Texto lazarillo de tormes

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Texto único acerca de “El Lazarillo de

Tormes”

Colegio: Newlands

Año: 6º B

Materia: Literatura

Profesor: Nazareno Lázzaro

Alumno/a: Carolina Erausquin

Fecha de entrega: miércoles 18 de abril de 2012

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Texto único “El Lazarillo de Tormes” Carolina Erausquin

Texto único acerca de “El Lazarillo de Tormes”, autor

anónimoPor Carolina Erausquin

Mi objetivo en este texto es explicar la psicología del personaje principal

de la obra “El Lazarillo de Tormes”, una obra escrita anónimamente a mediados

del siglo XVI, más específicamente en el año 1553, en la época dorada de

España, un ámbito peculiar en donde se tomaba como obvia la gran calidad de

vida que se tenía en la sociedad, pero no se tomaba en cuenta a aquellos que

no gozaban tanto de la mejor etapa del país situado en la península Ibérica. Es

comprensible el hecho de que el responsable de esta obra haya preferido el

anonimato, ya que en ese momento histórico no sólo que aún el porcentaje de

analfabetos era muy elevado, sino que además no estaba permitido para

muchas personas la escritura, como por ejemplo las mujeres. Más aún, el libro

trata de los aspectos negativos del Renacimiento que se estaba viviendo en

ese entonces, por lo que tampoco le era de su conveniencia que se sepa su

postura, especialmente si provenía de algún círculo eclesiástico, ya que uno de

las temáticas más tocadas a lo largo de la obra es la religión y su contracara.

Continuando con lo anteriormente dicho, para estudiar la psicología del

Lazarillo, el personaje central, analizaré tanto el área de la conducta, como

también sus conflictos y dificultades, y por último sus mecanismos de defensa,

y para ello me serviré de citas textuales.

Para empezar, la personalidad del personaje se ve claramente reflejada

en su mente. Se puede decir que el Lazarillo es, en el inicio, un niño. Era muy

inocente, demasiado para su bien. Él recién había salido del cuidado de su

madre y de su hogar, y aún no tenía ninguna experiencia de vida. Asimismo,

aunque el personaje hubiese querido quedarse con su familia en su hogar por

un tiempo más prolongado, no hubiese podido hacerlo, ya que sus condiciones

económicas y la de su familia no se lo permitía; el dinero escaseaba y el

nacimiento del hermano del Lazarillo obligó a su madre a priorizar la

alimentación y el cuidado del menor, ya que su hijo mayor ya estaba entrando

en la edad suficiente como para salir al mundo, valerse de si mismo y poder

alimentarse por sí solo. El encargado de enseñarle lo necesario para dejar esa

inocencia y convertirse en un hombre pícaro y astuto, fue su primer amo: el

ciego. Esa inocencia se ve reflejada en el inicio del primer tratado, cuando ya

estaba a disposición del ciego, y éste le hace una prueba elemental, en la

siguiente cita: “…y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y allí

puesto, me dijo: "Lázaro, llega el oído a este toro, y oirás gran ruido dentro

dél."Yo simplemente llegué, creyendo ser ansí; y como sintió que tenía la

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cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en

el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y

díjome: "Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber más que

el diablo", y rió mucho la burla. Parecióme que en aquel instante desperté de la

simpleza en que como niño dormido estaba.”. Cabe agregar que el Lazarillo fue

capaz de aprender del ciego muchas cosas que luego le serían útiles en su

vida más adelante, incluso para deshacerse del ciego. Para esto último utilizó

su astucia en inteligencia para engañarlo y hacerlo golpearse contra un poste.

Esto se ve claramente en el siguiente pasaje del final del primer tratado:” Yo le

puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y póngome detrás del poste

como quien espera tope de toro, y díjele: "¡Sus! Saltá todo lo que podáis,

porque deis deste cabo del agua." Aun apenas lo había acabado de decir

cuando se abalanza el pobre ciego como cabrón, y de toda su fuerza arremete,

tomando un paso atrás de la corrida para hacer mayor salto, y da con la cabeza

en el poste, que sonó tan recio como si diera con una gran calabaza, y cayó

luego para atrás, medio muerto y hendida la cabeza. "¿Cómo, y olistes la

longaniza y no el poste? ¡Olé! ¡Olé! -le dije yo.”

