TESIS DOCTORADO - ANDREA DONOFRIO

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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN EL FRACASO DEL EUROCOMUNISMO: RAZONES Y REFLEXIONES SOBRE EL GIRO DEL MOVIMIENTO COMUNISTA EN OCCIDENTE (1975-1982) MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Andrea Donofrío Bajo la dirección de los doctores Juan Trías Vejarano Margarita Márquez Padorno Madrid, 2012 © Andrea Donofrío, 2012

Transcript of TESIS DOCTORADO - ANDREA DONOFRIO

  • UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIN

    EL FRACASO DEL EUROCOMUNISMO: RAZONES Y REFLEXIONES SOBRE EL GIRO DEL MOVIMIENTO

    COMUNISTA EN OCCIDENTE (1975-1982)

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR

    Andrea Donofro

    Bajo la direccin de los doctores

    Juan Tras Vejarano Margarita Mrquez Padorno

    Madrid, 2012

    Andrea Donofro, 2012

  • UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID INSTITUTO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIN

    JOS ORTEGA Y GASSET DOCTORADO EN PROBLEMAS CONTEMPORNEOS EN LA

    SOCIEDAD DE LA INFORMACIN Trabajo de Investigacin

    El fracaso del Eurocomunismo Razones y reflexiones sobre el giro del movimiento

    comunista en occidente (1975-1982)

    Andrea Donofrio Director: Prof. Juan Trias Vejarano

    Co-Directora: Prof. Margarita Mrquez Padorno Madrid, diciembre 2011

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    Ai miei nonni, ai miei genitori, a Paola, a Mattia y a Kowalski,

    che nonostante la distanza, sono sempre stati presenti,

    mostrandomi il loro affetto e amore

    He reflexionado sobre el hecho de que yo siga siendo comunista. Por supuesto que lo

    soy y no me imagino a m mismo siendo algo distinto. Pero me he dado cuenta de que

    tena que aadir algo a ese 'yo soy comunista', y lo que estoy aadiendo es que soy un

    comunista libertario

    Jos Saramago

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    Podra escribir pginas de agradecimientos ya que son muchas las personas que me han

    ayudado, animado y soportado para realizar esta labor. Mi tesis doctoral ha sido, por un

    lado, el producto de un capricho, el fruto de una obstinacin personal hacia un tema; por

    otro, el resultado de un camino iniciado hace ya cinco aos, que ha contado con la

    magistral direccin del Prof. Juan Tras, mi director de tesis, a quien va dirigido mi ms

    sentido agradecimiento por haber puesto a mi servicio su profunda sabidura y su

    enorme conocimiento. Asimismo, para su redaccin, ha sido fundamental la presencia

    de la Profesora Margarita Mrquez, cuyos consejos y respaldo han resultado

    imprescindibles. Su afectuosa presencia y su pertinente contribucin acadmica han

    sido determinantes para la conclusin de este proyecto, guindome en este largo

    camino. De la misma manera, siento el deber de agradecer sentidamente al Prof.

    Antonio Morales, un verdadero maestro. Sus recomendaciones y enseanzas estn

    revelndose fundamentales para mi formacin personal y crecimiento acadmico.

    Mi agradecimiento es tambin para el Prof. Jos Varela Ortega y para toda la Fundacin

    Ortega-Maran, entre cuyas paredes pude escribir parte de la tesis; al Istituto di

    Scienze Umane (SUM) de Npoles y Florencia, que me brindaron la posibilidad de

    profundizar mi investigacin en las diferentes bibliotecas y archivos de estas ciudades; a

    la Universidad de los Mayores y a Marcos Roca, que me dieron la posibilidad de

    estrenarme como profesor y descubrir as mi verdadera pasin; a los muchos profesores

    y acadmicos que decidieron compartir conmigo sus conocimientos e ideas sobre el

    tema objeto de mi investigacin.

    En este camino, sera injusto no reconocer la importancia de mis amigos, que con sus

    palabras de nimo y sus consejos han hecho ms llevadero mi esfuerzo. A Carlos que ha

    asistido a la gestacin de este proyecto y vivido mis vacilaciones. A Pablo, Marta y

    Germn, que a la vez que me recordaban los beneficios econmicos de abrir una

    pizzera, me animaron siempre a terminar m proyecto. A Nico por su presencia en la

    distancia. A Hebe, Chema y Nayeli, compaeros de doctorado y de penas. Y, dulcis en

    fundo, muy especialmente a Laura: sin su apoyo y comprensin habra sido imposible

    terminar esta labor.

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    Captulo I: Origen y definicin de Eurocomunismo

    1.1 Origen y definicin de Eurocomunismo;

    1.2 Aclaracin etimolgico-semntica

    1.3 El inicio del Eurocomunismo

    1.4 El porqu del Eurocomunismo

    1.5 El Eurocomunismo, producto de las crisis?

    1.6 La crisis poltica

    1.7 Las primeras posturas de los partidos eurocomunistas frente a la crisis internacional

    Captulo II: Descripcin del Eurocomunismo y de sus elementos

    2.1 Descripcin del Eurocomunismo

    2.2 Elementos del Eurocomunismo

    2.3 Partidos integrantes del movimiento eurocomunista

    2.4 La relacin entre democracia y socialismo

    2.5 El abandono de la Dictadura del proletariado

    2.6 Pluralismo y va parlamentaria

    Captulo III: Los antecedentes del proyecto eurocomunista: la relacin histrica

    entre democracia y comunismo.

    3.1 Marx y Engels

    3.2 La revolucin de Octubre

    3.3 Rosa Luxemburgo

    3.4 El VII Congreso de la Internacional Comunista: la aparicin de Dimitrov

    3.5 Las democracias populares. La muerte de Stalin

    3.6 La primavera de Praga: el inicio del Eurocomunismo?

    3.7 La Conferencia Mundial de los Partidos Comunistas en Mosc

    3.8 La primera mitad de la dcada de los aos setenta

    Captulo IV: La herencia del Comunismo italiano. Las contribuciones de Gramsci

    y Togliatti al futuro del Eurocomunismo

    4.1 El pensamiento de Antonio Gramsci

    4.2 De la leccin gramsciana al pensamiento de Togliatti

    4.3. El VIII Congreso del Partido Comunista italiano

    4.4 El memorial de Yalta: el PCI despus de la muerte de Togliatti

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    4.5 Desde 1968 al XIII Congreso del PCI

    Captulo V: Anlisis de la situacin interna espaola. El PCE en los aos sesenta y

    setenta

    5.1 El Partido Comunista Espaol tras la derrota de la guerra civil

    5.2 El PCE a final de los cincuenta y en los aos sesenta

    5.3 Cambios y crisis a finales de la dcada de los sesenta

    5.4 1968: el ao del cambio

    5.5 El PCE en los aos setenta

    5.6 La Junta Democrtica

    Captulo VI: Las cumbres eurocomunistas y los encuentros

    6.1 Las reuniones

    6.2 La cumbre de Madrid

    6.3 Las declaraciones de los partidos participantes

    6.4 Los resultados de los encuentros

    6.5 La Conferencia de Berln, 29 y 30 de junio de 1976

    6.6 La Cumbre eurocomunista de Madrid

    6.7 Los medios de comunicacin y la cumbre de Madrid

    6.8 La Cumbre de Sofa;

    6.9 Balance y reflexin de la cumbre eurocomunista

    Captulo VII: El PCI y el PCF en la segunda mitad de los setenta

    7.1 El PCI y los aos de Berlinguer

    7.1.1 El PCI y la crisis. El compromiso histrico

    7.1.2 El PCI y el caso chileno

    7.1.3 El PCI y el XIV Congreso

    7.1.4 El PCI y el asesinato de Aldo Moro

    7.2 El ltimo Berlinguer. El fin del PCI eurocomunista

    7.3 El PCF y el Eurocomunismo

    7.3.1 El PCF en los setenta

    7.3.2 1974-1976: el PCF empieza el cambio

    7.3.3 El XXII Congreso del PCF

    7.4 El PCF y el eurocomunismo

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    Captulo VIII: El PCE en la segunda mitad de los setenta

    8.1 El Manifiesto-Programa

    8.2 La legalizacin del PCE

    8.3 Las primeras elecciones democrticas

    8.4 Los Pactos de la Moncloa, la Constitucin de 1978 y el IX Congreso

    8.5 El V Congreso del PSUC

    8.6 El X Congreso y el fin del PCE eurocomunista

    Captulo IX: Eurocomunismo y Estado

    9.1 Eurocomunismo y Estado

    9.2 El ataque de Tiempos nuevos

    9.3 La respuesta de Carrillo y del PCE. Segundo y tercer artculo de Tiempos Nuevos

    9.4 Crticas y polmicas sobre el libro

    9.5 Anlisis y reflexiones sobre el texto

    Captulo X: El eurocomunismo econmico

    10.1 El PCI y la economa

    10.2 El PCF y la economa

    10.3 El PCE y la economa

    10.4 El Eurocomunismo y el Mercado Europeo

    10.5 Reflexiones

    Captulo XI: Las crticas al proyecto Eurocomunista y sus problemas

    11.1 La relacin con la URSS

    11.2 El dficit terico del eurocomunismo. La falta de un programa poltico

    11.3 El centralismo democrtico

    11.4 Las crticas de los medios

    11.5 Las crticas desde la izquierda

    11.6 El eurocomunismo es igual a la socialdemocracia? Las diferencias con la

    socialdemocracia

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    Captulo XII: Resultado y balance. Reflexiones personales sobre un fracaso

    anunciado

    12.1 Mritos del Eurocomunismo

    12.2 Las causas de un fracaso: Crnica de un fracaso anunciado?

    12.2.1 El estancamiento del espritu revolucionario

    12.2.2 El problema del cmo. La falta de una teora

    12.2.3 Qu tipo de Estado?

    12.2.4 Tipo de partido

    12.2.5 La incomprensin del cambio y la prdida de la base

    12.2.6 La moderacin general

    12.3 La nueva retrica. Los partidos eurocomunistas siguen siendo

    revolucionarios?12.4 Las ambigedades dialcticas y tericas

    12.5 Las relaciones con la Unin Sovitica

    12.6 El predominio de las estrategias nacionales

    Captulo XIII: Reflexiones personales. La ltima posibilidad de salvar la

    izquierda?

    13.1 El fracaso del PCE, del PCF y del PCI

    13.1.1 El PCE

    13.1.2 El PCI

    13.1.3 El PCF

    13.2 El final del eurocomunismo y el avance de la derecha

    13.3 El eurocomunismo: alguna definicin y reflexin. Fue estrategia o tctica? Mito

    o realidad?

    13.4 Eurocomunismo, ltimo intento de salvar la izquierda?

    Conclusin

    Bibliografa

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    Introduccin

    El eurocomunismo represent una tendencia de renovacin interior al campo comunista,

    que fue configurndose trabajosamente a travs de contradicciones muy fuertes, largos

    periodos de detencin y escasos resultados. A pesar de su gran objetivo, se convirti en

    una simple propuesta ideolgica de corto plazo, que no logr consolidar repercusiones

    profundas sobre la transformacin de los movimientos comunistas.

