TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout...

18
Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3

Transcript of TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout...

Page 1: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

Tengo miedo torero

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3

Page 2: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

Seix Barral Biblioteca Breve

Pedro Lemebel

Tengo miedo torero

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5

Page 3: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de Desarrollo de la Cultura y las Artes (Fondart) del Ministerio de Educación y de una beca otorgada por la Fundación Guggenheim.

© Pedro Lemebel Inscripción nº 118.323 (2001) Derechos exclusivos de edición en todos los países del mundo.

© Editorial Planeta Chilena S.A. Avda. Andrés Bello 2115, piso 8, Providencia, Santiago de Chile

ISBN: 978-950-731-351-6

Diseño de cubierta: José Bórquez Diagramación y corrección de estilo: Antonio Leiva

Octava edición: enero de 2018

Impreso en China

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.

Page 4: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

Este libro surge de veinte páginas escritas afines de los ochenta y que permanecieronpor años traspapeladas entre abanicos, me-dias de encaje y cosméticos que mancharonde rouge la caligrafía romancera de sus le-tras. Aquí entrego esta historia y se la dedicocon inflamado ardor a Myrna Uribe (LA CHI-CA MYRNA), pequeño epicentro esotérico,que con su relajo poético alejó la tarde delcoyote. A Cecilia Thauby (LA CECI), nuestraheroína enamorada. A Cristián Agurto (ELFLACO). A Jaime Pinto (EL JULIO). A OlgaGajardo (LA OLGA). A Julio Guerra (EL PA-TO), se me aprieta el corazón al recordar susojos mansos y su figura de clavel estropeado,aguijoneado de balas por la CNI en el de-partamento de Villa Olímpica. A Oriana Al-varado (LA JULIA). A la vieja del almacén, co-puchenta como ella sola, pero una tumba ala hora de las preguntas. Y también a la casadonde revolotearon eléctricas utopías en lanoche púrpura de aquel tiempo.

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 7

Page 5: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

COMO DESCORRER UNA GASA sobre el pasado, unacortina quemada flotando por la ventana abier-ta de aquella casa la primavera del ’86. Un añomarcado a fuego de neumáticos humeando enlas calles de Santiago comprimido por el pa-trullaje. Un Santiago que venía despertando alcaceroleo y los relámpagos del apagón; por lacadena suelta al aire, a los cables, al chispazoeléctrico. Entonces la oscuridad completa, lasluces de un camión blindado, el párate ahí,mierda, los disparos y las carreras de terror, co-mo castañuelas de metal que trizaban las no-ches de fieltro. Esas noches fúnebres, engala-nadas de gritos, del incansable «Y va a caer», yde tantos, tantos comunicados de último mi-nuto, susurrados por el eco radial del «Diariode Cooperativa».Entonces la casita flacuchenta era la esqui-

na de tres pisos con una sola escalera vertebralque conducía al altillo. Desde ahí se podía verla ciudad penumbra coronada por el velo tur-bio de la pólvora. Era un palomar, apenas unabarandilla para tender sábanas, manteles y

9

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 9

Page 6: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

calzoncillos que enarbolaban las manos ma-rimbas de la Loca del Frente. En sus mañanasde ventanas abiertas cupleteaba el «Tengo miedotorero, tengo miedo que en la tarde tu risa flote». To-do el barrio sabía que el nuevo vecino era así,una novia de la cuadra demasiado encantadacon esa ruinosa construcción. Un mariposuelode cejas fruncidas que llegó preguntando si searrendaba ese escombro terremoteado de la es-quina. Esa bambalina sujeta únicamente por elarribismo urbano de tiempos mejores. Tantosaños cerrada, tan llena de ratones, ánimas ymurciélagos que la loca desalojó implacable,plumero en mano, escoba en mano rajando lastelarañas con su energía de marica falsete en-tonando a Lucho Gatica, tosiendo el «Bésamemucho» en las nubes de polvo y cachureos quearrumbaban en la cuneta.Solamente le falta el novio, cuchicheaban las

viejas en la vereda del frente, siguiendo sus mo-vimientos de picaflor en la ventana. Pero es sim-pático, decían, escuchando sus líricas pasadas demoda, siguiendo con la cabeza el compás deesos temas del ayer que despertaban a toda lacuadra. Esa música alharaca que en la mañanasacaba de la cama a los maridos trasnochados, alos hijos vagos que se enroscaban en las sábanas,a los estudiantes flojos que no querían ir a clases.El grito de «Aleluya», cantado por Cecilia, esacantante de la Nueva Ola, era un toque de dia-na, un canto de gallos al amanecer, un alarido

