Trabajo Tesina Desde La Unidad Popular Al Gob. Militar

TEMA

DE LA UNIDAD POPULAR AL GOBIERNO MILITAR

PROPÓSITO GENERAL

DETERMINAR SI ERA EVITABLE LA INTERVENCIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS Y

DE ORDEN EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973 Y DE SER ASÍ, PLANTEAR SI SALVADOR

ALLENDE GOSSENS HUBIESE ENTREGADO EL GOBIERNO PARA UNA SALIDA

PACÍFICA AL CAOS INSTITUCIONAL REINANTE.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

A.- “DESCRIBIR EN FORMA GENERAL EL GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR,

CONSIDERANDO LO QUE LO MOTIVÓ, SU ECONOMÍA Y LA VIOLENCIA

REINANTE EN SU PERÍODO”.

B.- “DESCRIBIR EN FORMA GENERAL EL GOBIERNO MILITAR, DESDE LOS HECHOS

PREVIOS A LA INTERVENCIÓN MILITAR, SU POLÍTICA ECONÓMICA Y EL

PERÍODO DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1980 HASTA LA ELECCIÓN DE

PATRICIO AYLWIN AZÓCAR COMO PRESIDENTE DE CHILE”.

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DE LA UNIDAD POPULAR AL GOBIERNO MILITAR

TEMARIOI.- INTRODUCCIÓN.

A.- FUNDAMENTACIÓN DEL TEMA.

B.- DEFINICIÓN DEL PROBLEMA.

C.- TIPO DE INVESTIGACIÓN.

D.- DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN.

II.- GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR.

A.- LA UNIDAD POPULAR COMO CONSECUENCIA DE LUCHAS POPULARES

HISTÓRICAS.

B.- PROCESO ELECCIONARIO PREVIO A LA ELECCIÓN DE SALVADOR

ALLENDE GOSSENS.

C.- REFORMA AGRARIA UNA INNOVACIÓN RÁPIDA, DRÁSTICA, MASIVA,

SANGRIENTA E ILEGAL.

D.- DESABASTECIMIENTO EN LA UNIDAD POPULAR.

E.- SITUACIÓN ECONÓMICA DURANTE EL GOBIERNO DE LA UNIDAD

POPULAR.

F.- LA VIOLENCIA COMO UN FACTOR POLÍTICO INFLUYENTE.

G.- CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO.

III.- GOBIERNO MILITAR.

A.- LO QUE SE VIVIÓ PREVIO A LA INTERVENCIÓN MILITAR DEL 11 DE

SEPTIEMBRE DE 1973.

B.- SITUACIÓN ECONÓMICA DURANTE EL GOBIERNO DE AUGUSTO

PINOCHET UGARTE.

C.- LA CONSTITUCIÓN DE 1980 Y EL CAMINO A LA DEMOCRACIA.

D.- CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO

IV.- CONCLUSIÓN

ii

ÍNDICE.

I.- INTRODUCCIÓN..............................................................................................1

A.- FUNDAMENTACIÓN DEL TEMA............................................................................1

B.- DEFINICIÓN DEL PROBLEMA...............................................................................1

C.- TIPO DE INVESTIGACIÓN.....................................................................................2

D.- DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN..........................................................................3

II.- GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR..........................................................4

A.- LA UNIDAD POPULAR COMO CONSECUENCIA DE LUCHAS POPULARES

HISTÓRICAS..........................................................................................................4

B.- PROCESO ELECCIONARIO PREVIO A LA ELECCIÓN DE SALVADOR

ALLENDE GOSSENS.............................................................................................6

C.- REFORMA AGRARIA UNA INNOVACIÓN RÁPIDA, DRÁSTICA, MASIVA,

SANGRIENTA E ILEGAL........................................................................................7

D.- DESABASTECIMIENTO EN LA UNIDAD POPULAR.............................................8

E.- SITUACIÓN ECONÓMICA DURANTE EL GOBIERNO DE LA UNIDAD

POPULAR.............................................................................................................10

F.- LA VIOLENCIA COMO UN FACTOR POLÍTICO INFLUYENTE...........................12

G.-CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO............................................................................13

III.- GOBIERNO MILITAR.....................................................................................15

A.- LO QUE SE VIVIÓ PREVIO A LA INTERVENCIÓN MILITAR DEL 11 DE

SEPTIEMBRE DE 1973........................................................................................15

B.- SITUACIÓN ECONÓMICA DURANTE EL GOBIERNO DE AUGUSTO

PINOCHET UGARTE............................................................................................18

C.- LA CONSTITUCIÓN DE 1980 Y EL CAMINO A LA DEMOCRACIA.....................23

D.- CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO............................................................................28

IV.-CONCLUSIÓN................................................................................................30

REFERENCIAS

ACRÓNIMOS

iii

PREFACIO

“Cuando la Patria está en peligro, se clama a Dios y al Soldado, cuando el peligro pasa, Dios es olvidado y el Soldado despreciado"

(Anónimo)

Una tesina sobre la Unidad Popular y el Gobierno Militar, creo es una trabajo bastante ambicioso, por todo las materias que abarca. Por otra parte, este tema es todavía una materia que provoca sensibilidad en ciertos grupos de personas. Esto mismo causa que al buscar información en un medio tan abierto como lo es la Internet, donde existe una cantidad de artículos imposibles de leer y revisar, ya que de cada tema, es decir, de la Unidad Popular y del Gobierno Militar que hubo en Chile, existen más de 400.000 artículos por cada uno.

El tema no deja de ser apasionante, en lo particular para mi persona, que durante el Gobierno de Salvador Allende G. y hasta el 11 de septiembre de 1973, a pesar de mi corta edad tuve que hacer largas filas acompañando a mi madre para poder tener artículos que escaseaban. Crecí bajo el Gobierno del General Pinochet, y a pesar que en mi hogar nunca escuché un comentario ni a favor ni en contra, creo que lo que ocurrió ese 11 de septiembre de 1973 es una materia de largo estudio.

Es por eso que decidí desarrollar este tema, para dar respuesta a la interrogante que más adelante se señala.

Al leer e investigar de varios autores, me permitirá ratificar lo que pienso o cuestionarme. Pero lo que resulte, estoy seguro, será desde la perspectiva de la objetividad, dejando de lado los juicios de valor.

Creo es menester, no confundir la obra del Gobierno Militar con las personas que lo integraron o que le colaboraron directa o indirectamente. Este es un aspecto que se debe separar sin ensalzar a una u otra persona, ya que eso va en perjuicio de la objetividad que se desea mostrar.

Por último cabe señalar que el presente trabajo no busca esclarecer a ciencia cierta cada hecho del Gobierno de la Unidad Popular que pudo o no haber dado motivo para la ocurrencia de la intervención militar, por el contrario será una recopilación de hechos que permitan narrar en forma resumida los aspectos elegidos para dar una visión de lo que paso desde la Unidad Popular hasta la elección de Patricio Aylwin Azócar como Presidente de la República.

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SÍNTESIS

De la Unidad popular al Gobierno Militar, es el tema del presente Trabajo de Tesina, que tiene por objeto de investigación determinar si era evitable la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 y de ser así, plantear si Salvador Allende Gossens hubiese entregado el Gobierno para una salida pacífica al caos institucional reinante.

Para ello el presente trabajo se abordará sólo de una forma, la cual es la investigación bibliográfica para obtener información respecto a los hechos suscitados antes, durantes y después del Gobierno de la Unidad Popular; y poder contrastar esa información de acuerdo a la tendencia política y objetividad de los autores o del sitio de Internet consultado.

Se analizarán las variables presentadas en el Gobierno de la Unidad Popular, como lo son la situación económica, el desabastecimiento y la violencia, entre otros; y el influjo de ellas en la decisión de la intervención militar.

De esta forma se pretende satisfacer los dos objetivos planteados y sus respectivas preguntas de investigación.

De este modo el estudio de los antecedentes investigados por el autor permitirá dar cumplimiento a lo solicitado en el propósito del Trabajo de Investigación, “Determinando si era evitable la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 y de ser así, plantear si Salvador Allende Gossens hubiese entregado el Gobierno para una salida pacífica al caos institucional reinante”. Y así, también contestar la pregunta de investigación: “Por qué llegaron los militares al Gobierno el 11 de septiembre de 1973 y si era evitable la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 y de ser así, Salvador Allende Gossens hubiese entregado el Gobierno para una salida pacífica al caos institucional reinante.

v

DESARROLLO

“No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.”

Aristóteles (384 AC-322 AC)

I.- INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo pretende bajo una visión objetiva analizar las causas que derivaron en la intervención militar del año 1973, oportunidad que el Gobierno de Salvador Allende Gossens es derrocado debido a situaciones que llevaron al país a un estado de caos interno.

Considerando que estos hechos son parte de la historia reciente de nuestro país, y que por el mismo motivo no existe bibliografía que narre los hecho bajo una perspectiva histórica objetiva, sino por el contrario, todavía se puede encontrar relatos, y no hechos históricos, que bajo una visión subjetiva y con clara inclinación para uno y para otro bando de los que participaron tanto en el Gobierno de la Unidad Popular como en el Gobierno Militar, es que trataré ,analizando los diferentes escritos revisados, de estampar una visión con mirada objetiva para responder a la pregunta de investigación siguiente: ¿Por qué llegaron los militares al Gobierno el 11 de septiembre de 1973? Es necesario establecer si era evitable la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 y de ser así, Salvador Allende Gossens hubiese entregado el Gobierno para una salida pacífica al caos institucional reinante.

A.- FUNDAMENTACIÓN DEL TEMA.

La fundamentación del tema planteado es para entregar un texto que abarque la narración de personas que defienden ambos Gobiernos, tanto el de la Unidad Popular como el Régimen Militar, y que me permita arribar a una conclusión objetiva y de apego a la realidad, dejando de lado los juicios de valor.

B.- DEFINICIÓN DEL PROBLEMA.

Lo anteriormente señalado, permite al autor dar un relato que pretende aclarar sobre lo que hoy se escribe y se conoce sobre lo que fue el Gobierno de la Unidad Popular y qué fue lo que motivó la intervención de las Fuerzas Armadas el día 11 de septiembre de 1973. De esta forma y posterior a la lectura y revisión de la literatura encontrada, se pretende responder a la pregunta planteada sobre ¿Por qué llegaron los militares al Gobierno el 11 de septiembre de 1973? y si era evitable la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 y de ser así, Salvador Allende Gossens hubiese entregado el Gobierno para una salida pacífica al caos institucional reinante, todo esto en base al análisis, como se ha señalado, de la literatura revisada.

Para el desarrollo del presente reporte escrito, el autor se ha planteado el propósito, objetivos específicos y preguntas de investigación que a continuación se señalan:

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1. Propósito

Determinar si era evitable la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 y de ser así, plantear si Salvador Allende Gossens hubiese entregado el Gobierno para una salida pacífica al caos institucional reinante.

2. Objetivo específico N° 1.

“Describir en forma general el Gobierno de la Unidad Popular, considerando lo que lo motivo, su economía y la violencia reinante en su período”.

Este objetivo se desarrollará revisando la bibliografía encontrada con respecto a este período de nuestra historia reciente. Las preguntas para este objetivo son:

a.¿La Unidad Popular como consecuencia de luchas populares históricas?

b.¿Período eleccionario previo a la elección de Salvador Allende Gossens?

c. ¿Reforma agraria, fue una innovación rápida, drástica, masiva, sangrienta e ilegal?

d.¿Hubo desabastecimiento en la Unidad Popular?

e.¿Cómo era la situación Económica durante el Gobierno de la Unidad Popular?

f. ¿La violencia influyó como un factor político?

3. Objetivo específico N° 2.

“Describir en forma general el Gobierno Militar, desde los hechos previos a la intervención militar, su política económica y el período de la Constitución Política de 1980 hasta la elección de Patricio Aylwin Azócar como Presidente de Chile”.

Este objetivo específico tiene como propósito analizar cómo se desarrolló el período del régimen militar, durante el mandato de la Junta de Gobierno y el posterior Gobierno del General Augusto Pinochet Ugarte. Estos antecedentes se recolectarán a través de bibliografía sobre la materia.

Las preguntas para este objetivo son:

a.¿Qué se vivió previo a la intervención militar del 11 de septiembre de 1973?

b.¿Cómo fue la situación económica durante el Gobierno de Augusto Pinochet Ugarte?

c. ¿La Constitución de 1980 y el camino a la democracia?

