Tema 16. Plagas III. Plagas Forestales y Otras Plagas

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TEMA 16 Plagas III. Plagas forestales y otras plagas.

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TEMA 16

Plagas III. Plagas forestales y otras plagas.

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Plagas III. Plagas forestales y otras plagas.

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LICENCIATURA EN CIENCIAS AMBIENTALES. UNED ASIGNATURA: ENTOMOLOGÍA APLICADA

TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS.

TEMA 16. ÍNDICE 

  

1. Concepto de plaga forestal.

2. Tipos de plagas forestales.

3. Principales grupos plaga de los bosques.

3.1 Plagas de coníferas.

3.2 Plagas de quercíneas.

3.3 Plagas de chopos y sauces.

3.4 Plagas de olmos.

4. Otras plagas.

4.1 Principales grupos plaga de la madera.

4.2 Plagas urbanas.

4.3 Plagas que afectan al material textil.

4.4 Plagas que afectan al papel.

 

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS.

1.  CONCEPTO DE PLAGA. 

El estado sanitario de los bosques depende de una serie de factores, unos favorables y otros adversos, que actúan sobre el arbolado condicionando su vigor vegetativo y la propia permanencia. Entre los factores negativos que pueden presentarse de una forma continua o esporádica figuran las alteraciones climáticas, los incendios forestales, las plagas de insectos, las enfermedades producidas por hongos y virus, y la contaminación atmosférica.

En nuestro país, después de los incendios forestales, los problemas más importantes de sanidad forestal son los originados por los insectos. Los insectos y las enfermedades son componentes dinámicos de los bosques pero, bajo determinadas condiciones, pueden afectarlos negativamente en determinados aspectos, tales como, su crecimiento y supervivencia, la calidad y el rendimiento de la madera y de los productos no madereros, el hábitat silvestre y el valor recreativo y cultural. Sobre todo gracias a su gran capacidad de reproducción, favorecida generalmente por los factores climáticos, los insectos fitófagos pueden alcanzar en poco tiempo desmesuradas poblaciones y ocupar amplias superficies forestales, convirtiéndose en plaga. Otras causas que influyen en la formación de plagas son el debilitamiento de la masa arbórea, la desaparición o la disminución de los enemigos naturales de los insectos dañinos y, en muchos casos, los trabajos silvícolas mal programados.

Una plaga forestal puede ser definida como una población de insectos que causa daños de tipo mecánico o fisiológico al arbolado, produciendo un impacto de carácter social, económico o ecológico.

El daño causado por una plaga depende de la duración del ataque, de la época en que éste tiene lugar y, sobre todo, de la parte del árbol atacada. En este sentido, los daños más importantes registrados en los montes españoles hasta el presente se deben a los insectos defoliadores y a los perforadores o taladradores. Los defoliadores en algunos casos llegan a producir debilitamiento de los árboles e incluso en condiciones adversas de habitabilidad, su muerte; los de mayor importancia se encuentran dentro de los lepidópteros y de los coleópteros. Entre los perforadores forestales los hay que viven en las yemas, en los frutos, en las puntas de las ramas pequeñas y debajo de la corteza de troncos y ramas. Estos perforadores xilófagos, junto con los hongos lignícolas, son los más peligrosos, pues causan graves destrozos en la madera al construir galerías subcorticales que cortan la circulación de la savia provocando la muerte de los árboles afectados; los más perjudiciales se encuentran entre los coleópteros cerambícidos y escolítidos.

2.  TIPOS DE PLAGAS FORESTALES. 

Atendiendo a sus características, las plagas forestales pueden dividirse en:

• Endémicas. Se originan por una serie de condiciones favorables del medio, sobre todo climáticas, y afectan casi de manera constante a una zona o región, produciendo generalmente daños más o menos importantes, con unos máximos irregularmente distribuidos; como ejemplo podemos citar la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa Den. & Schiff.) en determinadas regiones de nuestro país.

• Epidémicas. Surgen de vez en cuando y, cuando lo hacen, sus ataques adquieren una enorme virulencia, contribuyendo, tanto de forma directa como indirecta, a que se produzcan enormes pérdidas económicas y medioambientales; después desaparecen

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debido principalmente a los cambios climáticos, a la actuación de los enemigos naturales y a la inanición tras haber devorado todo el alimento; un ejemplo representativo es el de la “lagarta peluda” (Lymantria dispar L.), que produce daños en encinares y alcornocales.

Debido a que son muy numerosas las plagas forestales que afectan a nuestro país, hemos seleccionado algunas de las más importantes.

El esquema a seguir para el estudio de cada plaga es el siguiente:

1. Posición en el reino animal

2. Sintomatología y daños

3. Técnicas de control

3.  PRINCIPALES GRUPOS PLAGA DE LOS BOSQUES. 

3.1 Plagas de coníferas 

Thaumetopoea pityocampa (procesonaria del pino) (L843; M261; R61)

1. Posición en el reino animal.

Lepidóptero taumetopoeido.