Por otro lado, también se debe tener en cuenta el dolor físico y sus

reacciones ante el mismo. El protagonista sufre mucho por hambre, y eso es lo

que lo obliga a aprovecharse de sus primeros dos amos. En la casa del ciego él

aprendió a robarle el vino de la jarra, haciéndole una pequeña incisión y

tapándola con cera, y luego colocándose debajo de ella y calentando la cera

para que se filtre el líquido. Esto derivó en la brutal respuesta del ciego al darse

cuenta, la cual se basó en arrojarle la jarra con mucha fuerza sobre la cara del

pobre Lazarillo, que, lógicamente, lo hizo sangrar y abrir heridas en su cara. El

joven sabía que el hecho de engañar al ciego tenía sus riesgos, ya que, a

pesar de no tener la capacidad de ver lo que sucedía a su alrededor, era muy

inteligente y se percataba de las traiciones y engaños de los cuales el Lazarillo

era responsable. Sin embargo, el personaje lo cuenta con aire poético y un

poco, que demuestra que en el fondo el admite que lo merecía, y que después

de todo no fue tan trágico su castigo por sus actos. Esto está demostrado en la

cita: “...me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me habría caído

encima.”. También se muestra su arrepentimiento por sus actos, o más bien,

que entiende que lo que hizo no fue para nada correcto y que su amo estaba

en lo correcto al castigarlo físicamente, cuando su segundo amo, el clérigo,

levanta su garrote hacia él y le pega con toda la furia mientras él yacía en sus

pajas, creyendo que de ahí provenía la culebra que le había robado la comida

del baúl que el clérigo mantenía bajo llave, puesto que luego de lo sucedido

con el hombre de la iglesia, al final del segundo tratado, él dice: “Ahí tornaron

de nuevo a contar mis cuitas y a reírlas, y yo, pecador, a llorarlas. Con todo

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esto, diéronme de comer, que estaba transido de hambre, y apenas me

pudieron remediar. Y ansí, de poco en poco, a los quince días me levanté y

estuve sin peligro, mas no sin hambre, y medio sano.” Esta era una manera, en

mi opinión, de hacerse cargo de las consecuencias de lo que había hecho en

primer lugar, por una causa tan noble como que es comer.

Para el análisis del personaje también se debe tener en cuenta sus

conflictos, barreras y dificultades. La situación que vivió con su tercer amo, el

escudero, es un muy buen ejemplo de este aspecto del Lazarillo de Tormes. El

escudero es el primer amo que lo trata de buena manera y lo respeta. No

obstante, el hombre no tenía dinero suficiente para comer. Eso es un gran

obstáculo para el protagonista, ya que ahora en lugar de mendigar sólo por él

mismo, debe mendigar para él y su amo. Pero el hecho de que el escudero lo

trate mucho mejor que sus anteriores amos hará que esa labor no sea tan

tediosa, e incluso gracias a la generosidad del tercer amo él comía mejor, ya

que se repartían las raciones en partes casi iguales. Más aún, el estado de

ambos era muy similar, ya que el hogar del amo era muy humilde, y tanto él

como su sirviente dormían en lechos hechos de paja y poco abrigo. Además, el

hombre no era muy exigente con el personaje, ya que era consciente de que

estaba en la misma situación que él, y que exigirle demasiado no tendría

sentido. Yo creo que de una manera u otra, la actitud que tenía el escudero

frente a él lo hacía sentir cómodo porque lo hacía rememorar los viejos tiempos

en los que el personaje vivía con su humilde familia y su madre hacía lo posible

para darle lo mejor a él y a su pequeño hermano, y que todo era mucho más

simple, ya que el encargado de conseguir la comida no era él, sino su

padrastro. Esta amabilidad y buen trato que tiene el Lazarillo con el escudero

se demuestra con el diálogo que tuvieron, ya dentro de la casa del nuevo amo,

la cual el personaje comenzó creyendo que el escudero lo iba a tratar peor y

dar menos que comer que sus anteriores amos:” Y con todo, disimulando lo

mejor que pude: "Señor, mozo soy que no me fatigo mucho por comer, bendito

Dios. Deso me podré yo alabar entre todos mis iguales por de mejor garganta,

y ansí fui yo loado della fasta hoy día de los amos que yo he tenido." "Virtud es

ésa -dijo él- y por eso te querré yo más, porque el hartar es de los puercos y el

comer regladamente es de los hombres de bien." “. Además, el protagonista

tenía en claro que el escudero no era una persona egoísta, y que el respeto era

muy importante en una persona. Desde el inicio apenas había indicios de la

lógicamente notoria escala de mando entre el Lazarillo y el escudero. Sólo una

vez el amo y el sirviente no cenaron juntos, debido a los diferentes tiempos de

arribo a la casa, lo cual mostraba respeto e igualdad de condiciones entre ellos.