    Sin embargo, el eurocomunismo no fue una tctica tras la cual esconder una sustancia

    inmutable y una inalterada relacin con la Unin Sovitica; tampoco fue simplemente

    un proceso de social-democratizacin de los partidos comunistas de Francia, Espaa e

    Italia. El eurocomunismo surgi en el medio de una crisis general tanto en el mundo

    capitalista como en el socialista; se propuso de abordar el tema de la transicin y llegada

    a un rgimen socialista como revolucin democrtica, intentando planear una

    trasformacin de la sociedad basada en la modificacin cualitativa de las relaciones

    entre el consentimiento y la coaccin1. Respecto al asalto al Palacio de Invierno2, el

    eurocomunismo buscaba una nueva estrategia, de conquista gradual y pacfica del poder

    poltico, mucho ms acorde con la complejidad de las formaciones sociales que se

    haban verificado a finales de los aos sesenta.

    El eurocomunismo supona la va democrtica al socialismo, pero tambin una

    concepcin del socialismo en libertad y un proyecto de independencia de los partidos y

    de los Estados, planteando la superacin del sistema bipolar que divida el mundo de

    entonces.

    El anlisis de los antecedentes del eurocomunismo no responde simplemente a un

    placer erudito, sino que he determinado por la conviccin de la imposibilidad de

    realizar una reflexin ideolgica acerca de este tema sin haber satisfecho esta labor. El

    inters entorno a los antecedentes del proyecto, su anlisis sirve, al mismo tiempo, para

    comprender la dimensin, la importancia y el alcance de los cambios propuestos por

    estos partidos. A travs de este recorrido histrico, se intentar demostrar que el

    eurocomunismo puede ser considerado como un intento de recuperar la necesaria

    vinculacin entre socialismo y democracia como se dio en los orgenes del comunismo

    y prdidas tras la experiencia estalinista y los acontecimientos de Praga.

    1 Gramsci y el P.C.I.: entrevista con Norberto Bobbio, en el libro AA. VV: Gramsci y el Eurocomunismo, Editorial Materiales, Barcelona, 1978, pg. 81. 2 Smbolo de la conquista del poder por parte de los Soviets en octubre de 1917 y ejemplo de la concepcin de choque frontal.

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    Finalmente, el avance de los partidos comunistas en algunos pases del bloque

    capitalista avisaba que la izquierda haba alcanzado la dimensin de una verdadera

    alternativa poltica. El progreso se haba traducido en un avance electoral, en trminos

    de votos o en un refuerzo del movimiento de masas. La izquierda pareca preparada a

    una ruptura con el sistema dominante: transicin progresiva al socialismo para Francia e

    Italia, ruptura democrtica para la Espaa franquista. El anlisis de la trayectoria

    poltica del PCE, del PCI y del PCF no puede ser extrapolada del contexto en el que

    operaron, ya que la evolucin terica y las estrategia que adoptaron fueron

    consecuencias de la situacin nacional e internacional en la que desenvolvieron su

    actividad poltica. A lo largo del trabajo se subraya como cambios importantes en la

    lnea poltica de estos partidos son consecuencias (o reaccin) de sucesos acaecidos en

    el seno del movimiento comunista (como el XX Congreso del PCUS, la primavera de

    Praga, el mayo francs o el fracaso del gobierno de la Unidad Popular de Chile, etc.).

    Decid investigar sobre el Eurocomunismo ya que considero que, hasta la fecha, hayan

    faltados trabajos realmente objetivos en torno a este fenmeno, considerando adems

    que ha transcurrido un periodo de tiempo suficiente para intentar ofrecer una valoracin

    equitativa y entender las causas de su fracaso.

    En su nacimiento, el eurocomunismo represent un tema de gran inters general.

    Despertaba nuevas esperanzas, animaba nuevas pasiones, creaba grandes expectativas.

    Quien le presentaba como "un reto del comunismo, diverso ms bien dirigido a la URSS

    que a los EEUU"; quien espera el "cisma de occidente" en nombre del "comunismo del

    rostro humano" y quien, fantaseando, imagina que podr desenvolver una funcin

    mediadora respecto al mundo bipolar. Al mismo tiempo temores.

    En lo que concierne al tema de la objetividad, el eurocomunismo interes y mucho

    como demuestra la abundante literatura publicada sobre el tema entre 1976 y 1978, para

    pasar pronto en el olvido. Provoc un vasto debate especulativo: fue tan importante que

    se lleg a definirle como el mayor hecho poltico desde la II Guerra Mundial o desde la

    revolucin china, o desde el final de la Guerra Fra3, representado la gran cuestin

    actual de la reflexin en el movimiento comunista porque encarna la mayor realidad

    social de ste fuera de las reas sovitica y china. Sin embargo a la hora de abordar el

    tema predominaron dos tipo de actitudes: por un lado, en su origen, esperanzadora y

    excesivamente optimista; por otra, una vez acabado su impulso y su perspectivas,

    3 A propsito del Eurocomunismo, Manuel Sacristn, Materiales, nmero 6, noviembre-diciembre de 1977.

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    abandonado por sus mismos promotores, prevaleci una postura extremadamente crtica

    e intransigente.

    No obstante, se debe subrayar que la industria editorial se hizo sugestionar por esta

    palabra y, en pocos aos, se publicaron decenas de libros con este ttulo4. Sin embargo,

    ms que tratar el eurocomunismo por s mismo, a veces, pareca ms bien una speranza

    priva di oggetto reale, publicndose verdaderas obras de wishful thinking, basada en la

    falta de un real conocimiento de un fenmeno complejo y ambiguo. Se publicaron

    muchos libros en torno a una novedad ms periodstica que sustancialmente poltica.

    El eurocomunismo vivi una breve temporada, tanto rica de eco publicista como priva

    de reales desemboques; con una buena dosis de pragmatismo, podra considerarse que

    se trat de una tendencia ideolgica priva de perspectivas polticas concretas. Se puso

    de moda, contando con un impacto considerable en la opinin pblica, en la prensa, en

    la radio y en la televisin: en el libro Eurocomunismo y Estado, el mismo autor,

    Santiago Carrillo, adverta que al lector quiz le extrae la frecuencia con que en las

    lneas siguientes utilizo el trmino Eurocomunismo. Est muy de moda, y aunque no

    ha sido acuado por los comunistas y su valor cientfico sea dudoso, ante la opinin

    pblica reviste ya un significado5.

    Aunque pueda resultar curioso pero cuando este fenmeno poltico mova sus primeros

    pasos, parte de la prensa y la opinin pblica lo viva con fascinacin, optimismo,

    entusiasmo, con la creencia de que se desplegar como una epidemia benvola que les

    librar del Imperio Sovitico (). Hbil, ingeniosos, persuasivo, es un programa a

    escala continental6. Se crea que el eurocomunismo representaba la opcin posible

    para poder aspirar legtimamente en el poder. En la televisin de Alemania occidental7,

    Milovan Djilas defina el eurocomunismo como el acontecimiento ms significativo

    ocurrido en Europa desde la guerra fra, aadiendo: el eurocomunismo ha creado una

    situacin en la que no es posible dar marcha atrs. Se consideraba que el

    eurocomunismo remozaba esperanza, representando la posible encarnacin histrica de

    una gran esperanza: el socialismo en libertad, la esperanza de aquellos que crean que

    socialismo y democracia eran indisolubles. Para el Professor Timmermann8, il

    4 Resulta interesante un artculo de Romano Ledda, Da leggere e da non leggere sulleurocomunismo, publicado en Rinascita, 7-17 de febrero de 1978, pg. 15-16. 5 Carrillo, Santiago: Eurocomunismo y Estado, Editorial Crtica, Barcelona, 1977, pg. 10. 6 The daily Telegraph, de octubre de 1976. 7 Entrevista del 2 de marzo de 1977. Milovan Djilas, amigo del mariscal Tito, critic la burocracia comunista yugoslava. 8 Uno de las mayores expertos alemanes en asuntos soviticos tanto que se le defina Kremlinologo.

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    fenomeno costituisce uno dei pi affascinanti capitoli della storia del movimento

    operaio del dopo-guerra e, in generale, della storia europea post-bellica9. Por su parte,

    en una entrevista al semanal Opinin, Tamames afirm que la palabra eurocomunismo

    estaba destinada a tener el mismo xito, valor histrico y simblico que tuvieron las

    expresiones acuadas por Churchill y Lippmann en 1945, cuales teln de acero y

    guerra fra. Muchos afirmaban que se trataba de la mayor novedad histrica y

    geopoltica tras la Conferencia de Yalta.

    Todos tenan la percepcin de que se estaba gestando algo histrico dentro del

    comunismo, pero, probablemente, se le daba ms importancia fuera del movimiento que

    dentro: en realidad, la crnica del eurocomunismo se reduce a una serie de encuentros

    en la cumbre que se concentraron entre los aos 1975 y 1977. No fue un espejismo pero

    si una estrella fugaz en el firmamento poltico europeo10.

    Para tener una idea de la breve vida del eurocomunismo puede resultar emblemtico un

    estudio de la evolucin del uso de esa palabra en algunos peridicos espaoles. Tras

    unos aos de abundancia debido al hecho que se consideraba que estaba de moda, el

    trmino desapareci de las crnicas, terminando por ser utilizado sobre todo de forma

    crtica para remarcar su incapacidad de representar una alternativa real. Los grficos

    presentados a continuacin sirven para obtener una imagen de la evolucin del trmino

    eurocomunismo, de amplio uso en su origen y desaparecido casi hoy en los ltimos

    aos.

    Los primeros tres grficos son de La Vanguardia y muestran como si en 1977, la

    palabra eurocomunismo apareca ms de 300 veces en el peridico, en los primeros

    nueves meses de 2011, apenas 2 veces, en ocasin de la muerte de Jorge Semprn. La

    comparativa a 10 aos (1975-1984 y 2002-2011) permite tener una idea de cmo se ha

    reducido drsticamente el uso de este vocablo.

    9 Antonio Spadafora (a cura di): Eurocomunismo: sfida all'Europa. Atti del Convegno di Lugano promosso dall'Unione Europea in Svizzera 26-27 novembre 1977, Casagrande, Bellinzona 1978, pg. 25. 10El Eurocomunismo de Antonio Elorza, en la Revista Cuadernos del Mundo Actual, volumen 84, Madrid, 1995, pg. 27.

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    Los grficos del ABC sobre la evolucin de la palabra eurocomunismo confirman esta misma tendencia, demostrando la inutilizacin progresiva del trmino en este peridico, pasando desde los 436 usos de 1977 a los 4 de 2009. En la ltima dcada, el uso de la palabra eurocomunismo ha aparecido sobre todo en necrolgicas y artculos fnebres de

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    algunos de los protagonistas de este proyecto, siendo escassimo artculos dedicados al tema o que hicieran una referencia directa al tema.

