TRANSFORMACIONES TERRITORIALES EN LOS ECOSISTEMAS ESTRATÉGICOS DEL VALLE DE … · 2017. 3. 7. ·...

CORANTIOQUIA - Transformaciones Territoriales en los Ecosistemas Estratégicos en el Valle de Aburrá.

La Cuchilla El Romeral.

Centro de Investigaciones Sociales y Humanas - Universidad de Antioquia. E-mail: [email protected] Ciudad Universitaria. Bloque 9 oficina 250. Teléfono: 2105755 Fax: 2105756. A.A. 1226 Medellín – Colombia

TRANSFORMACIONES TERRITORIALES EN LOS ECOSISTEMAS

ESTRATÉGICOS DEL VALLE DE ABURRA. LA CUCHILLA EL ROMERAL

PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA

LABORATORIO DE ARQUEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA

CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIALES Y HUMANAS

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

MEDELLIN, JULIO DE 2000




EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

DIRECTOR:

Antropólogo. Luis Carlos Cardona V.

ASISTENTE:

Antropólogo. Luis Eduardo Nieto A.

AUXILIAR:

Antropólogo. Marco Fidel Hernández Q.

REVISIÓN DE FUENTES DOCUMENTALES:

Antropólogo. Juan Carlos Alvarez S. Strata Ltda.

SISTEMA DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICO:

Antropólogo. Iván Darío Espinosa. Strata Ltda.

ANALISIS DE POLEN:

Geólogo - Palinólogo. Alexis Jaramillo. Palinología y Estudios Palinológicos

ANALISIS DE SUELOS:

Instituto Geográfico Agustín Codazzi. IGAC.

ANALISIS DE RADIOCARBÓN

Beta Analytic Inc.

FOTOS:

Luis Carlos Cardona V.

Luis Eduardo Nieto A.

Marco Fidel Hernández Q.

ESCANNER DE FOTOS:

Alexis Restrepo M.




AGRADECIMIENTOS

Quiero expresar mis sinceros agradecimientos, a todas aquellas personas e instituciones que

de alguna manera colaboraron para que se desarrollara este trabajo.

En CORANTIOQUIA, al doctor Norberto Vélez, quien desde la dirección ha creado un

espacio importante en pro de la conservación y puesta en valor del patrimonio histórico y

cultural del departamento de Antioquia. A Gonzalo Castro H. y Mauricio Obregón C.

quienes en su papel de interventores, generaron un ambiente de colegaje, que redundo en el

desarrollo normal de este trabajo.

En el Centro de Investigaciones Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia, a su

directora, doctora Priscilla Burcher y al personal administrativo.

En el laboratorio de Arqueología y Antropología a su directora, Neyla Castillo, en quien he

encontrado siempre un voto de confianza y estímulo. A los demás colegas de esta

institución con quienes comparto el espacio de investigación, el cual proporciona, con su

presencia, un buen clima de trabajo que nos permite contar con sus diferentes

apreciaciones; especialmente a Carlos Eduardo López C. y Alexis Restrepo M.

En el departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia, al profesor Gustavo

Santos Vecino y a sus alumnos del curso “técnicas de investigación Arqueológicas”, del

semestre académico 2000 - 1. Su participación en campo, resultó una ayuda invaluable,

para la realización, en corto tiempo, de los sondeos sistemáticos y cortes estratigráficos en

los sitios seleccionados para tales actividades. En la fase de laboratorio, también brindaron

una valiosa colaboración en el proceso de lavado y marcado del material cerámico

recuperado.

A mis colegas Luis Eduardo Nieto y Marco Fidel Hernández. Su participación en todos los

aspectos de este trabajo, fue de vital importancia para la culminación del mismo.

Al Antropólogo Gefrey Hernández por su colaboración y disposición en la coordinación y

montaje de la charla con la comunidad, en el Corregimiento de San Antonio de Prado.

A María Elena, Natalia y David. Necesitan mucho más del tiempo del que les dedico. Su

comprensión y afecto han sido vitales.

A los trabajadores en campo, Javier Gustavo Fernández y Mario Giraldo. Su buena

disposición para realizar los muestreos, posibilitó la cobertura espacial esperada.

Al conductor Juan Fernando Muñoz. Su disponibilidad permanente e interés por los

“asuntos arqueológicos”, generaron un buen clima de trabajo.

El Director.




INTRODUCCIÓN

El área de estudio, por su cercanía a los cascos urbanos de los municipios de la Estrella,

Caldas, Medellín y el corregimiento de San Antonio de Prado, soporta una gran presión, la

cual va en detrimento de los recursos ambientales. Para frenar tales acciones, se está en

proceso de ser declarada “Reserva Forestal Protectora”, con una área de 5.171 hectáreas por

parte de la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia. Lo anterior implica,

destinar el área a implementar una zona de investigación permanente, donde se estudie,

conserve y difunda el patrimonio histórico, arqueológico, cultural y natural.

Para el programa de recuperación del patrimonio histórico y cultural, CORANTIOQUIA,

contrató al Centro de Investigaciones Sociales y Humanas (Laboratorio de Arqueología), de

la Universidad de Antioquia, para realizar la primera fase, denominada prospección

arqueológica.

El presente informe contiene los resultados de la prospección arqueológica realizada en el

área destinada a “Reserva Forestal Protectora” en la cuchilla El Romeral. El área de estudio

es la parte alta de la cuchilla el Romeral, entre las cotas altitudinales 2000 a 2650 m.s.n.m.,

la cual corresponde a la misma que será destinada como reserva. Dicha área, está localizada

hacia la parte sur occidental del Valle de Aburrá.

La prospección se realizó con la metodología denominada “Reconocimiento Regional

Sistemático”, la cual ha sido aplicado en nuestro país, por Drennan y Jaramillo en el Valle

de la plata; Jaramillo et, al, en el sur - este de Antioquia, entre los municipios de La Unión

y La Ceja, enmarcado en la evaluación del potencial arqueológico en el proyecto

hidroeléctrico Guaico; por Langebaek, en el altiplano oriental y por Langebaek, et al, en

proyectos en marcha en el Valle de Aburrá y cerro Padre Amaya en el contexto del mismo

Valle.

El reconocimiento regional sistemático, es una metodología de prospección arqueológica,

diseñada para responder preguntas sobre aspectos relacionados con la dinámica de cambio

social sufrida por las sociedades a través del tiempo. Los aspectos básicos sobre los cuales

se plantean los análisis corresponden a patrones de asentamiento, acceso a recursos y

dinámica poblacional.

La prospección en la cuchilla el Romeral arrojó como resultado la identificación y

recuperación de vestigios arqueológicos consistentes en fragmentos cerámicos y líticos, así

como depósitos de suelos oscuros con contenidos culturales (fragmentos de utensilios

cerámicos), elaborados y usados por grupos humanos que desarrollaron actividades en el

área de estudio antes de la llegada de los españoles.




TRANSFORMACIONES TERRITORIALES EN LOS ECOSISTEMAS

ESTRATÉGICOS DEL VALLE DE ABURRA. LA CUCHILLA EL ROMERAL

PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA

ANEXOS

LABORATORIO DE ARQUEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA

CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIALES Y HUMANAS

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

MEDELLIN, JULIO DE 2000




1

TABLA DE CONTENIDO

1. CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS DEL ÁREA DE ESTUDIO .................................................. 5

1.1 EL CONTEXTO GEOGRÁFICO REGIONAL .............................................................................................. 5

1.2 EL VALLE DE ABURRÁ ........................................................................................................................ 5

1.2.1 El Área de Estudio - Ubicación ................................................................................................. 6

1.2.2 Delimitación del Área de Estudio .............................................................................................. 7

1.2.3 Reseña Geográfica del Área de Estudio ................................................................................... 7

1.2.4 Geología ..................................................................................................................................... 8

1.2.5 Suelos ......................................................................................................................................... 8

1.2.6 Geomorfología y Suelos ............................................................................................................. 9

1.2.7 Hidrología .................................................................................................................................12

1.2.8 Clima .........................................................................................................................................12

1.2.9 Cobertura Vegetal .....................................................................................................................13

1.2.10 Fauna ........................................................................................................................................13

2. EL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO REGIONAL ............................................................................14

2.1 RESEÑA ARQUEOLÓGICA DEL VALLE DE ABURRÁ ................................................................................15

2.1. 1 La Fase Ferrería .........................................................................................................................16

2.1.2 Fase Pueblo Viejo ........................................................................................................................17

2.1.3 Período Tardío .............................................................................................................................18

2.2 RESEÑA ARQUEOLÓGICA DE LA VERTIENTE DEL RÍO CAUCA ...............................................................21

2.3 LA CRONOLOGÍA ...................................................................................................................................24

2.3.1 El Primer Grupo de Fechas..........................................................................................................28

2.3.2 El Segundo Grupo de Fechas .......................................................................................................29

3. OBJETIVOS DEL PROYECTO ............................................................................................................33

3.1 OBJETIVO GENERAL ...............................................................................................................................33

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS ........................................................................................................................33

4. ASPECTOS CONCEPTUALES ............................................................................................................35

4.1 PATRONES DE ASENTAMIENTO ..............................................................................................................35

4.2 DEMOGRAFÍA .......................................................................................................................................36

4.3 MEDIO AMBIENTE .................................................................................................................................38

4.3 PALINOLOGÍA ........................................................................................................................................40

4.5 EL CAMBIO SOCIAL ...............................................................................................................................45

5. DIMENSIÓN O ESCALA DE LA INVESTIGACIÓN ......................................................................47

5.1 ORGANIZACIÓN SOCIAL ........................................................................................................................51

5.2 ORGANIZACIÓN POLÍTICA .....................................................................................................................51

5.3 PRODUCCIÓN E INTERCAMBIO ...............................................................................................................52

5.4 LA GUERRA ...........................................................................................................................................54

6. EL RECONOCIMIENTO REGIONAL SISTEMÁTICO ...................................................................55

6.1 METODOLOGÍA.......................................................................................................................................55

6.2 RESULTADOS DEL RECONOCIMIENTO ....................................................................................................57

6.3 INTERVENCIONES ESTRATIGRÁFICAS .....................................................................................................61

6.3.1 Sitio CR009 “La Milagrosa” ........................................................................................................62 6.3.1.1 Los Sondeos .............................................................................................................................................62

6.3.1.2 El Corte ...................................................................................................................................................62

6.3.1.3 Pedoestratigrafía.......................................................................................................................................63

6.3.1.4 Los Materiales .........................................................................................................................................65

6.3.2 Sitio CR002 “La Argentina” .........................................................................................................68




2

6.3.2.1 Los Sondeos ............................................................................................................................................68

6.3.2.2 El Corte ..................................................................................................................................................69

6.3.2.3 Pedoestratigrafía......................................................................................................................................69

6.3.3 Sitio CR023 “Horizontes” ......................................................................................................77 6.3.3.1 Los Sondeos ............................................................................................................................................77

6.3.3.2 El Corte ...................................................................................................................................................77

6.3.3.3 Pedoestratigrafía.....................................................................................................................................77

7. LOS MATERIALES ...............................................................................................................................89

7.1 LA CERÁMICA .......................................................................................................................................89

7.1.1 El Estudio de la Cerámica de Romeral ......................................................................................90

7.1.2 La Muestra .................................................................................................................................90

7.1.3 La Clasificación ..........................................................................................................................91

7.1.4. Características de los Grupos .....................................................................................................97

7.1.5 Distribución de los Grupos en los Sitios ..................................................................................100

7.1.6 Lapso Cronológico 1 .................................................................................................................103

7.1.7 Lapso Cronológico 2 .................................................................................................................108

7.2 LOS LÍTICOS ........................................................................................................................................110

7.2.1 La Muestra .................................................................................................................................110

7.2.2 Organización Tecnológica .........................................................................................................110 7.2.2.1 Los Atributos como Referentes de Análisis ...........................................................................................111

7.2.3 Análisis Funcional..................................................................................................................111 7.2.3.1 Utilización ...............................................................................................................................................111

7.2.3.2 Esquema y Descripción de Procedimientos Especializados ...................................................................111

7.2.4 El Material Lítico de Romeral ................................................................................................112 7.2.4.1 Caracterización ......................................................................................................................................113

8. ASPECTOS ESPACIALES ..................................................................................................................118

8.1 LOS PERÍODOS CRONOLÓGICOS ...........................................................................................................118

8.1.1 Lapso Cronológico 1 ..............................................................................................................119

8.1.2 Lapso Cronológico 2 ...............................................................................................................119

8.2 PATRONES DE ASENTAMIENTO Y GEOMORFOLOGÍA ............................................................................119

8.3 PATRONES DE ASENTAMIENTO Y JERARQUÍA DE SITIOS ......................................................................121

8.4 PATRONES DE ASENTAMIENTO Y ACCESO A RECURSOS ......................................................................125

8.5 DINÁMICA POBLACIONAL ...................................................................................................................127

9. CONSIDERACIONES FINALES ..........................................................................................................129

11. RECOMENDACIONES ...................................................................................................................131

BIBLIOGRAFIA ...........................................................................................................................................135

ANEXOS

Anexo 1: Revisión de Fuentes Históricas (Texto impreso) (Base de datos - Diskette)

Anexo 2: Análisis de Polen

Anexo 3: Análisis de Suelos

Anexo 4: Licencia de Excavación

Anexo 5: Divulgación

Anexo 6: Resultados de análisis de Carbón

Anexo 7: Fichas de registro de Sitios y Lotes Arqueológicos

Anexo 8: Base de Datos - Análisis Cerámico




3

LISTA DE TABLAS

2.1 Lista de fechas

2.2 Lista de Fechas por intervalos

6.1 Inventario de sitios

6.2. Frecuencia de artefactos líticos Sitio CR009 “La Milagrosa”

6.3 Zonas de polen Sitio CR002 “La Argentina”

6.4 Frecuencia de artefactos líticos Sitio CR023 “Horizontes”

6.5 Zonas de polen Sitio CR023 “Horizontes”

7.1 Tabla de Contingencia grupos de pasta – acabado de la superficie

7.2 Tabla de Contingencia grupos de pasta – color de la pasta

7.3 Tabla de Contingencia grupos de pasta – dureza

7.4 Tabla de Contingencia grupos de pasta – textura

7.5 Tabla de Contingencia grupos de pasta – grosor

7.6 Frecuencias de grupos de pasta por sitios y lotes

7.7 Sitios Asociados Ferrería

7.8 Sitios Asociados Pueblo Viejo

7.9 Sitios Asociados Lapso Cronológico 2. Tardío

7.10 Frecuencias del Material Lítico por Sitios, Horizonte y Niveles

7.11 El Material Lítico de Romeral

8.1 Area y densidad cerámica por ocupaciones

LISTA DE GRÁFICOS

2.1 Intervalos de fechas radiométricas

6.1 Frecuencia relativa de cerámica por horizontes. Sector con suelo enterrado. Sitio

CROO9 – “La Milagrosa”

6.2 Frecuencia relativa de cerámica por horizontes. Sector sin suelo enterrado. Sitio

CROO9 – “La Milagrosa”

6.3 Frecuencia relativa de cerámica por horizontes. Sector con suelo enterrado. Sitio

CROO2 – “La Argentina”

6.4 Frecuencia relativa de cerámica por horizontes. Sector sin suelo enterrado. Sitio

CROO2 – “La Argentina”

6.5 Frecuencia relativa de cerámica. Sitio CR023 “Horizontes”

6.6 Frecuencia relativa de cerámica. Sector sin suelo enterrado. Sitio CR023

“Horizontes”

7.1 Plano factorial con 9 categorías

8.1 Dispersión sitios Ferrería de acuerdo al rango

8.2 Dispersión sitios Pueblo Viejo de acuerdo al rango

8.3 Dispersión sitios Tardíos de acuerdo al rango




4

LISTA DE FOTOS

6.1 Perfil Corte 1 Sitio CR009 “La Milagrosa”

6.2 Panorámica del Sitio CR002 “La Argentina”

6.3 Sondeos en el Sitio CR002 “La Argentina”

6.4 Perfil Corte 1 Sitio CR002 “La Argentina”

6.5 Perfil sur Corte 1 Sitio CR023 “Horizontes”

6.6 Perfil este Corte 1 Sitio CR023 “Horizontes”

7.1 Cerámica Ferrería. Sitios: CR002, CR004, CR010 y CR011

7.2 Cerámica Pueblo Viejo. Sitios: CR005, CR009 y CR010

7.3 Cerámica Tardía. Sitios: CR013, CR014 y CR023

7.4 Artefacto con microhuellas en forma de pluma; usado en actividades de raspado

Sitio: CR009.

7.5 Artefacto con microhuellas en forma de media luna y bisagra; usado en actividades

de corte - Sitios: CR023 y CR009.

7.6 Artefacto con microhuellas en forma de escalón usado en actividades de aserrado -

Sitios: CR009; CR018; CR023

LISTA DE MAPAS

1.1 Área de Estudio

8.1 Área de Estudio con Lotes identificados

8.2 Lotes Asociados a la ocupación Ferrería

8.3 Lotes Asociados a la ocupación Pueblo Viejo

8.4 Lotes Asociados a la ocupación Tardía




5

1. CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS DEL ÁREA DE ESTUDIO

1.1 El Contexto Geográfico Regional

La región comprende el segmento de la cordillera central que se interna en el territorio del

departamento de Antioquia a partir del páramo de Arboleda, denominado macizo central

Antioqueño. En la parte media de este macizo se encuentra el valle del río Medellín, el cual

nace en el alto de minas, al sur de la ciudad de Medellín y desciende atravesando la parte

central del Valle de Aburrá en dirección Noreste hacia la localidad de Porcesito, en donde

cambia el nombre por río Porce (Cadavid, 1998 En: Cardona, 1995:23).

La cordillera Central está compuesta generalmente por pizarras cristalinas en su mayor

parte del paleozoico. Hacia finales del cretáceo, el Batolito Antioqueño penetró en el

extremo norte de la cordillera provocando, a lo largo de la zona de contacto, una

mineralización intensiva especialmente en vetas de cuarzo. Dentro de un periodo geológico

reciente, los procesos de geodinámica interna de la cordillera central, hacen que su extremo

norte se levante a alturas de más de 2.400 metros, lo que provocó que el río Porce formara

una estrechura, dividiendo el batolito en dos secciones (EEPPM, 1998 En: Cardona,

1995:24).

El cambio de clima ocurrido durante el levantamiento de la cordillera, llevó a que los

materiales, en su mayoría, se meteorizaran en un ambiente tropical. Estos materiales, pardo

- rojizos, son frecuentes en muchas áreas de la cordillera. De otro lado, los movimientos

tectónicos han producido cambios en la cordillera central desde su formación, así como los

procesos orogénicos: erosiones aluviales y grandes desprendimientos de masas (Ibid: 25).

1.2 El Valle de Aburrá

En el contexto geográfico del occidente colombiano, el río Medellín se extiende

longitudinalmente por el macizo central en el departamento de Antioquia, constituyendo la

cuenca intermedia entre los dos valles interandinos más importantes del occidente de

Colombia como son los de los ríos Magdalena y Cauca. El río nace en el alto de minas a

una altura de 1770 m.s.n.m. a partir de las confluencias de las quebradas San Miguel,

Cañadahonda y La Clara. Tiene un recorrido de sur a norte de 271 Km., 40 Km. aguas

abajo de la ciudad de Medellín recibe las aguas del río grande y desde allí toma el nombre

de río Porce. Posteriormente en el caserío de dos bocas se une con el río Nechí, nombre con

el cual continúa hasta su desembocadura en el río Cauca (Castillo, 1995:52).

El valle separa las mesetas de Santa Rosa de Osos (al occidente), y la de Rionegro (al

oriente). En el curso superior desde su nacimiento hasta el municipio de Barbosa recibe el

nombre de Valle de Aburrá, el cual presenta dos estrechamientos bien definidos llamados

ancón norte y ancón sur, localizados en jurisdicción de los municipios de Copacabana y

Caldas respectivamente (Ibid:52-53).




6

Las montañas que lo rodean, alcanzan alturas hasta de 2.800 metros, es decir unos 1000

metros sobre el fondo del valle. En las partes mas altas se identifica un paisaje de colinas

erosionales, con cimas redondeadas, desarrolladas en saprolitos de rocas. Hacia el sector

occidental el basamento de estas colinas esta conformado por rocas del Stok de Altavista y

de la formación Quebrada Grande (Ibid:55). En la vertiente oriental, parte central, se

distingue, en los sectores mas altos, un paisaje conformado por colinas erosionales en

dunita serpentinizada (CEAP, 1996).

Un segundo paisaje está conformado por pequeños valles coluviales y abanicos aluviales

formados por numerosas quebradas que atraviesan el valle. El carácter torrencial de muchas

de las corrientes en épocas lluviosas propician la formación de depósitos diluviales

(Castillo, Op. cit.:55).

Un tercer paisaje está conformado por montañas erosionales disectadas por las quebradas

que atraviesan el valle en sentido Oeste - Este; presentan laderas largas de pendientes

pronunciadas y cimas largas de pendientes suaves (Ibid).

Un cuarto paisaje esta conformado por depósitos coluviales con pendientes de moderadas a

muy suaves, las cuales se encuentran en su mayor parte urbanizadas. La llanura aluvial,

constituye un quinto paisaje, en ella, sobresalen dos cerros, El Volador y Nutibara (Ibid:53-

55).

1.2.1 El Área de Estudio - Ubicación

El sistema montañoso “El Romeral”, se localiza en la cordillera central, en el extremo sur

del Valle de Aburrá. Comienza en el Alto La Cima a 2050 m.s.n.m, en jurisdicción del

municipio de Caldas, y termina en el Alto Las Cruces a 2.400 m.s.n.m, en territorio de los

Municipios de Heliconia y Medellín (HOLOS Ltda, 1997:21).

Su longitud total es de 18 Km. de largo por 10 Km. de ancho, aproximadamente; dicha área

se constituye en el límite político administrativo de los municipios de Heliconia y

Angelópolis por el occidente; y Caldas, La Estrella y Medellín por el oriente (Ibid). El área

correspondiente a cada uno de estos municipios es la siguiente:

Angelópolis: 12.7 Kilómetros

Heliconia: 15 Kilómetros

Caldas: 3.2 Kilómetros

La Estrella: 5.3 Kilómetros

Medellín: 5.7 Kilómetros

Presenta una orientación sur - norte, entre las coordenadas planas X: 1’152.000 a

1’160.000; Y: 1’165.000 a 1’177.000 (Ibid).

Además de las alturas arriba reseñadas sobresalen otras como El Roble a 2450 m.s.n.m, La

Culebra a 2600 m.s.n.m, Alto El Romeral a 2800 m.s.n.m, El Silencio a 2750 m.s.n.m, y




7

Cuchilla El Romeral a 2600 m.s.n.m (Ibid:22).

1.2.2 Delimitación del Área de Estudio

Para efectos de la presente investigación y considerando como factor principal, el grado de

ocupación e intervención humana actual sobre el paisaje y los límites estipulados en la

declaración de área de reserva forestal de enero de 1998 (HOLOS, LTDA, 1997)1, se

propuso inicialmente, como área para el muestreo arqueológico (área de estudio), el sistema

montañoso de Romeral comprendido entre las cotas 2000 m.s.n.m., en la vertiente

Occidental y 2200 en la vertiente Oriental. En consecuencia, el limite Sur está constituido

por la cota 2000 m.s.n.m. y el Norte por el “Abra del Chuscal” localizada en la cuenca de

la Quebrada Larga, afluente de la quebrada Doña María, en cercanías del alto El Chuscal,

del cual recibe el nombre (Norberto Vélez, comunicación personal). De acuerdo con los

límites anteriores el área en referencia se localiza entre las coordenadas planas X:

1’165.000 a 1’177.000 (según términos de referencia); Y:1’152.000 a 1’158.000. En la

vertiente oriental, no se incluye un área de aproximadamente 13.5 Km2, muestreada durante

la ejecución del proyecto “Prospección arqueológica en el Valle de Aburrá y sus

ecosistemas estratégicos”, realizado por la firma Strata Ltda. en unión temporal con el

Departamento de Antropología – CESO – de la Universidad de los Andes. La no inclusión

de tal área obedece a la idea de evitar un sobremuestreo.

Posteriormente y de acuerdo con el avance del trabajo de campo en el que se observó que

la geomorfología en la vertiente oriental presentaba mayores potenciales para la ocupación

humana prehispánica por debajo de la cota 2200, se decidió bajar el límite en esta margen a

la cota 2000 (Mapa 1.1 Zona de muestreo).

1.2.3 Reseña Geográfica del Área de Estudio

El identificar las características medioambientales más sobresalientes, en la cuchilla El

Romeral, permitió la delimitación de áreas con distintos potenciales para la actividad

agrícola y así, evaluar los patrones existentes en la relación hombre medio ambiente. En

otras palabras se trata de especificar con el mayor detalle posible la información, geológica,

geomorfológica, pedológica y climática, ya que la determinación de las zonas aptas para la

agricultura incluyen un gran número de factores, como el tipo de suelos, el relieve, el clima,

las precipitaciones, el tipo de plantas cultivadas y la información sobre patrones de uso de

la tierra. El propósito general es suministrar una información que posibilite analizar el

potencial agrícola del área de estudio, que nos permita determinar si los asentamientos

estuvieron localizados de manera que pudieran aprovechar el acceso a las tierras fértiles

(Langebaek, 1995:50).

1 El área en cuestión de la cordillera El Romeral fue declarada zona de reserva ecológica mediante acuerdos

de los municipios con jurisdicción sobre la cuchilla El Romeral: Acuerdo número setenta y cinco (75), del

16 de julio de 1996 del municipio de Caldas. Acuerdo número cero dos (02), del 15 de marzo de 1996 del

municipio de La Estrella. Acuerdo número treinta y ocho (38), del 1 de diciembre de 1996 del municipio

de Angelópolis.




8

En un contexto geográfico amplio, la cuchilla El Romeral hace parte de las últimas

vertientes erosionales del Altiplano Norte hacia el costado suroccidental, que junto con las

unidades fisiográficas del Alto la Humareda, el Cerro Padre Amaya y la Cuchilla de las

baldías, conforman el cinturón montañoso que separa el Valle de Aburrá de la subregiones

Suroeste y Occidente del departamento de Antioquia, además de constituirse en la divisoria

de aguas de los ríos Cauca y Medellín - Porce (HOLOS Ltda, Op. cit.:3).

1.2.4 Geología

Se encuentran unidades que varían en edad desde el paleozoico hasta el reciente. Se

destacan las denominadas “Rocas ultramáficas de Romeral”, cuya característica principal

es la intensa serpentinización, que originan cuerpos de color negro verdoso con lustre

sedoso. “Gabros de Romeral”, son rocas macizas de textura de flujo primario, constituidas

por plagiclasa, Diálaga, Diópsido, Hornblenda primaria y secundaria. “Diorita de

Pueblito”, está conformada en un 90% o más, por Diorita Hornbléndica con variaciones a

Gabro y pequeñas manifestaciones Cuarzosas; la Diorita es una roca compuesta por

Plagioclasa fuertemente saturizada, Diálaga, Augita y Hornblenda; la Biotita y el Cuarzo

son componentes accesorios ocasionales. “Formación quebrada grande - miembro

sedimentario”, esta compuesto por Liditas (Chert negro), Lodolítas, Grauvacas, y

ocasionalmente bancos de Tobas cilicatadas y conglomerados finos con abundante materia

orgánica. “Formación quebrada grande - miembro volcánico”, es un grupo de rocas

volcánicas con intercalaciones de Grauvacas, Limolitas y Chert. “Formación Amagá”,

aflora en diferentes cuerpos limitados por la falla de romeral; según sus variaciones

composicionales se divide en tres miembros: el inferior, compuesto por conglomerados

polimícticos, Areniscas Cuarzosas, Lodolitas carbonosas y mantos delgados de carbón con

espesores inferiores a 70 cm; el miembro medio es donde se hallan los mantos de carbón

económicamente explotables y el miembro superior no aflora en el área de estudio y está

constituido por areniscas principalmente. “Sedimentos cuaternarios”, en el área de estudio

corresponden a los flujos de la Estrella - San Antonio y a un sector menor localizado al

oeste de Heliconia; se originaron a partir de movimientos de masas de tamaños variables y

están constituidos por acumulaciones caóticas de material suelto en avanzado estado de

meteorización (Ambiente Total Ltda, 1997:43-44).

1.2.5 Suelos

El Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), clasifica los suelos en asociaciones y

conjuntos con base en el material geológico, pendientes y grado de erosión. El nivel de

meteorización del material parental se corresponde con la zona de vida en el sentido de que

son las variables temperatura, precipitación y altura las que determinan la génesis y

desarrollo de los suelos de la zona (Ibid:23).

Casi la totalidad del área se caracteriza por la “Asociación Horizontes”, la cual tiene sus

límites sobre ambas vertientes aproximadamente sobre la cota 2000, en las que existen

suelos de superficiales a profundos y persisten en algunas zonas de la asociación bosques

primarios y secundarios en proceso de tala. La “Asociación Horizontes” está conformada




9

por los conjuntos “horizontes”(Oxic Dystropept), localizados en cualquier parte de las

vertientes, y “Sinifaná” (Typic Trporthent), localizado en las partes mas pendientes y

erosionadas de las vertientes de la asociación. Estos dos conjuntos presentan un

comportamiento hidrodinámico, almacenamiento de agua, determinado por características

como un punto de marchitez del 50% y una densidad aparente de 0.62 gr/c.c (Ibid:23).

1.2.6 Geomorfología y Suelos

La zona presenta dos vertientes con rasgos morfológicos diferentes de fácil reconocimiento:

En la vertiente oriental, se encuentran dos unidades cuyas diferencias en el modelado del

paisaje, tienen que ver con el saprolito que las define. Se trata de vertientes en saprolito de

roca, y vertientes en saprolito de flujos. En la vertiente occidental, se encuentran las

unidades denominadas vertientes montañosas escarpadas y la Unidad de Depresión

intramontana de Amagá (Ibid:46).

La Vertiente oriental Incluye dos unidades geomorfológicas mayores: Vertientes en

saprolitos de roca y vertientes en saprolitos de flujos. En ellas existe una diferencia muy

marcada sobre el modelo del paisaje que está relacionado con las pendientes que las definen

(Ibid:45-46).

Unidad de Vertientes en Saprolito de Roca

Esta unidad comprende desde la divisoria de aguas de la quebrada La Valeria, al sur hasta

el Alto del Chuscal al norte. Presenta como basamento rocas de la formación Quebrada

Grande y áreas menores con Gabros y Ultramafitas de Romeral acompañadas también de

esquistos.

Geomorfológicamente está representada por filos alargados de tope redondeado con

vertientes fuertes hasta de 30° de inclinación que le imprimen al drenaje un patrón recto

casi siempre en dirección N - NE. (Ibid:46).

Por la composición de la roca original los suelos son esencialmente limo-arcillosos,

cohesivos y poco permeables, propiedades que hacen que los movimientos en masa que se

presentan sean de tipo rotacional. Los horizontes A y B del suelo de buen desarrollo tienen

espesores del orden de los 20 a 40 cm., lo que muestra de manera adicional estabilidad de

las vertientes en un período considerable de tiempo (Ibid:46).

De manera general, esta unidad tiene una considerable área actualmente dedicada al bosque

plantado, lo que se constituye en un factor adicional de estabilidad en las vertientes. Los

movimientos en masa de carácter rotacional solo se manifiestan como cicatrices antiguas

de decenas o tal vez centenares de años (Ibid:49).

En las áreas dedicadas a pastos, solamente se distinguen terracetas por sobrepastoreo de

ganado, sin llegar a formar desgarres de suelo, indicando así su baja incidencia como factor




10

erosivo. La densidad de deslizamientos activos es menor de uno por cada cinco kilómetros

cuadrados ( 1/5 km², muy bajo), siendo posible considerar que su tamaño puede ser del

orden de 20 x 20 x 5 m. (Ibid:49).

Unidad de Vertientes en Saprolitos de Flujos

Inmediatamente subyaciendo la unidad anterior se localiza esta formación caracterizada por

depósitos generados por grandes deslizamientos ocurridos, probablemente hace varios

millones de años, los cuales generaron las superficies de pendientes suaves sobre las cuales

se localiza la cabecera municipal de la Estrella y el corregimiento de San Antonio de Prado.

Las quebradas que atraviesan esta unidad (Quebrada Larga, El Volcán, La Despensa, La

Macana, Potrerito, La Limonada, La Chocha, La Grande, Bermejala, La Culebra, entre

otras), han labrado valles con profundidades moderadas del orden de los 40 a 50 m., hecho

que estaría corroborando la antigüedad de estos flujos, en especial si se tiene en cuenta que

los suelos de las vertientes secundarias, cauces de primer orden, se encuentran en avanzado

estado de desarrollo. En general, los flujos han sufrido meteorización profunda con

saprolitos que superan los 10 m. de espesor y horizontes A y B de suelos, con contactos

transicionales entre ellos y espesores del orden de los 30 a 40 cm, de textura prismática. Al

igual que en la unidad de saprolito de roca, las características de los perfiles de

meteorización y los horizontes de suelo indican condiciones de estabilidad que se han

mantenido a lo largo del tiempo (Ibid: 46-47).

Procesos Morfodinámicos Vertiente Oriental

En las áreas pertenecientes a esta unidad ocurren los procesos morfodinámicos más severos

de toda el área de estudio, representados por deslizamientos en su mayoría rotacionales, de

tamaños entre 500 y 2.000 m³ generados en las laderas y en las riveras de los cauces (Ibid:

49-50).

Los procesos mas destacados en las laderas se localizan al norte de San Antonio de Prado

sobre todas las vertientes derecha de la quebrada Doña María especialmente en la cuenca de

la quebrada Potreritos, donde se pueden distinguir numerosos deslizamientos, tanto activos

como inactivos recientes, a veces como cicatrices parcial o totalmente recubiertas con

vegetación que involucran masas hasta de 10.000 m ³ (Ibid:50).

En este mismo sector, es decir en toda la vertiente derecha de la quebrada Doña María,

desde los nacimientos hasta el propio San Antonio, es necesario considerar fenómenos

como el ocurrido el día 12 de Junio de 1997, cuando un evento de lluvias concentradas de

magnitud 116.7 mm. en 24 horas (EEPPM), desencadenó numerosos deslizamientos de

tamaños desde los 2 x 2 x 0.5 m., desgarres superficiales, hasta los 50 x 40 x 10 m. En los

primeros días de Septiembre, se presentó un evento de lluvia concentrada superior al

anterior, produciendo mayor concentración de deslizamientos, los cuales ocasionaron

efectos sobre el terreno esta vez más evidentes sobre las zonas dedicadas a potreros que

sobre las de bosque plantado (Ibid:50).




11

El otro tipo de proceso encontrado en esta unidad es la socavación de las márgenes de las

quebradas por efectos de las crecientes normales que se presentan en todas las temporadas

invernales. Desde la Quebrada Grande al sur de la Estrella hasta la Cabecera de la

Quebrada Doña María son frecuentes los movimientos en masa que afectan las márgenes de

las quebradas de segundo orden en adelante (Ibid:50).

El caso más dramático de deslizamientos activos provocados por socavación se encuentra

en la margen derecha de la quebrada Doña María, inmediatamente arriba de San Antonio, el

cual alcanza dimensiones aproximadas de 120 x 60 x 15 m. (Ibid:47).

A la Vertiente occidental esta constituida por dos grandes unidades: Vertientes montañas

escarpadas y la Depresión intramontana de Amagá que tienen un contraste muy marcado

debido a los rasgos topográficos, tectónicos, y litológicos que las controlan (Ibid: 47).

Vertientes de Montañas Escarpadas

Esta unidad se extiende desde la divisoria de aguas en la Cuchilla de Romeral, hasta

aproximadamente la cota 1800, donde se produce una fuerte quiebre de pendiente que la

limita de la Unidad de Depresión Intramontana de Amagá (Ibid:50).

Topográficamente se caracteriza por presentar pendientes escarpadas, con filos mayores

alargados de topes subredondeados a subangulares y valles profundos de avanzada

disección. Son comunes las vertientes con pendientes hasta de 45 , formadas en su

mayoría sobre basamento de rocas de la Formación Quebradagrande y en menor área sobre

las rocas intrusivas del Plutón de Amagá, intrusivos cretáceos y cuerpos menores de

esquistos paleozóicos (Ibid:50).

La falla de Romeral ha producido amplias zonas de cizallamiento y trituración de la roca

que a través del tiempo han definido algunos valles profundos como los de la quebrada

Potrerillo y la parte alta de las quebradas La Clara y Sabaletas. Los Horizontes A y B de

suelo, alcanzan espesores del orden de 10 a 15 cm. en las zonas más estables. Lo anterior

sumado a las fuertes pendientes, es indicativo de condiciones de estabilidad que han

perdurado en el tiempo (Ibid:50).

Con respecto a los procesos morfodinámicos, contrario de lo que se podría pensar, esta

Unidad, a pesar de sus altas pendientes, no muestra casi procesos activos de movimientos

en masa o carcavamiento y se muestra tan bien conservada como la de Saprolitos en Roca.

Los deslizamientos más notables se encuentran asociados a los taludes de la vía Chuscal -

Heliconia, en los cuales son comunes las interrupciones de tráfico en la época invernal.

Otros deslizamientos menores se presentan en los bordes de los cauces con dimensiones de

10 x 10 x 2 m., quebrada La Ramírez, pero ocurren con poca frecuencia, menor de uno por

cada cinco kilómetros cuadrados por año ( 1/5 km²/año), indicador que e puede considerar

como muy bajo (Ibid:51).




12

Depresión Intramontana de Amagá

Esta Unidad se destaca en todo el paisaje del área de estudio por formar un bajo topográfico

de pendientes suaves a moderadas en las cuales el basamento rocoso esta constituido casi

en su totalidad por rocas sedimentarias de la Formación Amagá (Ibid:48).

En algunos sitios localizados en el fondo de los valles como es el caso de la quebrada La

Horcona, alcanza a aflorar el substrato sobre el cual se depositó la formación Amagá. Las

rocas de esta unidad se presentan formando saprolitos delgados de menos de 3 m. de

espesor en razón a su baja estabilidad superficial. Una vez expuestas a condiciones

atmosféricas las rocas de esta formación se hidratan fácilmente debido a su baja

consolidación y se transforman en saprolito arcilloso muy plástico en el caso de las

arcillolitas o en suelos arenosos o con gravas, poco cohesivos y muy susceptibles al lavado

superficial cuando se trata de areniscas y conglomerados. Como consecuencia de su

inestabilidad natural, los Horizontes A y B de suelo que cubren esta unidad, son

relativamente inmaduros y rara vez alcanzan mas de 10 cm. de espesor cada uno. Como

excepción se puede mencionar algunas geoformas de superficies estructurales o planos de

estratificación extensa que se manifiestan en superficie tales como los que se aprecian al

norte de Angelópolis y de Heliconia (Ibid:51).

