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Hoy llegamos nuevamente a sus manos, pen- sando en superarnos pero también enfocando el futuro. Porque de lo que quiero que esté se- guro es que sabemos que todo es perfectible y trabajamos en consecuencia. El corolario de esa historia nos enorgullece: el éxito que buscamos y tuvimos se veía reflejado en el producto que está hoy en la calle. Con la excelencia pretendida. Disfrútelo como lo hicimos nosotros haciendo este nuevo número de Tenis Mundial. .: 6>7 Hasta la próxima >26 >60 .: Staff

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No son, los editoriales, una nota más. Por eso, al momento de estar escribiendo la del N° 2 de Tenis Mundial me pregunto: ¿qué fue más difícil; lanzar la revista o elaborar este nuevo número, con el objetivo de superar lo consegui-do en el comienzo y que tan buena impresión causó en el ambiente y también en el mundo empresarial?

Cuando nos pusimos a trabajar con todo el equipo de Sports’ Trading en este nuevo desa-fío (Polo Mundial va por el N° 30 y Ski Mundial, por el N° 4), no escatimamos esfuerzo ni me-dios. Y aunque suene exageradísimo, tome el ejemplo como algo figurativo: encaramos la em-presa con el amor de la madre que sabe que va a parir un hijo con todo lo que ello significa.

Así, buscamos al mejor para nuestra primera tapa (Guillermo Vilas), convocamos a los mejo-res periodistas y elegimos las que consideramos como mejores fotos. Y no fue todo: estudiamos cuidadosamente cuál era el diseño más conve-niente por aplicar y todo estuvo rigurosamente controlado. Con las necesidades que un nuevo desafío engloba.

El corolario de esa historia nos enorgullece: el éxito que buscamos y tuvimos se veía reflejado en el producto que está hoy en la calle. Con la excelencia pretendida.

A la hora de gestar el segundo número, en un

primer momento optamos por Gabriela Sabati-ni, la mejor tenista argentina de todos los tiem-pos, a quien consideramos un símbolo paralelo a Vilas en la categoría damas. No fue casual, además de todo lo que consiguió en su notable carrera y lo que despliega comercialmente por el mundo una década después de su retiro, que fuese elegida para ingresar en el Hall de la Fa-ma, en Nueva York, en julio. Gaby nos brindaba una entrevista exclusiva durante el Masters Se-ries de Miami y por problemas de incompatibli-dad horaria el encuentro no se pudo concretar, quedando, claro, el compromiso para la próxi-ma entrega de Tenis Mundial.

En la vorágine del circuito profesional se produ-jo la gran victoria en la Copa Davis en Croacia, de la mano de Nalbandian, Calleri, Acasuso y Chela, con la clasificación para enfrentar en septiembre próximo, en Buenos Aires, a Aus-tralia por las semifinales. Y primó la decisión de que nuestra tapa debía ser el capitán de la ilusión: Alberto “Luli” Mancini. No sólo por lo que significó para el tenis argentino y mundial, sino por manejar como lo hizo las opciones del dobles, crucial a la hora de las definiciones, y acertar como acertó.

Hoy llegamos nuevamente a sus manos, pen-sando en superarnos pero también enfocando el futuro. Porque de lo que quiero que esté se-guro es que sabemos que todo es perfectible y trabajamos en consecuencia.

Disfrútelo como lo hicimos nosotros haciendo este nuevo número de Tenis Mundial.

Hasta la próxima

.: por diego detang

Editorial

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Editor ResponsableSports Trading®

Dirección General Diego Detang

Dirección Comercial Diego DetangGustavo F. Chiosso

Coordinación General Tomás Talarico

Redactores EspecialesGuillermo SalatinoJuan José Moro

RedactoresSebastián FestClaudio CerviñoJosé Luis DominguezMariano RyanRoberto AndersenDolores Bulit

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Todos los derechos reservados. Se prohíbe la reproducción total o parcial de los artículos de la revista. La revista no se responsabiliza por la opinión y/o comentarios de los autores de las notas.Tenis Mundial es una publicación de Sports Trading® en Catamarca 2032, Martinez, Buenos Aires, Argentina.Te: + 54 11 4717-3009/1511/6444/4114

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>10 GALERÍA DE IMÁGENESLas mejores fotos que dejó el circuito durante los últimos dos meses.

>26 COPA DAVIS: LOS EPISODIOS CONTRA SUECIA Y CROACIA Eduardo Puppo analiza la victoria y la derrota del equipo argentino en casa y en la lejana Zagreb.

>40 HAWK EYEEl nuevo sistema de cámaras de alta velocidad afirma la alianza entre tenis y tecnología y deleita a los fans más jóvenes.

>80>50 COPA TELMEX ATP BUENOS AIRESEl ATP de Buenos Aires tuvo asistencia perfecta de público, aunque no de jugadores top. Igual, se desplegaron novedades y fue un éxito comercial.

>60 SUFRIR Y PENSAR, EL PERSONAL ESTILO DE GAUDIOColumna de opinión de Sebastián Fest.

>64 LAS CHICAS SÓLO QUIEREN VESTIRSEUn recorrido por la moda femenina en el tenis, del siglo pasado hasta hoy. De la ingenuidad al reinado del marketing.

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>70SHOWROOMAfter tenis en el lujoso Sheraton de Pilar.

>80 REPORTAJE A ALBERTO MANCINIEntrevista exclusiva de Claudio Cerviño al capitán argentino de Copa Davis.>60

.:SUMARIO

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José Acasuso volea de revés mientras Nalbandian, detrás suyo, espera la definición del punto. El dobles argentino consiguió un triunfo clave en Zagreb al derrotar a Cilic y Ljubicic en cuatro sets. El misionero jugó en un muy buen nivel y fue el mejor de los cuatro protagonistas, pero el cordobés demostró su categoría de top ten en el momento decisivo, cuando en el último game conectó tres devoluciones fantásticas sobre el saque del junior Cilic que sirvieron para inclinar la balanza para el lado del equipo de Mancini. Un día después, Chela sellaría la angustiosa victoria sobre la carpeta sintética del Dom Sportova.

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José Acasuso volea de revés mientras Nalbandian, detrás suyo, espera la definición del punto. El dobles argentino consiguió un triunfo clave en Zagreb al derrotar a Cilic y Ljubicic en cuatro sets. El misionero jugó en un muy buen nivel y fue el mejor de los cuatro protagonistas, pero el cordobés demostró su categoría de top ten en el momento decisivo, cuando en el último game conectó tres devoluciones fantásticas sobre el saque del junior Cilic que sirvieron para inclinar la balanza para el lado del equipo de Mancini. Un día después, Chela sellaría la angustiosa victoria sobre la carpeta sintética del Dom Sportova.

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El saque de Agustín Calleri fue una de sus armas para trepar hasta las semifinales de la Copa Telmex, en el Buenos Aires. El riocuartense arrancó el torneo con dos triunfos sencillos frente al francés Serra y el costarricense Marín, y en cuartos debió apelar a toda su potencia para eliminar en tres sets a Acasuso, quien había llegado como uno de los grandes favoritos después de haberse coronado en Viña del Mar. Ya en la semifinal, nunca le encontró la vuelta al italiano Volandri, quien lo dejo sin nada en dos parciales en una tarde en la que además debió luchar contra una molestia y el viento.Foto: Agencia www.slphotosports.com

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Es deliciosa como mujer y como tenista. Irradia la magia de los elegidos y desde el punto de vista del marketing parece que nada fue librado al azar a la hora de analizar los movimientos de Maria Sharapova. Puede saludar y sonreír con el brazo en alto o puede pegar un drive y “desarmarse” por el esfuerzo que todos elegirán a la rusa a la hora de señalar a una de las tenistas más taquilleras del circuito. Sin embargo, no todas son rosas, porque mientras en Indian Wells fue adoptada como una californiana más, en Miami no le perdonaron que no tuviera fair play con la francesa Golovin en las semifinales.Foto: Ron Angle

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Tiene una de las mejores devoluciones del circuito y, por momentos, su juego trae el recuerdo del mejor Agassi. En esta temporada, el mundo está viendo la mejor versión de James Blake, un estadounidense que tuvo mala suerte con las lesiones pero que se dio el gusto de meterse entre los mejores 10 jugadores del mundo cuando, a principio de temporada, su mejor ubicación había sido el 22o. puesto obtenido en mayo de 2003. En Indian Wells, el primer Masters Series de la temporada, brilló y llegó a la final, donde sólo el enorme Federer, el número 1 del mundo, logró detenerlo.Foto: Ron Angle

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Difícil es a esta altura encontrarle calificativos al juego de Roger Federer. El suizo es cada vez más una máquina infalible y en Indian Wells lo demostró al quedarse con el primer Masters Series del año en el cemento californiano. Pero Federer, además, parece obsesionado con superar marcas y segura-mente va por la del estadounidense Agassi: ser el máximo ganador de Masters Series. Por ahora el ex número 1 del mundo suma 17 títulos en ese tipo de torneos y el actual rey del tenis mundial acumula 10, ya que a Indian Wells hay que sumarle Miami. Eso lo ubica tercero en la lista detrás de otro estadounidense: Sampras.Foto: Ron Angle

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Andrew Murray, segundos antes de sacar en tierra norteamericana. El ju-gador escocés, de tan sólo 19 años, apareció en el circuito profesional el año pasado como sucesor de Tim Henman. Si bien ha dicho que prefiere las canchas de tierra batida, su desempeño ha sido mejor en césped. En fe-brero de este año logró alcanzar el título en el ATP de San José.Foto: Ron Angle

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Shanghai, hasta 2008El bello estadio con forma de magnolia de Qi Zhong -ubicado en el distrito de Minhang, en el sudoeste de Shanghai- donde David Nalbandian se consagró campeón del Masters en noviembre pasado, volverá a recibir a los ocho mejores de la temporada del tour masculino por lo menos hasta 2008, luego de rubricarse la extensión por un año más del contrato con la ATP y la Fede-ración Internacional de Tenis (ITF). Shanghai, que ya había sido sede de la Tennis Masters Cup en 2002, albergará la última prueba de la tem-porada incluso hasta el año en el que se celebra-rán los Juegos Olímpicos de Pekín. Vale recor-dar que los organizadores no habían quedado muy satisfechos con el Masters de 2005, ya que, por distintas razones, faltaron Rafael Nadal, Andre Agassi, Lleyton Hewitt y Andy Roddick, reemplazados a su vez por Mariano Puerta, Fer-nando González, Gastón Gaudio y Nalbandian,

.: En el fleje

.: por josé luis dominguez.: fotos ron angle

EN ASCENSOEN DESCENSO

RICHARD GASQUET

GUSTAVO KUERTEN

Una exigencia de pesoEn junio próximo, las canchas del All England Lawn Tennis & Croquet Club, en las afueras de Londres, estarán listas para que Wimbledon pueda albergar a cientos de miles de simpa-tizantes de Tim Henman y la nueva estrella, el escocés Andy Murray. Pero, sobre todo, a

Casi en silencio, el talentoso francés está a un paso de ser top ten. Tiene 19 años y ya se acomodó entre los mejores del circuito después de un par de temporadas de adaptación.

Para encontrarlo en el ranking hay que escarbar hasta debajo del puesto 270. Lesiones, rumores de retiro, ¡qué lejos están los buenos tiempos para el tricampeón de Roland Garros!

respectivamente. Pero, al parecer, la inolvidable final entre el unquillense y Roger Federer levan-tó las acciones de la competencia. La prórroga del vínculo también parece ser otra muestra de la creciente popularidad del tenis en el Pacífico, y particularmente en China.

enormes fanáticos del tenis. Lo de “enormes” es porque, desde este año, las tribunas del tercer torneo de Grand Slam de la temporada tendrán en cada asiento una extensión en su tamaño de dos pulgadas (poco más de cinco centímetros), un cambio dispuesto después de que los orga-nizadores de la prueba escucharan cientos de reclamos de los espectadores, disconformes por el tamaño “extra small” de las butacas. Más aún: en su investigación, los organizadores del cente-nario certamen comprobaron que el tamaño de las sillas para el público tenía prácticamente la mitad del tamaño que un asiento en clase eco-nómica de British Airways, una de las mayores compañías aéreas de Gran Bretaña. Y ése no se-rá el único cambio en Wimbledon, ya que desde ahora la confección de los umpires, jueces de línea y los ball-boys, estará a cargo de la empre-sa Polo Ralph Lauren. La misma firma de indu-mentaria ya había llegado a un acuerdo similar con el Abierto de los Estados Unidos.

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ATP en españolDecidida a tener más llegada en el ámbito his-panoparlante, la ATP encaró el relanzamiento de su sitio oficial en español (www.atptennis.com/es). En ese sentido, la entidad que rige el circuito masculino, con la participación de Benito Pérez Barbadillo -Director Senior de Promociones Globales del tour-, presentó du-rante la Copa Telmex el convenio al que llegó con la firma SportsYa en procura de aumentar los contenidos, servicios y productos de la web para los fanáticos del tenis. Para ello habrá un equipo de periodistas especializados, que inclu-

Que si vendo, que si no, que si BorgEl sueco Björn Borg, de 49 años, ya había deci-dido poner en remate los cinco trofeos que ob-

ye a Eduardo Puppo (director de la revista Só-lo Tenis), Enrique Cano (gerente de SportsYa en Argentina), Daniel Corujo (Agencia DyN y conductor del programa de TV Tenis Sports), Jorge Viale (diario Olé), Guillermo Caporaletti (Radio Continental), y los reconocidos Juan José Moro y Guillermo Salatino como columnistas. También harán su aporte Sergio Goloubintseff, desde Uruguay, y Kenny Castro, desde Ecuador. El proyecto consiste en remodelar las seccio-nes y actualizar de manera constante los datos y resultados provenientes del sitio en inglés, ade-más de dotar al sitio de un archivo histórico y promover la producción de temas regionales.

Cambio de coachA partir del Masters Series de Indian Wells, Car-los Berlocq comenzó a entrenarse con Gabriel Markus, quien también es el coach del chileno Nicolás Massú. Berlocq, ganador el año pasado de tres challengers y que en 2006 está dispu-tando sus primeros torneos en la gira de la ATP, había trabajado durante las últimas dos tempora-das con Jorge “Chino” Gerosi. El jugador surgi-do en Chascomús ya había estado a prueba con Markus en los torneos de Costa do Sauipe, en Brasil, y Acapulco, y su idea es la de consolidarse dentro de los 70 u 80 mejores del mundo, lo que le permitiría ingresar en varias pruebas de ATP sin pasar por la clasificación. Por estas semanas, Berlocq ronda el puesto 80 del ranking mundial.

tuvo por ganar Wimbledon durante un lustro (1976-80) en la casa londinense Bonhams. “No es fácil separarse de estos trofeos, pero necesito asegurar el futuro de mi familia a largo plazo”, decía por entonces el ex número 1 del mundo, a la vez que intentaba desmentir que tuviera problemas económicos. Incluso, el sueco había puesto a la venta dos raquetas utilizadas en sen-das finales en el All England, más precisamente las que empleó contra el rumano Ilie Nastase, en 1976, y contra el estadounidense John Mc Enroe, cuatro años después, con lo que espera-ba recaudar poco más de 500.000 dólares. Pero aquellos que ya habían empezado a prepararse para ofertar por el dorado plato de Wimbledon

se quedaron con las ganas, porque tres semanas después Borg retiró la propuesta. “Después de meditarlo mucho, decidí que nuca venderé mis trofeos”, expresó el jugador que también ganó seis veces en Roland Garros. Y fue un poco más explícito: “Estaba un poco cansado de ver todas esas cosas viejas en casa y pensé que podrían alegrar a otros fanáticos del tenis. No lo pensé bien y por eso me arrepentí”. En ese sentido, Andre Agassi, uno de los que llamaron a Borg, señaló: “No me entra en la cabeza que alguien pueda tener en sus manos un trofeo semejan-te a no ser que lo haya conquistado. Que estas copas no estén con su dueño verdadero, o en un museo, es un crimen”.

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“Lo mejor de ser top ten es poder entrenarme sin remera. Yo veía a Sampras y a Ríos en Saddle Brook, donde hace mucho calor, cuando practicaban con el torso desnudo. Yo quería hacer lo mismo y no me dejaban. Ahora me doy cuenta de que, si sos top ten, tenés permiso para entrenarte sin remera. Eso fue lo primero que hice cuando me enteré de que era el 9 del mundo” (James Blake).

“Esta vez me tocó perder, pero ahora me voy a preparar con mis seis sentidos para Montecarlo” (Rafael Nadal, tras su derrota en Miami ante Moya. Se ve que el español tiene un sentido más que el resto de los mortales: así se entiende por qué es el número 2 del mundo).

“¿Quién fue el genio que presentó esa estúpida idea? Hay miles de formas de hacer al tenis más atractivo, y estoy seguro de que las pruebas a través de video no son una de ellas” (Parece que al ruso Marat Safi n no lo convence mucho la puesta en marcha del Ojo de Halcón para corroborar si los piques son buenos o no).

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IT] JAMES BLAKE

RAFAEL NADAL

MARAT SAFIN

Nadal, del tenis al poloEn medio de su participación en la ATP de Du-bai, el español Rafael Nadal se hizo de un rato para concurrir al Polo Club de esa ciudad en los Emiratos Arabes Unidos y practicar un poco de ese deporte inusual para él, además de disfrutar del maravilloso escenario desértico. “Es la pri-mera vez que me subo a un caballo, es toda una experiencia nueva para mí. Por suerte, me ense-ñaron muy bien antes de probar”, contó el zur-do de Manacor luego de intentar el duro ofi cio

de pegarle a la pelotita desde arriba de un mon-tado y en movimiento. “Es bueno que organicen este tipo de salidas, nos permite relajarnos un poco y probar diferentes cosas. Ya había jugado en Dubai y puedo decir que es uno de mis tor-neos favoritos, la gente y el lugar lo hacen muy especial. Una ciudad en el desierto es un desti-no turístico por excelencia, estoy seguro de que en algunos años será una de las ciudades más importantes del mundo”, agregó el español, de 19 años, que se consagró campeón al derrotar a Federer en una extraordinaria fi nal.

Salatino juega “el séptimo game”Con tres décadas de trayectoria en el periodis-mo y miles de anécdotas e historias a cuestas, Guillermo Salatino, uno de los especialistas más reconocidos del tenis, presentó “El Sép-timo Game”, un libro en el que vuelca sus re-cuerdos y vivencias en los cientos de viajes que emprendió para seguir a los representantes argentinos por todo el mundo. El libro incluye detalles de su controvertida relación con Gui-

llermo Vilas, su afecto hacia Gabriela Sabatini y decenas de relatos, divertidos algunos y para meditar otros. “Salata”, quien actualmente se desempeña en radio La Red y en Fox Sports La-tinoamérica, hizo realidad un viejo anhelo, que se produjo después de una charla con su colega, el italiano Gianni Clerici. “El séptimo game”, editado por Del Nuevo Extremo, cuenta con de-dicatorias de Sabatini, Víctor Hugo Morales y Enrique Morea. Además, refl eja una visión del circuito en la que abundan las experiencias y la pasión, virtudes a las que el periodista ha acos-tumbrado al público a través de los años.

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Suspendieron al polémico KoellererAlgunos recordarán el paso del austríaco Da- niel Koellerer por la Argentina: fue en noviem-bre del año pasado, cuando participó del cha-llenger por la Copa Petrobrás y llamó la aten-ción no por su juego, sino por su conducta antideportiva, sobre todo en su partido contra Juan Martín del Potro, con gestos agresivos, burlas y obscenidades verbales. Pues bien: al ‘chico malo’ del tour le llegó la hora del castigo. Fue suspendido por seis meses para disputar torneos de la ATP –sí puede jugar en pruebas de la ITF, como los Grand Slams y los futures– a partir de un incidente que protagonizó en la clasifi cación del torneo de Acapulco, cuando le gritó “Hijo de p...” al español Nicolás Almagro en medio del primer set. El supervisor de la competencia, el brasileño Paulo Pereira, deci-dió su descalifi cación inmediata por mala con-ducta. Koellerer argumentó que, en realidad, le había gritado “bravo punto”, pero parece que no le creyeron. “El Loco Dani”, tal como se lo conoce, ya registraba varios antecedentes de mal comportamiento (agresiones a ball boys, insultos al público, salivazos), e incluso algu-nos jugadores habían reunido fi rmas, a fi nes del año pasado, para pedir su expulsión del cir-cuito internacional.

Becker ganó un juicioUn tribunal de Munich determinó que el dia-rio conservador Frankfurter Allgemeine Zei-tung deberá pagarle a Boris Becker la suma de 1.200.000 euros en concepto de daños por haber utilizado una foto suya para una campa-ña de publicidad sin el debido consentimien-to. El hecho sucedió en 2001, cuando el diario alemán, en ocasión del lanzamiento de su re-vista dominical, publicó imágenes del tricam-peón de Wimbledon en ómnibus, periódicos y avisos televisivos. Becker había pedido una indemnización de 2.300.000 euros y había logrado imponer su pedido ante dos tribuna-les, pero la tercera instancia se pronunció por reconocer solamente los daños a la imagen del recordado Bum Bum. El Zeitung, en con-

El regreso de Pistol PeteEn septiembre de 2002 jugó su último torneo y su último partido en Flushing Meadows. Im-posible olvidar la consagración de Pete Sampras ante Andre Agassi en lo que fue su 14o título de Grand Slam. Casi cuatro años después de aquella despedida con gloria, Sampras está listo para desempolvar las raquetas. El primer paso será el torneo de exhibición de River Oaks, en Houston, para luego unirse a la Liga Mundial Pro de tenis por equipos, que se disputará entre el 6 y el 26 de julio. Se trata de un campeonato de doce equipos, cada uno de ellos con dos va-rones y dos mujeres, que combina fi guras de la actualidad con leyendas de otros tiempos. Allí participan, ente otros, Andre Agassi, Steffi Graf, Martina Navratilova, Andy Roddick, Anna Kour-nikova, Venus Williams y John McEnroe. De todos modos, Pistol Pete desestimó la posibili-dad de que este “comeback” vaya más allá de las exhibiciones. “Extraño el juego, los Grand Sla-

ms y la competencia. Pero jugar en el nivel que tenía ya es otra cosa. Jugar algunos partidos este año es algo que puedo controlar, porque no hay ninguna presión y puedo relajarme y divertir-me, pero una vuelta en serio es algo que no se me pasa por la cabeza”, dijo Sampras.

traposición, había ofertado un resarcimiento de ¡21.000 euros!

