Tolerancia a La Frustracion

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KNOSSOS PSICOLOGOS. C/ de la Moraña2, Bajo B 28915 Leganés, Madrid. Tfno. 912491119 www.knossospsicologos.com Centro Sanitario Autorizado CS-8885 por la Comunidad Autónoma de Madrid Hablamos de baja tolerancia a la frustración cuando el niño no soporta que sus deseos no sean satisfechos inmediatamente y en consecuencia reacciona con ira, agresividad o abandono. Ayudarle a resistir la frustración significa enseñarle a ser capaz de soportar un fracaso buscando otra vía de solución en todos los casos posibles, o ayudándole a comprender la imposibilidad de realizar algo en este momento concreto. En caso contrario, el niño puede acabar actuando como si todos sus deseos fuesen necesidades orgánicas urgentes como comer o beber y no aceptar un no por respuesta, derivando en llantos, golpes, gritos, o negarse a hacerlo, o abandonar, pasar, o tener que ser obligado. Los modelos permisivo y autoritario son igualmente perjudiciales. En el primer caso, el hecho de que sus padres le permitan determinadas cosas no tiene por qué ser aceptado por otras personas. El niño lo entenderá como una injusticia, puesto que habrá aprendido a reaccionar acorde a lo aprendido en casa, donde se excusa su actitud. En el segundo caso, no debe confundirse la autoridad con el autoritarismo. La autoridad se consigue al dar ejemplo mediante conductas coherentes y razonables. Así es como los padres se convierten en referentes. El autoritarismo, en cambio, suele ser el resultado de actitudes rígidas y poco respetuosas con el niño, donde se recurre a la coacción. La tolerancia a la frustración es una ACTITUD, y por tanto, se rige por las mismas normas de aprendizaje. Fomente el papel activo del sujeto, como paso previo. Reconocimiento explicito de la importancia del método, de la forma de la manera Importancia de que la relación entre valores y actitudes sea adecuada y estrecha. Sus deseos, lo que le gusta, lo que le satisface, lo que le apetece Lo que la situación requiere, lo que debe hacer, la obligación, lo necesario

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resumen de una charla psicologica sobre la frustracion

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Hablamos de baja tolerancia a la frustración cuando el niño no soporta que sus deseos no sean satisfechos inmediatamente y en consecuencia reacciona con ira, agresividad o abandono. Ayudarle a resistir la frustración significa enseñarle a ser capaz de soportar un fracaso buscando otra vía de solución en todos los casos posibles, o ayudándole a comprender la imposibilidad de realizar algo en este momento concreto.

En caso contrario, el niño puede acabar actuando como si todos sus deseos fuesen necesidades orgánicas urgentes como comer o beber y no aceptar un no por respuesta, derivando en llantos, golpes, gritos, o negarse a hacerlo, o abandonar, pasar, o tener que ser obligado.

Los modelos permisivo y autoritario son igualmente perjudiciales. En el primer caso, el hecho de que sus padres le permitan determinadas cosas no tiene por qué ser aceptado por otras personas. El niño lo entenderá como una injusticia, puesto que habrá aprendido a reaccionar acorde a lo aprendido en casa, donde se excusa su actitud. En el segundo caso, no debe confundirse la autoridad con el autoritarismo. La autoridad se consigue al dar ejemplo mediante conductas coherentes y razonables. Así es como los padres se convierten en referentes. El autoritarismo, en cambio, suele ser el resultado de actitudes rígidas y poco respetuosas con el niño, donde se recurre a la coacción.

La tolerancia a la frustración es una ACTITUD, y por tanto, se rige por las mismas normas de aprendizaje.

Fomente el papel activo del sujeto, como paso previo.

Reconocimiento explicito de la importancia del método, de la forma de la manera

Importancia de que la relación entre valores y actitudes sea adecuada y estrecha.

