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t. TODOS POR UN NUEVO PAIS PAZ EQUIDAD EDUCACIÓN MINJUSTICIA Al responder cite este número EF 6-0000031-D0J-2300 Bogotá D.C., jueves, 28 de abril de 2016 Doctor LUIS ERNESTO VARGAS SILVA Magistrado Ponente CORTE CONSTITUCIONAL E.S.D. Ref.: Expediente: Norma demandada: Accionantes: Tema: D-11293 Artículos 104A y 104B (parciales) de la Ley 599 de 2000, adicionados por la Ley 1761 de 2015 Jhon Fredy Ríos Agudelo y otros Feminicidio FERNANDO ARÉVALO CARRASCAL, actuando en nombre y representación de la Nación —Ministerio de Justicia y del Derecho, en mi calidad de Director de la Dirección de Desarrollo del Derecho y del Ordenamiento Jurídico y en cumplimiento de lo dispuesto en numeral 6 del artículo 15 del Decreto-Ley 2897 de 2011, expongo las razones de defensa de la norma acusada dentro de este expediente, así: 1. TEXTO DE LA NORMA DEMANDADA (se subrayan los apartes expresamente demandados) "LEY 599 DE 2000 (Julio 24) Por la cual se expide el Código Penal. El Congreso de Colombia DECRETA: Artículo 104A. Feminicidio. Quien causare la muerte a una mujer por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde haya concurrido o antecedido cualquiera de las siguientes circunstancias, incunirá en prisión de doscientos cincuenta (250) meses a quinientos (500) meses. (•••) Artículo 1048. Circunstancias de agravación punitiva del feminicidio. La pena será de quinientos (500) meses a seiscientos (600) meses de prisión, si el feminicidio se cometiere: a). Cuando el autor tenga la calidad de servidor público y desarrolle la conducta punible aprovechándose de esta calidad ( ..) g), Por medio de las circunstancias de agravación punitiva descritas en los numerales 1, 3, 5, 6, 7 y 8 del artículo 104 de este Código." Bogotá D.C., Colombia Calle 53 No. 13 -27 • Teléfono (57) (1) 444 3100 • www.minjusticia.gov.co Página 1 de 17

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MINJUSTICIA

Al responder cite este número EF 6-0000031-D0J-2300

Bogotá D.C., jueves, 28 de abril de 2016

Doctor LUIS ERNESTO VARGAS SILVA Magistrado Ponente CORTE CONSTITUCIONAL E.S.D.

Ref.: Expediente: Norma demandada:

Accionantes: Tema:

D-11293 Artículos 104A y 104B (parciales) de la Ley 599 de 2000, adicionados por la Ley 1761 de 2015 Jhon Fredy Ríos Agudelo y otros Feminicidio

FERNANDO ARÉVALO CARRASCAL, actuando en nombre y representación de la Nación —Ministerio de Justicia y del Derecho, en mi calidad de Director de la Dirección de Desarrollo del Derecho y del Ordenamiento Jurídico y en cumplimiento de lo dispuesto en numeral 6 del artículo 15 del Decreto-Ley 2897 de 2011, expongo las razones de defensa de la norma acusada dentro de este expediente, así:

1. TEXTO DE LA NORMA DEMANDADA (se subrayan los apartes expresamente demandados)

"LEY 599 DE 2000

(Julio 24)

Por la cual se expide el Código Penal.

El Congreso de Colombia

DECRETA:

• Artículo 104A. Feminicidio. Quien causare la muerte a una mujer por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde haya concurrido o antecedido cualquiera de las siguientes circunstancias, incunirá en prisión de doscientos cincuenta (250) meses a quinientos (500) meses. (•••)

Artículo 1048. Circunstancias de agravación punitiva del feminicidio. La pena será de quinientos (500) meses a seiscientos (600) meses de prisión, si el feminicidio se cometiere:

a). Cuando el autor tenga la calidad de servidor público y desarrolle la conducta punible aprovechándose de esta calidad ( ..)

g), Por medio de las circunstancias de agravación punitiva descritas en los numerales 1, 3, 5, 6, 7 y 8 del artículo 104 de este Código."

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2. RAZONES DE LA DEMANDA

El accionante considera que la expresión "por su condición de ser mujer" ubicada en el inciso primero del artículo 104A del Código Penal; el literal a) del artículo 104A del Código Penal y, el número "7", ubicado en el texto del literal g) del artículo 104B del Código Penal, vulneran los principios de estricta legalidad y de non bis in ídem.

Señala concretamente que la expresión "por su condición de ser mujer" contraría el principio de estricta legalidad, bajo la consideración de que "resulta ambigua y vaga por no establecer de manera clara, inequívoca y expresa los supuestos en los cuales la motivación para la comisión de la conducta punible se entiende realizada "por su condición de ser mujer". Más adelante añade que "esta tipificación no corresponde a una disposición clara, expresa e inequívoca".

En relación con el literal g) del artículo 104B del Código Penal, señala que este vulnera el principio non bis in ídem "al establecer agravantes del tipo penal básico de feminicidio que a su vez hacen parte del supuesto de hecho con figurativo del mismo, incurriendo así en un doble juicio" por "estipular una doble valoración punitiva".

3. PROBLEMA JURÍDICO

¿La tipificación del feminicidio como delito autónomo, vulnera los principios de estricta legalidad y de non bis in ídem?

4. RAZONES DE LA DEFENSA

Aunque muchos puedan considerar que el tipo penal autónomo de feminicidio sobra en el Ordenamiento Jurídico y otro sector argumenta que su existencia vulnera el principio de legalidad en estricto sentido y el non bis in ídem, no puede perderse de vista que la eventual validez de dichos argumentos se encuentra enmarcada en un contexto histórico y lógico eminentemente machista, que por muchos años ha sido miope ante el inveterado fenómeno de la instrumentalización del homicidio de mujeres como un instrumento de sometimiento del género femenino ante una cultura machista que se encuentra enquistada en todos los ámbitos, bien sea familiares, sociales, religiosos, profesionales y políticos.

Ciertamente no todo homicidio cometido contra una mujer es un feminicidio, y esto es porque existen casos en que la vulneración del bien jurídico tutelado de la vida, se ejecuta sin una teleología orientada a la perpetuación del aberrante paradigma del machismo o en pro del sometimiento del género femenino a los prejuicios y roles propios de una sociedad patriarcal. No obstante, cuando el homicidio de una mujer es cometido con los fines antes citados, es decir, cuando la vulneración del bien jurídico tutelado de la vida no es un fin sino un medio, o una herramienta ejercida para la perpetuación del sometimiento de la mujer al poder masculino, y al reforzamiento de paradigmas y roles machistas, no puede hablarse de otra cosa más que de feminicidio.

La instauración del feminicidio como delito autónomo, obedece a la realidad de un mundo machista en el cual el homicidio se instrumentaliza como arma de sometimiento masivo de las mujeres a roles, actitudes y costumbres que atacan el núcleo fundamental de sus derechos fundamentales y de su propia dignidad. El feminicidio no es un simple homicidio; no es un fin en sí mismo para quien lo perpetra; no es el simple

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y terrible hecho de privar de la vida a otro ser humano; es la utilización del asesinato como medio o mecanismo de perpetuación de un sistema de pensamiento fundamentalista que concibe a la mujer como un ser humano de segunda categoría, cuya suerte está atada al capricho y la voluntariedad de un macho dominante.

