que se expone en las presentes páginas.

  • 39

    1) Diagnósticos certeros. La capacitación en el Instituto debe

    partir de una eficaz detección de necesidades y ésta supone una

    estrategia cuidadosa y debidamente programada. La detección de

    necesidades se orienta a identificar las competencias requeridas por

    los procesos de trabajo en el Instituto Federal Electoral y para ello

    se orienta a la identificación de cuatro componentes:

    • El proceso de trabajo

    • Las competencias requeridas por las funciones de

    dichos procesos, estén o no en posesión de los

    trabajadores

    • Los perfiles profesionales

    • Las capacidades laborales efectivamente poseídas por

    los trabajadores.

    2) Enfoque de competencias y conectividad. El diseño

    curricular se sustenta en la organización de los conocimientos. La

    visión estratégica se tiene que apoyar en una intención clara de lo

    que se busca alcanzar desde el punto de vista del aprendizaje;

    dicha intención también debe estar presente en el diseño de los

    recursos didácticos, y debe traducirse a formas de evaluación

    adecuadas a los objetivos del programa. El conocimiento ha de

    organizarse, una vez asumido que la tarea estratégica en el mundo

    contemporáneo estriba en su administración más que en su

    almacenamiento o su ubicación en círculos cerrados.

    El diseño curricular debe cubrir los déficit o insuficiencias

    entre las capacidades de las personas y las competencias

    supuestas y requeridas por los procesos de trabajo. La estrategia

    general debe incluir la creación de un sistema de información que

    alimente en forma continua la reflexión sobre el programa.

  • 40

    El enfoque del programa puede denominarse como de

    competencias y conectividad. En el Instituto hay múltiples procesos,

    identificados por el tipo de producto que generan y que requieren

    ciertas competencias: en el contexto del Instituto, dichas

    competencias resultan genéricas, puesto que pueden someterse a

    tratamientos similares. Éste es un trabajo de diseño curricular y

    requiere un esfuerzo especial por poner al servicio de esta tarea los

    mejores recursos del Instituto. Es preciso agrupar competencias

    genéricas por procesos estratégicos de trabajo, de manera que se

    puedan definir las áreas de conocimiento correspondientes a las

    competencias que requieren ser desarrolladas. Tal es el proceso

    por medio del cual se traza la estructura curricular.

    De forma simultánea, el enfoque de la capacidad es un

    requerimiento de procesos de trabajo y supone frecuentemente

    respuestas colectivas. La época actual produce más información

    codificada y registrada que ninguna otra y prácticamente cualquier

    persona puede encontrar soluciones para diversos problemas en el

    universo expansivo de la información y la comunicación

    contemporáneas. Los procesos de trabajo requieren la adquisición

    de habilidades para que los equipos desarrollen sus capacidades en

    el manejo de la información y las comunicaciones de las que

    dependen las soluciones. Las competencias laborales,

    especialmente en un organismo como el Instituto Federal Electoral,

    suponen habilidades para desempeñarse con solvencia en la

    sociedad de la información y la comunicación.

    3) Ejecución fecunda. La ejecución es un proceso abierto,

    orientado a crear grupos de aprendizaje, explicitar conocimientos y

    difundirlos. La capacitación se ejecuta con grupos que operan en el

    espacio virtual, mediante un esquema de educación a distancia, y

    grupos que operan en las áreas de trabajo. Éstas aprovechan los

  • 41

    conocimientos generados, recuperados, explicitados y distribuidos

    en los ámbitos de los grupos de aprendizaje en el espacio virtual, y

    en éste último se desarrollan esfuerzos para multiplicar el

    aprendizaje derivado de la experiencia viva de los grupos. La

    ejecución del programa se orienta a la explicitación de los

    conocimientos. Para tal propósito se requiere establecer criterios de

    manera que se imprima fidelidad a esta conversión de los

    conocimientos tácitos en conocimientos explícitos, estructurados,

    útiles y fáciles de compartir.

