Trabajo de ontopraxeología.

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Desde el punto de vista de su utilidad suele distinguirse, desde la antigedad, entreconocimiento tericoyconocimiento prctico. Se trata de una clasificacin que goza de una sospechosa popularidad. Variantes de esta distincin se encuentran en las ms diversas corrientes:saber hacerysaber qu,conocimiento bsicoyconocimiento aplicado, cienciaytcnica, especulacin y accin, entendimiento y voluntad, razn pura y razn prctica, logos y bios.

Elconocimiento prctico, en cambio, se ordena a la accin y persigue el incremento de bienestar y de la felicidad, pretende influir en las cosas y en las personas, instaura un saber concreto e inmediato de los hechos y circunstancias empricas y no se satisface ms que con la plena realizacin de los deseos y necesidades que lo originan. Pero el conocimiento prctico se fragmenta, a su vez, segn Aristteles, en dos tipos de actividad: elsaber hacerpuede referirse a laactividad manualo puede referirse a lacapacidad de gestiny organizacin de la vida poltica y social

4.4 Las relaciones entre ciencia y filosofaMuchos filsofos actuales mantienen que la filosofa no slo tiene un mbito propio que la diferencia de la ciencia, sino que nos suministra tambin conocimientos que son, en algn sentido importante, preeminentes con respecto a ella. Se mantiene, en suma, una concepcin de la filosofa comoprioritariarespecto de la ciencia, en un sentido que no necesariamente implica (pero tampoco necesariamente excluye) ser anterior en el tiempo.La idea involucrada aqu es la de una disciplina con todas o al menos la mayora de las siguientes propiedades:Aprioridad:sus verdades no son conocidasa priori;

Prioridad lgica:escondicin de posibilidadde las ciencias particulares (sin ella la investigacin de los hechos de que stas tratan no podra darse);

Prioridad epistmica en sentido dbil: orientala actividad de las ciencias particulares;

Prioridad epistmica en sentido fuerte: fundamentalas ciencias particulares, es decir, justifica la verdad de sus principios fundamentales o, al menos, la de determinadas afirmaciones de las cuales depende la verdad de cualquier afirmacin que investiguen los cientficos.

