TOCA CIVIL No. 125/2016 MAGISTRADO PONENTE: …pjec.gob.mx/sentencias/516SP1342016.pdfTOCA CIVIL...
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
TOCA CIVIL No. 125/2016
MAGISTRADO PONENTE:
LIC. GABRIEL AGUILLÓN ROSALES.
SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA:
LIC. DANIEL ABRAHAM GONZÁLEZ ESQUIVEL
Saltillo, Coahuila de Zaragoza, a siete (07) de junio de dos mil
dieciséis (2016).
V I S T O para resolver el toca civil número 125/2016, formado
con motivo del recurso de apelación interpuesto por ********** y
**********, en contra de la sentencia definitiva de fecha tres (03)
de febrero de dos mil dieciséis (2016), dictada por el Juez
********** de Primera Instancia en Materia Civil del Distrito Judicial
de Río Grande, con residencia en la ciudad de Piedras Negras,
Coahuila, dentro de los autos del expediente número **********,
relativo al juicio ordinario civil reivindicatorio promovido por
**********, albacea de la sucesión a bienes de **********o
**********, en contra de los recurrentes; y,
R E S U L T A N D O:
I. La sentencia recurrida en apelación concluyó con los siguientes
puntos resolutivos:
“…PRIMERO. Este Juzgado es competente para conocer y
resolver el presente juicio.- SEGUNDO. Procedió la Vía Ordinaria
Civil intentada y tramitada.- TERCERO. La parte actora **********,
en su carácter de albacea de la sucesión a bienes de ********** o
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**********, justificó su derecho para obtener la reivindicación del
inmueble ubicado en calle ********** número **********, de la
********** de esta ciudad, al norte mide ********** metros y colinda
con la calle **********; al sur mide ********** metros y colinda con
predio a nombre de **********; al oriente mide ********** metros y
colinda con predio a nombre de ********** y al poniente mide
********** metros con calle **********, inscrito en el Registro
Público de la Propiedad de esta ciudad bajo la partida **********,
folios del ********** al ********** del tomo **********, sección de la
propiedad, de fecha ********** de ********** de **********; y aunque
los codemandados ********** y **********, se excepcionaron, no
lograron desvirtuar la acción intentada por la parte actora; en
consecuencia:- CUARTO. Se condena a los codemandados
********** y **********, a entregar a la parte actora **********, en su
carácter de albacea de la sucesión a bienes de ********** o
**********, el inmueble que se señala en el resolutivo precedente,
debiéndose entregar el mismo, juntamente con sus accesiones
en los términos prescritos por el Código Civil.- QUINTO. Se
absuelve a los codemandados ********** y **********, del pago de
la prestación reclamada por la actora en su escrito inicial de
demanda, consistente en el pago de los frutos y de los daños y
perjuicios.- SEXTO. Se condena a los codemandados **********
y ********** al pago de los gastos y costas originados en esta
instancia.- NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE…”
II. Inconformes con el fallo antes mencionado, ********** y
********** lo recurrieron en apelación, misma que les fue admitida
por el a quo en el efecto devolutivo mediante resolución de fecha
********** de ********** de dos mil **********.
Recibidos en esta Sala los autos originales de la primera
instancia, se formó el toca correspondiente y, sustanciado que
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fue el recurso, se citó a las partes para sentencia, la que hoy se
pronuncia; y,
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Conforme a lo dispuesto por el artículo 865 del
Código Procesal Civil vigente en el Estado, al resolver el recurso
de apelación el Tribunal de Alzada podrá revocar o modificar el
auto o la sentencia recurridos, si estima fundados los agravios de
los apelantes; o bien, confirmar la resolución apelada si
considera infundados dichos agravios.
SEGUNDO. Los agravios formulados por ********** y **********,
son del tenor literal siguiente:
“…AGRAVIOS
Al resolver el C. Juez ********** de Primera Instancia en Materia
Civil recurrido que la parte actora ********** en su carácter de
albacea de la Sucesión a bienes de **********o **********, justificó
su derecho para obtener la reivindicación del inmueble ubicado
en calle ********** no. ********** de la ********** de esta ciudad, que
al norte mide ********** metros y colinda con calle **********, al sur
********** metros y colinda con predio a nombre de **********, al
oriente ********** metros y colinda con predio a nombre de
********** y al poniente mide **********metros con calle **********,
inscrito en el Registro Público de la Propiedad de esta ciudad
bajo la Partida **********, Folios del ********** al ********** (el
documento que se exhibe consta de más de 6 páginas), del Tomo
**********, Sección de la Propiedad de fecha ********** de **********
de ********** y que aunque los suscritos “codemandados” se
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excepcionaron, que no lograron desvirtuar la acción intentada por
la parte actora y en consecuencia condenar a los suscritos
“codemandados” a entregar a la parte actora **********, en su
carácter de albacea de la Sucesión a bienes de ********** o
**********, el inmueble que se señala en el resolutivo tercero y que
debía entregarse el mismo con sus accesiones en los términos
prescritos por el Código Civil y además condenar a los suscritos
al pago de los gastos y costas originados en la primera instancia,
vulnera por inobservancia lo dispuesto por los artículos
invocados del Código Procesal Civil del Estado, así como las
normas sustantivas del Código Civil del Estado, también
invocadas y en consecuencia las garantías de legalidad,
adecuada motivación y debida fundamentación que se
desprenden de los artículos 14 / 16 constitucionales, toda vez
que la definitiva que se recurre no es congruente con la demanda
y contestación y en general con las prestaciones deducidas
oportunamente por las partes y porque no se encuentra
debidamente fundada y adecuadamente motivada y esto es así
porque pretende motivar sus resolutivos en las consideraciones
que hace en la definitiva que se le combate, particularmente en
sus considerandos tercero, cuarto, quinto, sexto y séptimo de
dicha definitiva, incurriendo en los agravios que a continuación
se esgrimen:
Primero. En primero lugar al pretender el a quo sustentar sus
resolutivos en los considerandos tercero y cuarto de la resolución
que se le combate, en donde se refiere a las excepciones de falta
de legitimación de la parte actora con respecto a la parte
demandada y a la excepción de prescripción que hicimos valer
ante el juez de conocimiento, vulnera las normas procesales y
sustantivas invocadas, toda vez que considera que en nada se
agravia a los suscritos por analizar en primer lugar dichas
excepciones antes de estudiar los elementos de las acciones
ejercidas por la parte actora y basta con analizar las
consideraciones referidas para advertir con evidencia plena que
si se agravia a los suscritos porque es parte de supuestos falsos
para considerar que es indiferente analizar en primer lugar estas
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excepciones y con posterioridad las acciones y decimos que se
parte de supuestos falsos porque en primer lugar considera que
es intrascendente que se estudie las excepciones de falta de
legitimación y de prescripción adquisitiva de manera previa al
examen de los elementos de la acción reivindicatoria, que porque
si el juez advierte la procedencia de alguna de las mismas, por
simple economía procesal puede abstenerse de estudiar la
acción, la cual no podría prosperar por haber quedado
desvirtuada con tales defensas jurídica (sic) y que devendría
ocioso el examen de la acción reivindicatoria y asevera que la
forma y orden en que el sentenciador lleve a cabo el análisis de
los elementos del proceso para absolver o condenar, no irroga
perjuicio a los intereses del demandante, que porque éste solo
se podría ocasionar su se declarara procedente una acción o
excepción sin estar probada ni fundada y no está en lo correcto
con estas aseveraciones porque como se dijo con anterioridad,
parte de diversos supuestos falsos. Efectivamente, para llegar a
esta consideración a fojas dos primera parte del a-quo partió el
supuesto de que los suscritos reconvinieron la prescripción
adquisitiva del inmueble objeto del procedimiento, e
indudablemente que lógica y procesalmente es muy diferente la
situación del demandado en reivindicación cuando el demandado
reconviene la prescripción positiva a quien intenta la acción
reivindicatoria, o cuando el demandado no reconviene la
prescripción positiva, sino únicamente se excepciona con la
prescripción positiva, pero además la diferencia procesal y lógica
más se acentúa si cuando, como en el caso, no solo resulta falso
que se hubiese contrademandado la prescripción adquisitiva,
sino que además al oponerse la excepción se puntualizó que no
se aceptaba que el actor estuviese legitimado para demandar a
los suscritos, que no acreditaba la propiedad del inmueble cuya
reivindicación pretendía, que no identificaba ningún inmueble,
que no había identidad entre el inmueble del cual decía ser
propietario y el inmueble que pretendía reivindicar y que no
exhibía un título fundatario (sic) de su acción apto, de donde se
advierte que ni aún en tratándose de la excepción (puesto que
resulta falso que hubiese reconvención), ésta no se opuso en
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forma lisa y llana, sino para el supuesto inadmisible por absurdo,
de que se pudiese considerar (que no debía considerarse y a
pesar de la falta de legitimación activa y pasiva), que la parte
actora acreditaba la propiedad de algún inmueble, que acreditase
la propiedad del inmueble que poseen los suscritos y que hubiese
identidad entre el inmueble a que se refiere la acción
reivindicatoria y el inmueble que no se identifica en el título, que
no es tal, por incompleto, borroso, con raspaduras e inservible y
por si ello no fuese suficiente, el aquo increíblemente asevera,
contra lo que obra en autos, que la suscrita y el suscrito en sus
escritos de contestación a la demanda, que opone las misma
(sic) excepciones, lo que es falso, pues basta con leer la
contestación de uno y de otro para advertir con evidencia plena
que son diferentes las contestaciones y en consecuencia las
posturas procesales de los demandados y así tenemos que la
suscrita hizo valer también a manera de falta de legitimación de
la parte actora, la circunstancia cierta de que era falso que la
suscrita fuese co poseedora (sic) con el C. **********, destacando
que en el domicilio que menciona la parte actora y que pretende
“reivindicar”, no vive, ni convive la suscrita con dicha persona,
que la suscrita no comparte dicho domicilio, ni dicha posesión
con ********** e hice valer la suscrita que en los términos del
código procesal civil del estado al haber sido emplazada la
suscrita con la demanda inicial, sin que a la misma se hubiese
hecho cambio alguno y que una vez emplazada la suscrita no le
era dable a la parte actora modificar su demanda y además se
hizo valer la circunstancia cierta de que además de que no podía
cambiar su demanda la parte actora , (sic) cuando pretendió
modificarla, únicamente modificó la demanda inicial en la parte
en donde se contiene el nombre de la persona a quien demanda,
más no cambio los hechos de la misma, siguió considerando la
parte actora, que el mencionado ********** era co poseedor (sic)
de la casa marcada con el número ********** por la calle **********,
********** de esta ciudad, y sin embargo el juez del conocimiento
pasa por alta estas cuestiones fundamentales para conformar la
litis y para definir la legitimación activa y positiva y por ello
paladinamente asevera que dizque como se reconvino la
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prescripción adquisitiva y como la parte actora después de más
de un año de haber demandado, dizque “corrigió” el nombre del
codemandado y que a pesar de que en virtud de la corrección del
nombre, se emplazó al diverso codemandado ********** después
de un año de haber emplazado a la suscrita, que por ello, podía
tranquilamente estudiar en primer término las excepciones
mencionadas sin que le parara (sic) perjuicio a la suscrita y no
está en lo correcto porque tergiversa la litis, porque al no existir
la reconvención, al no deberse considerar modificación alguna a
la demanda por lo que respecta a la suscrita, indudablemente
que debió en primer lugar conformar debidamente la litis en el
presente juicio, considerar que respecto de la suscrita
únicamente se podría considerar la demanda como aparece en
el escrito inicial, que no hubo reconvención alguna y que en esa
virtud atendiendo a la forma y términos en que se hizo valer la
excepción de prescripción y la falta de legitimación, debió
estudiar en primer lugar los elementos de la acción
reivindicatoria, si estaba o no legitimada la parte actora para
demandar conjuntamente a ********** y a ********** como
supuestos coposeedores del inmueble que pretende reivindicar,
debió estudiar en primer lugar si el documento fundatario (sic) de
la acción tienen o no tienen valor alguno en atención a que es
inoponible ante la suscrita, además de que es inservible como
título de propiedad y en atención a que por imperativo procesal
es con la demanda inicial con la que se deben cumplir estos
requisitos y muy destacadamente el de exhibir el documento
fundatario (sic) de la acción y de haber considerado todo esto,
indudablemente que el a quo hubiese advertido que en primer
término debía analizar los imperativos procesales para que
pudiese considerarse y en su caso analizarse las acciones
ejercitadas por la parte actora y esto adquiere relevancia si se
advierte que de las normas sustantivas invocadas, no se puede
molestar a la suscrita en sus posesiones y derechos si no a virtud
de mandamiento escrito de autoridad competente que funde y
motive la causa legal del procedimiento, es decir la suscrita
debe continuar en posesión, independientemente de la calidad
de su posesión, originaria o derivada, si quien pretende que se le
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moleste en virtud de un juicio reivindicatorio, no cumple con los
imperativos procesales para intentar dicho juicio, como no se
cumplieron en la especie, independientemente de que la suscrita
acredite o no en juicio su mejor derecho para poseer. Cabe
señalar que conforme al artículo 387 Segundo Párrafo del Código
Procesal Civil del estado (sic), como lo hace valer la suscrita, una
vez que el emplazamiento se ha efectuado la demanda no puede
modificarse o alterarse; que conforme a la Tesis de
Jurisprudencia 27/91, aprobada por nuestro más alto tribunal por
unanimidad de votos en los Amparos 1331/88, 1350/88, 3280/89
y 1054/90 y 1476/90, Octava época, Registro 206999, Fuente
Semanario Judicial de la Federación Tomo VII, Mayo 1991,
Materia Común, Tesis Tercera/J.2791, Página 49, conforme a
esta jurisprudencia y conforme a lo dispuesto por los artículos
197 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, debe
negarse valor probatorio a los documentos ilegibles, en virtud de
que el juzgador está imposibilitado para examinar su contendido,
como en la especie, efectivamente el que pretende ser
documento fedatario de la acción, como se reconoce por el a quo,
resulta ilegible; asimismo también se hace evidente el agravio
contenido en este apartado si advertimos que conforme al
