Tendiditis

1
Tendiditis: Un esfuerzo repetitivo o una sobrecarga en una zona de tu cuerpo pueden provocar que algunos músculos trabajen más que otros, debilitando la zona de los tendones. Te contamos cómo recuperarte de una tendinitis. Prevención de tendinitis Si se quiere esquivar la tendinitis hay que evitar los movimientos repetitivos y la sobrecarga de brazos y piernas. También es aconsejable mantener los músculos fuertes y flexibles. Para ello, hay que ejercitar las extremidades superiores e inferiores, sin repetir excesivamente un mismo movimiento. Se recomienda alternar diversos tipos de movimientos, con pequeños intervalos de recuperación. La aparición de molestias es un indicador de que debe reducirse el ritmo del entrenamiento. Conviene recordar que la musculatura puede ejercitarse en un plazo breve, de pocos meses, pero otras estructuras como los tendones y las articulaciones tienen un proceso de adaptación muy lento. Poseer la fuerza suficiente que permita realizar determinados movimientos no quiere decir que puedan ejecutarse sin riesgo de lesiones. Cuando se ha permanecido inactivo durante una temporada, debe prestarse todavía más atención a seguir una adecuada progresión en el ejercicio. Tratamiento de una tendinitis El objetivo del tratamiento de la tendinitis es principalmente aliviar el dolor y, al mismo tiempo, reducir la inflamación. Se utilizan antiinflamatorios no esteroideos (ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, aceclofenaco, diclofenaco, entre otros), tanto por vía oral como tópica; en el último caso en forma de crema o gel para frotar sobre la superficie lesionada. También se debe intentar reducir al máximo la movilidad de la zona afectada, utilizando una férula o un dispositivo ortopédico removible. La aplicación de calor o frío en el área afectada también alivia el dolor. En los casos en los que el dolor no remite, se recurre a una inyección de glucocorticoides en la vaina del tendón afectado que comúnmente se denomina infiltración. Diversos estudios señalan que la terapia convencional no invasiva de estimulación eléctrica transcutánea del nervio (TENS), obtiene mejores resultados que la inyección de glucocorticoides. Una vez que pase el dolor, es necesario que el paciente realice fisioterapia de estiramiento y fortalecimiento del músculo y el tendón, para mejorar la cicatrización y prevenir lesiones futuras. En ocasiones se recurre a la cirugía para limpiar el área afectada y disminuir la inflamación. En casos crónicos, la eliminación de la sección del tendón afectada con cirugía da buenos resultados

Transcript of Tendiditis

Page 1: Tendiditis

Tendiditis: Un esfuerzo repetitivo o una sobrecarga en una zona de tu cuerpo pueden

provocar que algunos músculos trabajen más que otros, debilitando la zona de los

tendones. Te contamos cómo recuperarte de una tendinitis.

Prevención de tendinitis

Si se quiere esquivar la tendinitis hay que evitar los movimientos repetitivos y la sobrecarga de brazos y piernas. También es aconsejable mantener los músculos fuertes y flexibles. Para ello, hay que ejercitar las extremidades superiores e inferiores, sin repetir excesivamente un mismo movimiento. Se recomienda alternar diversos tipos de movimientos, con pequeños intervalos de recuperación. La aparición de molestias es un indicador de que debe reducirse el ritmo del entrenamiento. Conviene recordar que la musculatura puede ejercitarse en un plazo breve, de pocos meses, pero otras estructuras como los tendones y las articulaciones tienen un proceso de adaptación muy lento. Poseer la fuerza suficiente que permita realizar determinados movimientos no quiere decir que puedan ejecutarse sin riesgo de lesiones. Cuando se ha permanecido inactivo durante una temporada, debe prestarse todavía más atención a seguir una adecuada progresión en el ejercicio.

Tratamiento de una tendinitis

El objetivo del tratamiento de la tendinitis es principalmente aliviar el dolor y, al mismo tiempo, reducir la inflamación. Se utilizan antiinflamatorios no esteroideos (ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, aceclofenaco, diclofenaco, entre otros), tanto por vía oral como tópica; en el último caso en forma de crema o gel para frotar sobre la superficie lesionada. También se debe intentar reducir al máximo la movilidad de la zona afectada, utilizando una férula o un dispositivo ortopédico removible. La aplicación de calor o frío en el área afectada también alivia el dolor.

En los casos en los que el dolor no remite, se recurre a una inyección de glucocorticoides en la vaina del tendón afectado que comúnmente se denomina infiltración. Diversos estudios señalan que la terapia convencional no invasiva de estimulación eléctrica transcutánea del nervio (TENS), obtiene mejores resultados que la inyección de glucocorticoides. Una vez que pase el dolor, es necesario que el paciente realice fisioterapia de estiramiento y fortalecimiento del músculo y el tendón, para mejorar la cicatrización y prevenir lesiones futuras. En ocasiones se recurre a la cirugía para limpiar el área afectada y disminuir la inflamación. En casos crónicos, la eliminación de la sección del tendón afectada con cirugía da buenos resultados