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Muy pero muy lejos quedaron aquellos tres días entre fines de septiembre y comienzos de octu-bre de 1983, en la fría Estocolmo, bajo el techo opresivo del estadio Kungliga Tennishallen y una carpeta inmanejable. Tres duras jornadas donde el poder de dos colosos argentinos –Gui-llermo Vilas y José Luis Clerc- quedó empali-decido por la “nueva fuerza” de un rubiecito de rulitos llamado Mats Wilander. Sí, el mis-mo Wilander que hace muy poco pisó nuestro suelo con otra armadura aunque igualmente ataviado de tenista, pues es el actual capitán de

.: Copa Davis 2006

.: por eduardo puppo.: fotos agencia www.slphotosports.com

A. Correa

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los escandinavos. ¿Qué recuerda de esa serie tan favorable para los que actuaron de locales? Poco y nada, pero lo suficiente: “Recién me es-taba acomodando en el circuito, aunque tenía mucha confianza después de ganar en Roland Garros el año anterior, cuando ni yo ni nadie lo esperaba. Tenía cierta facilidad para jugar en canchas lentas y rápidas, pero no pensaba que todo fuera tan fácil. Creo que los argentinos no ganaron ningún set hasta el último día”, nos dijo, recordándolo con una pequeña sonrisa, en la sala de prensa de Parque Roca.

El callado Mats tenía razón: él venció a Vilas en tres sets corridos, lo mismo que Anders Jarryd sobre Clerc; y el dobles formado por Jarryd y Hans Simonsson sentenció la eliminatoria por 6-3, 6-3 y 6-4. Vilas, con todo su amor propio desencadenado, apabulló después a Jarryd, pero Clerc no pudo con el entonado Wilander. Se perdieron once sets y se ganaron sólo dos, los de Vilas. Quizás la mala relación que mante-nían los máximos exponentes nacionales pe-só en el colapso deportivo. O tal vez la falta de unión entre todos los componentes, con el capi-

tán, Richard Cano, tratando de soldar las piezas dispersadas en los entrenamientos sin éxito, sacando como conclusión que se tenían que replantear las cosas urgentemente. Pero, como reconocieron los mismos jugadores entonces, los suecos estuvieron intratables y el cóctel fue fatal en las cuartas semifinales mundiales de la historia que jugaba la Argentina. Estos detalles no son gratuitos sino que refle-jan, salvando las distancias recorridas, un factor no menor a la hora del análisis: los resultados

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CAPÍTULO I

Estos duros suecos ausentes

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De las dieciséis últimas series jugadas por Argentina, siete fueron de visitante, con tres victorias. De las nueve de local, ocho se ganaron por 5-0 y una por 3-2.2001Argentina a México 5-0 en Mendoza, polvo de ladrilloArgentina a Canadá 5-0 en Córdoba, Argentina, polvo de ladrilloArgentina a Belarus 5-0 en Córdoba, Argentina, polvo de ladrillo2002Argentina a Australia 5-0, en Buenos Aires, polvo de ladrilloArgentina a Croacia 3-2 , en Buenos Aires, polvo de ladrilloRusia a Argentina 3-2, en Moscú, Rusia, carpeta indoor2003Argentina a Alemania 5-0, en Buenos Aires, polvo de ladrilloArgentina a Rusia 5-0, en Buenos Aires, polvo de ladrilloEspaña a Argentina 3-2, en Málaga, España, polvo de ladrillo2004Argentina a Marruecos 5-0, en Agadir, Marruecos, carpeta indoorBelarús a Argentina 5-0, en Minsk, Belarús, carpeta indoor2005Argentina a República Checa 5-0, en Buenos Aires, polvo de ladrilloArgentina a Australia 4-1, en Sydney, Australia, césped outdoorRepública de Eslovaquia a Argentina 4-1, en Bratislava, carpeta indoor2006Argentina a Suecia 5-0, en Buenos Aires, polvo de ladrilloArgentina a Croacia 3-2 en Zagreb, Croacia, carpeta indoor

¿Local o visitante?mos en esta “nueva era” del tenis, Argentina jugó diez series como local y ganó todas, nue-ve por 5-0. Y de las siete que fue visitante obtu-vo tres –en Agadir, Sydney y Zagreb-, perdien-do en Moscú, Málaga, Minsk y Bratislava. Y de éstas, dos fueron muy ajustadamente, contra los rusos y los españoles. La decantación da co-mo saldo únicamente dos caídas terminantes: frente a Belarús y Eslovaquia, con superfi cies extremas. Los números demuestran, de esta manera, un panorama menos tremendo que el aparente.

Ahora viajemos hacia el pasado reciente, al soleado viernes 10 de febrero de 2006. En el fl amante estadio montado en el sur de Bue-nos Aires no se daba una situación común: si bien la ventaja básica -la localía- era un hecho

claramente diferentes que, desandando las se-ries, se fueron obteniendo siendo locales o visi-tantes. Suecia no era un oponente para volver a Ezeiza con un 5-0 en contra. Tenía pergaminos, pero no tuvo oportunidad de hacerlos valer. Co-mo una irónica devolución de favores a través del túnel del tiempo, perdieron trece games y también se quedaron con apenas dos. Pero con la diferencia de no haber ganado ninguno de los cinco encuentros. Ventaja Argentina.

Ahora bien, muchos se preguntan: ¿por qué se gana con holgura aquí y se sufre tanto afuera? ¿Son realmente superiores quienes nos derro-tan en esos casos? ¿Pesa tanto, como se dijo hasta el agotamiento, jugar en canchas desco-nocidas e intencionalmente preparadas para molestar más? Desde 2001, cuando ingresa-

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sede de la Asociación Argentina de Tenis, la pri-mera sorpresa fue no leer el nombre de Coria. ¿Por qué no estaba en la lista? Tras observar su rendimiento de los últimos meses, incluyendo el Abierto de Australia, el conductor del conjun-to prefirió no convocarlo para no presionarlo y para contar con una alternativa de ranking más alto pero con mayor confianza en el presente. Igualmente se dijo por allí que el “Mago” se había auto excluido, cosa que el mismo jugador se encargó de desmentir, aunque no quedó cla-ro si estuvo conforme o no con estar a un lado. Por el modo que alentó desde el banco, bien po-dría afirmarse que todo estuvo en orden.

Mancini bocetó con Nalbandian, Gaudio, Che-la y Calleri. No había grandes baches por sor-tear aunque la voz del “pueblo” se preguntaba

¿por qué no José Acasuso, que venía de perfor-mances cada vez más sólidas? La respuesta fue la mayor experiencia del flaco Chela, quien ya había jugado Copa Davis y significaba ir a lo se-guro. Pero la cosa no terminó allí. La vorágine de las lesiones -que parece estar atacando des-de todos los flancos al tenis internacional- dijo presente a horas nada más de la semana final: Gaudio tampoco podría ser de la largada por aquel problema crónico en su hombro derecho que cada tanto lo aleja de las canchas. Allí sí, no hubo conjeturas: el gran momento del misio-

indiscutido, el capitán nacional, Alberto “Luli” Mancini, se cansó de pergeñar y tirar a la basu-ra estrategias o planes de ataque al “invasor”. Es que su idea original, el dibujo mental que se planteó cuando el sorteo determinó que Suecia debía viajar a Buenos Aires, fue mutando en idéntica proporción a las bajas que se le fueron cruzando delante de sus narices.

El “Dream Team” que difundieron los medios periodísticos aún antes de que “Luli” lo hiciera oficial, llevaba un certificado de calidad pega-do a sus espaldas. Era lógico pensar en David Nalbandian, Guillermo Coria, Gastón Gaudio y Agustín Calleri. Acumulaban la “chapa” su-ficiente como para aguardar la serie casi como sentados en sus livings. ¿Qué pasó a partir de allí? Cuando Mancini acercó su formación a la

ARR. David Nalbandian y José Acasuso en el dobles tantas veces crucial del segundo día. Funcionaron perfectamente. ABA. La formación que enfrentó a Suecia y consiguió una victoria contundente y clave para un año que promete.

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nero “Chucho” Acasuso fue sufi ciente aval para reemplazar al “Gato” y la alegría se le dio justo tras ganar el torneo de Viña del Mar. Nadie se atrevió a cuestionar al debutante.

Regresando a los porqué se gana aquí y no allá, aún con estas variables inesperadas y un ad-versario con pergaminos (Thomas Johansson prácticamente top ten; Jonas Bjorkman como uno de los mejores del mundo en dobles; Ro-bin Soderling con el antecedente cercano de haber batido a Nalbandian la última vez que se habían enfrentado, en polvo de ladrillo, y el ex gran campeón Wilander como director de su orquesta), la puesta en escena fue impecable. El poder del tenis argentino actual aplastó a la ma-la suerte preliminar y redondeó un 5-0 que ra-tifi có que son muy pocos los que pueden gritar victoria cuando cruzan la línea del Ecuador.

Eso extendió la seguidilla de triunfos como lo-cales a diez consecutivos. La última caída data de 1998, cuando Eslovaquia ganó el ascenso al Grupo Mundial venciendo por 3-2 entre el 25 y el 28 de septiembre, durante cuatro días -se

agregó el lunes por la lluvia del fi n de semana- de tensión, con el implacable Dominik Hrbaty haciendo trunco el sueño nacional superando a Hernán Gumy en el quinto punto. Estar ocho años invictos demuestra estadísticamente que estos chicos son “duros de matar” en esta zona del mundo. Quien se atreva a desafi arlos, tendrá que dejar su vida y un poquito más antes de pe-gar la vuelta con un 5-0, 4-1 o 3-2 bajo el brazo.

No hubo excusas de los nórdicos, que hasta tomaron con “protocolo cero” las preguntas de los periodistas argentinos, quienes intentamos consultarlos sobre qué explicación le encontra-ban a semejante paliza. El propio Wilander nos

comentó, mirando a un punto fi jo y lejano: “No hay excusas, pero no voy a replantear a los com-ponentes de mi equipo. Tuvimos grandes riva-les y no hay nada más allá”. Un verdadero “ice-berg”, como cuando jugaba en el grupo de elite y robándole el mote que siempre llevó su com-patriota Bjorn Borg, ciertamente más famoso y ganador que él. Sus palabras responden, clarifi -can y le quitan dramatismo a la cuestión de fon-do sobre ganar o perder en tierras lejanas.

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ARR. Arriba, el fesejo en equipo y la felicidad de avanzar a los cuartos de fi nal. ABA. El sueco Thomas Johansson haciendo jueguito con la pelota de tenis, en un entrenamiento. Fue arrasado por Acasuso y por Chela.

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Pasaron los suecos y nos tocó nuevamente bailar en un boliche desconocido, el DOM Sportova de Zagreb. Los croatas venían de una primera rue-da durísima en Graz, Austria, que si bien logra-ron encaminar el primer día y cerrar el segundo, fue con lo justo: Ivan Ljubicic y Mario Ancic jun-taron fuerzas y se las arreglaron para rubricar un 3-0 inicial durísimo, incluyendo un 8-6 en el quinto set del dobles. Los mismos protagonis-tas nos esperaban con los dientes afilados en su reducto techado. Pero las condiciones se fueron degradando a medida que la antesala se iba con-

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sumiendo: Ljubicic llegó a la final del Nasdaq-100 Open y quedó muy desgastado tras desafiar a Roger Federer a jugar tres tie breaks; su com-pañero Ancic acusó una lesión en la espalda des-pués de un entrenamiento en la semana y que-dó, luego de largas conjeturas, fuera de la serie; y el gigante de 2,08 mts., Ivo Karlovic, se había negado a formar parte del conjunto por segunda vez consecutiva sin razón aparente, motivando la molestia de Ljubicic -actuó como capitán y ju-gador, dejando hasta su última célula viva antes de entregar el título- quien dijo sin disimulo:

“Que Karlovic le explique a la gente por qué no está en el equipo para jugar contra Argentina”.

Con esas coordenadas aterrizó el team argenti-no para intentar desbancar al campeón. Manci-ni recurrió a su artillería pesada actual (Nalban-dian como siempre, Calleri en alza, Acasuso enamorado de la Copa Davis, Chela confiable en cancha rápida). Quedaron, como contra Suecia, dos de los top ten que poseemos afue-ra, pero de todas formas suponía un excelente combinado de estilos.

Los croatas, aún en el escenario mencionado, demostraron que en Copa Davis nadie se pue-de quedar tranquilo. Cuando todo indicaba que Calleri le ganaría a Ljubicic (dos sets a cero, 4-1 en el tie break del tercero y un rival diezmado), la suerte se esfumó imprevistamente. Cuando el score de la serie marcaba 2-1 a nuestro favor y Nalbandian era candidato “a muerte” para cerrarla ante el maltrecho “pelado”, fue el “pe-lado” quien ganó con claridad y comodidad. Y cuando se confirmó que Ancic no jugaría el quinto punto, un tal Sasa Tuksar –conocido

CAPÍTULO II

Cuando se callael campeón

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Ese es el compendio más razonable que se pue-de dar. Porque explicaciones, en el terreno irre-gular que ofrece la Copa Davis, no hay ninguna valedera. Y sino, que le pregunten a Roddick y a Blake, que sobre el césped de Rancho Mirage pasaron penurias inimaginables con los chile-nos, en otro de los cuartos de final.

¿Qué nos espera de aquí en adelante? Cuando

la primavera apenas haya cumplido 24 horas, todos los ojos estarán puestos en la central ins-talada en Parque Roca. Y las miradas optimistas le ganarán por amplio margen a las dudosas: los australianos, muy a su pesar, volverán hacia este continente -como lo hicieron en 2002- con el ánimo caído porque deberán remarla, y mu-cho, si pretenden llegar a otra final mundial. Lo bueno es que de los dos últimos enfrentamien-

sólo por quienes nos pasamos el día leyendo y escribiendo resultados- tuvo al borde del ataque de nervios a Chela. Es decir, con sus jugadores 2 y 3 fuera del equipo, Croacia sobrevivió hasta el segundo final.

Por esto da cierto fastidio buscar razones cuan-do cualquier allegado al tenis, sin obligación alguna de conocer las internas ni los detalles tácticos y técnicos de una eliminatoria de Copa Davis, dice: “¿Cómo iban a perder con los croa-tas?” o “¡Cómo arrugó Calleri con Ljubicic, si lo tenía!”, por ejemplo. Nada puede desmerecer la impresionante tarea del cordobés, más allá de la derrota en cinco sets. Desembocar a este presente tan especial para la Argentina y tratar de enumerar las buenas y las malas que pueden o no transitar, conlleva aquella carga de desidia que hace dificultoso encontrar las palabras jus-tas que satisfaga a los interlocutores.

Existían razones para ser optimistas antes de ir a Zagreb, con las salvedades mencionadas, tal cual sucede ahora mirando al futuro con un gesto de confianza: Argentina, en Copa Da-vis, llegó a sus novenas semifinales mundiales cumpliendo una impecable presentación como local y poniendo lo que no le sobraba en con-diciones adversas -por superficie, rivales, lesio-nes, calambres, presión- en la lejana Croacia.

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tos, tanto de local como de visitante, la victoria fue argentina. En febrero de hace cuatro años, en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, el 5-0 fue tan contundente como la brillante realidad de nuestros tenistas que comenzaba a despertar con fuerza. No estuvo en la formación Lleyton Hewitt y ninguno de los visitantes logró respon-der de acuerdo a las expectativas: Scott Draper, Andrew Ilie, Wayne Arthurs y Todd Woodbrid-ge apenas se llevaron de “souvenir” cuatro sets.

En 2005, los “aussies” tuvieron su “second chance” en el césped desprolijo de Sydney. La previa no era esperanzadora para la misión ar-gentina porque Hewitt y los suyos habían he-cho muy extremas las condiciones. El capitán, John Fitzgerald, autorizó la colocación de 152 panes de pasto en el estadio Olímpico de Te-nis, transportados especialmente desde Victo-ria, para difi cultar al máximo la pisada de los

nuestros. Se equivocó. Porque sobró corazón y muchos recordarán que después de la vergon-zosa actuación del ídolo local -intimidando y burlando a Guillermo Coria, quien equivoca-damente respondió a sus insultos aunque más tarde se arrepintió- Nalbandian jugó a veloci-dad crucero frente a Arthurs y junto a Mariano Puerta comenzaron a tumbar la eliminatoria. Al otro día, el domingo 17 de julio, una sober-bia e inolvidable presentación de David frente al histérico Lleyton selló la visa hacia las semi-fi nales contra Eslovaquia. Ahora, entre el 22 y el 24 de septiembre, los australianos tendrán una nueva oportunidad pero, como dijimos, no será un viaje placentero para ellos. El historial entre ambos, de todas maneras, es parejo: dos triunfos para cada país.

Continuemos proyectando basados en el éxito y divagando con el ideal. Australia a un lado, fal-

ta resolver quién sería el otro fi nalista: Rusia o los Estados Unidos. Si es Rusia, los anteceden-tes indican una ventaja de 2-1 para ellos, pero la última vez, en el estadio construido en River Plate, el entonces equipo capitaneado por Gus-tavo Luza ganó 5-0 en cuartos de fi nal. Hay que viajar seguramente a Moscú –si no se les ocurre otra sede- y esa es una parada para desmembrar con pinzas. En 2002, en la misma instancia, fue 3-2 para los rusos en Moscú. Signifi có el debut de Nalbandian, cuando jugó aquel dobles de 6 horas 20 (la mayor duración de un partido por parejas desde la introducción del tie break en la Davis) junto a Lucas Arnold. Ahora, a pesar de Marat Safi n recuperado, la tarea será titánica pe-ro nunca imposible, muy similar a la difi cultad que tuvieron Vilas y Clerc en Cincinnati 1981, contra McEnroe, Tanner y Fleming -en la única fi nal disputada hasta el momento- donde mero-dearon la gloria. Y la calidad de los argentinos se cotiza inmensamente más que entonces.

Si el rival llega desde los Estados Unidos, bue-no, nos ganaron ocho de las once veces que nos enfrentaron, la primera en 1931. Y en el “nos” estamos asumiendo que todos tenemos la cami-seta argentina bien puesta, pues de eso se trata esta competencia por naciones, y así responde-remos cuando tengamos que alentar. Aquellas tres victorias aún retumban en la memoria, con sublimes actuaciones de Guillermo Vilas, Ri-

34>35IZQ. El grito de un coloso sobre la veloz superfi ciecroata. Nalbandian, a pesar de caer con Ljubicic,aportó su calidad en el primer punto y en el dobles.

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cardo Cano y José Luis Clerc, en 1977, 1980 y 1983. El último enfrentamiento fue en Hawaii, en 1992, cuando nos volvimos ataviados con una típica corona de fl ores pero también con una yapa: el 5-0 propinado por el Agassi de pelo largo, Sampras y McEnroe. Sería conveniente la victoria yankee, para esperarlos con los brazos abiertos.

Así, la culminación de este sueño sería el tras-lado de la mítica copa hasta Buenos Aires. Por primera vez a la Argentina y por segunda vez a Sudamérica, ya que estuvo en Santiago, Chile, durante la fi nal que Italia le ganó a los trasan-dinos en diciembre de 1976. Será un aconteci-

miento deportivo-sentimental impresionante para los amantes del deporte. Los que el vier-nes 1o de diciembre tomen la Av. Roca enfi lan-do hacia el complejo montado en la zona sur, crucen la entrada principal con sus tickets en la mano y caminen rápidamente hacia el esta-dio, se emocionarán antes de sentarse en sus asientos deleitándose con la mismísima Copa Davis delante de sus narices. Es la tradición, en cada defi nición, que el trofeo se traslade o se quede si el campeón pasado es el mismo que disputa el último encuentro en el país del cho-que defi nitivo en cada temporada. Así sucede desde 1900, cuando un estudiante de Harvard, Dwight Filley Davis, contó con la complicidad

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IZQ. Agustín Calleri fue parte fundamental en la victo-ria frente a Croacia. Desgastó a Ljubicic, a quien tuvo entre las cuerdas en el tercer set del primer día.

de tres compañeros de estudio para bocetar una prueba que jamás soñó tan impresionante. Es más, cuando con el correr de las ediciones fue tomando brillo, el mismo Davis declaró que, de haber tenido aunque sea una mínima idea de su éxito, el material usado para la construcción del trofeo hubiera sido oro y no plata.

¿Cómo es la Copa Davis? El actual formato, con tres pisos de nogal, incluye en su parte supe-rior a la copa original. Una pieza que el mismo Davis encargó a la casa Shreve, Crump Low Co., en la esquina de Tremont y West Street, Boston, y éstos, a su vez, se la encomendaron a William B. Durgin Company -una empresa exclusiva y artesanal- para hacer realidad un diseño clásico, con bordes fl oreados y escalona-dos. El resultado fue esa especie de tazón gi-gantesco –mal llamado ensaladera o ponchera, porque no fue concebida para esos fi nes- que mide 33 centímetros de alto y pesa poco más de seis kilos; la copa que vimos en tantas fotos, en manos de orgullosos campeones. Porque si está en sus manos, signifi ca que llegaron al cenit y pueden dormir tranquilos: en su superfi cie quedarán grabados, para siempre, sus nombres y el de sus países. Por esa razón se adosaron su-plementos en diferentes años, a medida que se completó el lugar disponible, dándole el pecu-liar formato moderno. Guste o no, sin la míni-ma duda y aunque más no sea por cómo hace sufrir a millones de seguidores, es el “objeto brillante” más deseado del tenis.

