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Jacques Lacan
Biografía
Nació en París el 13 de abril de 1901, siendo uno de los cuatro hijos de un comerciante
vinagrero. Durante la primera guerra mundial, el colegio al que asistía se transformó en una
especie de hospital de campaña, y es probable que esta experiencia haya arraigado en él el
deseo futuro de una carrera médica. Sin embargo, también por aquella época, Jacques-
Marie era definido por quienes lo conocieron como altanero y distante, incapaz de
organizar su tiempo y de comportarse como los demás.
La agitada vida intelectual de su época, en la que figuras como André Breton, André Gide,
Jules Romains, James Joyce atraían cada vez más su atención, es vivida por él de forma tal
que rechaza los valores familiares y cristianos en los que había sido educado. En 1929,
sufre una profunda decepción por la partida de su hermano Marc hacia la Abadía de
Hautecombe. Había decidido ordenarse sacerdote y Jacques, quien siempre había sido su
protector, no había podido evitarlo.
Al iniciar su carrera médica, las ideas de Freud estaban ganando cada vez más espacio
dentro del pensamiento francés. Se había creado la revista l'Evolution Psichiatrique y había
sido fundada, el mismo día en que Lacan hacía su primera presentación de enfermo como
médico neurólogo, la SOCIETE PSYCHANALYTIQUE DE PARIS. Por otro lado, la
literatura también había acogido con entusiasmo la nueva concepción de la sexualidad
humana que provenía del psicoanálisis.
Entre 1927 y 1931 realizó los estudios necesarios para la especialización en psiquiatría. De
esta época resaltan sus contactos con Henri Ey, Pierre Mâle y otras figuras de aquel
entonces. Tres maestros que dejaron su impronta en él fueron Georges Dumas, Henri
Claude y G.Clérembault.
En junio de 1932 empieza su análisis con Rudolph Loewenstein, quien por aquellos
tiempos era considerado como el mejor analista didáctico de la SPP. Este único paso de
Lacan por una experiencia psicoanalítica en la que ocupara el lugar del analizando,
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finalizaría abrupta y violentamente seis años más tarde. En realidad, se presume que las
razones que lo llevaron a Lacan a analizarse con Loewenstein fueron más políticas que
científicas, transformándose así la cura en algo más parecido a un requisito que sabía
indispensable si quería ocupar posiciones de mayor nivel dentro de la SPP. En alguna
ocasión se ocupó de manifestar que, en verdad, Loewenstein no era lo suficientemente
inteligente para analizarlo a él. Por su lado, tampoco Loewenstein se privó de comentar
entre sus allegados que Lacan era inanalizable.
Luego de algunas relaciones amorosas vacilantes, en 1934 contrae matrimonio con Marie
Louise Blondin, quien era hermana de un antiguo compañero de estudios de Lacan, al que
éste admiraba profundamente. De la unión nacieron tres hijos: Caroline (1936), Thibaut
(1938) y Sibylle (1940). La paternidad no afectaría, sin embargo, el tiempo que dedicaba a
sus trabajos y la divulgación de los mismos.
En 1941 se divorcia de M.L.Blondin y se une con Sylvia Bataille, ex-esposa de Georges,
con quien tiene una hija: Judith Sophie (1941). Curiosamente, el creador del nombre del
padre, no pudo darle el suyo a esta nueva hija, por cuanto la ley francesa se lo prohibía por
no estar oficialmente divorciado hasta entonces de su primera esposa, y la niña fue inscripta
como Judith Sophie Bataille
En 1934 pasa a ser miembro adherente de la SPP. Asiste al congreso de la ASOCIACION
INTERNACIONAL DE PSICOANALISIS en Marienbad, donde presenta su trabajo sobre
el estadio del espejo (1936). Lacan consigue, finalmente en 1938, ser nombrado titular de la
SPP, luego de ejercer presión para que no se tuviera en cuenta algunas opiniones
desfavorables a su candidatura, entre ellas las de Loewenstein.
Bajo la consigna de un retorno a Freud, replanteó conceptos psicoanalíticos a través del
estructuralismo y la lingüística, lo que marca la influencia de Saussure y de la antropología
de Lévi-Strauss en su obra. Asimismo, fueron muy importantes para las
conceptualizaciones teóricas que desarrollaron las lecturas de Husserl, Nietzche, Hegel y
Heidegger. Podría decirse que Lacan leyó a Freud desde una exterioridad: psiquiatría,
surrealismo y filosofía.
