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    Revista Pilquen Seccin Ciencias Sociales Ao XII N 13, 2010

    Rec ib ido : 19 / 09 / 10 A c e p t a d o : 22 / 09 / 10

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    ENTREVISTA

    A RAL A. RODRGUEZ La Teora Crt ica de la Escuela de Frankfurt : su actualidad en tres etapas i

    Por Raquel Borobia1

    CURZA Universidad Nacional del Comahue

    Ral Antonio Rodrguez (Sgo. del Estero, 1950) es Profesor en Filosofa, Magster enSociosemitica y Doctor en Filosofa. Profesor e investigador de la Universidad Nacional deCrdoba y la Universidad Nacional de Villa Mara. Es autor de numerosas publicaciones enrevistas cientficas, captulos de libros y de las obras El Signif icado en los Obj etos Sociales(Crdoba, 1998), Neoposit ivismo y Marxi smo (Bs.As., 2006), Cult ura y Racional idad en la

    Teora de la Accin Comunicat iva de Jrgen Haberlasy Consideraciones crt icas sobre l aincidencia de la cult ura en la racional idad social y de la accin, en trmite de edicin.Profesor invitado en cursos y seminarios en nuestro pas, en otros pases americanos y enEuropa.

    Raquel Borobia: Para comenzar a hablar sobre la Teora Crt ica podra hacernos un panoramaacerca de las etapas de su desarrollo, sus contextos histricos y sus principales representantes?

    Ral Rodrguez: Podemos caracterizar las etapas a partir de quines son los actores ms conspicuosque representan esta tradicin filosfica. De alguna manera ellos son, en la primera etapa, desde1932 y hasta fines de los aos sesenta, Horkheimer, Adorno, Eric Fromm y Marcuse. Junto con ellos,estn algunas f iguras que cont ribuyen activamente en la definicin de l as lneas tericas y prct icasque orientaba a este grupo de estudiosos e investigadores mientras que otras figuras aparecentangencialmente, vinculadas indirectamente o compartiendo el espritu de trabajo y depreocupacin. En estos casos es conocido, por ejemplo, Walter Benjamin. Tambin hay otrosautores o pensadores que fueron importantes, inclusive, en la misma gestacin del Instituto deInvestigacin Social que los nucle; estoy pensando en figuras como Pollock y Lwenthal. Lasegunda etapa la podemos ubicar en torno a la figura de Habermas desde fines de los aos sesentahasta la actualidad. Una tercera etapa que se solapa con Habermas desde los aos ochenta sera lasingularizada por Dubiel y Honneth, este ltimo, el actual director del Instituto de InvestigacionesSociales en la Universidad de Frankfurt.

    A partir de los escritos de todos ellos, vemos que el planteo terico se inicia implicado fuertementecon la reflexin crtica en torno a una sociedad en transformacin, como es, en sus momentosiniciales, la Alemania de Weimer, los primeros pasos en la construccin del socialismo en la URSS yel surgimiento del nazismo. Pero hay que aclarar que los planteos tericos de Horkheimer,

    fundamentalmente cambian segn el escenario social y poltico: antes de la emigracin a los EEUU,durante su permanencia en los EEUU, entre 1934 y 1949 y cuando regresa a Alemania. En estesentido es totalmente revelador la reconstruccin histrica del regreso de Horkheimer que haceWiggershaus en su Die f rankfurt er Schule: captulo VI.