artículo 1741, todo poseedor, como la suscrita,
independientemente de que tenga derecho o no a poseer, debe
ser protegido en su posesión contra toda lesión no autorizada por
el ordenamiento legítimo, lo que implica que no puede alterar las
situaciones posesorias sino procedimiento de derecho y si como
se aprecia en este agravio, resulta que por lo que hace a al
suscrita, la parte además de no estar legitimada para demandar
a la suscrita cuando le atribuye el carácter de poseedora con una
tercera persona, que después del emplazamiento a la suscrita,
pretende corregir su demanda, que no se exhibe un documento
fundatario (sic) de la acción que pueda ser legible y que pueda
ser útil para demandar en juicio reivindicatorio a la suscrita, que
se demanda molestar a la suscrita con la reivindicación respecto
de la posesión que tiene la suscrita sobre el inmueble en donde
tiene su domicilio conyugal y que después del emplazamiento se
pretende modificar la demanda puesto que en la demanda inicial
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se pretendió hacer valer en el capítulo de hechos, que el
inmueble que se pretendía reivindicar lo era el marcado con el
número ********** por la calle ********** en la ********** en esta
ciudad, que supuestamente mide **********metros por los lados
norte y sur y **********metros por los lados oriente y poniente y
que se encuentra inscrito en el Registro Público de la Propiedad
bajo la Partida **********, Folio ********** al **********, Tomo
**********, Sección de la Propiedad, de fecha ********** de *********
de ********* y como con esa demanda se emplazó a la suscrita,
cuando contestó la suscrita entre otras cosas destacó que el
inmueble que se pretende reivindicar no coincide en lo absoluto
con el inmueble inscrito bajo la partida ********** de ********** de
********* de ********** en el Registro Público de la Propiedad, que
este seguro es un inmueble que se identifica con el número
********** por la calle **********, no con el número ********** y que
además tiene otras medidas y colindancias, pues este segundo
inmueble mide ********** metros ********** centímetros de fondo
por ********** metros ********** centímetros de frente, es decir que
es un inmueble muy diferente al que se pretende reivindicar
(independientemente de que no se exhibió un documento
fundatario (sic) de la acción o el que se exhibió es ilegible) y la
parte actora pretendió después de emplazada la suscrita
(además de cambiar el nombre de uno de los demandados)
también pretendió cambiar en este aspecto su demanda,
argumentando que la numeración de la calle, sin decir cuál calle,
fue cambiada, luego asevera en su modificación que no
coinciden tampoco las medidas y colindancias, que porque
supuestamente hubo una compraventa que dice se hizo de
********** metros por ********** metros respecto de dicho bien, sin
decir de cual bien, sin tampoco señalar de cuál de las 4
colindancias o medidas se tomaron 0 metros y de cual otra
medida o colindancia se tomaron 14 metros para hacer la venta
de 10 metros por 14 metros y luego asevera que ésta
modificación sustancial a la demanda (en cuánto a quiénes se
deben considerar como legitimados pasivamente y en cuanto al
bien inmueble que pretende reivindicar) la va a acreditar en el
juicio con una prueba pericial y de haber advertido el a quo, que
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una vez emplazada la suscrita, no podía modificarse la demanda
y que la litis se conforma únicamente con los escritos de
demanda y contestación, conforme a las normas y criterios
jurisprudenciales invocados, hubiese considerado y además
resuelto que en atención a todo ello, no se podía molestar a la
suscrita en su posesión puesto que el actor no cumplió con los
imperativos procesales invocados e indudablemente que en
primer lugar debió haber estudiado los elementos constitutivos
de la acción reivindicatoria, conformando adecuadamente la litis,
considerando debidamente el litis consorcio pasivo necesario y
estudiando si se exhibió o no y si era válido o no el documento
fundatorio de la acción reivindicatoria y debió considerar que esto
es de trascendental importancia puesto que la suscrita no debía
ser molestada, ni debe ser molestada en su posesión si
previamente no se cumple con los imperativos procesales
invocados, en atención a que con la acción reivindicatoria
precisamente se pretende quitarle la posesión a la suscrita del
inmueble marcado con el número ********** por la calle **********
que es el que posee y en donde tiene su domicilio conyugal, cabe
señalar que éstas consideraciones además las han sostenido
nuestro más alto tribunal en los criterios que más adelante se
transcriben, que puntualmente se expresan destacando como lo
hace el Código Procesal del Estado que la litis se integra con los
hechos indicados en la demanda y su contestación, más no
conforme a las pruebas que se ofrezcan en el juicio, que de una
interpretación sistemática de las leyes adjetivas se advierte que
la litis se integra únicamente con los escritos de demanda y
contestación, que en consecuencia es improcedente la
ampliación de la demanda cuando el actor la efectúa después de
integrada la litis porque el requisito de que la actora exprese en
la demanda los hechos fundatorios de su petición, numerándolos
y narrándolos sucintamente, obedece a la necesidad de que el
demandado tenga conocimiento de ellos y esté en aptitud de
preparar su contestación, esto atendiendo a las garantías
constitucionales de audiencia y de defensa y que por ello no es
permisible al actor que en escritos posteriores a la demanda
modifique los hechos fundatorios de su petición, adicionándolos
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o modificándolos que permitirlo altera los términos de la
controversia sin audiencia del demandado, que a no ser que se
trate de acciones, excepciones o pruebas supervinientes (sic)
ejercitadas y ofrecidas con la debida oportunidad, el tribunal no
está en posibilidad de examinar los hechos que se adicionen o
introduzcan extemporáneamente por el actor, pues en caso
contrario se deja al demandado en estado de indefensión;
asimismo, y a pesar de lo que hizo valer la suscrita en su
contestación y como consta en autos, resulta que indebidamente,
el a quo consideró probado el primer elemento de la acción
reivindicatoria cuando (independientemente de que no debió
tomar en cuenta la ampliación o aclaración a la demanda) de
acuerdo con el estudio que indebidamente efectuó, lo que
realmente declaró probado con un título ilegible, es que
supuestamente la actora es dueña del predio al que se pretende
referir el título ilegible, discordante en superficie, medidas y
colindancias del descrito en la demanda como reclamado, lo que
implica que no examinó, ni agotó el análisis del elemento
propiedad de la reivindicación, pues este elemento se refiere a la
prueba de que el actor es dueño del predio que reclama al
demandado y no solo de que lo es del inmueble al que se
pretende referir el titulo (sic) ilegible, pues pueden ser distintos,
máxime si se advierte que en la modificación de la actora en su
demanda, trata de explicar (la diferencia entre el inmueble a que
se refiere el título ilegible y el inmueble objeto de reivindicación)
que el causante del comprador vendió una parte del inmueble a
que se pretende referir el título más no exhibe el título que
ampare la venta de dicha parte del inmueble al que se pretende
referir el título ilegible que pretende ser fundatorio de la acción,
por lo que no se puede considerar acreditado el elemento de
propiedad sobre el inmueble objeto de reivindicación; asimismo
la necesidad jurídica de haber estudiado en primer lugar los
elementos de la acción reivindicatorio antes de las excepciones,
por tratarse de una acción que pretende desposeer de un
inmueble, se desprende la circunstancia de que para que
proceda esta acción, el documento fundatorio de la acción, que
debe exhibirse con la demanda inicial, debe estar íntegro, la
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inscripción o transcripción de la escritura correspondiente debe
ser completa y si no es así, como era el caso, se debe concluir
que con el documento fundatorio de la acción, la actora no
acredita ser propietaria del predio controvertido, resultando por
lo mismo ineficaz para comprobar tal posesión originaria la
confesión (supuesta en la especie) que pudiera considerarse de
la contraria al respecto (pues el criterio que invoca el a quo como
se desprende del mismo se aplica al caso de que el demandado
en el principal demando a su vez la prescripción adquisitiva del
inmueble controvertido) y si bien el a quo consideró que la
suscrita contra demandó la prescripción adquisitiva, ni aún si
hubiese sido cierto ello que no lo es, de esto no se puede
desprender, como indebidamente lo hace el a quo, que queda
acreditado el primer elemento de la acción reivindicatoria y si ni
aún contrademandando la prescripción adquisitiva se puede
desprender que se acredita la propiedad del inmueble como
primer elemento de la acción o la identidad del bien como
segundo elemento, menos se puede concluir esto si no se
contrademandó la prescripción adquisitiva, si como el caso se
opuso la excepción de prescripción y mucho menos si la
excepción de prescripción se opuso para el supuesto inadmisible
de que se llegase a estimar que el actor acreditó los elementos
de la acción reivindicatoria, de donde se advierte objetivamente
que el a quo debió haber estudiado en primer término los
elementos de la acción reivindicatoria antes de nuestras
excepciones y precisamente estas consideraciones se
fundamentan también en el criterio sostenido por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación visible en la Novena Época,
Registro 205167, Tribunales Colegiados, Semanario Judicial de
la Federación, Tomo 1, Mayo 1995, Materia Civil, Tesis VI,
Segundo 15C, Página 329; por otra parte se hace más evidente
este agravio si se advierte que cuando, como en la especie, el
actor no acompaño con su demanda reivindicatoria un título
suficiente, puesto que acompañó uno ilegible, resulta como se
hizo valer en la contestación a la demanda, que no era suficiente
que dijera el actor que era propietario del predio que trata de
reivindicar, sino que debía de demostrar con el documento
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fundatorio de su acción y exhibirlo con su demanda, lo que no
hizo, que efectivamente era el propietario y si exhibió un título
insuficiente, no le era dable tratar de demostrar ello desahogando
nuevas pruebas en el juicio, si su título era ilegible y trató de
compaginar su título ilegible con su pretensión reivindicatoria
modificando su demanda, lo que no es permitido, menos lo es
dable con diversas pruebas pretender enmendar su título
insuficiente, máxime cuando por la finalidad de su acción, se
pretende despojar a la suscrita de la posesión que viene
disfrutando sobre un inmueble y al no haberlo considerado así el
a quo, si no por el contrario considerar que el título insuficiente
se convalidaba con unas pruebas (aunque tampoco se
convalidó) agravia al suscrito, este criterio también lo sostienen
los tribunales federales del Poder Judicial de la Federación en
los Amparos directos 69/95, 466/93, 334/91, 42/90 del Segundo
Tribunal Colegiado del Sexto Circuito y 3030/96 del Tercer
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en
la Novena Época, Registro 205167, Tribunales Colegiados, Tesis
Aislada, Semanario Judicial de la Federación, Tomo 1 Mayo
1995, Civil, Tesis VII, Segundo, 15C, Página 329. De todo lo
antes expuesto se advierte con evidencia plena que no está en
lo correcto el a quo con haber considerado que no se agraviaba
a la suscrita si en primer término analizaba las excepciones de
falta de legitimación y de prescripción; por último y aún si le fuera
dable al a quo tratar de enmendar el título insuficiente que como
fundatorio de su acción exhibiera la actora con su demanda
inicial, que no le es dable como se vió (sic) en líneas anteriores,
aún así, no logra su cometido el juez del conocimiento, puesto
que indebidamente pretende complementar el título insuficiente
con la prueba de la inspección judicial, (la actora en su
ampliación dijo que complementaria su titulo (sic) con la prueba
pericial) que se desahogara en autos y basta con analizar dicha
probanza para advertir que no logra su cometido el a quo de
enmendar el título insuficiente de la parte actora, pues en el acta
contentica de dicha prueba de inspección, se advierte que
después de precisar que no se constituye en el juzgado **********
de Primera Instancia en Materia Civil en los autos del expediente
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**********, se asienta que teniendo a la vista el documento objeto
de inspección, el a quo da fe que el documento que tiene a la
vista es una escritura privada de **********, que contiene un
contrato de compraventa celebrado por un tercero **********,
vendedor y **********, compradora y lo importante al respecto
es que el a quo tiene que dar fe y da fe que no puede verificar
la autenticidad del documento que tiene a la vista objeto de
la prueba de inspección judicial, (sic) solo da fe de la fecha
que aparece en el documento y del lugar que lo es Piedras
Negras, Coahuila y que en la escritura, objeto de inspección, se
señala que lo que se vende es una finca urbana ********** de la
calle ********** de esta ciudad a favor de ********** y que la finca
urbana ********** referida mide ********** metros **********
centímetros de frente a la calle ********** por ********** metros
********** centímetros y que colinda al norte con la calle **********
de por medio con propiedad de **********, al sur propiedad de
**********, al oriente propiedad de ********** y al Poniente calle
********** de por medio con propiedad de **********, **********
destacando de esta inspección que además de que la a quo da
fe de que no se puede verificar la autenticidad del documento
objeto de la inspección, también da fe que dicho documento en
nada coincide con el documento a que se refiere la actora en su
demanda inicial objeto de reivindicación, pues no solo las
medidas son diferentes, en el que es objeto de reivindicación al
norte mide ********** metros y el de la inspección no dice cuánto
mide al norte, pero de ninguna manera puede ser la medida de
**********metros (el de la inspección habla de **********metros por
********** metros), la colindancia al norte en el documento objeto
de inspección lo es con ********** y en el predio objeto de
reivindicación no se da ningún colindante, sino solo la calle
**********; AL SUR (sic) en el que es objeto de reivindicación al
sur mide ********** metros y el de la inspección no dice cuánto
mide al sur, pero de ninguna manera puede ser la medida de
********** metros (el de la inspección habla de ********** metros
por ********** metros), la colindancia al sur en el documento
objeto de inspección lo es con ********** y en el predio objeto de
reivindicación lo es con **********; al Oriente en el titulo que es
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objeto de reivindicación al oriente mide ********** metros y el de
la inspección no dice cuánto mide al oriente y, en el que es objeto
de reivindicación al poniente mide ********** metros y el titulo
objeto de inspección lo es con propiedad del ********** y en el
predio objeto de reivindicación no se da ningún colindante, sino
solo la calle **********.