Alta susceptibilidad de las áreas de esta Unidad a los procesos naturales de reptación y al

efecto de subsidencia por minería. La reptación es un fenómeno natural que ocurre como

resultado de la lluvia (Ibid:51).

1.2.7 Hidrología

A nivel hidrográfico, presenta una marcada importancia, ya que se convierte en el origen o

nacimiento de varias corrientes de agua que descargan sus aguas al Río Cauca por el

occidente, y al Río Medellín por el oriente. Por su orden hidrológico sobresalen hacia la

vertiente occidental las quebradas: La maní, La Paja o Potrerillo, La Clara, Javielina,

Bramadora, La Animas, La Ramírez, La Ahorcada, La Horcona, Sabaletas y la Sucia. En la

vertiente oriental sobresalen Las quebradas La Valeria, La Culebra, Bermejala, La Grande,

La Chocha, Limonada o Limonar, Manguala y larga o loma (Ibid:22).

1.2.8 Clima

El clima varía en concordancia con los cambios en los pisos altitudinales y zonas de vida.

La asociación atmosférica es muy húmeda, debido a la convergencia de los vientos cálidos

húmedos de la cuenca del río Cauca y de algunos de sus afluentes; en la parte alta se

presenta, con frecuencia, nubes en contacto con la vegetación, fenómeno que es más

constante en la época de invierno. Tal fenómeno se manifiesta en un alto grado de

epitifismo y abundancia de líquenes y musgos (Ibid:69-70).




13

1.2.9 Cobertura Vegetal

De acuerdo con su composición florística, presenta tres zonas de vida: Bosque muy

Húmedo Premontano, Bosque muy Húmedo Montano y bosque Húmedo Montano Bajo. La

cobertura boscosa corresponde a bosque Montano y secundario intervenido en el que

sobresalen especies frutales; esta cobertura está restringida a toda la parte alta de la

cordillera y a los drenajes naturales existentes en las vertientes oriental y occidental. El

resto del área está cubierta por rastrojo alto y bajo, y pastos (Ibid:23).

1.2.10 Fauna

La fauna identificada está compuesta por Ornitofauna, entre la que se destacan especies,

según su nombre vulgar, de gavilanes, águilas, sinfines, garrapateros, colibríes, carpinteros,

gallinazos, golondrinas, mirlas, primaveras, tángaras, azulejos, cucaracheros y

atrapamoscas. Mamíferos, entre los mamíferos que se presume existen en la zona están la

chucha, el perezoso, el zorro perro lobo, el cusumbo solino, la comadreja, el tigrillo, la

guagua loba, el conejo de monte, la marteja y varias especies de murciélagos (Ibid:74-76).




14

2. EL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO REGIONAL

En este apartado pretendemos realizar un resumen de los alcances y problemáticas

planteadas en la arqueología del Valle de Aburrá y regiones vecinas: Altiplano de oriente

cercano y la región del río Cauca. Dicho resumen es realizado a partir de las

investigaciones arqueológicas efectuadas e intenta exponer un balance sucinto del estado

actual del conocimiento histórico del área, el cual resulta importante para precisar los

objetivos de esta investigación y la herramientas metodológicas que se emplearon para

alcanzarlos.

Los datos generados por las investigaciones arqueológicas realizadas en la región se

examinan bajo los parámetros conceptuales empleados por los propios investigadores que

han realizado trabajos en el área y por aquellos que las han retomado con el propósito de

realizar “Reinterpretaciones”. Para la revisión sistemática de los trabajos disponibles se

emplearon cinco campos temáticos considerados relevantes: materiales culturales

(tecnología y estilo), contexto espacial y vertical de las evidencias, cronología radiométrica,

aspectos socio – culturales e hipótesis y problemáticas arqueológicas (puntuales o

regionales), discutidas por los autores. Con el examen de estos datos, nos disponemos a

realizar algunas reflexiones y plantear preguntas de interés para la discusión arqueológica

en el Valle de Aburrá.

Los estudios arqueológicos existentes en el Valle de Aburrá y regiones circunvecinas, no

han propuesto ningún tipo de hipótesis sobre el cambio social. Los arqueólogos que han

trabajado tales áreas, conocen “bien” lo que se ha llamado estilos cerámicos, pero conocen

muy poco su comportamiento temporo–espacial. Este poco conocimiento radica, en parte,

en la falta de investigaciones sistemáticas de áreas grandes, pero también en dificultades de

otra índole: sitios muy superficiales y depósitos arqueológicos alterados y/o mezclados.

Diez años atrás, la arqueóloga Neyla Castillo, refiriéndose a las partes centro y sur

occidentales del Valle de Aburrá, planteaba: En particular la acidez del suelo, erosión de los

mismos, la extracción de arcilla, tierra negra y césped, las actividades agrícolas y la

construcción de obras de infraestructura, entre muchos otros factores, nos sitúan frente a un

registro arqueológico muy transformado (Castillo, Op. cit.:56).

A lo anterior se suma el hecho de que las últimas investigaciones se realizaron bajo la

modalidad de rescate, lo que dio “permiso” para realizar arqueología sin preguntas e incluir

la cerámica recuperada dentro de las categorías existentes sin ningún tipo de reflexión.

De otro lado, el panorama histórico del Valle de Aburrá se resume en la existencia de dos

Fases culturales definidas en 1990, a partir de los rasgos estilísticos de la cerámica y su

dispersión (distribución espacial y temporal), los cuales remiten a dos grupos culturales

diferenciados y situados cronológicamente entre el siglo V a.C., hasta el siglo V d.C

(denominado Ferrería), y el otro entre comienzos de la era cristiana y el siglo X d.C,

llamado Pueblo Viejo (Ibid:59;78). Luego de este último dato cronológico se encuentran

evidencias de un nuevo poblamiento por parte de grupos con manifestaciones culturales




15

distintas a las de las Fases anteriores, la cual conocemos como período tardío (Santos,

1998). Esta periodización, encuentra correlatos, según Santos (1998), y Bermúdez (1997),

para las otras dos regiones en referencia: río Cauca y altiplano oriental.

2.1 Reseña Arqueológica del Valle de Aburrá

Los primeros estudios arqueológicos realizados en el Valle de Aburrá, fueron efectuados

por Graciliano Arcila Vélez, en las décadas del 50 y 70. Para la década del 50 el estudio

consistió en la excavación de una tumba en Guayabal, de la cual reporta el hallazgo de

restos óseos humanos, 4 piezas de cerámica, 5 narigueras y 213 volantes de huso. El autor

asocia tales vestigios a las comunidades textileras encontradas por los españoles en 1541 a

su llegada al Valle de Aburrá.

Para la década del 70, los trabajos arqueológicos realizados por Arcila, (fueron llevados a

cabo bajo la modalidad de salvamento, motivado por hallazgos realizados durante el

proceso de expansión urbana de la ciudad de Medellín). En estos trabajos se reportan

descubrimientos de vasijas cerámicas, a las cuales se les realiza una descripción (Arcila,

1977).

En 1990, se llevó a cabo el primer estudio arqueológico sistemático en el Valle de Aburrá2.

El estudio, realizado por Neyla Castillo y Gustavo Santos profesores de la Universidad de

Antioquia, tuvo dos frentes de trabajo, uno fue la prospección del Valle en la vertiente

occidental, desde la quebrada La Iguana hasta el extremo sur en jurisdicción del municipio

de La Estrella, y el otro consistió en excavaciones de tumbas y terrazas de vivienda en el

cerro El Volador.

A partir de 1990, los estudios realizados en el Valle de Aburrá, se enmarcan, unos, dentro

de la modalidad de rescate: como los realizados en el marco del gasoducto urbano y la

doble calzada al Hatillo. Otros trabajos, fueron de carácter puntual como los realizados en

el Cerro Pan de Azúcar, en la ladera centro oriental del Valle, (Cardona, et al. 1999), en el

alto Manzanillo, municipio de Itagüí (GAIA, 2000), y en el Cerro Quitasol, en el municipio

de Bello. (Ospina, 1999).

En el primer trabajo sistemático realizado, “Prospección arqueológica en el Valle de

Aburrá”, (Castillo, 1995), y “El Volador las viviendas de los muertos”, (Santos, 1995-98),

se plantean las primeras hipótesis sobre la trayectoria histórica del poblamiento del Valle de

Aburrá, las cuales se han convertido en el paradigma central de las investigaciones

posteriores, sin que halla un intento de aportar a la problemática arqueológica de la región.

Castillo, plantea mediante el análisis del registro arqueológico obtenido, principalmente

2 Actualmente, y desde mediados de 1999, la firma Strata Ltda, adelanta una prospección sistemática del

Valle de Aburrá, contratada por CORANTIOQUIA.




16

cerámica, la existencia de dos manifestaciones estéticas normalizadas y codificadas en

patrones recurrentes, cuyos valores de referencia permiten considerarlos como

representativos de dos Fases culturales3 denominadas Ferrería y Pueblo Viejo. Esta

distinción está apoyada también, en la distribución espacial de la cerámica, en las

relaciones estratigráficas y en los datos de datación radiométrica asociados a cada una

(Castillo, Op. cit.:59). Según Santos (1998), luego del siglo X de nuestra era, se encuentran

evidencias, en el Valle de Aburrá, de un nuevo poblamiento de grupos con manifestaciones

culturales distintas a las de las dos Fases anteriores.

2.1. 1 La Fase Ferrería

La Fase Ferrería, presenta fechas que van desde el siglo V a.C., hasta el siglo III de nuestra

era; otra fecha de 1620 d.C. sugiere la continuidad de los grupos asociados hasta el siglo

XVI4, es decir hasta después del contacto europeo. En este mismo sentido apuntan las

fechas obtenidas en las tumbas del Cerro el Volador, las cuales corresponden a los siglos

XVI y XVII de nuestra era y presentan fragmentos cerámicos con afinidades estilísticas a

los identificados como Ferrería encontrados en el valle (Castillo, Op. cit.:59-60).

La mayor densidad de evidencias culturales, asociadas a esta Fase, se encuentran en un

horizonte de color pardo oscuro, el cual parece haberse formado con aporte de ceniza

volcánica (Ibid:73). (Cardona, et al. Op. cit.), reporta la misma situación para la cerámica

hallada en el Cerro Pan de Azúcar5, en la ladera centro oriental del Valle de Aburrá.

Para las laderas centro y sur occidentales, también se encuentra material cultural en un

horizonte pardo amarillento, que generalmente subyace al anterior. Las series estratigráficas

completas de los sitios, asociados a esta Fase, indican que cuando dichos suelos no se han

erosionado, se encuentran bajo un suelo pardo amarillento entre los 10 y los 40 - 50 cm de

profundidad. La recurrente asociación de las evidencias culturales de la Fase Ferrería a tales

suelos sepultados podría estar indicando un cambio en las condiciones ambientales del

Valle de Aburrá en épocas más recientes (Castillo, Op. cit.:73-75).

La dispersión espacial, de la cerámica característica6 de esta Fase, enseña muestras

3 La Fase cultural es concebida por la autora, como una unidad de espacio tiempo cultura, que posee rasgos

suficientemente característicos para distinguirla de todas las otras unidades concebidas similarmente, ya

sea de la misma o de otra tradición cultural (Echeverría, 1981, citado por Castillo, 1995). 4 El vacío cronológico existente entre el siglo IV hasta el siglo XVII de nuestra era, es explicado, por la

autora, en razón del procedimiento empleado para la recolección de las muestras de carbón vegetal. Con el

objeto de eliminar la posibilidad de tomar muestras alteradas por actividades recientes, las muestras

recuperadas proceden de las partes mas profundas de los depósitos, los cuales coinciden con la época mas

temprana del poblamiento del valle y con el periodo en el cual se forma la capa de suelo en la cual se

hallan las evidencias. 5 La cerámica recuperada en el cerro Pan de Azúcar, presenta similitudes técnicas y estilísticas a las formas

4 y 5 de la Fase Ferrería. 6 La cerámica de esta Fase, se caracteriza por poseer 7 formas: vasijas grandes de cuerpo globular y cuello

corto, con borde muy evertido para la forma 1, y borde ligeramente evertido para la forma 3. La forma 4




17

representativas tanto en las partes altas como en las partes bajas del Valle de Aburrá, sin

embargo, en las laderas occidentales y partes altas, predominan los sitios de poca extensión

con menor densidad de evidencias culturales, hecho debido, probablemente, a que

correspondían a viviendas ocupadas por unidades menores (Ibid:73).

De acuerdo con las características de los asentamientos y los elementos tecnológicos

encontrados, en particular la elaborada industria alfarera sin antecedentes en el Valle que

sugiera su desarrollo local, llevó a la autora a plantear que el poblamiento de los grupos

Ferrería pudo efectuarse desde tres regiones durante el primer milenio antes de Cristo (Ibid

:75).

2.1.2 Fase Pueblo Viejo

A partir del estudio realizado por Castillo se presenta una cronología, en el Valle de

Aburrá, que va desde el siglo I a.C. hasta el siglo IV d.C. (Ibid:83). Otras fecha reportadas

para el norte del Valle (municipio de Girardota), amplían la cronología desde el siglo X

a.C.7 hasta el siglo VIII d.C. (Botero, et al. 1998:155-57). La cerámica característica de esta

Fase, se asocia, en sus rasgos estilísticos con la cerámica identificada en la zona central de

Colombia bajo la denominación de Marrón Inciso8 (Castillo, Op. cit.1995), cuya dispersión

espacial es bastante amplia pues, se tienen reportes de su presencia en varios municipios de

los departamentos del Quindío, Caldas, Risaralda y Antioquia (Ibid; Santos, 1993, 1995).

En el Valle de Aburrá, los asentamientos de la Fase Pueblo Viejo, al igual que los grupos

de la Fase Ferrería, se encuentran en las partes altas y bajas del Valle, localizados sobre

esta compuesta por vasijas de tamaño pequeño y borde evertido plano, con asa desde el borde a la unión

del cuello con el cuerpo. Ollas grandes de cuerpo globular, cuello recto, boca estrecha y bordes evertidos,

sin decoración, corresponden a la forma 5. Cuencos de cuerpo aquillado y bordes evertidos para la forma 2

y pequeños de cuerpo globular para la forma 6 y la forma 7 está compuesta por platos (Castillo, 1995). La

decoración característica consiste en puntos incisos profundos, ordenados formando varias hileras en la

superficie interna del borde (forma 1); asimismo, pueden estar dispuestos cubriendo la totalidad de la

superficie del borde o estar agrupados en triángulos rellenos (en la forma 2) o presentarse en la superficie

exterior del borde y cuerpo (en la forma 4); también, se observan cuerpos decorados con incisiones

profundas formado escamas - en la forma 3- (Op. cit, 1995). 7 La fecha es reportada por Botero, Múnera y Monsalve (1998), en un sitio arqueológico denominado “el

Indio”, ubicado hacia el norte del Valle de Aburrá, en la vereda San Andrés del municipio de Girardota, en

las coordenadas planas X:199.200, Y: 49.350 a pocos metros de la margen izquierda del río Medellín.

Aunque se está a la espera de datar otros contextos que corroboren la antigüedad de la cerámica Marrón

Inciso para el Valle de Aburrá, Esta fecha replantea por un lado las Fases culturales propuestas por

Castillo para dicho valle, pues, la colonización del mismo no seria por grupos culturales asociados al estilo

cerámico Ferrería sino Marrón Inciso. Por otro lado, cabe la pregunta de sí hay diferencias en cuanto a la

distribución espacial (norte y sur del valle) y cronológica de la cerámica asociada a estas dos Fases. 8 Esta denominación fue dada a un conjunto cerámico hallado en el norte del Valle del Cauca, caracterizado

por los colores marrón o rojo oscuro y la incisión como técnica de decoración (Bruhns, 1978). En el Valle

de Aburrá, a la cerámica con características similares se le ha denominado Pueblo Viejo, con el propósito

de identificar los desarrollos culturales específicos ocurridos en esta región; el nombre fue tomado de la

localidad de Pueblo Viejo al sur del Valle de Aburrá en donde se hallaron yacimientos con cerámica de

estas características.




18

planos naturales en las cimas de las colinas o en los filos de las montañas; sobre las laderas

de pendientes mayores los sitios de vivienda son escasos y cuando estos fueron ocupados,

se efectuaron aterrazamientos con los cuales se adecuaba un plano para situar la vivienda

(Castillo, Op. cit.:81).

Las evidencias culturales halladas en el Valle de Aburrá, permiten relacionarlas con grupos

portadores de un modo de vida basado en la agricultura y probablemente el cultivo de maíz.

Dos fragmentos de volantes de uso, sugieren la existencia de hilados y tejidos, indicada

también por la existencia de impresiones textiles sobre la parte exterior de la base de

algunas vasijas (Ibid:81-82).

En Antioquia, la dispersión de tal cerámica en cimas de cuchillas y colinas, con

concentraciones en los valles intermontañosos y áreas de pendiente suave, es indicativa de

una sociedad básicamente agrícola, que debió aprovechar preferentemente los suelos

cultivables del piso templado y húmedo; sin embargo la presencia de asentamientos desde

el piso cálido y seco – en el cañón del Cauca - hasta el piso frío y húmedo de las cordilleras

cerca de grandes ríos, quebradas, humedales y, en áreas de minería de aluvión o con fuentes

de aguasal, indican también, una explotación especializada de recursos bióticos de distintas

zonas de vida y de recursos minerales como el oro y la sal (Santos, 1998:136).

2.1.3 Período Tardío

Santos (1993) y (1998) y Bermúdez, (1997), plantean la existencia, en el Valle de Aburrá –

superpuesto a las dos Fases culturales arriba anotadas – un periodo denominado Tardío,

cuya cronología va desde 1000 d.C., hasta 1750 d.C. Se trata según Santos (1998), de un

nuevo poblamiento de grupos con manifestaciones culturales distintas especialmente en

cuanto a la alfarería y las costumbres funerarias (Santos, 1998:143).

La cerámica característica9 de este período, presenta también una amplia dispersión

espacial, pues se halla en diversos pisos térmicos, principalmente el templado, en varios

municipios del sur oeste y del altiplano centro - oriental del departamento de Antioquia, y

en el Valle de Aburrá, en los municipios de la Estrella al sur y Bello, Barbosa y Girardota al

norte (Bermúdez, 1997), y en el corregimiento de Pueblo Viejo, al sur, según Castro

(1998).

9 La cerámica de este período se caracteriza por presentar como formas más comunes vasijas subglobulares

asimétricas, vasijas globulares y vasijas aquilladas pequeñas; los bordes son sencillos incurvados hacia

fuera; también se presentan tazas pequeñas muy burdas y asimétricas, escasamente decoradas, pero

bruñidas al interior. La decoración es escasa; en las vasijas que la tienen, se observan triángulos pequeños

impresos en la parte superior del cuerpo, el cuello y el borde o incisiones superficiales medianamente finas

formando figuras geométricas. El acabado de las superficies es, en general, muy burdo y es recurrente la

presencia de hollín o pintura negra. Junto con esta cerámica se encuentra otra – principalmente en

contextos funerarios -, cuyas formas corresponden copas y cuencos con superficies bien acabadas,

engobes rojos y decoración acanalada (Bermúdez, 1997).




19

Los contextos más recurrentes en los que se halla la cerámica de este período, son las

tumbas de pozo con cámara lateral (Santos, Op. cit. 1997). Estratigráficamente, en los sitios

donde se reportan cerámica, se halla superpuesta a la cerámica asociada a las dos Fases

anteriores; aunque, en algunos sitios, esta separación no es clara, ya que cerámica

característica de las dos Fases y el periodo en cuestión, se encuentran asociadas (Bermúdez,

1997; Castro, 1998; Santos, 1998).

De acuerdo con la distribución espacial y la posición estratigráfica y cronológica, y de los

contextos de deposición de la cerámica característica de las dos Fases y el periodo en

cuestión surgen las siguientes hipótesis:

Se plantean diferencias con respecto a los patrones de asentamiento entre grupos Ferrería y

Pueblo Viejo: “La distribución de los asentamientos asignados a las dos Fases en el

altiplano oriental y en el sector sur occidental del Valle de Aburrá es muy contrastante, y

podría estar muy influenciada por la existencia de las fuentes saladas y el lugar que la

explotación de este recurso tenia en la economía de los respectivos grupos. Al comparar la

asociación de los asentamientos de cada cultura con los recursos disponibles del medio,

puede plantearse que se trata de grupos con orientaciones económicas diferentes: uno

centrado en la explotación de recursos mineros (Pueblo Viejo) y el otro en la agricultura

(Ferrería)” (Castillo, Op. cit.:82).

Con respecto al patrón de ocupación del Valle: “es probable que los grupos de la Fase

Pueblo Viejo, hallan poblado el Valle de Aburrá en un momento en que ya estaban

plenamente establecidas sociedades de la Fase Ferrería. La ocupación de un territorio ya

ocupado pudo efectuarse por la vía de la conquista, a través de la cual, paulatinamente se

fueron incorporando nuevos espacios, incluidos algunos ya ocupados por los pueblos más

antiguos; este podría ser el caso de los sitios, en los que, en los sondeos se encuentra en los

niveles más profundos material de la Fase Ferrería, mientras que en los más superficiales la

mayor densidad de evidencias corresponde a la Fase Pueblo Viejo” (Ibid, 1995).

En un contexto geográfico más amplio, Santos (1998), plantea que los grupos Ferrería

habitaron el Valle del Magdalena, la vertiente oriental y las partes altas de la cordillera

central (Valle de Aburrá y partes de la altiplanicie de Rionegro), durante los siglos V a.C. y

V d.C. De acuerdo con las cronologías disponibles, el poblamiento de los grupos Ferrería es

mas temprano lo cual sugiere que después de una interacción de varios siglos, estos grupos

fueron asimilados o desplazados gradualmente de estas regiones (Valle de Aburrá y partes

de la altiplanicie de Rionegro), por los grupos con cerámica Marrón Inciso, quienes

reocuparon terrazas de vivienda ya construidas y paisajes ya mas o menos modificados,

para apropiarse de zonas con suelos fértiles y con recursos no aprovechados como la sal (en

el caso del Valle de Aburrá), o de zonas auríferas (como en el caso del Valle del río Nús).

Es posible también, que los grupos Ferrería a pesar de haber sido desplazados de algunas

regiones, hubieran sido involucrados en un sistema de intercambio, mediante el cual los

grupos Marrón Inciso obtendrían productos del valle del Magdalena a cambio de sal

(Santos, 1998:143).




20

Con respecto al periodo Tardío, Santos (1998), plantea que “las asociaciones más

recurrentes en los sitios investigados en el Valle de Aburrá, se presentan entre la cerámica

característica de la Fase Pueblo Viejo con la cerámica característica del periodo Tardío, sin

embargo, el estado de investigación no permite pensar en la modalidad del contacto de

estos grupos Tardíos con los grupos portadores del Marrón Inciso, pero se sabe que los

grupos Tardíos mantienen un patrón de asentamiento similar y que en varios casos

reocuparon los sitios de vivienda tempranos - Marrón Inciso10

- indicando un posible

reemplazo gradual de la población” (Santos 1998:143).

En un contexto espacial más amplio, la cerámica del período Tardío del Valle de Aburrá,

según Bermúdez (1997), es la misma de la región de occidente. La fecha de esta tradición

es de 1010 d. C., obtenida en el sitio estratificado en Sopetrán (Castillo, 1998), la cual

asumen Santos y Bermúdez como la fecha más antigua del período Tardío y la homologan

para las demás regiones donde aparece, incluyendo el Valle de Aburrá y el Altiplano de

Oriente.

La definición de este periodo presenta problemas, ya que está planteado a partir de la

recurrencia de algunos rasgos estilísticos de la cerámica que para algunas regiones resultan

poco consistentes. Tales asociaciones deben ser el resultado de investigaciones a escala

regional, es decir, a partir de muestreos sistemáticos en áreas amplias que posibiliten el

análisis mas detallado de la dinámica histórica y cultural de cada región, a partir de la

correlación de múltiples evidencias (de las cuales la cerámica es apenas una), para plantear,

así, hipótesis consistentes en cuanto a periodizaciones y a los modelos socio económicos

con las posibles trayectorias de transformaciones producto de relaciones locales con el

medio y a la dinámica de interacción cultural. Sólo desde esta perspectiva es posible

plantear interacciones entre regiones a partir de datos consistentes.

Además de las hipótesis arriba planteadas, surgen, para el Valle de Aburrá dos

interrogantes con respecto al período denominado Tardío: ¿Se trata de las mismas

sociedades en cuya trayectoria de cambio, el registro arqueológico constituye la evidencia

de las manifestaciones socio políticas que entraron en contacto con los europeos y

continuaron un par de siglos después?, o de acuerdo con una cronología que resulta más

consistente, pues va del siglo XVII al XVIII11

¿Se trata de grupos Tardíos del período

colonial, en un proceso de campesización, debido a un prolongado contacto con el sistema

de administración de la colonia? para responder los interrogantes anteriores, es necesario

integrar la información proporcionada por los datos de la conquista y del período colonial

temprano y Tardío, puesto que la cerámica con cronología radiométrica asociada, apunta a

una dinámica socio cultural distinta a la registrada en los archivos históricos, ya que en

10

Subrayado nuestro. 11

Se trata de una cerámica con características similares cuya cronología, según datos de radio carbono, esta

entre los siglos anotados y ha sido reportada en Armenia Mantequilla, Nieto (1990); Pueblo Viejo, Castro

(1998); Valle del Porce medio, Castillo, et al. (1999); Valle de Aburrá - Cerro El Volador -, Santos (1998);

Valle de Aburrá ladera sur accidental (Integral, 1998); Valle de Aburrá ladera sur accidental, GAIA

(1998). Sin cronología radiométrica en el municipio de Copacabana, a vereda El Cabuyal, cuenca baja de

la quebrada Piedras Blancas, Alexis Restrepo (com. personal), investigación en marcha.




21

estos se habla de resguardos y las evidencias muestran un patrón de asentamiento bastante

disperso y lejos de los límites de los mismos.

Cabe anotar que en este corto panorama, se nota que las investigaciones realizadas, no han

centrado los problemas de investigación hacia las sociedades que ocuparon los territorios

mencionados. Por el contrario las preguntas se han orientado mas hacia los estilos

cerámicos y a las asociaciones directas entre estos y los grupos humanos que las

elaboraron. De esta manera, “estilo cerámico es igual a grupo étnico”, o a “ocupaciones por

parte de otros grupos” o a “reocupaciones de sitios” o a “invasiones” o a “desplazamientos

de poblaciones”. Un ejemplo de ello, es la siguiente afirmación de Bermúdez (1997), con

respecto al periodo Tardío: “Aunque de acuerdo con los datos etnohistóricos, los grupos

Aburráes no se pueden asociar directamente con los grupos vecinos (al parecer las

diferencias en patrones de vestuarios cambian, al igual que la lengua y otros rasgos), el

registro arqueológico muestra lo contrario: similitudes en el estilo cerámico, la aparición de

gran cantidad de volantes de uso con motivos decorativos similares en contextos funerarios

desde el suroeste hasta el Valle de Aburrá, son prueba de ello” (Ibid:198).

Aunque se han intentado periodizaciones, las preguntas por aspectos de la sociedad tales

como, patrones de asentamiento, organización socio – política y económica, se han visto

relegados a los cortos apartados finales de los informes, y se realizan, en la mayoría de los

casos, a partir de datos generales procedentes de las crónicas de la conquista, o de

recopilaciones de datos de diferentes investigaciones que tampoco intentan responder tales

cuestiones. Lo anterior refleja la poca sistematicidad de la correlación de las evidencias

arqueológicas disponibles con los aspectos arriba anotados. Es así como tenemos, por

ejemplo, para el periodo de la conquista, “grandes confederaciones formadas por unidades

locales relativamente homogéneas que ocupaban áreas territoriales amplias (...) Al parecer

las unidades locales tribales de carácter igualitario, tenían como base de cohesión social las

relaciones basadas en la pertenencia o no pertenencia a un determinado grupo y las

relaciones de parentesco directo” (Ibid:199).

De acuerdo con todo lo anterior, en el Valle de Aburrá, aún hacen falta realizar

investigaciones arqueológicas que permitan precisar el panorama arriba descrito. Tal vez, el

intento de realizar una periodización con el propósito fundamental de organizar

cronológicamente la información disponible, para luego realizar cortes en área (no

realizados hasta el momento, precisamente en la parte sur del Valle de Aburrá, donde los

sondeos han mostrado las mayores frecuencias de cerámica de las dos Fases y el período en

cuestión), que permitan responder preguntas de cada periodo, podamos tener mas luces y

ampliar el conocimiento sobre los contextos de deposición, las relaciones estratigráficas o

cronológicas y la dinámica socio cultural ocurrida en la región a través del tiempo.

2.2 Reseña Arqueológica de la Vertiente del Río Cauca

La franja de la vertiente del Río Cauca (jurisdicción de los municipios de Angelópolis y

Heliconia), que hace parte del área objeto del presente proyecto de investigación, está




22

inscrita dentro de la región del occidente Antioqueño.

El Antropólogo Luis Eduardo Nieto A., en el proyecto arqueológico “Asentamientos

prehispáncos en el suroccidente antioqueño – Municipio de Armenia Mantequilla”

realizado en 1991; identificó la presencia de dos ocupaciones prehispánicas no

contemporáneas en áreas geográficas diferenciales; una primera que habitó en el siglo III d.

C., situada en las riveras del río Cauca y la otra que ocupó la parte alta montañosa

probablemente hacia el Siglo X d.C.

La alfarería y la pauta de asentamiento correspondientes a la primera ocupación tienen

relación con los desarrollos culturales de otras regiones del sur y centro occidente, Valle de

Aburra, algunos sectores del oriente antioqueño y el norte de los departamentos de Quindío,

Risaralda y Caldas. Se trata de los portadores de la cerámica Marrón Inciso. La segunda

ocupación, de acuerdo a las características de la alfarería, se asocio al denominado Período

Tardío.

De otro lado, en la investigación arqueológica realizada por Castillo (1998), se ha planteado

una secuencia de dos ocupaciones con tres Fases culturales sobre la base de los datos

aportados por un sitio estratificado de 180 m, localizado a orillas del Río Cauca en el

municipio de Sopetrán (Ibid:20). Con datos aportados por otros sitios se propone una

distribución y localización temporal del Complejo Marrón Inciso y la Tradición Incisa con

Borde Doblado, de la región de occidente; esta última coincide, a grandes trazos, con macro

grupos cultural y lingüísticamente afines en el siglo XVI (Ibid:26).

La primera ocupación, es interpretada como la primera Fase cultural. Se ubica, por

cronología relativa, en un período anterior a los siglos VI o VII d. C. y se identifica por el

complejo cerámico denominado Marrón Inciso, cuyas características dominantes son un

baño rojizo y la incisión fina como técnica decorativa. Las formas más recurrentes son ollas

globulares y subglobulares, cuencos sencillos, cuencos con incisiones profundas en el

fondo, platos ligeramente cóncavos y cuencos con decoración repujada sobre el ángulo

periférico que forma la unión del cuerpo y el borde. Estos recipientes se hallan asociados a

una clase de artefactos líticos que fueron empleados, al parecer, para triturar elementos

relativamente blandos, como tallos hojas o raíces. Consisten en cantos rodados de grano

fino, forma alargada y sección transversal aplanada, los cuales presentan superficies de

desgaste a lo largo de los bordes laterales que fueron preparadas mediante un lascado fino

(Ibid:21-22).

La segunda ocupación aparece posteriormente y, según la autora en referencia, sustituye a

la anterior. El complejo cerámico que la identifica pertenece a la Tradición Incisa con

Borde Doblado. Además de la incisión en líneas, motivos geométricos, puntos y triángulos

impresos, es específico de esta cerámica el borde formado por rollos de arcilla sin alisar en

la unión exterior el cual está casi siempre decorado con impresiones digitales. Las formas

son: ollas globulares y subglobulares, cuencos y platos (Ibid:19-21). En esta ocupación se

identificaron dos Fases, en la primera (que corresponde a la segunda Fase de toda la

secuencia), denominada Fase intermedia se ubica por cronología relativa entre los siglos VI




23

o VII d. C. (final de la Fase anterior), y el siglo X d. C (comienzo de la ultima Fase). Los

utensilios cerámicos descritos se hallan asociados a pesas de red y a los mismos artefactos

para triturar elementos blandos hallados en la primera ocupación. La segunda y última Fase

(Tardía) se diferencia de las anteriores por la aparición de artefactos pulidos (hachas y

cinceles), así como el equipo tecnológico generalmente asociado al procesamiento de maíz

(metates y manos de moler), mientras que desaparecen los artefactos para triturar.

Cronológicamente se ubica aproximadamente entre los siglos X y XVI d. C. Los

desarrollos correspondientes a estas dos últimas Fases contemplan actividades como

tejidos, hilado, la extracción de oro aluvial, la explotación de sal, la pesca y la caza.

(Ibid:21-23).

Con respecto al patrón de distribución espacial de la tradición cerámica Incisa con Borde

Doblado, se identifican sitios de habitación ubicados a lo largo de las riveras del Cauca,

sobre colinas terciarias de muy baja altura, adyacentes a las terrazas del río; las tumbas

generalmente se concentran en la cima de colinas cercanas a los sitios de habitación. (Ibid

:20). También, se ha reportado cerámica correspondiente a esta tradición espacialmente

hacia la zona noroccidental, en la cuenca del río sucio hasta el bajo Atrato, en los

municipios de Chigorodó, Dabeiba, Mutatá (la cerámica se halla asociada a tumbas de pozo

recubiertas con grandes lajas de piedra), Cañas Gordas, Urama, Giraldo, y en la vertiente

oriental de la cordillera occidental, sobre el río Cauca en los municipios de Buriticá (en

tumbas de pozo y sitios de habitación), Peque, Santa Fe de Antioquia (en la parte alta de la

cordillera se encuentran sitios de vivienda que están espacialmente diferenciados de

aquellos que contienen la tradición Marrón Inciso) y Sopetrán, en ambas márgenes del río

Cauca, en sitios de vivienda y tumbas de pozo (Ibid:19-20).

La confrontación de los datos arqueológicos con las fuentes etnohistóricas, indican, según

la autora, algunas correspondencias. Las unidades socio políticas diferenciadas dentro de

esta región eran Guacas, Nores, Catíos, Hevéjicos, Noriscos, Peques, Ituangos, entre otros,

que probablemente constituían núcleos de grandes grupos culturales los cuales según las

crónicas se diferenciaban en lengua de los grupos de la región costera y de los ubicados al

sur a partir de la provincia de Caramanta. Además, los cronistas refieren que el territorio

del cacicazgo de Guaca se localizaba en el curso medio y superior del río sucio, con

dominios hasta la Serranía de Abibe; las tumbas eran de pozo y recubiertas de grandes lajas

de piedra. Este rasgo recuerda algunas tumbas reportadas en la cuenca del río sucio, Mutatá

y Dabeiba, que unido a la presencia de la tradición Incisa con Borde Doblado desde el bajo

río sucio hasta el curso superior del mismo, sugiere que estos grupos podrían relacionarse

con el complejo cultural referido. (Ibid:26-28).

De otro lado, el patrón de distribución de la cerámica denominada como Complejo Marrón

Inciso, contrasta visiblemente con la cerámica de la tradición Incisa con Borde Doblado.

Los yacimientos que la contienen se hallan hacia las partes bajas y terrazas aluviales del río

Cauca y subyacen a una ocupación de grupos de una cultura diferente relacionados con la

etnia que unos siglos antes de la conquista española ocuparon el noroccidente del

departamento de Antioquia -que como lo expresamos arriba podría estar relacionada con lo

que arqueológicamente se conoce como tradición Incisa con Borde Doblado-. La dispersión




24

de este complejo es bastante amplia, pues ha sido reportada para la región que nos ocupa,

en los municipios de Liborina, Olaya, Sabanalarga, Sopetrán, Santa Fe de Antioquia,

Giraldo, Caicedo, Armenia Mantequilla, Anzá, Urrao, Bolivar, Andes, Jericó, Venecia,

Titiribí y Heliconia.

En este panorama debe considerarse los postulados planteados por Santos (1993, 1998) en

los que propone la existencia de un periodo denominado Tardío y que Bermúdez, (1997), lo

refiere como estilo cerámico. En el Valle de Aburrá este periodo se superpone a las Fases

Ferrería y Pueblo Viejo y en la región de occidente (si consideramos la correspondencia

planteada por Bermúdez (1997), con el estilo cerámico Inciso con Borde Doblado), al

Complejo Marrón Inciso. La cronología de este Período Tardío va desde 1000 d. C., hasta

1750 d. C. Las evidencias son producto de un nuevo poblamiento de grupos con

manifestaciones culturales distintas especialmente en cuanto a la alfarería y las costumbres

funerarias. (Santos, 1993).

Bajo el estado actual del conocimiento prehispánico en la región de occidente, aún hacen

falta investigaciones arqueológicas y etnohistóricas que aclaren la secuencia temporal de la

dinámica cultural ocurrida en la región. Tales investigaciones deben comenzarse con un

muestreo intensivo de cobertura regional que permita entender la dispersión (análisis

espacial y temporal), del Complejo Marrón Inciso y la Tradición Inciso Con Borde

Doblado, pues existen reportes de varios yacimientos, que muestran una coexistencia

temporal entre el complejo y la tradición que se extiende hasta el siglo XVII (Castro y

Restrepo, 1997). Por lo que la situación mostrada en el sitio estratificado en el municipio de

Sopetrán, no debe tomarse, por el momento, como un fenómeno de cobertura regional.

2.3 La Cronología

Para el Valle de Aburrá, existen varias investigaciones que presenta listados de fechas (v.g.

Bermúdez, 1997, Santos, 1998). En estos listados, no se intenta formular preguntas

relacionadas con su consistencia para tratar de realizar periodizaciones, ni de plantear

interrogantes con problemas, relacionados con contextos poco claros que varias de ellas

presentan; por el contrario lo que se ha pretendido es mostrar un inventario de dataciones

de la cerámica de los estilos definidos. El valor que pueden alcanzar los contextos, radica

en el tipo de información que se puede recuperar en cada uno de ellos, y reflejan la

importancia, que los arqueólogos que han trabajado en el área, les han dado para responder

sus preguntas de investigación y enmarcarlas en una dinámica socio – cultural con una

secuencia cronológica.

