Sobre la Teletón, Pinochet y el Movimiento Feminista #TeletónMachista

“Dado que las imágenes de sociedad son centrales para la delimitación de aquello que debe y puede ser socialmente decidido, la selección y estabilización de un determinado grupo de imágenes en desmedro de

otras no es un hecho fortuito, sino político. Las imágenes de sociedad predominantes expresan la realidad de la distribución del poder en un momento determinado” (PNUD, 2015)

27 de Noviembre del 2015. Santiago de Chile.@raiechela

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Los días transcurren con historia. En la misma tarde en que los sectores más reaccionarios de este país celebraron los 100 años de muerte de Pinochet, les feministas nos tomamos la Alameda para protestar, en el marco del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.

En una marcha en donde las barbas se asomaron todavía tímidas, les 7.000 personas caminamos en dirección poniente de Plaza Italia hacia La Moneda, esperando ayudar a contribuir a la construcción de un Chile mejor a partir de la demostración de fuerza que significa una manifestación.

El uso del espacio público a contrapelo de la normalidad devino radicalmente político. Lo del miércoles fue un escenario de lucha, de fraternidad, de pedagogía. La disputa por aquello que debe ser discutido públicamente se vivió prefigurativamente, armando el mundo que queremos desde la calzada norte de la Alameda. Tiernamente ensayábamos los gritos que afinábamos según el eco de la caja de resonancia humana que avanzaba en bloque con banderas, esperando que algún día suenen fuerte por todo nuestro continente (“Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina”).

Pero la prensa, como era de esperar, nos mantuvo al margen, invisibilizados frente a los problemas que ellos quieren que nos importen. Más importante era que los matinales agitaran la cruzada de amor en donde rostros y marcas, a codazos, nos recuerdan que hay que ser buenas personas. La Teletón se tomaba la pauta periodística, con la voz inevitable de Don Francisco a la cabeza del show.

Precisamente, el animador rechazó enfáticamente durante la semana el aporte de una prostituta, quien estaría dispuesta a entregar su cuerpo durante las 27 horas en ayuda de los niños. “Creo que nosotros, como institución seria, tenemos que decir que necesitamos dinero, queremos llegar a la meta, pero todo lo que se nos ofrezca esté dentro de los marcos legales y morales que el país respeta y acepta”, fue la cuña que nos dejó un enajenado Don Francis, como si no se hubiera enterado de los escándalos de colusión y corrupción que golpean a sus más cercanos colaboradores empresariales.

Cada fin de año no electoral hemos tenido que soportar que la créme de la créme Pinochetista desfile impune en cadena nacional. Morandé, Bolocco, Jara, Kreutzberger, Vodanovic, Maldonado, etc, como un deja vú de Chacarillas, han iluminado la herencia misógina de los años más duros de la historia reciente de nuestro país. Un botón: el cuico más querido de chile (?) hace una semana atrás le agarraba asquerosamente el trasero a una niña, supuestamente como un gesto de cariño, haciendo gala de un perfecto ejemplo de violencia simbólica, esa que pareciendo amable esconde un rancio ejercicio de poder sobre quien la padezca.

Más allá de las razonables críticas al rol jugado por la Teletón en el puzzle neoliberalizado de la salud en Chile, quisiera destacar principalmente el show como una cruzada machista. ¿Por qué lo que representan todos estos personajes nos parece tan normal? ¿Podemos hacer algo por defendernos de la tele?

Es ahí donde el movimiento feminista llegó para quedarse. Hoy Chile padece la falta de actores que enuncien realidades, pues los espacios de habla son en la mayoría de la elite. Diarios, tele, radios, intelectuales y políticos no han sido capaces de llenar el cascarón ideológico sobre el que se sostiene Chile. Los movimientos sociales tienen un rol clave a este respecto, siendo los únicos capaces de llenar de política a la política. No es casualidad que buena parte de los asistentes a la marcha del miércoles hayamos hecho nuestros primeros pasos en política gracias al movimiento estudiantil. No hay nuevo ciclo político sin nosotros, porque la falta de legitimidad es tremenda.

En el día del quizás último concierto de Jorge González, la historia nos enseña que unos avanzamos y a otros los hacemos retroceder. Hay unos, como el maestro, que vivirán por siempre con nosotros. Hay otros de los que tenemos que ser los verdugos más fríos, porque el modelo va a caer solo cuando nos decidamos a hacerlo trizas. Hoy viene la vedetton e imagino a un impotente viendo esos exuberantes

y plásticos cuerpos, acompañado por su mujer que se la banca, porque es buena esposa. Y algunos dicen que le damos color. Muerte a la #TeletónMachista.