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A partir del interés común por la obra de Hegel, comienza una amistad con Georges
Bataille, de quien toma su interés por Sade, sus reflexiones sobre lo imposible y sobre la
heterología, de donde toma el concepto de "real", concebido primero como "resto" y
después como "imposible".
La concepción lacaniana del inconsciente como estructura también está teñida de la
influencia de la obra de Lévi-Strauss. Por otro lado, los lazos que Lacan establece con
Koyré, Kojève, Corbin, Heidegger, Hyppolite, Ricoeur, Althusser y Derrida, muestran que
para él todo cuestionamiento del freudianismo debía pasar por una interrogación de tipo
filosófico.
La notoriedad que le proporcionó la frecuentación del medio intelectual parisino había
aportado a Lacan una pequeña clientela privada, pero hasta 1947 no recibió demasiados
pedidos de análisis didácticos. Fue el médico personal de Picasso.
En 1953 presenta su dimisión a la SPP. Las nuevas formulaciones que había introducido, en
particular las relativas a la práctica de la cura, hicieron que los sectores más ortodoxos de la
SPP lo acusaran de sembrar la discordia en la institución y la rebelión en los que eran sus
alumnos.
Se une con Lagache para fundar la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (SFP) y durante los
diez años que duró la SFP, encontrará en Francoise Dolto, que también se incorpora a la
nueva institución, a una interlocutora que valoraba en forma notable. 1953 también señala
el comienzo de sus seminarios públicos.
En 1963 fue expulsado de la ASOCIACION INTERNACIONAL DE PSICOANALISIS, y
un año más tarde fundó la Escuela Freudiana de París, junto a Dolto, Leclaire, Octave y
Maud Mannoni. Su objetivo, según sus propias palabras, era la restauración de la verdad en
el campo abierto por Freud, denunciando las desviaciones que obstaculizaban su progreso.
Para ello, decía, estaban habilitados de participar únicamente aquellos que se habían
formado con él. El nuevo grupo estuvo compuesto inicialmente por 134 miembros, la
mayoría de los cuales había pertenecido a la SFP.
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Paradójicamente, la razón de su posterior disolución quizás haya estado en su éxito: a partir
de 1966 comenzó un proceso de masificación incontrolable, que produjo un abultado
incremento en el número de miembros, que para 1979 eran ya 609. Esto no era
precisamente lo deseable para una institución que se había propuesto ser una república de
las elites. Fue en este período que Lacan propuso el pase como nueva forma de acceder al
título de didáctico, sosteniendo aquello de que el psicoanalista no se autoriza sino en sí
mismo.
Habiéndose ya iniciado su declinación física e intelectual, en particular luego de un
accidente automovilístico que sufre en 1978, disuelve en 1980 la escuela y funda la Causa
Freudiana, que luego sería la Escuela de la Causa Freudiana. En estas últimas disoluciones
y fundaciones ya no actúa sólo, sino que su yerno J.A.Miller es quien toma la posta con su
consentimiento.
En esos tiempos todavía daba algunos seminarios, pero sin el despliegue que tanto lo había
caracterizado y que tan profunda fascinación provocaba en su auditorio. Padecía una
patología vascular muy lenta en su evolución, pero de origen claramente cerebral. Además,
desde 1980 se le había declarado un cáncer de colon.
Falleció el 9 de septiembre de 1981 en París.
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Introducción
Nació en Paris (Francia) el 13 de Abril de 1901. Estudió Medicina y se especializó en
Psiquiatría.
En 1932 sustentó su tesis de Doctorado “de la psicosis paranoica en sus relaciones con la
personalidad”; y es a través de su interés por la psicosis, que Lacan se orienta cada vez más
hacia el psicoanálisis.
Es decir, Lacan desde la psiquiatría e interrogado por la función del ideal del yo en la
psicosis va investigando a Freud y en esa investigación, arriba a armar su propio edificio
conceptual e inicia lo que llama su formal transmisión que fue oral –salvo en sus escritos-
Desde 1953 hasta 1980 da un seminario público.