C.-TIPO DE INVESTIGACIÓN.

Respecto de los objetivos planteados, se definió realizar esta investigación no experimental, donde el primer y segundo objetivo serán del tipo descriptivo, ya que se analizará como se manifestaron los fenómenos y sus componentes que dieron paso a las situaciones ocurridas. Serán además, explicativos ya que se pretende encontrar las razones o causas que provocaron los fenómenos que derivaron posteriormente en la intervención militar y serán correlacional1, ya que se intentará ver cómo se relacionan o vinculan diversos fenómenos entre sí, o sí no se relacionan.

1 Correlacional según Metodología de la Investigación de Hernández, Fernández y P. Batista, Pág.62

2

D.-DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN.

Para este trabajo de investigación, se ha definido utilizar en el desarrollo de los tres objetivos planteados un diseño de investigación no experimental, Longitudinal por el período de tiempo que abarcan los hechos, que se estudiaran, del tipo documental y de caso.

3

“Curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.”

Alberto Moravia (1907-1990)

II.- GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR.

La Unidad Popular (UP) no fue sólo resultado de un acuerdo político que permitió la unidad de la Izquierda y que llevó a Salvador Allende a la presidencia el 4 de septiembre de 1970. Tampoco el fin de la Unidad Popular puede ser visto sólo como el quiebre de nuestro sistema democrático resultado de la polarización social y política del sistema político chileno. Ambos hechos son importantes, pero cada uno de ellos es completamente insuficiente para explicar tanto el origen como el fin de la UP.

El fin de la Unidad Popular se puede explicar como la reacción de los grupos dominantes nacionales y extranjeros, y de importantes segmentos de la clase media, frente a la movilización popular, es decir, a la revolución que venía “desde abajo”. De este modo tanto las luchas históricas del movimiento popular en Chile como sus movilizaciones en los años de la Unidad Popular, son fundamentales para entender la Unidad Popular y el término de ésta el 11 de septiembre de 1973.

A.- LA UNIDAD POPULAR COMO CONSECUENCIA DE LUCHAS POPULARES HISTÓRICAS.

Desde un punto de vista histórico, se puede señalar que nuestra sociedad es una sociedad quebrantada en su origen: surge de la invasión y de la conquista española. En segundo término, la conquista da lugar a un rígido orden social, que define clara y rigurosamente la posición de ricos y pobres, blancos, indios y mestizos; en tercer lugar, el proceso de independencia no modificó sustantivamente el orden económico y social y, por lo tanto, dio lugar a un orden político definidamente autoritario. De este modo, tanto en la etapa colonial como en gran parte del primer siglo de la república, el pueblo estuvo fuera de la política y no participa de ella, al menos en un sentido formal.

Después de varios procesos sociales de cambio que tenían en su base la permanente búsqueda de la sobrevivencia del pueblo, ya en 1850 se desarrolló la primera experiencia de organización sociopolítica del pueblo a través de la Sociedad de la Igualdad, experiencia democratizadora de corta duración y que se desarrolló bajo el estado de sitio y la represión del ministro Antonio Varas.2 La mayor parte de la segunda mitad del siglo XIX fue de intentos organizativos, muchos realizados con gran autonomía del Estado, hasta que, en los inicios del siglo XX estalló la “cuestión social”: Por una parte se hicieron cada vez más visibles e insoportables las deterioradas condiciones de vida de la mayoría del pueblo y por otra, emergió con inusitada fuerza y extensión la protesta social. Un ciclo de huelgas y motines abrió el siglo XX chileno, desde la huelga portuaria de Valparaíso, en 1903, hasta la movilización obrera de la pampa salitrera, que culminó en la matanza de la escuela Santa María de Iquique, en 1907.

Así se inició el siglo XX, con la entrada en la escena política del movimiento popular chileno. Desde un punto de vista social, un siglo XX que corre desde 1903 a

2 Mario Garcés D., El movimiento popular, la Unidad Popular y el golpe (http://www.puntofinal.cl/552/movimiento.htm).

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1973, desde la huelga portuaria de Valparaíso hasta la intervención militar del 11 de septiembre. En esos 70 años el movimiento popular se fue nutriendo y ensanchando con diversos movimientos sectoriales: el obrero, el campesino, el de los estudiantes, el de los profesores, los empleados públicos y más tarde, los pobladores, las mujeres en sus diversas vertientes, los jóvenes, los cristianos, etc. En los 70 años señalados diversas diferencias marcaron el desarrollo del movimiento popular. En la década del 1920, desde las marchas del hambre articuladas por la Federación Obrera Chilena (FOCH) hasta la primera Asamblea Constituyente de Obreros e Intelectuales, de 1925. En la década de 1930, desde las huelgas ferroviarias de 1935 y 1936 hasta la constitución del Frente Popular. Posteriormente; en la década de 1940, desde el reconocimiento e integración de la Izquierda al sistema político hasta la represión de los mineros del carbón y la llamada por algunos ley maldita.

Así siguieron ocurriendo hechos que marcaron la historia como la fundación de la CUT hasta la elección fallida de Salvador Allende en la década del 1950; las huelgas de educación y salud en los años de la década del 1960 y hasta la elección de Allende el año 1970.

En cada una de estas situaciones lo que estuvo en juego fueron demandas de justicia social y de democratización política, horizonte ya previsto en 1912, cuando se afirmaba que no bastaba la democracia política, sino que se requería de la democracia social y económica para hacer posible el socialismo y la “felicidad del pueblo”. Para luchar en esta perspectiva se fundó el Partido Obrero Socialista (POS). Durante el siglo XX se practicaron diversas estrategias, en que convivían formas de organización y de lucha que ponían el acento en la reivindicación al Estado así como en la autonomía de los movimientos y sus capacidades de producir cambios con o sin el Estado. Esta tensión, entre la autonomía del movimiento y su dependencia del Estado y del sistema de partidos, que recorre la historia del movimiento popular, se hizo presente muchas veces y alcanzó un punto crítico durante la Unidad Popular.

En efecto, en los años de la década de 1920, cuando se aprobaron las primeras leyes laborales, el movimiento obrero debió optar entre mantener sus viejas organizaciones que había gestado con anterioridad a la ley o aceptar la legislación, lo que por lo demás formaba parte de sus propias demandas. El principal problema estaba en que la legislación laboral además de reconocer derechos a los trabajadores como lo son el de la huelga, el sindicalismo y el contrato, al mismo tiempo limitaba las prácticas y orientaciones políticas del movimiento obrero.

La salida a esta disyuntiva en la década de 1930 fue aceptar la legislación “sin renunciar a la lucha de clases”, con lo que se debía admitir una suerte de “autonomía relativa” del movimiento, que tensionaría su propio desarrollo.3

Las tensiones señaladas durante el desarrollo del movimiento popular no constituían sólo problemas de principios o de eficacia política, sino que daban cuenta de las enormes dificultades de los movimientos para producir el cambio social y mejorar sus condiciones de existencia social, en el sentido de una sociedad no sólo desigual sino que con un régimen institucional débilmente democrático.

El papel de los partidos políticos, quienes se constituían como los principales interlocutores válidos para producir el cambio en el campo institucional, no es nada

3 Mario Garcés D., El movimiento popular, la Unidad Popular y el golpe (http://www.puntofinal.cl/552/movimiento.htm).

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menor y tendrá variados efectos sobre los propios movimientos de base. Si producir cambios implica afectar el sistema institucional, entonces los partidos adquieren un papel central, lo que plantea a los movimientos también una tensa relación de colaboración, autonomía y dependencia. Debido a esto algunos consideran que la articulación de una alianza política, como la Unidad Popular, resulta fundamental para poner en marcha un proceso de cambios de tipo estructural, más radical y consecuente que lo que había sido el Frente Popular en los años cuarenta.

B.- PROCESO ELECCIONARIO PREVIO A LA ELECCIÓN DE SALVADOR ALLENDE GOSSENS.

El 4 de septiembre de 1970, era muy claro que la primera mayoría relativa de la elección presidencial correspondía a Salvador Allende, y que éste había aventajado con un 36,2%, por sobre el 34,9% del independiente de derecha Jorge Alessandri y el 27,8% del democratacristiano Radomiro Tomic. Esto significó que se disminuyeran las esperanzas de los Alessandristas, de que algún repunte salvador, de última hora, les evitara la derrota.

Un caso que se aprecia en la literatura revisada es que nunca se obtuvieron o llegaron, por ejemplo los votos de las míticas "mujeres de Viña del Mar", cuyos sufragios debieran haber suprimido o acortado la diferencia Allende- Alessandri.4

El porcentaje de Allende era inferior al obtenido en el año 1964, cuando Eduardo Frei M. lo derrotara a dos listas. También era menor al conseguido en las parlamentarias de 1969 por los partidos de la combinación que lo apoyaba, la Unidad Popular.

Resultaba evidente, que sólo por la elección a tres listas; el candidato de la UP podía mostrar ahora la primera mayoría relativa. Esta no le daba, constitucionalmente hablando, la presidencia, por lo tanto el Congreso Pleno debía elegir entre él y su más cercano contendor, Alessandri.

Desde un comienzo, como era de esperar, la UP y Allende quisieron minimizar al Congreso Pleno, invocando la antigua tradición de que éste reconociese la victoria de la primera mayoría relativa y al mismo tiempo, amenazando con toda clase de horrores si "le era robada al pueblo su victoria".

Los otros dos bandos no estaban en muy buenas condiciones para defender este "robo" que no era tal, sino simplemente el uso de una prerrogativa constitucional del Congreso Pleno.

En efecto, los Alessandristas, durante la campaña habían rechazado con énfasis una sugerencia del senador democratacristiano Rafael Agustín Gumucio, en orden a implantar la segunda vuelta, estilo francés. O sea, una nueva elección popular, entre los dos candidatos que hubieran logrado las más altas mayorías, si ninguno hubiere alcanzado la absoluta. Entonces, imprudentes voces alessandristas habían hablado de reconocer la victoria a quien ganase por un solo voto, y aunque este voto solitario no le diera la pluralidad absoluta. Semejantes palabras se volvían ahora contra Jorge Alessandri, como un búmerang. Por otra parte los tomicistas cargaban un pecado todavía mayor, por un llamado pacto secreto, y que según Tomic sólo fuera una

4Jaime Urrutia M. Chile - Bajo la unidad popular, (http://www.monografias.com/trabajos10/karin/karin.shtml)

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"aclaración de intenciones" entre Allende (por un lado), y el presidente de la DC, senador Benjamín Prado. En una entrevista Tomic señaló:

"Declaro por mi honor que no hubo ningún pacto secreto que comprometiera el voto de los parlamentarios democratacristianos en el Congreso Pleno".5

"¿Qué hubo entonces?, se le pregunta, a lo que responde:”Un acuerdo muy circunscrito, pero importante para el país, sobre una actitud recíproca, principalmente para la noche de la elección. Convinimos que una diferencia de más de 30.000 votos sería aceptable para reconocer pública y recíprocamente la primera mayoría relativa a quien las obtuviera en la urnas."6

En verdad, el tomicismo estaba más cerca, doctrinariamente, de Allende que de Alessandri. La propia noche del 4 de septiembre, Tomic cumplió su convenio. Los jóvenes DC y los UP "fraternizaron" en la Alameda como si todos fuesen vencedores. Sin embargo, esta no era la postura de toda la Democracia Cristiana, la mayoría de sus dirigentes, desde luego, había ignorado el convenio Allende - Tomic.

C.- REFORMA AGRARIA UNA INNOVACIÓN RÁPIDA, DRÁSTICA, MASIVA, SANGRIENTA E ILEGAL.

Durante el Gobierno de la UP pocos se atrevieron a pensar que las palabras de Jacques Chonchol eran proféticas, en el sentido de que iban a mandar los campesinos. La Reforma Agraria iniciada por el Gobierno de Frei, cederá el paso, a una verdadera revolución en el campo. Esta sobrepasará las declaraciones del Presidente, las cuales señalaban que no se haría esta reforma a través de ocupaciones de predios, sino dentro de un proceso técnico, con una adecuada planificación, de manera que el país produjera más alimentos. Sin embargo, en diciembre la prensa empieza a reproducir noticias sobre las ocupaciones de fundos y terrenos en San Bernardo, Puerto Montt y San Fernando.