En forma muy concreta, el tipo penal autónomo de feminicidio se debe diferenciar completamente del de homicidio, ya que con él lo que se busca penalizar es la instrumentalización del homicidio como mecanismo de control, sometimiento, explotación, humillación, degradación e instrumentalización del ser humano de género femenino, bajo consideraciones, dogmas, ideas o ideologías fundamentalistas y radicales que pululan en todos los ámbitos de la sociedad, la familia, el Estado, la religión, la política, el mundo profesional y laboral, etc.

El fundamentalismo radical de quienes consideran a la mujer un ser humano disminuido, incompleto, dependiente del poder y el mando masculino, esclavo de roles y paradigmas retrógrados e inhumanos, ha convertido el homicidio de mujeres no en un fin orientado a sesgar la vida de otro par humano, sino en un medio para perpetuar el status quo de un mundo patriarcal, machista, misógino y profundamente injusto con el género femenino de la especie humana. El tipo penal de homicidio nunca ha sido, ni es, ni será suficiente para atacar la instrumentalización del homicidio como mecanismo de sometimiento de las mujeres ante quienes se pretenden imponer como sus amos, como sus dueños, como sus tiranos.

El mundo civilizado y un Estado Social y Democrático de Derecho como el colombiano tiene el deber de luchar y combatir el fundamentalismo radical machista que a lo largo de la historia y en todas las latitudes que se ha enquistado en la todos los ámbitos y estamentos sociales, escudado en la infame falacia de la superioridad innata del género masculino, ha segado la vida de millares de mujeres en medio de una guerra no declarada pero real contra la reivindicación plena de los derechos de estas.

En dicha lucha en Colombia es necesario dotar a la justicia de las herramientas legales idóneas para combatir con nombre propio el feminicidio, que ha permanecido oculto y subestimado a lo largo de la historia humana, llegando a ser incluso justificado, enaltecido y promovido en no pocos ámbitos sociales, educativos, políticos, culturales y religiosos. Una de estas herramientas, es la de visibilizar e individualizar esta conducta atroz convirtiéndola en un tipo penal autónomo, comprendiendo que es una conducta que objetivamente va más allá del acto homicida ya que perpetua la situación histórica de victimización de que ha sido objeto el género femenino, mediante la instrumentalización del asesinato como herramienta de terror, escarnio y sometimiento de las mujeres al imperio del machismo,

Luego de esta breve introducción y antes de entrar a explicar y mostrar en mayor detalle las razones que nos llenan de convicción y determinación para defender la constitucionalidad del tipo penal autónomo de feminicidio, y el avance histórico que esto implica en la historia de la reivindicación de los derechos de las mujeres, consideramos pertinente hacer mención y transcripción parcial de la "Declaración sobre el feminicidio, del Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará" y las "Conclusiones y recomendaciones del informe "Acceso a la Justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas ". Veamos:

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4.1. Declaración sobre el feminicidio", del Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará.

La Comisión Interamericana de Mujeres, de la Organización de los Estados Americanos —OEA-, efectuó una declaración sobre feminicidio, en la que se hace un breve pero conciso análisis de este fenómeno criminal, históricamente invisibilizado y subestimado, del cual nos permitimos transcribir algunos apartes que consideramos necesarios para discutir la validez de su tipificación como delito autónomo. Veamos:

"INTRODUCCIÓN2

Hasta 1992 el término femicide venía siendo usado por el periodismo y la sociedad en forma coloquial para referirse a la muerte de mujeres. En ese año, Diana Russell y Ji!! Radford le dan un contenido jurídico y social al concepto en su texto Femicide: The Politics of Women Killing, definiéndolo como el asesinato de mujeres, cometido por hombres, por el hecho de ser mujeres3. Ellas lo desarrollaron con el objetivo de hacer notar los motivos de género detrás de las muertes de las mujeres a manos de los hombres: intentos de controlar sus vidas, sus cuerpos vio su sexualidad, al punto de castigar con la muerte a aquellas que no acepten este sometimiento.

Posteriormente, Marcela Lagarde toma la noción de femicide de Russell y Radford y la desarrolla como feminicidio y no como femicidio, que vendría a ser la traducción literal. Para Lagarde, mientras el femicidio se entiende como la muerte de mujeres sin especificar las causas de estas muertes, el término feminicidio se presta mejor a cubrir las razones de género y la construcción social detrás de estas muertes, así como la impunidad que las rodea4. Lagarde usa el término feminicidio para analizar el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, México.

Sin embargo, en el ámbito internacional se han venido usando indistintamente los términos feminicidio y femicidio para dar nombre al mismo problema5, aunque en el caso del Caribe no existe esta controversia y solo se usa el término femicide.

Por otro lado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recién usa el término feminicidio desde el año 2007 en el caso de Bolivia, en base a lo desarrollado en el Estudio a Fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer del Secretario General de la ONU, que también llama a este problema feminicidio6. Previo a ello, la CIDH se refirió a este problema como asesinato de mujeres, y mostró su preocupación al convocar una Audiencia Temática sobre este problema (2006). Asimismo, dicho organismo ha admitido cuatro casos de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, México. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la sentencia del caso "González y otras" (Campo Algodonero) se refirió a los homicidios de mujeres por razones de género.

Desde que el Comité de Expertas en 2008 adoptó la presente declaración sobre el feminicidio, en la que señala que constituye la forma más grave de discriminación y violencia contra las mujeres son once países los que tipifican el feminicidio con base en la definición del CEVI, y cinco más, tipifican o agravan los homicidios de mujeres en ciertos casos."

MECANISMO DE SEGUIMIENTO CONVENCIÓN BELÉM DO PARÁ (MESECVI) COMITÉ DE EXPERTAS/OS VIOLENCIA (CEVI) 13-15 de agosto de 2008 Washington, D.C. 0EA/Ser.U11.7.10 MESECVI/CEVI/DEC. 1/08 15 agosto 2008 Original: español 2 "El texto de la introducción fue retomado de la declaración de Delegadas de la Comisión Interamericana de Mujeres de fecha 22 de octubre de 2008 (0EA/Ser.L111.2.34). Dicho texto fue actualizado con base en la información disponible del MESECVI hasta agosto de 2015."

"RUSSELL, Diana y Roberta HARMES (2006). Feminicidio: Una Perspectiva Global. México DF: Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma de México, p. 74." 4 "LAGARDE Y DE LOS RIOS, Marcela. Presentación a la Edición en Español. En: RUSSELL et al, p. 12." 5 "En el caso del Comité por la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAVIO, éste usa el término femicidio en los informes sobre Honduras (2007) y Guatemala (2006), mientras que usa feminicidio para el informe sobre México (2006). El Comité de Expertas (CEVI) del MESECVI decidió transitoriamente utilizar la palabra femicidio hasta que se realice una consulta más amplia."