10

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 10

Page 7: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

musical que la loca subía a su tope máximo. Co-mo si quisiera compartir con elmundo entero laletra cursi que despegaba del sueño a los vecinoscon ese «Y... y tu maano to-o-o-mará la mía-a-a-a».Así, la Loca del Frente, en muy poco tiempo,

formó parte de la zoología social de ese mediopelo santiaguino que se rascaba las pulgas entrela cesantía y el cuarto de azúcar que pedían fia-do en el almacén. Un boliche de barrio, epi-centro de los cotorreos y comentarios sobre lasituación política del país. El saldo de la últimaprotesta, las declaraciones de la oposición, lasamenazas del Dictador, las convocatorias paraseptiembre. Que ahora sí, que no pasa del ’86,que el ’86 es el año. Que todos al parque, al ce-menterio, con sal y limones para resistir las bom-bas lacrimógenas, y tantos, tantos comunicadosde prensa que voceaba la radio permanente.

COOPERATIVA ESTÁ LLAMANDO,MANOLA ROBLES INFORMA.

Pero ella no estaba ni ahí con la contingen-cia política. Más bien le daba susto escuchar esaradio que daba puras malas noticias. Esa radioque se oía en todas partes con sus canciones deprotesta y ese tararán de emergencia que teníaa todo el mundo con el alma en un hilo. Ellaprefería sintonizar los programas del recuerdo:«Al compás del corazón». «Para los que fueronlolos». «Noches de arrabal». Y así se lo pasaba

11

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 11

Page 8: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

tardes enteras bordando esos enormes mante-les y sábanas para alguna vieja aristócrata que lepagaba bien el arácnido oficio de sus manos.Aquella casa primaveral del ’86 era su tibieza.

Tal vez lo único amado, el único espacio propioque tuvo en su vida la Loca del Frente. Por esoel afán de decorar sus muros como torta nup-cial. Embetunando las cornisas con pájaros, aba-nicos, enredaderas de nomeolvides, y esas man-tillas deManila que colgaban del piano invisible.Esos flecos, encajes y joropos de tul que envol-vían los cajones usados comomobiliario. Esas ca-jas tan pesadas que mandó a guardar ese jovenque conoció en el almacén, aquel muchacho tanbuenmozo que le pidió el favor. Diciendo queeran solamente libros, pura literatura prohibi-da, le dijo con esa boca de azucenamojada. Conese timbre tan macho que no pudo negarse y eleco de esa boca siguió sonando en su cabecitade pájara oxigenada. Para qué averiguarmás en-tonces, si dijo que se llamaba Carlos no sé cuán-to, estudiaba no sé qué, en no sé cuál universi-dad, y le mostró un carné tan rápido que ella nimiró, cautivada por el tinte violáceo de esos ojos.Las tres primeras cajas se las dejó en el pasillo.

Pero ella le insistió que ahí molestaban, que lasentrara al dormitorio para usarlas de velador ytener donde poner la radio. Si no es mucha lamolestia, porque la radio es mi única compañía,dijo arrebolada con cara de cordera huacha, mi-rando las chispas de sudor que encintaban su

12

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 12

Page 9: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

frente. Las restantes las fue distribuyendo en elespacio vacío de su imaginación, como si amue-blara un set cinematográfico, diciendo: Por aquí,Carlos, frente al ventanal. No, Carlos, tan juntasno, que parecen ataúdes. Más al centro, Carlos,como mesitas ratonas. Paradas no, Carlos, me-jor acostadas o de medio lado, Carlos, para se-parar los ambientes. Más arriba, Carlos, más a laderecha, perdón, quise decir a la izquierda. ¿Es-tás cansado? Descansemos un rato. ¿Quieres uncafé? Así, cual abejorro zumbón, iba y venía porla casa emplumado con su estola de: Sí, Carlos.No, Carlos. Tal vez, Carlos. A lomejor, Carlos. Co-mo si la repetición del nombre bordara sus le-tras en el aire arrullado por el eco de su cerca-nía. Como si el pedal de esa lengua marucha seobstinara en nombrarlo, llamándolo, lamiéndo-lo, saboreando esas sílabas, mascando ese nom-bre, llenándose toda con ese Carlos tan profun-do, tan amplio ese nombre para quedarse todasuspiro, arropada entre la C y la A de ese C-arlosque iluminaba con su presencia toda la casa.En todo ese tiempo fueron llegando cajas y

más cajas, cada vez más pesadas, que Carlos car-gaba con su musculatura viril. Mientras la locainventaba nuevos muebles para el decorado defundas y cojines que ocultaban el pollerudo se-creto de los sarcófagos. Después fueron las reu-niones, a medianoche, al alba, cuando el barrioera un orfeón de ronquidos y peos que trona-ban a raja suelta la Marsellesa del sueño. En