De la revisión de los informes disponibles, de los estudios arqueológicos realizados en el

Valle de Aburrá fue posible recopilar 39 fechas, que se constituyen en una muestra

importante para entender los procesos sociales y ubicarlos a nivel cronológico. Todas ellas

asocian materiales cerámicos y en otros casos (n=26), se asocian, además, a contextos de

ocupación, como tumba (n=5), entierro (n=2), doméstico (n=4), vivienda (n=8), terraza

(n=2), basurero (n=1), campo circundado (n=1), y montículo (n=1), que posibilitan la




25

identificación de actividades humanas específicas en momentos cronológicos definidos;

desde esta perspectiva tenemos un numero significativo de datos para decir cuando paso, y

no obstante el número de contextos diferentes, se ha dado poca importancia a lo que pudo

haber pasado.

Lo anterior refleja, que el interés central ha sido fechar objetos cerámicos, para engrosar

una discusión enmarcada desde los mismos, que ha estado relegando a un segundo plano, la

posibilidad de entender el continuo temporal, al interior del cual se suceden los cambios y

la diversidad de los procesos sociales humanos ocurridos en el Valle de Aburrá (Mora,

1999).

Todas las fechas disponibles fueron relacionadas en un cuadro. Se tuvieron en cuenta

aspectos como: Numero de Laboratorio, Sitio, Fecha A. P., Fecha Cristiana, Desviación

típica, Nivel, Contexto, Profundidad, Material y Referencia Bibliográfica:

Tabla 2.1 Lista de fechas

Laborato

rio

Sitio Localización Fecha

a.p

Fecha

C.

D.

tip.

Prof.

cm.

Contexto Material Referencia

Beta

97021

Sitio 1 Barbosa 200 1750 60 Tardío Santos y Otros,

1996

Beta

46815

V. A. 045 Belén Altavista. La

Perla

330 1620 70 40-50 Ferrería Castillo, 1995

Beta

46819

Tumba 1 El Volador. Valle de

Aburrá

330 1620 60 Tumba Tardío Santos, 1995

Beta

46820

Tumba 1 El Volador. Valle de

Aburrá

420 1530 50 Tumba Tardío Santos 1995:17

Beta

54812

Yacimiento

209

Porce medio 470 1480 60 10-20 Vivienda Ferrería Piazzini 1993 cita

a Castillo, 1992

Beta

75551

Terraza 13 El Volador. Valle de

Aburrá

480 1470 60 Tardío Santos, 1995

? El Volador 530 1420 80 130 -

140

Tumba Tardío Santos, 1995:17

Labora

torio

Numero

Sitio

Nombre Sitio Fecha

a.p

Fecha

C

D.

tip.

Prof.

cm


Beta

100533

Trinchera 1 El Indio. Girardota 2910 -960 50 Marrón

Inciso

Botero,

Monsalve y

Múnera, 1998

Beta

46827

V.A. 098 La Ferrería. Valle

de Aburrá

2390 -440 110 30-50 Terraza Ferrería Castillo,

1995:59

Beta

77436

Yacimiento

019

2310 -360 70 15-20 Ferrería Castillo &

Piazzini, 1994

Beta

54805 ?

Yacimiento

016

Porce medio 2200 -250 60 20-30 Ferrería Castillo, 1995.

Beta

46818


Perla. Valle de

Aburrá

2110 -160 60 120-

150

Vivienda Ferrería Castillo, 1995




26

Tabla 2.1 Lista de fechas - Continuación

Labora

torio

Numero

Sitio

Nombre Sitio Fecha

a.p

Fecha

C

D.

tip.

Prof.

cm


Beta

46817


Perla. Valle de

Aburrá

1950 0 60 170-

190

Vivienda Ferrería Castillo, 1995

Beta

46822

V.A 022 Quintas del

Danubio Valle de

Aburrá

1940 10 60 40-50 Marrón

Inciso

Castillo, 1995

Beta

46824

V.A 041 La Guayabala Valle

de Aburrá

1890 60 90 30-50 Vivienda Marrón

Inciso

Piazzini, 1993,

cita a Castillo,

1992

Beta

46828

V. A. 126 Pueblo Viejo. Valle

de Aburrá

1860 90 70 20 Vivienda Marrón

Inciso

Castillo, 1995

Beta

81109

Terraza 10 El Volador. Valle

Aburrá

1800 150 140 Entierro 1 Marrón

Inciso

Santos, 1994

Beta

75508


de Aburrá

1710 240 60 Entierro 6 Ferrería Santos y Otero

1996, En:

Santos 1998

Beta

46826

V.A 097 El Ranchito Valle

de Aburrá

1680 270 50 50-60 Ferrería Piazzini 1993

cita a Castillo,

1992

Beta

46825

V.A. 073 Belén Manzanillo.

La tuna. Valle de

Aburrá

1650 300 60 Marrón

Inciso

Castillo, 1995

Beta

100529

San

Jerónimo

San Jerónimo 1650 300 50 Estrato

III

Doméstico Marrón

Inciso

Botero;

Monsalve y

Múnera, 1999

GrN

17664

Tiestero 1 Mazo. Santa Elena. 1640 310 60 Basurero Marrón

Inciso

Santos, 1994

Beta

47590

Armenia-

Mantequilla

Armenia-

Mantequilla

1630 320 80 100 -

110

Domestico Período

Temprano

Nieto, 1991

Beta

81108


Aburrá

1620 330 70 Entierro 5 Ferrería Santos y Otero

1996, En:

Santos 1998

Beta

46821


de Aburrá

1590 360 60 40-50 Terraza 6 Marrón

Inciso

Santos

1995:251, cita

a Santos &

Otero, 1994

Beta

54807

Yacimiento

144

Porce medio 1590 360 80 M.Inciso Piazzini 1993

cita a Castillo,

1992.

Beta

111209

La Palma. Girardota 1590 360 60 Domestico,

rasgo 3

Marrón

Inciso

Botero,

Monsalve y

Múnera, 1998

Beta

67471

Campo

Circundado

Piedra Blancas.

Santa Helena

1540 410 60 Campo

Circundado

Marrón

Inciso

Santos, 1994

Beta

100531

San

Jerónimo

San Jerónimo 1520 430 50 Estrato

II

Doméstico Marrón

Inciso

Botero;

Monsalve y

Múnera, 1998

A 13 Corte

Montículo

Buriticá 1460 490 montículo Tradición

de túmulos

Girón, 1985




27

Tabla 2.1 Lista de fechas - Continuación

Labora

torio

Numero

Sitio

Nombre Sitio Fecha

a.p

Fecha

C

D.

tip.

Prof.

cm


Beta

67470

El Tiestero Mazo. Santa

Helena.

1430 520 70 Basurero Marrón

Inciso

Santos, 1994

Beta

67469

El Tiestero Mazo. Santa

Helena.

1390 560 60 Basurero

Marrón

Inciso

Santos, 1994

Beta

100534

La Palma. Girardota 1220 730 60 Ferrería ? Botero,

Monsalve y

Múnera, 1998

Beta

100535

Terraza 1 La Palma. Girardota 1180 770 120 Domestico,

rasgo 3

Ferrería ? Botero,

Monsalve y

Múnera, 1998

Beta

54811

Yacimiento

200

Porce medio 1120 830 80 40-50 Vivienda Ferrería Piazzini 1993

cita a Castillo,

1992.

Beta

9908

Sopetrán Sopetrán 1010 940 50 Tumba Inciso

Borde

Doblado

Castillo, 1988

Beta

9907

Sopetrán Sopetrán 800 1150 50 Tumba Inciso

Borde

Doblado

Castillo, 1988

La tabla la hemos dividido en dos secciones (de acuerdo con el principio fundamental de la

estadística Bayesiana12

), en las que agrupamos las fechas radiocarbónicas (no calibradas),

que resultan más coherentes de acuerdo con la cercanía en los valores de sus estimaciones y

desviaciones típicas, de está manera en la primera sección de la tabla, tenemos fechas

desde el 200 al 530 A. P. (1420 y el 1750 d.C.13

). En la segunda sección los datos

radiométricos van desde el 2910 50 A. P. (950 50 a.C.) hasta el 800 50 A. P. (1150

50 d.C.).

En investigaciones recientes, se ha demostrado que, uno de los principios básicos del radio

carbono (la concentración de C14

, en la atmósfera había permanecido constante a lo largo

del tiempo), ha resultado no ser demasiado correcto. El método que demostró la inexactitud

fue la dendrocronología. Las fechas de radiocarbono obtenidas a partir de los anillos de los

arboles, demuestran que antes del 1000, a.C., aproximadamente, existían mayores

concentraciones de C14

en la atmósfera (Orton, 1980:101; Renfrew y Bahn, 1991:128 -

129). A partir de tales análisis se demostró que las fechas expresadas en años

12

La estadística Bayesiana se ha descrito como la metódica influencia de los datos sobre las opiniones, en

otras palabras, las opiniones previas más los datos es la probabilidad posterior, la cual se expresa en

términos de “muy probable”, “probable”, “improbable”, “muy improbable”. La estadística Bayesiana es

una forma de procesar la incertidumbre (aceptando los datos disponibles), debemos recordar, en pero, que

en arqueología ésta, estará siempre presente (Orton, 1980:234 - 236). 13

Siguiendo a Orton 1980, los datos radiométricos no pueden convertirse a fechas calendario. En este

estudio, presentamos las fechas radiométricas, antes del presente, seguidas, entre paréntesis, de las fechas

calendario, antes o después de Cristo, sólo con el ánimo de obtener una mejor ilustración.




28

radiocarbónicos antes del 1000 a.C., son cada vez más jóvenes en relación a los años

calendáricos reales. En otras palabras las edades radiocarbónicas difieren cada vez más de

las edades reales antes del 1000 a. C, en una proporción estimada de 400 a 900 años

(Renfrew y Bahn, 1991:128 - 129).

Para la corrección o calibración de las fechas hasta el 2.500 a.C., aproximadamente, la

curva acreditada internacionalmente, es la de Stuiver y Pearson (1986), y para el período

anterior, la curva determinada no va mas allá del 4000 - 5000 a.C. El ajuste de calibración

debe hacerse tanto a la estimación (valor medio), como a la desviación típica; de esta

manera se obtiene un intervalo de edad en años calendáricos (Renfrew y Bahn, Op.

cit.:131).

La calibración de las fechas, suelen dar como resultado intervalos temporales demasiado

amplios, los cuales no resultan útiles para la mayoría de los propósitos en arqueología. En

el caso de las dataciones asociadas a los estilos cerámicos Ferrería y Pueblo Viejo en el

Valle de Aburrá, en donde continúa la discusión si efectivamente son marcadores

cronológicos, las fechas calibradas no suelen ser de mucha utilidad.

Para obtener fechas más precisas existen otros dos métodos, conocidos como de alta

precisión (AMS), y la ponderación de las fechas múltiples. La primera (AMS), permite

analizar muestras hasta mil veces más pequeñas que el sistema tradicional, con

desviaciones típicas más pequeñas y un nivel de confianza del 95%. En la segunda (fechas

múltiples), se pueden producir valores medios ponderados en grupos de datos

estadísticamente iguales, con una reducción de la desviación típica (Ibid:132).

En el caso más simple, cuando los resultados proceden de dos contextos relacionados

estratigráficamente y tienen la misma desviación típica, la mejor estimación es la media de

las estimaciones originales y su desviación típica es aproximadamente el 70% de la

original. Cuando las fechas proceden de dos contextos diferentes (sitios) A y B, no

relacionados estratigráficamente, la pregunta es, si A es posterior a B, lo que se puede hacer

es emplear un método que consiste en calcular la diferencia entre las dos estimaciones y

sus desviaciones típicas se combinan elevándolas al cuadrado, sumando estos últimos y

obteniendo luego la raíz cuadrada.

Preferimos usar aquí, los datos radiométricos, con el propósito de presentar los métodos

estadísticos, que permiten correlacionar las estimaciones, con la idea de que puede resultar

un ejercicio interesante para comparar los datos radiométricos e interpretar los contextos,

antes de tomar la decisión de calibrarlos o de trabajar con datos ya calibrados.

2.3.1 El Primer Grupo de Fechas

Tenemos que para el primer grupo de fechas (tardías), expresadas en la tabla 2.2, donde se

encuentran las estimaciones con sus respectivas desviaciones, que de acuerdo con los

postulados anteriores, podrían agruparse (realizando promedios ponderados) de la siguiente

manera: las fechas de V.A 045. La Perla: 330 70 y El Volador. Tumba 1: 330 60, en




29

realidad son un solo dato, que estadísticamente es 330 45 A. P. con una desviación

típica, es decir con un 68% de confianza (para una mejor ilustración la expresamos en 1620

45. d.C.).

Las fecha de El Volador. Tumba 1: 420 50; Porce 209: 470 60, El Volador T13: 480

60, El Volador 530 80, también se constituyen en un solo dato de acuerdo con la

superposición en los valores de las desviaciones típicas; en consecuencia el dato es de 410

50 A. P., con un 68% de confianza (para una mejor ilustración sería de 1540 50 d.C.),

la cual se superpone con la anterior en 15 años, en la parte superior del intervalo. La fecha

de Barbosa. S1: 200 60 A. P. no se agrupa con las anteriores (1750 60 d.C.).

En consecuencia, tenemos, para este grupo de fechas, tres datos que podrían asociarse a un

período histórico: 410 50 A. P. (1540 d.C.), con contextos de tumbas de pozo con cámara

lateral, que se asocian al período colonial temprano y al estilo cerámico Ferrería y Tardío.

330 45 a.p (1620 45 d.C.), con contextos de tumbas de pozo con cámara lateral y sitios

de vivienda, asociada al período colonial medio y a los estilos cerámicos Ferrería y Tardío;

y la fecha de Barbosa S1: 200 60 a.p (1750 60 d.C.), asociada al período colonial tardío

y al estilo cerámico identificado con el mismo nombre.

2.3.2 El Segundo Grupo de Fechas

Para este grupo tenemos un total de 32 datos, los cuales, de acuerdo con el valor medio

estimado muy cercano y una desviación típica igual o cercana, se agrupan de la siguiente

manera:

Tabla 2.2 Lista de Fechas por Intervalos

Sitio Fecha A. P. Fecha a.

C.

D.tip. Contexto Material Intervalo

El Indio Girardota tri.1 2910 -960 50 Marrón Inciso 1

V. A. 046 Belén. La Perla 2110 -160 60 Ferrería

Porce medio 2200 -250 60 Ferrería 2

Y 020 2310 -360 70 Ferrería

V.A. 098 La Ferrería 2390 -440 110 Terraza Ferrería

El Volador T10 1800 150 140 Entierro 1 Marrón Inciso

V. A. 126. Pueblo Viejo 1860 90 70 Marrón Inciso

V.A 041. La Guayabala 1890 60 90 Marrón Inciso 3

V.A 022. Q. del Danubio 1940 10 60 Marrón Inciso

V. A. 046. Belén. La Perla 1950 0 60 Ferrería




30

Tabla 2.2 Lista de Fechas por Intervalos - Continuación

Sitio Fecha A. P. Fecha a.

C.

D.tip. Contexto Material Intervalo

San Jerónimo 1520 430 50 Doméstico Marrón Inciso

Campo Circundado 1540 410 60 Marrón Inciso

El Volador T6. 1590 360 60 Terraza 6 Marrón Inciso

Y144. Porce 1590 360 80 Marrón Inciso

La Palma (Girardota) 1590 360 60 Domestico, rasgo 3 Marrón Inciso

El Volador T11 1620 330 70 Entierro 5 Ferrería 4

Armenia-Mantequilla 1630 320 80 Domestico Marrón Inciso

Santa Elena. Mazo ties1 1640 310 60 Basurero Marrón Inciso

V.A. 073 Belén. La tuna 1650 300 60 Ferrería

San Jerónimo 1650 300 50 Doméstico Marrón Inciso

V.A 097. El Ranchito 1680 270 50 Ferrería

El Volador T11. 1710 240 60 Entierro 6 Ferrería

Santa Helena. Mazo. El

Tiestero

1390 560 60 Marrón Inciso

Santa Helena. Mazo. El

Tiestero

1430 520 70 Marrón Inciso 5

Montículo. Buriticá 1460 490 montículo Tradición de

túmulos

Y200. Porce 1120 830 80 Ferrería

La Palma. Girardota. Trin 1 1180 770 120 Domestico, rasgo 3 Ferrería 6

La Palma (Girardota) 1220 730 60 Ferrería

Sopetrán 800 1150 50 Tumba Inciso Borde

Doblado

Sopetrán 1010 940 50 Tumba Inciso Borde

Doblado

7

Un gráfico que ilustra mejor los intervalos de las fechas radiométricas es el siguiente:




31

Gráfico 2.1 Intervalos de fechas radiométricas

En los intervalos notamos que varios de los datos en realidad son una misma fecha por lo

que las agrupaciones resultan coherentes estadísticamente. El intervalo 1, tenemos un solo

dato (2910 50) que resulta estadísticamente atípico y asociado a Marrón Inciso. En el

segundo intervalo, tenemos un grupo de 4 datos radiométricos que van de 2390 110 A. P.

(440 110 a.C.), a 2110 (160 60 a.C.), asociado a la cerámica Ferrería, y procedentes del

Valle de Aburrá; mientras que el intervalo 3 (de 1950 60 a 1800 140 A. P.), se asocia a

la cerámica Marrón Inciso y solo una fecha del comienzo del intervalo (1950 60), es

asociada a la cerámica Ferrería; los datos radiométricos de este intervalo proceden del Valle

de Aburrá.

En el intervalo 4 (que va de 1710 60 a 1520 50), aumentan las fechas radiométricas

asociadas a la cerámica Ferrería, una de ellas obtenida en un contexto de enterramiento en

una terraza de vivienda y otra, asociada a un contexto doméstico de la vertiente del río

Cauca. El intervalo 5 (de 1460 a 1390 60 A. P. [560 50 d.C.]), se asocia a la cerámica

Marrón Inciso, en un basurero cerámico en Santa Elena, y a la tradición de montículos del

occidente. El intervalo 6 (de 1120 60 a.p [730 d.C.] a 1220 80 A. P.[830 d.C.]), está

asociado a la cerámica Ferrería, que según los sitios que la reportan, se localiza hacia la

parte norte del Valle de Aburrá, en el municipio de Girardota, y el 7 (de 1010 50 a 800

50 A. P.), es asociada a la tradición cerámica Incisa con borde doblado, en contextos de

tumbas para la región centro - occidental.

De acuerdo con los datos anteriores, tenemos una secuencia temporal continua, que van

23312541N =

GRÁFICO DE FECHAS AGRUPADAS POR INTERVALOS

INTERVALO

7654321

68%

DE

CONFIAN

ZA

FECHAS

A..P.

3000

2800

2600

2400

2200

2000

1800

1600

1400

1200

1000

800

600

400

200

0




32

desde el 2910 50 A. P. (950 50 a.C.) hasta el 800 50 A. P. (1150 50 d.C.).

Teniendo en cuenta los datos de la primera sección de la tabla, hay un vacío de información

desde el 800 50 A. P. (1150 50 d.C.), al 410 50 A. P. (1540 a.C), que se asociaría al

período prehispánico tardío. Los datos muestran cierta coherencia con respecto a los estilos

cerámicos asociados, pues el grupo de fechas agrupado en el intervalo 2, se asocia a la

cerámica Ferrería, a excepción de la más temprana (atípica, intervalo 1), asociada a Marrón

Inciso. A partir del 1950 A. P. (comienzos de la era Cristiana, para una mejor

comprensión), comienzan a aparecer, en el Valle de Aburrá, contextos datados asociados a

cerámica Marrón Inciso, continuando la cerámica Ferrería. Para los intervalos 5, 6 y 7,

entre 1460 (490 d.C.), y 1010 50 A. P. [940 50 d.C.]), no se tienen datos en el Valle de

Aburrá; los contextos datados proceden de Santa Elena y Buriticá, en la región del río

Cauca.




33

3. OBJETIVOS DEL PROYECTO

La investigación se desarrolla bajo un modelo metodológico que implica enfocar la

atención hacia los procesos de cambio social. Para realizar una reconstrucción de los

procesos sociales en el Valle de Aburrá, en términos de las dimensiones de análisis que se

proponen (patrones de asentamiento, demografía y acceso a recursos), implica partir de

diagnósticos claros de la sociedad en lapsos de tiempo específicos.

La investigación regional varía en tamaño y su validez es proporcional a la habilidad del

arqueólogo para estudiar una configuración espacial en una escala donde resultados

significativos puedan ser alcanzados (Crumley y Marquart, 1987:2). Lo anterior exige

muestreos de áreas extensas que permitan evaluar la importancia del territorio del Valle de

Aburrá en el contexto de la evaluación de la evolución de las sociedades que lo ocuparon.

De acuerdo con los postulados anteriores planteamos los siguientes objetivos para la

prospección arqueológica en la cuchilla El Romeral.

3.1 Objetivo General

Bajo las premisas anteriores, esta fase de investigación se considera como un intento de

aportar datos para el entendimiento de la dinámica poblacional, las relaciones hombre

medio ambiente y la interacción social, en términos de la búsqueda de patrones que revelen

actividades que se puedan enmarcar dentro de procesos socio - culturales.

3.2 Objetivos Específicos

Obtener un conocimiento preliminar de la secuencia de cambios sociales ocurridos en el

área desde el punto de vista de las tres dimensiones de análisis seleccionadas.

Ampliar el reconocimiento regional. La representatividad de un reconocimiento depende

por completo del área que logre cubrir, por lo que el muestreo en Romeral es considerada

como una parte del muestreo del Valle de Aburrá.

Mapeo de asentamientos de los distintos períodos de ocupación: con lo que será posible

hacerse una idea de la cantidad y características de los asentamientos para cada período de

ocupación. Sin embargo, es necesario plantear Fases posteriores que primero, integren

todos los muestreos realizados y segundo, se realicen excavaciones de sitios, por ejemplo

viviendas, con el fin de evaluar más detalladamente cómo eran las unidades domésticas de

cada uno de los períodos identificados, particularmente en lo que se refiere a acceso a

recursos, es decir, la pregunta es si ¿Existía acceso diferencial a recursos entre unidades

domésticas de cada período?.

Evaluar los procesos de deterioro ambiental en relación con la ocupación humana con el fin




34

de determinar el impacto causado por la población al medio ambiente durante diferentes

períodos históricos.

Tales objetivos se sustentan en que para cualquier población específica, los

cuestionamientos básicos sobre las dimensiones planteadas sólo pueden ser abordadas

dentro de una escala regional en la que los patrones de asentamiento proporcionan

información sobre la ubicación espacial de los sitios, la distribución de los productos de

intercambio y la relación con el medio ambiente (Trigger, 1968:72 En: Langebaek,

1995:34).

Los datos aportados por esta investigación cobran sentido en la medida en que puedan ser

agregados a otros muestreos, realizados bajo la misma metodología, en áreas circunvecinas:

Municipio de la Estrella, Cerro Padre Amaya, Cerro Manzanillo, y Municipio de Girardota.




35

4. ASPECTOS CONCEPTUALES

En un sentido amplio él ámbito de este estudio no es el área de la cuchilla El Romeral ni la

región del Valle de Aburrá, sino la gente que ha vivido en ella, por lo que no partimos de

ninguna unidad espacial de análisis específica sino de una combinación de unidades de

diferentes escalas interrelacionadas. En el caso de la perspectiva regional, la categoría

“región” toma diferentes sentidos de acuerdo con las preguntas que queremos responder:

En una primera aproximación asumiremos la región como una realidad física caracterizada

por una serie de condiciones geomorfológicas y de suelos la cual se constituye en un

escenario en el que se han llevado y se llevan a cabo actividades humanas, cuchilla El

Romeral y el Valle de Aburrá. Por otra parte y desde una perspectiva diferente,

consideraremos la “región” como una realidad socialmente construida a través del tiempo.

Bajo las perspectivas anteriores y para responder preguntas de diferentes tipos, en las que

no es posible asumir la región como nuestra unidad de análisis, podremos emplear un

deslizamiento constante hacia otras unidades como el sitio, la unidad doméstica, el

asentamiento, o la “aldea” (Langebaek, 1995;1998).

La metodología general empleada para la prospección arqueológica en la cuchilla El

Romeral se denomina reconocimiento regional sistemático, tal metodología se desprende de

la necesidad de definir unidades de análisis y estrategias metodológicas que resulten

comparables en diferentes períodos de ocupación inicialmente en el área de estudio y

posteriormente en un contexto espacial más amplio (Langebaek, 1998).

La selección de las unidades de análisis obedece a la necesidad de aplicar categorías que,

nos libren de las analogías directas con sociedades vivas y que tengan un contenido social

que sea válido para el estudio de cualquier sociedad (Renfrew, 1974). Las dimensiones que

nos interesan - patrones de asentamiento, demografía y acceso a recursos - han servido en

diferentes ocasiones como “explicaciones” de procesos de cambio social, pero su valor

como dimensiones de análisis reside, en las articulaciones que se puedan establecer entre

ellas a lo largo de la secuencia de cambio. Si en algunos momentos se tratan como

entidades separadas, se hará solo por el valor heurístico que tal división implica, ya que, la

idea es considerarlas como partes de una totalidad articulada (Langebaek, Op. cit.1998).

4.1 Patrones de Asentamiento

Una de las maneras más productivas de ver los procesos de cambio sociales es en términos

de patrones espaciales. La estrategia de ubicación de los sitios de asentamientos adoptada

por un grupo humano, establece la relación entre las restricciones y las regularidades en el

contexto de la distribución de los recursos en correlación con la densidad demográfica, el

nivel sociopolítico alcanzado y la multiplicidad de exigencias sociales y culturales

requeridas para su ubicación (Clarke, 1984). El resultado es un patrón de ocupación y

apropiación de un área determinada que se refleja en el espacio. En otras palabras, la escala

de “evolución social” propuesta por autores como Service (1990), generalmente asocia




36

determinado tipo de organización social con modelos de organización espacial (Langebaek,

Op. cit.1998).

“En un sentido inicial, definimos patrón de asentamiento en los términos de Flannery

(1976:162 En: Langebaek, 1998:8), es decir como el patrón que se puede identificar en la

distribución de sitios en el espacio, basado en la distribución de frecuencias, tamaños y las

distancias entre ellos. Por otra parte, utilizaremos el concepto de sistema de asentamiento,

entendido, de nuevo siguiendo a Flannery, como el conjunto de “reglas” que se puede

determinar a partir del patrón de asentamiento, esto es, ir más allá de la caracterización de

los patrones de asentamiento para poder establecer regularidades que expliquen la

racionalidad detrás de sus características: la distribución espacial es sensible a aspectos que

son pertinentes para conocer una sociedad: conflictos, organización política, medio

ambiente, intensificación agrícola y se relacionan con la forma como una sociedad ocupa

un territorio. Un sistema de asentamiento, entonces, consiste en un número de

asentamientos que están intrrelacionados por vínculos sociales, económicos y culturales

(Eisenstadt y Schachar, 1987:39). Idealmente un sistema de asentamiento debería

corresponder a una unidad política entendida como una entidad autónoma de alguna

magnitud (Renfrew, 1986:7; Langebaek, 1995:34).

El análisis de la información recolectada en el reconocimiento regional tiene otras

posibilidades, cuando Flannery (En: Langebaek, 1998:9), habla del conjunto de reglas que

explican un patrón de asentamiento, puede incluir aspectos que no tienen nada que ver con

las características del terreno, ni con objetivos de maximización de ingresos y

minimización de costos. Estudios etnológicos han expresado claramente la importancia de

las dimensiones no económicas a la hora de valorar la configuración espacial de los

sistemas de asentamiento y han mostrado que “las variables culturales y socioeconómicas

aumentan la multiplicidad de opciones alternativas posibles con respecto al medio ambiente

percibido mas que al real” (Butzer, 1984:247).

Desde la geografía histórica se plantea el estudio del “comportamiento de grupos humanos

con relación al medio” lo cual implica reconstruir ese medio no solo como era en diferentes

épocas sino también la “manera como era observado y pensado”. La reconstrucción de

ciertas características del paisaje es importante porque ayuda a interpretar el espacio como

elemento activo en los procesos sociales: las personas interactúan con un espacio

socialmente construido, el cual no es necesariamente equivalente al que los arqueólogos,

geólogos y geógrafos determinan (Langebaek, Op. cit. 1998:9).

4.2 Demografía

Los aspectos demográficos nos interesan en la medida en que permiten evaluar las

diferencias entre períodos, en términos de la relación entre cantidad de gente, de una forma

bastante directa, y de su relación con recursos disponibles y patrones de organización social

de una forma más indirecta. El crecimiento de población se considera frecuentemente como

la variable que explica procesos de intensificación agrícola, desarrollo de complejidad

política y aún el colapso de sociedades, o por lo menos de determinados patrones de




37

organización social (Ibid, 1998:9).

Los modelos tradicionales que tienen que ver con el tamaño de una población son prestados

de la ecología; asumen que existe una relación entre la disponibilidad de recursos y el

tamaño de la población que aprovecha esos recursos. Sin embargo, es cada vez más claro

que el tamaño de una población también se ajusta a demandas tecnológicas, sociales y

políticas. Los cambios en el tamaño de una población, en efecto, no son independientes del

contexto social (Harris y Ross, 1987). Las poblaciones humanas tienen la capacidad de

controlar su tamaño. Las unidades básicas de reproducción pueden establecer limites altos o

moderados a dicha reproducción. Arqueológicamente, se ha documentado cómo en muchas

situaciones de estrés medioambiental, pero de intensa competencia política, la población

puede crecer (Langebaek, Op. cit.1998:9).

Muchos autores se han centrado en aclarar los mecanismos a través de los cuales el

crecimiento demográfico lleva a la complejidad social. (Dumond, 1972:286), afirma que el

crecimiento demográfico no es suficiente para generar el desarrollo de las sociedades

complejas, pero si es una condición necesaria. A nivel general se asume que el crecimiento

demográfico genera una presión sobre las tierras fértiles lo que a su vez da como resultado

conflicto y establecimiento de gobiernos a escala regional (Langebaek, Op. cit.1995:8).

Autores como: Cogwill (1975); Flannery (1976); Blanton (1983); Drennan (1987a); Earl,

(1987), y Spencer (1990), apoyan la correlación entre el crecimiento demográfico y la

agricultura intensiva, pero al mismo tiempo demuestran que la intensificación de la

agricultura existe dentro de una variedad de sociedades distintas incluyendo las llamadas

igualitarias (Ibid, 1995:8).

Spencer (1990:11-12), considera el crecimiento demográfico como el resultado de las

sociedades cacicales, ya que estas requieren excedentes para mantener especialistas

políticos por lo que requieren de mas gente que produzca (Ibid, 1995:8).

Blanton (1983), suministra un esquema en el que el crecimiento demográfico no opera

como variable independiente en el surgimiento de las sociedades complejas, pero existen

ejemplos en los que se muestra que la complejidad social también puede originarse bajo

condiciones de baja densidad demográfica (Ibid, 1995:8).

En sociedades prehispánicas, donde los cambios tecnológicos son raros, la dinámica de

población puede obedecer a demandas sociales y políticas relacionadas con la mayor o

menor ventaja de tener familias grandes (Coleman, 1988). En todo caso, conocer el tamaño

de una población a lo largo de una secuencia arqueológica resulta muy útil porque plantea

la posibilidad de correlaciones con aspectos de organización social que son conocidos

gracias a otras líneas de evidencia. En efecto, la dinámica de población da una idea de los

cambios en la manera como la población ajusta su tamaño de acuerdo con aspectos

sociales, políticos, y económicos. En este sentido, pretendemos reconstruir la historia

demográfica de la región por lapsos cronológicos, con el fin de comparar ese proceso con

las evidencias de cómo se organizaba la sociedad y cómo manejaba su entorno (Langebaek,




38

1998:10).

4.3 Medio Ambiente

El interés por el estudio de la importancia que tiene el medio ambiente para el estudio de la

dinámica social y el surgimiento de sociedades complejas, radica en la asunción de una

tendencia hacia la producción de excedentes entre los cacicazgos para el mantenimiento de

sus líderes (Langebaek, Op.cit.1995:10). En este sentido es hablar de acceso a recursos, lo

que implica preguntarnos en términos más amplios por aspectos de poder, de surgimiento

de élites y de las bases en que tal poder o tales elites se desenvuelven. Se parte del

principio, de que no existen sociedades igualitarias y homogéneas. Todas las sociedades

son complejas en el sentido de tener desigualdades y caracterizarse por cierto grado de

heterogeneidad. Lo que realmente parece diferenciar a las sociedades “complejas” de las

“no complejas”, es la forma cómo se da el control sobre recursos: quiénes tienen acceso a

ellos y de qué clase de recursos se trata. Términos cómo “élite” y “poder” tienen una fuerte

convocatoria, pero ya es imposible asumir que son exclusivos de las sociedades

consideradas “complejas” (Langebaek, Op. cit.1998:10).

La competencia por generar excedentes capaces de sostener a una élite en los cacicazgos ha

implicado, por otra parte, que un medio ambiente propicio para producir esos excedentes se

considere indispensable para el surgimiento de cacicazgos (Sahlins, 1958; Plog, 1990). De

esta forma la capacidad productiva de un medio ambiente se ha visto como un concepto

clave para explicar el desarrollo de sociedades complejas en México (Sanders y Price,

1968; Sanders y Webster, 1978), la Amazonía (Lathrap, 1970; Meggers y Evans, 1983) y

Perú (Moseley, 1978). Al igual que en el caso de la demografía, es cada vez más claro que

no existe una simple correlación entre la capacidad productiva de un medio ambiente y el

desarrollo de sociedades complejas. Pero, de igual forma, es claro que la manera como una

población se distribuye en el espacio arroja información pertinente para conocer sus

características sociales y económicas (Ibid, 1998:15).

La idea de que el acceso a recursos es un aspecto fundamental en el desarrollo de

sociedades con sistemas de liderazgo estables puede ser evaluado arqueológicamente. Un

argumento que frecuentemente se utiliza para explicar los procesos de cambio social basado

en el surgimiento de una élite interesada en acumular, se refiere al potencial y variabilidad

que ofrece el medio ambiente. Propuestas como la de Service (1990), asumen que el origen

de los cacicazgos parece estar relacionado con una situación ambiental que favorece el

desarrollo de actividades de producción especializadas y organizadas desde un centro de

poder político14

, lo que llevó al surgimiento de prácticas de redistribución, como una

estrategia económica que eventualmente implicó el desarrollo de desigualdad social entre

los miembros de esas sociedades (Langebaek, 1998). 14

La explotación de diferentes nichos ecológicos por parte de jefaturas embrionarias generan condiciones

con determinadas circunstancias geográficas y una distribución en la que se requiere una simbiosis local y

regional que promueven el liderazgo hacia una jerarquía de estatus con un sistema institucionalizado por

el poder central (Service, 1990:94).




39

El acceso a tierras fértiles parecería el mejor candidato para ser considerado un aspecto

vital en el acceso a recursos por parte de sociedades agricultoras. Bajo esta perspectiva, el

desarrollo de una sociedad en particular ha sido explicado como el resultado de variables

netamente ambientales y a patrones de uso de la tierra. Los argumentos se han centrado en

la productividad del suelo con respecto a algún tipo de cultivo como por ejemplo papa en el

altiplano oriental (Edit, 1959:380 En: Langebaek, 1995:64), o maíz para la misma región

(Ibid, 1995:64). En estos estudios se trata de correlacionar el área fértil ocupada, que

permite calcular productividad agrícola anual y la cantidad de individuos que se

alimentarían con tal producción.

Pero sólo se trata de un aspecto de la dimensión de acceso a recursos, uno que es fácil de

estudiar en el ámbito regional y que da una visión panorámica del problema. Sin embargo,

de poco o nada sirve para evaluar el otro aspecto vinculado con la base del poder: Aquel

que tiene que ver con otro aspecto más local que se relaciona con la capacidad que tengan

las élites de acumular bienes como parte de un proceso en el cual se han distanciado de su

propia comunidad. Este es precisamente el argumento que para muchos parece definir a un

“cacicazgo”: la capacidad de algunos de sus miembros, de poder acumular riqueza que les

permita “financiar” sus actividades como líderes (Earle, 1987; 1997. En: Langebaek,

1998:15-16).

Otras explicaciones más generales como la de Angulo (1961), plantea que el desarrollo

político en el caso particular de los Muiscas debía ser entendido en términos de las

condiciones geográficas de los suelos templados, planos y fértiles, la abundancia de agua y

la topografía que favorecía la intercomunicación. Una postura opuesta (Engel, 1976)

considera que la incertidumbre y el desafío medioambiental, son necesarios para el

surgimiento de las sociedades cacicales y estados (Langebaek, Op. cit. 1995:18).

Existen sin embargo, ciertos problemas, como lo expuesto por Salomón (1986), para los

andes ecuatoriales en donde muchos cacicazgos fueron autónomos en cuanto a la

producción de alimentos, aun que esto no significa que eran sociedades autosuficientes

(Ibid, 1995:14).

De otro lado el intercambio de alimentos parece ser un mecanismo poco probable para la

solución de necesidades básicas de subsistencia, a menos que las distancias comprometidas

sean cortas y los productores y consumidores fueran numerosos y concentrados (Drennan,

1984). Lo anterior apoya la idea de que en las regiones en donde se realizó algún tipo de

agricultura, al parecer de carácter marginal, pero surgieron sociedades complejas, los

arqueólogos deben considerar el intercambio de alimentos como la única forma en que

estas sociedades podrían abastecerse (Ibid, 1995:14).

En esta corta reseña se pone de manifiesto que los modelos o dimensiones temáticas de

análisis empleados para explicar la evolución social, presentan limitantes. Hoy día, casi

todos los arqueólogos estarían de acuerdo conque el surgimiento de sociedades complejas

no puede ser entendido a través de ninguna de estas dimensiones de análisis tomadas

independientemente o en combinación. Esto no quiere decir que el crecimiento




40

demográfico o el intercambio no precedieron el surgimiento de sociedades complejas en

algunas regiones o que hallar una correlación entre suelos fértiles, agricultura del maíz y

complejidad social implica haber llegado a la explicación de esta ultima (Ibid, 1995:18).