2. Sintomatología y daños. Son inconfundibles los bolsones que

construyen en estados inmaduros entre el follaje de los pinos, y muy típica la disposición en fila que adoptan las orugas cuando en primavera buscan el lugar apropiado para enterrarse y crisalidar.

Este insecto es el más importante defoliador de los pinares españoles. Ataca a los cedros y a todas las especies de pinos, aunque existe notable diferencia de sensibilidad entre ellas. Así, las más atacadas entre las autóctonas son el pino laricio, el silvestre y el canario, y lo son menos el pinaster, carrasco y piñonero. La defoliación que origina, sobre todo en otoño e invierno, normalmente no impide el nuevo rebrote en primavera, por lo que los árboles pueden recomponer en parte sus sistemas foliares y no mueren por ataque de procesionaria. Sin embargo, cuando el ataque es severo, el árbol no consigue alcanzar su desarrollo normal, acompañándose frecuentemente de un debilitamiento general que le deja indefenso ante enemigos oportunistas como hongos e insectos perforadores que aumentan su deterioro y, en ocasiones, pueden llegar a producir su muerte. El daño también es especialmente grave en repoblaciones.

Por otro lado, como hemos visto, las orugas poseen pelos urticantes que dispersan de forma abundante cuando son molestadas. Estos pelos, muy ligeros, quedan flotando en el aire o se depositan sobre el suelo y producen en el hombre molestias, urticaria y trastornos alérgicos que pueden llegar a ser muy graves.

3. Técnicas de control.

Se dispone de diversos métodos de control que, empleados adecuadamente, pueden mantener las poblaciones de procesionaria en niveles bajos de infestación.

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Los procedimientos  mecánicos consisten en la corta, recogida y quema de bolsones cuando éstos están ya formados para el invierno; también, en la utilización de pulverizadores cuando no pueden cortarse por estar en una rama terminal o ser el árbol pequeño; por último, puede utilizarse el abatimiento con escopeta cuando los árboles son de mucha altura. Para la corta se utiliza una pértiga con una tijera o cuchilla en su extremo. La lumbre para quemarlos ha de hacerse sobre suelo, roca, camino, etc., y con la mayor brasa posible para evitar que las orugas escapen al fuego.

Los tratamientos químicos se aplican en intervenciones masivas, generalmente en forma aérea y siempre a ultra bajo volumen, con el fin de conseguir una mejor cobertura y un menor gasto de producto, y deben ser dirigidos por técnicos especializados. Se dispone de dos grupos fundamentales. Por una parte tenemos el grupo de insecticidas microbiológicos basados en Bacillus  thurigienesis, cuya aplicación ha de hacerse en los tres primeros estados de las orugas para conseguir una eficacia aceptable. Por otra parte están los inhibidores del desarrollo, que impiden la muda de las orugas, y que deben utilizarse cuando éstas están en el primer estadio o incluso antes de que las puestas hayan nacido; y también están los reguladores del crecimiento.

En zonas no accesibles a los aviones se recurre al tratamiento localizado con piretroides. Éste debe llevarse a cabo con el 90% de puestas eclosionadas para alcanzar las formas más sensibles que son las orugas de primer y segundo estado, lo que sucede entre septiembre y noviembre.

De cualquier forma, estos tratamientos deben ser planificados con mucho cuidado para evitar la desaparición de la fauna útil y es aconsejable restringirlos a los casos extremos, como son repoblaciones jóvenes muy atacadas, limitando las aplicaciones a los focos.

El empleo de feromonas  sexuales  sintéticas de la hembra (concretamente, la feromona “pityolure”) para la captura masiva de machos está dando buenos resultados, especialmente cuando las densidades poblacionales de la plaga son bajas. En este caso, se distribuyen las trampas por las zonas de vuelo de los machos, a razón de una trampa por hectárea.

Por lo que se refiere al control biológico, la procesionaria del pino cuenta con numerosos enemigos naturales, unos parásitos y otros depredadores, que pueden desempeñar un importante papel.

Dentro de los parásitos, el eulófido Tetrastichus  servadei y el encírtido Oencyrtus pytiocampae, ambos himenópteros, son los dos parásitos de huevos más frecuentes y abundantes, que pueden llegar a parasitar en ocasiones más del 60% del total de huevos de una población. El díptero taquínido Phryxe  caudata puede acompañar a la procesionaria en su diapausa prolongada y tiene una gran importancia en la regulación de las poblaciones. El himenóptero icneumónido Erigorgus  femorator ataca a las orugas de 4º y 5º estadio, pudiendo llegar a parasitar hasta el 20% de los individuos de un mismo nido. Por último, el díptero bombílido Villa  brunnea puede llegar a tener una gran relevancia en las bruscas caídas de la población, ya que sus larvas atacan a las crisálidas de procesionaria cuando éstas se encuentran enterradas.