    La crtica terica, poltica y filosfico-social que es tratada por el Instituto de InvestigacionesSociales bajo la direccin de Horkheimer, en 1932, era una continuidad del Instituto deInvest igaciones Sociales que, inaugurado en 1924, se haba formado bajo la di reccin delaustromarxista Carl Grnberg. Luego de un problema de enfermedad por el que tuvo que dejar ladireccin del Inst it uto, en 1932 asume la direccin Horkheimer Por qu Horkhiemer? Porqueentonces, por circunstancias del momento, hay un requerimiento formal que se debe cumplir paraconcretar la vinculacin del Instituto con la Universidad de Frankfurt. Flix Jos Weil, argentino que

    [email protected]

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    estudi a la sazn en Alemania, fue mentor econmico de este Instituto e impulsor pertinaz detodas las act ividades que condujeron al agrupamiento de estos pensadores. Deca que Weil , acuerdaen que la direccin del Instituto la tome Max Horkheimer, quizs la persona menos esperada paraesa funcin por sus escasos antecedentes de produccin identificada con los lineamientos marxistasdel Insti tuto. Con Horkheimer, se inicia, as, la acentuada opcin acadmica de esta f ilosfica social

    crtica que qued expresamente marcada cuando defiende al Instituto ante las acusaciones delnuevo gobierno nazi en Alemania al cerrarlo por identificar al mismo con planteos marxistas. Laneutralidad poltica que all defendi Horkheiemr se mantuvo tambin como una exigenciaplanteada a los integrantes del Instituto en los EEUU, tal como lo relata Marcuse en una entrevistacon Habermas.

    Antes de la direccin de Horkheimer , desde los aos 20, las grandes convulsiones en la repblica deWeimar como corolario de la situacin de postguerra -1era Guerra Mundial-, y la sublevacin deobreros y militantes socialistas y comunistas que pugnaban por constituir estados obreros, influyenen las reflexiones que comienza a desarrollar este grupo organizado por Flix Weil en 1922. Allestn las cercanas tericas con Lukcs y Korch. En esa etapa la preocupacin era por analizar lasociedad contempornea, sus incertidumbres y convulsiones populares a travs del marxismo. As escomo la publicacin del Inst it uto era el Archivo de la historia del socialismo y del movimiento

    obrero , en donde Weil publica, en uno de sus lt imos nmeros Historia del movimiento obreroargentino .

    En 1932 la preeminencia del enfoque filosfico distanciado de la interpretacin de los hechossociales que hasta entonces era una especie de sociologa filosfica o sociologa terica, seconsolida con Adorno y Horkheimer. Sus reflexiones toman distancia de los anlisis histricossociales vinculados al movimiento obrero en Europa y de otros aspectos de la teora marxista. Asvemos que en los nmeros de la Revista del Insti tuto de Invest igaciones (que sust it uye al Archivo de Grnberg), ent re 1932 y 1941, cuando se trat a el nazismo, los enfoques soneconmicos sociales y en el marco de la teora de las formas del capitalismo. Frente a algunasinterpretaciones anacrnicas sobre los fundadores de la Escuela de Frankfurt cabe recordar quehasta entonces no aparece alguna alusin a los crmenes nazis. Este problema, el de la persecuciny genocidio de socialistas, comunistas, judos, polacos, gitanos, etc. ser centro de atencin luegodel juicio de Nremberg (1945-1946)

    Horkheimer toma al marxismo como un referente terico para enlazarlo con algunos aspectos de lahistoria de la filosofa alemana que no son los que, desde las perspectivas ms clsicas, se harelacionado. As, en sus planteos, hay una re conceptualizacin de la crtica marxista de la sociedadcapitalista enfatizando su dialctica hegeliana a la que traducen en una filosofa de la historiacarente de ideales polticos. Como bien seala Habermas, Horkheimer desemboca, al final, en unaambigedad entre el escepticismo y un aliento de esperanzas en ese devenir al que la dialctica dela razn conduce inexorablemente; Adorno fue, en ese sentido, ms coherente con unainterpretacin siempre escptica.

    R.B.: Esta es la razn por la cual usted deca que Horkheimer fue la persona de quien menos seesperaba que dir igiera el Inst it uto en esa etapa?