Los arqueólogos reconocen que existen muchos tipos de sociedades complejas (Finman y

Nietzel, 1984; Hastorf, 1993), muchas formas a través de las cuales la élite se financia (D’

altroy y Earl, 1985), y diversos mecanismos por los cuales la élite mantiene y refuerza su

estatus (Drennan, 1991; Spencer, 1993). También se ha abordado la idea de que sólo bases

económicas comparables pueden mantener sociedades complejas (Bender, 1990; Mosely,

1978; Widmer, 1988). Aceptando lo anterior las explicaciones de cambio social no deben

estar basadas en conexiones de “móviles causales” dentro de una trayectoria particular en

términos de dinámica poblacional, intercambio o medio ambiente y cambio social (Ibid,

1995:18).

Cualquier sociedad, puede ser descrita en términos de su tamaño, entorno natural y cómo

interactúa con otras sociedades. Sin duda todos estos factores están íntimamente ligados y

estos a su vez se relacionan con otras esferas del comportamiento social, como la guerra, la

tecnología y la ideología. Un conocimiento adecuado respecto a como se expande,

disminuye o permanece estable la población, como interactúa con otras y quien se beneficia

de esto y como se relacionan con su medio ambiente, representa una enorme ganancia para

el estudio de cualquier sociedad antigua o moderna (Ibid, 1995:18).

Bajo estas premisas el cambio social se refiere a relaciones complejas y dinámicas entre

estas dimensiones temáticas; como estas se relacionan entre sí, depende de cómo se

encuentra organizada la sociedad. Tal complejidad, nos lleva a pensar que tan limitadas

pueden ser nuestras interpretaciones del pasado, Pero, Pensamos que la anterior afirmación,

no puede ser excusa para evitar la investigación empírica a través del estudio de los restos

arqueológicos, con miras al conocimiento sobre procesos históricos (Ibid, 1995:18).

4.3 Palinología

Lluvia de Polen Reciente

Con el fin de conocer la capacidad de producción de polen de las especies presentes en el

Transecto Parque de los Nevados (TPN: Transecto Parque de los Nevados, Cordillera

Central Colombiana), Melief en 1.990 estudió la relación entre la lluvia de polen reciente y

la vegetación observada y encontró que cada taxa en la lluvia de polen se relaciona con su

especie progenitora a través de la relación P/V donde P representa el porcentaje de la

especie respecto al total de la cobertura vegetal y V el porcentaje del polen característico de

la especie respecto al total polínico recolectado de la lluvia de polen o de los suelos. Esta

relación, es esencial para elegir aquellas taxas cuya presencia dan mayor veracidad a la

interpretación de los diagramas polínicos. Es así como se establecen los conceptos de bajo,

proporcional y sobre representación de determinada taxas, siendo óptimas para trabajar

aquellas taxas bajo o proporcionalmente representadas.




41

En el transecto TPN el costado occidental de la cordillera Central es relativamente húmedo

y escarpado, esta zona presenta considerablemente bajos porcentajes de taxas en la lluvia de

polen, la razón es que los taxas referidos (Lauraceae, Rubiaceae, etc) no producen muchos

granos de polen o ese polen no se conserva bien en el suelo.

En altitudes cercanas a 3000 m.s.n.m., similares a la zona muestreada en este trabajo,

Melief, (1.991) se observó que los elementos de bosques andinos y subandinos están bien

representados en el diagrama de polen aunque se observa sobre-representación de algunos

elementos como Melastomataceae que presenta un óptimo de porcentaje en estas altitudes;

así mismo, la representación de lluvia de polen y vegetación es más o menos proporcional

en la zona de bosque andino (subpáramo) y entre 3.600 -3.800 m.s.n.m el polen está

claramente sub-representado; por su parte, arriba de 3.800 mts en la zona de páramo

dominada por Gramineaes, la representación palinólogica y la vegetacional es casi la

misma (proporcionalmente representado).

Se estableció que elementos como Cecropia, Hypericum, Hedyosmum, y otros elementos

están sobre-representados en la lluvia de polen mientras que Gramineae, Umbellyferae,

Compositae, Myrtaceae, Melastomataceae y Urticales son más o menos proporcionales en

esta relación P/V; por su parte, Solanaceae y Oreopanax estas sub- representados; en zonas

de línea de bosque se observa deposición de polen de Hedyosmum, Brunella, Podocarpus y

Quercus con altos valores, sub-representados generalmente.

Taxas Indicadoras

Con base a los estudios de lluvia de polen Melief (1.989), establece porcentajes de polen

mínimos para la vegetación en el TPN sin tener en cuenta las asociaciones y vegetaciones

azonales, observándose por ejemplo para:

Páramo bajo/Bosque andino superior:

Hypericum más del 10 %. Escalonia más del 10 %.

Bosque andino:

Hedyosmum más del 35 %.

Weinmania más del 10 %. Quercus más del 70 %.

Subandino:

Urticales más del 20 %. Cecropia más del 15 %.

También se establecen elementos indicadores de humedad y aridez de algunos taxas

seleccionados en los TPN:




42

En climas zonales húmedos: es común hallar Melastomataceae, Sellaginella, Cyatheaceae,

Urticales, Solanaceae, Escallonia, Weinmania y Hedyosmumm.

En climas zonales secos: es común hallar Ericaceae, Hedyosmum, Cecropia y Quercus.

Cambio del Cinturón de Vegetación

En la Cordillera Central colombiana en la línea de bosque ubicada a 3.800 m.s.n.m, se

observa más del 40% de Gramineae y menos del 30 % de elementos de bosque, porcentaje

similar al de Grabandt, (1.985), el cual estableció un porcentaje máximo del 35 % de

Gramineae y menos del 30 % de elementos de bosque para la Cordillera Oriental. Se

estableció, con base a las observaciones de la relación P/V suministrados por Melief,

(1.990), que en la Cordillera Central colombiana se registra una variación aproximada del

3-4 % de Gramineae por cada 100 mts de desplazamiento de la línea de bosque.

Según observaciones de Melief, (1.991); el polen arbóreo presenta una población menor del

30% en la línea de bosque situada a 3.800 mts; de tal forma que se llega a la conclusión que

existe una variación de 6-7% de polen arbóreo por cada 100 mts en el TPN, valor un poco

superior al registrado en la Cordillera Occidental por Hooghiemstra, (1.984); que varía

entre el 7-8%.

Con base a lo anterior, en un levantamiento a cualquier altitud podemos establecer la

variación altitudinal aproximada de la línea de bosque en base al porcentaje de elementos

arbóreos presentes.

Construcción de Los Diagramas de Polen

Del total de granos y palinomorfos contabilizados, se obtendrá la representación porcentual

de cada taxa o grupos de ellos, respecto al total de granos contabilizados por muestra

tratada; en nuestro caso, los diagramas fueron elaborados con ayuda de los programas Tilia

y tilia-graph.

Con el total de granos y palinomorfos contabilizados, se realizó una matriz de datos bajo Excel

para cada uno de los conteos, donde las filas representan las muestras analizadas y las

columnas corresponden a los nombres de los taxa reconocidos e identificados y los campos

contienen el número de granos contabilizados.

Posteriormente estos datos, en formato wk1, fueron importados al programa TILIA donde se

realizó el diccionario correspondiente a la perforación de puente largo; este proceso consiste

en poner a cada palinomorfo observado, un código particular que representa asimismo su

asignación a un grupo ecológico.

El principio del programa Tilia es obtener la representación porcentual de cada especie o

grupo de ellas respecto al total de granos contabilizados por muestra tratada. El TILIA-

GRAPH es usado con el objeto de cargar los datos de TILIA ya procesados y realizar la




43

gráfica o palinograma correspondiente a la perforación y además facilitar su presentación

final. El programa permite elaborar tanto diagramas de polen generales como individuales.

Bioestratigrafía

La bioestratigrafía de asociación es un concepto de agrupamiento que incluye tanto la

diversidad en especies vegetales de la perforación como la variación composicional en

función de la profundidad de los diversos taxas presentes en la perforación; es a partir de

las variaciones en la asociación de diversas especies, que se pueden interpretar cambios de

carácter ambiental que se preservan en el registro del suelo en la región de Romeral.

Porcentaje de La Vegetación Actual en La Región

El porcentaje de la vegetación incide en la lluvia de polen que es aportada

permanentemente hacia las unidades pedológicas, guardándose fielmente este registro. He

aquí la importancia de saber la composición y estructura de la vegetación presente en esta

región de la cordillera con el objeto de realizar una interpretación lo más acertada a la

realidad de las variaciones ambientales tanto en temperatura como en humedad que

modificaron en el pasado las biozonas de vida en esta región.

Es de aclarar que no son muchos los trabajos realizados en esta parte de la cordillera sobre

diversidad y estructura de la vegetación, existiendo cierto desconocimiento sobre gran parte

de las asociaciones que allí se presenta, aunque se han realizado algunos trabajos en páramo

y bosque altoandino.

La Zonación

La zonación es un concepto bioestratigráfico para analizar porcentajes verticales de taxones

fósiles; allí, una zona representa un período o intervalo claramente diferenciable de sus

vecinos, por su composición y/o abundancia de taxa.

Se busca con la zonación, distribuir verticalmente intervalos que posean condiciones

paleobióticas constantes o similares y los límites zonales se establecen en aquellos puntos

con cambios relevantes; por ejemplo, en la transición de un período dominado por polen

perteneciente a vegetación herbácea a uno en el cual, sea más relevante la vegetación

arbórea.

La zonación para la perforación se obtiene combinando la observación directa de las

cambios con los diagramas de agrupamiento estadístico proporcionados por el software

CONISS, el cual a partir de un complejo algoritmo matemático, realiza una suma de

cuadrados, cuyo resultado nos brinda una separación fragmentada del diagrama general,

totalmente independiente del observador; en este programa de “clustering” cada fragmento

indica cambios de diversos grados de importancia en el diagrama de polen.




44

Biozonación

Debemos observar que la naturaleza de las unidades bioestratigráficas, está dadas por un

cuerpo de roca, en nuestro caso la columna estratigráfica, definida o caracterizado por su

contenido fósil, siendo la unidad básica de clasificación la BIOZONA.

En el caso ideal, una unidad bioestratigráfica es contemporánea con los cuerpos

sedimentarios que las contienen y por lo tanto, deben estar representadas solo por los

fósiles contemporáneos preservados en sucesión estratigráfica normal y por lo tanto se

deben excluir los fósiles derivados de estratos más jóvenes o más viejos o provenientes de

materiales de diferentes facies. (código estratigráfico)

Las unidades bioestratigráficas (biozona, biosubzona y zónula) están basados en criterios

derivados del contenido fósil y los cuales difieren fundamentalmente de los empleados en

las unidades litoestratigráficas; en particular, sus límites pueden o no coincidir con los

límites de las unidades litoestratigráficas pero aún así, existe una relación inherente entre

ellas.

Diagramas de Polen

Los diagramas de polen son una técnica convencional donde se trata de exponer los resultados

de la investigación polínica de manera porcentual; allí la columna vertical expone la geología,

la profundidad de la perforación y la presencia o no de cada taxa en función de la profundidad,

mientras las líneas horizontales muestran el espectro particular de polen de cada una de las

muestras analizadas.

El diagrama pone de manifiesto las variaciones taxonómicas y porcentuales verticales de taxa,

asociables a variaciones climáticas y/o geológicas.

Para poder trabajar la gran cantidad de especies observadas en la perforación, estas debieron

ser agrupadas en once grupos ecológicos principales, donde cada uno de estos está asociado a

unas condiciones ambientales específicas características del área de la zona muestreada. El

grupo I esta constituido por los elementos de cinturones de bosque, el grupo II esta

constituido por los elementos de borde de bosque, el grupo III esta conformado por taxa

que tienen ocurrencia en los helechales, el grupo IV esta constituido por elementos de

rastrojo, el grupo V esta conformado por elementos pioneros, el grupo VI esta conformado

por Arecaceae, el grupo VII esta constituido en general por gramíneae, el grupo VIII lo

conforman los elementos cultivados, el grupo IX lo forman los elementos de Musgos, el

grupo X por Hongos. Otros elementos no agrupados están asociados en el grupo XI,

mientras los elementos indeterminados y no clasificados se han asociado en el grupo XII;

estos agrupamientos, está basados en los grupos establecidos inicialmente por Herrera

(1.989), pero modificados por Jaramillo (1.998) para ecosistemas asociados a yacimientos

arqueológicos, aunque ligeramente organizados para incluir las observaciones

vegetacionales de la región del área de Romeral, con el objetivo primordial de preservar la

posibilidad de correlacionar con estos trabajos previos, los elementos incluidos en cada




45

grupo.

Otras posibilidades de agrupamiento son viables e importantes para registrar variaciones en

las condiciones locales del complejo montano como podrían ser agrupar las plantas típicas

del los diferentes zonas vegetacionales asociados a los bosques, otros son los elementos

vegetacionales que solo afectan localmente el área del yacimiento así mismo se pueden

realizar agrupamientos típicos vegetacionales asociados a yacimientos arqueológicos para

establecer correlaciones regionales y otros tipo de agrupamientos se pueden realizar para

indicar comportamientos de la humedad ambiental.

Biozonas de La Región de Romeral

La biozonación se ha elaborado analizando las variaciones de las curvas de los grupos ya

indicados en el diagrama general, los dendrogramas de similaridad obtenidos por análisis

de Clusters de los cuales se han identificado la presencia de diversas biozonas

vegetacionales bien definidas y registradas en los diagramas de polen. Las biozonas son

definidas por las tendencias generales observadas en grupos de taxa y se han nomenclado

acorde a una zona característica donde se conservaron las condiciones ambientales y

vegetacionales más marcadas y permanentes de la región.

La biosubzona es definida por desviaciones locales en las tendencias generales de los

grupos ecológicos; estos segmentos por sus características ambientales y composicionales

son únicos al interior de las biozonas. Estos intervalos indican moderadas variaciones

vegetacionales y se han referenciado con un número.

4.5 El Cambio Social

Para poder detectar los cambios y diferencias entre conjuntos humanos, debemos partir de

la definición de unidades de estudio que puedan contrastarse empíricamente. Estas deben

basarse en características excluyentes y particulares, de otra forma resulta imposible

establecer convergencias y disparidades que contribuyan a ver variaciones a lo largo del

tiempo y durante momentos específicos (Mora, 1997:65).

Para el estudio del cambio social, la tecnología y los estilos, inferidos a partir del estudio de

los artefactos cerámicos, no puede ser la fuente básica para comprenderlo, mas aún, cuando

tales materiales se han empleado para establecer conjuntos que han sido asimilados con

culturas, lo cual ha llevado a suponer, por ejemplo que la superposición de dos conjuntos en

un sitio, significa el remplazo de una población por otra (Ibid, 1997:65). Lo anterior no ha

sido ajeno a las hipótesis planteadas en la arqueología del Valle de Aburrá (v.g. Castillo,

1995; Santos, 1995, 1998; Bermúdez, 1997).

Para el estudio del cambio social, el énfasis debe centrase, entonces, en el análisis de las

diferentes asociaciones entre múltiples indicadores tales como las densidades de población,

los sistemas adaptativos, innovaciones económicas y distribución de los asentamientos, las




46

cuales, vistas en conjunto, permiten pensar en una trayectoria histórica y no en rupturas

sucesivas marcadas por invasiones y migraciones (Mora, Op. cit.1997:65).




47

5. DIMENSIÓN O ESCALA DE LA INVESTIGACIÓN

Con la dimensión de la investigación, nos referimos a las características socio - políticas de

las sociedades que dejaron evidencias materiales en diferentes períodos. Para lo anterior, el

conocimiento derivado de fuentes etnohistóricas sobre el tipo de sociedades que

encontraron los españoles a su llegada al Valle de Aburrá, resulta importante por que

muestran las últimas manifestaciones socio – políticas que son resultado de procesos

históricos de larga duración, de las cuales pretendemos estudiar su proceso histórico, y

entender su posición en un contexto espacial más amplio.

Los grupos humanos que habitaron el Valle de Aburrá a la llegada de los españoles, fueron

descritos por estos como pequeños “pueblos” que compartían características como lengua y

patrones de subsistencia. Notaron también la baja densidad de población y diferencias en

costumbres, trajes y la manera de sus casas como en todo lo demás con grupos de otras

regiones vecinas, como los que habitaban la vertiente oriental del río Cauca.

Las más importantes relaciones sobre los grupos indígenas, se encuentran en las crónicas de

conquista de la expedición de Jorge Robledo en 1541, escritas por Juan Bautista Sardella,

Pedro Cieza de León, Pedro Sarmiento, y el mismo Jorge Robledo. Gaspar de Rodas

(1578), quien tuvo a su cargo la conquista, pacificación y repartición en encomiendas la

población indígena que habitaba la cuenca del Porce y parte del nordeste Antioqueño (en

ella participo, también su hijo Alonso de Rodas) y Fray Pedro Simón, quien estuvo en la

región poco tiempo después de la conquista. Además de estas crónicas, los documentos

coloniales de mayor relevancia, se encuentran en los archivos históricos, principalmente en

la visita efectuada en 1614 por Francisco de Herrera Campuzano (Castillo, Op. cit. 1998).

Para el área de estudio, existen varios trabajos que sistematiza datos provenientes de las

crónicas de la conquista y de archivos históricos, con diferentes propósitos:

Castillo (1998), retoma los dos tipos de fuentes para “dar cuenta de la dinámica de los

sistemas socioculturales y el modo de vida de las sociedades indígenas”, del siglo XVI en la

cuenca media del río Porce. El propósito fundamental es “construir un modelo etnohistórico

que permita ampliar la interpretación de los desarrollos sociales identificados mediante el

registro arqueológico”. Para tal propósito, según la autora en referencia, las fuentes escritas

no proporcionan datos suficientes para caracterizar las culturas que ocuparon la cuenca

media del Porce, por lo que, la autora toma la información procedente da la cuenca superior

(río Medellín, Valle de Aburrá), media (río Porce), e inferior (Porce / Nechí).

Santos (1995), en el marco del trabajo “El Volador las Viviendas de los Muertos”, realiza

una corta reseña a partir de datos de las crónicas y de documentos de archivo, el cual

denominó los grupos indígenas en el Valle de Aburrá en el siglo XVI y XVII.

Vélez y Botero (1997), toman los datos de las crónicas para realizar “La Búsqueda del

Valle de Arví”, enmarcado en lo que los autores llaman “un ejercicio teórico en el que el




48

conquistador y sus cronistas son los guías y los textos escritos, los informantes”.

Guingue (1999), realiza un trabajo, que denomina “Prospección Arqueológica en el

Documento Histórico escrito: Valle de Aburrá y oriente Antioqueño”. El autor realiza un

ejercicio de lectura y análisis de la información contenida en documentos de la

administración colonial. Los datos obtenidos son cruzados con la información arqueológica

disponible. Con “el cruce de estas dos metodologías”, el autor plantea como objetivo,

realizar un rastreo de vestigios de ocupación humana antigua. Para tal propósito utiliza el

potencial heurístico de documentos procedentes de los siglos XVII y XVIII.

Vélez (1999), mediante información histórica (datos de crónicas y archivos de la

administración colonial), cartografía y biofísica, ubica los asientos y pueblos Aburráes en

1541. Plantea la importancia de tal ubicación por que permite, por un lado, entender las

primeras acciones de los colonizadores en el Valle de Aburrá y por otro, explorar las

implicaciones de su ubicación, en las que se debe retomar de manera analítica, la viabilidad

física, biótica y por que no, cultural, de su emplazamiento.

De acuerdo con las características del presente estudio, en cuanto al tamaño del área

prospectada y el tiempo disponible para su realización, no es factible realizar un estudio

etnohistórico detallado, utilizando las dos fuentes mencionadas. De acuerdo con lo anterior,

retomamos, los trabajos arriba reseñados, en aquellos aspectos que consideramos relevantes

para dar cuenta de los aspectos socio - políticos y económicos de las sociedades asentadas

en el área de estudio a la llegada de los españoles. Paralelo a ello, se consultaron algunas

fuentes del archivo histórico de Antioquia con el propósito de obtener información sobre el

periodo colonial, en cuanto a dos aspectos considerados básicos, para los propósitos de este

estudio: “Territorialidad e historia, el cual incluye temas como demografía (población

económicamente activa, estado civil, mestizaje, migraciones e inmigraciones), y aspectos

político - administrativos, interacciones locales (Ver Anexo 1, Alvarez, 2000). En esta

perspectiva los datos escritos, producidos en el período colonial temprano y tardío, son

entendidos como una herramienta valiosa que permite entender la dinámica de las

relaciones sociales y contextualizar el registro arqueológico de ese período.

En la cuenca alta del río Medellín, conocida desde el siglo XVI como "Valle del Aburrá",

se identifican una serie de comunidades designadas como Aburráes. Estas vivían nucleadas

en pequeños poblados; eran agricultores, cultivaban maíz, fríjol y frutales; domesticaban

curíes y perros mudos, hilaban algodón y tejían mantas (Castillo, 1995).

Para esta zona los conquistadores se refieren a la existencia de dos poblados: uno cuyo

nombre no se menciona, donde arribaron en la primera entrada de conquista, se localizaba

hacia el Suroeste y el otro, el de Curquí, se ubicaba hacia el norte del valle, a orillas del río.

A juzgar por los resultados de la exploración de las zonas adyacentes, no había

asentamientos de importancia; sólo se encontraron algunos bohíos que identificaron como

depósitos de alimentos (Ibid).




49

Según Vélez (1999:222), en el Valle de Aburrá existían, al momento de la irrupción

española, mas de un pueblo15

de los aborígenes que lo habitaban. Este hecho es inferido a

partir de la siguiente cita de Sardella:

..., esta provincia se llama en nombre de yndios Aburrá y le pusimos por

nombre el valle de San Bartolomé, aquí estuvimos quinze días en los quales

por llamamiento del capita(n) le viniero(n) todos los yndios de paz e servia(n)

a los españoles e asy mysmo viniero(n) otros pueblos a este comarcanos

(Sardella, 1993. En: Vélez, 1999:222).

Con respecto a los pueblos localizados hacia el sur occidente del valle, Vélez y Botero

(1997), utilizando las crónicas de Cieza, Sardella y Robledo y la información biofísica,

cartográfica y aerofotográfica concluyeron que el “asiento del real” durante la estadía de la

expedición de Jorge Robledo en los meses de julio y agosto de 1541, fue establecido en

territorio del actual corregimiento del municipio de la estrella conocido como Pueblo Viejo

(Vélez, 1999:223).

Además de lo anterior hay dos aspectos que permiten inferir la existencia de varios pueblos

ubicados al sur del Valle de Aburrá a la llegada de los españoles:

Uno, es el establecimiento de los “asientos16

viejos de los Aburráes” planteado por Vélez ,

a partir de datos de archivo. Estos se encuentran en un terreno que enmarca el alto de

Manzanillo, la desembocadura de la quebrada la Tablaza en la Doña María, Doña María

abajo hasta el río de los Aburráes, río abajo hasta un punto de cruce con una línea

imaginaria que corre entre la cima máxima del alto el Barcino y el punto situado a 3134,25

m al sur del cerro Nutibara con rumbo de w 90° Este y sobre el camino que iba al ancón de

Yamecíes, cima máxima del alto el Barcino, cordillera abajo hasta el alto de Manzanillo y

de este punto hasta la desembocadura de la quebrada la Tablaza (Vélez, 1999:232).

El otro aspecto, es la identificación del emplazamiento del Pueblo de Aburrá, realizado por

Vélez. “A juzgar por la cota de ubicación del “Pueblo de los Naturales” de Pueblo Viejo,

1860 m.s.n.m, la mayor concentración de viviendas habría que buscarla entre los altos del

Cacique y de Eustaquio y, particularmente, en torno al alto del cacique, en el sillar, pues en

sus alrededores se encuentran las tierras mas planas [...]: la Guayabala y la Tablaza” (Ibid,

1999:239).

Con respecto a la parte norte del Valle de Aburrá, solo se tiene la referencia del pueblo de

15

Según Vélez (1999), apoyado en varias citas de Sardella y Robledo, los españoles entendían por pueblo

algo así como un agrupamiento de viviendas y de habitantes de estas o pobladores. 16

El autor asume asiento como una categoría mas amplia que el pueblo, pues engloba varios de estos, pero

además, incluye las viviendas y demás construcciones dispersas, las acequias, los caminos, las tumbas, los

pozos de agua trabajados, las terrazas o terraplenes, los bermejales o sacaderos de arcilla, las chambas,

zanjas o paredes que separan terrenos, los cultivos o restos de cultivos y en fin la concentración de muy

diversas huellas humanas sobre el territorio de ocupación. En este sentido el pueblo forma parte

importante de los asientos.




50

Curquí (Botero y Vélez, 1995; Castillo, 1995; Vélez, 1999), sin más datos.

Durante la exploración de la altiplanicie al oriente del Valle de Aburrá, la población era

muy escasa y se señala la existencia de algunos bohíos “a manera de ventas” distanciados

entre sí cerca de dos leguas, cada uno de los cuales tenía sembrados de maíz y yuca; así

mismo observaron “grandes acequias de agua hechas a mano”. (Sardella, 1921. En: Botero

y Vélez, 1995:82).

En el valle de Aburrá y las vertientes, los españoles destacan la existencia de “muy grandes

edificios destruidos y de caminos de peña tajada, hechos a mano más anchos que los del

Cuzco” (Ibid, 1995:82).

Los cronistas y el mismo Robledo coinciden sobre algunos aspectos como la descripción de

caminos, y las diferencias significativas como la lengua y otros aspectos culturales respecto

de las provincias ubicadas hacia la vertiente del río Cauca y al norte del valle:

[La provincia de Aburrá] es diferente de todas estotras (provincias de murgia), ansí en el traje como en la manera de las casas como en todo lo demas; porque los hombres traen, en lugar de cinchos, una madeja de hilo colorado ó blanco y su natura cogida arriba, asida por el capillo de aquel ancho; no comen carne humana y son indios pobres, que tienen poco oro, y son grandes labradores y tienen mucha ropa é mucho de comer, así de carne como de frutas, porque tienen grandes arboledas y están en aquel valle ques muy ancho é vicioso; son belicosos en la guerra y pelean con diferentes armas questotros, porque tienen estoricas con que tiran sus tiraderas, que son unos dardos delgados, que los hechan con tanta fuerza como xara. [...]" (Robledo, 1923: 403. En: Castillo, 1995).

Fuera del Valle de Aburrá, 20 lenguas al norte por el curso del río, Robledo refiere la

existencia de la provincia de Amache distinta de la de Aburrá: “[...] esta en este mismo rio,

que baja de Avurra, la provincia de Amache, bien veinte leguas abajo; estos son flecheros é

tienen yerba; son de otra lengua.” (Ibid, 1995:404).

Como podemos observar, las crónicas del Valle de Aburrá no son suficientes para

caracterizar la estructura social, política y económica de los “pueblos” que se encontraban

en el a la llegada de los españoles. Este hecho contrasta con las descripciones realizadas a

las comunidades ubicadas en la cuenca inferior del Porce - Nechí, en la que destacan, la

existencia de mayor cantidad de población “a la otra banda de aquel río (banda oriental del

Porce), de que eran indicios los caminos anchos y grandes sementeras que se alcanzaban a

ver de la otra parte” (Simón, 1980:135. En: Castillo, 1995), y realizan descripciones en las

que es posible encontrar datos relevantes sobre su estructura sociopolítica y económica.

La ausencia de tales descripciones en el Valle de Aburrá, tal vez se deban a que en él, no se

encontró oro: ... son yndios pobres que tienen poco oro y son grandes labradores y tienen




51

mucha ropa y mucho de comer así de carne como de frutas por que tienen grandes

arboledas (Sardela, 1963. En: Botero y Velez, 1997:38).

La fundación de las primeras ciudades se centró en áreas en las que existía el recurso, como

el caso de Santa Fe de Antioquia, y poco después las fundaciones de Remedios, Cáceres y

Zaragoza. Probablemente, los pueblos que describen los españoles ubicados al sur del Valle

correspondan a comunidades locales periféricas dependientes de un centro político

administrativo mayor del cual no conocemos sus características y localización o tal vez se

trataba de grupos que habían alcanzado cierta autonomía por procesos de fisión y

expansión, en los que, “los Señores principales”, no alcanzaron un poder mas allá de su

propia localidad.

De acuerdo a lo anterior, retomamos los datos etnohistóricos para las comunidades del

curso inferior del Porce - Nechí, identificadas bajo el nombre genérico de Yamecíes. Tales

datos se muestran bajo la hipótesis de que, de acuerdo con las descripciones que se tienen

para el Valle de Aburrá, se pueden inferir algunos aspectos de la organización social,

política y económica que podrían ser similares a los descritos por los cronistas para el área

inferior del Porce.

5.1 Organización Social

La organización social está estructurada sobre la base de lazos de parentesco, establecidos

por filiación y alianzas matrimoniales. “Estaban divididos en sus casas y asientos por

parcialidades y parentelas” (AGN, V. de A.17

. T.3, folio 320r, En: Castillo, 1998:73). De la

cita anterior se desprende que la unidad social mínima era la familia; a un nivel superior, la

organización e integración social estaba constituía por la parcialidad, la cual estaba

conformada por varias familias. En conjunto estas constituían una comunidad autónoma

frente a otras del mismo orden, las cuales fueron identificadas por los españoles como

provincias (Castillo, Op. cit. 1998:73-74).

Cada comunidad y en algunos casos la parcialidad, ocupaba un territorio específico, y se

localizaban dispersas entre si a una o varias leguas de distancia. Las parcialidades eran

exogámicas con un patrón de residencia patrilocal; lo que implicaba que los matrimonios se

realizaban entre miembros de distintas parcialidades de la misma comunidad o de otra

(Ibid, 1998:73-74).

5.2 Organización Política

La articulación de los diferentes niveles de organización social, comporta una estructura

jerárquica que se expresa en la existencia de jefaturas de alcance distinto. Así, los españoles

17

Archivo General de la Nación. Sección Colonia. Fondos: Poblaciones Varias, Caciques e Indios,

Encomiendas, Visitas de Antioquia, Censos, Mapoteca.




52

distinguen un cacique principal, varios caciques de rango menor y capitanes.

En los llamados caciques principales, su estatus fue reconocido por el mayor numero de

mujeres y en “hacerle sus sementeras” (Ibid, 1998:73):

[…], Nunca habían pagado tributo a sus caciques. sino solo ayudalles a hacer

sus sementeras en reconocimiento de mayoría y cuando estan hechas

ayudaselas a comer (AGN, V de A. T.3, fol. 267r. En: Castillo, 1998:74)…

tan solo han ayudado antiguamente y agora a hacer rosas a su cacique en

reconocimiento de tener por tal (AGN, V de A. T.3, fol. 306r. En: Castillo,

1998:74).

La base de la organización política estaba constituida por pequeños grupos de descendencia

en los que la importancia del cacique (denominado principal) no superó el ámbito de su

propia localidad. La jefatura no incluía una subordinación de tipo político, por lo que su

condición debió responder a una suerte de liderazgo derivado de su capacidad de organizar

labores comunales cotidianas, la redistribución de productos y del trato con comunidades

vecinas y con extranjeros (Castillo, 1998:74).

Los caciques menores, al parecer constituían jefes de parcialidades o de familias, pues

algunos de estos tenían tres mujeres lo que sugiere un mayor prestigio dentro de la

comunidad. De otro lado, los capitanes son mencionados en los documentos, pero no se

poseen datos para determinar sus funciones. (Ibid, 1998:73).

5.3 Producción e Intercambio

Acorde con las características de estas sociedades, cada parcialidad desarrollaba la

producción de bienes adecuada para el abastecimiento de sus necesidades. Estas no solo

comprometían a aquellos elementos utilizados para el consumo directo de los miembros de

la unidad familiar, sino también los que entraban en las redes de intercambio de acuerdo

con las normas de reciprocidad que regulaban las relaciones entre las comunidades

emparentadas y aliadas (Ibid:74-76). Parece ser que para tales propósitos se acostumbra

visitar directamente la comunidad con la cual se iba a intercambiar y no por medio de

mecanismos estatales centralizados (Langebaek, 1997).

El sistema agrícola integraba productos como el maíz y tubérculos como la yuca, el ñame y

la batata, palmas como el chontaduro, y el algodón (Simón, Op. cit.: 139). Un componente

importante de las parcelas debieron ser las plantas para usos mágicos, rituales y

medicinales, las cuales según las referencias documentales eran ampliamente usadas por

los indígenas (AGN, V de A. T.3, folios 262v-263v, 269r-269v. En: Castillo, 1995).

Cada comunidad desarrollaba un sistema agrícola basado en el método de tumba y quema y

la rotación de tierras. En estos mecanismos era usual el establecimiento de viviendas

satélites o temporales ubicadas cerca a los cultivos y dependientes de un asentamiento de




53

mayor importancia localizado en las áreas de mayor productividad o estratégicas para la

explotación de determinados recursos. Este asentamiento generalmente correspondía con el

lugar donde habitaban los jefes de comunidades, los cuales operaban como centros de

redistribución de los bienes producidos (Castillo, Op. cit. 1998:76).

Con una tecnología relativamente simple e instrumentos de trabajo como hachas de piedra,

palos de cavar y macanas (AGN, Encomiendas T.10, fol. 6r), los cultivos se realizaban en

pequeñas parcelas preparadas mediante el método de tumba y quema, las cuales se

cultivaban durante dos o tres cosechas; luego se abandonaban para permitir la restitución de

los nutrientes y la fertilidad de los suelos, y al cabo de un período de barbecho, volvían a

sembrarse. Como estrategia para asegurar la disponibilidad de tierras de cultivo, cada

comunidad poseía por lo menos dos parcelas, una de las cuales producía mientras la otra

estaba en preparación (Ibíd: T.3, fols. 206r-265; 336r-337r. En: Castillo, 1998:75-76).

La obtención de alimentos se derivaba también de actividades como la pesca, la caza de

animales de monte, la recolección de frutos y raíces silvestres, así como especies menores

de la fauna de los bosques. Tales actividades debían ser especialmente importantes durante

las épocas en las cuales los cultivos no eran productivos (Ibid, 1998:59).

La abundancia de peces en los ríos y quebradas, hizo de la pesca una actividad tan

importante, que los españoles la consideraron base del sustento de los indígenas que se

asentaban en los valles (Simón, Op. cit.: 142); la abundancia de pescado en las épocas de

subienda, producía altos excedentes que motivaron el desarrollo de técnicas de

conservación como el ahumado y la elaboración de harina que podía guardarse para el

consumo durante temporadas largas así como para el intercambio (AHA18

, Indios. T. 23,

fol. 2r; AGN, V de A. T.3, fol. 207v-215v, 280r, 384r, 406r. En: Castillo, 1998:54-55;59).

Además de la producción de alimentos mediante las técnicas anteriores, los grupos de la

región desarrollaron la manufactura de textiles y la cestería, la minería y la metalurgia

(Castillo, Op.cit. 1998:95).

Por su parte, la minería constituía una de las más importantes actividades de las

comunidades de la región; su explotación genera transformaciones severas en el paisaje,

requiere la concentración de recursos materiales y humanos en los lugares donde se halla el

recurso e inspira explicaciones míticas de la propiedad de dichos lugares. Se practicaba

durante los meses de verano, en los aluviones de los ríos y quebradas, lo que determinaba

que fuera en los asentamientos de los valles en donde se concentraba su producción

(Simón, Op. cit.: 140 En: Castillo, 1998:68-69), puesto que existen referencias en las que se

anota que en los asentamientos selváticos el oro era escaso y se adquiría por intercambio:

[…], El trato y granjerías es vender maíz del que ellos cogían y no le ha visto

tener otros tratos ni granjerías ni que saquen oro ni crien aves ni ganados en la

18

Archivo Histórico de Antioquia. Sección Colonia. Fondos: Indios, Erección de Curatos, Poblaciones,

Censos y Fundaciones.




54

tierra por ser todo arcabuco y monte cerrado (AGN, V. de A. T3. fol 208r. En:

Castillo, 1998:81).

Según las referencias de los españoles, la extracción del oro era fundamentalmente una

actividad femenina (existen documentos donde se reconoce que los hombres sólo sirven

para descubrir minas pero no para trabajarlas (Ibid, fol. 218r. En: Castillo, 1998:80).

La presencia de objetos de oro, sugiere la existencia de orfebres entre estas comunidades o

su adquisición por medio de las redes de intercambio; en cualquier caso, el intercambio de

oro debió hacerse no sólo en forma de materia prima sino también con objetos

manufacturados. (Ibid, 1998:79).

Entre estas comunidades, uno de los recursos especialmente valioso era la sal. Los datos de

las crónicas parecen indicar, su importancia como alimento y su utilización en la extracción

del oro (Santos, 1984) y el trabajo de textiles, hacía de este producto un elemento

fundamental en la economía. La ausencia de mercados locales o regionales institucio-

nalizados, sugiere que la circulación y el intercambio de productos se efectuaba en la esfera

de las comunidades locales, articuladas a funciones como reforzamiento de alianzas y lazos

de solidaridad con los miembros de otras unidades sociales. De este modo, cuando se hacía

la recolección de las cosechas se celebraban rituales a los que asistían las parcialidades

amigas o emparentadas, durante los cuales se consumían los excedentes (fol 214v, 263r,

278r, 292r; AGN, V. de A. T.3. fol. 279v, 280r. En: Castillo, 1998:79-80). Pero la

existencia de amplias e intrincadas redes de caminos que cruzaban la región y

particularmente entre la cuenca superior del Porce y la del Cauca, en donde se concentraba

la producción de la sal, (Santos, 1984; Castillo, 1987) de alguna manera hacía pensar que a

través de estos caminos había una circulación comercial de productos, desde sus centros de

producción.(Ibid, 1998:80-81).

5.4 La Guerra

En el contexto social regional, las guerras constituían un componente importante para

regular las relaciones entre las distintas comunidades. En el ámbito de cada parcialidad y

cada comunidad los conflictos debían ser dirimidos por los individuos de mayor prestigio.

Cuando los conflictos eran provocados por comunidades no emparentadas o aliadas se

convocaba a la guerra y al enfrentamiento directo:

[…], tampoco tenían trato con sus provincias fronterizas, antes mortales

odios y se mataban y prendían unos a otros (Simón, T. IV 1980, 141. En:

Castillo, 1988).