En enero del año siguiente, junto con el nuevo año. Las tomas arrecian, ya que se tomaron 50 predios en la zona de Temuco; otros 52 en Cautín; más de 30 ocupados arbitrariamente en las provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue. La Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) denuncia que desde que Allende asumió, han sido ocupados ilegalmente 250 predios. En síntesis, en febrero se expropia a razón de 30 ó 40 fundos por semana. El procedimiento de expropiación era simple y consistía en realizar una toma ilegal, aunque la realicen personas ajenas al fundo, es calificada de conflictiva. Se decreta la reanudación de faenas, con un interventor que las dirija y un tribunal arbitral para resolver el seudo conflicto.

El propietario, absoluta minoría en este tribunal, se ve con el fundo en poder y dirigido por extraños, y con un fallo arbitral dictado por su contraparte en el conflicto, fallo que le significaba exigencias inaceptables y gastos imposibles. Con este hecho se fuerza al propietario a aceptar expropiaciones sin causa legal. La Corte Suprema decide por lo tanto no intervenir en los fallos arbitrales; arroja así a los empresarios agrícolas a la más completa indiferencia. Haciendo un balance de la política agraria en Temuco.

5 Revista Ercilla. Edición 1978. Pág. 136 Ibíd, pág. 15

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“Allende afirma, sin siquiera parpadear: "Nos hemos comprometido a destacar que no buscamos procedimientos torcidos para impulsar la Reforma Agraria extra legalmente". Tres días después en la Plaza de la Constitución, dirá: "Hemos querido jugar absolutamente limpio y los interventores no irán más allá de las claras instrucciones que el Gobierno ha dado, el patrón agrícola que cumple con la Ley y quiere trabajar su tierra, sepa que será apoyado por el Gobierno Popular".7

Como ya se iba haciendo usual en el Gobierno de la UP, una vez más el Subsecretario del Interior, Daniel Vergara, desmintió las múltiples noticias sobre el caos en las zonas rurales. Meses después, este caos agrícola llegó a Santiago, donde 113 predios estaban ocupados o en huelga en la provincia. El Movimiento Campesino Revolucionario, junto a agitadores cubanos, habían paralizado todos los fundos de San Antonio, cuya producción de 300.000 quintales estaba en peligro. La violencia se extendía, además a Melipilla, El Monte, La Florida y Maipú. El entonces presidente de la SNA mencionó en el diario “El Mercurio” de diciembre de 1972 que el país necesitará durante el resto del presente año importar alimentos por un monto de 455 millones de dólares, o sea, más de un millón de dólares diarios.

D.- DESABASTECIMIENTO EN LA UNIDAD POPULAR.

En 1971comienza la escasez, desabastecimiento, racionamiento de alimentos y otros artículos indispensables. Las tarjetas para este efecto eran impresas en la penitenciaría de Santiago. El Subsecretario de Economía de la época Oscar Garretón, quien era del MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitario), desmiente en forma terminante el desabastecimiento aduciendo que se trataba de una campaña irresponsable, tendiente a crear una tensión social. Pero el propio Allende habla ya, trágicamente sobre los de stocks los cuales se calculaban durarían para un período de quince días a dos meses.

El Gobierno otorgó importantes reajustes de remuneraciones cercanos al 44% además de aplicar un freno a las alzas de precios, haciendo que los chilenos tengan más dinero que en 1970. Esto produjo un mayor gasto por parte de la ciudadanía para adquirir más bienes.

Por otra parte, los rumores de desabastecimiento precipitan a la gente a formar sus propios stocks, produciendo con ello, precisamente, el racionamiento. Para desvirtuar lo que el Gobierno llamaba campaña sistemática, el Ministro de Economía Pedro Vuskovic, se dirige al país por cadena nacional de TV, explicando que la mayor capacidad adquisitiva de la población se ha reflejado en un volumen de ventas más alto que en cualquier época anterior.

A esa fecha las reservas de dólares eran todavía respetables, y la escasez de cualquier producto, sobre todo alimentos, se podía suplir mediante su importación. Sin embargo, a fines de mayo el Gobierno pone depósitos de cien veces su valor para importar mil productos, considerados, no indispensables. Existía una alta demanda de artículos prescindibles como automóviles, televisores, refrigeradores, etc., lo que provocaba que los ciudadanos hicieran largas filas, derivando esto en mercado negro o sobreprecio en los productos.

7 Jaime Urrutia M. Chile - Bajo la unidad popular, (http://www.monografias.com/trabajos10/karin/karin.shtml)

8

No obstante, los productos difíciles de encontrar, siguen aumentando. La directiva del Sindicato de Autobuses de Santiago, hace presente que son centenares las máquinas de locomoción colectiva paralizadas por una creciente escasez de repuestos. El diario "Tribuna" denuncia la falta de medicamentos, tanto por la política oficial con relación al dólar, como por la demora en resolver sobre los precios. Sin embargo la escasez de productos básicos de alimentación es la más inquietante y las largas filas son un espectáculo cada vez mas frecuente. El presidente Allende reconoce esta situación. En el sector que más problemas hay es el de la carne, siendo admitido por el ministro Vuskovic al término de una reunión del Comité de Abastecimiento, que preside el Jefe de Estado en persona. El Subsecretario Garretón seguirá, sin embargo, insistiendo en que el problema se debe a una " psicosis creada por los medios informativos".

Diversos hechos dan la pauta de cual es la realidad: en el norte se importa carne boliviana, y en Santiago, al intentar inspectores de DIRINCO requisar carne que una cooperativa del sur vendía directamente al público, deben retirarse entre una lluvia de carterazos, propinados por las dueñas de casa. SOCOAGRO, la filial de CORFO que canaliza el abastecimiento estatal de carne, tiene enardecidos a los carniceros, que duermen en las oficinas de la firma para conseguir algún trozo de animal.

El tema del desabastecimiento comienza a sentirse en todos los sectores. La oposición y Gobierno concuerdan en que el tema no es agradable. Lo primeros culpan al desacierto gubernativo, al aumento del poder comprador, al decaimiento en la producción, errores en la política cambiaría, etc. Por otra parte los partidos de Gobierno dicen que es una "fabricación opositora"8.

En lo que se refiere a materiales de construcción, el problema es generalizado. Escasean el cemento, los clavos, el alambre, las maderas y los productos de quincallería. En materia de vestimenta, se halla desguarnecida la línea de algodones y casimires. El Subsecretario Garretón señala, ante el desenlace que esta situación puede acarrear, que los problemas nacen por que el Estado no intervino lo suficiente. Reconoce que hay problemas de distribución; pero señala además, que no se puede descartar el boicot y que existe un aumento de la demanda. Señalando que el Gobierno debe entrar a participar en la distribución.9

El clima de enfrentamiento que vive el país llega a su punto de ebullición el miércoles 1 de diciembre de 1971. Al atardecer, empieza la manifestación de las "ollas y canastas vacías", a que convocan las mujeres de Santiago. Sorprende aún a sus organizadores, por el número y entusiasmo de los concurrentes, y se transforma en la concentración femenina más multitudinaria y entusiasta, combativa, que se recuerda en el país.

"Un gran número de mujeres se reunió en Plaza Baquedano para protestar por el desabastecimiento, la falta de garantías democráticas en la Universidad de Chile y el sectarismo de la Unidad Popular. Miles de mujeres marcharon provistas de cacerolas vacías, banderas chilenas y carteles de protesta hacia el centro de Santiago, en un desfile que se denominó “Marcha de las cacerolas y las canastas vacías”. La marcha tuvo una violenta represión con un gran número de heridos, ya que mientras

8 Augusto Pinochet U. "El día decisivo". Edit. Estado Mayor Ejército 1985. Pág. 159 Ibíd. Pág. 20

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extremistas apedreaban a las mujeres para contener la manifestación, Carabineros por su parte, lanzaba bombas lacrimógenas"10

Elementos ultra izquierdistas del MIR y MAPU y de las cada vez más famosas brigadas comunistas y socialistas, atacan a las mujeres con piedras, cadenas, palos y hasta con papas erizadas de trozos de hojas de afeitar. La manifestación, con mujeres de toda edad, clase social e ideología política, se transforma en una gigantesca encerrona. Balance final: 99 bajas entre asfixiados, contusos y heridos, algunos a balas; y 187 detenidos, entre los que no hay ningún agresor. Esa misma noche, la indignada protesta de los atacados se expresa en los barrios, especialmente Providencia.

E.- SITUACIÓN ECONÓMICA DURANTE EL GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR.

La cartera de economía a cargo del Ministro Pedro Vuskovic, decidió estatizar la banca y las grandes empresas, con pago de indemnizaciones. Así también se utiliza la capacidad ociosa, lo que hace aumentar la oferta más allá del umbral de consumo. Se incrementan los salarios. Todo 1971 y principios de 1972 es época de bienestar para el país. Pero, la sobre oferta no pudo ser satisfecha, por lo tanto Vuskovic no halló otra solución que emitir más circulante que la riqueza verdadera del país; lo que trajo una inmediata inflación.

El Gobierno de Allende aceleró el proceso de Reforma Agraria, lo que impidió dar la asesoría técnica adecuada a cada uno de los nuevos dueños de la tierra. En 1972 nacionalizó los yacimientos de cobre, culminando así un largo y bien planificado proyecto.

En el campo educacional se intentó hacer una reforma consistente en la creación de la Escuela Nacional Unificada (ENU). Esta pretendía un manejo del Estado y una accesibilidad general. Era excluyente de cualquier otro sistema educacional, lo que motivó diversas protestas. La fuerza de los colegios católicos en definitiva hizo imposible la idea, y se desechó el proyecto.

La gran expectativa social que debió satisfacer Allende; lo llevó en 1972, una vez más, a emitir más papel moneda que la cantidad adecuada para la riqueza real del país. Así se generó una escalada inflacionaria, lo que hizo peligrar al empresariado nacional. No hay aparato productivo que soporte una inflación de más de un 10% mensual. Por otra parte la manera de como se llevaba a cabo la Reforma Agraria llevó a violentos enfrentamientos entre asignatarios y propietarios.

Demasiados cambios deseaba hacer Allende, y eran cambios estructurales. Para modificar las estructuras del país era necesario un consenso filosófico que en ese momento no existía.

La economía de Chile estaba en una vertiginosa caída. La inflación sumada a la baja de la producción daba como resultado una catástrofe. A esto se sumó la especulación, esto es el acopio de bienes de consumo realizado por particulares y empresarios. La motivación de los particulares era estar con alimentos si ocurría un estallido social; que a la luz de la violencia política y callejera de esos días, pronto vendría. Los empresarios tenían una motivación muy simple: las constantes alzas de

10 Diario El mercurio, 2 de diciembre de 1971. (http://www.museodeprensa.cl/1971/protesta-de-ollas-vac)

10

http://www.monografias.com/

precios hacían más rentable vender "después que ahora", ya que el precio de venta, por ende las ganancias, serían superiores.

En 1973 el Presidente va perdiendo el control del país. Se suceden las huelgas, encabezadas por los mismos trabajadores que en principio quiso ayudar. En agosto de 1973 se rumoreaba un golpe de estado. Para prevenir tal situación Allende nombra Comandante en Jefe a un militar políticamente neutro, Augusto Pinochet Ugarte.

El país vive un desabastecimiento en las tiendas comerciales, y sólo se puede comprar con una tarjeta de racionamiento, otorgada por la Junta de Abastecimientos y Precios (JAP) ; la cual se corrompe en su fin, favoreciendo a la gente del sector gobernante.

El centro político del país expresado por la democracia cristiana y la derecha, representada por varios partidos; sólo desean la caída del Gobierno, la entrega de poder político al Senado y la convocación a nuevas elecciones.

Algunos indicadores Macroeconómicos del período del Gobierno de la UP son los que se indican en las siguientes tablas:11

AÑO

PIB Total Crec.