Entre los insectos depredadores destacan numerosas especies de hormigas, de las cuales la más importante es Formica rufa, que limpia concienzudamente de orugas los pinos que crecen en su territorio. También ortópteros fasgurónidos, las cigarras, comen puestas de procesionaria

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. y pequeñas orugas. Además, hormigas y avispas depredan sobre mariposas en reposo, e incluso las avispas lo hacen sobre las larvas de los primeros estadios.

2.2 Plagas de quercíneas 

Lymantria dispar (lagarta peluda) (L854; R145)

1. Posición en el reino animal.

Lepidóptero limántrido.

2. Sintomatología y daños.

Se trata de una especie eminentemente polífaga. En España causa daños principalmente al alcornoque y a la encina, aunque también ataca a las demás quercíneas, especialmente quejigo y rebollo, así como a árboles frutales, castaño y otras muchas frondosas.

Cuando la plaga es intensa, es fácil localizar las puestas sobre troncos y ramas gruesas, sobre ramitas delgadas y hojas, y sobre paredes y piedras cercanas a los árboles, siempre protegidas del viento y del frío. Estas puestas tienen la forma de plastones amarillos y su tamaño es de 3 a 3,5 mm. x 1,5 a 2 mm. Éstos están formados por los huevecillos y la pelosidad del abdomen de la hembra, aglutinados ambos por una secreción especial que fabrica. Cada hembra pone entre 250 y 500 huevos.

Las crisálidas aparecen en racimos, ya que cuando las orugas van a transformarse en este estadio, se reúnen en grupos en las ramas bajas del árbol, en los troncos y en la cara inferior de las ramas principales. También es frecuente verlas entre las hojas, pero en este caso están aisladas pero sujetas por su parte apical por hilos sedosos.

Las hembras adultas son fácilmente observables en gran número sobre troncos y ramas, casi inmóviles. Si el ataque es muy intenso, los árboles quedan completamente defoliados y los montes presentan el aspecto de haber sufrido un incendio.

La oruga se alimenta en principio de las yemas sin penetrar en ellas. Cuando posteriormente se abren, come de las hojas tiernas del brote hasta destruirlo. Por último, devora los tallos tiernos y las hojas de los años anteriores.

El daño consiste pues en una defoliación,  completa  o  incompleta del  árbol, según la intensidad de la plaga. Tras ataques fuertes, los montes quedan por completo defoliados, y el crecimiento de los árboles es entonces nulo, pudiendo incluso llegar a morir si el ataque se repite varios años sucesivos. En el caso de las quercíneas se pierde la producción del fruto, que en muchas localidades es más importante que la de la madera.

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De cualquier modo, el ataque fuerte de este defoliador no suele persistir en una misma zona más de dos años puesto que tiene muchos enemigos entre los insectos parásitos y depredadores.

3. Técnicas de control.

Cuando el nivel de población es bajo o se trata de focos de poca extensión, esta plaga puede ser controlada muy eficazmente o combatida mediante la eliminación de los machos en trampas provistas de la feromona sexual de la hembra. La feromona  sintética “disparlure”, aplicada en dosis muy pequeñas, es capaz de atraer masivamente a los machos a la trampa, incluso desde grandes distancias.

Por lo que se refiere al control  químico, el combate de Lymantria no suele presentar grandes complicaciones, puesto que las orugas viven y comen sobre el follaje y, por tanto, son fácilmente alcanzables por los insecticidas. Actualmente se están empleando pulverizaciones líquidas a ultra bajo volumen con productos  inhibidores  del  desarrollo  y  reguladores  del crecimiento, con piretroides, carbamatos, organofosforados y Bacillus thuringiensis.

El control biológico es llevado a cabo por numerosos insectos. Las especies parásitas de huevos pertenecen son himenópteros calcídidos; las de orugas son himenópteros icneumónidos y dípteros taquínidos; y las de crisálidas son calcídidos e icneumónidos. Las especies depredadoras que devoran orugas y crisálidas están incluidas en los coleópteros carábidos.

Malacosoma neustria (oruga de librea o lagarta rayada) (L830; R152)

1. Posición en el reino animal.

Lepidóptero lasiocámpido.

2. Sintomatología y daños.

Los bolsones y la puesta permiten diagnosticar el ataque de este insecto. Las hembras hacen la puesta sobre ramillos de unos 4 mm. de diámetro, alrededor de los cuales y de manera ordenada en forma helicoidal, colocan los huevos en un paquete compacto, unido por un aglutinante que ellas mismas segregan.

Los daños que ocasiona consisten en la defoliación que producen las orugas a lo largo de su desarrollo. Particularmente en las encinas, devora las hojas tiernas respetando los nuevos tallos; de esta forma el daño no alcanza la flor femenina, por lo que los árboles logran cierta fructificación.