  • 14

    Debido a su novedad, el eurocomunismo no poda ver su estrategia reflejada en algn

    modelo exitoso, ni poda contar con ningn anlisis emprico de la realidad. Non si

    tratta di modelli da contrapporre allesperienza o ai modelli degli altri, ma di una via al

    socialismo che emerger come esito di uno sforzo comune, di analisi, di azione e di lotta

    politica, di forze comuniste, socialiste, socialdemocratiche, di ispirazione cristiana,

    intorno ai problemi di fondo della societ contemporanea, uno sforzo comune il quale

    non deve intaccare lautonomia di ognuna di queste forze, ma deve permettere ad esse

    di confrontare e precisare la loro concezione del socialismo, di intervenire pi a fondo

    nel grande dibattito ora aperto in questa parte del mondo sul presente e sul futuro delle

    societ industrialmente avanzate, sui modi per salvaguardare e far avanzare la

    democrazia, realizzare la partecipazione e il consenso11; nunca se ha impuesto un

    modelo que no haya sido capaz de ofrecer una prueba prctica de sus posibilidades,

    independientemente de su capacidad futura para mantener las promesas con las que

    nace12. Por eso los comentarios de la poca se movieron entre el pesimismo y el jbilo,

    aunque, probablemente, predominaba el escepticismo.

    Tras justificar la realizacin de esta investigacin, procedemos a continuacin a detallar

    los objetivos que la misma tesis persigue. Partiendo de la hiptesis de que la falta de una

    visin objetiva del fenmeno eurocomunista haya perjudicado la reflexin en torno al

    tema, tras un perodo de elaboracin y decantacin, este trabajo, de forma coherente y

    consecuente se prefija una serie de objetivos: en primer lugar, investigar el fenmeno

    11 Il dibattito ideologico sulleurocomunismo, de Giovanni Francesco Lucarelli, en Ricerche Storiche, Anno XXVIII, nmero 3, septiembre- diciembre 1998, pg. 587. 12 Teora y prctica democrtica en el PCE, 1956-1982 de Jess Snchez Rodrguez en Actas del I Congreso sobre la Historia del PCE. 1920-1977, FIM, Madrid, 2004, pg. 43.

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    eurocomunista, explicando sus antecedentes y las razones de su aparicin en el

    escenario poltico mundial, describiendo y definiendo el proyecto poltico y los

    elementos que lo componan; en segundo lugar, se analiza el desarrollo de los partidos

    comunistas de Italia, Francia y Espaa en su etapa eurocomunista, analizando las

    repercusiones en la poltica interna de cada pas; en tercer lugar, se reflexiona entorno a

    las cumbres y encuentros eurocomunistas, as como las repercusiones de la publicacin

    del libro Eurocomunismo y Estado de Santiago Carrillo; en cuarto lugar, se analiza un

    aspecto bastante infravalorado, el eurocomunismo econmico, las propuestas de los

    partidos comunistas para salir de la crisis; en quinto lugar se pretende presentar de

    forma linear las razones del fracaso del eurocomunismo, especulando sobre ella,

    mostrando los lmites del proyecto eurocomunista y evitando la explicacin simplista

    del miedo a la Unin Sovitica y resaltando al mismo tiempo el valor de la excesiva

    diferente ideolgica entre los partidos que componan el eurocomunismo; en sexto lugar

    se reflexiona sobre el proyecto en el intento de reconocerle algn mrito aunque

    finalmente signific un boomerang, el fin de los partidos comunistas o su

    transformacin; finalmente se intenta demostrar que tras su fracaso la extrema izquierda

    perdi su identidad. Las razones del fracaso fueron mltiples y si algunas se postularon

    como dificultades iniciales, capaces de condicionar vida-desarrollo del proyecto, otras

    se presentaron posteriormente como obstculos ingentes.

    A la hora de analizar el fenmeno eurocomunista, la dificultad mayor consiste en

    comprender, ms all del discurso poltico y de las buenas palabras, qu poltica

    pretendan seguir. Era evidente que el discurso difera de la prctica poltica y necesita

    ser encuadrado en el marco general de la crisis de la izquierda. Sin embargo, no

    representa tarea fcil comprender una poltica que se limita a los discursos y carece de

    una estrategia poltica clara y de un plan econmico detallado. Los eurocomunistas

    buscaban la construccin de alianzas llamada concentracin, compromiso histrico o

    reconciliacin nacional con el objetivo de contar con una mayora suficiente para

    adoptar las medidas necesarias para el camino hacia el socialismo. Pero, ms all de

    la aceptacin democrtica, resultaba bastante difcil comprender, en concreto, que era el

    eurocomunismo.

    Partiendo de esa base, este trabajo se propone como objetivo realizar un estudio

    completo, historiogrfico y crtico del fenmeno eurocomunista, considerando ausente

    hasta la fecha un anlisis de este tipo. Tras el atento anlisis de las fuentes archivsticas

    de los diferentes partidos, este trabajo intenta colmar este vaco, realizando una

  • 16

    reconstruccin sistemtica del perodo objeto de estudio, presentando un trabajo que se

    desarrolla al mismo tiempo, segn un orden cronolgico y temtico, partiendo de los

    antecedentes del proyecto hasta llegar a su final. No obstante, debido a la complejidad

    de la temtica escogida y a la imposibilidad a abarcar de forma exhaustiva el problema,

    se ha intentado presentar un desarrollo equilibrado y linear de los eventos, articulando el

    texto segn los cambios que se producan y las nuevas coyunturas histricas.

    La metodologa utilizada para la realizacin de este trabajo consisti en la investigacin

    de unas diferentes tipologas de fuentes. En primer lugar, se ha considerado oportuno

    acceder a la bibliografa publicada sobre el tema tanto en castellano, como italiano,

    ingls, cataln y francs. Se ha tratado de la bsqueda bibliogrfica de las diferentes

    publicaciones sobre el tema, seleccionando material en el intento de obtener una idea

    del panorama general sobre el estado en el que se encontraba la temtica de

    investigacin. Se han consultado libros, revistas especializadas, publicaciones de

    partidos, intervenciones de diferentes lderes polticos, manuales.

    En el intento de alcanzar el objetivo prepuesto, se ha prestado particular atencin a las

    fuentes primarias y documentos directos, es decir a los documentos de archivo y los

    programticos de los partidos integrantes el proyecto eurocomunista y especialmente a

    los discursos, a los Informes, a las intervenciones y a los escritos de los principales

    lderes polticos (Berlinguer, Carrillo, Claudn, Longo, Marchais), publicados en las

    dcadas de los setenta. Se ha prestado particular atencin a las actas de Congresos, a las

    declaraciones oficiales, a los artculos publicados en los peridicos y revistas oficiales

    del partido, considerando este material fundamental para comprender la orientacin

    tctica y los cambios de estrategia de cada partido. Y se ha recurrido las fuentes

    secundarias, es decir a los ensayos y libros publicados sobre el tema, con particular

    inters a las publicaciones crticas, a los artculos adversos. En la misma directriz y

    debido a la importancia del contexto internacional para el desarrollo del

    eurocomunismo, se ha considerado oportuno consultar una serie de libros acerca de

    acontecimientos de gran calado mundial y cuya importancia tuvo repercusiones en la

    vida de estos partidos.

    Asimismo en el anlisis espacial propuesto en este trabajo, se ha considerado oportuno

    tratar el tema con especialistas de la materia, politlogos, profesores universitarios,

    testigos y personas que vivieron directamente la experiencia eurocomunista. Se han

    consultados libros y memorias pstumas, publicadas por los mismo protagonistas o

  • 17

    actores polticos de la poca, a sabiendas de que, si es cierto que a veces faltaban de

    objetividad, ofrecan una visin diferente del fenmeno.

    La bsqueda del material se ha llevado a cabo en diferentes centros y bibliotecas como

    el Instituto Italiano di Scienze Umane (SUM) de Florencia, la biblioteca de Ciencias

    Polticas e Historia de Florencia, y el Instituto Europeo durante una estancia de tres

    meses (junio-agosto 2010) o la Universidad de Ciencias Polticas de la Federico II de

    Npoles; en Espaa, en las bibliotecas de la Universidad Complutense de Madrid, en la

    Fundacin de Investigacin Marxista, en el Archivo Histrico del Partido Comunista de

    Espaa, en la Biblioteca Nacional de Madrid, en la biblioteca de Derecho de la

    Universidad de A Corua, en la biblioteca de la Fundacin Jos Ortega y Gasset en

    Madrid. Se han consultado varias hemerotecas y la hemeroteca on-line de ABC, de La

    Vanguardia, de El Pas. Asimismo se han consultado peridicos y revistas extranjeras

    cercanas a los partidos (como por ejemplo LUnit, LHumanit, Mundo Obrero) o de

    carcter nacional (como Le Monde, La Repubblica o Il Corriere della Sera).

    El presente trabajo se propone investigar el fenmeno eurocomunista, centrando su

    atencin en las razones que determinaron el fracaso del proyecto, analizando la

    actividad de los Partidos Comunistas de Espaa, Italia y Francia en la dcada de los

    setenta, en la etapa en que estos partidos empezaron a considerar la democracia como

    valor y medio fundamental en el camino hacia el socialismo. Por eso, analizando la

    evolucin del discurso poltico de estos partidos, se ha considerado oportuno reflexionar

    no slo en las consecuencias internacionales de este cambio de estrategia en la

    transicin al socialismo, sino tambin en las repercusiones internas de estas decisiones,

    prestando atencin a la evolucin de cada uno de los partidos, considerando que, aunque

    de forma separada e independiente, su desarrollo condiciona los cambios que se

    realizaron en cada pas.

    Para realizar este estudio, se ha considerado necesario definir una serie de categoras

    conceptuales que permitieran comprender el desarrollo del eurocomunismo, como la

    relacin entre democracia y socialismo, el concepto de dictadura del proletariado y su

    consecuente abandono, el pluralismo

    Una aclaracin: a lo largo de mi trabajo, el estudio del Partido Comunista francs en su

    vertiente eurocomunista encontrar menos relevancia y espacio comparado con sus

    homlogos, de Italia y Espaa. Esto depende de dos consideraciones: por un lado, por

    razones tericas ya que la integracin del PCF al proyecto eurocomunista fue voluble y

    poco convencida, ni aport ningn avance a la reflexin en torno a este proyecto ya que

  • 18

    sus aportaciones tericas fueron escasas, casi nulas; por otro lado, por razones prcticas,

    ya que el eurocomunismo del PCF dur muy poco tiempo, menos que en Espaa o Italia

    y asumi sobre todo una vertiente nacional, el socialismo con colores de Francia, ms

    que una dimensin internacional.