13

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 13

Page 10: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

pleno aguacero, estilando, llegaban esos amigosde Carlos a reunirse en el altillo. Y uno se que-daba en la esquina haciéndose el leso. Carlos lehabía pedido permiso, entrecerrando la pesta-ñada de sus ojos linces. Son compañeros de uni-versidad y no tienen donde estudiar, y tu casa ytu corazón son tan grandes. Cómo negarse en-tonces si el morenazo la tiene toda empapada,sudando cuando se le acerca. Además, los chi-quillos que pudo ver eran jóvenes educados ybien parecidos. Podían pasar como amigos, pen-saba ella sirviéndoles café, retocando el brillo desus labios con la punta de la lengua, tarareandobaladas de amor que repicaba la radio: «Tú meacostumbraste y por eso me pregunto», y todas esasfrases frívolas que desconcentraban la estrategiapensante de los chiquillos. Entonces ellos le cor-taban la inspiración cambiando el dial, sintoni-zando ese horror de noticias.

COOPERATIVA ESTÁ LLAMANDO: VIOLENTOSINCIDENTES Y BARRICADAS SE REGISTRAN EN

ESTE MOMENTO EN LA ALAMEDA BERNARDOO’HIGGINS.

Al correr los tibios aires de agosto la casa eraun chiche. Una escenografía de la Pérgola de lasFlores improvisada con desperdicios y afaneshollywoodenses. Un palacio oriental encieladocon toldos de sedas crespas y maniquíes viejos,pero remozados como ángeles del apocalipsis o

14

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 14

Page 11: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

centuriones custodios de esa fantasía de loca tu-lipán. Las cajas y cajones se habían convertidoen cómodos tronos, sillones y divanes, donde es-tiraban sus huesos las contadas amigas maricasque visitaban la casa. Un reducido grupo de lo-cas que venía a tomar el té y se retiraba antes deque llegaran «los hombres de la señora», bro-meaban insistiendo en conocer ese arsenal demúsculos admiradores de la dueña de casa. Pe-ro ella, ni tonta, recogía las tacitas, sacudía lasmigas y las acompañaba a la puerta diciendo quelos chiquillos no querían conocer más colas.Así, las reuniones y el desfile de hombres por

la casita enjoyada fueron cada vez más insisten-tes, cada día más urgidos, subiendo y bajando lahilachenta escala que amenazaba desarmarsecon el trote de machos. A veces ni siquiera Car-los podía subir al altillo y le embolinaba la per-diz para que ella no viera a algunos tapados visi-tantes. Ni siquiera él podía participar de esasreuniones y le cerraba el paso cuando ella ama-blemente curiosa ofrecía café. Porque deben es-tar muertos de frío allá arriba, decía mirando lacara insobornable de Carlos. Además, por quéno puedo subir si esta es mi casa. Entonces Car-los bajaba la guardia y tomándola de los brazosle hundía aquella mirada de halcón en su ino-cencia de paloma. Son cosas de hombres, tú sa-bes que no les gusta que los molesten cuando es-tudian. Tienen un examen importante, ya van aterminar. Mira, siéntate, conversemos.

15

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 15

Page 12: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

Carlos era tan bueno, tan dulce, tan amable.Y ella estaba tan enamorada, tan cautiva, tan so-námbula por las noches enteras que pasaba ha-blando con él mientras terminaban las reunio-nes. Largas horas de silencio mirando su fatigade piernas olvidadas en el raso fucsia de los co-jines. Un silencio terciopelo rozaba su mejillaazulada y sin afeitar. Un silencio espeso, cabe-ceando de cansancio iba a tumbarlo. Un silencioaletargado de plumas, pesando de plomo su ca-beza caía, y ella atenta, y ella toda algodón, todadelicadeza, estiraba una almohada de espumapara acomodarlo. Entonces esa tersura, ese vo-lante, ese plumereo del guante coliza que acer-cándose a su cara iba a tocarlo. Entonces el so-bresalto, la crispación de ese tacto eléctricodespertándolo, parándose y atinando a buscarsealgo urgente en el costado, preguntando: ¿Quéonda? ¿Qué pasa? Nada, te quedaste dormido,¿quieres una frazada? Bueno. ¿Todavía no hanterminado? No dejes que me duerma, háblamede tu vida, tus cosas. ¿Tienes otro café?Así, separados por bastidores de humo, del

fumar y fumar chupando la vigilia, ella tejía laespera, hilvanaba trazos de memoria, pequeñosrecuerdos fugaces en el acentomarifrunci de suvoz. Retazos de una errancia prostibular por ca-llejones sin nombre, por calles sucias arrastran-do su entumida «vereda tropical». Su son mara-co al vaivén de la noche, al vergazo oportuno dealgún ebrio pareja de su baile, sustento de su