Retorno a Freud
Lacan comienza su enseñanza proponiendo un retorno a Freud, porque después de Freud
los llamados postfreudianos, la escuela del yo de Hartmann, lo que hace es tomar la
segunda tópica y apoyarse en el Yo.
Entonces piensan al Yo como algo fuerte que ha sido debilitado por alguna razón y en los
tratamientos psicoterapéuticos de lo que se va a tratar es de fortalecer al yo.
Se olvidan que el yo es subsidiario del ello, el yo hunde sus raíces en el ello. Entonces
siempre va a estar dividido (la unificación queda del lado imaginario) porque hay parte del
yo que es icc y lo será por siempre jamás.
Freud en la segunda tópica dice que el yo es una parte elaborada del ello, es la parte de lo
icc que se relaciona con la realidad.
Entonces Lacan va a plantear, la escisión del yo como eliminable, la realidad como una
realidad diversa de la real realidad, de la realidad de los acontecimientos; él va a plantear
otra realidad. Ahí si coincide con los postfreudiano porque la psicología también plantea
una realidad psíquica, pero el uso que le da Lacan va a ser totalmente distinta.
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Clínicamente, la psicoterapia plantea la cura como la adaptación del yo a la realidad. En
cambio el psicoanálisis plantea que la cura se inicia cuando hay un desacoplamiento del yo
con los acontecimientos de la vida cotidiana. Cuando alguien deja de hablar del
padecimiento causado por la vida cotidiana, y piensa en el padecimiento como proviniendo
de otro lado, de la realidad psíquica, de la realidad fantasmática, de lo icc. Ahí se inicia el
camino a la cura, porque se retoca algo de lo icc para reducir el padecimiento del síntoma,
no para eliminarlo.
Los tres registros como un elemento que construye Lacan para ordenar la obra de Freud.
Registro Imaginario
Lo Imaginario es todo lo que puede ser percibido en el campo perceptivo. Todo lo que es
efecto de las construcciones de significación: el sentido, las explicaciones que alguien se da
de lo que pasa en el mundo.
Y en principio el Cuerpo. El cuerpo es imaginario. ¿Por qué? Porque se adquiere el cuerpo,
la experiencia del cuerpo como propio, a través de una imagen.
Él va a plantear que el cuerpo, la realidad y el yo se articulan, se conforman, se
conquistan, se adquieren por la vía del encuentro con la imagen reflejada en un espejo.
No es a solas, sino que esa experiencia está soportada, sostenida por otro que tiene una
alteridad radical de quien se mira en el espejo.
Narcisismo
En definitiva la pregunta que se arma es ¿Cómo es que tenemos un yo?
Para responder a esta pregunta Lacan va a plantear una constitución subjetiva que incorpora
la idea que se encuentra en “Introducción del Narcisismo” en Freud.
El pasaje de un estado de caos a un estado de organización, de las pulsiones parciales del
autoerotismo al narcisismo. Para que el Narcisismo advenga algo tiene que agregarse, la
famosa nueva acción psíquica que plantea Freud en Introducción del Narcisismo. Freud
cuenta algo de “eso” que tiene que pasar pero no dice que es, ni dice cómo.
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“…Ahora bien, las pulsiones autoeróticas son iniciales; primordiales; por tanto, algo tiene
que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica, para que el narcisismo se
constituya”. (Freud, 1914)
Ahí viene a responder Lacan sirviéndose de los lingüistas. Ahí lo que ocurre es lo que
ocurre en el Estadio del Espejo: en el campo imaginario pero sostenido desde lo simbólico.
Y eso es la experiencia del Estadio del Espejo, es el Otro que dice “ese sos vos” que funda,
hace que esa imagen impacte en la subjetividad.
En la nueva acción psíquica freudiana tiene que ver con que algo simbólico venga a marcar
para que la subjetividad se organice. Eso se llama Identificación Primaria.
Y eso permite deslindar estructuras clínicas. Si eso ocurre tenemos el cuerpo y el
narcisismo y la posibilidad de tener una realidad psíquica que le permita a alguien circular
en el mundo de determinada manera.
Estadio del Espejo
Lacan escribe sobre el Estadio del Espejo en Escritos 1 “El estadio del espejo como
formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”.
En el estadio del espejo, Lacan va a plantear que el niño entre los 6 y los 18 meses se va a
reconocer con júbilo en el espejo y que ese, es el primer momento de formación del yo. El
yo comienza a forjarse de una imagen del exterior.