    4) Evaluación sensible y autosostenible. La evaluación debe

    estar al servicio de los propósitos del Instituto. Debe ser concebida

    como un espacio para mejorar la operación de quienes capacitan,

    de quienes se capacitan, de los responsables del programa y del

    programa mismo. En sí misma la evaluación es un instrumento de

    conexión entre diversos saberes. Es imprescindible trascender la

    noción de que el proceso de la evaluación es o bien

    organizativamente anodino o individualmente pernicioso. La

    evaluación debe ser capaz de contribuir a la recuperación del saber

    organizativo y de dar respuesta a necesidades institucionales.

    El plan de evaluación para el nuevo programa comprende

    tres vertientes: diagnóstica, continua y global. La primera tiene

    como objetivo identificar las competencias de los trabajadores y, a

    la vez, el rumbo de la institución. La segunda se caracteriza por

    verificar los procesos o resultados de forma sistemática y con una

    periodicidad más corta; su objetivo consiste en reorientar el

    programa mismo; en otras palabras, se evalúa desde la

    organización de objetivos, contenidos, actividades y recursos, hasta

    su impacto en los procesos de trabajo, el registro de productos y el

    programa de incentivos. Por último, la evaluación global comprende

  • 42

    los mismos elementos de la evaluación continua, pero con

    periodicidad más amplia.

    Para los tres tipos, se requiere formar un equipo especial que

    diseñe los distintos instrumentos para cada uno de los tipos de

    evaluación, guíe el trabajo en talleres, programe la aplicación de los

    instrumentos, coordine el sistema de información que se empleará

    en el seguimiento de actividades del nuevo programa y participe en

    la coordinación del esquema de incentivos y certificación.

    Los instrumentos de evaluación deben ser

    • amigables con el usuario/evaluado;

    • expansivos en cuanto posibilidades informativas y

    comunicativas;

    • predecibles y certeros en cuanto a la seriedad y rigor

    metodológico con que se elaboren;

    • de aplicación sistemática y resultados verificables por

    cualquier instancia, individual o institucional, interna o

    externa;

    • orientados a estimular el esfuerzo, sancionar

    positivamente las mejoras organizativas, los resultados

    y la conectividad, y

    • articulados con la tendencia contemporánea a

    certificar conocimientos.

    b) Realización

    Ante todo la concepción debe ser realizable. En este mismo capítulo

    se presentan tres formas distintas que puede adoptar el programa

    de capacitación. En cualquiera de ellas, hay un procedimiento

    básico que conduce a la vigencia del modelo.

  • 43

    Hay que tomar en cuenta que ninguna de las alternativas

    presentadas, al traducirse en un programa de trabajo, implica

    modificar el Código Federal de Instituciones y Procedimientos

    Electorales o presenta alguna dificultad para el marco jurídico

    existente. La condición autónoma del Instituto, traducida para estos

    efectos en el Estatuto del Servicio Profesional Electoral y del

    Personal del Instituto Federal Electoral, incluye la posibilidad de que

    la concepción rectora de la capacitación del personal sea decidida y

    practicada por el propio Instituto.

    La Dirección Ejecutiva de Administración continúa al frente

    de las tareas de capacitación. El Centro de Formación y Desarrollo,

    como unidad técnica especializada, pone a disposición del

    programa su experiencia como área de diseño e impartición de

    cursos sus recursos y esfuerzos para contribuir al buen logro del

    programa. El instrumento principal para poner en marcha esta

    concepción proviene de la creación del espacio decisional para su

    operación continua. Las decisiones operativas pueden provenir de

    la actual Comisión de Administración, o bien puede plantearse la

    creación de un Comité Especial de Capacitación, espacio creado ex

    profeso para el tratamiento de los asuntos derivados del programa,

    que pueden adquirir un grado de complejidad elevado, para el cual

    la actual Comisión de Administración, especialmente por las

    responsabilidades que ya tiene a su cargo, puede resultar un

    espacio con algunas limitaciones. El Comité Especial tendría la

    posibilidad de invitar a expertos en la materia, gestionar líneas de

    acción que probablemente no formen parte de las prioridades de la

    existente Comisión de Administración.