Tesis: II.3o.252 K Semanario Judicial de la Federación Octava Época 212281 73 de 126 Tribunales Colegiados de Circuito Tomo XIII, Junio de 1994 Página: 600 Tesis Aislada (Común) LITIS, INTEGRACION DE LA. La litis se integra con los hechos indicados en la demanda y su contestación, mas no conforme a los documentos anexos que se ofrezcan como prueba. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEGUNDO CIRCUITO. Amparo directo 1102/93. Arturo Martí Méndez. 23 de febrero de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: José Angel Mandujano Gordillo. Secretaria: Lidia López Villa. Tesis: 1a./J. 161/2005 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Novena Época 176248 1 de 1 Primera Sala Tomo XXIII, Enero de 2006 Página: 432 Jurisprudencia Civil LITIS EN EL JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. SE INTEGRA SÓLO CON EL ESCRITO DE DEMANDA Y SU CONTESTACIÓN. De una interpretación sistemática de los artículos 1061, 1069, 1327, 1399, 1400 y 1401 del Código de Comercio, se advierte que la litis en los juicios ejecutivos mercantiles se integra únicamente con el escrito de demanda -en el que la parte actora funda su acción- y con su contestación -a través de la cual el demandado funda sus excepciones y defensas-, lo que se conoce como litis cerrada. Lo anterior es así, en virtud de que al establecer el citado artículo 1400 que con el escrito de contestación a la demanda se tendrán por opuestas las excepciones que permite la ley y se dará vista al actor por tres días para que manifieste y ofrezca las pruebas que a su derecho convenga, es exclusivamente para que éste tenga la oportunidad de ofrecer las pruebas pertinentes para desvirtuar las excepciones planteadas, pero no para corregir o mejorar su escrito de demanda, pues ello generaría un desequilibrio procesal entre las partes. Contradicción de tesis 102/2005-PS. Entre las sustentadas por el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito. 19 de octubre de 2005. Mayoría de cuatro votos. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Carlos Mena Adame. Tesis de jurisprudencia 161/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha dieciséis de noviembre de dos mil cinco. Tesis: (sic)
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Semanario Judicial de la Federación Octava Época 228648 92 de 126 Tribunales Colegiados de Circuito Tomo III, Segunda Parte-1, Enero-Junio de 1989 Página: 450 Tesis Aislada Civil
LITIS, INTEGRACION DE LA. La litis no se integra conforme al contenido de las copias de los documentos que se presentan para el traslado, sino con los hechos consignados en los escritos de demanda y contestación. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEGUNDO CIRCUITO. Amparo directo 1465/88. Alfonso Laredo Serrano. 2 de febrero de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: Salvador Bravo Gómez. Secretario: Miguel Angel Arteaga Iturralde. Tesis: Semanario Judicial de la Federación Séptima Época 242085 119 de 126 Tercera Sala Volumen 37, Cuarta Parte Página: 19 Tesis Aislada (Civil, Común) DEMANDA, AMPLIACION IMPROCEDENTE DE LA, CUANDO EL ACTOR LA EFECTUA DESPUES DE INTEGRADA LA LITIS (LEGISLACION DEL ESTADO DE HIDALGO). El requisito de que la actora exprese en la demanda los hechos fundatorios de su petición, numerándolos y narrándolos sucintamente, como lo dispone la fracción VI del artículo 253 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Hidalgo, obedece a la necesidad de que el demandado obtenga conocimiento de ellos y de ese modo esté en aptitud de preparar su contestación, de hacer valer todo cuanto convenga a sus intereses en oposición a la pretensión del actor, de rendir las pruebas que estime pertinentes para excluir los hechos invocados por aquél, de hacer observaciones al extracto de la litis y de alegar en favor de su derecho. El ejercicio de tales derechos procesales atañe directamente a las garantías de audiencia y de defensa tuteladas por los artículos 14 y 16 constitucionales. En esta virtud, no es permisible al actor que en escritos posteriores a aquéllos con los cuales se integra la litis, modifique los hechos fundatorios de su petición, adicionándolos o introduciendo otros nuevos, porque autorizarlo a hacerlo alteraría los términos de la controversia sin audiencia del demandado, con privación de las oportunidades de ejercitar los derechos aludidos. Por ello, a no ser que se trate de acciones, excepciones o pruebas supervenientes ejercitadas y ofrecidas con la debida oportunidad procesal, el tribunal de alzada no está en posibilidad de examinar los hechos que se pretenden adicionar o introducir extemporáneamente por el actor, ya que en caso contrario dejaría al demandado en estado de indefensión. Amparo directo 3911/70. Alberta García Pérez. 7 de enero de 1972. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Mariano Azuela. Época: Novena Época Registro: 201628 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo IV, Agosto de 1996 Materia(s): Civil Tesis: III.1o.C.24 C Página: 621 ACCION REIVINDICATORIA. EL ELEMENTO PROPIEDAD DEBE REFERIRSE AL PREDIO QUE SE RECLAMA Y NO SIMPLEMENTE AL
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QUE MENCIONAN LOS TITULOS DEL ACTOR, CUANDO HAY DISCORDANCIA ENTRE AMBOS. Si el juzgador estimó probado el primero de los elementos de la reivindicatoria, pero, de acuerdo con el estudio que efectuó, lo que declaró probado sólo es que la actora es dueña del predio que describen sus escrituras, discordante en superficie, medidas y colindancias del descrito en la demanda como el reclamado, es inobjetable que dicho juzgador no examinó con ello y menos agotó el análisis del elemento propiedad de la reivindicación, pues éste se refiere a la prueba de que el actor es dueño del predio que reclama al demandado, y no sólo de que lo es del inmueble a que se refieren sus títulos, que pueden ser distintos. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO. Amparo directo 947/94. Nicolás Machado Rodríguez. 17 de octubre de 1995. Unanimidad de votos. Ponente: Héctor Soto Gallardo. Secretario: Felipe Alfredo Fuentes Barrera. Época: Novena Época Registro: 201859 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo IV, Julio de 1996 Materia(s): Civil Tesis: I.3o.C.107 C Página: 366 ACCION REIVINDICATORIA. LA PROPIEDAD DEL INMUEBLE OBJETO DE LA, DEBE DEMOSTRARSE CON EL TITULO RESPECTIVO O EN SU DEFECTO CON LA CERTIFICACION DE INSCRIPCION REALIZADA POR EL REGISTRO PUBLICO DE LA PROPIEDAD Y DE COMERCIO, EN LA QUE SE TRANSCRIBA TOTALMENTE ESE TITULO DE PROPIEDAD. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sustentado el criterio de que para que una certificación expedida por el Registro Público de la Propiedad y de Comercio, pueda acreditar la propiedad de un bien que se pretenda reivindicar, es necesario que en la misma se transcriba el título de propiedad; tal como se desprende del contenido de la jurisprudencia denominada "ACCION REIVINDICATORIA. PRUEBA DE LA PROPIEDAD MEDIANTE COPIAS DEL REGISTRO"; por lo tanto, necesariamente debe concluirse en que cuando se ejercita la acción reivindicatoria es menester para acreditar la propiedad, que se exhiba el correspondiente título o en su defecto una certificación en la que esté transcrito totalmente ese documento, por lo que si en la certificación que se exhibe en un juicio, no aparece la transcripción íntegra de la escritura correspondiente, no puede considerarse que ese documento sea suficiente para acreditar que la parte accionante es propietaria del predio controvertido; resultando por lo mismo improcedente para comprobar tal posesión originaria la confesión de la parte actora, relativa a que demandó a su vez la prescripción adquisitiva del inmueble controvertido, pues ello no puede ser suficiente para tener por demostrado que los mismos son propietarios de la cosa que reclaman. Época: Novena Época Registro: 205167 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo I, Mayo de 1995 Materia(s): Civil Tesis: VI.2o.15 C Página: 329 ACCION REIVINDICATORIA. TITULO INSUFICIENTE. En el ejercicio de la acción reivindicatoria no basta que se diga que el reivindicante es propietario del predio que trata de reivindicar, sino que debe demostrarse que quien le transfirió la propiedad era a su vez propietario; por lo que si el actor no presenta con su demanda sino su escritura de última adquisición del inmueble objeto de la reivindicación, y no las de sus causantes
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aun cuando las exhiba después, no da oportunidad a la parte reo de defenderse con toda amplitud. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO. Amparo directo 69/95. Miguel Sánchez León. 23 de febrero de 1995. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: José Zapata Huesca. Amparo directo 466/93. Manuel Pascual Rosaliano. 22 de octubre de 1993. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: José Mario Machorro Castillo. Amparo directo 334/91. Abundio Quiroz Pérez. 4 de febrero de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Arnoldo Nájera Virgen. Secretario: Gonzalo Carrera Molina. Amparo directo 42/90. Pascual Lima Romero. 13 de febrero de 1990. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna. Época: Octava Época Registro: 206999 Instancia: Tercera Sala Tipo de Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo VII, Mayo de 1991 Materia(s): Común Tesis: 3a./J. 27/91 Página: 49 DOCUMENTOS ILEGIBLES. CARECEN DE VALOR PROBATORIO. Con fundamento en los artículos 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la materia de amparo, debe negarse valor probatorio a los documentos ilegibles, en virtud de que el juzgador está imposibilitado para examinar su contenido. Amparo en revisión 1331/88. Grupo Industrial Saltillo, S.A. de C.V. 24 de agosto de 1988. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Sergio Hugo Chapital Gutiérrez. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: María Estela Ferrer Mac Gregor. Poisot. Amparo en revisión 1350/88. Cifunsa, S.A. de C.V. 24 de agosto de 1988. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Sergio Hugo Chapital Gutiérrez. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: María Estela Ferrer Mac Gregor Poisot. Amparo en revisión 3280/89. Inmobiliaria Cim, S.A. 13 de agosto de 1990. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretaria: María Estela Ferrer Mac Gregor Poisot. Amparo en revisión 1054/90. Metales Naucalpan, S.A. de C.V. 22 de abril de 1991. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José Antonio Llanos Duarte. Secretario: Gerardo Domínguez. Amparo en revisión 1476/90. Inmobiliaria Inkelli, S.A. de C.V. 6 de mayo de 1991. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José Antonio Llanos Duarte. Secretario: Gerardo Domínguez. Tesis de Jurisprudencia 27/91 aprobada por la Tercera Sala de este alto Tribunal en sesión privada celebrada el trece de mayo de mil novecientos noventa y uno. Unanimidad de cuatro votos de los señores ministros: Presidente Salvador Rocha Díaz, Mariano Azuela Güitrón, Sergio Hugo Chapital Gutiérrez y José Antonio Llanos Duarte.
Segundo. Por lo que respecta al suscrito **********, en
atención a que se le agravia de manera semejante a como se
agravia a mi cónyuge cedemandada **********, en obvio de
repeticiones hago valer ante este tribunal de alzada las mismas
consideraciones que hace valer mi cónyuge codemandada, que
se contienen en el agravio inmediato anterior, el que solicito se
me tenga por reproduciéndolo en todos sus términos, con la
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aclaración de que en lugar de tener por expresando tales
consideraciones a **********, se tenga al suscrito y si bien al
suscrito se le emplazó a juicio después de la supuesta
modificación o aclaración de la demanda, como se le hizo ver al
C. Juez del conocimiento y se le hace ver a esa H. sala, resulta
que la única modificación que hizo a su demanda inicial la parte
actora fue en el sentido de manifestar que el nombre correcto y
completo del demandado ********** lo es el de **********, sin
embargo en todo lo demás la parte actora no cambia en lo
absoluto su demanda, las mismas pretensiones y los mismos
hechos en que pretende motivar sus pretensiones y en
consecuencia insiste en imputarle hechos a una tercera persona
de nombre ********** y no al suscrito, sobre todo que dicha
tercera persona es coposeedora con mi esposa codemandada
del inmueble que indebidamente pretende reivindicar, por lo que
hago mío y en obvio de repeticiones solicito se me tenga por
reproduciendo los agravios vertidos por mi cónyuge
codemandada en el apartado inmediato anterior.
Tercero. De haber advertido el a quo que en primer término
se debe analizar, incluso de oficio, la personalidad de las partes
y además que también se debe analizar la legitimación en la
causa, es decir que incluso antes de estudiar los elementos de
la acción y la supuesta reconvención, debió hacer un estudio de
estos imperativos procesales y no hacer el estudio, aunque
equivocado, en el considerando sexto de la resolución que se le
combate, pues no está en lo correcto, tanto por lo hecho valor
por los suscritos en el agravio primero y segundo de la presente
instancia, como por lo que en este agravio se hacer valer en
atención a que además de que en primer lugar debió de analizar
los imperativos procesales que aquí analizamos y no la supuesta
reconvención y falta de legitimación que estudia indebidamente
en los considerandos tercero y cuarto. Efectivamente considera
el a quo en este considerando sexto que son infundados los
argumentos que hacen valer los suscritos con relación
precisamente a la falta de personalidad de la promovente en su
demanda reivindicatoria y su falta de legitimación en la causa,
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cuando hicimos valer la circunstancia cierta de que el
documentos con el que ********** pretende acreditar estos
extremos, su carácter de albacea de la sucesión intestamentaria
a bienes de **********, puesto que con dicho carácter demanda
la reivindicación y entrega del inmueble, haciendo valer los
suscritos que la documentación que exhibe para acreditar estos
extremos no logra su cometido que además es inoponible dicho
documento a los suscritos, destacando que además de que
surge de un procedimiento no contencioso en donde los
suscritos no fuimos parte, a donde no fue llamada la suscrita, no
obstante que en mi carácter de heredera debí haber sido llamada
a aquél procedimiento no contencioso, en donde en términos de
los artículos 1084, 1085 y 1080del (sic) Código Procesal Civil del
Estado, debieron mandar notificar mediante cédula o correo
certificado la radicación de la denuncia del intestado,
precisamente a los hijos de la autora de la sucesión,
puntualizando que de lo que exhiba la promovente se
desprendía que la autora de la sucesión al momento de su
fallecimiento su estado civil lo era el de Viuda del Señor
**********, que constaba en autos, como consta, que la autora
de la sucesión y quien fuera su cónyuge ********** hubieron y
procrearon 7 hijos **********, **********, **********, **********,
**********, ********** y **********, todos de apellidos **********, que
precisamente a los hijos de la autora de la sucesión
mencionados, no se les llamo, ni notificó en forma alguna para
comparecer a dicho procedimiento, que como también constaba
en las documentales de mérito precisamente la suscrita es hija
de **********, éste último hijo de la autora de la sucesión, y
precisamente por lo haber citado a los hijos de ********** y
**********, la documental que exhibió la promovente para tratar
de acreditar estos imperativos procesales no eran eficaces para
tal efecto y que en consecuencia la documental no era oponible
a la suscrita y que además también constaba en autos que no
se llamó a la sucesión a los demás descendientes de la autora
de la sucesión, puntualizando quienes son esos descendientes
y con qué se acreditaron tales extremos, llamando la atención
que el propio juez que conoció de la sucesión de **********
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
reconoció que no citó a los hijos, descendientes de ********** a la
sucesión para que pudiesen actuar en la misma, ser declarados
herederos y nombrar la persona que consideren deba
representar a la sucesión y como se hizo valer por la suscrita la
carencia de estos imperativos procesales, ello fue objeto de
juicio y se acreditó la inoponibilidad del documento con el cual el
promovente pretendió acreditar los extremos imperativos
procesales invocados no sólo con los propios documentos que
exhibió la promovente, si no también con la prueba confesional
a cargo de la promovente, quien confesó expresamente ante el
a quo que sabía y tenía conocimiento que la autora de la
sucesión **********, que al momento de su fallecimiento su
estado civil era el de viuda del señor **********, confesó también
que sabía y tenía conocimiento que la autora de la sucesión y
********** procrearon 7 hijos que son los antes mencionados,
igualmente confesó la promovente que sabía y tenía
conocimiento que la suscrita es hija de **********, hijo de
********** y para que no queda duda de que se acreditó lo hecho
valer por la suscrita de la inoponibilidad del documento con el
que la promovente pretende acreditar los imperativos procesales
invocados, la promovente confesó que efectivamente, es cierto
que no fueron citados al juicio sucesorio en donde se ostenta
albacea la promovente, precisamente los hijos de ********** y
**********, antes mencionados, de donde resulta concluyente y
claro que la promovente además de no acreditar su personalidad
con las documentales que acompaño a su demanda, reconoció
en autos expresamente la inoponibilidad del documento con el
que pretende acreditar su personalidad, precisamente porque
se acredita sin lugar a dudas que en la sucesión intestamentaria
de ********** no se citó a los hijos de ********** y de su esposo
**********, que sus descendientes no pudieron haber celebrado
junta de herederos por no haber sido citados a aquel
procedimiento intestamentario y que siendo ese procedimiento,
no contencioso, no adquiere el carácter de cosa juzgada y no
puede ser oponible a quienes no participaron en él cuando como
en la especie se acredito que precisamente no participaron en la
sucesión intestamentaria los hijos descendientes de la autora de
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la sucesión y en consecuencia las pretensiones en el presente
juicio no se ejercitaron por la persona a quien la ley concede
facultades para ello y frente a la persona contra quien debe ser
ejercitada al demostrarse en este juicio, ante el a quo que es
inoponible ante la suscrita el documento con el que la
promovente pretende acreditar estos extremos, de donde se
advierte objetivamente que el a quo debió haber examinado en
primer lugar éstas cuestiones antes de considerar que la suscrita
hizo valer una supuesta reconvención relativa a la acción de
prescripción adquisitiva, por lo que indudablemente se agravia
por el a quo la suscrita.