Además de los mecanismos de regulación de las relaciones entre los grupos, las guerras

constituían una vía para obtener esclavos y mujeres. Entre algunas parcialidades de

yamecíes se contaban indios cautivos Pantágoras, Malibúes y Aburráes (Simón, T. IV 1980,

141. En: Castillo, 1998).




55

6. EL RECONOCIMIENTO REGIONAL SISTEMÁTICO

6.1 Metodología

La prospección arqueológica en la cuchilla el Romeral se realizó con la metodología

denominada Reconocimiento Regional Sistemático, el cual consiste en un muestreo

sistemático del área de estudio buscando evidencias de ocupación humana. El

Reconocimiento Regional Sistemático, es una técnica de prospección arqueológica que

pretende recoger, en el área de estudio, el máximo de información con el mínimo de

esfuerzo y dinero. La prospección se proyecta como un muestreo probabilístico

sistemático, en el que se pretende incrementar las probabilidades de que las

generalizaciones a partir de la muestra sean correctas, por lo que (siguiendo un principio

estadístico), mientras más amplia y precisa sea la muestra, mas probabilidades habrá de que

los resultados sean válidos (Langebaek, Op. cit. 1995).

La elección de dicha metodología, para la prospección arqueológica de la cuchilla El

Romeral, se sustenta a partir de las premisas anteriores y de la posibilidad de ampliar el

área de muestreo al utilizar los resultados para las interpretaciones finales, de las

prospecciones arqueológicas que se vienen adelantando en el Valle de Aburrá y en el Cerro

del Padre Amaya, ya que estas, están empleando la misma metodología.

Para un control espacial de la prospección se dividió el área de estudio en unidades

arbitrarias de muestreo, denominadas Lotes de 100 x100 m (1 Ha). La regla general seguida

en los recorridos, fue no dejar áreas mayores de una hectárea sin muestrear (Drennan,

1984:146). La división del área de estudio en Lotes no consiste en superponer una rejilla

con celdas de igual tamaño19

, sino que se tienen en cuenta las características

geomorfológicas, así por ejemplo si un sitio lo constituía una cima extensa de 300 m de

largo por 200 de ancho, está se dividió en dos Lotes en los cuales se realizó un muestreo,

por medio de garlancha y/o recolección superficial.

De acuerdo con lo anterior, un sitio está definido por una unidad geomorfológica, que

cuando resulta muy extensa se divide en varios lotes, en los cuales se pueden efectuar

varias colecciones: por medio de garlancha, recolección superficial y perfiles (Ibid:146). La

garlancha, también llamada prueba de pala (Jaramillo, et. al. 1998), consistió en un pozo de

40 x 40 x 40 cm, sin ningún control estratigráfico.

La idea general de no llevar un control estratigráfico obedece a que, una vez finalizadas las

labores de campo, la información recuperada, es complementada con la excavación de

algunos sitios que permitan contextualizar las evidencias a nivel vertical. El principio

19

Al dividir el área de estudio por medio de una rejilla con celdas iguales de una hectárea, podría ocurrir que

dos unidades geomorfológicas quedaran incluidas en una hectárea y es precisamente lo que se quiere

evitar, puesto que el muestreo (garlancha), realizado en dicha área, no sería representativo de las dos

unidades.




56

general es que, los artefactos procedentes de las diferentes recolecciones son estudiados con

el fin de determinar si cada sitio tiene una o más clases de materiales culturales, partiendo

del material reportado en investigaciones anteriores. Se asume que los sitios que tengan,

por ejemplo, una sola clase de cerámica solo fueron ocupados durante la época en que esa

cerámica se producía y sitios con múltiples tipos de cerámica probablemente fueron

ocupados durante varios periodos. Esta situación correlacionada con la información de los

cortes, permite su contextualización y así estimar a que periodo cronológico corresponden

los sitios identificados durante el muestreo sistemático (Langebaek, Op. cit. 1995).

Luego de haber estimado el período cronológico de los sitios encontrados se seleccionan

varios de ellos para realizar intervenciones arqueológicas con control estratigráfico. Los

criterios de selección de los sitios a intervenir están relacionados con los períodos

cronológicos identificados en toda el área de estudio. El propósito de las intervenciones es

obtener una muestra de material estratificado de cada período al igual que muestras de

suelos, polen y carbón para datación radiométrica.

De lo anterior se desprende que, la estrategia empleada, es la adopción de una escala de

investigación con una estrecha relación metodológica operativa entre el sitio y la región

(Kolb y Snead, 1997), en la que los sitios aportan datos relevantes para un análisis

contextual de las evidencias, a nivel horizontal (espacial), y vertical (cronológico), que

posibilita a su vez, plantear asociaciones cronológicas con otras unidades muestreadas por

medio de garlanchas.

Después que la ubicación temporal de los sitios se haya resuelto, es posible hacer mapas de

asentamiento para cada uno de los periodos reconocidos. De esta manera es posible

determinar las transformaciones en la manera como la gente se distribuía en el espacio a

través del tiempo, los cuales pueden relacionarse con cambios socio - políticos o acaso

ambientales. Por ejemplo, se puede determinar si la orientación de los asentamientos se

daba hacia las áreas de mayor productividad agrícola, si existían diversos centros de control

político mas o menos equivalentes en tamaño. En un sentido más general se puede

determinar si ciertas áreas fueron ocupadas durante ciertos periodos pero no durante otros

(Drennan, 1984; Langebaek, 1995).

Los Lotes y los sitios se registraron con un número consecutivo20

, además de anotar su

descripción: forma, tamaño, estado de conservación, entre otras. Una vez registrados, su

ubicación se realizó, a manera de polígonos siguiendo las geoformas, sobre fotografías

aéreas a escala 1:9000 y sobre copias heliográficas a escala 1:10.000 y 1:25.000, también se

tomaron las coordenadas de los muestreos con ayuda de un GPS (Garmin 40). Lo anterior

posibilitó un control permanente del avance de la prospección21

y el registro espacial de la

20

En las áreas (lotes), en los que no se hallaron perfiles expuestos ni material cultural superficial y la prueba

de garlancha resultó negativa, se efectuaron otras dos, si no se halló material cultural igualmente se

registró como área negativa. (Drennan, 1984:146). 21

Toda la información marcada en las fotos aéreas y en las planchas, se transfirió regularmente a mapas en

el Sistema de Información Geográfica que posibilitó tener una copia legible y permanente de los avances

de la prospección.




57

información recolectada (Drennan, Op. cit, 1984:144). Para tal efecto, se diseñó un

proyecto “APR” en ArcView, versión 3.1 con temáticos que permiten desplegar la

información arqueológica con respecto a otros ítems de interés como curvas de nivel,

quebradas, geología, geomorfología y suelos.

6.2 Resultados del Reconocimiento

El trabajo de campo arrojó como resultado la identificación de 32 sitios y 56 lotes: durante

los recorridos se realizó un registro en cada uno de los sitios arqueológicos identificados, en

los que se anotó información como: área (cantidad de lotes), geomorfología, vegetación,

uso actual del suelo, tipo de recolecciones efectuadas (garlancha y/o recolección

superficial), densidad de material y grosor de la capa cultural.

Los sitios fueron identificados con un número consecutivo precedido de dos letras, CR, que

significan Cuchilla El Romeral, con los lotes también se empleó un consecutivo precedido

de la letra “L”.

Paralelo al trabajo de campo, se fue lavando el material cerámico recuperado, de tal manera

que al finalizar las labores de terreno, la totalidad de fragmentos colectados ya estaban

lavados. Una vez lavado se contó y se anotaron las principales características de los

fragmentos diagnósticos: bordes y decorados. La descripción del material diagnostico,

posibilitó asociar, de manera preliminar, los sitios que lo contienen a períodos o estilos

cerámicos identificados en investigaciones anteriores realizadas en el Valle de Aburrá.

A continuación presentamos el inventario de sitios y sus respectivas densidades cerámicas

de acuerdo al tipo de recolección, la descripción del material diagnostico y la asociación

preliminar con la cerámica reportada en el Valle de Aburrá:




58

Tabla 6.1 Inventario de sitios

Sitio Lote Ubicación m.s.n.

m.

Técnica de recolección Bordes Material

R.S. Garlancha

Bordes Cuerpos Bordes Cuerpos

CROO1 LOO1 Heliconia 2235 1 2 Fuertemente evertido /

Directo

Ferrería ?

LOO2 Heliconia 2265 1

CROO2 LOO3 Heliconia 2090 1 10 Fuertemente / Evertido

/ Directo

Ferrería

CROO3 LOO6 Heliconia 2165 4

CROO4 LOO7 Heliconia 2010 3 6 Evertido / Horizontal /

Punteado; engrosado /

redondeado.

Ferrería,

P. Viejo

CROO5 LOO8 Heliconia 2015 1 Decoración Acanalada P. Viejo

CROO6 LOO9 Heliconia 1955 1 6 Evertido / directo Tardío

CROO7 LO10 Heliconia 1

CROO8 LO11 S. A. Prado 2130 2

CROO9 LO12 S. A. Prado 1 10 Invertido / directo /

adelgazado / Aquillado

P. Viejo?

CRO1O LO13 S. A. Prado 2140 5 15

LO14 S. A. Prado 2140 13 41 Fuertemente / Evertido;

Evertido / Adelgazado

Aquillado / Engobe

marrón; evertido /

directo

Ferrería,

P. Viejo,

Tardío

LO15 S. A. Prado 2140 4 44 Engrosado /

Redondeado /

Punteado;

Fuertemente / evertido

Ferrería

L016 S. A. Prado 2140 4 16 Evertidos / directos Tardío?




59

Tabla 6.1 Inventario de sitios - Continuación

Sitio Lote Ubicación m.s.n.

m.

Técnica de recolección Bordes Material

R.S. Garlancha


CR011 L017 S. A. Prado 2130 1 26 Evertido / Horizontal /

punteado

Ferrería

L018 S. A. Prado 213 3 9 Ferrería

L019 S. A. Prado 2130 5

L020 S. A. Prado 2130 3 6 Evertido / directo /

ligeramente engrosado;

recto / directo

Tardío

L021 S. A. Prado 2130 2

L022 S. A. Prado 2130 2

CR012 L023 S. A. Prado 2150 13

L024 S. A. Prado 2150 1 5 Ligeramente / invertido

/ directo

L025 S. A. Prado 2150 1

CR013 L026 S. A. Prado 2130 4 10 Recto / directo;

ligeramente / evertido /

directo; Invertido /

directo; fuertemente /

evertido

Ferrería

CR014 L027 S. A. Prado 2140 2

L028 S. A. Prado 2135 1 18 Evertido / Directo Tardío

L029 S. A. Prado 2135 1

CR015 L030 S. A. Prado 2080 5

L031 S. A. Prado 2080 12

L032 S. A. Prado 2015 1 13 Evertido / Directo

L033 S. A. Prado 2015 6

L034 S. A. Prado 2015 4 21 Fuertemente / Evertido

/ Directo; Evertido /

Directo

Ferrería?

CR016 L035 S. A. Prado 2130 1 2 Biselado P. Viejo

L036 S. A. Prado 2095 1

CR017 L037 S. A. Prado 2045 1 6 Recto / Directo /

compuesto ?

CR018 L038 Caldas 2250 1 Evertido / Biselado P. Viejo

L039 Caldas 2250 3

L040 Caldas 2210 1

L041 Caldas 2210 1




60

Tabla 6.1 Inventario de sitios - Continuación

Sitio Lote Ubicación m.s.n.m. Técnica de recolección Bordes Material

R.S. Garlancha


CR019 L042 Caldas 2350 1 7 Biselado P. Viejo

CR020 L043 La Tablaza 2450 2

CR021 L044 La Tablaza 2210 2

CR022 L045 La Valeria 2125 7 Decoración escamada

en el cuello

Ferrería

CR023 L046 Angelópolis 1980 1 6 Tardío

CR024 L047 Angelópolis 2000 6


L049 Angelópolis 1975 1






CR029 L055 S. A. Prado 2335 2

CR030 L056 S. A. Prado 2350 5

CR031 L057 S. A. Prado 2425 14

CR32 L058 S. A. Prado 2400 2

TOTAL

LOTES 56 TOTAL CERÁMIC

A 50 320 6 72 448

En la tabla anterior se muestra que la mayor cantidad de lotes y sitios identificados, se

hallan hacia la vertiente oriental de la cuchilla. 39 lotes que corresponden a 19 sitios, los

cuales suman el 69.6 y 59.3%, respectivamente. En esta vertiente, nos encontramos ante un

registro arqueológico bastante alterado, pues, en 31 lotes, el material cultural (cerámica),

fue recuperado mediante recolección superficial, en áreas de cultivo en las que se observa

la remoción total de la capa orgánica. Solo se recuperó material por medio de garlancha, en

8 lotes correspondientes a 5 sitios, en áreas sin alteraciones aparentes de los sitios 14 y 15,

lotes 27 y 30 (en estos sitios la mayor densidad de material se recolectó superficialmente);

en el sitio 8, lote 11, la garlancha, presentó muy baja densidad, un sólo fragmento, y en el

sitio 18, lotes 38, 39, 40 y 41, también con muy bajas densidades de material, en las

garlanchas respectivas.

Hacia la vertiente occidental de la cuchilla, a diferencia de la vertiente oriental, el material

cultural fue recuperado por medio de garlanchas en la mayoría de los lotes, 15 que

corresponden a 11 sitios, los cuales suman el 26.7 y 34.3% (88.2 y 73.3%, del total de la

vertiente), respectivamente. La capa cultural, en los sitios de esta vertiente presenta un

grosor promedio de 30 cm; la densidad del material cultural es baja, con una media de 3




61

fragmentos por lote.

Los datos anteriores, junto con otras características de los sitios, tales como: extensión,

estado de conservación, localización (vertiente oriental u occidental), y altura sobre el nivel

del mar, fueron tenidos en cuenta para seleccionar los sitios en los cuales se realizaron las

intervenciones arqueológicas con control estratigráfico. En consecuencia los sitios

seleccionados (resaltados en la tabla anterior), fueron el CR009 “La Milagrosa”, ubicado en

la vertiente oriental, en jurisdicción del corregimiento de San Antonio de Prado y en la

vertiente occidental los sitios CR002 “La Argentina” y CR023 “Horizontes”, localizados en

los municipios de Heliconia y Angelópolis respectivamente.

6.3 Intervenciones Estratigráficas

Las intervenciones estratigráficas, en los tres sitios seleccionados, se realizaron con el

apoyo de los estudiantes de la Universidad de Antioquia, del curso “Técnicas de

investigación arqueológica”, semestre 2000 - 1, dirigido por el profesor Gustavo Santos

Vecino. La metodología de excavación empleada en los sondeos sistemáticos y cortes fue

por niveles arbitrarios de 10 cm de grosor, respetando la pedoestratigrafía natural. El

control y registro estratigráfico de las unidades arqueológicas, se realizó con el propósito de

identificar eventos deposicionales y de obtener un primer acercamiento a los procesos de

formación de los depósitos de vestigios arqueológicos.

Para describir la estratigrafía, se ha empleado una nomenclatura que integra estratos

arqueológicos y horizontes de suelo. Se describen los primeros con un número romano con

los respectivos horizontes pedológicos que contiene, identificados con una nomenclatura

que consta de tres caracteres: El primero es una letra mayúscula que indica el horizonte (p.

ej. A), el segundo es una letra minúscula, p o b, a manera de subíndices que indican, en el

caso de la letra ‘p’, disturbación de la capa por cultivo o pastoreo – o de la letra ‘b’-

horizontes sepultados – (p ej. Ab). El tercero es un número arábigo, colocado también a

manera de subíndice, e indica la posición dentro del perfil, leído de arriba hacia abajo. Por

ejemplo I, Ab3 : significa que el estrato arqueológico I contiene un tercer horizonte de suelo

orgánico A, que se haya sepultado, por los horizontes A, Ab, Ab1 Y Ab2 (Cardona, 1999).

Las lecturas pedoestratigráficas se realizaron con la asesoría del Geólogo – Palinólogo,

Alexis Jaramillo. La identificación de los horizontes pedológicos se realizó con base en las

características físicas de los suelos observadas en campo, y en los resultados de los análisis

de polen y físico químicos de suelos. Los estratos arqueológicos se definieron con base a la

presencia y características de los materiales culturales, cerámica, líticos y material

contemporáneo.

Con los estudios de polen se pretende, básicamente, obtener información de una manera

más directa, sobre las especies vegetales manipuladas (cultivadas y de uso selectivo), en los

sitios y una comparación de las mismas (en términos de presencia - ausencia), a través de la

secuencia estratigráfica. De manera más indirecta se pretende obtener información que, de




62

un lado, coadyuve a interpretar la secuencia estratigráfica, y de otro lado el propósito es

obtener información sobre cómo estaba constituida la cobertura vegetal (tipo de bosque), en

las inmediaciones del sitio, en el lapso cronológico que duró la ocupación y la intervención

de esta cobertura por parte del hombre.

Los sitios intervenidos, no presentan una estratigrafía homogénea a nivel espacial, a

continuación presentamos el comportamiento de los horizontes de suelo en cada sitio a

partir de los datos obtenidos por medio de los sondeos sistemáticos y los cortes realizados

en cada uno de ellos.

6.3.1 Sitio CR009 “La Milagrosa”

Está localizado en predios de la finca “La Milagrosa”, vereda Potrerito, en jurisdicción del

corregimiento de San Antonio de Prado, en las coordenadas planas 1’176.050 N, y

1’155.850 W. Corresponde a una cima plana de una colina de forma alargada, producto de

la disectación, producida por las quebradas que nacen en la parte alta, de los depósitos,

flujos, de la zona. Presenta un área de 90 m. de largo por 50 de ancho, su eje mayor esta

orientado sur – norte. Actualmente es usado como potrero. El sitio presenta evidencias y

alteraciones recientes: hacia el sector Sur se encuentra una casa habitada aún y un tanque de

agua. Hacia la parte sur - este se detectaron zanjas, las cuales fueron realizadas para

enterrar mangueras utilizadas como acueductos para fincas cercanas y como sistema de

riego para campos de cultivo.

6.3.1.1 Los Sondeos

Se realizaron 33 sondeos de 40 x 40 cm, cubriendo todo el área del sitio a manera de

“malla”. Los sondeos se espaciaron de forma equidistante cada 10m y se identificaron con

una nomenclatura compuesta por un numero y una letra, a manera de sistema de

coordenadas en las que el eje sur norte contiene los números y el Oeste - Este las letras.

Los sondeos permitieron identificar, hacia el sector Noreste del sitio, un suelo enterrado y

mayor concentración de material cerámico. En este sector, se realizaron sondeos

adicionales con menor distancia entre ellos (sin perder la nomenclatura del sistema de

coordenadas), tratando de delimitar el área del suelo enterrado, así como la mayor densidad

cerámica. El área delimitada tiene una extensión aproximada de 10 x 3 m, en su extremo

noreste.

6.3.1.2 El Corte

En el área, donde se localiza el suelo enterrado (sector noreste) se realizó un corte de

2x1m.con una orientación sur - norte, la estratigrafía muestra una capa de suelo mezclado

de un grosor promedio de 40 cm, luego una capa de suelo oscuro de 30 cm de grosor y




63

posteriormente un suelo pardo amarillo.

6.3.1.3 Pedoestratigrafía

La Pedoestratigrafía del sitio se comporta de manera desigual a nivel espacial. Hacia el

sector Nor - este presenta un suelo enterrado el cual identificamos como Ab, el cual presenta

la mayor densidad de material. Hacia los sectores Oeste (Norte y Sur) y Centro-Norte se

observa una capa de suelo orgánico de espesor variable que identificamos como horizontes

A desde 1 hasta 3, de acuerdo a su posición en el perfil; Todos presentan material cultural

en baja densidad. En la parte Sur - Centro y Suroeste prácticamente no existe el horizonte

A, por el contrario se encuentra una capa mezclada de horizontes A y AB (probablemente

producto de remociones recientes) que contiene fragmentos cerámicos en muy baja

densidad y material moderno (tela, vidrio, plástico, hierro y acrílico).

En consecuencia, en el sitio se identifican dos perfiles pedoestratigraficos:

Perfil Sector Noreste (Corte 1)

Horizonte A

0 - 10 Cm

Corresponde a la capa de suelo orgánico, formada en condiciones actuales, presenta un

color negro 10 YR 3/2, de textura franco arenoso, estructura en bloques angulares. Presenta

material moderno: fragmentos de teja.

Horizonte Ap

10 - 43 Cm

Se trata de una capa de suelo removido (tirado), de color pardo 10 YR 4/3, mezclado con

suelo oscuro y amarillo de textura franco arenoso y estructura en bloques angulares

medios. Presenta material cerámico en baja densidad.

Horizonte Ab 43 - 65 Cm

Corresponde a un suelo sepultado, de color negro 10YR 3/2, de textura franco, estructura

en bloques angulares medios. Presenta abundante material cerámico. Este horizonte fue

subdividido en Ab1 (de 43 a 50 cm); Ab2 (de 50 a 59 cm), y Ab3 (de 59 a 65 cm).

Horizonte BP

65 - 75

Este horizonte se encuentra solo en el sondeo 5D (cerca al corte). Corresponde al saprolito

de color pardo amarillo homogéneo 10YR 5/6 de textura arcillo limoso, estructura en

bloques angulares, con fragmentos cerámicos.

Horizonte B 61 - 70 Cm




64

Corresponde al saprolito de color pardo amarillo homogéneo 10YR 5/6 de textura arcillo

limoso, estructura en bloques angulares.

Foto 6.1 Perfil Corte 1 Sitio CR009 “La Milagrosa”

Perfil sectores Oeste (Norte y Sur) y Centro -Norte:

Horizonte A

0 - 8 Cm

Corresponde a una capa de suelo orgánico, formada en condiciones actuales de color negro

10 YR 3/2, de textura franco arenoso, estructura en bloques angulares. Presenta material

cultural: fragmentos cerámicos en baja densidad. Este horizonte se corresponde con el A,

del sector Noreste.

Horizonte A1

8 - 20 Cm

Corresponde a la capa de suelo orgánico, formada en condiciones actuales, presenta un

color negro 7.5 YR 2.5/1, de textura franco arenoso, estructura en bloques angulares.

Presenta material moderno, teja hacia la parte mas profunda. Este horizonte se corresponde

con el A, del sector Noreste.

Horizonte A2




65

20 - 30

Corresponde a una capa de suelo orgánico, de color negro 10 YR 3/2, de textura franco

arenoso, estructura en bloques angulares. Presenta material cultural: fragmentos cerámicos

en baja densidad. Este horizonte podría corresponderse con el suelo enterrado del sector

Noreste (Corte).

Horizonte A3

30 - 40 Cm

Corresponde a una capa de suelo orgánico, de color negro 10 YR 3/2, de textura franco

arenoso, estructura en bloques angulares. Presenta material cultural: fragmentos cerámicos

en baja densidad. Este horizonte podría corresponderse con el suelo enterrado del sector

Noreste (Corte).

Horizonte BP

40 - 50 Cm

Este horizonte corresponde al saprolito de color pardo amarillo homogéneo 10YR 5/6 de

textura arcillo limoso, estructura en bloques angulares, con fragmentos cerámicos.

6.3.1.4 Los Materiales

La Cerámica

La muestra cerámica recuperada en este sitio esta compuesta por 152 fragmentos, 78 fueron

colectados en el Corte 1; en los sondeos 63 y 11 en la garlancha. Con respecto a sus

características formales, tenemos 141 fragmentos de cuerpo, 10 fragmentos de bordes y un

fragmento de asa de sección redondeada. Su distribución por colecciones es la siguiente: 70

fragmentos de cuerpo y 7 de bordes, en el corte; 62 fragmentos de cuerpo y 1 de borde en

los sondeos y 9 fragmentos de cuerpo, 1 de borde en la garlancha.

La cerámica se distribuye por horizontes de la siguiente manera:




66

Gráfico 6.1

0 10 20 30 40 50

PORCENTAJE DE CERÁMICA

A

Ap

Ab1

Ab2

Ab3

Bp

HO

RIZ

ON

TE

FRECUENCIAS RELATIVAS DE CERÁMICA POR HORIZONTE SECTOR CON SUELO ENTERRADO SITIO

CR009 "LA MILAGROSA"

Gráfico 6.2

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60


A

A1

A2

A3

A4

AB

Bp

HO

RIZ

ON

TE

FRECUENCIA RELATIVA DE CERÁMICA POR HORIZONTE SECTOR SIN SUELO ENTERRADO SITIO

CR009 "LA MILAGROSA"

El comportamiento vertical de la cerámica en el sector del suelo enterrado está mostrando

que se trata de un solo evento deposicional, en el que se interviene el horizonte B (el cual




67

denominamos Bp), y con una mayor intensidad de la ocupación hacia el horizonte Ab2. En

el sector sin suelo enterrado, aúnque la densidad de cerámica es baja, tenemos al parecer

dos eventos deposicionales. El primer evento comienza en el Bp y termina en el horizonte

A3 y el segundo va desde el A2 hasta el horizonte A, formado en condiciones actuales; tal

distribución, está mostrando diferencias más a nivel espacial que vertical, puesto que en

todos los sondeos, no se encuentran los horizontes más profundos A3 y A4, tal hecho

sugiere que en los sondeos donde se hallan tales horizontes, existiría una correspondencia

estratigráfica con el suelo sepultado del sector nor - este.

Características de la Cerámica

La muestra de cerámica recuperada en este sitio, presenta muy poco material diagnóstico de

formas de bordes o vasijas asociadas, así como de decoraciones. Las características de

algunos fragmentos, Bordes biselados, cuerpos aquillados con engobe marrón, junto con la

asociación a partir de los grupos de pastas identificados (Ver sección 7.1, la cerámica),

permiten asociar el sitio, de manera preliminar al estilo cerámico Marrón Inciso.

Los Líticos

El conjunto del material recuperado en este sitio, se compone de 6 artefactos, todos

elaborados en andesita, a partir de la talla por percusión simple, los cuales se caracterizaron

a partir del tipo de microhuellas observadas y caracterizadas en los filos ubicados en los

bordes activos (Ver sección 7.2, los líticos), los cuales permiten inferir que se trata de

instrumentos para corte (5), y raspado (1). Todos ellos fueron recuperados en contextos

estratigráficos: 4 en sondeos y 2 en el corte. a continuación presentamos las principales

características, en cuanto a tipo de soporte empleado, orden de extracción, presencia de

bulbo de percusión y la morfología de las microhuellas identificadas en los bordes usados:

Tabla 6.2 Frecuencia de artefactos líticos Sitio CR009 “La Milagrosa”

Sitio Estrato Nivel

10 Cms.

Código del

Artefacto

Tipo de

Soporte

Morfología de las

Microhuellas

Orden de

Extracción

Bulbo

Total

09 A 1 CR009 – 01 Lasca Pluma Tercer orden Tenue 1

A1 2 CR009 – 05 Lasca Escalón Tercer orden Tenue 1

AB 2 CR009 – 06 Lasca Combinadas:

(Escalón y Pluma)

Tercer orden Tenue 2

CR009 – 10 Pluma Sin bulbo

Ap 3 CR009 – 09 Lasca Combinadas:

(Escalón y Pluma)

Tercer orden Sin bulbo 2

CR009 – 02 Núcleo Pluma Tercer orden Sin bulbo




68

6.3.2 Sitio CR002 “La Argentina”

Foto 6.2 Panorámica del sitio CR002 “La Argentina”

Se localiza en predios de la finca “La Argentina”, vereda Pueblito, en jurisdicción del

Municipio de Heliconia, en las coordenadas planas 1’174.763 N, y 1’152.300 W.

Corresponde a una cima plana y alargada de una colina, o superficie estructural de la

formación intramontana de Amagá. Presenta un área de 100 m. de largo por 50 de ancho,

su eje mayor presenta una orientación este – oeste, actualmente es usado como potrero. El

sitio presenta evidencias de alteraciones recientes: restos de una casa abandonada hacia la

parte centro norte.

6.3.2.1 Los Sondeos

Se realizaron 28 sondeos de 40 x 40 cm, siguiendo la misma metodología del sitio CR009.

Los sondeos se espaciaron de forma equidistante cada 20m. en sentido este – oeste y a 10m

en sentido sur – norte. Hacia el sureste se detectó un suelo enterrado y mayor concentración

de material cerámico. En este sector, se realizaron sondeos adicionales con menor distancia

entre ellos, tratando de delimitar el área del suelo enterrado, así como de la densidad

cerámica.




69

Foto 6.3 Sondeos en el sitio CR002 “La Argentina”

6.3.2.2 El Corte

En el área, donde se localiza el suelo enterrado (sector sur - este) se realizó un corte de

2x1m. con una orientación este - oeste, la estratigrafía muestra una capa de suelo, horizonte

A de 20 cm de grosor, en promedio, luego un horizonte AB y posteriormente un suelo

enterrado (denominado Ab). Luego del suelo enterrado se observa otro horizonte AB

(identificado como ABp), y finalmente el saprolito, denominado C.


La Pedoestratigrafía no se comporta de manera homogénea a nivel espacial, en todo el sitio.

Hacia el sector sureste, en un área de aproximadamente de 20 x 10m, se detectó un suelo

sepultado (Ab), por dos horizontes A y A1 de espesor variable y un AB; este suelo también

se halla hacia la parte centro oeste en sólo dos sondeos no contiguos. El resto del área

presenta una Pedoestratigrafía en la que se detecta un horizonte A con un grosor promedio

de 16 cm, seguido de un AB (transición), y posteriormente un B. A diferencia del sitio

CR009, parece ser que el suelo enterrado se encontraba en todo el área del sitio y fue

alterado por actividades recientes de construcción de viviendas.

En consecuencia tenemos dos perfiles pedoestratigráficos:




70

Perfil pedoestratigráfico sector Sureste (corte 1):

Horizonte A

0 - 10 Cm

Corresponde a una capa de suelo orgánico, formada en condiciones actuales de color pardo

oscuro 10 YR 2/2, de textura limo – arcilloso, estructura en bloques angulares pequeños,

ligeramente plástico, pegajoso y no tipsotrópico. Presenta raíces en un 20% y material

cultural, cerámica en baja densidad.

Horizonte A1

10 - 22 Cm

De color pardo oscuro 10 YR 3/3, moteado por óxidos de hierro de color 5YR 3/3; de

textura limo – arcilloso, estructura en bloques angulares entre 1 y 2 cm. ligeramente

plástico y ligeramente pegajoso, no tipsotrópico. Presenta raíces en un porcentaje menor al

5%, cantos de cuarzo menores de 2 mm. presenta material cultural, cerámica en densidad

baja.

Horizonte AB

22 - 30 Cm

De color pardo oscuro 7.5 YR 5/2, de textura limo – arcilloso, estructura en bloques

columnares entre 1 y 2 cm. ligeramente plástico y no pegajoso, no tipsotropico. Raíces

menores al 5%, fragmentos de cantos menores de 2 mm. Presenta carbón y material

cultural, cerámica en densidad baja.

Horizonte Ab

30 - 40 Cm

De color pardo oscuro 7.5 YR 4/2, moteado con 5YR 5/4 y 10 YR 5/1 de textura arcilloso,

estructura columnar con bloques entre 1 y 2 cm. Ligeramente plástico y no pegajoso, no

tipsotropico. Raíces menores al 1%, fragmentos de cantos menores de 2 mm. Presenta

carbón y material cultural, cerámica en densidad alta.

Se tomó carbón para datación de la parte mas profunda de este horizonte, la cual asociamos

a los comienzos de la ocupación del sitio. El análisis de las muestras de carbón arrojó como

resultado una fecha radiométrica de 2400 70 B.P, esta estimación presenta una

intersección con la curva de calibración en 410 años a.C. con un 68% de probabilidad de

que este entre los siguientes intervalos 395 a 540 y 695 a 750 años a.C. En consecuencia, la

calibración con un 95% de confianza da como resultado un intervalo que va de 375 a 780

años a.C.

Horizonte ABb

40 - 48 Cm

De color pardo oscuro 105 YR 4/3, de textura arcilloso, estructura columnar con bloques

entre 1 y 2 cm. Ligeramente plástico y no pegajoso, no tipsotrópico. Raíces menores al 1%,

fragmentos de cantos menores de 2 mm. Presenta carbón y material cultural, cerámica en

densidad baja.




71

Al final de este horizonte se detectó una estructura vertical de forma cilíndrica, de paredes

rectas y base cóncava, presentan diámetro de 25 cm; se caracterizan por su contenido de

suelo oscuro, 10YR 3/1 que contrasta claramente con el horizonte donde se hallan, pues es

de color amarillento, 10YR 5/8.

Horizonte B

48 - 70 Cm

De color pardo oscuro 10 5YR 5/4, de textura limoso con muy poca fracción de arcilla,

estructura en bloques medios incipientes. No plástico y no pegajoso y ligeramente

tipsotropico. Raíces menores al 1%. Presenta moteado de óxidos de hierro por efecto de las

raíces.

Foto 6.4 Perfil Corte 1 Sitio CR002 “La Argentina”




72

Perfil pedoestratigráfico para las áreas sin suelo enterrado

Horizonte A

0 - 10 Cm

Corresponde a una capa de suelo orgánico, formada en condiciones actuales de color pardo

oscuro 10 YR 2/2, de textura limo – arcilloso, estructura en bloques angulares pequeños.

Ligeramente plástico, pegajoso y no tipsotrópico. Presenta raíces en un 20% y material

cultural, cerámica en baja densidad. Este horizonte se correlaciona con el A del sector

anterior.

Horizonte A1

10 - 30 Cm

De color pardo oscuro 10 YR 3/3; de textura limo – arcilloso, estructura en bloques

angulares entre 1 y 2 cm. Ligeramente plástico y ligeramente pegajoso, no tipsotrópico.

Presenta raíces en un porcentaje menor al 5%. Presenta material cultural, cerámica en

densidad baja.

Horizonte AB

30 - 40 Cm

De color pardo oscuro 7.5 YR 4/2, de textura limo – arcilloso, estructura en bloques

angulares entre 1 y 2 cm. Ligeramente plástico y no pegajoso, no tipsotropico. Raíces

menores al 5%, presenta material cultural, cerámica en densidad baja.

Horizonte B

48 - 60 Cm

De color pardo oscuro 10 YR 5/4, de textura limoso con muy poca fracción de arcilla,

estructura en bloques medios incipientes. No plástico y no pegajoso y ligeramente

tipsotrópico. Raíces menores al 1%.

Los Materiales

La Cerámica

La muestra cerámica recuperada en este sitio esta compuesta por 139 fragmentos. 66 fueron

colectados en el corte 1; en los sondeos 55 y 18 en la garlancha.

Con respecto a sus características formales, tenemos 123 fragmentos de cuerpo, 15

fragmentos de bordes y un asa. Su distribución por colecciones es la siguiente: 62

fragmento de cuerpo y 4 de bordes, en el corte; 47 fragmentos de cuerpo y 8 de bordes en

los sondeos y 14 fragmentos de cuerpo, 3 de bordes y un asa en la garlancha.

La distribución de frecuencias de la cerámica por horizontes es como sigue:




73

Gráfico 6.3

0 10 20 30 40 50 60


A

A1

AB

Ab

ABb

HO

RIZ

ON

TE

FRECUENCIA RELATIVA DE CERÁMICA POR HORIZONTE SECTOR CON SUELO

ENTERRADO SITIO CR002 "LA ARGENTINA"

Gráfico 6.4

0 10 20 30 40 50


A

A1

A2

HO

RIZ

ON

TE

FRECUENCIA RELATIVA DE CERÁMICA SECTOR SIN SUELO ENTERRADO

SITIO CR002 "LA ARGENTINA"

La distribución vertical del material cerámico hallado en el sector del suelo enterrado del

sitio, está mostrando, que se trata de un solo evento deposicional, en el que la ocupación se

inicia en el horizonte Ab, en donde se presenta la mayor intensidad, con unas leves

intrusiones en el horizonte denominado AB. En términos espaciales, los horizontes A, de

los sectores sin suelo enterrado se correlacionan con la parte superior del sector con suelo

enterrado.




74

Características de la cerámica

En este sitio, la muestra de cerámica recuperada, presenta muy poco material diagnóstico

de formas de bordes o vasijas asociadas, así como de decoraciones. No obstante lo anterior,

la no presencia de bordes característicos de la fase Pueblo Viejo, sumado a la presencia de

bordes Ferrería, junto con la asociación planteada a partir de los grupos de pastas

identificados (Ver sección 7.1, La Cerámica), permiten plantear de manera preliminar, la

asociación del sitio, al estilo cerámico Ferrería y al llamado Tardío. El material asociado se

halla en el horizonte Ab sin ninguna distinción a nivel vertical.

Los Líticos

En el Sitio CROO2 no se recuperaron piezas liticas, ni en la fase de reconocimiento ni en

las Unidades de Intervención Estratigráfica (corte y sondeos).

El Polen

La columna de polen se tomó en el perfil sur del corte, desde el horizonte mas profundo, B.

Los análisis muestran dos zonas bien definidas (denominadas 1 y 2), a partir de la variación

de asociaciones y de especies, Ambas zonas con manifestaciones de perturbación antrópica,

la cual se presenta desde el comienzo hasta el final del espectro bioestratigráfico (Ver

anexo 2). Las zonas son:

Tabla 6.3 Zonas de polen Sitio CR002 “La Argentina”

ZONA SUBZONA PROFUNDIDAD (cm.)

1 5.00 - 28.00

1A 5.00 - 18.00

1B 18.00 - 28.00

2 28.00-55.00

2A 28.00-38.00

2B 38.00-55.00

Según el palinograma, hay una secuencia bioestatigráfica que inicia desde el basamento y

tiene una ruptura en el intervalo entre 28 y 30 cms. (zona de polen 2), y a partir de esta

profundidad, las asociaciones cambian (zona de polen 1).




75

Zona de Polen 2: 28.00 - 55.00 cm.

Para la zona 2 se identifican bosques muy diversos y ricos en asociaciones (se observa la

presencia de diez agrupaciones ecológicas: bosque, borde, pteridophyta, rastrojos bajos,

pioneros, arecaceae, gramineae, musgos y hongos; especies asociadas a elementos no

determinados), que limitan un pequeño claro en el interior del sitio, donde solo se observa

la manipulación de Zea mays y de Manihot, con proporciones y tasas de manejo antrópico

muy bajas. (Ver Anexo 2) Esta zona se subdivide en dos subzonas:

Subzona de Polen 2b: 38.00 - 55.00 cm.

Alta en diversidad y distribuciones, identificándose presencia de: bosque, borde,

pteridophyta, rastrojos bajos, pioneros, arecaceae, gramineae, cultivado, musgos y hongos.

En este punto se diferencia un pequeño claro o espacio físico de área muy reducida al

interior de un bosque maduro, con buena diversidad de especies (presencia de robledales) y

asociaciones. (Ver Anexo 2). El claro de bosque es dominado por la presencia de helechales

rastreros que se presentan ricos en diversidad y asociaciones. Además, hay elementos

pioneros en el sitio, en distribuciones interesantes confirmando evidencias de actividad

antrópica con muy baja presión en el sistema. No hay registros de especies cultivadas.

