Trébol Rosado (INIA)

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Instituto de Investigaciones A gropecuarias – Centro Regional de Investigación Remehue Serie Remehue N° 13

DESCRIPCIÓN, ADAPTACIÓN Y ESTABLECIMIENTO

Alfredo Torres B. Carlos Sierra B.

INTRODUCCIÓN

El trébol rosado es una leguminosa forrajera, que de acuerdo a sus características, tiene cabida en los sistemas ganaderos de la Xa. Región. Posee una raíz semi-profundizadora que le permite resistir en mejor forma que otras especies el déficit hídrico, situación que se ha venido presentando en la Región en forma regular a través de los años, aunque en magnitud diferente, especialmente en suelos Rojos Arcillosos de la Precordillera de la Costa. Es una planta que permite disminuir los costos en fertilizantes, en primer lugar, por su capacidad fijadora de nitrógeno, la que además tiene un efecto residual para el próximo cultivo, y en segundo lugar, no tiene respuesta a la aplicación de fósforo de mantención.

Finalmente, los rendimientos del cultivo son altos, especialmente en su segundo año, habiéndose logrado experimentalmente hasta 15 ton m.s./ha.

ASPECTOS AGRONÓMICOS

Descripción de la especie

Origen El trébol rosado (Trifolium pratense L), tiene como centros de origen Asia Me nor y el sureste de Europa.

Probablemente, fue cultivado en Europa desde hace tres o cuatro siglos atrás; se conoció en España alrededor del año 1500, en Holanda 1550 y llegó a Alemania un poco después. Su semilla fue introducida a Inglaterra desde Alemania en el año 1650 y probablemente fue traída a América por los colonos ingleses. Se introdujo en Rusia Europea en el siglo XVIII y fue cultivado en el área de Moscú en 1790. En la actualidad está ampliamente distribuido a través de todo el mundo y es un importante recurso forrajero en Europa, centro oeste de Asia, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelandia y Australia (Wilsie, 1962).

Opazo, citado por Rojas (1966), señala que en Chile fue introducida en 1869 a la provincia de Maule, y que se cultiva principalmente desde Santiago hasta Llanquihue, tanto en riego como en secano, donde el período de sequía es inferior a tres meses. Actualmente, también se cultiva con bastante éxito en algunos sectores de la provincia de Chiloé y de la XIa. Región.

Características botánicas de la planta.

Romero y Bonert (1979) y Cuevas y Balocchi (1983), señalan que es una leguminosa perenne de vida corta que en nuestro medio persiste por dos o tres años. Posee una raíz pivotante, alcanzando profundidades de hasta 1 m, con numerosas ramificaciones secundarias, característica que le confiere gran resistencia a la sequía. Dispone de una corona ancha, desde la cual se desarrollan los tallos que pueden alcanzar una altura de hasta 60 cm; las hojas son trifoliadas, grandes y abundantes, generalmente, presentan una marca característica de color verde claro en el centro de la hoja. Sus flores son de color rosado a violeta y están dispuestas en forma de cabezuela, presentando cada una de éstas 100 a 120 flores como promedio. Dentro de las leguminosas es la que presenta menor nodulación. Es una especie de alto valor forrajero, buena productividad y buen valor nutritivo.

Adaptación Según Romero y Bonert (1979), Teuber (1980a), Cuevas y Balocchi (1983) y MAFF (1983), el trébol rosado se

adapta a variadas condiciones de suelo, obteniéndose su máxima producción en suelos fértiles, bien drenados pero con buena capacidad de retención de agua y de textura media a pesada. Romero y Bonert (1979) indican además, que prospera bien en suelos moderadamente ácidos (pH sobre 5,5), lo que coincide con MAFF (1983), quién señala que el trébol rosado es una de las leguminosas forrajeras más resistentes a la acidez del suelo. Sin embargo, a pH inferior a 5,5 la nodulación es pobre y habría respuesta a la fertilización nitrogenada. Además, indica que algo similar puede ocurrir en suelos neutros con prolongados períodos de sequía. Romero y Bonert (1979) concuerdan con MAFF (1983) en señalar que el elemento normalmente más limitante para su desarrollo es el fósforo y si se obtienen altos rendimientos, aumentan los requerimientos de potasio, por lo que tendría que aplicarse en suelos que tengan déficit de este elemento.

