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Así como vienen siendo frecuentes los impac- tos por el mundo, signo inequívoco de que el tenis argentino pasa globalmente por el mejor momento de su historia, TENIS MUNDIAL sale a la cancha con una clara intención: que usted disfrute aún más su pasión por este deporte. Qué mejor comienzo, qué mejor presentación para ir conociéndonos que contar con el más grande, esa figura perenne, Guillermo Vilas, quien se prestó gentilmente a ser nuestra primera tapa. .: 8>9 Disfrútelo.

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Los argentinos, aquellos que están involucrados pasionalmente con el tenis y también los que paulatinamente van sintiéndose atraídos con el fenómeno de la Legión, se han acostumbrado, en los últimos años, a los sucesos de estos mucha-chos que dan batalla en cada punto del planeta. Son muchos y realmente muy buenos; la mayoría surgidos del trabajo a pulmón y casi sin apoyo, circunstancia que despierta el interés de las gran-des potencias, de países dotados de una mayor infraestructura y medios, pero que no sacan en cantidad valores de tamaña categoría y acorde con la inversión que realizan. El tantas veces denomi-nado “milagro argentino”.

Así como vienen siendo frecuentes los impac-tos por el mundo, signo inequívoco de que el tenis argentino pasa globalmente por el mejor momento de su historia, TENIS MUNDIAL sale a la cancha con una clara intención: que usted disfrute aún más su pasión por este deporte. Qué mejor comienzo, qué mejor presentación para ir conociéndonos que contar con el más grande, esa figura perenne, Guillermo Vilas, quien se prestó gentilmente a ser nuestra primera tapa.

Nuestra intención es alcanzar la excelencia. Ojalá que estemos bien encaminados. Acostumbrados en POLO MUNDIAL a que somos los mejores del mundo en esa disciplina, y motivados por el auge que hoy tiene el tenis, decidimos incursionar con una revista Premium, no sólo en el material gra-fico, sino en el periodístico, con nombres presti-giosos que nos acompañan en este nuevo desafío.

Integrantes de un staff acorde con la jerarquía que esta extraordinaria camada de jugadores amerita.

Iremos transitando juntos los temas, vivencias y problemáticas que los afamados integrantes de la Legión encuentran en su durísima y larga carrera. Con un material periodístico que busca rescatar la esencia, le presentaremos notas y reportajes a fondo, fieles a nuestro estilo, sin ocultarles nada y transitando los temas que la realidad exija. Sin esquivar la verdad, fuere la que fuere. Y que vibre al compás de una nota o una foto espectacular.

Y un punto importante y aclaratorio: no somos un diario ni un programa de TV. Por eso, nuestro contenido actual no necesita ser de actualidad. Vale, sí, la calidad, esa que perdura más allá de los calendarios.

Al ritmo de la Legión, que crece sin pausas, como quedó demostrado con la soberbia consagración de David Nalbandian en el Masters de Shanghai, TENIS MUNDIAL nace con un perfil definido y el objetivo de estar, palo y palo, con el momento de expansión que vive este deporte. Convocando a los máximos referentes, como Vilas, pero también mostrándole todo lo que hay detrás de escena.

Disfrútelo.

.: por diego detang

Editorial

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Editor ResponsableSports Trading®

Dirección General Diego Detang

Dirección Comercial Diego DetangGustavo F. Chiosso

Coordinación General Tomás Talarico

Redactores EspecialesGuillermo SalatinoJuan José Moro

RedactoresSebastián FestClaudio CerviñoJosé Luis DominguezMariano RyanRoberto AndersenDolores BulitCarlos Ranieri

FotógrafosRon Angle Pablo CersosimoGerardo HorovitzAgencia www.slphotosports.com

Asistentes de CuentasMagdalena DetangCarolina Paparo

Sports Trading® DesignDirección de ArteAlejandro FrancoFuad Bestani

Departamento de diseñoCecilia PazValeria MoyaMartina Sauré

RR.PP.Pier Fernández Vigil

Administración GeneralMaria Cecilia RovaiMirta Sánchez

.: STAFF

LogísticaGustavo Solinas

AgradecimientosSofia Lima, Pía Giudice y Victoria Detang.

Todos los derechos reservados. Se pro-híbe la reproducción total o parcial de los artículos de la revista. La revista no se responsabiliza por la opinión y/o co-mentarios de los autores de las notas.Tenis Mundial es una publicación de Sports Trading® en Catamarca 2032, Martinez, Buenos Aires, Argentina.Te: + 54 11 4717-3009/1511/6444/4114

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>12 ABIERTO DE AUSTRALIALas mejores imágenes del Grand Slam que por segunda vez consagró al suizo Roger Federer.

>26 LAS MUJERES Y EL MARKETING, UNA COMBINACIÓN EXPLOSIVALas estrellas del circuito femenino ya no sólo brillan por sus buenos resultados deportivos.Las estrellas del circuito femenino ya no sólo brillan por sus buenos resultados deportivos.

>28 COPA ARGENTINALa 3a Copa Argentina de Tenis Peugeot promete ser un éxito en diciembre de 2006, esta vez con nueva superficie rápida en la Catedral del Tenis.

>40 NO TODO ES TENIS EN NUEVA YORKLa atmósfera del US Open en una crónica que muestra qué hacen los mejores tenistas del mundo fuera de las can-chas del National Tennis Centre en Flushing Meadows Park.

>78>52 DOPING: ¿CULPABLES O NEGLIGENTES?Guillermo Salatino analiza los casos de doping detectado en tenistas argentinos durante los últimos cinco años.

>54 GRANDES MOMENTOSUn repaso de la caída de Guillermo Vilas y José Luis Clerc ante Checoslovaquia en las semifinales de la Copa Davis 1980.

>66 SHOWROOMTarde de tenis en el Vilas Club de Palermo.

>78REPORTAJE A GUILLERMO VILASEl número uno no para. En el 2006 va a inaugurar un club en Paraguay, jugar torneos senior, ofrecer clínicas y presentar un libro sobre su vida.

.:SUMARIO

Reportaje a Guillermo Vilas

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Roger Federer ya tiene en sus manos la copa de campeón del Abierto de Australia, que obtuvo por segunda vez, y no puede contener la emoción. El mejor jugador del planeta, llamado a ser uno de los más grandes de la historia, volvió a llorar frente a los micrófonos y de cara al mundo demostrando que no todo en su vida es jugar de manera estupenda al tenis. Detrás, el australiano Laver, ganador de dos Grand Slams y quien había elogiado el tenis del número 1 del mundo en Melbourne, es testigo cercano de las sensaciones más íntimas del suizo.Foto: Ron Angle

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Había terminado la temporada pasada dando el gran golpe al obtener el Masters y este 2006 lo empezó con todo: después de recuperarse de problemas estomacales que lo afectaron en la exhibición del Kooyong, llegó a Melbourne y David Nalbandian no paró hasta las semifinales de Australia. Tuvo actuaciones brillantes como contra el español Robredo y el francés Santoro. En las semifinales lo detuvo el chipriota Baghdatis después de estar dos sets arriba. El unquillense, que estrenó a Francisco Mastelli como entrenador part time, ratificó que los grandes torneos le sientan muy bien.Foto: Ron Angle

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Debió batallar Amelie Mauresmo. Pasaron muchas frustraciones para la francesa del talento inmenso y las debilidades anímicas enormes. Pero en la misma Melbourne, a la que sorprendió en 1999 cuando llegó a la final del Abierto de Australia, tuvo su hora de máxima gloria. Había dado un anuncio cuando a fines de 2005 ganó el Masters y en el primer Grand Slam del año se consagró superando a la belga Henin-Hardenne por abandono. No fue lo mismo que ganar con la rival luchando hasta el final, pero sus lágrimas certificaron lo mucho que sufrió para su primer festejo.Foto: Ron Angle

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En Flushing Meadows de 2005 comenzaron los problemas con el saque y ese golpe se transformó en su karma de los últimos tiempos. Pese a cumplir una muy dura pretemporada en Cariló con su hoy ex entrenador, el español Perlas, Guillermo Coria también sufrió con el servicio en Australia, donde apenas pudo llegar a la tercera ronda. Allí, entre doble faltas y ausencia de confianza, lo eliminó el francés Grosjean. El santafesino, que sigue siendo top ten, tiene talento y ganas para salir adelante y meterse otra vez en la pelea grande en el ranking mundial.Foto: Ron Angle

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En Flushing Meadows de 2005 comenzaron los problemas con el saque y ese golpe se transformó en su karma de los últimos tiempos. Pese a cumplir una muy dura pretemporada en Cariló con su hoy ex entrenador, el español Perlas, Guillermo Coria también sufrió con el servicio en Australia, donde apenas pudo llegar a la tercera ronda. Allí, entre doble faltas y ausencia de confianza, lo eliminó el francés Grosjean. El santafesino, que sigue siendo top ten, tiene talento y ganas para salir adelante y meterse otra vez en la pelea grande en el ranking mundial.Foto: Ron Angle

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Llegó en silencio y fue bajando candidatos hasta llegar a la final del torneo. El chipriota Marcos Baghdatis provocó una revolución en el primer Grand Slam del año por su tenis pero también por su histrionismo. Apoyado por sus compatriotas, pero fundamentalmente por la enorme colonia griega en Australia, fue dejando en el camino al estadounidense Roddick, al croata Ljubicic y a Nalbandian. Finalmente, sólo Federer, el número 1 del mundo, pudo frenar su ímpetu. Ahora Baghdatis piensa en grande y aspira nada menos que a ganar la Copa Davis con su país.Foto: Ron Angle

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Gastón Gaudio había arrancado la temporada ofreciendo pastillas de su mejor tenis en la Copa Hopman. Y en el Abierto de Australia, sin mejorar de manera ostensible y con un revés que funcionó a pleno sólo por pasajes, trepó hasta la tercera ronda repitiendo sus mejores actuaciones en el rebound ace que se remontaban a 2002 y 2005. Después de dos primeros partidos sin demasiadas complica-ciones, en los que ni siquiera perdió un set, uno de los tres top ten argentinos chocó contra el molesto francés Santoro y se quedó afuera en cinco sets tras remontar los dos primeros parciales.Foto: Ron Angle

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Más luces que sombras en la vuelta de Martina Hingis a un Grand Slam después de cuatro años. La suiza, campeona en Australia en tres oportunidades y fina-lista del torneo en sus seis últimas presentaciones, decidió volver al circuito a fines de 2005 y a los 25 años se animó a darles pelea a las más jóvenes. La ex número 1 del mundo recibió un wild card en Mel-bourne (estaba 349a. en la clasificación mundial) y trepó hasta los cuartos de final, donde la frenó la belga Clijsters. Fue la primera mujer invitada y la de ranking más bajo en llegar a esa instancia del torneo en los últimos 25 años.Foto: Ron Angle

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Andy Roddick se despide del público australiano luego de ser eliminado sorpresivamente por Marcos Baghdatis. Cabeza de serie No2 y número 3 mundial, fue el primero de los grandes en caer en manos de la revelación del torneo. Semifinalista el año pasado, el de Omaha había despachado en tan sólo 82 minutos al francés Julien Bennetau por 6-1, 6-2 y 6-2 obteniendo el pase a octavos de final, sin haber cedido un solo set. No obstante el joven chipriota, su verdugo de en octavos, exhibió la potencia de su derecha y la precisión de sus golpes para mandarlo de vuelta a casa.Foto: Ron Angle

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Esa imagen de la tenista con las piernas abiertas pegándole a la pelota y una larga pollera que le llega a los tobillos es la que decora la entrada del estadio de Roland Garros que lleva su nombre. Allí, al borde del bosque de Boulogne, en la increíble y fascinante París, está esa cancha Suzanne Lenglen, que es la segunda en importancia en el complejo que alberga el Grand Slam de polvo de ladrillo y que, además, recuerda a la excepcional tenista francesa que ganó seis veces el torneo entre 1920 y 1926. Pero, ¿quién fue Lenglen, más allá de una jugadora con muchísimas cualidades que además venció otras seis veces en Wimbledon? Básicamen-te, una innovadora en el tenis que creó un estilo propio y también, si se quiere, la que escribió la prehistoria de lo que hoy es el marketing, un tér-mino tan incorporado en el circuito femenino al punto de que las empresas no sólo exigen resulta-dos sino también una imagen renovada, sexy, ava-sallante y, por momentos, más cercana a la de una top model que a la de una tenista.

Chris Evert, Martina Navratilova, Tracy Austin, Ste-ffi Graf, Arantxa Sánchez, Mónica Seles, Lindsay Davenport, Jennifer Capriati, Amelie Mauresmo, Martina Hingis, Venus y Serena Williams, Justine Henin-Hardenne, Kim Clijsters y Maria Sharapova tienen algo en común. Las 15 fueron –o son- nú-mero 1 del mundo. Pero todas ellas son diferentes -¡por suerte!-, fundamentalmente por cuestiones de personalidad. Y justamente esas distancias (más allá de las edades) entre ellas ha motivado los dis-tintos intereses despertados en las empresas que acompañan a un circuito que tiene en la alemana Porsche a su principal sponsor.

Evert -la primera mujer que la prestigiosa revista Sport Illustrated contrató para una publicidad-,

match pointNo sólo se trata de ganar torneos y dólares. También hay que engrosar la cuenta bancaria a partir de la belleza y el marketing. Las empresas les apuntan a las estrellas del circuito femenino y a lo que hacen adentro y afuera de la cancha.

.: por mariano ryan.: fotos ron angle

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Navratilova y Austin; Graf, Sánchez y Seles; Da-venport y Capriati... Todas ellas jugaron en diferen-tes momentos y todas ellas tuvieron más o menos apoyo (Capriati, por ejemplo, antes de cumplir los 14 años y de comenzar a jugar profesionalmente ya había firmado contratos por 5 millones de dólares). Pero fue a principios de los ‘90 cuando, con dos hermanas estadounidenses, una suiza y una rusa, los dólares se volvieron incontenibles y la maqui-naria empezó a rodar de una manera imposible de frenar. Todavía se recuerda a Richard Williams llevar a sus hijas Venus y Serena a los torneos de Grand Slam sólo para “exhibirlas” cuando ambas eran apenas dos montañas de ilusiones con pe-queñas trenzas en el cabello renegrido. Lo mismo hacían Melanie Molitor, con una Martina Hingis a la que la revista “Tennis” de Francia había definido como la “Martina del año 2000”, y también Nick

Bollettieri, con una Anna Kournikova descubierta por Ellesse cuando los italianos auspiciaban el torneo de Moscú.

Pero, más allá de cada una de ellas y de quienes no llegaron al tope del ranking pero embolsaron más que algunas de sus colegas que sí lo hicieron –la propia Kournikova, que ni siquiera ganó un torneo, y hasta Gabriela Sabatini, por ejemplo-, seguramente la combinación perfecta de tenis-carisma-marketing lo ofrece en la actualidad la rusa Sharapova. Apenas cuatro años después de su debut profesional en un women’s circuit en Sarasota llegó a ser la mejor del mundo dándose el gusto, además, de ser local prácticamente en cada torneo que juega y embolsando más de 100 millones de dólares por temporada, lo que la hace la atleta mejor paga del mundo. Además, según la revista

Forbes, es la celebridad rusa más rica del mundo. Sharapova le pone la cara a multinacionales como Canon, Colgate-Palmolive, Nike y Tag-Heuer, cobró cerca de 4 millones de dólares de Motorola para salir siempre de la cancha con un celular en la mano, en septiembre lanzó una línea de per-fumes llamada “Maria” y el ringtone con su grito característico cuando le pega a la pelota es uno de los más bajados de Internet. Su combinación de talento y glamour motivaron que IMG la contra-tara y la transformara en uno de sus clientes VIP. Pero también su belleza es cosa seria: según una encuesta realizada en Wimbledon este año, sus colegas varones la eligieron la tenista más linda de las últimas dos décadas. Sharapova tuvo un 46 por ciento de votos según la revista Zoo, superando a Kournikova (19 por ciento) y Sabatini (15). Así, la zarina rusa volvió a poner match point al resto.

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Maria Sharapova, Kim Clijsters, Elena Dementieva, Venus Williams y Lindsay Davenport, algunas de las tenistas que no paran de facturar.

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El impacto inicial es muy fuerte para los amantes del tenis que ingresan al court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club. Se encontrarán con un paisaje muy distinto al habitual. ¿Por qué? Por varias razones. Primero, por la superficie, ya que el polvo de ladrillo está cubierto por una superficie rápida y sin las líneas de dobles. En ese escenario se juega cada fin de año la Copa Argentina de Te-nis Peugeot, que viene de ser un tremendo éxito en 2004 y 2005, cuando Gastón Gaudio y David Nal-bandian, respectivamente, se llevaron el título.

La segunda tiene que ver con los cambios que se hicieron en la estructura del místico escenario, donde, entre otros, los tradicionales asientos de madera, ya muy deteriorados, fueron reemplaza-

dos por cómodas butacas verdes. Y el entorno, en general, se mejoró para que tanto en este certamen como en los que se desarrollan en ese club, tengan el marco que se merecen.

La edición 2004 será recordada por mucho tiempo, pues en este tipo de torneo de exhibición y por la fecha, ya con el circuito internacional cerrado, la ló-gica indica que los tenistas merman su rendimiento. No fue el caso. Los cuatro días de acción resultaron sobresalientes, con una entrega absoluta de los prota-gonistas que generó un alto respeto por el certamen. Así lo comprendió el público –se llenó las cuatro noches-, los empresarios –tuvo sponsors de primer nivel- y los mismos jugadores, que en la siguiente temporada aceptaron participar mucho tiempo antes.

La versión 2005 –jugada a mediados de diciem-bre- puso en el ruedo nuevamente a Nalbandian pero en una dimensión totalmente diferente: con el diploma de maestro bajo el brazo. El encabezó un listado de excepción: Mariano Puerta –fina-lista del Abierto de Francia, quien jugó su últi-mo partido antes de entrar en su problema por doping-, Mariano Zabaleta, Juan Mónaco, Juan Ignacio Chela, José Acasuso, Guillermo Cañas, Agustín Calleri, el juvenil Juan Martín Del Potro y su presentación en sociedad, y dos invitados, el brasileño Gustavo Kuerten, ex número uno del mundo, tres veces campeón de Roland Garros y siempre bienvenido en su segunda casa, y el pe-ruano Luis Horna, también viejo conocido en el país. Aquí se aprecia la variación más notoria con

La Legión, a paso rápido

.: 3ra. Copa Argentina de Tenis Peugeot,

en el Buenos Aires LTC.: por carlos ranieri

.: fotos agencia www.slphotosports.com

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respecto a las anteriores realizaciones: el cuadro pasó de 8 a 12 jugadores.Para refrescar los antecedentes, en diciembre de 2003 fue el lanzamiento. Por cierto, con timidez, principalmente por la incertidumbre de ver la reac-ción de los aficionados frente a un cambio radical en la fisonomía de la Catedral del Tenis. Y también por algunas bajas en las listas previas de jugadores

por lesión. Sin embargo todo fue normal y el exa-men se aprobó. Cañas jugó en forma superlativa en su regreso a las canchas luego de la operación en su muñeca derecha. Le ganó a Calleri, a Gaudio y a Edgardo Massa en la definición. En 2004, ya con los integrantes de la Legión consolidados entre los mejores del mundo, Gaudio superó a Mónaco, a Calleri y a Nalbandian en tres partidos brillantes,

especialmente el primero donde se repartieron los match points hasta que el “Gato” pudo cerrarlo por 13-11 en el tie break del tercero. Fue una velada inolvidable porque, desde las tribunas, bajaba el en-tusiasmo de estrellas indiscutidas como Guillermo Vilas, Diego Maradona y Gabriel Batistuta, entre otros. El invitado en aquella ocasión fue el chileno Fernando González, que se despidió eliminado por Acasuso en tres sets.

Los organizadores son Luis Lobo y Pier Squillari, del Grupo NOS, quienes tuvieron la idea innova-dora y no por eso menos riesgosa de cambiarle por unos días la cara histórica al Buenos Aires. Y les fue bien. Apoyados por el entonces presidente de la institución, el Dr. Horacio Billoch Caride, tuvie-ron el vía libre para construir una carpeta asfáltica

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Nalbandian y Gaudio, ganadores de las ediciones 2005 y 2004 respectivamente.

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que posee la velocidad que exigen los jugadores, en plena pretemporada con vistas al Abierto de Australia, que se disputa en una superfi cie similar al mes siguiente. Por eso se monta días antes y se deja prácticamente tres o cuatro semanas para que pueda ser utilizada con ese fi n además del torneo. ¿Qué pasa luego? Gracias al sistema utilizado, la capa de material se retira sin dejar secuela alguna sobre el polvo de ladrillo original.