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.: Entrevista a Juan Ignacio Chela.: por juan josé moro

¿Héroe o villano?

Y ya en pleno partido, con el comienzo de las difi-cultades, ¿te sentías Riquelme y su penal frente a Arsenal faltando 2 minutos?Un momento problemático; si te sale bien es bárbaro y si te sale mal es terrible. Pensás que todo el mundo está pendiente de vos. A la gente que no sabe nada y habla no hay que darle bola porque no entiende cómo son las cosas. Lo ma-lo es cuando opina gente que conoce del tema y no evalúa que es una superficie que en Argen-tina no existe, que el punto era vital para pasar o quedarse afuera, que en los torneos siempre hay una sorpresa y un 150 le gana a un favorito. De todas esas cosas parece que se olvidan.

El ex futbolista Jorge Valdano ha popularizado el

concepto de “pánico escénico”, que no es cobar-día sino una sensación en determinado escenario. ¿Cuál era tu sensación al respecto?Luli (Alberto Mancini) me pone porque sabe que yo siempre le voy a rendir entre 6 y 8 pun-tos; que ni voy a jugar como Federer ni voy a ser un desastre. A mí se me criticó porque perdí otros partidos, pero siempre dejé todo lo que podía dejar. Estaba por momentos nervio-so, pero nunca tuve pánico que me impidiera moverme.

¿Cuándo estuviste más nervioso, en el momento de entrar a la cancha o cuando perdiste el primer set?Es diferente. Antes de entrar estaba ansioso porque tenía la duda de cómo iba a rendir en

Cae la tarde sobre el placentero paisaje del Club Vilas y Juan Chela está por finalizar un día muy particular que comenzó con el entrenamiento en doble turno, bajo la mirada de Tim Azar, si-guió con la habitual sesión de gimnasia de me-dia temporada y tuvo el ingrato complemento de una resonancia en la mano y brazo derechos “Salió tendinitis en la muñeca derecha, pero na-da grave, por lo que podré jugar a partir de Ro-ma”, tranquilizó. El tenista de Ciudad Evita se ha reencontrado con los suyos luego del partido decisivo de Zagreb, y ha conocido en los 15 días que estuvo en Buenos Aires la extraña sensación de sentirse poco menos que glorificado y cues-tionado al mismo tiempo. De allí este “peloteo sobre la red”, con la sinceridad habitual del te-nista que le dio el quinto punto a la Argentina. ¿Qué te dejó este partido frente a Croacia?Esta serie me dejó una alegría enorme y una experiencia única. Nunca me había pasado el te-ner que definir nada menos que el pase a semi-finales. Es algo increíble.

A un mes de la serie, ¿cómo recordás hoy la sensa-ción que tenías cuando entraste a la cancha?Que en los papeles tenía que ganar yo, que la cancha era lo más difícil, y sentía, sobre todo, una responsabilidad enorme.

Un resumen de lo que vivió en Croacia, para encauzar lo que viene.

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una cancha sobre la que no me había preparado como me hubiese gustado a mí y que la sabía difícil. Cuando perdí el primer set era distinto, porque aunque me preocupó el resultado, con-fiaba en que el protagonista debía ser yo. Esta idea no la abandoné nunca.

¿Tenés la idea de que te hubiesen crucificado si perdías ese punto tan decisivo?Desde ya, no tengo ninguna duda. Y peor, si muchos me criticaron aún habiendo ganado.

¿Te dolió eso?Menos mal que gané, y entonces fueron más los que me felicitaron. Pero si hubiese perdido también serían más los que me criticarían y eso me hubiese dolido. Es muy fácil estar sentado en un sillón, mirando por televisión para des-pués censurar; pero para mí hubiera sido un golpe del que no sé cómo me iba a recuperar. Lo que ignoran es que desde chicos todos los jugadores estamos entrenando muchas horas, luchando por llegar y esperando un momento como ése para dar lo mejor. Si se te da, mejor para todos, y si no se da, tampoco es tan gra-ve. El tema es que la gente te critica tanto que quedás hundido y solo. El que está en esa situa-ción sabe lo que cuesta recuperarse de un golpe así. Como si no quisiéramos ganar, ¡somos los primeros en querer ganar! Pasa que la gente se olvida o no sabe y habla, total, hablar es gratis.

Jugar la Davis, ¿es un goce o un sufrimiento?Las dos cosas. Si perdés, como fue el caso de Gastón (Gaudio) o Mariano (Zabaleta) en Mála-ga, es un calvario. El caso de Gastón es el más demostrativo, que pasó de ser ídolo a ser el peor. Eso es absurdo, la gente no valora, y cuando digo gente no solamente me refiero a la gente común, varios eran del tenis y otros que no tie-nen idea de tenis. Una injusticia tremenda con alguien que ganó tantos puntos para la Davis. Y con “Zabala” lo mismo; tardó en recuperarse.

¿Australia, es fácil, ganable o complicado?Fácil no hay nada y más si viene Hewitt. El no está pasando por su mejor momento, pero fue número 1 del mundo, ganó decenas de tor-neos y no hay que olvidarse que le ganó a Guga (Kuerten) en Brasil y a Albert Costa, el último punto y en España. El es especial para esta clase de partidos y si viene es porque le gustan es-tos desafíos. Es un grande y hay que respetarlo siempre. Los demás puntos son ganables, pero luego hay que ganarlos sobre la cancha, y tam-poco hay que olvidarse que tienen un buen do-ble. Desde ya que Argentina es favorita, pero del mismo modo que se puede ganar 5 a 0, la cosa se puede complicar. Es Copa Davis.

La última, acaso una instancia difícil de resolver. Vos Juan, en Miami, antes de ir a Zagreb, nos dijis-te que aunque se ganase frente a Croacia en una eventual semifinal, tendrían que jugar los mejores en ese momento, más allá de quienes hayan clasi-

ficado al equipo. Con los números puestos, ¿seguís pensando lo mismo?Desde ya que sigo pensando lo mismo. Yo creo que si el objetivo es ganar la Copa Davis tienen que jugar los mejores, los que en ese momen-to estén con más confianza y se adapten mejor a la cancha, que sean más capaces de ganar los partidos. Después, es como todo, unos van a estar contentos y otros tristes y en contra si no los convocan, pero la clave está en hacer sentir a todos como parte del equipo y tirar todos para el mismo lado. Si todos estamos así y sentimos eso, no tiene que haber ningún problema.

¿Si no te convocan, dónde vas a estar?Alentando.

ABA. Uno de los recursos de calentamiento muyutilizado en Copa Davis: mini fútbol en la canchade tenis. Chela en el fondo, Acasuso en la red.

Un resumen de lo que vivió en Croacia, para encauzar lo que viene.

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.: Hawk Eye

.: por sebastián fest .: fotos grand slam

Todo suma a la hora de conquistar al público, especialmente al joven. El sistema de cámaras de alta velocidad que sigue la pelota y los flamantes sitios web de la WTA y la ATP deleitan a los nuevos fans.

Mediodía en Miami. Paul Hawkins tiene la vista fija en la cancha central del complejo de Cran-don Park, en la isla de Key Biscayne. Cuatro televisores, tres computadoras y tres ayudantes lo rodean. Calmo y educado como buen inglés, Hawkins pide a su interlocutor la lapicera que sostiene y escribe dos letras en una hoja: “Dr.”. Hawkins no quiere que se olvide que es “doctor”. Se siente justificadamente orgulloso de lo que está haciendo y pretende que todos sus méritos se vean reflejados en los medios. Hawkins es uno de los hombres que está cambiando el tenis, y sólo por eso ya se justifica llamarlo “doctor”.

Ingeniero, inglés y treintañero, Hawkins es el dueño de “Hawk Eye Innovations”, otra prueba de lo muy a gusto que se siente consigo mismo. “Hawk” significa “halcón”, y son además las cua-

tro primeras letras de su apellido. Hawkins creó un sistema, el “ojo de halcón” (hawk eye), que es el punto más visible de una revolución tecnoló-gica que está cambiando la imagen del tenis.

Deporte de moda en los años ‘60 y ‘70, el tenis sufrió un bajón mundial en los ‘90, sobre todo en Estados Unidos, el mercado que todos aspi-ran a conquistar. Para llevar adelante esa recon-quista y ganarse la mente y el corazón de las nuevas generaciones, el tenis parece tener por primera vez en muchos años la “fórmula del éxito”: ojo de halcón + Internet + micrófonos + telefonía móvil + TV.

El “ojo de halcón”, estrenado en marzo en Mia-mi, fue un éxito que superó las expectativas. El sistema permitió terminar con los fallos escan-

dalosos que tan frecuentes suelen ser en Esta-dos Unidos. Así, si un juez de línea se equivoca en forma grosera, el tenista tiene la oportuni-dad de “challenge” (desafiar) esa decisión pi-diendo al juez de silla que ponga en marcha el “hawk eye”.

Y vaya que lo aprovecharon. Los jugadores y el público disfrutaron de lo lindo. Cada vez que llegó el momento en Miami, una extraña ansie-dad y expectación, una mezcla de morbo y cu-riosidad, se apoderaron del estadio. Sendas pan-tallas gigantes mostraban si la pelota entraba o no mientras los jugadores aguardaban tensos en la cancha.

Es posible que a los más veteranos seguido-res del tenis el sistema les genere poco o nula

Tenis + tecnología: un matrimonio feliz

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emoción, pero para una generación de “teena-gers”, veinteañeros y treintañeros crecidos en el mundo de los videojuegos y la “playstation”, ver como un deporte hasta hace poco rígido y formal se transforma en algo similar a sus ba-tallas virtuales en la pantalla es por lo menos seductor.

“Hace cuatro años que venimos probando es-te sistema en transmisiones televisivas. Ya lo probamos en 200 canchas de tenis en todo el mundo y jamás hubo problemas”, explicó Haw-kins junto a sus computadoras y televisores y en medio de un enjambre de cables. ¿Nunca hubo problemas? “Bueno, el otro día tuvimos un problema cuando se desconectó un cable du-rante un partido de Federer”, admitió Hawkins. Afortunadamente para el doctor, ni el número uno ni su rival solicitaron el “hawk eye” duran-te esos instantes.

Diez cámaras de alta velocidad instaladas en di-ferentes sectores del estadio siguen la pelota en todo momento. Las cámaras envían imágenes en dos dimensiones, que pasan a ser tridimen-sionales con la ayuda de las computadoras. “Lo bueno de este sistema es que no cambias nada del funcionamiento habitual en el juego, que cuesta sólo 20.000 dólares por torneo y que el resto de los costos están financiados por patro-cinadores”, asegura Hawkins.

¿Es perfecto el sistema? La Federación Interna-cional de Tenis (ITF) asegura que sí, tras haber-lo testeado infinidad de veces. “Las devolucio-nes son quizás el golpe más complicado de se-guir”, admite Hawkins. El sistema funciona por ahora sólo en el estadio principal de los torneos, pero si su éxito se confirma podría extenderse a todo el tenis. El próximo paso es utilizarlo en Masters Series como los de Cincinatti, Canadá, Madrid y Paris-Bercy.

Pero no todo pasa por los ojos de halcones en el tenis de hoy. Otras novedades son menos es-pectaculares, pero la suma de cada una configu-ra un “tenis-tecnológico” que lleva al arcón de los recuerdos el deporte marcado durante déca-das por el blanco inmaculado, las raquetas de madera y el “silencio, por favor”. La WTA puso en marcha una página web especial, que lleva ya la marca indeleble del patrocinador que en cierta forma le está salvando la vida. Se llama www.sonyericsson.com, y está dedicada a las “girls on tour”, un combinado de blogs de las jugadoras, descargas exclusivas para teléfonos móviles o acceso a sus diarios personales.

Mariana Díaz Oliva confía al público detalles no muy arriesgados: “Cuando no estoy en el tour vivo en Buenos Aires, Argentina. Después de jugar o practicar me gusta jugar palabras cru-zadas, leer y relajarme con mi familia”. La bel-

ga Els Callens muestra fotos de su cumpleaños número 28, Serena Williams asegura que escu-cha “todo lo que sea de Greenday” y la venezo-lana María Vento Kabchi se muestra ecléctica combinando Bon Jovi, Black Eyed Peas, Shaki-ra, Ricardo Arjona y Franco de Vita.

Más allá de bucear en el MP3 de sus jugadores favoritos, el aficionado de hoy puede escuchar lo que le dicen sus entrenadores o lo que los jugadores mascullan en el peloteo previo a los partidos. “Nuestros fans y patrocinadores nos dijeron que quieren sentir a los jugadores más cerca”, aseguró Larry Scott, jefe de la WTA. Por eso la ATP creó la web www.tennis-masters-se-ries.tv aprovechando el dominio del remoto ar-chipiélago de Tuvalu para ofrecer imágenes por banda ancha en Internet: partidos, entrevistas y desfiles de moda con los jugadores como pro-tagonistas. Las cosas, sin duda, ya no son lo que eran. Si quienes lo dirigen aciertan en su apues-ta, la generación de adolescentes y “teenagers” estará en buena medida ganada para el tenis.

IZQ. ¿Adentro? ¿Afuera? Aunque para pocos y podero-sos torneos, el sistema tuvo adeptos y detractores. Tradicionalistas por un lado, juventud cibernética por otro. Los jugadores, por ahora, se animaron a desafiar a las máquinas.ARR. Paul Hawkins en plena tarea, durante el Masters Series de Miami. Asegura que el sistema no tiene fallas y que fue testeado en más de 200 torneos sin problemas.

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Un divino tesoro

.: La construcción de canchas

.: por mariano ryan.: fotos felipe de vedia / ron angle

El nuevo boom del tenis en la Argentina también creó un problema: la infraestructura que requieren esos casi 2 millones de argentinos que le pegan con pasión a la pelota. Por eso las canchas son un actor clave en esta historia.

El recuerdo tiene que ver con la infancia y por eso perdura en el tiempo. Un club, una es-cuelita de tenis, un sábado por la mañana con lluvia de primavera, un salón oscuro y enorme que más tarde se llenaría de señoras jugando al bridge o a la canasta y compartiendo una taza de té. Y un video cuidado como un tesoro por aquel “profe” que ostentaba con orgullo cier-tas vinculaciones con gente que se había dado el gran gusto de viajar a Londres para asistir al torneo de tenis más importante del mundo. Sí, esa era la película de Wimbledon, y en una hora los pequeños alumnos podían ver un po-co más de cerca el revés a dos manos de Borg, la devolución de Connors, la volea de McEnroe o el carisma de Gerulaitis, por ejemplo. En esa hora de ese video auspiciado por la misma mar-ca de relojes que hoy sigue estando bien visible en el All England, todos disfrutaban y todos aprendían.

Los tiempos cambiaron, y hoy Wimbledon y prácticamente el resto de los torneos del circuito masculino se pueden ver en vivo por TV por tres canales de cable y hasta por la tele-visión abierta, en algunos casos puntuales. Eso,

la TV, la explosión mediática, es apenas una razón para entender el nuevo boom que vive el tenis argentino en estos primeros años del siglo XXI. De la mano de las victorias, de los títulos, de las hazañas, de las sensaciones que explo-tan semana a semana en ambos circuitos, la gente recuperó el gusto por el juego. Es decir: se mantiene la pasión por el tenis en cuanto a seguir los resultados, descubrir nuevas figuras, acompañar las campañas de un jugador favori-to. Pero en los últimos tiempos la gente volvió a jugar al tenis en Argentina. Y en este concep-to hay números para interpretar el fenómeno a partir de un par de situaciones: a principios de los ‘70 el tenis era un deporte elitista y Gui-llermo Vilas lo popularizó así como Roberto de Vicenzo acercó el golf a la gente. Entonces, a principios de los ’80, había 3 millones de ar-gentinos que jugaban al tenis al menos una vez por semana. Sí: ¡el 10 por ciento de la población del país! A fines de los ’90, y coincidiendo con el bajón deportivo (años sin títulos, con Gabrie-la Sabatini retirada, con Argentina peleando por el ascenso al grupo Mundial de la Copa Da-vis), 1.300.000 personas utilizaban las 10 mil canchas que habían quedado como herencia de

aquella época dorada y que no habían sucumbi-do ante el avance de los clubes de paddle o las pistas de patinaje sobre hielo.

Hoy, después del triunfo de Gastón Gaudio en Roland Garros, después de la victoria de David Nalbandian en el Masters y después de tener tres argentinos peleando bien arriba en el ran-king mundial, casi 2 millones de argentinos se volcaron a los clubes y centros de tenis para volver a sentir la pasión de pegarle a una pelota con la raqueta. Según fuentes de la Aduana, a fines de 2004 el negocio del tenis resultó su-mamente rentable. En esa temporada se factu-raron 43 millones de pesos aproximadamente, con un dato: más de 14 millones surgieron del alquiler de canchas.

Y a partir de este tema -el alquiler de una can-cha- surge otro que también es motor impor-tante del impulso que el deporte ha tomado en los últimos tiempos al compás de su gran auge: la construcción y reparación de canchas de te-nis. Hoy son pocos los clubes, centros y barrios privados o countries que no tengan problemas de infraestructura deportiva para la práctica del

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Del 2 de enero al 3 de diciembre el mundo del tenis masculino dará vueltas por 31 países de seis continentes. Desde Doha, Chennai y Adelaida, que abrieron el calendario, hasta la final de la Copa Davis, la mayoría de los jugadores pasarán por las cuatro superficies típicas: polvo de ladrillo, cemento, sintética y césped. Cada una tiene sus momentos del año y sus torneos bien representativos:

Polvo de ladrillo

El circuito de canchas lentas tiene su momento culminante en Roland Garros, pero antes y después de la tradicional cita de París hay torneos para todos los gustos. La primera escala tiene como punto de referencia los torneos latinoamericanos, entre los que sobresale Buenos Aires por el impulso que ha tomado año tras año. Luego de Acapulco y tras un paréntesis de 35 días, arranca la temporada europea que empieza en Valencia y termina en el segundo Grand Slam con escalas sumamente importantes como los Masters Series de Montecarlo, Roma y Hamburgo. Luego de Roland Garros y tras la temporada de pasto, el polvo de ladrillo vuelve a ser protagonista en Europa hasta Palermo, ya en septiembre.

Césped

Inoxidable, el pasto tiene apenas cinco torneos y por eso vale nombrarlos: Halle, Londres, ‘s-Hertogenbosch, Newport (donde se encuentra el Salón de la Fama) y, por supuesto, Wimbledon. El césped se resiste a desaparecer pese a que es la superficie más rápida y la que menos domina el común de los jugadores.

Las superficies y sus torneostenis. Son cuatro las superficies más solicita-das a construir: polvo de ladrillo, arcilla (clay), concreto asfáltico (cemento) y hormigón poro-so. Seguramente, por tradición y costumbre, las de polvo de ladrillo son las que superan en la demanda de la construcción en Argentina. Para cada tipo de superficie son distintos los materiales que se utilizan y por ende, distinta la construcción. Por ejemplo: para las de polvo de ladrillo, primero se alisa la superficie, des-pués se coloca una capa de sal y a continuación la primera capa de ladrillo de horno bayo que se compacta. Después se coloca otra capa similar que también se compacta y la tercera capa es de granza (un material sellador para que se afirme la superficie). Más tarde se utiliza ladrillo nuevo picado en distintas granulometrías que se van compactando de acuerdo a su colocación hasta finalizar con el polvo cerámico, que es la última capa que se coloca sobre la cancha. Luego se cla-van los flejes de PVC con clavos espiralados de 2,5 pulgadas, que se oxidan con la humedad y permiten la fijación de los flejes. Una superficie de polvo de ladrillo cuesta unos 22 mil pesos, aproximadamente.

De todos modos, al tratarse de la cancha más común para la idiosincrasia argentina, antes de continuar con el resto de las superficies es bue-no saber un poco más de qué se trata cada ma-terial que se utiliza en el querido polvo de color anaranjado: Sal industrial: tal como su nombre lo indica, es sal de tipo entrefina destinada para el uso industrial. Su utilización tiene como objetivo quemar todo verdín y vegetal que pueda llegar a existir sobre la superficie de la cancha y su base. Ladrillo bayo picado: su granulometría varía entre los 5 y los 8 centímetros y es realizado es-pecialmente con una cocción media para me-jorar la capacidad de absorción de la cancha. El polvo sellador de ladrillo bayo, como su nombre lo indica, está realizado en ladrillo bayo nuevo y es utilizado para rellenar los huecos

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que pudieran llegar a quedar en la base debido a las imperfecciones del ladrillo picado. Granza cerámica: al igual que el polvo cerámi-co, tiene un color anaranjado intenso gracias al material utilizado para su realización. Esta granza es muy utilizada por los paisajistas pa-ra colocar en los caminos de plazas y parques debido al contraste de su color con el verde del césped. Por este motivo su granulometría varía entre 1 y 2 centímetros de diámetro. Flejes de PVC: el PVC es virgen y se venden los flejes en juegos completos. Es decir, dos ro-llos de fleje fino de 3 centímetros de ancho por 60 metros de largo cada uno y un rollo de fleje ancho de 4,5 centímetros de ancho por 40 me-tros de largo. Polvo de ladrillo cerámico: está realizado ín-tegramente en ladrillo cerámico nuevo y to-talmente limpio. Esto le da una pigmentación anaranjada intensa. Su característica de polvo impalpable se obtiene mediante un proceso de molienda con una malla.