"5. Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Acceso a la Justicia e Inclusión Social: El Camino Hacia el Fortalecimiento de la Democracia en Bolivia. En: http://www.cidh.org/counttyrep/bolivia2007sp/bolivia07cap5.sp.htm# ftn260 "

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El Comité de Expertas/os (CEVI) del Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, "Convención de Belém do Pará" (MESECVI), en su Cuarta Reunión celebrada en Washington, D.C., del 14 al 15 de agosto de 2008, reconociendo el grave problema del femicidio en América Latina y el Caribe y expresando su preocupación por el creciente número de asesinatos de mujeres en la región,

DECLARA:

1. Que en América Latina y el Caribe, los femicidios son la manifestación más grave de discriminación y violencia contra las mujeres. Los altos índices de violencia contra ellas, su limitado o nulo acceso a la justicia, la impunidad que prevalece a los casos de violencia contra las mujeres y la persistencia de patrones socioculturales discriminatorios, entre otras causas, inciden en el aumento del número de muertes.

2. Que consideramos que los femicidios son la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal; en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión.

3 Que las víctimas de femicidio son las mujeres en sus diversas etapas, situaciones o condiciones de vida

4. Que numerosos casos de femicidio se producen como resultado de relaciones desiguales de poder en las parejas en las que la mujer ha sufrido violencia de forma grave o prolongada sin haber encontrado alternativas o apoyo para salir de ella.

5 Que la situación de impunidad en femicidios se exacerba cuando existen situaciones de emergencia, conflictos armados, desastres naturales u otras situaciones de riesgo

6. Que la mayoría de los femicidios quedan impunes debido, entre otras causas, al limitado acceso de las mujeres a la justicia, así como a los prejuicios de género durante los procesos judiciales, policiales y fiscales. Estos casos o son archivados por una supuesta falta de pruebas, o son sancionados como homicidios simples con penas menores, donde en muchas ocasiones se aplican los atenuantes de "emoción violenta" para disminuir la responsabilidad del victimario."

POR LO EXPUESTO, RECOMIENDA A LOS ESTADOS PARTE:

1 Que el atenuante de "emoción violenta" no sea utilizado para disminuir la responsabilidad de los autores de femicidio

2 Legislar o fortalecer la legislación existente respecto a la autonomía de las mujeres, sus derechos y libertades, de manera que las mujeres que viven situaciones de violencia o son amenazadas, puedan encontrar formas efectivas y eficaces para salir de dichas relaciones y proteger sus vidas

3 Incluir los riesgos de vida e integridad física y otras manifestaciones de violencia contra las mujeres en sus políticas de seguridad ciudadana.

4 Garantizar mayor y mejor acceso de las mujeres a la justicia; mejorando el sistema de investigación criminal y protección a las mujeres afectadas por violencia, incluso las pericias forenses, y el procedimiento judicial para eliminar la impunidad de los agresores así como sancionar adecuadamente a los funcionarios/as que no emplearon la debida diligencia en esos procedimientos

5 Contar con bancos de datos, investigaciones y estadísticas que permitan conocer la magnitud de la problemática de femicidio en sus países, y que realicen el monitoreo de los avances y retrocesos del Estado en esa materia

ASIMISMO, RECOMIENDA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN:

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Adoptar códigos de ética para el tratamiento de los casos de violencia contra las mujeres y en especial de los femicidios, promoviendo el respeto a la dignidad e integridad de las víctimas; y evitando la difusión de detalles morbosos, estereotipos sexistas o descalificadores de las mujeres. Los medios de comunicación deben cumplir un rol de educación ética ciudadana, promover la equidad e igualdad de género y contribuir a la erradicación de la violencia contra las mujeres."

4.2. Conclusiones y recomendaciones del informe "Acceso a la Justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas7"

La OEA, publicó un informe sobre el estado de acceso a la justicia a las mujeres víctimas de la violencia de género, dentro del cual se concluye que:

"294. La CIDH manifiesta su gran preocupación ante el hecho de que la mayoría de los actos de violencia contra las mujeres quedan en la impunidad, perpetuando la aceptación social de este fenómeno. Por este motivo, reitera a los Estados la necesidad de mejorar la respuesta judicial para cumplir plenamente con su obligación de debida diligencia. En las circunstancias actuales, las mujeres víctimas de violencia no pueden gozar y ejercer a cabalidad sus derechos consagrados en la Convención de Belém do Paré, en la Convención Americana, en la Declaración Americana y en otros instrumentos internacionales de protección a los derechos humanos. La CIDH y su Relatoría han confirmado a través de este proyecto, que el próximo peldaño para continuar avanzando los derechos de las mujeres, es pasar de su reconocimiento formal, a la creación de garantías para su real y efectivo ejercicio.

295. El análisis y las recomendaciones contenidas en este informe se basan principalmente en las obligaciones regionales sobre derechos humanos asumidas voluntariamente por los Estados americanos, principalmente en la Convención Americana, la Declaración Americana y la Convención de Belém do Para. Conforme a sus obligaciones en el marco del derecho internacional, los Estados tienen la obligación de emplear la debida diligencia para prevenir, investigar, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Asimismo, garantizar un acceso a recursos judiciales idóneos y efectivos constituye un requisito previo indispensable para el pleno cumplimiento de esta obligación.

296. Las recomendaciones contenidas en este informe están orientadas al diseño de intervenciones y acciones estatales para garantizar una respuesta judicial idónea, inmediata, oportuna, exhaustiva, seria e imparcial, frente a actos de violencia contra las mujeres. Las recomendaciones tienen tres objetivos específicos. En primer lugar, están destinadas a que los Estados diseñen una política estatal integral, respaldada por recursos públicos adecuados, para garantizar que las mujeres víctimas de violencia cuenten con un acceso oportuno a la justicia y que los actos de violencia sean adecuadamente prevenidos, investigados, sancionados y reparados. En segundo lugar, exhortar a los _Estados a crear las condiciones necesarias para que las mujeres puedan utilizar el sistema de administración de la justicia para remediar los actos de violencia sufridos y puedan recibir un trato digno por parte de los funcionarios públicos. Por último, tienen por finalidad motivar a los Estados a que adopten políticas públicas destinadas a reestructurar las concepciones estereotipadas acerca del rol de las mujeres en la sociedad y promover la erradicación de patrones socioculturales discriminatorios que impiden su acceso pleno a la justicia.

297. Las recomendaciones formuladas son de doble naturaleza: recomendaciones generales y recomendaciones por categoría de atención y respuesta. Las recomendaciones van dirigidas a problemas que surgen de la actuación de la justicia, las leyes y normas de los Estados, y las políticas de gobierno. En las recomendaciones, la CIDH ha considerado las necesidades especiales de grupos o sectores sociales expuestos a procesos estructurales de discriminación y violencia.

ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS, COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS OENSerilV/11. Doc. 68 20 enero 2007 Original: Español

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298. La CIDH reitera su compromiso de colaborar con los Estados americanos en la búsqueda de soluciones a los problemas identificados. Algunas medidas adoptadas para hacer frente a esta situación ponen de manifiesto la comprensión y el reconocimiento de la gravedad de los problemas existentes y el compromiso de los miembros del sector estatal y la sociedad civil de abordar en forma efectiva las numerosas barreras que las mujeres enfrentan al denunciar hechos de violencia y discriminación para acceder a una tutela judicial efectiva.