Real (% )

Déficit de la

balanza comercial

(% del PIB)

Déficit del

sector público (% del PIB )

Precio del

cobre (US$/ libra)

Inflación (% )

Tasa de desempleo

(%)

Tipo de cambio

Real

1970 2,1 12,5 2,7 0,64 34,9 5,7 111,9

1971 9 13,3 10,7 0,49 22,1 3,9 94,6

1972 -1,2 15,9 13 0,49 260,5 3,3 43,4

1973 -5,6 15,1 24,7 0,81 605,1 5 40,7

Cuentas externas, reservas de monedas extranjeras y deuda externa (En millones de dólares corrientes)

AñoCuenta

corriente

Cuenta comercial

Exportaciones /importaciones

Cuenta de

capitales

Balanza de pagos

Reservas de

moneda extranjeras

Deuda externa Pública / Privada

1970 -81 156 268 114 393 2767

1971 -189 -16 -27 -300 163 2746

1972 -387 -253 327 -231 76 3002

11 Daniel Neira. Análisis económico de los Gobiernos chilenos 1964-2000. (http://www.monografias.com/trabajos11/gochi/gochi.shtml)

11

AñoCuenta

corriente

Cuenta comercial

Exportaciones /importaciones

Cuenta de

capitales

Balanza de pagos

Reservas de

moneda extranjeras

Deuda externa Pública / Privada

1973 -295 -138 242 -112 167 3261

En mayo de 1972, dos frases podían resumir la situación en Chile. Por una parte Allende decía al celebrar junto a la CUT el día del trabajo: "Hemos realizado la más grande y patriótica tarea: hacer la segunda independencia, la independencia económica de la Patria". Por otro lado, el de la oposición, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), Orlando Sáez, advertía: "nuestros actuales análisis nos llevan a predecir una crisis económica superior a cuantas Chile ya ha conocido en el pasado" y calificaba a los economistas de Gobierno como "eficaz equipo de demolición".12

F.- LA VIOLENCIA COMO UN FACTOR POLÍTICO INFLUYENTE.

Avanzado el año 1972, el tema de la violencia fue dominando la política, y no eran casos aislados, era el extremismo unipolar organizándose para un enfrentamiento final. En la UP, y paradojalmente, sin formar parte de ella, el MIR marcaba el camino. El partido comunista, sabiendo los riesgos de destrucción que para la UP significaba recurrir a la fuerza, hacía movidas desesperadas con el objetivo de mantener a los pro violencia, bajo control pero en las calles, entre los universitarios, en las industrias estatizadas, (que ya empezaban a construir los cordones industriales), alrededor de las grandes ciudades, en las "brigadas" y otros grupos de choque, ni aún los comunistas pudieron atajar el torrente del violentísimo.

El 11 de marzo, aterrizaba un avión itinerario de Cubana de Aviación, la línea aérea oficial de Fidel Castro. Tan pronto como tocó tierra, entraba a la losa una impresionante caravana de patrulleras de Investigaciones y vehículos Fíat 125, del tipo que ocupaban el Grupo de Amigos Personales (GAP) del Presidente Allende. Sin mayores trámites de la aduana, fueron llevados desde el avión hasta esos vehículos un importante número de grandes, pesados y misteriosos bultos procedentes de Cuba.

¿Qué contenían esos bultos?. Las semanas siguientes, acosado el Gobierno por la prensa, el Congreso y la Contraloría, dieron las más diversas y contradictorias interpretaciones sobre el contenido de los bultos, aduciendo, por ejemplo que eran efectos de uso personal, libros, comestibles, cigarrillos y objetos de artesanía popular. También se decía que eran cuadros para la exposición de pintura cubana que exhibiría el Museo de Bellas Artes o que eran especies del servicio de investigaciones (actual Policía de Investigaciones) retiradas por éste.

La Cámara de Diputados logró develar dos hechos adicionales: los funcionarios de Aduana, habían insistido en revisar los bultos; pero a ello se opusieron enérgicamente el Director de Investigaciones y el propio Ministro del Interior, ambos socialistas. Con todas estas circunstancias, el Gobierno debió enfrentar definitivamente la tenaz presión, no sólo de los opositores y del Congreso, sino de la

12 Estado Mayor Ejército. "La verdad histórica". Biblioteca del Oficial. 1986

12

Contraloría. Esta ofensiva debió ser detenida por el propio Allende en persona aduciendo que eran obsequios enviados por el Primer Ministro cubano a él en su condición de primera autoridad del país, como a otras autoridades chilenas.

Estos regalos personales resultaron ser lo que encontró tras el 11 de septiembre de 1973, cuando se halló y publicó la lista de ese contenido, confirmada públicamente entonces, por el propio Fidel Castro, resultando ser un impresionante arsenal de armas semiautomáticas y de guerra semi pesadas, municiones y explosivos con el cual se equipó a un pequeño ejército de GAP, en las diversas viviendas de Allende: Tomás Moro, Cañaveral y La Moneda.

Todo el segundo semestre del 1972, la lucha política se vio inevitablemente influida por el tema de la violencia Las bases opositoras se confundieron en una sola multitud, para realizar marchas de protestas, inspiradas en el "cacerolazo" de diciembre y que revivieron su éxito. La UP respondió con sus propias marchas, igualmente multitudinarias.

El clima de violencia reinante hizo que, casi siempre, estas concentraciones terminaran en grandes enfrentamientos entre los respectivos grupos paramilitares, con sangre derramada, vandalismo y detenidos por cientos. En el interior de la UP, la lucha entre los "moderados" (PC, radicales del PIR, API de Tarud y mapucistas de Ambrosio, los principales), y los "ultras" del PS y adláteres13 izquierdo - cristianos (con el MIR en la sombra), motivó largas sesiones de autoanálisis y autocrítica.

En el próximo capítulo, sobre lo que se vivió previo a la intervención militar del 11 de septiembre de 1973 se narran hechos que reflejan la violencia reinante en esta época.

Finalmente se puede señalar que la violencia en el Gobierno de la UP significó que se realizaran 89 atentados terroristas, los cuales fueron 14 en el año 1970, 21 atentados en el año 1971, 23 atentados en el año 1972 y 31 atentados hasta el 11 de septiembre de 1973.14

G.- CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO.

En el presente capítulo se puede apreciarla génesis, desarrollo y término del Gobierno de la Unidad Popular. Se ha visto como el movimiento popular que dio origen al Gobierno de la UP fue desarrollando su vida y actividad en 70 años desde 1903 hasta el 11 de septiembre de 1973. Este movimiento se fue nutriendo y ensanchando con diversos movimientos sectoriales: el obrero, el campesino, el de los estudiantes, el de los profesores, los empleados públicos y más tarde, los pobladores, las mujeres en sus diversas vertientes, los jóvenes, los cristianos, etc. Derivado de esto, algunos consideran que la articulación de una alianza política, como la Unidad Popular, resulta fundamental para poner en marcha un proceso de cambios de tipo estructural, más radical y consecuente que lo que había sido el Frente Popular en los años cuarenta. Es así como el 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende Goznes obtiene la primera mayoría relativa de la elección presidencial con un 36,2%, por sobre el 34,9% Jorge Alessandri y el 27,8% de Radomiro Tomic.

13 Personas subordinadas a otra, de las que parecen inseparables. Definición diccionario de la RAE. http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=adlátere

14 Arturo Castillo V, "La verdad olvidada del terrorismo en Chile 1968-1996". Edit. Maye 2007. Págs. 62-82

13

El Gobierno de Allende no fue lo que él ofreció ni lo que él esperaba, la violencia emergió rápidamente de la sociedad disconforme debido a la inflación que al término de su período llegó al 605%, la escasez de productos y con los rumores de los bultos que llegaban de Cuba para él y sus cercanos, los cuales no eran más que artículos de bienestar más distintos tipòs de armamento y explosivos para armas a las fuerzas simpatizantes del gobierno y al GAP. Todo esto aumentado con las medidas adoptadas con respecto a la reforma agraria donde le expropiación de campos provocó la molestia de los afectados. Fue una sucesión de eventos y hechos que se dieron en los más de 1000 días de su Gobierno, culminando con un año de actos de terrorismo que fue aumentando exponencialmente desde 1970 hasta agosto de 1973.

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“Ningún gobierno puede sostenerse sin el principio del temor así como del deber. Los hombres buenos obedecerán a este último, pero los malos solamente al primero.”

Thomas Jefferson (1743-1826)

III.- GOBIERNO MILITAR.

El Gobierno de la UP termina el 11 de septiembre de 1973, producto de sus desaciertos en la conducción del país. Este final es motivado por la desazón popular que concluye con la intervención militar encabezada por el General de Ejército Augusto Pinochet Ugarte.

Luego del pronunciamiento militar del 11 de septiembre de 1973, en su primer comunicado a la ciudadanía, la Junta de Gobierno señaló lo siguiente: "Con esta fecha se constituye en Junta de Gobierno y asume el mando supremo de la Nación, con el patriótico compromiso de restaurar la chilenidad, la justicia y la institucionalidad quebrantadas, conscientes de que esta es la única forma de ser fieles a las tradiciones nacionales, al legado de los padres de la Patria y a la historia de Chile, y de permitir que la evolución y el progreso del país se encaucen vigorosamente por los caminos que la dinámica de los tiempos actuales exigen a Chile, en el concierto de la comunidad internacional de que forma parte". En ese primer documento ya se manifiesta el compromiso de una profunda transformación que necesariamente debe derivar en los aspectos institucionales, políticos y económicos.15

El 11 de septiembre se constituye una Junta de Gobierno encabezada por el Comandante en Jefe del Ejército, General Augusto Pinochet Ugarte.; el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante José Toribio Merino Castro; el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, General Gustavo Leigh Guzmán., y el General Director de Carabineros, General César Mendoza Durán.

El 12 de septiembre de 1973, se nombró el primer gabinete ministerial, en el cual sólo participaban cuatro civiles, que ocupaban las carteras de Educación Pública, Justicia, Agricultura y Tierras y Colonización.

En junio de 1974, se promulgó el Decreto Ley N° 527, en el que se disponía que la Junta de Gobierno ejerciera el Poder Legislativo, y su presidente, el general Pinochet, asumiría la primera magistratura del país. Además, el Congreso Nacional fue disuelto, se suspendió el ejercicio de la Constitución de 1925 y se eliminaron los partidos políticos.

A.- LO QUE SE VIVIÓ PREVIO A LA INTERVENCIÓN MILITAR DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973.

El "tanquetazo", del 29 de junio de 1973, liderado por el Coronel Roberto Souper fue el detonante para los enfrentamientos que iban a venir. El llamado de Allende y de la CUT a ocupar las fábricas y a movilizar a los cordones industriales hizo más tensas las relaciones con la oposición. Diversos incidentes, protagonizados por grupos de izquierda que se organizaban para armarse, llevaron a las Fuerzas Armadas a aplicar

15 Carlos F. Cáceres C. “GOBIERNO MILITAR: LA HERENCIA DE LA INSTITUCIONALIDAD” (http://www.lyd.com/noticias/opiniones/Gobierno.html)

15

con todo vigor la Ley de control de armas. El fantasma de la guerra civil es una realidad que se aproxima y se hace cada vez más tangible día a día.

Las denuncias de entrega de armas hechas por parlamentarios de oposición, pusieron en movimiento a las Fuerzas Armadas. Cumpliendo con la Ley N° 17.768, que entregaba el control de armas a las Instituciones Militares. Esto produjo que desde el domingo 8 de junio se sucedieron los allanamientos en busca de armamento.

Los dos últimos meses estarían dominados por el fantasma de la guerra civil. Frente a él, en forma confusa, Allende y la UP siguieron dos líneas paralelas, aunque contradictorias. Por una parte, preparar el enfrentamiento, acumulando febrilmente armas y explosivos, fortificando posiciones y diseñar estrategias más o menos razonables para la lucha; siendo secundados por el MIR. En segundo orden, intentar prevenir o al menos retardar aquel enfrentamiento, sin que se sepa a ciencia cierta si procedían en ellos sinceramente, o sólo a la espera de una situación más favorable para ganar la guerra civil.

La DC no rechazaba de plano la idea de Allende respecto al diálogo, pero le ponía una condición previa: una tregua pacificadora. Esta a su turno, comprendía ciertos puntos concretos y amargos para la UP: promulgar íntegra la reforma Hamilton-Fuentealba16, devolver las industrias ocupadas, desarmar los grupos paramilitares. La DC, le pedía que aceptase ser intervenido por los militares. El día 31 de julio, cualquier posibilidad de dialogo estaba cerrada.

Ahora sólo quedaban dos salidas disponibles: o el Ministerio Militar, pero en los términos de la UP y no en los planteados por la DC, o el enfrentamiento, la guerra civil.

El mes de agosto del 73, Allende persiguió con tesón y lo obtuvo fugazmente, lo que él mismo calificó de "última oportunidad": un nuevo gabinete militar, más aún, conformado por los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y de Orden.

