INTRODUCCIÓN

¿QUÉ ES EL TEMAZCAL?

SAN FRANCISCO OXTOTILPAN

EL TEMAZCAL PARA LOS MATLATZINCAS

PREPARACIÓN Y PROCESO

El temazcal ha sido por siglos una práctica cultural a la que aún son fieles muchos pueblos indígenas, mismos que han dado frente a los cambios sociales, políticos, religiosos y culturales.

Los temazcales que aún podemos encontrar en algunas regiones de México son de diferente forma y tamaño, esto debido al contexto, es decir, cada pueblo indígena construye de una forma diferente sus temazcales adaptándolos a las condiciones de clima existentes.

San Francisco Oxtotilpan perteneciente al municipio de Temascaltepec en el Estado de México, es una de las comunidades indígenas matlatzincas que aun llevan a cabo este tipo de práctica.

El tipo de temazcal empleado por los matlatzincas al igual que la preparación y el proceso del baño a vapor, se diferencian al de otras culturas.

En este material te explicamos cómo se da esta práctica Matlatzinca.

Palabra de origen náhuatl compuesta por temaz – vapor y calli – casa.

Es una práctica ancestral que se realiza dentro de una pequeña caseta construida con adobe, piedras, madera, mantas o pieles, en la cual se

introducen piedras que se ponen a calentar dentro de esta y que posteriormente son rociadas con agua preparada a base de plantas medicinales, lo que genera vapor. El vapor es manejado y dirigido por un guía que abanica plantas frescas mientras aplica masajes, hidroterapia, aromaterapia, cantos y ejercicios de meditación.

El temazcal es un ritual que ha sido utilizado durante siglos para fines terapéuticos y relajantes. Los fines actuales del temazcal son semejantes a los del México antiguo. Tener la experiencia de un baño de temascal no es una cotidianeidad, sino parte de un hermoso ritual.

La comunidad de San Francisco Oxtotilpan está situada en el Municipio de Temascaltepec, Estado de México. Está conformado aproximadamente por 1346 habitantes, la mayoría Matlatzincas.

Con el paso de los años y ante los inevitables cambios sociales y culturales (entre otros), ha provocado que esta comunidad haya perdido su organización tradicional, y actualmente funge como una agencia municipal, con funcionarios que corresponden al mismo.

Los Matlatzincas de esta comunidad se dedican básicamente a la elaboración de alimentos como quesos, tortillas, tamales y pan que son comercializados dentro de la misma o bien, son comercializados en pueblos vecinos o incluso en la capital.

También siembran semillas como el maíz y trigo que posteriormente son recolectados junto con frutos y verduras que igualmente son comercializados o utilizados para consumo propio.

Una de las prácticas culturales Matlatzinca de la región de San Francisco Oxtotilpan (que hasta hace unos años era una de las principales actividades de la comunidad), es el baño en temazcal. Hablamos de una práctica comunitaria que hoy en día se encuentra inmersa en este mundo de cambios sociales y culturales acelerados, mismos que han provocado que gran parte de la comunidad Matlatzinca ya no practique este saber ancestral con frecuencia, incluso hasta con fervor.

El contacto e incluso la adopción de prácticas occidentales, es lo que ha provoca que gran parte de los Matlatzincas de esta región ya no lleven a cabo esta práctica comunitaria como en años anteriores, es decir, es un saber ancestral que se ha ido quedando en el rezago.

Por ejemplo, si anteriormente se utilizaba el temazcal como el medio para que los Matlatzincas pudieran tener un aseo personal, ahora los baños sofisticados se han encargado de ir reemplazado esta función.

En la cultura Matlatzinca, el temazcal se empleaba principalmente para tratar cierto tipo de enfermedades o dolores musculares, así como para la purificación del cuerpo humano. Es una práctica en la que se empleaba el uso de plantas medicinales que eran hervidas en agua y que posteriormente se utilizaba para bañar a la persona enferma, e incluso para quien deseara bañarse con esta agua.