Esto se ve reflejado en la cita: "Pues, aunque de mañana, yo había almorzado,

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y cuando ansí como algo, hágote saber que hasta la noche me estoy ansí. Por

eso, pásate como pudieres, que después cenaremos.”.

Se puede decir a su vez que la corta experiencia que tuvo con el fraile,

su cuarto amo, le sirvió al Lazarillo para darse cuenta de que a pesar de las

apariencias de alguien, puede resultar en otra persona completamente distinta

a la que se esperaba. En otras palabras, el joven sirviente entendió que aunque

de afuera el hombre se viese como un simple fraile, a éste no le gustaban las

actividades a las que estaba comprometido por oficio. Además esto lo ayudaría

luego a poder descifrar más rápidamente cómo era cada persona en realidad, y

de esta manera podría ser más cauto al elegir a su próximo amo. Incluso

muestra cómo uno se las puede arreglar para parecer alguien simple, sin

prejuicios y de corazón abierto como debería ser alguien perteneciente al

círculo eclesiástico, cuando en realidad es alguien muy lejana a la religión y

con vicios que los mandamientos de la misma religión prohíbe y toma como

pecado, lo que muestra la falsedad de la iglesia en aquel entonces. La actitud

hipócrita del fraile se muestra muy claramente en la frase en la que el Lazarillo

relata haciendo referencia a su amo: “…gran enemigo del coro y de comer en

el convento, perdido por andar fuera, amicísimo de negocios seglares…”. Otro

claro ejemplo de los engaños de las apariencias era la manera en la que el

quinto amo del Lazarillo, el buldero, persuadía a la gente a comprar su

mercadería. Este último lograba sus ventas con el engaño y con la

perseverancia extrema, sin incluir a las complicidades que él tenía con algunas

personas, como por ejemplo el alguacil, con las que armaba toda una escena

falsa de manera que causara escándalo y él saliera beneficiado. Por supuesto

que esto fue una gran lección para el personaje, ya que lo hizo darse cuenta de

que muchas veces no se gana nada siendo noble, justo y honesto como el

escudero, pero que muchas veces el ser corrupto, engañoso y deshonesto te

puede dejar mejor parado de lo que esperas si llevas a cabo estas actitudes

con sutileza y disimulo. Esto a su vez le hizo aprender al Lazarillo que uno

puede ganarse la vida aprovechándose de los crédulos y de la sociedad

susceptible. Esta manera de aprovecharse de las distintas situaciones que

tenía el buldero se puede ver en la cita: “Cuando por bien no le tomaban las

bulas, buscaba cómo por mal se las tomasen, y para aquello hacía molestias al

pueblo e otras veces con mañosos artificios.”, y un ejemplo de escena formada

para el beneficio del mismo podría ser: “Y esa noche, después de cenar,

pusiéronse a jugar la colación él y el alguacil, y sobre el juego vinieron a reñir y

a haber malas palabras. Él llamó al alguacil ladrón, y el otro a él falsario. Sobre

esto, el señor comisario mi señor tomó un lanzón que en el portal do jugaban

estaba. El alguacil puso mano a su espada, que en la cinta tenía. Al ruido y

voces y que todos dimos, acuden los huéspedes y vecinos y métense en

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medio, y ellos muy enojados procurándose desembarazar de los que en medio

estaban, para se matar. Mas como la gente al gran ruido cargase y la casa

estuviese llena della, viendo que no podían afrentarse con las armas, decíanse

palabras injuriosas, entre las cuales el alguacil dijo a mi amo que era falsario y

las bulas que predicaba que eran falsas.”

