TESIS de MAGÍSTER -...
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TESIS DE GRADO
MAGISTER EN ECONOMIA
Eguiguren Ebensperger, Bárbara
Julio 2009
1
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
MAGISTER EN ECONOMÍA
Estimación de una demanda de energía para el sector Industrial
de Chile, y sus elasticidades de sustitución
Tesis para optar al grado de Magíster en Economía
Bárbara Eguiguren Ebensperger
.
Comisión:
Gonzalo Edwards
José Miguel Sánchez
Gert Wagner
Julio 2009
2
Estimación de una demanda de energía para el sector Industrial de Chile, y
sus elasticidades de sustitución
Bárbara Eguiguren Ebensperger
Julio 2009
RESUMEN
Este estudio analiza el comportamiento de la demanda industrial chilena por energía, y la
elasticidad de sustitución de los diferentes inputs productivos, tomando como tales al capital,
al trabajo y a la energía. Se hace uso de la ENIA entre los años 2001 y 2007, y se construye un
panel para los diferentes sectores económicos.
Se estiman expresiones de elasticidad de sustitución de Morishima y la elasticidad precio
directa de cada factor productivo, a partir de un sistema de demanda por insumos,
expresadas como funciones logit multinomial de la proporción del gasto de cada insumo en el
gasto total del sector económico.
De la investigación se obtiene como resultados que todos los factores productivos son
sustitutos. En especial, el uso de energía es altamente sensible a precios del capital y del
trabajo. Y al contrario, el precio de la energía parece no ser importante para la demanda de
capital y trabajo. La energía también es sensible respecto de su propio precio.
En conclusión, cualquier política que incentive la inversión en capital o la contratación de
mano de obra, será efectiva en disminuir el uso de energía. Esto es relevante si lo que se
busca es una política energética que se enfoque en la conservación de la energía. El mismo
efecto tendría un desincentivo al uso de energía, a través de impuestos específicos sobre
algún combustible, por ejemplo.
3
ABSTRACT
This study analyses the behavior of the Chilean industrial energy’s demand, and the
substitution elasticity of the various productive inputs, namely capital, labor and energy. For
this purpose, the Annual National Industrial Survey (ENIA) is used for years between 2001 and
2007, and a panel is constructed for the different economic sectors.
There is an estimation of the Morishima’s elasticity of substitution and the direct price
elasticity of each productive factor expressions. These expressions derive from a logit
multinomial input demand system.
The results suggest that all inputs are substitutes. In particular, the energy use appears to be
sensitive to capital prices and wages. On the contrary, energy price does not seem to play an
important role on the capital and labor demand. Energy use is also sensitive to its own price.
In conclusion, any policy that stimulates capital investment or labor hiring will be effective in
dampening the use of energy. This is relevant, if energy conservation is the purpose of the
energy policy. The same effect would discourage energy use through - for example - specific
fuel taxes.
4
Índice de Contenidos
I. Introducción .......................................................................................................................... 5
II. Modelo Teórico ..................................................................................................................... 9
a. Modelo principal: Sistema de demandas por factores ..................................................... 9
b. Elasticidad sustitución entre factores ............................................................................. 15
c. Primera etapa: obtención de la serie de Energía y su índice de precio .......................... 17
III. Datos ............................................................................................................................... 19
IV. Resultados ....................................................................................................................... 21
V. Conclusión ........................................................................................................................... 28
VI. Referencias ...................................................................................................................... 31
Anexo: CONSTRUCCIÓN DE VARIABLES...................................................................................... 33
a. Valor Agregado ............................................................................................................... 33
b. Empleo ............................................................................................................................ 33
Empleo....................................................................................................................................... 33
Remuneración ........................................................................................................................... 34
c. Capital ............................................................................................................................. 36
Stock de capital ......................................................................................................................... 36
Precio capital ............................................................................................................................. 36
d. Energía ............................................................................................................................ 37
Tipos de energéticos ................................................................................................................. 38
Precios ....................................................................................................................................... 42
5
I. Introducción
Los eventos a los que se ha visto enfrentado Chile en los últimos años en materia
energética (abundante compra de gas natural argentino y luego los cortes inesperados, y la
abrupta alza de precios internacionales del petróleo) llevan a que sea de relevancia la
pregunta sobre cómo reaccionan en el país las diferentes actividades productoras ante los
cambios en los precios de los combustibles. En particular, es de relevancia investigar sobre la
elasticidad precio de la demanda de energía a nivel de industria, y la elasticidad de sustitución
entre la energía y el resto de los factores productivos (capital y trabajo). Existe cierto consenso
en que el uso de energía es un factor que ajusta el capital usado en un proceso de producción.
En ese caso se estaría asumiendo que capital y energía son complementos. Pero no se toma
en cuenta que un alza persistente en los precios de la energía podría conducir a cambios en el
tipo de maquinaria usada, implementación de distintas tecnologías, distintos procesos, etc.,
acciones que resulten en que la energía sea más bien un sustituto del capital.
En los Gráficos 1 y 2 se observa la evolución de los precios para la electricidad y el
petróleo. Claramente, los precios han aumentado más rápidamente hacia el final de la
muestra. El alza de precios de la electricidad se explica en parte a la falta de abastecimiento
de gas natural desde Argentina. En el Gráfico 3 se observa el porcentaje de indisponibilidad de
gas natural. La restricción de envíos comenzó en el año 2004.
Gráfico 1
6
Gráfico 2
Gráfico 3
En este trabajo se investigará no sólo la elasticidad de la demanda de energía, sino que
también la elasticidad de sustitución con los otros factores productivos, que son capital y
trabajo. Es decir, la presencia de sustituibilidad o complementariedad entre el insumo energía
7
y el resto de los insumos. Así se podrá entender de mejor manera el rol de la energía en la
estructura de la producción (Pindyck 1979). Esto tiene importancia a la hora de formular
políticas energéticas, tanto estratégicas para el futuro como de conservación de fuentes
energéticas y descontaminación. Es un hecho que las fuentes convencionales -no renovables-
de energía están siendo cada vez más escasas. Mientras no mejoren las tecnologías de fuentes
renovables en el sentido de que sean más eficientes para generar calor y trabajo, debe haber
una política energética que resguarde el abastecimiento de energía en el presente y futuro.
Además, depender de terceros países para el buen funcionamiento de la producción deja al
país en una situación vulnerable. Más aún si la dependencia es en relación a un solo país (con
la instalación del gas natural a fines de los 90, muchas industrias hicieron la inversión
necesaria para cambiarse a este combustible. El hecho de que se dependiera principalmente
de Argentina para el abastecimiento del gas, dejó con problemas de funcionamiento a todas
esas fuentes productoras cuando el país vecino restringió arbitrariamente y sin previo aviso
los envíos desde el 2004, generándoles grandes pérdidas).
Desde los años 70 y producto de la impresionante alza de precios del petróleo en esos
años, muchos estudios se han hecho para investigar, tanto a nivel macro como
microeconómico el rol de la energía en la producción o en el producto del país (Berndt y
Wood (1975), Denny y Fuss (1977), Dargay (1983), entre otros). La mayoría ha usado
funciones de producción y costos flexibles como la translog, y últimamente son varios los que
han derivado la atención a la forma funcional logit multinomial, por las propiedades que se
discutirán en la sección II (por ejemplo Considine (1990), Urga y Walters (2003), Gómez-Lobo
et al. (2009)).
Gómez-Lobo et al. (2009) han investigado recientemente la elasticidad de sustitución
entre diferentes fuentes de energías, para el mismo sector económico. De hecho, hacen uso
de la misma fuente de datos. Sin embargo, ellos se centran en la decisión sobre los diferentes
energéticos, y no extienden la investigación para analizar qué es lo que sucede en relación a
otros factores productivos.
En cuanto a las estimaciones de las elasticidades de sustitución entre factores
productivos (capital, trabajo y energía), los resultados de trabajos anteriores revisados son
mixtos en la relación capital – energía, mientras que para la elasticidad de sustitución trabajo
– energía el consenso es que se comportan como sustitutos.
Berndt y Wood (1975), en su trabajo sobre la industria manufacturera de Estados
Unidos para los años 1947-1971, estiman que el capital y la energía son altamente
complementarios, con una elasticidad de sustitución entre -3.09 y -3.53, mientras que para la
relación trabajo – energía encuentran evidencia de que estos factores serían sustitutos, con
una elasticidad de sustitución de 0.68.
8
Resultados similares a los de Berndt y Wood (1975) son los encontrados por Dargay
(1983). Su investigación se centra en la industria manufactura de Suecia entre los años 1952 y
1976, separando sus estimaciones por sectores manufactureros. Los resultados son mixtos.
Pero a nivel de industria, ella estima una elasticidad de sustitución para el capital y la energía
de -1.43, y de 0.12 para la del trabajo y la energía. En ambos trabajos, Berndt y Wood (1975) y
Dargay (1983), los factores capital y trabajo resultan ser sustitutos. Cabe mencionar, en todo
caso, que el modelo usado por estos trabajos es distinto al que se usará aquí, haciéndolos
poco comparables. Para la función de costos de la industria usan una función trascendental
logarítmica (translog), y la elasticidad de sustitución la calculan según Allen-Uzawa, distinta a
la de Morishima, que es la que se usará en este trabajo (ver derivación de la elasticidad de
sustitución en la sección II.b.). Además, ellos incluyen cuatro factores productivos, que son
capital, trabajo, energía y otros materiales intermedios.
Considine (1990) también investiga la relación de cuatro factores productivos (capital,
trabajo, energía y materiales intermedios) en la industria manufacturera de Estados Unidos
para los años entre 1947 y 1971, pero en vez de usar una función translog para el costo total,
usan una función logística lineal, al igual que la que se usará aquí. Él sólo reporta los
resultados de las elasticidades precio de las demandas de insumos, pero por la manera en que
deriva la elasticidad de sustitución entre factores, es posible notar que esta última tiene el
mismo signo que la elasticidad precio. Así, los factores capital y energía resultan ser
complementos, mientras que trabajo y energía se comportan, según él, como sustitutos.
