Trastornos Comunicación

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TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN

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CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I: NEUROBIOLOGÍA DEL LENGUAJE

1.1 REDES FUNCIONALES NEUROCOGNITIVAS.............................1

1.2 PROCESO DE COMUNICACIÓN...............................................4

1.3 DESARROLLO DEL LENGUAJE EN LOS NIÑOS..........................4

1.4 RETRASO DEL LENGUAJE......................................................5

CAPÍTULO II: TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN

2.1 ETIOLOGÍA..........................................................................8

2.2 TRASTORNO DEL LENGUAJE EXPRESIVO................................92.2.1 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR).........................................92.2.2 DESCRIPCIÓN CLÍNICA.....................................................................92.2.3 EVALUACIÓN.................................................................................102.2.4 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL..........................................................102.2.5 TRATAMIENTOS..............................................................................10

2.3 TRASTORNO MIXTO DEL LENGUAJE RECEPTIVO-EXPRESIVO..112.3.1 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR).......................................112.3.2 DESCRIPCIÓN CLÍNICA....................................................................122.3.3 EVALUACIÓN.................................................................................122.3.5 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL...........................................................132.3.6 TRATAMIENTO................................................................................13

2.4 TRASTORNO FONOLÓGICO.................................................132.4.1 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR).......................................142.4.2 DESCRIPCIÓN CLÍNICA....................................................................142.4.3 EVALUACIÓN..................................................................................142.4.4 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL...........................................................14TRATAMIENTO.........................................................................................15

2.5 TARTAMUDEO....................................................................152.5.1 TIPOS DE TARTAMUDEO................................................................152.5.2 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR)........................................162.5.3 DESCRIPCIÓN CLÍNICA....................................................................162.5.4 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL...........................................................162.5.5 EVALUACIÓN..................................................................................172.5.6 TRATAMIENTO................................................................................17

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFIA

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INTRODUCCIÓNEl lenguaje es considerado una función cerebral superior y uno de los procesos cognitivos más importantes en la vida del ser humano, nos permite relacionarnos de manera eficiente con nuestro entorno y además llevar a cabo una serie de otros procesos que nos facilitan el ordenamiento de nuestros pensamientos, a través del almacenamiento, procesamiento y codificación de la información que recibimos de nuestro entorno, actuando como un mediador entre el conocimiento del ser humano y los estímulos que lo rodean.

Este se ve afectado por múltiples factores, tales como orgánicos, psicológicos, sociales y afectivos. Entre estos debe existir una armonía y una normal cohesión para conseguir un adecuado desarrollo de él. Es un proceso de gran complejidad que requiere de la interacción de diferentes áreas corticales que gobiernan la producción y comprensión lingüística del sujeto e involucra tres grandes aspectos: la forma, el contenido y el uso. La forma incluye los niveles fonológico (ejemplo: pronunciación de consonantes) y morfosintáctico (ejemplo: construcción de las oraciones) del lenguaje, el contenido se relaciona con los aspectos semánticos (ejemplo: vocabulario), y por último en el uso del lenguaje se ven involucrados los aspectos pragmáticos (ejemplo: comunicación no verbal).

Las alteraciones del lenguaje en el niño poseen una gran diversidad. No es tarea fácil realizar una clasificación acabada de éstas, sin embargo, resulta indispensable para facilitar la prevención, evaluación, el diagnóstico, pronóstico, y definir los programas terapéuticos.

En los adultos la mayoría de sus alteraciones son causa de algún daño de tipo cerebral o un trastorno psiquiátrico, mientras que en los niños estas alteraciones pueden situarse en dos grandes grupos: en el primer grupo se encuentran todos los niños que poseen un trastorno del lenguaje que sea secundario a una causa conocida, tales como deficiencia mental, hipoacusia, trastornos psicoafectivos, deprivación socio cultural, autismo, parálisis cerebral entre otras. En el segundo grupo los trastornos del lenguaje forman parte de un cuadro mayor, es decir, además de presentar una alteración en el lenguaje se observan otros déficits, tanto o más importantes que el problema del lenguaje que afectan el desarrollo global del niño; estos son llamados Trastornos de la Comunicación, de los cuales nos ocupamos en nuestro trabajo.

En el capítulo I pretendemos exponer de manera resumida las relaciones entre el cerebro y las funciones mentales, con especial énfasis en los procesos del lenguaje. La exposición será de la siguiente manera: en primer lugar hablaremos sobre los mecanismos neurales del lenguaje en sujetos con el cerebro maduro, en segundo lugar sobre el proceso de comunicación, luego sobre las etapas del desarrollo que hacen posible la adquisición del lenguaje en el niño y, por último, sobre el retraso del habla.

El capítulo II abarca la descripción de los trastornos de la comunicación, según la clasificación del DSM-IV-TR. Se expone la etiología, el diagnóstico diferencial, los

criterios diagnósticos, las características clínicas, así como la evaluación y el tratamiento de cada uno de los trastornos.

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CAPÍTULO INEUROBIOLOGÍA DEL LENGUAJE

I. Neurobiología del LenguajeEl lenguaje es el instrumento básico de comunicación emocional y de relación en la especie humana. Es un acto social, que surge como resultado de la intervención de diversos factores que se interrelacionan entre sí: biológicos, psicológicos, motores, cognitivos, ambientales y afectivos. Está estrechamente ligado con la manera en que pensamos y entendemos el mundo. Además nos permite reflexionar tanto sobre las personas como sobre los objetos y transmitir a otros nuestras ideas.

En su sentido más amplio, el lenguaje oral puede describirse como la capacidad de comprender y usar símbolos verbales como una forma de comunicación, o bien como un sistema estructurado de símbolos que cataloga objetos, relaciones y hechos en el marco de una cultura determinada. Es un código que entiende todo aquél que pertenece a una comunidad lingüística.

Es una característica específicamente humana que desempeña importantes funciones a nivel cognitivo, intelectual, social y de comunicación; que permite al hombre hacer explícitas sus intenciones, estabilizarlas, convertirlas en regulaciones muy complejas de acción humana y acceder a un plano positivo de autorregulación cognitiva y comportamental, al que no es posible llegar sin el lenguaje.

