Trabajo de Historia Segunda Parte

4
LA IMPORTACIA DE LA ERA VISIGÓTICA EN LA HISTORIA POLÍTICA Y LINGÜÍSTICA DE ESPAÑA Francisco Gálvez Soto José Hernández Rojas La invasión germánica en la Península Ibérica comenzó en el siglo V. Un siglo más tarde los germánicos ya estaban asentados militarmente en la zona logrando su imposición definitiva. En el contexto de una invasión ambas partes exponen su cultura, sus costumbres, su lengua y visión de mundo. Por tanto, la llegada de los pueblos germánicos, especialmente de los visigodos, resulta significante en todos los aspectos de la vida hispánica. Coseriu (1953) hace especial hincapié en este período, pues considera que la separación y aislamiento de la Península con el resto de la Romania provocado por la invasión significa no solo su emancipación política, sino también cultural y lingüística. Son este pueblo entonces el principal agente responsable de otorgar la autonomía necesaria para la aparición de las singularidades que distinguen al castellano de cualquier otro sistema romance. Alatorre (1979) también comulga con esta idea, para él reyes visigodos como Recaredo y Recesvinto son los responsable de la unidad política y religiosa de lo que luego vendría a ser España. Esta cohesión lograda por los visigodos explica el anhelo de los caudillos de la reconquista, quienes tuvieron como meta la restauración de este reino. Esta unión habría sido improbable bajo el dominio de otro pueblo. Pues creemos que obedece a una cosmovisión particular. El pueblo estudiado era guerrero en esencia y como tales, dotados de gran habilidad estratega. Es por esto que no resulta para nada accidental que todos sus movimientos políticos siguieran un patrón estratégico muy cuidadoso.

description

Trabajo de Historia Segunda Parte

Transcript of Trabajo de Historia Segunda Parte

Page 1: Trabajo de Historia Segunda Parte

LA IMPORTACIA DE LA ERA VISIGÓTICA EN LA HISTORIA POLÍTICA Y LINGÜÍSTICA DE ESPAÑA

Francisco Gálvez Soto José Hernández Rojas

La invasión germánica en la Península Ibérica comenzó en el siglo V. Un siglo más tarde los germánicos ya estaban asentados militarmente en la zona logrando su imposición definitiva. En el contexto de una invasión ambas partes exponen su cultura, sus costumbres, su lengua y visión de mundo. Por tanto, la llegada de los pueblos germánicos, especialmente de los visigodos, resulta significante en todos los aspectos de la vida hispánica. Coseriu (1953) hace especial hincapié en este período, pues considera que la separación y aislamiento de la Península con el resto de la Romania provocado por la invasión significa no solo su emancipación política, sino también cultural y lingüística. Son este pueblo entonces el principal agente responsable de otorgar la autonomía necesaria para la aparición de las singularidades que distinguen al castellano de cualquier otro sistema romance.

Alatorre (1979) también comulga con esta idea, para él reyes visigodos como Recaredo y Recesvinto son los responsable de la unidad política y religiosa de lo que luego vendría a ser España. Esta cohesión lograda por los visigodos explica el anhelo de los caudillos de la reconquista, quienes tuvieron como meta la restauración de este reino. Esta unión habría sido improbable bajo el dominio de otro pueblo. Pues creemos que obedece a una cosmovisión particular.

El pueblo estudiado era guerrero en esencia y como tales, dotados de gran habilidad estratega. Es por esto que no resulta para nada accidental que todos sus movimientos políticos siguieran un patrón estratégico muy cuidadoso. Factores como la adopción del cristianismo, explicada por Alatorre, o la formulación de un constructo jurídico único, así como también, la adopción del latín como lengua legal y administrativa no tenían otro afán que el de hacer más hacedera la dominación de los hispanos, al tiempo que proyectaban futuras invasiones a pueblo latinos (Camus, 1953).

Remitiéndonos al ámbito lingüístico, debemos recordar que la época visigoda coincide con el período de transición del latín al romance. Este, a comienzos de la dominación visigoda, era solo un sistema de isoglosas regional dentro del latín vulgar y poseía pocas características peculiares y particulares. No obstante, al término de esta época podemos hablar de un romance definido y emancipado, al cual podremos llamar hispánico común. Es en esta fase de la historia donde se fueron afirmando y difundiendo aquellos rasgos que caracterizaron a lo que llamamos español antiguo. (Camus, 1953).

Page 2: Trabajo de Historia Segunda Parte

Por lo estudiado, creemos que un factor detonante para la aparición de rasgos particulares es sin lugar a dudas el carácter beligerante del invasor, pues en su ambición guerrera se esmeraron en marcar claramente las fronteras geográficas y a implementar la defensa de éstas de manera segura, produciendo la separación definitiva con Roma, cuestión que protegió a la Península de posibles influencias foráneas, ayudando así a la conformación de un propio e incipiente romance.

A pesar de la adopción del latín por parte de los germánicos, la influencia de su lengua materna deja de igual forma un amplio registro en nuestro idioma. Su léxico heredado obedece también a la cosmovisión guerrera de este pueblo. Pues un gran porcentaje de estas palabras guarda relación con aspectos beligerantes en toda diversidad de contextos. De hecho, la misma palabra guerra es de origen germánico. Alatorre (1979) distingue también albergue, bandera, bandido, bando, botín, compañero, dardo, embajada, estaca, guardián, heraldo, orgullo, tregua, etc. Otro aporte son los numerosos topónimos esparcidos por toda la península. Algunos de ellos incluso perpetúan el mismo nombre de “godo”, como en las formas Godonés, Godojos, o Godins.

Como hemos demostrado, la real importancia de la Hispania Visigoda no se limita a su aportes léxicos y culturales, sino que radica en ser uno de los más poderosos factores de cohesión de la España Medieval, responsables de otorgar la autonomía y unidad necesaria para no solo la conformación de nuestro idioma, sino también para la consolidación de España como futura nación.

Bibliografía

Camus, Emilio. Crónica de la lengua castellana. Editorial Universitaria. Santiago, 1953.

Coseriu, Eugenio, 1953, La Hispania Romana y el latín hispánico. Breve introducción al estudio histórico del español, Montevideo, U. De la República.