Se ha comprobado que realiza daños preferentemente en encina y rebollo, pero también en robles, chopos y árboles frutales en general.

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3. Técnicas de control.

Normalmente se combate esta plaga al mismo tiempo que Tortrix viridiana (lagarta verde o palomilla), a la que se encuentra asociada.

En el control químico, se aplica el espolvoreo terrestre de insecticidas organofosforados, piretroides o carbamatos (por ejemplo, malatión o triclorfón). Pero actualmente, en grandes superficies, se están haciendo principalmente aplicaciones aéreas, utilizando la técnica ULV (volúmenes ultra bajos), con la que se están obteniendo buenos resultados; la aplicación se hace mediante atomizadores rotatorios y los productos recomendados en este caso son piretroides u organofosforados (malatión, deltametrín, etc.) Para evitar defoliaciones también se pueden emplear formulaciones de Bacillus  thuringiensis. Además, pueden utilizarse inhibidores del desarrollo o reguladores del crecimiento, como es el antiquitinizante diflubenzurón.

En el control  biológico de Malacosoma intervienen diversas especies de insectos. Así, algunos himenópteros frecuentemente parasitan huevos, desempeñando un papel de cierta importancia pues destruyen un alto porcentaje de los mismos; otros himenópteros son parásitos de orugas y crisálidas. Como notable depredador de esta especie hay que destacar el pinzón vulgar, que no sólo consume las orugas y crisálidas, sino que incluso emplea los bolsones sedosos para forrar su nido.

Euproctis chrysorrhoea (oruga de zurrón o colaparda) (L848; R161)

1. Posición en el reino animal.

Lepidóptero limántrido.

2. Sintomatología y daños.

Es una especie polífaga que ataca sobre todo a robles, olmos, castaños, chopos, hayas, fresnos y frutales.

Los árboles afectados, cuando el ataque es importante, toman el especto de haberse incendiado o de estar en plena estación invernal.

La puesta, colocada en las hojas, se reconoce porque tiene forma de paquete alargado, recubierto por una borra parda, procedente de los pelos del abdomen de la hembra.

También se pueden observar los refugios que fabrican las orugas. Éstas construyen los temporales uniendo con hilos de seda los bordes de los pliegues de las hojas sobre las que se alimentan. Los invernales constan de un conjunto de hojas secas unidas por hilos de seda y están recubiertos de un tejido blanco muy fuerte; tienen forma de porra, gruesos en la parte superior y estrechos en la inferior, con una longitud de 5 a 10 cm. Interiormente están divididos en muchas cavidades, por tabiques de seda, y dentro de cada una de estas cavidades hay entre 10 y 20 orugas unidas entre sí.

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Los daños consisten en que los árboles atacados van perdiendo las hojas, brotes y flores, a medida que las orugas van desarrollándose. Defolia a robles, olmos, castaños, chopos, hayas, fresnos y ocasionalmente a los nogales, pero nunca a las coníferas.

Puede producir molestias y reacciones alérgicas debido a los numerosos pelos urticantes que posee repartidos por todo el cuerpo.

3. Técnicas de control.

Los tratamientos químicos más recomendables son los dirigidos contra las orugas de los primeros estadios, antes de que se refugien en los nidos de invierno. Se pueden utilizar entonces insecticidas  inhibidores  del  desarrollo, formulados de Bacillus  thuringiensis y piretroides. Si fuese necesario realizar el tratamiento en la primavera siguiente, habrá que emplear los inhibidores o los piretroides, que son más eficaces sobre orugas desarrolladas.

El control biológico lo ejercen numerosos parásitos, principalmente, dípteros taquínidos e himenópteros calcídidos, bracónidos e icneumónidos.

Cerambyx cerdo (taladro de la madera, perforador de la encina) (L1044; R164)

1. Posición en el reino animal.

Coleóptero cerambícido.

2. Sintomatología y daños.

Su hospedante preferido es la encina, aunque se ha citado en algarrobo, almendro, avellano, castaño, nogal, peral y roble.

Detalles que pueden servir para un diagnóstico acertado son los orificios de salida de los adultos, y las galerías larvarias que tienen forma elíptica.

Como todos los xilófagos, ataca preferentemente árboles decadentes, destruyendo grandes zonas de su parte maderable. La madera atacada llega a descomponerse y pudrirse después por otras causas.

3. Técnicas de control.

Según Liñán, hasta el momento no se han ensayado controles específicos sobre este insecto. Pero por sus especiales características, el proceso más idóneo a seguir en la limitación de sus poblaciones, sería el de la supresión del mayor número de adultos, antes de que éstos realizasen la puesta; además, la protección que las larvas disfrutan en el interior de la madera, las hace casi inexpugnables.