Para distinguir estos símbolos, nuestro cerebro debe discriminar entre los sonidos recibidos e identificar los que forman las palabras. La actividad del lenguaje supone la recepción de señales visuales y sonoras y la producción de sonidos articulados. El análisis de las señales está sometido a las leyes generales de la actividad nerviosa superior, a la actividad analítico-sintética de la corteza cerebral; mientras que la producción de los sonidos articulados está estrechamente relacionada con las estructuras fonatorio-motoras (laringe, lengua, labios, etc.) que intervienen en el proceso de emisión de los sonidos y de las palabras.

1.1 REDES FUNCIONALES NEUROCOGNITIVAS

El centro rector del lenguaje se encuentra en el sistema nervioso central, en particular la corteza cerebral. Los mecanismos más especializados tienen su asiento sobre una extensa porción del córtex perisilviano primario, secundario y terciario del hemisferio cerebral izquierdo en el 87% de los seres humanos (sin tener en cuenta la preferencia manual). En el resto de las personas un 8% asienta su lenguaje en el hemisferio derecho, mientras que un 5% lo tienen repartido en proporciones similares entre ambos hemisferios.

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Circunvolución frontal ascendenteÁrea de Broca (posterior) Área de Broca (anterior)Pliegue curvo y área prefrontal

ArticulaciónProgramación fonológicaFormulación y programación morfosintácticaRecuperación lexical

SRRATálamo, ganglios basales, córtex límbico (predominio hemisferio derecho)

Atención y “tono” cortical

Reconocimiento lexical y de relaciones sintácticas

Semántica

De los componentes prosódicos y emocionales(hemisferio derecho)

De los componentes léxicos y morfosintácticos(hemisferio izquierdo)

Área de asociación plurimodal prefrontal y tempoparietal (hemisferio izquierdo)Áreas de proyección

primaria (ambos hemisferios)

Área de asociación unimodal (hemisferio izquierdo)

Giro de Heschl

Audición

Planum temporale

Análisis auditivo fonético

Repetición sin semánticaLe

ng

uaje

rece

ptiv

oLe

ng

uaje

exp

resiv

o

Figura 1

Las principales áreas que participan en el procesamiento del lenguaje son: el área de Wernicke, el área de Broca y el Fascículo arqueado o Fascículo longitudinal superior. También intervienen el tálamo, los ganglios basales, la corteza prefrontal, el área motriz suplementaria y la corteza límbica de los dos hemisferios cerebrales. Estas estructuras estarían implicadas en el análisis semántico. Las anteriores estructuras talámicas estarían controladas por una acción de tipo inhibitorio del globo pálido que, a su vez, se ve inhibido por el núcleo caudado. Estos circuitos estrían implicados en el flujo verbal y en la organización secuencial de las frases.

El hemisferio derecho, específicamente las regiones perisilvianas, participa en las funciones supraformales de la prosodia y de adecuación comunicativa. Para el lenguaje escrito se requiere, además, el funcionalismo de la corteza calcarina y de sus áreas adyacentes secundarias de asociación visual. En la Figura 1 se representa un diagrama simplificado de los procesos del lenguaje oral junto con las estructuras neurales que lo sustentan.

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El proceso es como sigue: las señales acústicas son transformadas en señales bioeléctricas (potenciales de acción), y llevadas por los axones hacia las áreas secundarias y terciarias: Wernicke, giro supramarginal y pliegue curvo, que forman el área posterior integradora del lenguaje. Esta área establece conexión mediante el fascículo arqueado directo subcortical con la porción más anterior del área de Broca (par triangularis) para la formulación lingüística y activa la porción posterior del área de Broca (pars opercularis) para la programación verbal. A su vez, ésta activa la porción más inferior de la circunvolución frontal ascendente para la emisión de “órdenes” motoras hacia los núcleos de los nervios craneales que inervan las estructuras necesarias para la fonación y articulación del lenguaje. Pero antes ha recibido la modulación pertinente desde los ganglios basales y el cerebelo.

 

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La región prefrontal interviene en la recuperación lexical y en la adecuación del mensaje al contenido semántico a través de su conexión con el área posterior del lenguaje. Las áreas motrices suplementarias de ambos hemisferios gobiernan la iniciativa verbal activando el área prefrontal, que a su vez activa la porción anterior del área de Broca para la formulación. El sistema límbico de ambos hemisferios tiene asignadas la memoria verbal y la tonalidad afectiva del lenguaje; mediante sus relaciones con las regiones perisilvianas y parietales del hemisferio derecho, controla la prosodia.

1.2 PROCESO DE COMUNICACIÓN

El proceso de comunicación presenta 3 etapas:

1. Etapa de recepción o sensitiva: en la que participan los oídos y los ojos. 2. Etapa de procesamiento: donde intervienen las áreas corticales

especializadas en el lenguaje.3. Etapa de emisión o motora: abarca la vocalización y su control.

Etapa de recepción o sensitiva

El lenguaje hablado se recibe a través del oído, a nivel de la cóclea del oído interno, para ser trasmitido luego por medio de la porción coclear del VIII par craneano.

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El lenguaje escrito es captado a través de los ojos, para ser trasmitido luego por medio del II par craneano.

Etapa de procesamiento

El lenguaje hablado percibido en el área auditiva primaria (área 41 y 42 de Brodman) en el giro temporal superior se trasmite al área de Wernicke adyacente, donde se comprende.

El lenguaje escrito, tras ser conducido al córtex visual (área 17, 18 y 19 de Brodman), es trasmitido al giro angular, donde se transforma a la forma auditiva correspondiente a la palabra.

 Etapa de emisión

Esta etapa abarca 2 pasos:

Formación en la mente de las ideas que se van a expresar y la elección de las palabras que pretenden emplearse.

Control motor de la vocalización y el acto real de su propia emisión

Por último queda el acto de articulación, constituido por las actividades musculares de la boca, la lengua, la laringe, las cuerdas vocales, etc. Que son los responsables de la entonación, ritmo y las variaciones rápidas de intensidad en los sonidos sucesivos.

Las regiones faciales y laríngeas de la corteza motora, activan estos músculos, y el cerebelo, los ganglios basales y la corteza sensitiva contribuyen a controlar la secuencia y la intensidad de las contracciones musculares.

1.3 DESARROLLO DEL LENGUAJE EN LOS NIÑOS

Las características progresivas del desarrollo del lenguaje verbal en los diferentes niveles de edad, se adscriben a las etapas del desarrollo integral del niño, encontrándose estrechamente asociado a los siguientes aspectos:

Al proceso de maduración del sistema nervioso, tanto al central (SNC) como al periférico, correlacionándose sus cambios progresivos con el desarrollo motor en general y con el aparato fonador en particular.