    Por eso, el estudio y el anlisis de la evolucin del Partido Comunista italiano y del

    Partido Comunista espaol sern predominantes, analizndola de forma ms detallada y

    amplia, dedicando mayor atencin al desarrollo histrico de estos partidos, al contexto

    nacional en que operaron y las aportaciones tericas al avance del eurocomunismo que

    ofrecieron sus lderes y los grupos dirigentes.

    Por lo tanto, divisin en el anlisis del tema y el predominio de estos dos partidos es

    debida al mayor inters provocado por el eurocomunismo en estos pases: Italia

    represent la base terica del movimiento, al mismo tiempo de constituir el pas donde

    el partido comunista cont con mayores posibilidades de llegar en el poder por la va

    legal. Por otro lado, Espaa se presentaba como una realidad nueva, post-muerte de

    Franco y su Partido Comunista fue lo que ms aposto por el 3urocomunismo por

    razones de diferentes intereses. En estos pases, el debate alrededor del tema fue ms

    abierto e dinmico: se cre la ilusin que fuera posible crear una va nacional y

    democrtica para llegar al socialismo. Tras la definicin del objeto de la tesis, resultaba

    necesario encuadrarlo en unas coordenadas temporales concretas, es decir, en un marco

    histrico determinado: se decidi por la dcada de los setenta hasta los primeros aos de

    los ochenta, periodo necesario para que la investigacin fuera homognea y se

    permitiera la comprensin del objeto de la tesis misma. Por eso, se ha intentado analizar

    el desarrollo de los tres partidos comunistas desde su primer distanciamiento del centro

    sovitico hasta el final de la experiencia eurocomunista, que, aunque con alguna

    pequea diferencia temporal segn el pas, sella el cierra de un proyecto y abre una

    profunda crisis dentro de los partidos comunistas de Europa occidental. En el trabajo, se

    sigue la lnea evolutiva de estos partidos que, moviendo desde unas posiciones

    ortodoxas, cuestionan, en un determinado momento y de forma conjunta, su aceptacin

    al modelo sovitico, defendiendo la consustancialidad de democracia y socialismo,

    renunciando a algunas de las seas de identidad del comunismo de la poca.

    A finales de los ochentas, los partidos comunistas de Europa vivieron procesos de

    cambios y transformacin: mientras algunos incluso concluyeron fundando una nueva

    formacin poltica (caso de Italia, un giro hacia la socialdemocracia), otros intentaron

    reafirmar sus seas de identidad u otros (caso espaol) entraron en otra organizacin

  • 19

    mediante una frmula que sin suponer la disolucin del partido difuminaba su

    protagonismo ante la opinin pblica13. Tras el fracaso del eurocomunismo y un

    pronunciado y continuado periodo de crisis, estos partidos se vieron obligados a

    experimentacin y evolucin. En muchos casos, era la propia identidad comunista la

    que se debata, tras el declive del comunismo y el agotamiento de la va eurocomunista.

    Adems del dominio cultural de la llamada nueva derecha, se asisti a la ascensin de

    los partidos socialdemcratas del Sur de Europa, ex penas de los partidos comunistas.

    Finalmente el eurocomunismo fue de corta duracin mientras la esperanza de un posible

    incremento sustancial de la importancia de los PC en los respectivos sistemas poltico se

    vio defraudada pronto. Las buenas intenciones eurocomunistas quedaron deslucidas por

    las paradojas y las limitaciones que veremos a continuacin.

    13 Ramiro Fernndez, Luis: Cambio y adaptacin en la izquierda. La evolucin del Partido Comunista de Espaa y de Izquierda Unida (1986-2000), CIS, Siglo Veintiuno de Espaa, Madrid, 2004, pg. XIII.

  • 20

    Captulo I: Origen y definicin de Eurocomunismo

    1.1 Origen y definicin de Eurocomunismo; 1.2 Aclaracin etimolgico-semntica;

    1.3 El inicio del Eurocomunismo; 1.4 El porqu del Eurocomunismo; 1.5 El

    Eurocomunismo, producto de las crisis?; 1.6 La crisis poltica; 1.7 Las primeras

    posturas de los partidos eurocomunistas frente a la crisis internacional

    El Eurocomunismo se presentaba como una propuesta de coordinacin de las

    iniciativas, una colaboracin no episdica entre los partidos comunistas del Occidente

    capitalista y una relacin unitaria con las dems fuerzas de la izquierda obrera y

    democrtica interesadas en la lucha por la transformacin socialista de la sociedad14.

    Los partidos comunistas de Espaa, Francia e Italia estaban convencidos que existan

    las condiciones para realizar este propsito, buscando una convergencia de posiciones

    entre los partidos comunistas que operaban en la Europa Occidental. Segn los

    promotores del movimiento, se trataba de una propuesta que no comportaba la creacin

    de un nuevo centro dirigente y que tampoco pretenda la organizacin de un

    reagrupamiento intermedio cualquiera: se trataba de dar una organizacin y una

    continuidad a las relaciones de colaboracin entre los tres partidos, que se haban venido

    desarrollando en los ltimos tiempos. Se trataba de proponer un proyecto de amplia

    convergencia, con la esperanza de que un comunismo netamente democrtico podra

    () ser un protagonista fundamental en la poltica de Europa occidental, en un proceso

    pluralista, democrtico, basado en la mayora de los votos, encaminado a mejorar la

    suerte de los trabajadores, a limitar la omnipotencia de los monopolios, a realizar

    reformas estructurales progresistas, susceptibles de abrir una va evolutiva hacia el

    socialismo15.

    Reflexionando sobre el problema fundamental de la relacin entre democracia y

    socialismo, el Eurocomunismo anhelaba moverse en una perspectiva diferente, donde la

    iniciativa y la aportacin original de cada uno de los componentes del movimiento

    internacionalista en toda su plenitud y variedad pudiesen contribuir a la realizacin del

    socialismo en su pas.

    14 Berlinguer, Enrico: Nuestra lucha por la afirmacin de una alternativa democrtica en el libro: La cuestin comunista, Fontamara, Barcelona, 1977, pg. 359. Berlinguer afirmaba la necesidad de operar conjuntamente: Da soli ci si batte male. 15 Azcrate, Manuel: La izquierda europea, El Pas, Madrid, 1986, pg. 265.

  • 21

    La crisis del socialismo y el retroceso socio-econmico del capitalismo pusieron de

    manifiesto la demanda de una nueva elaboracin terica para llegar al socialismo por

    la va democrtica: nace el Eurocomunismo.

    1.1 Origen y definicin de Eurocomunismo

    La palabra Eurocomunismo represent un neologismo cautivador pero desafortunado,

    que empez a difundirse con cautela en el lenguaje poltico en la primera mitad de los

    aos setenta. Cautivador en cuanto el termino contena la profunda aspiracin de que

    en los Pases del Europa occidental se consoliden y avancen soluciones nuevas en la

    trasformacin de la sociedad en el sentido socialista16. Desafortunado desde el punto

    de vista lingstico, en cuanto el nuevo vocablo no pareca tener en cuenta dos factores

    importantes: en primer lugar, los pases del Este, donde los comunistas estaban en el

    poder, eran tanto europeos cuanto distantes de los planteamiento del nuevo fenmeno;

    en segundo lugar, las concepciones del partido comunista japons y, en cierta medida

    del australiano tambin, eran muy similares a las de los partidos comunistas europeos.

    Finalmente, la cautela dependa de que el neologismo no se presentaba como ortodoxo,

    ola a hereja: de hecho, los lderes comunistas deletreaban con circunspeccin la

    palabra cada vez que la utilizaban o la aprisionaban entre comillas cada vez que la

    escriban, negndole el carisma de la legalidad, deseosos de no envenenar sobremanera

    las relaciones con la iglesia moscovita. Pese a negar su paternidad y a su uso con

    cuentagotas, el termino alcanz un gran eco en todo el mundo, llenando peridicos y

    animando las Conferencias internacionales.

    Sin embargo, segn algunos crticos, las comillas con las que se adornaba el trmino

    eurocomunismo17, le privaban de sustantividad, confirindole un valor transitorio y

    ambiguo, privndole del significado de cambio que los lderes eurocomunistas

    pretendan darle. La actitud crtica de los lderes europeos hacia la palabra podra

    encontrar su justificacin en el hecho que el trmino naci fuera del campo marxista.

    Por esta razn, el uso del trmino result limitado y, en varias ocasiones, los lderes de

    los tres partidos comunistas prefirieron utilizar otras expresiones o formulas

    pertenecientes al vocabulario del comunismo internacional.

    16 Discurso pronunciado por Enrico Berlinguer, Secretario del Partido Comunista Italiano, en la Conferencia de los Partidos Comunistas europeos celebrada en Berln, el 29 y 30 de junio de 1976. 17 El 6 de enero de 1976, Jean Terfve, vicepresidente del P.C. belga, lo utiliz en un editorial del Soir, una vez ms, entre comillas.

  • 22

    A coste de la exactitud y rigor semntico, la nueva palabra compuesta consigui teir de

    modernidad y atractivo un concepto como el comunista en decadencia, generando un

    gran inters alrededor del fenmeno. El neologismo contribuy a propagar una

    sensacin de modernidad, proyectando un sentido renovador a las viejas tcticas e

    ideologa para adaptarlas a la realidad de las sociedades ms desarrolladas del mundo

    occidental. De hecho, despus de 1968, ao muy controvertido y discutido, la creacin

    del Eurocomunismo resultaba responder a la necesidad de modernizacin del

    movimiento comunista, intentando alejarlo de los reductos dogmticos del pasado

    para dotarle de un pragmatismo realista ms ajustado a la estructura poltico-social del

    momento.

    De todos modos, a pesar de sus lmites, la palabra Eurocomunismo tena el mrito de

    definir de forma sinttica la complejidad de la expresin va europea al socialismo,

    aunque esta ltima lograba evidenciar el nexo con la teora de las vas nacionales

    elaborada por Palmiro Togliatti en la mitad de los cincuenta. La va europea represent

    un nuevo y ms avanzado nivel de madurez, de continuidad y de desarrollo de la

    bsqueda togliattiana (y en parte gramsciana) en torno a la particularidad de las

    relaciones entre Estado y sociedad civil en Occidente.

    De la misma manera, la va europea al socialismo representaba un objetivo poltico de

    transicin al socialismo. Su desarrollo se insert, tanto en elaboracin como en tctica,

    dentro de la ms amplia temtica sobre las posibles vas para llegar a la realizacin de

    un Estado socialista. Para alcanzar su objetivo, el Eurocomunismo necesitaba contar con

    la intensificacin de la dimensin democrtica de la temtica de transicin.