Las canchas de clay son prohibitivas en Ar-gentina. Para darse el gusto de jugar sobre el mismo piso en el que Vilas ganó Forest Hills en 1977 ante Jimmy Connors (sí, esa arcilla de color verde), hay que desembolsar unos 80 mil pesos. La superficie se logra con un material arcilloso cubierto por uno importado (por eso se encarece), que es el clay. Para las canchas de cemento se construye un contrapiso al que se le pega una tela geotextil que evita rajaduras y so-bre la misma se coloca una capa de asfalto acrí-lico de 5 centímetros aproximadamente. Luego se la pinta, colocándole arena zarandeada para darle la textura que el cliente desea para hacer más lenta o más rápida la superficie. Por eso en el circuito son distintos los tipos de cemento: el del Abierto de Estados Unidos en Flushing Meadows no es el mismo que el del Masters de Shaghai, por ejemplo. ¿Cuánto hay que gastar para tener una superficie similar a la que fue testigo de la consagración de Nalbandian a fi-

Cemento

Es la superficie más utilizada, con 27 torneos en la temporada. El año arranca en cemento y termina en cemento. Desde Doha, Chennai y Adelaida hasta el Masters de Shanghai hay torneos para todos los gustos. El primer punto fuerte se da en los Masters Series de Indian Wells y Miami, los primeros del año con los que termina la primera etapa del cemento. Recién a mediados de julio con la temporada norteamericana de verano se reanuda el contacto con este piso que sirve para equiparar a los jugadores por la velocidad intermedia. Después de los Masters Series de Toronto y Cincinnati, el cemento “fuerte” termina en Flushing Meadows. Después hay otros torneos (la mayoría bajo techo) y el único que tiene similar (aunque menor) jerarquía es el Masters Series de Madrid.

Sintética

Aquí hay que hacer una salvedad: el Abierto de Australia, con su rebound ace, está más cerca de una cancha sintética que de una de cemento. Si bien la superficie del primer Grand Slam es extremadamente lenta con respecto a aquella que se utiliza en París-Bercy, por ejemplo, ambas deben ser incluidas en el mismo paquete porque, al fin de cuentas, se trata de una goma. Los pocos torneos que se juegan en sintética se hacen bajo techo entre setiembre y octubre y sin duda el más importante es el Masters Series de París, que cierra el año antes del Masters y la definición de la Copa Davis.

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nes del año pasado? Unos 40 mil pesos aproxi-madamente. La cancha de hormigón poroso se termina con una carpeta de piedra binder y esta modalidad es la superfi cie más dura de las cua-tro expuestas. ¿Cuánto cuesta? Hay que pensar en un presupuesto de entre 46 mil y 48 mil pesos.

Otro punto importante es el del diseño de alam-brados, que siempre son galvanizados. Haydistintas modalidades y pueden ser de tres me-tros de altura en la totalidad del perímetro o solamente en las cabeceras y los laterales, con coronamiento o con distintos diseños en late-rales y accesos. También el color de los postes (verde inglés, verde foresta, blanco, etc.) varía. Y el diámetro de los mismos puede ser de 3 o 4 pulgadas. Otro tema a tener en cuenta, y que no deja de ser importante, es la orientación de la cancha. Siempre se recomienda que la can-cha debe estar plantada de norte a sur, ya que hacerlo de este a oeste perjudicará al jugador a la hora del saque por tener el sol de frente en un momento del día. Por último, hay que ha-blar de la iluminación, que puede aumentar o bajar el presupuesto.

¿Y el mantenimiento? Es un tema fundamen-tal y complicado. Al polvo de ladrillo hay que aplastarlo con un rodillo y regarlo a menudo. Habitualmente se le echa agua hasta cinco veces por día, y luego hay que recorrerla con un cepillo. Urbano Tennis SRL es una de las empresas líderes del mercado de construcción de canchas de tenis con una experiencia de 30 años en el rubro. No solamente construye, sino que además vende materiales y accesorios para el tenis y en algún caso hasta presta el servicio de mantenimiento integral. “Esta euforia de la

gente por el tenis tiene que ver con el éxito de los tenistas argentinos en el mundo,” dice Raúl Urbano, titular de Urbano Tennis. “Por eso nosotros no solamente hemos trabajado para clubes de tenis sino que últimamente nos han llegado numerosos pedidos de particulares.” Urbano agrega: “Obviamente que, a partir de esta nueva explosión del tenis que no se daba desde los tiempos de Vilas, hay que tener mu-cho cuidado a la hora de la construcción de una cancha. Hacen falta productos de buena calidad pero también una mano de obra con experien-cia y trayectoria. Hacer una cancha de tenis la puede hacer cualquiera, pero lo importante es que el producto fi nal sea el que quería el clien-te. Y, además, el constructor debe trabajar con la misma responsabilidad para un club que pa-ra un particular. Yo, por ejemplo, hice canchas en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, segura-mente el club más importante de la Argentina. A esas canchas las hice con el mismo empeño que puse para construir las de mis clientes par-ticulares.”

Más allá del optimismo con el que se vislum-bran los años por venir, hay un debe en el tenis argentino y tiene que ver, por ejemplo, con la

falta de infraestructura en algunos sectores de la sociedad por lo caro que a veces resulta cons-truir una cancha de tenis. Por eso siempre es bueno mirar hacia afuera y no temer a copiar lo bueno. ¿Por qué no imitar entonces el trabajo que desde hace más de 50 años viene realizan-do la Federación Francesa de Tenis, sin duda la número 1 en el mundo? Los franceses tienen 1.250.000 tenistas ocasionales, de los cuales 1 millón paga un carné de 18 euros anuales. Esos 18 millones de euros le permiten seguir crecien-do diariamente en la difusión del deporte. La Asociación Argentina de Tenis, en cambio, tie-ne unos 15 mil carnés de 26, 70 y 95 pesos se-gún la edad del jugador. Si se hiciera la cuenta, todo el optimismo del arranque quedaría sepul-tado bajo la frialdad de los números.

Pero no hay que se pesimistas porque el boom está instalado otra vez. Argentina es un fenó-meno mundial no sólo en éxitos deportivos. La gente también quiere quebrar records y necesita canchas de tenis para conseguirlo.

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Raúl Urbano en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, titular una de las empresas líderes del mercado de construcción de canchas de tenis.

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» JOHN MCENROEOtro ex número 1 del mundo que ganó 77 títulos de single y 78 de dobles (el último lo logró en febrero en San José, con 47 años). Nació el 16 de febrero de 1959 en Wiesbaden, Alemania, pero el tenis lo conoció como estadounidense. Obtuvo siete títulos de Grand Slam (tres Wimbledon y cuatro Flushing Meadows), y además fue semifinalista en Australia y Roland Garros. Durante 170 semanas se mantuvo al tope del ranking, posición que ocupó por primera vez en 1980. También fue un enorme jugador de Copa Davis, con 59 triunfos y apenas 10 derrotas.[4]

» ANDRE AGASSIUn ejemplo de tenacidad. A punto de cumplir 36 años, sigue dando batalla. Ganó los cuatro torneos de Grand Slam y lleva disputadas 90 finales del circuito, de las que venció en 60, lo que lo lleva a ocupar el séptimo puesto entre los tenistas más ganadores de la historia del profesionalismo. El estadounidense nació en Las Vegas el 29 de abril de 1970 y su primer título lo obtuvo hace 19 años. En 1995 llegó al 1 del mundo y volvió a terminar en esa posición en la temporada 99 con una salvedad: en 1997, en su peor año desde 1986, bajó hasta el puesto 141.[3]

.: Top five.: por mariano ryan

.: fotos ron angle

LOS CINCO MEJORES DE TODOS LOS TIEMPOS

» ROD LAVEREl australiano fue el único que obtuvo dos Grand Slams. Como amateur y como profesional, en 1962 y 1969 respectivamente, logró los cuatro títulos. Acumuló 11 Grand Slams y 47 torneos ganados en el profesionalismo desde la conquista de su segundo Wimbledon en 1968 hasta su último festejo en Orlando en 1975. Nunca fue número 1 del mundo oficial ya que, cuando en agosto de 1973 se instauró el sistema de clasificación, tenía 35 años recién cumplidos. Así y todo en la temporada siguiente alcanzó el tercer puesto del ranking.

La elección es subjetiva y por eso invita al debate. Porque, ¿quién podría discutir los méritos de los elegidos? Pero, también, ¿quién no se animaría con razón a poner otros nombres en la lista?

[1]» PETE SAMPRASTiene el record de 14 títulos de Grand Slams ganados (sumó otros 50 títulos). Se retiró como campeón porque su último partido coincidió con la conquista de su quinto Abierto de Estados Unidos en 2002, superando en una histórica final a su compatriota estadounidense Agassi. Nació el 12 de agosto de 1971 en Washington DC, fue número 1 por primera vez en 1993 y se mantuvo en esa posición durante 286 semanas, otra marca que nadie pudo alcanzar en la historia. Otro dato estadístico: nadie ganó tanto dinero en premios oficiales como él: sumó 43.280.489 dólares.[2]

» ROGER FEDEREREl mejor de todos en la actualidad también está llamado a seguir brillando durante mucho tiempo más. El suizo, nacido el 8 de agosto de 1981 en Basilea, ya acumula 35 títulos desde su primera conquista hace apenas cinco años. Suma siete Grand Slams y este año irá por ganar los cuatro para emular la hazaña de Laver. Ya se consagró en Australia y en Wimbledon, por ejemplo, irá por su cuarta corona. En 2004 quedó a apenas algo más de 140 mil dólares del record de los 6.498.311 acumulados por Sampras en una sóla temporada (1997).[5]» GUILLERMO VILASPodría estar entre los cinco mejores y hasta podría ser el mejor por una sóla y sencilla razón: con su esfuerzo y sus triunfos cambió la historia del tenis en su país. Nació el 17 de agosto de 1952 y logró cuatro títulos de Grand Slam, el Masters de 1974 y otros 57 títulos. Pero también fue el mejor de todos en la temporada 1977 cuando obtuvo Roland Garros y Forest Hills y fue finalista de Australia. Ese año, además, sumó 16 títulos, una marca imbatible que seguramente permanecerá como record por vaya uno a saber cuánto tiempo.[bonustrack]

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Fue la imagen del desconsuelo. Fue el dolor de ya no ser. Aquella conferencia de prensa con Martín Jaite a su lado en esa tarde de febre-ro en el Buenos Aires, significó, para Gustavo Kuerten, más que un golpe. Fue, en realidad, un certero ataque al corazón. Suyo, claro. Pero también al de miles de argentinos que, al igual que en muchos otros países del mundo, sienten adoración por ese brasileño capaz de ser idola-trado hasta en esta parte del mundo. Aquel día caluroso del verano porteño, Kuerten renunció a

jugar la Copa Telmex por una simple lesión en su tobillo. Un esguince, aseguró el parte médico. Pero resultó otro golpe para un tenista golpeado.

Los problemas arrancaron en 2004 con una operación de cadera que le hicieron el 21 de septiembre en Pittsburgh, Estados Unidos. Por eso, aquel Abierto de Estados Unidos en el que perdió con el dinamarqués Pless en la primera ronda fue su último torneo de esa temporada. En 2005 recién pudo volver a una cancha en

El brasileño fue número 1 del mundo y hoy está sumergido en el ranking por las lesiones. Fue operado dos veces de la cadera pero sueña con volver y con entregar, otra vez, su inmenso talento.

abril, cuando fue eliminado por el español Mar-tín en los octavos de final de Valencia. Los tres torneos de la Serie Masters en canchas lentas de ese año (Montecarlo, Roma y Hamburgo) arrojaron para él un oscuro record con apenas una victoria. Y días más tarde sufrió su golpe más duro cuando otro español, David Sánchez, lo sacó del camino en la primera ronda de Ro-land Garros, algo que no le sucedía al brasile-ño desde su debut en París nueve años antes. Aquel 2005 lo terminó con cinco partidos ga-

.: ¿Qué es de la vida de...?

.: por mariano ryan

La larga lucha de Kuerten

.: fotos ron angle /agencia www.slphotosports.com

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.: 48>49

IZQ. . Su cara lo dice todo. Por un esguince de tobillo no pudo jugar en Buenos Aires. DER. El brasilero, amado por todos, también es uno de los jugadores extranjeros más queridos por el público argentino. Para volver a su mejor juego Kuerten se entrena con Hernán Gumy, Diego Rivas y Fernando Cao.

nados contra nueve perdidos en canchas lentas más lesiones (en el pie) y una cadera herida que debió soportar una nueva cirugía.

“Está bien. En la cadera él tenía una lesión con-dral que le generaba inestabilidad y dolores”, cuenta Diego Rivas, kinesiólogo del equipo ar-gentino de Copa Davis y colaborador del equi-po de Kuerten. “El está en pleno proceso de rehabilitación, pero lo importante es que tiene ganas de jugar. Quiere volver y para eso está tra-bajando duro en Florianópolis”.¿Por qué lo operaron dos veces?Porque la primera cirugía no fue satisfactoria. No es algo que deba pasar en la medicina, pero pasa.

Es cierto que prácticamente no jugó este año y que le resultará muy complicado volver a los pri-meros planos. Pero el hombre no pierde la fe.

Claro, lejos está este Kuerten de aquel que fue número 1 del mundo durante 43 semanas entre diciembre de 2000 y noviembre de 2001, con apenas un lapso de siete semanas en el que le “prestó” ese primer lugar del ranking al ruso Safin. Aquel fue el tiempo de este brasileño, na-cido en Florianópolis hace ya 29 años que a los 6 empezó a jugar al tenis con sus padres. Aque-lla fue la época de ese hombre del revés perfecto que se coronó tres veces en el polvo de ladrillo más famoso del mundo al ganar Roland Garros y que en 2001, el año de su última conquista, no dudó en dibujar sobre el Philippe Chatrier un enorme corazón como reconocimiento a ese público francés que lo había adoptado co-mo propio luego de sorprender con el título de 1997. Aquellos fueron 11 meses en los que ma-ravilló al mundo con su tenis pero, fundamen-talmente, con su forma de ser, con esa persona-lidad de tipo “buenazo” que le dedicó su carre-

ra a su padre Aldo, fallecido cuando dirigía un partido de juveniles, y que le regaló todos sus trofeos a su hermano Guilherme, discapacitado mental por quien él se desvive a cada instante.

Mientras sigue entrenándose con un equipo argentino (Hernán Gumy, con quien se vincu-ló oficialmente en mayo del año pasado, y el preparador físico Fernando Cao), Kuerten no se rinde. Sigue luchando porque, dice, “estoy convencido que puedo volver a jugar en un muy buen nivel. Lo único que pido es no sufrir más lesiones”. Desde su alma, el brasileño que cre-ció entre tablas de surf y raquetas de tenis, que de joven admiró a Pelé y Ayrton Senna, y que de grande pasó al podio de los máximos ídolos deportivos de su país, cree en la vuelta. Lástima que muchas veces la razón sea más poderosa que los deseos del hombre.

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.: Copa Telmex

.: por josé luis dominguez

.: fotos prensa ATP / agencia www.slphotosports.com

ABA. Imponente visión del Buenos Aires con tribunas repletas, una constante que se repitió durante varias jornadas de la Copa Telmex.ARR. Puño en alto y champagne en mano, Moya celebra su tercera consagración en Buenos Aires.

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Buenos Aires ShowLa ausencia de los argentinos top en el torneo de ATP de Buenos Aires no impidió la masiva asistencia de público, el éxito comercial ni el despliegue de novedades en el estadio porteño.

Apenas seis años le bastaron para convertirse en

un clásico del verano porteño. El torneo de ATP de

Buenos Aires, ahora rebautizado Copa Telmex, de-

mostró una vez más su increíble poder de convo-

catoria y se dio el lujo de batir sus propias cifras de

concurrencia, además de ratificar su vigencia como

espectáculo más allá de lo deportivo. El torneo,

que este año tuvo como vencedor al español Carlos

Moya, fue lanzado en 2001 por el estadounidense

Butch Buchholz y el chileno Joaquín Blaya (dueños

de Altenis, la empresa organizadora), el puerto-

rriqueño Miguel Nido (presidente) y Martín Jaite,

director de la prueba y de Alma Producciones,

la promotora local. Se consolidó como una cita

infaltable para los amantes del tenis, pero también

para toda la familia.

¿Cómo no considerar este torneo como un clásico,

si el fin de semana previo, en el que solamente se

jugaban los encuentros de clasificación, concurrían

más de 4.000 personas en cada jornada? El Kids

Day, ya convertido en una costumbre del domingo

previo, contó con la presencia de cientos de chicos

que acudieron a reunirse con algunos jugadores,

como Carlos Berlocq, Juan Martín del Potro y

Juan Pablo Brzezicki, y muchos se dieron el lujo

de pelotear con ellos en pleno court central del

Buenos Aires. El cierre fue con Moya, con el que

todos querían salir en las fotos; amable y simpá-

tico, el mallorquín mostró toda la predisposición

para sumarse a la fiesta. Y eso que ese mismo fin

de semana se jugaba la Copa Davis en el Parque

Roca. Pero las ganas de la gente por apreciar tenis

de gran nivel parecían no tener límites. Más allá de

la producción de los dirigidos por Alberto Mancini

frente a Suecia en Villa Soldati, del otro lado de la

ciudad, en el Buenos Aires miles se acercaron para

disfrutar solamente con una jornada preparada

para los más pequeños.

Durante toda la semana, cientos de ellos llegaron

al complejo desde las escuelitas de tenis y hasta

hubo tres chicos provenientes de Ushuaia. Todos

contagiados por la fiebre del deporte blanco, como

las cincuenta personas que se juntaban cada tarde

para ver los entrenamientos del juvenil Juan Mar-

tín del Potro o del carismático Gustavo Kuerten,

que se quedó en Buenos Aires pese a su lesión.

El deporte de las raquetas parece haber encontrado

su lugar y su momento de mayor protagonismo.

“No somos un deporte más. Somos tenis”, fue el

eslogan elegido para la difusión de la Copa Telmex

para esta temporada, y parece que dio plenos

resultados, porque antes de comenzar el torneo

ya se habían agotado las localidades para la sesión

nocturna del viernes, el sábado de semifinales y

la final del domingo. Esto tiene un valor agregado

y que deja bien en claro por qué el ATP no tiene

nada que envidiarle a muchas pruebas tanto o más

importantes del circuito: el público entiende que

no es necesario esperar hasta último momento y

valora el espectáculo por sí mismo, más allá de no

saber quiénes serán los protagonistas ni de tener

la certeza de que habrá un representante argentino

en la definición. Más claro aún: el show está por

.: 50>51

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ARR. IZQ. Coria sufrió un adiós prematuro; al lado, la fiesta del Kids Day, con la presencia estelar de Moya.ARR. DER. Vilas y su vigencia, siempre ídolo y en el centro de los flashes; los stands se convirtieron en una atracción extra.

stands no es un tema menor: según cálculos de la

organización, el consumo superó en esa semana

los 500.000 pesos. Como detalle, se extrañaron al-

gunas propuestas menos vinculadas al deporte y sí

al arte, como los mini recitales que acompañaban

algunas jornadas y le daban un encanto particular

a la noche en Palermo. El comportamiento de la

gente fue ejemplar, con excepción del energú-

meno que fue detenido, en medio de la semifinal

entre Moya y Ferrero, por pegarle a una de las

“soguis”, las chicas que controlaban el ingreso de

la gente a las tribunas.

La recorrida seguía con los puestos gastronómi-

cos. El patio de comidas ha crecido y cuenta con

capacidad para reunir a cientos de espectadores

al mismo tiempo. Los precios fueron módicos y

el menú, variado. El sushi ya es una opción más,

al lado de las tradicionales hamburguesas y papas

fritas. A propósito del sushi, ése fue uno de los

manjares que también se podían saborear del otro

lado del estadio Billoch Caride, en el distinguido

encima de los nombres. Algo muy distinto a lo su-

cedido en 1995 (seguramente, muy pocos recorda-

rán aquella final del South American Open, cuando

Moya, por entonces recién salido al tour, obtenía su

primer título en un Buenos Aires despoblado, con

poco más de 200 espectadores). En definitiva, se

expendieron 64.245 entradas, con lo que se batió

el récord de 2004 (59.520), y plusmarca absoluta

de espectadores para un torneo de tenis en nuestro

país. “El balance es muy bueno. En lo personal,

creo que fue el mejor de los que hemos hecho hasta

ahora, sobre todo en lo organizativo”, le dijo el di-

rector de la prueba, Martín Jaite, a Tenis Mundial.

Un éxito que, por fortuna, se ha convertido en una

cita permanente.

UN MUNDO ALREDEDOREl show del ATP empezaba desde el preciso

momento en el que se trasponía el arco de entrada

con el inmenso cartel de “Bienvenidos”. El primer

stand a la vista era el de servicio al espectador, en el

que cada asistente podía realizar diversas consultas,

desde el horario de los encuentros hasta la política

de entradas en caso de lluvia, un factor climático

que en otras ocasiones hizo de las suyas pero que

en esta temporada no entró en acción.

La primera recorrida era por un pasillo amplio en

el que las promotoras invitaban a conocer las vir-

tudes de la compañía telefónica que será el main

sponsor del torneo hasta 2008 incluso; de una

compañía de aviación y de una empresa dedicada

a la seguridad. Y por supuesto, las decenas de car-

pas con productos relacionados con el tenis, desde

elementos vitales como raquetas y encordados has-

ta las remeras oficiales del torneo. También hubo

algún premio extra: la presencia de Guillermo

Vilas en el stand de la marca de ropa deportiva que

lo auspicia provocó la formación de una extensa

fila para conseguir su autógrafo, o mejor aún, una

foto con el mejor tenista argentino de la historia.