Al desarrollo cognoscitivo que comprende desde la discriminación perceptual del lenguaje hablado hasta la función de los procesos de simbolización y el pensamiento.

Al desarrollo socioemocional, que es el resultado de la influencia del medio sociocultural, de las interacciones del niño y las influencias recíprocas.

En el desarrollo del lenguaje, la comprensión precede a la producción. Durante la infancia la comprensión de palabras se incrementa a una tasa de 22 nuevas palabras al mes, mientras que la producción aumenta en alrededor de nueve nuevas palabras, una vez que se empieza a hablar.

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En la tabla 1 se expone un esquema simplificado de las diferentes fases del proceso de adquisición del lenguaje en los niños, tanto expresivo como receptivo, en el que los hitos cronológicos que marcan las etapas de su evolución son sólo aproximados, debido a que este proceso no transcurre de manera similar y uniforme en todos los niños. Por ejemplo, en las niñas la maduración de las vías nerviosas se realiza con mayor rapidez que en los niños, lo cual hace que aparezca antes en ellas la habilidad y soltura del habla.

Por otro lado, este proceso de adquisición lingüística, así como el desarrollo integral del niño, presenta también fases en las que dicha evolución parece estancarse, pero luego, la mayoría de las veces suele producirse un gran salto adelante, indicándonos que esta evolución no es un proceso uniforme.

Tabla 1Desarrollo del Lenguaje en los Niños

EDAD LENGUAJE RECEPTIVO LENGUAJE EXPRESIVO0 – 1 año

Lateraliza sonidosReconoce su nombreResponde al “no”Empieza a reconocer palabras comunes

Llora para comunicar sus necesidades y emocionesBalbuceo, gorjeo, silabeoExpresa alegría sonriendoPrimeras palabras (10 y 14 meses)

1 – 2 años

Escucha historias simplesSigue órdenes sencillasIdentifica las partes del cuerpoIdentifica objetos simples cuando se le pide

Aumenta el vocabulario de 50 a 400 palabrasEmplea holofrases

2 – 3 años

Desarrolla conceptos (arriba-abajo; grande-pequeño)Sigue órdenes dobles

Aumenta más el vocabularioEmplea habla telegráficaPreguntas “¿por qué?”

3 – 4 años

Comprende y responde preguntas simplesComprende la función de los objetos

Frases de 4 ó más palabrasHabla de sucesos recientesSe le comprende fácilmente

4 – 5 años

Comprende secuenciasResponde a preguntas “¿cómo?”Sigue órdenes que contengan conceptos básicos

Se comunica fácilmente con otros, ofrece detalles y usa gramática “tipo adulto” (ej. “rompido”)Puede mantener temasPuede tener dificultades con algunos sonidos (/r/)

1.4 RETRASO DEL LENGUAJE

En el período que va de los 18 meses a los 4 años de edad, suelen producirse ciertas desviaciones de la norma de evolución del lenguaje, tales como los retrasos, los que pueden atribuirse a diversas causas como disposiciones heredadas, lesiones cerebrales ocasionadas durante la etapa de gestación, en el

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parto o en la temprana infancia y, en otros, como consecuencia de la repercusión desfavorable del entorno, especialmente al clima familiar adverso y poco estimulante lingüísticamente.

Generalmente se acepta que a los tres años de edad un niño tiene ya configurado su lenguaje de acuerdo con las regulaciones gramaticales que caracterizan al lenguaje de los adultos. También es un hecho de conocimiento corriente que las niñas suelen ser algo más precoces que los varones en la adquisición de esta cualidad.

El retraso simple del lenguaje es un aplazamiento en la aparición de los niveles del lenguaje, que afecta sobre todo a la expresión y no es explicable por déficits intelectual, sensorial o conductual. Suele ser superado por la mayoría de los niños a la edad de los 5 ó 6 años. Sin embargo, en algunos puede persistir el defecto, debido a que son reforzados por la familia y, en otros, debido a que encierran un hecho patológico, interfiriendo la superación y el desarrollo normal del habla.

Los retrasos del lenguaje verbal van desde las formas benignas, que se mejoran y superan sin dejar secuelas como ocurre con los "retrasos simples", hasta las formas graves o severas, que crean un menoscabo duradero, comportando consecuencias negativas para el aprendizaje y rendimiento escolar.

Estos retrasos pueden ser generados, como ya se dijo, por una multiplicidad de factores de los que, aparte de la predisposición hereditaria, se describirán otros como:

Defectos de los órganos del habla Déficit auditivo y visual Retardo en el desarrollo intelectual Lesión cerebral en la infancia Retrasos en la evolución corporal Influencia defectuosa o negativa del entorno Estimulación deficiente del habla Conflictos en la familia Actitudes de los padres

Resumiendo a partir de las referencias señaladas, se puede decir que el motivo por el que un niño tiene retrasos o no habla a los tres años de edad, puede deberse a las siguientes causas:

a) A una deficiencia auditiva que le impide o dificulta parcialmente escuchar y aprender a hablar.

b) A algún traumatismo cerebral, que afecta en alguna medida el proceso de adquisición y desarrollo del habla.

c) Por causa del retardo mental del niño, lo cual hace que la progresión de la adquisición del habla tenga una evolución correspondiente a su inteligencia.

d) A problemas psicológicos, especialmente de tipo emocional, interfiriendo la adquisición o aprendizaje normal del lenguaje.

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e) Por causa de inmadurez de los complejos mecanismos neurofisiológicos y psíquicos (inmadurez neuropsicológica). Siendo esto, según los especialistas, la causa casi generalizada del retardo del habla.

Puede deberse también a procesos asociados y mixtos; dado que no siempre existe una sola causa aislada que pueda ser responsable del retardo. Por ejemplo, el niño puede ser sordo y tener retraso mental, tener una parálisis cerebral y una sordera, y así muchas variantes.

Todos estos factores causales, entre otros, nos indican que la naturaleza del retraso del lenguaje verbal o habla es bastante compleja, siendo difícil identificar y aislar una causa y/o jerarquizarlas en orden del grado de su influencia. Esto se debe a que dichos factores se encuentran interrelacionados, afectando e interfiriendo como un todo la adquisición y desarrollo de esta cualidad que es importante para la actividad comunicativa, cognoscitiva y adaptativa del individuo.