Es decir, el estadio de espejo es una experiencia de identificación donde el niño realiza la
conquista de la imagen de su propio cuerpo. Por lo tanto, Lo imaginario es formador de la
psique de una persona.
3 momentos:
1-El niño percibe la imagen de su cuerpo como la de un ser real (confusión entre
uno mismo y el Otro).
2-El otro del espejo es una imagen.
3-Es una imagen y es la suya.
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Joel Dor en “Introducción a la Lectura de Lacan” dice lo siguiente acerca del
estadio del espejo.
El Estadio del Espejo se ordena esencialmente sobre una experiencia de identificación
fundamental en cuyo transcurso el niño realiza la conquista de la imagen de su propio
cuerpo. La identificación primordial del niño con esta imagen va a promover la estructura
del yo poniendo término a esa vivencia psíquica singular que Lacan denomina: fantasía
del cuerpo fragmentado. En efecto, antes del estadio del espejo, el niño no experimenta
inicialmente su cuerpo como una totalidad unificada, sino como algo disperso. Esta
experiencia fantasmática del cuerpo fragmentado, cuyos vestigios aparecen tanto en la
configuración de ciertos sueños como en los procesos de destrucción psicótica, se pone a
prueba en la dialéctica del espejo, cuya función es neutralizar la dispersión angustiante
del cuerpo en favor de la unidad del cuerpo propio.
La experiencia del niño durante la fase del espejo se organiza en base a tres tiempos
fundamentales que marcan la conquista progresiva de la imagen de su cuerpo.
1- Al comienzo, es como si el niño percibiera la imagen de su cuerpo como la de un
ser real que intenta acercarse o atrapar. En otras palabras, este primer tiempo de
la experiencia demuestra que hay una confusión primera entre uno mismo y el otro,
confusión ampliamente confirmada por la relación estereotipada que el niño
mantiene con sus semejantes y que prueba, sin duda alguna, que al principio vive y
se localiza en el otro.
“Durante todo este período se registrarán las reacciones emocionales y los testimonios
articulados de un transitivismo normal. El niño que golpea dice que lo han golpeado; el
que ve caer, llora.” (J.Lacan “La agresividad en Psicoanálisis (1948), en Escritos 1.)
Así como este primer momento de la fase del espejo pone claramente en evidencia
el vínculo del niño con el registro imaginario, el segundo momento, por su parte,
constituye una etapa decisiva en el proceso identificatorio.
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2- En efecto, el niño llega a descubrir subrepticialmente que el otro del espejo no es
un ser real sino una imagen. Ahora sabe distinguir la imagen del otro de la
realidad del otro.
3- El tercer momento el niño dialectiza las dos etapas precedentes, no sólo porque el
niño se asegura de que el reflejo del espejo es una imagen, sino, y por sobre todo,
porque adquiere la convicción de que sólo es una imagen que es la suya. Al
reconocerse a través de esa imagen, el niño reúne la dispersión del cuerpo
fragmentado en una totalidad unificada que es la representación del cuerpo propio.
La imagen del cuerpo es entonces, estructurante para la identidad del sujeto que
realiza en ella su identificación primordial.
Registro Simbólico
Es sabido que J. Lacan se apoya en la lingüística, así como en otras disciplinas, para darle
un marco de cientificidad al psicoanálisis. Se apoyará en:
- En los lingüistas, en el signo de Sausurre: idea de la inversión.
- De Jackobson el esquema de la comunicación, que también invierte. Hay un Emisor
que se dirige a un Receptor usando un código y se produce el mensaje. Esto no
procede en la subjetividad. El lenguaje no sirve para comunicar (es imaginario) y
esto se observa en las lógicas de la vida cotidiana, “te dije” “me dijo”,
“entendiste”…. El famoso mal entendido.
Lo que plantea Lacan es que el sujeto recibe del otro su propio mensaje invertido.
Cuando alguien habla dice más de lo que dice. Por eso todos los líos del campo del
amor. Porque el lenguaje sirve para gozar.
-De Leviss Strauss, las estructuras elementales de parentesco. Alguien se ubica en
determinado lugar y arma su psiquismo en función de una estructura elemental de
parentesco, que es el linaje, que es aquello de lo cual carece el psicótico.