Evidencia contraria para la relación entre capital y energía – de que serían sustitutos -
es la encontrada por Pindyck (1979). Él investiga un panel de los sectores industriales de 10
países desarrollados entre los años 1959 y 1973. El costo total de la industria la modela con
una función translog, que incluye a los factores trabajo, capital y energía. Nuevamente, la
derivación usada para la elasticidad sustitución es la de Allen–Uzawa. Para todos los países
encuentra que el capital y la energía se comportan como sustitutos, al igual que el trabajo y la
energía.
Otros trabajos también encuentran evidencia de que el capital y la energía son
factores sustitutos, como por ejemplo Ma et al. (2008) para China, Christopoulos y Tsionas
(2002) para Grecia y Sterner (1989) para Méjico. Ellos estiman funciones translogarítmicas de
demandas por los factores productivos capital, trabajo y energía, salvo Sterner (1989) que
incluye cinco factores productivos, capital, trabajo, materiales intermedios, electricidad y
combustibles. La forma usada para la elasticidad de sustitución es la de Allen–Uzawa. Ma et al.
(2008) y Christopoulos y Tsionas (2002) estiman que tanto capital como trabajo son sustitutos
con energía, mientras que Sterner (1989) estima que el capital es sustituto a la electricidad,
pero complementario a los combustibles.
9
En este trabajo se estimará un panel para los diferentes sectores industriales
proporcionados en la Encuesta Nacional Industrial Anual (ENIA) entre los años 2001 y 2007. La
razón para incluir sólo estos años es que no hay acceso público a los datos anteriores a 2001.
Si se estudiara sector por sector, una estimación con siete observaciones (años) sería muy
poco confiable. Por lo que la opción es el panel de datos. Así, los datos se agruparán según la
definición CIIU a 3 dígitos (Clases, CIIU revisión 3). Se cuenta con un promedio (de los 7 años)
de 48 clases de actividad.
En la siguiente sección se desarrollará el modelo teórico usado para la investigación.
Éste se puede separar en dos etapas. En la primera se deriva el precio de la energía a partir de
los precios de las diferentes fuentes energéticas que puede usar la industria. Y en la segunda
etapa se estima el set de demandas por insumos a partir de una función de costos. En la
tercera sección se hace una descripción de los datos que serán usados, información que se
completa en el Anexo. Los resultados de las estimaciones econométricas y de las elasticidades
se muestran en la sección IV. La sección V concluye la investigación.
II. Modelo Teórico
a. Modelo principal: Sistema de demandas por factores
El modelo parte suponiendo una función de producción débilmente separable en sus
principales argumentos para cada planta industrial en Chile, donde Y, K, L
y E son producto, capital, trabajo y energía, respectivamente, y n=1,.., N son cada una de las
plantas consideradas. El concepto de separabilidad dice que, teniendo los inputs agrupados en
categorías más generales separables, la razón de las productividades marginales de dos inputs
dentro de una misma categoría no se ve afectada por el cambio de un input fuera de esa
categoría. En el caso de esta investigación, la decisión sobre los distintos inputs energéticos
(por ejemplo, la tasa de sustitución marginal entre petróleo y electricidad) no depende de la
decisión sobre la cantidad de capital y trabajo. Para la maximización de la producción se
considera la cantidad total de energía consumida por planta, en términos de poder calorífico,
o capacidad de producir calor y trabajo. Más adelante se explicará que la manera de hacer
esto es expresando el consumo de cada tipo de energético en su equivalente en teracalorías1.
Es decir, en la función de producción se refleja la decisión del consumo total de energía en
teracalorías, y no cuánto gas o petróleo, por ejemplo, comprar. Esa es una decisión que se
toma en otra etapa, y que será discutida en la sección II.c. Así, la función de producción puede
1 10^9 calorías, que es la unidad de medida de calor equivalente a la energía necesaria para elevar de 14.5 a
15.5 °C la temperatura de un gramo de agua, manteniendo una presión constante de una atmósfera
10
ser descrita como , donde g representa la función (homotética) que
describe la utilización de cada tipo de fuente de energía de la planta n, representadas en el
vector en.
Si se considera que las empresas son tomadoras de precios y que el nivel de
producción está dado, se puede formular el problema dual a la maximización de producción,
esto es la minimización de los costos.
Para la función de costos también se asume separabilidad. Esto implica que la razón
del costo marginal entre cualquier par de combustibles es independiente de los precios de los
insumos no energéticos –del capital y del trabajo. La función de costos corresponde a
(1)
donde es una función homotética para cada uno de los precios de los
energéticos, representados por el vector Pe. La separabilidad permite manejar empíricamente
de manera más eficiente una función de costos que depende de demasiados precios de inputs
(Chambers 1988). Y en este caso, la agrupación de un subgrupo de factores –los energéticos-
tiene sentido. Además, el supuesto de separabilidad es importante para poder contar con un
índice de precio de la energía agregada. Así, la estimación se puede hacer en dos etapas: en la
primera, la firma (para cada planta) minimiza el costo de la energía, eligiendo el mix de los
distintos posibles energéticos. Luego, la minimización de costos corresponde a decidir la
cantidad de los factores energía, capital y trabajo a utilizar, dependiendo de sus respectivos
precios. El precio de la energía se construye en la primera etapa, y corresponde al costo
estimado de la energía (como se está modelando en una situación en que las firmas son
tomadoras de precios, la función de costos corresponde también a la función del precio de la
energía).
Aplicando el lema de Shephard a la función de costos se obtienen las funciones de
demanda condicionada de los factores de producción. Al tomar las derivadas logarítmicas de
la función de costo respecto del precio de cada factor, lo que se obtiene es la proporción del
gasto correspondiente a cada factor sobre el gasto total. Son funciones de participación, o
share 2 (Considine y Mount (1984)):
(2)
2 Para el resto de la sección se ha omitido el subíndice n que representa plantas, para facilitar la notación
11
pues es la demanda por el factor i, y , donde sit es la participación del
costo total del insumo i en el tiempo t.
Las demandas (funciones de participación) por los diferentes insumos están
representadas por una función logit multilinomial, tal como sugiere Considine y Mount (1984),
(3)
Donde
(4)
Pjt es el precio de cada insumo en el período t, yt es el producto de la firma en t, Qit-1 es el
consumo físico del insumo i en el período pasado, λ es el parámetro de ajuste parcial y εit es
un término del error aleatorio.
Cabe señalar que muchos de los trabajos que realizan este tipo de estimaciones -
estimación de función de costos y/o sistema de demandas condicionadas- utilizan la función
translog. Sin embargo, Considine y Mount (1984) demuestran que con una función logit lineal
las participaciones de cada inputs son siempre positivas, mientras que con una función
translog esto no siempre se cumple. Además, Urga y Walters (2003) demuestran que al utilizar
una forma dinámica, la función logit lineal permite incluir la variable de consumo rezagado en
vez de la participación rezagada, lo que asegura que la elasticidad de corto plazo del insumo
respecto al precio nunca será mayor que la elasticidad de largo plazo.
El sistema de demandas sit por definición deben sumar 1. Esto no implica una
restricción sobre los parámetros, si no que al estimar econométricamente, una ecuación
deberá ser omitida para evitar dependencia lineal. Es irrelevante cual se elimine. En este caso
se eliminará la ecuación de la participación del trabajo en el gasto total.
La elasticidad precio de la participación de un insumo en el gasto (share elaticity) se
puede obtener de la expresión (3) (esto es en el corto plazo, es decir, suponiendo λ=0)
(Considine y Mount (1984)):
(5)
12
En cambio, la elasticidad precio directa para cada input se obtiene a partir de la demanda por
el factor, y usando las elasticidades en (5) (Considine y Mount (1984)):
(6a)
Las elasticidades cruzadas son
(6b)
Para que el sistema de demandas sea bien comportado, se deben cumplir ciertas
propiedades. Primero, ninguna demanda por un factor puede ser negativa. Como se discutió
más arriba, una especificación logit como en (3) asegura que las participaciones, y por lo tanto
las demandas por factores, sean positivas.
La segunda propiedad que deben cumplir las demandas es que sean homogéneas de
grado cero, esto es . Reemplazando (4) en (5) se tiene
La condición de homogeneidad es, por lo tanto,
Formando un sistema de ecuaciones para cada i=K, L, E, se obtiene que
. Por lo tanto, con las siguientes restricciones se impone que las
demandas sean homogéneas de grado cero en precios:
(7)
13
El parámetro d puede tomar cualquier valor. Fácilmente se puede incluir esta restricción,
restando y sumando d al lado derecho de la ecuación (4). Esto es equivalente a
expresar todos los precios relativos a uno de ellos, cualquiera (Considine y Mount (1984)).
Para simplificar, y para poder identificar los parámetros a estimar, se le designará a d el valor
de cero.
Una tercera condición que se debe cumplir es que la matriz de las derivadas de las
demandas respecto de cada precio debe ser semidefinida negativa, es decir, y
. Esto último se refiere a que los efectos cruzados son simétricos, lo que es
equivalente a
Una vez obtenidos los parámetros del modelo se podrá testear si se cumple que la
matriz sea semidefinida negativa. Pero la restricción de simetría puede ser impuesta ex-ante a
los parámetros. Si se asume que , se puede demostrar que
. Esta condición de simetría entonces, se puede imponer en la
estimación redefiniendo los coeficientes de los precios,
y haciendo
(8)
Siguiendo a Considine y Mount (1984), conviene realizar una linealización de las
ecuaciones en (3), y expresar la participación de los insumos relativos a la participación del
14
trabajo. Expresando las participaciones y precios como relativos al trabajo, el sistema de
demandas queda como sigue:
(9)
donde j=K,E.