En relación al clima, Romero y Bonert (1979) indican que es una leguminosa de clima templado y algo húmedo, en áreas de secano se adapta bien donde las lluvias son mayores a 1.000 mm anuales y las sequías no mayores de tres a cuatro meses. Por otra parte MAFF (1983), señala que necesita algunas precipitaciones en verano para un mejor comportamiento. Con respecto a la temperatura dice que necesita 7° C como mínimo para iniciar crecimiento activo, situación que es similar a la señalada por Silva, citado por Lizama (1964), quien indica que la planta paraliza su crecimiento con temperaturas inferiores a 10° C y superiores a 38°C.

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En la Décima Región, se distinguen tres grandes zonas agroclimáticas muy definidas, conocidas como Precordillera de la Costa, Depresión Intermedia y Precordillera Andina. Sin embargo, en cada una de estas zonas existen áreas diferentes, determinadas por condiciones de suelo y/o de clima. A continuación, se entrega información de las distintas zonas agroclimáticas y de algunas áreas específicas y su relación con la potencialidad productiva del trébol rosado.

a) Precordillera de la Costa. Las características físicas de los suelos de esta zona son poco deseables, presentando entre otras limitantes contenidos superiores al 50% de arcilla (Pinochet, 1984). El horizonte B de estos suelos, en general supera el valor recién señalado determinando una fácil formación de pie de arado, si no se aplican prácticas adecuadas de labranza. La humedad aprovechable del suelo por las plantas es baja, no superando el 25% (Pinochet, 1984). La acidez del suelo eventualmente puede afectar el establecimiento del trébol rosado, principalmente, en los suelos con pH inferior a 4,8. Sin embargo, esta condición de extrema acidez no es frecuente en estos suelos. En general, el nivel de fertilidad fosfatada es el principal factor limitante, seguido en menor medida por la deficiencia de azufre. Estos suelos en general presentan problemas físicos, que afectan el crecimiento del trébol rosado y no permiten la máxima expresión de su potencial productivo.

El crecimiento vegetal en el área de la Precordillera de la Costa, ocurre principalmente en primavera y otoño. En verano la limitante es la baja humedad del suelo, que se hace más crítica en la subzona de La Unión-Osorno, y en el invierno la baja temperatura. En esta área, el trébol rosado logra cierto crecimiento durante el período de tres a cuatro meses de déficit hídrico. En la subzona Osorno-Río Frío el déficit hídrico del suelo sería ligeramente inferior, posiblemente dos o tres meses, lo que determinaría un mayor potencial productivo (Sierra, 1982). En los meses de invierno es posible esperar un cierto crecimiento, dependiendo del número de heladas y de su intensidad.

El verano es la estación con mayores limitaciones para la producción de forraje, debido a la baja retención de humedad aprovechable por el suelo y la menor precipitación registrada en la zona. Comparativamente a otras especies, el trébol rosado es una de las forrajeras que presenta mejores condiciones de adaptación en el verano, logrando un cierto crecimiento que puede ser decisivo en la mantención del ganado. b) Depresión Intermedia. En la zona agroclimática de la Depresión Intermedia, el trébol rosado encuentra mejores condiciones de suelo y humedad para alcanzar altos rendimientos, principalmente en los Trumaos de lomajes y Transición Trumao-Rojo Arcilloso. En los Trumaos planos la especie no puede expresar todo su potencial debido a limitaciones de suelo. En los suelos Ñadis y Transición Trumao-Ñadi, el trébol rosado alcanza rendimientos moderados, debido generalmente a la baja fertilidad fosfatada y potásica. La acidez de estos suelos no afecta severamente el crecimiento y desarrollo de la especie, principalmente, en los suelos de las provincias de Valdivia y Osorno ; al sur de la provincia de Llanquihue y en Chiloé, es más frecuente la respuesta económica al uso de la cal. Pero, en términos generales y en la mayoría de los suelos de la Depresión Intermedia, el principal problema de fertilidad es el fósforo.