El ganador fue, como todos suponían, Nalbandian. Tal cual sucedió en la seguidilla de exhibiciones que se llevaron a cabo en el país tras su conquista en Shangai. Le ganó la fi nal a Calleri minutos antes de un cierre inédito: un mega desfi le de alto vuelo, denominado “Tennis & Fashion” con la partici-pación de 40 top models, grandes marcas y reco-nocidos diseñadores nacionales e internacionales. Sin dudas fue otra iniciativa sin precedentes en el tenis. Si algo le faltaba a la Copa Argentina, era este toque de glamour.

¿Dónde se juega?

Promediando diciembre de cada año, en el court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club, frente al lago de Palermo. Sobre la tradicional cancha de polvo de ladrillo se construye una superfi cie rápida que, terminado el torneo, se desmonta rápidamente.

1º Copa Argentina de Tenis - 2003

Primera rueda:Guillermo Cañas a Agustín Calleri 7-6 (3) y 6-4

Juan Ignacio Chela a Luis Horna (Perú) 6-2 y 6-3

Gastón Gaudio a José Acasuso 7-6 (2) y 6-2

Edgardo Massa a Nicolás Massú (Chile) 7-6 (6) y 6-3

Semifi nales:

Massa a Chela 2-6, 6-1 y 7-5

Cañas a Gaudio 6-2 4-6 y 6-1

Final: Cañas a Massa 6-2 y 6-2

2º Copa Argentina de Tenis - 2004

Primera rueda:Gastón Gaudio a Juan Mónaco 6-1, 3-6 y 7-6 (13-11)

Agustín Calleri a Juan Ignacio Chela 4-6, 7-5 y 7-6 (7-5)

José Acasuso a Fernando González 7-6 (6), 3-6 y 6-3

David Nalbandian a Mariano Zabaleta 7-6 (5), 1-6 y 7-6 (4)

Semifi nales:

Gaudio a Calleri 3-6, 6-3 y 6-4

Nalbandian a Acasuso 6-2 y 7-6 (5).

Final: Gaudio a Nalbandian 4-6, 6-4 y 6-2

3º Copa Argentina de Tenis - 2004

Primera rueda:Luis Horna (Perú) a Carlos Berlocq 6-2 y 6-2

Juan Mónaco a Mariano Zabaleta 6-1 y 6-4

Agustín Calleri a Juan Martín Del Potro 3-6, 6-3 y 6-1

José Acasuso a Guillermo Cañas 6-3 y 6-4

Segunda rueda: Calleri a Mariano Puerta 6-3 y 7-6 (4)

Juan Ignacio Chela a Acasuso 7-5, 3-6 y 7-5

David Nalbandian a Mónaco 7-5 y 6-1

Horna a Gustavo Kuerten (Brasil) 6-2 y 6-0

Semifi nales:

Calleri a Horna 6-2 y 6-4

Nalbandian a Chela 6-4 y 6-3

Final: Nalbandian a Calleri 3-6, 6-2 y 6-3

Ediciones anteriores

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Una apuesta diferente

.: Challenger Copa Petrobras

.: por josé luis dominguez.: fotos agencia www.slphotosports.com

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Usualmente, se suele asociar al circuito masculino con el glamour y el encanto de los grandes torneos, con los cientos de miles de dólares que se ponen en juego y con el lujo y la comodidad de los mejo-res alojamientos. De algún modo, se trata de las “ligas mayores”, un mundo que sólo tiene lugar para aquellos que pueden mantenerse en forma en un tour extremadamente competitivo en el que en cada semana hay que revalidar las buenas actuacio-nes para no perder terreno. Pero, inmediatamente por debajo de los prestigio-sos torneos de la ATP, existe una categoría que, en términos futboleros, podríamos denominar “de ascenso”. Son los torneos challengers, como la Copa Petrobras que acaba de disputarse en las canchas del Vilas Club, en Palermo. Considerados como un trampolín para dar el salto o una barre-ra que se debe superar para llegar a los ATP, los challengers aparecen como la instancia ideal para los noveles jugadores que empiezan a transitar el sendero profesional e intentan posicionarse lo más rápidamente posible.

Para cualquier juvenil de nuestro país, la posibilidad de actuar en un torneo como éste ofrece múltiples ventajas: puede jugar “en casa”, con el apoyo de su público, sin la presión de tener que ganar para recuperar la inversión de los costosos traslados, y si los resultados colaboran, sumará valiosos puntos y billetes para apurar el salto de calidad.

Pero no todo es tan sencillo. Porque, además de los juveniles en proyección, en los challengers también hay otro tipo de tenistas para tener en cuenta: aque-llos que son “especialistas” de la categoría porque encontraron su techo dentro de este nivel, más allá de alguna esporádica incursión en una ATP o en una prueba de Grand Slam; los jugadores de jerar-quía, que por alguna lesión severa pasaron mucho tiempo al margen y encuentran aquí la manera de recuperar ritmo y puntos, e incluso algunos consagrados o guerreros del circuito con cientos de batallas encima que, ya en la etapa del declive, se niegan a colgar la raqueta. En conjunto, terminan por conformar un cóctel interesante.

Detrás de cada uno de ellos hay historias particu-lares. En otros casos, la historia pasa por el lugar en el que se desarrolla el certamen, ya sea por la distancia o por las distintas culturas que pueden encontrar los protagonistas. Vale un ejemplo: uno de los que están acostumbrados a trajinar los cha-llengers es Hugo Armando. Es, para muchos, un desconocido, con victorias sobre el ruso Yevgeny Kafelnikov, ex número 1 del mundo, como mejor resultado. Nació en los Estados Unidos, pero habla con un acento tan argentino como cualquier otro representante de nuestro país: es hijo de Hugo, un ex delantero del club Independiente Rivadavia de Mendoza que se fue a jugar a las primitivas ligas norteamericanas de “soccer” a mediados de los ‘70. Hugo junior encontró la pasión en el tenis, y una beca en la academia de Nick Bollettieri, en Bradenton, hizo el resto.

En Sudamérica, los challengers han sido cruciales para el desarrollo del exitoso grupo de argentinos que ahora ocupa los primeros puestos del ranking. Con una enorme visión de futuro, Martín Jaite y Cristian Miniussi se asociaron para conformar “Globo Producciones”, una empresa dedicada a la organización de torneos que, luego de algunas pruebas, encontró en la Copa Ericsson, entre 1997 y 2001, la posibilidad de abrirles las puertas de la alta competencia a jugadores como David Nalban-dian, Guillermo Coria, Gastón Gaudio, Agustín Calleri y el chileno Nicolás Massú. Ellos son sólo algunos de los que aprovecharon con creces sus chances. Desde 2004, la apuesta se retomó bajo el patrocinio de Petrobras para la puesta en marcha de cinco torneos regionales, con sedes en Bogotá, Santiago de Chile, Montevideo, Aracaju (Brasil) y Buenos Aires.

“Quedó demostrado que todos los jugadores su-damericanos que hoy son estrellas surgieron de aquellas giras, y la Argentina tuvo la suerte de ser el país que más jugadores sacó de esos torneos”, analiza Jaite, director del torneo y también de la Copa Telmex, el próximo certamen de ATP que se jugará en febrero próximo. Para Guillermo Vilas, que albergó el torneo en su club de Palermo, “ha-

cen falta muchas iniciativas como ésta. Aquí están los campeones del futuro y esta clase de torneos son los que les dan sustento, de aquí saldrán figu-ras mundiales”. Vale una referencia: uno de los principales protagonistas de la primera gira en 2004 fue Mariano Puerta, quien entonces luchaba por encontrar un lugar dentro de los cien mejores, y seis meses después de disputar esos torneos esca-ló nada menos que hasta la final de Roland Garros.

Queda claro, entonces, que más allá del deslum-bramiento por el presente exitoso, también hay que mirar un poco más allá, porque en el deporte, como en los otros órdenes de la sociedad, el em-prendimiento al mediano y a largo plazo siempre dará frutos.

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Carlos Berlocq X3. El jugador de Chascomús logró, con el Challenger disputado en el Vilas Club, cerrar el año 2005 de una excelente manera.

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La última participación argentina en Copa Davis: semifinales mundiales frente a los eslovacos

La batalla de Bratislava

.: Copa Davis: Eslovaquia

.: por eduardo puppo.: fotos bratislavaNews

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Ya sabemos de qué color tienen el alma los eslo-vacos: blanco, azul y rojo. Si pudieran matizar los latidos de sus corazones, sin dudas tendrían la combinación de esos tonos, tan fuertes como su sentimiento patriótico. No es casualidad que cada uno de los cientos de afiches que sembraron en la atrapante y pulcra ciudad de Bratislava, a sólo 60 kilómetros de Viena, tuviera a su máximo ídolo tenístico con la cara pintada de esperanza. Así encararon la serie frente a la Argentina, portando la bandera de la humildad: “Ellos son los favoritos claros por ser de lo mejor del mundo” contestaba cada integrante de la escuadra local a las preguntas que se le cruzaban las horas previas y que aparecie-ron en todos los medios posibles.

Estas semifinales mundiales tuvieron flashes de si-militud con ciertos pasajes de la expedición a Mos-cú (la de aquel dobles interminable, de 6hs20m, con el debut de David Nalbandian y la experiencia de Lucas Arnold) y también con la durísima (como la cancha y la derrota) visita a Belarús. Eso, rela-

cionado con el idioma y la fisonomía paisajista. La gran diferencia estuvo en el trato, en el volunta-rioso ejercicio de la resolución de problemas, aún encajonados en la innegable severidad de los países del este. Sin aprender demasiadas palabras indes-cifrables, bastó con memorizar el “Dakujem” (gra-cias) y el “Prosím” (por favor) para contar con la natural vocación solidaria de sus habitantes. Desde las cómodas gradas, cientos de argentinos trataron de hacerle frente a la ensordecedora “batucada” eslovaca. Por momentos se hicieron escuchar, aun-que el batifondo de tambores y matracas inclinó la balanza para los correctos lugareños, que sólo por uno o dos inadaptados recibieron algún advertencia de los umpires durante los tres días.

Por las noches, el grupo argentino salía en busca de esos restaurantes sobre las callecitas de la parte antigua, con la firme imagen de la torre St. Michael a nivel del piso y el emblemático castillo (erigido en 907 cuando lo bautizaron “Pressalauspruch”) levantando la vista hacia la colina. Gaudio y Puerta

más adelante, Coria y Nalbandian un poco más atrás y el capitán Alberto Mancini cerrando la fila junto a parte del cuerpo técnico. Todos, enfunda-dos en buzos deportivos o algún suéter sobre las espaldas para controlar la temperatura que en esa estación baja a 10 grados. Así cada día, compartien-do las veladas sin gestos adustos o controversias no dilucidadas que ya, a esta altura, es hora de tirar al tacho de basura y no preguntar más sobre si tal o cual se lleva bien o mal con el otro.

Metros más, metros menos, es inevitable frenar y observar las esculturas a tamaño 1:1 de diversas figuras humanas que, como mínimo, sorprenden a los primerizos: un fotógrafo escondido detrás de una pared; un hombre con galera apoyado en un banco de plaza; un obrero saliendo de un agujero en la vereda... Amén de ser un claro mensaje turís-

IZQ. La superficie utilizada fue pintada con una capa de pintura acrílica y cumplió estrictamente con las reglas de la Copa Davis. Así se expresó la FIT.DER. Mariano Puerta y David Nalbandian

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tico, se transforman en la postal preferida de todos y le dan un toque simpático a la atractiva calidez de las desniveladas formas de sus alrededores. Y esas peculiares estatuas no estuvieron solas: el furor de la “Cow Parade”, la exhibición de arte público más exitosa del mundo, hizo su parada en Bratislava justo en esa fecha. Cientos de vacas de fi bra de vidrio a tamaño natural, pintadas por artistas prese-leccionados, que también estarán en Buenos Aires desde el 1 de marzo de 2006, a lo largo de toda la ciudad en una iniciativa del Instituto Leloir, su-mándose a Zurich, México, Nueva York, Londres, Sydney, Moscú, Praga y Barcelona.

El mismo Dominik Hrbaty, a la postre verdugo inexorable de las ambiciones argentinas, cenó varias veces a la vera del camino (pubs estéti-camente acogedores) sin ser molestado por los transeúntes, a pesar de la impresionante (término

nunca mejor aplicado) pasión de sus fanáticos seguidores. Y como testigo no tan mudo -porque tiene su buena corriente de agua y cuando la sere-nidad le gana a la locura cotidiana se lo escucha- está el mítico río Danubio, que sirve de frontera con Hungría. Ah, tampoco es tan azul como lo camufl an las canciones ni los libros: Eslovaquia sufre una de las peores poluciones de Europa, con elevados niveles tóxicos en el aire y contaminación de las aguas. Algunos expertos dicen que sus ríos no soportan más vida acuática. Nos decepciona-mos con el famoso “Danube” o “Dunaj”, según lo llaman por la zona.

No hubo mejor programa que llegar al estadio subiendo al tranvía Nº 4. Fundado en 1895, el medio de traslado más rápido y ordenado, que por 18 coronas eslovacas (cerca de dos pesos nuestros) ofrecen media hora de viaje junto a la gente “co-mún”. El término no es gratuito: aquellas personas que iban a sus trabajos o a presenciar la Copa Da-vis, no tenían posibilidad de subirse a los lujosos e irreconocibles “Skoda” (el auto-símbolo de la re-gión y de tristes épocas por suerte superadas, ahora claramente infl uenciados por la cultura occidental) que funcionaron como transporte ofi cial de jugado-res y delegación. Volviendo a los “trolleybuses”, sin poder descubrir jamás en qué estación bajarse, la referencia básica fue mantener la vista en algún ba-ll-boy que compartiera los 12 minutos que separan al hotel ofi cial del Sibamac Arena. Es la verdadera sede-coliseo de las “masacres”, donde arrasaron con españoles, holandeses y argentinos en los tres matches que los depositó en la defi nición de la

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Dos vistas generales de las frías calles de Bratislava.

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Copa Davis 2005. Un complejo para imitar, que además cuenta con canchas de polvo de ladrillo, gimnasio, auditorio, las oficinas de la asociación de tenis y hasta un hotel (con nombre obvio: Set) que puede ser utilizado tanto por los chicos de otros lugares como cualquiera que pase por la calle. Ejemplar en todos los aspectos.

La noche tiene lo suyo. No en vano en cada con-ferencia de prensa los periodistas eslovacos le preguntaron -con insistencia- a los tenista argen-tinos: “¿Ya conocieron las bondades de las chicas eslovacas?”, sin pelos en la lengua ni un gramo de pudor. Y eso que era en “terreno oficial”. Los juga-dores se comportaron y desviaron sus respuestas pues, en plena concentración, no existen esa clase de “noches”, por más complacientes que aparez-can. Y como la curiosidad mata al hombre, con un rápido vistazo se puede comprobar que la pobreza no sólo la combaten con trabajo en las minas de carbón, el recurso natural más abundante: la pros-titución debe ser la segunda fuente que alimenta el producto bruto interno.

A la distancia no tiene ningún sentido mencionar cómo fueron los partidos. Ni tampoco las causas de una derrota previsible pero no esperada. El conjun-to nacional, con una formación de primera si su-mamos las posiciones de cada uno en el Entry Sys-tem, era lo mejor que se podía subir al avión. Sí es bueno remitirnos a qué tipo de cancha montaron: durante un par de meses los comunicados de la Fe-deración Internacional de Tenis (FIT) no hicieron más que hablar de una superficie “hard”, que en

buen criollo significa “cemento”. Y así se pudo leer en su página web donde se ofrecían los detalles de la contienda. La sorpresa que tuvo Mancini cuando entró y pisó la cancha fue mayúscula. Su suela se hundió unos milímetros: era una alfombra pegada sobre cemento y pintada con una capa de pintura acrílica que la hacía más rápida aún. Para Nalban-dian, el más acostumbrado a las altas velocidades (en el tenis y fuera de él), era “rapidita” según sus propias palabras. Pero para Coria, si bien le restó importancia para no crearse complejos, superó su capacidad de control. El resultado está a la vista.

Todo lo contrario para Hrbaty, Karol Beck (un fenómeno) y Michal Mertinak. Sin tener apellidos ilustres se las ingeniaron para golpearle en la nariz a rivales por lejos superiores. La “jefa de prensa”, Zuzana Wisterová, reconoció en una entrevista que le hicieron que “tenía que cobrar varias cenas” que había jugado a favor de sus muchachos. Algunos escépticos estarán desembolsando cerca de 300 Sk (30 pesos) para saldar su inapropiada incredulidad en forma de comida.

¿Qué sucederá con este tipo de conflictos? La FIT, terca en su posición (“para nosotros está dentro de las hard” insistieron frente a las demandas) dice que en los próxi-

mos años tendrán una solución que será justa para todos: ni muy lentas ni muy rápidas, a través de un reglamento que mida el ángulo de pique. Hay que terminar con las “avivadas” de los anfitriones, donde obviamente debe-mos incluirnos ya que nos cansamos de poner polvo y agua para perjudicar el accionar de los foráneos. Se pro-testó en 2004 luego de la caída en Minsk; también tras ganarle a Australia -por el césped impresentable de Syd-ney- y ahora, por una carpeta extraña y que no se utiliza habitualmente en el circuito. Por supuesto, las respuestas del organismo internacional fueron insustanciales aun-que con la promesa de seguir “estudiando el tema”. O sea, marche preso.

El regreso a Viena -trampolín para la vuelta vía Es-paña- fue con la lógica sensación agridulce de estar cerca pero impotentes de poder dar el siguiente pa-so. Pocos días después se realizó en París el sorteo de la edición 2006: Suecia deberá cruzar el charco y bajar a Sudamérica entre el 10 y el 12 de febrero. A priori, la fortuna no favoreció y hasta el mismo Jonas Bjorkman (Nº 1 del mundo en dobles y número puesto a formar ese equipo) dijo: “Quizás

El cordobés dio vuelta el partido a Hrbaty, emparejando la serie semifinal, luego que Coria perdiera en el primer turno. Su garra y talento no fueron suficientes para obtener el pase a la final.

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podemos aspirar al punto del sábado, pero esta-mos pensando más en el repechaje de septiembre que en la primera rueda contra Argentina”. Muy claro y realista.

El pulgar hacia arriba para comenzar bien la pro- yección, que, otra vez, no transitará por un camino de rosas: si se supera a los “Johansson” y compa-ñía, la segunda rueda (o cuartos de fi nal) colocará al team albiceleste ante el ganador de Austria y Croacia. Contra los primeros, la ventaja de ser locales. Lo malo es lo segundo: tendrán que ir hasta Croacia con todas las difi cultades que eso supone si pensamos que Ivan Ljubicic los esperará con la servilleta puesta. Pero siguiendo una mirada op-timista, las eventuales semifi nales serían de local: República de Belarús (en 2004 se perdió 5-0 en Minsk), España (en 2003 cayeron 3-2 en Málaga), Suiza (el sorteo previo determinó que Federer y Wawrinka tienen que visitarnos) o Australia (en julio pasado se jugó en Sydney). Y, yendo por más, la fi nal mundial (del 1º al 3 de diciembre), sería

frente a uno de los ocho países que están en la parte inferior del draw, donde la balanza inclina 5 a 3 las chances de ser locales. Habría que ir a Francia, Rusia o Alemania o recibir a los Estados Unidos, Rumania, Holanda, Chile y Eslovaquia. Si hay que soñar, soñemos.

El blanco, el azul y el rojo no se movió de cada mástil instalado en Bratislava la primera sema-na de diciembre. Fue cuando desembarcaron las tropas croatas para la batalla póstuma de la actual Copa Davis. En ese instante no importaba el campeón, porque de ellos surgía uno inédito e inconcebible si miramos el cuadro de arriba a abajo. Croacia y Eslovaquia fueron superiores, los de más temple y, por qué no, los que aprovecharon las condiciones óptimas para gambetearle a una competencia tan, pero tan traicionera en eso de los escalonamientos y los favoritismos.

Austria vs. Croacia

Argentina vs. Suecia

Belarús vs. España

Suiza vs. Australia

Alemania vs. Francia

Holanda vs. Rusia

EEUU vs. Rumania

Chile vs. Eslovaquia

* Los que fi guran primero serán locales.

Copa Davis 2006

Grupo Mundial (*)

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La Magia de Guillermo no pudo con el local Karol Beck.

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El último Grand Slam de cada año en una visita virtual. Toda similitud a una guía turística es mera coincidencia.

¿Cuántas imágenes e historias diferentes se pue-den mostrar y contar de Nueva York? Exacto, una por visitante o residente. Nunca deja de sorpren-der, cada fin de agosto, cuando la convocatoria de su máximo torneo de tenis, el US Open, une a los peregrinos de cientos de países. No puede ser de otra manera en una ciudad tan cosmopolita como intrigante, pasional, mágica, absurda, arrogante y desprotegida. Tiene patentado su propio olor, mezcla incomprensible de comidas al paso, basura, smog, humedad y miles de perfumes de mujer que se funden en una atmósfera, por esos días, densa y caliente.