Para poder identificar los parámetros se necesitan especificaciones adicionales:
(10)
La normalización de los parámetros (10) no tiene ningún efecto sobre las elasticidades
derivadas más arriba. Con las restricciones en (10) y d=0 sobre el sistema (9), el set de
demandas queda:
(11)
con y j=K,E. Los parámetros que no estén presentes en el sistema (11),
podrán ser recuperados con las restricciones de homogeneidad.
Los parámetros a estimar en (11) pueden ser reducidos al incorporar las restricciones
en (8) y (7). Finalmente, el sistema de demandas a estimar es
15
(12)
El sistema de demandas (12) tiene 9 parámetros a estimar.
La restricción de simetría se debe cumplir para un set específico de participaciones
. En la estimación se impondrá que ésta se cumpla en la media de la muestra, es
decir, la reparametrización será tal que donde es la media de la muestra de la
participación del insumo j.
b. Elasticidad sustitución entre factores
Teniendo la elasticidad precio de las demandas por insumos es posible derivar una
expresión para la elasticidad de sustitución parcial entre un par de factores, esto es, cómo es
el cambio porcentual de la razón de uso entre dos factores ante un cambio proporcional en
los precios de éstos.
Una conocida forma para calcular la elasticidad de sustitución entre dos factores es la
llamada Allen-Uzawa, o AES, por Allen Elasticity of Substitution (Considine y Mount (1984)),
Usando el lema de Shephard ( ), se obtiene la siguiente expresión para la AES
(13)
donde es la elasticidad precio derivada en el apartado anterior, en (6a) y (6b), y es la
participación del insumo j en el costo total. La AES intenta ser una aproximación, para el caso
en que existen más de dos factores en la función de producción, a la elasticidad de sustitución
introducida por Hicks para el caso de una función de producción de dos factores productivos.
Sin embargo, Blackorby y Russell (1989) detallan tres argumentos en contra de que la AES
contenga las propiedades necesarias para poder considerarse una elasticidad de sustitución
16
entre dos factores. Argumentan que (i) la AES no es una medida de la curvatura de la
isocuanta, y por lo tanto, no mide la “facilidad” de sustitución, (ii) no proporciona información
sobre las participaciones relativas, que es la idea original de una elasticidad de sustitución, y
(iii) no puede ser interpretada como una tasa marginal de sustitución, o como una derivada
(logarítmica) de una razón de cantidades respecto de una razón de precios. En cambio, ellos
recomiendan usar la llamada elasticidad de sustitución de Morishima (MES), que cumple con
(i), (ii) y (iii), y que se puede computar de la siguiente manera (Blackorby y Russel (1989):
(14)
La MES entrega información sobre el cambio en la razón de las participaciones de i y j
cuando cambia la razón de precios de i y j (más bien, cuando cambia el precio de j, dejando
constante el precio de i). Una conveniente propiedad de la MES es que es asimétrica
( ). Un cambio en tiene efecto tanto en la cantidad óptima de i (reflejado en ),
como en la cantidad óptima de j (reflejado en ). es por lo tanto una medida del cambio
neto en la razón de las cantidades de i y j. En cambio refleja el cambio neto de la razón de
las cantidades de i y j al variar el , dejando constante .
Las elasticidades de sustitución recién derivadas no consideran la estructura dinámica
de la especificación de las demandas por insumos. Es decir, esas elasticidades asumen que las
demandas se ajustan instantáneamente a los cambios de precios. Sin embargo, hay factores
(por ejemplo tecnológicos) que restringen el ajuste inmediato. Este ajuste parcial está
representado con el parámetro λ que acompaña el consumo rezagado de cada insumo en
cada una de las demandas.
Siguiendo la derivación de Considine y Mount (1984), las elasticidades de sustitución
MES de largo plazo corresponden a
(15)
donde es la MES de corto plazo derivada en (14), y λ es el parámetro de ajuste parcial de
las demandas por insumos productivos, en (12).
17
c. Primera etapa: obtención de la serie de Energía y su índice de precio
Para poder llevar a cabo la estimación del modelo descrito en los apartados anteriores
es necesario construir primero la serie para el insumo energía y su respectivo precio.
Se considerarán cinco fuentes de energía: electricidad, petróleo, bencina, gas y otros.
El insumo gas es un agregado de gas licuado, gas de cañería y gas natural, mientras que otros
incluye parafina, carbón y leña.
El modelo es similar al de la sección II.a., en el sentido de que también se trata de un
sistema de demandas, expresado como participación en el gasto, derivado de una función de
costos. En este caso, la función de costos es el gasto total en fuentes energéticas (incluida la
electricidad). Las demandas equivalen a la participación de los diferentes energéticos en el
gasto total de energía, representadas por una función logit lineal (Considine y Mount (1984))
(16)
Donde
(17)
EL, PE, B, G y O son electricidad, petróleo, bencina, gas y otros respectivamente, Pjt es el
precio de cada combustible en el período t, yt es el producto de la planta en t, Rit-1 es el
consumo físico del combustible k en el período pasado, γ es el parámetro de ajuste parcial y
єkt es un término del error aleatorio.
Como se mencionó más arriba, se necesita que estas demandas sean homotéticas para
poder usar las participaciones predichas como instrumento de ponderaciones, para construir
el precio del agregado de energía. Es decir, se debe cumplir que .
Las participaciones y precios se expresarán en relación a la participación y precio de
electricidad (EL). Haciendo uso de las ecuaciones (16) y (17), el sistema de demandas por
combustibles es el descrito en (18) a continuación.
18
(18)
con y j=PE,B,G,O.
Como se ha supuesto que las firmas operan en mercados competitivos, el precio del
agregado de energía equivale a su costo. Teniendo estimadas las demandas en (18), se
pueden usar las participaciones estimadas como instrumento de los parámetros de precios en
la función de costos, y así construir , como sugiere Pindyck
(1979).
Claramente está faltando la función de costos. Ésta consistiría en la sumatoria de la
integral de las funciones de demanda. Como no es posible derivar una expresión analítica para
esa integral, Urga y Walters (2003) desarrollan una expresión numérica para la función de
costos, basados en la metodología de Considine (1990). La función de costos usada por ellos
es3:
(19)
donde j=EL,PE,B,G,O; lnCt es el logaritmo del total gastado en combustibles, es la
participación predicha del combustible j, lnY es el logaritmo natural del valor agregado, lnY2
es el logaritmo del valor agregado al cuadrado y єCt es un término del error de la función de
costos. Este error de asume que es independiente de los errores de las funciones de demanda.
Por último, asumiendo competencia, lnC=PE será la variable utilizada en la estimación
del set de demandas por insumos productivos (sistema de demandas (12)). Se debería poder
demostrar que y son no significativos y cercanos a cero para poder usar a
como el costo de la energía.
3 La función estimada por Urga y Walters (2003) es en realidad .
Pero en esta especificación no hay un término de tendencia, o cambio tecnológico, t. En este sentido, la especificación usada en este trabajo sigue más de cerca a Considine y Mount (1984), como ya se ha mencionado anteriormente. Los términos para Y e Y2 son los mismo incluidos en la derivación de Considine (1990).
19
III. Datos
Para la estimación de ambos sistemas de demandas (combustibles y factores) se hará
uso de la Encuesta Nacional Industrial Anual (ENIA) de los años 2001 al 2007. La encuesta es
elaborada, anualmente, por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Esta encuesta es realizada de manera censal y anual a los establecimientos industriales
de más de 10 trabajadores4 en todo el territorio chileno, nuevos o antiguos, que no hayan
paralizado su actividad durante el año. Establecimiento industrial se refiere a cada unidad
técnica-productiva que se dedica a alguna actividad industrial (transformación química y física
de materiales) en una sola ubicación geográfica delimitada. A este establecimiento se le
asigna un número único identificador (NUI). Es decir, una misma empresa puede ser “dueña”
de más de un NUI. Además, si un establecimiento cambia de propietario (ROL, RUT…) el NUI
asignado se mantiene. Un nuevo NUI es asignado a nuevos establecimientos, o bien a
establecimientos existentes que ingresan al registro (la razón principal de esto es que superan
los 10 trabajadores). Con el NUI es posible resguardar el secreto estadístico, es decir, no es
posible identificar a las empresas. También en línea con el cumplimiento del secreto
estadístico, el nivel más desagregado en que se entrega la información es la región, y la
clasificación más detallada es la de CIIU Rev. 35 a 4 dígitos (clase). Además, se garantiza un
mínimo de tres establecimientos por región/clase. Los establecimientos que no cumplan con
esto son removidos de la muestra.
La clasificación CIIU Rev. 3 para el sector industrial manufacturero corresponde a la
letra D, y las divisiones (correspondientes a los primeros dos dígitos) son las siguientes:
15 - Elaboración de productos alimenticios y bebidas;
16 - Elaboración de productos de tabaco;
17 - Fabricación de productos textiles;
18 - Fabricación de prendas de vestir; adobo y teñido de pieles;
19 - Curtido y adobo de cueros; fabricación de maletas, bolsos de mano, artículos de
talabartería y guarnicionaría, y calzado;
20 - Producción de madera y fabricación de productos de madera y corcho, excepto muebles;
fabricación de artículos de paja y de materiales trenzables;
21 - Fabricación de papel y de productos de papel;
22 - Actividades de edición e impresión y de reproducción de grabaciones;
4 No se aplica esta restricción a empresas multiunidad (que poseen más de un establecimiento) o
multiactividad (participan en más de una actividad económica). 5 Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las Actividades Económicas (CIIU), Revisión 3 de
Naciones Unidas.