Otro detalle para los fanáticos fue la posibilidad de

posar cerca del trofeo que David Nalbandian ob-

tuvo por ganar el Masters de Shanghai. Lo de los

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sector VIP, con un catering con cuatro estaciones

y la participación de chefs internacionales. Por

caso, la comida mediterránea estuvo a cargo de

Juliana López May; en la sección de pastas estuvo

Luciano López Fuente; la brasserie fue para el

francés Gerard Germain, y el sushi lo preparó

Alvaro Sánchez, además de dos mesas de postres

realizados por Agustina Tiscornia. Todo en una

cocina de 200 metros cuadrados por la que pasa-

ron 50 cocineros y 80 camareros. El VIP estaba

compuesto de tres sectores plenamente definidos

y delineados por Beatriz Jaite, Claudia Goldman y

Eli Sirling. El primero, exclusivo para los invitados

de Telmex, y el segundo, destinado a los ocupantes

de los palcos. El tercero era un salón de más de

1.000 metros cuadrados, con cuadros ambientados

en colores primarios y un living de contrastante

blanco y negro. La ambientación se completó con

una iluminación moderada y jazz como música de

fondo. En definitiva, un lugar ideal para los invita-

dos de las empresas y para aquellos que buscaron

distenderse y disfrutar del mejor tenis.

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reconocer que, por este lado, pesaron bastante

algunas ausencias inesperadas. David Nalbandian

acusó una dolencia abdominal que arrastraba

desde el Abierto de Australia y se bajó el lunes,

mientras empezaba la prueba; un día después lo

hizo el brasileño Gustavo Kuerten, que más allá de

vivir un momento poco propicio y de una lesión

en un tobillo, es uno de los preferidos del público

local. A ellos se sumó Gastón Gaudio, al que se le

reservó hasta último momento un wild card en el

cuadro principal, pero el ex campeón de Roland

Garros no llegó a un acuerdo económico con los

organizadores. Bajas muy trascendentes, más allá

de los nombres que estuvieron en carrera.

Además, el fuerte calor que se vivió durante toda

la semana conspiró para que no se vieran grandes

encuentros. No extrañó que los mejores desempe-

ños se vieran en las sesiones nocturnas, incluido

el mejor partido del torneo, a cargo de Moya y el

chileno Nicolás Massú. Las altas temperaturas,

combinadas con la sobrecarga de encuentros

que arrastraban varios jugadores, le quitó brillo a

varios choques, al margen de algunas apariciones

inesperadas en las etapas decisivas, como las del

serbio Boris Pashanski, el italiano Potito Starace y

el español Rubén Ramírez Hidalgo. Este último,

dicho sea de paso, sacó provecho de la crisis de

Guillermo Coria, puesta en evidencia con los pro-

blemas en el saque, en una noche de decepción.

El Mago acabó por pedirle “perdón” a la gente por

su desempeño, en lo que acaso haya sido una de

sus mayores frustraciones, pues siempre acostum-

braba rendir a pleno en el Buenos Aires. Pero su

mal momento le ganó a los buenos antecedentes;

ahora, intenta enderezar el rumbo de la mano del

español José Higueras.

Sin Nalbandian, sin Gaudio y -casi- sin Coria.

Ausentes los tres top ten de nuestro país, la

bandera de la Legión quedó en manos de otros

dos integrantes del equipo argentino de la Copa

Davis que venían de imponerse a Suecia. El que

más lejos llegó fue Agustín Calleri, que trepó hasta

También lució renovado el court central, con las

butacas que se habían inaugurado durante la

Copa Argentina, y que le dieron defi nitivamente

un marco más moderno. El gran estreno fueron

los tableros electrónicos, en reemplazo de los

añejos tanteadores manuales, que de todos modos

seguirán utilizándose en otras competencias. Las

modifi caciones podrían continuar en la próxima

temporada, siempre que cambie de lugar la pileta

del club, ubicada detrás de la platea norte. Además

de las variantes que se estudian en la estructura, en

lo deportivo la propuesta es reforzar la presencia

de fi guras, algo que puede hacerse realidad desde

la tranquilidad de contar con un main sponsor por

lo menos durante dos años más. En ese sentido, se

apunta a contar con Rafael Nadal y Marat Safi n.

Y ADENTRO, EL MUNDO DE MOYAA la hora del balance deportivo, la Copa Telmex

entregó diversas sensaciones y algunas certezas.

Lo primero, es que el nivel tenístico estuvo por

debajo de lo visto en otras temporadas. Habrá que

ARR. Kuerten y Jaite, el director del torneo, con Las Leonas.ABA. En el VIP se pudieron disfrutar diversas exquisite-ces culinarias.

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las semifi nales al dejar afuera a José Acasuso en

un encuentro cargado de imprecisiones, pero el

jugador de Río Cuarto no llegó a pleno y, dismi-

nuido por una contractura en el aductor derecho,

poco pudo hacer ante el italiano Filippo Volandri

-que había estado al borde de la eliminación en

la segunda rueda- cuando le ganó con lo justo al

brasileño nacionalizado alemán Tomas Behrend.

Del otro lado, Moya empezó con algunas dudas –el

promisorio italiano Fabio Fognini lo tuvo a mal-

traer-, que comenzaron a disiparse a medida que

transcurrían las etapas y renació el romance con el

público, en un vínculo que ya era fuerte pero que

quedó marcado a fuego en esta oportunidad. De al-

gún modo, tal como lo reconoció el mallorquín, fue

tan signifi cativo como curioso que en su camino a

la victoria no se cruzara con ningún argentino, pero

así se dieron las cosas. La semifi nal con Juan Carlos

Ferrero fue un lujo, a cargo de dos ex campeones de

Roland Garros y ex número 1 del mundo, y aunque

le faltó algo de vuelo, el choque fue entretenido. Lo

ganó el mallorquín, en una levantada que empezó

cuando fue más certero con su drive. Al margen

del adiós en las semifi nales, Ferrero debió irse con-

forme con lo hecho en su primer paso por Buenos

Aires, pues el valenciano acaso ya no sea el mismo

que llegó a la cima, pero no ha perdido el toque de

distinción. Con esa virtud le ganó al juvenil Juan

Martín del Potro, que arañó la posibilidad de dar el

gran golpe en la primera rueda.

Así, el ATP porteño tenía por primera vez, desde

su resurgimiento en 2001, una fi nal sin represen-

tantes nacionales; ni siquiera en el dobles, en el

que los checos Cermak y Friedl repitieron su vic-

toria de 2005. El domingo, el Buenos Aires estuvo

lleno. Es probable que haya infl uido el carisma de

Moya, una intuición respaldada por el apoyo que

tuvo el campeón durante la defi nición, y un prólo-

go que incluyó suelta de globos y la presencia de

Gabriela Sabatini, que recibió una distinción tras

ser nominada al Salón Internacional de la Fama

del Tenis a casi una década de su retiro.

Pero el comienzo fue sorpresivo y apagó un poco

la atmósfera, porque Volandri jugó mejor y contó

con dos set points por el primer parcial (5-3 y 15-40

con el saque de su rival). Sin embargo, el italiano

pareció sentir el peso de la presión y dejó escapar

sus chances; Moya vio que se le abría la puerta y

no dudó en ir a buscarlo. Fue victoria por 7-6 (8-6)

y 6-4, para lograr un título que le puso fi n a un

ciclo de trece meses sin conquistas, justo en uno

de sus lugares preferidos, y en el mismo sitio en el

que, once años atrás, había gritado campeón por

primera vez, cuando aún era un “chavalito”. Cosas

del destino y del tenis, ofi cio y sapiencia, por eso

ARR. En la sala de jugadores, un paso por la peluquería, y el encuentro entre Alberto Mancini, capitán de la Copa Davis, y Pancho Mastelli, ex coach de Nalbandian. Guga Kuerten se entretuvo con los juegos de mesa.

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Moya fue un justo ganador, que también se me-

reció con creces el premio “Charlie Gattiker” en

reconocimiento a la caballerosidad deportiva, una

distinción que, hasta esta temporada, sólo había

recaído en manos argentinas.

Campeón en tres ocasiones (1995, 2003 y 2006) y

fi nalista en otra oportunidad (2004, cayó ante Co-

ria), el español vino a buscar aquí lo que durante

trece meses se le había negado: un título. “Estaba

la posibilidad de que nunca más ganara un torneo,

porque el año pasado fue malo para mí. Después

de ganar la Copa Davis me quedé vacío, sin moti-

vaciones. Además, estoy en una edad en la que em-

piezas a dudar, porque aparecen jugadores nuevos,

miras los cuadros de los torneos y aparecen rivales

muy duros. Pero todavía me divierte jugar y por

eso estoy aquí, para darles batalla a estos jóvenes.

Este torneo, junto con el de Umag y el de Acapul-

co, son mis preferidos porque me siento muy a

gusto”, dijo Moya. La gente lo entendió así y se lo

retribuyó. “Mientras me sigan queriendo, voy a

volver”, señaló el mallorquín. El romance promete

continuar en 2007, cuando los raquetazos vuelvan

a Buenos Aires por más emociones.

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ARR. Acassuso no pudo repetir el rendimiento de Viña del Mar, donde alcanzó el título

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“Yo sufro, en la cancha sufro”. ¿Siempre? ¿En ningún momento disfrutás, te alegrás por un buen punto? “Pocas veces. En la cancha, esen-cialmente, sufro”. Es abril de 2004 en el siem-pre bullicioso comedor del Real Club de Tenis Barcelona. Gastón Gaudio se sienta y habla du-rante un buen rato, abiertamente y sin tapujos, de lo que siente cuando juega al tenis.

Tres días después, Gaudio está jugando una notable final del Conde de Godó ante el espa-ñol Tommy Robredo. Cada punto es eterno, un

deleite para los espectadores, un terrible desgas-te para los jugadores. Tras un intercambio de no menos de 20 golpes, Gaudio gana el punto agónicamente. Apunta a la tribuna, clava la vista en la primera fila, donde se sientan algunos pe-riodistas, y dispara a su interlocutor de tres días antes: “¿Ves que se sufre?”.

Sólo seis semanas más tarde Gaudio seguiría sufriendo hasta el mismísimo último punto de la final de Roland Garros. Pero a diferencia de aquel partido de Barcelona ante Robredo, el de

París lo ganó. Fue un duelo por momentos ab-surdo ante Guillermo Coria, pero en el balance final, épico.

Gastón y Guillermo, Guillermo y Gastón. No se quieren demasiado, pero ese desamor no im-pide que sus carreras y sus destinos se crucen, una y otra vez.

Coria pudo haber ganado aquella final de Ro-land Garros, pero la perdió por centímetros tras desaprovechar una ventaja de dos sets a cero y

Sufrir y pensar

.: Opinión.: por sebastián fest

.: fotos ron angle /

Agencia www.slphotosports.com

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luego dos match points a favor. Gaudio fue el campeón, pero lo primero que hizo fue decirle a todo el estadio: “no gané yo”. Aquel triunfo ins-taló a Gaudio en la historia y sumió a Coria en una confusión mental de la que aún no se sabe si terminó de salir.

Miami, marzo de 2004. “No sé qué es lo que pasa, estoy sin ganas; no sé qué siento, no me siento bien”, dice Gaudio tras ser eliminado en el debut. “Este es uno de los días más felices de los últimos tiempos”, dice cinco minutos des-

pués, sentado en la misma silla que Gaudio, un exultante Coria que acaba de ganar en su debut.

Gaudio, que parece a veces lo más cercano en el tenis a un tango, está una vez más en la parte baja de sus ciclos negativos. Por eso reaccionó en Miami con un sarcasmo mezclado con mo-lestia cuando se le preguntó por qué renunció a integrar el equipo argentino de Copa Davis que enfrentaría a Croacia días después. “¿No viste hoy lo que fue el partido? ¿Qué voy a hacer en Croacia jugando así?”.

Gaudio ya vivió momentos “así” en su carrera. La solución fue conquistar el título de Roland Garros. ¿Es éste su momento más bajo? “Uno siempre piensa que la de ahora es la peor... ¿Qué cómo salí adelante aquellas veces? Yo qué sé... Eso me gustaría saber, cómo lo hice”.

Coria, que rozó quizás la exageración cuando describió a su nuevo entrenador, el español José Higueras –“es como que Maradona te enseñe a patear tiros libres”-, tiene ansiedad por entrar en una nueva etapa.

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Nalbandian y Gaudio, ganadores de las ediciones 2005 y 2004 respectivamente.

Sufrir y pensar

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Hasta principios de marzo Coria era un alma en pena que se arrastraba por el circuito. Su saque movía a la compasión. “Si no encuentro a algún grande que quiera entrenarme, dejo el tenis”, llegó a decir. Su cuartel general ya no es Barcelo-na, donde vivió intermitentemente durante casi un año y medio desde 2004. Tras la separación del entrenador español Josep Perlas, el horizon-te de Coria está en California. Allí vive Higue-ras, allí pasará ahora varias semanas al año.

“No busco resultados”, asegura Coria, demos-trando que sabe quitarse la presión de encima (presión que Gaudio siente siempre). “Ojalá es-to pase rápido. Pero esto es tenis, nada más”. Y larga la carcajada amarga.

“Pienso todos los días en retirarme”, llegó a decirle Gaudio al canal de televisión ESPN en esa triste noche de Miami. Como siempre, de él depende. Porque Gaudio no es un jugador más. Es, probablemente, uno de los tenistas más inteligentes del circuito. Sabe lo que pasa en el mundo, ve más allá de la pelotita y la red; y probablemente por eso sufre. Ser inteligente es una ventaja, pero también una carga. Cuán-

62>63 to más se sabe, más se piensa, cuánto más se piensa, más imperfecto se ve el mundo. El te-nis, demasiadas veces un insustancial “sprint” de fama y dinero, induce frecuentemente a no pensar. Así se sufre menos, pero así se es tam-bién menos persona.

ARR. En el piso, sobre su querido polvo de ladrillo que tantas satisfacciones le dio. Gaudio lo utiliza como escenario de sus obras tan disímiles, que van oscilando casi constantemente entre alegrías y tristezas.

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.: Match Point

.: por dolores bulit.: fotos archivo

Las chicas sólo quieren vestirseDefinitivamente, la moda se ha instalado en las canchas. Desde los corsés de 1900 hasta los hot pants de Serena Williams, la belleza y el carisma de algunas tenistas han marcado el ritmo de las innovaciones en materia de indumentaria deportiva femenina.

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Tres paradigmas atravesaron la evolución de la moda en el tenis femenino. Primero fue la elegancia: las mujeres usaban en la cancha la misma ropa con la que paseaban por el parque. Después vino la comodidad, que en ciertos pe-ríodos derivó en falta de innovación y persona-lidad. En nuestros tiempos, en cambio, parece haber llegado a su punto máximo el tercer pa-radigma, uno que combina, finalmente, belleza y comodidad o, al menos, personalidad y como-didad. Ya no hay uniformes en el tenis femeni-no: como en la moda fuera de las canchas, las deportistas eligen la ropa que mejor se adapta a su cuerpo y a su estilo. O la que más ganancias deja. Veamos.

Excepto durante un breve lapso hacia 1935 cuan-do las mujeres usaron pantaloncitos, chombas y viseras, muy bien lucidos por Alice Marble –ganadora del individual de Wimbledon en 1939 y del Abierto de los Estados Unidos en 1931, 1938,39 y 40- y por Helen Jacobs, campeo-na de Wimbledon en singles en 1936- la moda

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femenina para jugar al tenis siempre fue muy atractiva, aunque con algunos altibajos. Hasta principios de siglo el estilo era algo tan impor-tante que excluía por completo la comodidad. Las jugadoras francesas, por ejemplo, compe-tían luciendo todos los atavíos de la época, que incluían corsés, polisón (una extensión de tela que salía desde el coxis) y sombrero de paja con cintas. El tapado en estilo “maxi” de lana liviana era ajustado a la cintura y tenía grandes man-gas, detalle en boga cuya ausencia podía consi-derarse trasgresión de esta moda.

A principios de 1900 se hicieron varias conce-siones a la comodidad. Las faldas fueron acorta-das varios centímetros y se ensancharon y am-pliaron en el ruedo. Pero, siempre la moda se imponía y las damas estaban obligadas a usar blusas con mangas largas, complementadas con corbatas y ajustadas a la cintura con una banda ancha. May Sutton Bundy fue muy criticada en Wimbledon al arremangar su amplia blusa y Joan Lycett también fue censurada por presen-

tarse a jugar sin medias. Casi siempre la vesti-menta era de algodón blanco, completamente almidonado, aunque también se aceptaba la seda gruesa o la lanilla.

EL DESTAPEEn los años ’20 el mundo de las mujeres se con-vulsionaba. En muchos países ganaban el dere-cho al voto y las ataduras y los prejuicios sociales tendían a aflojarse. En el tenis, la incomparable Suzanne Lenglen no sólo dominó el deporte de la raqueta con sus habilidades sino que también liberó a sus colegas de las incómodas costum-bres provenientes de las décadas pasadas. Intro-dujo al campo deportivo la seda liviana y los ac-cesorios en colores vivos que llegaban a la rodilla y sus famosas vinchas de seda en la cabeza para mantener los cabellos en orden. En el cotejo fi-nal de Wimbledon 1919 se presentó luciendo un vestido de una sola pieza que llegaba sólo has-ta la mitad de las pantorrillas. Fue considerado chocante, pero permitió a la campeona una liber-tad de movimientos que no se había notado en

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jersey adornada con puntillas. Modelos innova-dores lucieron también por entonces, aunque menos audaces, la estadounidense Pauline Betz y la argentina Mary Terán de Weiss.

La influencia renovadora era evidente ya en los ’50, pero también la comodidad y la facilidad de movimientos jugaban un papel importan-te. Entre las variaciones de los nuevos diseños se incluía el talle bajo con falda plisada y blusa con solapas. El largo de la falda continuó su-biendo, dando oportunidad de usar bombachas con puntillas. Telas de lujo, broderie, encajes de nylon, se pusieron de última moda. No podían faltar los adornos de broderie, de satén, de piel y piqués de jersey bordados en dorado. Mientras esas innovaciones eran adoptadas por las mu-jeres del mundo, una figura se destacó entre la multitud, tanto por su estudiada elegancia en sus desplazamientos como por la indumentaria que usaba. Era María Esther Bueno –ganadora del individual de Wimbledon en 1959,1960 y 1964-, que combinaba la gracia de su estilo con sus armoniosos movimientos, todo manifestado con colores acertadamente combinados.

Estos tiempos registraron cambios en la confec-ción del vestido más que en la moda. Nuevos materiales hicieron su aparición en los courts y las competidoras de 1960 usaban trajes ajusta-dos con cierres drapeados y broches o abotona-dos para hacer el traje más cómodo. En rigor, ninguna personalidad dominó la escena como en el pasado ya que la mayoría de las muje-

sus competidoras hasta ese momento. Al mar-gen de su destreza como tenista, Lenglen estaba efectuando las primeras exhibiciones de moda y muy pronto las damas adoptaron este tipo de atuendo, sin enaguas ni corsés.

Los años locos del charleston hacían vibrar los cuerpos al son de la estridente música y la ley seca imponía prohibiciones entre tiroteos y vio-lencias. Las mujeres estaban dispuestas a dar el gran salto en la emancipación de sus vestidos y costumbres. En 1926 y 1927 la tenista española Lily de Alvarez, finalista del individual de Wim-bledon en 1926 y 1931, brindó en el court un ejemplo de comodidad en el uso de atuendos deportivos. En Buenos Aires obtuvo el Cam-peonato de la República en 1930 luciendo ropa deportiva que marcó una senda a los indus-triales argentinos. María Helena Bushell, cam-peona argentina en 1932, 1933 y 1937, impuso la pollera pantalón y después Mónica Ricketts, número uno del ranking nacional en 1931/34 y 35, se constituyó en la primera jugadora que jugó con shorts, completando el atuendo con chomba marinera.

En la segunda mitad de la década del cuarenta la moda volvió a acentuar sus líneas femeninas y surgieron nuevos diseños exhibidos por la tenis-ta estadounidense Gussie Moran. En 1949 par-ticipó en el certamen de Wimbledon y durante los cotejos protagonizados por ella los fotógra-fos se arrojaban al suelo. Es que la californiana calzaba un short muy corto y una bombacha de

ARR. IZQ. Tracy Austin, 22 semanas número uno de 1975 a 1982: vestido y colitas naif.ARR. DER. pesar de los nefastos ‘80 en materia de moda, Gabriela Sabatini supo ganarse el título de la más linda.ABA. Look profesional y poco llamativo para Steffi Graf.

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res adoptaron las novedades. Los años setenta aportaron muchas innovaciones y mucha más variedad en estilo para cualquier silueta, inclu-so algunas competidoras utilizaban papel mol-deado o fi bras de vidrio que se utilizaba una sola vez.

ESOS RAROS PEINADOSEn materia de moda, los años ‘80 no le senta-ron bien a casi nadie. Y el tenis no fue una ex-cepción. Se afi anzaron la remera blanca clásica y la pollera corta, la única diferencia ésta con el equipo masculino de la época. Ante tanta fal-ta de innovación, no quedó más remedio que encontrar la variación en el largo de la pollera, el color de la bombacha o el peinado. Y en este último aspecto, realmente estábamos perdidos: los jopos y el pelo rebajado estilo arbolito de navidad arruinaban hasta el rostro más boni-to. Basta recordar la indumentaria de Gabriela Sabatini o su contemporánea Steffi Graf pa-ra evocar una época donde la moda no era un tema central en las canchas. Remeras grandes de mangas embolsadas que no resaltaban la fi gura y raramente eran de otro color que no fuera el blanco, más la clásica pollera con ta-blas, también blanca. El toque lo daba la vin-cha sobre la frente, que en esos años podía ser torzada y de colores más vivos, aunque seguía siendo un accesorio copiado del atuendo mas-culino.