Cuarto. Por lo que respecta a lo considerado por el a quo
en la resolución que se le combate cuando analiza los elementos
de la acción reivindicatoria, lo que hace en los considerandos
quinto y sexto de su propia resolución, después de considerar
indebidamente que primero estudia nuestra pretensión de una
supuesta e inexistente reconvención de prescripción adquisitiva
y además de una mala estudiada y considerada excepción de
prescripción positiva, como si se hubiese hecho valer ésta última
en forma lisa y llana, consideraciones falsas éstas que lo llevaron
a considerar que no afectaba a los suscritos estudiar en primer
lugar éstas supuestas pretensiones de los suscritos, lo que
resultó incorrecto como se vio en los agravios anteriores, en este
agravio se refutan las consideraciones del a quo que hace en
estos considerandos quinto y sexto. Efectivamente considera el
a quo que en primer elemento de la acción reivindicatoria
consistente en el propiedad del bien, que éste se encuentra
debidamente acreditado con la escritura privada del contrato de
compraventa de ********** de ********** de **********, con un
certificado de gravamen de ********** de ********** del ********** y
con la inspección judicial practicada por el a quo, considera que
éstas probanzas gozan de valor probatorio pleno y que dizque
justifican que ********** resulta ser la propietaria del inmueble que
pretende reivindicar, por lo que respecta del segundo y tercer
elemento de la acción, la posesión de la demandada de la cosa
perseguida y la identidad de la misma, también considera que se
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encuentran acreditados que porque los suscritos al contestar la
demanda que opusieron la excepción de prescripción adquisitiva
y que esto implica confesión en el sentido de que poseen el
inmueble reclamado, invocando un criterio de los tribunales
federales que robustece su equívoco de insistir en que los
suscritos por una parte reconvenimos la prescripción adquisitiva
y por otra parte que opusimos lisa y llana la excepción de
prescripción adquisitiva, siendo falso como se advierte de
nuestra contestación que los suscritos hubiésemos adoptado en
el sentido de que ésta excepción se oponía para el supuesto
inadmisible absurdo, de que se llegase a considerar que el
documento fundatorio de la acción que exhibiera la promovente
con su demanda tuviese algún valor, que ninguno tenía, que el
documento fundatorio de la acción pudiese referirse al inmueble
que pretendía reivindicar la promovente, que no se refería aquel
documento insuficiente, si no que se refería a otro bien, por todo
lo puntualizado en el segundo y tercer agravio y que los suscritos
no poseíamos el inmueble a que se pretende referir el
documento fundatorio de la acción que exhibe la promovente
con su demanda inicial y que la excepción de prescripción se
hacía valer en la forma puntualizada y no de manera lisa y llana
y menos contrademandamos la prescripción adquisitiva y
efectivamente el criterio que invoca el a quo precisa que lo
relevante en dicho criterio es cuando el demandado reconviene,
es decir demanda que tiene mejor derecho sobre los mismos
inmuebles por los que se ejercitó la acción reivindicatoria y que
en ese supuesto tal postura implica la identificación del
inmueble, lo que no sucedió en la especie. En el considerando
quinto el a quo considera que por lo que respecta al primer
elemento de la acción reivindicatoria, que este se encuentra
acreditado con la documental consistente en copia certificada de
diversas constancias relativas al expediente ********** del juicio
sucesorio intestamentaria a bienes de ********** que contiene la
escritura privada de compraventa de ********** de ********** de
**********, certificado de gravamen de ********** de ********** del
********** e inspección judicial practicada por el a quo en la
escritura privada a que se refiere, considerando que éstas
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probanzas tienen pleno valor y que de ellas obtiene que **********
celebró un contrato de compraventa respecto de la finca urbana
marcada con el número ********** por la Calle ********** en esta
ciudad, construida sobre un terreno que mide ********** metros
de frente a la calle ********** por ********** metros, con las
colindancias siguientes: al norte con propiedad de **********,
calle ********** de por medio, al sur con propiedad de ********** al
oriente con propiedad de ********** y al poniente con propiedad
de **********, calle ********** de por medio y sin más afirma que
con dichas pruebas se justifica que la sucesión de **********
resulta ser la propietaria del inmueble que pretende reivindicar y
no está en lo correcto toda vez que en el considerando sexto a
fojas 24 y 25 de su resolución reconoce que el documento
fundatorio de la acción, que exhibe la actora (de **********), en
alguna de sus hojas no presenta razón de continuidad, no se
atreve a decir que es un documento ineficaz, incompleto, con
raspaduras y enmendaduras, sin embargo al pretender,
oficiosamente, enmendarle la plana a la parte actora, no analiza
las pruebas que dice toma en cuenta, para tener por acreditado
el primer elemento de la acción reivindicatoria, no parte del
supuesto de que lo que se tiene que demostrar por el actor es la
propiedad sobre el inmueble objeto de reivindicación y el
documento de ********** de ********** de **********, objetivamente
no se refiere al inmueble objeto de reivindicación, el certificado
de libertad de gravámenes de ********** no se refiere al inmueble
al que se pretende referir el documento de **********, ni al
inmueble objeto de reivindicación, pero sobre todo la inspección
judicial practicada por el a quo, además de que no puede ser
considerada para tratar de sustituir o complementar el
documento que debió haber exhibido la actora con su demanda
inicial, de todas las suertes, resulta que analizando tal probanza
(quizá el a quo pensó que los suscritos no la iban a analizar), se
advierte que el juzgado del conocimiento a través de la
secretaria, que es la funcionaria que autoriza y da fe de los actos
del tribunal, que es la que llevó a cabo la diligencia que contiene
aquella inspección, hizo constar en la inspección referida que de
dicha inspección se advertía que no se podía verificar la
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autenticidad de dicho documentos de **********, de donde
resulta la falsedad del a quo al aseverar que con dicha
inspección judicial y la escritura de ********** y el certificado de
gravamen que menciona se acreditaba el primer elemento de la
acción reivindicatoria, si no que por el contrario tanto con el
documento de **********, que a regañadientes se acepta por el a
quo que no tiene razón de continuidad en alguna de sus hojas,
es decir que resulto incompleto, irregular e ineficaz y en
consecuencia por eso se desprende de la inspección que no se
puede verificar la autenticidad de dicho documento, destacando
además que de la inspección referida de ninguna manera se
puede concluir que el documento de ********** se refería al
inmueble objeto de reivindicación cuando el documento de
********** contiene una nomenclatura diferente al inmueble que
se pretende reivindicar, contiene medidas diferentes al inmueble
que se reprende reivindicar, contiene superficies diferentes al
inmueble que se reprende reivindicar, y contiene colindancias
diferentes al inmueble que se reprende reivindicar, además de
que resulta inentendible por todo esto, pero además tampoco
tomó en cuenta el a quo que no solo el documento de **********
y la inspección judicial que practicara el a quo desvirtúan la
consideración del a quo de que con estos documentos se
acredita el primer elemento de la acción reivindicatoria que
consiste en acreditar que quien ejercita esta acción es
propietario del inmueble que pretende reivindicar y no otro
inmueble, si no (sic) que además ignora el a quo que con la
confesional a cargo de la actora se robusteció a postura de los
suscritos en cuanto a que el documento fundatorio de la acción
reivindicatoria que intentara la actora, se refiere a una finca
marca con el numero ********** por la calle ********** que mide
********** por ********** metros, es decir que es diferente, que es
otro con relación al inmueble que pretende reivindicar, incluso
confiesa que el inmueble a que se refiere el documento
fundatorio de su acción, después de identificarse con el número
********** por la calle **********, que después cambio a **********
norte, pero sobre todo confiesa que efectivamente el documento
fundatorio de su acción se encuentra incompleto, con rapaduras
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
y enmendaduras, confesiones éstas que se pueden observar en
la diligencia que contiene el desahogo de la prueba confesional
a cargo de la parte actora, particularmente al absolver las
posiciones 6 y 7 del pliego respectivo, amén de que esta
confesión de que el documento es incompleto e ineficaz se
desprende del propio documento exhibido con la demanda
inicial, pero además, de la inspección resulta que respecto del
documento de **********, además de no poder certificar su
autenticidad, también se advierte que se refiere a un inmueble
no solo con diferente nomenclatura respecto del que se pretende
reivindicar si no también se refiere a un inmueble con diferentes
medidas, colindas y superficie y nada de ello considero el a quo
en la resolución que se le combate, si no que sin mayor
consideración, dogmáticamente asevera en el considerando que
analizamos que dizque con las probanzas puntualizadas se
acreditó la propiedad de la parte actora sobre el inmueble objeto
de reivindicación, llamando la atención que de haber estudiado
en su orden las pretensiones de las partes, es decir los
imperativos procesales o elementos de procedibilidad de toda
acción en primer lugar, en segundo término si se daban los
elementos de procedibilidad, estudiar los elementos de la acción
y solamente si se acreditaban los elementos de la acción
ejercitada, se estudiarían las excepciones, en primer lugar las
opuestas de manera lisa y llana y en última instancia las
opuestas de manera subsidiaria o para el supuesto inadmisible
de que se hubiesen acreditado todos los presupuestos
anteriores y sin embargo el a quo no sólo comenzó el estudio de
la parte final, si no como se desprende de los presentes
agravios, además lo hizo en forma equivocada y contra las
constancias de autos. En este considerando quinto al estudiar el
a quo los demás elementos de la acción reivindicatoria, la
posesión por la demandada de la cosa perseguida y la identidad
de la misma, en forma inaudita considera que dichos elementos
se encuentran acreditados, que porque los suscritos con sus
escritos de contestación opusieron la excepción de prescripción
adquisitiva y que esa postura procesal implica confesión de que
poseen el inmueble reclamado paladinamente concluyen que
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por ello se estima que se encuentre plenamente acreditado que
quienes poseen el inmueble objeto de reivindicación son los
suscritos y que en consecuencia deben asumir los suscritos las
consecuencias inherentes al ejercicio de la excepción de
prescripción adquisitiva y que éstas consecuencias son la
aceptación de la identidad del predio, así como el hecho de
poseer el mismo e invoca un criterio que no tiene nada que ver
con la litis en el presente juicio, que se refiere al caso de que el
demandado haga valer como excepción o como acción
reconvencional la prescripción adquisitiva y no esta en lo
correcto con esto, toda vez que como se ha hecho valer a lo
largo de los presentes agravios, es falso que los suscritos
hubiésemos contrademandado la prescripción adquisitiva, es
falso que hubiésemos opuesto la excepción de prescripción en
forma lisa y llana, es falso que hubiésemos adoptado la postura
de que a virtud de la prescripción adquisitiva nos convertimos en
propietarios de un inmueble propiedad de la parte actora cuya
reivindicación pretende, si no que por el contrario sostuvimos
con meridiana claridad que el documento en que pretende fundar
la acción prescriptiva la parte actora es ineficaz, contiene todos
los vicios tantas veces mencionados, que la actora es ineficaz,
contiene todos los vicios tantas veces mencionados, que la
actora debía con su demanda acompañar el documento eficaz,
completo en que fundara su pretensión, que no lo hizo y que si
se le llegaba a dar algún valor a dicho documento, que ninguno
tiene, que ese documento se refería a un inmueble diferente al
que pretende reivindicar, en nomenclatura, en medidas, en
colindancia, en superficie, etcétera, y no solo se dijo, si no (sic)
que además se acreditó como se ha insistido en los agravios
contenidos en esta instancia, de donde se advierte la falsedad
en las consideraciones del a quo y de donde se advierte porqué
indebidamente estructuró su sentencia iniciando sus
consideraciones aseverando que dizque hicimos valer la
reconvención y que dizque opusimos en forma lisa y llana la
prescripción, cuando de haber estudiado la litis en legal formal,
se insiste en que la conclusión hubiese sido muy diferente,
hubiese advertido en primer lugar que se dieron los
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
presupuestos procesales indispensables como fijado ha
quedado y ya no hubiese habido necesidad de analizar los
elementos de la acción y menos las excepciones y menos las
excepciones (sic) opuestas de manera subsidiaria, incluso si se
hubiesen dado los presupuestos o imperativos procesales, que
no se dieron, y hubiese analizado el a quo en primer lugar los
elementos de la acción y concluido como se concluye, que no se
acreditaron, no tenía por qué estudiar las excepciones.
Quinto. Por último y sin aceptar que el a quo legamente
pudiese ignorar el estudio de los presupuestos de la acción e
imperativos procesales como se plantea con anterioridad, sin
aceptar que esté correcto el a quo al considerar acreditados los
elementos de la acción de prescripción, como se vió en los
agravios precedentes, tampoco está en lo correcto cuando
analiza nuestras excepciones y defensa, pues en primer lugar la
falta de derecho y falta de acción se sustentó en la circunstancia
cierta de que además de que la parte actora propiamente se
refiere a 2 inmuebles diversos, incluso la propia prescripción
adquisitiva se hizo valer subsidiariamente precisamente porque
la postura procesal de los suscritos fue en el sentido de que el
inmueble que poseemos no es el inmueble al que se refiere el
título inservible que exhibiera la actora con su demanda inicial y
que en todo evento acreditaríamos que el inmueble que
poseemos, que es diferente al inmueble que dice la promoventes
es propietaria, sostuvimos que lo poseemos en calidad de
dueños desde hace más de 25 años y el a quo para desestimar
nuestras excepciones, particularmente analiza la prueba
testimonial que ofrecimos y desahogamos en autos,
considerando que de los testimonios rendidos al efecto, que no
se obtuvieron resultados favorables para los suscritos y después
de trascribir lo que declararon los testigos **********, **********,
********** y **********, concluye que con estas declaraciones, no
se justifica que el padre de la suscrita ********** el **********, le
hubiese donado a los suscritos el inmueble que poseemos los
suscritos y que el juez menciona como el inmueble cuya
excepción de usucapión se opone, considerando que el primer
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
testigo declaró que el ********** comentó que esa casa se la iba
a dejar a ********** y **********, que la segunda testigo declaró
que el inmueble se los dejó su papá a ********** y a su yerno, el
tercer testigo declaró que el papá de ********** llego a comentar
que esa casa era de su hija y el cuarto testigo declaro que
cuando se casó ********** con ********** ahí vivieron en esa casa
a partir de que se casaron, como en el 80 u ahí viven todavía y
que el Señor ********** le dijo a ********** que le iba a dar esa
para que ella ahí viviera, sin considerar el a quo con respecto a
este testimonio, por una parte sus respuestas completas, por
otra parte que se trata de personas que no son abogados, ni
peritos de lengua española que deponen sobre hechos
sucedidos hace más de 25 años, que son espontáneos y que en
todo caso llamaría a sospecha o falta de credibilidad si hubiesen
precisado, hora, día, mes y año en que sucedieron los hechos.
Efectivamente todos los testigos fueron claros, precisos y
contestes, dando razón fundada en su dicho, puntualizando en
sus respuestas destacadamente lo siguiente: que conocen a sus
presentes ********** y ********** desde hace más de 3 décadas,
que supieron que la autora de la sucesión fue la madre del padre
de la suscrita, que conocieron al padre de la suscrita, hijo de la
autora de la sucesión, también desde hacía más de 3 décadas,
que conocen el inmueble que poseen los suscritos que se
identifica con el número ********** por la calle **********,
independientemente de que no dan medidas exactas de dicho
inmueble, identifican el padre de la suscrita como ********** o
como el **********, señalan a que se dedicaba en vida, declaran
que los suscritos se casaron en el 80, lo que en palabras de los
testigos se entiende que se refieren al año e (sic) **********,
declaran que solo los suscritos hemos poseído el inmueble
marcado con el número ********** por la calle ********** y son
coincidentes en que saben lo que deponen porque por décadas
han sido vecinos de los suscritos, con palabras de ellos dicen que
saben que el padre de la suscrita le traspaso o dejo a la suscrita
y al suscrito el inmueble, declaran que en el inmueble que poseen
los suscritos, desde hace varias décadas únicamente los
suscritos lo vienen poseyendo, lo ubican por nomenclatura o por
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
las calles que circundan y sobre todo con sus palabras, sin lugar
a dudas, dan a conocer al juez del conocimiento que la posesión
del inmueble la tienen los suscritos porque el padre de la suscrita
se los dio a traspasó a los suscritos con motivo de su matrimonio
y si bien no son muy precisos en cuanto a las medidas, con
metros y centímetros y en cuando a la fecha exacta en que se
entró en posesión, el a quo debió considerar que por tratarse de
hechos sucedidos hace más de 25 años, resulta creíble que a
quien conoce tales hechos, en condiciones normales no puede
precisar la fecha, resulta creíble que los vecinos, como los
testigos, no sepan con exactitud las medidas de los inmuebles
contiguos a su casa habitación y que la credibilidad de los
testigos se desprende de que se expresan con su propio
vocabulario, que se entiende lo que expresan, que materialmente
están dando a conocer que desde hace varias décadas son
vecinos de los suscritos, que conocen el inmueble, señalan como
la adquirieron los suscritos, desde cuándo, independientemente
de que no expresan sus ideas con exactitud de un ingeniero,
abogado o perito en lengua, destacando que el a quo debió
considerar todo esto, de analizar los tetimonios (sic) en su
conjunto y no por separado, pues de haberlo hecho así hubiese
concluido que efectivamente los suscritos poseemos el inmueble
marcado con el número ********** por la calle ********** desde la
fecha y en la forma y términos en que lo mencionamos en
nuestras contestaciones a la demanda y al no haberlo
considerado así el a quo, indudablemente que agravia al suscrito
de ahí la procedencia del presente recurso de apelación para que
se revoque la sentencia del C. juez recurrido y se pronuncia otra
conforme a las pretensiones de los suscritos […].