Fracasado el diálogo con la DC, era ésta, en el criterio unipopular, la última salida pacífica. Quedaba también la guerra civil, de ninguna manera descartada. Allende y sus consejeros, como el catalán Joan Garcés, pensaban que tenían una chance de ganar la guerra civil, con los Carabineros, parte del Ejército, los grupos paramilitares de la UP y del MIR. Sin embargo, preferían evitar el conflicto, o retardarlo mientras completaban sus preparativos bélicos; ambas cosas querían lograrlas a través del "Gabinete de los Comandantes". Si la resistencia ultra a las FF.AA. continuaba, Allende y sus asesores menos apasionados, veían acercarse a pasos gigantescos, o el derrocamiento, o la guerra civil. Impulsaban por lo tanto el gabinete integrado por los Comandantes en Jefe, hallando un aliado decisivo en el del Ejército, el General Prats. Éste envuelto por la habilidad dialéctica de Allende, se había separado de la oposición; ésta ya no creía que el general Prats fuese ni siquiera imparcial. Sin embrago, el 21 de agosto, el descontento interno de la alta oficialidad del Ejército con su comandante, estalló de manera imprevisible y espontánea, incluso de las señoras de los Generales. De este modo resolvió abandonar su cartera ministerial y el Ejército. En su reemplazo fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército el General Augusto Pinochet Ugarte. Por otra parte Carabineros no había cambiado de mando. Allende los

16 La Cámara de Diputados aprueba Proyecto Hamilton-Fuentealba que definió las tres áreas clave de la economía y colocó trabas al plan estatizador de la Unidad Popular, dejando sin efecto las estatizaciones. Allende veta el proyecto

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sentía seguros, porque eran de su confianza el General Director y las antigüedades siguientes.

En la Armada el lugar estaba menos definido, a uno y otro lado en su jefatura. El Almirante Montero terminó por presentar su renuncia, pero Allende la rechazó, pues el sucesor lógico y querido por la Institución era el Almirante José Toribio Merino, quien no ocultaba sus diferencias con el Gobierno marxistas. Por otra parte se temió la insurrección de la Fuerza Aérea por la renuncia impuesta a su Comandante en Jefe General César Ruiz Danyau.

Empezó a jugarse, así, con la idea de un plebiscito. Este plebiscito, no tenía nada que ver con la reforma Hamilton-Fuentealba de la Constitución, que Allende pudo pero no quiso convocar, y cuyo plazo había vencido hace ya bastante tiempo. El plebiscito de los primeros días de septiembre, sería citado para que el pueblo se pronunciara sobre una eventual renuncia del propio Allende. Esta consulta no figuraba en ninguna parte de la Constitución, pero el Presidente quería hacerla de todos modos, pues su objetivo era, ganar tiempo o bien, venciendo en el plebiscito, lograr un triunfo político y propagandístico.

Se acercaba el día y hora señalados para el pronunciamiento militar por los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y de Orden, en el caso de Marina y Carabineros, los titulares nominales, ya destituidos de hecho por el Almirante Merino y el General Mendoza.

Entre el viernes y el sábado, aquellos días y horas decisivos, habían sido fijados de la manera siguiente: el Almirante Merino los propuso, firmando al efecto un papel, el cual fue traído Santiago por el Almirante Huidobro, y suscrito a su vez, por el General Leigh y, en último término por el General Pinochet. Carabineros recibieron su aviso el domingo, con el santo y seña convenido.

El día D, por supuesto era el 11 de septiembre; la hora H, las 6 AM en el puerto y las 7 AM en la capital. Pero todo esto significaba sólo la culminación de un largo y complejo proceso que había durado varios meses, y que comprendía en cada Institución, Ejército, FACH, Armada y Carabineros; aisladamente la toma de conciencia en cuanto a la necesidad del pronunciamiento militar, y la elaboración de dos tipos de planes. El primero sobre cómo controlar la Institución misma, internamente, llegado el día D, y cómo realizar el pronunciamiento, una vez asegurado el manejo de la Institución. Y el segundo sobre el concertamiento de todas las Instituciones Armadas y de sus planes respectivos.

El 11 de septiembre la moneda es atacada, los aviones Hawker Hunter bombardean la sede de Gobierno, los tanques rodean los edificios del sector, se ubican tiradores en las azoteas de los edificios frente a la Moneda y las fuerzas de infantería se preparan para el asalto. Allende se suicida y es el fin de la Unidad Popular.

Como resumió un par de meses después el ex Presidente Eduardo Frei M. en su carta a Mariano Rumor, entre líneas, “A nuestro juicio la responsabilidad íntegra de esta situación, y lo decimos sin eufemismo alguno, corresponde al régimen de la Unidad Popular instaurado en el país. Frente a estos hechos, naturalmente la Democracia Cristiana no podía permanecer en silencio. Era su deber, y lo cumplió, denunciar esta tentativa totalitaria que se presentó siempre con una máscara

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democrática para ganar tiempo y encubrir sus verdaderos objetivos. Eso fue lo que el país resistió”. Con la intervención militar…..“las Fuerzas Armadas, estamos convencidos, no actuaron por ambición. Más aún, se resistieron largamente a hacerlo”.17

B.- SITUACIÓN ECONÓMICA DURANTE EL GOBIERNO DE AUGUSTO PINOCHET UGARTE.

Todos los regímenes militares que proliferaron en América Latina en los años 60 y comienzos de los 70 rechazaron los viejos modelos económicos estructuralistas de la CEPAL y sus agotadas estrategias de sustitución de importaciones. Igualmente estos regímenes estuvieron opuestos a las políticas redistributivas de corte populista y a las ineficiencias políticas de las democracias nominales de la región. Sin embargo, el Gobierno militar que asumió el poder en Chile, luego de la intervención militar de 1973 contra el Gobierno de Salvador Allende, se diferenció desde un comienzo de los otros regímenes militares porque emprendió vigorosamente la aplicación de una serie de políticas de reforma económica de orientación ortodoxa neoliberal, apartándose del esquema de la doctrina de la seguridad nacional que venia caracterizando las alianzas militares y tecnocráticas de los regímenes autoritarios que en esos años regían en Brasil, Argentina, Uruguay y Bolivia, y que se sustentaba en un modelo de capitalismo de estado promotor de las políticas económicas del viejo monetarismo con el apoyo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las políticas básicas que produjeron las profundas transformaciones de la economía chilena estuvieron orientadas a la reducción de la intervención del estado en la economía, mediante un amplio programa de privatización y desregulación, la apertura de la economía a la competencia externa, la liberalización de los mercados financieros, un programa de reformas estructurales en el mercado laboral y el diseño e implementación de un programa de asistencia social bajo un enfoque económico neoliberal.

En una primera fase entre los años 1974 y1984 se le encarga a un grupo de economistas altamente calificados, que en su mayoría habían estudiado en la Universidad de Chicago en Estados Unidos y que se caracterizaba por su fuerte adhesión a las políticas liberales del libre mercados, que trabajen en el modelo económico, su origen dio motivo a su sobrenombre de "Los Chicago Boys". Los esfuerzos iniciales de las políticas ortodoxas neoliberales de los Chicago Boys estuvieron concentrados en el logro de la estabilización económica y en la reducción del tamaño del estado, mediante un acelerado programa de privatización; mientras que el programa de liberalización económica se planteó para ser implementado de manera gradual.

A través de las políticas de estabilización, el Gobierno confrontó los desbalances económicos generados por la excesiva intervención gubernamental durante las administraciones previas, concentrándose fundamentalmente en la corrección del déficit de balanza de pagos producido por el colapso de los precios mundiales del cobre (el principal rubro de exportación de Chile para entonces) y por la triplicación de

17 Ángel Soto Gamboa.”El Gobierno de A. Pinochet 1973 1990” (http://biblioteca.uandes.cl/documentos/TablaContenido.asp?nombre=C:/www/biblioteca/documentos/ASoto.xml). Doctor en Historia. IU Ortega y Gasset. Universidad Complutense de Madrid (España).Magister en Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile. Licenciado en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile

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los precios de las importaciones de hidrocarburos como consecuencia del primer boom petrolero. La política de ajuste fue también aplicada para controlar la inflación.

El grave deterioro de los términos de intercambio debido a factores externos al principio del programa de ajustes (1974-1975), combinado con la declinación de la demanda interna, producto de las políticas monetarias y fiscales restrictivas y la devaluación inicial de la tasa de cambio, produjeron una caída del PIB de cerca de 13% y generaron una tasa de desempleo del 16,4%, y una drástica reducción de los salarios reales del 15,6%. El programa de estabilización se concluyó estableciendo una tasa se cambio nominal fija en Junio de 1979. A partir de entonces se logró la recuperación económica y se obtuvieron cuatro años de continuo crecimiento con una tasa promedio interanual del 7,5%, mientras que el desempleo se mantuvo a niveles muy elevados (19,9% en 1976 y 15,6% en 1981).

En los esfuerzos para reestructurar el sector publico, al cual durante la administración de Allende se le habían incorporado más de 500 empresas, el régimen de Pinochet implementó un acelerado programa de privatización entre 1974 y 1978 lográndose para 1980 reducir el sector público a sólo 43 empresas, incluyendo un banco comercial. La política de liberalización orientada a promover una economía de mercado se comenzó eliminando la mayoría de los controles de precio que existían para finales de 1973. Dicha política incluyó además la desregulación de los mercados financieros y el comienzo de la liberalización comercial de un proceso que se extendió hasta los años 80 comprendiendo además la liberalización de las transacciones financieras internacionales.

Durante 1981-1982 de nuevo una combinación de factores internos y externos, incluyendo la recensión mundial, la alta sobre valuación del peso chileno, el incremento de las tasas de interés externas, la paralización del financiamiento externo como consecuencia de la crisis de la deuda, y el colapso de varias instituciones financieras como consecuencia de la radical liberalización de los mercados financieros domésticos sin el establecimiento de un marco regulatorio adecuado, pusieron fin a la bonanza de los años previos y la economía chilena sufrió entre 1982 y 1983 una reducción en su PIB real del 14,8%, generándose una tasa de desempleo que llego al 19,6% en 1982 y al 14,6% en 1983.

Con respecto a la crisis económica, en agosto de 1982, precisamente en el mes en que asumió como biministro de Hacienda y Economía Rolf Lüders el presidente mexicano José López Portillo intervino la banca privada y suspendió todas las operaciones, provocando la cesación de pagos por parte de dicho país. Esto implicó que la banca internacional, ante el miedo que el resto de los países asumieran la misma actitud, cortara los créditos hacia los países endeudados lo que afectó gravemente a las economías latinoamericanas. En Chile, en los primeros siete meses de 1982 entraron U$1.236 millones pero salieron por intereses y amortizaciones U$1.148 millones. Las reservas cayeron en U$1.000 millones y la demanda de divisas fue altísima. El FMI suspendió aquel mes un crédito al país por U$850 millones, pero la señal enviada al mercado era pésima ya que las fuentes de crédito externo, más sensibles por la crisis, también cortaron los flujos hacia Chile. El resultado fue un año 1982 con magros indicadores macroeconómicos: Crecimiento: -13,4% con respecto al 6,7% de 1981; Desempleo: 19,6% con respecto al 11,3% de 1981; Inflación: 20,7% con respecto al 9,5% de 1981.

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Las consecuencias de la crisis fueron una devaluación del peso que afectó gravemente a los deudores en dólares, entre los cuales se contaban los grandes grupos económicos tales como Vial y Cruzat-Larraín. Estos problemas pusieron en riesgo la estabilidad de los bancos que les prestaron dinero, e incluso en algunos casos eran propiedad parcial o total de los mismos afectados. Dos de estos bancos, el Chile y el Santiago, eran importantes centros financieros cuyo derrumbe podía significar una catástrofe económica para el país, pero la crisis financiera se hacía también extensiva a otras entidades tales como financieras y bancos de menor tamaño.

El Gobierno, temeroso que la deuda de dichos grupos con sus bancos relacionados creciera hasta hacerse inmanejable, decretó la sorpresiva intervención de la banca el 13 de enero de 1983, lo que significó intervenir a cinco de ellos, liquidándose dos y una financiera, además de decidir una administración provisional para otros. En forma simultánea se paralizaron por tres días las operaciones de la banca. Esto significó que las empresas de los diversos grupos también entraron en crisis debido a sus dificultades financieras y tener impedido el acceso a más recursos, lo que trajo en definitiva un verdadero terremoto financiero, quizás el más grave en la historia económica de Chile. También se pone en práctica de un sistema de subsidios para favorecer los deudores que habían asumido compromisos crédito en moneda extranjera durante la época de la tasa de cambio fijo.