No todo es tenis en Nueva York

Sus calles, cinematográficas si las hay, compaginan por dos semanas postales originales para los “citi-zen”: las de cientos de hombres y mujeres tostados, con físicos perfectos, una credencial colgada de sus cuellos y bolsos de los hombros. Dispersados por diferentes aunque cercanos alojamientos, esos personajes, los tenistas que protagonizan el Abierto de Tenis de los Estados Unidos, subirán y bajarán de los buses (en realidad no está claro si son trans-portes o freezers con ruedas) que surcarán el río Hudson -por un túnel o por el Triboro Bridge- para llevar y traer gente entre Manhattan y Queens, el barrio donde la USTA (asociación de tenis local)

puso valijas y valijas de dólares para crear el Natio-nal Tennis Centre, en Flushing Meadows Park.

Hacia allí enfilan todos -jugadores, periodistas, familiares, voluntarios, invitados-, buscando sus propias satisfacciones. Para el amante del tenis, no hay plata que pague estar dentro de esos micros, donde se puede compartir -entre 20 y 50 minutos aproximadamente, según el tráfico- un fascinante deambular por la historia de este deporte. Sin darse cuenta pueden aparecer al lado de Rod Laver o de Billie Jean King o de Ken Rosewall, que gentilmen-te corren sus pertenencias para hacer un lugarcito

.: US Open

.: por eduardo puppo.: fotos ron angle / sportsPicturesInc

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a quien lo necesite, con un “sorry” y una sonrisa siempre a mano. Sólo las megafiguras (actuales, claro) viajan en lujosos autos, pero el grueso del main draw se mueve de esta forma.

Como es la ciudad más grande de los Estados Uni-dos, esos traslados al estadio suponen descubrir ba-rrios que florecen a la vera del camino: saludando religiosamente al aeropuerto de La Guardia, cada conductor conoce –o cree conocer- un atajo distinto para llegar. Lo insólito es que muchas veces no lo-gran salir del enjambre, frenan y ¡se cuestionan por dónde tomar! Este año, incluso, uno de los choferes hasta dio marcha atrás en plena autopista por errar-le a una salida... Todavía se escuchan los insultos y bocinazos que recibió.

Para muchos no suena descabellado la opción subterránea. Subiendo al #7 desde Times Square o Grand Central se llega perfectamente a Shea Stadium/Willets Point Station. En el largo trayec-to, que obligadamente habrá que hacer en alguna ocasión por perder algún bus que sale cada media hora, no vuela ni una mosca (ni villanos por las ventanas, ni se conocen casos de ataques de mons-truos extraterrestres). Una gran rampa conduce a las puertas de acceso y si no se quiere caminar durante 3 o 4 minutos, la tarjeta que sponsorea el Open pone a disposición unos triciclos -pedaleados por hombres- que velozmente van y vienen llevan-do espectadores. Y hablando del Shea Stadium, es la casa de los Mets de Nueva York y está pegado al tenis, recibiendo más de 55.000 fanáticos en cada sesión, transformando la zona en un centro neurál-gico excluyente.

“The Big Apple”, como nunca, se transforma en la verdadera capital del mundo deportivo. Las esqui-nas son potenciales puntos de atracción. De pronto nos topamos con la belga Kim Clijsters y sus enor-mes ojos verdes mirando una vidriera en la impo-nente 57 Street; a Amelie Mauresmo y su pareja en la fila para entrar al Museo Guggenheim o al MoMA (donde asoman obras colosales de Picasso, Van Gogh o Monet); a Anastasia Myskina com-prando un ticket en Times Square, sobre la avenida

Broadway que parte la isla en diagonal, para asistir a una de las cientos de obras recién estrenadas; a varios juniors que juegan por primera vez el torneo peleándose por subir al ferry que zarpa de Bowling Green y los deposita en la islita de la Estatua de la Libertad; a tres jugadoras arrodilladas rezando en la Catedral St. Patrick’s, frente al Rockefeller Center, la iglesia católica más grande de los Estados Unidos donde se casó John McEnroe con Tatum O’Neal, hoy separados. Dos años atrás, la mismísima Maria Sharapova era una más en medio de esa jungla, cuando participaba de la qualy, placer que ya no puede darse. O sí, pero en limusina y con custodia.

Otra gragea: el tenista que se digne de tal, adentro del “Players Lounge”, el lobby del hotel o espe-rando el turno para jugar, “debe” tener su “iPod”. ¡Cuántas estarán vendiendo! Pero quien piense que es privilegio de estos habitantes “diferentes” del planeta, se equivoca: todo ser vivo que camina por la Quinta avenida o enfila hacia el sur de la calle Houston -donde son atrapados por el “So-ho”, un vecindario invadido por artistas- tiene sus oídos sólo para escuchar MP3. Por eso se filtran millones de sonidos como un gran y único DJ: dance, techno, hip-hop, reggae, rock, jazz, punk, clásica, latina...

The Unisphere (el famoso globo terráqueo frente a la entrada de Flushing), quedó en pie desde la descomunal Feria Mundial de 1964-65, que tam-bién dejó vestigios de un par torres de observación circulares y varios cohetes de la NASA, integrantes del Hall of Science, que fue restaurado y produce excelentes exposiciones. Para quienes llegan hasta allí, la gigantesca estructura es foto obligada, al igual que para los que triunfan en singles de ca-balleros y damas, trofeo en mano. Así lo hicieron este septiembre Federer y Clijsters. El primero defendió el título, en una final sentimental -por la presencia del imperecedero Andre Agassi- aunque algo escasa de condimentos puramente técnicos. La belga le cortó el paso triunfante a la francesa Mary Pierce, que cuando todos pensaban en su retiro se despachó con otra primaver a tenística, como en el pasado Roland Garros y el Masters de Los Angeles.

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Rafael Nadal, comiendo una banana durante el descanso. Los partidos fueron seguidos en vivo a través de pantallas gigantes ubicadas fuera del estadio

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¿Cómo se entra al complejo? Desde los atentados a la World Trade Center nadie traspasa las puertas del estadio sin ser revisado. Los bolsos primero, un escaneo del cuerpo después y de la credencial más adelante. Si el aparatito del guardia no dice “OK” estaremos en problemas. Nadie zafa. Agassi abre su super bag y sube a su hijo Jaden Gil a la mesa de control para que lo palpen; más atrás, su esposa, Steffi Graf, muestra la cartera y minutos después Serena Williams se mortifica porque “ya me revi-saron en la otra entrada...” No hay manera. Como tampoco hay consuelo para la gente que regresa todos los días a “Ground Zero”, el agujero que que-dó tras la masacre de 3.000 seres humanos en las torres, el 11 de septiembre de 2001. Miles de flores, carteles, velas y fotos intentan suministrar algo de paz para los más golpeados. Hay que comprender los llantos ajenos en ese desmoralizante entorno, un ámbito siempre atiborrado de salud comercial y consideración mundial. Hoy está muerto, si se nos permite respetuosamente el término, y sólo el ruido de las máquinas que reconstruyen el pozo

perturba el sueño eterno de tantas almas injus-tamente sepultadas. Un dato relacionado con el terrorismo, confiado por un periodista latino que vive en Queens, resulta espeluznante: el corredor aéreo que involucra Flushing y La Guardia es uno de los más seguros en la actualidad, con baterías antimisiles instaladas en sectores secretos. O es-te señor mira muchas series norteamericanas o realmente tiene “la precisa”, algo que tranquiliza ya que durante la disputa del US Open -y ni ha-blar si se superpone con una sesión del Shea- se congregan miles de fans, un blanco tentador. De hecho, en las 14 jornadas dan su presente más de 650.000 personas.

No queda otra que caminar para bucear en la fisonomía de Flushing. Enorgullece leer los ape-llidos de Vilas y Sabatini entre los campeones -en las placas de bronce ni bien se accede al predio- y también sus fotos en los banners que decoran la calle principal. Quedaron estampadas con letras de oro sus victorias sobre Jimmy Connors en el

Roger Federer revalidó su título en el US Open al derrotar 6-3, 2-6, 7-6 y 6-1 a Andre Agassi

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’77 y ante Graf en el ’90 respectivamente. Se los reconoce como corresponde y da cierto sentido de pertenencia a los argentinos. Metros más allá, una estatua extraña (que nadie entiende muy bien, por-que no tiene raqueta pero está haciendo un saque) pretende honrar al moreno Arthur Ashe -que le da nombre al estadio principal- fallecido por SIDA tras recibir sangre contaminada en una operación de corazón; y otra representa a una familia -padre, madre e hijos- en medio del camino como yendo felices a jugar tenis. Los incondicionales se plantan en las gradas y nada los correrá de su asiento: si los rayos solares están cerca de asarlos, se tapan con lo que tienen; otros llevan sus viandas –recalentadas, por supuesto- y comen sin parar; algunos leen en NY Times sin mirar el partido y cientos charlan horas y horas con sus amigos, especialmente en los asientos superiores.

Por los pasillos internos, decorados con grandes fotos de los ganadores históricos, bien alfombra-dos aunque no exentos de goteras por el aire que nutre a sus frías entrañas, podemos ver a Rafa Nadal sentado en el piso, transpirando, con sus sogas para saltar al cuello y un par de pesas en las manos; al ex N1 Jim Courier, que camina raudo hacia su transmisión por TV diciendo por lo bajo: “por qué se callan estos tipos”, cuando los que están en el sector dejan de hablar unos segundos a su paso; a Martina Navratilova, parada frente a uno de los miles de monitores, con una botella de agua en su descomunal mano izquierda que no se cansa de dar raquetazos; a Andy Roddick, que como un rayo sale desde los vestuarios con dos raquetas y una toalla rumbo a las canchas “P”, reservadas para las prácticas y, hasta hace dos temporadas, era común toparse con el mismísimo Pete Sampras, que respondía cada “Hi” sonriendo y haciendo una mueca, mostrando su simpleza. Estos ejemplos sirven para dejar a un costado la idea de inalcanzables que tienen estos verdaderos atletas. Aunque la “cercanía” se da en el US Open, pues en las otras paradas de los “Majors”, el con-tacto con ellos es mínimo.

Finalmente, la gigantesca Sala de Jugadores, con sillones por todos lados, computadoras con inter-

net, juegos de golf, comedor, gimnasio y asistencia permanente para todas las necesidades como reser-vas de vuelo, hoteles, médicos, etc. Es un ámbito de relax previo a los partidos. Esperan largas horas, viendo la evolución del score del encuentro previo, hasta que son llamados por los altoparlantes. En-tonces, los acompaña personal de seguridad hasta la cancha que sea, generalmente alejada, en medio de la multitud, que los seguirá tratando, en vano, de conseguir una fi rma.

Ya por la noche, con un clima más indulgente, el programa es alucinante. El sonido de las bandas de jazz le dan color a la velada y se nota el cambio de público. Desalojados los asistentes a la jorna-da diurna, entran otras 25.000 personas para la nocturna. Como si nada pasara, ni una queja. Hay gente más paqueta, los boxes de empresas ya no tienen empleados sino directivos con sus ¿espo-sas?, al igual que las suites –que cuestan fortunas- con sofá, champaña y comida incluídos. Además, se programan los mejores duelos del día. Tip para

tener en cuenta: no hay nada más placentero que quedarse sentado en cualquier butaca disfrutando un Federer-Hewitt tomando un Häagen-Dazs de dulce de leche con castañas...Los aviones molestarán menos pasadas las 19. Cuando se trasladó el abierto -de Forest Hills a este parque-, era insoportable el constante ruido de las máquinas voladoras; en un mismo partido podían surcar el aire entre 15 y 20 a escasísima altura. Un proyecto del anterior alcalde, don David Dinkins, fana del tenis, logró cambiar la cabecera de des-pegue durante el certamen y todo cambió. Ahora, Michael Bloomberg, su reemplazante, no está muy interesado y, si bien pasan más altos, volvieron a ser parte de una fastidiosa escenografía.

Quedan miles de miradas para darle al US Open. El majestuoso Madison Square Garden, por ejem-plo, sede por años de los Masters -cuando la bajísi-ma temperatura casi no permitía ir desde el hotel de enfrente sin llegar al punto de congelamiento-, ya no cobija al tenis, que partió hacia otras capita-

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Banners de Vilas y Sabatini decoran uno de los accesos al predio. Enorgullece leer sus apellidos entre los campeones

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El US Open siempre recibió visitas ilustras fuera del

deporte. Dos abonados: el cantante Johnny Holiday

y el actor Jean-Paul Belmondo. En esta edición otro

representante de Hollywood, Jim Carey, dejó su máscara

de lado y de la tribuna pasó a la cancha para dar dos

o tres raquetazos ante el delirio del público. En 2000,

por ejemplo, Bill Clinton fue el primer presidente

norteamericano en presenciar partidos.

Buscando en el cuadro partidos mediocres, es fácil

señalar a dos de los peores: Roger Federer vs. el checo Ivo

Minar, donde casi sin que nadie lo perciba, el suizo pasó a

segunda rueda tras una paliza de 6-1, 6-1 y 6-1. El otro,

Andre Agassi vs. el rumano Razvan Sabau, también en

la central, con miles de errores del pobre Razvan que de

todas formas le “robó” siete games.

Y entre los mejores del torneo sobresalen varios. Es difícil

darles un orden. Pero intentemos: Agassi a James Blake

(cuartos); Gilles Muller a Andy Roddick (1ra.); Novak

Djokovic a Gael Monfils (1ra.); Blake a Rafael Nadal

(3ra.); Davide Sanguinetti a Paradorn Srichaphan (3ra.);

Agassi a Ivo Karlovic (otras tres “muertes súbitas” en

Curiosidades

2da.); Richard Gasquet a Ivan Ljubicic (3ra.) y Robby

Ginepri a Guillermo Coria (por lo emotivo, en cuartos).

Una de las grandes curiosidades en la US Open Gallery

es la vitrina que resguarda el pasaporte de Arthur Ashe,

ex campeón del torneo y fallecido en 1993. Y junto

al documento, el telegrama que recibió del gobierno

norteamericano para hacer el servicio militar y la portada

de la edición de Newsweek que publicó su entrada al

ejército.

Volviendo al encuentro Sanguinetti-Srichaphan, previo

a Nalbandian-González, la espera pasó de insoportable

a súper entretenida. El tailandés tuvo a su disposición

la victoria pero siempre se encontró con la respuesta

implacable del tano. Ya en el quinto set, los calambres

pasaban de lado como la pelotita y los trainers. En una

corrida, Srichaphan se cayó y quedó tendido boca abajo.

El italiano le exigió al umpire que hiciera algo. Segundos

de tensión hasta que el asiático levantó la cabeza,

se rió, hizo como 10 flexiones de brazo y se incorporó.

¿Sanguinetti? Con un gesto irreproducible le gritó

“vaffanculo”.

Resultado: Roger Federer (Suiza) a Andre Agassi (EEUU) 6-3, 2-6, 7-6 (1) y 6-1Aces: 19/6

Dobles faltas: 0/4

Errores no forzados: 37/28

Primer Servicio (en %): 76/60

Breaks convertidos: 4 de 18/3 de 6

Winners (incluyendo saque): 69/34

Saques más veloces: 204,34 kmh/202,73 kmh

Total puntos ganados: 132/106

Approaches: 15 de 25/13 de 19

Resultado: Kim Clijsters (Bélgica) a Mary Pierce (Francia) 6-3 y 6-1Aces: 5/1

Dobles faltas: 2/1

Errores no forzados: 19/28

Primer Servicio (en %): 72/67

Breaks convertidos: 5 de 11/1 de 4

Winners (incluyendo saque): 16/7

Saques más veloces: 177 kmh/185 kmh

Total puntos ganados: 58/38

Approaches: 8 de 8/7 de 16

Los números de las finales 2005

Roger Federer demostró todo su gran talento en la final supe-rando al “Kid de Las Vegas”

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les como el chino y el español; o Central Park, el pulmón por donde respiran todos; el Empire State y sus 400 y pico de metros; Chinatown; el Rocke-feller Center; el edifi cio Chrysler; Lincoln Center, Little Italy, Radio City o las Naciones Unidas... Pro-

bablemente no existan límites al intentar visualizar los rincones de un lugar avasallante. Como tampo-co los hay cuando el último Grand Slam se pone en marcha dejando en su desandar 254 esperanzas. Sólo sonreirán un caballero y una dama, que du-

rante 364 días serán los reyes vigentes. Justo hasta que el destino, si es generoso, les vuelva a guiñar el ojo. O le abra sus brazos a otras dos estrellas que jamás, pase lo que pase, serán olvidadas en esta constelación tan exclusiva como brillante.

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Andre Agassi, Roger Federer, Dick Enberg y Franklin Johnson, presidente y CEO de USTA

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Desde las alturasA los 31 años, Damián Steiner es el mejor árbitro de la argentina y uno de los 15 habilitados para dirigir finales de Grand Slam y de Copa Davis. Viaja unas 32 semanas por temporada y, además, es periodista deportivo. Protagonizó, en Roland Garros 2005, el recordado escándalo que desataron Grosjean y el público francés. Dice que no es amigo de los jugadores y que el sistema está triturando la carrera de los jugadores.

.: Entrevista a Damián Steiner

.: por claudio cerviño.: fotos agencia www.slphotosports.com

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Una de las primeras cosas que se le remarcan al novel estudiante de periodismo es que debe ana-lizar un hecho equis desde una óptica desprovista de subjetividad. Una visión, si se quiere, desde una altura que está más allá de la circunstancia, sin que ello signifique omnipotencia ni soberbia.

Damián Steiner, porteño, incursionó en el tenis, un bichito que le picó a los 14 años, allá por 1988. Probó tres o cuatro temporadas y fue crudo consigo mismo: entendió que si bien existía un deportista con condiciones, el salto al profesionalismo signi-ficaría una inversión no redituable; algo así como depositar dólares en tiempos de De la Rúa. Le gus-taba el deporte de alma, no sólo el tenis. Se imagi-nó como periodista y hasta relatando algún partido del Ciclón. Quería tener esa visión por arriba de la media normal. Y se recibió en el Círculo de Perio-distas Deportivos, aunque no ejerció. Aún.

Estudiaba de noche, daba clases de día. Todo, mientras desandaba los caminos de la que sería, hoy, su vida: el arbitraje. Paso a paso, hasta llegar a la tan mentada categoría Gold Badge (chapa do-rada) a fines de 2004 para convertirse en el primer argentino en alcanzar esa distinción; algo que, entre otras cosas, le permite dirigir las instancias decisivas de un Grand Slam o la Copa Davis. Vale decir que, a través del periodismo o sentado en la silla de umpire, Steiner iba a desarrollar sus fun-ciones desde una altura determinada. Su destino estaba marcado.

A los 31 años, tiene previsto viajar durante 2006 unas 32 semanas, es decir, casi ocho meses. ¿Cómo es la vida de un árbitro de su clase? Esa y muchas otras preguntas buscan respuestas.

Damián, ¿dónde comienza la carrera de un juez de silla de tenis? ¿Puede serlo cualquiera?Sí, cualquiera puede ser árbitro de tenis. No es necesario haber jugado. Yo practiqué hasta los 18 años e intenté ser profesional. Pero cuando perdés más de lo que ganás...

¿No seguiste por una cuestión de nivel o económica?Las dos cosas. Igual, el dinero para viajar lo podía

Desde las alturas

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haber conseguido, pero era una inversión sin sen-tido. Y estudié periodismo deportivo. Me recibí en el ‘96, que fue cuando empecé a ser árbitro inter-nacional. Ahí tuve otra decisión trascendente: ser periodista o umpire. Tenía 22, 23 años, y la idea de conocer el mundo fue más tentadora.

Bueno, te decidiste. ¿Cómo fue ese camino?A los 18 años hice el curso de juez de línea, el pri-mer paso en la carrera del arbitraje. Duró 6 meses. Como estudiaba a la noche, daba clases de día para solventar los gastos. Un día me dijeron de hacer de juez de silla en un torneo. Me gustó... A partir de ahí, apareció un torneo en Concordia, otro por allá. Y así, por casualidad, surgió la oportunidad de hacer el primer escalón de la carrera arbitraje a nivel ITF (Federación Internacional de Tenis), que es el curso White Badge (chapa blanca), una certificación nacional reconocida por la Federación Internacional. Fue en 1995 y aproveché para tra-bajar en los Panamericanos de Mar del Plata. Al año siguiente, en Caracas, cursé el Bronze Badge, que es la primera categoría internacional. En ese momento en Latinoamérica había muchos torneos chicos y me empezaron a convocar de Chile, Brasil, Uruguay, Perú.

Esos pequeños pasos, ¿dependen exclusivamente de la capacidad o también hay otras influencias? Influyen la disponibilidad horaria, manejar idio-mas y la edad. Yo encajaba bien en cada rubro. Estoy muy feliz con mi profesión.