    Finalmente, el Eurocomunismo no fue un invento, un artificio, sino ms bien el

    resultado de la reflexin colectiva sobre la historia del comunismo europeo y,

    especialmente, sobre la manera para trasformar la sociedad capitalista en un sentido

    socialista. Por esta razn, el fenmeno eurocomunista se constituy en un proceso largo

    tortuoso y poco homogneo, en medio de la desconfianza general y de las crticas

    soviticas. Debido a estas dificultades y a la incapacidad de los promotores de ir ms

    all, el Eurocomunismo result un intento a mitad, donde las diferencias y las

    desigualdades de intensidad perjudicaron a los resultados: las premisas esperanzadoras

    de una efectiva renovacin del movimiento fueron frustradas, desembocando en escasos

    resultados prcticos. Los efectos tangibles fueron muy reducidos y el viento de cambio

    sopl poco y con poca intensidad.

  • 23

    1.2 Aclaracin etimolgico-semntica

    A pesar de su artificiosidad y del problema semntico sobre descrito, la palabra

    Eurocomunismo sonaba bien, se presentaba moderna y exportable; adems, su

    indeterminacin y dualidad de partida resultaba funcional al diseo de los lderes

    comunistas y, al mismo tiempo, a un desarrollo progresivo de su lnea poltica.

    El trmino no fue acuado por un lder comunista, sino por un periodista yugoslavo,

    Frane Barbieri, que lo utilizo por primera vez en un peridico italiano de posiciones

    ideolgicas adversas al comunismo, el Giornale Nuovo de Indro Montanelli. En un

    artculo publicado el 26 junio de 1975, titulado Le scadenze di Brzhnev, el periodista

    Barbieri utilizaba esta palabra para indicar la voluntad de Carrillo de alejarse

    gradualmente de la visin estratgica de Mosc. Desde entonces, el trmino design la

    orientacin que tendi a prevalecer en los partidos comunistas del capitalismo

    desarrollado, considerando que, con sus propias experiencias nacionales, haban llegado

    a soluciones anlogas frente a problemas especficos. El inventor confesaba de haber

    ideado este trmino para librar el campo de posibles equivocaciones y ofrecer un

    vocablo indeterminado e impreciso: mi sono orientato verso il termine eurocomunismo

    anche per contrastare altre formule equivoche in uso: per esempio quella di

    neocomunismo. Mi sono deciso per il primo termine perch lo ritenevo definito dal

    punto di vista geografico e indefinito da quello ideologico. Neocomunismo mi

    sembrava un concetto ideologicamente pi preciso e quindi troppo impegnativo.

    Nelleurocomunismo volevo insomma diluire concettualmente un fatto di per s fluido,

    scorrevole, inafferrabile, al quale non intendevo certo negare in assoluto una

    componente ideologica, ma neppure esagerarla18.

    Sin embargo, la primera aparicin de este nuevo vocablo es discutida y no todos

    reconocen a Barbieri como el inventor. Segn Vadim Zagladin, secretario adjunto de la

    seccin de poltica exterior del Comit central del partido comunista de la Unin

    Sovitica, y los soviticos en general, la paternidad del trmino correspondera a

    Zbigniew Brzezinski, analista en poltica exterior norteamericana y asesor de seguridad

    nacional del Presidente de Estados Unidos Jimmy Carter: Brzezinski, uno de los

    mayores expertos norteamericano del movimiento comunista Europeo, hablaba de

    Eurocomunismo en 1975, el mismo ao de Barbieri. Por su parte, en el articulo

    LEurocomunismo, publicado en el segundo nmero de Nueva Revista Internazionale

    18 Entrevista de Manfrend Steinkhler, titulada Ursprung und konzept des Eurokommunismus, de abril de 1977, reproducida en el Deutschland Archiv 4/1977, pg. 347-350.

  • 24

    de febrero de 1977, Ferenc Varnai atribuye la paternidad del vocablo a Arrigo Levi,

    director de La Stampa. Para Manuel Azcrate, la palabra fue inventada por el periodista

    Franco Ferri tambin de La Stampa de Miln para subrayar el hecho de que los

    comunistas italianos y espaoles ponamos cada vez ms el acento en la definicin

    democrtica de nuestra poltica y en resaltar el apoyo estratgico a la Comunidad

    Europea19.

    En la misma lnea, algunos recordaban que el uso del trmino ya era frecuente en los

    crculos polticos romanos, donde la paternidad se le imputaba a Lelio Basso, socialista

    y periodista reconocido, que adems que parece advirti a Berlinguer del riesgo de

    hacer del eurocomunismo una versin actualizada del eurocentrismo socialista20.

    De la misma manera, otros peridicos internacionales combaten por la originalidad de la

    palabra: desde el britnico Times al francs Le Monde, pasando por el italiano Corriere

    della Sera. Siempre en Italia, muchos investigadores sostienen que el primero en utilizar

    el trmino fue Alberto Ronchey en un editorial del Corriere della Sera, adelantndose

    por pocos das a Il Mondo donde la expresin fue utilizada por el filsofo catlico

    Augusto del Noce21.

    Desde su nacimiento, la palabra Eurocomunismo pareca designar con precisin una

    realidad de contornos bien definidos. Sin embargo, su uso gener las reticencias por

    parte de sus mismos usuarios, ya que lamentaban el carcter limitativo del trmino, la

    tonalidad regionalista y su dimensin "particular" para un ideal universalista. An as, el

    trmino eurocomunismo se fue extendiendo por Italia, acaparando las portadas de los

    peridicos norteamericanos (el Time del 14 de junio de 1976, le dedica un especial en el

    que aparece el serio rostro de Berlinguer y, junto a este, el titular Italy: the Red

    Threat), mientras segua siendo acogida con recelo cartesiano en Francia y apenas

    susurrada en Espaa. Para Sergio Segre, eurocomunismo una definizione recente,

    nuova giornalisticamente felice e che il fatto che abbia avuto tanta eco nello spazio di

    poco tempo dalla propria invenzione certamente testimonianza delle attese che

    circondano il significato e il contenuto che questo termine racchiude22.

    19 Azcrate, Manuel: Luchas y transiciones: memorias de un viaje por el ocaso del comunismo, El Pas Aguilar, Madrid, 1998, pg. 119. 20 Nassi, Enrico y Cesarini Sforza, Marco: El Eurocomunismo, Caralt Editor, Barcelona, 1978, pg. 23. 21 Confesso che () avevo limpressione di aver coniato [questo] neologismo (). Limpressione era sbagliata, perch il termine era gi stato introdotto dal politologo e giornalista jugoslavo Frane Barbieri (...). Tuttabia il suo discorso e il mio differivano, dato che il termine eurocomunismo pu servire per designare una situazione di fatto o a definire un concetto e (...) Barbieri lo usava nel primo senso e io nel secondo. Del Noce, Augusto: Futuro prossimo?, Cappelli Editore, Bologna, 1978, pg. 7. 22 Segre, Segre, Sergio: A chi fa paura lEurocomunismo?, Guaraldi editore, Firenze, 1977, pg. 13.

  • 25

    La palabra Eurocomunismo se impuso a pesar de una gran competencia: como ya

    hemos dicho anteriormente, la aplicacin del prefijo Euro a la palabra comunismo

    dotaba la expresin de un carcter atractivo y moderno al mismo tiempo. Por ese

    motivo, desde el punto de vista etimolgico, el trmino Eurocomunismo fue preferido a

    otras palabras o locuciones ms complejas, que escondan dificultades aadidas: as, se

    prefer a la expresin neo-comunismo, concepto considerado ideolgicamente

    demasiado vinculante, mientras, al contrario, la nueva palabra Eurocomunismo tena la

    ventaja de aparecer definido desde el punto de vista geogrfico e indefinido por el

    ideolgico. De hecho, segn el periodista Barbieri, la caracterstica fundamental de

    este nuevo tipo de comunismo deba ser buscada en su fluidez, mientras la componente

    ideolgica no tena que ser exagerada23.

    Tampoco pareci muy afortunada la expresin posmarxismo, indicando el surgimiento

    de una izquierda renovada en el contexto general de la crisis del marxismo, crisis

    provocada sobre todo por los acontecimientos del 1968 y que llegaron a cuestionar la

    existencia de la ortodoxia marxista.

    De la misma manera, la palabra Eurocomunismo describa mejor el proyecto de

    transformacin deseado por los lderes de los pases occidentales respeto a las perfrasis

    comunismo democrtico y comunismo occidental, consiguiendo alcanzar un grado de

    ruptura en la historia del movimiento comunista. Otros crticos quisieron definir este

    movimiento como comunismo intereuropeo, paneuropeo o Europa intercomunista:

    ambas expresiones no tuvieron eco y quedaron entre las tantas posibles. Desde

    posiciones crticas, se le apostrof estalinismo iluminado y astuto o, siguiendo la

    moda, eurostalinismo, para recriminar la actitud de los secretarios de los partidos

    comunistas de Europa occidental, dispuestos y preocupados no tanto por librarse de la

    pesada sombra del lder sovitico, cuanto por ennoblecer su figura y encubrir sus

    crmenes.

    La palabra Eurocomunismo result ms atractiva que comunismo blanco, expresin del

    politlogo Theo Sommer, consejero del canciller alemn Helmut Schmidt: Sommer

    hablaba de un comunismo blanco para diferenciarlo del rojo de Mosc y del amarillo

    de Pekn. Se le llam tambin, con poco xito, socialismo del desarrollo, para indicar

    el modelo de socialismo valido para pases de capitalismo avanzado. Algunos le

    llamaron comunismo reformado, considerndolo ms que revisionista en la acepcin

    23 Bettiza, Enzo: Il comunismo europeo, Rizzoli, Miln, 1978, pg. 83.

  • 26

    histrica, como una negacin de la dictadura del proletariado y del marxismo para

    reformar la doctrina sovitica en el respeto de la democracia y el pluralismo24.

    Finalmente fue preferido al trmino comunismo latino o latincomunismo propuesto por

    varios sectores25 que subrayaban un grado de homogeneidad no presente en el

    comunismo escandinavo o anglfono: segn este sector, el Eurocomunismo presentaba

    caractersticas comunes que derivaban por su posicin geogrfica, mediterrnea

    mientras de hecho iba formndose y desarrollndose el llamado socialismo

    mediterrneo, cuyo proyecto tom forma y consistencia en estos mismos aos, dentro

    de la Internacional socialista-, y su comn cultura latina, junto con la abundante

    tradicin catlica y otros elementos como la experiencia de la ilustracin, la dbil

    tendencia a la democracia poltica y social, la antigedad de un movimiento obrero

    autctono y libertario.

    Sin embargo, se le llam tambin tercera va, pese a las ambigedades implcitas

    contenidas en dicha frmula: en un primer momento, esta expresin fue bien aceptada,

    en cuanto indicaba una imagen, una metfora que indica con fuerza una exigencia

    poltica26. La expresin tercera va tena una ventaja en tema de ambigedad y

    amplitud: poda representar un nuevo intento entre capitalismo y socialismo o bien entre

    experiencias socialdemcratas y experiencias de los pases del Este. El trmino indicaba

    un nuevo proceso que comportaba rupturas, saltos cualitativos y cambios estructurales

    profundos, pero que tambin ver momentos ambiguos y regmenes contradictorios.