    R.R.: Exacto, porque quien est detrs de toda est organizacin, fundacin o sostenimiento esFlix Weil quien no desaparece de sus vnculos con Horkheimer hasta cuando estn ambos en EEUU.Por los planteos de esos aos treinta como as tambin, si observamos la trayectoria de Weilposterior a su regreso a la Argentina, colabora con el Plan Pinedo de economa, siempre mostrinters por vincular las reflexiones tericas a una prctica social y poltica, directa o indirecta. FelixWeil, cuando perge el Instituto en los aos veinte y treinta, en Frankfurt, pens que el aporteterico tiene que reflejarse en la poltica, y esto lo mantuvo hasta sus ltimos aos. Tales actitudestericas las vemos cuando se involucra en la poltica argentina tanto como cuando sigue escribiendosobre aspectos de economa poltica en los ltimos nmeros de la revista del Instituto deInvestigacin Social, cuando ya est en EEUU. Creo que tenemos aun una deuda importante en lascuestiones tericas: analizar los escritos de Flix Jos Weil. Retomando los inicios de la Escuela deFrankfurt, quienes aparecan ms pertinentes para su direccin eran aquellos que tenan un

    compromiso social y poltico ms fuerte. Pero la poca en que viva la Repblica de Weimer en losaos 31 y 32, con luchas radicales entre socialdemcratas, comunistas-espartaquistas ynacionalsociales (nazis) no daba lugar a un ingreso sin turbulencias del marxismo en el mbitoacadmico. Cuando los nazis se hacen cada vez ms fuertes polticamente y socialmente se

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    necesitaba un docente con un perfil mucho ms acadmico, un perfil de alguien que no estuvieratan vinculado con el marxismo pblicamente. sta era una necesidad frente a una universidadconservadora, como era la Universidad de Frankfurt, si bien la ms liberal de la poca, pero quetena tambin componentes conservadores que no dejaban de hacerse sent ir en sus valoracionesnegativas respecto de tener un Instituto de Investigacin de sociologa, que de alguna manera se

    entenda que eran estudios del socialismo. Horkheimer, en ese contexto, comienza a desarrollar unafilosofa social, vinculada como aporte a las ciencias sociales en general, donde el marxismo es unateora social ms y donde la clase obrera es un sujeto, entre otros, sobre el cual habra que pensar.As, luego, de una lectura de una sociedad de clases desembocar en una sociedad de masa. Eldiscurso inaugural de Horkheimer es absolutamente diferente del que pronunci Grnberg, en elque claramente se manifiesta marxista, discurso que explcitamente referencia a comprender a laclase obrera. De hecho, l era quien haba fundado el archivo de Historia del Socialismo y delMovimiento Obrero que vena funcionando desde 1911. El tono que va a dar Horkheimer serdistinto, tiene que ver con esta poca: estamos hablando del ao 32, cuando inicia el Instituto conla publicacin de la revista. A travs de esta revista aportan tambin Adorno y Erich Fromm en losprimeros nmeros. Se vinculan intelectuales con artculos, ya sean de anlisis econmico, social oterico esttico como el que hace Adorno, o a travs de reseas de las publicaciones que se estndando en ese momento. Inclusive, una de las reseas es sobre el Crculo de Viena. La revista era un

    espacio que permita poner de manifiesto las novedades del pensamiento social emergente en esemomento en Europa y, como corresponda a su poca, estaba tomndole el pulso a esasconvulsiones polticas, obreras, al desencantamiento o no de la Repblica de Weimar; a los intentosde las repblicas soviticas que se daban en la misma Alemania o en Austria, en Hungra o Polonia,junto con la revolucin rusa que ya haba sucedido en el ao 1917. Dentro de ese contexto haba unconjunto de pensadores sociales que tomaban estos temas como objeto de invest igacin. Muchos deellos, ligados a partidos polticos, a la social democracia o al incipiente Partido Comunista Alemn(KPD). Entonces no se entenda que haba que generar una teora adosada a un partido y que seconstituyera en el dogma del partido. No estaba la idea de una interpretacin filosfica oficial. Esose concreta aos despus, ya en la Unin Sovitica, y fue por los carriles polticos de Stalin.