16

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 16

Page 13: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

destino por algunas horas, por algunas mone-das, por compartir ese frío huacho a toda cachacaliente. A todo refregón vagabundo que sedesquita de la vida lijando con el sexo la malasuerte. Y después un calzoncillo tieso, un cal-cetín olvidado, una botella vacía sin mensaje,sin rumbo, ni isla, ni tesoro, ni mapa donde en-rielar su corazón golondrino. Su encrespadocorazón de niño colibrí, huérfano de chico almorir la madre. Su nervioso corazón de ardillaasustada al grito paterno, al correazo en sus nal-gas marcadas por el cinturón reformador. Éldecía que me hiciera hombre, que por eso mepegaba. Que no quería pasar vergüenzas, ni pe-learse con sus amigos del sindicato gritándoleque yo le había salido fallado. A él tan macho,tan canchero con las mujeres, tan encachao conlas putas, tan borracho esa vezmanoseando. Tanardiente su cuerpo de elefante encimamío pun-teando, ahogándome en la penumbra de esapieza, en el desespero de aletear como pollo em-palado, como pichón sin plumas, sin cuerpo nivalor para resistir el impacto de su nervio duroenraizándome. Y luego, el mismo sinsabor delno me acuerdo, el mismo calcetín olvidado, lamisma sábana goteada de pétalos rojos, el mis-mo ardor, la misma botella vacía con su S.O.S.naufragando en el agua rosada del lavatorio.Yo era un cacho amariconado que mi madre

le dejó como castigo, decía. Por eso me dabaduro, obligándome a pelear con otros niños.

17

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 17

Page 14: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

Pero nunca pude defenderme, ni siquiera conniños menores que yo, me daban igual y corríantriunfantes con el chocolate de mis narices ensus puños. Del colegio lo mandaron llamar va-rias veces para que me viera un psicólogo, peroél se negaba. La profesora decía que un médi-co podía enronquecerme la voz, que solo unmédico podía afirmar esa caminada sobre hue-vos, esos pasitos fifí que hacían reír a los niñosy le desordenaban la clase. Pero él contestabaque eran puras huevadas, que solamente el ser-vicio militar iba a corregirme. Por eso al cum-plir dieciocho años me fue a inscribir, y hablócon un sargento amigo para que me dejaran enel regimiento. A Carlos el sueño se le había eva-porado y tomaba café cabizbajo. ¿Hiciste el ser-vicio militar, entonces?, preguntó mirando lasmanos de alondra posadas en las rodillas. Estásloco, ni soñando. Por eso me fui de su casa ynunca más volví a verlo. Un sonido de pasos enel altillo indicaba que la reunión había termi-nado. Mañana me cuentas la otra parte, dijoCarlos como en secreto, al tiempo que se para-ba largo y tan alto que ella lo miró hacia arribajugando con los flecos de la cortina.

De mi pasado preguntas todo que cómo fue.Si antes de amar debe tenerse fe.Dar por un querer la vida misma, sin morir,eso es cariño, no lo que hay en ti-i.

18

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 18

Page 15: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

LA PRIMAVERA HABÍA LLEGADO a Santiago comotodos los años, pero esta se venía con vibrantescolores chorreando los muros de grafitis vio-lentos, consignas libertarias, movilizaciones sin-dicales y marchas estudiantiles dispersas a puroguanaco. A todo peñascazo los cabros de la uni-versidad resistían el chorro mugriento de lospacos. Y una y otra vez volvían a la carga to-mándose la calle con su ternura molotov infla-mada de rabia. A bombazo limpio cortaban laluz y todo el mundo comprando velas, acapa-rando velas y más velas para encender las callesy cunetas, para regar de brasas la memoria, pa-ra trizar de chispas el olvido. Como si bajaran lacola de un cometa rozando la tierra en home-naje a tanto desaparecido.