Me imagino que la felicidad se multiplicó en diciem-bre de 2004, cuando te nombraron Gold Badge. Totalmente. Era uno de mis ideales cuando arran-qué. El hecho de ser Gold Badge me causa mucho placer. En la Argentina soy el único que lo alcanzó. Y en el mundo, somos 15 o 16, o sea que te hace sentir reconocido. Para mí, la esencia en sí, no cambió; no es que soy un árbitro distinto, pero sí es un orgullo pertenecer a ese grupo.

Ya estás en esa categoría top. Elegí: ¿final de un Grand Slam o final de la Copa Davis? ¿Qué te gusta-ría más dirigir?Una final de Grand Slam es un sueño. Hay muy

pocos que lo logran. O una final de un Juego Olím-pico. Aunque la Davis es un acontecimiento que a mí, particularmente, me gusta mucho. El hecho de que el público esté involucrado permite que el evento sea distinto a todo. Tuve la fortuna de arbi-trar dos semifinales, en el 2004 (España-Francia) y en el 2005 (Croacia-Rusia). No hay un Grand Slam ni un ATP que te dé esa sensación. Pero una final de Grand Slam también debe ser lindo. ¿Roland Garros o te da lo mismo cualquiera de los otros tres?No, Roland Garros es especial, olvidándome lo que me pasó hace unos meses. Me significa algo más por el entorno, por París, por el estadio.

¿Y tenés chances, o es difícil soñar con dirigir un partido de ésos?Ese tipo de partidos los hacen los árbitros que trabajan full time con la ITF, que es un grupo redu-cido dentro de esos 15 o 16 que te nombraba. Diría que son seis.

¿Eso se determina por cualidades? ¿Cómo es lo del full time?Tanto la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) como la ITF tienen su grupo selecto de árbitros dentro de este lote de 16. Los árbitros que trabajan más con la ITF están más dedicados a los Grand Slams y la Davis. Y son los que hacen las instancias decisivas. Y en la ATP pasa lo mismo: las finales de los torneos las dirigen la gente que trabaja el 80 por ciento del año con esa entidad. Yo estuve trabajando un 50 y 50 por ciento porque no pertenezco a nin-guno de los dos grupos top dentro de los 15. A partir del 2006 me han ofrecido trabajar mucho más con la ATP y mi calendario se va a inclinar para ese lado.

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Pero así te restás chances para concretar tus máxi-mos anhelos.Fue una decisión conjunta con la ATP y la ITF. Se ha pensado que lo mejor era trabajar dedicado a la ATP. No implica que no haga una Davis, un Grand Slam. Dentro del grupo de los Gold Badge, la ma-yoría está orientada hacia un lado u otro. El hecho de estar 50 y 50 es bastante atípico. Yo lo pude hacer durante 2005 y fue una prueba. Por condi-ciones de trabajo, la oferta de la ATP ha sido más interesante y en el 2006 me voy a dedicar un 70 u 80 por ciento enfocado hacia ese sector.

¿Cuántas semanas viajás?Tendré unas 22 semanas con ATP y unas 10 con ITF, incluyendo las de Buenos Aires, que son las de condición ideal: trabajar y estar en tu ciudad.

Describime una semana tuya en el Conde de Godó, en Barcelona. El trato para nosotros es como a los tenistas, a pesar de no ser las estrellas. Nos van a buscar al aeropuerto, estás en el mismo hotel que los juga-dores. Las condiciones son muy buenas. Depende de los horarios y turnos del torneo, si hay sesión nocturna o no, por lo general estás en el club des-de las 10 de la mañana y te vas, si no tenés partido de noche, a las 6 de la tarde. Pero no es que hacés tu partido y listo. Así como en su momento, cuan-do empezamos, fuimos evaluados por colegas, hoy me toca ver a otra gente. Es el desarrollo que se va fomentando entre los árbitros.

¿Es bien remunerada la profesión, podés vivir tran-quilo de eso?Sí, está bien remunerada. Desde el ‘96 estoy vi-viendo del arbitraje. Es una remuneración acorde con el tiempo que vos le dedicás.

Y al partido, ¿lo disfrutás o lo trabajás?Se disfruta. Se pueden percibir muchas cosas des-de la silla.

¿Qué es lo peor que te puede pasar cuando estás trabajando?Perder el control del partido, ya sea por el público, por una violación de código, por la conducta de los

jugadores. Sentir que el partido se te está yendo.

¿Y se te fueron muchos?Cuando empecé, sí. Hace poco, hablando con Lu-cas Arnold, recordamos un partido de singles de él, en el ‘95, con muchos altercados. Lucas me admi-tió: “Yo me portaba mal”. Y le contesté: “Sí, pero yo era una máquina de cometer errores”.

Se hace inevitable hablar de Grosjean-Nadal, en Roland Garros 2005, por los octavos de fi nal.Sí. Fue terrible. Pero por una causa ajena, por un tema que partió de una decisión correcta.

Repasemos. Una pelota de Nadal fue larga, pero Grosjean, en vez de parar el punto y reclamar, le pegó y se quejó más tarde. El lío se suscitó porque el francés quería que vos fueras a ver el pique y, reglamentariamente, no tenés obligación de hacerlo cuando el jugador siguió el punto. ¿Es así?Correcto. Pero en ese momento sí sentí “uy, acá no lo puedo manejar”.

Pero eso fue porque era francés y estabas en Roland Garros. Si se trataba de Ljubicic, no pasaba nada porque el público no iba a involucrarse tanto como lo hizo por tratarse de Grosjean.Es verdad, hubo una relación entre público-jugador muy importante en contra nuestra, de Nadal y mía. La sensación del momento fue no saber dónde iba a terminar la historia. Estaba convencido de mi postura, pero pensé que me había metido en un problema importante. Cuando se suspendió por lluvia y salí, me mostraron que tuve razón y eso

me hizo sentir bien. Se reanudó al otro día y todo fue distinto. L’Equipe, el diario que todo el mundo lee cuando va a Roland Garros, dedicó páginas a marcar que Grosjean se había equivocado. Eso me tranquilizó. El hecho tuvo más repercusiones po-sitivas que negativas. Salté a la fama de una forma no querida. Los 8 o 9 minutos que duró...Eran 18.000 personas en contra. Fue una situación muy fea, al punto de preguntarme en un momento qué estoy haciendo acá arriba...Yo hablaba con la pren-sa al otro día y te decían: “Che, nunca pasó esto en Roland Garros”.

Hoy, a la distancia, ¿qué evaluación hacés de la situación?Que me va a acompañar de por vida como anécdo-ta. Alguien me dijo que era algo por lo que tenía que pasar. Pero no se lo deseo a nadie.

Vuelta de página. ¿Sos amigo de los jugadores?No, tengo una muy buena relación, pero nada más. No corresponde ser amigos, lo que no signifi ca que sea enemigo.

¿Salís a comer con ellos?No corresponde. Hay que mantener cierta distan-cia.

Pero pará, Gaudio gana Roland Garros y esa noche invita a los argentinos a comer en Montmartre. ¿Vos no vas si te invita?No, ni me invitan ni corresponde que vaya si me invitara. Eso no impide que charles, que te rías con ellos, pero con distancia. Ese tipo de festejos,

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de salidas, hace que la distancia se pierda. Los que debemos trazar la línea somos nosotros.

¿Hay jugadores más difíciles de dirigir?Sin dudas. Te ponen más piedras. No te voy a decir quién.

¿Interpretás que les sirve para el juego?Lo que interpretamos siempre es que no es una cuestión personal, no es contra la figura de Da-mián Steiner, sino por lo que Damián Steiner está haciendo, que es ser árbitro. Ojo, hay algunos que no me soportan a mí como persona y me lo van a hacer difícil por esa razón. Como a veces yo tengo que tratar con jugadores que no me banco.

Ajá... ¿Y cómo manejás los preconceptos?No, entrás sin preconceptos. Que haya tenido el año pasado un problema con un jugador no signifi-ca que en el siguiente partido la historia continúe.

El chileno Fernando González siempre recuerda un par de problemas que tuvieron.Sí, hay situaciones curiosas. Los jugadores tienen una muy buena memoria, selectiva. Y a veces la memoria tiene que ver con un punto... del ‘99. Es muy difícil que un árbitro te haga perder un parti-do por una sola pelota cuando se juegan trescien-tas. Pero al jugador le quedó esa idea y que vos sos el responsable. Y te lo recuerdan.

¿Hay tenistas que te resulten más divertidos que otros?Algunos te causan gracia por las manías. El alemán

Una novia razonable y padres que emigraron

Una vida en aviones, hoteles y clubes. Eso, en lo laboral. Pero, ¿y en lo personal?Damián Steiner está de novio con Yanina, enloquecida por sus últimos exámenes para recibirse de diseñadora de indumentaria. Dice que ella es clave en la relación. Cuenta, también, que a sus padres los ve cuando anda por Europa, ya que viven en Madrid desde hace seis años. Recuerda, graciosamente, que se fueron de París justo el día anterior al partido Grosjean-Nadal. “Si mamá llegaba a estar en la cancha ese día, no sé qué pasaba...”

¿Yanina viaja con vos?No, muy poquito. Ahora estamos viendo para que me acompañe a comienzos del 2006. Cuando puede, va. Ella me banca mucho.

No es fácil compartir las ausencias.Obvio. Yo tuve una relación anterior que se hizo muy difícil por ese tema. Yanina tiene una cabeza muy particular. Hay que tener una voluntad y forma de ser especiales para soportar y entender las ausencias.

¿Tus padres se fueron por trabajo, por gusto, por qué?Un cúmulo de cosas. Cuando llegó ese día, fue por un asalto en el que casi matan a mi padre. El ya estaba bastante mal por varias situaciones, decía que así no se podía vivir más en este país. Y el incidente los decidió. Yo ya no vivía con ellos y compartí plenamente la determinación. Les había gustado mucho Madrid, hicieron contactos, y se fueron.

¿Fue duro el despegue o lo tomaste bien?Me pareció una salida interesante. Siempre resulta una movida difícil cuando se trata de gente que ya pasó los 50. Hace seis años que están allá, no sé si para siempre, pero están tranquilos. No es ningún paraíso ser inmigrante, ser extranjero, en cualquier lado del mundo. Pero bien, están saliendo a la calle sin problemas. Fueron a buscar eso. Igual, siempre me queda la sensación de que van a volver.

“El hecho de ser Gold Badge me causa mucho placer. En la Argentina soy el único que lo alcanzó. Y en el mundo, somos 15 o 16, o sea que te hace sentir reconocido.”

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Dirigiste a Sharapova, a Kournikova. ¿Ahí mirás más el juego o a la jugadora? Y no mientas...Je, algunas veces, mirás... La primera vez que dirigí a Kournikova, sí, la miré bastante...

¿Las mujeres son muy distintas para arbitrar?Sí, ellas respetan, no sé por qué, más a un árbitro hombre que a una mujer. La relación es más seria. Igual, no putean.

Salvo Tarabini...Sí, bueno, pero ya se retiró... Siempre tuve una buena relación con ella, pero sí, vi varios árbitros que se trenzaron duro con Pato. Incluso, hombres.

Globalmente, ¿qué evaluación hacés del mundo del tenis? Es un ambiente en el que se mueven muchísimos intereses y dinero. Cada vez más, las empresas están tratando a los jugadores como íconos. Vas por Londres y ves 85 publicidades con Sharapova, 73 con Roddick. Hay demasiada plata en juego. El circuito se está haciendo muy desgastante y tene-mos el resultado de lo que pasó en el Masters de Shanghai, con muchas ausencias. El sistema tritura a los jugadores. Ellos no son inocentes, todo esto conviene en muchos sentidos, pero lo terminan pa-gando. Por eso te decía que me llamaba la atención como Federer manejaba sus torneos y sus desapa-riciones. Ganó Wimbledon y estuvo siete semanas sin jugar. Eso lo hacen muy poquitos.

Por último, un tema que inquieta: ¿qué lectura ha-cés de los doping de los argentinos?Estamos, los árbitros, muy lejos de ese tema. No tenemos relación, ni información ni vínculo con el tema doping. No tengo una opinión muy clara ni la menor idea de qué sucede con el doping ni por qué se da tanto con los argentinos. Creo que tiene que ver con una planifi cación, con un trabajo de grupo, y quizás en algún momento ese trabajo de grupo teclee un poquito. Pero no creo que haya complot contra la Argentina. Nadie del arbitraje sabe a cien-cia cierta qué es lo que pasa.

Rainer Schuettler, por ejemplo: todas las cosas que tiene en su banco deben estar ordenadas y organi-zadas. No puede tener una toalla tirada; se saca una remera y la dobla en cuatro como si estuviera lim-pia. Y la botella tiene que estar con la tapita.

Lo que debe ser el tipo en la casa... Disfrutando el partido como decís que lo hacés, ¿a qué jugador te causa mayor placer ver?No tuve la suerte de dirigir a Sampras. Hoy por hoy, Federer es increíble. La primera vez que lo dirigí, en el 2005 en Australia, cuando se acerca a la red para el sorteo, me miró y me dijo: “Hola mi nombre es Roger. ¿Vos cómo te llamás? Porque nunca me dirigiste, ¿no?”. ¡Hasta se dio cuenta de eso! Está en todos los detalles. Es completísimo: el tenis, la cabeza, el físico, cómo diagrama su tempo-rada. Un monstruo.

¿Hay una edad tope para dirigir?No. Todos los años mandamos certifi cados de visión. Mientras tengas ganas y veas bien, adelan-te. La edad tope pasa por uno, cuando se cansa de viajar. La mayoría de los retiros son voluntarios, no forzados.

¿Quién es el mejor?Te nombro dos: Carlos Bernardes, de Brasil, y Lars Graf, un sueco. Desde lugares muy distintos, tie-nen un dominio absoluto de la situación, incluso cuando se equivocan feo. El mejor árbitro es el que sale más fácil de las situaciones complicadas. Uno desde la autoridad y la presencia y otro desde la sonrisa y la seducción, esos dos tienen mucha pasta y manejo.

¿Existe algún grado de cholulismo de los árbitros?(risas) En mi caso, al principio, sí. Cuando arran-cás, descubrís un mundo nuevo: estás al lado de Sampras, de Agassi, de Federer... Hoy no. El tenis te permite cosas particulares. Una vez entró Yeltsin a la cancha, en Rusia, y nos miramos dos o tres ár-bitros... y nos sacamos una foto. ¿Cuándo lo íbamos a ver de nuevo? Nos salió el cholulo de adentro.

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.: Opinión.: por guillermo salatino

.: fotos ron angle

¿Culpables o negligentes?

Como se trata de un asunto sumamente com-plejo y delicado, intentaremos analizar el tema de los tenistas argentinos y el doping de la ma-nera más objetiva posible. Siete casos de doping positivo son demasiados como para tomarlos como un accidente. Se puede poner toda la mejor buena voluntad, credulidad y buena fe y la cosa sigue sin cerrar.

¿Existe una “persecuta” contra los tenistas argen-tinos? ¿A los de los países desarrollados también los sancionan? ¿A Andre Agassi le hacen control antidoping? Son todas preguntas que uno recibe y se cansa de esquivar porque no se trata de si juegan bien o mal. Es, ni más ni menos, un tema de ho-nestidad moral. Para ir por partes deberemos recor-dar cuáles fueron los casos argentinos con fecha, sustancia y sanción.

Juan Ignacio ChelaDio positivo en Cincinnati 2000 por encontrarse nandrolona en su análisis de sangre.

Chela debió cumplir una sanción y devolver dólares y puntos. Quien conoce a Chela sabe que de ningu-na manera su personalidad puede generar la me-nor sospecha de que haya intentado sacar ventaja deportiva consumiendo una sustancia que mejora-ra su rendimiento. Entonces, ¿qué pasó? Juan ya se expidió, realizó una acusación. Alguien que no fue él se “equivocó”. Gravísimo. Lo pagó Chela.

Guillermo Coria Dio positivo de nandrolona mientras jugaba el tor-neo Conde de Godó 2001 en Barcelona. Coria ingi-rió una sustancia permitida que estaba contamina-da, por lo que debió devolver dólares y puntos, aún cuando fue declarado inocente por administración involuntaria. Estuvo siete meses parado y, al igual que Chela, debió volver a jugar challengers para recuperar el ranking. Coria no necesita de nuestra defensa por la simple razón de que fue declarado inocente por la ATP. Ahora, usted se preguntará por qué lo sancionaron. Porque aunque de manera involuntaria, jugó con una sustancia prohibida en su cuerpo. Hay un juicio al laboratorio en curso.

Martín Rodríguez Dio positivo de cafeína mientras disputaba en 2002 el torneo de Basilea en Suiza. Devolvió 6.725 dólares y 60 puntos de dobles. No recibió sanción de suspensión.

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Mariano Puerta Mariano utilizó clenbuterol, un medicamento anti-asma en Viña del Mar 2003. Fue suspendido por nueve meses.

Guillermo Cañas En Acapulco 2005 Cañas tomó un diurético de nombre hydrochlorothiezide, según el jugador, recetado por el médico del torneo. El médico lo negó; Cañas omitió declararlo antes de jugar y recibió una sanción de dos años que está apelando. Conociendo a Willy, uno no puede más que creer que se trató de negligencia. Si hay alguien profesio-nal dentro de la legión argentina, ese es Guillermo Cañas. Invierte en un excelente entrenador, en un formidable preparador físico, ha trabajado con diferentes médicos y traumatólogos. Se mata entre-nando. ¿Qué pasó? Negligencia, olvido. Cualquiera sea la razón, es una tontería. Está en juego su carrera y cuando hay tanto sobre el tapete hay que tener todas las antenas puestas para que no suceda ningún contratiempo, tanto él como su equipo.

Mariano Puerta IIEl día de la final de Roland Garros 2005 Mariano tomó, según él, agua del vaso de su mujer en el cual quedó un residuo de etilefrina. Al ser reinci-dente recibió una sanción de ocho años y tuvo que devolver una enorme parva de euros. La sanción de la comisión lo declaró inocente por administración involuntaria, pero marche preso. Este es el caso más preocupante porque Mariano tiene 27 años, y si uno le suma los ocho de sanción, su carrera estaría terminada. El aficionado común, que no conoce al personaje, no se cree la teoría del vaso con restos del medicamento de Sol, su mujer. La experiencia permite deducir que sabía que en una final iba a haber control seguro. Conociendo y siendo conciente de que al dar positivo nuevamen-te sería suspendido de por vida, hay que descartar la intencionalidad. Segundo: a ningún abogado se le podría ocurrir plantear una defensa tan ingenua de no haber sido real. Tercero: el fallo dice admi-

nistración involuntaria; por lo tanto, es declarado inocente. Sí, pero no juega más.

Mariano HoodTambién fue en Roland Garros 2005, pero este caso es tan absurdo que hasta causa gracia. Hood estaba tomando Finasteride desde hacía más de un año, una sustancia que permite el crecimiento del cabello. Aún no hay sanción. Si son serios, no lo sancionan.

Aquí están planteados todos los casos de los tenis-tas argentinos, ahora debe usted sacar sus propias conclusiones. A uno le queda agregar los datos estadísticos y objetivos para evitar pensar que la ATP o la FIT tienen una persecución contra los tenistas argentinos. Entre los sancionados están Mats Wilander (sueco) y un grande, Peter Korda (checo), número dos del mundo y campeón de un Grand Slam; Karel Novacek (checo); Bohdan

Ulihrach (checo), norteamericanos, españoles, holandeses, etc, etc. ¿A Andre Agassi le hacen con-troles? Según la ATP, en 2004 le hicieron nueve. Habrá que creerles.

Para finalizar con este tema tan doloroso y esca-broso, quiero poner las manos en el fuego por los chicos de la Legión. Pero también les pido y les exijo un mayor profesionalismo. Cuando se es profesional para cobrar garantías, para poner un cachet para una exhibición o para cobrar un enorme cheque en un super torneo, hay que ser profesional también a la hora de cumplir con los reglamentos. Porque, como pudimos apreciar en los dos últimos casos, el de Puerta y el de Hood, la ley tiene letra pero no espíritu. De lo contrario, ninguno de los dos debería haber sido sancionado. Para evitar estos terribles dolores de cabeza, habrá que poner más cuidado.

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De solicitadas y corbatas

.: Momentos cruciales en el tenis argentino

Copa Davis vs. Checoslovaquia, 1980.: por carlos ranieri

Si algún seguidor del deporte piensa que los distin-tos contratiempos en el tenis argentino son patri-monio de esta generación, se equivoca. En todas las épocas, transitando por encima o por debajo de la línea de éxito, se vieron caras largas, aunque siempre, por suerte, en un porcentaje inmensa-mente menor a las sonrisas. También es cierto que la usina de problemas fue, históricamente, la Copa Davis, por el simple hecho de ser el instrumento que aglomera la individualidad con el altruista deseo de unir jugadores y naciones en pos de una “sana competencia deportiva”.