    Cuando ganan las elecciones los nacionalsocialistas, se ordena el cierre del Instituto por estarinvolucrado con el comunismo y la socialdemocracia. Esto sucede el mismo da que asume Hitler.

    Inclusive, intervienen en la casa de Horkheimer y se confi scan los bienes. Obviamente, laprohibicin que se genera en ese contexto es explcitamente contra los comunistas, lossocialdemcratas y los judos. El grupo del Instituto, por su doble condicin, identificados como filo-marxistas y judos, se ven afectados para poder seguir trabajando en Alemania. Ellos no tienen otraalt ernat iva que sali r de Frankfurt y se van a Suiza. Horkheimer t iene permiso de los nazis parallevarse material bibliogrfico. Estamos hablando del ao treinta y dos. Todava no ha comenzado laSegunda Guerra como tampoco los campos de concentracin. En el ao 1933 reconstituyen elInstituto en Suiza, mientras que otros se van a Holanda y a Pars. Finalmente, con el tiempo, todosvan a EEUU. Recordemos la tragedia de Walter Benjamin que termina suicidndose por 1940 en suintento por refugiarse tardamente en Espaa. Obviamente que esta migracin, este exilio quehacen los dems hacia EEUU, los ubica lej os del contexto social histrico que fert il izaba sus ideas.El pensador, sin el contexto que genera sus ideas es un pensador que ha quedado de alguna maneramutilado de lo que son las nutrientes de su propia reflexin As tambin, un pensador que se ancla

    en su contexto ante los riesgos de la sobrevivencia corre tambin el riesgo de traicionar su propiacoherencia.

    Dado el carcter del planteo filosfico que estaba en ciernes ya en Horkheimer y Adorno, elcontexto de EEUU, las condiciones de posibilidad que les daba EEUU para poder desarrollar susinvestigaciones y poder trabajar, no favorecieron su integracin a la cultura norteamericana.Siguieron trabajando en la Universidad de Columbia, luego fueron a California, pero no estabanintegrados a los equipos acadmicos norteamericanos, tal es as, que en EEUU la sociologanorteamericana no los considera parte de su propia historia.

    En los EEUU es donde las reflexiones van tomando un vuelo ms filosfico y lo social es visto como laobjetivacin negativa del devenir de la razn. La reflexin filosfica de lo social se va consolidandoya no como el espritu crtico en torno a una razn instrumental que acompaa el surgimiento delcapitalismo, sino que ahora se ve este devenir propio de la razn a travs de la historia toda de lahumanidad. Tratando de rescatar las ideas de autonoma propias del pensamiento de la Ilustracin,la pregunta es cmo se realiza esta autonoma cuando en esta razn y su despliegue histrico de

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    alguna manera no aparecen las rendijas por las cuales podamos avizorar un futuro de realizacinplena. El escepticismo gana a Horkheimer y sostiene la lnea continua del pensamiento de Adorno.

    R.B.: No es ajustada, entonces, la lectura que vincula el escept icismo de Horkheimery Adorno en

    esa etapa, con la idea del holocausto?R.R.: No, lo que ocurre es que no puede haber una conciencia del exterminio porque estamoshablando del 39, todava no empez la Segunda Guerra Mundial. La toma de conciencia del mundosobre lo que fue el holocausto, los campos de concentracin, la magnitud de lo que fueron, seproduce despus de la Segunda Guerra Mundial . Por ej emplo, cuando se l ibera a Auschwit z, en elao 45, la liberan las tropas soviticas que estn avanzando, y toman luego Berln. Todo esto va aparecer en sus detalles en el j uicio de Nuremberg, aos 1945 y 1946. All se tendr conciencia de lareal dimensin de todo lo que haba pasando. El pensamiento escptico que van alcanzandoHorkheimer y Adorno, comienza en la lectura de EEUU, en la lectura de una sociedad que estnviendo que es el despliegue del capitalismo, con una alienacin en la que desaparece la clasetrabajadora como sujeto artfice potencial del cambio. En una sociedad que se alienaba por unacultura de los medios de comunicacin -en ese caso ellos hablaban de la radio fundamentalmente-