La mayor capacidad de retención de humedad de los suelos Trumaos asociado a las mayores precipitaciones de primavera-verano, determinan una mejor adaptación del trébol rosado en esta zona.

En el área comprendida entre Lanco y Osorno, el potencial productivo de la especie se vería más afectado por el mayor déficit hídrico en primavera-verano, sin embargo, si se compara con otras especies forrajeras, el trébol rosado presentaría un mayor crecimiento en esta época. Al sur de Osorno, las mejores condiciones de balance hídrico permiten una mejor expresión del potencial productivo de la especie.

c) Precordillera Andina. Los suelos de esta zona presentan condiciones físicas muy favorables para el arraigamiento del trébol rosado. Generalmente, corresponden a suelos profundos muy friables, cuya principal limitación es el fósforo y en menor medida el potasio. La mayor restricción para el crecimiento se produce en el invierno, debido al menor régimen térmico. Generalmente, entre los meses de junio y septiembre, el crecimiento alcanzado por el trébol rosado es escaso, sin embargo, varía con las condiciones particulares del invierno de cada año. En el resto del año (octubre-abril) el crecimiento no presenta mayores restricciones de humedad, lo que permite alcanzar rendimientos superiores a los obtenidos en la Depresión Intermedia.

Establecimiento del trébol rosado

Época de siembra: Los factores que afectan la germinación de las semillas son fundamentalmente la humedad y la temperatura.

Desde este punto de vista, es posible sembrar en dos épocas del año, otoño y/o primavera, para condiciones de secano de la zona sur del país (Cuevas y Balocchi, 1983). En sectores con problemas de sequía de verano, como los suelos Rojos Arcillosos de la Precordillera de la Costa, el establecimiento está limitado sólo al otoño, a menos que se disponga de riego.

Teuber (1980a), indica que cuando la siembra se realiza a fines de verano, se obtienen mayores rendimientos de forraje que en siembras realizadas a fines de invierno. Esto se explica por lo señalado por Cuevas y Balocchi (1983), quienes indican que se observa una menor competencia de malezas en siembras de otoño, lográndose por lo tanto un mejor establecimiento en esta época. Sin embargo, al sembrar en otoño, es importante realizarlo temprano de tal forma que se consiga un buen arraigamiento para evitar descalce por efecto de heladas. También es fundamental que las plantas entren al invierno con un buen nivel de carbohidratos de reserva que le permitirán sobrevivir en esta época desfavorable e iniciar el crecimiento de primavera. En caso de realizar siembras en primavera, éstas deben realizarse temprano para permitir que las plantas logren un buen desarrollo radicular antes del período de sequía estival.

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Elección de variedades Teuber (1980b), indica que las principales variedades que se encuentran en el comercio son: Quiñequeli, Pawera

y Hamua, estas dos últimas recientemente introducidas desde Nueva Zelandia. INIA (1971), indica que la variedad Quiñequeli fue obtenida por la "Oficina de Es tudios Especiales" en la zona de

Curicó, producto de selección de ecotipos de la zona. Según Teuber (1980b), esta variedad es la de mejor comportamiento en nuestra zona; por otra parte, INIA (1986) la señala como la mejor variedad para todas las zonas ecológicas del país en que se adapta el trébol rosado. Además, Claydon y Rumball (1982) en Nueva Zelandia, estudiaron el comportamiento de 424 variedades obtenidas en diferentes países e indican que la variedad chilena Quiñequeli logró las más altas producciones, junto a las mejores variedades de Nueva Zelandia, Francia, Inglaterra, Suecia, Italia y otros países del mundo.