    Independientemente de quien acuo el trmino eurocomunismo y de su validez

    expresiva, su xito fue notable y su uso (sobre todo en la prensa) se difundi

    rpidamente. La difusin del nuevo vocablo responda al deseo de cambio: los Partidos

    comunistas, forjados a la asombra de Stalin en los aos treinta, entendieron que la

    aplicacin del comunismo en la URSS era falaz y engaosa, resultando necesaria una

    revisin del concepto leninista del partido-vanguardia; adems, al mismo tiempo se

    daban cuenta de que el statu quo democrtico en los pases capitalistas no admita

    marcha atrs. La aceptacin de estos puntos y una convergencia temporal de avance,

    hizo surgir la perspectiva de una estrategia comn que se preocupase por que la idea de 24 Los promotores de esta expresin consideraban al comunismo yugoslavo como un precursor del proceso de formacin de este comunismo reformado. Y en la misma lnea de forma peyorativa algunos llamaban al nuevo movimiento eurorrevisionismo. 25 Esta definicin fue propugnada por el profesor Universitario, periodista y poltico napolitano Giuseppe Galasso. 26 Ingrao Pietro: Crisis y tercera va, Editorial Laia, Barcelona, 1980, pg. 127. El poltico italiano avisaba sobre la posibilidad que adems de una tercera va, probablemente se hablar de una cuarta y de una quinta va.

  • 27

    democracia asumiese gran relevancia dentro de la poltica comunista, reconociendo su

    superioridad (a pesar de todo como deca Winston Churchill) sobre el resto de

    regmenes.

    No obstante, resultara reductivo y simplista considerar el Eurocomunismo como uno

    de los numerosos modelos diferentes del comunismo sovitico, un posible nuevo cisma

    dentro del movimiento comunista. Como veremos ms detalladamente en los siguientes

    captulos, hasta el afloramiento del cisma maosta, dentro del bloque comunista los

    ismos (trotskismo, titismo) haban sido limitados y de efectos reducidos; los

    diferentes desviacionismos ideolgicos no constituyeron una amenaza para la primaca

    sovitica. La Unin Sovitica era el baluarte del socialismo y desorientaciones o desvos

    eran controlados gilmente por el PCUS. Pero, la gnesis, la base terica sobre que

    verta el proyecto eurocomunista y la importancia de los partidos que formaron parte de

    este nuevo movimiento, conferan al Eurocomunismo un carcter diferente y de mayor

    importancia.

    Segn algunos exegetas del Eurocomunismo, la evolucin de los partidos comunistas

    haba dejado al descubierto el flanco dbil de pro-rusos, maostas, trotskistas y otros

    grupos tomando varios de los caballos de batalla de esas corrientes e integrndolos en

    una concepcin global propia27. Sin embargo, esta definicin representa una manera

    asaz mecanicista y simplista de presentar las alternativas de la izquierda revolucionaria

    versus a la adecuada terapia del Eurocomunismo a los males de la sociedad

    contempornea28.

    En relacin con el cisma chino-sovitico, hay que reconocer que algunos investigadores,

    multiplicando los neologismos, han hablado tambin de un posible Asiacomunismo,

    con su mxima expresin en la Repblica popular de China y su manifestacin en

    Vietnam y en Corea del Norte. Las principales caractersticas del comunismo asitico

    estaban representadas por la identificacin con los movimientos nacionalistas y con la

    elaboracin de la teora de la guerra revolucionaria basada en el campesinado. Segn

    este filn lgico, el Eurocomunismo perfilaba la posibilidad de realizar un cisma de

    Occidente, siguiendo al cisma de Oriente consumado en los aos sesenta.

    El comunismo oriental se diferenciaba del europeo no slo en la ubicacin geogrfica,

    sino tambin por el contexto en que madur, por su desarrollo histrico y, finalmente,

    27 Consejos de Redaccin de Materiales de Barcelona: A propsito del libro de Santiago Carrillo Eurocomunismo y Estado, en Materiales, nmero 4, julio-agosto de 1977, pgina 8. 28 Albiac, Gabriel: Debates sobre Eurocomunismo, Cuadernos/3, Madrid, 1977, pg. 7.

  • 28

    por la trayectoria que sigui: su objetivo era llegar en el poder no a travs de la ruptura

    violenta, o de una revolucin armada, sino por un largo proceso de evolucin y

    respectando las reglas democrticas. Durante este largo proceso, en los pases del

    Eurocomunismo, se iba construyendo el embrin de un estado diferente, debido tambin

    al hecho de que en estas sociedades, el capitalismo ya haba llegado a un alto nivel de

    desarrollo: por eso, se pensaba plantear la posibilidad de que la destruccin del estado

    capitalista pasase por una transformacin democrtica, ya que el aparato estatal poda

    resultar funcional para el diseo socialista. Los trabajadores podan ejercitar su dominio

    sobre la burguesa utilizando los instrumentos democrticos, en el respeto de la libertad

    y del sistema pluralista.

    Geogrficamente, el Eurocomunismo se desarroll en Francia, Espaa e Italia, pases de

    capitalismo avanzado, con una matriz histrica comn: en estos pases, los partidos

    comunistas haban madurado en una realidad poltica, econmica y social mucho ms

    articulada y sofisticada respeto a los pases del Este Europa. Estos pases compartan

    muchos aspectos -como subrayaremos en las siguientes pginas- empezando por su

    ubicacin en una zona tan importante como el mediterrneo, una zona donde se

    superponen la latinidad y el arabismo, la cultura griega y eslava, el judasmo y la

    tradicin indoeuropea. Esta circunstancia ha jugado histrica, psicolgica y

    sociolgicamente un gran papel, por lo que se refiere a la formacin del pensamiento

    mediterrneo29.

    Sin embargo, en la misma Asia exista tambin un partido comunista, el japons, que,

    como ya hemos dicho anteriormente, comparta caractersticas con los eurocomunistas.

    El partido comunista japons (PCJ) desplegaba su actividad en una sociedad altamente

    industrializada, regulada por un sistema parlamentario calcado en los modelos

    occidentales, tanto que se consideraba el archipilago nipn como un apndice

    oriental del mundo capitalista occidental. De la misma manera, se poda considerar al

    PCJ como un apndice asitico del Eurocomunismo, compartiendo, con ese,

    principios y modalidades: al igual que el PCE, el PCF y el PCI, el partido comunista

    japons buscaba una va autnoma para llegar al socialismo.

    En trminos geogrficos, el Eurocomunismo y su localizacin preocupaban y no poco:

    pese a desarrollarse en una porcin reducida del Continente, los tres pases de la Europa

    meridional y latina, se hallaban en una zona de gran trascendencia y significacin

    29 Articulo de Alfonso Guerra, Los partidos socialistas del sur de Europa y las relaciones socialistas-comunistas, publicado en la revista Sistema, n 15, de 1976, pg. 53.

  • 29

    estratgico-militar. El fin de la segunda guerra mundial y el estallido de la guerra fra

    colocaron el Mediterrneo en una situacin, a la vez, de centro de enfrentamiento

    entre dos sistemas (capitalista Vs. comunista) y de zona de equilibrio mundial,

    condenada a un contexto esttico, una salvaguardia del status quo.

    Su trascendencia internacional determinaba el inters sobre la posibilidad de que la

    alternativa democrtico-socialista se pudiese concretar plenamente en la Europa Latina

    y sobre todo, en un posible efecto de contagio en lo dems pueblos europeos (y no

    slo). La emulacin o la agregacin al proyecto parecan probables en pases como

    Grecia y Portugal, donde los equilibrios resultaban sumamente inestables y las fuerzas

    de izquierda conservaban un potencial importante. Sin embargo, el Eurocomunismo era

    exportable tambin a los pases pertenecientes por antonomasia a la socialdemocracia,

    como Alemania o a los Escandinavos, llegando a impulsar las tendencias de izquierda

    en ascenso dentro del laborismo ingls30. Todo ello sin tener en cuenta la atraccin que

    ejercan las corrientes democratizadoras en el Este europeo, reprimidas en varias

    ocasiones por la intransigencia sovitica. Finalmente, los ms optimistas consideraban

    que el ejemplo del avance hacia un socialismo democrtico europeo hubiera podido

    contribuir a despertar a la izquierda crtica sovitica e inclusive a la clase obrera

    estadounidense. Por eso, en una intervencin de diciembre de 1975 ante los

    embajadores americanos en Europa, convocados en Londres, el secretario de Estado

    norteamericano, Henry Kissinger subrayaba como: La progresin de la poltica de

    izquierda en el sur de Europa amenaza con socavar las relaciones que conciernen a la

    seguridad y a las polticas de defensa sobre las que ha sido edificada la Alianza

    Atlntica. Y esa progresin no dejar de afectar a las relaciones entre Europa Occidental

    y los Estados Unidos. En Italia, Espaa y Portugal, y tal vez en Francia, asistimos al

    crecimiento de la influencia de los partidos comunistas y nos planteamos la cuestin de

    saber qu hacer31. Aadiendo: Una cosa debe estar clara, el dominio de los partidos

    comunistas en Occidente es inaceptable, y eso no tiene nada que ver con la moderacin

    de estos partidos o con el grado de independencia en relacin con Mosc. El secretario

    de Estado ofreci un anlisis lcido y partidista del fenmeno eurocomunista,

    amonestando que no se puede atrasar el reloj. Es ms verosmil que [un partido

    comunista] cuando hubiese llegado en el poder intentara cambiar las condiciones

    30 Con razn, Mitterrand haba subrayado el formidable estmulo ideolgico que ejercera sobre los trabajadores alemanes e ingleses un gobierno verdaderamente de izquierda en Pars. 31 Le Monde 14 de abril de 1976, citado en Claudn, Fernando: Eurocomunismo y socialismo, Siglo Veintiuno de Espaa, Madrid, 1977, pg. 28.

  • 30

    objetivas de la sociedad de modo que el proceso democrtico dejase de funcionar.

    Nosotros tenemos que hacer todo lo posible para asegurar la supervivencia del proceso

    democrtico y defender las orientaciones pro-occidentales de los pases de Europa

    Occidental32.

    Por su parte, el consejero estadounidense para Europa oriental, Helmut Sonnenfeldt,

    expuso la necesidad de favorecer la institucionalizacin de la hegemona sovitica en la

    Europa oriental (Doctrina Sonnenfeldt), ya que un posible desequilibrio en el rea

    hubiera podido poner en peligro la paz mundial: Nuestra poltica () debe favorecer

    una evolucin hacia la institucionalizacin de las relaciones entre Europa Oriental y la

    URSS. Todo exceso de celo por nuestra parte provocara unos resultados capaces de

    destrozar el proceso deseado que no podra volverse a poner en funcin durante los

    prximos cien aos33. En extrema sntesis, pareca que los Estados Unidos preferan

    conservar el statu quo, deseo compartido por la Unin Sovitica.