Otra manera de ver la psicología del Lazarillo es mediante sus métodos

de defensa. Un claro ejemplo de esto sería cuando su segundo amo, el clérigo,

descubre que faltaban panes del baúl en donde él guardaba bajo llave la

comida. Lo que decide hacer el personaje para que su amo no sospeche de él

es romper pequeños pedazos de pan y desmigajarlos, de manera que parezca

que los culpables del hurto de la comida hayan sido ratones, lo cual demuestra

a su vez que el joven sirviente es muy astuto e inteligente, y que sabe cómo

aprovecharse del hecho de que haya pequeños agujeros en algunas partes de

dicho baúl. De esta manera, queda más que claro que una estrategia de

defensa del Lazarillo es proyectar su culpa a los pequeños roedores que

podrían andar dando vueltas por la casa del clérigo. Obviamente, el hecho de

que el fraile haya creído favorecía al criado, ya que le otorgaba confianza al

joven para continuar el aprovechamiento del clérigo por parte del sirviente, e

incluso hacía que su amo le diera las partes que habían sido supuestamente

roídas por los ratones, por lo que el Lazarillo obtenía más beneficios de los que

él había estimado. Esta estrategia se puede ver cuando el Lazarillo cuenta para

sí: “Mas el mismo Dios, que socorre a los afligidos, viéndome en tal estrecho,

trujo a mi memoria un pequeño remedio; que, considerando entre mí, dije:

"Este arquetón es viejo y grande y roto por algunas partes, aunque pequeños

agujeros. Puédese pensar que ratones, entrando en él, hacen daño a este pan.

Sacarlo entero no es cosa conveniente, porque verá la falta el que en tanta me

hace vivir. Esto bien se sufre."”.

También utiliza el método de la introyección, ya que cuando el ciego, su

amo durante el primer tratado, le pega con la jarra en la cara, el joven no hace

nada al respecto y calla. Esto puede ser debido al miedo que el golpe le causó,

a que la respuesta y el intento de engañar de nuevo al ciego desembocarían a

otro golpe con más potencia. Además, sabía que el ciego era lo

suficientemente sagaz para desmentir cualquier otro intento de engaño que

podía tramar el joven criado, lo cual a su vez le provocaba inseguridad al

momento de intentar nuevamente aprovecharse de la falta de visión de su amo.

El silencio de Lazarillo se demuestra en la cita: “…considerando que a pocos

golpes tales el cruel ciego ahorraría de mí, quise yo ahorrar dél…”. Otro

explícito ejemplo de la introyección del personaje se ve en el séptimo tratado,

en el cual su amo le pide que se case con su criada para beneficio propio,

oferta que el Lazarillo acepta sólo con tal de alcanzar un nivel de felicidad

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inimaginable para él en ese entonces y un cierto renombre en la sociedad, a

pesar de que pierde a cambio su honor, debido a que él ha escuchado rumores

de que el amo le había pedido que se case con su sirvienta para encubrir un

supuesto romance entre ella y su amo, y prefiere ignorar dichos rumores para

quedarse con el poco renombre social que había ganado con el casamiento.

Esa actitud frente al rumor podría fundamentarse con la cita: “Mas malas

lenguas, que nunca faltaron ni faltarán, no nos dejan vivir, diciendo no sé qué, y

sí sé qué, de que ven a mi mujer irle a hacer la cama y guisalle de comer. Y

mejor les ayude Dios que ellos dicen la verdad;”

En conclusión, yo creo que el Lazarillo de Tormes es un personaje muy

complejo y que representa a una persona con muchos cambios inesperados en

su vida; para empezar, la muerte de su padre, y la aparición de su padrastro y

de su hermano menor, luego, su pronta emancipación de la madre debido a la

situación económica por la que estaba pasando la familia, y por último, todas

sus transiciones de amos a lo largo de su vida, sin incluir en ellas las variadas

maneras de ser tratado dependiendo de cada amo. También sostengo que al

final de la historia el Lazarillo es una persona muy distinta a la que era en su

inicio, ya que ha crecido mucho y aprendido de sus amos cosas que le servirán

para su vida, además de toda la experiencia que ha ganado paralelamente a lo

que ha aprendido. Además, el Lazarillo es un claro ejemplo de que aunque el

país este en su mejor momento, siempre habrá un grupo de personas que sufra

a causa de la pobreza, y que no importa el momento y el lugar, siempre habrá

gente que necesite trabajar para otros que estén mejor posicionados que ellos

económicamente tan sólo para poder comer y alimentar a sus familian en el

caso de que la tengan.

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