20
23 - Fabricación de coque, productos de la refinación del petróleo y combustible nuclear;
24 - Fabricación de sustancias y productos químicos;
25 - Fabricación de productos de caucho y plástico;
26 - Fabricación de otros productos minerales no metálicos;
27 - Fabricación de metales comunes;
28 - Fabricación de productos elaborados de metal, excepto maquinaria y equipo;
29 - Fabricación de maquinaria y equipo;
30 - Fabricación de maquinaria de oficina, contabilidad e informática;
31 - Fabricación de maquinaria y aparatos eléctricos;
32 - Fabricación de equipo y aparatos de radio, televisión y comunicaciones;
33 - Fabricación de instrumentos médicos, ópticos y de precisión y fabricación de relojes;
34 - Fabricación de vehículos automotores, remolques y semirremolques;
35 - Fabricación de otros tipos de equipo de transporte;
36 - Fabricación de muebles; industrias manufactureras;
37 – Reciclamiento.
En la ENIA el número total de establecimientos encuestados por año son, en promedio
de los 7 años, aproximadamente 5.300, los cuales se dividen en 748 clases de actividad
(considerando los 4 dígitos de la clasificación CIIU Rev. 3). Los ingresos del total de los
establecimientos encuestados ascienden a aproximadamente 2,3 millones de millones de
pesos al año.
Las variables más relevantes para esta investigación son las correspondientes a capital,
trabajo, energía y valor agregado. El saldo neto al final de cada año del stock de capital es
reportado en la encuesta, mientras que su precio tuvo que ser calculado, y corresponde a la
suma de la tasa de interés real y la depreciación, dividida por uno menos la tasa de impuesto.
El método para calcular dicho precio se describe en el Anexo adjuntado a este trabajo.
También se cuenta con el total de empleados por año, y las remuneraciones que se pagan.
Para el ítem energía, se cuenta con el gasto en los diferentes combustibles y electricidad, y el
consumo de ellos expresados en alguna unidad de medida pertinente. Fue posible
transformar esos consumos a una medida calórica común para todos ellos, teracalorías, para
que pudieran ser agregados de manera consistente. Y por último, en el trabajo se hará uso del
valor agregado reportado en la ENIA como variable para producto.
Todas las variables monetarias fueron deflactadas por el índice de precios al por mayor
de la industria manufacturera con base el año 2005, IPM, salvo el salario, el que fue
deflactado por el índice de precios al consumidor, IPC.
Para esta investigación se usó el nivel de agregación de actividad según grupo, es
decir, tomando en cuenta los primeros 3 dígitos CIIU Rev. 3. En promedio, son un poco menos
21
de 50 los establecimientos que pertenecen a cada grupo en todo el país, con un mínimo de 3
(por ejemplo, fabricación de aeronaves y naves espaciales) y un máximo de 755 (panadería).
Para asegurar que no haya comportamiento monopolístico, se eliminaron los grupos en los
cuales había 3 ó 4 establecimientos.
Más detalles de todas estas variables se encuentran en el Anexo, al final del
documento.
IV. Resultados
Primero se debe obtener la estimación de la participación de cada energético en el
total del gasto en energía de la industria. Para eso, se estimó el set de demandas por los
diferentes combustibles (ecuaciones (18) para las participaciones en el gasto, descritas en la
sección II.c.). Los valores predichos para la participación en el gasto de electricidad, petróleo,
bencina, gas y otros serán usados como ponderadores para construir la serie del precio de la
energía, PE, tal como sugiere Pindyck (1979). Para eso es necesario que la energía sea una
función homotética en sus componentes (es decir, que la proporción de cada uno de ellos sea
independiente del nivel de producción).
El método de estimación fue el de SUR (Seemingly Unrelated Regression), con la
opción de iteración, sobre los 5 grupos de combustibles (incluida la energía). Como las
ecuaciones que componen el SUR son porcentajes en el gasto, existe colinealidad si se
incluyen las cinco ecuaciones. Para evitar ese problema, se estiman sólo cuatro de ellas,
dejando la electricidad de lado. Todos los precios, proporciones del gasto y cantidades de las
cuatro ecuaciones incluidas están expresadas relativas al precio, gasto y cantidad de energía,
respectivamente.
En la Tabla 1 se detallan los resultados obtenidos6. La estimación incluye efectos fijos
por años y también por actividad económica (grupos). Estos últimos coeficientes no son
reportados.
Tabla 1
Estimación del set de demandas por combustibles como porcentaje en el gasto, relativas a Electricidad
(1) (2) (3) (4)
VARIABLES Petróleo Bencina Gas Otros
6 En adelante, se estará trabajando siempre sobre la base de datos agregada por actividad según CIIU
Revisión 3 a 3 dígitos.
22
Log de Precios, relativos al de electricidad
Petróleo 0.260 -0.253 -0.374*** 0.192
Bencina 0.0474 0.0259 -0.0359 -0.0544
Gas -0.0757** -0.0458 0.000705 0.0982
Otros 0.0135 0.160** 0.0606 -0.450***
Log Valor Agregado -0.0660 0.0654 0.0820 0.0759
log Consumos rezagados, relativos a electricidad (Tcal)
Petróleo -0.0156*** Bencina
-0.0156***
Gas
-0.0156*** Otros
-0.0156***
Dummies por año 2002 -0.0885 -0.117 -0.0299 0.153
2003 -0.0451 0.111 0.104 -0.355
2004 0.119 0.170 0.246** -0.322
2005 0.0864 0.0268 0.193 -0.424
2006 0.310** -0.0156 0.260** -0.717**
2007 0.297** -0.592*** 0.0125 -0.445
Dummies por actividad no reportadas
Constante 0 0 -3.002* 0
Observaciones 271 271 271 271
R-squared 0.812 0.836 0.872 0.822
Niveles de significancia: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
Cada ecuación del sistema (18) se describe en una columna separada de la Tabla 1, y
las variables dependientes (“Petróleo”, “Bencina”, “Gas” y “Otros”) corresponden al logaritmo
natural de la participación en el gasto total por energía de cada combustible, relativo a la
participación de la electricidad en el gasto.
El primer set de variables independientes, que aparecen en la izquierda de la Tabla 1,
corresponde al logaritmo del precio de cada combustible, relativo al precio de la electricidad.
Más abajo en las variables independientes, se reporta el valor del coeficiente para el
logaritmo natural del consumo del período pasado (y no la participación) de cada consumo,
relativo al consumo rezagado de electricidad. En el caso de esta variable, en cada ecuación
23
(columna) se incluye sólo el consumo rezagado del propio combustible, y no los consumos
pasados del resto de ellos. Se ha impuesto la restricción de que el coeficiente del rezago, o el
parámetro de ajuste del período, sea el mismo en cada una de las ecuaciones.
Las dummies por cada año fueron incluidas para captar, principalmente, el efecto de
las restricciones de envíos de gas natural de argentina, y la escasez que eso produjo en Chile.
Se intentó agregar sólo una dummy con el valor de 1 para los años 2004 al 2006, pero los
resultados fueron bastante similares. Sin duda estos efectos fijos por año están captando
muchos otros aspectos que pudieron haber afectado la demanda de cada combustible. Para la
demanda de gas (columna (3)), se esperarían valores altamente significativos para los años
2004, 2005, 2006 y 2007, y negativos para reflejar la indisponibilidad de gas natural. Sin
embargo esto no es así. El combustible gas reúne los consumos de los diferentes tipos de gas
(natural, de cañería y licuado), y no se está modelando ni investigando cómo es la interacción
entre esos tipos de gases.
Si bien los coeficientes en general no son muy significativos, es la mejor manera que se
tiene para construir la variable del precio de la energía. Además, es posible ver de la Tabla 1
que los coeficientes para el logaritmo natural del valor agregado, en cada una de las
ecuaciones de demanda, son pequeños y no significativos. Se podrá asumir entonces que
estas demandas son homotéticas.
En la Tabla 2 se muestran los promedios de las participaciones de los energéticos en el
gasto en energía. La primera columna corresponde al promedio de la encuesta ENIA, y la
segunda a la participación estimada a partir de los resultados de la Tabla 1. Estos últimos
porcentajes serán los usados.
Tabla 2
Promedio de la participación del energético en el gasto total
por energía
Promedio de la participación estimada del energético en el
gasto total por energía
Electricidad 58.95% 59.33%
Petróleo 15.08% 15.13%
Bencina 4.75% 3.80%
Gas 17.34% 17.63%
Otros 3.88% 4.10%
Con las participaciones estimadas, es posible ahora construir el precio de la energía
agregada, usando esas participaciones como ponderadores,
, donde es la participación predicha
24
del energético j (segunda columna de la Tabla 2), lnY es el logaritmo natural del valor
agregado, lnY2 es el logaritmo del valor agregado al cuadrado, y es el costo total de la
energía. Para esta función de costo se asumirá que los coeficientes y son cero, es
decir, que la función de costo de energía es homotética, dado que los coeficientes para el
logaritmo natural del valor agregado en la Tabla 1 han resultado ser no significativos.
Teniendo ya todos los precios (del capital, trabajo y energía), se estima el set de
demandas por insumos productivos, ecuaciones (12), de la sección II.a. Este par de ecuaciones
representa las demandas por energía y capital, expresadas como el porcentaje del gasto total
de esos insumos, relativos a la participación del trabajo en el gasto total. La Tabla 3
corresponde a la estimación hecha de las ecuaciones (12).
Tabla 3
Estimación del set de demandas por insumos como porcentaje en el gasto total, relativas a Trabajo
(1) (2)
VARIABLES Capital Energía
Log de Precios, relativos al del trabajo
capital 0.0116 0.0627
energía 0.0545* 0.0360
Log Valor Agregado 0.0815 0.118**
log Consumos insumos rezagados, relativos al trabajo
capital 0.0507** energía
0.0507**
Dummies por actividad no repotadas
Dummies por años 2002 0.399*** -0.261***
2003 0.227*** -0.298***
2004 0.170*** -0.250***
2005 0.0389 -0.185***
2006 0.00492 -0.215***
2007 0 0
Constante 0.804 -0.877
Observaciones 229 229
R-squared 0.931 0.971
25
Niveles de significancia: *** p<0.01, ** p<0.05, * p<0.1
En las columnas (1) y (2) se presentan los coeficientes para cada ecuación del sistema
de demandas (12). Las variables dependientes “Capital” Y “Energía” corresponden al
logaritmo del porcentaje del gasto de cada insumo en el costo total, relativos al porcentaje en
el gasto del insumo trabajo.