Los filsofos, a lo largo de la historia, han tendido mayoritariamente a concebir la filosofa -o, al menos, alguna de sus partes- como una disciplina con estas caractersticas, a pesar de las grandes diferencias entre ellos. Cuando Platn habla de lagnosis, el saber que proporciona la dialctica, est hablando de una disciplina que rene estas caractersticas, como lo est Aristteles cuando concibe unafilosofa primera. Para ste, por ejemplo, no es posible una verdadera ciencia sin investigar aquello de lo cual sta, en ltimo trmino, trata -la sustancia- y los tipos de causas o explicaciones que utiliza. Pensadores racionalistas como Descartes, Spinoza y Leibniz sitan -cada uno a su modo- sus respectivos proyectos metafsicos en la rbita de la concepcin de una disciplina prioritaria como la descrita. Por ejemplo, es patente el carcter fundamentador de la metafsica de Descartes, pues ste establecea prioridirectamente una relacin de dependencia entre la verdad de ciertas afirmaciones de la filosofa primera (como la de que existe un Dios inmutable) con los principios de su fsica (concretamente el principio de la conservacin de la cantidad de movimiento). Pero tampoco pensadores empiristascomo Locke, quienes se presentan como campeones de la ciencia moderna, estn fuera de esta rbita. Atenindose a su propia prctica de la filosofa, el filsofo explica -de un modo apriorstico- el significado de las expresiones del lenguaje vinculando stas con ideas. Al mostrar qu tipos de expresiones corresponden con qu tipos de ideas y cmo, en ltimo trmino, los enunciados se relacionan con ideas extradas de la experiencia, contribuye a clarificar o hacer explcito el significado de las afirmaciones de la ciencia. De este modo puedeorientarla actividad del cientfico. Incluso puedelegitimarofundamentarlas afirmaciones de ste, pues, a la vista de la "traduccin" a ideas de experiencia de las afirmaciones cientficas, puede mostrar que las propiedades que tales afirmaciones dicen que se dan, efectivamente se dan.La concepcin de la filosofa, o, cuando menos, sus partes tericas, como disciplina prioritaria comienza a entrar en crisis a partir de la eclosin de la ciencia moderna. As, aunque respecto a otros rasgos, Locke es un representante de la concepcin prioritaria de la filosofa, no parece que encontremos ya en l laprioridad lgicade la empresa filosfica sobre la cientfica. Kant afirm que la metafsica haba sido destronada como reina de las ciencias.El positivismo lgico, por su parte, al distinguir tajantemente entre enunciados analticos y sintticos, separa tambin tajantemente la actividad del cientfico de la del filsofo, y si bien sera absurdo mantener que los empirista lgicos asignaban a la filosofa una prioridad lgica, los dems rasgos siguen estando presentes en la actividad filosfica tal como ellos la conceban: clarificacin de los enunciados cientficos. Pusieron, es cierto, un especial empeo en clarificar qu tipo de actividad era sta y se esforzaron por resolver el problema que tal actividad planteaba a una concepcin que precisamente tenda a hacer del conocimiento cientfico el nico tipo de conocimiento posible. Con todo, y aunque con alguna notable excepcin, concibieron esa actividad como algo fundamentalmente distinto de la ciencia emprica, con los rasgos de, como mnimo, aprioridad, prioridad epistmica dbil e incluso fuerte.En la tradicin analtica al menos, el panorama cambia drsticamente con la puesta en cuestin de la separacin tajante de lo analtico y lo sinttico, y tambin de loa prioriy loa posteriorique suponen los argumentos de Wittgenstein en su segunda etapa y de Quine. A grandes rasgos, la filosofa en el campo analtico gira, como consecuencia, en torno a tres formas principales: la "teraputica" wittgensteiniana, la "epistemologa naturalizada" de Quine y la "descriptivo-sistemtica" strawsoniana. Cada una de estas formas supone una concepcin diferente de la relacin entre filosofa y ciencia.De acuerdo con el Wittgenstein de lasInvestigaciones filosficas, los problemas filosficos tradicionales no son genuinos problemas que requieran explicaciones, sino embrollos que se originan por no prestar la atencin debida al uso comn -en el contexto de la actividad en que tal uso tiene lugar- de las expresiones que representan un papel clave en la formulacin de aqullos. De acuerdo con esto, la misin de una filosofa que quiera aclarar tales embrollos es doble. Por un lado, se trata de clarificar los usos comunes, hacindolo de un modo ceido a la ocasin del problema de que se trate; de acuerdo con Wittgenstein, esta actividad no puede sino proporcionarnos proposiciones "triviales", es decir, informacin sobre los usos de expresiones que, en realidad, debera ser patente a todo el mundo (a todos los usuarios competentes del lenguaje), en cuanto se examinen las circunstancias del uso comn de tales expresiones en los contextos de las actividades en que funcionan normalmente. Por otro lado, esa informacin "trivial" ha de aplicarse a explicar cmo ha surgido el problema filosfico en cuestin, mostrando la manera en que ste se ha planteado por no tener en cuenta las caractersticas propias de tal uso (casos a los que se aplican corrientemente las expresiones, limitaciones de aplicacin, etc.). En este sentido, Wittgenstein atribuye a la filosofa -a la genuina, a laque corrige los malentendidos conceptuales que llevan a la formulacin de los problemas filosficos tradicionales- una finalidad "teraputica": la de ayudar a librarnos del embrujo que indebidamente ejercen sobre nosotros tales seudoproblemas. Adems, la filosofa no es una disciplina sistemtica, puesto que su actividad se cie a la de la clarificacin de tales embrollos conceptuales y cualquier investigacin que realice sobre los usos lingsticos tiene esa finalidad circunstancial. Las nicas explicaciones que puede dar la filosofa son, si acaso, las relativas a cmo se originan tales y cuales problemas filosficos en tales y cuales desviaciones del uso comn de tales y cuales expresiones.En esta concepcin de la filosofa, la filosofa (genuina) es algo que, en principio, nada tiene que ver con la ciencia. Slo puede tener que ver con ella de forma ocasional, cuando los embrollos filosficos que se hayan originado apelen a conocimientos cientficos. Al propio tiempo, la filosofa no proporciona un genuino saber positivo, puesto que sobre los usos comunes no nos revela realmente nada, sino que nos sirve nicamente como recordatorio y, por lo dems, su papel es slo negativo en el sentido apuntado de eliminar falsos problemas. En este sentido, la concepcin del ltimo Wittgenstein est en los antpodas de quienes conciben la filosofa como una disciplina prioritaria respecto a la ciencia, que aborda temas que escapan a sus lmites. Si acaso supone slo una advertencia para los cientficos "metidos a filsofos".Segn la concepcin de Quine, la epistemologa o, en realidad, toda la filosofa teortica, es -es decir, legtimamente no puede sino ser- una actividad continua con la ciencia, integrada plenamente en ella. sta es la conclusin que extrae Quine del hecho de que los enunciados que hacemos no pueden dividirse en dos dominios disjuntos, el de los enunciados que dicen cmo es el mundo y los enunciados que explican el significado de las expresiones del lenguaje, el de los enunciados sintticos y los enunciados analticos. Concretamente, si tomamos cualquier concepto de inters filosfico, para clarificarlo es pertinente hacer, junto a consideraciones de uso comn, cualesquiera consideraciones cientficas que se estimen relevantes para su aplicacin, poniendo unas y otras, por as decir, en el mismo saco, aunque dando preeminencia en caso de conflicto a las consideraciones cientficas, en deferencia al mejor soporte de que gozan nuestros conocimientos cientficos. Quine sostiene que, para clarificar lo que es el saber, es legtimo e imprescindible echar mano de consideraciones de la psicologa y quiz otras ciencias -como la lingstica o, eventualmente, la neurofisiologa- que puedan explicarnos cientficamente cmo se adquiere el saber.El tercer gran foco de influencia de una concepcin de la filosofa, en el campo analtico, es el que la concibe como descriptiva, o quiz mejor como descriptivo-explicativa, de nuestro esquema conceptual. Esta concepcin adopta como hiptesis de trabajo que los conceptos que utilizamos forman de tal modo un sistema que resulta crucial investigar tericamente las interrelaciones entre los mismos. Y, al hablar de conceptos, se incluyen aqu tanto los que pertenecen al uso general, como los que, aun siendo ms bien propios del conocimiento cientfico, no lo son, en particular, de ninguna rama especializada de la ciencia. Strawson ha descrito esta concepcin de la actividad filosfica en analoga con la del lingista. Del mismo modo en que ste trata de elaborar una gramtica sistemtica de una lengua, partiendo de sus intuiciones como hablante, el filsofo tratara de hacer una "gramtica" de los conceptos tomando como base las intuiciones que suministra ser poseedor de los mismos. Esta "gramtica" es en realidad una explicacin del significado de las expresiones que utilizamos para tales conceptos, y el trmino es especialmente oportuno en cuanto se supone que nuestras explicaciones descubren relaciones sistemticas entre ellos. Adems, el filsofo se interesa especialmente por conceptos que, de algn modo, son bsicos en nuestra comprensin y nuestro conocimiento, como el mismo concepto de saber, o como los de significado,identidad, existencia, realidad, explicacin, causa, espacialidad, temporalidad; conceptos de estados, procesos y operaciones mentales como pensar, creer, recordar, esperar, imaginar; los conceptos de percepcin y experiencia sensorial, de las grandes categoras de seres o entidades (personas, animales, plantas, objetos naturales, procesos, acaecimientos, objetos artificiales, instituciones, roles) y de propiedades, cualidades, acciones y comportamientos de aqullos: conceptos de emociones, conceptos ticos (bueno, malo, culpa, castigo) y estticos.La analoga con la lingstica sugiere que la filosofa es, en realidad, una actividad terica asimilable a la ciencia, slo que su "especialidad", lo especfico de su tema, es lo general, o tal vez mejor dicho, "lo bsico", nuestros conceptos ms fundamentales, sean o no los ms generales. Cabe atribuirle -en atencin a su tema- como mnimo una cierta autonoma. Aqu se presentan en realidad dos opciones. Segn una, lo nico que realmente puede hacer la filosofa es poner en relacin unos elementos de nuestro sistema conceptual con otros. En este caso, las consideraciones provenientes de la ciencia no sern pertinentes para la labor filosfica. Por el contrario -y esta es la otra opcin-, en la medida en que no renuncia a "poner orden" en el esquema conceptual que investiga, el filsofo no podr evitar -en casos en que se revelen inadecuaciones, inconsistencias, deficiencias, etc., en nuestro esquema conceptual comn- proponer ciertascorreccionesal modo en que pensamos o concebimos comnmente, y entonces difcilmente podr justificar no prestar atencin a lo que pueda haber de relevante en consideraciones tericas que provengan de las especialidades cientficas. De modo que, segn esta segunda opcin, su autonoma no puede ser completa. Y ello porque, al ir conectando las cuestiones que suscita el anlisis del significado de las expresiones lingsticas de su inters, el filsofo llega a lo que es su objetivo ltimo, tomar posiciones en torno a grandes cuestiones filosficas tradicionales como, por ejemplo, la cuestin del realismo. Para ello es fundamental que su empresa terica sobre el significado pueda realizarse rechazando la vieja distincin tajante entre lo analtico y lo sinttico -entre el saber puramente conceptual y el saber acerca del mundo- y entre lo que sabemosa prioriy lo que sabemosa posteriori. Aunque tambin lo es que pueda aceptar estas distinciones sobre una nueva base que proporcione una diferencia aunque slo sea relativa, de grado. Esto ltimo ser el fundamento de su relativa autonoma; lo primero, el de los lmites de sta.Una disciplina concebida de este modo no es prioritaria respecto a la ciencia. No supone, para empezar, que la filosofa sea una actividad apriorstica en el sentido que informaba las concepciones tradicionales de la filosofa (los datos con los que controla sus explicaciones son intuiciones sobre el significado de las expresiones que, al mismo tiempo, pueden ser afirmaciones acerca del mundo). No otorga a la filosofa la prioridad lgica respecto a la ciencia (no es imposible hacer autntica ciencia sin hacer filosofa). En general, no tiene la misin de orientar a la ciencia (aunque no se excluya que pueda hacerlo en ocasiones puntuales). Menos an la de fundamentar sus principios o afirmaciones, aunque puede contribuir a la comprensin de las afirmaciones de una ciencia ayudando a conectarlas con el resto del saber cientfico y de la cultura en general. Pero aunque no es prioritaria respecto a la ciencia (las ciencias especiales), no es, en absoluto, una actividad irrelevante. Su importancia deriva precisamente de que es indispensable para una comprensin global.Otras concepciones actuales de la filosofa presuponen que sta es prioritaria respecto a la ciencia y, por tanto, interpretan su contribucin a la "comprensin global" de un modo que supondra limitaciones importantes para la ciencia. El caso ms destacado y emblemtico es el de Heidegger. Heidegger formula, enLa pregunta por la cosa, la siguiente pregunta:Es la ciencia el patrn de medida para el saber, o hay un saber en el cual se determina el fundamento y el lmite de la ciencia y con ello su propia eficacia?Segn Heidegger, la filosofa estudia elmarcoo "estructura previa" de la comprensin, y, en especial tambin, el trasfondo necesario para la comprensin que hace que sea posible la ciencia, suministrando as a sta el fundamento del que estara necesitada.Hay en Heidegger tres grandes motivos para diferenciar filosofa y ciencia, y pensar, adems, que la primera esprioritariasobre las ciencias. En primer lugar, la filosofa puede captar, por as decir, laesenciade la ciencia. Los cientficos de una ciencia particular llevan a cabo una serie de actividades que tienen un significado determinado. Las prcticas de los cientficos establecen el mtodo y lo que dentro de la actividad cientfica se considera como significativo y objetivo. Perocmotales prcticas establecen eso es algo que las ciencias mismas no estudian.El segundo motivo para la primaca de la filosofa sobre la ciencia, es que necesariamente existe, para cada ciencia, una especie de "contenido que no aparece", algo que no se muestra en ella y que constituye precisamente el mbito de inters de la ciencia en cuestin. En un sentido amplio, la fsica, por ejemplo, es, en principio, el estudio de la naturaleza. Pero la fsica actual estudia la naturaleza dentro del marco conceptual de la matemtica y presuponiendo objetos, propiedades, etc. (mviles con ubicacin espacial y temporal con ciertas velocidades, campos electromagnticos, etc.) que de alguna manera se ajustan al tratamiento matemtico. Esto es lo que, en expresin de Heidegger, constituye la "objetividad de la naturaleza" (para la ciencia moderna); al respecto afirma:La representacin cientfica nunca puede abarcar la esencia d la naturaleza, dado que la objetividad de la naturaleza no es nada ms queunmedio en que la naturaleza puede antecedentemente aparecer. Para la ciencia de la fsica, la naturaleza es aquello que no se puede tratar, aquello a lo que no se tiene acceso.Aquello a lo que no tiene acceso la fsica es algo que est en la base misma de la comprensin profunda de sus races histricas. Lo que Heidegger presupone aqu es que esta comprensin no puede captarla, no ya la fsica (que realmente no tiene esa misin), sino ninguna otra ciencia o actividad cognoscitiva afn a la ciencia y no prioritaria respecto a ella.EnLa pregunta por la cosa, Heidegger ilustra su tesis con el examen de los cambios profundos que trae consigo la fsica moderna:El axioma de Newton [la primera ley del movimiento o principio de inercia] comienza con 'corpus omne', 'todo cuerpo'. En ello est comprendido lo siguiente: se hecha por tierra la diferencia entre los cuerpos terrestres y los cuerpos celestes. El cosmos ya no se divide en dos mundos completamente divididos, el de debajo de los astros y el de los astros mismos; los cuerpos de la naturaleza son todos en esencia del mismo tipo.El tercer motivo por el que la perspectiva de la ciencia que surge de la revolucin cientfica es limitada lo ve Heidegger en lo que describe como la tendencia de esa perspectiva hacia el "subjetivismo". Con esta expresin Heidegger alude a que, segn l, el intento de autofundamentacin mediante un principio general que la ciencia moderna comporta lleva al modo cientfico de actividad a buscar la respuesta en el concepto cartesiano deyo pensante, que niega el esencialser situadoen el mundo. As, Heidegger dice que en el marco de la tecnologa actual, inseparable de la ciencia moderna,[...] el hombre se ha elevado a la "yo"-idad delego cogito. En esta posicin, todas las entidades devienen objetos. Las entidades, como objetivas, se absorben en la inmanencia de la subjetividad. El horizonte ya no ilumina desde fuera de s mismo (Sendas perdidas, nota 63).Heidegger ve as la ciencia moderna como algo que slo se hace posible gracias a la conceptualizacin cartesiana, pues sta es la fuente de una "objetivizacin" construida -contrapartida necesaria del aspecto subjetivo al que hemos aludido- que dota a aqulla de sus objetos -es decir, objetos que pueden ocupar posiciones y cambiarlas sin limitaciones-; y es tambin la fuente de la concepcin correspondiente -igualmente "construida"- de la espacialidad, reducida al mbito tridimensional de la fsica clsica, mero conjunto de las posiciones posibles que tales objetos pueden ocupar, algo que estara muy alejado de la espacialidad ms fundamental del mundo que "nos encontramos", donde los lugares se definen por objetos que tienen inmediatamente significado para nosotros. Para Heidegger todos los "objetivizadores" son necesariamente tambin "subjetivizadores", en la medida que la objetivacin slo puede darse en el contexto de una concepcin representacionista (una concepcin en la que, por as decir, un objeto es slo la contrapartida de la representacin de un sujeto); olvidan -el "olvido del Ser" heideggeriano- que a esa concepcin se llega desproveyendo de significado a lo que inmediatamente lo tiene para nosotros.

A partir de 1929 Wittgenstein se aplic en ofrecer del lenguaje, y de los problemas filosficos conectados con l, una visin opuesta a la que haba ofrecido en elTractatus. Ahora la lgica no es ya el determinante ni del pensamiento ni de la realidad. El lenguaje es un conjunto de procedimientos para utilizar las palabras en conexin con diversas actividades; es lo que Wittgenstein llam "juegos de lenguaje". Wittgenstein se esfuerza en huir de las rigurosas y estrictas condiciones que impone la lgica. Por la misma razn, la ciencia ya no puede sustituir a la filosofa. No hay ninguna teora del significado que d primaca a la ciencia sobre la filosofa. Un lenguaje es simplemente un conjunto de actividades realizadas por medio de palabras en conexin con actividades extralingsticas. Entre estas actividades o juegos de lenguaje no hay mas que semejanzas o parecidos; no hay que buscar nada que sea comn a todos ellos. Sin embargo, la idea de filosofa es muy parecida. Tampoco ahora es posible la filosofa, porque no hay actividades extralingsticas a las que acompae el uso filosfico del lenguaje, es decir, porque no hay un juego de lenguaje filosfico. Los problemas filosficos surgen cuando el lenguaje se va de vacaciones. Es la falta de atencin al lenguaje lo que produce problemas filosficos. Por ello, no hay problemas filosficos genuinos, que haya que resolver. Slo hay pseudo problemas que debemos eliminar. Y esto lo conseguiremos volviendo nuestra atencin al lenguaje.Los problemas filosficos se generan en confusiones del lenguaje y se disuelven con una atencin adecuada al uso real cotidiano del lenguaje. As, la filosofa pierde la categora intelectual que haba adquirido a lo largo de los siglos, para convertirse en algo tan modesto como la descripcin de los usos lingsticos: Debemos acabar con toda explicacin y slo la descripcin debe ocupar su lugar. Y esta descripcin recibe su luz, es decir, su propsito, de los problemas filosficos. stos ciertamente no son empricos, sino que se resuelven observando el funcionamiento de nuestro lenguaje, de tal manera que lo reconozcamos: a pesar de nuestra tendencia a malentenderlo [...] La filosofa es una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencia por medio de nuestro lenguaje (Investigaciones filosficas, 109)

6.4 Los actos de hablaLa propuesta del segundo Wittgenstein de que el significado de una expresin se determina por el uso que los hablantes hacen de ella se convierte en el punto de partida del desarrollo de la concepcin del significado que se conoce como lateora de los actos de habla. La estrategia de Austin (su formulador) es considerar el lenguaje como un instrumentopara hacer cosas. Lo que uno hace al proferir ciertas expresiones son actos de habla que pueden ser analizados en distintos actos. Para juzgar la conducta verbal debemos contar tanto con el significado de una expresin como con la fuerza ilocutiva que la proferencia posee. Distingue tres actos de habla:Acto ilocucionario o locutivo: es el que se realiza por el hecho de decir algo. En efecto, en cualquier produccin lingstica Austin distingue tres actos: a)acto fontico, que consiste en la produccin de determinados sonidos; b)acto ftico, que consiste en la produccin de determinados vocablos con una determinada construccin gramatical y entonacin y c)acto rtico, que consiste en el uso de cierta construccin con un significado determinado, constituido por el sentido y la referencia de los componentes de la construccin utilizada.