TERCERO. Los motivos de inconformidad expresados por
********** y ********** son esencialmente fundados en unos de sus
aspectos y suficientes para REVOCAR la sentencia impugnada;
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
mientras que el resto son de estudio innecesario. Lo anterior por
las razones que a continuación se exponen.
En su primer agravio se duelen los apelantes de que el resolutor
natural haya considerado que en nada se agravia a los
demandados al analizar, antes de estudiar los elementos de la
acción ejercitada, las excepciones de falta de legitimación activa
y prescripción; pues dicen que sí se les agravia, ya que se partió
de supuestos falsos por cuanto el juez supuso que ellos
reconvinieron la prescripción adquisitiva del inmueble objeto del
juicio, cuando solo se opuso dicha prescripción como excepción,
lo cual lógica y procesalmente genera efectos muy distintos;
máxime cuando como en el caso no solo no se reconvino con la
prescripción adquisitiva, sino que además se puntualizó que no
se aceptaba que el actor estuviese legitimado para demandar a
los ahora apelantes; que no acreditaba la propiedad del inmueble
cuya reivindicación pretendía; que no identificaba ningún
inmueble; que no había identidad entre el inmueble del cual decía
ser propietario y el que pretendía reivindicar; y que no exhibía un
título fundatorio de su acción apto.
Explican los disidentes que incluso dicha excepción de
prescripción adquisitiva no se opuso en forma lisa y llana, sino
para el supuesto inadmisible de que se pudiese considerar, a
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
pesar de la falta de legitimación activa y pasiva, que la parte
actora habría acreditado la propiedad de algún inmueble, la
propiedad del bien que poseen los demandados, y que hubiese
identidad entre el inmueble a que se refirió en su acción y el que
no se identifica en el título; que no es tal por encontrarse
incompleto, borroso, con raspaduras e inservible.
Señalan los inconformes que por si ello no fuera suficiente, el a
quo increíblemente aseveró, en contra de lo que obra en autos,
que ambos demandados opusieron las mismas excepciones, lo
cual es falso, pues basta con leer la contestación de uno y de
otro para advertir que son diferentes sus contestaciones y en
consecuencia sus posturas procesales, habida cuenta que la
codemandada ********** hizo valer también, a manera de falta de
legitimación de la parte actora, la circunstancia cierta de que era
falso que ella fuese co-poseedora con el codemandado **********,
pues dijo que éste no comparte con ella, ni posee, ni vive en el
domicilio que la parte actora pretende reivindicar, señalando que
en los términos del Código Procesal Civil del Estado, al haber
sido ella emplazada con la demanda inicial sin que a la misma se
le hubiese hecho cambio alguno, ya no le era dable a la parte
actora modificar su demanda; además de que también se hizo
valer la circunstancia cierta de que cuando el actor pretendió
modificar su demanda únicamente la modificó en la parte en
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
donde se contiene el nombre del demandado, pero no cambió los
hechos de la misma, sino que siguió considerando que el
mencionado ********** era co-poseedor de la casa marcada con
el número ********** de la calle **********, **********, de la ciudad
de Piedras Negras, Coahuila.
Sin embargo, aseveran los recurrentes, el juez del conocimiento
pasó por alto dichas cuestiones fundamentales para conformar
la litis y para definir la legitimación activa y pasiva, y en cambio
consideró que como se reconvino la prescripción adquisitiva y
como la parte actora, aun después de más de un año de haber
demandado y haber sido emplazada **********, corrigió el nombre
del codemandado, emplazándose por ello a **********, podía
entonces tranquilamente estudiar en primer término las
excepciones mencionadas sin que le parara perjuicio a la citada
codemandada.
Lo cual, insisten los apelantes, resulta incorrecto y tergiversa la
litis, ya que al no existir reconvención y al no resultar válido
considerar modificación alguna a la demanda por lo que respecta
a la referida codemandada **********, es indudable que el a quo
debió en primer lugar conformar debidamente la litis; establecer
que respecto de la citada co-apelante únicamente se podría
considerar la demanda como aparece en el escrito inicial; y,
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
atendiendo a la forma y términos en que se hizo valer la
excepción de prescripción y de falta de legitimación, estudiar en
primer término los elementos de la acción reivindicatoria, para
después analizar si estaba o no legitimada la parte actora para
demandar conjuntamente a ********** y a ********** como
supuestos coposeedores del inmueble que pretende reivindicar,
y finalmente estudiar si el documento fundatorio de la acción
tiene o no valor alguno, en atención a que es inoponible ante la
demandada y a que es inservible como título de propiedad.
De manera que, alegan los impetrantes del recurso, dado que
por imperativo procesal es con la demanda inicial con la que se
deben cumplir tales requisitos, especialmente el de exhibir el
documento fundatorio de la acción, debió el juzgador de origen
en primer término analizar los imperativos procesales para que
pudiera considerarse y en su caso estudiarse la acción ejercitada
por la actora, lo cual adquiere relevancia por cuanto no se puede
molestar a la demandada en sus posesiones y derechos sino a
virtud de mandamiento escrito de autoridad competente que
funde y motive la causa legal del procedimiento, es decir, la
demandada debe continuar en posesión, independientemente de
la calidad originaria o derivada de la misma, si quien pretende
que se le moleste en virtud de un juicio reivindicatorio no cumple
con los imperativos procesales correspondientes, mismos que no
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
se cumplieron en la especie, independientemente de que ella
acredite o no en juicio su mejor derecho para poseer.
Destacan los promoventes de la alzada que conforme al segundo
párrafo del artículo 387 del Código Procesal Civil del Estado, una
vez que el emplazamiento se ha efectuado la demanda no puede
modificarse o alterarse; y que conforme a la tesis de
jurisprudencia que para el efecto citan y a lo dispuesto por los
artículos 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, debe negarse valor probatorio a los documentos
ilegibles, en virtud de que el juzgador está imposibilitado para
examinar su contendido, como en la especie acontece por cuanto
el que pretende ser documento fundatorio de la acción, como el
propio juzgador lo reconoció, resulta ilegible.
Destacan también los apelantes que el agravio que se les causa
resulta evidente si se atiende a que conforme al artículo 1741 del
Código Civil del Estado todo poseedor, independientemente de
que tenga derecho o no a poseer, debe ser protegido en su
posesión contra toda lesión no autorizada por el ordenamiento
jurídico, lo que implica que no se pueden alterar las situaciones
posesorias sino por procedimientos de derecho; mientras que en
la especie la parte actora, además de no estar legitimada para
demandar a la codemandada ********** cuando le atribuyó el
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
carácter de poseedora con una tercera persona que después del
emplazamiento pretendió corregir, no exhibió un documento
fundatario de la acción que pueda ser legible y que pueda ser útil
para demandarla en juicio reivindicatorio.
Lo anterior en virtud de que, aducen los inconformes, el actor
señaló en el capítulo de hechos de su demanda inicial que el
inmueble que pretendía reivindicar lo era el marcado con el
número ********** de la calle **********, en la ********** de la ciudad
de Piedras Negras, Coahuila, el cual supuestamente mide
********** metros por los lados norte y sur y ********** metros por
los lados oriente y poniente, y se encuentra inscrito en el Registro
Público de la Propiedad bajo la Partida **********, Folio **********
al **********, Tomo **********, Sección de la Propiedad, de fecha
**********; mientras que al ser emplazados los ahora apelantes
destacaron que el inmueble que se pretende reivindicar no
coincide en lo absoluto con el inmueble inscrito en el Registro
Público de la Propiedad bajo la partida ********** de fecha
**********; que éste segundo es un inmueble que se identifica con
el número ********** de la calle **********, no con el número
**********; y que además tiene otras medidas y colindancias, pues
este segundo inmueble mide ********** metros ********** centímetros
de fondo por ********** metros ********** centímetros de frente, es
decir, se sostuvo que es un inmueble muy diferente al que se
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
pretende reivindicar, independientemente de que no se exhibió
un documento fundatorio de la acción o de que el que se exhibió
resulta ilegible.
Sin embargo, continúan manifestando los disidentes, después de
ser emplazados la parte actora, además de cambiar el nombre
de uno de los demandados, también pretendió cambiar en ese
aspecto su demanda, pues argumentó que la numeración de la
calle, sin decir cuál calle, fue cambiada; aseveró que no
coinciden tampoco las medidas y colindancias porque
supuestamente hubo una compraventa que dijo se hizo de
********** metros por ********** metros respecto de dicho bien, sin
decir de cuál bien y sin tampoco señalar de cuál de las 4
colindancias o medidas se tomaron ********** metros y de cuál otra
medida o colindancia se tomaron los ********** metros; y manifestó
además que dicha modificación sustancial a la demanda (en
cuánto a quiénes se deben considerar como legitimados
pasivamente y en cuanto al bien inmueble que pretende
reivindicar) la iba a acreditar en el juicio con una prueba pericial.
De manera que, alegan los recurrentes, de haber advertido el a
quo que una vez emplazada la parte reo no podía modificarse la
demanda y que la litis se conforma únicamente con los escritos
de demanda y contestación, conforme a las normas y criterios
TOCA CIVIL 125/2016
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
jurisprudenciales invocados, tendría que haber considerado y
resuelto que no se podía molestar a dicha demandada en su
posesión, puesto que el actor no cumplió con los imperativos
procesales previamente invocados; además de que en primer
lugar tendría que haber estudiado los elementos constitutivos de
la acción reivindicatoria, conformando adecuadamente la litis,
considerando debidamente el litis consorcio pasivo necesario, y
estudiando si se exhibió o no y si era válido el documento
fundatorio de la acción, puesto que la demandada no debe ser
molestada en su posesión si previamente no se cumple con los
imperativos procesales en cuestión; máxime que con la acción
reivindicatoria precisamente se pretende quitarle la posesión del
inmueble que posee y en donde tiene su domicilio conyugal.
Aducen los impetrantes del recurso que las anteriores
consideraciones las ha sostenido el más alto tribunal del país en
los criterios que para el efecto citan, además de que de una
interpretación sistemática del Código Procesal Civil del Estado
se desprende que la litis se integra con los hechos indicados en
la demanda y su contestación, y no conforme a las pruebas que
se ofrezcan en el juicio, por lo que en consecuencia es
improcedente la ampliación de la demanda después de integrada
la litis, habida cuenta que el requisito de que la actora exprese
en la demanda los hechos fundatorios de su petición,
TOCA CIVIL 125/2016
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
numerándolos y narrándolos sucintamente, obedece a la
necesidad de que el demandado tenga conocimiento de ellos y
esté en aptitud de preparar su contestación, atendiendo a las
garantías constitucionales de audiencia y de defensa; por lo que
no es permisible al actor que en escritos posteriores a la
demanda modifique los hechos fundatorios de su petición,
adicionándolos o modificándolos, dado que permitirlo altera los
términos de la controversia sin audiencia del demandado; de
manera que a no ser que se trate de acciones, excepciones o
pruebas supervinientes ejercitadas y ofrecidas con la debida
oportunidad, el tribunal no está en posibilidad de examinar los
hechos que se adicionen o introduzcan extemporáneamente por
el actor, pues en caso contrario se deja al demandado en estado
de indefensión.
Por otra parte, se quejan los promoventes de la alzada de que a
pesar de lo que se hizo valer en la contestación, el a quo
indebidamente haya considerado probado el primer elemento de
la acción reivindicatoria, pues dicen que independientemente de
que no debió tomar en cuenta la ampliación o aclaración a la
demanda, lo que realmente declaró probado con un título ilegible
es que supuestamente la actora es dueña del predio al que se
pretende referir dicho ilegible título, el cual es discordante en
superficie, medidas y colindancias del descrito en la demanda
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
como reclamado; lo que implica que el juzgador no examinó ni
agotó el análisis del elemento propiedad de la reivindicación,
pues este elemento se refiere a la prueba de que el actor es
dueño del predio que reclama al demandado y no solo de que lo
es del inmueble al que se pretende referir el titulo ilegible, ya que
pueden ser distintos; máxime si se advierte que en la
modificación de su demanda la actora trató de explicar la
diferencia entre el inmueble a que se refiere el título ilegible y el
inmueble objeto de reivindicación, pues aseveró que el causante
del comprador vendió una parte del inmueble al que se pretende
referir el título, mas no exhibió el título que ampare la venta de
dicha parte, por lo que no se puede considerar acreditado el
elemento propiedad del inmueble objeto de reivindicación.
Insisten los apelantes en que la necesidad jurídica de estudiar en
primer lugar los elementos de la acción reivindicatoria antes de
las excepciones, por tratarse de una acción que pretende
desposeer de un inmueble, se desprende de la circunstancia de
que para que proceda dicha acción el documento fundatorio de
la misma debe acompañarse al escrito inicial de demanda y estar
íntegro, es decir, la inscripción o transcripción de la escritura
correspondiente debe ser completa, pues de no ser así, como en
el caso acontece, se debe concluir que con el documento
TOCA CIVIL 125/2016
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
fundatorio de la acción la actora no acredita ser propietaria del
predio controvertido.
Por eso mismo, continúan manifestando los disidentes, resulta
ineficaz para comprobar tal posesión originaria la que pudiera
considerarse como confesión de la contraria, pues el criterio que
invocó el a quo se aplica al caso de que el demandado en el
principal hubiere demando a su vez la prescripción adquisitiva
del inmueble controvertido, siendo que en la especie no se
contrademandó la prescripción adquisitiva, como indebidamente
lo asumió el juez, sino que se opuso como excepción para el
supuesto inadmisible de que se llegase a estimar que el actor
acreditó los elementos de la acción reivindicatoria; de tal suerte
que si ni aún si se hubiese reconvenido la prescripción
adquisitiva podría desprenderse la acreditación de la propiedad
del inmueble como primer elemento de la acción, o la identidad
del bien como segundo elemento, menos se podría concluir eso
si no se reconvino la usucapión; de lo que, reiteran los apelantes,
se advierte objetivamente que el a quo debió haber estudiado en
primer término los elementos de la acción reivindicatoria antes
de las excepciones, tal y como se sostiene en la tesis que para
el efecto refieren.
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
Alegan los inconformes que el agravio que se les causa se hace
más evidente si se atiende a que el actor no acompañó a su
demanda reivindicatoria un título suficiente, sino que acompañó
uno ilegible, pues en la contestación se hizo ver que no era
suficiente que el actor se dijera propietario del predio que trata
de reivindicar, sino que debía de demostrarlo con el documento
fundatorio de su acción exhibido con su demanda, sin que lo
hubiera hecho, por lo que no le era dable tratar de demostrar lo
anterior desahogando nuevas pruebas en el juicio para
enmendar su título insuficiente; máxime si dicho título era ilegible
y trató de compaginarlo con su pretensión reivindicatoria
modificando su demanda, lo que no está permitido, sobre todo
porque la finalidad de su acción es despojar a la demandada de
la posesión que viene disfrutando sobre un inmueble; en apoyo
de lo cual refieren los apelantes diversas ejecutorias.