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Cuando alguien se ubica simbólicamente en una estructura eso lo funda como
sujeto, por ejemplo, si alguien es nombrado como hijo eso lo funda como sujeto en
relación a otro. Es lo simbólico que impacta en la subjetividad.
El signo para Ferdinand de Sausurre
El algoritmo estructural de lenguaje de Saussure se sustenta en la noción del signo
lingüístico. El signo es la relación entre un significado y un significante. El signo
lingüístico une un CONCEPTO (significado) a una IMAGEN ACÚSTICA (significante).
SIGNO: entidad psíquica de dos caras:
Significado - concepto - lo abstracto del signo - características generales de
gato (bigotes, felino, 4 Patas)
Significante - imagen acústica - huella psíquica (recuerdo del sonido). G-A-T-O
¿Qué quiere decir que el significado esté arriba y el significante abajo?
Quiere decir que la imagen funda la palabra. Yo veo esto (objeto) y me aparece la imagen
mental que es la palabra. Es decir, el objeto funda la representación.
Lacan va a decir, no estoy de acuerdo. Es el significante el que funda la significación.
Para Saussure “malo” es exactamente lo mismo para todos, porque lo prepoderante es lo
que malo significa. En cambio si yo digo “galletitas de chocolate” para cada uno eso va a
evocar un sentido, una significación completamente diversa. Porque va a entrar en la
asociación con la experiencia propia que ha fundado en icc. Entonces, no es el significado
el que engendra el significante, sino el significante que engendra sentido.
De esta manera plantea una inversión del signo saussureano:
Significado Significante
Significante Significado
Entonces, Lacan invierte esa ecuación y plantea que el lenguaje es equívoco y que un
significante casa no sólo remitirá a la representación de un objeto casa, sino que se sumarán
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las significaciones propias de ese sujeto por ej. casa de mamá. Entonces casa ya no es sólo
casa, porque para mi casa puede significar eso y para vos puede significar "casa
abandonada", y ya no es el mismo "sentido" para el mismo "significante".
En un fallido, por ejemplo, lo que irrumpe es ese inconsciente estructurado como un
lenguaje que se filtra, desvirtuando el sentido de lo que uno quiso decir por lo que
efectivamente dijo.
El inconsciente está estructurado como un lenguaje
Para Lacan es claro que la obra de Freud permite introducir algunos conceptos de la
lingüística en el campo teórico del psicoanálisis.
Lacan utilizará sobre todo esos elementos de la teoría freudiana del sueño para fundar y
consolidar la analogía que se plantea entre el funcionamiento de los procesos icc y el
funcionamiento de ciertos aspectos del lenguaje. Así, equiparará desplazamiento y
condensación con metáfora y metonimia.
(Ver Seminario V “Las formaciones del inconsciente /1957-1958/: Clase I, II y III)
En la Clase III del seminario V, llamada “El Miglionnaire” Lacan manifiesta que en un
discurso intencional donde el sujeto se presenta como queriendo decir alguna cosa, suelen
producirse “accidentes” que superan su voluntad, es decir, el sujeto dice más de lo que
quiere decir porque en él habla el inconsciente.
Y es a causa de la analogía que realiza entre las operaciones lingüísticas y los procesos
inconscientes que plantea que “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”,
mostrando así, las relaciones del inconsciente con el significante. El significante como tal
no significa si no es articulado en una cadena, a partir de la cual adquiere significado.
Freud denominó a los mecanismos de formaciones del icc, condensación y desplazamiento,
Lacan en cambio los llamará metáfora y metonimia. La metáfora es la sustitución de un
significante S por otro significante S´, produciendo una creación de sentido y la
metonimia es el desplazamiento de un significante por otro.
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El icc entonces, se manifiesta hablando, ahí dónde se produce un corte, un efecto de
sorpresa causando la división subjetiva.
En el Seminario XI “Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis” clase II
“El inconsciente freudiano y el nuestro” expresa que el inconsciente esté
estructurado como un lenguaje quiere decir que entre el sujeto y su constitución
como tal hay una relación previa con el significante. El significante habita al sujeto
antes de que este pueda realizar cualquier actividad consciente en el marco de la
vida social. El significante al tocar al sujeto crea en él el campo: lo inconsciente.