Esta introducción sirve de trampolín hacia uno de esos instantes que, con el paso de los años, se transformó en un ícono insoslayable a la hora de recordar. Hay gran cantidad de material “gana-dor”, que poco a poco desmenuzaremos en esta sección, pero es bueno refrescar los tropezones, y más si fueron tan jugosos como la caída frente a Checoslovaquia en 1980, por las semifinales mun-diales de Copa Davis.

Los protagonistas excluyentes fueron Guillermo Vilas y José Luis Clerc; los “adversarios” de turno, como luego sucedió tantas y tantas veces, los diri-gentes, y el punto de litigio primario, lo económico. Instalados en el escalón previo a la tan buscada final, las ofertas de la Asociación de Tenis no sedu-jo a las luminarias, quienes consideraban injusta la división de ganancias, principalmente porque veían que la plata mayor quedaba en poder de los empresarios a quienes la AAT había tercerizado la comercialización. Ya le habían ganado a Brasil en San Pablo y a los Estados Unidos en el Buenos Aires, donde provocaron la primera caída de John

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McEnroe en Copa Davis. En la primera serie sólo recibieron un pago simbólico y los viáticos; en los cuartos de final, con aquella victoria apoteósica sobre los norteamericanos, tampoco participaron en los dividendos, ya más considerables. En la siguiente rueda, entonces, la dupla Vilas-Clerc no quería quedar otra vez fuera de la fiesta: a través de sus coaches (el rumano Ion Tiriac por Willy; el chileno Patricio Rodríguez por Batata) fueron ne-gociando con la idea de ser socios en el inminente batacazo comercial y las grandes posibilidades de dar un paso gigantesco.

Los dirigentes ofrecieron una suma fija y los tenis-tas contraofertaron con llevarse el 41% de la recau-

dación bruta. No fue aceptado. Días después, desde Dusseldorf, horas antes de obtener la Copa Mun-dial, el 20 de mayo del ’80, los jugadores enviaron un comunicado donde solicitaban que una entidad profesional resolviera el problema. El presidente de la entidad madre era el Dr. Horacio Billoch Caride, hoy fallecido, quien cerró un convenio con un ente estatal –Canal 9- para evitar que cayera en manos privadas. Pero igualmente, según se puede com-probar leyendo notas publicadas aquellos días, la misma agencia de publicidad que manejó lo ante-rior vendía espacios para ese canal. Consecuencia: Vilas y Clerc seguían enojados.

Ese enfrentamiento no fue bien visto por el am-

biente tradicional del tenis. Y aquí nace la bomba que terminó por destruir hipotéticas uniones: el día previo al inicio, el jueves 18 de septiembre de 1980, en el diario La Nación se publicó una soli-citada. Estaba firmada por más de 200 personas vinculadas al tenis, quienes repudiaban las decla-raciones de los tenistas y alertaban “a la opinión pública sobre el daño que tales desafueros han causado al deporte todo...” Vilas, que había pedido una semana de tregua cuando arribó al país cuatro días antes, se derrumbó. Y Clerc fue detrás suyo en el tobogán de la depresión.

Paralelamente pasaba por migraciones un espigado y joven jugador checoslovaco llamado Ivan Lendl,

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IZQ. José Luis Clerc, uno de los protagonistas de la polémica semifinal con ChecoslovaquiaVilas y Clerc perderían el punto de dobles por 6-2, 6-4 y 6-3

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¿Cómo fue la serie?

José Luis Clerc a Pavel Slozil 6-3, 3-6, 4-6, 6-2 y 6-1Ivan Lendl a Guillermo Vilas 7-5, 8-6 y 9-7Lendl-Tomas Smid a Vilas-Clerc 6-2, 6-4 y 6-3Lendl a Clerc 6-1, 7-5, 6-8 y 6-2Vilas a Slozil 6-2 y 6-2

Lucilo del Castillo y Adriano Zappa, rumbo a Atenas. Pagaron los pasajes de su bolsillo para jugar Copa Davis.

desconocido para la mayoría. Pero venía pidiendo pista y su despertar tenístico fue justamente en nuestro país, aunque en el circuito ya era conside-rado un fenómeno y bajó del avión con los cuartos de final del US Open en su bolso. Muy peligroso para que dos hombres quebrados anímicamente lo tuvieran enfrente. Y no hubo caso. Clerc peleó hasta el límite de sus fuerzas para doblegar a un oponente limitado (Pavel Slozil, ubicado 65o en el ranking mundial) y más tarde Lendl le propinó el primer golpe al equipo nacional: venció a Vilas en sets corridos aunque sumamente disputados (7-5, 8-6 y 9-7). El 1-1 no significaba, en absoluto, una buena señal. Los checos estaban bien plantados, con Tomas Smid para el dobles, quien sin estar en su mejor nivel físico tenía oficio para jugar por pa-rejas y lo demostró: 6-2, 6-4 y 6-3 a los nuestros. La debacle encendió una luz naranja y bajó la guadaña

el Día de la Primavera: Clerc también cedió ante Lendl. A pesar de batallar y ganar emotivamente el tercer set por 8-6, sufrió quince minutos fatales donde el checo obtuvo seis games consecutivos y con eso el pase a la definición (que sería frente a Italia) en tres horas y media.

Saldo negativo en lo deportivo y para el futuro. Vilas declaró: “Fuimos momias porque pesaban más los problemas internos que el rival. No se dan una idea de qué significa hacer un saque, mirar al palco y chocarse con toda la solicitada de frente... La firmaron muchos que fueron amigos míos...” Y concluyó lapidariamente: “La Copa Davis ya es un ciclo terminado para mí. Es el fin de mi sueño y una de las mayores desilusiones que tuve”. El “día después” Billoch Caride renunció a la presidencia; asumió el escribano Juan José Vásquez, quien tam-

bién dimitió una semana más tarde por no estar de acuerdo con una decisión del Consejo de la AAT, que quería suspender a Vilas hasta que no “dé explicaciones satisfactorias de su proceder” durante aquel fin de semana. Para finalizar, las elecciones en la Asociación dieron como ganador a Vásquez –que se presentó con el apoyo del máximo jugador argentino-, recomponiéndose las relaciones y Vilas, por suerte, volvió a su gran amor.

• 1923 fue el año del debut, en Ginebra, frente a Suiza, y la Argentina resultó victoriosa. Luego, en 1926, el conjunto se trasladó a Barcelona y allí vencieron a Hungría. Diez días más tarde, en el mismo lugar, se jugó frente a España y el juez principal fue un español. Había motivos de recha-zo, pero no lo hubo: Enrique Obarrio -jugador y capitán del equipo argentino- sostuvo en aquel entonces que la hidal-guía española constituía un signo de equidad cierta en los fallos. Nos ganaron, sí, pero en buena ley.

• Luego formamos parte de otro eslabón ordenado en la Copa Davis de 1931. Nos ubicamos en Washington, el 27 de mayo. Eran los pasos previos a la confrontación Argen-tina-Estados Unidos, ganadores de las zonas Sur y Norte, respectivamente. Al término del sorteo, jocosos cronis-tas locales inquirieron el por qué de la “falta de plumas insertadas en las cabelleras de los visitantes”. Como

LUCES Y SOMBRAS DE LA “PONCHERA”

IZQ. Vilas quedó derrumbado anímicamente luego de la solicitada. Y luego del último partido declaró: “Fuimos momias porque pesaban más los problemas internos que el rival. No se dan una idea de qué signifca hacer un saque, mirar al palco y chocarse con toda la solicitada de frente...”DER. Iván Lendl y Tomas Smid, la pareja de dobles checa que superó a los argentinos

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respuesta, nuestro jugador Adriano Zappa les dijo que “su utilización se apreciará en los partidos; somos muy primi-tivos y a menudo en Buenos Aires miles de patos silvestres sobrevuelan por el cielo oscureciendo la ciudad”. Herbert Hoover, presidente local, terció para decir lo suyo: “En rigor, los que ciñen plumas son los estadounidenses”. Y pruebas al canto, elevó su mirada hacia un marco que ornamentaba la sala con la alada fi gura de un cóndor, símbolo de su país.

• Formar el equipo supone la elección de los más aptos para representarnos. Las designaciones de los que par-ticiparon en Washington en 1933 no fueron “jugadores nombrados por la Asociación Odontológica” como muchos pensaron y comentaron, sino por la Asociación Argentina de Lawn Tennis. Es una aclaración pertinente debido a un dato curioso: resultó llamativa la lista de los selecciona-

dos -Adelmar Echeverría, Lucilo del Castillo y Zappa- pues los tres eran dentistas...

• En 1936, del Castillo y Zappa fueron designados para jugar en Atenas. Eventualmente, la entidad rectora de nuestro teniss experimentó un bajón económico y carecía de fondos para solventar los gastos. Ante la emergencia, los tenistas decidieron cubrir el viaje de su peculio. Triun-faron sobre Grecia y perdieron ante Alemania.

• Un cariz distintivo tuvieron los hechos registrados en 1952. Correspondía enfrentar a Suiza como visitantes. Confi rmados Enrique Morea, Salvador Soriano y Alejo Rus-sell, se decide sumar a otro jugador. Entonces se realiza una selección, que gana Luis Morea. Pero, fi nalmente, no integró el equipo y se resuelve designar a Heraldo Weiss, excelente competidor pero enfrentado a una enferme-

dad terminal que le provocaría la muerte pocos meses después. En el ancladero quedó Luis. Se alzaron voces expresando disconformidad y fi nalmente mantuvieron el puesto, con la descripción de jugador-capitán.

• En el rosario copero entra en juego Ricardo Aubone. Faltando pocos días para defi nir el cuadro de Copa Davis que enfrentaría a Venezuela en Caracas, en 1968, con Modesto Vázquez y Norberto Herrero como titulares, a último momento se añade Aubone en mérito a que había derrotado a fi guras locales de primera línea. El, junto a Vázquez, obtiene el único punto argentino. Finalizada la serie, sigue viaje rumbo a Marruecos y gana el inter-nacional de Casablanca, consagrándose como el primer sudamericano en obtener ese torneo. Sin embargo, trazado el ranking nacional de ese año, Aubone no fi guró entre los mejores diez...

.: por roberto andersen / Autor del libro “La historia del teni en la Argentina”, en preparación.

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Masters[Shangai]

.: Master Cup 2005

.: enviado especial desde China:

sebastián fest

El lunes 21 de noviembre de 2005 tenía apenas horas de vida, y el corazón de David Nalbandian seguía latiendo a mil por hora. La derrota es dura, las desilusiones golpean fuerte, pero a veces ganar puede ser incluso más complejo que perder. ¿Cómo se hace para digerir el éxito cuando éste es tan grande como inesperado? ¿Cómo vive un campeón el primer día del resto de su vida?

.: fotos ron angle

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Quizás en eso pensaba Nalbandian cuando poco después de la medianoche se recostaba en una cama estilo oriental en el bar-restaurante “Face”, uno de los locales más “fashion” de la increíble metrópolis china. Era un festejo curioso, medido y sin desbordes, era el momento cumbre de una historia con todos los elementos para ser leyenda por décadas en el tenis argentino.

Todo había terminado y comenzado a las 20:54 del domingo 20, cuando Nalbandian no pudo más con su alegría, con su esfuerzo, con su euforia, y se de-rrumbó de espaldas sobre la velocísima superficie del “Qi Zhong Tennis Stadium”. Del otro lado de la red estaba Roger Federer, el suizo casi imbatible, el número uno del mundo que tuvo dos veces el título en sus manos, y que finalmente se inclinó ante las

agallas de un sorprendente argentino.

David Nalbandian ya era campeón del Masters de Shanghai, ya era “el” maestro entre los maestros, y ya había quebrado una nueva barrera en el tenis argentino, que en esa fría noche china dejaba descansar –como Gastón Gaudio un año antes en París- la permanente e ineludible mención a

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Guillermo Vilas, el único campeón del Masters que había dado hasta entonces el país.Nalbandian era el héroe de una semana inolvi-dable, el dueño del Masters más polémico de la historia, un torneo llamado a reunir a los mejores del mundo, pero que terminó convertido casi en un “Masters argentino” antes las renuncias de cinco de los principales jugadores del circuito. Renuncias que no empañan el éxito de Nalbandian.

El estuvo en cada momento dónde debía estar. Cerca del teléfono cuando la ATP le informó que su viaje de pesca al sur del país se transformaba en 30 horas de vuelo a China. Listo para jugar en el partido inaugural ante Federer, y cada vez más en forma a medida que avanzaba el torneo. Nalban-dian hizo lo que tenía que hacer, y al derrotar a Fe-derer en la final cerró la boca de cualquiera que se hubiese atrevido a relativizar su triunfo: el número uno del mundo no perdía una final en más de dos

años, y sólo ese triunfo le sobra a Nalbandian para sentirse dueño de la historia.

Lo es, y la suya en Shanghai fue una historia larga. Una historia que vale la pena volver a contar.

Nalbandian estaba ya en Shanghai. El sorteo lo había emparejado con Federer, Guillermo Coria e Ivan Ljubicic en el Grupo Rojo. Color –el rojo- que da suerte en muchos países de Asia. Es el caso en

ABA. Nalbandian encabeza la llegada de los jugadores al estadio Qi Zhong de Shanghai que fue inaugurado con este torneo.DER. En China se jugó sobre la dura superficie de Gerflor Taraflex.

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Tailandia y es el caso en China. En el grupo rojo comenzó Nalbandian el torneo y de rojo se vistió –descartando el negro- en los tres últimos sets de la fi nal ante Federer.

El otro grupo, el dorado, reunía a Rafael Nadal, An-dre Agassi, Gastón Gaudio y Nicolay Davydenko. Pero las disputas ya existían antes de comenzar a jugar. Nadal, que suele ser medido en sus críticas, salió con los tapones de punta: “No me gusta comenzar perdiendo de antemano”. El comenta-rio era a propósito de la velocísima “gerfl or”, una superfi cie sintética que Coria defi niría luego como “jugar sobre hielo”.Nadal tenía razón, pero no tuvo tiempo de demos-trarlo en la cancha. Pocas horas antes de su debut, el español anunciaba su renuncia al torneo. Un problema en el tobillo lo dejaba fuera de un certa-men que quería jugar “sí o sí”, y que 15 minutos después se sacudiría con otra renuncia de calibre, la del estadounidense Agassi.

“Compramos un Mercedes-Benz, pero ahora vemos que el 60 por ciento de las piezas no están”, dijo con la sonrisa congelada Li Qun Wang, jefe de Ba-Shi, la empresa china que invirtió millones y millones de dólares en el objetivo de organizar el mejor Masters de la historia. Wang se refería a las ausencias de Nadal y Agassi, pero también a las renuncias –conocidas la semana anterior- de Marat Safi n, Lleyton Hewitt y Andy Roddick.

La ATP y la ITF –coorganizadores del torneo- temblaban. De cierta indignación la ITF, por haberse enterado bastante después que la ATP de la renuncia de Nadal, y de incertidumbre la ATP, incapaz ya a esa altura de saber si la sangría de renuncias tendría fi n.

Noche agitada en Shanghai: un cuarto argenti-no -Mariano Puerta- y un chileno ingresaban al torneo. Puerta en reemplazo de Nadal, y Fernando González en lugar de Agassi. Y Puerta también

inquietaba a la organización. La ITF no había emi-tido palabra hasta entonces acerca de la denuncia del diario “L’Equipe”, que en su edición del 5 de octubre aseguró que Puerta dio positivo en un control antidoping en Roland Garros. Y ninguna historia periodística –por más serio y reconocido que sea el medio en cuestión- tiene el poder de cambiar las reglas en el tenis. Puerta, sonriente y con ganas de disfrutar al máximo de su primer Masters, se propuso jugar sin pensar en otra cosa que no fuera tenis.

“Las cartas me temblaban en las manos”, confesó el zurdo, que se enteró de que jugaría mientras disputaba una partida de póker con Gaudio.

Puerta perdió sus tres partidos, pero nadie pudo impedirle ocupar el lugar que se había ganado en la lejana y por momentos curiosa China.

Curiosa, porque no hay lugar en el mundo donde

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Guillermo Coria, quien llegó 3 veces al Masters Consecutivamen-te, no rindió como se esperaba

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los periodistas en la sala de prensa aplaudan sis-temáticamente a sus entrevistados, hayan ganado o perdido. Curiosa, porque la inmensa mayoría de los muchos periodistas chinos en deportes son mujeres. “Somos las mejor preparadas para rela-cionarnos con las estrellas”, explicaban. “Mejor que los hombres”. Curiosa, porque sus preguntas eran, en fin, curiosas: “¿Cómo es tu mujer ideal?”.

China es así: enorme, desbordante, laboriosa, persistente. Subdesarrollada aún en lo tenístico, quiere salvar con millones esa distancia que la separa de las potencias. Y lo está logrando. Cuenta ya con tres jugadoras de buen nivel, una medalla de oro en el dobles femenino de Atenas 2004 y un estadio que es la envidia del mundo. Con un techo retráctil en forma de magnolia, el “Qi Zhong Tennis Stadium” será sede del Masters hasta 2007. Su público aún disfruta más de las estrellas que del tenis en sí, pero no hay duda de que los chinos aprenderán a entender el tenis. Les falta un jugador de nivel entre los hombres, pero les sobra dinero, paciencia y voluntad.

Mientras los chinos intentaban comprender mejor ese deporte que hasta hace unos pocos lustros era propio del “capitalismo decadente”, el torneo seguía su marcha. Luchaban por el título cuatro argentinos –sólo Estados Unidos superó esa marca, con seis en 1978 y cinco en 1985-, un croata, un chileno, un ruso y un suizo. Sobre todo un suizo.

“¡Que no se lesione!”. El ruego, por lo bajo, era unánime en Shanghai. Federer –el suizo en cues-tión- no había desperdiciado ninguna oportunidad de recordar que sólo dos semanas antes camina-ba en muletas. Y algo de eso hubo en su debut, cuando trastabilló ante Nalbandian. Pero el suizo se rehizo, y levantó un 3-1 y 40-30 en contra hasta ganar 6-4 el tercer set. Federer reía primero, pero ya se sabe lo que reza el dicho.

El torneo estaba revuelto, y en ese río de corrientes encontradas, parecía que un hombre tenía las me-jores chances de “pescar” un buen trofeo. Ljubicic, el gigante croata protagonista de un excepcional final de temporada, estaba a sus anchas sobre el “hielo” de Shanghai. Paseó a Coria sin problemas en su debut, y estuvo a punto de batir a Fededer en el segundo partido. Envalentonado, salió a criticar a aquellos que cuestionaron la velocidad de una superficie que debería ser más ecuánime. “Que se calle y juegue”, dijo en referencia a Coria.

Pero sería Ljubicic el que debería finalmente callarse. Se jugaba con Nalbandian el pase a semifinales. El que ganara el partido llegaría a la antesala de la final. Nunca se sabrá si Nalbandian se motivó especialmente tras escuchar las des-pectivas frases de Ljubicic, pero el argentino jugó uno de los mejores partidos de su vida y arrasó al croata por 6-2 y 6-2. Las semifinales ya eran un hecho, al igual que para Federer, que venció en tres curiosos sets a un irregular Coria.

En el otro grupo también había un partido que defi-nía todo. Con Davydenko ya semifinalista, Gaudio y González se jugaban el pase a la ronda de los últimos cuatro. El 3-0 a favor del argentino en sus enfrentamientos personales con el chileno llamaba a engaño, porque la cancha de Shanghai cambiaba

ARR. “No tengo que subir el nivel para seguir ganando”, dijo Federer. Lo demostró en Australia.ABA. Gastón Gaudio, quien entró en lugar de Lleyton Hewitt, tuvo un muy buen desempeño en su primer torneo de maestros.

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la ecuación. Tanto, que González parecía imbatible tras el 6-1 del set inicial ante Gaudio. Horacio de la Peña, recién llegado a China tras un accidentado viaje desde Chile que incluyó la interrupción de su luna de miel y el olvido de gestionar la visa, sonreía en la tribuna: era el “milagro chileno”, las semifi nales de un Masters para un jugador que viajó de urgencia tras ser despertado luego de una noche de fi esta, dormido en lo más profundo de sus vacaciones.

Fue el “milagro Gaudio”. González sacó 6-1 y 5-3, pero perdió el servicio. Tuvo tres match points sobre el saque de Gaudio. Pero perdió el set. Se recuperó de un 2-4 en el tercero para ubicarse 5-4. Y volvió a perder: Gastón Gaudio estaba en las semifi nales del Masters, y China ya no podía evitar el intento de pronunciar ese nombre.

“Ar-gen-ti-na”, las cuatro sílabas del éxito en Shanghai.

