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Tienda, Jericó, Bambú. Un encuentro con el Padre Xie Presentación de Pinceladas. Desde China con amor Madrid, 13 de noviembre de 2014

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Asociación Católica de PropagandistasIsaac Peral 58, 28040 MadridTeléfono: 91 456 63 27, fax: 91 535 19 [email protected]

Tienda, Jericó, Bambú. Un encuentro con el Padre Xie

Presentación de Pinceladas. Desde China con amor

Madrid, 13 de noviembre de 2014

Tienda, Jericó, Bambú. Un encuentro con el Padre Xie

Presentación de Pinceladas. Desde China con amor

Madrid, 13 de noviembre de 2014

Tienda, Jericó y Bambú. Un encuentro con el Padre Xie Presentación de Pinceladas. Desde China con amor

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© 2015, de los textos, Daniel Cerezo, Raúl Mayoral Benito, Gerardo del Pozo Abejón, Antonio Rendón-Luna y de Dueñas, Ana Rodríguez de Agüero© 2015, Asociación Católica de Propagandistas

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Maquetación: Luzmar Estrada Seidel (CEU Ediciones)

Depósito legal: M-4029-2015

Contenido

Raúl Mayoral Benito ...............................................................................................7

Director Gerente de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria

Ana Rodríguez de Agüero y Delgado .....................................................................9

Directora de CEU Ediciones

Antonio Rendón-Luna y de Dueñas ......................................................................11

Secretario General de la Asociación Católica de Propagandistas

Gerardo del Pozo Abejón .......................................................................................15

Consiliario del Centro de Madrid de la Asociación Católica de Propagandistas

Padre Daniel Cerezo (Padre Xíe) ............................................................................17

Misionero en China. Autor

Raúl Mayoral BenitoDirector Gerente de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria

Desde al ámbito social hasta el político y económico, pasando por el cultural, el propagandismo católico tiene ante sí un vastísimo campo donde aprovechar sus energías. Es en este espacio cultural, muy adherido al carisma de nuestra querida Asociación, donde los propagandistas debemos acercar el Evangelio al hombre actual y ser influyentes en la vida pública. La cultura se nos revela como una mediación primordial para ambos fines.

Ciertamente, no son tiempos fáciles para evangelizar. Y más en el clima glacial de la cultura dominante. Pero nuestra condición de cristianos nos exige anun-ciar a Cristo y su mensaje de esperanza y nos demanda que contribuyamos a la mejora de la sociedad. Y además, hacerlo con optimismo y alegría.

Desde las relaciones ciencia, razón, arte y fe, hasta la divulgación del pensamien-to y obra de Herrera Oria o la participación en los medios de comunicación, pa-sando por la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, la Fundación Cultural Angel Herrera Oria pretende fomentar el diálogo con la cultura contemporánea.

El testimonio cristiano es el pulso y el impulso de la Evangelización. Hoy el au-téntico, el verdadero testimonio cristiano lo dan los misioneros. Pues ellos re-presentan la gran paradoja cristiana de que para enriquecerse el hombre deber perder y para tener debe dar.

La obra de las misiones siempre será una obra de carácter heroico porque el misionero ha de abandonar su familia, su nación, sus criterios humanos y hasta su cultura para convertirse en portavoz de una religión ante la cual desaparecen las diferencias de raza, de color, de cultura, de nacionalidad.

Ana Rodríguez de Agüero y DelgadoDirectora de CEU Ediciones

Quisiera comenzar manifestando mi agradecimiento por estar hoy aquí, sen-tada en esta mesa, como editora pero sobre todo como lectora de este libro del PadreDaniel Cerezo, a quien me van a permitir me dirija como Padre Xie, porque así me fue presentado y así le he llamado desde entonces, como creo que tam-bién le llaman en China.

Como editora, hay una metáfora que me gusta mucho emplear, y es la del sastre. El oficio al que más se parece el editorial es el de la sastrería: el editor tiene la responsabilidad de vestir la obra, con los materiales humildes que posee, e in-tentando siempre no traicionar el gusto peculiar del verdadero protagonista, el que ha de llevar el traje.