Subzona de Polen 2A: 28.00 - 38.00 cm.

Hay un alto espectro en diversidad con presencia de: bosque, borde, pteridophyta, rastrojos

bajos, pioneros, arecaceae, gramineae, cultivado, musgos, hongos, otros elementos e

indeterminados.

Los bosques en esta subzona siguen siendo dominantes y presentan buena diversidad y

número de asociaciones donde dominan los robledales en áreas extensas y comparten el

espacio con elevadas proporciones de helechos arborescentes de Cyatheaceae (Ver Anexo

2). El Zea mays y Manihot, aparecen en muy bajas proporciones y concentraciones, pero no

parecen ser reflejo de un manejo de cultivo directo. Este grupo lenta y progresivamente se

va afianzando en el lugar con un incremento continuo de sus distribuciones desde este

momento hasta la parte superior del espectro analizado. El sitio se presenta como un

pequeño claro al interior del bosque, donde ha desarrollado un pequeño cinturón de borde

de bosque que lo limita, asociado a helechales continuos y zonas de rastrojos bajos,

fragmentados.

Zona de Polen 1: 5.00 - 28.00 cm.

En esta zona, se evidencia un deterioro progresivo de los bosques con bajas diversidades y

asociaciones (se observan doce agrupaciones ecológicas: bosque, borde, pteridophyta,

rastrojos bajos, pioneros, arecaceae, gramineae, elementos cultivados, musgos y hongos,

asociados a otros elementos no agrupados e indeterminados), donde el área del sitio

lentamente aumenta (a manera de claro en el bosque), asociada a un incremento progresivo

de elementos cultivados que se reflejan con la presencia de Zea mays únicamente. esta zona




76

se subdivide en dos subzonas:

Subzona de Polen 1b: 18.00 - 28.00 cm.

La parte inferior de la subzona se caracteriza por mostrar un espectro diverso con buenas

poblaciones de palinomorfos, hay presencia de: bosque, borde, pteridophyta, rastrojos

bajos, pioneros, arecaceae, gramineae, cultivados, musgos, hongos y otros elementos

indeterminados.

Los bosques aunque siguen dominando el paisaje y presentan ligeras variaciones

composicionales, comienzan desde este momento hacia la parte superior del espectro a

registrar un deterioro progresivo, lento y continuo, aunque persisten los robledales con

tendencia a deteriorarse en su distribución al igual que los helechos arbóreos, que se

presentaban con altas diversidades y distribuciones.

Se incrementa la distribución del grupo de elementos cultivados, el cual ha casi triplicado

su distribución en relación con la subzona 2A, pero solo se presenta la presencia de Zea

mays, el cual continua presentando bajas tasas y distribuciones, sin embargo, según los

valores, todavía no se puede hablar de un manejo intensivo de este elemento en el sitio. A

pesar de que el bosque es el limite espacial del claro, el cual ha estado sometido a sutiles

ampliaciones, han variado sus asociaciones y prácticamente ha quedado reducido a grupos

vegetacionales.


Esta zona muestra un espectro alto en diversidad y proporciones que aumentan

progresivamente a medida que se asciende en el perfil bioestratigráfico (Ver Anexo 2). Se

identifican además, doce agrupaciones ecológicas como: bosque, borde, pteridophyta,

rastrojos bajos, pioneros, arecaceae, gramineae, musgos y hongos, asociado a otros

elementos no agrupados e indeterminados. Esta zona presenta dos niveles bien definidos en

el perfil bioestratigráfico.

Los elementos de borde de bosques y los grupos ecológicos que los circundan son un límite

natural del espacio físico del sitio y se hallan ligeramente retirados. Los bosques ya no son

continuos, son bajos en diversidad y asociaciones y presentan altas tasas de perturbación

quizás debido a una intensa actividad antrópica en el lugar, el cual se caracteriza por

presentar un área extensa. Hay una alta cobertura de pastizales, que comparten este espacio

con el manejo y manipulación de Zea mays y Arecaceae, cultivos de baja extensión y de

limitada distribución.

En consecuencia, la columna bioestratigráfica está mostrando una ocupación con dos

momentos, en los que se detecta un mayor registro de intensidad antrópica asociado a la

zona 1 que a la zona 2. En la zona 2 encontramos Zea mays, pero en muy bajas

proporciones, mientras que para la zona 1, las proporciones aumentan.




77

Los dos momentos, presentan una discordancia muy sutil de carácter estratigráfico, la cual

se asocia a la aparición, en la parte superior de la secuencia, de fragmentos cuarzosos de 1 a

2 mm en una proporción muy superior en la observada en la parte inferior de la

estratigrafía, y a una ruptura de los valores de Fósforo, Calcio, Magnesio, Aluminio y

Materia orgánica, obtenidos en los análisis de suelos (Ver Anexo 3).

Tal situación se correlaciona con la distribución vertical de la cerámica, en la que no se

observan rupturas significativas en la distribución de frecuencias. Los anteriores elementos

son indicadores de una sola ocupación en el sitio, que asociamos a los horizontes más

profundos desde 28 cm de profundidad hasta el final de la secuencia. En esta capa, las

diferencias que se observan en la cerámica, en cuanto a sus aspectos tecnológicos y

formales, no se correlacionan a nivel vertical, es decir no están estratificadas. La parte mas

superficial de la secuencia podría ser producto de alteraciones antrópicas recientes (Ver

Anexo 2).

6.3.3 Sitio CR023 “Horizontes”

Se localiza en predios de la finca “Horizontes”, vereda La Clara, en jurisdicción del

Municipio de Angelópolis, en las coordenadas planas 1’174.763 N, y 1’152.300 W.

Corresponde a una cima plana y alargada de colina, con el eje mayor orientado Este Oeste.

Presenta un área de 80 m. de largo por 50 de ancho, usados como potrero. El sitio esta

cortado longitudinalmente por una zanja. A ambos lados de este, se observan los

montículos (que ocupan un área de 2m en promedio a partir de sus orillas), producto de la

tierra que fue extraída de esta.

6.3.3.1 Los Sondeos

Se realizaron 23 sondeos de 40 x 40 cm, siguiendo la misma metodología de los sitios

anteriores. Los sondeos se espaciaron de forma equidistante cada 10m. Hacia los sectores

donde se hallan los montículos de tierra se detecto un suelo enterrado y mayor

concentración de material cerámico hacia la parte oeste del sitio. En este sector, se

realizaron sondeos adicionales con menor distancia entre ellos, tratando de delimitar el área

de mayor densidad cerámica.

6.3.3.2 El Corte

En una de las áreas, donde se localiza el suelo enterrado (sector este) se realizó un corte de

2x1m. con una orientación este - oeste, la estratigrafía muestra una capa de suelo, orgánico

de 45 cm de grosor promedio, sepultado por una capa de suelo mezclado de 30 cm de

grosor. La capa de suelo orgánico fue dividido en tres horizontes.





78

La Pedoestratigrafía no se comporta de manera homogénea a nivel espacial, en todo el sitio.

Como anotamos arriba, se detectó un suelo sepultado (Ab), por una capa de material

mezclado proveniente de la zanja, el cual ha sufrido pedogénesis, por lo que se identifican 3

horizontes A. en otros sectores (como el sur), el suelo orgánico prácticamente es inexistente

y hacia la parte norte se detectó un suelo orgánico de espesor variable, el cual, pensamos,

que en su parte más profunda se corresponde con el suelo enterrado.

En consecuencia tenemos dos perfiles pedoestratigráficos:

Perfil Pedoestratigráfico para las Áreas con Suelo Enterrado

Horizonte A

0 - 15 Cm

Corresponde a una capa de suelo movido (perturbado), de color pardo oscuro 10 YR 4/3, de

textura arcillo – limoso, estructura en granos incipientes pequeños (3 a 5 mm de diámetro);

compacto. Ligeramente plástico, pegajoso y tipsotrópico. Presenta raíces en un 10%.

Horizonte A1

15 - 23 Cm

Corresponde a una capa de suelo movido (perturbado), de color oscuro 10 YR 3/3, de

textura arcillo – limoso, con clastos inmersos en la matriz y fragmentos de roca del 40 al

50%; presenta gránulos de 2 a 8 mm; estructura en granos incipientes pequeños (3 a 5 mm

de diámetro). Ligeramente plástico, pegajoso y tipsotrópico. Presenta raíces en un 10%.

Horizonte A2

23 - 27 Cm

Corresponde a una capa de suelo de color oscuro 10 YR 3/1, de textura arcillo – limoso,

estructura de bloques subangulares de medios a finos; presenta nódulos de hierro y cuarzo

de 1mm. Ligeramente plástico, pegajoso y tipsotrópico.

Horizonte Ab1

27 - 45 Cm

Corresponde a un suelo sepultado, de color oscuro 10 YR 2/1, de textura arcillosa

estructura granular migajosa (deleznable). Ligeramente plástico, pegajoso y tipsotropico:

Andisol. Raíces del 2%. Presenta fragmentos cerámicos en alta densidad y carbón.

Horizonte Ab2

45 - 55 Cm

Suelo sepultado, de color pardo oscuro 10 YR 3/2, de textura limo – arcillosa estructura en

bloques angulares medios, ligeramente plástico, pegajoso y ligeramente tipsotropico.

Raíces del 2%. Presenta fragmentos cerámicos en alta densidad y carbón.

Se tomó carbón para datación de la parte más profunda de este horizonte, la cual asociamos

a los comienzos de la ocupación del sitio. El análisis de las muestras de carbón arrojó como

resultado una fecha radiométrica de 1250 60 B.P, esta estimación presenta una




79

intersección con la curva de calibración en 770 años d.C. con un 68% de probabilidad de

que este entre 685 y 870 años d.C. La calibración con un 95% de confianza da como

resultado un intervalo que va de 600 a 900 años d.C.

Horizonte Ab3

55 - 65 Cm

Suelo sepultado, de color oscuro 10 YR 3/1, de textura limo – arcillosa estructura en

bloques angulares medios, ligeramente plástico, pegajoso y ligeramente tipsotrópico.

Raíces del 1%. Presenta fragmentos cerámicos en baja densidad y carbón. Este horizonte se

halla solo hacia el extremo este del corte.

Horizonte AB

65 - 75 Cm

Suelo de color pardo 10 YR 5/4, de textura arcillosa estructura en bloques angulares

gruesos, ligeramente plástico, pegajoso y tipsotrópico. Raíces inferiores al 1%. No presenta

material cultural.

Horizonte B

75 - 85 Cm

De color pardo amarillo 10 YR 5/8, de textura arcillosa, estructura en bloques angulares

incipientes; presenta fragmentos pequeños de cuarzo lechoso. Plástico, pegajoso y

tipsotrópico. Raíces inferiores al 1%. No contiene material cultural.




80

Foto 6.5 Perfil sur Corte 1 Sitio CR023 “Horizontes”

Foto 6.6 Perfil este Corte 1 Sitio CR023 “Horizontes”




81

Perfil Pedoestratigrafico para las Áreas sin Suelo Enterrado

Horizonte A

0 - 6 Cm

Corresponde a una capa de suelo orgánico formado en condiciones actuales, de color pardo

oscuro 7.5 YR 2/1, de textura franco–arcilloso, estructura en bloques angulares medios.

Ligeramente plástico, pegajoso y tipsotrópico. Presenta raíces en un 20%. Presenta

fragmentos cerámicos en baja densidad.

Horizonte A1

6 - 20 Cm

Corresponde a una capa de suelo de color oscuro 10 YR 3/1, de textura arcillo – limoso,

estructura de bloques subangulares de medios a finos; presenta nódulos de hierro y cuarzo

de 1mm. Ligeramente plástico, pegajoso y ligeramente tipsotrópico. Presenta fragmentos

cerámicos en alta densidad. Este horizonte podría corresponderse con el horizonte Ab1 del

suelo sepultado.

Horizonte A2

20 - 30 Cm

Corresponde a una capa de suelo de color oscuro 7.5YR 2/1, de textura arcillo – limoso,

estructura de bloques subangulares de medios a finos. Ligeramente plástico, pegajoso y

ligeramente tipsotrópico. Presenta fragmentos cerámicos en densidad media. Este horizonte

podría corresponderse con el horizonte Ab2 del suelo sepultado.

Horizonte AB

30 - 48 Cm

Suelo de color pardo 7.5 YR 3/4, de textura arcillosa estructura en bloques angulares

gruesos, ligeramente plástico, pegajoso y tipsotrópico. Raíces inferiores al 1%. Presenta

material cultural en baja densidad.

Horizonte B

48 - 60 Cm

De color pardo amarillo 10 YR 5/8, de textura arcillosa, estructura en bloques angulares

incipientes; presenta fragmentos pequeños de cuarzo lechoso. Plástico, pegajoso y

tipsotrópico. Raíces inferiores al 1%. No contiene material cultural.

Los Materiales

La Cerámica

La muestra cerámica recuperada en este sitio esta compuesta por 429 fragmentos. 326

fueron colectados en el corte 1; en los sondeos 96 y 7 en la garlancha.

Con respecto a sus características formales, tenemos 412 fragmentos de cuerpo, 17

fragmentos de bordes. Su distribución por colecciones es la siguiente: 315 fragmento de




82

cuerpo y 11 de bordes, en el corte; 91 fragmentos de cuerpo y 5 de bordes en los sondeos y

6 fragmentos de cuerpo y 1 de borde, en la garlancha.

La distribución de frecuencias de la cerámica por horizontes es como sigue:

Gráfico 6.5

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80


Ab1

Ab2

Ab3

AB

HO

RIZ

ON

TE

FRECUENCIA RELATIVA DE CERÁMICA SITIO CR023

"HORIZONTES"

Gráfico 6.6

0 5 10 15 20 25 30 35 40


A

A1

A2

AB

Bp

HO

RIZ

ON

TE

FRECUENCIA RELATIVA DE CERAMICA SECTOR SIN SUELO ENTERRADO

SITIO CR023 "HORIZONTES"

Características de la Cerámica

En este sitio, la muestra de cerámica recuperada, presenta muy poco material diagnóstico

de formas de bordes o vasijas asociadas, así como de decoraciones. No obstante lo anterior,

las características generales de las pastas, junto con algunas formas de bordes, permiten

plantear de manera preliminar, la asociación del sitio, al período Tardío.




83

Los Líticos

En el Sitio CR023 se recuperaron 4 piezas líticas; 1 provienen de sondeo y 3 del corte.

Según la caracterización realizada (ver sección 7.2, los líticos), se consideraron artefactos,

elaborados por percusión simple, que según la caracterización de la morfología de las

microhuellas, fueron utilizados para cortar.

Tabla 6.4 Frecuencia de artefactos líticos Sitio CR023 “Horizontes”

Sitio Estrato Nivel

10 Cms.

Código del

Artefacto

Tipo de

Soporte

Morfología de las

Microhuellas

Orden de

Extracción

Bulbo

Total

023 A 2 CR023 – 02 Lasca Escalón Tercer orden Sin bulbo 1

Ab2 4 CR023 – 12 Lasca Escalón Tercer orden Tenue

CR023 – 11 Bisagra Sin bulbo 3

CR023 – 10 Combinadas:

(Escalón y Pluma)

Segundo orden Tenue

El Polen

Las muestras de polen fueron tomadas en el perfil sur del corte, desde la parte más

profunda (que incluye el horizonte B), hasta donde termina el suelo sepultado (denominado

Ab1), a 27 cm de profundidad. El análisis, distingue dos zonas bien definidas, una zona

inferior, denominada 2, con dominio de bosques bajos en diversidad con evidencias

deficientes de ocupación antrópica y una zona superior 1 con bosques muy diversos y

composicionalmente muy diferentes a los observados en la zona 2, donde se observa

actividad antrópica bien definida y clara de la ocupación del sitio, la cual aprovechó una

abertura natural del bosque. Las únicas evidencias de especies manejadas en el sitio están

asociadas a la presencia de Zea mays y de Theobroma sp en dos niveles diferentes con

proporciones muy bajas en los espectros bioestratigráficos. Las zonas identificadas son:

Tabla 6.5 Zonas de polen Sitio CR023 “Horizontes”

ZONA SUBZONA PROFUNDIDAD (cm.)

1 27.00 - 45.00

1A 27.00-35.00

1B 35.00-45.00

2 45.00 - 65.00 cm

Zona de Polen 2: 45.00 - 65.00 cm.

Hacia la parte inferior de la zona, se detalla un espectro moderadamente diverso y con

buenas poblaciones de palinomorfos que disminuyen progresivamente a medida que se

asciende en el perfil. Se observan evidencias de diez agrupamientos ecológicos: bosque,

borde, pteridophyta, rastrojos bajos, pioneros, arecaceae, gramineae, cultivado, musgos y




84

hongos, otros elementos no agrupados y palinomorfos indeterminados.

Los helechales tupidos y extensos de gran diversidad, se presentan como cinturones

continuos en la reducida área del sitio, sin presentar ningún tipo de fragmentación; son el

segundo grupo ecológico con mayor representatividad y muestran en este nivel

bioestratigráfico la mayor distribución, fortaleciendo la idea de una perturbación de los

bosques, al momento de la ocupación del sitio. El bosque lentamente tiende a incrementar

su diversidad de asociaciones.

Las arecaceae a este momento presentan la máxima distribución observada en todo el perfil

bioestratigráfico, hecho asociado tal vez a los estadios de sucesión avanzada que presentan

los bosques a este nivel. Las arecaceae van a presentar una alta representatividad en todo el

espectro bioestratigráfico pero esta va reduciendo a medida que ascenderemos en el perfil

bioestratigráfico.

Los elementos pioneros ya tienen representatividad a este momento bioestratigráfico,

confirmando que la presencia de un claro de muy poca extensión, asociado al desarrollo del

bosque de la zona, pero no se poseen herramientas para afirmar si este claro a este

momento ya es un efecto de actividad antrópica en el área del sitio.

Los pastizales se presentan con muy poca extensión al interior del sitio, pero hacen parte

integral de la formación de este, observándose su distribución durante todo el perfil

bioestratigráfico analizado.

A este momento y durante todo el perfil bioestratigráfico se observa una total dominancia

de los cinturones de bosque andino-subandino, asociado a unas elevadas condiciones de

humedad en la región, y una baja presencia de elementos de bosque ecuatorial.

Con respecto a las condiciones climáticas actuales se observa un ecosistema con unas

condiciones climáticas mucho más frías que las observadas actualmente, y con unas

condiciones de humedad ligeramente superior.

A este momento no se observa registro de especies cultivadas.

Hacia la parte superior de la zona Los bosques presentan una muy sutil disminución con

respecto a lo observado en la parte inferior. Los bosques siguen siendo el grupo ecológico,

se observa la presencia de robledales y helechos arbóreos como los mayores constituyentes

de cinturón a este momento, además que los bosques presentan un alto nivel de

conservación y siguen siendo la dominante paisajística de la región con una considerable

magnitud espacial.

Las arecaceae disminuyen levemente en el espectro, en un descenso progresivo, este

retroceso es debido posiblemente a variaciones composicionales del bosque, o a efectos

directos de manipulación antrópica, quizás con un aprovechamiento sobre este grupo

ecológico, o un intenso desplazamiento de su cobertura, que de acuerdo con lo observado,




85

existen variaciones ambientales de importancia a este momento en el perfil

bioestratigráfico.

Los elementos de borde de bosque están ausentes a este momento en el espectro

bioestratigráfico. Los helechales siguen siendo el segundo grupo ecológico con mayor

representatividad a este momento, estos a pesar de presentar una reducción moderada de su

distribución, siguen siendo tupidos, extensos, y de gran diversidad, pues se siguen

presentando, como cinturones continuos en el área del sitio, sin presentar ningún tipo de

fragmentación.

Los rastrojos bajos están ausentes a este momento en el registro estratigráfico. Los

elementos pioneros ya tienen una alta representatividad a este momento bioestratigráfico,

estos han triplicado su distribución (proporción polínica) en el área al interior del

yacimiento confirmando actividad antrópica, pero con muy baja presión (Ver Anexo 2).

Los pastizales a este momento reflejan un incremento muy sutil en el espectro, efecto que

se pudo favorecer en el retroceso de los helechales. Pero este grupo ecológico no presenta

aún una importancia considerable al interior del sitio.

A este momento podría presentarse un primer registro de especies cultivadas, reflejada en

la presencia de Theobroma sp y algunas variedades de esterculiaceae, que se presentan con

muy bajas proporciones y aparecen esporádicamente en el espectro bioestratigráfico

analizado.

El yacimiento a este momento se sigue presentando como un claro de muy reducida

extensión al interior de un bosque que lentamente va incrementando su diversidad y

asociaciones que no ha posibilitado el desarrollo de cinturones de elemento de borde de

bosque. Los rastrojos bajos parecen no ser buenos competidores al interior del yacimiento,

ya que, no han tenido representatividad porcentuales a este momento, importante es

observar el incremento de elementos pioneros en distribuciones considerables.

Zona de Polen 1: 27.00 - 45.00 cm.

Se observan evidencias de diez agrupamientos ecológicos que son: bosque, borde,

pteridophyta, rastrojos bajos, pioneros, arecaceae, gramineae, cultivado, musgos y hongos,

además de elementos no agrupados y palinomorfos indeterminados. la zona de polen 1, se

divide en dos subzonas:

Subzona de Polen 1B: 35.00 - 45.00 cm.

Presencia de: bosque, borde, pteridophyta, rastrojos bajos, pioneros, arecaceae, gramineae,

hongos, musgos e indeterminados. El sitio es un claro de área muy reducida al interior del

bosque, que lentamente va incrementando su diversidad en especies y asociaciones. Está




86

fuertemente limitado por bosques que lentamente se están expandiendo y cerrando,

reduciendo los pastizales, los elementos pioneros y ahuyentando la presencia de elementos

cultivados, este efecto quizás esté asociado a un abandono de actividades en el área del

sitio. El bosque predomina en la región como una sola entidad.

Los bosques a este momento bioestratigráfico presenta un incremento en sus distribuciones

poblacionales, estos se vuelven más diversos, y se observan un mayor número de

asociaciones en el espectro analizado. Este grupo ecológico sigue siendo el dominante en

el espectro bioestratigráfico y muestra una estabilidad muy fuerte en disposición espacial y

diversidad.

Se observa un incremento excesivo en especies asociados a helechos arborescentes

dominados por la familia Cyatheaceae, así como Adiantaceae. Los bosques a este

momento se siguen presentando muy conservados y de una considerable magnitud espacial,

dominando aún la condición paisajística de la región, y más aún sigue limitando la reducida

extensión del yacimiento que por siempre se verá asociado al claro de un bosque que

lentamente trata de cerrarlo con su vegetación.

Las arecaceae no presentan variación alguna con respecto a la parte superior de la subzona

anterior este momento.

Los elementos de borde de bosque aparecen nuevamente pero con unas distribuciones muy

sutiles y bajas, afianzando la información de lo débil que es este cinturón ya que no tiene a

donde desplazarse.

Los helechales presentan un imperceptible descenso pero siguen dominantes al interior del

espacio del yacimiento, aunque los helechos han incrementado considerablemente su

diversidad allí asociada.

Los rastrojos bajos aparecen a este momento en el registro estratigráfico, con poblaciones

muy moderadas demostrando su baja capacidad de competitividad en este tipo de sistema,

siendo un accesorio más al interior del sitio. Los elementos pioneros, así como las

gramineae disminuyen muy sutilmente, pero no evidencian algún efecto particular, debido

a la expansión de los bosques hacia el interior del sitio.

A este momento no se observa la presencia en el registro de especies cultivadas. El

yacimiento sigue siendo un claro de muy reducida extensión al interior de un bosque que

lentamente va incrementando su diversidad en especies y en asociaciones. El claro de

bosque esta fuertemente limitado por bosques que lentamente se están expandiendo

cerrando este espacio físico, reduciendo la presencia de pastizales y de elementos pioneros

y ausentando la presencia de elementos cultivados. Es de importancia recalcar el dominio

de paisajístico de los bosques en la región.




87


Se detalla la presencia de: bosque, pteridophyta, rastrojos bajos, pioneros, arecaceae,

gramineae, cultivado, hongos, musgos e indeterminados.

Los bosques no presentan cambios significativos en el espacio con respecto a lo observado

en la subzona anterior, aún son dominantes; siguen incrementándose significativamente la

diversidad de especies y asociaciones y con diferencias sustanciales en su composición, que

continúan limitando un área reducida asociada al sitio. Dentro de ese desarrollo boscoso se

puede plantear el establecimiento de zonas de Robledales, Alisos y Guayacanes.

Las arecaceae llegan a su más baja representatividad de todo el espectro bioestratigráfico,

pero es de aclarar que, a este momento, estas pueden considerarse como un elemento

accesorio de los bosques. Este descenso de las arecaceae es posible asociarlo a manejos

antrópicos o a una baja competitividad de este elemento con los bosques que lo rodean.

Los elementos de borde de bosque están ausentes a este momento.

Los helechales presentan en este nivel bioestratigráfico la menor distribución observada en

el área del sitio, afianzando la idea de una intensa perturbación antrópica, asociada a la

limpieza del sitio.

Los rastrojos bajos disminuyen casi hasta su desaparición en el espectro bioestratigráfico,

que podrían estar asociados a la disminución de los helechales en circunstancias descritas

arriba.

Los elementos pioneros llegan en este nivel bioestratigráfico a un segundo clímax

poblacional, es así como los pastizales llegan a su máxima expansión en el área del sitio,

efecto directo del control antrópico de especies al interior del mismo. Se observa el registro

de especies cultivadas, como el Zea mays con bajas distribuciones, que sugieren su

utilización, más no un aprovechamiento extensivo del mismo (Ver Anexo 2).

El sitio a este momento sigue siendo un claro de bosque de muy limitada extensión que ha

este momento presenta una intensa actividad antrópica en su interior, efecto reflejado en la

reducción de elementos pioneros, el incremento de pastizales, la disminución de helechales,

la presencia de Zea mays, quizás la manipulación de arecaceae a este momento

bioestratigráfico, pero más importante es la actitud y cambio de diversidad de los bosques

que rodean el sitio, que son muy diferentes a los asociados a la zona 2.

En consecuencia, la columna bioestratigráfica está mostrando una ocupación con dos

momentos, en los que se detecta un mayor registro de intensidad antrópica en la zona 1, que

a la zona 2, la cual estaría asociada a los comienzos de la ocupación (horizontes B Y AB).

En la subzona 1A (final de la ocupación), encontramos Zea mays, pero en muy bajas

proporciones, mientras que para la zona 2, no se hallan.




88

En los dos momentos, no se observan discordancias de carácter estratigráfico, lo cual se

correlaciona a los valores de Fósforo, Calcio, Magnesio, Aluminio y Materia orgánica,

obtenidos en los análisis de suelos (Ver Anexo 3), y a la distribución vertical de la

cerámica, en la que no se observan rupturas significativas en la distribución de frecuencias.

Los anteriores elementos son indicadores de una sola ocupación en el sitio, que asociamos a

una capa orgánica, de 45 cm de grosor. En esta capa, las diferencias que se observan en la

cerámica, son básicamente en aspectos tecnológicos, tal diferencia no presenta una división

por niveles de excavación ni por horizontes de suelo.




89

7. LOS MATERIALES

7.1 La Cerámica

En toda investigación arqueológica, el estudio de la cerámica debe estar encaminado a

resolver interrogantes de investigación. En el primer estudio arqueológico sistemático

realizado en el Valle de Aburrá (Castillo, 1995), el análisis de la cerámica, se efectuó sobre

la base de atributos técnicos, morfológicos y decorativos, no obstante, la identificación de

diferentes clases de arcillas y desgrasantes, estos no tenían valor diagnóstico para

determinaciones culturales o cronológicas. Por esta razón, la distinción de los conjuntos

cerámicos identificados, en ese estudio (Ferrería y Pueblo Viejo), se efectuó sobre la base

de las diferencias apreciables en los fragmentos que permitían determinar formas generales

y específicas, las técnicas de decoración, los elementos decorativos y los patrones de

composición empleados (Castillo, 1995:58).

De acuerdo con el área muestreada, los grupos cerámicos definidos, presentaban un

conjunto de cronologías radiométricas y distribuciones espaciales y verticales relativamente

consistentes que permitieron, a la autora, plantear diferenciaciones a nivel de distribución

espacial, patrones de asentamiento, de los “grupos portadores” y dos secuencias temporales

que comenzaban en momentos cronológicos distintos y superpuestas al final. Algunas

cronologías radiométricas, tardías estaban sugiriendo una ampliación del lapso temporal del

estilo más temprano (Ferrería) hasta el siglo XVI d.C.

En la definición los estilos cerámicos conocidos para el Valle de Aburrá, a partir de los

aspectos formales (en los que se incluyen tamaños de recipientes) y aspectos decorativos,

está implícito un proceso de normalización de la producción para cada conjunto, que en sus

contextos particulares de asociaciones deberían remitir a su vez a usos específicos de cada

uno (Rice, 1987). En este sentido no se han tratado de resolver interrogantes relacionados

con el contexto, en cuanto a, por ejemplo, las características de la cerámica domestica de

los estilos y la cerámica destinada a otras actividades. De lo anterior se desprende que

necesitamos analizar la normalización de la producción, como un proceso a través del cual

se incrementa la uniformidad, en la cerámica a través del tiempo, en la medida en que se

distinga la normalización como un estado relativo en un conjunto cerámico, así definido

(Ibíd, 1987).

Las investigaciones posteriores, realizadas en el valle de Aburrá y zonas circunvecinas, han

centrado el estudio la cerámica en la búsqueda de equivalentes (Orton, et al, 1997), en

cuanto a las características de una forma específica o un estilo cerámico. Este proceso se ha

realizado con el propósito de relacionar, la cerámica bajo estudio, con un conjunto

cerámico particular que de manera directa se correlaciona con una cronología y con

características generales de los “grupos portadores”. Lo anterior ha puesto en evidencia

que la cita indiscriminada de equivalentes sin ninguna intensión de comprender el contexto

local o el lugar que ocupan los objetos dentro de un conjunto, no ha aportado muchos

elementos para el conocimiento de los procesos sociales ocurridos en el Valle de Aburrá a




90

través del tiempo. De esta manera, tenemos una cerámica local, que con el nombre que fue

denominada, evoca una localidad específica y cuya dispersión, por equivalencias, aumentó

hasta varios cientos de kilómetros, sin una comprensión clara de su contenido social.

En cuanto a las inferencias sobre los grupos humanos que ocuparon el Valle de Aburrá en

distintos lapsos cronológicos, se han planteado aspectos generales sobre la principal

orientación económica y patrones de asentamiento relacionadas con formas cerámicas, pero

estos no han sido usadas para explicar que significado tienen en función de cambios

sociales. La única conexión entre forma y dinámica social, se basa en que cambios en las

formas cerámicas son el resultado de la llegada de un nuevo grupo étnico.

7.1.1 El Estudio de la Cerámica de Romeral

De acuerdo con las características de nuestra área de estudio en cuanto a geomorfología (la

cuchilla El Romeral, está compuesta en su mayor área por colinas altas de cimas estrechas

con pendientes fuertes), los límites del área definidos de manera arbitraria, de acuerdo a la

zona de reserva ecológica, por encima de los 2000 m.s.n.m., la distribución espacial de los

sitios arqueológicos identificados y su estado de conservación (en pocos sitios se alcanza a

observar un depósito con evidencias culturales que no sobrepasa los 30 cm de profundidad),

y los depósitos arqueológicos excavados, en los que se observan, al parecer, un solo evento

cronológico relativamente corto, hacen que el estudio de la cerámica adquiera

características de exploratorio, el cual solo puede alcanzar una verdadera dimensión

analítica en términos cronológicos, cuando sea articulado a los resultados de los estudios

arqueológicos realizados en áreas circunvecinas, en contextos verticales o cronológicos que

permitan determinar que atributos de la cerámica cambian en el tiempo, si se trata de uno

solo, de un conjunto de ellos o de grupos de atributos correlacionados. De acuerdo con lo

anterior, los grupos resultado del análisis multivariado muestran tendencias generales que

podrían estar correlacionadas con producciones locales, regionales y/o momentos

cronológicos.

De acuerdo con los postulados anteriores y con los alcances de esta investigación, en los

que la pretensión inicial formula la búsqueda de diferenciaciones en lapsos cronológicos, el

estudio de la cerámica recuperada en la cuchilla El Romeral, intenta aportar elementos para

la discusión en cuanto al análisis de este tipo de evidencias en Valle de Aburrá, partiendo

de las características de la cerámica presentada en investigaciones anteriores y de un

análisis multivariado, exploratorio, a partir de una serie de atributos de la pasta y de formas

generales de fragmentos de bordes. Para lo anterior, partimos del concepto planteado por

Burton y Simón (1996:405), en el que manifiestan que las vasijas de cerámica no son

materiales geológicos idealizados extraídos de los yacimientos, sino productos tecnológicos

complejos, ricamente constituidos con atributos de comportamiento.

7.1.2 La Muestra

La muestra cerámica recuperada en la cuchilla El Romeral, consiste en 1135 fragmentos, de




91

los cuales, 94 corresponden a bordes de vasijas y 2 a asas de sección redondeada.

7.1.3 La Clasificación

La clasificación consistió, básicamente, en comparar objetos para estimar los grados de

similitud compartidas que permitan hacer agrupaciones (Adams, 1986; Whallon, 1972;

Spaulding, 1977; Cowgill, 1980; Clarke, 1984); bajo tal propósito los atributos

arqueológicos revisten una importancia fundamental, por que al comparar un objeto con

otro lo que se está comparando son sus respectivos conjuntos de atributos (Spaulding, 1984

En: Adams, 1986; Cowgill, 1982; Clark, 1984), es decir, en un orden jerárquico, medimos

las asociaciones entre estados de atributos para detectar correlaciones y/o covariaciones con

el propósito de encontrar regularidades.

El primer paso consistió en definir los atributos (tecnológicos y estilísticos) a estudiar, para

posteriormente, organizarlos en una tabla de códigos condensados, de manera que

pudiésemos incluir, para cada objeto, los diferentes estados de valores observados para cada

una de las variables. La tabla fue diseñada en el paquete estadístico SPSS PC+ versión 7.1

(Statistical Packet for Social Sciencies, versión para Micro Computadores), la cual fue

empleada para introducir los resultados codificados de las observaciones; una vez

finalizado el proceso de observación, la tabla se empleó como matriz de datos para los

análisis de clasificación.

Para los análisis se seleccionaron aquellos atributos que se consideraron respondían a

acciones propias del proceso de producción, con el propósito fundamental de identificar, en

la cerámica, subgrupos o grupos, que nos permitieran observar la variabilidad técnica y

estilística del material y recurrencias o cambios en estos aspectos a nivel horizontal y/o

vertical.

Los atributos considerados, para el estudio fueron: las partículas minerales observadas:

tamaño, densidad y composición, el color de la matriz, la dureza, la textura, el grosor de la

pasta, el núcleo de cocción: color y posición, el acabado de la superficie, la forma de los

bordes y la decoración.

El primer paso del análisis consistió en examinar cada una de las variables por separado

para observar su comportamiento distribucional dentro de la muestra; posteriormente se

realizaron pruebas exploratorias de correspondencias múltiples,22

comenzando con 9

variables. Tales análisis nos posibilitaron observar, en el plano factorial de categorías,

cuales variables presentaron una correlación más intensa, para así tomar la decisión de

22

Los Análisis de correspondencias múltiples, también llamados análisis factoriales, son pruebas estadísticas

para el análisis exploratorio de datos en cuanto agrupaciones , oposiciones y tendencias. Los análisis se

aplican a tablas de datos bidimensionales que cruzan individuos y variables. Cuando la tabla cruza

individuos y variables numéricas, se usa el Análisis de Componentes Principales (ACP); El Análisis

Factorial de Correspondencias (AFC), trata tablas de frecuencias y el Análisis de Correspondencias

Múltiples (ACM) se aplica a tablas de variables cualitativas codificadas (Escofier y Pagés).




92

cuales atributos resultarían esenciales para los análisis de agrupamiento.

Gráfico 7.1 Plano factorial con 9 categorías

PLANO FACTORIAL DE CATEGORIAS

DUREZARGROSOR

Dim 2

1.51.5

UBICACIÓN NU

DENSIDAD DES

-1.0

ACABADO SUP

-.5

1.01.0

0.0

.5

1.0

.5.5

1.5

COLOR PASTA

COLOR NUCLEO

TAMAÑO DES

Dim 3Dim 1

0.00.0

TEXTURA

-.5-.5-1.0-1.0

De acuerdo con el análisis del plano factorial anterior, la muestra presenta grupos de

variables (de a dos y tres) que se correlacionan (con coeficientes de contingencia entre 0.4 y

0.7). Tales correlaciones están indicando la mayor tendencia, puesto que no todos los

objetos bajo análisis las presentan; de esta manera, una correlación alta entre dos o más

variables indica que el mayor número de objetos la cumple, pero no todos (aunque en casos

extremos se da). De acuerdo con el plano factorial, tenemos, correlaciones estrechas entre

color de la pasta y color del núcleo, las cuales se correlacionan a su ves con la ubicación del

núcleo (hacia el centro o recostado hacia una de las caras). El tamaño del desgrasante se

correlaciona con la textura: tenemos partículas gruesas que se asocian a texturas porosas las

cuales se correlacionan a su ves con durezas bajas (entre 2 y 3) y partículas finas

correlacionadas con texturas compactas y durezas altas (entre 4 y 5).

Con el análisis de las correlaciones se seleccionaron 6 variables que representan las

características de la muestra en sus atributos constitutivos considerados esenciales para un

análisis de agrupamiento. De esta manera se realizaron análisis de correlaciones del color

de la pasta, con 7 categorías o estados de valor, dureza, con 5, textura con 3, color del

núcleo con 6, grosor con 9 intervalos de a 2 mm, y acabado de la superficie con 3 estados

de valor.




93

Conforme al número de estados de valor que toman cada una de las variables empleadas,

resulta imposible, obtener grupos mutuamente excluyentes, denominados monotéticos23

, ya

que para ello cada una de las variables, puestas en el análisis, debe tener la misma cantidad

de estados de valor. Tal situación es poco recurrente en la cerámica arqueológica a no ser

que empleemos para el análisis sólo dos variables. En contraste con lo anterior, el análisis

multivariado arroja como resultado grupos politéticos24

. Siguiendo a Clarke (1984:31), un

grupo politético se define como un grupo de entidades tal que cada entidad (fragmento

cerámico), posee un gran número de atributos del grupo (no todos), y que cada atributo es

compartido por numerosas entidades, mientras que ninguno de los atributos es suficiente y

necesario para asegurar su calidad de miembro del grupo.