    El secretario de Estado, Kissinger volvi a criticar el Eurocomunismo (10 de junio de

    1977) advirtiendo al presidente Carter de que se trataba de un proyecto peligroso para

    la seguridad de los Estados Unidos, las estructuras del mundo de la posguerra y las

    principales alianzas de los Estados Unidos. Y en otra entrevista aadi: Una

    participacin significativa de estos partidos en los Gobiernos de ciertos pases europeos

    de importancia minara la moral y la base poltica de nuestro despliegue militar en

    Europa34, advirtiendo que, en este caso, podra postularse como inevitable una alianza

    germano-norteamericana para hacer frente al peligro del eurocomunismo y sus ideas

    de liberalizacin y democratizacin.

    Finalmente, dar una definicin del Eurocomunismo no representa una tarea fcil: sus

    potencialidades y el inters alrededor del fenmeno fueron mayores que la realidad

    misma. A partir de las pocas cumbres protagonizadas por los Secretarios de los Partidos

    Comunistas italiano, espaol y francs fueron elaboradas muchas definiciones para

    describir este nuevo movimiento. Segn mi opinin, la mejor definicin de este

    ambicioso proyecto se puede encontrar en la Declaracin Conjunta del Partido

    Comunista Francs y del Partido Comunista Italiano, firmada en Roma el 15 de

    32 Valli, Bernardo: Los eurocomunistas, Dopesa, Barcelona, 1977, pg. 240. En las mismas pginas, se puede leer la afirmacin cuestionable sobre todo a la luz de la Operacin Gladio de la que hablaremos ms adelante: Ciertamente, no es nuestro deber manipular las polticas interiores 33 Valli, Bernardo: Los eurocomunistas, Dopesa, Barcelona, 1977, pg. 242. 34 La Vanguardia Espaola, el 11 de junio de 1977.

  • 31

    noviembre de 197535. En el texto, se indica cmo segn los comunistas franceses e

    italianos el camino hacia el socialismo y la construccin de la sociedad socialista que

    ellos proponen en sus pases, deben realizarse dentro del marco de una democratizacin

    de la vida econmica, social y poltica. El socialismo representar una forma superior de

    democracia y de libertad: la democracia realizada del modo ms completo. Dentro de

    este espritu, todas las libertades, tanto si son frutos de las grandes revoluciones

    democrtico-burguesas, como de las grandes luchas populares de este siglo, que han

    tenido a la cabeza la clase obrera, debern garantizarse y desarrollarse. El

    Eurocomunismo pareca animado por el sueo de conjugar democracia y socialismo.

    Entre las tantas definiciones de Eurocomunismo publicadas o que aparecieron en

    peridicos, revistas y libros sobre el tema, destacamos una por cada pas: en Italia, en

    1978, el periodista Antonio Rubbi as defina al Eurocomunismo como semplicemente,

    ma significativamente, un complesso di idee e di obiettivi sui quali si constatata una

    convergenza politica, la quale non annulla i tratti specifici delle vie nazionali al

    socialismo e la loro autonoma elaborazione da parte di ciascun partito, ma che muove

    dal riconoscimento che, per quanto grandi possano essere le differenze tra vari paesi

    dellEuropa occidentale, non ce n uno solo nel quale la politica del movimiento

    operaio possa discostarsi da certi tratti comuni, caratteristici di una strategia di effettiva

    avanzata al socialismo di tutto loccidente europeo36. En Francia, el 20 de junio de

    1976, Jean-Franois Revel, periodista del Express, describa los tres componentes

    principales de la nueva doctrina: la independencia de las vas nacionales de los

    distintos partidos comunistas con respecto a la URSS; la aceptacin de la democracia

    pluralista como sistema de poltica interior; la elaboracin de una doctrina autnoma de

    los partidos comunistas de Europa occidental, de la que depende una coordinacin de

    sus lneas polticas37. Y en Espaa, Fernando Claudn, uno de los pensadores ms

    considerados de la izquierda espaola, afirmaba que el eurocomunismo es la expresin

    de una evolucin creciente de los Partidos Comunistas en los pases de capitalismo

    maduro.

    En la prensa extranjera aparecieron muchas definiciones de eurocomunismo y no

    siempre halagadoras, entre ellas: El eurocomunismo es un vehculo modernizado

    35 Valli, Bernardo: Los eurocomunistas, Dopesa, Barcelona, 1977, pg. 236-238. 36 Rubbi, Antonio: I partiti comunisti dellEuropa occidentale, Teti, Milano, 1978, p. 25. 37 Express del 20 de junio de 1976: en el mismo artculo el autor subrayaba como estos tres elementos no son inseparables ya que tres pas que se han distanciado radicalmente de Mosc Albania, China y Rumania- son estados totalitarios y policiaco: la idea de una va nacional independiente de Mosc no representa una novedad sino se asocia a la del pluralismo democrtico.

  • 32

    para exportar comunismo adonde sea. Sirve como medio para implantar el

    expansionismo sovitico38.

    1.3 El inicio del Eurocomunismo

    No se puede establecer una fecha concreta de nacimiento del Eurocomunismo, de un

    momento puntual de ruptura, sino ms bien se trata de un proceso que empez en

    diferentes momentos y se prolong por varios aos. La dificultad de establecer una

    fecha precisa y la consecuente necesidad de fijar diferentes momentos o

    acontecimientos a la base del Eurocomunismo son consecuencias de la presencia de

    mltiples explicaciones sobre la causa y razn del nacimiento-formacin del

    eurocomunismo, como veremos en las prximas pginas. La falta de unanimidad sobre

    este dato supone la formulacin de diferentes hiptesis y al desarrollo de muchas

    teoras, a veces contradictorias entre ellas.

    Naci el Eurocomunismo en el Hotel Meli Castilla en los das 2 y 3 de marzo de

    1977, cuando se celebr la primera y quizs nica- cumbre Eurocomunista? Difcil

    considerar la Cumbre de Madrid como su nacimiento: fue ms bien su bautismo39.

    Evidentemente el nacimiento del Eurocomunismo resulta anterior y muchos analistas y

    estudiosos han ubicado este acontecimiento en una fecha u otra, a veces muy distantes

    en el tiempo. Para algunos autores, la fecha de nacimiento del eurocomunismo coincide

    con la revolucin rusa de 1917: segn Antonio Elorza, la gnesis del eurocomunismo

    debe arrancar de los problemas, y de los planteamientos tericos que acompaan a partir

    de 1917 al primer proceso de construccin socialista. Y concretamente de la obra del

    Lenin postrevolucionario. El tema no es fcil de abordar, ya que por una parte estamos

    ante un discurso abierto, que Lenin aplica a multitud de cuestiones concretas y que, por

    consiguiente, desde la toma de poder en 1917, se presta a una pluralidad de

    interpretaciones (). Pero, en otro sentido, las contradicciones de este proceso, cada

    vez ms claras en la reciente historiografa sobre la URSS, y la riqueza de

    observaciones crticas presentes en los textos de Lenin sobre las limitaciones de la

    propia revolucin, la burocratizacin del Estado, las relaciones entre dictadura,

    democracia y socialismo, ofrecen suficiente base de reflexin como para fijar en ese

    momento el origen de una problemtica cuyo punto de desembocadura es, en nuestro

    38 En un artculo titulado de Soviet Expansionist D'esigns, de A. V. Pier de 8 de diciembre de 1976. 39 Fonvielle-Alquier, Franois: El eurocomunismo, Plaza y Jans, Barcelona, 1979 pg. 14.

  • 33

    das, el comunismo democrtico40. Por lo tanto, segn este autor, el eurocomunismo

    representaba una tendencia de renovacin al campo comunista, que empez a

    manifestarse con las crticas de Lenin a la construccin de la sociedad socialista en

    Rusia.

    Por su parte, Joaquim Sempere considera que la derrota del movimiento revolucionario

    en Occidente en los aos 1917-21 estuvo en la origen del fenmeno eurocomunista y

    que gener un largo proceso de rectificacin de la poltica comunista, que partiendo de

    las caractersticas reales de la sociedad y el Estado en Occidente fue elaborando una

    estrategia y un modelo de socialismo adecuado a esta regin del mundo. Para la

    historiadora francesa, Lilly Marcou, el Eurocomunismo nace en 1969 en la Conferencia

    de Mosc, aunque habr que esperar hasta la de Berln, de 1976, para una aparicin

    verdadera del movimiento41.

    Otros afirman que el eurocomunismo nace de las cartas de Gramsci en la crcel. Segn

    Pilar Brabo, el movimiento encontraba su raz y su punto de partida en las reflexiones

    de Rosa Luxemburgo y en Gramsci, por sus profundas reflexiones sobre el carcter del

    Estado.

    Segn otros, el origen y las races histricas del movimiento eurocomunista no

    surgieron de la noche a la maana, sino fruto de un proceso ms largo y antiguo: por

    eso, hay autores que consideran el Testamento poltico de Togliatti (el memorial de

    Yalta) como punto de arranque del nuevo movimiento, como principio de una nueva

    lnea autnoma y de una marcha hacia un nuevo modelo de socialismo, abogando por

    una va democrtica. En esta misma lnea, particular relevancia tiene la opinin de uno

    de los protagonistas, Santiago Carrillo, que en su clebre y polmico libro

    Eurocomunismo y Estado, afirmaba: para unos, las diferencias comenzaron a hacerse

    visibles tras el XX Congreso del PCUS; se acentuaron bruscamente en el 68, con la

    invasin de Checoslovaquia. Para otros, los japoneses por ejemplo, el punto crtico se

    produjo quiz en el momento en que empezaron a manifestarse las diferencias chino-

    soviticas. Los comunistas ingleses elaboraron ya en los aos 50 un programa en el que

    se prevea el paso al socialismo en la democracia. Coincida esta iniciativa con el

    periodo de apertura que rode al XX Congreso del PCUS, en el que se estableci la

    40 Elorza Antonio, Eurocomunismo y tradicin comunista, en el Congreso Organizado por Fundacin de Investigacin Marxista, en Madrid, en octubre de 1980 y publicado en AA. VV.: Vas democrticas al socialismo, Ed. Ayuso, Madrid, 1981, pg. 69. 41 Marcou, Lilly: El movimiento comunista internacional desde 1945, Siglo XIX, Madrid, 1981, pg. 145-146.

  • 34

    posibilidad del paso pacfico y parlamentario al socialismo (). Por su parte, en el 56

    fueron los italianos, y particularmente Palmiro Togliatti, quienes ms hondo calaron las

    causas de los fenmenos denunciados por Kruschev en el XX Congreso, y en

    acontecimientos como los de Hungra. Togliatti supo tocar el punto crtico: el problema

    estaba en el sistema poltico. Aunque, por lo menos pblicamente, no se desarroll la

    crtica de este sistema, a partir de este momento comenz a destacarse la va italiana al

    socialismo con mayor fuerza42.