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CAPÍTULO IITRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN

II. Trastornos de la ComunicaciónEl leguaje se considera como el instrumento básico de comunicación emocional y de relación en la especie humana. Por tanto, sus déficits pueden ser causa de una gran variedad de desajustes psicológicos. Estos pueden ser reactivos a las dificultades de relación y comunicación del niño con los adultos de apego y con los de su entorno social en general, o bien, y dependiendo de la gravedad del déficit, a las alteraciones neurocognitivas que merman las habilidades de análisis, y por tanto de afrontamiento, frente a la gran variedad de situaciones a las que debe hacer frente el niño.

Los Trastornos de la Comunicación en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR) se inscriben dentro de un concepto más amplio llamado Trastornos de Inicio en la Infancia, Niñez o la Adolescencia, que son una categoría de los problemas de salud mental que comprenden a los niños y adolescentes que tienen dificultades para alcanzar las funciones tempranas del desarrollo, como por ejemplo las habilidades del lenguaje, de la comunicación, de la socialización y motoras.

Estos trastornos hacen referencia a la parte pragmática del lenguaje y abarcan las alteraciones del código lingüístico en cualquier nivel de su procesamiento, afectando los canales expresivos y/o receptivos. Los podemos definir como:

“Dificultad para recibir, enviar, procesar y comprender los conceptos o sistemas simbólicos verbal, no verbal y gráfico”.

Pueden ser evolutivos o adquiridos y afectar a uno, varios o todos los componentes del lenguaje. Difieren en la etiología, pronóstico y las necesidades educativas que generan.

2.1 ETIOLOGÍA

Se cree que la causa se origina por problemas biológicos, como por ejemplo las anomalías en el desarrollo del cerebro, o posiblemente por la exposición a las toxinas durante el embarazo (ej. abuso de sustancias) o la exposición a las toxinas ambientales (ej., el plomo). En algunos casos, se considera al factor genético entre las causas que contribuyen al trastorno.

Evidentemente, la pérdida auditiva juega un papel importante en la etiología de los trastornos de la comunicación. La patología temprana del oído medio y la pérdida auditiva pueden causar problemas del lenguaje, especialmente si el

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deterioro auditivo es crónico. Oír es crucial en el desarrollo del habla, y los deterioros en la audición actúan etiológicamente junto a los factores genéticos, neurológicos, ambientales y educacionales.

Pero también el habla y el lenguaje dependen en un alto grado de las características lingüísticas del ambiente, y pueden interactuar con otros factores socio-ambientales para influir en el desarrollo y las habilidades adultas. Asimismo existen síndromes en los que la comunicación está involucrada de forma importante, tales como:

Retraso mental (Síndrome de Down y Síndrome X Frágil) Discapacidad auditiva Desordenes psiquiátricos Trastornos adquiridos de la función comunicativa:

o Lesiones de tumoreso Infeccioneso Radiacioneso Lesiones cerebrales

Situaciones medio ambientales como las exposiciones prenatales a sustancias como las drogas, el alcohol o trastornos comportamentales de los padres como el abuso o la negligencia.

2.2 TRASTORNO DEL LENGUAJE EXPRESIVO

Se caracteriza porque el niño presenta un lenguaje expresivo por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad. Se manifiesta en un vocabulario reducido, errores en tiempos verbales (que ya debería haber adquirido), dificultades para nombrar las cosas, falta de fluidez verbal, emisiones verbales demasiado cortas y un ritmo de lenguaje expresivo inadecuado. Sin embargo, no implica que tenga un retraso en su capacidad intelectual.

Las dificultades de expresión de lenguaje pueden variar desde el casi mutismo hasta pequeños problemas y errores. En casos leves, el niño puede llegar a superar el trastorno sin intervención; sin embargo, en los casos más graves las dificultades con el lenguaje pueden persistir muchos años y repercutir en otras áreas y habilidades, tales como el rendimiento escolar y las relaciones sociales.

El trastorno del lenguaje expresivo suele ir asociado a problemas de comportamiento, debido a la dificultad que tienen estos niños para expresar sus deseos. También coexiste con trastornos del aprendizaje, trastornos del desarrollo de la articulación, impulsividad, falta de atención o agresividad. En los primeros años cuando el niño se frustra puede tener rabietas, o cuando es mayor rechazar el hablar durante un corto periodo. Los problemas con las interacciones sociales pueden conducir a dificultades con los compañeros y a dependencia excesiva de los miembros de la familia.

2.2.1 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR)

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A. Las puntuaciones obtenidas mediante evaluaciones del desarrollo del lenguaje expresivo, normalizadas y administradas individualmente, quedan sustancialmente por debajo de las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas, tanto de la capacidad intelectual no verbal como del desarrollo del lenguaje receptivo. El trastorno puede manifestarse clínicamente a través de unos síntomas que incluyen un vocabulario sumamente limitado, cometer errores en los tiempos verbales o experimentar dificultades en la memorización de palabras o en la producción de frases de longitud o complejidad propias del nivel evolutivo del sujeto.

B. Las dificultades del lenguaje expresivo interfieren en el rendimiento académico o laboral, o en la comunicación social.

C. No se cumplen criterios del trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo ni del trastorno generalizado del desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla, o privación ambiental, las deficiencias del lenguaje deben exceder de las habitualmente asociadas a tales problemas.

Nota de codificación: Si está presente un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica, se codificará en el Eje III.

2.2.2 DESCRIPCIÓN CLÍNICA

Aunque el trastorno de expresión del lenguaje se puede hacer evidente antes de los 3 años, normalmente es a los 8 años, cuando queda establecida una de las dos direcciones evolutivas.: a) el niño puede progresar hacia un lenguaje prácticamente normal, permaneciendo sólo defectos sutiles y quizás síntomas de otros trastornos de aprendizaje; o b) puede permanecer incapacitado, mostrar un progreso lento y más tarde perder algunas capacidades previamente adquiridas. En este caso puede existir una disminución del CI no verbal, posiblemente debido al fracaso en el desarrollo de la secuenciación, la categorización y de las funciones corticales superiores relacionadas con ellas. El niño puede perder parte de la inteligencia mostrada al principio y llegar a parecerse a un adolescente retrasado mentalmente. En ambos casos, las complicaciones del trastorno del lenguaje expresivo incluyen timidez, retraimiento y labilidad emocional.