Las primeras dos de las variables independientes listadas a la izquierda de la Tabla 3
corresponden al logaritmo del precio de cada insumo, relativo al precio del trabajo. Sólo el
coeficiente para el logaritmo del precio de la energía relativo al precio del trabajo, en la
ecuación de la participación en el gasto del capital ha resultado ser algo significativa. Es
importante recordar que esos coeficientes corresponden a una expresión de varios términos,
como se detalla en el set de ecuaciones (12), y no representan entonces el parámetro para el
precio de un insumo en la demanda de algún otro insumo. Es decir, que el primer coeficiente
de la columna (1) y el segundo coeficiente de la columna (2) no sean negativos, no
necesariamente va en contra de la teoría económica respecto de la demanda de un insumo y
la relación con su precio propio.
Luego se muestran los coeficientes del logaritmo natural del valor agregado. Para
ambas demandas este coeficiente es positivo, indicando que a mayor valor agregado del
sector, mayor será la demanda por insumos productivos. Pero sólo el coeficiente de la
demanda por energía ha resultado ser significativo, mientras que el coeficiente del logaritmo
del valor agregado en la demanda de capital es más pequeño y no significativo. Se podría
pensar a partir de este resultado que la demanda por energía es más sensible al tamaño del
sector que lo que es la demanda del capital.
Más abajo se encuentran los coeficientes del logaritmo del consumo del período
pasado de cada insumo, relativo al consumo pasado de trabajo. En cada ecuación se incluye
sólo el consumo rezagado del mismo insumo, y los coeficientes de ambas ecuaciones se han
restringido para que sean iguales. Este componente del rezago, o el ajuste de la demanda en
el período presente, es significativo, pero cercano a cero. Indica que alrededor del 95% del
ajuste de las demandas es efectuado en el período presente, y sólo el 5% se ajusta con un
rezago. Lamentablemente, no es posible indicar si es que este hecho es un indicio de que las
demandas son flexibles para ajustarse, pues cada período es relativamente largo, de un año.
Para estimar las ecuaciones mostradas en la Tabla 3, se incluyeron efectos fijos por
grupos, es decir, una variable discreta para cada clase de actividad. Por un tema de espacio,
estos coeficientes no fueron incluidos en la Tabla 3. También se incluyeron efectos fijos de
tiempo, una variable discreta para cada año incluido en la estimación, menos para el año
26
2001. La mayoría de estos coeficientes resultaron ser significativos, lo que justifica su inclusión
en la estimación. Pero al igual que lo discutido en la Tabla 1, estas variables discretas pueden
estar capturando diferentes tipos de efectos, por lo que la interpretación de ellos no es
evidente.
Con los coeficientes de la regresión hecha en la Tabla 3, se pudo calcular las
expresiones para las elasticidades precio de cada demanda (capital, trabajo, energía) y la
elasticidad de sustitución de Morishima (MES). En la Tabla 4 se presentan los resultados.
Tabla 4
Elasticidad de Sustitución (MES)
0.981***
0.927***
1.054***
0.854***
0.998***
0.964***
Elasticidad Precio de la Demanda
-0.358***
0.057***
0.301***
0.696***
-0.924***
0.228***
0.640***
0.040***
-0.626*** ***: Nivel de significancia del 1%
Los signos de las elasticidades precio propias tienen el signo correcto (negativo) según
la teoría económica. Además es posible ver que todos los factores de producción son
altamente sustitutos, y altamente significativos (elasticidades MES). Por ejemplo, la elasticidad
sustitución K-E y E-K, esto es, y , son ambas positivas, la elasticidad K-E cercana a 1 y la
elasticidad E-K mayor incluso que 1. No importa si cambia el precio de K o de E, siempre se van a
comportar como sustitutos. La altísima elasticidad de sustitución E-K, , nos dice que la
energía usada relativa al capital, es muy sensible frente a cambios en el precio del capital. Además,
, lo que significa que la razón K/E es más sensible frente a cambios en el precio del
capital que de la energía. La misma relación se obtiene al comparar la elasticidad de sustitución
entre el capital y el trabajo. La relación K/L es más sensible ante cambios en el precio del capital
que ante cambios en el precio del trabajo, (aunque prácticamente son muy parecidas,
0.998 y 0.927 respectivamente).
27
La elasticidad sustitución energía – trabajo es la menor, de 0.854. La razón L/E es más
sensible a cambios en el precio de la energía que del trabajo, pues .
En cuanto a las elasticidades precio de las demandas por insumos, todas las
elasticidades propias son negativas, pues es de suponer que los factores productivos son
bienes normales. La elasticidad precio del capital, -0.358, es la más inelástica de las tres,
reflejando posiblemente que es el factor productivo menos variable. Las elasticidades
cruzadas son positivas, lo que estaría indicando sustituibilidad entre los tres factores de
producción – capital, trabajo y energía. La mayoría de las elasticidades precios son
relativamente inelásticas (valores más cercanos a cero que a la unidad). Sólo la elasticidad
propia de la energía se acerca a la unidad, indicando que el uso de energía sería relativamente
sensible a su precio. Las elasticidades más inelásticas corresponden a la demanda de capital y
trabajo, respecto del precio de la energía (0.057 y 0.040 respectivamente). En el caso de la
elasticidad del trabajo respecto del precio de la energía, su inelasticidad podría ser la que esté
provocando que se llegue a la conclusión del párrafo anterior, de que la razón trabajo –
energía es más sensible al precio de la energía que el del trabajo. Lo que podría estar
ocurriendo, es que ante un cambio del precio de la energía, la demanda de energía reaccione
mucho, además del hecho de que las elasticidades precio de la energía y del trabajo respecto
del precio del trabajo son relativamente bajas (0.228 y -0.626). Además, la elasticidad precio
propia del trabajo es más baja que la de la energía.
Las elasticidades precio del trabajo y la energía respecto del precio del capital son
relativamente inelásticas, pero son mayores que el resto de las elasticidades precio cruzadas.
Se desprende de la Tabla 4 que el cambio en el precio del capital relativo al precio del
trabajo o de la energía tiene un impacto más alto tanto en la demanda por los insumos trabajo
y energía como en la relación entre esos insumos y el capital, que el cambio del precio relativo
de la energía o el trabajo. Y mirando las elasticidades precio, el cambio del precio del capital
incide más en la demanda de los otros factores que el cambio en el precio de algún otro
insumo. En cambio, el precio de la energía pareciera que no es relevante para la demanda de
los insumos capital y trabajo.
En la Tabla 5 se encuentran las elasticidades de sustitución de Morishima para el largo
plazo. Estas elasticidades se construyen dividiendo las elasticidades de sustitución de la Tabla
4, por uno menos el coeficiente de ajuste (ver ecuación (15) de la sección II.b), el que
corresponde al coeficiente del logaritmo del consumo rezagado en la Tabla 3.
Tabla 5
Elasticidad de Sustitución (MES)
28
Largo Plazo
1.034***
0.976***
1.111***
0.899***
1.051***
1.016***
***: Nivel de significancia del 1%
Como ya se había comentado más arriba, el coeficiente del rezago en el ajuste es
bastante cercano a cero, por lo que las elasticidades de largo plazo son muy parecidas a las de
corto plazo de la Tabla 4, sólo un poco mayores. Pero gracias a ese pequeño aumento en las
elasticidades, ahora casi todas las elasticidades de sustitución superan a la unidad, reflejando
una relación elástica entre los factores capital – energía, y trabajo – energía. Como se ha
comentado más arriba, es de suponer que la relación K/E ó L/E sea muy sensible ante cambios
en la relación de precios PK/PE ó PL/PE debido a la reacción de la energía ante cambios en
cualquiera de los precios, que debido a la reacción del capital o el trabajo. Es decir, no se
puede concluir a partir de una elasticidad de sustitución de largo plazo entre energía y capital
de 1.034, que la demanda de capital sea sensible al cambio en el precio de la energía. Más
bien, es la demanda de energía la que reacciona, haciendo variar el cuociente K/E.
V. Conclusión
El objetivo de esta investigación es el de estimar las demandas por insumos
productivos de la industria manufacturera de Chile, entre los años 2001 y 2007, para luego
poder derivar expresiones para las elasticidades de sustitución entre los distintos factores de
producción. Se hizo uso de la Encuesta Nacional Industrial Anual del INE.
Se consideró una función de costo flexible para la industria, la logit multinomial, que
depende de tres factores productivos: capital, trabajo y energía. Para la elasticidad de
sustitución, se usó la forma de la elasticidad de sustitución de Morishima, MES.
La literatura muestra evidencia mixta en el rol de la energía al considerarla como
factor productivo. Algunos trabajos encuentran que la energía es un sustituto del capital,
como Pindyck (1979), Ma et al. (2008), Christopoulos y Tsionas (2002) y Sterner (1989), en
concordancia con la presente investigación. Ejemplos de quienes encontraron una relación de
29
complementariedad entre el capital y la energía son Berndt y Wood (1975), Dargay (1983) y
Considine (1990).