Todos los años era lo mismo, tanto acumularenergía para septiembre y después todo seguíaigual. Y de septiembre a septiembre el vaivén re-novador no lograba ni preocupar al tirano, quecada fin de semana, cuando ardía la protesta,

19

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 19

Page 16: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

partía en la caravana de autos blindados a su ca-sa de campo en el Cajón del Maipo. En esa que-brada florida cerca de Santiago, el sol prima-vero brillaba solo para él, leyendo estrategiasmilitares romanas para controlar la rebeldía. Enese silencio pajareado de jilgueros, escuchabalos timbales de la «Marcha Radetzky» con losojos semicerrados, cabeceando el pear ronco delos cornos, sublimado por esos flatos de broncehasta la elevación. En tal nirvana hitleriano, losnoticieros de radio y televisión estaban prohibi-dos, y más aún esa Radio Cooperativa y su tara-rán marxista que tenía revolucionados a los flo-jos de este país. A esa patota de izquierdistas queno querían trabajar y se lo pasaban en protestasy subversiones al orden. No le aprendían a tan-to joven honrado, a tanto trabajador que apoya-ba al gobierno. Como esa cuadrilla de obrerosque estaban arreglando el camino cuando la co-mitiva presidencial subía por la cuesta Achupa-llas. A esa hora, fíjese, tan tarde, señores, todavíatrabajando, esos cabros que los saludaron sa-cándose los cascos. Esos eran hombres de bienque hacían patria.

Muy de mañana, al alba del barrio todavía dor-mido, un auto se detuvo en la casa de la Locadel Frente y varios golpes apresurados zamarrea-ron la puerta. Ella, aún en los albores del sue-ño, saltó de la cama a medio vestir, cubriéndose

20

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 20

Page 17: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

pudorosa con su bata nipona regada de hele-chos plateados. No son horas para despertar auna condesa, refunfuñó, bajando la escala paraabrir el picaporte. En el umbral, Carlos y dosamigos cargaban un agresivo tubo de metal quesin preguntarle introdujeron al interior. Déjen-lo por aquí no más, susurró entre bostezos mi-rando el extraño aparato. Es delicado, son rollosde manuscritos súper valiosos. Más parece uncondón para dinosaurio, lo voy a transformar enuna columna para la salita, y le cerró un ojo aCarlos, que despidiéndose en la puerta le trata-ba de decir: Después te explico. Pero ella no po-día esperar, ni quedarse con la duda que hacíadías rondaba su cabeza. Además, si nunca habíaprometido no hurguetear en las cajas, esto eradiferente. Parece un torpedo submarino, pen-só, despegando la cinta adhesiva que sujetaba latapa. ¿Y si fuera eso? La duda paralizó sus dedosafirulados y detenidos por la corazonada. Perono, Carlos no podía mentirle, no podía haberlaengañado con esos ojos tan dulces. Y si lo habíahecho, mejor no saber, mejor hacerse la lesa, lamás tonta de las locas, la más bruta, que solo sa-bía bordar y cantar canciones viejas. Mejor volvíaa pegar la cinta y se olvidaba del asunto. Másbien seguiría con su teatralidad decorativa. Yarremangándose la bata arrastró el pesado ci-lindro escaleras arriba, hasta ese rincón vacío dela sala. Allí quedaba bien, le daba sombra, por siacaso. Y terminó la escenografía coronando el

21

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 21

Page 18: TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 3...Pedro Lemebel Tengo miedo torero TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 5 La presente obra fue escrita con el apoyo del Fondo de

blindado artefacto con una maceta de alegresgladiolos.¿Cómo se ve? Lo recibió mostrándole el raro

ikebana, mientras acariciaba con su mano la-gartija los contornos del acero revestidos deblondas entuladas y moñas de cintas. Se ve pre-cioso, ni se nota lo que es, se contestó ella mis-ma, tratando de no mirar el asombro divertidode sus ojos pardos. En realidad no se nota loque es, musitó Carlos dando unos pasos emo-cionado, acercándose, tomándola por sus grue-sas ancas de yegua coliflor, atrayéndola a su pe-cho en un abrazo agradecido, dejándola todatemblorosa, sin respirar. Como una chiquillaenguindada de rubor, como una caracola anti-gua enroscada en sus brazos, a centímetros desu corazón haciendo tic-tac tic-tac, como un ex-plosivo de pasión enguantado, por su estéticade brócoli mariflor.

Detén el tiempo en tus manos,haz esta noche perpetua.Para que nunca se vaya de mí,para que nunca amanezca.

Ya, está bueno, no es para tanto. Y se despe-gó de esa primera vez que lo tuvo tan cerca. Secorría por la tangente simulando la emoción,evitando que él sintiera temblar su anhelo ala-do e imposible. Parece que te gustan las flores,le escuchó decir ya más distante. ¿Te gusta el

22

TORERO.1.qxd:Layout 1 6/12/12 21:34 Página 22