Los ’80 fueron testigos del comienzo del furor por el deporte entre la gente común: el joging se usaba para correr, pero también como ropa de calle. Era el primer paso a la fama de la in-dustria de la ropa deportiva, y es probable que todos los que hayan vivido la mejor época de Sa-batini recuerden a la marca que la vestía: Sergio Tacchini, el italiano que también sumó a sus huestes a Martina Navratilova, Mats Wilander y Pat Cash y hasta hoy mantiene su línea de tenis esencialmente clásica y blanca. En este contex-

to, Gabriela tuvo el mérito de convertirse en ico-no de belleza aún bajo el signo de los ochenta, años antiestéticos y de exceso kitsch si los hubo. La argentina fue modelo de varios comerciales, lanzó su propia línea de perfumes y accesorios y la revista People llegó a mencionarla entre “las personas más bellas del mundo”.

MUÑECAS RUSASSi la industria deportiva había dado su primer paso en los ’80, durante los ’90 se lanzó a una carrera desenfrenada que parece no terminar jamás. Las hermanas norteamericanas Serena y Venus Williams no son el paradigma de belleza perfecta pero, después de descollar con su te-nis, supieron cómo seguir llamando la atención apelando a los trapos. En el 2003, Venus respe-tó el blanco reglamentario de Wimbledon pero con un toque sumamente personal: se presentó con un vestido blanco con espalda abierta estilo corset diseñado por Reebok y la modista ame-ricana Diane von Furstenberg. Serena, por su parte, comenzó a mostrarse sin tapujos con hot pants y equipos de dos piezas de colores exóti-cos. Llegó a fi gurar en el sexto lugar de la lista de mujeres peor vestidas, pero el asunto no hizo más que motivarla. En el Abierto de Australia de 2005, por ejemplo, asombró al mundo cuan-do salió a la cancha con unas botas a rayas ama-rillas estilo espacial, diseñadas para Nike, que colocó sobre sus zapatillas de juego. Lo cierto es que, con su tenis en declive desde el 2004, jun-to con su hermana Venus le ha dedicado más tiempo al diseño de ropa –tienen una empre-sa de ropa interior propia- y al entretenimiento que al entrenamiento.

Otro síntoma de la fuerza de la moda en las can-chas lo dio el Masters de Madrid celebrado en octubre del 2004, cuando los ball boys fueron reemplazados en algunos partidos por modelos vestidas con tops negros y polleras blancas has-ta las rodillas. El público aprobó el cambio con

Gracias a Jean René Lacoste Francia le arrebató la Copa Davis a los norteamericanos por primera vez en 1927 y de nuevo en 1928. La historia del cocodrilo también se remonta a esa época, cuando la prensa norteamericana lo apodó “El cocodrilo” después de que el jugador le había hecho prometer al capitán del equipo francés de Copa Davis que le compraría un portafolio de cuero de cocodrilo si ganaba un partido. “Calculo que se daban cuenta de mi tenacidad en las canchas y el hecho de que no largaba a mi presa”, rememoró el francés al evocar el origen de su marca. En 1933 se asoció con André Gillier, dueño de una de las mayores fi rmas textiles del momento. Comenzaron a fabricar la ropa con el logo del cocodrilo para uso exclusivo del jugador en las canchas, pero enseguida comenzó a aparecer en los catálogos de la marca junto con prendas para golf y yacthcing. La primera “chemise” de tenis Lacoste era blanca, un poco más corta que las que se usaban en esa época, de mangas cortas, y hecha de una tela llamada “Jersey petit piqué”. Lacoste viste a Gisela Dulko, la tenista argentina más atractiva del momento. Para ella elige colores fuertes, musculosas con escote en V y vestidos con breteles fi nos.

El cocodrilo

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68>69entusiasmo. Sin embargo, el punto de infl exión es la blonda Anna Kournikova, una tenista con más fama fuera de la cancha que peleando un campeonato. A los 16, con los primeros admira-dores rondando y consciente de su status de sex symbol del tenis, ya declaraba con desparpajo a la revista Sports Illustrated que ella era “como un menú, que la podían mirar, pero no podían pagarla”. Su mejor puesto en el ranking de la ATP fue el número 10, pero sus suculentas ga-nancias no salieron de su raqueta, sino de los contratos millonarios con la marcas top.

Con la frescura de sus 18 años, María Sharapova fue la primera rusa en alcanzar el tope del ran-king de la WTA: un botín irresistible para los po-pes del posicionamiento publicitario. Sexy fuera y dentro de la cancha, representa el modelo ideal de la época, el de la joven mujer que integra el trabajo a la vida y la vida al trabajo, luciendo ropa de líneas sencillas pero seductoras, con acento en escotes y hombros para dejar a la vista, como por casualidad, la fi gura de un cuerpo estudiada-mente cuidado. La Sharapova tiene un perfume con su nombre, participó en decenas de comer-ciales y se alió con las marcas más reconocidas de ropa y raquetas. A diferencia de Kournikova, su compatriota logró destacarse mucho más en las canchas y, aunque reside en Florida, no qui-so abandonar la nacionalidad rusa.

A estas alturas, pareciera que el siglo XXI tie-ne pocas novedades para ofrecer en materia de moda tenística. En todo caso, los escenarios se mezclan y uno puede presenciar durante el Abierto de Australia tantos cambios de vestua-rio como una pasarela de Milán o Nueva York. Para muestra, basta un botón, el de la rusa (¡otra más!) Maria Kirilenko, que con un modes-to puesto 25o en la ATP se presentó a jugar con un vestido corto y vaporoso, color lila, diseñado por Stella McCartney, la hija del ex Beatle y Lin-da Eastman.

El británico Fred Perry es más conocido en el mundo por su marca de ropa que por haber ganado Wimbledon tres veces. Quizás por el hecho de haber sido muy rechazado por las jerarquías del tenis inglés por sus orígenes de clase trabajadora, aprovechó la circunstancia de que su padre trabajaba en la industria del hilado para crear un imperio que lograría callar a todos. A fi nales de los ’40, el futbolista austríaco Tibby Wegner se acercó a él para buscar fi nanciamiento para su invento: un par de dispositivos antitranspirantes para que los deportistas usaran en sus muñecas. Así, las muñequeras fueron el primer producto de la línea de Perry, al que le siguió una remera deportiva hecha de piqué blanco de algodón, con mangas cortas y botones adelante. Para promocionarlas, Perry las repartió entre los jugadores de Wimbledon y, como en esa época los partidos ya se televisaban, la publicidad fue increíble. En 1954, el 90% de los jugadores lucían las remeras con el emblema del laurel, que tenían la particularidad de ser confeccionadas con puro algodón peruano, conocido por su capacidad para absorber la transpiración. La tela también era teñida de un blanco fl uorescente que permitiera conservar el color brillante aún después de repetidos lavados. Arthur Ashe, Jimmy Connors y Billie Jean King hicieron famosa a la marca.

Los laureles de Fred

ARR. Anna Kournikova, la reina del marketing.CEN. La belleza natural de otra muñeca rusa, María Sharapova.ABA. La argentina Gisela Dulko, vestida por la marca del cocodrilo.

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.: fotos jorge blanco.: Showroom

Después de un partido mixto, el game se juega fuera de la cancha. Nada más apropiado que un momento de relax en las instalaciones del lujoso Sheraton de Pilar, con vista a la pileta y en medio de un parque que invita al descanso. Se impone un cambio de vestuario con el sello in-confundible de Lacoste y tragos de fruta natural para que el ejercicio no haya sido en vano.

After tenis

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Romina: T-Shirt jersey Lacoste ($145), pantalón deportivo Lacoste frisa negro ($159). Bolso Wilson de Tenis, línea femenina. Zapatillas Wilson Dama S1620 Challenge ($295). Ariel: T-Shirt sport active Lacoste con recortes y reflex ($169). Anteojo Hombre Spec 001 Fabricado en Zylo, negro por fuera y mix de carey por dentro. Handmade in Italy ($450). Reloj Rolex Caballero Oyster Perpetual Datejust Turn-O-Graph 116261/72201 Oyster (U$D 8.680).

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Copa Davis 1983

.: Grandes momentos .: por eduardo puppo

El destino marcado por los bolilleros de la Fede-ración Internacional de Tenis, encargada de ad-ministrar la competencia por equipos más im-portante del tenis mundial -la Copa Davis- puso a los Estados Unidos nuevamente en el camino argentino en 1983. Fue por la primera rueda del Grupo Mundial de esa temporada y gracias a mantener la categoría con una victoria sobre Alemania en octubre del ‘82, tras haber caído con los franceses siete meses antes. Este último

es el recordado match donde Guillermo Vilas venció a Yannick Noah por 7-5 en el quinto set, donde quedaron grabadas las imágenes de dolor por los calambres del galo y de éxtasis con Vilas arrodillado y feliz.

La previa no fue muy serena a partir de un paso burocrático que la Asociación Argentina de Te-nis no dio con claridad: la convocatoria del mis-mísimo Vilas. Todavía nadie había imaginado el

.: fotos archivo

Estados Unidos cae por tercera vez en Buenos Aires

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e-mail y fue un télex el que partió con destino fu-gitivo, invitando al astro argentino a formar parte del equipo nacional. Nunca llegó a sus manos y eso hizo tambalear la presencia del número uno. Finalmente, luego de algunas idas y vueltas, la ratificación oficial la dio el presidente de la AAT -en ese momento el escribano Juan José Vásquez- y Vilas arribó el martes 1o de marzo al país para completar el conjunto con Clerc, Alejandro Gan-zábal, Gustavo Tiberti y Roberto Argüello.

El capitán fue Ricardo Cano, uno de los prota-gonistas del primer gran golpe a los yankis en 1977. Como la relación Vilas-Clerc no transitaba por carriles aceitados, las prácticas se realiza-ban por separado y se recuerda que la primera vez que ambos cruzaron un saludo fue en la ceremonia del sorteo, el jueves, horas antes del inicio de la serie. Allí estaban, en la Sala Casa-cuberta del Teatro General San Martín, listos para esperar el orden de los encuentros. A pesar

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de la aparente frialdad de los máximos exponen-tes, el objetivo de todos era muy claro: derrotar

IZQ. La formación argentina para enfrentar a los Estados Unidos en el ’83: en primer plano Guillermo Vilas, acompañado por Alejandro Ganzábal, Roberto Argüello, Gustavo Tiberti, José Luis Clerc, el profesor Juan Carlos Belfonte y el capitán, Ricardo Cano.DER. Intercambio de presentes en la ceremonia inaugural. Batata Clerc le da por primera vez la mano a McEnroe. La segunda sería luego de derrotarlo en cinco sets.

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al gigante, más allá de los disentimientos inter-nos. Por el lado de la visita tampoco todo era co-lor de rosa: uno de los tres mejores del mundo, John McEnroe, llegó prácticamente peleado con su capitán, Arthur Ashe, ex campeón de Wim-bledon, Australia y el US Open. La mala sangre que le hizo pasar “Supermac” se refl ejó en cada entrenamiento. El correcto moreno, incluso, no pudo contar con Jimmy Connors -nada menos- porque no se llevaba bien con McEnroe. Para colmo, el zurdo no tenía el hombro funcionan-do al ciento por ciento -producto de un desgarro sufrido en el torneo de Richmond días antes- y durante todo el fi n de semana siguió adelan-te aplicándose un aerosol antiinfl amatorio. El team norteamericano se completó con Gene Mayer, Peter Fleming y Eliot Teltscher.

El arranque fue para Vilas y Mayer. El 1-0 local quedó sellado inmediatamente a pesar del ren-dimiento pendular del argentino, quien, des-conforme con su actuación luego del partido, se fue a entrenar con otro zurdo, el cordobés Marcelo Ingaramo, que colaboró con el equipo. Simultáneamente entró Clerc frente a McEn-roe, con el rugir de casi 10.000 personas que colmaron las tribunas normales y las tubula-

res montadas especialmente para la ocasión. El dominio de “Batata” fue evidente en los dos primeros sets (que ganó por 6-4 y 6-0) pero se tomó una de sus habituales escapadas en el tercero (se lo llevó McEnroe por 6-3), y tras el descanso reglamentario de 20 minutos no parecía haber vuelta atrás para Clerc: cayó por 6-4 y todo se defi niría en el quinto. El sol ya se escondía tras las míticas estructuras del Bue-nos Aires cuando el árbitro general, el italiano Nicola Pietrángeli -hasta estos días el que más partidos de Copa Davis jugó en la historia- tra-taba de contener a los afi cionados -que pedían a gritos la suspensión por falta de luz- y el mal comportamiento de McEnroe, quien recibió un par de advertencias.

El que mejor aprovechó el pandemonium fue Clerc, contrariamente a lo que se suponía. Que-bró para ponerse 4-1 y, con las sombras cada vez más oscuras, la gente cambió de actitud y hacía fuerza por la continuidad. Pero Pietrán-geli tomó el micrófono y avisó: “se jugarán dos games más”. Ya no había mucho margen y, al mantener cada uno su saque, la cosa quedó 5-2 para Clerc, a un game de la gloria cuando se canceló para el sábado.

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Así fue la serie

Argentina a Estados Unidos 3-2Buenos Aires Lawn Tennis Club, polvo de ladrillo4-6 de marzo 1983

Guillermo Vilas a Gene Mayer (EEUU) 6-3, 6-4 y 6-4José Luis Clerc a John McEnroe (EEUU) 6-4, 6-0, 3-6, 4-6 y 7-5Peter Fleming-McEnroe (EEUU) a Vilas-Clerc 2-6, 10-8, 6-1, 3-6 y 6-1Vilas a McEnroe 6-4, 6-0 y 6-1Mayer a Alejandro Ganzábal 6-4, 3-6 y 10-8

IZQ. El gigante, entrenando sus tácticas secundado por el rumano Ion Tiriac. Vilas compuso un fin de semana perfecto en marzo de 1983.CEN. El capitán norteamericano, Arthur Ashe, pisando “tierra complicada” en la “Catedral” del tenis argentino. Tuvo problemas con su máxima estrella, Supermac.DER. John McEnroe entrenando en el court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club. Vilas le propinó un golpe tremendo ganándole en sets seguidos con suma facilidad.

Faltaban cuatro puntos, nada más, pero sin du-das serían eternos y lejanos. “Batata” llegó tem-prano al club, peloteó con su coach, el chileno Patricio Rodríguez, y el zurdo Gustavo Guerre-ro. El reinicio no resultó fácil: McEnroe ganó su servicio (3-5) y Clerc perdió el suyo (5-4). A pesar de tener dos breaks en el siguiente game -es decir, dos match points- no los pudo concre-tar y llegó la igualdad. Potencialmente el parti-do era para cualquiera, pero los dos siguientes juegos fueron impecables para Clerc, quien retuvo su saque y quebró en cero en el duodé-cimo: luego de casi cinco horas de tensión Ar-gentina quedó 2-0, a un punto de la victoria. Minutos más tarde se jugó el dobles. Formaron Vilas y Clerc pero tenían que luchar contra la mejor pareja del mundo: McEnroe y Fleming. Demasiado. De todas maneras, existieron cier-tas posibilidades aunque por el desarrollo -ga-nando cada uno un set hasta llegar al quinto- ese último parcial fue claramente dominado por los norteamericanos.

Se arribó entonces al momento clave de la eli-minatoria: el domingo 6 de marzo de 1983. Una fecha para atesorar. El día en que Vilas ejecutó una de sus obras más encomiables y perfectas

dentro de una cancha de tenis. Después de un comienzo vacilante frente a Supermac (1-3), na-da pudo contener la fuerza, precisión y calidad táctica del argentino. Ganó 15 games consecuti-vos pasando de esa desventaja a un contundente 6-4, 6-0 y 5-0. ¿Qué pasó en ese crucial instan-te? McEnroe se esforzó al máximo para obtener el game de honor y, cuando lo obtuvo, levantó sus brazos inventando una nerviosa sonrisa reconociendo su extrema situación. No existió margen para más: Vilas lo cerró en poco más de dos horas y media y rubricó el 3-1 inapelable y el pasaje a los cuartos de final que cuatro meses después también terminaron en triunfo sobre los italianos en Roma (5-0) y recién en septiem-bre llegó la caída, contra Suecia, en Estocolmo.

Vilas no festejó por la obvia paliza que le había aplicado a su colega, respetando los códigos existentes entre los grandes. Admirable. El 6 de marzo, no hay dudas, bien puede conside-rarse otro “Día del tenis argentino”, por la for-ma en que ganó Vilas y por conseguir doblegar a una potencia como los Estados Unidos. Ese fin de semana, él y Clerc subieron un escalón más en la categoría de ídolos indiscutidos del deporte nacional.

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.: Opinión.: por claudio cerviño

.: fotos agencia www.slphotosports.com

Abundante en cantidad y en calidad, el tenis masculino argentino tiene sus fieles seguidores y sigue captando nuevos interesados. La Copa Davis atrapa, claro, y emociona hasta rozando lo dramático, como sucedió ese domingo de abril en Zagreb, pero son pocas semanas al año. Lo que moviliza los impulsos con frecuencia es el circuito; desgastante, torturador en muchos ca-sos, pero sumamente atractivo en cuanto a las diferentes propuestas que despliega el calenda-rio. Más, claro, en la época del polvo de ladrillo. Y es tan amplia la oferta que a veces casi ni repa-ramos en los “soldados perdidos”, parafraseando a Daniel Passarella. Por la causa que fuere. Gui-llermo Cañas y Mariano Puerta, por sanciones; Gastón Gaudio y Guillermo Coria, circulando por un límite riesgoso, una suerte de filo de la montaña. La interpretación es una sola: sin le-siones o suspensiones, ambos transitan por veri-cuetos oscilantes, producto de sus inconstancias, limitaciones o, en rigor, etapas de confianza “en picada”, más allá del gran primer set de Gastón en Montecarlo frente a Rafael Nadal. ¿Reparó en los nombres? Cañas, Puerta, Gaudio y Co-ria. Cuatro peso pesados, capaces en sus buenos tiempos de conformar un equipo para pelear la Davis, ¿verdad? Y son nombres diferentes a los que sí han conseguido ante Croacia el pase a las semifinales: David Nalbandian, Agustín Calleri, José Acasuso y Juan Ignacio Chela.

Pero quiero detenerme en el Mago Coria, por-que el suyo es un caso muy especial. ¿Qué le pasó?, es la pregunta que muchos se hacen –y nos hacen–. El mismo se la formuló mil veces, en tardes o noches de desasosiego y contenido por su círculo íntimo. Lo conocí hace siete años, cuando jugó la final junior de Roland Garros con David Nalbandian y ambos compartían la habitación del hotel en París, conducidos por Gustavo Luza. Esa vez, en 1999, le tocó cum-plir un sueño. A partir de ahí, se vislumbró que podía llegar porque, entre otras cosas, vive para el tenis. Y ese no es un dato menor si se analiza cuántos jugadores con materia prima incluso superior no prosperan por carencia de focaliza-ción ciento por ciento profesional. Mientras forjó una personalidad que no le per-mitió cosechar demasiadas simpatías entre sus colegas –aunque no está mal tomar con cau-tela los dichos en un ambiente tan susceptible y plagado de celos–, se fue obsesionando con trepar a lo más alto. Y surgieron las vallas: le-siones, doping por ingerir un compuesto vita-mínico contaminado con nandrolona, la opera-ción del hombro derecho. Bueno, la historia es harto conocida. Como también el daño residual que le causó la final perdida en Roland Garros 2004 y que marcó un quiebre en diferentes sentidos. Porque Gaudio la ganó, pero esa vic-toria quizá no surtió el efecto que seguramente hubiese producido en Coria; como contraparti-da, ese revés tan duro, tan hiriente, tan psico-lógicamente gravitante, le hizo ver a Coria una cara oculta propia que desconocía, que vivía ca-muflada detrás de ese andar con pecho inflado y convencido de que el cielo no estaba lejano: un temor que lo atrapó en un instante crucial de su carrera. Repito lo que alguna vez escribí en La Nación Deportiva: lo de Coria me recuerda mucho al ca-so de Gaby Sabatini luego del partido –también en París...– de 1993 frente a Mary Joe Fernandez,

Un desafío que no es para cualquiera

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que la frenó en plena rampa a discutirle el cetro a Graf y a Seles. No olvido que Gaby después pudo ganar el Masters –con despedida a Navratilova y todo–, es decir, no fue que aquella derrota ter-minó con su carrera, pero sí nunca volvió a ser la misma. Y lentamente fue empezando a sufrir el tenis en vez de divertirse con él y a través de la raqueta, como había sido siempre. Y su llama se extinguió en 1996, demasiado rápido. Desde el US Open 2005 hasta no hace mucho asistimos al calvario de Coria con su saque. Hoy –en realidad, desde hace bastante–, sin servicio no se puede jugar. Literalmente. Si uno no se hace fuerte desde sus games de saque, está lis-to. Y empieza el efecto cascada sobre otros as-pectos del tenis. La imagen de Coria en febrero último era increíble: devolvía pelotas, nada más que eso, y estaba vacío de alma y convicción. ¿Cuánto podría durar así? Nadie se olvida de sacar, aunque alguna vez escuché decirle a Seve Ballesteros, aquel notable golfista español, que “había perdido el swing” y, obviamente, no le dí crédito a tamaña afirmación. Usted, yo, pode-mos perder el timming y pegarle cada vez peor a una pelota, de tenis, de golf o de lo que fuera. A un profesional es más difícil que le ocurra. Tiene muchas más posibilidades de reencauzar-se. Y lo creo firmemente, más allá de que Ba-llesteros jamás volvió a ser el de sus comienzos y se perdió en la intrascendencia por juego, no por pergaminos ni nombre. Coria buscó el cambio urgido por sus debilida-des a partir de la contratación de su octavo (sí, octavo) coach, el español José Higueras. Y ama-gó con asomar otra vez la cabeza en Key Biscay-ne, antes de zambullirse en la temporada euro-pea de polvo, que nos dará una pauta más con-creta de si podremos presenciar, en el futuro, nuevas funciones de magia. Una imagen ambi-gua se advirtió en Montecarlo: ganó dos partidos que antes hubiera resignado, contra Mathieu y Kiefer, con reacciones notables cuando todo

estaba perdido, pero en la sumatoria de ambos éxitos cometió 43 doble faltas. Es decir, no so-lucionó la cuestión de fondo, aunque se apreció otra actitud. Y volvió a decaer en Barcelona. Acaso en este punto de su carrera le sirva de mucho su dedicación, su contracción al trabajo, su ambición de no ser uno más que gana buena plata, adquiere cierto prestigio y reconocimien-to, y combina la profesión con encantos y activi-dades paralelas propias de quien quiere vivir la vida de un veintiañero común. Le tocó gozar, sentirse bien, sufrir, llorar, saber-

se vulnerable en el día deportivo más importan-te de su vida. Tocó fondo. Pudo quedarse ahí o intentar volver. Volver sólo para no estar allá, tan abajo, o bien regresar con impulsos supe-riores. La historia se está escribiendo y hay un muchacho de apenas 24 años y con 7 títulos ganados buscando su destino. Quizá como no lo había imaginado nunca. Un desafío distinto, que no es para cualquiera.