En el lenguaje verbal se producen tantos errores semánticos como sintácticos de tal forma que la selección de palabras y la construcción de la frase pueden estar deterioradas; las paráfrasis, las narraciones o las explicaciones son ininteligibles o incoherentes. La expresión lingüística suele ser evolutivamente más primitiva, por ejemplo utiliza frases cortas y estructuras verbales simples, y la comunicación no verbal para las peticiones y comentarios.

2.2.3 EVALUACIÓN

En la evaluación se incluye una valoración psiquiátrica (atención y problemas de conducta), neurológica, cognitiva y educativa. La inteligencia se determina mediante una medida no verbal del CI. Resulta razonable realizar un test de

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agudeza auditiva y una exploración de los trastornos de aprendizaje concomitantes.

2.2.4 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Los trastornos del lenguaje se asocian con otros muchos trastornos psiquiátricos, de modo que puede resultar difícil separarlos. Así con respecto al retraso mental que tiene un deterioro generalizado de todo el funcionamiento intelectual, los niños con trastorno de expresión del lenguaje tienen estas capacidades no verbales dentro de los límites de la normalidad. La diferencia con el trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo, reside en la comprensión.

En los trastornos generalizados del desarrollo, los niños presentan además ausencia de lenguaje interno, de juego imaginario o simbólico, del uso apropiado de los gestos y de la capacidad para establecer relaciones sociales significativas. Además no expresan frustración ante las dificultades comunicativas. Estas características no están presentes en el trastorno de expresión del lenguaje.

A diferencia del trastorno autista y de los trastornos generalizados del desarrollo, la comprensión de la comunicación verbal y no verbal es normal. Por último, los niños con afasia o disfasia adquirida tienen una historia de desarrollo del lenguaje normal, el deterioro ha tenido lugar después de un accidente o trastorno neurológico. (Véase Tabla 2).

2.2.5 TRATAMIENTOS

Las terapias deben ir dirigidas a mejorar las estrategias de comunicación y las interacciones sociales. La logoterapia debe aplicarse lo más rápidamente posible tras el diagnóstico, y debería tener como objetivo el ampliar el número de frases utilizando métodos constructivos, para ello, se podrá aplicar el refuerzo conductual, entrenamiento con fonemas, vocabulario y construcción de frases.

La psicoterapia individual puede ser un apoyo útil, ya que al positivar la autoestima mejora la comunicación efectiva. La psicoterapia familiar, en especial a los padres puede estar indicada en algunos casos para disminuir tensiones familiares derivadas de las dificultades del niño y para elevar la compresión del problema.

Tabla 2

Diagnóstico Diferencial de los Trastornos del Lenguaje

Deterioro auditivo

Retraso Mental

Autismo

T. Expresión del lenguaje

T. Mixto del lenguaje

Mutismo selectivo

Trastorno fonológico

Comprensión

- - - + - + +

Expresión - - - - - Variable +

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Audiograma

- + + + Variable + +

Articulación

- - - - - + -

Lenguaje Interno

+ Limitado

- + Limitado + +

Uso de gestos

+ + - + + + +

Atiende sonidos

Altos o bajos 

+ - + Variable + +

Mira a la cara

+ + - + + + +

Ejecución + - + + + + +

Baker y Cantwell. Kaplan y Sadock, 1999

2.3 TRASTORNO MIXTO DEL LENGUAJE RECEPTIVO-EXPRESIVO

Las disfasias mixtas consisten en trastornos del lenguaje graves donde el niño va a tener dificultades tanto en la producción como en la comprensión del lenguaje, es decir, su capacidad para comprender y expresar el lenguaje están por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad y desarrollo en el resto de las áreas. Estas dificultades se van a manifestar en:

Déficits expresivos Déficits comprensivos

vocabulario reducido errores en tiempos verbales oraciones de corta longitud oraciones excesivamente simples entonación extraña del lenguaje

dificultad para comprender oraciones dificultad para comprender palabras indiferencia ante diferentes entonaciones dificultad para la comprensión gramatical

En general, los niños con dificultades expresivas y receptivas del lenguaje tienen limitaciones para entender el mundo que les rodea, así como para expresar sus deseos y peticiones. Por ello, es frecuente que se presenten problemas de comportamiento, agresividad, hiperactividad, dificultades de atención, retrasos en el aprendizaje, dificultades de socialización y múltiples problemas emocionales derivados, como baja autoestima y sentimientos de inferioridad.

2.3.1 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR)

A. Las puntuaciones obtenidas mediante una batería de evaluaciones del desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo, normalizadas y administradas individualmente, quedan substancialmente por debajo de las obtenidas

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mediante evaluaciones normalizadas de la capacidad intelectual no verbal. Los síntomas incluyen los propios del trastorno del lenguaje expresivo, así como dificultades para comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras, tales como términos espaciales.

B. Las deficiencias del lenguaje receptivo y expresivo interfieren significativamente en el rendimiento académico o laboral, o en la comunicación social.

C. No se cumplen los criterios de trastorno  generalizados del desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental, las deficiencias del lenguaje exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.

Nota de codificación: Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica, se codificaran en el Eje III.

2.3.2 DESCRIPCIÓN CLÍNICA

Lo más característico del trastorno es la alteración significativa tanto de la comprensión, como de la expresión. En los casos leves, puede darse una comprensión lenta de las frases complicadas o un procesamiento lento de determinadas formas lingüísticas (por ejemplo, palabras poco usuales, poco comunes o abstractas; lenguaje espacial o visual). Pueden existir dificultades en la comprensión del humor o los modismos, y en leer indicadores situacionales. En casos graves, estas dificultades pueden ampliarse a frases o a palabras sencillas, lo que refleja un procesamiento auditivo lento. Se pueden observar mutismo, ecolalia o neologismos. Durante el período de desarrollo, el aprendizaje de las habilidades del lenguaje expresivo se deteriora por el enlentecimiento del procesamiento del lenguaje receptivo.