El análisis multivariado, en el que incluimos 6 variables (color de la pasta, color del núcleo,

dureza, acabado de la superficie, grosor y textura), arrojo como resultado 5 grupos. De

acuerdo al tamaño de la muestra (n=1135) y a las asociaciones estratigráficas que se pueden

alcanzar, los grupos se presentan como resultado de un análisis exploratorio, el cual es

posible de replicar aumentando el tamaño de la muestra y teniendo en cuenta columnas

estratigráficas más profundas con lapsos de tiempo más amplios que posibiliten encontrar

tendencias de la distribución de los grupos a nivel cronológico. Es necesario aclarar que,

por el momento los grupos resultado del presente análisis no presentan un valor

cronológico claro, lo que no quiere decir que al replicar los análisis aumentando el tamaño

de la muestra tomada de otros contextos estratificados, tal situación continúe. Al realizar

nuevos análisis, puede resultar necesario incluir otras variables no consideradas en este, o

reemplazar algunas de las aquí empleadas. Tales pruebas están por hacerse, en un contexto

espacial representativo del Valle de Aburrá y en secuencias estratificadas con un control

vertical lo más detallado posible; solo de esta manera podremos alcanzar una clasificación

cerámica que disminuya el grado de incertidumbre que por el momento presenta este

material para asociar fragmentos de cuerpo a grupos de pastas específicas, datar, de manera

relativa, contextos a partir de la presencia de grupos de pastas y establecer secuencias

temporales en contextos espaciales amplios.

La cantidad y características de los grupos resultantes, reflejan una relativa homogeneidad,

para la muestra recuperada en Romeral, en cuanto a la correlación de los atributos

empleados en el análisis. Este hecho permite suponer, para la totalidad de la muestra

recuperada en la cuchilla El Romeral, presenta un estado de normalización relativo alto,

con cambios muy sutiles que se tornan difíciles de rastrear a partir de la observación

empírica.

A continuación presentamos las características de los grupos, resumidas en tablas de doble

entrada por cada atributo puesto en el análisis. Las tablas muestran las frecuencias

observadas para cada grupo, cruzados con los estados de valor de cada variable puesta en el

análisis.

23

En un grupo monotético, todos sus miembros comparten todos los atributos que lo define. 24

En un grupo politético, todos sus miembros no comparten todos los atributos que lo define.




94

Acabado de la superficie

Tabla 7.1 Tabla de Contingencia grupos de pasta – acabado de la superficie

GRUPOS

ACABADO DE LA SUPERFICIE 1 2 3 4 5 Total Contingencia

AL. FINO Recuento 22 381 83 238 724

% del GRUPO 100 100 100 99.2 85.28

SINUOSO Recuento 123 123

% del GRUPO 100 14.49 0.708

FINO INTERNO -

SINUOSO. EXTERNO

Recuento 2 2

% del GRUPO 0.83 0.236

Total Recuento 22 381 83 240 123 849

% del GRUPO 100 100 100 100 100 100

De acuerdo con la distribución de frecuencias observada en la tabla anterior, el análisis de

correspondencias múltiple muestra dos tendencias bien marcadas en cuanto al acabado de la

superficie. 4 grupos (1 al 4) presentan un acabado de superficie bien alisado y en un grupo

(el 5), el acabado dejó sinuosidades en la superficie.

Color de la pasta

El color de la pasta presenta una amplia gama de tonalidades. Para efectos de los análisis,

los tonos observados fueron agrupados en 7 categorías básicas: negra (10YR: 3/1,3/2;

7.5YR3/2; 5YR: 2.5/1,2.5/2,3/2), café oscura (10YR:4/1, 3/2, 3/3, 4/3, 3/4; 7.5YR:4/1, 4/2,

4/4; 5YR: 3/2,4/1,4/2,3/3,4/4), café claro (10YR:5/2,5/4,6/3,6/4,7/2,7/3, 7/4; 7.5YR:

5/3,5/4,7/4; 5YR: 4/3,5/3), amarilla oscura (10YR:5/6,6/8,5/8; 7.5YR: 6/6,6/8, 5/6, 5/8;

5YR5/8), amarilla clara (10YR: 8/3,8/4; 7.5YR: 8/3,8/4,8/6), gris oscura (10YR5/1;

7.5YR:5/1,5/2; 5YR: 5/1,5/2), gris clara (10YR: 7/1; 7.5YR: 7/1,7/3,7/2; 5YR7/3).

La dispersión alta de esta variable puede ser efecto de factores como el tipo de arcilla

empleado y el grado y tiempo de sometimiento de la pieza al fuego en el proceso de

cocción, que están indicando una baja normalización en este proceso. De acuerdo con los

tonos observados, en los grupos se distribuyen los colores de la pasta de la siguiente forma:




95

Tabla 7.2 Tabla de Contingencia grupos de pasta – color de la pasta

GRUPOS

COLOR PASTA 1 2 3 4 5 Total Contingencia

NEGRA Recuento 22 4 26

% del GRUPO 100 3.28 3.077

CAFE OSCURA Recuento 102 29 25 31 187

% del GRUPO 26.77 35.37 10.5 25.4 22.13

CAFE CLARA Recuento 144 25 89 42 300

% del GRUPO 37.8 30.49 37.4 34.4 35.5 AMARILLO OSCURO Recuento 48 8 29 12 97 0.692

% del GRUPO 12.6 9.756 12.2 9.84 11.48

AMARILLO CLARO Recuento 40 6 23 13 82

% del GRUPO 10.5 7.317 9.66 10.7 9.704

GRIS OSCURO Recuento 13 23 6 42

% del GRUPO 3.412 9.66 4.92 4.97

GRIS CLARO Recuento 34 14 49 14 111

% del GRUPO 8.924 17.07 20.6 11.5 13.14

Total Recuento 22 381 82 238 122 845

% del GRUPO 100 100 100 100 100 100

La tendencia de distribución de colores observada en la tabla anterior, muestra que el grupo

1 se caracteriza por poseer una pasta de color negro que se correlaciona con un

sometimiento intenso al fuego en el proceso de cocción y en algunos casos posterior a este,

pues, se observa un núcleo de color negro intenso que cubre la totalidad de la matriz y

hollín adherido a las paredes. Para los demás grupos no se observa una correlación directa

entre un tono preciso y las demás variables puestas en el análisis. No obstante lo anterior,

podemos observar tendencias de tonos de colores para cada grupo: de acuerdo a los

porcentajes resaltados en la tabla y cuya frecuencia acumulada suma mas del 60%, tenemos

para los grupos 2 y 3 pastas de colores café oscuras y café claras. El grupo 3 se caracteriza

por pastas de color café clara, y gris clara y los grupos 4 y 5 presenta pastas café oscuras,

café claras y gris claras.

Dureza

La muestra analizada, presenta una distribución bastante asimétrica, pues el 85% de la

muestra presenta dureza 5; sin embargo las tendencias de correlación con las demás

variables muestran una dureza de 5 para los grupos 1, 2, 4 y 5 mientras que el grupo 3

presenta una dureza de 2 a 4.




96

Tabla 7.3 Tabla de Contingencia grupos de pasta – dureza

GRUPOS

DUREZA 1 2 3 4 5 Total Contingencia

1 Recuento 3 3

% del GRUPO 2.44 0.353

2 Recuento 19 10 29

% del GRUPO 22.89 8.13 3.416

3 Recuento 1 8 4 13

% del GRUPO 4.545 9.639 3.25 1.531

4 Recuento 6 56 6 8 76 O.652

% del GRUPO 1.575 67.47 2.5 6.5 8.952

5 Recuento 21 375 234 98 728

% del GRUPO 95.45 98.43 97.5 79.7 85.75

Total Recuento 22 381 83 240 123 849

% del GRUPO 100 100 100 100 100 100

Textura

Tabla 7.4 Contingencia grupos de pasta – textura

Las tendencias de correlación con los grupos es como sigue:

GRUPOS

TEXTURA 1 2 3 4 5 Total Contingencia

COMPACTO Recuento 17 245 10 38 75 385

% del GRUPO 77.27 64.3 12.05 15.8 61 45.35

POROSA Recuento 5 134 71 199 46 455

% del GRUPO 22.73 35.17 85.54 82.9 37.4 53.59 0.436

LAMINAR Recuento 2 2 3 2 9

% del GRUPO 0.525 2.41 1.25 1.63 1.06

Total Recuento 22 381 83 240 123 849

% del GRUPO 100 100 100 100 100 100

El grupo 1 presenta una textura compacta. En los grupos 2 y 5 se observan texturas

compactas y porosas y el grupo 3 se caracterizan por pastas porosas.

Grosor

En cuanto a esta variable, los grupos resultan con diferencias sutiles. Si tenemos en cuenta

los valores medios con sus desviaciones típicas, podemos afirmar que existe una diferencia

notable en los grupos 4 y 5, los cuales presentan las pastas mas gruesas.




97

Tabla 7.5 Tabla de Contingencia grupos de pasta – grosor

GRUPOS

GROSOR PASTA 1 2 3 4 5

N 22 381 83 240 123

Media 7.364 7.052 7.44 9.79 8.86

Desv. típ. 1.62 1.849 2.265 1.81 1.89

7.1.4. Características de los Grupos

En consecuencia, los grupos presentan las siguientes características:

GRUPO 1

n= 22

Acabado de la superficie: Alisado fino (100%)

Color de la pasta: Negra (100%)

Textura: Compacta (65%), Porosa (35%)

Dureza: 5 (98%)

Tamaño del desgrasante: Fino (72%)

Densidad del desgrasante: Media (77%)

Composición del desgrasante: Predominan las partículas de feldespato, en menor proporción se

Encuentran fragmentos de cuarzo y mica dorada y plateada.

Color del núcleo: Negro, involucra la totalidad de la matriz y en algunos casos la superficie interna

y/o externa

Grosor de la pasta: 7.3 mm, en promedio

Bordes: Evertidos Directo de labio redondeado (n=2)

Engrosado parte media y adelgazado hacia el labio (n=1) Sin Decoración




98

GRUPO 2

n= 381


Color de la pasta: Café oscura (26%), Café clara (37%) y Amarilla oscura (12%)

Textura: Compacta (65%), Porosa (35)

Dureza: 5 (98%)

Tamaño del desgrasante: Fino (51%), medio (42%)


Composición del desgrasante: Predominan el feldespato y las partículas ferruginosas; en menor

proporción se encuentran fragmentos de cuarzo y mica plateada

Color del núcleo: Café y negro

Grosor de la pasta: 7 mm, en promedio

Bordes: Engrosado alargado (n=1)

Directos engrosados (n=3)

Evertidos horizontales (n=7)

Evertidos directos: de labio redondeado (n=11) de labio adelgazado (n=6)

Invertidos directos: de labio redondeado (n=1)

de labio adelgazado (n=2)

Rectos directos: de labio redondeado (n=1)

de labio adelgazado (n=1)

Decoración: Impresión punteada en los bordes evertidos horizontales (n=5)

Escamado en un cuerpo y en un cuello

Líneas incisas en un fragmento de cuerpo




99

GRUPO 3 n= 83


Color de la pasta: Café oscura (34%), Café clara (30%), gris clara (16%)

Textura: Porosa (85%)

Dureza: 4 (68%), 2 (22%), 3 (9%)

Tamaño del desgrasante: Medio (59%) Fino (38%),


Composición del desgrasante: Predominan el feldespato y el cuarzo; en menor proporción se encuentran

mica dorada y plateada y partículas ferruginosas

Color del núcleo: Café y café oscuro


Bordes: Evertido directo de labio redondeado (n=1)

Directo engrosado (n=1)

Sin Decoración

GRUPO 4 n= 240


Color de la pasta: Café clara (37%), Gris clara (20%), Amarilla oscura (12%)

Textura: Porosa (82%)

Dureza: 5 (97%



Composición del desgrasante: Predominan el feldespato, el cuarzo y la mica dorada; en menor proporción

en algunos casos, se observan partículas ferruginosas

Color del núcleo: café y gris oscuro


Bordes: Biselados (n=4)

Directo engrosado (n=1)

Evertido horizontal (n=3)

Evertidos directos de labio redondeado (n=7)

Invertidos directos: de labio redondeado (n=1)

de labio adelgazado (n=2) de labio plano (n=1)

Decoración: Impresión punteada en los bordes horizontales (n=3)

punteado arrastrado por la cara externa en un fragmento de cuerpo

Impresión punteada en el cuerpo hacia la cara externa en un fragmento de vasija con borde

directo de labio redondeado




100

GRUPO 5

n= 123

Acabado de la superficie: Sinuosa

Color de la pasta: Café clara (35%), Café oscura (22%), Gris clara (13%)

Textura: Porosa (53%), Compacta (45%)

Dureza: 5 (79%)


Densidad del desgrasante Media (55%), baja (26)

Composición del desgrasante: Predominan el feldespato; en menor proporción están el cuarzo, y la mica

dorada y plateada.

Color del núcleo: Negro y gris oscuro


Bordes: Engrosados alargados (n=2)

Evertidos directos: de labios redondeados (n=4)

de labios planos (n=2)

de labios irregulares (n=3)

Rectos directos: de labio redondeado (n=1)

de labio plano (n=1)

7.1.5 Distribución de los Grupos en los Sitios

Los grupos presentan la siguiente distribución por sitios:

Tabla 7.6 Frecuencias de grupos de pasta por sitios y lotes GRUPOS DE PASTAS

SITIO CONTEO 1 2 3 4 5 Total

1 Recuento 2 1 3

% del GRUPO 0.5249 0.813 0.353

2 Recuento 3 58 8 34 25 128

% del GRUPO 13.63 15.223 9.6386 14.167 20.33 15.08

3 Recuento 1 1

% del GRUPO 0.4167 0.118

4 Recuento 1 8 9

% del GRUPO 1.2048 3.33 1.06

5 Recuento 1 1

% del GRUPO 0.2625 0.118

6 Recuento 5 2 7

% del GRUPO 1.3123 1.626 0.824

7 Recuento 1 1

% del GRUPO 0.41 0.118

9 Recuento 2 24 10 30 6 72

% del GRUPO 9.09 6.2992 12.048 12.5 4.878 8.481




101

Tabla 7.6 Frecuencias de grupos de pasta por sitios y lotes - Continuación GRUPOS DE PASTAS

SITIO CONTEO 1 2 3 4 5 Total

10 Recuento 2 42 1 36 16 97

% del GRUPO 9.090 11.024 1.2048 15 13.01 11.43

11 Recuento 1 26 1 23 2 53

% del GRUPO 4.545 6.824 1.204 9.583 1.626 6.243

12 Recuento 8 10 18

% del GRUPO 2.099 4.166 2.12

13 Recuento 5 5 1 11

% del GRUPO 1.3123 2.083 0.813 1.296

14 Recuento 4 1 8 1 14

% del GRUPO 1.049 1.2048 3.333 0.813 1.649

15 Recuento 3 16 14 33

% del GRUPO 13.63 4.199 5.833 3.887

16 Recuento 2 2

% del GRUPO 0.833 0.236

17 Recuento 5 5

% del GRUPO 2.083 0.589

18 Recuento 1 2 1 4

% del GRUPO 0.262 0.833 0.813 0.471

19 Recuento 6 1 7

% del GRUPO 1.574 0.416 0.824

21 Recuento 1 1 2

% del GRUPO 0.262 0.416 0.236

22 Recuento 1 8 9

% del GRUPO 4.54 2.09 1.06

23 Recuento 8 161 61 54 65 349

% del GRUPO 36.366 42.25 73.494 22.5 52.85 41.11

24 Recuento 2 2

% del GRUPO 0.524 0.236

25 Recuento 1 1

% del GRUPO 0.4167 0.118

27 Recuento 1 1

% del GRUPO 0.262 0.118

28 Recuento 1 1 2

% del GRUPO 0.262 0.416 0.236

29 Recuento 2 2

% del GRUPO 0.833 0.236

30 Recuento 1 4 5

% del GRUPO 4.54 1.049 0.589

31 Recuento 1 5 3 9

% del GRUPO 4.545 1.312 2.439 1.06

32 Recuento 1 1

% del GRUPO 0.416 0.118

Total Recuento 22 381 83 240 123 849




102

En la Cuchilla el Romeral, no fue posible asociar todos los fragmentos cerámicos a los dos

lapsos cronológicos identificados. La cerámica que, comúnmente, es asociada por otros

investigadores, al período tardío, presenta un acabado de la superficie con sinuosidades y

bordes directos con labios irregulares. La dificultad estriba en que, tal cerámica se

encuentra asociada, en Romeral y en otros sectores del Valle, a otra que presenta

superficies bien alisadas y bordes asociados a otros estilos, y con bordes directos con labios

irregulares considerados característicos de la cerámica tardía. A ello se suma que en la

muestra cerámica de Romeral, el 25.1% (n= 286), de los fragmentos presentan la superficie

totalmente erosionada, lo que imposibilita observar el acabado de la superficie y en

consecuencia plantear una asociación desde los criterios anteriores.

Los resultados de los análisis exploratorios de pastas en la cerámica recuperada en la

Cuchilla el Romeral, no permiten asociar de manera directa grupos de pastas con los estilos

cerámicos referidos, lo que imposibilita, al igual que en otros sitios del Valle, cuantificar

los fragmentos de cuerpo pertenecientes a cada uno.

Bajo esta perspectiva sólo es posible asociar los fragmentos de borde, lo cual nos deja

muchos sitios, con solo fragmentos de cuerpo, sin ninguna posibilidad de asociación, y

otros tantos (con las formas de bordes de los estilos en referencia), y una cantidad

considerable de fragmentos de cuerpo que tampoco son posibles de asociar.

En consecuencia, las asociaciones aquí planteadas, entre grupos de pastas y estilos, se

muestran a nivel de tendencias estadísticas, las cuales nos permiten plantear asociaciones

entre algunos fragmentos cerámicos y los lotes identificados en la prospección.

A partir de las características de los grupos de pastas y de las distribuciones de frecuencias

en cada uno de los sitios, podemos plantear algunas tendencias que correlacionadas con las

características de la cerámica reportada para el Valle de Aburrá, estarían indicando lapsos

cronológicos.

Las dos tendencias de acabados de superficie encontradas en la cerámica de romeral, bien

alisada y sinuosa, se correlacionan con lo planteado para el Valle de Aburrá con los estilos

Ferrería y Pueblo Viejo, y tardío respectivamente. De acuerdo con las características de los

grupos de pastas tenemos que el 2, 3, y 4 presentan una tendencia de correlación con

Ferrería y Marrón Inciso, mientras que las pastas 1 y 5 con la cerámica denominada tardía.

De acuerdo con la asociación de las formas de bordes, las decoraciones y presencia de

engobes, con los grupos de pastas, se observa una tendencia fuerte a que el grupo 2 se

asocie con bordes característicos del estilo Ferrería con un 70% de probabilidad, y el grupo

4 a Marrón Inciso, con un 80% de probabilidad. Los grupos 1 y 5 presenta una probabilidad

del 90% y 95%, respectivamente, de asociación con la cerámica del período tardío25

.

25

En la mayoría de los casos estamos tratando de datar contextos a partir de sus hallazgos (cronología

relativa), para lo cual intentamos agrupar las colecciones de objetos en conjuntos o subconjuntos, los

cuales a su vez son difíciles de precisar, ya que, en muchos casos no resulta fácil estar seguro a cual




103

En cuanto a las pastas con acabado sinuoso, tenemos 123 fragmentos correspondientes al

grupo 5. el cual muestra una tendencia alta de correlación con el grupo 1, aún que estos dos

grupos se diferencian por el acabado de la superficie, la correlación entre ellos, se

establece, a partir de las características, pues solo en el grupo 5 encontramos la

característica principal del grupo 1, predominan núcleos negros muy oscuros, cubriendo la

totalidad de la matriz. En algunos casos se observa una matriz con visos brillantes, con

partículas cristalizadas, producto de grados de temperatura elevados en el proceso de

cocción.

De acuerdo con las características de la cerámica hallada en la cuchilla El Romeral,

tenemos dos lapsos cronológicos:

7.1.6 Lapso Cronológico 1

De acuerdo con las cronologías radiométricas disponibles, este lapso cronológico es el más

temprano. La cerámica asociada se caracteriza por pastas de colores café oscuras y café

claras con superficies bien alisadas, de durezas entre 2 y 5 (predominando esta última), de

texturas porosas y compactas con partículas minerales de tamaños finos a medios (entre 0.3

1.8 mm). Los bordes característicos son directos (evertidos e invertidos), biselados, algunos

con buena parte del cuerpo en el que se nota un aquillamiento y engobe marrón; y

horizontales con decoración en puntos impresos en la parte superior del borde, la

decoración en algunos fragmentos de cuerpo es escamada. Tales fragmentos de bordes y

decoraciones se asocian a los estilos cerámicos planteados para el valle de Aburrá,

denominados Pueblo Viejo y Ferrería, respectivamente.

La asociación de los sitios de Romeral, a estos estilos cerámicos se plantea a partir de la

presencia de los elementos descritos, bordes y decoración, y de la distribución de

frecuencias equivalente, en cada lote, a la tendencia de asociación de los grupos de pastas 2

y 4, con los estilos cerámicos en referencia; en otra palabras asumimos las frecuencias de

cerámica de cada lote con el porcentaje igual a la probabilidad de asociación a los estilos

cerámicos en referencia. En consecuencia, la distribución de frecuencias por lotes, de la

cerámica asociada a los estilos cerámicos, es la siguiente:

conjunto pertenece un objeto determinado; lo anterior es conocido en teoría matemática como “conjunto

borroso”; en esta teoría los elementos pertenecen mas o menos a un conjunto, y podemos seguir haciendo

afirmaciones matemáticas sobre ellos; a partir de esta teoría, las matemáticas están mucho más cerca de la

realidad, ya que cuando damos una fecha de ca 50 - 70, para un grupo cerámico, lo que está mostrando es

que existe un límite para lo que podamos decir sobre la fecha que aún existiendo métodos para mejorarla,

ese límite siempre existirá y no puede ser superado por medios arqueológicos (Orton, 1980:234 - 236).




104

Tabla 7.7 Sitios Asociados Ferrería

SITIO LOTE CANTIDAD

FRAGMENTOS

PORCENTAJE

CR001 1 1 0.54

CR002 3 6 3.23

CR004 7 9 4.84

CR005 8 1 0.54

CR006 9 3 1.61

CR009 12 1 0.54

CR010 13 1 0.54

14 19 10.22

15 8 4.30

16 3 1.61

CR011 17 27 14.52

18 12 6.45

19 2 1.08

20 2 1.08

CR012 23 2 1.08

24 3 1.61

CR013 26 17 9.14

CR014 28 3 1.61

CR015 31 1 0.54

32 3 1.61

34 33 17.74

CR018 39 1 0.54

CR019 42 4 2.15

CR021 44 1 0.54

CR022 45 13 6.99

CR023 46 1 0.54

CR024 47 1 0.54

CR027 52 1 0.54

CR028 54 1 0.54

CR030 56 3 1.61

CR031 57 3 1.61

Total 31 186 100




105

7.1 Cerámica Ferrería. Sitios: CR002, CR004, CR010 y CR011




106

Tabla 7.8 Sitios Asociados Pueblo Viejo

SITIO LOTE CANTIDAD

FRAGMENTOS

PORCENTAJE

CR002 3 2 1.57

CR003 6 1 0.78

CR004 7 6 4.72

CR005 8 1 0.78

CR007 10 1 0.78

CR009 12 8 6.29

CR010 13 9 7.08

14 13 10.23

15 15 11.81

16 5 3.93

CR011 17 4 3.14

18 6 4.72

19 1 0.78

20 4 3.14

21 1 0.78

CR011 22 1 0.78

CR012 23 7 5.51

CR013 20 4 3.14

CR014 27 1 0.78

28 4 3.14

CR015 30 1 0.78

31 4 3.14

33 1 0.78

34 1 0.78

CR016 35 2 1.57

CR017 37 4 3.14

CR018 38 1 0.78

39 1 0.78

40 1 0.78

CR019 42 10 7.87

CR021 44 3 2.36

CR023 46 1 0.78

CR025 48 1 0.78

CR028 53 1 0.78

CR029 55 1 0.78

CR032 58 1 0.78

Total 36 127 100




107

7.2 Cerámica Pueblo Viejo. Sitios: CR005, CR009 y CR010




108


El siguiente lapso cronológico, se asocia, más probablemente, según las fechas

radiométricas disponibles al período colonial. La cerámica asociada, se caracteriza, según la

muestra de Romeral, por pastas con un acabado que deja una superficie sinuosa (aún que

también hay bien alisadas asociadas estratigráficamente), de colores café claro y oscuro, de

dureza 5 y texturas entre compactas y porosas que se asocian con tamaños de partículas

minerales finas (menores de 1 mm) y medias (entre 1 y 1.5 mm), respectivamente. Los

bordes son directos de labios planos redondeados e irregulares, y engrosados alargados; no

hay decoración. En algunos fragmentos se observa un núcleo de cocción negro que

involucran toda la matriz y en algunos casos las superficies interna y/o externa, lo cual

pudo ser resultado de un sometimiento intenso al fuego, en un contexto diferente al de la

cochura. Las pastas resultado del análisis de la cerámica recuperada en Romeral, asociadas

a este lapso cronológico, corresponden a los grupos 1 y 5.

Tabla 7.9 Sitios Asociados Lapso Cronológico 2. Tardío

SITIO LOTE FRECUENCIA PORCENTAJE

CROO1 1 1 2.32

CROO2 3 4 9.30

CROO6 9 2 4.65

CROO9 12 2 4.65

CRO1O 14 16 37.20

CR011 17 2 4.65

20 1 2.32

CR014 28 1 2.32

CR018 38 1 2.32

CR023 46 10 23.25

CR031 57 3 6.97

Total 11 43 100




109

7.3 Cerámica Tardía. Sitios: CR013, CR014 y CR023




110

7.2 Los Líticos

7.2.1 La Muestra

La muestra de artefactos líticos recuperados en la cuchilla El Romeral, consta de 12 piezas,

las cuales se distribuyen por sitios y niveles de la siguiente manera:

Tabla 7.10 Frecuencias del Material Lítico por Sitios, Horizonte y Niveles

SITIO HORIZONTE NIVEL CNT

CR023 A 2 1

Ab2 4 3

Total 4

CR009 A 1 1

A1 2 1

AB 2 2

Ap 3 1

Total 5

CR018 A 2 2

Total 2

CR021 R.S 1

Total 1

Total 12

La caracterización del conjunto lítico recuperado, se enfocó conceptual y

metodológicamente siguiendo la organización tecnológica y el análisis morfofuncional de

las microhuellas presentes y observadas en el borde activo de los artefactos y atribuidas al

desgaste producto del tipo trabajo que debieron cumplir.

7.2.2 Organización Tecnológica

Gnneco y Mohammed (1994), basados en Nelson (1991), argumentan que la organización

tecnológica en una sociedad es la forma en que una tecnología (o tecnologías) se distribuye

para: producir, usar, transportar y abandonar los artefactos. Responde a factores como la

distribución y periodicidad de recursos, la posibilidad de predecir la productividad del

medio ambiente y los patrones de asentamiento que los seres humanos usaron de manera

estratégica para responder a circunstancias ambientales y sociales específicas. (Nieto,

1999).

El uso de la organización tecnológica como propuesta metodológica para análisis de los

materiales permite hacer inferencias en actividades no solamente como la producción y el

uso de herramientas de las sociedades prehispánicas, sino también acercarse a

aproximaciones sobre aspectos de organización socio - cultural, actitudes frente al trabajo

del grupo.




111

7.2.2.1 Los Atributos como Referentes de Análisis

Los atributos seleccionados, microhuellas, en un análisis morfofuncional tratan de conciliar

la industria lítica con el uso, caracterizando tanto los utensilios y sus asociaciones, como las

actividades para los cuales fueron manufacturados (pensados) y utilizados (función).

7.2.3 Análisis Funcional

El análisis funcional pretende conocer las actividades del hombre, no especulando sobre

ellas ni imaginando implicaciones a partir de su forma. Parte de la idea de que como los

instrumentos fueron herramientas de trabajo, allí deben permanecer reflejadas las huellas de

uso (que son identificadas a partir de observaciones empíricas de atributos en los filos

activos de las piezas), permitiendo con ello aproximarse a rastrear algunas actividades del

hombre antiguo.

Inicialmente se parte del concepto de artefacto, definido como aquellos objetos que presentan

atributos físicos resultantes de la actividad humana. Los cuales presentan bordes activos o filos

vivos que muestran huellas de utilización claras o por sus características generales proyecten

una alta probabilidad de uso (Tixier, et al, 1980 En: Nieto, 1999).

Hayden y Kamminga (1976), enfatizan que un aspecto fundamental de la caracterización

morfofuncional de un conjunto lítico, es el de buscar bordes efectivos (activos), en ellos se

encuentran una amplia gama de variables según su expresión morfológica y tamaños. (Ibid,

1999).

En estudios de microhuellas el concepto de “herramienta” (o borde activo de una

herramienta) se aplica por lo general a cualquier piedra que presente señales de haber sido

utilizada; y es precisamente el uso el que define un instrumento, y es este aspecto el que

aclara la diferencia entre una lasca sin utilizar y un verdadero artefacto.

7.2.3.1 Utilización

La finalidad de un tallador, tanto en épocas antiguas como en el presente, es la fabricación

de un artefacto de una masa de roca o bloque de materia prima, a través de la reducción.

Los artefactos son empleados sobre diversos materiales (orgánicos: animal-vegetal e

inorgánicos: minerales), el contacto entre estos genera modificaciones en las superficies

usadas, quedando reflejadas en ellas, evidencias (macro o micro huellas) que permiten

rastrear características de la acción o el trabajo desarrollado. (Ibid, 1999).

7.2.3.2 Esquema y Descripción de Procedimientos Especializados

Siguiendo un procedimiento tanto taxonómico como paradigmático (Hayden, 1979:133-

135; En: Gnecco y Mohammed, 1994:12-13), la caracterización y análisis de la muestra

lítica se centró en aspectos morfológicos de las microhuellas de los segmentos de bordes

activos o funcionales, considerando fundamentalmente forma y morfología de las mismas.




112

La caracterización y determinación de los artefactos liticos, se basó en la propuesta de

clasificación Ho-Ho. Clasificación provisional de microhuellas por uso que podría ser

adecuado para estudios de microhuellas de desgaste, específicamente en lo relacionado con

los diferentes tipos de microlascado (Kaminga, et al. 1979). Las terminaciones de las

microhuellas fueron discriminadas en cuatro tipos:

Pluma (feather);

Escalón (step);

Bisagra (hinge);

Abrupta (snap). (Gnneco y Mohammed, 1994:12-13, En: Nieto, 1999).

Odell & Odell (1980), diferenciaron cuatro categorías de materiales de contacto en escala

de dureza, que producen cuatro tipos de microhuellas de utilización. En este proyecto se

tomaron estas referencias como guías paradigmáticas y metodológicas de asociación:

Materiales blandos: (carne, piel fresca, hojas) que desarrollan retoques pequeños con

“feather termination”. (Terminación en forma de pluma).

Materiales medio-blandos: (madera blanda) que producen retoques grandes con “feather

termination”. (Terminación en forma de pluma).

Materiales medio-duros: (madera dura, cuerno o astilla remojadas, hueso fresco) que

resultan en retoque medio grandes con “hinge-termination”. (Terminación en forma de

bisagra).

Materiales duros: (hueso, cuerno) que producen retoques medio grandes con “steppend-

termination”. (Terminación en forma de escalones).

7.2.4 El Material Lítico de Romeral

Los diferentes tipos de microhuellas se observaron y diferenciaron a partir de un estéreo de

50 X ZEISS - STEMI 2000- C, sin luces de refuerzo.

En una matriz de datos diseñada en el programa estadístico SPSS® se consignaron los datos

empíricamente observables y se realizaron los respectivos análisis, (procesamiento de la

información, frecuencias en general e inferencias). Una vez finalizada la caracterización de

la muestra, se iniciaron las correspondientes consultas. (Identificando las variables

determinantes que dieran cuenta del probable uso que se le dio a cada uno de los artefactos

identificados, a partir de los atributos observados).

El material lítico se marcó individualmente; la información básica contenida en cada pieza

da cuenta de:

Código del sitio donde fue recuperado

Número de corte o de sondeo realizado en ese sitio

Nivel de profundidad donde se recuperó




113

Número consecutivo de la pieza

Cada pieza lítica fue marcada desde el No. 1 hasta n por sitio; de esta manera cada sitio

tiene su propio consecutivo

7.2.4.1 Caracterización

La muestra lítica recuperada fue agrupada en un sólo conjunto: artefactos tallados. La

presencia de microhuellas en los bordes de trabajo, su ocurrencia sola o combinada fueron

los criterios básicos utilizados, para aproximarnos a postular la probable función que

debieron cumplir los artefactos líticos caracterizados. Este procedimiento permitió estimar

que los artefactos fueron utilizados con fines de procesar material duro y blando (vegetal,

animal); específicamente en actividades de raspado, corte, y aserrado.

Tabla 7.11 El Material Lítico de Romeral

Sitio Estrato Nivel

Prof. Cms.

Código del

Artefacto

Tipo de

Soporte

Morfología de las

Microhuellas

Orden de

Extracción Bulbo Sub

Total

023 A 2 CR023 – 02 Lasca Escalón Tercer orden Sin bulbo 1

Ab2 4 CR023 – 12 Lasca Escalón Tercer orden Tenue 1

CR023 – 11 Bisagra Sin bulbo 1

CR023 – 10 Combinadas:

(Escalón y Pluma)

Segundo orden Tenue 1

09 A 1 CR009 – 01 Lasca Pluma Tercer orden Tenue 1

A1 2 CR009 – 05 Lasca Escalón Tercer orden Tenue 1

AB 2 CR009 – 6 Lasca Combinadas:

(Escalón y Pluma)


CR009 – 10 Pluma Sin bulbo 1

Ap 3 CR009 – 09 Lasca Combinadas:

(Escalón y Pluma)

Tercer orden Sin bulbo 1

CR009 – 02 Núcleo Pluma Tercer orden Sin bulbo 1

18 A 2 CR018 - 02 Lasca Escalón Tercer orden Sin bulbo 1

21 R..S. - CR021 - 01 Lasca Combinadas:

(Escalón y Pluma)


Total Artefactos = 12

Con respecto a los artefactos catalogados; en el sitio CRO23, se recuperaron 4 artefactos

líticos: el CR023-02 hallado en un estrato Ab2 que corresponde al nivel 2, es un artefacto con

microhuellas del tipo escalón; el CR023-12, encontrado en un estrato Ab2, en el nivel 4, se

trata de un artefacto con evidencias de microhuellas del tipo escalón; el CR023-11 en el

mismo estrato Ab2 y en el mismo nivel 4 con presencia de microhuellas del tipo bisagra y el

CR023-10 en el estrato y nivel igual al del artefacto inmediatamente anterior con dos tipos de

microhuellas en el mismo borde activo, pero en diferentes segmentos: escalón y pluma.

Para el sitio CR009, se diferenciaron 6 artefactos recuperados en diferentes estratos y niveles,

cuyas microhuellas diferenciadas son básicamente: escalón y pluma; de igual manera en los




114

sitios CR018 y CR021 se identificó un artefacto con presencia de dos tipos de microhuellas de

los tipos: escalón y pluma. Así mismo en los sitios 18 y 21 se recuperaron de artefacto por

sitio y las microhuellas diferenciadas fueron: escalón y pluma.

Las microhuellas más recurrentes son las terminaciones en forma de pluma son pequeñas,

básicamente encontradas en los artefactos líticos identificados para los sitios: CR009, CR021 y

CR023; así mismo las de forma de escalones, observadas en los artefactos identificados para

los sitios CR009, CR018, CR021 y CR023; solamente se referencío en el sitio CR023 un

artefacto con microhuellas del tipo bisagra.

En términos generales en los artefactos líticos identificados no se observaron características

relevantes que den cuenta de una complejidad morfológica, tecnológica y funcional; por el

contrario, reflejan un proceso tecnológico de elaboración relativamente simple. Aunque

predominan las piezas líticas de tercer orden de extracción (sin cortex), no significa que esto se

deba a un proceso de percusión controlada y tecnológicamente desarrollada, con el fin de

producir artefactos “sofisticados”; se trata, más bien, de una intencionalidad de producir

artefactos sobre lasca buscando filos activos.

De acuerdo con el tipo de microhuellas observadas, se puede plantear que los antiguos

habitantes que ocuparon los sitios CR009 y CR021 debieron practicar actividades como el

faenado de animales pequeños de diferentes especies, limpieza de pieles y procesamiento de

carnes (cortar y raspar), que de acuerdo con el inventario de fauna actual presente en el área

pudo tratarse de guaguas, armadillos, ñeques, conejos y ardillas; probablemente también,

debieron trabajar con maderas duras y blandas para adecuar espacios para construcciones de

viviendas o para cultivos y preparación de armas para la cacería.




115

7.4 Artefacto con microhuellas en forma de pluma; usado en actividades de raspado Sitio:

CR009.




116

7.5 Artefacto con microhuellas en forma de media luna y bisagra; usado en actividades de corte

- Sitios: CR023 y CR009.




117

7.6 Artefacto con microhuellas en forma de escalón usado en actividades de aserrado - Sitios:

CR009; CR018; CR023




118

8. ASPECTOS ESPACIALES

En cualquier campo de investigación, los objetivos planteados prefiguran los métodos

potenciales de trabajo, los cuales precisan de un marco conceptual explícito capaz de

facilitar el análisis, evitar confusiones y que visto de manera ideal, es el puente hacia el cual

convergen y se hacen comparables los procesos locales - Romeral -, con los ocurridos en un

contexto mas amplio: Valle de Aburrá. Tal situación representa un universo finito,

deliberadamente restringido con una alta limitación de explorar problemas concretos

(Butzer, 1984:268). De acuerdo con lo anterior, la metodología que empleamos está

encaminada a responder preguntas relacionadas con las tres esferas de análisis planteadas

en los aspectos conceptuales, teniendo en cuenta las limitaciones de la configuración

espacial (efecto límite), que estamos estudiando; esto hace que através del discuerso nos

deslicemos constantemente entre la cuchilla El Romeral y el Valle de Aburrá.