Sus deseos, lo que le gusta, lo que

le satisface, lo que le apetece

Lo que la situación requiere, lo

que debe hacer, la obligación, lo

necesario

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Las personas con baja tolerancia a la frustración tienen una serie de creencias que están condicionando esta forma de ver el mundo e interpretar la realidad que suceden de un modo automático. Es decir, siguen manteniendo un modo inmaduro de ver las cosas, tal y como hacían en la infancia.

- Creen que tienen que obtener todo lo que quieren.

- Creen que es necesario que la vida sea siempre fácil y cómoda. Confunden lo que es fácil con lo que es bueno, lo que me gusta con lo que es bueno, y lo que es difícil con lo que es malo.

- Creen que cualquier dificultad, demora, fracaso, etc. Es demasiado horrible para soportarla.

- Confunden sus deseos con sus necesidades.

Para enseñar al niño a tolerar la frustración, existen consejos útiles que detallamos a continuación:

1. Dar ejemplo . La actitud positiva de los padres a la hora de afrontar las situaciones adversas es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a solventar sus problemas. Cuidado con los términos que se utilizan para designar el esfuerzo o la tarea. Si usa palabras como “esto es un rollo”, “que coñazo”, está condicionando las posibilidades de mantener un esfuerzo. Entienda el esquema PIENSO/SIENTO/HAGO.

2. Educarle en la cultura del esfuerzo . Es importante enseñar al niño que es necesario esforzarse. Así aprenderá que el esfuerzo es, en muchas ocasiones, la mejor vía para resolver algunos de sus fracasos. Entienda el esquema PIENSO/SIENTO/HAGO

3. No darle todo hecho . Si se le facilita todo al niño y no se le permite alcanzar sus retos por sí mismo, es difícil que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo enfrentarse al fracaso. Déjele hacer el esfuerzo, y pídale que haga el esfuerzo. Entienda que la consideración del “esfuerzo” no suele ser real, los seres humanos interpretamos de manera negativa el esfuerzo necesario, solemos pensar que es mas de lo que en realidad es.

4. Enseñarle a distinguir lo interno de lo externo, lo que yo pienso o lo que yo deseo de lo que el mundo me pide.

pienso siento actúo

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5. No ceder ante sus rabietas . Las situaciones frustrantes derivan, en muchos casos, en rabietas. Si los padres ceden ante ellas, el pequeño aprenderá que esa es la forma más efectiva de resolver los problemas.

6. Marcarle objetivos . Hay que enseñar al niño a tolerar la frustración poniéndole objetivos realistas y razonables, pero sin exigirle que se enfrente a situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de superar.

7. Ayude a los niños a aceptar lo que no puede cambiarse. No significa que los haga unos conformistas, pero en la vida hay cosas que no pueden cambiarse, que sencillamente se aceptan.

8. Convertir la frustración en aprendizaje . Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para que el niño aprenda cosas nuevas y las retenga. De esta forma, podrá afrontar el problema por sí mismo cuando vuelva a presentarse.

9. Enseñarle a ser perseverante . La perseverancia es esencial para superar situaciones adversas. Si el niño aprende que siendo constante puede solucionar muchos de sus problemas, sabrá controlar la frustración en otras ocasiones.

10. Enséñele a aceptar las críticas de los demás, y en general enséñele a aceptar las criticas. Aprenda usted a hacer críticas, matizando que lo que no le gusta es el resultado, no la persona.

11. Enséñe a su hijo a hacer metas realistas. Las metas realistas generan la idea de que la tarea es fácil, y aumentan la posibilidad de persistencia.

12. Ayude a su hijo a fortalecer su sentido de capacidad. Para lograrlo, su hijo necesita tener experiencias exitosas, no importa cuán pequeñas sean. Esto fomenta su autoconfianza y fortalecerá su esfuerzo la próxima vez. Sigan fijando tareas cada vez más exigentes pero que todavía las pueda cumplir.

13. Aproveche el poder de la rutina. La realización de unas tareas todos los días va haciendo que el niño se acostumbre a ellas, de tal manera que no se resiste a ellas.