En segundo lugar para nuestra zona, INIA (1986) señala a la variedad Pawera como tetraploide, de floración tardía, por lo que presenta un menor crecimiento que Quiñequeli en primavera, pero tiene un vigoroso crecimiento en verano y otoño. Su establecimiento es más lento que Quiñequeli, pero el mayor tamaño de sus semillas permite obtener plántulas más vigorosas. Tiene mayor persistencia que Quiñequeli, la que puede alcanzar cinco a seis años bajo condiciones de corte. Bajo pastoreo presenta un buen comportamiento, siempre que éste sea rotativo empleando animales livianos y alta presión. Tiene hojas de mayor tamaño que Quiñequeli, y según CORFO-INIA (1981) tiene mayor proporción de hojas, característica que se ha observado en todos los ensayos.

Producto de las investigaciones realizadas en los últimos años, INIA (1986) indica como variedades de buena adaptación, además de Quiñequeli y Pawera, a Triel, Le-vezou, Hamua y Apilles; la mayoría no se encuentra en el mercado y no presenta tan buen comportamiento como las nombradas anteriormente, especialmente en suelos de la Precordillera de la Costa.

Calidad de las semillas El valor de las semillas constituye un alto porcentaje del costo total del establecimiento, por este motivo se debe asegurar el

uso de semillas de alta calidad. Debe exis tir plena seguridad de comprar la semilla de la variedad que se ha elegido, no poseer impurezas (semillas de malezas) que dificultarán el establecimiento y debe tener un buen poder germinativo. Valores de 97% de pureza y 98% de germinación son considerados como buenos para el trébol rosado. A pesar que la semilla del trébol rosado está considerada en el grupo de "vida larga", su germinación se ve afectada por la edad y condiciones de almacenamiento, siendo la humedad y altas temperaturas, las condiciones más adversas. Si la semilla presenta un poder germinativo inferior al normal, se puede corregir aumentando la dosis de siembra, sin embargo, si es inferior al 50% las plántulas serán débiles y no resistirán condiciones adversas de clima ni de competencia (Cuevas y Balocchi, 1983

Preparación del suelo Los objetivos básicos de una buena preparación de suelos son: eliminar el residuo del cultivo anterior, favorecer la

descomposición de la materia orgánica, eliminar lar vas de insectos, favorecer la acumulación de agua y producir buen drenaje e intercambio gaseoso. Esto se consigue con un laboreo que produzca tamaños adecuados de los agregados del suelo que permitan un íntimo contacto con la semilla, debido al pequeño tamaño de ésta. Por esto último, es que también se debe conseguir una cama de semillas firme y mullida. Una buena firmeza se c onsigue pasando un rodillo antes de sembrar, de tal manera que el caminar en el potrero no se entierra más allá de la suela de los zapatos. Finalmente, se debe tener presente que el control de malezas se inicia con una buena preparación de suelos, para no tener que incurrir en gastos y pérdidas más adelante (Cuevas y Balocchi, 1983 y Teuber, 1980a).

Mena (1978) estudió diferentes alternativas de preparación de suelos para el establecimiento de trébol rosado sobre rastrojo de trigo. El tratamiento que produjo simi lar rendimiento a la preparación de suelo tradicional, fue el que utilizó quema de rastrojo, dos rastrajes y compactación. Estos dos tratamientos tuvieron una mayor densidad de plantas y menor incidencia de malezas, en promedio alcanzaron un rendimiento de 15,9 ton m.s./ha/año. Los tratamientos de menor rendimiento fueron aquéllos en que no se eliminó ni incorporó el residuo del cultivo anterior y donde se aplicó un barbecho químico (glifosato). Sin embargo, este último tratamiento resultó caro y poco eficiente. El mejor tratamiento tuvo un costo de establecimiento 65% más bajo que la preparación tradicional, con sólo eliminar la aradura y utilizar fuego y/o rastrajes.

Fertilización La fertilización se tratará en el Capítulo 2.

Dosis de semilla

Para calcular la dosis de semilla, deben considerarse los kilogramos por hectá rea necesarios para obtener una pradera densa en base a la especie sola. Esto depende principalmente del tamaño de la semilla (600.000 semillas/kg para trébol rosado), la morfología de la especie, hábito de crecimiento, agresividad y pureza y poder germinativo de la semilla (Cuevas y Balocchi, 1983).