Recomendaciones generales

1. Diseñar una política estatal integral y coordinada, respaldada con recursos públicos adecuados, para garantizar que las víctimas de violencia tengan un acceso pleno a una adecuada protección judicial para remediar los hechos sufridos, y que los actos de violencia sean adecuadamente prevenidos, investigados, sancionados y reparados.

2. Garantizar la debida diligencia para que todos los casos de violencia por razón de género sean objeto de una investigación oportuna, completa e imparcial, así como la adecuada sanción de los responsables y la reparación de las víctimas.

3. Fortalecer la capacidad institucional para combatir el patrón de impunidad frente a casos de violencia contra las mujeres a través de investigaciones criminales efectivas, que tengan un seguimiento judicial consistente, garantizando así una adecuada sanción y reparación.

4. Adoptar políticas públicas destinadas a reestructurar los estereotipos sobre el rol de las mujeres en la sociedad y promover la erradicación de patrones socioculturales discriminatorios que impiden su acceso pleno a la justicia, que incluyan programas de capacitación y políticas integrales de prevención.

5. Los órganos legislativos, ejecutivos y judiciales deben analizar mediante un escrutinio estricto todas las leyes, normas, prácticas y políticas públicas que establezcan diferencias de trato basadas en el sexo o que puedan tener un impacto discriminatorio en los términos definidos en este informe.

6. Aplicar debidamente las recomendaciones anteriormente formuladas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y los organismos y mecanismos de las Naciones Unidas como la Relatora de las Naciones Unidas sobre violencia contra la mujer y el Comité que vigila el cumplimiento de la CEDAW y otros organismos internacionales, con el fin de eliminar las múltiples barreras que las mujeres enfrentan para acceder a la justicia.

Recomendaciones específicas

Investigación, juzgamiento y sanción de actos de violencia contra las mujeres

1. Fortalecer la capacidad institucional de instancias judiciales, como el Ministerio Público, la policía, las cortes y tribunales, y los servicios de medicina forense, en términos de recursos financieros y humanos, para combatir el patrón de impunidad frente a casos de violencia contra las mujeres, a través de investigaciones criminales efectivas que tengan un seguimiento judicial apropiado, garantizando así una adecuada sanción y reparación. Ello involucra la adquisición de los equipos técnicos necesarios para efectuar pruebas de tipo químico y forense, así como todas las pruebas que sean requeridas para esclarecer los hechos investigados.

2. Adoptar medidas inmediatas para garantizar una capacitación efectiva en materia de derechos de las mujeres, de todos los funcionarios públicos involucrados en el procesamiento de casos de violencia contra las mujeres (incluidos fiscales, policías, jueces, abogados de oficio, funcionarios administrativos y profesionales de medicina forense) con el fin de que apliquen las normas nacionales e internacionales para enjuiciar estos delitos en forma adecuada, y para que respeten la integridad y la dignidad de las víctimas y sus familiares al denunciar estos hechos y durante su participación en el proceso judicial.

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3. Adoptar medidas destinadas a institucionalizar la colaboración y el intercambio de información entre las autoridades responsables de investigar los actos de violencia y discriminación, particularmente entre el Ministerio Público y la policía.

4. Diseñar protocolos para facilitar y fomentar la efectiva, uniforme y transparente investigación de actos de violencia física, sexual y psicológica, que incluya una descripción de la complejidad en las pruebas, y el detalle de las pruebas mínimas que es preciso recopilar para proporcionar una fundamentación probatoria adecuada, que incluya pruebas científicas, psicológicas, físicas y testimoniales. Es importante incentivar la investigación multidisciplin aria de estos delitos.

5. Sistematizar las decisiones de los organismos regionales e internacionales de protección a los derechos humanos de las mujeres sobre los procesos de investigación de casos de violencia contra las mujeres, y hacer esta información accesible a operadores públicos a nivel nacional y local.

6. Desarrollar programas educativos para las y los ciudadanos, desde una etapa formativa y temprana, para promover el respeto de las mujeres como iguales y el reconocimiento de sus necesidades particulares como mujeres, así como el respeto de sus derechos a la no violencia y a la no discriminación.

7. Identificar e institucionalizar nuevas formas de capacitación de empleados públicos a través de todos los sectores (justicia, seguridad, salud y educación), que aborden de manera integral el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia y discriminación, y el debido respeto a su integridad física y psicológica por parte de los servidores públicos en el ejercicio de sus funciones. (• • 9

Legislación, políticas y programas de gobierno

1. Reformar el contenido del marco jurídico existente destinado a proteger los derechos de las mujeres, tanto civil como penal, con el fin de armonizarlo con los principios consagrados en la Convención Americana, la Convención de Belém do Pará

la CEDAVV, entre otros instrumentos internacionales de derechos humanos

2. Implementar la legislación nacional y las políticas públicas existentes destinadas a proteger a las mujeres contra actos de violencia y discriminación, y sus consecuencias en materia política, económica, y social y asignar suficientes recursos y la correspondiente reglamentación para asegurar su implementación efectiva en todo el territorio nacional.

3. Crear y fortalecer programas de capacitación para funcionarios públicos en los sectores de la justicia y de la policía sobre la implementación efectiva del marco jurídico y de las políticas públicas existentes, mediante medidas destinadas a garantizar su sostenibilidad e institucionalización.

4. Identificar y crear indicadores y sistemas interinstitucionales de vigilancia sobre la implementación de la legislación y las políticas destinadas a prevenir y erradicar los efectos de la violencia y la discriminación contra las mujeres.

5. Crear mecanismos interinstitucionales de coordinación y diálogo entre los programas y servicios nacionales y locales destinados a mujeres víctimas de violencia y discriminación. Estos mecanismos deben favorecer la coordinación entre todos los programas a nivel nacional y entre los programas implementados a nivel nacional y los locales.

6. Asignar un mayor número de recursos estatales a las entidades responsables de prestar servicios de naturaleza legal, psicológica y social a mujeres víctimas de violencia.

7. Implementar políticas públicas y crear instituciones destinadas a abordar la violencia y la discriminación que las mujeres sufren en zonas rurales, marginadas y en desventaja económica. Integrar equipos muldisciplinarios (SIC) de trabajo para determinar la dimensión

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del problema de la violencia y la discriminación en estas zonas, e identificar estrategias integrales para atenderlo.

8. Adoptar las medidas requeridas para completar la ratificación e implementación de la Convención Americana, la Convención de Belém do Pará y el Protocolo de la CEDAW

9. Crear mecanismos para incrementar la participación de las mujeres en los sistemas electorales, en los cargos públicos y en especial en los sistemas de administración de justicia. Garantizar a través de los mecanismos adecuados la nominación de mujeres para los tribunales superiores de justicia, Corte Supremas y Cortes Constitucionales.

10. Nominar mujeres para ocupar cargos en los organismos del sistema interamericano de derechos humanos, como la CIDH y la Corte Interamericana, con el fin de lograr un mayor equilibrio en la representación de hombres y mujeres en estas instancias."