Por el contrario, Romanyk señala que, por la escasa importancia de sus daños, no se han realizado estudios para un posible control. Este coleóptero, de acuerdo con la actualización del Convenio de Berna (Estrasburgo, 1987), se considera “especie estrictamente protegida” en Europa, si bien España hace reserva de todos los invertebrados incluidos en esa categoría, gozando sólo del régimen de “especies protegidas” en nuestro país.

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. 3.3 Plagas de chopos y sauces 

Leucoma salicis (blanquilla del chopo) (L850; R181)

1. Posición en el reino animal.

Lepidóptero limántrido.

2. Sintomatología y daños.

Cuando se produce un ataque, se detecta fácilmente la presencia de las orugas. A medida que pasa el tiempo, el árbol se va defoliando, e incluso pueden observarse las crisálidas sujetas a las ramillas por hilos sedosos.

Ataca a chopos,  álamos,  olmos  y  sauces. Las orugas, en sus primeros estadios, aprovechan el parénquima de las hojas y llegan a esqueletizarlas. Más adelante, se acentúa el daño en las hojas y los brotes jóvenes y el árbol puede llegar a la defoliación total, no sólo retrasando su crecimiento y debilitándose, sino también muriendo. Los mayores daños son producidos por la generación larvaria del verano.

Además, cuando este insecto sufre una explosión demográfica, puede producir problemas graves en la piel del hombre, debido a los pelos o sedas impregnados de secreciones urticantes que se desprenden del tegumento de las orugas.

En parques, jardines y zonas recreativas, está adquiriendo cada vez mayor importancia.

3. Técnicas de control.

En cuanto al control químico, los formulados de Bacillus thuringiensis y los inhibidores del  crecimiento (por ejemplo, difluobenzurón “dimilín”) son eficaces contra este insecto. Las épocas más adecuadas para efectuar los tratamientos suelen ser la primera quincena de abril para la generación invernante, y a primeros de julio para la de verano. No se obtienen buenos resultados cuando se combaten las orugas nacidas en septiembre puesto que, a principios de octubre, que es cuando debería efectuarse el tratamiento, parte de ellas ya se han refugiado y están fuera del alcance del insecticida.

Por lo que se refiere al control biológico, diversos insectos actúan sobre esta plaga. Por ejemplo, el pequeñísimo himenóptero telonómido Telonomus punctulatus, vive a expensas de los huevos depositados. También es característico el parasitismo de las orugas de los primeros estadios por el díptero bracónido Apanteles  sp., que puede llegar a reducir notablemente sus poblaciones. Además, diversos dípteros taquínidos son parásitos de orugas grandes y crisálidas.

Por otro lado, las condiciones meteorológicas adversas, como las bajas temperaturas al final de la hibernación, pueden llegar a diezmar las poblaciones de orugas jóvenes de la generación invernante.

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. Paranthrene tabaniformis (oruga perforadora del chopo) (L788; R196)

1. Posición en el reino animal.

Lepidóptero sésido.

2. Sintomatología y daños.

Ataca a chopos,  sauces,  alisos,  abedules,  álamos  blancos  y  árboles  en  general  con diámetros inferiores a 15 cm.  

Se puede identificar la presencia del insecto porque, a medida que avanza la oruga por la galería, arroja por el orificio por el que penetró los restos de la excavación y los excrementos; estos restos son como un serrín de color rojizo y están impregnados de la savia que rezuma la galería. Con frecuencia se ven señales de ataques abortados, por haber superado el rápido crecimiento del árbol a la capacidad destructora de la oruga, que muere aplastada; en este caso el orificio de expulsión está tapado por un tejido de cicatrización. También se puede detectar la plaga a partir de las exuvias de las crisálidas que sobresalen por los orificios de salida, situados en los orificios de los árboles.

Los daños afectan sobre todo a la conformación y al crecimiento del árbol, y a la calidad de la madera, que suele depreciarse y no puede ser usada debido a sus numerosas galerías. Estos árboles afectados pueden verse también atacados por hongos y bacterias.

En los troncos delgados o en los gruesos muy atacados, las galerías perforadas en la madera hacen perder resistencia a los tallos, que se tronchan fácilmente por el viento.

3. Técnicas de control.

Como medida de control  cultural, puede llevarse a cabo la eliminación de los árboles atacados próximos a la plantación a proteger y se recomienda la corta y quema de las ramas afectadas.

Actualmente existe un medio para disminuir en gran medida las poblaciones del insecto. Consiste en utilizar, desde finales de mayo hasta finales de agosto, la  feromona sexual de  la hembra que permite, no sólo realizar un seguimiento más preciso de la curva de vuelo de los adultos, sino también, el control de poblaciones poco numerosas mediante la captura masiva de machos en trampas engomadas cebadas con dicha feromona. Dado que el procedimiento será más efectivo cuanto menor sea la infestación, puede emplearse como preventivo en las nuevas plantaciones y como complemento de otros tratamientos.