El estudio arqueológico que incluye la dimensión espacial (como el plano de referencia de

actividades humanas), se ocupa de las funciones de los sitios, de su ubicación en el paisaje

contemporáneo, de los patrones de subsistencia y de interacciones definidas a partir de

grupos de sitios contemporáneos y de configuraciones cambiantes de sitios a través del

tiempo (Butzer, 1984:221). Los mapas de ocupaciones por lapsos cronológicos permiten

observar la dinámica de los sistemas de asentamientos que al correlacionarlos con sus

tamaños, distribución y densidad de población relativa, aportan elementos para determinar

las trayectorias de cambio sufridas por una sociedad, a través del tiempo en un área

determinada. Para acercarnos a estos aspectos, en la Cuchilla El Romeral, usamos algunos

modelos, los cuales no están pensados para servir como teoría explicativa, sino como

dispositivos normativos que aíslan e identifican un patrón de ordenación ideal, que es usado

para plantear problemas de interés analítico y expositivo específico (Butzer, 1984:206), por

lo que deben verse desde este enfoque normativo.

8.1 Los Períodos Cronológicos

De acuerdo con las evidencias arqueológicas reportadas para el Valle de Aburra y en

concordancia con las cronologías radiométricas obtenidas en Romeral y las disponibles

para el Valle de Aburrá, encontramos en la Cuchilla El Romeral, dos lapsos cronológicos

amplios (denominados 1 y 2). Los lapsos cronológicos, se plantea a partir de la coherencia

en la distribución de los datos radiométricos obtenidos en investigaciones anteriores en el

Valle de Aburrá (discutidos en el aparte 2.4), en las dos muestras analizadas en el presente

estudio, procedentes de los sitios CR002 “La Argentina” y CR023 “Horizontes”, y de las

características de la cerámica asociada.

De acuerdo con el inventario de fechas, y los postulados de la estadística bayesiana, es muy

probable que los estilos cerámicos, Ferrería y Marrón Inciso, identificados para el valle de

Aburrá, presenten una separación cronológica, en la que se muestra que, primero es el estilo

Ferrería, el cual va del 2390 110 A. P. (440 a.C.), y el segundo (Marrón Inciso), va de




119

1950 60 (comienzos de la era cristiana), hasta 1590 60 A. P. (360 60 d. C.), y si

asumimos la fecha de la vereda Mazo, en el corregimiento de Santa Elena, se extendería

hasta 1390 60 A. P. (560 60 d. C.). Las fechas están mostrando, además, que existe una

superposición de los dos estilos, con mayor probabilidad, en el Valle de Aburrá, desde

1850 - 1950 A. P. (comienzos de la era cristiana), hasta 1250 -1090 A. P. (700 - 860 d. C.).

En concordancia con los datos radiométricos y el análisis de la cerámica, trabajamos con

dos lapsos cronológicos, en la Cuchilla El Romeral. Para el más temprano, analizaremos

por separado las características de la distribución de la cerámica de los dos estilos en

cuestión.


De acuerdo con el listado de fechas radiométricas disponibles, lo más probable es que este

lapso cronológico, comience en Romeral el 2360 - 2400 A. P. (540 a. C. - 395 a. C. Cal.), y

se extienda hasta el 1250 -1090 A. P. (700 - 860 d. C).


Este lapso cronológico, se asocia al período colonial. Según las fechas radiométricas

disponibles, ponderadas, comprende desde circa 460 - 360 a.p (1490 - 1590 d.C.), al circa

260 - 140 A. P. (1690 - 1810 d.C.). La fecha obtenida en Romeral de 1250 A. P. (770 d.C.

Cal.) resulta atípica de acuerdo con el grupo de fechas obtenidas en otras investigaciones.

Tal fecha, procedente del sitio CR023 “Horizontes”, estaría asociada a un período tardío

prehispánico, del cual no tenemos suficientes datos radiométricos asociados a eventos de

ocupaciones en el Valle de Aburrá, pero resulta coherente con el rango cronológico en el

cual se sitúa el final del lapso cronológico anterior.

8.2 Patrones de Asentamiento y Geomorfología

La Cuchilla El Romeral, es una gran unidad geomorfológica, la cual fue definida como

nuestra área de estudio, con límites establecidos de manera arbitraria (los cuales generan

un corte abrupto en la ladera, en términos geomorfológicos). Las evidencias arqueológicas,

detectadas en dicha área, se hallan hacia los sectores periféricos de la misma, en las

vertientes cuyas características geomorfológicas forman planos naturales amplios y cimas

de colina con pendientes muy suaves, como es el caso de la vertiente occidental (hacia el

río Cauca), y de pendientes suaves y alargadas y cimas de colinas planas en la vertiente

oriental (hacia el Valle de Aburrá). Hacia la parte central de la Cuchilla, con un área de

mayor magnitud que aquella donde se hallan las evidencias arqueológicas, la

geomorfología se caracteriza por colinas elevadas de cimas estrechas alargadas y

redondeadas, y laderas de pendientes fuertes, en las que las evidencias arqueológicas son

casi inexistentes.




120

En la vertiente oriental se identificaron 39 lotes correspondientes a 19 sitios26

. Con respecto

a la altura sobre el nivel del mar, están ubicados entre las cotas 2.015 y 2.425, sin embargo

la mayoría de los sitios se hallan entre las cotas 2.000 y 2.200 m.s.n.m.; 14 de ellos en

jurisdicción del corregimiento de San Antonio de prado, y 5 en el Municipio de Caldas.

La unidad geomorfológica en la que se hallan la mayoría de los sitios se denomina

vertientes en saprolito de flujos, caracterizada por depósitos generados por grandes

deslizamientos, los cuales han sufrido meteorización profunda con saprolitos que superan

los 10 m. de espesor y horizontes A y B de suelos con espesores del orden de los 30 a 40

cm. Actualmente predominan las fincas de recreo y el uso de los suelos para cultivo, en los

que es posible observar el saprolito en los surcos de las eras, lo que permite inferir la

remoción total de la capa orgánica, en la que se observa material cultural. (Op. cit. 1997:46-

47).

En la vertiente occidental se identificaron 17 lotes que corresponden a 13 sitios, localizados

entre las cotas 1940 y 2.235 m.s.n.m.; 5 en jurisdicción del Municipio de Heliconia y los 7

restantes en el Municipio de Angelópolis. La unidad geomorfológica en la cual predominan

los sitios arqueológicos se denomina Depresión intramontana de Amagá, precisamente en

aquellos lugares en los que se destaca por formar un bajo topográfico de pendientes suaves

a moderadas, con geoformas de superficies estructurales o planos de estratificación

extensas como es el caso de las vertientes de las quebradas La Horcona, y la Ramírez,

localizadas hacia la parte central de la vertiente occidental de la Cuchilla, al norte de los

municipios de Heliconia y Angelópolis. Los Horizontes A y B de suelo que cubren esta

unidad, son relativamente inmaduros y rara vez alcanzan mas de 10 cm. de espesor (Mapa

7.1. Area de estudio con lotes identificados).

Esta distribución espacial de los sitios arqueológicos detectados en la Cuchilla El Romeral,

en áreas restringidas, a primera vista, parecen condicionadas por las características

geomorfológicas, en las que las partes mas pendientes de la Cuchilla, al parecer jugaron un

papel en los patrones de ocupación y en procesos de expansión de los mismos en distintos

períodos. Las laderas de pendientes fuertes constituyeron un límite natural que impidió el

establecimiento de poblados, que según el registro arqueológico, se dan, de los 2400

m.s.n.m. hacia abajo, por lo que la expansión de los asentamientos debió darse en sentido

transversal a la ladera, que muestra patrones de ocupación a manera de franja, en ambas

vertientes, alrededor de la Cuchilla.

De otro lado, parece ser que la ocupación de esta parte del Valle de Aburrá, desde circa

26

El muestreo realizado en el presente estudio, no incluyó el área perteneciente al Municipio de La Estrella,

ya realizado durante el proyecto “Prospección arqueológica en el Valle de Aburrá y sus ecosistemas

estratégicos” por la firma Strata Ltda., por lo que la inclusión de los resultados de la estrella, los cuales

completarían el muestreo en toda la vertiente oriental, no sólo hasta la cota 2000 m.s.n.m., sino hasta el

río Medellín, permitirían obtener un panorama más completo de la dinámica de ocupación de esta parte

del Valle.




121

2500 - 2390 A.P. (550 a.C. - 440 a.C.) 27

, hasta bien entrada la colonia, según cronología

relativa y datos de crónicas y archivos históricos (Anexo 3, Álvarez, 2000), se dió a partir

de sus condiciones geográficas. En cuanto a la geomorfología los planos naturales en los

que suelen encontrarse los sitios arqueológicos están por encima de la planicie de

inundación del río Medellín, en la margen oriental y en un descanso que toma la vertiente

occidental, entre las cotas 1940 y 2250 m.s.n.m. aproximadamente, con numerosas fuentes

de agua, los cuales se constituyen en los mas aptos, del sector para la construcción de

estructuras de vivienda y para la realización de otras actividades.

8.3 Patrones de Asentamiento y Jerarquía de Sitios

Los sistemas de asentamiento se pueden caracterizar por el tamaño de los sitios a través del

tiempo. Los análisis muestran el surgimiento de los lugares centrales o las clases de

asentamientos y el grado de interacción entre ellos. El desarrollo de lugares centrales

definidos por área y población es una de las características mas comunes en los sistemas de

asentamiento complejos (Flannery, 1976). Los gráficos de rango/tamaño permiten el

monitoreo del surgimiento de los lugares centrales que pueden ser relacionados con un

incremento en la centralización política (Blanton, 1976; Johnson, 1981 En: Langebaek,

1995:34).

El principio básico es que en la observación empírica un asentamiento con rango “r”, tiene

un tamaño equivalente a 1/r del tamaño del asentamiento mas grande de todo el sistema

(Johnson, 1981:145). Esta distribución logarítmica normal usualmente se toma como

indicativo de un sistema bien integrado. Situación en donde ningún lugar central tiene

dominio marcado ni hay equivalencias entre tamaño y funciones (Blanton, et. al. 1982: 50.

En: Langebaek, 1995:34).

Las desviaciones de esta distribución logarítmica normal ideal pueden ser de dos tipos:

Desviaciones cóncavas (o primarias): Este tipo de desviaciones ocurre cuando comparando

con el asentamiento mayor, los otros asentamientos del sistema son más pequeños de lo que

la regla de rango tamaño predice (Johnson, 1981), y con poca potencia (Blanton, et. al.

1976:621). Así se espera que los grandes asentamientos tengan funciones de lugares

centrales en la escala regional y su dominio a esa misma escala inhiba el desarrollo de

múltiples lugares centrales (Johnson, 1977, Blanton, et. al. 1982:50; Paynter, 1983:36. En:

27

Este patrón de ocupación y la fecha estimada de su comienzo se plantea a partir de los datos obtenidos en

el presente estudio. Teniendo en cuenta los datos obtenidos de la prospección del Valle de Aburrá, por la

firma Strata Ltda, conocemos que existen evidencias arqueológicas por encima de la cota 2000 m.s.n.m

cuya cronología data desde el 5500 A. P. (Iván Espinosa, com. per.), y por datos de archivos tenemos

noticias de “asientos de indios” desde unos siglos antes del contacto europeo hasta la colonia. Lo anterior

esta mostrando, por un lado, que la preferencia por este sector del Valle es milenaria, y por otro lado que

el patrón de ocupación se extiende a toda la parte baja de la Cuchilla El Romeral, y hacia un sector más

amplio en el sur del Valle, en un período prehispánico que va desde mediados del primer milenio a. C.

hasta hoy.




122

Langebaek, 1995:34).

Desviaciones convexas: Son aquellas donde comparados con asentamientos mas grandes,

los otros asentamientos dentro del sistema son mas grandes de los que predice la regla de

rango/tamaño (Blanton, 1976; Johnson, 1986), estas distribuciones convexas que resultan

muy raras en sociedades industrializadas contemporáneas son bastante comunes en

sociedades preindustrializadas y se interpretan como indicativo de sistemas de integración

bastante débiles con una marcada competencia entre entidades políticas semi -

independientes o independientes (Blanton, 1976; Johnson, 1980). Por lo general se asume

que los asentamientos se tornan mas integrados cuando la distribución de rango/tamaño se

acerca a una distribución logarítmica normal (Johnson, 1980:237; Blanton, 1981:161-162.

En: Langebaek, 1995:36).

Para el lapso cronológico 1 tenemos, que en la ocupación Ferrería, los sitios asociados

presentan tamaños que no sobrepasan 1.6 hectáreas. Los tamaños de los sitios, no permiten

plantear el desarrollo de jerarquía de asentamientos, lo que equivaldría (de acuerdo a la

distribución de los sitios por rangos), al no surgimiento de lugares centrales con

características de aldeas. De acuerdo con lo anterior la ocupación Ferrería se caracteriza, en

Romeral, por unidades relativamente pequeñas, localizadas siguiendo un patrón disperso

hacia la margen occidental de la Cuchilla. En la margen oriental no es posible determinar el

patrón de distribución, debido a el vacío de información existente en el área perteneciente

al municipio de la estrella, ya que no incluida en el muestreo del presente estudio. Los sitios

localizados en la parte norte (en jurisdicción del corregimiento de San Antonio de Prado), y

hacia la parte sur, dejan entrever que hacia esta margen el patrón de asentamiento es más

denso, con una distribución de los sitios asociados, menos espaciada que en la margen

occidental, con sitios relativamente pequeños.




123

Gráfico 8.1 Dispersión sitios Ferrería de acuerdo al rango

En cuanto a los sitios asociados a la ocupación Pueblo Viejo, existe una leve tendencia a ser

un poco más disperso que la ocupación Ferrería, puesto que existe un mayor número de

lotes asociados, pero los sitios son más pequeños. No obstante lo anterior, el patrón de

asentamiento en las vertientes se comporta de la misma manera; más denso hacia la

vertiente oriental y menos denso y más espaciado hacia la vertiente occidental. La amplitud

estadística del valor de los rangos de los sitios es mayor, con valores extremos mínimos

más pequeños, no obstante lo anterior, al igual que en la ocupación Ferrería, no se observa

una tendencia al desarrollo de lugares centrales.

No se identificaron lugares centrales asociados a cada una de las dos ocupaciones, esto

puede ser resultado de factores como, el efecto limite del área de muestreo, pues se trata de

lugares relativamente altos en los cuales no se puede asumir de manera directa que todos

los sitios detectados fueron ocupados de forma permanente, muchos de ellos pudieron

obedecer a campos de cultivos, lo que pudo haber sido el caso de los mas altos a 2.400

m.s.n.m., localizados en laderas con pendientes un poco mas fuertes; puede, también darse

Dispersión sitios Ferrería por rangos

COORDENADA ESTE

115900011580001157000115600011550001154000115300011520001151000

COORDENADA

NORTE

1178000

1177000

1176000

1175000

1174000

1173000

1172000

1171000

1170000

1169000

1168000

1167000

1166000

1165000

Rango 1.00

.90

.86

.81

.80

.72

.60

.58

.45

.36

.27

.22

.18

.10

3130

2827

24

2221

19

18

1514

1312

1110

6

54

2

1




124

el caso de que algunos de los sitios identificados correspondan a bohíos temporales para

recolección de cosechas y por que no a estaciones de caza.

Gráfico 8.2 Dispersión sitios Pueblo Viejo de acuerdo al rango

El período Tardío, es asumido en Romeral a partir de la fecha obtenida en el sitio CR023

“Horizontes”, la cual resulta coherente con las fechas obtenidas para finales del período

anterior. Este período (prehispánico Tardío), aún no es suficientemente claro, la cerámica

reportada como característica se encuentra asociada, en muchos sitios, con cerámica

relacionada con los estilos Ferrería y Pueblo Viejo. De otro lado, en los contextos en los

cuales se halla la cerámica denominada Tardía en el Valle de Aburrá, las dataciones

radiométricas han arrojado resultados que la sitúan cronológicamente en el período colonial

(Ver aparte 2.4. La Cronología).

Es en este período en el que ocurre un cambio abrupto en la dinámica social debido a las

políticas de la administración colonial. A diferencia de lo que podría pensarse a partir de la

creación del resguardo de San Lorenzo de Aburrá en 1616, y posteriormente el de Nuestra

Dispersión sitios Pueblo Viejo por rango

COORDENADA ESTE

115900011580001157000115600011550001154000115300011520001151000

CO

OR

DE

NA

DA

N

OR

TE

117 8000

117 7000

117 6000

117 5000

117 4000

117 3000

117 2000

117 1000

117 0000

116 9000

116 8000

116 7000

116 6000

116 5000

Rango

1.00

.60

.57

.54

.51

.48

.43

.36

.30

.24

.15

.07

.06

3229

28

25

21

19

18

1716

1514

12

11109

7

6

4

3




125

Señora de la Estrella, el registro arqueológico de este período, junto con el análisis de la

distribución de los sitios de acuerdo al rango - tamaño, muestra para el área de estudio, que

la población vivía en pequeños asentamientos dispersos, y fuera de los territorios del

resguardo, tal situación es planteada, también, a partir de datos extraídos de documentos de

la colonia: algunas familias indígenas fundaban sus sitios de habitación por fuera del

resguardo, muchas de ellas poniendo en practica complejos procesos de parentesco, lo que

hacia que no se estableciera como lugar fijo de habitación las tierras del poblado de indios

de nuestra señora de la Estrella, sino que, además, se radicaban en lugares cercanas a las

casas de sus encomenderos, como por ejemplo, en la parte alta de Belén, San Cristóbal, San

Antonio de Prado y algunos sectores de Itagüí y Piedras Blancas en Santa Elena (Ver

Anexo 1:22-24).

Gráfico 8.3 Dispersión sitios Tardíos de acuerdo al rango

8.4 Patrones de Asentamiento y Acceso a Recursos

Un determinado sitio o asentamiento toma sus recursos, de acuerdo a los principios de uso

de la tierra, los recursos minerales, la topografía, los sistemas de transporte, entre otros

(Roper, 1979 En: Langebaek, 1995:44). Debido a la dificultad del conocimiento empírico

de los recursos explotados, el área de captación de recursos se realiza en términos relativos,

de acuerdo con el área ocupada y la extensión de tierra apta para cultivos, definida a partir

Dispers ión de sitios tardíos por rango

COORDENADA ESTE

115 9000

115 8000

115 7000

115 6000

115 5000

115 4000

115 3000

115 2000

115 1000

CO

OR

DE

NA

DA

NO

RT

E

117 8000

117 6000

117 4000

117 2000

117 0000

116 8000

116 6000

Rango

1.00

.90

.80

.60

.50

.45

.40

.25

.20

31

23

18

14

11109

6

21




126

de variables actuales para el estudio del potencial agrícola del suelo (Langebaek, 1995:44).

El área delimitada para el estudio de Romeral, sumado a la localización de los

asentamientos, hacia la periferia de la misma, y restringida a pequeñas franjas a ambas

vertientes, no nos permite hacer apreciaciones sobre el acceso diferencial a recursos a

través del tiempo. No obstante lo anterior, pensamos que las características geográficas

generales de la Cuchilla en cuanto a coberturas vegetales, fauna28

y recursos minerales29

,

junto con la presencia de suelos aptos para cultivos, localizados en las franjas ocupadas de

ambas vertientes30

, han hecho de Romeral un área estratégica para el acceso, manejo y

control de tales recursos durante todo el tiempo que duraron las ocupaciones.

Los datos suministrados por los análisis de polen para dos áreas ocupadas de la vertiente

occidental, asociadas a Ferrería y Tardío, muestran una predominancia del bosque durante

todo el lapso de tiempo que duraron las ocupaciones, lo que permite inferir una presión

muy limitada sobre el mismo. El registro de polen muestra maíz en proporciones demasiado

bajas como para inferir cultivos intensivos.

Lo anterior, contrasta con la información de la vertiente oriental, obtenida de los

documentos inéditos de la colonia, en los que se muestra como en esta parte sur del Valle

de Aburrá, desde 1670, el uso del suelo estuvo orientado hacia la explotación de los

bosques para abastecer la demanda de madera de la Villa y al establecimiento de zonas de

potrero para ganado mayor y menor. En los documentos también se encuentran datos de

como esta área, fue ocupada por indígenas que desde “tiempos antiguos” explotaban los

pozos de agua salada localizados en el territorio del resguardo de Nuestra Señora de la

Estrella, y otros conocidos en la época como “las salinas de prado”, en la quebrada doña

María y asociados a un camino llamado de Guaca o “camino a Guaca” o camino real

antiguo de Guaca” (Ver Anexo 1, Alvarez, 2000: 30), a partir de lo cual se infiere la alta

demanda de madera, en este sector del Valle, no solo para este período sino para otro,

ubicado, tal vez, unos siglos antes del contacto europeo.

“ El protector de los naturales de esta provincia por haber llegado noticia que… se intenta

registrar un salado que mantienen dentro de sus resguardos de Nuestra Señora de la

Estrella… y hace muchisimos años que en quietud y pacífica posesión lo están trabajando y

28

La fauna en Romeral se destaca por la presencia de mamíferos, como la chucha, el perezoso, el zorro perro

lobo, el cusumbo solino, la comadreja, el tigrillo, la guagua loba, el conejo de monte, la marteja y varias

especies de murciélagos. 29

En Romeral se encuentran varias unidades, que proporcionan diferentes tipos de rocas como ultramáficas,

gabros, sedimentarias y volcánicas de la formación Quebrada Grande, dioritas, cuarcitas, arcillolitas y

carbón. De acuerdo con el grado de meteorización, tales unidades proporcionan arcillas de distintas

características. A demás existen fuentes de agua salada hacia la vertiente oriental. 30

Las franjas ocupadas, presentan en la margen oriental suelos extensos en pendientes moderadas

pertenecientes a la asociación horizontes, descritos como de condiciones aptas para cultivos. Hacia la

vertiente occidental planos estructurales amplios, tales geoformas presentan unas características generales

de los suelos diferentes a las caracterizadas por la “depresión intramontana de Amagá”, pues son un poco

mas maduros y mas desarrollados, alcanzando espesores un poco mayores que los caracterizados para esta

unidad.




127

alimentándose de su producto” (Ibid, 2000: 32).

8.5 Dinámica Poblacional

Los estimativos demográficos basados en información arqueológica siempre resultan

controvertibles (Manzanilla, 1983), pero suministran aproximaciones a la dinámica

poblacional. Como regla general, los cambios relativos al tamaño de la población son

determinados al comparar el área de ocupación humana entre un período y otro (Sanders,

Parsons y Santley, 1979; Blanton, et. al. 1982; Kowaleski, et. al. 1989:25; Drennan, et. al.

1989:148-51). Este procedimiento parte del supuesto de: poblaciones grandes tienden a

ocupar áreas de mayor magnitud que poblaciones pequeñas (Naroll, 1962. En: Langebaek,

1995: 40).

Un problema que resulta, cuando usamos este método es el grado de sedentarismo de las

sociedades que estamos estudiando. Los datos de las crónicas han mostrado para varias

regiones (por ejemplo el curso medio de río Porce; Castillo, 1998), que existían viviendas

temporales alejadas del poblado, aprovechando cierto tipo de suelos y la rotación de los

mismos para cultivos. De acuerdo con lo anterior, no se puede asumir de manera directa

que todos los sitios o asentamientos, por lo menos cercanos cronológicamente al momento

del contacto, fueron ocupados de manera permanente ya que tal situación influiría en los

estimativos del tamaño poblacional. Una manera de diferenciar estos sitios es por la

densidad de fragmentos y la variabilidad de formas, ya que se supone que en el lugar en

donde se pasa la mayor parte del tiempo se tienen mas variedad de formas para diferentes

usos y hay una tendencia a romper mas vasijas. Aunque, en esta primera fase en Romeral

resulta complicado resolver este tipo de interrogantes, es posible mostrar tendencias

generales que pueden ser corroboradas en Fases posteriores con una ampliación del área

muestreada.

De otro lado, la densidad de fragmentos cerámicos es otro criterio utilizado frecuentemente,

para estimar niveles demográficos. Se basa en un supuesto de que grandes poblaciones

tienden a romper mayor cantidad de vasijas, que poblaciones pequeñas y que el promedio

de vasijas rotas por cada individuo debe ser el mismo sin importar el tamaño total de la

población (Drennan, et. al. 1989:148. En: Langebaek, 1995:40).

Existe un problema fundamental, cuando se pretende comparar la densidad demográfica

entre un período y otro a partir de fragmentos cerámicos. Se trata de la duración de cada

período, pues los porcentajes de fracturas de vasijas o densidad de fragmentos, deben estar

correlacionados con la función tiempo. Una manera de obviar este problema es trabajar con

proporciones, para tal efecto, (Culbert, 1988:82), plantea un ajuste de los datos de manera

descendente por medio de un factor que representa la diferencia proporcional entre los

períodos (Langebaek, 1995:40).

La ocupación de las áreas periféricas de la Cuchilla de El Romeral (51.57 hectáreas

ocupadas), en distintos períodos cronológicos, muestran un área de gran magnitud sin




128

evidencias de ocupación humana (5741.3 Hectáreas), que de acuerdo con lo expuesto

arriba, pudo haber sido percibida y usada intensamente como fuente de recursos animales,

minerales y vegetales. Este hecho, junto con los límites del área de estudio, hacen que, los

análisis de demografía, muestren muy bajas densidades de población durante todo el tiempo

que duraron las ocupaciones (Mapas 8.2. Lotes asociados a la ocupación Ferrería, 8.3.

Lotes asociados a la ocupación Pueblo Viejo y 8.4. Lotes asociados a la ocupación Tardía).

Las magnitudes de las áreas ocupadas de Ferrería y Pueblo Viejo, así como la densidad de

fragmentos cerámicos no muestra diferencias substanciales, en cuanto a la dinámica de

población, entre estas dos ocupaciones. En la tabla que sigue, se muestra el área ocupada y

la densidad de fragmentos cerámicos por ocupación.

Tabla 8.1 Area y densidad cerámica por ocupaciones

OCUPACIONES ÁREA OCUPADA (Has.) DENSIDAD CERÁMICA POR Ha.

Ferrería 22.26 8.3

Pueblo Viejo 21.72 5.6

Tardío 7.59 5.6

Totales 51.57 19.5

Los datos anteriores, muestran para la parte alta de la cuchilla el romeral, una disminución

gradual del tamaño de la población, reflejada en una mayor área ocupada y mayor densidad

cerámica para Ferrería y una disminución leve en área ocupada y fuerte en densidad

cerámica para Pueblo Viejo; el tardío muestra una disminución drástica en el área ocupada

y en densidad cerámica. Los datos anteriores deben ser tomados como parciales por varias

razones: una es la que venimos insistiendo y esta estrechamente relacionada con la

definición de los límites del área de estudio, los cuales nos muestran una dinámica socio -

cultural parcial; otra razón, está relacionada con la función de los sitios, las cuales son

imposibles de determinar a partir del muestreo realizado, y una tercera, tiene que ver con la

duración de cada una de las ocupaciones planteadas, pues, en Romeral, no tenemos datos

suficientes que nos permitan proponer lapsos cronológicos específicos para cada una de

ellas.




129

9. CONSIDERACIONES FINALES

El intento de explicar o interpretar un fenómeno arqueológico, debe estar precedido de

ciertas condiciones, una configuración espacial que permita un acercamiento, en el que se

planteen alcances significativos, y una metodología de prospección y análisis que se ajuste

a las preguntas que queremos resolver. En muchos casos, los resultados pueden estar

limitados por los aspectos anteriores, por lo que, los análisis consisten en plantear si merece

la pena interpretar determinados fenómenos y/o sugerir áreas donde se necesita un mayor

trabajo.

De acuerdo con lo anterior, y a los resultados del presente estudio, no solo el área

muestreada en la Cuchilla El Romeral, sino una zona mas amplia del sector sur del Valle de

Aburra, se constituyó en un escenario físico importante para las ocupaciones humanas

desde tiempos muy antiguos hasta hoy.

El muestreo realizado en la parte alta de la cuchilla El Romeral señala que no fue ocupada

en su mayor área, en términos de viviendas permanentes. La ocupación de las áreas

periféricas sobre geoformas de pendientes suaves, estrían indicando que, las zonas de ladera

con pendientes fuertes, se constituyeron en límites naturales para la expansión de los

asentamientos hacia las partes más altas durante todas las ocupaciones identificadas. Este

hecho permite inferir que este patrón de ocupación fue utilizado como una estrategia para

acceso y control de recursos desde por lo menos la mitad del primer milenio antes de Cristo

hasta bien estrada la colonia, según datos radiométricos obtenidos en Romeral y en

investigaciones anteriores realizadas en el Valle de Aburrá.

Las características del patrón de asentamiento, identificado en la cuchilla el romeral para

las tres ocupaciones planteadas, Ferrería, Pueblo Viejo y Tardío, permiten considerar que,

la dinámica de los procesos históricos de ocupación, debe buscarse en un contexto espacial

y vertical más amplio, puesto que, en nuestra área de estudio, solo tenemos acceso, de

acuerdo con las evidencias arqueológicas detectadas, a una pequeña parte de la dinámica

social ocurrida allí a través del tiempo y cuya relación con el espacio físico se torna

fragmentada, debido a la configuración espacial definida para este estudio. Bajo esta

perspectiva, el registro arqueológico de Romeral sólo puede alcanzar una verdadera

dimensión analítica (en términos de las dimensiones de análisis, presentadas en el aparte 2),

en cuanto sean articuladas a los resultados de los estudios realizados en las áreas

circunvecinas.

No obstante lo anterior, se trató de presentar, las distribuciones espaciales, por lapsos

cronológicos y algunas hipótesis sobre las mismas, en términos de las dimensiones de

análisis propuestas.

En un contexto espacial más amplio, teniendo en cuenta los resultados arrojados por otras

investigaciones realizadas en el Valle de Aburrá, incluyendo las que se encuentran en

marcha, podría proponerse que la dinámica de ocupación del Valle de Aburrá (o de una




130

región más amplia), se realizó desde épocas tempranas y que a partir del primer milenio

antes de Cristo, nos encontramos con grupos agricultores y alfareros, cuya dinámica de

fisión y expansión posibilitó la colonización gradual de territorios extensos, incluso, con

diferencias geomorfológicas y climáticas, lo que propició, posiblemente una dinámica de

unidades sociales inicialmente emparentadas por un ancestro común real o mítico, en un

proceso histórico de diferenciación a nivel de la organización social y política y de

explotación de diferentes recursos como los productos agrícolas y la minería del oro y la

sal. Las relaciones mítico ancestrales pudieron mantenerse y sustentarse por medio del

intercambio de mujeres, el cual, posiblemente fue complementado con intercambio de

productos locales, plantas cultivadas y objetos en cerámica, y posteriormente hacia el año

100 a.C. objetos foráneos, cerámica y objetos de oro, mostrando una dinámica de

interacción a grandes distancias.

Los supuestos anteriores, exigen revisar y analizar el registro arqueológico en un contexto

regional, bajo un modelo teórico de comunidades locales. En tal perspectiva se ha recurrido

a la literatura antropológica para definir la comunidad en términos conceptualmente

operativos y arqueológicamente contrastables. La definición propuesta por Kolb y Snead

(1997) se compone de tres elementos irreductibles:

El primero, es la reproducción social, la comunidad local es el espacio primario de

interacciones socio - políticas.

Segundo, la producción de subsistencia es un elemento central en la vida de la

comunidad; poseen componentes económicos fundamentales, pero esto no implica siempre

que sirvan como unidades de organización económica, en este sentido, actúan mas bien,

como árbitros del acceso a los recursos productivos y Tercero, el elemento común es la

auto identificación y el reconocimiento social por parte de los miembros, la creación y

mantenimiento de la identidad local es la raíz esencial entre la practica económica y la

reproducción social; lo anterior se manifiesta en la manipulación de límites tanto físicos

como simbólicos.

Los autores plantean que el trabajo de campo a escala espacial de la comunidad requiere de

una estrategia conocida como análisis microregional, que provee medidas de recolección de

datos relevantes hacia la organización de la comunidad. Sin embargo, los trabajos de campo

de cobertura macroespacial aportan datos relevantes para un análisis microespacial. De lo

anterior se desprende que, una variedad de estrategias pueden ser empleadas para el uso de

datos arqueológicos encaminados hacia la caracterización de una comunidad local, en los

que el requerimiento primordial es la adopción de una escala de investigación apropiada y

una relación metodológica operativa entre el sitio y la región (Op. cit. 1997).




131

11. RECOMENDACIONES

Las siguientes recomendaciones específicas son producto del Reconocimiento Regional

Sistemático realizado en el sistema montañoso El Romeral, y están orientadas hacia la

planificación y desarrollo de futuras acciones arqueológicas en esta zona.

Se propone continuar las investigaciones en el área de la cuchilla El Romeral, en la

perspectiva general de aportar datos a la problemática arqueológica local y regional y en

particular, a los interrogantes planteados en los resultados del Reconocimiento

arqueológico llevado a cabo en la cuchilla El Romeral. (Véase Consideraciones Finales).

De igual manera se recomienda prestar atención especial a los procesos de planificación y

desarrollo de futuras actividades, tales como: expansión urbana, ampliación y apertura de

nuevas zonas y espacios de cultivo de hortalizas, legumbres, pinos, eucaliptus y otras

especies en el piedemonte de la Cuchilla El Romeral, en los sectores de San Antonio de

Prado, La Estrella y Caldas. En donde, se requieren respuestas inmediatas, planificadas y

concertadas por parte de CORANTIOQUIA, con las instituciones publicas respectivas,

encargadas de otorgar las licencias de construcción, así como de vigilancia de uso del

espacio y con los contratistas privados responsables de ejecutar los proyectos.

Estas acciones están dirigidas a la recuperación y conservación del potencial patrimonio

arqueológico identificado por la presente investigación en estos sectores.

Se presenta a continuación en tablas una relación de cada uno los lotes arqueológicos

identificados en el presente estudio, según grados de afectación estratigráfica por diferentes

circunstancias. Se encuentra en cada una de las tablas; la ubicación geopolítica, altura sobre

el nivel del mar, la técnica de recuperación empleada, tipo de material encontrado y la

posible asociación cultural de cada uno de los lotes.

Relación de lotes arqueológicos con estratigrafía parcialmente alterada y con inminencia de

riesgo de afectación por expansión urbana.

Sitio Lote Ubicación m.s.n.m. Técnica de recolección Bordes Asociación

cultural

R.S. Garlancha

preliminar


CROO8 LO11 S. A. Prado 2130 2 ?

CR009 L012 S. A. Prado 1 10 Invertido / directo /

adelgazado / Aquillado

P. Viejo

CR011 L017 S. A. Prado 2130 1 26 Evertido / Horizontal /

punteado

Ferrería




132

Continuación


cultural

preliminar

R.S. Garlancha


L018 S. A. Prado 213 3 9 Ferrería

L019 S. A. Prado 2130 5 ?

L020 S. A. Prado 2130 3 6 Evertido / directo /

ligeramente engrosado;

recto / directo

Tardío

L021 S. A. Prado 2130 2 ?

L022 S. A. Prado 2130 2 ?

CR012 L023 S. A. Prado 2150 13 ?

L024 S. A. Prado 2150 1 5 Ligeramente / invertido

/ directo

?

L025 S. A. Prado 2150 1 ?

CR013 L026 S. A. Prado 2130 4 10 Recto / directo;

ligeramente / evertido /

directo; Invertido /

directo; fuertemente /

evertido

Ferrería

CR014 L027 S. A. Prado 2140 2 ?

L028 S. A. Prado 2135 1 18 Evertido / Directo Tardío

L029 S. A. Prado 2135 1 ?

CR015 L030 S. A. Prado 2080 5 ?

L031 S. A. Prado 2080 12 ?

L032 S. A. Prado 2015 1 13 Evertido / Directo ?

L033 S. A. Prado 2015 6 ?

L034 S. A. Prado 2015 4 21 Fuertemente / Evertido

/ Directo; Evertido /

Directo

Ferrería?

CR016 L035 S. A. Prado 2130 1 2 Biselado P. Viejo

L036 S. A. Prado 2095 1 ?

CR017 L037 S. A. Prado 2045 1 6 Recto / Directo /

compuesto ?

?




133

Relación de lotes arqueológicos con estratigrafía parcialmente alterada y con inminencia de

riesgo de afectación por cambio de actitud de uso del suelo hacia cultivos o ganadería.


cultural

preliminar

R.S. Garlancha



Directo

Ferrería ?

LOO2 Heliconia 2265 1 ?


Directo

Ferrería

CROO3 LOO6 Heliconia 2165 4 ?

CROO4 LOO7 Heliconia 2010 3 6 Evertido / Horizontal /

Punteado; engrosado /

redondeado.

Ferrería, P.

Viejo

CROO5 LOO8 Heliconia 2015 1 Decoración Acanalada P. Viejo

CROO6 LOO9 Heliconia 1955 1 6 Evertido / directo Tardío

CROO7 LO10 Heliconia 1 ?

Relación de lotes arqueológicos con estratigrafía totalmente alterada por cultivos de

legumbres y hortalizas.


cultural

preliminar

R.S. Garlancha


CRO1O LO13 S. A. Prado 2140 5 15 ?

LO14 S. A. Prado 2140 13 41 Fuertemente / Evertido;

Evertido / Adelgazado

Aquillado / Engobe

marrón; evertido /

directo

Ferrería, P.

Viejo,

Tardío

LO15 S. A. Prado 2140 4 44 Engrosado /

Redondeado /

Punteado; Fuertemente

/ evertido

Ferrería

L016 S. A. Prado 2140 4 16 Evertidos / directos Tardío ?




134

Relación de lotes arqueológicos con estratigrafía totalmente alterada por reforestaciones a

escala industriales


cultural

preliiminar

R.S. Garlancha


CR018 L038 Caldas 2250 1 Evertido / Biselado P. Viejo

L039 Caldas 2250 3 ?

L040 Caldas 2210 1 ?

L041 Caldas 2210 1 ?

CR019 L042 Caldas 2350 1 7 Biselado P. Viejo

CR020 L043 La Tablaza 2450 2 ?

CR021 L044 La Tablaza 2210 2 ?

CR022 L045 La Valeria 2125 7 Decoración escamada

en el cuello

Ferrería

CR023 L046 Angelópolis 1980 1 6 Tardío

CR024 L047 Angelópolis 2000 6 ?


L049 Angelópolis 1975 1 ?






CR029 L055 S. A. Prado 2335 2 ?

CR030 L056 S. A. Prado 2350 5 ?

CR031 L057 S. A. Prado 2425 14 ?

CR32 L058 S. A. Prado 2400 2 ?




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