    con una produccin artstica totalmente industrializada. De all la crtica a la industria cultural.Ellos estn viendo ese fenmeno de amalgama de la conciencia que proviene de un gran aparatoideolgico que se configura en la sociedad y dicen: esto es el capitalismo. Y all tengo el fascismo,como la continuacin del capitalismo. Es decir, estn viendo estas dos dimensiones, entonces noestn avizorando una dimensin positiva en ese contexto. En lo que ellos ven, tampoco aparecacomo esperanza la Unin Sovitica, porque pensaban que la planificacin de la Unin Sovitica noescapaba de esa lgica de la razn instrumental. Recordemos que la URSS fue estudiada por algunosinvestigadores del Instituto de Investigaciones en torno a las discusiones de los aos 30 sobre quera la socializacin, Tomemos en cuenta que hasta ese momento no haba una idea monoltica de loque era la socializacin o bien, qu haba que hacer con el Estado cuando se haca una revolucinsocialista. Ellos vean que esas planificaciones tambin eran transformaciones de la racionalidadcapitalista, de la racionalidad instrumental.

    R.B.: Usted menciona la categora racionalidadCmo podemos ponerla en relacin con la idea derazn? Desde cundo comienza a jugar esta categora en l a escuela?

    R.R.: Horkheimer y Adorno utilizan la categora de Razn. Y la categora Razn tiene este pesofilosfico y metafsico. Se sustantiva una facultad que est en la lnea de la Ilustracin. El conceptode racionalidad aparece ms bien en Habermas, y se dirige, este concepto de racionalidad, comouna categora de valor que se le asigna a los comportamientos, a las acciones o a los pensamientos.Ah es importante encontrar un criterio normativo que nos permita decir cundo algo es racional.Desde ese criterio normativo de la racionalidad es que nosotros podemos evaluar uncomportamiento, una conducta o una accin, como racional. Esto es desplazar el concepto de razndel espectro ms filosfico y casi metafsico al plano de lo social, al plano de la accin, al plano delo sociolgico.

    DESPUS DE AUSCHWITZ NO SE PUEDE HACER FILOSOFA

    Lo que quera decir respecto al impacto del nazismo en el pensamiento de los clsicos de Frankfurtes que Adorno, en el ao 1966, aproximadamente, cuando escribe Dialct ica negati va, all tiene unafamosa frase que dice Despus de Auschwit z no se puede hacer fil osofa . Pero ese concepto - oque no se puede hacer poesa- alude a que la magnitud del horror no puede ser transcripto deninguna forma que pueda de alguna manera impactarnos o hacernos comprender. De todos modos,el sentido de esta frase en algn lugar l la vuelve a discutir, pero estamos hablando de los aossesenta, recordemos que despus Adorno muere en el ao 1969. Al respecto hay algunos textos quediscuten el sentido de esa interpretacin. Pero de ninguna manera su escepticismo comenz en el

    ao 1960, el escepticismo de estas teoras viene por su propia naturaleza, por su propio devenir y vaapareciendo en los mismos escritos producidos en los EEUU.

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    R.B.: Cuando hablamos de Habermas estaramos pensando ya en una segunda et apa?

