TEMA 1. EL CONCEPTO DE ARTE

IntroducciónEl origen del término “arte” se encuentra en la voz griega téchne y en su

equivalente latina ars, por las que se entendía en el mundo antiguo, con un sentido muy amplio, la destreza adquirida mediante la práctica constante encaminada al logro de un fin determinado. Modernamente, el término se aplica, en acepción mucho más restringida, a aquellas actividades humanas que tienden a la consecución de una finalidad de orden estético.

De manera general, se podría decir que el arte es una actividad propia del ser humano gracias a la cual se manifiesta exteriormente en forma sensible lo que el espíritu concibe. En sentido antropológico, el arte es aquella actividad desarrollada por algunos hombres, grupos o colectividades, que tiende a la producción de objetos específicos, portadores de valores estéticos.

No obstante, esta sucinta definición, por su índole generalizadora, no puede resolver la cuestión, tan debatida en todas las épocas, de en qué consiste el arte y cuál es su esencia. Este asunto en el plano teórico ha dado lugar a tantas interpretaciones como escuelas filosóficas han existido, y desde el punto de vista de la Historia del Arte, a tantas actitudes como estilos o escuelas se conocen, por lo que resulta siempre empresa intrincada llegar a establecer un concepto de arte válido para toda producción artística y no para una fase o aspecto determinado de la misma.

Los orígenes de la actividad artística y la universal difusión de sus manifestaciones inducen a considerar el arte consustancial con las primeras formas de vida organizada. Desde la Prehistoria hasta la actualidad, ha acompañado siempre la existencia del ser humano. Los autores clásicos suelen coincidir en definir el arte como la imitación bella de la naturaleza, abriendo con tal afirmación el largo debate sobre la objetividad o la subjetividad de la belleza, que impregnó los debates filosóficos de buena parte de la historia cultural de occidente.

A principios del siglo XX, se definía aún el arte como aquel orden de creaciones que se dirigen a conmover por intermedio de la contemplación. Tales son la escultura, la arquitectura y la pintura. Hoy día, ese concepto se ha flexibilizado, abriéndose a otros campos de expresión –cine, video, performance, intervenciones en el medio- y a otras vías de empatía con el espectador. Esa búsqueda de los sentimientos no se realiza sólo por la seducción de la belleza, sino también por lo feo, lo grotesco, lo provocativo o lo inusual, lo original, lo insólito. Desde un punto de vista actual, la obra de arte no es ni lo bello, ni lo antiguo, ni lo inútil, sino una creación universal, continua y permanente.

Sí está claro que en cualquier caso el arte requiere de un conjunto de procedimientos, un método para obtener resultados determinados. Pero tal capacidad técnica ha de ir siempre aparejada de una formulación teórica que sustente el sentido de la creación artística.

Sistema y clasificación de las artesLas diferentes interpretaciones de la palabra arte, así como la esencia a éste

asignados, han dado ocasión también a diversos modos de ordenar y clasificar las distintas actividades a que se aplica dicha denominación, no todas comprendidas siempre en la misma. Así, desde la Edad Media y hasta el siglo XVI, en la denominación de siete artes se comprendía el trivio (gramática, retórica y lógica) y el cuadrivio (aritmética, geometría, astronomía y música), que eran las consideradas artes liberales, en contraposición a las artes mecánicas o serviles, que dependían principalmente de la ejecución manual.

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Hegel clasificó las artes según su mayor o menor capacidad para la representación de lo ideal, y distribuyó las cinco tenidas por él como fundamentales en las tres categorías siguientes: arte simbólico (la arquitectura), arte clásica (la escultura) y artes románticas (pintura, música y poesía). También se refiere en la Historia del Arte tres grandes modelos, que corresponden a tres momentos de la idea o tres momentos de civilización general. La primera es la forma simbólica, donde no se producen más que imágenes groseras de las fuerzas naturales o abstracciones morales de escasa personalidad. Viene después la forma clásica, en que idealizando la materia se llega al equilibrio perfecto de la idea y su manifestación exterior. Por fin, cuando el arte se espiritualiza más y busca su ideal en el interior de la conciencia, nace la forma romántica. De dichas tres formas, la primera sería propia de los pueblos de Oriente, la segunda de Grecia y la tercera de la Edad Media.

En un segundo ciclo o momento del arte romántico, la personalidad del artista entra en juego, y en ella se encuentra el interés esencial. Vendría después de esta etapa otra en que la personalidad del creador se sobrepone al sujeto arte, triunfando la voluntad del artista y su fantasía. Sería en este punto en el que el arte ha cumplido su destino, según Hegel.

Pueden recordarse otros sistemas que han alcanzado una notable repercusión en el pensamiento artístico. Richard Wagner distinguió tres artes correspondientes a la esencia del hombre (música, mímica y poesía) y tres relacionadas con la naturaleza (arquitectura, escultura y pintura). Grosse y Fechner establecieron dos grupos: artes del reposo o estáticas (arquitectura, escultura y pintura) y artes del movimiento o dinámicas (música, poesía y drama). Lipps toma como punto de partida para clasificación la consideración de los objetos artísticos, estableciendo la existencia de artes abstractas y artes concretas, según se representen por una realidad determinada o sólo por rasgos generales.

Suelen también distinguirse las artes mayores y menores, siendo las primeras la pintura, la escultura y la arquitectura, y las segundas aquellas de carácter industrial o decorativo.

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