La mayoría de estos niños tienen dificultades para conservar recuerdos visuales y auditivos y para reconocer y reproducir símbolos en una secuencia ordenada. En algunos casos se observan anomalías en el EEG bilaterales. Otros tienen una deficiencia parcial de la audición para los tonos uniformes, un umbral más alto de excitación o una incapacidad para localizar el origen del sonido. Los trastornos comórbidos que se asocian frecuentemente al trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo son, el trastorno de la lectura, del cálculo y de la escritura. Además aproximadamente el 50% presentan trastornos del aprendizaje y más del 70% trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastornos de ansiedad o depresivos.

Dado que conlleva ambos déficits, receptivo y expresivo, el trastorno mixto del lenguaje es bastante más grave y socialmente perturbador que el trastorno del lenguaje expresivo. Y en función de la naturaleza de los déficits, la comprensión no verbal puede estar preservada o deteriorada.

El trastorno del lenguaje mixto receptivo-expresivo es el deterioro del desarrollo de la comprensión del lenguaje que implica tanto a la decodificación

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(comprensión) como a la codificación (expresión). Normalmente se observan múltiples déficits corticales, incluyendo funciones sensoriales, integrativas, de memoria y de secuenciación.

2.3.3 EVALUACIÓN

La evaluación incluye una valoración del CI no verbal, de las habilidades sociales, de la agudeza auditiva, de la articulación, de las habilidades receptivas (comprensión de palabras sueltas, combinaciones de palabras y frases), de la comunicación no verbal (vocalizaciones, gestos y miradas) y de las habilidades del lenguaje expresivo. Las habilidades del lenguaje expresivo pueden medirse por la longitud media de los enunciados, las estructuras sintácticas, el vocabulario y la conveniencia social, que se comparan a las normas o pautas evolutivas. Existen instrumentos estandarizados para valorar la comprensión, con pautas que empiezan a los 18 meses. Deben tenerse en consideración diagnósticos médicos, neurológicos y psiquiátricos (trastorno del aprendizaje, trastorno autista, trastorno generalizado del desarrollo, retraso mental, trastornos del estado de ánimo y mutismo selectivo) concomitantes.

2.3.5 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo se distingue de la afasia (que no es un trastorno del desarrollo sino una pérdida de las funciones del lenguaje preexistentes), de otros déficits adquiridos (normalmente causados por traumas o enfermedades neurológicas) o de la ausencia del lenguaje (un estado muy raro normalmente asociado a retraso mental profundo).

Los individuos con un trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo pueden aproximarse en la adolescencia a la gravedad del trastorno autista debido a la dificultad social, las estereotipias, a la resistencia al cambio y a la baja tolerancia a la frustración. Sin embargo, normalmente presentan mejores habilidades sociales, conocimiento del entorno, abstracción y comunicación no verbal.

El criterio fundamental para diferenciarlo del trastorno de expresión del lenguaje, es que los niños con trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo tienen un déficit en la comprensión del lenguaje. Los niños con trastorno fonológico o tartamudeo tienen la comprensión y expresión del lenguaje normal, a pesar de presentar alteraciones del habla aunque al principio puede pasar desapercibido.

2.3.6 TRATAMIENTO

Para el tratamiento de los problemas del lenguaje expresivo y receptivo, resulta esencial la participación de una logopedia. Se mantendrá la educación especial hasta que los síntomas mejoren. Una vez que se sitúa a un niño en el curso que le corresponde, se pueden necesitar todavía ayudas académicas suplementarias. Puede ser necesario tratamiento psiquiátrico para los problemas de atención y de conducta, y terapia del habla para un trastorno fonológico.

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A menudo es necesaria la psicoterapia para los problemas emocionales y de conducta, pero sin olvidar prestar atención a las habilidades sociales. La atención psicológica a la familia, puede ser importante para enseñarles patrones adecuados de interacción con el niño.

2.4 TRASTORNO FONOLÓGICO

La pronunciación de los sonidos del lenguaje, al igual que los otros elementos del habla, es una habilidad que el niño debe adquirir a lo largo de su desarrollo. El niño comenzará emitiendo los sonidos más simples como el sonido “m” o “p” y a medida que sus habilidades mejoren comenzará a pronunciar sonidos más complejos y finos que requieran de más músculos y órganos fonadores. Con la producción de las primeras palabras, entre los 12 y los 18 meses de edad, comenzarán los primeros errores de pronunciación. El niño dirá “lete” cuando se refiera a “leche” o “mimir” por “dormir”. Estos errores son la consecuencia de la inmadurez de su lenguaje que tiende a simplificar los sonidos para que resulte más sencilla su pronunciación.

A medida que avance en la adquisición de habilidades articulatorias, los patrones fonatorios se irán automatizando, mejorando su pronunciación y su fluidez verbal. Cuando este proceso de adquisición de habilidades de pronunciación del lenguaje no se realiza con normalidad hablamos de Dislalias.

El Trastorno Fonológico o Dislalia consiste en la incapacidad del niño para pronunciar correctamente los sonidos del habla que son esperables según la edad y el desarrollo. Se caracteriza por la producción o articulación de sonidos inapropiadas, que se observan en un vocabulario y gramática normales. Incluye sustituciones, omisiones, adiciones y distorsiones. Suele presentarse entre los tres y los cinco años, siendo más común en los varones.

2.4.1 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR)

A. Incapacidad para utilizar los sonidos del habla esperables evolutivamente y propios de la edad e idioma del sujeto (pe., errores de la producción, utilización, representación u organización de los sonidos tales como sustituciones de un sonido por otro (utilización del sonido /t/ en lugar de /k/ u omisiones de sonidos tales como consonantes finales).

B. Las deficiencias de la producción de los sonidos del habla interfieren en el rendimiento académico o laboral, o en la comunicación social.

C. Si hay un retraso mental, un déficit sensorial o motor del habla, o una privación ambiental, las deficiencias del habla exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.

Nota de codificación: Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica, se codificará en el Eje III.

2.4.2 DESCRIPCIÓN CLÍNICA

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La manifestación clínica esencial es un conjunto de sonidos del habla evolutivamente inapropiados. Se considera que la articulación es defectuosa comparándola con niños de su misma edad y no puede atribuirse a anormalidades de la inteligencia, audición o defectos fisiológicos en los mecanismos del habla.