“Para nosotros lo importante es que en esto vemos el nivel donde –antes de toda
formación del sujeto, de un sujeto que piensa, que se sitúa en él- algo cuenta, es contado, y
en ese contado ya está el contador. Sólo después el sujeto ha de reconocerse en él, y ha de
reconocerse como contador. Recuerden el ingenuo tropiezo que tanto divierte al medidor
de nivel mental cuando el niño enuncia: Tengo tres hermanos: Pablo, Ernesto y yo. Pero si
es lo más natural: primero se cuentan los tres hermanos, Pablo, Ernesto y yo, y luego estoy
yo en el nivel en que se afirma que tengo que reflejar el primer yo, o sea, yo que cuento.”
(J.Lacan. Seminario XI, pág 28).
Lacan ubica al icc freudiano “en ese punto donde, entre la causa y lo que ella afecta, está
siempre lo que cojea. Lo que importa no es que el inconsciente determine la neurosis (…)
sino que el icc muestra la hiancia por donde la neurosis empalma con un real, real que
puede muy bien, por su parte, no estar determinado.” (pág. 30).
Continúa ¿Qué encuentra en el hueco, en la ranura, en la hiancia característica de la
causa? Algo que pertenece al orden de lo no realizado. (…) El icc se manifiesta primero
como algo que está a la espera, en el círculo, diría yo, de lo no nacido.”
En la irrupción involuntaria e inesperada algo se produce y pasa al sujeto de la cadena
significante, al sujeto del deseo metonímico, un algo que se manifiesta como: "Tropiezo,
falla, fisura…Allí una cosa distinta exige su realización, una cosa que aparece como
intencional, ciertamente, pero con una extraña temporalidad" (Lacan, Seminario 11, p.
32). Diferencia radical entre el sujeto del inconsciente y el sujeto de la conciencia y que
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habla de la división subjetiva. (Diferencia entre el sujeto del enunciado y el de la
enunciación que se pierde tanto como se vuelve a encontrar – P. 34)
La estructura de lenguaje hace posible la operación de lectura, el acto interpretativo que, en
el contexto de la cura de cada neurosis, produce un sujeto como efecto en la articulación
entre eslabones de la cadena significante. De allí se desprende el axioma que delimita al
sujeto como lo que un significante representa para otro significante en la cadena, cuyo
carácter estructural está dado por la covariancia de sus elementos.
Es decir, el sujeto se instaura en un lugar donde hay una falta, y él pasa a ser un significante
más dentro de la estructura, y ahí vienen ciertos tipos de aforismos que homologan al sujeto
con el significante. Incluso una definición de qué es un significante: "es lo que representa
un sujeto para a otro significante", y el sujeto mismo es un significante más dentro de ese
conjunto significante.
El Otro
La Alteridad radical /Seminario II: clase 19/
Esquema L: dice que entre el yo y el semejante hay una determinación que es simbólica, y
además hay una determinación icc (que es lo icc del yo). El Otro funda el icc /porque habla
y dice cosas: hay algún rasgo que se vehiculiza en la palabra, la voz y la mirada y éste toma
para hacerse amable para el Otro/ que determina al semejante con el cuál me voy a
identificar.
El inconsciente es el discurso del Otro
El gran Otro, por su parte designa la alteridad radical, la otredad que trasciende la otredad
ilusoria de lo imaginario: no puede asimilarse a través de la identificación. Lacan equipara
esta alteridad con el lenguaje y la Ley; por ende, el gran Otro está inscrito en el orden
simbólico.
El Otro es otro sujeto, con su singularidad inasimilable, y también es el orden simbólico
(que media irremediablemente la relación con ese otro sujeto). Este último sentido es el
fundamental: “el Otro debe en primer lugar ser considerado un lugar, el lugar en el cual está
constituida la palabra”.
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Lacan afirma que la palabra no se origina en el yo, sino en el Otro; por lo tanto, la palabra,
el lenguaje están más allá del control consciente, vienen “de otro lugar”, desde fuera de la
conciencia. Esta es la explicación (una de ellas) de la célebre frase: “el inconsciente es el
discurso del Otro”.
Para el niño, la madre ocupa primeramente la posición del gran Otro. El complejo de
castración se constituye precisamente cuando el niño descubre que ese Otro no es completo,
que padece una falta. El Otro completo es mítico, no existe. El Otro incompleto es el “otro
barrado” (una A tachada).
