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Etiología. Toxoplasma gondii es un protozoo ubicuo de los animales de sangre caliente, donde la infección crónica es frecuente y la infección reciente raramente es bien diagnosticada. Se trata de un parásito intracelular obligado perteneciente al orden Coccidia y al Phyllum Apicomplexa. Epidemiología. La enfermedad puede tener alguna de estas presentaciones: aguda sintomática, aguda asintomática, crónica y congénita. Sólo los miembros de la familia Felidae (gatos y otros felinos) son los huéspedes definitivos. Los demás huéspedes, así como el ser humano son huéspedes intermediarios en la cadena biológica del parásito. La vida del parásito en el gato incluye un ciclo enteroepitelial con una división sexuada y otra asexuada intracelular. La infección en el hombre y en los animales ocurre, generalmente, por ingestión de quistes tisulares viables en carnes crudas o mal cocidas (en el caso de los gatos, por consumo de huéspedes secundarios como ratones y ratas que albergan quistes), o bien por ingestión de ooquistes infectivos eliminados con las heces de los felinos, a través del suelo y agua contaminados. Se ha descrito, asimismo, la incidencia de la toxoplasmosis en diversos animales salvajes de nuestro país, lo que indicaría que la enfermedad circula activamente en distintos hábitats 2 . Signos clínicos. La toxoplasmosis clínica es comúnmente reportada en gatos, siendo la fiebre persistente, la ictericia terminal, la leucopenia, los desórdenes oculares, pulmonares, hepáticos, neurológicos, gastrointestinales y musculares, los hallazgos más consistentes. Los gatos jóvenes son más susceptibles a la forma aguda de la enfermedad, y observan períodos extendidos de elevadas temperaturas refractarios a la medicación, acompañados de letargia, anorexia y disnea. Los síntomas pueden semejar, ocasionalmente, un distress respiratorio (sin tos) por la progresiva bronconeumonía, una severa enteritis, u ocasionalmente, una miocarditis, pancreatitis, hepatitis o linfoadenitis abdominal (Nelson Couto, 1998). A veces, la toxoplasmosis digestiva en los gatos ascíticos está asociada a la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF Toxoplasma en embarazadas. ¿Cuáles son las probabilidades de que contraiga esta infección y de transmitírsela a mi bebé? Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) calculan que solo alrededor del 15 por ciento de las mujeres en edad fértil son inmunes a la toxoplasmosis (es decir, no pueden contagiarse). Por suerte, son relativamente pocas las mujeres que contraen la enfermedad durante el embarazo y no todas transmiten la infección a sus bebés. La posibilidad de que tu bebé contraiga la infección aumenta a medida que tu embarazo avanza. Si te infectas con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que tu bebé también se infecte

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Etiología.

Toxoplasma gondii es un protozoo ubicuo de los animales de sangre caliente, donde la infección crónica es frecuente y la infección reciente raramente es bien diagnosticada. Se trata de un parásito intracelular obligado perteneciente al orden Coccidia y al Phyllum Apicomplexa.

Epidemiología.

La enfermedad puede tener alguna de estas presentaciones: aguda sintomática, aguda asintomática, crónica y congénita. Sólo los miembros de la familia Felidae (gatos y otros felinos) son los huéspedes definitivos. Los demás huéspedes, así como el ser humano son huéspedes intermediarios en la cadena biológica del parásito.

La vida del parásito en el gato incluye un ciclo enteroepitelial con una división sexuada y otra asexuada intracelular.

La infección en el hombre y en los animales ocurre, generalmente, por ingestión de quistes tisulares viables en carnes crudas o mal cocidas (en el caso de los gatos, por consumo de huéspedes secundarios como ratones y ratas que albergan quistes), o bien por ingestión de ooquistes infectivos eliminados con las heces de los felinos, a través del suelo y agua contaminados. Se ha descrito, asimismo, la incidencia de la toxoplasmosis en diversos animales salvajes de nuestro país, lo que indicaría que la enfermedad circula activamente en distintos hábitats2.

Signos clínicos.

La toxoplasmosis clínica es comúnmente reportada en gatos, siendo la fiebre persistente, la ictericia terminal, la leucopenia, los desórdenes oculares, pulmonares, hepáticos, neurológicos, gastrointestinales y musculares, los hallazgos más consistentes. Los gatos jóvenes son más susceptibles a la forma aguda de la enfermedad, y observan períodos extendidos de elevadas temperaturas refractarios a la medicación, acompañados de letargia, anorexia y disnea. Los síntomas pueden semejar, ocasionalmente, un distress respiratorio (sin tos) por la progresiva bronconeumonía, una severa enteritis, u ocasionalmente, una miocarditis, pancreatitis, hepatitis o linfoadenitis abdominal (Nelson Couto, 1998). A veces, la toxoplasmosis digestiva en los gatos ascíticos está asociada a la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF

Toxoplasma en embarazadas.

¿Cuáles son las probabilidades de que contraiga esta infección y de transmitírsela a mi bebé?Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) calculan que solo alrededor del 15 por ciento de las mujeres en edad fértil son inmunes a la toxoplasmosis (es decir, no pueden contagiarse). Por suerte, son relativamente pocas las mujeres que contraen la enfermedad durante el embarazo y no todas transmiten la infección a sus bebés. 

La posibilidad de que tu bebé contraiga la infección aumenta a medida que tu embarazo avanza. Si te infectas con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que tu bebé también se infecte es de aproximadamente el 15 por ciento. El riesgo aumenta a alrededor del 30 por ciento si contraes la infección durante el segundo trimestre y al 60 por ciento durante el tercero. 