En este caso, debo decir que la labor de sastrería ha sido muy fácil. El libro lle-gó ya bien vestido: un conjunto de crónicas muy amenas, acompañadas de fo-tografías de gran calidad, incluso un cuadro precioso del pintor Yao-Sen, para ilustrar la cubierta y el colofón. Todo un lujo, como un lujo ha sido el entusias-mo contagioso de Francisco Rico, similar al viento que empuja y hace fácil la navegación. Tengo que agradecer, también, el apoyo de la Asociación Católica de Propagandistas, especialmente en la persona de Antonio Rendón; y de la Fundación Cultural Ángel Herrera, en la de Raúl Mayoral. Ambos nos acompa-ñan hoy en esta mesa.

Y quiero pedir perdón por las erratas y los errores de la edición, que son respon-sabilidad mía y espero tener ocasión de subsanar en próximas tiradas.

Voy a hablar a continuación como lectora. Este libro me ha hecho un gran bien. Casi en cada página, aparece el “Dios de las sorpresas”, como le gusta decir al Papa Francisco y también al Padre Xie, y como hemos podido experimentar tan-tas veces cada uno de nosotros. Y también se repite, casi como leit motiv de la obra, la necesidad de ir ligeros de equipaje: no aferrarnos, permanecer abiertos y disponibles, como respuesta adecuada a la solicitud de ese Dios bueno que no cesa de sorprendernos. Así el capítulo de “La bolsa de viaje”, que tanto me ha hecho interrogarme sobre los “apegos” a los que me aferro, a veces sin ser muy consciente…

No es éste un libro sobre China, si bien está lleno de notas sobre este país, tan desconocido hasta ahora para mí. El idioma, la sociedad, los símbolos… el año de la serpiente o del dragón… y qué preciosas reflexiones sobre la flor de loto, enraizadas con las festividades católicas del comienzo del mes de noviembre (¡eso es verdadera inculturación del Evangelio!) y sobre el bambú, que tanto nos enseña sobre la paciencia, pues pasan cinco años desde que el sembrador siem-bra la semilla hasta que comienza a ver el crecimiento. Me ha interrogado mu-cho sobre mi afán de ver en todo resultados inmediatos…

Es este un libro lleno de empuje apostólico, de afán misionero… una obra im-pregnada de Evangelio: amor a Dios y a los hermanos.

Me ha ayudado a mirar de otra forma a mi hijo (¡esas preciosas páginas sobre los niños de diversos orfanatos chinos!), así como mi cansancio (es magistral el ca-pítulo “La resaca del viaje”, que finaliza diciendo: “Al fin y al cabo –tú y yo– somos de Dios y son para Él mi/tu cansancio…”) y tantas cosas de mi vida (¡la oración, por ejemplo, con ese capítulo sobre “la vecina del 12”, que interpela a miles de kilómetros!). Me ha dado ojos nuevos para ver la realidad. y creo sinceramente que esto, contribuir a la difusión de un libro que ayude a vivir, es lo mejor que le puede pasar a un editor.

De nuevo, muchísimas gracias.

Antonio Rendón-Luna y de DueñasSecretario General de la Asociación Católica de Propagandistas

A la memoria de María que desde la presencia del Señor contempla alegre este entrañable encuentro.

Permitidme que reduzca mis palabras, llenas de admiración, a la mínima expre-sión, pues como decía Santa Teresa: “Las penitencias han de ser cortas” y para el Padre Daniel que lleva la humildad comboniana impregnada en su alma de misionero, sería una dura penitencia que yo resaltara sus méritos.

Burgales de Padilla de Abajo. A los 23 años acudiendo presto a la llamada del Señor ingresó en el seminario de los misioneros Combonianos.

Fue ordenado sacerdote el 29 de agosto de 1981.

Daniel consagra su vida misionera sobre los dos pilares que edificó el fundador de la congregación el obispo Daniel Comboni:

• Llevar a cabo la primera evangelización.

• Estar cerca de los pobres, abandonados y marginados.

Realiza la misión apostólica, muchas veces silenciada y desconocida,en lugares como Uganda, Hong Kong, Macao, Taiwan, Filipinas, en la que la vida es muy comprometida.

El contenido del libro, es fruto de lo que llama Pinceladas Chinas, que como otra forma de apostolado, nos envía mensualmente a unos amigos, entre los que tengo el privilegio de incluirme.

En ellas, relata sus vivencias y experiencias y son una auténtica ayuda espiritual para todos.