Registro Real
Freud (conferencia 23 y 16) decía hay algo en el síntoma que es ineliminable, y es su
incesante insistencia. Eso es lo Real.
En el estadio del espejo, esta lo simbólico que es lo que sostiene, lo imaginario que pacta y
funda el cuerpo, lo real es lo que queda afuera y aparece bajo la vía de la insistencia.
El síntoma es ineliminable pero lo tratamos porque lo que es susceptible de ser reducido es
el padecimiento que vehiculiza.
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Complejo de Edipo
Lacan en el seminario IV “la relación de objeto” habla de las tres faltas de objeto: Frustración, Castración y Privación. Relacionaremos los tres tiempos de Edipo con las tres faltas de objeto.
Padre real Castración ImaginarioMadre simbólica Frustración RealPadre imaginario Privación simbólico
Lacan en el Seminario V, expone los tres tiempos del Edipo, es decir, plantea la posición del sujeto en relación al falo. Porque es la lógica del tenerlo o no tenerlo. Hay que pasar de SER el falo a arreglarse las con TENER y NO TENER el falo.
La función normativa del CDE es la asunción del sexo del sujeto: de tipo viril o de tipo femenino.
Es decir, Lacan deja de lado el Mito y piensa al Edipo como una estructura, en tanto es una organización con funciones y donde cada personaje se define en relación al otro y al lugar que ocupa. Edipo, a esta altura, es simbólico, no Natural; sino un hecho cultural, es en definitiva, la entrada del significante al cuerpo.
Más adelante, a la altura del Seminario XX, con el predominio de lo Real, que ya no es lo no simbólico, sino la contingencia, Lacan abandonará los tres tiempos del Edipo y no porque los invalide con una teoría superadora sino por qué no se va a parar ahí, va a dar un paso más aún, que es la fórmulas de la sexuación. No se trata en Lacan de sexualidad, sino de posición sexuada.
En las fórmulas de la sexuación hace intervenir al falo, pero no se trata de la posición en relación al falo, sino señala qué posición tiene el sujeto en relación al goce fálico y al goce que va más allá del falo (suplementario). Ya no es no hay simbólico. La relación con lo que hay, con el agujero.
En las fórmulas, hay disparidad entre los sexos. No hay simetría. “No hay relación sexual”. Del lado fálico el sujeto se relaciona con el objeto (sexualidad masculina en su lado fetichista) El falo simbólico vehiculiza “no hay la mujer”. Más allá del falo la mujer tiene que estar con una pata en el lado fálico, porque si no es lo místico, la locura. Esa es la forma femenina de estar en relación con lo que no hay; no suturando como la histérica, que se pone fálica para no saber de lo femenino. En las posiciones sexuadas, no hay proporción.
El acceso a lo Real sólo se hace a través de la contingencia (de la transferencia, del síntoma o del saber). Lo real no es más lo imposible, lo real es lo contingente, lo que cesa de ser imposible, lo que cesa de no inscribirse. El modo de gozar es del orden de lo contingente.
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Lo contingente del encuentro con el goce deviene necesario y se repite para hacer semblante de “hay relación”.
Lacan en el Seminario V “Las formaciones del icc” expone los tres tiempos del CDE.
Primer tiempo
La relación del niño, no es con la madre, sino con el deseo de la madre. Es un deseo de deseo. El niño se pregunta ¿Qué quiere, esa? Quiere el falo. En tanto el falo es el significante de la falta, el significante del deseo.
Es decir, el niño se identifica al falo para satisfacer a la madre, para completarla. El niño desea ser el objeto de deseo de la madre. El niño se hace objeto de lo que se supone le falta a la madre; y este objeto es el falo.
El niño tiende a identificarse con el único y exclusivo objeto de deseo del Otro. El deseo del niño queda totalmente sujeto al deseo de la madre.
“Lo que busca el niño es hacerse deseo de deseo, poder satisfacer el deseo de la madre, es decir to be or not to be el objeto de deseo de la madre. Para gustarle a la madre es necesario y suficiente ser el falo”.
“La relación del niño con el falo es esencialmente en tanto que el falo es el objeto de deseo de la madre.”