    R.R.: Si nosotros pensamos que el Instituto de Investigacin gener esta plyade de pensadores, deescritores, que tenan un aire de familia, un modo de trabajar, si bien no los orientaban los mismosprincipios tericos, ni tenan recursos metodolgicos equivalentes, pero s compartanpreocupaciones sociales, entonces, con la muerte de Adorno en 1969, que fue el director delInstituto hasta el ao 1968, marcamos el fin de esta trayectoria. Luego, con Habermas, quecomenz trabajando con Adorno, est el intento de resignificar la primera etapa de la teora crtica.Esta preocupacin por la dimensin emancipatoria, clave en la fundacin del Insti tuto. Retomar estapreocupacin y discutir el potencial de esperanza que tena esta perspectiva. Discutir elescepticismo en el que haba desembocado que era casi anlogo al que haba llegado tambin lateora de la racionalizacin social de Max Weber. Con Habermas, entonces, tenemos un nuevoenfoque que tiene algunas particularidades como la de ponerse frente al marxismo y quererlocompletar. Preocuparse por cmo en una sociedad con estas particularidades, de crisis, de angustia,de desigualdad, existe el potencial de liberacin del hombre, no en trminos solamente polticos,sino en trminos de necesidades propias de la realidad social. Habermas toma las inquietudes quecaracterizaron a la teora crtica, tanto en la etapa antes del exilio, como durante el exilio y elretorno, y las reelabora. Piensa y recrea esto con una nueva perspectiva, que a su vez atraviesa

    todo el desarrollo de las teoras sociales y filosficas que le han sido contemporneas a Habermasdesde los aos sesenta hasta el ao 2000, y que de alguna manera trata de hacerse cargo de lainterpretacin de los nuevos fenmenos que suceden en la realidad, fundamentalmente europea yalemana.

    R.B.: Esto quiere decir que no podramos hacer una lectura de nuest ra realidad a part ir deHabermas?

    R.R.: No podemos transcribir mecnicamente una teora como interpelando nuestra particularrealidad social. Yo creo que podemos hacer una lectura de nuestra realidad, tomando lineamientostericos generales; o sea, tratando de encontrar en Habermas nutrientes tericas que nos ayuden ainterpretar de un modo ms refinado nuestra realidad social. La descripcin de muchas de laspart icularidades de su teora de la sociedad moderna, l mismo lo aclara, es la descripcin de unfenmeno que sucede en Alemania, cuyas singularidades, inclusive, no se anima a extender paratoda Europa. Pensemos entonces cmo hacerlo para el Tercer Mundo, que nunca estuvo presente enlas reflexiones de Habermas, al menos desde lo que yo s. En este punto, creo, debemos discutirqu hacemos con las teoras sociales y cmo ellas fructifican nuestros anlisis tericos de lasrealidades que nos toca vivir.

    R.B.: Qu valor asigna usted a la teora crt ica en general o, en part icular a la perspecti va deHabermas, para la investigacin social?

    R.R.: Continuando con la otra etapa que es la de Honneth, y apelando a mis recuerdos cuandoestudi en la Universidad de Frankfurt entre 1983 y 1984, por esos aos ochenta, alrededor deHabermas, se form un ncleo de pensadores como Helmut Dubiel, Axel Honneth, Clausse Offe.

    Estn tambin otros que sintieron su influencia: Albert Wellmer que es contemporneo deHabermas. Tampoco podemos olvidar la estrecha relacin de amistad y trabajo acadmico con Karl-Otto Apel, tambin de la Universidad de Frankfurt a travs de quien se da el acercamiento deHabermas al pensamiento de Charles Peirce.

    Si nosotros detenemos nuestras lecturas en torno a Dubiel o Honneth, vemos que la preocupacinterica es ms desde el orden de lo poltico. Yo creo que despus de la implosin de la UninSovit ica y de los pases ll amados del socialismo real , est la preocupacin por reconocer cmo secanaliza la energa transformadora de un mundo que no deja de percibirse en crisis y reflejo depatologas de la razn -como dir Honneth-. Entonces, las energas transformadoras, las reservasvitales, se piensa y -estn convencidos que- son canalizables a travs de la democracia. De unademocracia que merece ser definida, de una democracia que merece ser precisada, que merece seranalizada a travs del rol que juegan los partidos polticos y los movimientos sociales. En las

    limitaciones que tiene la democracia para tomar o para ayudar a superar conflictos o patologas,como tambin lo dice Honneth. Si nosotros quisiramos establecer una lnea que nos permitierahablar de ciert a cont inuidad a travs de la historia de la Escuela de Frankfurt , podemos decir quees la presencia de una sensibilidad hacia lo social, de una perspectiva que se nutre del marxismo,