Cuando la infestación es intensa se debe realizar un tratamiento  químico  general, consistente en la pulverización de los troncos y ramas en primavera, hasta una altura no inferior a dos metros, con insecticidas organofosforados o piretroides. Se deben realizar tres

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. aplicaciones con intervalos de cinco semanas, efectuando la primera pulverización en la segunda quincena de mayo.

En el caso de infestaciones ligeras, es necesario combatir cada una de las orugas en sus galerías. El sistema no es muy costoso debido a que las galerías se observan con facilidad por el serrín que se forma. Lo más sencillo y eficaz es introducir un poco de algodón impregnado en insecticida (por ejemplo, una emulsión acuosa concentrada de organofosforados) por el orificio de entrada de las galerías. Esto se hará durante la vida larvaria activa, desde primeros de septiembre hasta primeros de abril en el periodo vegetativo. Si se prefiere hacer en la estación de reposo vegetativo, en el invierno, cuando las orugas están inactivas, deberá usarse aceite de linaza en vez de agua en la preparación del insecticida

Por último, ejercen cierto control biológico sobre este lepidóptero algunos himenópteros icneumónidos y un díptero taquínido; los mejores depredadores de orugas y crisálidas no son insectos sino aves pícidas (picos picapinos y pájaros carpinteros). 

3.4 Plagas de olmos

Gallerucela luteola (galeruca de los olmos) (L1085; R233)

1. Posición en el reino animal.

Coleóptero crisomélido.

2. Sintomatología y daños.

Se pueden apreciar los huevos depositados sobre el envés de las hojas y en grupos de 5 a 25. Las hojas aparecen agujereadas cuando sufren el ataque de los adultos y esqueletizadas con color rosáceo cuando son dañadas por las larvas.

Se trata de una especie eminentemente monófaga que vive sobre toda clase de olmos, a los que puede defoliar en su totalidad. Si los ataques duran varios años seguidos, los árboles se debilitan y quedan predispuestos a la invasión de los escolítidos que son portadores de esporas del hongo Ceratocystis novo, productor de la grafiosis del olmo, grave enfermedad que causa a menudo su muerte.

3. Técnicas de control.

Para reducir la plaga, se recomienda hacer un primer tratamiento químico durante la primavera, generalmente en los meses de abril y mayo, cuando los adultos invernantes abandonan sus refugios para alimentarse y ovipositar; de esta forma se logra evitar un primer daño y disminuir el número de puestas. Deberá hacerse un segundo tratamiento cuando de las puestas hayan nacido la mayoría de las larvas (mediados de junio a finales de julio), evitando en lo posible que se inicie la pupación.

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS.

El método más utilizado ha sido el espolvoreo formando nube con organoclorados. Si se prefieren las aplicaciones líquidas, se aconseja el tratamiento mediante pulverización de una emulsión acuosa de organoclorados o piretroides.

El control biológico es ejercido por  insectos depredadores (dermápteros y hemípteros pentatómidos) que atacan a larvas y a pupas, y otros (coleópteros lébidos ycoccinélidos) a huevos, larvas y pupas. Por otro lado, un himenóptero eulófido se comporta como parásito de los huevos y otro hemíptero, como parásito de larvas y adultos. Además, otro enemigo natural que limita esta plaga  es  el hongo Beauveria globulifera, que es capaz de producir una gran mortandad en las pupas, especialmente en los años húmedos.

Scolytus scolytus (escolítido del olmo) (L1124; R237)

1. Posición en el reino animal.

Coleóptero escolítido.

2. Sintomatología y daños.

Aunque puede atacar a otros árboles, los daños principales afectan al olmo.

Es muy frecuente observarlo en los olmos debilitados por los ataques de la galeruca, pues siente preferencia por los árboles enfermizos, como sucede con los restantes escolítidos.

Una invasión intensa de este perforador provoca el desprendimiento de grandes placas de corteza del árbol y su muerte. Pero el daño más grave que causa es transmitir, en estado adulto, Ceratocystis ulmi, el hongo productor de la grafiosis del olmo. Este escolítido ha contribuido en los últimos años a la expansión de la cepa agresiva de este hongo, que está acabando con las olmedas de nuestro país y de otros muchos.

3. Técnicas de control.

La época más conveniente para aplicar un tratamiento químico, mediante pulverización de los troncos y ramas con un insecticida apropiado, es la que coincide con el vuelo de los adultos. Como existen tres o cuatro generaciones, este tipo de protección de los olmos debe extenderse a todo el periodo de actividad, prácticamente desde finales de abril hasta mediados de octubre.

Aún así, los tratamientos con insecticidas no siempre constituyen una medida suficiente, por lo que se aconseja además emplear  árboles‐cebo  y  la  eliminación  de  los  árboles fuertemente atacados.

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. 4.  OTRAS PLAGAS. 