Acto ilocutivo o ilocucionario: es el que se realiza al decir algo, como ordenar, prometer, etc. De un enunciado ilocucionario no puede decirse que sea verdadero o falso, sino que se trata de un acto conseguido o fallido. Para que un acto ilocucionario no resulte fallido se requieren varias condiciones de cumplimiento: 1)condiciones preparatorias: la persona que ejecuta el acto debe tener derecho o autoridad para realizarlo; 2)condiciones de sinceridad: la persona que ejecuta el acto debe creer lo que dice, porque, de lo contrario, incurrir en la culpa que Austin llama abuso, aunque el acto no quedara anulado; 3)condiciones esenciales: la persona que ejecuta el acto se compromete aciertas creencias o intenciones. Este compromiso no supone que deba creer que la proposicin sea verdadera, sino que consiste en un comportamiento adecuado. Para Austin, por ejemplo, la violacin de la ley deltercero exclusoen un argumento constituye una inobservancia del compromiso del mismo tipo que la inobservancia de una promesa. Los valores que puede tener un acto ilocucionario son, segn Austin, los siguientes: a)judicativos: clase de actos jurdicos que corresponde a verbos como condenar, decretar, evaluar, etc.; b)ejercitativos: consisten en el ejercicio de potestades, derechos o influencia y corresponden a verbos como ordenar, instar, aconsejar, prevenir; c)compromisivos: clase de actos que obligan al locutor a adoptar una determinada actitud o a efectuar una determinada accin. Comprenden verbos como prometer, apostar, jurar, etc.; d)comportativos: clase de actos que implican una reaccin frente a la situacin de los dems y corresponde a verbos como agradecer, pedir disculpas, felicitar, etc.; e)expositivos: se utilizan para poner de manifiesto el modo como nuestras expresiones encajan en un argumento o conversacin y corresponden a verbos como conocer, suponer o postular.

Acto perlocucionario o perlocutivo: es el que se realiza por el hecho de decir algo, como hacer que alguien crea que algo es de determinada manera, persuadir a alguien a hacer algo, influir sobre sus sentimientos. El efecto perlocucionario de un enunciado es su accin sobre las creencias, actitudes o conducta del destinatario.

3.6 Anlisis de la conversacin3.6.1 El principio de cooperacinPartiendo del hecho de que emisor y destinatario buscan facilitar el proceso de comunicacin, Grice ha propuesto una serie deprincipios no normativos que se supone que son aceptados de modo tcitopor quienes participan en el acto de comunicacin. Existe un principio bsico, del que se derivan unas mximas. Ese principio es denominado por Grice "principio de cooperacin" y es formulado as:Haga que su contribucin a la conversacin sea, en cada momento, la requerida por el propsito o la direccin -tcita o explcitamente aceptada- del intercambio en el que se halla inmerso (Studies in the Way of Words, p. 26)Si alguien viola este principio entonces el destinatario debe sacar la conclusin de que bien el emisor no tiene intencin real de comunicarse o bien de que est violando aparentemente el principio con el fin de introducir nueva informacin.Este principio se desarrolla en las categoras de cantidad, cualidad, relacin y modalidad. Cada una de ellas, a su vez, se subdivide en mximas ms especficas. Se pueden resumir del siguiente modo:Mxima de cantidad (se relaciona con la cantidad de informacin que debe darse). Comprende:haga que su contribucin a la conversacin sea todo lo informativa que requiera el propsito del dilogo; pero

haga que su contribucin no sea ms informativa de lo necesario.

Mxima de cualidad: trate de que su contribucin a la conversacin sea verdadera:no diga algo que crea falso;

no diga algo de lo que no tenga pruebas suficientes.

Mxima de relacin: diga cosas relevantes, o ms explcitamente, haga que su contribucin a la conversacin sea relevante con respecto a la direccin del intercambio.Mxima de modo (se relaciona con el modo de decir las cosas ms que con el tipo de cosas que hay que decir): "Sea claro"evite expresarse de forma oscura;

evite ser ambiguo;

sea breve (o no sea innecesariamente prolijo);

sea ordenado

En su crtica a Grice, Sperber y Wilson proponen reducir todas las mximas a un solo principio, que denominan "principio de relevancia". Estos autores parten de la idea de que cada individuo se encuentra situado en un "entorno cognitivo", el cual se compone de los hechos y suposiciones que son para l "manifiestos", es decir, aquellos que el individuo puede representar mentalmente. El entorno cognitivo de cada individuo es diferente (pues cada uno tiene diferente percepcin y capacidad de memoria, etc.) pero podemos estar seguros de que los participantes en una conversacin comparten sus entornos cognitivos: gracias a ello es posible la comunicacin. Pues bien, el individuo escoge algunos de los hechos y suposiciones que constituyen su entorno cognitivo para procesarlos como informacin. Cul es el criterio de eleccin? Sperber y Wilson dicen que lo que hace que una informacin sea digna de ser procesada es una sola propiedad, larelevancia(o pertinencia).Esta propiedad, que admite gradacin, es puesta en relacin por los autores con dos elementos. Un supuesto es ms relevante, en primer lugar, cuanto ms amplios sean sus efectos respecto a los supuestos o informaciones que ya se poseen. La informacin es relevante cuando sirve para reforzar un supuesto previo o cuando debilita o entra en contradiccin con supuestos previos. Cuanta ms multiplicacin de estos efectos logre, ms relevante ser la informacin. Pero no basta con calcular el efecto; es necesariorelacionarlo tambin con el esfuerzo que ha sido necesario para lograr dicho efecto. En la medida en que el esfuerzo requerido sea mayor, tambin mayor ser la relevancia.3.6.2 Lo dicho y lo implicado: las inferencias pragmticasGrice advierte que el discurso abarca tanto lo dicho como lo no dicho o implcito.3.6.2.1 Las implicaturas conversacionalesLo que comunicamos a los dems es, en parte, lo que decimos (el contenido proposicional de nuestras oraciones), pero tambin en gran parte lo que no decimos pero est implicado en lo que decimos. Para explicar este desnivel la pragmtica introduce el trmino "implicatura", con la que se designael contenido implcito de lo que decimos.Las implicaturas dependen en gran manera del contexto y estn ligadas al principio de cooperacin, ya que para poder inferir lo implcito hay que suponer que el hablante se ajusta a tal principio. Grice distingue dos tipos de implicaturas, las convencionales y las conversacionales.Lasimplicaturas convencionalesson aquellas que derivan directamente de los aspectos convencionales del significado de las palabras y no de factores contextuales.Lasimplicaturas no convencionalesse caracterizan por una conexin ms estrecha con el contexto y el principio de cooperacin. Cuando la implicatura se rige por los principios que regulan la conversacin, se llama conversacional y, en caso contrario, no conversacional. Las implicaturas conversacionales, a su vez, se dividen en particulares y generalizadas. Mientras que las primeras dependen directamente del contexto de emisin, las segundas no.Una implicatura conversacional es caracterizada por Grice en los siguientes trminos: se puede decir de una persona que diciendo (o haciendo intencin de decir)pha implicado conversacionalmente queq(es decir,qes una implicatura dep) en el caso de quese tenga algn motivo para suponer que est observando las mximas conversacionales o al menos el principio de cooperacin;

se presuma que al decirpse da cuenta o piensa quep;

el hablante piensa que tanto l como el destinatario sabe que este ltimo puede figurarse que la suposicin (2) es necesaria.

Grice precisa que la implicacin conversacional debe poder ser explicitada en forma de razonamiento, aunque en ocasiones sea intuitiva. Este razonamiento presupone los siguientes datos: 1) el significado convencional de las palabras usadas; 2) el principio de cooperacin y sus mximas; 3) el contexto de la oracin; 4) ciertas partes de la informacin de fondo; 5) el conocimiento o suposicin de que los elementos precedentes son conocidos tanto por hablante como por destinatario.Lasimplicaturas particularizadasse producen por el hecho de decir algo en un determinado contexto. Si la proferencia se hubiera realizado en otro contexto, no conllevara la implicacin conversatoria particular.Lasimplicaturas generalizadastienen lugar independientemente de cul sea el contexto en que se emiten.Grice menciona cincorasgos de las implicaturas conversacionales. El primero es que soncancelablesgeneralmente aadiendo al enunciado en que aparecen una clusula que las invalide de forma explcita. La segunda propiedad de las implicaturas es que (a excepcin de las debidas a las mximas de modo)no son separablesdel contenido semntico de lo que se dice. Las implicaturas dependen de su contenido, no de su significado. Por esta razn permanecen cuando se sustituye algn trmino por un sinnimo. El tercer rasgo es quenoson propiedadeslgicamente deducibleso inferibles a partir de lo dicho; es decir, no dependen de lo que se dice, sino del hecho de decir lo que se dice. El cuarto rasgo distintivo de las implicaturas es que sonno convencionales:no forman parte del significado convencional de las expresiones a las que se ligan. Finalmente, lo que se implica conversacionalmente tiene un cierto grado deindeterminacin, ya que las maneras de conseguir restaurar la vigencia del principio de cooperacin pueden ser varias y diversas.

