trabajo p2p

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El p2p (peer to peer) es un tipo de programa que consiste en transferir todo tipo de archivos con solo estar conectado a este programa, este tipo de descarga es gratis, por lo que atenta contra los derechos de autor en Internet, por eso en alguno paises como Francia han prohibido este tipo de programas. Francia ha recurrido a este modelo para multar a los internautas que descargan ilegalmente: El titular del abono a Internet ligado a esa dirección recibirá una primera amonestación mediante correo electrónico. Si la dirección vuelve a ser usada para tales menesteres, llega la luz ámbar por correo certificado con acuse de recibo. El semáforo se pone en rojo a la tercera reincidencia. Penalti y expulsión. El acceso a Internet es cortado durante un período que oscilará entre un mes y un año en función de criterios que están por definir. Pero habrá que seguir pagando el abono al servidor. Como no se deroga la legislación anterior, el pirata se expone a una triple sanción: penal (hasta tres años de prisión y 300.000 euros de multa), administrativa (corte de suministro) y financiera (pagar durante la suspensión). Eso sí, no se podrán cortar los servicios de telefonía o televisión ADSL acoplados en las multi-ofertas. Aun asi existen formas de descargarte archivos sin ser descurbierto: La clave del mecanismo represor estriba en identificar la dirección IP. Por ello los tramposos se han lanzado a idear métodos para enmascarar, disimular o cambiar esa secuencia de cuatro números que constituye la matrícula Internet de cada usuario. Dos jóvenes de Niza acaban de fundar la página peer2me en la que ofrecen las claves para crear una red privada de descargas. En cuanto un internauta se conecta, se cambia automáticamente su IP que se vuelve totalmente confidencial. Piratebay, la crema del pirateo en línea, brinda un par de trampas. La primera permite encriptar los archivos antes de bajárselos previo pago de cinco euros. La

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El p2p (peer to peer) es un tipo de programa que consiste en transferir todo tipo de archivos con solo estar conectado a este programa, este tipo de descarga es gratis, por lo que atenta contra los derechos de autor en Internet, por eso en alguno paises como Francia han prohibido este tipo de programas. Francia ha recurrido a este modelo para multar a los internautas que descargan ilegalmente:

El titular del abono a Internet ligado a esa dirección recibirá una primera amonestación mediante correo electrónico. Si la dirección vuelve a ser usada para tales menesteres, llega la luz ámbar por correo certificado con acuse de recibo. El semáforo se pone en rojo a la tercera reincidencia. Penalti y expulsión. El acceso a Internet es cortado durante un período que oscilará entre un mes y un año en función de criterios que están por definir. Pero habrá que seguir pagando el abono al servidor. Como no se deroga la legislación anterior, el pirata se expone a una triple sanción: penal (hasta tres años de prisión y 300.000 euros de multa), administrativa (corte de suministro) y financiera (pagar durante la suspensión). Eso sí, no se podrán cortar los servicios de telefonía o televisión ADSL acoplados en las multi-ofertas.

Aun asi existen formas de descargarte archivos sin ser descurbierto: La clave del mecanismo represor estriba en identificar la dirección IP. Por ello los tramposos se han lanzado a idear métodos para enmascarar, disimular o cambiar esa secuencia de cuatro números que constituye la matrícula Internet de cada usuario. Dos jóvenes de Niza acaban de fundar la página peer2me en la que ofrecen las claves para crear una red privada de descargas. En cuanto un internauta se conecta, se cambia automáticamente su IP que se vuelve totalmente confidencial.

Piratebay, la crema del pirateo en línea, brinda un par de trampas. La primera permite encriptar los archivos antes de bajárselos previo pago de cinco euros. La otra solución consiste en aprovechar las redes VPN, esos circuitos virtuales concebidos para controlar a distancia un ordenador desde otro. Así se pueden realizar descargas al amparo de la dirección de una terminal situada en Brasil, Rusia o cualquier otro paraíso cibernético. Destinada a combatir el 'peer to peer', la ley llega tarde para contrarrestar nuevas tecnologías en boga sin trampa ni cartón. Es el caso del 'streaming', escucha legal, gratuita e instantánea de música en línea desde sitios como Deezer o Freezer. El creador de este último, un estudiante francés de Matemáticas Superiores que sólo tiene 18 años, confiesa que la visitas a su página se han duplicado desde que comenzaron los debates parlamentarios.

Los artistas que venden sus obras ha través de Internet, lógicamente, estan a favor de la ley propuesta en Francia debido a que atentan contra sus derechos.

En España las discográficas Warner, Universal, Emi y Sony-BMG han comparecido hoy ante el Juzgado de lo Mercantil de Madrid, donde hace un año presentaron una demanda contra Pablo Soto Bravo como creador de Blubster, Piolet y Manolito, programas P2P que facilitan el intercambio de archivos.

Pablo Soto, que no ha declarado hoy, ha explicado antes de entrar en el juzgado que él como creador de estos programas defiende la "neutralidad de una herramienta que está diseñada para intercambiar archivos de cualquier tipo" y mantiene la teoría de que "no se puede responsabilizar a los fabricantes del uso fraudulento que hagan los usuarios".

Soto, un autodidacta que se puso delante del ordenador por primera vez a los nueve años, que no se siente "el héroe de las descargas ilegales" y que es presidente de su propia empresa, MP2P Technologies, ha recordado que Sony vende también aparatos reproductores y grabadores de imágenes y sonido.

Tras un cálculo de los prejuicios causados, las discográficas reclaman al demandado más de 13 millones de euros, y exigen la inmediata clausura de las páginas. Soto argumenta que él no tiene ese dinero, que viaja en transporte público y que, como las discográficas "no han podido con los usuarios ni con las operadoras, van contra el creador del programa, para dejar en la conciencia colectiva que es malo desarrollar este tipo de tecnologías".

También, durante el juicio, se ha resaltado la reciente incorporación de sistemas para impedir la copia de discos como el DRM, que, dependiendo de la compañía y de la decisión del artista, se integra o no en el CD.