El señor Li es un hombre fundamental en el

Masters de tenis de Shanghai: de él depende que la treintena de lujosos Mercedes-Benz estacionados frente a la entrada del torneo estén perfectamente alineados. Es una cuestión de milímetros, aunque preciosos, porque no da en absoluto lo mismo que el nuevo Clase S le saque medio neumático a su compañero de la Clase E. Eso es algo que no se puede permitir el señor Li: la hilera debe ser per-fecta, los coches deben estar relucientes, la imagen debe ser impoluta.

Como todo en Shanghai, con atenciones hacia los protagonistas que eran casi excelsas. “Si yo pido que me lleven a algún lado, inmediatamente lo hacen. Cualquier cosa que se me ocurra”, aseguró uno de los participantes en el torneo. Lo mismo valía para sus familiares, alojados en alguna de las dos habitaciones que la organización pagaba a los jugadores, ubicados en una lujosa suite.

Califi cativo que no valía para el vestuario en el torneo. Porque no se puede hablar de vestuario, hay que hacerlo en plural. Nueve puertas con el

nombre de cada jugador ubicadas en las catacum-bas del estadio.

Cada vestuario individual era una cómoda y amplia habitación con baño que muchos envidiarían como vivienda permanente. Un televisor de plasma de generosa pantalla, una pequeña heladera con for-ma de lata de cerveza en la que se enfriaban ocho bebidas, dos sillones rojos, una mesa baja donde apoyar las piernas, decoración minimalista, una ducha potente. Música, buena luz.

En ese ambiente pasaron sus últimos minutos previos a cada partido los cuatro semifi nalistas. Cada vestuario era exactamente igual al otro, pero algo diferente debe haber sucedido en el de Gastón Gaudio. El mismo jugador capaz de luchar para dar vuelta el partido ante González hizo historia el sábado 19 al convertirse en el primer tenista en la historia del Masters en perder un partido por 6-0 y 6-0. Fueron 51 minutos de tortura para el campeón de Roland Garros, que siempre podrá decir que la aniquilación de su juego fue responsabilidad de Federer, el hombre que promete luchar por el título de mejor jugador de todos los tiempos.

Pero Gaudio no fue Gaudio, aunque la sucesión de lucha épica y derrota sin atenuantes en apenas 24 horas sea también una buena síntesis de los altiba-jos de su tenis. Gaudio insinuó lucha en los dos pri-meros games, pero eso fue todo, y se despidió con amargo humor de un torneo que nunca olvidará.

Los espectadores chinos y los periodistas de todo el mundo se miraban con asombro cuando un rato más tarde Nalbandian ganaba el primer set de su semifi nal ante Davydenko. El resultado, cómo no, 6-0. Un 6-0, 6-0 y 6-0 para una peculiar noche de semifi nales. ¿Habría un cuarto 6-0?

No lo hubo, y no importó. Nalbandian ganó el set por 7-5, y así llegaba a la fi nal. El Masters no cono-cía semifi nalistas argentinos desde enero de 1983

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De izquierda a derecha de arriba hacia abajo: Guillermo Coria, Andrea Agassi, David Nalbandian, Rafael Nadal, Nikolay Da-vydenko, Roger Federer, Gastón Gaudio y Ivan Ljubicic,

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–Guillermo Vilas, claro-, y mucho menos fi nalistas: el último y único había sido Vilas en 1974, cuando conquistó Melbourne en la fi nal sobre Illie Nastase.Marcas fulminadas por la nueva generación del tenis argentino, la más exitosa de la historia.

Quedaba el último paso, el más difícil. Porque era cierto que Nalbandian llegaba a ese partido con una ventaja de 5-4 en los choques con Fededer, pero también que el argentino había sido incapaz de derrotar en los últimos dos años a la mejor versión del suizo, a esa máquina de perfección sutil, a ese tenis de fría genialidad.

Durante una hora Federer y Nalbandian jugaron un tenis de gran nivel. No perfecto, porque Federer cometía errores en los que habitualmente no cae, pero sí atractivo, luchado, pleno de incertidumbre.Federer mostraba su clase junto a dudas que habitualmente no exhibe: llegadas a destiempo a la pelota, errores groseros y golpes imprecisos. Nal-

bandian, con su tenis tan granítico como talentoso, lo complicaba como pocos lo hacen.

Sin entrenador tras haber cortado su relación con Eduardo Infantino, Nalbandian recibía instruc-ciones del español Carlos Costa, ex jugador, su manager en IMG y sparring durante la semana de Shanghai. Costa estaba en primera fi la, la novia y la madre de Nalbandian, detrás.

Para sufrir, porque tras dos horas y 17 minutos Federer se ponía dos sets a cero, pese a los tres set points que tuvo el argentino en el segundo parcial.

Nalbandian regresaría cambiando su camiseta negra por una roja, y su suerte cambió. Cuando se pensaba que bajaría los brazos ante las oportu-nidades perdidas, abrió el tercer set quebrando a Federer, volvió a quebrar para una ventaja de 5-2 y, con un servicio a 192 kilómetros por hora logró que una derecha del suizo se fuera por centímetros

66>67para llevarse el parcial por 6-2 tras cuatro pelotas de set y tres horas exactas de juego.

El argentino quebró para 2-1 en el cuarto. Federer pidió un “time out”: un fi sioterapeuta ingresó al estadio para masajearle con energía y durante varios minutos el muslo izquierdo. Tres horas y 15 minutos de juego, y el suizo parecía más vulne-rable que nunca antes en 2005. El frío arreciaba por las bocas de acceso al estadio, y el partido, que comenzó con 13.000 espectadores, se fue vaciando progresivamente hasta quedar con escasos 9.000 cuando Nalbandian quebraba de nuevo para ade-lantarse 4-1 en el cuarto set. Federer entregaría los últimos dos juegos sin luchar ni ganar un punto. Y nada cambió en el quinto set, con un Federer desinfl ado y molesto.

Un grito de desahogo surgió de la garganta del argentino al quebrar para 2-0. Por primera vez, tras casi cuatro horas de lucha, tenía una ventaja clara. Un rato después, tras una doble falta para ceder en cero su saque, Federer se plantaba en el fondo de la cancha cruzado de brazos, visiblemente molesto. Nalbandian estaba ya 4-0, rumbo a un título con el que ni soñaba dos semanas antes. Y la “barra quilombera” surgió potente en la tribuna.

Prematura, quizás, porque en cuestión de minutos el 4-0 de Nalbandian se transformó en 5-5. Nadie se atrevía ya a apostar por un ganador. Federer sacaría 6-5 y 30-0, pero Nalbandian se sobrepuso para de-volver el quiebre. Tras cuatro horas y 27 minutos, todo desembocaba en un tie break. El desempate tuvo la misma tensión y emoción del resto del par-tido, pero fi nalmente Federer se encontró sacando con una desventaja de 6-3. Y la cita con la historia llegó a las 20:54, hora de Shanghai. Una derecha de Federer en la red, un Nalbandian emocionado que cae de espaldas, un 6-7 (4-7), 6-7 (11-13), 6-2, 6-1 y 7-6 (7-3) para la historia y el tenis aún sin creer el partido que el cierre de 2005 le regaló.

Apenas terminada la fi nal, David Nalbandian le dijo a Roger Federer: “Volverás a ganar muchas veces más”.

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.: Opinión.: por sebastián fest

.: fotos ron angle

El tenis busca su camino¿Sirve un John McEnroe de 47 años jugando do-bles junto a Jonas Bjorkman? ¿Mejora al tenis? Hay tiempo para comprobarlo, porque el torneo de San José se juega en febrero. Pero más allá de lo que sea capaz de hacer “Big Mac”, el tenis sabe que sus problemas de hoy pasan por otro lado: demasiados torneos y demasiado dinero.

Que hay demasiados torneos es algo que cualquier jugador comenta apenas tiene oportunidad. Que hay demasiado dinero no genera en cambio tanto entusiasmo. Lo dicen algunos por lo bajo, pero escupir al techo no es, en general, una actividad que interese a nadie.

Rafael Nadal, el español que a los 19 años es ya el número dos del mundo, es uno de los más en-tusiastas a la hora de proponer cambios. Si por él fuera, el round-robin sería un sistema generaliza-do: todos los torneos se jugarían como el Masters.“El tenis va por un camino que es demasiado duro.

No puede ser que tanta gente se lesione tanto. Y eso es porque se le pide al cuerpo más de lo que puede dar. El circuito podría ser diferente. Creo que los torneos podrían hacerse en formato round-robin, con jugadores enfrentándose en grupo. ¿Qué es lo que quiere la televisión? Ver a Federer, que es el mejor, jugando contra los mejores”, explicó con adolescente desparpajo durante el Masters de Shanghai.

“Yo instrumentaría el tenis en diferentes ligas de 25 o 30 jugadores cada una. Existiría una Súper-Liga y otras sucesivas, con el dinero que se reparte ahora y todo, que no le quiero quitar el trabajo a nadie. Serían unos pre-torneos que te permitirían acercarte a la Liga principal”, continuó.

Nadal cree que sus once torneos de 2005 valen bastante más que los 16 ganados por Guillermo Vi-las en 1977. “En el tenis de ahora hay mucha más igualdad que antes. En la época de Connors, Mc-

Enroe o Vilas hasta los cuartos de final no tenían ningún problema. Para nosotros ahora cada partido es casi un drama”.

El afán reformista de Nadal se extiende al dobles, una disciplina marginada por la ATP en 2005 y que tiene una nueva oportunidad en 2006. “El dobles está muy mal planteado”, cree Nadal, un jugador que disfruta compitiendo en la especia-lidad por parejas. “Se me ocurre que sería bueno que los resultados en dobles contaran un poco para el ranking individual, y que el torneo (de parejas) terminara el jueves, en vez del domingo”.

Propuestas, propuestas... Como las que está escu-chando el sudafricano Ettiene de Villiers, nuevo hombre fuerte de la ATP tras 15 años de “reinado” del estadounidense Mark Miles. De Villiers es un hombre de negocios antes que un hombre de tenis, un ejecutivo curtido en la industria del entretenimiento, pero que ama al deporte. Todos

La coincidencia es total: el circuito debe cambiar

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quieren acercarse a él desde el inicio para sacar tajada en el futuro. Como dijo Ion Tiriac: “Lo que no haga en sus dos primeros años de mandato, ya no lo hará luego”.

Nadie sabe aún qué se propone De Villiers. Pero Tiriac, consecuente con su categoría de hombre más poderoso del tenis mundial, está intentando hacer sentir su fuerza desde el inicio. El rumano pretende un circuito mucho más reducido que el actual, pero pretende, sobre todo, obtener la venia para organizar un mini Grand Slam en Madrid semanas antes de Roland Garros. Muy amigo de

Miles, con el que frecuentemente sale de caza, Tiriac quedó sin embargo algo desilusionado con los tramos finales del mandato del estadouniden-se, del que esperaba más fuerza en las reformas. De Villiers no tendrá el tiempo que tuvo Miles. La próxima etapa en la expansión del tenis pasa por China, un mercado gigantesco y casi virgen. Por ahí anda Miles, que no se cansa de repetir que el futuro está en Asia. Y por ahí anda también Tiriac, capaz de dar un portazo, llevarse el Masters Series que con tanto éxito organiza en Madrid y plantar-se en China para que quede claro de una vez por todas quién manda en el tenis.

Nadal en Shangai, tratando de explicar por qué ni siquiera salió a jugar contra Gaudio. Su lesión en el pie izquierdo no le permitió jugar desde entonces.“El dobles está muy mal planteado”, cree Nadal.

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Culminó la temporada internacional y ya no existen posibilidades matemáticas de variar las posiciones de los ránkings. El formato implemen-tado por la ATP a partir de 2000, que divide las ubicaciones según la actuación del año (Carrera de Campeones) o los promedios anuales (Sistema de Entradas), determinó que este año el mejor argen-tino fuera, imprevistamente, David Nalbandian. ¿Por qué imprevistamente? Por una simple y gran-diosa razón: al ganar la Tennis Masters Cup, el último torneo de 2005, sumó los puntos suficien-tes para desplazar a Guillermo Coria –el mejor en 2003 y 2004- y sentarse en el sillón dorado. Coria tenía prácticamente asegurada la primacía y sólo por algunas semanas había cedido el liderazgo: el lunes 4 de abril Gastón Gaudio lo superó convir-tiéndose en el No 1 del país, el 6 de junio cuando Guillermo Cañas quedó en la cúpula después de su actuación en Roland Garros y otra vez Gaudio, el 1o de agosto. Nalbandian le arrebató la posición de vanguardia y así quedará, para siempre, en las estadísticas históricas.

Entrando en el túnel de los recuerdos, los primeros registros de ordenamientos se encuentran en 1929, cuando Guillermo Robson fue considerado el rey entre los argentinos. En los siguientes períodos no pudo contener el avance de Ronaldo Boyd, pero regresó en 1932 para dominar otros tres periplos en forma indiscutida. Este deporte se fue haciendo conocido poco a poco. En 1923 se participó por pri-mera vez en Copa Davis; en 1926 el Buenos Aires Lawn Tennis Club inauguró su imponente estadio

De Robson a Nalbandian, un largo camino

y los apellidos ligados al tenis sonaban más fami-liares al leerlos en las crónicas de los diarios. Para-dójicamente, Carlos Caminos, que jugó el primer encuentro por nuestro país en la Copa Davis (frente a Suiza en Ginebra) no figuró nunca como número uno. A Robson lo sucedió Lucilo del Castillo (1935-36) y más tarde Héctor Cattaruzza y Alejo Russell, quienes compartieron el cetro en 1937 (Cattaruzza estuvo solo en el ’38) pero Russell se cortó con una racha de cinco años consecutivos en la cumbre, aunque en realidad, en 1943, se le adosó el norte-americano William Donald McNeil, quien había cumplido los dos años de residencia mínima en el país y la actuación consecutiva que establecían los reglamentos de la Asociación Argentina de Tenis para figurar en el ranking nacional.

Heraldo Weiss tuvo el honor en 1944, pero no pudo repetir ya que en el ’45 la AAT decidió no confeccionar el ranking por no llevarse a cabo el Campeonato de la República –el más importante torneo de la región- como consecuencia de la poca predisposición de los tenistas argentinos a partici-par. Habían comprometido su lugar en el cuadro los tenistas brasileños Rolando y Armando Vieira; los norteamericanos Frank Shields y Tony Trabert y los chilenos más encumbrados. A partir de 1946 el único nombre que acaparó las noticias fue el de Enrique Morea: número uno 16 veces, con algunas salvedades. En 1953 lo desplazó Ernesto della Pao-lera; en 1961 y 1963 quedó emparejado con Eduar-do Soriano y en 1966 con Soriano y Roberto Aubo-ne. “Tato” Soriano también produjo su seguidilla,

.: Los Nº 1 de la Argentina de todas

las épocas .: por carlos ranieri

.: fotos ron angle / archivo

IZQ. ARR. Guillermo Robson “inauguró” los ránkings argentinos oficiales en 1929.IZQ. ABA. Enrique Morea fue por primera vez el mejor argentino en 1946 y lo sostuvo 16 años.CEN.Guillermo Vilas fue número uno del país diez años seguidos y luego alternó con José Luis Clerc, completando doce temporadas.DER.En la actualidad, David Nalbandian es el mejor argentino clasificado en el ranking del ATP.

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pues se mantuvo entre el ’62 y el ’66. El profesio-nalismo en ciernes atrajo a más y más jugadores y Julián Ganzábal, líder entre 1967 y 1970, fue el hombre a vencer hasta la irrupción revolucionaria de Guillermo Vilas, que no dejó torneo por ganar y, lógicamente, en diciembre de cada año fue “conde-corado” con el No 1 de la Argentina. Vilas sostuvo ese lugar entre 1971 y 1980 (diez años seguidos) hasta que José Luis Clerc le arrebató el puesto en 1980 y alternaron hasta 1984, cuando sus carreras fueron perdiendo fuerza.

Con todo más fresco en la memoria, promediando los ’80, la figura fue Martín Jaite (‘85, ‘86 y ‘87);

luego Guillermo Pérez Roldán (actual coach de Ma-riano Puerta) y Alberto Mancini (capitán del equipo de Copa Davis) comandaron hasta 1992. Javier Frana terminó arriba en 1993 y 1995; Franco Davin (hoy coach de Gaudio) en 1994; Hernán Gumy (en-trenador de Kuerten) en 1996-97; Mariano Puerta –cuya calidad no es de ahora, evidentemente- fue el mejor argentino en 1998; Mariano Zabaleta en el ’99; Franco Squillari en 2000 (cuando fue semi-finalista del Abierto de Francia); Cañas en 2001 y Nalbandian en 2002, después de arribar a la final de Wimbledon. Estos fueron todos nuestros No 1. En singles, claro. También los hubo en dobles y en damas. Pero esa es otra historia.

Número uno de Argentina (por semana)Desde la creación del ranking mundial el 23 de Agosto de 1973

Nº 1 argentino Fecha

David Nalbandian 21-Noviembre-2005

Guillermo Coria 22-Agosto-2005

Gastón Gaudio 01-Agosto-2005

Guillermo Cañas 06-Junio-2005

Gastón Gaudio 25-Abril-2005

Guillermo Coria 18-Abril-2005

Gastón Gaudio 04-Abril-2005

Guillermo Coria 19-Mayo-2003

David Nalbandian 28-Octubre-2002

Guillermo Cañas 05-Agosto-2002

David Nalbandian 08-Julio-2002

Guillermo Cañas 13-Agosto-2001

Guillermo Coria 30-Julio-2001

Guillermo Cañas 23-Julio-2001

Franco Squillari 12-Junio-2000

Mariano Puerta 15-Mayo-2000

Franco Squillari 08-Mayo-2000

Mariano Zabaleta 10-Mayo-1999

Franco Squillari 03-Mayo-1999

Mariano Puerta 12-Octubre-1998

Franco Squillari 22-Junio-1998

Hernán Gumy 15-Junio-1998

Guillermo Cañas 18-Mayo-1998

Hernán Gumy 30-Marzo-1998

Franco Squillari 02-Febrero-1998

Hernán Gumy 20-Mayo-1996

Javier Frana 24-Abril-1995

Franco Davin 19-Septiembre-1994

Javier Frana 12-Septiembre-1994

Franco Davin 22-Agosto-1994

Gabriel Markus 13-Junio-1994

Javier Frana 06-Junio-1994

Gabriel Markus 02-Mayo-1994

Franco Davin 28-Marzo-1994

Javier Frana 08-Noviembre-1993

Horacio de la Peña 01-Noviembre-1993

Guillermo Pérez Roldán 18-Octubre-1993

Horacio de la Peña 11-Octubre-1993

Guillermo Pérez Roldán 20-Septiembre-1993

Horacio de la Peña 23-Agosto-1993

Guillermo Pérez Roldán 10-Mayo-1993

Franco Davin 03-Mayo-1993

Guillermo Pérez Roldán 19-Abril-1993

Gabriel Markus 12-Abril-1993

Alberto Mancini 05-Abril-1993

Franco Davin 22-Marzo-1993

Alberto Mancini 22-Julio-1991

Guillermo Pérez Roldán 06-Agosto-1990

Martín Jaite 13-Febrero-1990

Alberto Mancini 22-Mayo-1989

Guillermo Pérez Roldán 16-Mayo-1988

Martín Jaite 16-Junio-1986

Guillermo Vilas 09-Junio-1986

Martín Jaite 22-Julio-1985

José Luis Clerc 01-Abril-1985

Guillermo Vilas 16-Julio-1984

José Luis Clerc 21-Mayo-1984

Guillermo Vilas 23-Abril-1984

José Luis Clerc 03-Octubre-1983

Guillermo Vilas 29-Marzo-1982

José Luis Clerc 08-Junio-1981

Guillermo Vilas 23-Agosto-1973

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.: rankings ATP.: por mariano ryan

.: fotos ron angle

RANKING MASCULINO

Los mejores argentinos

[45] Juan Ignacio Chela

[46]José Acasuso

[56]Agustín Calleri

[62]Mariano Puerta

[79]Juan Mónaco

[80]Carlos Berlocq

[88]Mariano Zabaleta

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ROGER FEDERERNúmero 1 del mundo por segundo año consecutivo ganan-do 11 títulos, perdiendo apenas cuatro, el suizo arrancó en gran forma el 2006. Jugó dos torneos y los ganó. En Doha se coronó sin perder un set, mientras que en Austra-lia se impuso sobre el chipriota Baghdatis para ganar su séptimo título de Grand Slam.

RAFAEL NADALEl español fue la gran explosión de la temporada pasada, en la que también logró 11 títulos y sufrió sólo 10 derrotas en 89 partidos. Cerró el año lesionado y por esa razón no jugó nada de la gira por Asia y Oceanía que terminó en Australia, donde fue uno de los grandes ausentes. Su esperanza es volver en Marsella.