Algunas de estas plantas o hierbas utilizadas para la infusión eran obtenidas en la misma comunidad, algunas de ellas como jarilla, estafiate, caricillo etc. La búsqueda y recolección de estas plantas era tarea únicamente de las mujeres, algunas veces en compañía de sus hijas, otras veces solas.

El temazcal también era empleado para brindar baños a las mujeres embarazadas o aquellas que recientemente habían dado a luz. En el caso de las mujeres embarazadas, la chamana era quien entraba con ella al temazcal y una vez dentro, procedía esta última a darle masajes en el vientre para que llegada la hora del parto, no surgieran complicaciones.

En el caso de las mujeres que ya habían dado a luz, estas mismas podían meterse al temazcal en compañía del recién nacido, pero a diferencia del primer caso, en este, la estancia dentro del temazcal era más breve.

Una vez terminado el baño a vapor dentro del temazcal en compañía del masaje, la mujer se bañaba por si sola pero si requería ayuda alguien de la familia como la hermana, madre o abuela la ayudaba, mientras él bebe era vestido por algún familiar y esperaba dentro de la casa a que su mamá estuviera lista para amamantarlo.

Este proceso duraba hasta que la mujer cumplía la cuarentena de reposo, y durante todo este tiempo era recomendable y hasta cierto punto obligatorio, el que no realizara actividades domésticas o de trabajo y que dedicara todo su tiempo al bebé, incluso también le era recomendado tomar baños de vapor en compañía de su hijo. Según los Matlatzincas, esto servía para afianzar el vínculo afectivo entre madre e hijo.

De hecho ante todo esto, en la comunidad existía la creencia de que el temazcal era como el vientre materno, ya que físicamente representa la vagina de la mujer. De ahí el que también sea un lugar para purificar el cuerpo, es decir, una persona entra impura y después de todo un proceso y ritual sale puro como los recién nacidos.

Antes de que se lleve a cabo el baño en el temazcal, las dueñas del mismo tienen que prepararlo, ello consiste en la colocación de un cúmulo de piedras de río que se colocan justamente en el fondo del temazcal.

Se coloca un pequeño fogón debajo de las piedras para que estas (al igual que el temazcal) se calienten por determinado tiempo. Para este proceso se utilizan trozos de ocote que sirven como cerillos, así también madera de encino para calentar las piedras.

Dependiendo el uso que se le iba dar en ese momento al temazcal, se utilizaban o no plantas medicinales, es decir, si el baño en temazcal era para curar alguna enfermedad o algún padecimiento, las mujeres con anticipación iban a cortar plantas o hierbas como jarilla, salvia, carricillo o estafiate, mismas que ponían a calentar con agua para que fuera utilizada al rociar las piedras calientes o bien, para que la persona enferma al salir del temazcal se bañara con ella. Pero si nada más iban a ocupar el temazcal para aseo persona, era opcional la utilización de algunas de estas plantas.

Hablamos de una actividad que se realiza principalmente en la noche, esto debido a que era necesario que quienes se iban a meter al temazcal lo hicieran totalmente desnudos, sin que esto significara que aquellos quienes se sintieran incomodos por seguir esta tradición tuvieran prohibido meterse.

Una vez estando todos dentro del temazcal, se cerraba bien la entrada para que el vapor y calor dentro de este no se escapara. Anticipadamente se seleccionaba a una mujer quien se encargaría de ir rociando las piedras calientes con agua, así como de ir vareando los cuerpos desnudos de las personas con carricillo. La mujer que se dedicaba a varear a las otras personas, podía intercambiar esta tarea asignada por otra, siempre y cuando se tratara igualmente de una mujer.

Es común y normal ver que varias personas pueden utilizar al mismo tiempo el temazcal, de hecho es una sesión compartida, a excepción de que el temazcal fuera a ser utilizado por una persona enferma o una mujer que fuera dar a luz, ya que estos tenían que entrar únicamente con un chamán y si era necesario , con un acompañante siempre y cuando este último fuera familiar o conocido.

Autores:

Ríos Guerrero Edgar Ismael

Jiménez Millán Gabriela