En esa virtud, aducen los recurrentes, es claro que no estuvo en
lo correcto el a quo al considerar que no se agraviaba a la
demandada si en primer término se analizaban las excepciones
de falta de legitimación y de prescripción; ello además de que
aún si le fuera dable al a quo tratar de enmendar el título
insuficiente que como fundatorio de su acción exhibió la actora
con su demanda inicial, que no le es dable, aun así no se logró
tal propósito.
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
Ello en atención a que, argumentan los apelantes, indebidamente
pretendió el juzgador complementar el referido título insuficiente
con la prueba de inspección judicial desahogada en autos, a
pesar de que la actora dijo que se complementaría con la pericial
y de que basta con analizar dicha probanza para advertir que el
a quo dio fe de que el documento que tuvo a la vista es una
escritura privada de fecha once de marzo de mil novecientos
treinta y cinco, que contiene un contrato de compraventa
celebrado por un tercero de nombre **********, como vendedor,
con **********, como compradora, y de que no podía verificar la
autenticidad del citado documento; de manera que solo dio fe de
la fecha que aparece en el documento y del lugar, que lo es
Piedras Negras, Coahuila; de que en la escritura mencionada se
señala que lo que se vende es la finca urbana marcada con el
número ********** de la calle **********, a favor de **********; de
que la citada finca urbana mide ********** metros y **********
centímetros de frente a la calle **********, por ********** metros y
********** centímetros; y de que colinda al norte, con la calle
********** de por medio, con propiedad de **********; al sur con
propiedad de **********; al oriente con propiedad de **********; y
al Poniente, con calle ********** de por medio, con propiedad de
**********.
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
De tal suerte que, concluyen los impetrantes del recurso el
presente agravio, de la referida inspección se advierte que
además de que el a quo dio fe de que no se puede verificar la
autenticidad del documento objeto de la misma, también dio fe
de que dicho documento en nada coincide con el que refiere la
actora en su demanda inicial, pues no solo las medidas son
diferentes, ya que el que es objeto de reivindicación al norte mide
********** metros y el de la inspección no dice cuánto mide al
norte, pero de ninguna manera puede ser la medida de **********
metros (el de la inspección habla de ********** metros por
********** metros); la colindancia al norte en el documento objeto
de inspección lo es con ********** y en el predio objeto de
reivindicación no se da ningún colindante, sino solo la calle
**********; el que es objeto de reivindicación al sur mide **********
metros y el de la inspección no dice cuánto mide al sur, pero de
ninguna manera puede ser la medida de ********** metros (el de
la inspección habla de ********** metros por ********** metros); la
colindancia al sur en el documento objeto de inspección lo es con
********** y en el predio objeto de reivindicación lo es con
**********; el que es objeto de reivindicación al oriente mide
********** metros y el de la inspección no dice cuánto mide al
oriente; y en el que es objeto de reivindicación al poniente mide
********** metros y el titulo objeto de inspección no dice cuanto
mide al poniente; y la colindancia al poniente en el que es objeto
TOCA CIVIL 125/2016
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
de inspección lo es con propiedad del señor ********** y en el
predio objeto de reivindicación no se da ningún colindante, sino
solo la calle **********.
En su segundo motivo de inconformidad sostienen los
promoventes de la alzada que los mismos agravios que se
causan a la codemandada **********, referidos en el apartado
anterior, se le causan a **********, ya que si bien a éste último se
le emplazó a juicio después de la supuesta modificación o
aclaración de la demanda, la única modificación que hizo a su
demanda inicial la parte actora fue en el sentido de manifestar el
nombre correcto y completo de dicho demandado, pero sin
cambiar en lo absoluto su demanda, las pretensiones, ni los
hechos, por lo que en consecuencia siguió insistiendo en
imputarle hechos a una tercera persona de nombre ********** y
no al citado demandado **********, sobre todo en lo relativo a que
dicha tercera persona es coposeedora con la diversa
codemandada del inmueble que indebidamente pretende
reivindicar.
En su tercer agravio se duelen los apelantes de que el a quo no
haya advertido que en primer término se debe analizar, incluso
de oficio y antes de estudiar los elementos de la acción y la
supuesta reconvención, la personalidad de las partes y la
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
legitimación en la causa; así como de que haya considerado
como infundados los argumentos hechos valer por los
demandados respecto a la falta de personalidad de la actora en
su demanda reivindicatoria y su falta de legitimación en la causa.
Lo anterior en virtud de que, explican los disidentes, ellos
señalaron que el documento con el que ********** pretendió
acreditar tales extremos, es decir, su carácter de albacea de la
sucesión intestamentaria a bienes de **********, no logra su
cometido y les es inoponible por cuanto surgió de un
procedimiento no contencioso en donde los demandados no
fueron parte ni fue llamada la codemandada **********, a pesar de
su carácter de heredera y de que en términos de los artículos
1084, 1085 y 1080 del Código Procesal Civil del Estado debió
mandarse notificar a los hijos de la autora de la sucesión,
mediante cédula o correo certificado, la radicación de la denuncia
del intestado.
Destacan los inconformes que igualmente puntualizaron que de
lo exhibido por la accionante se desprendía que al momento de
su fallecimiento la autora de la sucesión era viuda del señor
**********, con quien procreó siete hijos de nombres **********,
**********, **********, **********, **********, ********** y **********,
todos de apellidos **********, a quienes no se les llamó ni notificó
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
en forma alguna para comparecer a dicho procedimiento; y que
en las mismas documentales en cuestión constaba que la
codemandada es hija del citado **********, quien fue hijo de la
autora de la sucesión.
En esa virtud, continúan manifestando los recurrentes, señalaron
que precisamente por no haber citado a los hijos de ********** y
**********, la documental que exhibió la accionante para tratar de
acreditar los referidos imperativos procesales no eran eficaces
para tal efecto ni le era oponible a la codemandada; además de
que también constaba en autos que no se llamó a la sucesión a
los demás descendientes de la autora de la sucesión,
puntualizando quienes son esos descendientes y con qué se
acreditaron tales extremos; llamando la atención que el propio
juez que conoció de la sucesión de ********** reconoció que no
citó a los hijos descendientes de ********** para que pudiesen
actuar en la misma, ser declarados herederos y nombrar la
persona que consideraran debía representar a la sucesión.
Aducen los impetrantes del recurso que en el juicio hicieron valer
la carencia de esos imperativos procesales y que acreditaron la
inoponibilidad del documento con el cual la actora pretendió
acreditar tales extremos, no sólo con los mismos documentos
que ésta exhibió, sino también con la prueba confesional a cargo
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
de la propia actora, quien confesó expresamente que sabía y
tenía conocimiento que la autora de la sucesión ********** al
momento de su fallecimiento era viuda del señor **********; que
sabía y tenía conocimiento que la autora de la sucesión y
********** procrearon siete hijos, que son los antes mencionados;
que sabía y tenía conocimiento que la codemandada es hija de
**********, hijo de **********; y, para que no quede duda de que se
acreditó la inoponibilidad del documento de mérito, que
efectivamente los mencionados hijos de ********** y ********** no
fueron citados al juicio sucesorio del que se ostenta albacea la
accionante.
De manera que, alegan los promoventes de la alzada, resulta
claro que la accionante, además de no acreditar su personalidad
con las documentales que acompañó a su demanda,
expresamente reconoció la inoponibilidad del documento con el
que pretendió acreditar tal extremo, precisamente porque a la
sucesión intestamentaria de ********** no se citó a los hijos de
ésta y de ********** y por ello sus descendientes no pudieron
haber celebrado junta de herederos; ello amén de que dicho
procedimiento sucesorio no es contencioso y por tanto no
adquiere el carácter de cosa juzgada, por lo que no puede ser
oponible a quienes no participaron en él, como son justamente
los hijos descendientes de la autora de la sucesión; de tal suerte
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
que las pretensiones deducidas en el presente juicio no se
ejercitaron por la persona a quien la ley concede facultades para
ello y frente a la persona contra quien debe ser ejercitada,
cuestiones que el a quo debió haber examinado en primer lugar
y antes de considerar que la codemandada hizo valer una
supuesta reconvención de prescripción adquisitiva.
En su cuarto agravio se duelen los apelantes de que el resolutor
natural haya determinado que el primer elemento de la acción
reivindicatoria, consistente en el propiedad del bien reclamado,
se acreditó debidamente con la escritura privada del contrato de
compraventa de fecha **********, con un certificado de gravamen
de fecha **********, y con la inspección judicial desahogada en
autos, a las que otorgó valor probatorio pleno y con las cuales
tuvo por justificado que ********** resulta ser la propietaria del
inmueble que pretende reivindicar; mientras que el segundo y
tercer elemento de la acción, consistentes en la posesión por
parte de la demandada de la cosa perseguida y la identidad de
la misma, se acreditaron porque al formular su contestación los
demandados opusieron la excepción de prescripción adquisitiva,
lo que implica confesión en el sentido de que poseen el inmueble
reclamado; para lo cual invocó un criterio de los tribunales
federales que robustece su equívoco de insistir en que los
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
demandados reconvinieron la prescripción adquisitiva y
opusieron lisa y llanamente tal excepción.
Lo anterior en virtud de que, aducen los inconformes, es falso
que en su contestación ellos hubieran asumido esa postura
procesal, pues fueron claros en señalar que esa excepción se
oponía para el supuesto inadmisible de que se llegara a
considerar que el documento fundatorio de la acción que exhibió
la actora con su demanda tuviere algún valor, que ninguno tenía,
y que pudiera referirse al inmueble que pretendía reivindicar la
accionante, que tampoco se refería a él por las razones
expuestas en los anteriores agravios.
De manera que, señalan los disidentes, la excepción de
prescripción la hicieron valer en la forma puntualizada y no de
manera lisa y llana, y menos reconvinieron la prescripción
adquisitiva, por lo que si bien es cierto que en el criterio
jurisprudencial invocado por el a quo se establece que cuando el
demandado reconviene o demanda que tiene mejor derecho
sobre los mismos inmuebles por los que se ejercitó la acción
reivindicatoria, tal postura implica la identificación del inmueble;
ello no aconteció en la especie.
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
De igual forma, alegan los recurrentes que no está en lo correcto
el a quo al sostener que con las pruebas consistentes en la copia
certificada de diversas constancias relativas al expediente
**********, relativo al juicio sucesorio intestamentario a bienes de
**********, que contiene la escritura privada de compraventa de
fecha **********; el certificado de gravamen de fecha **********, y
la inspección judicial desahogada en autos, se justifica que la
sucesión de ********** resulta ser la propietaria del inmueble que
pretende reivindicar.
Ello en atención a que, aseveran los impetrantes del recurso, en
el considerando sexto de la propia resolución el resolutor natural
reconoció que el documento fundatorio de la acción exhibido por
la actora no presenta razón de continuidad en algunas de sus
hojas, y aunque no se atreve a decir que es un documento
ineficaz, incompleto, con raspaduras y enmendaduras, al
pretender oficiosamente enmendarle la plana a la accionante no
analiza las pruebas que dice toma en cuenta, pues no parte del
supuesto de que lo que se tiene que demostrar por el actor es la
propiedad sobre el inmueble objeto de reivindicación, siendo que
el documento de fecha ********** no se refiere al inmueble objeto
de reivindicación; el certificado de libertad de gravámenes de
fecha ********** no se refiere al inmueble al que se pretende referir
el documento antes mencionado ni al inmueble objeto de
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
reivindicación; y en la inspección judicial desahogada en autos,
además de que no puede ser considerada para tratar de sustituir
o complementar el documento que debió haber exhibido la actora
con su demanda inicial, se hizo constar que no se podía verificar
la autenticidad del mencionado documento de fecha **********; lo
que revela que con dichas probanzas no se acredita el primer
elemento de la acción reivindicatoria, sino por el contrario, el a
quo aceptó a regañadientes que el documento de fecha **********
no tiene razón de continuidad en alguna de sus hojas, es decir,
que resultó incompleto, irregular e ineficaz, mientras que en la
inspección judicial no se pudo verificar su autenticidad; ello
además de que de la citada inspección no se puede concluir que
el documento en cuestión se refiera al inmueble objeto de
reivindicación, pues dicho documento contiene una
nomenclatura, superficie, medidas y colindancias diferentes al
inmueble que se reprende reivindicar.
Aducen los promoventes de la alzada que, además, el resolutor
de primer grado no tomó en cuenta que con la confesional a
cargo de la actora se robusteció la postura de los demandados
en cuanto a que el documento fundatorio de la acción
reivindicatoria en comento se refiere a una finca marcada con el
número ********** de la calle **********, que mide **********por
********** metros, es decir, que es diferente al inmueble que se
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
pretende reivindicar, pues incluso confesó el accionante, en sus
respuestas a las posiciones seis y siete de las que le fueron
formuladas, que el inmueble a que se refiere el citado documento
fundatorio de su acción después de identificarse con el número
********** de la calle ********** cambio a ********** norte, pero
sobre todo confesó que dicho documento se encuentra
incompleto, con rapaduras y enmendaduras.
Ello amén de que, reiteran los apelantes, tal confesión de que el
documento es incompleto e ineficaz se desprende del propio
documento exhibido con la demanda inicial, además de que de
la inspección desahogada en autos se advierte no solo que no
se pudo certificar su autenticidad, sino también que se refiere a
un inmueble no solo con diferente nomenclatura respecto del que
se pretende reivindicar, sino también a un inmueble con
diferentes medidas, colindas y superficie; todo lo cual no fue
considerado por el a quo en la sentencia impugnada, pues
dogmáticamente se limitó a aseverar que con las probanzas
mencionadas se acreditó la propiedad de la parte actora sobre el
inmueble objeto de reivindicación.
Insisten los disidentes en que el resolutor natural debió haber
estudiado en su orden las pretensiones de las partes, es decir,
en primer lugar los imperativos procesales o elementos de
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
procedibilidad de toda acción; en segundo lugar, si se daban
tales elementos de procedibilidad, los elementos de la acción; y
en tercer lugar, solamente si se acreditaban los elementos de la
acción ejercitada, las excepciones, analizando en primer término
las opuestas de manera lisa y llana y en última instancia las
opuestas de manera subsidiaria o para el supuesto inadmisible
de que se hubiesen acreditado todos los presupuestos
anteriores; pero que no obstante ello el a quo no sólo comenzó
el estudio por la parte final, sino que lo hizo en forma equivocada
y contra las constancias de autos.
Insisten también los inconformes en que indebidamente
consideró el juez de origen que la posesión por parte de la
demandada de la cosa perseguida y la identidad de la misma
quedaron acreditados porque los demandados opusieron la
excepción de prescripción adquisitiva, lo que implica confesión
de que poseen el inmueble reclamado, de tal suerte que éstos
debían asumir las consecuencias inherentes al ejercicio de la
excepción de prescripción adquisitiva, como lo son la aceptación
de la identidad del predio y el hecho de poseer el mismo, para lo
cual invocó un criterio que no tiene nada que ver con la litis en el
presente juicio, puesto que se refiere al caso de que el
demandado haga valer como excepción o como acción
reconvencional la prescripción adquisitiva, siendo que es falso
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
que los demandados hayan reconvenido la prescripción
adquisitiva o que hubieran opuesto tal excepción en forma lisa y
llana, pues por el contrario, sostuvieron con meridiana claridad,
y además acreditaron durante el juicio, que el documento en que
pretende fundar su acción reivindicatoria la parte actora resulta
ineficaz; que contiene todos los vicios que han quedado
mencionados; que la actora debía acompañar a su demanda el
documento eficaz y completo en que fundara su pretensión, sin
que lo hubiera hecho; y que incluso si se le llegaba a dar algún
valor a dicho documento, que ninguno tiene, el mismo se refería
a un inmueble diferente al que pretende reivindicar el accionante
en nomenclatura, en medidas, en colindancias y en superficie.