    Se debe poner en marcha el procedimiento para que el

    Comité (cualquiera que sea el caso) apruebe el anteproyecto de

    Programa Integral de Capacitación y éste sea presentado a la Junta

  • 44

    General Ejecutiva y al Consejo General, de cuya aprobación

    depende que el Programa adquiera condición vinculante y puedan

    iniciar sus operaciones. El Nuevo Programa Integral de

    Capacitación, una vez emitido, deberá contener, como primer paso,

    un conjunto de actividades para difundir su concepción, sus

    alcances y para que los trabajadores del Instituto identifiquen su

    propia inserción en él. El buen resultado del programa depende

    significativamente de que los integrantes del Instituto lo conozcan, lo

    comprendan y de que las áreas e individuos se incluyan en sus

    propósitos y alcances. El Centro de Formación y Desarrollo podría

    preparar, desde luego, un Programa de Difusión y Sensibilización

    para la Nueva Capacitación (o algún rótulo semejante).

    La Dirección Ejecutiva de Administración desempeña un

    papel crucial en el nuevo enfoque de la capacitación. Supervisa los

    trabajos que se lleven a cabo, prepara los informes y documentos

    que requiera el Comité de manera conjunta con el Centro de

    Formación y Desarrollo.

    Las tres opciones

    En el terreno de la práctica, la concepción rectora, delineada

    páginas atrás, puede desplegarse de diversas formas. La

    capacitación requiere una visión estratégica, es decir, una

    elaboración que aporta criterios para decisiones en ambientes

    cambiantes. La concepción, expuesta en sus trazos principales,

    sitúa al Instituto ante la tarea de definir propósitos de largo aliento.

    La concepción rectora se divide en tres variantes, no

    excluyentes, que se distinguen entre sí por otras tres características

    principales: el grado de innovación, la complejidad decisional y la

    profundidad de las innovaciones. Con base en la concepción de las

  • 45

    comunidades y redes del conocimiento, se presentan a continuación

    las tres opciones:

    • Comunidades emergentes

    • Comunidades del saber

    • Comunidades inteligentes

    Comunidades emergentes

    Comunidades del saber

    Comunidades inteligentes

    Figura 1. Hay tres variantes de la concepción rectora.

    Las alternativas deben considerarse por separado; hay que

    identificar sus principales características, reconocer alcances,

    propósitos, limitaciones, oportunidades y riesgos. Una vez

    identificadas, las opciones tendrán que someterse a comparación.

    Los capítulos 4, 5 y 6 presentan por separado los modelos.

  • 46

    comunidades emergentes

    4. Las comunidades emergentes

    Visión de conjunto

    De la concepción rectora expuesta en el capítulo anterior, se

    desprende un primer modelo, con ligeras variaciones respecto a la

    condición actual. El modelo se apoya en el logro de resultados

    expeditos y la generación de formas nacientes de intercambio de

    conocimientos, base de ulteriores redes de conocimiento.

    Las comunidades emergentes se caracterizan por poner en

    marcha un nuevo concepto de capacitación, fundado en la gestión

    del saber y la formación de las comunidades del conocimiento.

    Tales logros deberán ser debidamente valorados a la luz tanto de lo

    que se ha conseguido a la fecha en esta materia, cuanto de lo que

    se requiere y seguramente se requerirá en el futuro.

    Tres características distinguen este modelo y definen su

    orientación estratégica.