    Sin embargo, como demostracin de que se trata slo de hiptesis y que es difcil

    concretar una acta de nacimiento del movimiento eurocomunista, el mismo Carrillo

    indicaba que poda considerarse el 11 de julio de 1975 como fecha de inicio, es decir en

    ocasin del encuentro entre el Partido Comunista espaol y el italiano en Livorno. Para

    el ex secretario del PCE, en aquel entonces: Berlinguer quera desbloquear el sistema

    italiano, y an permaneciendo fuera del Gobierno, haba conseguido ejercer una

    influencia real sobre ste. De esa necesidad histrica surgi la corriente que se llam

    eurocomunismo. Y tambin surgi de la necesidad para el PCE de poner fin a la

    dictadura en Espaa, (pues) slo con una lnea impecablemente democrtica podamos

    romper los comunistas espaoles la resistencia social contra nuestro partido43. Como

    veremos a la hora de analizar las cumbres y declaraciones conjuntas entre los partidos

    integrantes del Eurocomunismo, Berlinguer y Carrillo firman un documento en el que

    declaran: La perspectiva de una sociedad socialista nace hoy de la realidad misma y se

    basa en la conviccin de que el socialismo puede afirmarse solamente, en nuestros

    pases, a travs del desarrollo y de la plena actividad democrtica. Esto tiene como base

    la afirmacin del valor de las libertades personales y colectivas y de su garanta, la no

    oficializacin de una ideologa de Estado, de su articulacin democrtica, de la

    pluralidad de partidos en una dialctica libre, de la autonoma del Sindicato, de las

    libertades religiosas, de la libertad de expresin, de la cultura, del arte y de las ciencias.

    En el terreno econmico, una solucin socialista est llamada a asegurar un gran

    desarrollo productivo, a travs de una poltica de planificacin democrtica que potencie

    la coexistencia de distintas formas de iniciativa y de gestin pblica y privada44.

    42 Carrillo, Santiago: Eurocomunismo y Estado, Editorial Crtica, Barcelona, 1977, pg. 142-143. 43 Carrillo, Santiago: Memorias, Barcelona, Planeta, 1983, pg. 548. 44 Valli, Bernando: Los eurocomunistas, Dopesa, Barcelona, 1977, pg. 234-235. La declaracin conjunta de los secretario apareci en Mundo obrero, tercera semana de julio de 1975.

  • 35

    Para otros estudiosos, nace del fracaso de la experiencia de la Unidad Popular en Chile,

    caso que inspir a Enrico Berlinguer para revisar la idea de transicin al socialismo

    como enfrentamiento antagnico con un adversario irreconciliable.

    Debido a la dificultad de determinar cules son los desarrollo ideolgicos y las

    experiencias histricas que estn en la base y dan origen a este fenmeno, podemos

    sostener que el Eurocomunismo fue el producto de una dramtica serie de estados de

    necesidad: el proceso a Stalin en 1956; el levantamiento hngaro e insurreccin de

    Poznan en Polonia; el cisma chino-sovitico, la ruptura entre Mosc y Pekn, despus de

    numerosos incidentes en la frontera siberiana; la primavera de Praga que provoc la

    intervencin sovitica para sofocarla; la represin de las disidencias internas en las

    democracias populares. Por eso, los partidos comunistas empezaron la

    occidentalizacin del comunismo europeo, considerando la necesidad de diferenciarse

    frente a los modelos y guas del Este, reivindicando autonoma y originalidad,

    volvindose hacia los filones de la tradicin e ideologas nacionales45.

    Finalmente, lo que resulta claro es que, en diferentes momentos, los partidos

    eurocomunistas vivieron un momento de gracia o capitulacin, reflexin o

    replanteamiento que los llev a esta nueva formulacin: para el PCE este momento fue

    el 1968 y la Primavera de Praga, para los italianos el 1973 y la frustracin por los

    acontecimientos de Chile, y para los franceses el 1975 y el verano portugus.

    Independientemente de eso, el eurocomunismo non infatti caduto dal cielo sulla

    realt europea degli ultimi tre anni. Lipotesi, cattivante, di un socialismo comunista

    finalmente adattabile a una progredita civilt occidentale emersa anzitutto e poco per

    volta de la evolucin poltica de los partidos comunistas de Italia, Francia y Espaa46.

    1.4 El porqu del Eurocomunismo

    La dificultad de fijar una fecha de nacimiento corresponde a la complejidad y variedad

    de explicaciones sobre las causas de su formacin. El Eurocomunismo no fue una

    variante o un modelo regional47 de socialismo que sobrevaluaba las especificidades de

    las situaciones nacionales; tampoco fue la creacin de un nuevo centro organizativo del

    movimiento comunista internacional, un nuevo cisma, parecido a lo que hicieron Tito

    45 Nassi, Enrico y Cesarini Sforza, Marco: El Eurocomunismo, Caralt Editor, Barcelona, 1978, pg. 24. 46 Bettiza, Enzo: Il comunismo europeo. Una verifica critica dell'ipotesi eurocomunista, Milano, Rizzoli, 1978, pg. 58. 47 Como declaraba Georges Marchais en una entrevista a LHumanit: No hay, no puede haber, est totalmente excluido el hecho de que el movimiento comunista se remita a un centro de cualquier tipo, ya un centro mundial, ya un centro regional (14 de febrero de 1977).

  • 36

    o Mao. Al contrario, el Eurocomunismo fue el reconocimiento de una valoracin

    convergente de los problemas de la democracia y del socialismo. En sus principales

    rasgos, el Eurocomunismo fue el intento de crear un modelo de socialismo

    correspondiente a las caractersticas del occidente y, por tanto, un tipo de estrategia

    revolucionaria nueva. Los tres partidos que dieron vida al fenmeno reconocan que no

    disponan de un modelo de referencia a partir del cual construir su propia va al

    socialismo, anunciando la creacin de vas autnomas.

    Como ya declaraba el secretario del Partido Comunista Italiano, Enrico Berlinguer en

    1969: las fronteras de la lucha por el socialismo no coinciden con las fronteras de los

    pases socialistas48. El Partido Comunista italiano, vanguardia del proyecto, propona

    como objetivo lograr una comunidad de principios llamados a desempear un papel de

    unificacin del comunismo europeo. Pero eso no supona la determinacin de una nica

    estrategia dirigida por un centro nico, sino una va original al socialismo en Europa

    adaptada a las exigencias y a las particularidades de cada nacin europea, a los rasgos

    comunes existentes en esta parte del continente.

    Los partidos comunistas occidentales sintieron la necesidad de reivindicar su autonoma

    y originalidad, creando un nuevo proyecto cuya gestacin fue larga, controvertida e

    incompleta49. Como afirmaba Lars Werner, presidente de los comunistas suecos: El

    eurocomunismo en Occidente tiene races antiguas, profundas. Cada partido tiene en su

    patrimonio culturales hombres que, como Gramsci o Togliatti en Italia, han debatido los

    problemas de autonoma, de las vas nacionales, de la relacin entre democracia y

    socialismo: estos hombres, de manera diferente y en relacin a su contribucin, son los

    pioneros de este giro que an no sabemos a dnde nos llevar50.

    Al nacer, el Eurocomunismo se presentaba valientemente (aunque no suficientemente)

    crtico con la actuacin prctica sovitica, con algunos aspectos del pasado comunista,

    con la intangibilidad de la doctrina, las tcticas impuestas, la polarizacin del mundo

    EE.UU.- URSS, el centralismo y la dependencia a la Unin Sovitica y la revolucin

    armada.

    En la sociedad estaba presente el deseo de un nuevo comunismo ms realista y

    democrtico, dispuesto a una autocrtica sin llegar a ser herejes o iconoclasta: una nueva

    48 Berlinguer, Enrico: La Questione Comunista, Editori Riuniti, Roma, 1975, pg. 17. 49 La gestacin ha sido larga, pasando once meses, casi un ao entre la primera vez que el neologismo aparece en la prensa hasta su primer uso pblico por parte de unos de los lderes eurocomunistas. 50 Declaracin de Lars Werner, de mayo de 1977, contenida en el libro de Nassi, Enrico y Cesarini Sforza, Marco: El Eurocomunismo, Caralt Editor, Barcelona, 1978, pg. 21.

  • 37

    formulacin que tuviera en cuenta las peculiaridades del momento y las exigencias

    ciudadanas.

    Lenin haba declarado que todo puede ser criticado desde dos puntos de vista opuestos:

    desde la derecha y desde la izquierda. Mientras el revisionismo de Bernstein, que dio

    origen al reformismo y a los partidos socialdemcratas, se considera una crtica a

    Marx desde el punto de vista de la derecha, el eurocomunismo se podra interpretar

    como una anlisis crtica dentro de la izquierda misma. Segn el profesor Manfred

    Spieker51, se le puede considerar a la crtica desde la izquierda como intento de

    considerar la realidad histrica momento a momento (), es el esfuerzo de confrontar

    la realidad con las teoras de los clsicos; es la tendencia a extraer consecuencias de esa

    confrontacin. De esta manera, la crtica desde la izquierda representara una crtica

    revolucionaria viviente, precisamente de la verificacin de las enseanzas de Marx,

    Engels y Lenin sobre la realidad, y a las correcciones que se efecten sobre la base de

    esa verificacin. Sin embargo, si se creyese en la existencia de un marxismo nico

    siempre-valido, cualquier intento de desarrollo ulterior y adecuacin sera considerado

    una desviacin o un sacrilegio-hereja.

    En esta misma lnea, el eurocomunismo represent ms bien una tentacin: tentacin

    de escapar de las ruinas del estalinismo52, con un propuesta que despertaba el recelo de

    la parte ms intransigente de la izquierda mundial. Tanto fue as que, para secretario del

    Partido Comunista de Alemania occidental (Deutsche Kommunistische Partei DKP),

    Herbert Mies, el eurocomunismo representaba un complot, una maniobra de la

    burguesa internacional para crear la divisin en el seno del movimiento comunista

    internacional.

    En un monogrfico sobre la Dictadura del Proletariado, Jos Manuel Bermudo vila

    argumenta que el fenmeno eurocomunista entra plenamente en la historia del

    marxismo, representando, asimismo, la expresin de sus contradicciones internas: en

    cada momento histrico hay una de dichas posiciones que aparece como dominante,

    como hegemnica. Pocas dudas caben respecto a que en los momentos de 1917-1923

    dominaba la posicin leninista, avalada no solamente por el argumento de la revolucin

    triunfante (...) Y no cabe duda de que, en nuestros das, en la Europa Occidental, es

    dominante esa posicin eurocomunista (...) Como tendencia general ha estado siempre

    51 Manfred Spieker: Neo-marxismus und Christentum. Zur Problematik des dialogs, Paderborn, Mnaco-Viena, 1974,