Una segunda fase se desarrolló entre los años 1984 y 1985. La situación recesiva y sus efectos económicos generaron ciertas dudas acerca de las estrategias económicas de libre mercado y sobre la habilidad de los Chicago Boys para enfrentar la crisis, lo cual debilitó la credibilidad de Pinochet sobre estos tecnócratas y sus políticas económicas, al extremo que, en abril de 1984, destituyó a su cuarto ministro de hacienda, remplazándolo por Luis Escobar Cerda, un economista tradicional quien desde el primer momento trató de aplicar políticas proteccionistas al sector manufacturero y de implementar un agresivo programa de estímulos fiscales para estimular la economía. Todas estas medidas representaban un retroceso en los esfuerzos que se venían haciendo anteriormente, a fin de establecer el equilibrio fiscal y resolver serios problemas derivados de la crisis de la deuda y, a pesar de que las mismas generaron inicialmente una recuperación en el producto, la cual se manifestó en un incremento del 6.3% del PIB.

El ministro Escobar Cerda devaluó la Tasa de Cambio en septiembre de ese mismo año y elevó las tarifas aduaneras en un esfuerzo por provocar un cambio hacia el consumo local de bienes domésticos. Sin embargo, el resultado de sus políticas no fue del agrado de Pinochet, por ello fue remplazado en Febrero de 1985 por Hernán Buchi, quien a partir de entonces y a lo largo del resto del período de Gobierno aplicó un programa coherente de ajuste, recuperación y crecimiento económico con los resultados extraordinarios para la economía chilena. Dicho programa estuvo basado en un conjunto de políticas con orientación de libre mercado para promover las exportaciones no tradicionales y promover el ahorro y la inversión de domésticos, y para fortalecer los sectores industriales y financieros.

En la tercera fase entre los años 1985 y 1990, Hernán Buchi aplica las políticas macroeconómicas que se diferenciaron de las que se aplicaron en los años setenta por los primeros Chicago Boys, ya que la estrategia de Buchi no estuvo basada en las

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ideas ortodoxas neoliberales que pregonan el ajuste automático por el mercado y que al comienzo de 1980 generaron una fuerte sobre valuación de la moneda. Buchi por el contrario diseñó un conjunto de políticas macroeconómicas cuidadosamente monitoreadas para controlar sus resultados.

Algunas de las estrategias básicas implementadas por Buchi fueron18:

1. Una política fiscal y monetaria focalizada hacia la reorientación del gasto publico con énfasis en la inversión y no en el gasto corriente.

2. Reforma tributaria para incentivar el ahorro privado y la inversión.

3. La continuación de la activa política de tasas de cambio iniciada en 1982, la cual se fundamentó en una fuerte devaluación seguida por mini devaluaciones de acuerdo al comportamiento de la inflación.

4. La consolidación de las reformas estructurales con orientaciones de mercado, a través de la reconstrucción del sector financiero, del fortalecimiento de las regulaciones bancarias, la reducción de las tarifas de importación a un nivel uniforme del 15%, la promoción de las exportaciones mediante un conjunto de incentivos fiscales y una tasa de cambio real competitiva, y la privatización y recapitalización de las empresas e instituciones financieras que habían colapsado durante la crisis de 1982.

Estas medidas económicas seguidas del uso de una variedad de proyectos de conversión de la deuda, le permitió al país reducir su deuda externa en más de US$9.000.000.000 entre 1985 y 1990. Estas políticas al igual que las reformas básicas que se impulsaron durante el periodo 1975-1980, le produjeron al Gobierno de Pinochet un gran éxito económico.

Durante el ultimo periodo de ajustes (1985-1989) el PIB real aumentó a una tasa promedio de 6,2%; la inflación promedio fue de 19,8%; las exportaciones de bienes y servicios se diversificaron y expandieron a una tasa promedio anual de 10,5% representando el 29,4% del PIB en el año 1989, en comparación con 23,6% de 1980. Por otra parte el déficit fiscal se redujo de 4,3% del PIB en 1984 a cerca de cero en 1989.

Para enfrentar algunas de las consecuencias sociales de su programa económico, el Gobierno de Pinochet implementó algunas medidas de asistencia social basadas en un enfoque neoliberal, es decir, orientado a atender solamente las necesidades básicas de los más pobres, aquellos tradicionalmente marginados de los beneficios del Estado e incapaces de participar en la economía de mercado. Estas medidas no consideraban ninguna de las inversiones en el capital humano o para incrementar la capacidad de los más pobres para generar ingresos. Los principios que sustentaban la idea de enfocar la ayuda social hacia los mas pobres constituían parte integral de la filosofía de los Chicago Boys, los cuales consideraban la pobreza como “el resultado de las rigideces en la estructura social y de distorsiones en el funcionamiento del mercado”19, dificultades que pretendían solucionar no a través de cambios en el precepto económico y social existente, o mediante la intervención



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estatal, sino estrictamente identificando estos grupos de pobreza extrema y proveyéndole los bienes y servicios necesarios para mantener ese estándar de vida, sin mayores preocupaciones por la superación del mismo. Concordante a los principios neoliberales indicados precedentemente, las políticas sociales de Pinochet tenían como objetivo aumentar los servicios básicos para los más pobres, a la vez que simultáneamente se cortaban de manera drástica los programas estatales relacionados con la asistencia al resto de la sociedad, incluyendo la clase media y los trabajadores. En estos programas los servicios sociales fueron también rediseñados cambiando los juicios acostumbrados de los derechos ciudadanos por la idea de subsidios focalizados sólo hacia aquellos incapaces de mantenerse por si mismos, aplicando de una forma autoritaria, con lo cual se evitaba que los pobres y las comunidades participaran en la solución de sus propios problemas.

A pesar de lo limitado de estas políticas sociales, algunos indicadores expresaron resultados positivos en áreas determinadas seleccionadas en las cuales se desarrollan redes de seguridad social para los grupos de pobreza extrema tales como los programas para combatir la mortalidad infantil y la desnutrición, áreas en las cuales la posición de Chile comparada con los países de la región se mejoró sustancialmente entre 1975 y 1989. La tasa de mortalidad infantil que en 1960 era de 114 muertes por 100 niños nacidos se redujo en el año 1989 a 19 muertes por cada 100 niños.

En el Gobierno del General Pinochet se crearon nuevos sistemas de previsión y de salud privada, las AFP y las ISAPRES y se redujo el gasto social, especialmente en educación.

“Interesa por último destacar los aspectos principales de la institucionalidad económica que ha servido de fundamento al proceso de desarrollo económico que en forma continuada ha experimentado el país como la cautela del derecho de propiedad y el derecho a la propiedad; las condiciones para la acción empresarial del Estado que requiere de una votación de quórum calificado y además el sometimiento a la legislación común que afecta a las empresas; la libertad plena de asociación; la facultad exclusiva en materias económicas del Presidente de la República; la exigencia de la no discriminación y la presencia de un Banco Central autónomo e independiente que tiene como función específica la custodia del valor de la moneda.

Los estudiosos del desarrollo económico han concluido siempre que el fundamento de un proceso de expansión sostenida se encuentra en la fuerza de las instituciones. Son ellas las que hacen posible que la sociedad pueda mirar horizontes de largo plazo y sobre ellas adoptar las decisiones que hacen posible la creación de riqueza. La experiencia de Chile ha sido felizmente esa. Queda así de manifiesto una de las herencias del Régimen Militar”.20

C.- LA CONSTITUCIÓN DE 1980 Y EL CAMINO A LA DEMOCRACIA.

La Constitución de 1980 es uno de los legados más estables del Gobierno militar, sin perjuicio de que fue y sigue siendo discutida. Fue presentada por sus detractores como una “imposición de la dictadura”, que establecía un modelo económico liberal y un sistema que llamaron “un cesarismo presidencial bajo tutela militar”. El Gobierno, por su parte, destacaba su compromiso con la persona humana y las garantías

20 Revista Libertad y Desarrollo, N° 133, Agosto de 2003 (http://www.lyd.com/noticias/opiniones/Gobierno.html)

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individuales, además de ser una democracia protegida, para evitar el regreso a un modelo marxista por la vía legal.

La Constitución fue aprobada en un plebiscito el 11 de septiembre de 1980 por el 67,6% de la población en contra del 30,1% que la rechazó.

La oposición desde el comienzo cuestionó su validez, pues es claro que las condiciones de libertad electoral estaban restringidas. La Constitución había tenido un largo trámite pasando sucesivamente por una comisión ad hoc, la denominada “Comisión Ortúzar”; luego el Consejo de Estado en el que participó el ex Presidente Jorge Alessandri y que envió un borrador, que después fue modificado por la Junta de Gobierno. Estos cambios fundamentalmente tuvieron relación con la forma en que debía desarrollarse la transición y la situación de los Comandantes en Jefe, lo cual provocó la molestia del ex Jefe de Estado, quien renunció al Consejo al día siguiente del plebiscito a fin de no influir negativamente en su resultado. Finalmente, la Constitución fue aprobada y comenzó a regir el 11 de marzo de 1981, por un período de transición de 8 años, después de los cuales entraría en plena vigencia. El plebiscito, aunque no se decía expresamente, incluía la ratificación del General Pinochet como Presidente de Chile, también por otros ocho años.21

Una de las reformas sustanciales de la Constitución de 1980 es establecer que será Presidente quien obtenga la mayoría absoluta de los votos válidamente emitidos, y si nadie lo logra, se desarrollará una segunda vuelta, en uno de los avances democratizadores más importantes de la historia chilena. Desde el plebiscito presidencial de 1989 en adelante, el país ha observado la realización de cuatro elecciones presidenciales con varias novedades que han profundizado la participación política respecto a las desarrolladas entre 1925 y 1970. En primer lugar, han participado numerosos candidatos: tres en 1989, seis en 1993, otros seis en 1999 y cuatro el 2005 término, varios candidatos han sido novedosos, tales como humanistas y verdes, independientes de izquierda, de centro y de derecha, abriendo las alternativas. En tercer lugar, tres mujeres han sido candidatas presidenciales desde las elecciones de 1999, siendo elegida una de ellas (Michelle Bachelet Jeria) en la última elección presidencial, inaugurando una nueva característica de los procesos chilenos. En cuarto término, y esto es lo más importante, los cuatro presidentes de la Concertación han gozado de legitimidad democrática, por haber sido elegidos con la mayoría absoluta de los votos, más del 50% del electorado. En esto hay una diferencia sustancial con los Presidentes electos bajo la Constitución de 1925 que, como Gabriel González V., Jorge Alessandri y Salvador Allende, llegaron al poder con sólidas “minorías”; estos dos últimos con el 31,18% y 36,22% respectivamente.

El modelo económico impuesto en el Gobierno Militar fue protegido constitucionalmente. El texto de 1980 produjo una aumento de las libertades cotidianas, sobre todo mediante las actividades y materias que pasaron a ser parte de la libertad económica: la educación universitaria, los canales de televisión, la inversión publicitaria, la producción académica y editorial, por nombrar algunas. Por otro lado, la estabilidad de la propiedad y del modelo en general fue protegida con una legislación y mediante los mecanismos constitucionales correspondientes, vinculando estrechamente los conceptos de propiedad y libertad. Particularmente notoria es la

21 Ángel Soto Gamboa. ”El Gobierno de A. Pinochet 1973 1990” (http://biblioteca.uandes.cl/documentos/TablaContenido.asp?nombre=C:/www/biblioteca/documentos/ASoto.xml).

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defensa de los derechos fundamentales señalados en la Constitución, donde se considera también un recurso de protección para hacer efectivos esos derechos.

No está de más decir que el itinerario constitucional fue el que se llevó a cabo en la segunda mitad del Gobierno Militar y que los Gobiernos siguientes han actuado bajo el marco establecido en la misma constitución. Sin embargo, al cabo de los años, la Concertación ha logrado hacer la mayoría de las modificaciones constitucionales que deseaba, entre ellas cambiar el aspecto de garantes de la institucionalidad a las Fuerzas Armadas, inamovilidad de los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, los Senadores Designados y vitalicios, entre otras.

La década del 1980 marcó un cambio en varios sentidos. Desde luego estaba vigente una parte de la Constitución de 1980 y con ella el itinerario de transición a la democracia. También hubo una importante crisis económica mundial que puso en jaque al modelo chileno.