De mayor a menos gravedad se encuentran las omisiones, sustituciones y por último las distorsiones. La clase más común de distorsiones es el denominado deslizamiento lateral, en el que el niño pronuncia la /s/ dejando pasar el aire a través de la lengua y produciendo una especie de silbido. Estas omisiones, sustituciones y distorsiones son muy frecuentes cuando los niños comienzan a hablar pero mientas los niños normales sustituyen rápidamente estos errores, los niños con trastorno fonológico no.

Otros trastornos que frecuentemente se asocian con el fonológico son la enuresis, el trastorno de expresión del lenguaje, el trastorno mixto receptivo-expresivo, el trastorno de lectura y el trastorno de la coordinación. Derivado del trastorno fonológico pueden tener problemas sociales, emocionales y conductuales. Cerca del 30% padecen trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastorno de ansiedad por separación, trastornos adaptativos y depresivos.

2.4.3 EVALUACIÓN

Además de una evaluación de la inteligencia, estos niños deberían recibir una valoración completa del lenguaje, ya que muchos presentan un trastorno asociado de la expresión gramatical (sintáctico). El habla puede ser ligeramente ininteligible y parecer la propia de un niño pequeño. La inteligibilidad del habla puede verse comprometida además por problemas que no forman parte del trastorno fonológico: el acento, la entonación, tartamudeo, lenguaje confuso, condiciones físicas (trastornos orofaciales como la fisura palatina), enfermedades neurológicas o medicación psicotrópica (especialmente neurolépticos).

2.4.4 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El proceso para realizar el diagnóstico diferencial consta de tres etapas: 1ro.) se debe asegurar que las alteraciones en la articulación de la palabra son lo suficientemente graves como para ser consideradas fuera de la normalidad y diferenciarlas de errores propios de los niños pequeños; 2do). debe determinarse la ausencia de enfermedad orgánica que produzca los errores en la articulación, descartando disartria, alteraciones de la audición y retraso mental. Son indicadores de disartria el babeo, las conductas motoras descoordinadas o lentas, la masticación y deglución anormales y proyección y retracción lingual lenta y torpe; y 3ro) la expresión del lenguaje debe estar dentro de la normalidad para descartar un trastorno mixto receptivo-expresivo del lenguaje o un trastorno generalizado del desarrollo.

TRATAMIENTO

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La terapia del habla y del lenguaje puede ayudar a que el desarrollo del habla se produzca de forma más rápida y completa. El riesgo de una baja autoestima a nivel comunicativo resulta una complicación potencial. Así pues, se considera la logoterapia como el mejor tratamiento. La atención psicológica a los padres así como la observación de la socialización y la conducta en el colegio son imprescindibles para minimizar el fracaso escolar o social derivado de este trastorno.

2.5 TARTAMUDEO

En el complejo proceso de adquisición del habla es muy frecuente la aparición de dificultades en la fluidez alrededor del tercer año de vida. Esto es debido a que, a esta edad, el niño no domina la coordinación de los músculos implicados en el habla, puede tener problemas para recordar las palabras adecuadas o se siente todavía inseguro al hablar. Sin embargo, estos problemas ocasionales son, en la mayoría de los casos, pasajeros y producto de una adquisición normal de las habilidades del habla.

Cuando estas dificultades en la fluidez no desaparecen y se hacen cada vez más frecuentes hablamos de Tartamudez. El tartamudeo consiste en una interrupción en el ritmo o fluidez del habla con una frecuencia mayor de lo que se considera normal en relación a la edad y desarrollo del niño. Estas alteraciones en el habla pueden ser:

Repeticiones de sonidos, sílabas o palabras Sonidos inusualmente largos Interjecciones frecuentes (ehh, umh, etc.) Pausas dentro de una palabra Pausas o bloqueos en el discurso Sustitución de palabras problemáticas Palabras con un exceso de tensión física Repeticiones de monosílabas

El tartamudeo no suele estar presente en todas las situaciones en las que el niño habla. De hecho, no va a aparecer cuando el niño lea o cante. La presión del entorno, el tema de conversación o las emociones que el niño experimente al hablar van a determinar el grado de alteración en el habla en ese momento concreto

2.5.1 TIPOS DE TARTAMUDEO

Tartamudeo por repeticiones: consiste en la repetición persistente y frecuente de sonidos, sílabas o palabras como por ejemplo: “t-t-t-t-tiene”, “mi-mi-mi- mi papa”. Estas repeticiones sólo se considerarán problemáticas cuando se conviertan en un estilo del habla del niño, es decir, cuando aparezcan con una frecuencia excesiva.

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Tartamudeo por bloqueos: se caracteriza porque el niño se traba con las palabras, es decir, parece como si le costara “sacar” el sonido de las palabras. Esto suele ir acompañado de una intensa gesticulación, fuerza en los labios y en la mandíbula que le permiten finalmente “expulsar” el sonido deseado. Es frecuente que el niño busque otras palabras alternativas para decir lo mismo y evitar las palabras más problemáticas. Pueden también optar por tomarse una pausa al hablar, respirar con fuerza para intentar nuevamente pronunciar el sonido problemático. En español los bloqueos aparecen con mayor frecuencia en palabras que empiezan con las siguientes consonantes: /b/, /c/, /d/, /g/, /m/, /n/, /p/, /t/

Tartamudeo por prolongaciones: el tartamudeo aparece por un exceso de duración de los sonidos de algunas palabras. Las consonantes en las que es más frecuente prolongar el sonido en español son: /f/, /y/, /l/ y /s/.

Estos tres tipos de tartamudeo pueden aparecer de forma aislada o, como es más frecuente, de forma combinada.

2.5.2 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS (DSM-IV-TR)

A. Alteraciones de la fluidez y la organización temporal normales del habla  (inadecuadas para la edad del sujeto), caracterizadas por ocurrencias frecuentes de uno o más de los siguientes fenómenos:

Repeticiones de sonidos y sílabas Prolongaciones de sonido Interjecciones Palabras fragmentadas (pe., pausas dentro de una palabra) Bloqueos audibles o silenciosos (pausas en el habla) Circunloquios (substituciones de palabras para evitar palabras

problemáticas) Palabras producidas con un exceso de tensión física Repeticiones de palabras monosilábicas (pe., "Yo- yo- yo le veo")

B. La alteración de la fluidez interfiere en el rendimiento académico o laboral, o en la comunicación social.

C. Si hay un déficit sensorial, o motor del habla,  las deficiencias del habla son superiores a las habitualmente asociadas a estos problemas.