Con total abandono en la Providencia se ofrece día a día en la gratuidad de dar testimonio público de su fe y a proponer la buena noticia del Evangelio, tremo-lando la bandera del amor como fuerza perdurable que le sostiene en la arries-gada y generosa misión.

Hace realidad los anhelos del Papa Francisco de “salir a las periferias” a ayudar a las personas, a enseñar a perdonar, a comprender, a sanar, a recordarles que el Reino está cerca porque han sido ya redimidos.

Todo con la palabra que mas le agrada al Papa Francisco: Encuentro.

Dice el Santo Padre hay que pasar de la cultura del rechazo a la del encuentro, sin distinción de personas.

Todas son imagen y semejanza de Dios y llamadas a un destino feliz mas allá de la frontera de la vida terrestre.

El Padre Daniel, desea vivir una Iglesia esencialmente samaritana basada en el espíritu de las bienaventuranzas y el ejercicio incesante de la misericordia, sin ropajes, que predique con el testimonio, no pierda su influencia social y no se deje aprisionar en fórmulas y esquemas temporales.

Confiesa, en una de las pinceladas, que cada vez que retorna a la misión, se afianza su compromiso misionero con una alegría desbordante porque, cuando la vocación es auténtica la respuesta brota siempre con verdadero entusiasmo.

Nos recuerda que una vida basada en nosotros mismos es como una barca con un solo remo, condenada a girar sobre sí misma, Dios y el hermano es la otra gran fuerza motriz que nos permite avanzar en nuestra travesía vital

El conocimiento de la ACdP viene de la invitación del Padre Gerardo del Pozo para dirigir una tanda de Ejercicios Espirituales en el año 2011.

A los ejercitantes les marcó y desde entonces mantienen una amistad y recono-cimiento muy especial.

Debo resaltar el cariño que nos profesa a los propagandistas, pues cree plena-mente en la actualidad del carisma específico y sobre todo confía en la labor que nos corresponde como laicos en la nueva evangelización.

Tiene la firme convicción de que el verdadero protagonista en la misión es el Espíritu y los demás solo humildes operarios invitados a la viña del Señor.

Porque amigos, la gran novedad que Cristo vino a predicar, es el Espíritu. El tes-tamento nuevo es ante todo, el testamento del Espíritu, el testamento del amor.

En uno de los últimos viajes a España, compartió mesa y mantel con varios pro-pagandistas y Niñas del Padre Ayala, en el Partenón para las nobles artes y letras, que es la casa de Don Francisco Rico, verdadero impulsor del libro.

Y en aquella memorable reunión gracias a la acogida del huracán Rico, cuya re-ceptividad constituye uno de los rasgos mas acrisolados de su generoso carácter, surgió la idea de este libro y entre todos, le dimos título: Desde China con Amor.

Creo oportuno manifestar hoy al Padre Daniel, nuestro reconocimiento a una ejecutoria que por su humilde y fecunda ejemplaridad se rearfirma en sus pro-pios valores, hasta aquilatar la certidumbre de una extraordinaria labor social.

Para concluir, traigo a la memoria el consejo de San Ignacio a Javier, que relata José María Pemán en El Divino Impaciente, dice así:

Javier:

¿Pides, quizás que deje Hacienda y Estado? Me pides demasiado.

Ignacio:

¡Y te ofrezco mucho mas!Tú, el, iluso buscador de fama, gloria y honor,¿Te vas a empequeñecer cuando te vengo a ofrecer la fama y gloria mayor?No busques honor y fama En blasones y coronas Ni es eso lo que ambicionas Ni es eso lo que te llama.Cuando el aplauso te aclamaYa piensas que estas llegando A tu más alto destino¡No ves que el tuyo es divino Y que te estas quedando A mitad de tu camino!

Padre Daniel reza para que no nos quedemos a mitad del camino.

Gerardo del Pozo AbejónConsiliario del centro de Madrid de la Asociación Católica de Propagandistas

El recuerdo del Padre Daniel se retrotrae a nuestra estancia en el Seminario de Burgos, donde lo que más me impresionaba de él era cómo jugaba al fútbol y con qué fuerza golpeaba el balón. En el campo de fútbol, él era el gran organiza-dor del juego desde atrás. Seguramente llevaba en aquel entonces el número 4, ya que jugaba de medio, moviendo así a todo el equipo. Aunque parezca que fue-ra el protagonista, él siempre lo llevó con mucha discreción. Posteriormente, me encontré con él en el tren, de viaje a no sé dónde. Allí charlamos largo y tendido. Ya entonces, me impresionó su pasión por la Misión y su deseo de volver a ella.