ARR. Buscando respuestas, arrodillado ante sus problemas.Coria está en pleno desarrollo de su salvataje Deportivo. Para eso contará con la ayuda del español José Higueras, profundo conocedor del circuito y su problemática

Un desafío que no es para cualquiera

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Al igual que en la edición inaugural de Tenis Mundial con los varones, presentamos aquí a las mejores jugadoras argentinas que culmina-ron cada año en lo más alto del ranking nacio-nal. Como los caballeros, los primeros indicios de ordenamiento se remontan a 1929, cuando oficialmente, a través de la Asociación Argenti-na de Tenis, se confeccionaron los escalafones según las actuaciones de la temporada, especial-mente en el orden local, donde se tenía puntillo-sa consideración de la actuación en los torneos más importantes del país. Tanto es así que, en muchos casos, no se incluyó en el orden a cier-tos jugadores por no cumplir aquellos requisi-tos mínimos para formar parte de la escala.

Tal vez por esa razón reglamentaria una de las cuatro top ten que tuvo la Argentina, María Luisa Terán de Weiss, fue número uno en seis oportunidades en forma alternada y se quedó afuera en otras cuatro ocasiones cuando sus re-sultados, especialmente en el exterior, resulta-ron poco menos que insuperables. El caso más curioso fue en 1950, cuando Felisa Piédrola de Zappa quedó al tope, seguida de Elena Leh-mann, Irene de Bondar, Sonia Topalían y Nora Somoza, mientras que Weiss no figuró por no jugar prácticamente en el país. Pero, terminó

Analía, Mary, Norma, Ivanna, Gaby, Paola

el año como número 10 del mundo en singles cuando dominaba la norteamericana Margaret Osborne duPont. Obviamente, con la evolución del mismo deporte y los adelantos tecnológi-cos –aún antes de la computación- los rankings fueron tomando un tinte profesional y, a nivel local, comenzó a pesar más la posición mun-dial por sobre lo realizado en los certámenes argentinos.

La primera en ocupar el puesto de honor fue Analía Obarrio de Aguirre, en el ’29, acompa-ñada por María Elena Bushell, Nélida Giusti, Leonilda Giusti, Agnes Turnbull de Mackin-non, Mónica Ricketts, Mercedes Bowling, Inés Anderson, María Turnbull de Rendtorff y Vally D. de Chorcho en los diez primeros lugares. Justamente, las que ocupaban los dos pues-tos de relevancia llegaron ese año a la final del Abierto de la República, jugando en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, con triunfo para la lí-der por 6-4 y 6-1. Obarrio de Aguirre fue nueva-mente la mejor en 1930, y aunque no pudo ter-minar nunca más en la cúspide, tuvo una cons-tante presencia entre las top ten hasta 1947. La sucedió Ricketts, quien alternó la vanguardia con Bushell hasta 1937, con la sola irrupción de Leonilda Giusti en el ’36.

.: Las Nº 1 de la Argentina de todas

las épocas.: por eduardo puppo

.: fotos archivo

Ellas, las número uno

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IZQ. La primera en figurar en los rankings nacionales: Analía Obarrio de Aguirre, que dominó en 1929 y 1930.CEN. IZQ. Fue la primera argentina en jugar Copa Fed y estuvo entre las top ten en 1966: Norma Baylon estuvo seis años seguidos en el primer lugar.CENT. DER. La cordobesa Ivanna Madruga fue siete años la mejor de todas en el orden nacional, llegando al puesto 16o del mundo en 1980.DER. ¿Qué más se pude escribir sobre ella? Gabriela Sabatini posee la mejor marca histórica con once temporadas en la cima.

Denise Rutherford de Zappa, que venía insi-nuando el asalto a la cumbre, fue número uno en 1938, pero muy pronto entraron en acción dos jugadoras que prácticamente coparon las listas: Felisa Piédrola y María Terán de Weiss, quienes se mantuvieron seis años cada una has-ta 1952 inclusive, con una sola jugadora que se atrevió a mezclarse entre ellas, Elena Lehmann. Ella, en 1951 y luego de obtener el República (precisamente sobre Piédrola, en una cerrada final definida 6-4 en el tercero), las desplazó en el ranking.

Entre 1953 y 1961, las dueñas de la punta fue-ron Edda Buding, June Hanson, Nora Somoza y Margarita Zavalía. Resultaron las más impor-tantes en los días en que una pequeña con ca-rácter fuerte y golpes potentes –e inéditos para la época- realizaba sus primeras armas en el tenis competitivo. Esa jugadora de tenis ofensi-vo se convertiría en la estrella excluyente entre 1962 y 1967, las seis temporadas consecutivas que figuró como No 1 con el aditivo de ser con-siderada entre los puestos cuatro y cinco por los periodistas especializados –según el prisma europeo o norteamericano- aunque oficialmen-te, teniendo en cuenta los listados del periodista inglés Lance Tingay (los registros más exactos y serios de entonces), Norma Baylon –de ella se trata- fue séptima en 1966 detrás de apellidos descollantes: Billie Jean King, Margaret Smith, María Esther Bueno, Ann Aydon Jones, Nan-cy Richey y Annette Van Zyl, y por delante de

Francoise Durr, Rosie Casals y Kerry Melville. Sólo bastará con acudir a los libros para conocer quiénes fueron todas estas señoras.

Tras su casamiento y mudanza a Perú, Ba-ylon dejó abruptamente el tenis. En 1968 que-dó primera Graciela Morán y ya se perfilaban la prodigio Beatriz Araujo y otra jugadora con temple de ataque, Raquel Giscafré. Ellas fueron intercambiándose el liderazgo hasta 1976. Des-de el ’77 el tenis cordobés ya daba señales de la cantera inagotable de talentos que resultó hasta hoy: Ivanna Madruga fue número uno duran-te siete años, fallando sólo en 1981 cuando ese lugar lo ocupó Emilse Raponi. Las imágenes se adelantan rápidamente cuando en 1983 hace su aparición en el ranking –ocupando el 18o lu-gar- quien luego no dejaría la punta durante 11 temporadas: Gabriela Sabatini. Ya conocida su campaña por todos –alcanzó el 3o puesto mun-dial en febrero de 1989 y se mantuvo top ten durante diez años- Gaby dejó el cetro en 1996, cuando se retiró del tenis profesional. La pos-ta fue tomada por Florencia Labat e Inés Go-rrochategui, hasta que desde el nuevo milenio Paola Suárez –incluyendo su acceso a las diez mejores del mundo- no tuvo rivales. Una lesión la obligó a alejarse de las canchas momentánea-mente en 2005 y fue cuando Gisela Dulko, que venía siendo su escolta, dio el paso que le falta-ba y se convirtió, hasta estos días, en la mejor ubicada en el WTA Tour y, por consiguiente, en la número uno de la Argentina.

Las de mayor presencia como No 1 del ranking nacional (al finalizar cada temporada)

Dobles damas

Gabriela Sabatini 11 consecutivosIvanna Madruga 7 alternadosNorma Baylon 6 consecutivosPaola Suárez 6 consecutivosFelisa Piédrola 6 alternadosMaría Terán de Weiss 6 alternadosBeatriz Araujo 5 alternadosRaquel Giscafré 4 consecutivosNora B. de Somoza 4 alternados

1989 Gabriela Sabatini1990 Mercedes Paz1991 Mercedes Paz1992 Mercedes Paz1993 Inés Gorrochategui1994 Gabriela Sabatini1995 Gabriela Sabatini1996 Patricia Tarabini1997 Patricia Tarabini1998 Patricia Tarabini1999 Patricia Tarabini2000 Paola Suárez2001 Paola Suárez2002 Paola Suárez2003 Paola Suárez2004 Paola Suárez2005 Paola Suárez

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Analía, Mary, Norma, Ivanna, Gaby, Paola

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.: Entrevista a Luli Mancini

.: por claudio cerviño

.: fotos pablo cersosimo

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“Estamos para ganar la Davis”Alberto Mancini siente que el gran objetivo no está lejano. Cree en la madurez del grupo y que todos entendieron que necesitan del otro para saldar la cuenta pendiente del tenis argentino. “Nalbandian es número puesto, pero Coria y Gaudio, si están en su mejor nivel, también lo son”, afirmó. Y remató: “Desde ya, sé que jamás voy a aceptar una imposición de un jugador porque cada uno tiene que cumplir su función”. Mientras, espera la semifinal de septiembre, frente a Australia.

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tocado compartir en innumerables viajes por el mundo. Fue en 1988, cuando una amiga holan-desa, Micky den Tuinder, que trabajaba para la empresa Advantage y vivió en nuestro país un tiempo –su papá era el presidente de Phillips Argentina–, le preguntó: “Salata, ¿hay algún jugador latinoamericano, fuera de los 100 mejo-res y que no tenga contratos, al que vos le veas condiciones para hacer ruido en poco tiempo? Necesito alguien que pueda dar la sorpresa”. La respuesta del Pingüino fue “Alberto Mancini”, un nombre que venía detrás de los de Pérez Rol-dán y de Davin, pero que explotó un verano eu-ropeo, en 1989, en sólo 21 días, al ganar Monte-carlo y Roma con éxitos sobre Becker, Wilander y Agassi, tres de los mejores del ranking. Todo cambió en su vida: firmó convenios comerciales, se metió entre los diez mejores del mundo y se hizo conocer de la forma que él eligió: a través de la raqueta. ¡Qué mejor promoción! No caben dudas de que fue uno de los mejores jugadores de nuestro medio, cuya carrera se vio alterada por lesiones y una cabeza que a veces lo trai-cionó más de la cuenta, conspirando contra su avasallante y demoledor estilo. Era un lujo verlo jugar: tenía saque, polenta y dos drives. O dos reveses made in Argentina (como prefiera).

Pocas cosas han mutado en la vida de “Luli”. Del que se dice que es parco, introvertido, ca-rente de carisma. Como si hubiese que estar inexorablemente ceñido a las reglas del marke-ting para trascender. Ama la pesca por la paz que le transmite, y a pesar de que las obliga-ciones lo contienen bastante en Fisherton, su lugar de siempre, en tiempos estivales se hará de un resquicio para desembarcar en el majes-tuoso sur argentino y entregarse a uno de sus placeres. Después, a la par de algunos empren-dimientos personales, su vida pasa por el tenis, por la Copa Davis, de cuyo equipo hace casi dos años es el capitán, y, por supuesto, por una etapa que disfruta plenamente: tratar de ser el mejor padre para Luz (7 años) y Lucas (4), en el

Siempre fue callado, muy afecto al perfil bajo. Correcto, respetuoso. Ayer, hoy y seguramente mañana. Y aunque algo pudiera molestarlo, o entendiera –con una buena dosis de razón– que no recibía el mismo tratamiento que otros te-nistas incipientes a mediados de los ochenta, no recurrió a la altisonancia y el escándalo para de-cir: “Ojo, que yo también existo”. Esperó.

Eran los tiempos de la escudería de Raúl Pérez Roldán, que con su portafolios rebosante de da-tos y una combi llena de ilusiones, llevaba por Europa a cuatro chicos, dos varones y dos muje-res: grandes promesas del tenis nacional, para-

lelamente a lo que estaba haciendo nada menos que Gabriela Sabatini. Eran Guillermo y Maria-na Pérez Roldán, hermanos e hijos de Raúl, y Franco Davin y Patricia Tarabini, los más talen-tosos del grupo, aunque menos afectos al gran esfuerzo. Detrás, en un segundo plano, sin es-tridencias, un pibe misionero de origen, rosari-no de alma, guardaba silencio. Sólo unos bemo-les fluían de su garganta: los que acompañaban los impactos que darían que hablar al mundo pocos años después.

Recuerdo siempre la anécdota de sobremesa de Guillermo Salatino, de las tantas que me ha

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camino que lleva adelante junto con Carolina.

Hoy, a los 37 años, Luli es el capitán de la ilu-sión. La Argentina vuelve a estar en las semi-fi nales de la Copa Davis, etapa en la que se cruzará con Australia y probablemente Lleyton Hewitt. Varias chances ha tenido nuestro país de repetir aquella defi nición de 1981 en Cinci-natti, contra Estados Unidos, representado por Vilas y Clerc; varias chances que se han esfuma-do, una de ellas, en 1990, con el propio Manci-ni sucumbiendo en el césped australiano frente a Pat Cash y Cía. Esta, la que se viene, es dis-tinta. Fundamentalmente porque será en casa, con el peso de la localía, que aunque no garan-tiza nada al ciento por ciento, signifi ca mucho. Luli lo sabe. Lo saben los jugadores. Lo intuye la gente. Falta bastante para septiembre, pero todo hace suponer que la expectativa se irá in-crementando. La Argentina nunca ganó la Co-pa Davis, y ése fue uno de los objetivos que se propuso el capitán cuando asumió, seguro de que sería capaz de poner en su justa medida a la Legión que lo ungió conductor por mayoría; convencido de que el mensaje sería interpretado al pie de la letra: “Un grupo, funcionando como tal, puede. Sólo hay que esperar el momento”.

Una mañana soleada en el Tenis Club Argenti-no, en Palermo, nos introduce de lleno en una charla profunda con Mancini. Que pasará por todos los tiempos y circunstancias: jugador, coach y capitán. Claro que la combinación pre-sente-futuro domina la escena.

¿Qué sentís en este momento tras la victoria en Zagreb? Después de varias semifi nales, es la pri-mera que tocará en Argentina, lo cual alimenta la perspectiva de acceder a otra fi nal. Con esa pre-sión por ganar la Davis que siempre está. ¿La vivís más intensamente o estás tranquilo?Por ahora estoy tranquilo, falta tiempo. No sé si se nota la presión, pero sí se advierte la reper-cusión que tiene en la gente el tema de la semi-

82>83fi nal con Australia, a varios meses del partido. Están pendientes. Se va metiendo en el cuerpo, en el contexto de lo que va a llegar a ser. Des-de mi lado, soy muy cauto, de ir paso a paso. Es una semifi nal en casa, nos pone con buenas chances para llegar a la fi nal, pero el partido hay que ganarlo. Si viene Hewitt, es un equipo que no deja de ser peligroso. Obviamente, somos fa-voritos. Sería ridículo negarlo. Estamos en una posición inmejorable para acceder a la fi nal. Pe-ro pueden suceder muchas cosas en estos me-ses. Hay que ver cómo están los chicos. Es im-portante que lleguen bien físicamente, que no haya lesiones. Y tratar de enfrentar a Australia con el mejor equipo posible.

¿Qué esperás de este lapso hasta septiembre? Y, me gustaría contar con un grupo en óptimo nivel. Es el ideal de capitán: tener que decidir con todos jugando muy bien y con confi anza.

Pero siempre hay bajas, viste cómo es. ¿Aspirás a tener más recambio que en Zagreb o con ese equi-po que le ganó a Croacia te alcanza?Ese, con Nalbandian, Calleri, Acasuso y Chela, es un equipo fuerte. Pero no nos adelantemos tanto ni especulemos. Está Coria, que hay que ver cómo evoluciona; está Gaudio, que también levantó en Montecarlo. Espero contar con todos en muy buen nivel.

Cuando asumiste dijiste que el objetivo era ganar la Davis. ¿Cuánto más cerca sentís que estás hoy de conseguirlo?Estamos bien posicionados. Y siempre dije que el objetivo era a mediano plazo. Si se lograba el año pasado, mejor. Si se consigue este año, oja-lá. Los chicos tienen una gran ilusión por ganar-la, y a medida que se acerca la instancia fi nal, más todavía. Creo que se va a dar en el corto plazo. Esperemos que sea este año. Soy positivo en cuanto a que lo podemos lograr.

Tuviste varias reuniones con los jugadores para ha-

blarles de lo importante que es la unión de grupo. En el medio, también mediaron algunos confl ictos: Coria-Gaudio en Düsseldorf 2005, Nalbandian-Co-ria en Bratislava 2005. ¿Temiste que se fuera todo el ideal por la borda, de perder el timón? ¿Cómo se pilotean esos casos?Hay momentos en que uno tiene que hablar grupalmente y otros en forma individual. Siem-pre hay confl ictos en un equipo, sean los mo-tivos que fueran. Mientras se hablen y cuanto más queden en el núcleo del grupo, esos proble-mas se solucionan y se va para adelante, que es lo que está sucediendo. Esos episodios pasaron; acá hay que entender una cosa: un equipo no signifi ca que sean todos amigos. No es así en ningún lado. Sí que todos pretendan el mismo objetivo y que se respeten entre ellos. Es impor-tante y a eso estamos apuntando. Es cierto que hay cosas que uno no puede manejar, historias que vienen de antes y por ahí hay miembros del equipo que no son amigos, pero de a poco van madurando, teniendo más experiencia.

¿Entienden ese mensaje?Yo creo que sí. Quizá no de entrada, pero sí van madurando. Yo como entrenador, los chi-cos como jugadores, sabemos que necesitamos unos de otros. No puedo pretender un objetivo tan grande como es ganar la Copa Davis y creer que la voy a ganar solo. Son cinco puntos que hay que jugarlos y necesito del otro. Si yo quie-ro tanto la Davis, sé que necesito los mejores al lado mío para concretar ese objetivo. Y yo creo que lo entienden.

Se habló mucho del tema de Nalbandian-Coria, tras la derrota con Eslovaquia. David se quejó públicamente, sin dar nombres, de que no todos actuaban de la misma manera. Marcó individualis-mos. Sabés de qué te hablo.Sí.

Sería bueno que vos fi jaras una posición sobre los rumores. Se dijo que Nalbandian lo sacó a Coria del

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Abril de 2004. La Argentina había caído 0-5 en Minsk frente a Bielorrusia, con ausencias varias. La “cumbre de Montecarlo” congregó a 14 raquetas: Guillermo Coria, David Nalbandian, Gastón Gaudio, Agustín Calleri, Juan Ignacio Chela, Mariano Zabaleta, José Acasuso, Guillermo Cañas, Martín Rodríguez, Gastón Etlis, Lucas Arnold, Mariano Hood, Sebastián Prieto y Martín García. Firmaron una carta, enviada la semana siguiente desde Barcelona a la Asociación Argentina de Tenis, con un mensaje claro: el pedido de que se designara capitán de la Copa Davis a Alberto Mancini o a Martín Jaite. Ello, entre otras cosas, signifi caba dejar cesante a Gustavo Luza.

Tu llegada a la silla fue, por un lado linda, porque contaste con un consenso como creo que no se dio nunca en el tenis argentino, pero por otro lado había una persona en el cargo con la que tenías una buena relación, como Luza. Una situación medio incómoda. ¿Qué te causó?Sí, fue incómoda tanto para mí como para Martín, que también fi guraba como candidato en la carta que los jugadores le hicieron llegar a la Asociación Argentina de Tenis, porque quien estaba en el cargo, Gustavo Luza, es alguien con el que yo siempre tuve una muy buena relación. Si bien me estaban proponiendo, a alguien lo estaban sacando y era un tema desagradable. Entonces, un poco me mantuve al margen hasta que ese punto no estuviera defi nido. Era un orgullo que me eligieran, pero no hice ningún análisis hasta

Su designación y una sensación ambigua

que no se terminara el tema anterior. Eso es ética profesional.

¿Y una vez que se defi nió?Ahí sí hablé con la Asociación, que me transmitió que me querían como capitán y acepté. Fue una buena forma de llegar a este puesto, teniendo el aval de los tenistas.

No da la sensación de que pueda ocurrir, por el trato que tenés con los jugadores hoy, pero ¿cómo lo tomarías vos si el día de mañana apareciera una carta similar a aquélla, pidiendo por otro entrenador para la Davis?Lo importante en un equipo es la comunicación y creo que si me hubiese pasado me hubiera dolido que no me lo comunicaran directamente, que no me vinieran a hablar y decirme: “Luli, mirá, necesitamos un cambio” o “no nos cierra esto”...

Antes de que la sangre llegue al río...Exacto, que es como tratamos de hacer las cosas hoy. En un equipo siempre hay procesos y confl ictos. Y tomá confl ictos no como problemas, sino como los confl ictos que existen en cualquier orden. Los humanos somos confl ictivos. Todo debe hablarse, la comunicación es muy importante. Muchos de los jugadores admitieron después que, por ahí, una carta no había sido la mejor forma de moverse. Hablando es cuando más lejos uno llega. Manifestando lo que no te agrada o, incluso, lo que te gusta.

84>85equipo luego de lo sucedido en Bratislava. Y esos rumores, en forma indirecta, rozan tu trabajo de capitán.No, eso no. Primero, los rumores son rumores. No vi a Nalbandian decirle a ningún periodista “Yo no quiero a Coria en el equipo”. No existe tal cosa. Segundo, si hay algún confl icto, ya lo dije, queda en el núcleo del equipo y se habla en ese ámbito, no sale para afuera. Y esto es así.