4.5. Sentencia C-501/14 — Repaso de la línea jurisprudencial sobre la libertad de configuración legislativa y el principio de legalidad en materia penal.

Antes de explicar en concreto las razones de la defensa del tipo penal autónomo de feminicidio, creemos pertinente repasar algunos apartes de la línea jurisprudencial sobre el principio de legalidad penal, reiterados en la sentencia C-501/14. Veamos:

"6.1.1. El principio de legalidad en materia penal ha sido objeto de estudio por parte de esta Corporación, quien en distintos pronunciamientos se ha ocupado de desarrollar de forma amplia los temas relacionados con su alcance, contenido, justificación, importancia y consecuencias jurídicas.

6.1.2. Ha iniciado la Corte por señalar que, en virtud de la cláusula general de competencia prevista en los artículos 114 y 150 de la Constitución Política, "es esencialmente al Legislador a quien corresponde determinar la política criminal del Estado"8, estando facultado para regular los asuntos penales y penitenciarios, y dentro de ello, para definir las conductas que constituyen delitos las penas que deben imponerse y el procedimiento que ha de seguirse para aplicar la respectiva sanción.

6.1.3. En relación con este aspecto, la Corporación ha señalado que "es consustancial al Estado de derecho, el hecho de que las conductas constitutivas de delitos y sus respectivas sanciones, trascendentales en el ámbito del ejercicio de los derechos fundamentales, sean determinadas mediante ley, es decir, 'sean fruto de un debate dinámico entre las distintas fuerzas políticas que se asientan en el parlamento pues sólo así se garantiza que el ejercicio del poder punitivo del Estado se ajuste a parámetros racionales y no se distorsione por intereses particulares o necesidades coyunturales9'.""

6.1.4. Sobre la base de que el régimen penal no es definido por la Constitución, y de que es la propia Carta Política la que delega en el legislador la atribución de regularlo, se ha entendido, entonces, que la competencia para desarrollar la política criminal del Estado es amplía, en el sentido de que incluye, entre otros aspectos: (i) la posibilidad de crear, modificar o suprimir figuras delictivas; (ii) introducir clasificaciones entre ellas; (iii) establecer modalidades punitivas; (iv) graduar las penas aplicables y fijar la clase y magnitud de las mismas; y (v) consagrar los regímenes para el juzgamiento y tratamiento de los delitos y contravenciones, definiendo en ellos las reglas de procedimiento de acuerdo con las garantías del debido proceso.

El amplio margen de configuración en materia penal reconocida al legislador lo autoriza, en suma, para definir todos los temas relacionados con el delito y con los mecanismos y procedimientos para reprimirlo, teniendo en cuenta las circunstancias políticas, sociales,

Sentencia C-1033 de 2006. 9 Sentencia C-420 de 2002. 10 Sentencia C-468 de 2009.

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económicas o de cualquier orden que en un determinado contexto histórico puedan incidir en la realidad que se pretenda regular y controlar" ( )

6.1.7. Con respecto a los límites a los que se encuentra sometido el legislador en el ejercicio de la potestad punitiva del Estado, la Corte ha precisado que éstos son de dos tipos: explícitos, entendidos como las prohibiciones que de manera expresa le fija la Constitución al legislador en la materia, e implícitos12 , con los cuales se identifican las limitaciones requlatorias que surgen de la lectura y aplicación sistemática del texto de la Carta Política. En cuanto a los límites explícitos, por expreso mandato de la Constitución, al legislador le está prohibido establecer las penas de muerte (C.P. art. 11), destierro, prisión perpetua o confiscación (C.P. art. 34), así como también someter a cualquier persona a torturas, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes (C.P. art. 12). Sobre los límites implícitos, los mismos le imponen al legislador el deber propender por la realización de los fines esenciales del Estado, de manera que, en ejercicio de la potestad punitiva, le corresponde a éste actuar en forma razonable y proporcionada, garantizando y respetando la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución, y asegurando la vigencia de un orden justo (C.P. art. 2°).

6.1.8. Así las cosas, si bien la Constitución le reconoce al legislador un margen de discrecionalidad relativamente amplio para implementar y desarrollar la política criminal del Estado, en el ámbito de su regulación, la validez e idoneidad de las medidas que en ese campo se puedan adoptar, "depende de que las mismas sean compatibles con los valores superiores del ordenamiento, los principios constitucionales y los derechos fundamentales, debiendo entonces mantener un margen de razonabilidad y proporcionalidad con respecto al fin para el cual fueron concebidas"13.

6.1.9. A la luz de lo anteriores razonamientos, la Corte ha destacado que uno de los límites a la facultad legislativa en materia penal y, en particular, a la potestad para definir los delitos y las penas, es precisamente el principio de legalidad, en virtud del cual las personas solo pueden ser investigadas, acusadas, juzgadas y sancionadas penalmente, por acciones u omisiones constitutivas de delitos que se encuentren previamente establecidos en la ley de manera clara, expresa, precisa e inequívoca14.

6.1.10. El principio de legalidad, ha dicho la Corte, además de representar una de las principales conquistas del constitucionalismo moderno, es considerado una garantía esencial del derecho fundamental al debido proceso, "pues constituye una salvaguarda de la seguridad jurídica de los ciudadanos, ya que les permite conocer previamente las conductas prohibidas y las penas aplicables", de manera que "protege la libertad individual, controla la arbitrariedad judicial y asegura la igualdad de todas las personas ante el poder punitivo estatal".15

6.1.11. En la Sentencia C-592 de 2005, la Corte precisó que el principio de legalidad se representa a través de distintos institutos jurídicos que se sintetizan en los siguientes aforismos: "...nullum crimen sine praevia lege: no puede considerarse delito el hecho que no ha sido expresa y previamente declarado como tal por la ley; nulla poena sine praevia lege: esto es, no puede aplicarse pena alguna que no esté conminada por la ley anterior e indicada en ella; nemo iudex sine lege: o sea que la ley penal sólo puede aplicarse por los órganos y jueces instituidos por la ley para esa función • nemo damnetur nisi per legaje indicum, es decir que nadie puede ser castigado sino en virtud de juicio legal16".

6.1.12. Entendido de ese modo, el principio de legalidad en materia penal se encuentra expresamente consagrado en el artículo 29 de la Constitución Política, al disponer dicha norma que: "[n]adie podrá ser juzgado sino conforme a leyes prexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio".

A nivel del derecho internacional, como ya lo ha señalado esta Corporación, el citado principio se encuentra consagrado, entre otros, en el artículo 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1948, en el artículo 15

11 Sobre el tema se pueden confrontar, entre otras, las Sentencias C-559 de 1999, C-840 de 200, C-646 de 2001, C-247 de 2004, C-034 de 2005 y C-468 de 2009. 12 Sobre el tema se pueden consultar, entre otras, las Sentencias C-013 de 1997, C-840 de 2000 y C- 034 de 2005. 13 Sentencia C-468 de 2009. 14 Cfr. Sentencias C-238 de 2005, C-820 de 2005, C-605 de 2006 y C-365 de 2012, entre otras. "Ver, entre otras, las Sentencias C-127 de 1993, C-344 de 1996 y C-559 de 1999. 16 Luis Jiménez de Asúa, "Tratado de Derecho Penal. Tomo 11 Filosofía y Ley Penal", Edit. Losada, Buenos Aires Argentina, 1950.