3.5 La crtica de Quine a los "dos dogmas del empirismo"En "Dos dogmas del empirismo" Quine critic las dos doctrinas puntales del empirismo lgicos ("dogmas" los denomina l. Estas dos doctrinas son:Para cada proposicin o enunciado existe el conjunto de las experiencias u observaciones que la confirmaran (y el conjunto de aquellas otras que la desconfirmaran)

Hay dos grandes clases de proposiciones: lasanalticas, que son aquellas que resultan confirmadas o desconfirmadas, segn sean verdaderas o falsas, por cualesquiera datos de observacin, y lassintticas, que son aquellas que resultan confirmadas, o desconfirmadas, por experiencias y observaciones especficas.

De estas dos doctrinas, la primera -el llamado por Quinedogma reductivista- tiene una versin fuerte que nos es ms familiar: que para cada proposicin con significado emprico (o cognitivo) existe su traduccin a un lenguaje fenomenista. La versin (1) es menos exigente que esta ltima, pero igual de til. Ambas versiones comparten lo que de hecho es objeto de la crtica de Quine:que es legtimo hablar del significado (cognitivo, emprico) de una proposicin considerada aisladamente de las dems. Frente a esto, Quine arguye que, en general, no puede decirse que toda proposicin tenga un fondo de experiencias confirmatorias que puede considerarse propio. La puesta en cuestin de (1) conduce, por lo tanto, a una seria modificacin de la teora verificacionista del significado.El rechazo de (2) atenta, por su parte, contra otro de los pilares del empirismo lgico: aceptar que hay dos clases de proposiciones, las analticas y las sintticas, proporcionaba al filsofo empirista una salida a la hora de dar cuenta del estatuto de las proposicin de la lgica y de la matemtica. Si se renuncia a (2) los problemas que el filsofo empirista crea resueltos vuelven a hacer acto de presencia.Segn el Quine de "dos dogmas", estos dos pilares son mucho menos slidos de lo que podra parecer. El argumento de Quine puede desglosarse en dos pasos. El primero de ellos consiste en apercibirse de que (1) implica (2): si est justificado hablar del significado deunaproposicin, habr que contar con el caso lmite de proposiciones que sean verdaderas y cuyo significado emprico sea nulo. Una vez que hablamos de la posibilidad de que haya experiencias que confirmen una proposicin, no podremos excluir el caso de esas proposiciones cuyo conjunto de consecuencias confirmatorias (o desconfirmatorias) sea vaci. Semejantes proposiciones sern verdaderas o falsas con independencia de qu experiencias se tomen como piedra de toque. (Estas sern las proposicionesanalticas).El segundo paso consiste en ver cmo los intentos de definir criterios de distincin entre proposiciones analticas y proposiciones sintticas fallan sistemticamente hasta un punto en que llegamos a convencernos de que el criterio buscado simplemente no existe. En ese mismo momento concluimos que (2) es un principio falso. Ahora bien, si (1) implica (2) y si ste es falso, el principio (1) tambin habr de serlo (segn un razonamiento enmodus tollens). Con esto, los dos dogmas han sido rebatidos.EnDos dogmasQuine examina detenidamente diversos criterios de distincin entre lo analtico y lo sinttico. Veamos alguno de estos argumentos:Una idea popular que parece estar de acuerdo con la distincin analtico-sinttico es sta: si deseamos saber si un enunciado es analtico -es decir, verdadero en virtud del significado de sus trminos- basta con que consultemos en undiccionarioel significado que poseen. Esa consulta permitir determinar, sin investigar cules son los hechos del mundo, su verdad o falsedad. As, por ejemplo, una ojeada de la palabrahombre, en un diccionario mnimamente completo, nos permitir dar con la acepcin oportuna que verifique el carcter analtico de la proposicin:a) Los hombres son seres dotados de raznSin embargo, semejante maniobra aplicada a la palabraaraucariaser incapaz de establecer el valor de la verdad de la proposicinb) En Ibiza hay araucarias tradas por emigrantes isleos.La diferencia se explica por la analiticidad de (a) y la sinteticidad de (b). La distincin parece, por tanto, impecable.A este planteamiento Quine objeta que los diccionarios sean el tipo de obra que contiene los significados de las palabras, si porsignificadose entiende algo diferente de informacin emprica o informacin relativa a los hechos (es decir, al mundo). Por el contrario, los diccionarios recogen los usos de las palabras, y los lexicgrafos que los organizan y los redactan no entran en la cuestin de si sus definiciones plasman significados u otra cosa distinta. De hecho, raro ser el diccionario que, en la entrada correspondiente aesmeraldano diga que las esmeraldas son verdes. Significa esto que la proposicin (c) "Todas las esmeraldas son verdes" es una proposicin analtica, es decir, con independencia de cmo es el mundo, de cmo son las esmeraldas? La respuesta es tajantemente negativa. (Es ms, hay diccionarios que llegan a decir cosas tales como que las esmeraldas estn formadas de silicato de almina y de glucina teido de xido de cromo. El que tales sustancias den lugar a un bello color verde cuando se tien de xido de cromo no es, con seguridad, una circunstancia puramente lingstica, sino un afortunado accidente de la naturaleza). Por consiguiente, o bien admitimos que (c) no expresa un hecho del mundo, o bien renunciados a la idea de que los significados de las palabras son esas cosas que dan los diccionarios.Una vez arruinada la doctrina de que hay verdades en virtud del lenguaje y verdades en virtud de los hechos, la concepcin empirista del sistema del conocimiento humano ha de cambiar de un modo radical. Ya no hemos de admitir, para empezar, que las verdades lgicas y matemticas estn a salvo de refutacin emprica. Todas las proposiciones habrn de considerarse, a partir de ahora, sintticas en un mayor o menor grado. Proposiciones como 7+5 = 12, que hasta ahora se han considerado necesarias, no tienen un estatuto diferente de (b) o (c). Esto no significa que haya en algn lado observaciones o experiencias que muestren que 12 no es el resultado de sumar 7 y 5. Significa que no hay nada que excluya, como posibilidad lgica, un vuelco tal en el sistema de todo nuestro conocimiento que quite a esas proposiciones el lugar que hasta el momento se les ha reconocido.Esta idea se capta mejor si se tiene en cuenta que las proposiciones no se confirman una a una, sino en bloques o conjuntos. Esto es especialmente cierto en el caso de las afirmaciones de la ciencia con un contenido terico ms alto (es decir, de aquellas proposiciones que hablan de entidades inobservables). Ninguna de ellas est sujeta por s sola aconfirmacin. Lo est en conjuncin con otras proposiciones auxiliares de diverso tipo o incluso en conjuncin con otras teoras cientficas. Por ello, cuando una proposicin queda aparentemente refutada, es posible mantenerla a salvo como verdadera efectuando cambios en -o renunciando a la verdad de- las proposiciones adyacentes o acompaantes. Cabe, adems, la posibilidad de que estos cambios sean menos drsticos y mutilen menos el cuerpo de conocimiento acumulado si se efectan sobre el aparato lgico o matemticode la teora o teoras implicadas en el caso. El que una posibilidad como esta no pueda olvidarse es lo que permite a Quine afirmar quetodaslas proposiciones pueden ser objeto de revisin.Para el empirismo clsico todas las verdades sobre el mundo derivan inductivamente de la experiencia. A esta visin opone Quine la de que todas las verdades (sin restriccin) pueden serconfutadaspor la experiencia. El matiz importante arrastra consigo la clusula de que no se confirman (verifican) proposiciones una a una y por separado, sino en bloques o conjuntos de proposiciones. Esta doctrina recibe el nombre deholismo semntico. La renuncia a la distincin analtico-sinttico y la adhesin al holismo semntico son pasos obligados en la adhesin a un empirismo sin dogmas.