Otro tema de importancia se refiere la restitución de la “sociedad política” en Chile, que comenzó con el plebiscito constitucional y siguió con ocasión de la reorganización de la oposición y el inicio de las protestas masivas de principios de la década de los ochenta. Situación en que ciertos actores como, por ejemplo, el movimiento estudiantil y las organizaciones sindicales y gremiales fueron recuperando su presencia en la política nacional. Este activismo social apareció con las protestas de 1983-1986. Sin embargo, en el momento en que se desarrollaron las violentas manifestaciones callejeras, la participación de la clase media se apartó a otro tipo de participación, pues la oposición, tras vivir un período de aprendizaje político, optó por enfrentar al régimen con las mismas armas que éste le entregaba, básicamente dentro del esquema de la Constitución de 1980, y siempre bajo vías pacíficas de participación.

Efectivamente, para la oposición, la Constitución de 1980 era la culminación de una parte del proceso de institucionalización autoritaria, y en torno a este hecho se produjo una cierta re-politización en las altas esferas partidistas, aunque no se debe olvidar que ello se hacía en un momento muy favorable para el régimen, desde el punto de vista de sus logros económicos consecutivos por casi 5 años. Pero la crisis de 1981 y 1982 sacudió el aura de invencible del Gobierno Militar, lo que fue el detonante de una ola de protestas sociales, articuladas por el mundo sindical, estudiantil y político de la oposición, reflejo de un amplio espectro nacional.

Las protestas fueron jornadas de gran participación ciudadana, que en alguna medida recordaban la masiva oposición al Gobierno de la UP, aunque con nuevos tiempos y actores también distintos.

Muchos sectores opositores confundieron la situación con una crisis terminal, lo que significó que el Gobierno optara por una incipiente apertura. Pero el desastre económico producido por la crisis de la deuda no trajo la caída del régimen militar, pese a que la persistencia de las protestas mensuales presagiaba una inminente caída.

A medida que pasó el tiempo la percepción de la inminente caída del régimen cedió paso a un debate estratégico, aunque poco realista. La idea era que el proceso de movilizaciones era capaz, por sí solo, de crear una situación de ingobernabilidad o desestabilización del régimen que llevaría a que las Fuerza Armadas se

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desprendieran de Pinochet y negociaran con los civiles su retiro del poder. Para otros, era producir un colapso con un retiro automático de las Fuerza Armadas, donde los civiles llenarían el vacío de poder. Mientras que sectores más ligados al centro y la izquierda fueron llamados por el entonces Arzobispo de Santiago, Cardenal Juan Francisco Fresno, a negociar con el régimen en agosto y septiembre de 1983. Este impulso fracasó, pues plantearon que la salida de Pinochet era una condición para cualquier negociación, lo que era inviable para las Fuerza Armadas y para el cumplimiento del itinerario constitucional.

La oposición asumió la fórmula de la salida a Pinochet, Gobierno provisional y Asamblea Constituyente, declarando la ilegitimidad de la Constitución de 1980, al tiempo que llamaron a la movilización social.

Por parte del Gobierno, a comienzos de 1983 se designó una comisión, presidida por Sergio Fernández, para el estudio y propuesta de quince anteproyectos de leyes orgánicas que debían complementar el texto constitucional. La reacción fue que muchos dudaron de que el Jefe de Estado permitiera el restablecimiento de un régimen democrático con autoridades elegidas por el pueblo. Sin embargo, Pinochet se adhirió a la Carta Fundamental y al itinerario que ella contemplaba.

Desde ese punto de vista, la nueva institucionalidad se estructuró lentamente, impulsada por el Gobierno y a través de civiles preocupados por transitar a la democracia. En ese clima convulsionado de protestas, asumió en 1983 el Ministerio del Interior Sergio Onofre Jarpa, quien llevó adelante una apertura política que fortaleció al Gobierno en aquellos momentos difíciles de la crisis. La llamada “fórmula Jarpa”, pretendía adelantar las leyes políticas para que entrara en funcionamiento el parlamento antes de lo establecido. Sin embargo, la tesis que prevaleció fue la de avanzar en forma más lenta, aunque permitió abrir el camino del diálogo entre Gobierno y oposición. Estos diálogos se llevaron a cabo en agosto de 1983 a través de la conformación de la Alianza Democrática, que reunía a grupos pequeños de derecha, la DC, otros partidos de centro menores y algunos socialistas. Además se formaron el Movimiento Democrático Popular (socialistas, PC, MIR) y el Bloque Socialista (que intentaba más bien la unidad socialista e incluía a la Izquierda Cristiana y al Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU)).

A fines de 1983 se funda el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, organización armada que busca terminar con el Gobierno Militar. En septiembre de 1984 el Gobierno restableció el estado de sitio para aplacar el creciente movimiento opositor, la violencia y actos terroristas.

En agosto de 1985 surgió la más importante propuesta alternativa de transición política: el “Acuerdo Nacional para la transición a la plena democracia” (el Acuerdo), que tuvo su origen en gestiones de la Iglesia Católica, concretamente por el Cardenal Fresno, y una comisión compuesta por Fernándo Léniz, Sergio Molina y José Zavala (ex Presidente de la Unión Social de Empresarios y ejecutivos cristianos), a la que se sumaron actores de la oposición “democrática” y algunos partidarios del Gobierno Militar pero no de la continuidad del general Pinochet, y más proclives a acelerar la redemocratización del país. El Gobierno consideraba el Acuerdo como una maniobra de los políticos para desestabilizarlo y alterar el rumbo trazado por la Constitución, aunque lo peor era aparecer utilizando a la Iglesia para esos propósitos. Sin embargo,

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a la postre, el Acuerdo permitió un acercamiento entre las distintas corrientes políticas, tanto de Gobierno como oposición democrática. Por primera vez, se miró el futuro de Chile con la impresión de que tanto las opciones políticas como económicas que se debatían serían más moderadas que aquellas que generaron tantas divisiones en el pasado.

Tal como se señaló, la crisis económica golpeó fuerte al país. Algunos llamaron a terminar con el Gobierno militar en 1986, “el último año de Pinochet”. Pero el Gobierno siguió. En ese año, el 11 de agosto, se descubrió un cuantioso arsenal en la zona norte del país, Carrizal Bajo, internado de manera clandestina, proveniente de Cuba, destinado a ser usado contra el Gobierno. Época en que ya se había decidido intentar asesinar al primer mandatario. Esta idea se concretó con un ataque desarrollado el 7 de septiembre de ese año, cuando el brazo armado del Partido Comunista, el denominado Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) emboscó a la caravana en la que viajaba Pinochet. La operación falló, aunque murieron cinco escoltas del gobernante y el país se vio hondamente conmovido, pues la mayoría de los chilenos creía sin dudas en una transición pacífica, más allá de su adhesión u oposición al Gobierno. Este atentado y el descubrimiento del arsenal de Carrizal Bajo hicieron reaparecer las discrepancias políticas, haciendo perder la unidad y capacidad de convocatoria de la asamblea de la civilidad, la que operaba dada la necesidad de movilizaciones sociales y la incapacidad de acuerdo político entre partidos.

Desde el punto de vista del régimen, el período se caracterizó por la implementación de la institucionalidad que aseguraba el itinerario de la Constitución, con la promulgación de las leyes políticas complementarias a la Carta Fundamental (Ley de Partidos Políticos, Registros Electorales, Votaciones y Escrutinios, etc.). En lo económico, el Gobierno reaccionó introduciendo una serie de ajustes al modelo económico liberal, pero en ningún caso descartó sus fundamentos básicos. Así, en 1985, la economía iniciaba un proceso de notable recuperación, liderado por el Ministro de Hacienda Hernán Büchi.

A partir del período pre-plebiscitario, los partidos políticos fueron asumiendo de manera creciente el control de la discusión entre los diferentes sectores, lo cual generó de parte de los diferentes actores una fuerte preocupación ante la posibilidad de que sus intereses específicos se viesen paulatinamente sumergidos por la preponderancia de los objetivos político-partidarios. En ese sentido, al igual que en otras transiciones, parece posible que el peso propio de los nuevos movimientos sociales se evaporó en la medida que los partidos políticos fueron asumiendo un papel protagónico.

En el caso de la Iglesia Católica, ésta siguió siendo en los años ochenta un importante apoyo para los más pobres, aunque abandonó su papel de protectora de la oposición para permitir que los partidos políticos tomasen el papel principal. Cabe recordar que a lo largo de los setenta, fue esta institución la que ofreció ayuda a quienes sufrieron los costos del programa económico.

Tras el retorno de los partidos políticos la Iglesia siguió siendo un apoyo eficaz al proceso de transición, continuó exhortando a la unidad de las fuerzas opositoras y exigiendo, en la medida que se aproximaba, que el plebiscito fuese honesto y transparente. Así, en la medida que la transición cumplía sus etapas, la Iglesia se fue

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replegando hacia una postura cada vez más neutral, pero siempre velando por el carácter pacífico de la transición.

En medio de la resurrección de los partidos políticos es importante señalar que ellos llegaron a su punto más bajo a fines de los setenta, a pesar de ello, a partir de las protestas de 1983 fueron capaces de reactivar una interesante y vital cultura política. Sin embargo, la configuración política había cambiado, básicamente para construir dos fuerzas dominantes, en oposición a los tres tercios de 1970. La política quedó dividida entre los partidarios y antagonistas del Gobierno Militar: la derecha se hallaba dominada por Unión Nacional, el Frente Nacional del Trabajo (ambos más tarde en Renovación Nacional (RN)), la Unión Demócrata Independiente (de breve paso por RN, pero que continuaría como partido autónomo en democracia) y por el grupo nacionalista Avanzada Nacional (AN). La Democracia Cristiana (DC), originariamente partidaria, en su mayoría, del 11 de septiembre, derivó en la más importante voz de la oposición, imperando en la centro-izquierda. En tanto que algunos Socialistas más moderados, representados por el Partido Por la Democracia (PPD), competían entre ellos y con el Partido Comunista (PC) y el MIR, agrupados en el Partido Amplio de Izquierda Socialista (PAIS), por obtener la hegemonía de la izquierda. Sin embargo, tras esta aparente continuidad, y resultado del aprendizaje político que implicó la redemocratización, había cambios profundos, como la renovación de la DC (fundamentalmente en el plano económico) y de los socialistas, mientras que los comunistas tomaron posiciones más radicales.

Un hito central de la historia de Chile en el período fue la visita a Chile de Su Santidad el Papa Juan Pablo II quien llegó al país el 1° de abril de 1987 permaneciendo hasta el 6 del mismo mes. El Papa contaba con una inmensa popularidad en Chile, derivada de la tradición católica del país, pero también de la acción que le cupo en preservar la paz con Argentina, al promover acuerdos limítrofes que finalmente se llevaron a cabo. Un momento importante durante la visita fue la reunión con Pinochet a solas en el Palacio de Gobierno y el saludo que junto al primer mandatario dio, desde su balcón, a los miles de fieles reunidos que deseaban verlo.

En el plano internacional, el Gobierno militar tuvo desde el principio poderosos detractores. Desde luego, a través del bloque internacional del marxismo, pero también de países europeos de tradición democrática y, más tarde, incluso de los Estados Unidos (que había apoyado el derrocamiento de la Unidad Popular). Durante los 80, el ámbito internacional jugó un papel secundario, si se le compara con los procesos internos, aunque tuvo influencia. A lo largo de la década de los ochenta los Estados Unidos jugaron a favor de la oposición de una manera más limitada que en la época de Allende, pues se trataba de influir en Pinochet, pero no de derrocarlo. Así, a lo largo del proceso de transición, los Estados Unidos, junto a algunos países de Europa Occidental, establecieron un equilibrio entre una cierta satisfacción por el modelo económico y su crítica al carácter represivo que lo implementó. Entre todos contribuyeron al restablecimiento de la democracia, si bien de acuerdo a los plazos fijados por el Gobierno Militar.

Liderada por Patricio Aylwin Azócar y Ricardo Lagos Escobar, y apoyada por un amplio abanico político que incluyó a democratacristianos, socialistas, radicales, humanistas, verdes, liberales e independientes de centro, la oposición a Pinochet se unió en la denominada "Concertación de Partidos Políticos por el No", organización

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que triunfó en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988 y puso fecha de término al Gobierno militar.

Tras un proceso de negociación con todas las fuerzas políticas, que modificó la Constitución de 1980, el General Augusto Pinochet entregó el mando a su sucesor, Patricio Aylwin, el 11 de marzo de 1990

D.- CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO.