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del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1966, incorporado al derecho interno mediante la Ley 74 de 1968, y en el artículo 9° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos -Pacto de San José de 1969-, incorporada al derecho interno a través de la Ley 16 de 1972.

6.1.13. Ahora bien, esta Corporación ha destacado que el principio de legalidad encuentra parte importante de su desarrollo y aplicación en el tema relacionado con la configuración de los tipos penales, "los cuales constituyen formulaciones abstractas e hipotéticas que hace el legislador de los comportamientos que considera lesivos de bienes jurídicos objeto de protección".

6.1.14. En ese contexto, y conforme con el alcance que le ha sido fijado, el principio de legalidad comprende una serie de garantías que van más allá de la simple exigencia de reserva legal previa. A este respecto, la jurisprudencia constitucional ha señalado que "en materia penal, el principio de legalidad en sentido lato o reserva legal, esto es, que la ley debe definir previamente los hechos punibles, no es suficiente y debe ser complementado por un principio de legalidad en sentido estricto, también denominado como el principio de tipicidad o taxatividad17, según el cual, las conductas punibles deben ser no sólo previamente sino taxativa e inequívocamente definidas por la ley, de suerte, que la labor del juez penal se limite a verificar si una conducta concreta se adecua a la descripción abstracta realizada por la

6.1.15. Ha expresado la Corte que, de acuerdo con la dogmática tradicional, "el tipo penal debe contener en sí mismo todos los elementos que lo determinan y que lo hacen diferente a otros tipos penales que pueden llegar a ser parecidos"19, con lo cual se busca garantizar a las personas a quienes las normas van dirigidas, conocer en forma clara y detallada, hasta donde se extiende la protección jurídica de sus actos.

6.1.16. Por eso, a través del principio de tipicidad o taxatividad penal, se exige que la descripción de la conducta punible y el señalamiento de la pena no solo sea previa, sino también clara, precisa e inequívoca, y no ambigua e indeterminada, de modo que la labor del juez se limite a establecer si una determinada conducta se adecúa o no al tipo penal, para deducir o no las consecuencias contempladas en el mismo, pues "de esa manera, el principio de legalidad cumple verdaderamente su función garantista y democrática, pues sólo así protege la libertad de las personas y asegura la igualdad ante el poder punitivo estatal"20.

6.1.17. Según lo ha explicado esta Corporación en virtud del principio de estricta legalidad o de tipicidad penal, "el legislador se encuentra obligado a establecer claramente en que circunstancias una conducta resulta punible", pues, "I'nlo puede dejarse al juez, en virtud de la imprecisión o vaguedad del texto respectivo, la posibilidad de remplazar la expresión del legislador, pues ello pondría en tela de juicio el principio de separación de las ramas del poder público, postulado esencial del Estado de Derecho"21.

6.1.18. Así, en principio, se debe impedir la indeterminación en la descripción de las conductas penales, para evitar que se pueda caer en una decisión subjetiva y arbitraria. No obstante, como bien lo ha reconocido la jurisprudencia constitucional, el tema de la prohibición de delitos y penas indeterminados, resulta particularmente relevante y controvertible frente a dos modalidades de tipos penales: los tipos penales en blanco y los tipos penales abiertos, en lo cuales no existe total precisión en relación con los elementos descriptivos que los determinan.

6.1.19. Con apoyo en la doctrina especializada, la Corte ha destacado que la estructura del tipo penal descansa sobre dos pilares fundamentales: el precepto y la pena. El precepto es la descripción de la conducta que infringe una prohibición o de la omisión que incumple un mandato, mientras que la pena o sanción es la forma de reacción que el Estado adopta cuando verifica que la conducta o la omisión contenida en el tipo se han producido.

6.1.20. Ha expresado la Corte que "la división binaria del tipo penal es una realidad impuesta por el principio de legalidad penal conocido como nullum crimen nulla poena sine lege. Por un lado, el principio establece que no existe delito sin ley, lo que significa que no existe delito sin precepto de

17 Al respecto, ver Luigi Ferrajoli. Razón y derecho. Teoría del garantismo penal. Madrid: Trotta, 1995, párrafos 6.3., 9 y 28 " Sentencia C-559 de 1999. 19 Sentencia T-127 de 1993. 20 Sentencia C-843 de 1999, reiterada, entre otras, en la Sentencia C-559 de 1999, C-1144 de 2000, C-226 de 2002 y C-365 de 2012. 21 Sentencia C-173 de 2001.

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reproche; y, por el otro, el principio prescribe que no existe pena sin ley, lo que quiere indicar que, una vez se ha descrito el precepto, éste no puede ser sancionado si el legislador no contempla la pena correspondiente "22 .

6.1.21. Frente a la división binaria de/tipo, lo que ocurre en el caso de los tipos penales en blanco y los tipos penales abiertos, es que la norma puede prever directamente la sanción a imponer, pero a su vez presenta una descripción parcial o incompleta de la conducta generadora de la pena. La jurisprudencia constitucional ha admitido, bajo ciertas condiciones, la legitimidad de estas modalidades de tipos penales, "al reconocer que no toda la realidad sujeta a regulación penal es susceptible de ser descrita en moldes legales, cerrados y completos. "23 ( • • •)"

4.4. El tipo penal autónomo de feminicidio no vulnera los principios de estricta legalidad y de non bis in ídem

De acuerdo con la Real Academia Española, el significado de feminicidio24 es el siguiente:

"feminicidio Del lat. femrna 'mujer' y -cidio; cf ingl. feminicide. 1. m. Asesinato de una mujer por razón de su sexo."

No obstante lo concreta, esta definición no alcanza a expresar de forma exacta la magnitud y alcance de la realidad del feminicidio, que va más allá de la vulneración del bien jurídico tutelado de la vida en relación con un ser humano del género femenino, por cuanto constituye una manifestación de la prolongación de un esquema histórico, sistemático y cuasi universal -en el contexto de la historia humana-, de sometimiento y violencia contra las mujeres, que tiene profundas y perniciosas raíces en ámbitos culturales, religiosos, sociales, educativas y familiares, entre, otras.

Históricamente y en la medida en que la humanidad ha logrado evolucionar en el reconocimiento y protección de los derechos fundamentales de las mujeres, y se han ido abandonando poco a poco concepciones radicalmente machistas del mundo y la humanidad, se ha hecho evidente que bajo el paraguas de la figura del homicidio -un tipo penal formalmente neutral frente al género de la víctima-, ha permanecido oculto y subestimado el verdadero alcance y gravedad del feminicidio, entendido más allá de la vulneración del bien jurídico de la vida, como el uso e instrumentalización del asesinato como mecanismo terrorífico de dominación totalitaria, sometimiento y subyugación del género femenino ante el masculino.