6.3 El segundo Wittgenstein: los juegos del lenguajeLa tesis que Wittgenstein defiende en lasInvestigaciones lgicases que el lenguaje no es un espejo de la realidad. Simplemente es un instrumento para el desarrollo de la vida del hombre. Pensamiento y lenguaje son, ante todo, conducta humana y, en consecuencia, pertenecen al campo de lapraxis.El punto de partida de la obra es una cita agustiniana de las Confesiones, I, 8, en la que se describe la denominacin de los objetos mediante palabras-nombre. ntimamente unida a la denominacin se encuentra tambin en este pasaje la suposicin de que el significado de una palabra se obtiene slo por "ostensin".La interpretacin de este texto agustiniano llevada a cabo por Wittgenstein le conduce a representar un lenguaje primitivo en el que se verifique la comunicacin humana, teniendo como elementos constitutivos la denominacin y la ostensin. Supongamos, as, que se est construyendo una casa. Desde el andamio, el albail grita al pen: "ladrillos". Qu sucede entonces? Sucede que el pen, ante la palabra escuchada, realiza un conjunto de acciones: llena con ciertos objetos su carretilla, los acarrea hasta debajo del andamio y, luego, se los iza a su jefe. Tal sistema comunicativo, cuyos instrumentos son palabras del tipo "ladrillos", "arena", "cemento", "cal", puede ser considerado, por quien lo observa, como completo y cerrado en s mismo y ser til solamente para la comunicacin en el contexto de la actividad descrita. Para otros contextos, habr que proceder con distintos y diversos trminos, pero de forma anloga. Por este motivo, el aprendizaje de una lengua consistir, ms que en una enseanza terica, en un adiestramiento prctico de lo que debe hacerse al escuchar determinada expresin lingstica. As, la configuracin de cada contexto se verifica de modo muy similar a lo que acontece en un juego.Un juego consiste, fundamentalmente, en sus reglas. Un juego puede o no jugarse segn los deseos de cada uno. Pero quien acepta jugarlo, deber someterse en todo momento a las normas que lo rigen y, en consecuencia, se ver obligado a realizar, en conformidad con dichas normal, mltiples acciones. Segn estas ideas, el lenguaje es concebido por Wittgenstein como una actividad natural que se ejercita en forma de juegos. Con la expresin de "juego lingstico" Wittgenstein quiere poner en evidencia que el hecho de hablar un lenguaje es parte de una actividad o forma de vida.De modo similar a como acontece en los juegos, cuyo nmero no puede fijarse ni permanecer constante a travs del tiempo, los usos del lenguaje no se establecen de una vez para siempre, sino que van apareciendo nuevas formas de los mismos mientras que otras desaparecen o caen en "desuso".En la naturaleza integral del lenguaje cabe distinguir el lenguaje ordinario o vulgar de estructura complicada y el lenguaje cientfico, de trazos ms regulares, ms sencillos y simtricos. El uso ordinario del lenguaje se rige por reglas mucho ms diversas de las que rigen el discurso cientfico. Y, en definitiva, el uso del lenguaje debe abarcar todosestos "usos diferentes" de la comunicacin lingstica humana. Esto nos lleva a la concepcin del uso como teora del significado.En una amplia clase de casos -aunque no en todos- en los que empleamos el trmino significado puede ste definirse as:el significado de una palabra es el uso que de ella se hace en el lenguaje[] la oracin ha de ser vista comoun instrumento, y su sentido como su empleo(Investigaciones filosficas, prrafo 421)Esta tesis central del ltimo pensamiento de Wittgenstein rechaza la nocin de significado como correspondencia entre nombres y objeto y entre estructuras proposicionales y estructuras de la realidad. Y, en consecuencia, desmantela la doctrina del atomismo lgico delTractatuse invalida su propsito de construir un lenguaje ideal perfecto.Fuera del uso un signo en s est muerto. El signo vive nicamente en el uso El uso es como su respiracin (o. c., prrafo 432)En lugar del dogmtico "el significado de un enunciado es su mtodo de verificacin", procedente del neopositivismo lgico, ahora se proclama: "no preguntis nunca por el significado; preguntad por el uso".Lo que yo doy es una morfologa del uso en una expresin. Muestro que tiene tipos de usos en los que ni por asomo habais pensado. En filosofa uno se siente forzado a mirar un concepto de modo determinado. Lo que hago es sugerir, o incluso inventar otros modos de mirarlo. Sugiero posibilidades en las que no habais pensado previamente. Creais que haba una posibilidad o a lo sumo nicamente dos. Pero os hice pensar en otras. Es ms, os hice ver que era absurdo confiar que el concepto se conformara a posibilidades tan estrechas. De este modo vuestro calambre mental desaparece y quedis libres para inspeccionar el campo de uso de la expresin y para describir los diferentes tipos de uso de ella (Norman Malcolm, "Recuerdo de Wittgenstein", enLas filosofas de L. Wittgenstein, p. 59)Con esta postura, desmantelado el atomismo lgico e invalidado el ideal del "lenguaje perfecto", se descarta igualmente cualquier teora denotacionista o referencial del significado. El "uso" tiene prioridad sobre elnombrar,denotarodefinir. Y, por consiguiente, no tiene objeto defender esencialismo o univocismo lingstico alguno.En unjuegoson imprescindibles lasreglas, en conformidad con las cuales se hace uso de las piezas. De forma similar, en los innumerables juegos que constituyen el lenguaje, el uso de las palabras -piezas del juego- viene tambin regido por reglas. Una misma palabra, una misma oracin, en contextos diferentes, puede cobrar significados diversos segn sean las reglas que norman su "uso correcto" en tales circunstancias. Las reglas, por ello, ayudan a aprender a jugar un juego determinado, y su aprendizaje se realiza mediante la repeticin de ejemplos. La obediencia a una regla es una prctica o costumbre que se adquiere, no algo que se derive de un nico hombre o que se d de una vez para siempre. Las reglas, por tanto, marcan, por un lado, la uniformidad y, por otro, la diversidad de conductas, de "uso", en razn de cada juego lingstico diferente.Existen tres clases de usos lingsticos. El usocotidianoes un usonormalde las palabras,, cuya normalidad viene dada por el contexto o "juego" dentro del que se utilizan. As, en un contexto cotidiano no se acostumbra a designar al agua mediante su frmula H2O. Y, sin embargo, esto resultanormalen un lenguaje "cientfico". Tendramos, entonces, que el lenguaje cotidiano se nos revelara como una suerte de paradigma o modelo al cual se habra de acudir siempre para explicar los dems tipos de lenguaje. Y, segn el cual, seran solventados todos los problemas filosficos.Otra posible acepcin del trminouso, en segundo lugar, se determina en razn de suvalidez. Esta resulta posible slo si se fijan los criterios o reglas en virtud de las cuales las palabras y oracionesvalenpara ser utilizadas en un "juego lingstico" y novalenpara ser utilizadas en otro. Por este motivo, en tercer lugar, este usovlidose halla ntimamente unido alreguladoonormado. El lenguaje, en este caso, goza de significado por someterse a ciertasnormasoreglas.Igual que hizo en elTractatus, Wittgenstein en susInvestigaciones filosficasse fija, como tarea, cuestionar las preguntas que afectan al hombre y que parecen insolubles, descubrir los lmites del sentido y sealar con precisin lo que puede y no puede decirse. Pero mientras en elTractatussolventaba los problemas ltimos merced a un criterio referencial de significado bien definido, en susInvestigaciones, al concebir el lenguaje como "juego", no hablar ya de "el lmite", sino de los "lmites" del lenguaje. Ya que, ahora, no se dan criterios semnticos absolutos, ni carencias de significado, sino nicamente "usos" de las palabras en cada juego lingstico. Cada juego lingstico posee sus propios lmites, traza su propia frontera.Decir esta combinacin de palabras carece de sentido es tanto como excluir de la esfera del lenguaje a dicha combinacin y poner lmites al dominio del lenguaje. Pueden, sin embargo, trazarse lmites por distintos tipos de razones. Si rodeo un rea con una verja, una lnea o alguna otra manera, puedo hacerlo con el propsito de evitar que alguien entre o salga; pero tambin puede tratarse de un juego, cuyos jugadores deben saltar por encima del lmite; o puede mostrar dnde termina la propiedad de un hombre y dnde comienza la de otro, y as sucesivamente. Por tanto, trazando una lnea divisoria no digo para qu la trazo (o. c., prrafo 499)Aunque califique a las proposiciones metafsicas de "carentes de significado", al trazar una lnea divisoria entre el "juego metafsico" y otros tipos de "juego", se advierte que no intenta eliminar la metafsica ni acabar con toda la filosofa. En los "juegos lingsticos" no se da "significado referencial" -en este aspecto todos ellos carecen de sentido- sinousos de hecho. En consecuencia, con el "uso" como criterio de significacin se intenta tambin elucidar en qu consiste el quehacer filosfico y cules son sus objetivos.6.4 Las teoras de los actos de habla6.4.1 AustinAustin sostiene que los filsofos han supuesto errneamente que la nica ocupacin interesante de una emisin lingstica es registrar un hecho o describir una situacin con verdad o falsedad. Suponer esto es cometer lafalacia descriptiva. Un ejemplo de ella es suponer que 'Yo s' es una frase descriptiva. Uno de los aspectos notables de la semntica de esta expresin es que se comporta de una manera similar a 'Yo prometo'. Podemos decir 'Espero hacer A, pero puede que no lo haga', pero sera de algn modo contradictorio o paradjico decir 'Prometo hacer A, pero puede que no lo haga'. Paralelamente, aunque podemos decir 'Creo quep, pero puede que est equivocado', sera paradjico decir 'S quep, pero puede que est equivocado'. Este paralelo entre 'prometo' y 's' condujo a Austin a tratar 'Yo s' como una expresin realizativa, una cuya emisin en las circunstancias apropiadas no consiste endescribirla accin que estamos realizando o el estado mental en que estamos sinorealizaresa accin.Segn Austin, las proferencias realizativas, a diferencia de las constatativas, no seran propiamente evaluables como verdaderas o falsas, ni, por consiguiente, sera su significado especificable en trminos de sus condiciones de verdad, sino con categoras de un tipo completamente distinto, categoras tales comoxitoofracaso, propiedadoimpropiedad, ejecucin afortunadaodesafortunada, es decir, categoras normativas. Mediante tales proferencias no representamos el mundo, de ah que la cuestin de la verdad o la falsedad no surja; mediante esas proferencias llevamos a cabo actos; de ah que las categoras evaluativas no seanverdaderoyfalso, sino ms bienafortunadoydesafortunado.Si especificar el significado de una proferencia constatativa es especificar sus condiciones de verdad, especificar el significado de las proferencias realizativas requiere especificar las condiciones en que las proferencias realizativas se llevan a cabo de un modo afortunado, y las categoras generales que se necesitan para llevar a cabo esta tarea de un modo general; por tanto, la tesis central de Austin es que algunas proferencias tienen un significado proposicional, especificable en trminos de condiciones de verdad, mientras que otras tienen un significado puramente pragmtico, especificable en trminos de condiciones de feliz ejecucin.El verdadero propsito de Austin es distinguirdos aspectossemnticos distintos presentes entodaslas proferencias lingsticas (o en las ms significativas, al menos), tanto en las realizativas como en las constatativas. Uno de esos aspectos tendra que ver con la cuestin de la representacin, con la cuestin de las relaciones entre el lenguaje y el mundo; y este aspecto, que da lugar a la evaluacin en trminos de verdad y falsedad (o en otros trminos equivalentes), est presente no slo en las aseveraciones, sino tambin en todas las otras proferencias. Del mismo modo que las proferencias constatativas, tambin las proferencias realizativas apuntan a estados posibles del mundo.Segn Austin, hay un tipo de emisiones que parecen enunciados, que no son carentes de sentido y que, sin embargo, no son verdaderas o falsas como, por ejemplo, 'S quiero (dicho en el transcurso de una ceremonia nupcial)'. A las oraciones de esta clase, y a las emisiones llevadas a cabo por medio de ellas, Austin las denominrealizativosy las contrast con enunciados, descripciones, informes o, en general,constatativos. Las emisiones realizativas tienen, al parecer, dos rasgos caractersticos:No describen o constatan nada y, por tanto, no son verdaderas o falsas

Al proferirlas no describimos la realizacin de un acto, lohacemos.