¿Te molestaron esas cosas? Aun si fuesen sólo ru-mores, algún efecto siempre causa.Obviamente uno las escucha y no le gusta, pero sabe que está en un ámbito en el que se gene-ran ese tipo de cosas. Por ahí lo que pasó en Es-lovaquia dio lugar...Mirá, siempre que hay una derrota posibilita la crítica o a decir que estuvo mal esto o lo otro. Siempre se pueden hacer mejor las cosas, incluso en la victoria. Pero lo que me molestan, sí, son esas elucubraciones que se hacen a partir de cosas sin fundamento. Los rumores...que yo sepa, nadie estuvo en las reuniones que tuve con los jugadores, ningún periodista. Solamente nosotros. Hay que dejar-los pasar. Sólo nosotros sabemos dónde esta-mos parados frente a esto y cómo vamos para adelante. Me jode que se hable, pero sé que es así. Los resultados, a la larga, son lo más con-tundente.

Entendido. Lo que no hay que desechar es que a veces al periodista le llega la información des-de los propios entornos, por lo que no siempre es necesario ser parte de las reuniones. Y sabés que cada uno mueve su fi cha acorde con las conve-niencias.Sí, lo sé perfectamente.

Ahora, ¿te planteaste qué harías si algún tenista te trata de imponer algo? Ponéle ahora, de cara a la semifi nal con Australia: viene un jugador equis y te dice: “Llegamos hasta acá con este equipo. Quiero seguir con los mismos compañeros”. ¿Qué hacés?Desde ya, sé que jamás voy a aceptar una impo-

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86>87po, de buen nivel, pero también se te van presen-tando muchas bajas: dos con casos de doping, el bajón de Coria, la inestabilidad de Gaudio. ¿Te considerás un capitán con mala suerte en ese sen-tido?Cuando teníamos que enfrentar a Australia en Sydney, Willy Cañas era número puesto en el pasto, pero termina saliendo por el doping. Ganamos la serie. Después pasa lo de Puerta, otra baja importante. Y seguimos en carrera, estamos en semifi nales. A partir de que yo asu-mo como capitán, el equipo, la Legión, era una cosa, y hoy ha disminuido en cuanto a sus va-riantes. Hemos perdido piezas importantes, pe-ro sigue siendo un equipo fortísimo. Podemos seguir armando grandes conjuntos, hay juga-dores que siguen evolucionando bien. Si todos pensamos que este grupo puede ganar la Davis es porque contamos con el recambio que vemos hoy: perdimos hombres y sigue siendo un equi-po fuerte. Por un lado, sí, es mala suerte, pero también hemos tenido suerte en otras, como la salida de Ancic en Zagreb. Los doping han sido duros, principalmente para los chicos.

¿Qué visión tenés del tema del doping en general?En mi época había mucho control también. Quizá más ahora. Es un poco raro lo que pasó. Hay desinformación, de pensar que va a estar todo bien y no tomar todas las precauciones ne-cesarias. Si uno sabe que está haciendo las co-sas bien, por ahí hay cosas que no se le cruzan por la cabeza, que creo que son los casos de Ca-ñas y de Puerta. Uno no imagina la magnitud de lo que pueda suceder y no toma los recaudos al ciento por ciento. Que te digo es muy difícil hacerlo. Le puede pasar a cualquiera.

Suena raro, porque el jugador está muy rodeado hoy, tiene un gran equipo encima.Sí, hay un grupo grande de trabajo, pero puede medir hasta cierto punto las cosas. Hoy sí veo otra mentalidad en los chicos: no quieren tomar ni una aspirina por todo lo que ha pasado, están

“Es muy importante que en el equipo cada uno se sienta parte y que aporte.

Si no hay química, es difícil. ”

Has tenido que dejar gente afuera, pero también se ha dado que, hablando con vos, como Gaudio en Key Biscayne de cara al partido con Croacia en Zagreb, se hayan bajado jugadores del equipo. En esos casos, ¿qué preferís: desafectarlo o que el ju-gador sea parte igual, aunque no esté seguro de lo que va a dar porque la superfi cie no le gusta? Es una línea muy fi nita, es subjetivo. Desde mi visión, yo veo determinadas cosas y el jugador, desde la suya, ve otras. Esas son las sensaciones que uno no puede manejar. Nombrás el recien-te caso de Gastón: él no se sentía en su mejor condición para ir a Croacia porque no era su su-perfi cie, porque no se veía jugando bien y estaba falto de confi anza, y yo pensaba de otra forma: él es top ten y llegado el momento es importan-te que esté delante de los rivales. Igualmente, la sensación del jugador es importante también. Gastón no se sentía bien y a veces es un arma de doble fi lo. Lo llevás y si está con mentalidad no del todo positiva...Es una línea muy fi nita.

¿Fue distinto a lo de Coria, que no estuvo este año en ninguna de las dos series, o fue un caso similar?Lo de Guillermo es similar... y no del todo. Co-ria venía con un problema muy notorio desde principios de año y fi nes del 2005, con el tema de su saque y la confi anza, que no lo había ter-minado de resolver para la primera convocato-ria. La Davis es un ámbito que no va a solucio-nar problemas, sino que es probable que los aumente por la presión. No era lo mejor para él y quedamos de acuerdo. Para la última convoca-toria, él ni consideraba jugar la gira de cemen-to de Estados Unidos y no lo tuve en cuenta de entrada por eso, porque recién iba a volver en Montecarlo. Después, apareció jugando en Key Biscayne. Hablé para saber cómo se sentía, pero él no había notado muchos cambios todavía y decidí dejarlo afuera otra vez. En concreto: pue-de decirse que es un caso similar al de Gaudio, pero no igual.

Se presenta la paradoja de que tenés un gran gru-

sición de un jugador porque cada uno tiene que cumplir su función. El cuerpo técnico que ten-go es muy bueno en lo que hace. Hoy me toca a mí, mañana será a otro. Cada uno en lo suyo. El jugador es jugador, el capitán es capitán. Ojo, jamás voy a imponer cosas. A ver... Cuando for-mo el equipo, digo: “éste es el equipo”, y eso no se cambia. Pero soy un tipo muy amplio. Hablo siempre, elaboro la decisión con mi cuerpo téc-nico, dialogo con los jugadores, pero la decisión fi nal es mía. No soy de tomar determinaciones caprichosas ni abruptas. Valoro mucho lo que me aportan.

Esa comunión de grupo en una Davis, ¿vale lo mis-mo que una localía; más, menos?Es muy importante que en el equipo cada uno se sienta parte y que aporte. Si no hay química, es difícil.

Eso se veía desde el arranque. Vos tenías un cau-dal de jugadores importante, algo positivo por la variedad, pero el tema pasaba por ver cómo hacer que las piezas apuntaran todas hacia un objetivo.Sí, dentro de un equipo como éste, en un deporte tan individualista, es obvio que también hay ob-jetivos personales. Siempre va a haberlos. Hasta en un equipo de fútbol cada uno quiere lograr lo suyo. En la medida que ese objetivo personal contribuya al objetivo grupal, bienvenido sea.

¿Qué es lo más difícil que te ha tocado en estos casi dos años de gestión?Lo más difícil siempre es tener que dejar a al-guien afuera. Si bien cuando sucede es algo que está hablado con el involucrado, todos tienen un buen nivel y sienten, con razón, que pueden estar en el equipo. No es fácil sacar a alguien. Y decírselo es la parte más fea para mí por una cuestión humana. Si no empezás por la parte humana, con respeto, esa química de la que te hablé no existe. La química parte de lo humano y no sólo de lo deportivo. Ahora, la decisión es deportiva, ¿eh?

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mucho más minuciosos en el tema suplemen-tación. Están muy pendientes de eso. Antes no se tomaban todos los recaudos porque vos creés que no te va a pasar nada. Las sanciones que re-cibieron los chicos fueron durísimas.

Volviendo a tu grupo de trabajo, hablás mucho de él, de lo que te ayuda. ¿Quiénes lo conforman?Todos, el kinesiólogo (Diego Rivas), Claudio Ga-lasso (preparador físico), Gustavo Alvarez (ma-sajista), Miguel Khoury (médico), mi colabora-dor Lucas Arnold. Hablo con todos y cada uno me aporta su visión y su percepción. Después, yo elaboro todo eso y tomo mi decisión.

¿Te han hecho cambiar de opinión?No, porque nunca voy con una decisión tomada. Puedo tener una tendencia hasta que los escucho.

Modifico: ¿te han hecho cambiar esa tendencia?Esas opiniones pesan bastante. Ahora, si la de-cisión sale mal, soy yo. Soy consciente de que es así. Por eso hay que medir bien todo. Tene-mos los argentinos la tendencia de endiosar a alguien y después pegarle. No hay ninguna de

las dos cosas. Es un término medio. Ni somos dioses ni somos los peores. Las decisiones sa-len bien a veces, otras no. En ocasiones, hay cosas que pasan y uno puede ganar o perder. Es un deporte, un juego. No hay dos más dos. Soy consciente de que es un puesto que es muy ana-lizado por todos, sobre todo acá en la Argentina.

Has tenido buenas sensaciones. El dobles siempre fue un punto crítico para la Argentina y en los últi-mos años, contando con jugadores más versátiles, se lograron puntos cruciales en esa especialidad. Quizá no el más importante, en Eslovaquia, pero se ganó en Sydney, en Zagreb. ¿Cuál es tu mérito?No es mío. Hay jugadores que se van animando. Calleri, Acasuso...son probados singlistas, pero también son buenos doblistas en potencia, que se han largado un poco más. Chucho hizo semi-finales de Montecarlo con Prieto. Eso lo lleva a practicar más y a ser mejor doblista... y singlista, porque le va aportando nuevas armas. Elijo la que creo la mejor opción para cada ocasión.

¿Cuánto sufriste en Croacia?Mucho. Veía la serie ahí...y de repente que se iba.

Es que tuvo muchos vaivenes. Desde el punto de Calleri hasta el de Chela.Sí, Agustín lo tenía ganado y se le escapó. Jugó un primer punto increíble. Era prácticamente la serie con esa victoria, y de repente...Si bien creíamos en los papeles que el primer día iba a ser 1-1, el haber estado a dos puntos del par-tido para un 2-0 nos dejó un sabor amargo. Tuvimos, sí, una ayuda, que fue la ausencia de Mario Ancic. Esas son las cuestiones de suerte de las que te hablaba. Nosotros contamos con mejor recambio. Croacia lo tenía con Ivo Karlo-vic, pero no estuvo por cuestiones personales de ellos. Sí, se sufrió mucho.

Y el último punto, de Chela, ni hablar.¡Fue terrible! Es muy difícil salir a definir un quinto punto sabiendo que eso te da el pasa-porte a las semifinales en casa. No es nada fácil enfrentar un punto así. Tenés todo el equipo ahí afuera, sabés que dependen de vos, sabés que todo el mundo te está viendo por TV y está pen-diente de lo que hacés... Jugás contra un tipo que no conocés, que no tiene presión, que si ga-na es el héroe y si pierde es lo normal. No es fá-

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individual. Y a su vez, sabe lo que para toda la Argentina representa el hecho de jugar por el país, lo que está signifi cando hoy una Copa Davis. Todos esos factores son importantes a la hora de entrar en la cancha. Fijate que tenés la Davis y una olimpíada cada cuatro años. Na-da más. Düsseldorf no se puede comparar por-que se juega mucho más distendido, sin tanta presión mediática como la Davis. Eso te pone en una situación diferente. Las selecciones de fútbol, básquetbol, voleibol, están mucho más acostumbradas a jugar en equipo. Nosotros no. Hay algunos a los que la Copa les sienta bien, se potencian, y otros que los presiona más, los pone más tensos. Hay algo que genera...La Da-vis es muy fuerte. Ya cuando estás parado en el medio de la cancha, en la ceremonia, es otra co-sa. No sos vos solo, que si perdés, te fuiste y no pasa nada, total mañana tenés otro partido. Acá perdés y...O sos ídolo o sos el peor.

Eso lo viviste dentro de la cancha. ¿Desde la silla es igual?No sé, como capitán también se siente, pero como jugador te pega más la presión por ser el protagonista. En la silla podés tener toda la pre-

cil. Me duele a veces cuando la gente no mide...

La percepción que tuvo la gente común es que Che-la se complicó solo. Te digo la frase más típica de ese día: “Chela se cag... todo contra un tipo que no existe y casi pierde la serie”. El hombre de la calle no piensa en las razones que vos enumerás. Las to-ma más como excusas que argumentos.Sí, ya sé que no las piensa. Muchos tipos comu-nes... y muchos no tan comunes, entendidos en el tema también, opinan lo mismo. No se po-nen a pensar en todo lo que sucede. Y me duele.

Vos jugaste varias series de la Davis. Tuviste bue-nos momentos, como aquel cuarto de fi nal con Alemania en el Buenos Aires, defi niendo ante Carl-Uwe Steeb; otros no tan felices. Hoy la vivís como capitán. ¿Qué es la Davis, llegaste a interpretar por qué es así, por qué pasa lo que pasa?Ufff... Nosotros, el tenista, no está acostumbra-do a jugar por la camiseta. Es un deporte muy

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ABA. Durante el sorteo en Zagreb, cuando todavía la victoria aparecía lejana pero no imposible. DER. En una de las prácticas previas, con Calleri y Nalbandian.

sión del mundo, pero está contenida, la sufrís. Pero el otro tiene que salir a dar lo mejor con esa cosa adentro. Es más duro para el jugador.

Si buscamos afi nar un poco más la respuesta res-pecto de lo que ya mencionaste, ¿la Argentina sólo se encuentra mejor posicionada que otras veces, o en verdad está para ganar la Copa Davis?Yo creo que el equipo que tenemos está para ga-nar la Davis. Si se dan las cosas normalmente, estamos para ganarla.

Yendo paso a paso, como te gusta, se viene Aus-tralia. Pero en algún momento habrás pensado en una fi nal con Rusia o Estados Unidos.Claro. Si el sueño de este equipo es lograr la Copa, pensamos en una fi nal contra uno de los dos, pero no hay que estar pendientes de eso, sino de Australia, en septiembre. En qué van a presentar. O sea, si viene Hewitt, por más que no sea su mejor superfi cie y que nos toque ser locales y tengamos las de ganar, si les pasó a ellos de perder allá, en Australia, en el pasto, nos puede pasar a nosotros acá. En la Copa se dan cosas con las que hay que estar muy atento para que no se vuelvan en contra.

Teniendo a Nalbandian, Gaudio y Coria en su mejor nivel, ¿hay alguno que sea más fuerte e imprescin-dible en el equipo?David viene teniendo un fi n de 2005 y comien-zo de 2006 muy bueno, es N° 3 de mundo, juega singles y dobles, y en cualquier cancha. Y Coria y Gaudio, en determinados momentos, pueden ser iguales de buenos que David, sobre todo en polvo de ladrillo. Hasta mejores que él. Ojo que Nalbandian es un gran jugador en pol-vo también, tiene semifi nales de Roland Garros. Contar con todos ellos en óptimo estado en su momento es lo mejor. Quizá hoy David, al ju-gar en todas las superfi cies, es más indispensa-ble para el equipo, porque hay que salir a jugar afuera y Nalbandian es la carta fuerte. Hoy es número puesto. Pero los otros, en su mejor

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Antes del Luli capitán hubo un jugador y un coach. Un jugador que supo de choques de Copa Davis (récord de singles: 8 éxitos, 7 derrotas); de títulos en el circuito (Montecarlo, Roma y Bolonia); que tuvo bajones por lesiones y estados de ánimo, que volvió a su mejor nivel en 1992, llegando a la final de Key Biscayne frente a Michael Chang, y que luego de 1993 fue diluyéndose, producto de un hombro que lo volvió loco.

¿Qué recordás de aquellos tiempos, sobre todo cuando tuviste que dejar?Fue duro. Necesité un período de adaptación para ser coach. Lo pasé con Puerta, con Coria, con Lapentti. Estar del otro lado es muy diferente a ser jugador. Cambia bastante. Hay que asumir que no sos más tenista.

¿En qué se traduce ese cambio?En saber que ya no sos más el protagonista. Hacés y producís, pero no desde el protagonismo de jugador. Siempre atrás. Para ser coach, técnico, o lo que fuere dentro de cualquier deporte, hay que asumir primero no ser jugador, haber terminado de matar a ese profesional. Si no, es como que pretendés estar ahí adentro y ocupar un lugar que no podés.

¿Y eso cuánto te costó?Bastante. Me costó mucho porque el alejamiento del tenis fue traumático para mí, por el tema de la lesión, por tener que forzar un retiro. Al principio me era difícil madurarlo. Iba a torneos y me dolía no poder estar adentro, no ser parte de la competencia. En el ‘93, cuando me lesioné, estaba entre los 20 y de a poco fui bajando hasta que decidí que así no podía seguir. Dejé, me operé, traté de volver, me volví a lesionar. No fue de un día para otro el adiós, pero sí la lesión me fue sacando del tenis hasta que decidí ponerle punto final. Me demandó un tiempo bastante largo asumirlo y poder estar en el tenis sin sufrirlo.

¿Y qué vino después?

“Me costó asumir que ya no era jugador”

Empecé con algunas cosas. Estuve con Puerta, hice eventos en Rosario, algunos futures, masters, en 2000, 2001; luego vino la debacle económica y lo dejé de lado. Llegó el tiempo de entrenar a Coria, me fui metiendo en el ambiente, me gustó el lado del entrenador, y así salté a la Copa Davis.

¿Qué fue más fácil para vos: jugar, o analizar y leer el juego y explicarle al tenista qué tiene que hacer?Al ser entrenador uno tiene que estar atento a muchas más cosas, no sólo el juego, sino a mil temas. Cuando sos jugador, te focalizás en ir, entrenar, dar lo que tenés que dar en las prácticas, plantear un partido con tu coach y jugar. Terminó el partido y bueno, a los masajes, es como que ya te distendés. Desde este lado, terminó el partido y ya estás maquinando todo el proceso de cómo armás el día que viene, con quién va a entrenarse, qué es lo que necesita. Es un poco más estresante ser coach. Ser jugador te desgasta, porque hay que soportar presiones y el entrenamiento es duro, pero es otro tipo de desgaste. El entrenador tiene un desgaste más mental que físico y el jugador por ahí más físico que mental.

La etapa con Coria te dejó una experiencia buena, pero a la vez, en un momento tuviste que ponerle fin. ¿Qué pasó? Se habló mucho de eso.La experiencia con Guillermo fue muy buena para los dos. Crecimos ambos, cada uno en lo suyo. Los motivos por los cuales decidimos dejar nunca los hice públicos ni los voy a hacer públicos, pero la separación fue consensuada y tenemos una muy buena relación, con lo cual eso es lo importante.

Queda descartada la posibilidad de que hayan roto el vínculo por problemas... Mirá, si hubiesen habido problemas no tendríamos la relación que hoy tenemos. Obviamente hubo, por ahí, si querés, diferentes formas o momentos que uno necesita ciertas cosas y el otro precisa otras. También el tema familiar era fuerte para mí. El viajar tanto no se me hacía fácil. Fue algo que también lo puse en la balanza, pero resultó una experiencia muy buena.

nivel, también son número puesto. Serían, los tres, pilares indiscutibles.

Nalbandian no toma al tenis como única parte de su vida. Le gustan los autos, el rally, el deporte de aventura. ¿Puede ser N° 1 de esa forma o necesita sí o sí pensar sólo en el tenis para llegar a lo más alto? Esto, sin omitir el detalle, no menor, de que arriba hay dos monstruos como Federer y Nadal.Es difícil el camino al N° 1. Esa es una decisión muy personal. Es bueno en cierta medida para su personalidad tener esos escapes que tiene David.

Evidentemente, sí. Le deben hacer bien.Para un futuro, tener esa inquietud también es bueno. Es decir, buscar otras cosas que signi-fiquen mucho para vos más allá de la pelotita. Entiendo que haya gente que piense que si se dedicara sólo a la pelotita podría ser el N° 1 del mundo. Pero a lo mejor no está en sus planes, a lo mejor sus planes son distintos. El disfruta de ser lo que es de esta manera. Está en cada uno. Es válido. La ecuación no es mala. Obviamente, uno lo querría ver N° 1 porque tiene el poten-cial, pero si a él eso lo hace feliz, y se ve que dis-fruta mucho de lo otro también, vale.

¿Lo dirigirías alguna vez?Hoy no estoy pensando en dirigir a nadie. Me siento bien, cómodo como capitán. No digo que nunca más, pero en lo mediato no estoy pensando en volver al circuito. Vivo una linda etapa, disfruto de la familia, con Carolina y los chicos. Es importante para ellos que yo esté, que los acompañe. Eso es algo que pongo en la balanza también a la hora de tomar las decisio-nes. Ser capitán de la Davis me insume tiem-po, pero nunca como si estuviera en el circuito. Hoy quiero estar más cerca de los míos. Y tam-bién disfrutar de los amigos, de estar en casa. Una vida tranquila.

A lo Luli.

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Paradorn Srichaphan no sólo es uno de los personaje más queridos del circuito -para los argentinos, con quien tiene muy buena relación, amistosamente es “Choripan”- sino que es uno de los jugadores más seguidos por la gente por su talento y buen humor. Siempre dispuesto a dar espectáculo, el tailan-dés es además todo un ídolo deportivo para su país, donde lo llaman simplemente “Ball” (“Pelota”). Ex top ten hace tres años, tiene un objetivo: volver a la pelea grande en el ranking y en el circuito. Facilidad para pegarle a la pelota de la manera menos ortodoxa no le falta.Foto: Ron Angle

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