En el presente capítulo se ha visto en forma muy sucinta el período del Gobierno Militar, reflejado en los momentos previos a la intervención militar del 11 de septiembre de 1973, iniciando el relato desde el llamado tanquetazo del 29 de junio de 1973 y que fue liderado por el Coronel Roberto Souper, hecho que se consideró el primer intento de derrocar el Gobierno de la UP, pasando por las renuncias voluntaria y forzada de los Comandantes en Jefe del Ejército y la Fuerza Aérea, respectivamente, y todo lo que venía haciendo la UP para un enfrentamiento armado, con un arsenal que permitía enfrentar a las Fuerzas Armadas.

Queda claramente establecido el rol de la DC, la cual no rechazaba de plano la idea de Allende respecto al diálogo, pero lo hacía con condiciones que al Gobierno de la UP no le agradaban, lo que produjo que el día 31 de julio, cualquier posibilidad de dialogo se cerrara

Posteriormente se revisa, también en forma general la situación económica que hubo durante el Gobierno militar, donde se aprecia como en todo proceso la existencia de altos y bajos. Estos último, obviamente produjeron el descontento popular y al verse afectados seriamente en la crisis de 1982, comenzaron a protestar contra el Gobierno del General Pinochet. Esta actividad económica se revisa en tres fases de acuerdo a los Ministros que estuvieron a cargo de la cartera respectiva.

Posteriormente se revisa el proceso de la constitución y el camino a la democracia de acuerdo a lo previsto en la carta fundamental, la que fue escrita durante el Gobierno Militar, y que hasta el día de hoy sigue vigente, a pesar de las modificaciones que la Concertación a logrado conseguir.

En este capítulo se debe destacar lo constructivo del Gobierno Militar, que desde el 11 de septiembre de 1973, cuando las Fuerzas Armadas intervienen, hasta que el General Pinochet entrega el Gobierno al Presidente Aylwin se obtiene un país prospero e integrado, muy lejos de lo que se asumió al término de la UP. A pesar de que no se trató en el capítulo, no se debe olvidar y menos hacer vista al lado, y por lo tanto reconocer que se cometieron excesos, que el tema de los derechos humanos es una realidad. Pero no se debe opacar la obra e imagen del Gobierno Militar y sus logros, con los hechos y acciones de unos pocos, y la poca información objetiva existente hoy al respecto, que hacen que en algunos sectores de nuestra sociedad y en la juventud con poco acceso a la información exista una falsa imagen de “atrocidades y dictadura” que llevaron a este país a un caos peor que el de la UP.

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IV.- CONCLUSIÓN.

El presente Trabajo, buscó mediante una investigación bibliográfica analizar las causas que derivaron en la intervención militar del año 1973, oportunidad que el Gobierno de Salvador Allende Gossens es derrocado debido a situaciones que llevaron al país a un estado de caos interno.

Considerando que estos hechos son parte de la historia reciente de nuestro país, y que por el mismo motivo no existe bibliografía que narre los hecho bajo una perspectiva histórica objetiva, sino por el contrario, todavía se puede encontrar relatos, y no hechos históricos, que bajo una visión subjetiva y con clara inclinación para uno y para otro bando de los que participaron tanto en el Gobierno de la Unidad Popular como en el Gobierno Militar.

Por estos motivos, el análisis de las numerosas fuentes consultadas, principalmente en sitios de la Internet, no fue fácil, ya que se debe dejar de lado las creencias particulares y los juicios de valor, así como la simpatía que uno pueda tener hacia una tendencia política.

El trabajo se desarrolló, bajo mi apreciación, con espíritu de objetividad, tratando de revisar una variada cantidad de hechos, que por lo señalado precedentemente se narraron bajo dos perspectivas y cada una favoreciendo su sector. Son pocos los hechos con narraciones comunes.

De esta forma, una vez revisada la bibliografía, plasmando en este trabajo lo que consideré más importante, y que aún no me satisface, porque a juicio personal, este trabajo, por el tema elegido, debiese ser mucho más extenso; se puede estar en condiciones de contestar a la pregunta de investigación siguiente: ¿Por qué llegaron los militares al Gobierno el 11 de septiembre de 1973? Es necesario establecer si era evitable la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 y de ser así, Salvador Allende Gossens hubiese entregado el Gobierno para una salida pacífica al caos institucional reinante.

Una vez revisados los antecedentes se puede sostener que los militares llegaron al Gobierno porque la situación en el país se hacia insostenible, el Gobierno de la UP estaba siendo marginal a la constitucionalidad y no tenía las herramientas para el diálogo. La violencia fue escalando casi en forma exponencial año tras año de la UP, la inflación y debacle económica tenían a la sociedad sumida en una desesperanza y aflicción inmensa, lo que se incrementaba cada vez más con el desabastecimiento general mientras se sabía que los sectores de Gobierno y simpatizantes gozaban de todo tipo de privilegios. Como dijo Eduardo Frei M. “A nuestro juicio la responsabilidad íntegra de esta situación, y lo decimos sin eufemismo alguno, corresponde al régimen de la Unidad Popular instaurado en el país. Frente a estos hechos, naturalmente la Democracia Cristiana no podía permanecer en silencio. Era su deber, y lo cumplió, denunciar esta tentativa totalitaria que se presentó siempre con una máscara democrática para ganar tiempo y encubrir sus verdaderos objetivos. Eso fue lo que el país resistió”. Con la intervención militar…..“las Fuerzas Armadas, estamos convencidos, no actuaron por ambición. Más aún, se resistieron largamente a hacerlo”

Se establece el rol de la DC, la cual no rechazaba de plano la idea de Allende respecto al diálogo, pero lo hacía con condiciones que al Gobierno de la UP no le

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agradaban, ya que le ponía una condición previa: una tregua pacificadora. Esta a su turno, comprendía ciertos puntos concretos y ásperos para la UP: promulgar íntegra la reforma Hamilton-Fuentealba, devolver las industrias ocupadas, desarmar los grupos paramilitares. La DC, le pedía que aceptase ser intervenido por los militares. Ante todo esto el día 31 de julio, cualquier posibilidad de dialogo estaba cerrada

Queda establecido, que Allende no hubiese entregado el Gobierno, ya que su intención fue el dilatar la situación reinante para tener a sus simpatizantes en mejor grado de preparación para enfrentar una situación de acción bélica interna. Nunca se quiso reconocer el gran caos reinante buscando justificación a lo injustificable. Todo lo que Allende busco fue siempre retardar el fin y en caso de resultar el plebiscito que quería para septiembre sería su gran punta de lanza para la batalla política en caso de ganarlo. De lo cual no estaba seguro.

El accionar de las Fuerzas Armadas, permitió a la sociedad retomar el sueño de pensar que su país prosperaría, y se logró. El país entregado a Patricio Aylwn A., en 1990, era un país con una economía sólida y con un modelo que es empleado hasta el día de hoy. Se posee una Constitución que fue diseñada el año 1980 y que a pesar de sus retractores y modificaciones, se sigue utilizando, siendo modificada principalmente en su articulado referido a roles de las Fuerzas Armadas.

Como se señala anteriormente se debe destacar lo constructivo del Gobierno Militar, que desde el 11 de septiembre de 1973, cuando las Fuerzas Armadas intervienen, hasta que el General Pinochet entrega el Gobierno se obtiene un país prospero e integrado, muy lejos de lo que se asumió al término de la UP. Por eso no se debe opacar la obra e imagen del Gobierno Militar y sus logros, con los hechos y acciones de unos pocos, y la poca información objetiva existente hoy al respecto, que hacen que en algunos sectores de nuestra sociedad y en la juventud con poco acceso a la información exista una falsa imagen de “atrocidades y dictadura” que llevaron a este país a un caos peor que el de la UP.

El propósito del Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden era establecer en Chile las condiciones para el imperio de una sociedad de libertades. Fue la libertad, limitada sólo en virtud del orden de la moral, la que produjo las condiciones para el ejercicio de las responsabilidades individuales en todas las materias para las cuales éstas tenían facultades y competencias, reservándose el Estado el rol de custodio del Bien Común.

Arturo Fontaine Talavera afirmó en El Mercurio (Santiago, 12 de enero de 2003), en apoyo a las palabras del entonces Comandante en Jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre Espinosa, “que el Ejército y en general las FFAA no deben asumir como parte de su doctrina permanente la legitimidad de la intervención militar de 1973, ya que de hacerlo, pondrían en peligro su naturaleza de fuerzas nacionales. Las circunstancias y motivos que dieron origen al derrocamiento de Salvador Allende pertenecen a la historia reciente de nuestro país, inserta en un ámbito de guerra fría y, en definitiva, constituye materia de estudio para analistas e historiadores”. El propio Fontaine señaló: “No puede exigirse hoy a los conscriptos ni a los soldados ni a los oficiales obediencia a una determinada interpretación institucional al respecto. Se trata de una decisión prudencial cuya discusión compete a los historiadores y, por cierto, a los ciudadanos; pero no a los militares actuales

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en cuanto tales. El golpe es y será, creo, un hecho controvertido. El Ejército no puede pretender congelar lo que fue su posición en ese preciso momento histórico”.22

22 Ángel Soto Gamboa.”El Gobierno de A. Pinochet 1973 1990” (http://biblioteca.uandes.cl/documentos/TablaContenido.asp?nombre=C:/www/biblioteca/documentos/ASoto.xml).

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ACRÓNIMOS.

AFP: Administradora de Fondos de Pensiones.

AN: Avanzada Nacional.

API: Acción Popular Independiente.

CEPAL: Comisión Económica Para América Latina y El Caribe.

CORFO: Corporación de Fomento de la Producción.

CUT: Central Unitaria de Trabajadores.

DC: Democracia Cristiana.

DIRINCO: Dirección de Industria y Comercio.

ENU: Escuela Nacional Unificada.

FACH: Fuerza Aérea de Chile.

FF.AA.: Fuerzas Armadas.

FMI: Fondo Monetario Internacional.

FOCH: Federación Obrera de Chile.

FPMR: Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

GAP: Grupo de Amigos Personales.

ISAPRE: Instituciones de Salud Provisional.

JAP: Junta de Abastecimientos y Precios.

MAPU: Movimiento de Acción Popular Unitario.

MCR: Movimiento Campesino Revolucionario.

MIR: Movimiento de Izquierda Revolucionario.

PAIS: Partido Amplio de Izquierda Socialista.

PC: Partido Comunista.

PIB: Producto Interno Bruto.

PIR: Partido Izquierdista Radical.

POS: Partido Obrero Socialista

PPD: Partido por la Democracia.

PS: Partido Socialista.

RN: Renovación Nacional.

SNA: Sociedad Nacional de Agricultura.

SOCOAGRO: Sociedad de Comercialización Agrícola.

SOFOFA: Sociedad de Fomento Fabril.

UDI: Unión Demócrata Independiente.

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UP: Unidad Popular.

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REFERENCIAS

I. BIBLIOGRÁFICA

A. LIBROS

1. Augusto Pinochet Ugarte, “El Día Decisivo”, Editorial Estado Mayor del Ejército, Santiago de Chile, 1985.

2. Ejército de Chile. “La verdad histórica”. Editorial Estado Mayor del Ejército. Biblioteca del Oficial 1986.

3. Augusto Pinochet Ugarte. “Camino recorrido, memorias de un soldado”. Editorial IGM, 1991.

4. Arturo Castillo V. “La verdad olvidada del terrorismo en Chile 1968-1996". Editorial MAYE. 2007.

B. DOCUMENTOS

1. Daniel Neira. “Análisis económico de los gobiernos chilenos 1964-2000”.

2. Jaime Urrutia M. “Chile bajo la Unidad Popular”

3. Javier Pinedo. “Conservadores chilenos y su oposición a las reformas neoliberales de Pinochet”

4. Salvador Allende G. “Intervención parlamentaria. Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, legislación ordinaria. Sesión 34, 6 de enero de 1970”.

5. Ángel Soto G. “El Gobierno de Augusto Pinochet Ugarte 1973-1990”

6. Mario Garcés D. “El movimiento popular, la Unidad Popular y el golpe”

C. OTRAS PUBLICACIONES

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2. Miguel Silva, "Los mil días de la Unidad Popular", memorial de Ejército de Chile Nº 475, de julio 2005.

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Trabajo Tesina Desde La Unidad Popular Al Gob. Militar

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