4.1 Principales grupos plaga de la madera. 

Los insectos xilófagos no sólo atacan a la madera de ejemplares vivos, sino que pueden alimentarse de madera puesta en obra, vieja o muerta; es el caso de las termitas, pertenecientes al orden Isoptera, o de determinados coleópteros cerambícidos, elatéridos o anóbidos. Hemos seleccionado dos de las plagas más importantes.

Hylotrupes bajulus (carcoma grande de la madera) (L1049)

1. Posición en el reino animal.

Coleóptero cerambícido.

2. Sintomatología y daños.

No es fácil detectar a la carcoma en la madera de las viviendas humanas y, cuando se consigue, generalmente es demasiado tarde para remediar el daño. Si el ataque es importante, puede oírse el ruido que hace la larva con sus mandíbulas al alimentarse. Los orificios de salida de los adultos tienen sección elíptica, de 1cm. el eje mayor, al igual que las galerías realizadas por las larvas en la madera.

Sus principales hospedantes son el pino, chopo, aliso, avellano, roble, abeto y abeto rojo.

Los perjuicios más graves son ocasionados por este insecto en la madera en construcción y carpintería, es decir, armaduras de tejados, postes, entarimados, etc.

3. Técnicas de control.

Dependiendo del material afectado y de la intensidad del daño, deberán sustituirse las maderas destruidas por otras debidamente protegidas, o, cuando se trate de piezas y muebles de gran valor, éstos deberán ser tratados adecuadamente y restaurados. Los tratamientos curativos,  in  situ, pueden ser físicos, mediante la aplicación a la madera de aire caliente o de corrientes de alta frecuencia; se requieren en este caso equipos muy costosos y personal técnico bien preparado.

Estos tratamientos son altamente eficaces pero no siempre asequibles. Sin embargo, con mayor frecuencia es suficiente el tipo de tratamiento curativo químico, por ser sencillo y eficaz. Consiste en inyectar, pulverizar o pincelar la madera atacada o la que se desea proteger, con insecticidas fosforados, carbamatos y algunos piretroides adecuadamente formulados para esos fines. Este tratamiento ha de aplicarse en la época de vuelo de los insectos adultos. Aunque la absorción de los productos tóxicos no es suficiente para eliminar las larvas que se encuentran en el interior de la madera, al menos se consigue exterminar las que en esos momentos eclosionen

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. de los huevos o las recién nacidas, que se hallan en capas muy superficiales. Es aconsejable repetir el tratamiento cada año, debido a que el ciclo biológico de este insecto es muy largo.

Reticulitermes lucifugus (termita, terme u hormiga blanca) (L410)

1. Posición en el reino animal.

Isóptero rinotermítido.

2. Sintomatología y daños.

En el caso de que la madera de un edificio se haya visto afectada por las termitas, la primera medida será efectuar un reconocimiento cuidadoso para valorar debidamente la extensión del ataque. Como el daño no se aprecia exteriormente, es necesario indagar mediante objetos punzantes metálicos el grado de deterioro de la madera.

Reticulitermes ataca la madera puesta en obra, esto es, madera de construcción doméstica y de carpintería, como entarimados, marcos de puertas y ventanas, vigas, pilares, armaduras de tejados y la destinada a ebanistería.

Este insecto  anida en el suelo, dotado de un apropiado grado de humedad, en un termitero del que parten galerías que le permiten llegar hasta el maderamen de los edificios, al que acude en busca de la celulosa, que es la base de su alimentación. Una vez en el interior de la madera, abre unas galerías muy características, paralelas a la dirección de la fibra, dejando intacta la capa más externa.

3. Técnicas de control.

Una medida preventiva ante un posible ataque de termes consiste en utilizar madera resistente, lo que es muy difícil en la práctica, o bien, impregnar previamente de forma adecuada la madera que ha de se puesta en servicio.

Si la madera está ya atacada, se pueden sustituir las piezas dañadas por otras de madera impregnada o bien de otros materiales. Al mismo tiempo, debe inspeccionarse el estado de conservación de las conducciones de agua, canalizaciones y cualquier otro foco de humedad. El saneamiento y la reparación adecuados evitarán que el insecto encuentre el medio húmedo más adecuado a sus necesidades de desarrollo.

También deberá hacerse un tratamiento químico del suelo con el fin de establecer una barrera tóxica para los termes, que no podrán volver a sus nidos o acceder a su alimento.

La barrera tóxica a lo largo del cerramiento, muros de carga o pilares del edificio, se consigue abriendo unos orificios de unos 2 cm. de diámetro y de una profundidad aproximadamente igual a la de los cimientos, a distancia de unos 15 cm. de los muros y separados entre sí de 25 a 30 cm. En estos orificios que se han practicado, se vierte la solución del insecticida. Una vez hecha la impregnación del terreno, se cierran los orificios con tierra o cemento.