    1) Viabilidad decisional y logística. Este planteamiento reviste

    una complejidad decisional relativamente menor, de ahí que las

    comunidades emergentes puedan ofrecer resultados de manera

    pronta con base en iniciativas de resultados rápidos de proyectos,

    aspecto de especial valor en un área que requiere precisamente esa

    consideración. Es verdad que la prontitud en los resultados supone,

    no obstante, renunciar a cierto grado de complejidad y detalle en

    algunos procesos; pero es imprescindible no perder de vista el

    hecho de que esto último no implica poner en riesgo las tareas que

    JavierÍndice

  • 47

    comunidades emergentes

    resultan cruciales para el logro de los objetivos, no debe perderse

    de vista lo que se tendría que sacrificar en caso de optar por esta

    alternativa. Las comunidades emergentes representan la alternativa

    con mejoras si bien no del todo espectaculares, sí capaces dotar de

    solvencia a la tarea.

    2) Enfoque sustentado en las competencias, la conectividad

    básica y la pertinencia institucional. La concepción rectora está

    basada en un enfoque de competencias, que por lo demás influye

    las diferentes opciones expuestas en el presente documento. El

    modelo de las comunidades emergentes se organiza en torno a la

    relación entre competencias y procesos de trabajo; esto da la pauta

    para estructurar el currículum y formar los grupos de aprendizaje.

    Se sostiene en un esquema de programas –a los que podría

    denominarse Unidades Curriculares de Capacitación o un nombre

    semejante–, elaborados sobre el fundamento de los requerimientos

    de competencias. Las Unidades Curriculares de Capacitación –

    elaboradas según la norma de certificación y alimentadas

    continuamente por los puntos de vista y las opiniones de los

    responsables de los procesos de trabajo– se apoyan en una forma

    de abordar los aprendizajes por parte de los aprendices, de modo

    tal que estos últimos

    • adquieren competencias ajustadas al tipo de

    proceso de trabajo en que están insertos,

    • integran conocimientos, habilidades y actitudes

    provenientes de diferentes campos del saber

    con miras a dar respuesta a los retos y

    problemas de los procesos de trabajo,

    • aplican los aprendizajes construidos en el

    ámbito virtual al espacio presencial de los

    procesos de trabajo.

  • 48

    comunidades emergentes

    3) Ejecución como intercambio básico de conocimientos. La

    ejecución se orienta a la formación de grupos de aprendizaje en

    torno a conocimientos que en el proceso serán recuperados,

    registrados y convertidos para uso posterior. Los grupos de

    aprendizaje que operan en el ámbito virtual incorporan lo adquirido

    en el programa a los espacios, necesariamente presenciales, de los

    procesos de trabajo. En sentido inverso, los enriquecimientos

    ocurridos en el ámbito presencial de los procesos de trabajo se

    reintroducen en la operación en el ámbito virtual, por medio de la

    explicitación de los conocimientos, para lo cual se elabora un plan

    detallado. Los intercambios de conocimientos adquieren una forma

    incipiente. En realidad, este proceso constituye una mejora respecto

    a la situación actual sin introducir cambios que generen sensación

    de incertidumbre.

    Elementos para la estrategia de instrumentación

    El modelo de las comunidades emergentes requiere nueve líneas

    de acción fundamentales:

    1. Un estudio de gabinete que identifique procesos

    estratégicos de trabajo y constituya un primer

    acercamiento a la configuración de la demanda.

    2. Un programa de consulta de las áreas de trabajo para

    recoger requerimientos de capacitación, detección de

    competencias y habilidades efectivamente existentes y

    aquellos reconocidos. Como resultado de esta

    actividad y de la anterior, se obtiene una base

    informativa que nutrirá procesos ulteriores y podría

    servir de insumo para una posible actualización del

    catálogo de puestos.

  • 49

    comunidades emergentes

    3. Un análisis basado en el estudio de gabinete y el

    programa de consulta dirigido a formar familias de

    procesos de trabajo y de competencias, y a identificar

    retos de los procesos de trabajo.

    4. Un catálogo de Unidades Curriculares de Capacitación

    por familias de procesos estratégicos de trabajo en el

    Instituto, derivado de la consulta y el estudio. Estas

    unidades incluyen cursos, conferencias, espacios de

    tutoría e intercambio de conocimientos que configuran

    un espectro del que se nutre la definición de los

    currícula de las áreas.