Entender estas emisiones como registros, verdaderos o falsos, de un acto mental interno es cometer forma de la falacia descriptiva.Aunque los realizativos no sean ni verdaderos ni falsos, sufren ciertas incapacidades propias a las que Austin denominainfortunios. Su tipologa de las condiciones que deben cumplir los realizativos para no ser desafortunados es la siguiente:(A1) Debe haber un procedimiento convencional aceptado que tenga un cierto efecto convencional(A2) Las personas y circunstancias deben ser apropiadas para la invocacin del procedimiento(B1) El procedimiento debe ser ejecutado correctamente y(B2) completamente.(G1) Frecuentemente, los participantes deben tener los pensamientos, sentimientos o intenciones requeridos, como se especifica en el procedimiento, y(G2) si se especifica una conducta consiguiente, deben conducirse as.Hay una importante distincin entre las condiciones A y B, por un lado, y las condiciones G por el otro. Si se incumple alguna de las condiciones A-B, el acto intentado es nulo y sin efecto, no se realiza. Austin habla en estos casos defallosodesaciertos(Por ejemplo, cuando en el acto de bautizo de un barco, un borracho le quita la botella a la persona encargada de bautizarlo y dice "Bautizo este barco con el nombre de Sadam Hussein' y, a continuacin, rompe la botella). Pero si se incumple algunas de las condiciones G, el acto se logra, aunque se trate de un acto pretendido pero hueco. Austin denomina a esto ltimoabusos de procedimiento(por ejemplo, cuando digo 'Prometo hacer A', pero no tengo intencin de cumplir mi promesa).Qu criterios podemos utilizar para clasificar una emisin como realizativa? No es posible un criterio gramatical claro para distinguir emisiones realizativas. Lo que cabeesperar como mximo es que toda emisin realizativa sea reducible a una emisin realizativa explcita y luego, con la ayuda de un diccionario, podamos hacer una lista de los tipos deverbos realizativos.Segn Austin, la anterior distincin de los actos enrealizativosyconstatativostiene un problema, que en realidad son tres; a saber:(a) Los constatativos pueden estar aquejados tambin de infortunios. As, cuando alguien dice 'Todos los hijos de Juan son calvos', pero Juan no tiene hijos. Aqu tenemos, segn Austin, un caso de presuposicin: cuando el enunciado presupuesto es falso, el enunciado presuponiente no es ni verdadero ni falso sinonulo por falta de referencia, hay una presuposicin de existencia cuyo incumplimiento convierte el acto en nulo y sin efecto. Nos encontramos con unfallo.(b) Los realizativos son tambin evaluables en la dimensin de la verdad y la falsedad. As, cuando alguien dice 'La rata est bajo la lata, pero yo no lo creo'. Moore advirti que el que yo diga 'La rata est bajo la lata'implica(en un sentido ordinario de la palabra) que yo lo creo. De ah el carcter paradjico de cualquier asercin de la forma 'p, pero yo no creo que p'. Pero no se trata de una contradiccin semntica: 'p' y 'No creo que p' pueden ser a la vez verdaderas. El problema es pragmtico: alaseverarquep implicoque creo quep; al aadir, 'pero no creo que p' lo que asevero ahora entra en conflicto con lo que acabo de implicar. En el caso de la simple afirmacin 'La rata est bajo la lata', hecha cuando yo no lo creo, tenemos un caso deinsinceridad: el enunciado ha sido hecho sin el concurso de las creencias apropiadas. Nos encontramos aqu con un caso deabusodel procedimiento; pero el acto no es nulo, se realiza. As pues, cuando tenemos en cuenta "el acto de habla total en la situacin de habla total", hay un paralelo entre enunciados y realizativos. Los enunciados tambin pueden ser desafortunados. Pero, en segundo lugar, sucede que muchos realizativos son evaluables en la dimensin de la verdad y la falsedad.(c) Enunciar algo es, despus de todo, realizar un acto de habla. Lo es justamente igual que dar una orden o hacer una advertencia. 'Enuncio que' o 'afirmo que' son frases realizativas en la forma normal del realizativo explcito. Al igual que al decir 'Prometo devolverte el libro' hago una promesa, al decir 'Afirmo que hoy es lunes' hago un enunciado.La conclusin de todo esto es que la distincin original realizativo/constatativo se derrumba. Austin reconsidera entonces los sentidos en que decir algo es hacer algo y distingue tres tipos de actos que son realizados simultneamente:(A)Acto locucionario: la emisin de una oracin con ciertosignificado. Estos actos, a su vez, se pueden subdividir en tres:(A.a)acto fontico: el acto de emitir ciertos sonidos; se trata del aspecto del acto de habla que estudian la fontica y la fonologa, haciendo abstraccin de todos los dems;(A.b)acto fctico: el acto de emitir ciertas palabras en cierta construccin; es el aspecto que estudia la sintaxis -incluyendo en ella a la morfologa- haciendo abstraccin de otros aspectos.(A.c)acto rtico: el acto de emitir esas palabras con un cierto significado, que Austin identifica con un cierto sentido y una cierta referencia; es el aspecto que haba venido estudiando la semntica.(B)Acto ilocucionario: la realizacin de un enunciado, orden, promesa, etc.,alemitir una expresin con unafuerzaconvencional que asociamos con ella o que le confiere una expresin realizativa explcita;(C)Acto perlocucionario: la produccin de ciertosefectossobre los sentimientos, pensamientos o acciones de la audiencia, tales como convencer, sorprender, asustar, etc.,pormedio de la emisin de la expresin, siendo especiales tales efectos segn las circunstancias de la emisin.A la base de esta tipologa hay dos distinciones: (a) la distincin entresignificadolocucionario yfuerzailocucionaria y (b) la distincin entreilocucinyperlocucin.Un problema que se plantea es que, una vez que caracterizamos el acto perlocucionario como el de producir ciertosefectosoconsecuenciaspor el hecho de decir algo, advertimos que tambin los actos ilocucionarios tienen efectos o consecuencias acoplados. Estos son de tres tipos:Asegurar la captacin. Por ejemplo, se debe lograr un efecto en la audiencia para que el acto de avisar sea llevado a cabo. Si la audiencia no oye lo que digo o no entiende el significado y la fuerza de la locucin, no podemos decir que yo haya avisado.

"Tener efecto"en el sentido de producir eficazmente cambios sancionados institucionalmente. Por ejemplo la afirmacin 'Bautizo este barcoJuan Sebastin Elcano(dicho inmediatamente antes de proceder a romper la botella de champn contra su caso) puede tener el efecto de bautizar un barco; en adelante, ciertos actos subsiguientes, como referirse a l como elPresidente Jos Mara Aznar, estn fuera de lugar.

Invitar a respuestaso secuelas por convencin. Por ejemplo, preguntar 'S o no?' o hacer una oferta invitan a una respuesta por parte del interlocutor.

Austin ofrece entonces untestpara la distincin entre el acto ilocucionario y el perlocucionario:del primero puede... decirse que esconvencional, en el sentido de que al menos podra hacrselo explcito mediante la frmula realizativa; pero el ltimo no podra serlo. As podemos decir 'Arguyo que' o 'Te advierto que' pero no podemos decir 'Te convenzo de que' o 'Te alarmo que' (Cmo hacer cosas con palabras, Buenos Aires, Paids, 1971, p. 103)La realizacin con xito de un acto ilocucionario siempre produce efectos en el oyente. Uno de ellos es entender la misin. Pero, adems de este efecto ilocucionario de comprender, hay habitualmente otros efectos sobre los sentimientos, actitudes y conducta subsiguientes del interlocutor. Estos son los efectos perlocucionarios, que pueden lograrse intencionalmente (yo puedo tratar de convencerte) o no intencionalmente (consigo asustarte sin saberlo). Los actos perlocucionarios, a diferencia de los ilocucionarios,no son esencialmente lingsticos, en el sentido de que es posible lograr efectos perlocucionarios sin realizar actos de habla. En cambio, los actos ilocucionarios son convencionales porque tienen que ver con la comprensin. Y es por eso por lo que los verbos perlocucionarios no tienen, mientras que los verbos ilocucionarios s tienen, usos realizativos.6.4.2 SearleSearle parte del supuesto de que la unidad mnima de comunicacin es el acto de habla del tipo que Austin denominacto ilocucionario. Un acto ilocucionario se realiza a travs de unacto emisivo, el acto de emitir ciertas expresiones. Pero el acto emisivo no tienen por qu coincidir con el acto ilocucionario. Por ejemplo, mediante dos emisiones diferentes como 'Llueve' y 'It's rainging' se puede realizar el mismo acto ilocucionario.La forma general de un acto ilocucionario es 'F(p)', donde 'F' representa la fuerza ilocucionaria y 'p' el contenido proposicional. Dado que el mismo contenido proposicional puede ocurrir con fuerzas distintas y que la misma fuerza puede afectar a contenidos proposicionales diferentes, Searle se ve conducido a introducir otro tiposubsidiario de acto de habla, elacto proposicional, el acto de expresar un contenido proposicional.Finalmente, la realizacin con xito y sin defecto de un acto ilocucionario produce efectos en el oyente. Searle distingue entre elefecto ilocucionario de entenderde entender la emisin y losefectos perlocucionarios. Esto motiva la introduccin de otro acto de habla subsidiario, elacto perlocucionario.Cada fuerza ilocucionaria puede ser dividida, segn Searle, en un nmero preciso decomponentesque podemos reducir a seis. Esos componentes constituyen condiciones de xito y de satisfaccin de todos los actos de habla con esa fuerza. Los componentes son:Objetivo ilocucionario. Cada tipo de acto de habla tiene un objetivo o propsitoconstitutivodel tipo de acto que es. Searle ha sostenido que hay slo cinco objetivos ilocucionarios bsicos. Son:

Elobjetivo asertivo, que consiste en presentar una proposicin como representacin de un cierto estado de cosas real en el mundo de la emisin;

Elobjetivo compromisario, que consiste en comprometer al hablante a un curso de accin futuro representado por el contenido proposicional;

Elobjetivo directivo, que consiste en tratar de hacer que el oyente lleve a cabo un curso de accin futuro representado por el contenido proposicional;

Elobjetivo declarativo, que consiste en producir el estado de cosas representado por el contenido proposicional en virtud de la realizacin con xito del acto de habla por parte del hablante;

Elobjetivo expresivo, que consiste en expresar sentimientos y actitudes psicolgicas sobre el estado de cosas representado por el contenido proposicional.

El objetivo ilocucionario no puede ser el nico componente de la fuerza porque diferentes fuerzas ilocucionarias puede tener el mismo objetivo ilocucionario. Pero es el principal componente porque determina ladireccin de ajusteentre el contenido proposicional de las emisiones con esa fuerza y el mundo. Hay cuatro posibles direcciones de ajuste a las que corresponden los cinco objetivos ilocucionarios:Las emisiones con objetivoasertivotienen la direccin de ajustede-palabras-a-mundo. Al lograr xito en el ajuste, el contenido proposicional ajusta con un estado de cosas que se da independientemente en el mundo. As, tanto un enunciado, como una prediccin, un testimonio o una conjetura comparten esta direccin de ajuste.

Loscompromisoriosy losdirectivostienen la direccin de ajustede-mundo-a-palabras. Al lograr xito en el ajuste, el mundo se transforma para ajustarse a su contenido proposicional. La diferencia est en que los compromisorios tienen como propsito que la accin futura delhablantetransforme el mundo adecundolo al contenido proposicional de la emisin, mientras que los directivos tienen como propsito que sea la accin futura deloyentela que efecte ese ajuste. As, tanto promesas como rdenes y peticiones comparten esta direccin de ajuste.

En lasdeclaracionesodeclarativoshay unadoble direccin de ajuste. Al lograr xito en el ajuste, el mundo setransforma para ajustarse al contenido proposicional, el cual representa el mundo como siendo alterado de ese modo. Tanto los actos de nombrar, como los de suscribir y nominar comparten esta doble direccin de ajuste.

Las emisiones con el objetivo ilocucionarioexpresivotienendireccin de ajuste nula o vaca. No se plantea la cuestin de lograr xito en el ajuste entre el contenido proposicional y el mundo. Se presupone que su contenido proposicional es verdadero. As, los actos de felicitar, agradecer y condolerse.

Modo de logro. Algunos actos ilocucionarios requieren un modo especial o conjunto especial de condiciones para la consecucin de su objetivo ilocucionario en la realizacin del acto de habla. Por ejemplo, aunque rdenes y peticiones tienen ambas un objetivo ilocucionario directivo, difieren en su modo de logro: para dar un orden el hablante debe invocar su posicin de autoridad sobre el oyente, cosa que no es necesaria en un peticin.