4.2 Plagas urbanas.

El concepto de plaga urbana, siguiendo las directrices de la OMS (1988), se refiere a “aquellas especies implicadas en la transferencia de enfermedades infecciosas para el hombre y en el daño 

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. o  deterioro  del  hábitat  y  del  bienestar  humano  y  representa  uno  de  los  elementos  básicos  de  carácter preventivo,  ligado  ineludiblemente  a  las  políticas  de  salud  pública  e  higiene  y  saneamiento medioambiental”.

Por lo tanto, la importancia primordial de las plagas urbanas está relacionada con la salud pública, ya que los insectos que las constituyen son vectores de numerosos gérmenes y, por lo tanto, pueden actuar como potenciales agentes transmisores de enfermedades al hombre y a animales domésticos, por contacto directo o contaminando objetos y productos alimenticios con sus orines y excrementos. Las plagas de insectos más frecuentes y que son objeto de tratamiento en medios urbanos, industriales y rurales son las de cucarachas (dictiópteros) y mosquitos (dípteros).

Otras plagas, como las textiles o las del papel, no representan ningún peligro pero pueden tener importantes repercusiones económicas y causar daños irreparables en los tejidos o en los libros de las casas, archivos, bibliotecas y museos.

Estudiaremos las siguientes plagas:

Blatta orientalis (cucaracha común) (L396)

1. Posición en el reino animal.

Dictióptero blátido.

2. Sintomatología y daños

Las cucarachas son importantes sobre todo desde el punto de vista de la salud pública, al contaminar los alimentos para el consumo humano, puesto que son vectores de numerosos gérmenes (estreptococos o salmonella, etc.)

3. Técnicas de control

Como medidas preventivas se aconseja evitar  la  acumulación  de  residuos  orgánicos permanentes en la vía pública, desinsectar periódicamente los contenedores de basura, etc., y en viviendas, tener una buena higiene para no facilitar la instalación y desarrollo del insecto.

El tratamiento que se sigue por el momento consiste en el empleo  de  compuestos químicos, pero debe tenerse en cuenta la facilidad con que las cucarachas desarrollan resistencia. No obstante, algunos insecticidas (órgano fosforados y carbamatos) aplicados en espolvoreo o en UBV (ultra bajo volumen) o cebos o en mezcla con lacas, son efectivos, pero deben ser de baja toxicidad para el ser humano.

Se recomienda además realizar el tratamiento en invierno, pues reduce aún más el nivel poblacional de los adultos y el futuro potencial reproductor, utilizando menos plaguicida.

4.3 Plagas que afectan al material textil 

- Tineola bisselliella (polilla de la ropa) (L722) 

1. Posición en el reino animal.

Lepidóptero tineido.

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2. Sintomatología y daños

Esta especie vive sobre material de origen animal, fundamentalmente queratinas como la lana, aunque también ataca al cuero, piel, plumas, seda, e incluso consume grano y alimentos secos, como pienso.

Los daños se reconocen por los orificios sobre el tejido, generalmente pequeños (algunos milímetros de diámetro), y por los restos de fibra y pelo que caen. También pueden observarse restos de la seda que va segregando la larva, que construye unas galerías poco consistentes.

3. Técnicas de control

Una medida preventiva es lavar bien las prendas, pero la solución más contundente pasa por los métodos  químicos, mediante insecticidas sublimados como naftalina, paradiclorobenceno, etc.

4.4 Plagas que afectan al papel 

Psocópteros (piojos de los libros)

Constituyen bastantes especies. Liposcellis  divinatorius (piojo común de los libros) y Trogium pulsatorius (centinela de la muerte) son dos especies frecuentes en las bibliotecas y en archivos de documentación.

1. Sintomatología y daños.

Su daño no se generaliza rápidamente, pero con frecuencia se descubre muy tarde, por ser al principio poco visible y llamativo.

Destruyen superficialmente la hoja de papel y hacen desaparecer el texto: las hojas terminan irregularmente perforadas, pero si la tinta no les resulta comestible, dejan intacta esa zona. Pueden ocasionar pérdidas comerciales si se establecen en almacenes de alimentos.

2. Técnicas de control

La mejor manera de controlar el piojo de los libros es eliminando  la  condiciones húmedas, pues reduciendo la humedad se elimina el moho del cual se alimenta. Normalmente no es necesario un control químico en las viviendas para controlar este insecto.

En las bibliotecas y archivos, tradicionalmente se han venido empleando pesticidas para la prevención rutinaria de plagas y como respuesta a la infestación observada. Sin embargo,

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TEMA 16: PLAGAS III. PLAGAS FORESTALES Y OTRAS PLAGAS. éstos no previenen la infestación y su aplicación con posterioridad no puede corregir el daño ya ocasionado. Métodos de exterminio como la congelación controlada y la privación de oxígeno parecen ser buenas alternativas al control químico para el tratamiento de las infestaciones existentes pero no evitan el ataque. La prevención puede lograrse sólo a través de estrictos procedimientos de mantenimiento del lugar y de control.

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