Todo un parto
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7/30/2019 Todo un parto
1/1
a
Domingo 2 a. m. Estamos En El lugar
mshotque tiene la ciudad para pasar una
trasnoche de sbado: la sala de partos de una
clnica edificada en lo que alguna vez fue
el centrogayde Buenos Aires y que ahora
es el corazn del estudiantado golondrina,
colombiano, salidor y moderadamente hipster,
aunque tambin un extrao margen de cierta
fisura nocturna que parece llegar de los stanos
de Recoleta y de las plazas desencantadas que
rodean las facultades. Pero ac dentro, tercer
piso de la maternidad, podramos estar en una
base militar de Siberia y nos dara lo mismo. Es
un gabinete mdico sin tiempo y sin memoria,
operado con mquinas de una modernidad
arcaica, donde un monitor mide el pulso cardaco
del beb y lo escupe a travs de una impresora de
punto. A esta altura de la madrugada, flotando
en el lquido amnitico de reserva, la criatura
siente que algo raro, escalofriante y trascendental
est por suceder. La dosis de oxitocina que
gotea desde el suero acelera el ritmo de las
contracciones. La madre puja. Es el llamado de la
naturaleza, pichn.Thedreamisover.
El anestesista, un lungo de piel escamada
y aspecto enfermizo, un Shaggy con acceso
libre a la morfina, hizo su trabajo hace cinco
minutos, y la peridural esparce su magia en la
zona del dolor. Se dice que la anestesiologa es la
especialidad con mayor porcentaje de infartos,
poder gremial y juicios por mala praxis. Entre
estas paredes, sin embargo, las parturientas los
ven como druidas que convierten las centellas
en una niebla clida y rosada. Desde nuestra
perspectiva masculina, los tipos son yonquis
dotados de un humor oscuro, con una influencia
demasiado profunda en la sensibilidad de
nuestras mujeres. Los necesitamos, pero no los
agregaramos en Facebook.
Esta noche todo va a desencadenarse rpido.
Es nuestro tercer parto en menos de seis aos,
un delirio si lo ponemos en estos trminos.
Los nervios no desaparecen, pero ya lidiamos
de otra forma con la burocracia obsttrica.
Llegs entregado despus de un recorrido en
auto a velocidad media, manejando como si
los nervios no te comieran, tratando de hacerte
dueo de una situacin para la que nunca ests
del todo listo. Necesits que te den una mano
en el trmite csmico de sacar a la criatura
a travs de la vagina de tu mujer, porque no
parece algo demasiado sencillo de lograr por tus
propios medios. Y el precio a pagar es un largo
y tortuoso checkinen el que un funcionario del
sanatorio te hace firmar papeles, te pregunta
si quers que suban una foto de tu beb a
la web de la prepaga y, al final, te pide que
llenes un cupn de una marca de paales, una
emboscada de marketing directo disfrazada de
protocolo clnico. A todo esto, me comenta mi
mujer por lo bajo: Ah viene otra contraccin,
y esta es un poco ms dolorosa.
Pero tranquilos, estamos es la fbrica
Wonka del alumbramiento humano, slo que
sin la parte psicodlica. Ac los bebssalen. La
secuencia de un parto se compone de momentos
de calma, tensa calma, calma farmacolgica,
dolor, vrtigo, poder femenino al fin y al cabo,
es una leonera donde mandan la madre, la
partera, la enfermera y, en el mejor de los casos,
de un estallido sagrado en el que se mezclan
la sangre, el llanto, el grito primal del beb
que en ese instante tiene la edad exacta de la
humanidad, y as suena su llanto, ecualizado
en la misma frecuencia desde hace miles de
aos y el desconcierto emocional. Por fuera de
esa nube que sacude a la madre y que envuelve
al padre como una onda expansiva, y por fuera
de la epopeya inaudita que atraviesa el beb, la
lnea de montaje de neonatologa ya se puso en
marcha. La obstetra cort el cordn, esa tripa
griscea y viscosa, y una enfermera le puso al
recin nacido una pulsera plstica identificatoria.
A los padres nos toca ser testigos del primer
servicedel vstago. Los bebs son puestos en
pequeas camillas calentadas por una lmpara
y sometidos a una rpida revisin por el
neonatlogo de guardia. Entre otras cosas, el
protocolo ordena que se les inyecten dos vacunas
(aparentemente no pueden esperar) y que se les
meta por la boca una aspiradora de mocos para
detectar una posible y rara malformacin.
En esta fiebre de sbado por la noche, en
la camillita de al lado, un mdico asiste con
respiracin artificial a un prematuro de un kilo
cuatrocientos y una enfermera se queja de la
abundancia de partos. No es justo: yo pensaba
estudiar. Fue un desprendimiento en la calle,
comenta una mdica que pasa por ah. Alive?,
pregunta una obstetra. S,
Por nuestro lado, tenem
convertida en un alarido de
el turno de pasar a la secci
una enfermera le da un ba
desenreda el pelo con un pe
cogulos que se le pegaron
la viste con el uniforme reg
de tela estampada con hipo
un gorro trmico. El packag
Entonces s, yo quedo re
provisoriamente a cargo. L
la criatura est presentable
madre, destruida, ojerosa,
milenaria guerra uterina, o
mientras le cosen su tercera
fantasma bello, herido y se
del beb parece redimir tod
ese reencuentro de tres, pa
es un mnimo toque de eter
Lo que queda de la noche
en una pequea sala interm
de la madrugada, en la tem
de la reproduccin humana
disponibles. Prendida del p
calostro como si no hubiera
hija empieza a relacionarse
las luces de bajo consumo y
mundo exterior. Me tiro en
para nosotros, los actores d
institucin natal, los benefi
licencia por paternidad.
Me levanto antes del am
despertar a nuestras hijas. C
las contracciones ya dorma
casa a cubrirnos: todo fue u
para ellas, una revolucin r
de sueo. En la calle hay cli
bajn de drogas, de salida d
entrepiernas contra la pare
campanas de las seis. Lo qu
amigables de mi pasado. N
hay dolor. Se respira el aire
otoo y el rumor de una pa
guardianes que viene a asis
espera ms all de la noche
Por Pablo Plotkin
e : pedd
66 brando 0812
Parto animals>Me g eb che, cmezb . Cc e cmeee e e eg.
ilust rac in d e Tony Ganem
Em e bc We mbme, q e cc.
BusCo iaBrir unCrustCtiErra f
@pa