Desafortunadamente, ninguno de estos trabajos son completamente comparables con
los resultados que aquí se estiman. No sólo por los datos, que varían en años y países, sino
que también por el modelo teórico. La mayoría de los trabajos revisados usan funciones de
costos translog, a diferencia de la función logística que aquí se estima. Y quienes se inclinan
por la logit multinomial, como por ejemplo Considine y Mount (1984), Urga y Walters (2001) y
Gómez-Lobo et al. (2009), no estudian la relación entre factores productivos, si no que entre
distintos tipos de fuentes energéticas, lo que implica que esos trabajos tampoco pueden
usarse como comparación.
Además de la forma funcional, los trabajos revisados usan como elasticidad de
sustitución entre insumos la de Allen - Uzawa (AES), y no la de Morishima (MES). Y por último,
tampoco hay uniformidad entre los factores productivos que se incluyen. Algunos incluyen,
además de capital, trabajo y energía, a los materiales intermedios (Berndt y Wood (1975),
Dargay (1983) y Considine (1990)), y Sterner (1989) separa en dos grupos a la energía, en
electricidad y otros combustibles.
Los resultados de las elasticidades de sustitución encontradas en esta investigación
reflejan que todos los factores productivos son sustitutos. En particular, el uso de energía en
relación al stock de capital, es altamente sensible a los precios de capital y de la energía. Pero
también lo es el uso de energía en relación al empleo frente a cambios en salarios o el precio
de la energía.
El resultado más importante que se desprende de la Tabla 4 es que si bien la energía
se comporta como sustituto tanto del capital como del trabajo, el precio de la energía
pareciera no ser relevante para la demanda de los insumos capital y trabajo. Esto se
desprende de las bajas elasticidades de precio cruzadas y . Es la demanda por energía la
que responde de mayor manera ante cambios en cualquiera de los tres precios, lo que se traduce
en que las elasticidades MES sean relativamente altas.
El hecho de contar con una noción sobre la forma en que interactúan los factores
productivos en una cierta economía (o al menos un sector de ella), permite predecir de alguna
manera el efecto que podrían tener ciertas políticas económicas. En este caso, y debido a la
evidencia presentada por las elasticidades, cualquier política que incentive la inversión en
capital o la contratación de mano de obra, será efectiva en disminuir el uso de energía. Esto es
relevante si lo que se busca es una política energética que se enfoque en la conservación de la
energía. El mismo efecto tendría un desincentivo al uso de energía, a través de impuestos
específicos sobre algún combustible, por ejemplo. Y no es raro pensar que la conservación de
30
la energía sea un objetivo explícito de las autoridades. Es un hecho que las fuentes energéticas
tradicionales van a escasear cada vez más a nivel mundial, lo que es muy probable que
desarrolle nuevos conflictos entre los países.
En Chile se añade el problema de la dependencia energética por combustibles
tradicionales, como petróleo y gas natural7. Si bien una buena política pública para revertir
esta situación sea el incentivo para desarrollar e incorporar en la producción nuevas fuentes
energéticas, las llamadas energías renovables no convencionales, en este estudio no se
investigó respecto de la composición de las fuentes energéticas, por lo que su discusión queda
fuera de foco. Pero sí conviene hacer hincapié, frente a la evidencia encontrada, de que es
posible reducir el consumo de energía sin afectar ni la inversión en capital, ni el empleo.
Por último, se concluye que dado el nivel de las elasticidades de sustitución y su alta
significancia, se revelan que el sector manufacturero de Chile es bastante flexible ante
cambios en los precios de sus factores. Sin embargo, no se debe perder de vista que los
parámetros estimados en la Tabla 3 con los que se construyen las elasticidades de sustitución,
resultaron ser no significativos estadísticamente.
7 La dependencia nacional por gas natural de Argentina fue relevante para los años que incluye esta
investigación, 2001 a 2007. Ahora, en el 2010, ese escenario ha cambiado, en gran medida gracias a la nueva planta de gas natural de Quintero.
31
VI. Referencias
Bergoeing, R., A. Hernando y Repetto, A. (2003) “Idiosyncratic Productivity Shocks and Plant-Level Heterogeneity”, Documento de Trabajo nº 173, Centro de Economía Aplicada, Universidad de Chile.
Berndt, Ernst R. y David O. Wood (1975) “Technology, Prices, and the Derived Demand for
Energy”, The Review of Economics and Statistics, Vol. 57, No. 3 (Aug., 1975), pp. 259-268
Blackorby, Charles y R. Robert Russel (1989) “Will the Real Elasticity of Substitution Please
Stand Up? (A Comparison of the Allen/Uzawa and Morishima Elasticities)”, The American
Economic Review, Vol. 79, No. 4 (September, 1989), pp. 882-888.
Cerda, Rodrigo y Felipe Larraín (2005) “Inversión Privada e Impuestos Corporativos: Evidencia
para Chile”, Cuadernos de Economía, Vol. 42 (Noviembre), pp. 257-281.
Cerda, Rodrigo y Diego Saravia (2009) “Corporate Tax, Firm Destruction and Capital Stock
Accumulation: Evidence from Chilean Plants”, Documento de Trabajo nº 364, Instituto de
Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Chambers, Robert G. (1988) “Applied production analysis: A dual approach”, Cambridge
University Press, 1988
Christopoulos, Dimitris K. y Efthymios G. Tsionas (2002) “Allocative inefficiency and the
capital-energy controversy”, Energy Economics, Vol. 24, Issue 4, pp. 305–318.
Considine, Timothy J. (1990) “Symmetry Constraints and Variable Returns to Scale in Logit
Models”, Journal of Business & Economic Statistics, Vol. 8, No. 3 (Jul., 1990), pp. 347-353.
Considine, Timothy J. y Timothy D. Mount (1984) “The Use of Linear Logit Models for Dynamic
Input Demand Systems”, The Review of Economics and Statistics, Vol. 66, No. 3 (Aug., 1984),
pp. 434-443.
Dargay, Joyce M. (1983) “The Demand for Energy in Swedish Manufacturing Industries”, The
Scandinavian Journal of Economics, Vol. 85, No. 1 (1983), pp. 37-51.
32
Denny, Michael y Melvyn Fuss (1977) ”The Use of Approximation Analysis to Test for
Separability and the Existence of Consistent”, The American Economic Review, Vol. 67, No. 3
(Jun., 1977), pp. 404-418.
Gómez-Lobo, Andrés, José Miguel Benavente y Javiera Vásquez (2009) “Estudio de Demanda
Energética para el Sector Industrial Manufacturero y Minero de Chile”, Documento de
Trabajo, Comisión Nacional de Energía.
Instituto Nacional de Estadísticas – Encuesta Nacional Anual Industrial. Años 2001-2007.
Ma, Hengyun, Les Oxley, John Gibson y Bonggeun Kim (2008) “China's energy economy:
Technical change, factor demand and interfactor/interfuel substitution”, Energy Economics,
Vol. 30, Issue 5, pp. 2167–2183.
Pindyck, Robert S. (1979) “Interfuel Substitution and the Industrial Demand for Energy: An
International Comparison”, The Review of Economics and Statistics, Vol. 61, No. 2 (May,
1979), pp. 169-179.
Sterner, Thomas (1989) “Factor Demand and Substitution in a Developing Country: Energy Use
in Mexican Manufacturing”, The Scandinavian Journal of Economics, Vol. 91, No. 4, pp. 723-
739.
Urga, Giovanni y Chris Walters (2003) “Dynamic translog and linear logit models: a factor
demand analysis of interfuel substitution in US industrial energy demand”, Energy Economics,
Vol. 25 (2003), pp. 1-21.
33
Anexo: CONSTRUCCIÓN DE VARIABLES
a. Valor Agregado
Para esta tesis se usará como variable para producto el valor agregado de la
producción. Este valor agregado se construye como el valor bruto de la producción, menos el
costo total, más el saldo neto de materiales y materias primas del año. Esta variable tendrá
que ser modificada, pues incluye el valor de los bienes nuevos terminados de activo fijo y los
gastos en combustibles y electricidad. Estas cuentas son parte del capital y de la energía
respectivamente, se estarían contabilizando dos veces.
La razón principal para usar el valor agregado y no el valor bruto de la producción, es
que se están excluyendo a los materiales de los inputs en la función de producción8. Al no
incluir los materiales intermedios, no resultaría correcto tomar como producto el valor bruto
de la producción.
La variable de valor agregado fue deflactada por el índice de precios al por mayor de
productos nacionales de la industria manufacturera (IPM) disponibles en el Instituto Nacional
de Estadísticas (INE), con base en el promedio del índice del año 2005.
b. Empleo
Empleo
EMPTOT corresponde al empleo total, por año, reportado en la encuesta ENIA.
EMPTOT es la suma de los promedios trimestrales de los distintos tipos de trabajadores. Para
clarificar su construcción, un ejemplo: la unidad productiva (establecimiento) debe informar el
total del personal directivo empleado en cada trimestre, separado por sexo. Se tiene así el
total del personal directivo hombre del primer trimestre, del segundo, tercero y cuarto, y lo
mismo para las mujeres. Entonces se obtiene el promedio simple de los 4 trimestres para cada
sexo.
Luego se debe calcular lo mismo para cada tipo de empleado. Cuando todos esos
promedios se suman, se obtiene EMPTOT. En promedio, en cada establecimiento trabajan 77
personas por año.
Los tipos de empleados son:
8 Bergoeing et al. (2003)
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- Propietarios y socios (que trabajen al menos 15 horas a la semana en la planta)
- Personal directivo (ejemplo, gerentes y subgerentes)
- Personal administrativo
- Trabajadores especializados ocupados en el proceso productivo
- Trabajadores no calificados ocupados en el proceso productivo
- Trabajadores ocupados en actividades auxiliares a la producción
- Trabajadores de servicios personales y seguridad (tales como secretarías, casino, etc.)
- Vendedores y empleados a comisión
- Trabajadores especializados subcontratado ocupados en el proceso productivo
- Trabajadores no calificado subcontratado ocupados en el proceso productivo
- Trabajadores Subcontratados ocupados en actividades auxiliares a la producción
- Personal administrativo subcontratado
- Servicios personales subcontratados
- Vendedores a comisión subcontratado
- Trabajadores a domicilio, ocupados en la producción.