ANDY RODDICKEl estadounidense quedó el año pasado entre los tres me-jores del mundo por tercer año consecutivo. Obtuvo cinco títulos, además de haber sido finalista en Wimbledon. También terminó el año lesionado y reapareció en Austra-lia, pero llegó apenas a los octavos de final, donde perdió frente al sorprendente chipriota Baghdatis.

DAVID NALBANDIAN El argentino logró llegar por lo menos a los octavos de final en los cuatro Grand Slams y tuvo un gran final ga-nando el Masters. Después de abandonar en la exhibición de Kooyong, debutó en 2006 jugando en Australia, donde llegó hasta las semifinales y perdió con el chipriota Bagh-datis para acumular 230.640 dólares.

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IVAN LJUBICICEl croata fue la sensación de la última parte de la tem-porada pasada y con su saque hizo estragos. En ese lapso ganó la Copa Davis, fue campeón de Metz y Viena. Este año también arrancó ganando en Chennai y trepando hasta los cuartos de final de Australia, donde perdió (sí, adivinó) con el chipriota Baghdatis.

NIKOLAY DAVYDENKOEl ruso jugó mucho (86 partidos) y, en silencio mejoró su ranking. Sobre el cierre de la temporada fue semifinalista en el Masters. Este año arrancó jugando tres torneos en los que llegó a los cuartos de final en Doha, a las semifinales en Sydney y a los cuartos de final en Australia. Acumula 164.320 dólares.

GUILLERMO CORIA El argentino terminó entre los ocho mejores del ranking por tercer año seguido. Después de una intensa pretemporada en Cariló, se presentó en Australia, donde apenas accedió a la tercera ronda y con problemas en el saque perdió contra el francés Grosjean. Enseguida se desvinculó de su entrenador, el español Perlas.

GASTÓN GAUDIO El argentino fue el tercero que más títulos ganó en 2005 detrás de Federer y Nadal: Cinco. Sobre el cierre se me-tió en las semifinales del Masters. En enero jugó la Copa Hopman junto a Dulko y debutó en Australia, donde arribó hasta la tercera ronda. Allí perdió con el francés Santoro para acumular 35.360 dólares.

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ANDRE AGASSIEl estadounidense jugó sólo 50 partidos y terminó a los 35 años por 16a vez entre los 10 mejores,. Sufrió con las lesiones durante casi todo el año y sus molestias en la ca-dera impidieron que debutara en 2006 hasta Delray Beach. Antes de Australia se lesionó y el primer Grand Slam se quedó sin una estrella indiscutible.

DAVID FERREREl español se dio el gusto de convertirse en top ten por pri-mera vez. Su presentación en 2006 fue en Auckland, donde trepó hasta los cuartos de final. Después, en Australia, se hizo un lugar en los octavos de final luego de superar al gigante sacador croata Ancic, pero perdió en sets corridos con el francés Santoro.

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RANKING FEMENINO

Las mejores argentinas

[31] Gisela Dulko

[55]Mariana Díaz Oliva

[141]María Emilia Salerni

[146]Clarisa Fernández

[181]María José Argeri

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KIM CLIJSTERSLa belga se dio el gusto de ganar su primer Grand Slam en Flushing Meadows y quedó a un paso del número 1 en 2005. Este año arrancó con los cuartos de final de Sydney (no se presentó ante la italiana Schiavone) y la semifinal de Australia frente a la francesa Mauresmo. Acumula 226.475 dólares.

AMELIE MAURESMOAl final de 2005, la francesa ganó en Filderstadt y su primer torneo grande en el Masters. Este año arrancó con derrota en su presentación en los octavos de final de Syd-ney pero en Australia alcanzó la gloria al obtener su primer Grand Slam frente a la belga Henin-Hardenne. Embolsa 868.437 dólares.

LINDSAY DAVENPORTLa estadounidense terminó 2005 arriba de todas por cuar-ta vez. Jugó 70 partidos de los que ganó 60. El final del año fue contundente con tres títulos consecutivos. Debutó en 2006 en Australia y allí llegó hasta los cuartos de final, donde perdió con la belga Henin-Hardenne. Embolsa 105.937 dólares.

MARIA SHARAPOVA La rusa terminó en el ranking en igual que en 2004. En los torneos de Grand Slam llegó siempre a los cuartos de final, aunque no disputó ninguna de las finales. Fue otra de las que en 2006 se presentó directamente en Australia, donde fue semifinalista y perdió con la belga Henin Hardenne. Suma 211.875 dólares.

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JUSTINE HENIN-HARDENNELa belga sufrió con lesiones y enfermedades en 2005. Perdió apenas cinco partidos y ganó en Roland Garros su cuarto Grand Slams. En 2006 arrancó con título en Sydney y final de Australia, donde con problemas físicos debió retirarse contra la francesa Mauresmo. Acumula 519.248 dólares.

MARY PIERCELa francesa resucitó en 2005 al llegar a las finales de Roland Garros y Flushing Meadows, algo que nunca había logrado. Después de cuatro años volvió a terminar entre las top ten del circuito. Sin embargo, fracasó en el inicio de la temporada ya que apenas llegó a la segunda ronda de Australia. Embolsa 19.774 dólares.

NADIA PETROVA La rusa cumplió el objetivo de terminar top ten en 2005 pese a sufrir 22 derrotas. Esta temporada la arrancó llegando a las semifinales de Auckland. Y después fue cuartofonalista en Sydney (no se presentó ante la belga Henin-Hardenne) y en Australia (eliminada por la rusa Sharapova).

PATTY SCHNYDER A los 26 años, la suiza tuvo su mejor temporada en 2005. Para terminar entre las top ten se impuso en 58 partidos con 25 derrotas. Ya este año fue cuartofinalista de Gold Coast (perdió con la checa Safarova) y de Australia (con la francesa Mauresmo) y octavofinalista de Sydney (con la eslovaca Hantuchova).

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ELENA DEMENTIEVADesde 2003 la rusa se mantiene entre las top ten. En los Grand Slams fue octavofinalista en Australia, Roland Garros y Wimbledon y semifinalista en Flushing Meadows. El inicio de 2006 la vio lejos de su nivel y perdiendo en su debut en Australia frente a la alemana Schruff. Acumula 23.529 dólares.

VENUS WILLIAMSLa estadounidense perdió apenas 10 partidos, pero sobre todo volvió a festejar después de cuatro años al ganar en Wimbledon su quinto Grand Slam. Antes había perdido nada menos que cinco finales. En 2006 debutó en Australia pero la sorprendió la búlgara Pironkova, quien la eliminó. Suma 12.713 dólares. Australia. Acumula 164.320 dólares.

[213]Natalia Gussoni

[235]Soledad Esperón

[275]Andrea Benítez

[308] Jorgelina Cravero

[321]Paola Suarez

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Linda, carismática y exitosa, la rusa María Sha-rapova hizo valer sus atributos y realizó una cui-dadosa producción especial para la revista Vogue italiana, fotografiada por Lorenzo Bringhelli. Cada vez más dedicada a las incursiones en el mundo de la moda, la campeona de Wimbledon 2004 redobló la apuesta y en diciembre presentó joyas y diseños propios y desfiló en Japón. De paso, dis-putó tres partidos de exhibición con la tenista local Ai Sugiyama como parte de una gira en la que también pasó por India y Rusia. La rubia nacida en Siberia y radicada en los Estados Unidos, de 18 años, no se cansa de facturar: con varios millones de dólares en el banco, es una de las deportistas con mayores ganancias al margen de los courts y tiene como principales auspiciantes a Nike, Prin-ce, Speedminton, Motorola, TAG Heuer, Parlux, Honda, Canon y Palmolive.

.: En el fleje

.: por josé luis dominguez.: fotos ron angle

EN ASCENSO

Con apenas 17 años, Juan Martín del Potro trepó casi 900 puestos en el ranking en un año. El tandi-lense está dentro de los 160 mejores de la clasifi-cación y va por más.

EN DESCENSOEl español Albert Costa fue campeón de Roland Ga-rrós en 2002, pero entre lesiones y bajas actuaciones cayó hasta el puesto 157 y salió del top 100 por pri-mera vez en 13 temporadas.

JUAN MARTIN DEL POTRO

ALBERT COSTA

Los negocios de la Sharapova

manía puede apreciarse en toda su dimensión en www.atptennis.com/baghdatis/

MarcosmaníaEl rutilante paso de Marcos Baghdatis por el Abier-to de Australia, que incluyó la llegada a la final con victorias sobre tres top ten (Roddick, Ljubicic y Nalbandian) lo convirtió en la gran revelación del certamen, y en una celebridad en Chipre, donde una calle de Limassol, su ciudad natal, ya lleva su nombre. A medida que se sumaban las derrotas, el chipriota pasó de ver su nombre perdido en la lista de resultados a ocupar las primeras planas de los principales diarios de Melbourne, junto con los simpatizantes griegos que lo seguían a todas partes, y con Camille, la modelo francesa con la que está de novia desde hace unos meses. El caris-mático Baghdatis, que fue recibido por miles de personas en su regreso a casa y por su actuación se le concedió una prórroga especial para no cumplir con el servicio militar en su país, es también uno de los apenas cinco jugadores a los que la ATP debió crearles una página especial por su popula-ridad. Los otros cuatro son Roger Federer, Rafael Nadal, Andy Roddick y Lleyton Hewitt. La Marcos-

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Escultura de GrafLa alemana Steffi Graf, ex número 1 del mundo, ya pasó al bronce en vida. La esposa de Andre Agassi fue distinguida en Bruhl, su ciudad natal, con una escultura de 3,40 metros de altura y 1,60 de ancho que está emplazada en la entrada de un parque que, precisamente, lleva el nombre de la deportista más conocida de esa localidad. Graf, que vive en los Estados Unidos con su marido, tiene dos hijos, Jaden Gil, de 4 años, y Jaz Elle, de 2, y visita regu-larmente Alemania. Recientemente también fue homenajeada en Dortmund, en un estadio que fue bautizado con su nombre y en el que protagonizó una exhibición con una de sus grandes rivales, Gabriela Sabatini. La argentina está muy por de-bajo de Graf en el historial, pero con once triunfos oficiales, es la jugadora que más victorias consiguió ante la leyenda alemana.

Cash juega y cantaA los 41 años, Pat Cash se dio el lujo –un tanto fugaz, por cierto- de regresar al circuito profe-sional. El australiano, ganador de Wimbledon en 1987, recibió una invitación especial y participó

Hombre del añoA Roger Federer no le alcanza con ser el número 1 del mundo en el tenis. El suizo también fue elegido “Hombre Internacional del Año” por la revista ale-mana GQ, tras derrotar en la votación nada menos que al Papa Benedicto XVI. “Esto es realmente absurdo, no se puede ni comparar, él es mucho más importante que yo”, expresó el sorprendido Federer, tras recibir el premio de manos de Boris Becker, en Munich. El líder de la Carrera de Cam-peones ha sido distinguido, en la última tempora-da, como Embajador del Deporte y la Educación Física por las Naciones Unidas; Deportista del Año por la prestigiosa Fundación Laureus y Mejor Te-nista del Año por ESPN. Eso sí: parece que la moda cunde, porque Rafael Nadal también está entre los candidatos para ser elegido como “Hombre del Año”, pero por la GQ española...

La fama de GabrielaEl Salón Internacional de la Fama del Tenis anun-ció que Gabriela Sabatini fue inducida para inte-grar sus filas, en una ceremonia que se realizará el 15 de julio próximo en el estadio Bill Trabert en la sede del Internacional Tennis of Fame en Newport, Rhode Island. El anuncio se realizó durante el Abierto de Australia que se disputó en Melbourne y, además de Sabatini, también fueron elegidos el australiano Patrick Rafter, ex número 1 del mundo, y el periodista italiano Gianni Clerici, con más de 50 años de trayectoria dedicados a este deporte. “Es un honor muy especial ser elegida, sobre todo cuando se pueden apreciar los grandes nombres y campeones que integran el Hall of Fame a través de los años; creo que es el más grande honor al que puede aspirar un tenista”, señaló en un comu-nicado Gaby, que será la segunda representante argentina en el Salón de la Fama, por detrás de Guillermo Vilas, elegido en 1991. Sabatini, de 35 años, llegó a ser la número 3 del mundo, estuvo durante diez años seguidos (1986-95) en el top ten, ganó más de 630 encuentros oficiales y se adjudicó 27 títulos de WTA, incluido el US Open de 1990 y, representando a Argentina, obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.

en el torneo de dobles del torneo de Chennai, India, en el que se presentó con el local Karan Rastogi. Ambos fueron eliminados en la primera rueda con una derrota por 6-2 y 6-2 ante los ale-manes Schuettler y Waske. Después, Cash cam-bió las cuerdas de la raqueta por las de la guitarra y regresó a la música, su pasión de los últimos tiempos. Con su banda, los Wild Colonial Boys, se presentó en el Garden Square, el parque de ingreso del Melbourne Park, en la segunda jor-nada del Abierto de Australia como parte de Live Alter Five, el ciclo de recitales vespertinos de rock y pop que se realizaron para amenizar la espera entre las sesiones diurna y nocturna del primer torneo de Grand Slam de la temporada. Y en el show de poco más de media hora que brindó, lo mejor llegó con una versión de “Rock and Roll all night”, el clásico de Kiss.

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.: Entrevista a Guillermo Vilas

.: por juan josé moro.: fotos agencia www.slphotosports.com

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“Soy unembajador

del tenis”El mejor tenista argentino de todos los tiempos no se detiene. Abre el Open de Montecarlo, representa al tenis en Barcelona, ofrece clínicas en Estados Unidos y Argentina, inaugura clubes por todo el mundo, entrena a los chicos del CENARD y va a protagonizar su propio reality show.

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En la misma fecha en que se apagó la vida del lla-mado “Padre de la Patria” nació el que bien puede ser considerado el padre del tenis en la Argentina. ¿Será coincidencia -sin pretender compararlos- que el General José de San Martín y el tenista Guiller-mo Vilas tengan como referencia de sus vidas el 17 de agosto? Ambos fueron conquistadores, itine-rantes; ambos percibieron la incomprensión de su propia tierra y sintieron la necesidad del autoexilio. Pero como el personaje que nos convoca ahora es el mejor tenista argentino de la historia, nuestra in-tención será dar a conocer qué hace, cómo piensa y cómo vive Guillermo Vilas 2006. Porque, como los autos, el marplatense cada año presenta un nuevo modelo con variantes innovadoras.

Guillermo Vilas no es ni capitán de Copa Davis como Wilander o Muster ni director de torneos del país, como Jean F. Caujolle, Richard Krajicek o Martín Jaite. No es director de un Master-Se-ries como Manolo Santana o Charles Pasarell ni director de un campeonato en otro país, como el español Fernando Soler en Chennai. Tampoco es presidente de una asociación, como el casi vitalicio Enrique Morea en nuestro medio o Shamil Tarpis-

chev, que unifica la capitanía de Copa Davis con la Presidencia de la Federación Rusa. No es aspiran-te a alcalde como Ilie Nastase o dueño de un Ban-co como Ion Tiriac; tampoco se pasó totalmente a otro deporte como Ivan Lendl, devenido golfista, ni se llamó al mutismo más absoluto como Pete Sampras. Tampoco lidera ya un grupo musical, como lo sigue haciendo Yanick Noah. Guillermo Vilas sigue en plena actividad tenística, sigue viajando, sin un lugar fijo de residencia; compite, organiza, enseña, brinda conferencias, abre escue-las, dirige clubes, tiene proyectos nuevos, está por editar un libro sobre su vida, se ha vuelto un inve-terado ocupante de los palcos de todos los Grand Slam y tiene “más trabajo que nunca”, según sus propias palabras. Quien no parece próximo a cumplir los 54 años, de acuerdo al volumen y variedad de sus proyectos, es-tá plenamente vigente en Argentina y en el mundo. De que se trata este Vilas 2006 y su pensamiento sobre el tenis actual es lo que pretendemos desa-rrollar en este diálogo con “El Tenista”.

EL HIPERACTIVONi bien arribó a la Argentina, procedente de Aus-tralia, donde jugó y fue espectador del primer Grand Slam del año, Vilas viajó en compañía de su inseparable esposa y sin descansar siquiera una hora, a Cariló y Mar del Plata, contratado por una petrolera para brindar sendas conferencias. Pero antes, y después de casi tres años de ausencia, había estado en Tailandia, donde sus suegros pu-dieron reencontrarse con su única nieta, a quien no veían desde hacía casi dos años.

Venís de pasar un tiempo con tu familia política.Sí, la verdad es que la paso muy bien allá. Mis suegros se quedaron enloquecidos de contentos con Andanin, que es una nena fantástica y super deportista. Como salió esto de las charlas, vinimos y la dejamos un tiempo con los abuelos.

Sos un hiperactivo consuetudinario.Yo siempre he trabajado, pero esta es una tarea muy especial. Soy una especie de embajador te-nístico, voy abriendo clubes, haciendo clínicas en

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diferentes países, provincias o para determinada gente que me contrata. Juego exhibiciones en dis-tintas ciudades y la paso muy bien porque disfruto lo que hago. Por otra parte, mi destino ha sido siempre viajar.

¿Te seguís considerando una persona que no tiene un lugar determinado de residencia?No es que no vivo en ningún lado, pero estoy via-jando constantemente...no tengo un lugar donde me quede a pasar todo un año. En realidad, estoy cambiando de lugares todo el tiempo, es mi ma-nera de vivir y no me disgusta, me siento cómo-do. Cuando termine mi actividad en Argentina, que incluye un trabajo para televisión, eventos, conferencias y clases, vuelvo a Tailandia a buscar a la nena, después voy a Montecarlo y seguiré moviéndome...Tengo amigos en todos lados y me gusta verlos.

¿Cuál fue la razón por la que no se te veía jamás mirando un torneo y, de pronto, sos el espectador número uno de los Grand Slam, la Copa Master y los torneos de Argentina?Yo voy a todos los Grand Slam desde hace unos cinco años. Antes no lo hacía porque, después de retirarme, tenía la necesidad de reubicarme un po-co en la vida. Pero desde que le di la copa a Kuerten en el Roland Garros no falté a ningún Grand Slam.

¿Te costó adaptarte a la vida de no jugador?Cuando uno deja de jugar debe digerir la realidad tenística y prepararse para la segunda fase, que es la que estoy viviendo. Eso me demandó unos tres años, e inmediatamente apareció lo que es hoy el circuito senior, que nos permitió seguir conside-rándonos jugadores de tenis, aunque en un plano distinto. Todo se va desarrollando de acuerdo a la edad de cada uno, ahora hay otra generación de senior y nosotros, además, nos dedicamos a co-mentar, a estar en los Grand Slam, a representar a ciertas empresas. En el tenis, todos tienen su lugar y cada cosa va de acuerdo con la edad.

¿Hay alguna innovación en el 2006 con respecto a tu trabajo? Sí, voy a tener mucha actividad en Latinoamérica,

principalmente en Paraguay, donde voy a abrir un club de tenis muy grande, mientras que en el resto de los países daré clínicas.

Y la otra novedad es que este año saldrá un libro mío. Pero antes voy a representar al tenis en la Fiesta del Deporte, en Barcelona; luego daré unas clínicas en los Estados Unidos y después de Roland Garros y Wimbledon, antes del US Open, daremos el puntapié inicial a un par de torneos senior que luego serán jugados por quienes estén en esa acti-vidad. En realidad tengo prácticamente todo el año cubierto, siempre brindando nuestros conocimien-tos y al servicio del tenis.

Suena raro este Guillermo, brindando lo suyo pero casi siempre fuera del país. ¿Desde aquí no hay convocatorias?En Argentina atiendo la escuela de chicos de 10 a 12 años en el CENARD y eso es lo único que sigo haciendo en ese sentido.

¿Tu residencia ofi cial sigue siendo Montecarlo? ¿Cada cuánto vas?Cada cuatrimestre tengo un pasaje de asentamien-

to allí y de paso cumplo con la obligación de los residentes de Montecarlo, que es atender los Alpes marítimos. Realizo clínicas y apadrino clubes. Por ejemplo, en mi último paso antes de ir a Tailandia,inauguré una nueva cancha en un club de Beau Soleil, cuyo intendente es un gran amigo. En ge-neral, cuando llega el buen tiempo y se reabren las canchas, vamos con Safi n, Ivanisevic y Boris Becker por esos clubes y contribuimos a fortalecer toda esa comunidad tenística que culmina con el sorteo del torneo de Montecarlo, una ceremonia muy especial que el año pasado se hizo muy re-servadamente por la muerte de Rainiero, pero que este año dará paso al primer Open de Montecarlo con el nuevo príncipe.

¿Además de ser un lugar de residencia fi scal, hay otro motivo para residir en Mónaco?En mi caso sí, porque junto con Bjorg, en 1976, fui-mos de los primeros tenistas que nos establecimos allí, pero porque todo tenista necesitaba un centro en Europa, y como yo venía de Argentina y no podía estar viajando todo el tiempo, me establecí allí. Por otra parte, en ese tiempo el circuito era mucho más intenso en Europa que en los Estados Unidos.