Sin embargo, aunque el índice de transmisión de la infección es mayor en las últimas etapas del embarazo, la toxoplasmosis tiene más posibilidades de ser más grave para tu bebé, si este se infecta durante el primer trimestre del embarazo. 

También existe un pequeño riesgo de infectar al bebé si contraes la infección unos pocos meses antes de quedar embarazada. Si sabes que has contraído la infección recientemente, es buena idea, según algunos expertos, que esperes 6 meses antes de intentar quedar embarazada. 

¿Cómo se transmite la toxoplasmosis?

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Los expertos creen que alrededor del 50 por ciento de las infecciones de toxoplasmosis se producen por comer carne infectada cruda o poco cocinada. No obstante, también puedes contraer el parásito de otras formas, como por ejemplo, si comes frutas o vegetales frescos contaminados, bebes agua contaminada, o tocas tierra contaminada, arena de la caja de un gato o carne que esté infectada y después te tocas la boca, la nariz o los ojos. 

La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un transplante de un órgano de una persona infectada. 

¿Tengo que deshacerme de mi gato?No. Seguramente habrás oído decir que las heces de un gato son una fuente importante de toxoplasmosis, pero eso no quiere decir que tienes que deshacerte de tu gato. Pero sí que tendrás que observar algunas precauciones extra. 

Los felinos son un refugio natural para este parásito, que se reproduce en sus intestinos. Un gato puede infectarse con toxoplasmosis al comer presas infectadas o carne que no se ha cocinado lo suficiente, o al beber leche no pasteurizada o agua contaminada. 

Los parásitos forman ooquistes en la tripa del gato y el gato excreta millones diariamente durante un periodo de hasta 3 semanas después de haberse infectado. (Los ooquistes no se pueden apreciar a simple vista, por lo que probablemente no tendrás ni idea de que tu gato está enfermo). 

Los ooquistes se vuelven infecciosos alrededor de 24 horas después de haber sido excretados. Bajo las condiciones idóneas, pueden vivir en la tierra, la arena o la caja de arena del gato y seguir siendo infecciosos hasta 18 meses. Durante este tiempo se esparcen, contaminando el agua, la fruta y los vegetales e infectando a las especies de sangre caliente que los comen, incluidos los seres humanos. 

Así que, aunque es posible infectarse con ooquistes que tienen toxoplasma a partir del contacto directo con las heces de un gato (por ejemplo, al limpiar la caja de arena de un gato que se ha infectado recientemente), también puedes estar expuesta a ooquistes en otro lugar (por ejemplo, al trabajar en el jardín, al comer vegetales sin lavar o al beber agua contaminada). 

¿Cómo puedo evitar infectarme si tengo un gato en casa?Aquí tienes algunas pautas que te serán de utilidad si tienes un gato:

Haz que otra persona limpie su caja de arena, y que lo haga a dirario. Esto reduce el riesgo de infección porque los ooquistes no son infecciosos las primeras 24 horas después de haber sido excretados. Si no tienes otra alternativa que hacerlo tú misma, utiliza guantes desechables y después lávate bien las manos. Algunos expertos incluso sugieren utilizar una máscara, en caso de que alguna partícula sea transportada por el aire al mover la arena.

Para evitar que tu gato se infecte mientras estás embarazada, aliméntalo con comida especial para gatos o con restos de comida bien cocidos, nunca con carne cruda o poco hecha.

Mantén a tu gato dentro de tu casa, de manera que no cace presas que puedan estar infectadas, como por ejemplo, ratones o pájaros. (De todos modos, recuerda que es posible que el gato atrape un ratón dentro de la casa).

Mantén al gato lejos del mostrador de la cocina y de la mesa en donde comes. Si bien es poco probable que el gato tenga parásitos en el pelo, es aconsejable que te laves las manos después de jugar con él,

especialmente antes de comer. No traigas un gato nuevo durante tu embarazo ni juegues con gatos de la calle.

¿Qué riesgos corro al comer carne?Aunque los gatos son los únicos animales que transmiten este parásito a partir de sus heces, otras especies infectadas albergan el parásito en sus tejidos de forma permanente, en los llamados "quistes de tejidos". La carne de cerdo, de cordero y de presas de caza son las que albergan este parásito con más frecuencia, pero cualquier tipo de carne puede estar infectada, por lo que siempre debe cocinarse y manipularse adecuadamente. 

El calor mata a los parásitos, pero si comes carne cruda o poco cocida (o la tocas y después te tocas la boca, la nariz o los ojos), puedes infectarte con estos quistes de tejidos. 

Aquí tienes las pautas para preparar la carne de forma segura: 

Congela la carne unos días antes de cocinarla. Esto reducirá las posibilidades de una infección, aunque no las eliminará por completo. Cocina bien la carne. Esta es la única forma de asegurarse de eliminar la toxoplasmosis. Utiliza un termómetro de alimentos para

verificar la temperatura interna de la carne. La mayoría de las carnes se deben cocinar a una temperatura de 160 grados Fahrenheit (71 Celsius), o 180 grados F en el interior del muslo en el caso de la carne de ave (82 grados C). Si no tomas la temperatura de la carne, cocínala hasta que desaparezca el color rosado del medio. No pruebes la carne que estás cocinando antes de que esté bien cocida.

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Evita la carne curada en sal o ahumada, como el salami y el prosciutto, a menos que primero los calientes hasta que humeen. Por ejemplo, no hay riesgo si se cocinan en una pizza. Tampoco comas carnes secas como el charqui (o Jerky), ya que pueden no haber recibido suficiente calor durante el proceso de secado.