Remuneración
Para construir esta variable se hace uso del reporte hecho en la encuesta ENIA sobre
remuneraciones, regalías (u otras remuneraciones) y cargas familiares. A continuación, las
definiciones de remuneración y regalías:
Remuneraciones: Pagos brutos (antes de impuestos y descuentos) incluyendo
comisiones, tratos, bonos por turno o producción, horas extras, gratificaciones, etc.
Regalías (u Otras Remuneraciones): Pagos por concepto de aguinaldos, asignaciones
de colación, movilización, estudios, ropa de seguridad, indemnizaciones, etc. Excluidas
asignaciones familiares.
Se refiere a los pagos efectuados en el año respectivo, en miles de pesos, a todo tipo
de trabajadores y empleados:
- Propietarios y socios (que trabajen al menos 15 horas a la semana en la empresa)
- Personal directivo
- Trabajadores Especializados
- Personal administrativo
- Empelados a comisión
- Trabajadores no calificados indirectos
- Trabajadores de servicios personales
- Trabajadores y personal subcontratados (especializados, administrativos, a comisión,
no calificado indirectos, auxiliares, de mantención y de servicios personales)
- Trabajadores auxiliares de producción
- E incluye otros, de tipo no especificado.
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La suma de las tres cuentas (remuneraciones, regalías y cargas familiares) queda muy
similar a la variable REMPAG reportada en la ENIA, que se define como Remuneración Pagada,
en miles de pesos. Las diferencias entre la suma y REMPAG son mínimas. Sin embargo, en este
trabajo se usará la suma, teniendo así mayor control sobre las variables usadas.
Además, la ENIA reporta otros desembolsos laborales: Aportes Patronales y
Descuentos legales. Sus definiciones son:
Aportes Patronales: Desembolsos asociados al costo de la mano de obra tales como
pagos por accidente del trabajo, seguro de cesantía, etc. De cargo del empleador.
Descuentos Legales: Monto de las retenciones legales para jubilaciones y seguros (AFP,
INP), salud (ISAPRE, FONASA), excepto cargas familiares.
No se incluirá en el cálculo del salario el impuesto de segunda categoría que deben
pagar los trabajadores, y que son retenidos por la empresa. Lo que interesa para este trabajo
es cuánto le cuesta a la firma cada trabajador, como factor productivo.
Resumiendo, la variable que se usará como Renta Total, será la suma de las
remuneraciones, regalías y cargas familiares.
La variable relevante es en realidad el salario recibido por trabajador. Para eso,
simplemente se deben dividir ambas variables explicadas arriba: renta total y empleados
totales.
La Tabla A1 a continuación muestra, en la primera columna, el promedio anual de
trabajadores por establecimiento industrial. En la segunda columna se ve el promedio anual
de la renta total recibida por cada trabajador.
Tabla A1
Año Promedio del Total de Personas Ocupadas por Establecimiento
Renta Real Anual Total Por Trabajador (Miles de Pesos del 2005)
2001 71.1 4,077.929
2002 70.1 4,162.615
2003 72.1 4,358.266
2004 73.4 4,474.130
2005 80.4 4,438.395
2006 83.1 6,372.310
2007 90.0 4,545.703
Fuente: Elaboración propia a partir de la ENIA.
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Las series en pesos fueron deflactadas por el índice de precios al consumidor (IPC) del
INE, con base en el promedio del IPC del año 2005.
c. Capital
Stock de capital
La serie de stock de capital no necesita ser construida. En la ENIA se tiene la
información del saldo final para cada tipo de activo fijo -terrenos, maquinaria, edificios y
vehículos- neto de la depreciación acumulada. Este saldo incluye la compra de bienes nuevos
y usados, valor de los bienes nuevos terminados, reformas y mejoras hechas por terceros y
venta de bienes usados. No incluye la corrección monetaria de cada tipo de activo.
A cada serie de stock del activo fijo se le restó la corrección monetaria (CM). De esta
manera se reconoce el efecto que la inflación pudo tener en la construcción del saldo final,
durante cada ejercicio.
De haber tenido que construir la serie de capital, por ejemplo con el método de
inventario permanente, se habría tenido que deflactar la inversión con el deflactor implícito
de la formación bruta de capital fijo. Sin embargo, este procedimiento –como se explica más
arriba- no fue necesario pues ya se cuenta con el saldo final. A falta de un deflacto más ad hoc
para la serie de capital, corrección monetaria y depreciación, esas variables fueron deflactadas
por IPM.
La serie de capital usada en este trabajo será la suma de los stocks de maquinaria,
edificios y vehículos. Se excluirán los terrenos del capital fijo productivo.
Precio capital
La expresión usada para el precio del capital, o más bien el costo de uso del capital, es
, donde r es la tasa de interés real, d es la tasa de depreciación y t es la
tasa de impuesto corporativo. La manera de obtener cada uno de los tres componentes se
explica a continuación.
Tasa interés real:
Se usó la serie de la tasa nominal de colocación mayor a 90 días y menor a un año,
disponible en las publicaciones estadísticas del Banco Central de Chile. La tasa para cada año
es el promedio de las tasas mensuales. A esa tasa se le restó la inflación de cada año. La
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inflación fue calculada con el índice de precios al consumidor (IPC) con base en el año 2005. El
promedio de la tasa de interés real para los 7 años de la muestra es de 10.8%.
Tasa depreciación:
Esta variable se calculó con la ENIA. Primero, se calculó una tasa de depreciación
constante para todos los años para cada tipo de capital (maquinaria, edificios y vehículos) y
para cada establecimiento. Luego, la tasa de depreciación es un promedio de las
depreciaciones de cada tipo de capital, ponderados por el stock de cada capital
respectivamente. Este es un procedimiento similar al usado por Cerda y Larraín (2005)9, pero
ellos suponen tasas de depreciación para cada tipo de capital, en vez de calcularlas.
El promedio de la tasa de depreciación es de 10%.
El gasto en depreciación fue deflactado por IPC. El stock de cada tipo de activo usado
también está deflactado por IPM, y corrido monetariamente.
Impuesto corporativo efectivo:
Siguiendo a Cerda y Saravia (2009)10, en vez de usar como tasa de impuesto la dicatada
por ley (entre 15 y 17%, según el año), se calculó la tasa con la ENIA, que corresponde al
impuesto corporativo efectivamente pagado, sobre el valor agregado. La razón para usar esta
tasa es que, primero, hay empresas que evaden impuestos, la tasa efectiva no siempre es
igual a la que establece la ley. Segundo, los malos años con resultados negativos pueden
usarse para reducir la base imponible en algún ejercicio a futuro. Y por último, el cálculo de la
tasa efectiva de impuesto puede hacerse, pues se cuenta la información para eso en la ENIA.
La tasa se que se calculó fue la suma de contribuciones de bienes raíces, impuesto a la
renta, impuesto de timbres y estampillas, patentes y derechos municipales y otros impuestos
incluyendo a la producción, dividido por el valor agregado. Todos los impuestos pagados
fueron deflactados por IPM para dejarlos en términos de precios del 2005. El promedio de la
tasa de impuesto del total de la encuesta es de 5.1%
En promedio, el costo del capital es de 21.3%.
d. Energía
La encuesta ENIA reporta la cantidad consumida (en distintas unidades de medida) y el
valor en miles de pesos del consumo de electricidad, petróleo (incluye diesel), bencina,
parafina, gas licuado, gas de cañería, gas natural, leña y grasas y aceites lubricantes.
Se reportan sólo las cantidades compradas para producir calor y fuerza. Se excluye lo
que se compra para uso como materia prima. Se juntó el gasto con lo reportado por IVA de
9 Ceda y Larraín (2005)
10 Cerda y Saravia (2009)
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cada ítem, y a eso se le llamó valor. En cuanto a las cantidades físicas reportadas, la idea es
dejar todo expresado en teracalorías (Tcal), una medida para el poder calorífico de los
energéticos, para después juntar todos los combustibles más electricidad en una sola variable
agregada, energía.
Se reportan combustibles que son consumidos por un porcentaje menor de los
establecimientos. Para poder tener un mayor número de observaciones en el consumo de
cada tipo de energía, se agruparán algunos de los combustibles y se crearán dos grupos
nuevos. El grupo gas incluirá los tres tipos de gases: gas licuado, de cañería y natural. Por otro
lado, el grupo otros incluirá el consumo de carbón, parafina y leña.
Para cada tipo de combustible se calcularon dos precios: uno, dividiendo el gasto en el
combustible por la cantidad consumida. Y el otro, dividiendo el mismo gasto pero por la
cantidad consumida expresada en Tcal. El precio relevante será, en realidad, el precio por
teracaloría. A continuación se detallan cada una de las fuentes energéticas.
Tipos de energéticos
Electricidad
El consumo de electricidad está expresado en miles de kilovatios hora (miles de kwh, o
Mkwh). La variable de interés en la encuesta es ELECONS, es decir, el consumo de electricidad,
para diferenciarlo de la compra de electricidad. ELECONS se construye sumando la electricidad
comprada y la electricidad generada por cada establecimiento, menos la venta de electricidad.
La electricidad generada no es muy relevante, pues salvo 14 de los más de 500
establecimientos encuestados, ésta es menor al 1% de la electricidad consumida.
Según la tabla de densidades y poderes caloríficos usada en la construcción de los
Balances Energéticos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), el factor de conversión para la
electricidad es de 860 kilocalorías (Kcal) por cada kwh. La conversión relevante para dejar el
consumo de electricidad expresado en teracalorías (Tcal, que equivale a 10^9 kcal) es,
entonces, (860,000/10^9) Tcal por cada Mkwh.