2.5.3 DESCRIPCIÓN CLÍNICA

El tartamudeo aparece típicamente entre los 2 y 4 años, con menos frecuencia de los 5 a los 7 años, y raramente durante la adolescencia. En las formas de tartamudeo de base neurológica se observan bloqueos y prolongaciones, pero no aparecen principalmente ni en las sílabas iniciales ni en sustantivos, y son poco frecuentes las muecas asociadas y los movimientos de las manos.

Las complicaciones incluyen anticipación temerosa, parpadeo, tics y evitación de palabras y situaciones problemáticas. El niño puede experimentar reacciones

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emocionales negativas por parte de la familia y compañeros (situaciones embarazosas, culpa, ira), provocación y ostracismo.

2.5.4 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

A diferencia del lenguaje confuso y de otras faltas de fluidez en los niños, en el tartamudeo, la ansiedad produce una agravación notable en el ritmo y velocidad del habla. Puede aparecer un empeoramiento transitorio durante los períodos de actuación de la ansiedad o del estrés comunicativo, por ejemplo, hablando en público o en una entrevista de trabajo. En los estudios de laboratorio, se observan anomalías de la conducta verbal y del movimiento del cuerpo, incluso durante un discurso aparentemente fluido.

El tartamudeo neurológico y adquirido tiende a estar más centrado y ser más constante, en contraste con la variabilidad de las formas genéticas, constitucionales y psicodinámicas. A menudo en el tartamudeo no neurógeno, los síntomas no se presentan mientras se canta, leyendo en voz alta, hablando al unísono o hablando con animales u objetos inanimados.

2.5.5 EVALUACIÓN

Una evaluación del tartamudeo incluye un estudio de las posibles causas neurológicas (corticales, de los ganglios basales, del cerebelo). Es necesaria una historia evolutiva completa y una evaluación general del habla, el lenguaje y la audición. La valoración conductual incluye la orientación de posibles restricciones en las interacciones y las actividades sociales.

Se recomienda la remisión a un especialista del habla y del lenguaje. Es útil valorar la poca fluidez en el monólogo, conversación, juego y ansiedad, y observar las interacciones padres-niño cuando se introduce el estrés comunicativo en el niño (p. ej., preguntas repentinas, interrupciones, repetidas correcciones, cambios frecuentes de tema).

2.5.6 TRATAMIENTO

La terapia del habla y del lenguaje abarca algunos elementos de la terapia conductual, factores modificadores del entorno y conversacionales que desencadenan el tartamudeo, la relajación, el control del ritmo, el suministro de información y el manejo de movimientos corporales secundarios, así como favorecen la autoestima y la asertividad social. Los métodos pueden incluir: la imitación, la interpretación de roles, la práctica del habla (durante la lectura, durante la lectura en voz alta, durante la conversación), hablar en situaciones diferentes (a solas, en grupos, en frente de la clase, por teléfono) y con diferentes personas (padres, familiares, amigos, desconocidos).

Se recomienda la educación y los consejos a los miembros de la familia. No se recomienda la psicoterapia, aunque puede tenerse en cuenta si el tartamudeo

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persiste o se inicia en la adolescencia. Los medicamentos contra la ansiedad tienen un escaso valor. Los neurolépticos pueden ser útiles en algunos casos.

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CONCLUSIÓNLa capacidad de expresión y comprensión del lenguaje está localizada en el cerebro y una lesión en el mismo podría suponer la pérdida de una o varias capacidades determinadas. Lenguaje y cerebro guardan una relación funcional incuestionable. El pensamiento se expresa mediante el lenguaje, la capacidad de expresar ideas, emociones y sentimientos con las palabras es una realidad que nos diferencia de los animales.

Ya que todos los trastornos de la comunicación tienen el potencial de aislar a los individuos de sus alrededores sociales y educacionales, es esencial encontrar una intervención justa y apropiada. Aunque muchos patrones del habla y lenguaje se pueden caracterizar de lenguaje infantil y forman parte del desarrollo normal del niño, éstos pueden causar problemas si no se superan a tiempo.

De esta manera un atraso en el patrón de lenguaje inicial puede convertirse en un trastorno que causa dificultades en el aprendizaje. A causa de la manera en la cual el cerebro se desarrolla, es más fácil aprender las destrezas del lenguaje y comunicación antes de los 5 años de edad. Cuando los niños tienen trastornos musculares, problemas en la audición, o atrasos del desarrollo, su adquisición del habla, lenguaje y destrezas relacionadas puede ser afectada.

Lo recomendable es que un equipo multidisciplinario se encargue de la evaluación y recomendaciones de tratamiento, según los resultados que hayan obtenido.

Teniendo en cuenta que los factores sociales interactúan con el trastorno del lenguaje, es importante considerarlos en el tratamiento, tanto como factores modificadores y como apoyo en el caso de la familia. Es a este nivel en el que el psicólogo puede intervenir para mejorar la dinámica que se da entre el niño y su medio.

En el caso de los trastornos que tiene una base orgánica (afasias) la intervención a este nivel también es importante cuando otros aspectos psicológicos como la autoestima se ven mermados. Aparte de esta labor el psicólogo por medio de terapia cognitiva-conductual puede actuar en los síntomas no lingüísticos como errores cognitivos, para enseñar a aumentar la velocidad del procesamiento de la información y en la discriminación perceptual.

Dentro de la labor del psicólogo en los trastornos de lenguaje la relación con los otros terapeutas encargados de tratarlos (fonoaudiólogos) es de suma importancia. La relación que se debe establecer con estos terapeutas debe estar marcada por el profesionalismo, esto quiere decir que se debe delimitar los roles y respetar la labor específica que debe realizar cada terapeuta. Esta relación debe caracterizarse por respetar las decisiones terapéuticas del otro profesional y por una acuciosidad en la información entregada a través de los informes.

BIBLIOGRAFÍALIBROS

Carlson, Neil R.Fisiología de la ConductaPearson Educación, S. A.Octava Edición. Madrid (España), 2006

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Narbona, Juan Chevrie-Muller, ClaudeEl Lenguaje del Niño. Desarrollo Normal, Evaluación y TrastornosMasson, S.A.Segunda Edición. Barcelona (España), 2003

Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR)

INTERNET

Biopsicología.netPatologías y Tratamientohttp://www.biopsicologia.net/nivel-4-patologias/