Condiciones del contenido proposicional. Algunas fuerzas ilocucionarias imponen condiciones a sus contenidos proposicionales admisibles. Por ejemplo, en una promesa el contenido debe representar un curso de accinfuturodel hablante.

Condiciones preparatorias. Cuando un hablante intenta realizar un acto ilocucionario,presuponeque se satisfacen ciertas condiciones. Por ejemplo, quien hace una promesa da por sentado que lo prometido es algo de inters para el oyente y que el oyente quiere que lo haga.

Condiciones de sinceridad. Al realizar un acto ilocucionario con un cierto contenido proposicional, el hablante expresa un cierto estado psicolgico con el mismo contenido. Es posible expresar estados psicolgicos que no se tienen; esto es, es posible realizar actos de hablainsinceros. Tales actos son "defectuosos", pero no necesariamente no logrados.

Grado de fuerza. Los estados psicolgicos que entran en las condiciones de sinceridad de los actos de habla son expresados con diferentes grados de fuerza dependiendo de la fuerza ilocucionaria. El grado de fuerza de una asercin es menor que el de una conjetura.

Searle afirma que hay slo cinco fuerzas ilocucionariasprimitivaso mximamente simples. Cada una de ellas tiene uno de los cinco objetivos ilocucionarios, carece de modo de logro de ese objetivo ilocucionario, su grado de fuerza es neutral y tiene las condiciones de contenido proposicional, preparatorias y de sinceridad que son determinadas por su objetivo ilocucionario. Hay adems fuerzas ilocucionariasderivadasde esas cinco primitivas mediante la adicin de nuevos componentes especiales o el aumento o la disminucin del grado de fuerza. Lasfuerzas ilocucionarias primitivasson:La fuerza ilocucionaria primitivaasertivaes la asercin. Su condicin preparatoria es que el hablante tenga razones o evidencias para la verdad del contenido proposicional, su condicin de sinceridad es que el hablantecreael contenido proposicional y su condicin de contenido proposicional es neutral. Entre ellas: enunciar, afirmar, argir, ...

La fuerza ilocucionaria primitivacompromisoriaes el compromiso con una accin futura, expresada por el verbo realizativo 'comprometerse'. Tiene la condicin de que el contenido proposicional sea referente a una accin futura del hablante, la condicin preparatoria de que el hablante sea capaz de llevar acabo esta accin y la condicin de sinceridad de que tenga laintencinde hacerlo. Ejs.: prometer, amenazar, aceptar, ...

La fuerza ilocucionaria primitivadirectivaes la de los directivos y es expresada por las oraciones imperativas. Tiene la condicin de que el contenido proposicional represente una accin futura del oyente, la condicin preparatoria de que el oyente sea capaz de llevar a cabo esa accin y la condicin de sinceridad de que el hablantedeseaque el oyente la lleve a cabo. Ejs.: ordenar, solicitar, invitar, ...

La fuerza ilocucionaria primitivadeclarativaes la de las directrices, expresada pro el verbo 'declarar'. Tiene la condicin de que el contenido proposicional represente una accin actual del hablante, la condicin preparatoria de que el hablante sea capaz de llevara cabo esa accin con su emisin y la condicin de sinceridad de que el hablantecrea, pretendaydeseellevar a cabo esa accin. Ejs.: aprobar, excomulgar, nombrar, ...

La fuerza ilocucionaria primitivaexpresivaes la de las expresiones y es realizada por las oraciones exclamativas. La fuerza expresiva siempre es expresada junto con algn estado psicolgico particular: todas las fuerzas ilocucionarias expresivas son complejas o derivadas. La nocin de fuerza ilocucionaria primitiva expresiva es slo un constructo lgico o un caso lmite. Ejs.: agradecer, felicitar, deplorar, ...

6.5 QuineEnPalabra y ObjetoQuine propuso un argumento cuya conclusin sobre la posibilidad de delimitar nuestras atribuciones de significado es escptica. Quine intenta mostrar lo siguiente: mientras que un pequeo subconjunto de nuestras atribuciones de significado est relativamente bien definido (la especificacin de los significados de las expresiones que tienen que ver con lo directamente observable, y la de las expresiones lgicas), la gran mayora no lo estn; los significados de las expresiones en cuestin estnindeterminadoshasta un grado mucho mayor de lo que estaramos dispuestos a admitir a simple vista.Quine combate la concepcin agustiniana del lenguaje, a la que denomina "mito del museo", segn la cual los significados podran imaginarse dispuestos en un museo, exhibidos con las palabras que los expresan por etiquetas. Esta concepcin es vista por Quine como una falsedad que nos es fcil, y hasta quizs psicolgicamente reconfortante, dar en creer.Quine critica tambin la concepcin mentalista del lenguaje defendida por el primer Locke y Wittgenstein. La concepcin mentalista del significado no slo alimenta la creencia en la existencia de una distincin cualitativa entre verdades analticas y verdades sintticas; alimenta tambin la creencia en una "divisin de tareas" entre el filsofo y el cientfico. Una cosa es el examen de su verdad o falsedad; otra el examen del contenido de nuestros enunciados. La segunda, la tarea analtica, es la del filsofo; la primera, la tarea emprica, la del cientfico. En un sentido trivial, la segunda es ms importante que la primera: sin saber qu dicen nuestros enunciados, mal podemos empezar a averiguar su verdad. Pero hay un sentido ms importante en el que la concepcin mentalista del significado sita la tarea del filsofo en un lugar privilegiado. Este sentido es epistemolgico, y se pone claramente de manifiesto en eldogma fundacionistadel empirismo tradicional. Indicando cul es el contenido de un enunciado, el filsofo lo reduce a una afirmacin explcita sobre la experiencia sensible, y con ello pone de manifiesto cul es el fundamento emprico para su verdad.Quine se refiere a esta segunda creencia alimentada por la concepcin mentalista de los significados como la creencia en una "filosofa primera": un saber independientede la experiencia y previo a la experiencia; un saber que puede descubrirse y enunciarse tranquilamente sentados en un silln, sin hacer ningn tipo de indagacin emprica, en especial sin formular ninguna afirmacin de hecho. La lgica, tal y como se concibe en elTractatus, es una tal "filosofa primera". Por lo dems, esta segunda creencia est estrechamente emparentada con la primera (la creencia en una distincin cualitativa entre analtico y sinttico), pues una "filosofa primera", esa enunciacin de un saber "sublime", no emprico y condicin de posibilidad de lo emprico, sera precisamente la enunciacin de las verdades analticas.Quine propone abandonar las dos creencias alimentadas por la concepcin mentalista (el dogma reductivista, y el dogma de la distincin analtico/sinttico). A defender esta propuesta est dedicado "Dos dogmas del empirismo". A continuacin propone: aceptemos, siquiera sea como hiptesis, la tesis de la no existencia de una distincincualitativaentre enunciados analticos y sintticos, lo que explicara el fracaso de los intentos definitorios de los partidarios de la distincin, y examinemos sus consecuencias; al examinarlas encontraremos razones para creer nuestra hiptesis.Segn Quine, el rechazo de la distincin analtico/sinttico pone al filsofo en el mismo tren que el cientfico; no hay "filosofa primera" y la mxima que se ve obligado a adoptar el filsofo es elconservadurismo epistmico. No podemos poner en cuestin en un mismo momento la totalidad de nuestras creencias; en cada momento podemos revisar algunas, pero slo con respecto a la mayora de las otras; ahora bien, para Quine, es tan legtimo para el filsofo como para el cientfico traernos novedades; la filosofa bien puede ser correctiva. En el curso del tiempo la totalidad de nuestras creencias en un momento dado puede cambiar, incluidas aquellas que constituyen "verdades analticas", aquellas que configuraban los significados de las palabras. De hecho, no existe diferencia cualitativa alguna entre un cambio de significados y un cambio de creencias.6.1.1 Las condiciones empricas de la traduccin radicalLa idea de Quine enPalabra y objetoes estudiar los significados estudiando los criterios para una traduccin aceptable:el significado de una expresin ser aquello en virtud de lo cual una expresin de otra lengua es una buena traduccin de la primera a esa otra lengua.Estudiar esta cuestin preguntndose por la traduccin entre lenguas para las que ya existen manuales de traduccin no va a llevarnos muy lejos; por otro lado, la familiaridad con esas otras lenguas puede hacer que los prejuicios mentalistas distorsionen nuestras conclusiones. Por ello, Quine propone un experimento mental: imaginar que nos encontramos en una situacin detraduccin radical. Se trata de construir un manual de traduccin para una lengua para la que no se posee ninguno.Quine parte de supuestos conductistas. El significado de una expresin ser aquello en virtud de lo cual,en una situacin de traduccin radical, una expresin de otra lengua sera una buena traduccin de la primera a esa otra lengua. Este supuesto excluye no slo el recurso a las entidades del tipo de las ideas de Locke, sino tambin el recurso a cualquier informacin que no sea colegible del comportamiento del nativo en circunstancias observables.Incluso aquellos que no han adoptado el conductismo como filosofa est obligados a guiarse por el mtodo conductista en ciertas prcticas cientficas; y la teora lingstica es una prctica tal. Un cientfico del lenguaje es, por el hecho de serlo, un conductistaex officio. Cualquiera que eventualmente resulte ser la mejor teora de los mecanismos internos del lenguaje, debe conformarse al carcter conductual del aprendizaje lingstico, a la dependencia de la conducta lingstica respecto de la observacin de la conducta lingstica. Un lenguaje se adquiere mediante la emulacin social y mediante la informacin obtenida de la reaccin social a la propia conducta, yestos controles ignoran cualquier idiosincrasia en las imgenes o en las asociaciones del individuo que no tengan manifestacin en su conducta. Las mentes son indiferentes para el lenguaje en la medida en que son conductualmente inescrutables ("Philosophical Progress in Language Theory",Metaphilosophy, 1, 1970, 1-19, p. 5).[...] mantengo que el enfoque conductista es obligatorio. En psicologa uno puede o no ser conductista, pero en lingstica no hay eleccin. Cada uno de nosotros aprende su lengua mediante la observacin de la conducta lingstica de otra gente y mediante el refuerzo o la correccin que los otros hacen de nuestra balbuciente conducta lingstica cuando la observan. Dependemos estrictamente de la conducta manifiesta en situaciones observables. En la medida en que nuestro dominio del lenguaje se ajusta a todos los puntos externos de control, donde nuestra proferencia o nuestra reaccin a la proferencia de otro puede ser evaluada a la luz de alguna situacin compartida, en esa medida todo est bien. Nuestra vida mental entre los puntos de control es irrelevante con respecto a la calificacin de nuestro dominio del lenguaje. No hay nada en el significado lingstico ms all de lo que puede colegirse de la conducta manifiesta en circunstancias observables (Pursuit of Truth, Cambridge, Mass., Harvard U.P., 1990, pp. 37-38)El significado de una expresin ser aquello en virtud de lo cual una expresin de otra lengua es una buena traduccin de la primera a esa otra lengua.Segn Quine, las disposiciones lingsticas bsicas conectan estmulos sensible sicofsicamente caracterizados con respuestas lingsticas tales como asentimiento y disentimiento. Elsignificado estimulativode una oracin para una persona dada en un momento dado est constituido, por un lado, por las disposiciones a asentir a la oracin relativamente a la situacin estimulativa de los receptores sensoriales durante fragmentos breves de tiempo (significado estimulativo positivo); por otro, por las disposiciones a disentir a la oracin relativamente tambin a la situacin estimulativa de los receptores sensoriales tambin durante fragmentos breves de tiempo (significado estimulativo negativo). La nocin de significado estimulativo se define para oraciones, no para trminos. Los significados estimulativos son disposiciones a asentir o disentir, y slo se asiente o disiente de oraciones completas. Adems, la nocin de significado estimulativo debe relativizarse a una persona en un momento dado. Por otro lado, los significados estimulativos son hiptesis causales que conectantipos de situacionescon tipos de situaciones; y como todas las leyes causales sobre entidades "macroscpicas", deben entenderse restringidas por clusulas de salvaguardiaceteris paribus.Los significados estimulativos son disposiciones a la conducta observable (asentimientos y disentimientos) en circunstancias manifiestas; son pares formados por el conjunto de estados de los receptores sensoriales que producen asentimiento, en primer lugar, y el conjunto de estados que producen disentimiento, en segundo lugar. A partir de esta nocin de significado estimulativo, Quine define los siguientes trminos:Oracin eterna: una que tiene a la clase vaca como uno de los miembros de su significado estimulativo (el que representa el significado estimulativo positivo o el que representa el significado estimulativo negativo). Ejemplo: "Llueve o no llueve".