Carbón
Este ítem reúne el consumo de carbón de piedra, carboncillo de piedras y coke. En lo
que sigue, se hablará de carbón simplemente.
Las unidades de medidas utilizadas para reportar el carbón son toneladas (39% del
total de los establecimientos que reporta consumo positivo de carbón) y kilogramos (27% del
total). Un 33% de los establecimientos no especifica la unidad de medida, por lo que se asume
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que se refiere a toneladas. Además, se unifican todas las unidades de medida a toneladas, por
lo que se divide por 1,000 todas las cantidades de consumo de carbón reportadas en
kilogramos. De las 775 observaciones del total de la encuesta para el total de los años en
observación que reportan un consumo positivo de carbón, hubo que transformar 210
observaciones de kilogramos a toneladas.
Siempre siguiendo la tabla de poderes caloríficos usada por la CNE en sus Balances
Energéticos, la conversión a teracalorías (Tcal) es de 7,000,000/10^9 Tcal por tonelada de
carbón.
Petróleo
El petróleo combustible y el diesel están agrupados bajo esta misma categoría de
combustible.
Nuevamente, no está unificada la unidad de medición que reportan los
establecimientos. De aquellos que consumen petróleo, un 45.6% reporta en metros cúbicos
(m3), un 30.7% lo hace en toneladas y el 23.5% no reporta unidad de medida. El total de
observaciones de consumo de petróleo para el total de la encuesta (todos los
establecimientos a través de todos los años considerados) es de 17,727.
En los casos en que el establecimiento no especifica la unidad de medida, se asume
que se refiere a m3. Para los casos en que el consumo se encuentra expresado en tonelada, se
hizo la conversión necesaria para dejar todas las observaciones unificadas en m3. Esta
conversión equivale a 1.0684 m3 por tonelada, la que corresponde a un promedio entre las
conversiones para el petróleo combustible nº5 y nº6 utilizadas por la CNE en sus Balances
Energéticos. Se optó por el promedio, pues no existe gran diferencia entre un factor y otro,
además de que no hay información de cuál de los dos petróleos combustibles es mayormente
utilizado.
El factor de conversión a teracalorías es de 9,828,000/10^9 Tcal por metro cúbico de
petróleo.
Bencina
Bencina es el nombre con se denomina en la ENIA a la gasolina. De las 37,307
observaciones de la encuesta completa (todos los establecimientos, incluyendo todos los años
en observación) 11,587 de ellas declaran consumo de bencina.
Se unificaron todas las observaciones de consumo de bencina en una misma unidad de
medida, el metro cúbico. Sólo el 11.8% de las observaciones declara su consumo en m3,
mientras que el 63% lo hace en litro y el 25% no reporta unidad de medida. Para estas últimas
40
observaciones, se asume que la unidad de medida es m3. Una inspección detallada de la base
de datos revela que es razonable hacerlo así, y no asumir que se trata de litros. Cerca del 1%
reporta su consumo en toneladas. En esos casos, se usó el factor de conversión de 0.7
toneladas por m3 de gasolina. Este factor es el que utiliza la CNE en sus Balances Energéticos
para la nafta, a diferencia de las otras gasolinas incluidas en el Balance (gasolinas para
automóviles o aviación, que no son utilizadas en la industria).
Conversión a teracalorías: 8,050,000/10^9 Tcal por metro cúbico de bencina.
Parafina
Al igual que en el caso de la bencina, la mayoría de las observaciones que reportan
consumo de parafina lo hacen en litros. Esto corresponde al 67.2% de las observaciones con
consumo positivo, de un total de 1,439. Un 5.6% reporta en m3 y el 27% no especifica la
unidad de medida. Para esos casos, al igual que en el caso de la bencina, se asumió que
correspondía a metros cúbicos. Así, el consumo de parafina se dejó unificado en m3. También
se cuenta con una observación en tonelada. Se expresa en m3 usando el factor de conversión
de 0.81 toneladas por m3 de parafina (es el factor correspondiente al kerosene, utilizado por
la CNE en sus Balances Energéticos).
Conversión a teracalorías: 8,991,000/10^9 Tcal por metro cúbico de parafina.
Gas Licuado
Los establecimientos reportan su consumo de gas licuado en metros cúbicos y en
kilogramos. Para las observaciones cuyas unidades de medidas no hayan sido especificadas, se
asume que se trata de kg. Estas corresponden al 25.5% del total de los observaciones, que
alcanzan las 15,201. Además, para unificar el reporte en el consumo, se transformaron las
unidades originalmente expresadas en m3 a kg, usando el factor de densidad de 550 kg/m3.
Hubo que convertir 1,444 observaciones, correspondientes al 9.5% del total de las
observaciones. El 65% restante reportó su consumo en kg.
Conversión a teracalorías: 12,100/10^9 Tcal por kilogramo de gas licuado.
Gas de Cañería
Dentro del total de la encuesta, son 1,755 las observaciones con consumo de gas de
cañería. Los establecimientos reportan su consumo de este ítem en metros cúbicos. Sin
embargo, cerca del 30% de las veces no aparece la unidad de medida. En esos casos se asume
que se trata de m3. Además, hay cuatro observaciones que reportan su consumo de gas de
cañería en tonelada o kilogramo. A falta de un factor de densidad (kilogramos por metro
41
cúbico por ejemplo) disponible en los Balances Energéticos de la CNE, esas cuatro
observaciones serán eliminadas (correspondientes al 0.23% de las observaciones
mencionadas).
Conversión a teracalorías del gas de cañería: 12,100/10^9 Tcal por metro cúbico.
Gas Natural
Con este ítem se tiene el mismo tipo de problema que con el gas de cañería. El
consumo de reporta en m3, pero existen 6 de las 3.301 observaciones en que la unidad de
medida es la tonelada o el kilogramo. Nuevamente, por no contar con un factor de densidad
que se base en los mismos criterios que los anteriores (Balances Energéticos, CNE), esas 6
observaciones serán eliminadas de la muestra (0.18% de las observaciones que reportan
consumo de gas natural). Además, un 23% no declara unidad de medida. Se asume que se
trata de m3.
El factor de conversión para el gas natural es de 9,341/10^9 Tcal por metro cúbico.
Leña
En los años 2001 y 2002 casi no hay reporte de unidad de medida. Sólo cantidad
consumida de leña (sin saber de qué magnitud) y su gasto.
Son 2,317 las observaciones que reportan consumo de leña como combustible: 28% de
ellas no reporta la unidad de medida, el 33% lo hace en metro ruma (mr) y el 39% en
tonelada. El procedimiento fue dejar todo expresado en tonelada. El factor de conversión
usado fue el de 0.6036 toneladas por metro ruma (mr)11. Hubo que buscar una fuente
alternativa para este factor de conversión, pues la alternativa habría sido eliminar las
observaciones expresadas en metro ruma, perdiendo mucha información respecto de este
combustible. Se asumió que se trataba de tonelada cuando el establecimiento no especificaba
la unidad de medida.
Para convertir el consumo a teracalorías, se debe multiplicar el consumo en tonelada
por 3,500,000/10^9.
Grasas y Aceites Combustibles
Se optó por eliminar este ítem. Primero, son pocas observaciones: 4,451. Segundo,
este ítem de combustible agrupa cualquier grasa o aceite lubricante que sea usado para
11
Toneladas por metro ruma de C. Navarro, Pinares, J. y Castillo, J. (2005) “Estudio de Secado de Leña y Equivalencias de Unidades de Comercialización”, CONAMA – Universidad Católica de Temuco.
42
generar calor, y los establecimientos han reportado su consumo en tonelada y m3, además de
un porcentaje significativo que no especifica. Dar con un criterio para unificar todo resulta
muy difícil. Y de poderse, la posterior conversión en alguna unidad calorífica para unificar a
todos los combustibles utilizados, es aún más complejo.
Otros Combustibles
Este ítem también será eliminado, pues sólo se tiene el gasto, y no lo la cantidad que
se consume. Ni siquiera se sabe a qué “otros” combustibles se refiere.
Precios
Como se mencionó más arriba, el precio relevante para usar en esta investigación será
el relacionado a las unidades de calor que generen los energéticos. Así, el precio por
teracaloría será el gasto efectuado por el combustible (o electricidad) dividido por la cantidad
de teracalorías consumidas de ese combustible. Es decir, este precio depende directamente
del poder calorífico que contenga el combustible, además de su precio. En la Tabla A2 se
muestra la media del el total de la encuesta del precio para cada uno de los 5 energéticos
considerados –electricidad, petróleo, bencina, gas y otros- y las respectivas unidades de
medidas usadas, mientras que la Tabla A3 muestra el precio promedio por cada teracaloría
consumida, para cada energético.
Tabla A2
Precio promedio por Energético
(pesos del 2005) Unidad de
Medida
electricidad 72.8 $/kwh
petróleo 390.6 $/litro
bencina 6,601.4 $/litro
parafina 4,107.4 $/litro
carbón 1,673.0 $/kg
leña 44.9 $/kg
gas licuado 1,215.8 $/kg
gas cañería 21.8 $/litro
gas natural 7.4 $/litro
Fuente: Elaboración propia a partir de la ENIA
Tabla A3
Tipo de energético
Precio promedio, total de la encuesta
(miles de pesos de 2005 por Tcal)
electricidad 81,347
43
petróleo 38,444
bencina 780,205
gas 444,331
otros 156,293
Fuente: Elaboración propia a partir de la ENIA
El energético gas es la agrupación de los tres tipos de gases que se registran en la
encuesta: gas licuado, gas de cañería y gas natural. Otros se refiere a la categoría que agrupa a
los combustibles parafina, carbón y leña.
Todos los valores de gastos en energéticos fueron deflactados por IPM con base el
promedio del IPM del año 2005.
Adicionalmente, se eliminó el 1% de las observaciones extremas de cada precio: 0.5%
en cada cola.