De tal suerte que, concluyen los recurrentes el presente agravio,
resultan falsas las consideraciones del a quo, puesto que
indebidamente estructuró su sentencia aseverando que los
demandados hicieron valer la reconvención y opusieron en forma
lisa y llana la excepción de prescripción adquisitiva, cuando de
haber estudiado la litis en legal forma la conclusión hubiese sido
muy diferente, ya que habría advertido que no se dieron los
presupuestos procesales que han quedado indicados y ya no
hubiese sido necesario analizar los elementos de la acción y
menos las excepciones opuestas de manera subsidiaria, e
incluso si se hubiesen dado los presupuestos o imperativos
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
procesales, que no se dieron, habría concluido el a quo que no
se acreditaron los elementos de la acción sin tener por qué
estudiar las excepciones.
Finalmente, en su quinto y último agravio aducen los impetrantes
del recurso que, además de lo anterior, tampoco está en lo
correcto el resolutor natural cuando analiza las excepciones y
defensas, específicamente la consistente en la falta de derecho
y de acción que se sustentó en la circunstancia cierta de que la
parte actora propiamente se refirió a dos inmuebles diversos;
pues dicen que incluso la prescripción adquisitiva se hizo valer
subsidiariamente precisamente porque el inmueble que poseen
los demandados desde hace más de veinticinco años no es el
inmueble al que se refiere el título inservible que exhibiera la
actora con su demanda inicial, y que en todo evento acreditarían
que son distintos.
Aducen los recurrentes que para desestimar tales excepciones
el a quo consideró que de los testimonios rendidos para el efecto
no se obtuvieron resultados favorables para los demandados, ya
que con las declaraciones de **********, **********, ********** y
********** no se justifica que el padre de la codemandada,
**********, les hubiese donado a los demandados, el **********, el
inmueble que poseen; destacando que el primer testigo declaró
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
que el ********** comentó que esa casa se la iba a dejar a
********** y **********; que la segunda testigo declaró que el
inmueble se los dejó su papá a ********** y a su yerno; el tercer
testigo declaró que el papá de ********** llegó a comentar que esa
casa era de su hija; y el cuarto testigo declaró que cuando se
casó ********** con ********** ahí vivieron en esa casa a partir de
que se casaron, como en el ochenta, y ahí viven todavía y que el
Señor ********** le dijo a ********** que le iba a dar esa para que
ella ahí viviera.
Sin embargo, alegan los promoventes de la alzada, el juez de
origen no consideró las respuestas completas de los deponentes;
que se trata de personas que no son abogados ni peritos de
lengua española; que deponen sobre hechos sucedidos hace
más de veinticinco años; que son espontáneos; y que en todo
caso llamaría a sospecha o falta de credibilidad si hubiesen
precisado la hora, día, mes y año en que sucedieron los hechos;
ello además de que los citados deponentes fueron claros,
precisos, contestes y dieron razón fundada en su dicho, pues
destacadamente puntualizaron que conocen a sus presentantes
********** y ********** desde hace más de tres décadas; que
supieron que la autora de la sucesión fue la madre del padre de
la codemandada; que conocieron al padre de ésta, hijo de la
autora de la sucesión, también desde hacía más de tres décadas;
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que conocen el inmueble que poseen los demandados, el cual
se identifica con el número ********** de la calle **********,
independientemente de que no dieran medidas exactas de dicho
inmueble; identificaron al padre de la demandada como **********
o como el **********; señalaron a qué se dedicaba en vida;
declararon que los demandados se casaron en el ochenta, lo que
en palabras de los testigos se entiende que se refieren al año de
mil novecientos ochenta; declararon que solo los demandados
han poseído el inmueble marcado con el número ********** de la
calle **********; fueron coincidentes en que saben lo que
declararon porque por décadas han sido vecinos de los
demandados; con palabras de ellos dicen que saben que el
padre de la demandada le traspasó o dejó a ésta y al
codemandado el inmueble; declararon que en el inmueble que
poseen los demandados desde hace varias décadas únicamente
ellos lo vienen poseyendo; lo ubicaron por nomenclatura o por
las calles que circundan; y sobre todo con sus palabras, sin lugar
a dudas, dieron a conocer al juez del conocimiento que la
posesión del inmueble la tienen los demandados porque el padre
de la codemandada se los dio a traspasó con motivo de su
matrimonio.
Argumentan los apelantes que si bien los mencionados testigos
no fueron muy precisos en cuanto a las medidas con metros y
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centímetros y en cuando a la fecha exacta en que se entró en
posesión, el a quo debió considerar que por tratarse de hechos
sucedidos hace más de veinticinco años resulta creíble que quien
conoce tales hechos en condiciones normales no pueda precisar
la fecha; como también resulta creíble que los testigos, como
vecinos, no sepan con exactitud las medidas de los inmuebles
contiguos a su casa habitación; ello amén de que la credibilidad
de los testigos se desprende de que se expresaron con su propio
vocabulario; de que se entiende lo que expresaron; que
materialmente dieron a conocer que desde hace varias décadas
son vecinos de los demandados; que conocen el inmueble; y que
señalaron como lo adquirieron los demandados y desde cuándo;
independientemente de que no hayan expresado sus ideas con
la exactitud de un ingeniero, abogado o perito en lengua.
De manera que, concluyen los disidentes, el juez de primer grado
debió considerar todo lo anterior y analizar los testimonios en su
conjunto y no por separado, pues de haberlo hecho así hubiese
concluido que efectivamente los demandados poseen el
inmueble marcado con el número ********** de la calle **********,
desde la fecha y en la forma y términos en que éstos lo
mencionaron en sus contestaciones a la demanda, y al no
haberlo hecho así indudablemente que se les agravia, por lo que
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
debe revocarse la sentencia impugnada y pronunciarse otra
conforme a sus pretensiones.
Como se anticipó, los motivos de inconformidad así reseñados
son esencialmente fundados en unos de sus aspectos, pues
como en ellos se señala, el juez de primer grado debió
considerar, incluso antes del análisis de la excepción de
prescripción adquisitiva opuesta en forma subsidiaria por los
demandados, que la actora no acreditó la identidad formal del
bien que pretende reivindicar y el que ampara el título que
acompañó a su demanda, lo que atañe a la propiedad como
primer elemento de la acción intentada en la especie.
En efecto, según se advierte de autos, tal y como lo destacan los
apelantes ********** y ********** y como lo hicieron valer en sus
escritos de contestación y complementarios, la accionante
compareció a demandarles, entre otras prestaciones, la
reivindicación y entrega material del inmueble marcado con el
número ********** de la calle **********, en la **********, de la
ciudad de Piedras Negras, Coahuila, el cual cuenta con las
siguientes medidas y colindancias: al norte mide ********** metros
y colinda con calle **********; al sur ********** metros y colinda con
predio a nombre de **********; al oriente mide ********** metros y
colinda con predio a nombre de **********; y al poniente mide
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
********** metros y colinda con la calle **********; y el cual se
encuentra inscrito en el Registro Público de la Propiedad bajo la
Partida **********, Folio ********** al **********, Tomo **********,
Sección de la Propiedad, de fecha **********.
Sin embargo, la copia certificada de la escritura privada de
compraventa de fecha **********, que acompañó como sustento
de sus pretensiones y que se refiere al contrato de compraventa
celebrado entre **********, como vendedor, y la autora de la
sucesión que representa, señora **********, como compradora,
ampara un inmueble que mide **********metros de frente a la calle
**********, por ********** metros, que colinda al norte, con la calle
********** de por medio, con propiedad de **********; al sur con
propiedad de **********; al oriente con propiedad de **********; y
al poniente, con calle ********** de por medio, con propiedad que
fue de **********; y el cual se identifica con el número ********** de
la calle **********.
De lo que se advierte que el título exhibido por el accionante se
refiere a un inmueble distinto en su número oficial de
identificación y en algunas de sus medidas respecto del bien que
reclamó, por cuanto en sus colindancias norte y sur el reclamado
mide ********** metros y el que ampara el título mencionado mide
********** metros; sin que la actora hubiere manifestado en su
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demanda que aquél estuviere comprendido en éste ni diera
ninguna explicación que justificara tal diferencia de medidas y de
número oficial.
No fue sino hasta el momento de formular su escrito
complementario a las contestaciones de los demandados que la
accionante manifestó que el inmueble a que se refiere su título
actualmente se identifica con el número ********** de la calle
**********, y que la diferencia de medidas obedece a una
compraventa que se hizo de tal inmueble en una superficie de
********** por ********** metros.
Ahora, si bien es cierto que conforme a lo dispuesto en el artículo
410 del Código Procesal Civil del Estado el actor puede presentar
un ocurso adicional en el que se refiera a los hechos aducidos
por la contraria en su contestación, no menos cierto es que solo
puede modificar o adicionar los hechos de su demanda si a ello
da mérito un hecho o dicho de la respuesta del colitigante y no
se cambia el objeto principal del juicio; lo que no ocurre en la
especie por cuanto el accionante se encontraba en perfectas
condiciones de conocer desde antes de la presentación de su
demanda, y no a partir de lo que los demandados hubieren
afirmado en sus contestaciones, que su título amparaba un
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
inmueble que difería en medidas e identificación por número
oficial del que pretendía reclamar.
De manera que conforme a los principios de igualdad, lealtad y
probidad procesal, a que se refieren los artículos 5 y 12 del
ordenamiento mencionado, la accionante tenía en todo caso la
carga de referir tales circunstancias desde su propia demanda a
fin de que los demandados se encontraran en condiciones de
preparar debidamente sus defensas, pues al introducirlas en su
escrito complementario no hizo sino alterar la litis originalmente
planteada respecto de la identidad formal del bien objeto de su
acción.
Pero además, si bien es cierto que en el certificado expedido por
el Director Registrador del Registro Público de la ciudad de
Piedras Negras, Coahuila, que la actora acompañó a su
demanda, se hizo constar que el inmueble que ampara la
escritura de referencia efectivamente reporta una venta de
********** por ********** metros; no menos cierto es que ni en dicho
certificado ni en ningún otro documento que hubiere allegado la
actora se describe la ubicación y colindancias de dicha superficie
vendida o del remanente que se reservó la vendedora, por lo que
no es posible saber cuáles son finalmente las medidas y
colindancias que, deducido lo vendido, ampara la mencionada
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
escritura: máxime que, como bien lo destacan los apelantes, una
y otra medida de ********** y ********** metros podrían ubicarse en
cualquier colindancia y conformar con ello polígonos diversos.
Sin que en su caso sea factible deducir tal ubicación ni
determinar los alcances del titulo de propiedad de la actora a
partir de presunciones, de testimonios, de lo declarado por las
partes o de lo manifestado por peritos, pues en la acción
reivindicatoria la propiedad constituye un elemento de la acción
que debe probarse plenamente a partir de los títulos que exhiban
las partes, al ser estos los fundamentos de tal derecho, esto es,
el establecimiento de la identidad formal, que como se dijo atañe
al elemento propiedad, es un derecho y no un hecho que pueda
ser apreciado a través de los sentidos y menos aún constituye
una condición o hecho propio del demandado susceptible por ello
de ser confesado. Lo que así se considera con apoyo en las tesis
que a continuación se citan:
Sexta Época Registro: 818053 Instancia: Tercera Sala Tesis Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación Volumen XXXI, Cuarta Parte Materia(s): Civil Página: 81
PROPIEDAD, PRUEBA DE LA.
La confesional no es apta para demostrar la propiedad.
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Amparo directo 2519/58. Francisco Garza Jáuregui. 8 de enero de 1960. Cinco votos. Ponente: Gabriel García Rojas.
Quinta Época Registro: 384796 Instancia: Sala Auxiliar Tesis Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo CXXIII Materia(s): Civil Página: 947
REIVINDICACION, PRUEBA DE LA PROPIEDAD EN LOS JUICIOS DE (CONFESION FICTA).
La confesión ficta no es apta por sí sola para dejar probado plenamente el elemento propiedad requerido para la acción reivindicatoria, ya que, por no ser un hecho propio del demandado, el de la propiedad del inmueble en favor del actor, no se reúnen los elementos indispensables para que tal confesión adquiera el carácter de prueba plena.
Amparo civil directo 6712/51.Lara Razo Inocencio. 16 de febrero de 1955. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
Quinta Época Registro: 386208 Instancia: Sala Auxiliar Tesis Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo CIX Materia(s): Civil Página: 898
PROPIEDAD, PRUEBA DE LA.
Ni el reconocimiento suscrito por el demandado, en un juicio de reivindicación ni su confesión son medios adecuados para acreditar el derecho de propiedad, puesto que no comprueban el título de derecho real, es decir, no justifican la causa de adquisición.
Amparo civil directo 8555/50. Rodríguez Julián. 30 de julio de 1951. Mayoría de tres votos. El Ministro Mariano Azuela Jr., no asistió por los motivos que constan en el acta respectiva. Disidente: Felipe Tena Ramírez. Ponente: Gabriel García Rojas.
Quinta Época Registro: 347463 Instancia: Tercera Sala
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Tesis Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo XC Materia(s): Civil Página: 1037
REIVINDICACION, PRUEBA DE LA PROPIEDAD DEL ACTOR EN LOS JUICIOS DE.
El reivindicante debe justificar como elementos de su acción, la propiedad en su favor y la posesión que ostente el demandado. Ahora bien, no basta para tener por acreditado el primer elemento, el asentimiento del demandado, por cuanto a la propiedad por parte del reivindicante, ni tampoco el dicho de testigos en el sentido de que el actor poseyó el bien objeto del juicio, pues tales actuaciones no son título de propiedad y no hacen conocer ni la causa, ni la época de adquisición por parte del reivindicante, ni mucho menos el registro a su nombre.
Amparo civil directo 74/45. Serrato Morales María del Carmen. 24 de octubre de 1946. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Hilario Medina. Ponente: Agustín Mercado Alarcón.
De ahí que las pruebas confesionales, testimoniales, pericial e
inspección judicial que obran en autos no contribuyan a la
demostración de los alcances del título exhibido por la actora ni
a la acreditación de la identidad formal a que se ha venido
haciendo referencia; máxime si en ninguna de esas probanzas
se hace referencia si quiera a la ubicación y colindancias de la
superficie comprendida en la escritura mencionada que habría
sido objeto de la venta referida en el certificado registral también
exhibido por la accionante, ni a las medidas y colindancias que,
deducido lo vendido, ampara la mencionada escritura; a pesar de
que ese fue incluso un hecho aducido por la propia actora con el
que pretendió justificar la identidad formal del inmueble
reclamado y el amparado en su título, que en todo caso tenía la
carga de acreditar.
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
Tampoco se acredita tal extremo con el escrito de fecha **********
dirigido al Tesorero General del Estado, pues el mismo no
contiene sino una manifestación unilateral de la actora en la que
describe el inmueble que posee para los efectos que
correspondan; ni con el recibo de pago del impuesto predial,
dado que el mismo, amén de que solo justifica el pago de los
impuestos y derechos que describe, tampoco menciona las
medidas y colindancias del inmueble a que se refiere y menos
aún las de la porción que habría sido objeto de venta según el
certificado registral previamente mencionado.
Cabe destacar que ni aun valoradas en su conjunto tales
probanzas permitirían justificar el extremo en comento, pues se
reitera que la identidad formal, esto es, la correspondencia entre
el bien que se reclama y el que ampara el título que se exhibe
para ello, atañe al elemento propiedad, el cual es un derecho y
no un hecho que pueda ser apreciado a través de los sentidos o
derivado mediante inferencias.