Oracin permanente: aunque estrictamente no es eterna, se comportara como una eterna relativamente a perodos largos de tiempo. Ejemplo: "Es de da".

Oracin ocasional: no es eterna ni permanente. Ejemplo: "Hay un conejo ante m". De entre ellas, Quine distingue un subconjunto a las que llama "oraciones observacionales". stas son oraciones para las que es plausible considerar el significado estimulativo como "el significado". La razn de esta distincin en las oraciones ocasionales, es que la disposicin a asentir o disentiren muchas ocasiones no tiene nada que ver con el significado. As, si yo tengo disposicin a asentir a "esta es una foto de Wittgenstein" ello se debe, al menos, a tres razones: 1) el objeto que hay ante m es una foto de Wittgenstein, 2) yo s que el objeto que hay ante m es una foto de Wittgenstein, y 3) conozco el significado de la expresin "sta es una foto de Wittgenstein". De estas tres razones, al menos la primera y la tercera nada tienen que ver con el significado.

Quine define lasoraciones observacionalescomo aquellas oraciones ocasionales para las que es plausible, siquiera en principio, considerar el significado estimulativo como "el significado". Quine las caracteriza del siguiente modo: las oraciones observacionales son aquellas para las que:estados similares de los receptores sensoriales produciran las mismas respuestas de un individuo en un momento dado, y

estados similares de los receptores sensoriales produciran las mismas respuestas en la mayora de los otros miembros de la comunidad lingstica.

Para Quine, dos individuos pertenecen a la misma comunidad lingstica si llevan a cabo interacciones lingsticas tales como comunicarse informacin, darse rdenes o "hablar por hablar" sin excesivas dificultades.Una vez que disponemos de la nocin deoracin observacionalnos podemos en la situacin de traduccin radical. Si el nativo cuyo idiolecto queremos traducir est dispuesto a cooperar, nos ayudar a traducir en primer lugar oraciones observacionales suficientemente breves. Para estas oraciones, el significado ser el significado estimulativo, y el lingista ha de correlacionar las oraciones nativas con oraciones de su lenguaje con el mismo significado estimulativo. Ahora bien, para hacer esto deber elaborar conjeturas sobre el significado estimulativo de las oraciones nativas, y estas conjeturas no son epistmicamente nada inmediatas; por ello, es preciso hacer experimentos, es decir, repetir la oracin en diferentes circunstancias para determinar si la respuesta del nativo responde a las expectativas determinadas por nuestra conjetura.Ahora bien, las hiptesis cientficas estn infradeterminadas por los datos empricos. Diferentes hiptesis son compatibles con los datos empricos recogidos; desde una perspectiva realista, cabe pensar que diferentes hiptesis sobre los ltimos reductos no observables del mundo fsico son compatibles con la totalidad de los datos empricos disponibles, con los hechos recogidos y con los que podran ser recogidos. Por tanto, es posible que una hiptesis, por muy bien elaborada que est, resulte ser falsa. Lo mismo ocurre con la hiptesis que elabora el lingista sobre la traduccin de oraciones observacionales. Podra ocurrir que el lingista haya decidido que la oracin observacional del lenguaje nativo "Gavagai" tiene el mismo significado estimulativo que la oracin observacional del castellano "aqu hay un conejo"; que esta hiptesis est muy bien corroborada y, sin embargo, que la hiptesis sea incorrecta.No debe confundirse la tesis de la indeterminacin de la traduccin radical con la tesis de la infradeterminacin de la traduccin radical por los datos disponibles. La traduccin de un lenguaje a otro, como cualquier otra teora cientfica, estar infradeterminada por los datos empricos disponibles; nos podemos llevar sorpresas, podemos descubrir que un manual que creamos correcto no lo es. Esto no es nada novedoso. Lo que Quine llama la "indeterminacin de la traduccin" es un "defecto" de la traduccin que se da adems de la infradeterminacin, aadido a esta, y que no es un defecto meramente epistmico, sino ontolgico.Oraciones observacionales castellanas intuitivamente diferentes en significado no difieren sin embargo en significado estimulativo. Las oraciones "hay un conejo aqu", "hay un estadio temporal de conejo aqu", "hay partes no separadas de conejo aqu" y "separticipa de la conejeidad aqu" son todas sinnimas en significado estimulativo para cualquier hablante del espaol. Los mismos estados de mi retina que provocaran mi asentimiento a una, provocaran mi asentimiento a las otras; lo mismo para el disentimiento. De modo que la regla "traduce de modo que se preserve el significado estimulativo de las oraciones observacionales" no nos permite decidir si "Gavagai" significa "hay un conejo aqu", o ms bien lo que indica cualquiera de las otras tres oraciones mencionadas. Y el problema ahora no es epistmico.Pero, qu ocurre con las oraciones no observacionales? El lingista no proceder traduciendo oracin por oracin. Lo que har ser buscar en las oraciones trminos, expresiones y construcciones que se repiten de oracin a oracin, y formular hiptesis sobre la traduccin de estos trminos a trmino del espaol. Quine denomina "hiptesis analticas" a estas hiptesis parciales, que no correlacionan ya directamente oracin con oracin, sino que correlacionan ya indirectamente las oraciones, a travs de la correlacin de las partes. Las hiptesis analticas, necesariamente, parten de conjeturas sobre la sintaxis de las oraciones nativas.Cabra esperar que la eleccin entre diferentes sistemas de hiptesis nos permita discernir cundo los nativos hablan de conejos y cundo hablan de sus partes, pues las oraciones castellanas "hay un conejo aqu" y "hay una parte (propia) no separada de conejo aqu" no tienen el mismo significado estimulativo.Cmo se comprueban, empricamente, las hiptesis analticas? Segn Quine hay cuatro modos distintos:Por sus consecuencias: las oraciones observacionales nativas y sus traducciones deben ser estimulativamente sinnimas.

En el caso de las constantes lgicas hay un mtodo ms directo: la regla conductual de la negacin consiste en asentir a ella cuando y slo cuando se disiente de la oracin negada. Con respecto a la conjuncin, se asiente a ella cuando y slo cuando se asiente a las dos oraciones conjuntadas. Con respecto a la disyuncin se asiente a ella, cuando se disiente a la negacin de las dos oraciones conjuntas (A B(A B)). Con respecto a la implicacin se asiente a ella cuando y slo cuando se disiente a la conjuncin de la primera y la negacin de la segunda (A B) (A B)). Quine denomina "criterios semnticos" a estas reglas conductuales para la traduccin de las constantes lgicas proposicionales.

Nocin conductista de analiticidad. Una oracin esestimulativamente analticasi la mayora de los miembros de la comunidad lingstica asiente a ella, cualesquiera que sean las circunstancias estimulativas. Este criterio va ms all de la nocin intuitiva de analiticidad, pues convierte en analticas tanto a "Llueve o no llueve" como a "la nieve es blanca". Es decir, la analiticidad estimulativa no discrimina las "verdades en virtud del significado" de creencias muy extendidas, y es esto lo que la hace plausible como criterio de traduccin.

Nocin conductista de sinonimia, o sinonimia intrasubjetiva. Dos oraciones son intrasubjetivamente sinnimas en la lengua nativa si se traducen por oraciones intrasubjetivamente sinnimas para hablantes del espaol.

Estos cuatro criterios ponen, en realidad, de relieve cuatro hechos sobre las disposiciones lingsticas constitutivos de ese "aquello en virtud de lo cual" una expresin de otra lengua es una buena traduccin de la primera a esa otra lengua; estos cuatro hechos son: a) el significado estimulativo de las oraciones observacionales; b) los "criterios semnticos" para las constantes lgicas proposicionales; c) la analiticidad estimulativa; y d) la sinonimia estimulativa intrasubjetiva. La indeterminacin de la traduccin radical(es decir, la indeterminacin de la semntica, o de los significados) consiste en que estos hechos permiten establecer identidades y diferencias de significado entre oraciones con mucha menor precisin de lo que intuitivamente pensamos, pues estos criterios (los nicos que, segn Quine, es razonable aceptar) slo proporcionan un criterioholistade identidad de significado.6.5.2 La indeterminacin de la traduccin y la inescrutabilidad de la referenciaLa tesis de la indeterminacin de la traduccin radical postula la existencia de manuales de traduccin de la lengua nativa al espaol diferentes, pero todos ellos igualmente compatibles con los anteriores criterios a)-d). Las diferencias entre estos manuales pueden llegar a ser sustanciales, hasta el punto de que estos manuales pueden ser incompatibles:Es posible confeccionar manuales de traduccin de una lengua a otra de diferentes modos, todos compatibles con la totalidad de las disposiciones verbales y, sin embargo, todos incompatibles unos con otros. Estos manuales diferirn en numerosos puntos: como traduccin de una sentencia de un lenguaje darn sentencias del otro que no se encontrarn entre s en ninguna relacin de equivalencia plausible, por laxa que sta sea (Quine,Palabra y objeto, p. 40)La "posible" incompatibilidad de estos manuales puede sercompensadamediante las traducciones "diferentes" de otros trminos. Esto dara lugar a que los manuales que en principio eran incompat