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¿Hacés vida social en Montecarlo?Bueno, de hecho yo vivo un tiempo allí, tengo la playa frente a mi departamento y allí nos en-contramos todos. Sé que en este momento está entrenando Safi n; un jugador con el que siempre entrenamos juntos allí es Ljubicic y, como es muy chico, te encontrás con muchos conocidos. Pero siempre hay algo que hacer, una exhibición, una inauguración... Allá está todo muy organizado y te invitan siempre y con tiempo. No es como en Argentina, donde nadie te invita. Yo ahora pienso visitar unos cinco clubes, pero voy por mi cuenta, averiguo las fechas y horarios de las escuelas y me presento solo.

En otro tiempo era difícil no encontrar a Guillermo Vilas en su apartamento de Avenue Foche en París cuando no estaba disputando un torneo. Ahí el tenista siempre nos abría sus puertas para compar-tir una picada de mediodía o una cena bien servida. Ahora, y en relación con esta super actividad del marplatense, no es tan común verlo en las inmedia-ciones de la residencial Porte Dhophine. Ahora voy muy poquito a París, sólo cuando se juega el Roland Garros o después del US Open, cuando pasamos por allí antes de participar en los torneos de Andalucía y Bezzier. Hubo una época en que me quedaba mucho tiempo, porque estaba mi padre internado en un hospital y, al margen, era un lugar de paso, porque no te olvides que

en los ‘70 para viajar por el mundo tenías que pasar por Londres o Paris. No como hoy, que prácticamente de cualquier lado viajás a cualquier destino.

UN LUGAR EN EL MUNDORecordamos cuando Guillermo Vilas nos contó un día que había encontrado un lugar donde la vida valía la pena vivirla a pleno. “Tienen que ir a Tailandia”, casi nos ordenó el ex ganador de cuatro Grand Slam. Hace de esto menos de diez años, pero aún faltaba un año para que en un nuevo viaje a Bangkok conociera a Phiang Pha Thu, quien hoy es su esposa y madre de su única hija. Y aunque compró una confortable vivienda allí, estos tiempos de trabajos continuados le dejan poco margen para visitas esporádicas. Tailandia es, para él, un lugar buscado o encontrado al azar.

La verdad es que yo siempre estaba buscando un lugar con playas. Al principio me gustaba Hawai, pero luego encontré Tailandia y me fascinó.

¿Qué fue lo que te impactó?-Cuando te gusta tanto un lugar es porque te gus-ta todo. Por otra parte, Hawai siguió creciendo, mientas que en Tailandia me encontré con algo distinto, otra vida. Y en Hawai esas olas que antes disfrutaba ahora son muy fuertes para mi espalda y trato de evitarlas porque no podría jugar al tenis. En cambio, la tranquilidad y la belleza de Tailandia están más acordes con lo que estoy viviendo.

¿Una síntesis de Tailandia?Es un país muy fácil...así de simple. A mí los pro-blemas no me atraen y la vida es lo sufi cientemente problemática como para tener un lugar problemá-tico. En Tailandia es todo fácil, porque te lo hacen fácil. Nadie quiere complicarte la vida porque ellos no son complicados. Es una fórmula simple: gente que no quiere tener problemas y te lo hacen todo fácil. Y tenés libertad total para decidir los tiempos hasta en la reserva de un hotel o de un ticket aéreo, siempre te hacen lugar.

¿Cómo es tu casa?-Obviamente es una casa tailandesa, con el estilo de

84>85Guilermo acompañado por su esposa Pian Pa Tou, durante una impasse en la producción de fotos realizada de forma exclusi-va en Mar del Plata.

construcción de ellos, donde las comodidades están en un primer piso y abajo es todo living. Son todas muy parecidas y todo es muy exótico porque como llueve mucho hay mucha vegetación y es difícil que no encuentres una casa que no tenga su jardín. Yo vivo en las afueras de Bangkok, como si aquí vivie-ras en el Gran Buenos Aires, es todo residencial, y aunque las distancias son más cortas que acá, el tránsito es tan intenso que todo se hace largo. Hay que hacer un planeamiento especial cuando tenés que ir a algún lado.

¿Manejás vos?No, yo no manejo en ningún lado. En cualquier lugar del mundo me manejo con taxis. En el único lugar que manejo es en Buenos Aires, pero para ir y volver de casa al club porque a veces no es simple conseguir un taxi. Pero para ir a cualquier otro lado, también aquí, el taxi es mi único medio de transporte.

EL LIBRO DE VILASGuillermo Vilas, a poco de provocar la revolución en el tenis, escribió un libro no muy voluminoso: “Cómo soy y cómo juego”, donde contaba algunas anécdotas de su infancia. Y en París, un domingo previo a Wimbledon, fuimos testigos de la presenta-ción de Cosecha de Cuatro, un libro de poemas en español y francés con prólogo de Francoise Sagan. Nada menos. Pero ahora se viene “el libro” de Vilas.

Va a ser sobre mi vida. Nunca se hizo un libro sobre mi vida. Se hizo uno hasta el año ‘76, pero de la parte que sigue nunca hubo nada, de modo que se dio que ahora lo podemos hacer. Me gusta la idea de empezar a contar cosas y dejar un legado.

¿Es general o casi exclusivo de tenis?De todo un poco, pero bastante conceptual. La idea es hacer varios libros, pero sin hacer una cosa lineal que termina siendo tediosa. Lo que yo pre-tendo es mostrar cosas de mi vida y determinar qué fue lo que gatilló cada una de esas cosas. Qué es lo que me hizo jugar al tenis, qué me hizo soportar la soledad del tenis, qué me hizo ser competitivo. Lo que yo quiero enfocar es la parte desencadenante de todo lo que pasó en mi vida.

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riqueza, tanto en mi juego como en mi vida y en la forma de enfrentar los problemas”.

Salvada la circunstancia, es inevitable la referencia al número uno del mundo y las definiciones sobre si es o puede ser el mejor de todos los tiempos, cuando aún está lejos de la marca de Sampras: “Siempre la gente ha armado las cosas para demos-trar que los que viven son más grandes que el res-to, que lo de hoy es mejor que lo de ayer. Nadie te va a decir que la época que le tocó vivir fue menos importante que aquella. Está bien claro que cada época tiene su importancia y que Federer está en el camino de ser el mejor, como hubo muchos otros que estuvieron en el camino de ser los mejores y luego no lo fueron. El hoy siente la presión de lo que él quiere y lo que va logrando. De allí su llanto luego de ganar el último Australia. Yo después de la final lo fui a ver al vestuario y le dije que sabía lo que significaba todo esto y el me respondió: ‘Yo sé que vos me entendés’, tras lo cual le manifesté que entendía esa lucha interna que había tenido, porque tenía sus dudas, y que entendía también lo difícil que es lo que falta. Sabiendo cuan duro es tu enemigo, vas a saber cuál es la fuerza que vas a necesitar”. El suizo le contestó agradecido y Vilas completó su idea: “Porque cuando uno no lo ve al enemigo no se prepara convenientemente. En cambio, cuando uno lo ve como una cosa compli-cada, lo arma de una manera más importante, y creo que es lo él está tratando de lograr. Quizá lo logre y quizá no; lo que vale es que el es un jugador

que es conciente de que, si baja la guardia en algún momento, está dando oportunidades para que le impidan conseguir lo que tanto quiere”.

En este momento uno piensa en la relación entre un tenista que marcó una época y otro que hoy es el rey, pero que no lo vio jugar. Pero el mismo Vi-las se encarga de decir lo contrario: “No. El me vió jugar a mí, porque hizo de ball boy en un torneo que yo jugué en Basilea. Me lo recordó la madre en Australia y me aclaró incluso que fue cuando le gané a McEnroe. Además yo tenía un club de tenis en Basilea y el comenzó a jugar en mi club”. Una referencia que sirve para que Guillermo actualice los datos sobre los clubes que crearon con Tiriac y que fueron seis en total: “Sólo me queda uno, en Alemania, el que está en Wiesbaden, donde nació John McEnroe”.

EL FÍSICO DE NADALRafael Nadal ha sido la aparición más emblemática de la última temporada, con su imparable ascenso al número 2 del mundo, colocándose en forma holgada como escolta del Rey Federer y dispuesto a aprovechar cualquier tropiezo del suizo para enca-ramarse a la primera posición. Claro que también hay quienes tienen sus reservas sobre el futuro del mallorquín, teniendo en cuenta el notable esfuerzo al que somete su físico.

Vilas dice al respecto: “Fijate que estuvo casi cuatro meses parado. El va a aguantar los próximos tor-

“En el tenis, todos tienen su lugar y cada cosa va de acuerdo con la edad”

Vilas no necesita confesar que ha viajado continua-mente a lo largo de más de 30 años.

Aviones, hoteles, courts, hoteles, aeropuertos, aviones. Al principio todo suena a nuevo y despierta los sentidos, hasta que la rutina se vuelve tedio y ese tipo de vida se hace mucho menos deseada y soportable. El ganador de 62 títulos oficiales del circuito profesional, ¿pone piloto automático y viaja casi placenteramente o llega al fastidio por tener que hacerlo?Hay cosas que son evitables y cosas que son inevi-tables, de modo que todo lo que hago es porque existe un acto de voluntad que he aceptado interior-mente. No soy un tipo que tiene que estar atado a cosas respecto de las cuales hay, en apariencia, ciertas ataduras y de las cuales no se puede salir. Todo lo que hago lo hago voluntariamente y lo que tenga que hacer para concretarlo forma parte de ese esquema donde siempre predominan mi vo-luntad y mi decisión.

A PURO TENIS: PRIMERO, FEDERERMuy frecuentemente Vilas ha manifestado su disconformidad con las comparaciones y la tabla de récords, las proyecciones sobre el tenis y sus protagonistas: “Argentina es muy comparativa y, generalmente, quienes viven comparando es porque están insatisfechos. Yo por eso he sentido la necesidad de viajar y estar en contacto con la gente, porque me gusta sentirme parte de lo que pasa en el mundo, y esa comunión me ha dado una

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neos seguro, pero es un jugador que no aguanta los ritmos que él quiere imponer. Cuando un jugador no puede hacer su propio ritmo como a él le gusta, evidentemente se tiene que adaptar a un cuerpo que según parece comienza a esclavizarlo”.

LA ACTUALIDAD DE LA DAVISUna de las metas del tenis argentino es ganar la Copa Davis, algo no excluyente para quien escribe. Cuando dos argentinos juegan la fi nal de un Grand Slam adquiere una trascendencia poco común. Se trata del equipo nacional y la gente en nuestro medio toma mucho más partido y la ansiedad y expectativas son mayores. Como observa Guillermo Vilas, se trata de la actualidad de un equipo que lógicamente aspira a lograr ese título, aunque existen indicios de que ciertas relaciones entre algunos de los protagonistas no favorecen aquella pretensión. “Yo pienso que la última vez hubo un gran cambio, cuando los jugadores eligieron al nuevo capitán. Ese fue un gran paso. Resultó evidente que la Asociación dio un paso al costado respecto a la elección del director del equipo, delegando una gran parte de la responsabilidad en los jugadores. Estoy convencido de que Alberto

Mancini el año pasado tuvo una buena actuación y ha seguido en parte porque los jugadores han dicho que sí. Por otra parte, al ambiente lo veo calmo y creo que esto va a seguir así por un rato”.

Y si la relación entre algunos de los jugadores no fuera la ideal, ¿igual se puede ganar?Eso lo ignoro, porque las cosas me interesan si es-toy adentro, de alguna manera, y como en la Copa Davis he estado un poco por afuera, no sé lo que pasa. Estaría hablando por corazonadas, aunque no he visto nada palpable como para emitir una opinión.

SOBRE BAGHDATIS, NADAL Y OTROS RENOVADORESVarios son los jóvenes tenistas surgidos en tan solo un año y capaces de hacer aún más competitivo el exigente circuito del tenis. El último y acaso más enigmático sea el de Marcos Baghdatis, el asom-broso fi nalista de Australia, un Grand Slam que tuvo a Guillermo Vilas como testigo presencial. “Es espectacular, muy buen jugador. Pero lo vuel-vo a decir, han habido muchos chicos como éste: Johansson (Joachim), Murray, Monfi ls, Gasquet,

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y no funcionó. Pero son tantos para confi rmarse que, por lo menos, dos de ellos lo van a lograr”.

NALBANDIAN, AUSTRALIA Y EL FUTUROUno que, después de ser el mejor jugador del mun-do sobre canchas lentas, sufre una crisis, que me-rece ocupación pero no exagerada preocupación. El otro, campeón de la Copa Master, ratifi có su mo-mento en Australia, donde tuvo una gran oportu-nidad para encarar la lucha por el título. ¿Es difícil lo de Coria? Fue Nalbandian el que dejó escapar la oportunidad. Interrogantes en la mira del vencedor en Australia, Roland Garros y Forest Hills.

“Yo creo que Bagdatis había hecho un papel muy pobre hasta ese momento en que Nalbandian ga-naba 5-1 en el segundo set. De todos modos, David lo ganó. Yo creo que cuando lo tenía que rematar, le pasó lo mismo que le pasó a Federer en el Cam-peonato de Maestros, que iba dos a cero y se le complicó. Se quedó sin piernas y empezó a arras-trar hasta que perdió. Yo creo que lo mismo le pasó a Nalbandian en Australia. Siempre que uno gana es porque el otro merma, pero iba muy tranquilo y de repente se le empezó a complicar. Es así, de los dos partidos uno lo ganó (Copa Master), pero de todos modos no está nada mal haber llegado a la semifi nal”.

Sin hacer futurología, ¿no se te ocurre que sería extraño que Nalbandian no llegue a ganar un Grand Slam, cuando lo han logrado tenistas que no tienen su nivel?Desde ya, porque ha estado en el buen camino. Ha estado en fi nal de Wimbledon, ha estado en semi-fi nales de los otros tres, ganó un campeonato de maestros, o sea que está ahí, está ahí, a punto”

¿No corre el riesgo de tener la mala suerte de que se le cruce un inoportuno en el camino?Claro que es difícil ganar un gran torneo, pero hay que tener en cuenta que nunca ha tenido lesiones serias hasta ahora, y nunca jugó mal un gran torneo y eso también hay que tenerlo en cuenta. Y también estoy convencido de que puede jugar mucho mejor de lo que ha jugado hasta ahora. Todo eso te indica que tiene un camino

Djokovic -que sufre de ataques de asma y no puede respirar-. Al margen de Nadal, que ya sabe lo que es ganar un Grand Slam, pero ahora hay que espe-rar lo que se llama la confi rmación. Y esa confi r-mación conlleva muchas cosas: una es resistencia física, y fíjate que en el propio Nadal no se está dando y mucho menos en Djokovic, mientras que los otros tres chicos perdieron todos en primera vuelta y el caso especial de Baghdatis, que de cero va a una fi nal de Grand Slam...Es un salto mucho más importante que el que dio Nadal en su mo-mento. Habría que ver ahora cómo se defi ne, por-que aparece espectacular por la manera en la que se desenvolvió, la soltura con que jugó, la tranqui-lidad con que defi nió las cosas, un poco su alegría y sin perder su toque de tenista ni bajar su juego, y el hecho de haber enfrentado a varios top ten, de los mejores de hoy y en partidos largos, que parece que es donde juega excepcionalmente bien. O sea que todo indica que va a andar muy bien, pero por la historia que tenemos, por los ejemplos que di antes, no es bueno apresurarnos, porque hace dos o tres años que vivimos viendo jugadores, como el caso de Robredo, que está ahí pero no llega. Tam-bién hay que tener en cuenta la vuelta de Haas, de Blake, Ferrero que va a retomar a Perlas, Safi n que tiene y debe regresar a los primeros planos. La sín-tesis de todo esto es que parece que va a ser un año muy interesante y los nombres son demasiados para jugarnos por alguno. Ya lo hicimos con Nadal,

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Vilas por Vilas. Distendido y de muy buen humor, Guillermo se hizo tiempo entre toma y toma para comprar patas de rana, sacarse fotos con todos los se acercaron y charlar con sus fans.

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brillante y que hay que darle tiempo.

CORIA Y LAS DOBLE FALTASPasamos a Guillermo Coria. Lo que parece ser un tema nacional, las doble faltas en los últimos torneos.”La verdad, esta reacción de los argentinos no la entiendo. Porque Coria ha tenido un año muy bueno. Está séptimo en el ranking, está perfecto. Yo entiendo que alguien pueda llegar a tener pro-blemas cuando empieza a bajar en el ranking, pero en este momento el único que había clasificado por derecho propio para el campeonato de maestros es Coria, y en Australia estuvo a punto de ponerse dos sets iguales con Grosjean, quien a su vez estuvo a punto de ganarle al que llegó a la semifinal. El año pasado estuvo en la semi del US Open. Son buenas actuaciones, no veo por dónde viene la mano. Que la gente tome que haga más dobles faltas como un signo de debilidad, es como que digan que juega mal alguien que no tiene un buen revés. Es un gol-pe como cualquier otro, pero mientras siga tenien-do buenos resultados no hay por qué alarmarse tanto. ¿Que es algo atípico? Sí, es algo atípico, pero también Ivanisevic hacía muchas doble faltas. No entiendo realmente por qué están haciendo tanta cosa. Lo que pasa es que la gente ve que se le viene la parte del circuito en que llegó a varias finales y tienen que defender los puntos. Pero esos son puntos a defender y si él defiende una final llegan-do a cuartos, sigue siendo un muy buen jugador. No le veo ninguna recaída en absoluto. Es un gran jugador y no entiendo por qué tanto lío.

¿Será porque el servicio es más visible que los otros golpes?Tiene ganas de agarrarse del saque porque la gente la mete despacito y la mete adentro, pero con ese saque de la gente común él no podría ganar par-tidos y él quiere usar un saque más potente para tener más posibilidades. Y de hecho gana partidos, sino perdería en primera vuelta y hasta ahora nun-ca perdió en primera vuelta.

La encendida defensa que Guillermo hace de quién por el lleva su nombre termina con una frase que, escuchada, conlleva más que indignación: “Esta sí que no la entiendo...”

Capitán de Copa Davis o Presidente de la AAT

Guillermo Vilas estuvo una vez cerca de la conducción del equipo de Copa Davis. Una sola vez, en Hungría, cuando el Capitán era Francisco Mastelli y el equipo no estaba en el Grupo Mundial. El muchas veces dijo claramente que le gustaría ser el capitán, pero siempre y cuando se lo pidieran los jugadores.

¿Ese deseo, persiste aún hoy? Eso es algo que tengo muy borrado y ni siquiera lo tengo en cuenta. Yo creo que pasó mucho tiempo ya. Por otra parte, no pasa por mí, porque hay gente que lo hace adrede. Por supuesto que toda acción tiene una responsabilidad y la responsabilidad va a caer muy duramente sobre los causantes y, si eso ocurre, todo va a ser muy duro para ellos.

Porque son caprichos que se pagan y esas irresponsabilidades tendrán que sufrir el consiguiente ajuste de cuentas. Y ojo que puede ser terrible con la gente que no actuó bien.

Otro tema relacionado es la posibilidad de llegar a ser dirigente de la Asociación Argentina de Tenis. Claro que, tratándose de quien ha sido tan trascendente como tenista, el único cargo al que uno piensa podría postularse y a esta altura de su vida, es el de presidente. Vaya si sería un nombre de peso, en tiempos en que precisamente la entidad no se ha caracterizado por la renovación. ¿Tiene verdaderamente Vilas vocación de presidente o de directivo?No, no me puse a pensar en eso. Por otra parte, la reelección de Morea (Enrique) implica una manera de pensar bastante compacta y que se estira en el tiempo y eso implica responsabilidades para los presidentes de clubes que son los que votan. Y tienen nombre y apellido y ahí están parados, por lo que esas decisiones no son tan a la ligera ni es producto de una charla entre un tostado y otro.

Este es el Guillermo Vilas del 2006. Flamante modelo. Con piezas de siempre e ideas innovadoras. El Vilas que más allá de lo que relató aquí, tiene otros proyectos, como el que está por cerrar en estos días: un reality show tenístico sobre cuatro tenistas -él, Noah, Wilander y probablemente Boris Becker o Jimmy Connors- quienes recorrerán parte de Europa en un bus, parando en 20 ciudades donde jugarán al tenis. Con otro confort, alta mediatización y un cachet adecuado, pero con el espíritu de aquellas compañías de teatro que recorrían los pueblos ofreciendo su arte. Un año de altísimo nivel de ocupación, pero que ofrece casilleros aún vacíos, que seguramente serán llenados con los respectivos ofrecimientos y las consiguientes aceptaciones. Es que mientras el cuerpo aguante, siempre le presentará la más dura de las batallas a la rutina.

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La ley de Roddick:Si sos crack, la pelota nunca se cae.Foto: Ron Angle

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