    5. Un programa de integración de Equipos de Consulta

    Profesional, instancias de consulta y obtención de

    percepciones y puntos de vista provenientes de los

    responsables de los procesos de trabajo y de

    profesionales expertos en la materia que contribuye a

    realizar ajustes sistemáticos y mejoras al

    funcionamiento del modelo.

    6. Un reglamento de inscripción a las Unidades

    Curriculares de Capacitación, que de preferencia

    indique el procedimiento para que el trabajador se

    integre al programa. El reglamento establece el

    carácter obligatorio de la inscripción, como lo prevé la

    legislación del país, pero no indica sanciones por no

    hacerlo.

    7. Una campaña de sensibilización dirigida a los

    trabajadores del Instituto que permita identificar el

    carácter nuevo de la capacitación; que permita

    conocer sus beneficios y que facilite la comprensión de

    la forma en que se inserta el trabajador en la

    estructura de beneficios. Una vez conocida la

  • 50

    comunidades emergentes

    estructura de incentivos el reglamento será conocido

    como un instrumento amigable con la capacitación.

    8. Un plan de explicitación de saberes. Como se expone

    con detalle más adelante, un adecuado programa de

    trabajo que permita asignar responsabilidades,

    recursos y tareas para la recuperación del saber

    institucional constituye el paso necesario de un

    programa que materialice la concepción rectora.

    9. Un programa de reciclaje del conocimiento. El

    conocimiento se vuelve patrimonio y capital intelectual

    institucional no sólo cuando se registra en un formato

    determinado, sino cuando ingresa a los circuitos

    comunicativos e informativos de una organización. La

    iniciativa debe emprenderse de manera centralizada.

    A pesar de tratarse de un modelo relativamente sencillo, la

    instrumentación de las comunidades emergentes requiere una

    programación detallada de tareas y actividades. A continuación se

    exponen sus principales componentes.

    Estrategia basada en iniciativa centralizada. El modelo de las

    comunidades emergentes debe una parte de su viabilidad decisional

    y logística a que al menos en sus inicios adquiera impulso por

    medio de una iniciativa centralizada. Las acciones se emprenden a

    partir de los responsables del programa de capacitación. La

    detección de necesidades se pone en marcha con un programa de

    trabajo que incluye la aplicación de cédulas a los responsables de

    procesos de trabajo y un estudio de gabinete, a fin de contrastar el

    perfil de puestos y funciones por áreas, con referencia a los

    organigramas, catálogo de puestos y documentos de políticas y

    programas. El Centro de Formación y Desarrollo pone al servicio de

    esta tarea sus cuadros y un programa de trabajo que incluya la

  • 51

    comunidades emergentes

    elaboración de un cuidadoso protocolo de evaluación dirigido a

    identificar competencias y procesos de trabajo. Del mismo modo, el

    diseño de la cédula debe ser cuidadoso y esmerado, dirigido a

    detectar más aspectos que las percepciones de los responsables de

    los procesos de trabajo. El proceso de instrumentación debe

    asegurar que la cédula se llena con atención y el responsable, los

    enterados o ambos respondan la cédula. La forma apropiada de

    poner en marcha esta tarea consistiría en la creación de un equipo

    especial encargado de supervisar este proceso. Conforme avanza

    el proceso cede la centralidad de la iniciativa descentralizada y

    podrán adquirirla los capacitandos y las áreas de trabajo.

    Estrategia dirigida a asegurar un piso básico de pertinencia y

    colaboración. Si la capacitación ha de estar enfocada a la práctica,

    esta preocupación debe cruzar todo el proceso de capacitación. En

    la detección de necesidades el procedimiento, que es doble, se

    basa en la consulta a los responsables de procesos de trabajo,

    tanto de oficinas centrales como de los órganos desconcentrados, y

    en un análisis de los organigramas, los programas anuales de

    trabajo y los productos qu