La madre simboliza el falo en el hijo, es decir, realiza la ecuación simbólica. Así la madre está completa.
El deseo se organiza a través de una falta. El falo es el ordenador del deseo.
Tiempo de la frustración
El niño experimenta frustración porque cree que el Otro es completo y piensa que no le da porque no quiere, por puro capricho.
Frustración es un daño imaginario de un objeto real (pecho) atribuido al Otro Simbólico (Madre).
Es decir, por ejemplo, la madre no le da el pecho, entonces el niño experimenta una frustración del objeto oral y en consecuencia, un agujero real (porque el pecho es del niño, no del Otro). Por esta razón, es traumático el destete. Porque el niño se ve frustrado de un objeto que considera propio y que el Otro se lleva por efecto de un corte. Entonces, irá a buscar en el Otro, va a demandar eso que le Falta.
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Segundo Tiempo
El padre aparece como objeto posible de deseo de la madre, es decir como un objeto fálico rival. El padre tiene derecho. Si la madre presta consentimiento, que él no sea una nada para ella, él se puede presentar como un “tribunal superior” para producir la operación de privación. El padre, así, interviene efectivamente sobre el discurso de la madre.
Tiempo de la privación
Es decir, en el segundo tiempo, el padre priva a la madre del niño. El padre es quien soporta la ley, mediada por la madre.
Padre Imaginario priva a la Madre de un Objeto Simbólico.
Lacan ubica un punto nodal aquí. Si el niño acepta o no acepta la privación.
Si no acepta, y la madre sigue siendo fálica y el niño sigue siendo el falo, el sujeto se posiciona como perverso. Es decir, conoce la ley, sabe de la falta en la madre pero no la acepta.
Si acepta pasa al tercer tiempo.
Tercer tiempo
El padre aparece como real y potente, tiene el falo. El padre puede darle a la madre lo que ella desea, y puede dárselo porque lo tiene.
Tiempo de la Castración
Se produce la operación de la castración. El padre (real) castra un objeto imaginario (falo imaginario). Si el niño se siente cortado es porque se lo imagina.
Salida del complejo de Edipo:
El niño se identifica al padre (ideal del yo) que supuestamente tiene el falo y guarda los títulos en el bolsillo.
La niña de identifica al no tener. Sabe dónde está y donde ir a buscarlo, al padre, se dirige hacia quien lo tiene. Más allá del falo, buscará un hombre.
Entonces, el niño queda del lado de la impostura como el que tiene y la niña se presenta como siendo. Nadie lo tiene y nadie lo es.
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Metáfora Paterna
Lacan va a simbolizar el CDE. Va a decir, que el padre en el Complejo de Edipo es una Metáfora.
“La función del padre en el CDE es la de ser un significante que reemplaza al significante, es decir, al primer significante introducido en la simbolización, o sea, el significante materno.”
El niño interpreta el Deseo de La Madre ¿Qué quiere? ¿Dónde va? Para resolver ese enigma el niño pone en acto lo que le pasa, arroja una y otra vez el juguete, juega lo que trata de simbolizar. El Fort-da hace presente el juego de presencia-ausencia. Cuando el niño queda tomado por el Otro Materno, donde no hay ausencia, no hay vacío, no opera la Metáfora Paterna y queda completamente fagocitado por el Deseo Materno, lo que llamamos Psicosis, Estrago.
Si hay lugar para la ausencia, y el niño puede preguntarse ¿Qué quiere? hay la posibilidad de que los miembros de la familia pasen a ser Significantes.
DM (deseo materno) es una incógnita DM------ X
Para salirse de esa lógica, Lacan ubica el Significante NP (Nombre del Padre).
La MP (metáfora paterna) concierne a la función del padre, no al padre.
El padre de la familia puede jugar a encarnar ese lugar y entonces será el que regule el goce de la familia y lo saque al niño de ese goce perverso de la madre (la perversión en las mujeres está en la maternidad).
El NP viene a reemplazar al DM. El padre viene a ocupar el lugar de la madre.
DM X NP
Si el niño sigue nombrando, sin saberlo, al objeto de su deseo significando el NP, el niño ya no sabe lo que dice en lo que enuncia. Es decir, accede al lenguaje sin saber que dice cuando habla.
El orden significante es el que causa al sujeto, estructurándolo en un proceso de división que produce el advenimiento del icc.