No obsta a lo anterior que el resolutor natural hubiere
considerado que al oponer la excepción de prescripción
adquisitiva, a la que en contra de lo que sostienen los apelantes
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“2016, Año de la Lucha Contra la Diabetes”
nunca se refirió como reconvención, quedó acreditada la
identidad del bien objeto de juicio.
Ello en virtud de que, tal y como lo destacan los recurrentes,
dicha excepción se opuso en forma subsidiaria, es decir, solo
para el caso no admitido de que el actor acreditara su
legitimación o los elementos de la acción reivindicatoria que
intentó, entre los que se encuentra la identidad formal del bien;
por lo que el juez debió considerar que los demandados no solo
no admitieron lisa y llanamente la identidad formal del bien, sino
que expresamente controvirtieron la misma, y por ello debió
analizar, antes de estudiar tal excepción, si dicho extremo se
encontraba acreditado con los medios de prueba desahogados
en autos. Lo que así se considera con apoyo, por las razones
que la informan, en la tesis que enseguida se transcribe:
Octava Época Registro digital: 223498 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tesis Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo VII, Febrero de 1991 Materia(s): Civil Tesis: III.3o.C.173 C Página: 133
ACCIONES CONTRADICTORIAS, SE DEBEN EJERCITAR EN FORMA SUBSIDIARIA. (LEGISLACION DEL ESTADO DE JALISCO).
Es cierto que en la página 74, Segunda Parte, del último Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia 43, con la voz de: "ACCIONES CONTRADICTORIAS. NO SE NULIFICAN.", dispuso que: "Aun cuando el actor confunda, al ejercitar, dos acciones que sean contradictorias y aun cuando el Juez no lo requiera para que precise cuál
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de las dos es la que deduce, el ejercicio simultáneo de dichas acciones no produce su anulación procesal, sino que ante la falta del requerimiento apuntado, la determinación de cuál de ellas es la que en realidad sostiene, debe hacerse por el juzgador, interpretando la conducta procesal de las partes."; sin embargo, este criterio es aplicable sólo en el Distrito Federal, así como en los Estados que tienen una legislación similar, pero no en el de Jalisco, ya que si en aquellos se prohíbe el ejercicio de acciones contradictorias, ello no sucede a propósito de esta entidad federativa, en donde el artículo 27 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, permite tal ejercicio, con tal de que se haga en forma subsidiaria, por lo que el ad quem no estaba obligado a escoger la acción que fuera más acorde con la conducta procesal de las partes, sino a analizar lo que se dedujo de manera principal y sólo en el supuesto -que no ocurrió- de la improcedencia de ésta o ante la imposibilidad de su cumplimiento, ingresar al estudio de la acción subsidiaria y de ahí que el criterio transcrito no resulte aplicable al asunto de que se trata. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 873/90. Adrián Peter Van Merck. 28 de noviembre de 1990. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Hidalgo Riestra. Secretario: Jorge Quezada Mendoza.
Lo anterior aunado a que, en todo caso, la identidad que
eventualmente podría acreditarse a partir de la oposición de la
excepción de prescripción adquisitiva por parte de los
demandados sería la material, que se refiere a que el inmueble
reclamado sea el mismo que poseen los demandados, pues se
reitera que la identidad formal, esto es, la correspondencia entre
el bien que se reclama y el que ampara el título que se exhibe
para ello, atañe al elemento propiedad, el cual es un derecho que
debe ser probado plenamente a partir del contenido del propio
título y no un hecho que pueda ser apreciado a través de los
sentidos y menos aún constituye una condición o hecho propio
del demandado susceptible por ello de ser confesado; máxime
cuando, como en la especie, el bien que se reclama no coincide
en medidas y colindancias con el descrito en el título, pues en tal
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caso debe el actor demostrar las razones de esa falta de
coincidencia y en su caso el alcance real y efectivo de su título,
ya que existiría la posibilidad de que la fracción exigida en la
demanda no se encuentre comprendida en el título, o sea, que
no pertenezca al mismo sino a un tercero. Lo que así se
considera con apoyo, por las razones que las informan, en las
tesis que enseguida se transcriben:
Novena Época Registro digital: 202827 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo III, Abril de 1996 Materia(s): Civil Tesis: III.2o.C. J/3 Página: 213
ACCION REIVINDICATORIA. IDENTIDADES FORMAL Y MATERIAL DEL BIEN PERSEGUIDO, COMO ELEMENTOS DE LA.
Para el ejercicio de la acción reivindicatoria, corresponde al actor, entre otras, la carga probatoria de la identidad del inmueble; y, a su vez, dicha identidad se subdivide en dos clases, cuya comprobación resulta indispensable para la justificación de tal acción: la primera de ellas es la identidad formal, la cual importa al elemento propiedad, y consiste en que el bien perseguido corresponda, o esté comprendido, dentro del título fundatorio de la acción; la segunda, es la identidad material, que se traduce en identificar el bien que se pretende reivindicar, con el que posee el demandado. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 132/91. Guadalupe Muñoz Franco. 14 de agosto de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Eduardo Lara Díaz. Secretario: Enrique Gómez Mendoza. Amparo directo 5/91. Leopoldo Romo Olmos. 2 de octubre de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Eduardo Lara Díaz. Secretario: Enrique Gómez Mendoza. Amparo directo 820/95. Juan Aguilera Navarro. 6 de octubre de 1995. Unanimidad de votos. Ponente: Eduardo Lara Díaz. Secretaria: Ana Celia Cervantes Barba. Amparo directo 898/95. Servando Gómez Flores. 16 de noviembre de
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1995. Unanimidad de votos. Ponente: Eduardo Lara Díaz. Secretario: Enrique Gómez Mendoza. Amparo directo 1078/95. María de la Paz Hernández García. 8 de enero de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: Eduardo Lara Díaz. Secretario: Enrique Gómez Mendoza.
Novena Época Registro: 201628 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tesis Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo IV, Agosto de 1996 Materia(s): Civil Tesis: III.1o.C.24 C Página: 621
ACCION REIVINDICATORIA. EL ELEMENTO PROPIEDAD DEBE REFERIRSE AL PREDIO QUE SE RECLAMA Y NO SIMPLEMENTE AL QUE MENCIONAN LOS TITULOS DEL ACTOR, CUANDO HAY DISCORDANCIA ENTRE AMBOS.
Si el juzgador estimó probado el primero de los elementos de la reivindicatoria, pero, de acuerdo con el estudio que efectuó, lo que declaró probado sólo es que la actora es dueña del predio que describen sus escrituras, discordante en superficie, medidas y colindancias del descrito en la demanda como el reclamado, es inobjetable que dicho juzgador no examinó con ello y menos agotó el análisis del elemento propiedad de la reivindicación, pues éste se refiere a la prueba de que el actor es dueño del predio que reclama al demandado, y no sólo de que lo es del inmueble a que se refieren sus títulos, que pueden ser distintos. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 947/94. Nicolás Machado Rodríguez. 17 de octubre de 1995. Unanimidad de votos. Ponente: Héctor Soto Gallardo. Secretario: Felipe Alfredo Fuentes Barrera.
Novena Época Registro: 185011 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tesis Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XVII, Febrero de 2003 Materia(s): Civil Tesis: II.4o.C.11 C Página: 969
ACCIÓN PLENARIA DE POSESIÓN. CUANDO EL PREDIO RECLAMADO NO COINCIDE EN MEDIDAS Y COLINDANCIAS CON EL AMPARADO POR EL JUSTO TÍTULO, POR SER MENOR AQUÉL, LA EXCEPCIÓN DE PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA OPUESTA POR
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EL ENJUICIADO NO ACREDITA POR SÍ SOLA LA IDENTIDAD FORMAL.
Cuando en una acción plenaria de posesión el predio reclamado en el escrito inicial no coincide en medidas y colindancias con las que constan en el justo título del actor, por ser menor la fracción reclamada, es imprescindible que el demandante acredite la identidad formal del bien que se reclama, es decir, debe demostrar que el predio reclamado coincida con el amparado en el justo título base de la acción, ya que existiría la posibilidad de que la fracción que exigió en su demanda no se encuentre comprendida en su justo título, o sea, que no pertenezca al mismo. Por ello, a pesar de que ha sido criterio reiterado el estimar que al oponer la excepción de prescripción adquisitiva el inmueble que se pretende restituir se encuentra plenamente identificado, a juicio de este tribunal, ello sólo opera cuando el bien reclamado coincide en medidas y colindancias con el descrito en el título base de la acción; en cambio, cuando el predio reclamado no coincide en medidas y colindancias con el descrito en el justo título, y el demandado opone la citada excepción, ello únicamente justificará la identidad material del bien reclamado, cuestión que sólo acreditaría el tercer elemento de la acción publiciana (identidad material), empero, dicha confesión del demandado no puede tener los alcances de evidenciar ante el Juez natural que efectivamente la fracción reclamada está incluida o inmersa en el justo título del actor, pues la sola manifestación del demandado no puede ser prueba suficiente para acreditar dicha circunstancia, ya que ello es materia de diversa probanza, la cual debe justificar el derecho del actor para poseer el bien que aduce comprender su justo título, sobre todo cuando ninguna de las medidas y colindancias del predio reclamado evidencia por sí sola que la fracción reclamada se encuentra inmersa en el justo título del actor. CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo directo 623/2002. Esteban Gutiérrez Escalante. 5 de noviembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretario: Fernando Sánchez Calderón. Amparo directo 626/2002. Esteban Gutiérrez Escalante. 5 de noviembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: José Librado Fuerte Chávez. Secretario: Salvador Tapia García.
En esa virtud, dado que conforme a las razones que han
quedado expresadas la actora no acreditó la identidad formal del
inmueble que pretende reivindicar, lo procedente es revocar la
sentencia impugnada a fin de determinar que dicha accionante
no justificó su acción y absolver a los demandados de todas las
prestaciones que les fueron reclamadas; sin que sea necesario
ocuparse del estudio del resto de los motivos de inconformidad
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expresados por los apelantes, puesto que dado el alcance de lo
resuelto ello a ningún fin práctico conduciría. Lo que así se
considera con apoyo, por las razones que la informan, en la tesis
que enseguida se transcribe:
Novena Época Registro digital: 202541 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo III, Mayo de 1996 Materia(s): Común Tesis: VI.1o. J/6 Página: 470
AGRAVIOS EN LA REVISION. CUANDO SU ESTUDIO ES INNECESARIO.
Si el examen de uno de los agravios, trae como consecuencia revocar la sentencia dictada por el Juez de Distrito, es inútil ocuparse de los demás que haga valer el recurrente. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Amparo en revisión 128/93. Toribia Muñoz Amaro. 7 de mayo de 1993. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Dueñas Sarabia. Secretario: César Flores Rodríguez. Amparo en revisión 201/94. Jorge Castrillo Palacios. 1o. de julio de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Rosa María Temblador Vidrio. Secretario: Andrés Fierro García. Amparo en revisión 154/94. Rafael Bernal Hernández. 25 de agosto de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Dueñas Sarabia. Secretaria: Rosa María Roldán Sánchez. Amparo en revisión 8/96. Nemesio Villano Velázquez. 20 de febrero de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Dueñas Sarabia. Secretario: César Flores Rodríguez. Amparo en revisión 59/96. Nabor Díaz Torres y otra. 16 de abril de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: Eric Roberto Santos Partido. Secretario: Manuel Acosta Tzintzún.
Finalmente, en atención a que conforme a lo dispuesto por el
artículo 702 del Código Procesal Civil del Estado, el juicio
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reivindicatorio tiene por objeto que se declare que el demandante
es dueño de la cosa cuya reivindicación se pide y que se condene
al demandado a entregarla con sus frutos y accesiones, resulta
evidente que la sentencia que en este tipo de juicios se dicta es
de condena; de tal suerte que al serle adversa a la actora,
procede también condenar a la misma al pago de los gastos y
costas generados en la primera instancia; lo anterior de
conformidad con lo ordenado por el artículo 130 del
ordenamiento legal en cita.
CUARTO. En virtud de que los apelantes no se colocaron en el
supuesto previsto por el artículo 138 del Código Procesal Civil
vigente, puesto que no obtuvieron en su contra dos sentencias
adversas conformes de toda conformidad, al haberse revocado
la de primer grado, y al no actualizarse ningún otro supuesto legal
para el efecto, no ha lugar a hacer especial condenación en
costas en esta segunda instancia.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos
884 del Código Procesal Civil vigente en el Estado, 135 al 137,
140 y 141 de la Constitución Política del Estado, 16, 18 y 22 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial, se resuelve:
PRIMERO. Se REVOCA la sentencia de primera instancia,
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cuyos datos han quedado debidamente precisados en el
proemio de esta resolución, y en su lugar se resuelve:
SEGUNDO. La actora **********, albacea de la sucesión a bienes
de **********o **********, no justificó los extremos de su acción
reivindicatoria; por lo que se absuelve a los demandados de las
pretensiones que les fueron reclamadas.
TERCERO. Se condena a la actora **********, albacea de la
sucesión a bienes de **********o **********, al pago de los gastos
y costas generados en primera instancia.
CUARTO. No ha lugar a imponer especial codena en costas en
esta segunda instancia.
NOTIFÍQUESE PERSONALMENTE al tenor de lo dispuesto por
el artículo 211, fracción V del Código Procesal Civil. Con
testimonio de esta resolución, vuelvan los autos originales al
Juzgado de su procedencia y, en su oportunidad, archívese el
toca como asunto totalmente concluido.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Pleno de la Sala
Colegiada Civil y Familiar del Tribunal Superior de Justicia del
Estado, integrado por los magistrados MARTHA ELENA
AGUILAR DURÓN, ALMA LETICIA GÓMEZ LÓPEZ,
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GREGORIO ALBERTO PEREZ MATA, ALEJANDRO
HUERECA SANTOS y GABRIEL AGUILLÓN ROSALES, con el
voto en contra del cuarto exclusivamente en lo que se refiere al
sexto resolutivo, y siendo ponente el último de los nombrados,
por ante la licenciada MARÍA BLANCA ESTELA SUBEALDEA
RODRÍGUEZ, Secretaria de Acuerdo y Trámite que autoriza y da
fe. Doy fe.
MAG. ALEJANDRO HUERECA SANTOS
PRESIDENTE DE LA SALA COLEGIADA CIVIL Y FAMILIAR
MAG. MARTHA ELENA
AGUILAR DURÓN
MAG. ALMA LETICIA
GÓMEZ LÓPEZ
MAG. GREGORIO
ALBERTO PEREZ MATA
MAG. GABRIEL AGUILLÓN
ROSALES
LIC. MARÍA BLANCA ESTELA SUBEALDEA RODRÍGUEZ
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En la misma fecha de la resolución, se incluyó en la lista de acuerdos.
Conste.
La licenciada María Blanca Estela Subealdea Rodríguez, secretaria de acuerdo y
trámite de la Sala Colegiada Civil y Familiar del Tribunal Superior de Justicia del
Estado, hago constar y certifico que, en términos de lo previsto en los artículos 27,
fracción IX, 58 y 75 fracción III, de la Ley de Acceso a la Información y Protección
de Datos Personales del Estado de Coahuila de Zaragoza, en esta versión pública se
suprime la información considerada como reservada o confidencial que encuadra en
el ordenamiento mencionado y en las disposiciones aplicables.
Este documento fue cotejado previamente con su original por el licenciado Daniel
Abraham González Esquivel, secretario de estudio y cuenta, quien elaboró la
presente versión pública.
María Blanca Estela Subealdea Rodríguez