Su cambio de España a África y de África a China lo llevaba como si no compor-tara dificultad alguna. Como trasfondo, siempre percibí en él la pasión por la Misión pero sin afanes protagonistas. Así era y por lo que percibo en la China de hoy, es su tarea misionera de mantenerse discreto, sin que casi se perciba su pre-sencia, en lo escondido, pero siempre organizando y empujando hacia adelante, como hacía jugando al fútbol.

Padre Daniel Cerezo (Padre Xie)Misionero en China. Autor

Mi agradecimiento, para comenzar, a Don Francisco Rico Pérez, incansable generador de creatividad y pasión por la misión y los “últimos” de la Iglesia misionera en China. Mi agradecimiento también a la Asociación Católica de Propagandistas y a los Misioneros Combonianos. Resumo en tres palabras el trasfondo y el humus en el que se ha fraguado este libro, que es reflejo de la misión de China:

La tienda. En los viajes a China hay una rutina fascinante, que es preparar la maleta. Es decir montar y desmontar la tienda. La tienda evoca en mí la itine-rancia, en donde no hay tiempo para disfrutar de posibles logros o apoltronarse en mansiones aterciopeladas. La tienda me ayuda a centrarme en lo esencial: Jesucristo y el deseo de llevarle a los demás. Allí tienen acogida los que no cuen-tan en la sociedad china: los orfanatos de Xiliulin, Xi’an, Pushan y Yuci, los niños víctimas del sida y los niños pobres de las zonas rurales. La tienda-maleta me trae a la memoria que soy misionero de paso, ave migratoria que tiene que alzar el vuelo enseguida porque la situación así lo impone. Aquí no hay nidos donde cobijarse pero sí regazos acogedores para dar unos ejercicios espirituales o unos cursos bíblico-misioneros. La itinerancia conlleva incertidumbre, pero es, a la vez, ocasión privilegiada para que Él guíe los hilos sorprendentes de la misión.

Jericó, El pueblo de Israel tuvo que pasar por la ciudad aparentemente infran-queable de Jericó antes de llegar a la tierra prometida, tarea que solo con la ayu-da de Dios se llevó a cabo. China es mi Jericó y al cruzarla me encuentro sin seguridades y las aldabas a que agarrarse se esfuman. Jericó se presenta impo-nente en el encuentro con una Iglesia dividida, con la presión del gobierno a la Iglesia y la inquietud de las comunidades cristianas buscando su presencia en la sociedad hoy. China es Jericó al que la Iglesia afronta con esperanza y que personalmente vivo como un privilegio al caminar con los más pobres. Ellos nos abren las puertas de China.

El Bambú, que en China se le aprecia por dos características: es fuerte y perse-vera en la adversidad. La caña de bambú me invita a sembrar con esperanza. De hecho, el bambú tarda más de cinco años en percibir un atisbo de crecimiento. El misionero en China se encuentra a un Cristo crucificado que invita a sembrar a fondo perdido y pagando los costes del seguimiento. Piedra escondida o rueda

de repuesto, como el bambú que yace en la tierra sin percibirse signo alguno de crecimiento, el misionero en China no puede hacer grandes cosas ni puede pre-sumir de grandes planes. Aquí no hay galones que ponerse y si uno se los pone no puede lucirlos. Vivimos en el anonimato, lo secreto y lo escondido, porque así lo dicta el sentido común.

Estas Pinceladas esbozan situaciones concretas y experiencias vividas, captando lo cultural, lo social y sobe todo lo misionero que es lo que me llevó al lejano oriente y lo que mueve mi vida.

Ana Rodríguez de Agüero y Delgado, Padre Daniel Cerezo (Padre Xie), Raúl Mayoral Benito, Antonio Rendón-Luna y de Dueñas y Gerardo del Pozo Abejon

Padre Daniel Cerezo (Padre Xie)

Asociación Católica de PropagandistasIsaac Peral 58, 28040 MadridTeléfono: 91 456 63 27, fax: 91 535 19 [email protected]

Tienda, Jericó, Bambú. Un encuentro con el Padre Xie

Presentación de Pinceladas. Desde China con amor

Madrid, 13 de noviembre de 2014