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    sin seguirlo, y que, por otra parte, sostiene una preocupacin permanente por las expectativa de larealizacin de la autonoma del sujeto. El ideal del sujeto autnomo, as como lo proclamaba Kant,aparece tanto en Horkheimer y en Adorno, como en Habermas y en Honneth, sin necesidad de serkantianos cada uno de ellos. La necesidad no es otra sino la de la redefinicin de lo que es el sujetoautnomo y un planteo de que todo esto sea a travs de una reivindicacin de la filosofa social con

    un rol crtico. O sea que desde la filosofa podemos aportar a la comprensin social y marchar juntoa las ciencias sociales. Este perfil de reflexin poltico institucional es lo nuevo y distinto que tienenDubiel o Honneth respecto de otros planteos filosficos que se han orientado ms hacia los estudiosanalticos.

    R.Bdel lenguaje?

    R.R.: hacia los anlisis del lenguaje, o hacia los anlisis cognit ivos y que, de alguna manera,parecen ser ms especializados en el mecanismo de los procesos de pensamiento que en elmecanismo de cmo el pensamiento atiende lo social. En ese sentido, frente a esas otrasperspectivas, creo que podemos hablar de una continuidad.

    R.B.: Siendo Honneth, uno de los filsofos que abonan dicha continuidad en el marco de esaorientacin de la teora crt ica hacia lo polt ico, qu aporte de este f il sofo podra considerarsedistint ivo de su posicin en el marco de la teora?

    R.R.: Honneth, a mi entender, aporta una lectura crtica sobre el poder. Este es un tema que noaparece discutido centralmente en Habermas y por el cual se discute su teora del soporte social atravs del mutuo entendimiento. El poder, en Honneth no es tomado desde una visin ligada a laexpresa lucha de clases o como expresin de la lucha poltica en las democracias burguesas; elpoder aparece, ms bien, enquistado en la vida social, gestado en la constitucin de los mismossujetos sociales. Una teora del poder que, para Honneth, lo acera a la teora de Foucault y, porotra parte, nos introduce en su teora de la lucha por el reconocimiento.

    R.B.: Piensa usted que puede ser f rt il la t eora del reconocimiento de Honneth para t rabajarcuestiones relacionadas con la constitucin de la subjetividad poltica, en particular en estudios conj venes?

    R.R.: De hecho me parece que s, creo que el aporte que hacen para la filosofa social Habermas yHonneth, entre otros, es este giro hacia la intersubjetividad. Entender que la subjetividad se formaa partir de la intersubjetividad y que para poder comprender la subjetividad tenemos que partir dela intersubjetividad. No la intersubjetidad como una produccin de un sujeto autnomo que seinserta en lo social, sino de un sujeto que, dependiendo de la relacin con otros, construye suidentidad, construye su autonoma, construye su subjetividad, pero en esta interaccin y lucharecprocas con pares que estn de alguna manera interactuando en su vida cotidiana.

    i La entrevista fue realizada en el marco del Curso de Postgrado sobre La Teora Crtica de la Escuela de Frankfurt: su

    actualidad en tres etapas que el Doctor Ral Rodrguez dictara en el CURZA, UNCo en el mes de abril de 2010. El curso

    fue organizado por el Proyecto de Investigacin V 054 Produccin de sentidos en los jvenes de Viedma-Patagones y

    nuevas formas de subjetividad poltica, la Coordinacin de la carrera de Lengua y Comunicacin Oral y Escrita y las

    ctedras de Filosofa, Opinin Pblica, Problemtica de la Comunicacin y Metodologa de la Investigacin.