El feminicidio no debería entonces, como pretende la óptica penal tradicional, seguir siendo tratado y tipificado como un mero homicidio, cuando los hechos y los datos de los Organismos internacionales, los observatorios y los defensores de derechos humanos y la propia historia humana demuestran que es un fenómeno criminal en el cual la finalidad real de sus autores es la dominación total, absoluta del género femenino y en la cual el asesinato es utilizado como la más vil forma de sometimiento a una visión machista del mundo. El feminicidio, debería ser tratado como el fenómeno atroz que es, y que más allá de arrebatar la vida de millares de mujeres a lo largo y ancho del mundo, vulnerando el bien de la vida, es un mecanismo de perpetuación de la discriminación, el sometimiento y el abuso.

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22 Sentencia 0-605 de 2006. " Sentencia 0-559 de 1999. 24 http://die.rae.es/?id=Hjt6Vqr

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Concretamente, el tipo autónomo de feminicidio, establecido como tal en la Ley 1761 de 2015, se diferencia de forma radical del tipo penal de homicidio, ya que la conducta que se penaliza va más allá de la terminación de la vida de un ser humano. El feminicidio es la instrumentalización del homicidio de mujeres como vía de sometimiento de estas frente a paradigmas discriminatorios e inhumanos que enaltecen y busca perpetuar, enaltecer y justificar el machismo. Desde este punto de vista consideramos que no puede señalarse que se vulnere el principio de legalidad. Una cosa es el homicidio como atentado al derecho a la vida y otra cosa objetivamente distinta es el feminicidio usado como mecanismo de sometimiento, intimidación y control totalitario del género femenino.

Por lo anterior, no es correcto pensar que todo asesinato de una mujer constituye un acto de feminicidio, ya que para encajar en tal conducta, la violencia homicida tiene que ser utilizada como un mecanismo de sometimiento y dominación del género femenino frente a una concepción machista del mundo. El feminicidio es una vulgar demostración de poder en la que un hombre despoja de su dignidad humana y desecha —asesina- una mujer que concibe como un mero objeto fungible de su propiedad.

La discriminación y dominación de la mujer es la finalidad que persigue de forma implícita el feminicida. Dicha finalidad es, en nuestro concepto, el elemento fundamental que diferencia de forma clara el homicidio del feminicidio, sin perder de vista que, obviamente, debe probarse en el marco de cada proceso penal.

La instauración del feminicidio como delito autónomo, constituye un hito fundamental desde el punto de vista de la lucha histórica por la reivindicación y defensa de la dignidad y los derechos fundamentales de las mujeres, a pesar de las respetables críticas que pueda generar entre quienes, tal vez aún inmersos en la lógica machista que ha regido y trazado la historia de la humanidad, se embelesan en discusiones sobre tecnicismos jurídicos que resultan bizantinos frente a la magnitud del fenómeno criminal que se pretende combatir.

La decisión del Congreso de la República y del Gobierno nacional de tramitar, sancionar y promulgar la Ley 1761 de 2015, es fundamental para la erradicación de la lógica totalitaria machista que cosifica a la mujer y la reduce a ser un objeto fungible y desechable, que le pertenece a un hombre.

La disposición acusada define por voluntad expresa y legítima del Legislador, en ejercicio de su amplia libertad de configuración legislativa en materia penal, en qué consiste la conducta feminicida y la diferencia del terrible pero simple acto homicida. En el homicidio, la terminación violenta de la vida es en cierta forma un fin, mientras que en el feminicidio viene a ser un medio orientado a demostrar el sometimiento absoluto de la mujer frente al que se considera su dueño, su amo.

El tipo penal autónomo de feminicidio reconoce como delictiva la instrumentalización de la violencia asesina del género masculino frente al femenino y, al hacerlo, está informando a toda la sociedad que ese tipo de conducta largamente justificada en múltiples ámbitos de la sociedad humana no es tolerable y será sancionada de forma implacable y ejemplar. El tipo penal autónomo de feminicidio no deja duda de que en el seno del Estado colombiano está totalmente prohibido asesinar a una mujer por el hecho de serio o por su identidad de género.

Dicho esto, consideramos que: Bogotá D.C., Colombia

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• No existe identidad de objeto entre el feminicidio y el homicidio. El tipo penal de homicidio tiene como objeto penalizar la vulneración de la vida de una persona independientemente de su género, mientras que el feminicidio tiene como objeto la instrumentalización del homicidio de un ser humano del género femenino como una manifestación radical de discriminación, control y sometimiento de las mujeres ante el poder de hombres que no solo se consideran sus amos y señores, sino que las despojan de su dignidad humana al desecharlas como si fuesen meros objetos fungibles de su propiedad, sometidos a su arbitrio.

• No existe identidad en la finalidad del tipo penal de feminicidio y el de homicidio. La finalidad del tipo penal de homicidio es proteger el bien jurídico de la vida de todo ser humano independientemente de su género, mientras que el feminicidio busca liberar y proteger al género femenino de la especie humana de la instrumentalización por parte de los miembros del género masculino, del homicidio de mujeres como herramienta de control y sometimiento definitivo.

• El bien jurídico tutelado por el tipo penal de feminicidio, no cuenta con una denominación expresa en el Ordenamiento Jurídico, y sobrepasa el alcance del bien jurídico tutelado de la vida. Mientras que el tipo penal de homicidio busca proteger de forma expresa el bien jurídico de la vida de cualquier ser humano independientemente de su género, el tipo autónomo de feminicidio busca proteger un bien jurídico complejo, compuesto por los de la vida, la dignidad, la libertad, la igualdad y el libre desarrollo de la personalidad de las mujeres.

Por estas razones consideramos que no existe vulneración ni al principio de legalidad ni al non bis in ídem. En el homicidio el sujeto activo busca terminar la vida de una persona, en el feminicidio, el asesinato es solo una herramienta para manifestar el sometimiento y control total, final y absoluto de un individuo sobre una mujer.

Más allá de esto, encontramos que es claro que, en el caso del tipo autónomo de feminicidio, este se encuentra conformado por los dos elementos básicos que deben componer todo tipo penal: Un precepto y la sanción.

Centrándonos en el precepto de la disposición acusada, tenemos que se encuentra integrado por unos elementos estructurales, a saber: i) el sujeto activo, es decir, quien ejecuta la conducta punible; ii) el sujeto pasivo, quien resulta afectado por la conducta punible desplegada por el sujeto activo siendo titular del bien jurídico tutelado; iii) una conducta, es decir la descripción abstracta de la conducta que se penaliza; y iv) el objeto jurídico, que señala el interés que el Estado pretende proteger, y material, en relación a la persona u cosa respecto de la cual se materializa la vulneración del bien jurídico tutelado.

En el caso del tipo penal de feminicidio tenemos lo siguiente:

Precepto literal Precepto desagregado (análisis) Elementos del precepto Quien causare la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde haya concum'do o antecedido cualquiera de las siguientes circunstancias.

Quien causare la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer

Quien causare la muerte a una mujer... por motivos de su identidad de género

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a) Tener o haber tenido una relación familiar, íntima o, de convivencia con la víctima, de amistad, de compañerismo o de trabajo y ser perpetrador de un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o 'patrimonial que antecedió el crimen contra ella.

b) Ejercer sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización de género o sexual o acciones de opresión y dominio sobre sus decisiones vitales y su sexualidad.

c) Cometer el delito en aprovechamiento de las relaciones de poder ejercidas sobre la mujer, expresado en la jerarquización personal, económica, sexual, militar, política o sociocultural.

d) Cometer el delito para generar terror o humillación a quien se considere enemigo.

e) Que existan antecedentes o indicios de cualquier tipo de violencia o amenaza en el ámbito doméstico, familiar, laboral o escolar por parte del sujeto activo en contra de la víctima o de violencia de género cometida por el autor contra la víctima, independientemente de que el hecho haya sido denunciado o no.

Quien Causare la muerte a una mujer.. (teniendo o habiendo tenido] una relación familiar, íntima o, de convivencia con la víctima, de amistad, de compañerismo o de trabajo [habiendo sido] perpetrador de un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial [antecedente al] crimen contra ella

Quien Causare la muerte a una mujer... 'ejerciendo o habiendo ejercido] sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización de género o sexual....

Quien causare la muerte a una mujer... [ejerciendo o habiendo ejercido] sobre el cuerpo y la vida de la mujer ... acciones de opresión y dominio sobre sus decisiones vitales y su sexualidad

Quien causare la muerte a una mujer... [aprovechando o habiéndose aprovechado] de las relaciones de poder ejercidas sobre la mujer, expresado en la jerarquización personal, económica, sexual, militar, política o sociocultural.

Quien causare la muerte a una mujer... para generar terror o humillación a quien se considere enemigo

Quien causare la muerte a una mujer... [existiendo] antecedentes o indicios de cualquier tipo de violencia o amenaza en el ámbito doméstico, familiar, laboral o escolar por parte del sujeto activo en contra de la víctima o de violencia de género cometida por el autor contra la víctima, independientemente de que el hecho haya sido denunciado o no.

Sujeto activo: persona humana de cualquier género o identidad de género.

Sujeto pasivo: persona humana del género femenino

Conducta: Causar la muerte

Objeto jurídico: Varios. El tipo penal busca proteger los bienes jurídicos de la vida, la libertad -en todo sentido incluso sexual y reproductivo-, la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad, entre otros.

Objeto material: proteger a las mujeres del asesinato usado contra ellas como herramienta de discriminación, sometimiento y control de género.

f) Que la víctima haya sido incomunicada o privada de su libertad de locomoción, cualquiera que sea el tiempo previo a la muerte de aquella.

Quien causare la muerte a una mujer... [a la que haya incomunicado o privado] de su libertad de locomoción, cualquiera que sea el tiempo previo a la muerte de aquella

Precepto

Teniendo en cuenta los elementos del tipo penal de feminicidio, se evidencia y se resalta que el bien jurídico tutelado que busca proteger el Legislador no es simple, sino complejo en la medida que más allá de proteger la vida, lo que busca es proteger a la

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mujer del uso contra ellas del asesinato como mecanismo de discriminación, sometimiento y control.

Desde el punto de vista de su contenido, el tipo de feminicidio sanciona todas las modalidades de conducta que se muestran en el cuadro desagregando el precepto establecido por el Legislador, y que hacen referencia expresa a los contextos criminales de discriminación, sometimiento y control que anteceden o concurren con el momento en el cual el sujeto activo decide instrumentalizar el asesinato de una mujer como el epítome de su dominación total y radical sobre ella.

El sujeto activo del tipo es indeterminado, es decir que se cualifica y por ello cualquier persona puede desplegar la conducta punible.

El sujeto pasivo del delito es la mujer, titular de los intereses jurídicos tutelados de la vida, la libertad -en todo sentido incluso sexual y reproductivo-, la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad.

La conducta feminicida está regida por el verbo rector causar la muerte, a condición de que ese asesinato se lleve a cabo contra la mujer, por el hecho de ser mujer o por su identidad de género, bajo las circunstancias descritas, que se relacionan con actos de discriminación, control y sometimiento de las mujeres. El feminicidio viene a ser entonces la utilización o instrumentalización del asesinato, por parte del sujeto activo, como manifestación última, radical y definitiva de control y sometimiento de la mujer víctima de éste.

Ciertamente, el acto del feminicidio encuentra ahí la razón para justificar su diferenciación y separación del tipo penal de homicidio cuando el sujeto pasivo es una mujer. La frontera divisoria entre las dos conductas es la instrumentalización del asesinato como máxima y definitiva herramienta de sometimiento y control de un individuo sobre una mujer por el hecho de ser mujer, enmarcado en un contexto concurrente o antecedente de negación de su dignidad y de anulación de sus derechos a la libertad, la igualdad y al libre desarrollo de su personalidad. Esto significa que la conducta feminicida no se configura cuando el asesinato de una mujer no se enmarca en dicho contexto.

El propósito del tipo penal autónomo de feminicidio es proteger a las mujeres del asesinato usado contra ellas como herramienta de discriminación, sometimiento y control de género.

Los bienes jurídicos protegidos, más allá de la ubicación dada al tipo de feminicidio en el cuerpo del Código Penal, son la vida, la libertad -en todo sentido incluso sexual-, la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad, entre otros.

El objeto material de la conducta sobre el cual recae directamente la vulneración del interés jurídico tutelado, lo constituye la dignidad, la vida, la libertad, el libre desarrollo de la personalidad de las mujeres del asesinato usado contra ellas como herramienta de discriminación, sometimiento y control de género.

5. PETICIÓN

Por lo expuesto, el Ministerio de Justicia y del Derecho solicita muy respetuosamente, a la H. Corte Constitucional, declarar EXEQUIBLE la disposición acusada frente a los

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cargos formulados; o que si lo considera necesario, en aplicación del Principio de Conservación del Derecho, profiera una sentencia de EXEQUIBILIDAD CONDICIONADA que subsane cualquier falencia de su contenido normativo.

6. ANEXOS

Adjunto al presente escrito los siguientes documentos:

6.1. Copia pertinente del Decreto Ley 2897 de 2011, en cuyo artículo 15, numeral, 6, se asigna a la Dirección de Desarrollo del Derecho y del Ordenamiento Jurídico, la función de ejercer la defensa del ordenamiento jurídico en las materias de competencia de este Ministerio.

6.2. Copia de la Resolución No. 0641 del 4 de octubre de 2012, por la cual se delega en el Director de Desarrollo del Derecho y del Ordenamiento Jurídico del Ministerio de Justicia y del Derecho, la representación judicial de la entidad para intervenir en defensa del ordenamiento jurídico, en los procesos de constitucionalidad ante la Corte Constitucional.

6.3. Copia del Acta de Posesión del suscrito en el cargo de Director de Desarrollo del Derecho y del Ordenamiento Jurídico, del Ministerio de Justicia y del Derecho.

6.4. Copia del presente escrito.

7. NOTIFICACIONES

Las recibiré en la Calle 53 No. 13-27, de esta ciudad.

De los Honorables Magist dos,

FE NANDO ARÉVALO C RASCA C.C. 88.138.161 de Ocaña, N. de S. T.P. No. 69.381 del C. S. de la ra.

Elaboró.- Carlos Mario Mejía Olartet// a Revisó: Dra. Angela María Bautista P Aprobó.- Dr. Fernando Arévalo CarrascalUv EXT16-0013547 - EXT16-0013838

TRD-2300-540-10

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