Según Teuber (1980a) las dosis varían de 8 a 12 kg/ha, dependiendo si se asocia a otras forrajeras (dosis menor) o se siembra sola o asociada cor algún cereal (dosis mayor). Por otra parte, Frame et al. (1976) y (1985) probaron tres dosis de siembra; 6 12 y 18 kg/ha, concluyendo que se logra una adecuada población de plantas (106 a 117 plantas/m2, en abril del año siguiente al del esta blecimiento) y buen rendimiento con 12 kg/ha. Resultados similares encontró MAFF (1983).

Inoculación y "peletización" de semillas Esta práctica consiste en recubrir las semillas con un polvo fino mediante el uso de una sustancia adhesiva. Tanto

el polvo de recubrimiento, generalmente carbonato de calcio, como el adhesivo, deben proporcionar un ambiente adecuado para la supervivencia de los microorganismos con que deben inocularse estas especies {Rhizobium sp.) para que pueda establecerse la simbiosis que asegure una eficiente fijación biológica del nitrógeno atmosférico. Esta fijación de nitrógeno es de gran relevancia económica por la disminución de los requerimientos de este elemento para las plantas (Acuña, 1983).

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La inoculación y "peletización" de semillas de trébol rosado, necesita los mate riales y procedimientos que se detallan a continuación:

Materiales

Semillas 20 kg

Cal 8 kg

Tylose (adherente) 40 g

Agua 2 lt

Inoculante El doble de lo que recomienda el fabricante

Este ejemplo considera la "peletización" de 20 kg de trébol rosado, sin embargo estas cantidades pueden variar en forma proporcional. En reemplazo del tylose, se pue den utilizar como adherente la goma arábiga al 40% o agua azucarada al 20%. En relación al inoculante, se recomienda utilizar dos veces la dosis indicada por el fabricante debido a la pérdida de efectividad por almacenamiento prolongado y/o en malas condi ciones, además, en nuestro país no existe legislación para el control de calidad sobre es te producto, y por otra parte, es de bajo costo.

Procedimiento:

- Preparación de la solución: disolver 40 gramos de tylose en un litro de agua caliente. Para evitar grumos agregar tylose lentamente mientras se agita contínua y enérgicamente. Una vez disuelto, se agrega un litro de agua fría.

- Mezclar la semilla con la solución: en un recipiente mezclador se coloca la semilla. Luego vaciar la solución y revolver hasta que la totalidad de la semilla haya tomado contacto con la solución.

- Agregar el doble de inoculante en la preparación que indique el envase y nuevamente agitar. - Agregar ocho kilos de cal a la mezcla y seguir agitando. - Una vez adherida la cal a la mezcla, se esparce y se deja secar en un lugar fresco por un día. Esta semilla puede

estar hasta un mes en un lugar fresco y oscuro o en un refrigerador por más tiempo.

Sistemas de establecimiento Básicamente hay dos sistemas de establecimiento: siembra directa en donde se establece sólo la especie

forrajera, y siembra asociada a un cultivo que generalmente es un cereal (Cuevas y Balocchi, 1983). Si bien es cierto, que esta práctica tiene algunas ventajas, como el hecho de que se gana un año en el establecimiento de la pradera, el cereal sirve como cultivo protector evitando el daño de heladas y disminuyendo el efecto de descalce y los costos de producción; pero no hay que olvidar las desventajas, gene ralmente la preparación del suelo y las labores culturales se hacen en función del cereal, aumenta la competencia por luz, agua y elementos nutritivos, se dificulta el cont rol químico de las malezas y se obtienen importantes reducciones en el rendimiento del cereal y del trébol rosado (Munita, 1965). Teuber et al. (1985), encontraron que la participación del trébol rosado en la pradera que queda después del corte de la avena para ensilaje, disminuye cuando no se realizan cortes invernales o cuando a la avena se le hace un corte temprano (abril o mayo). Cuando el corte se realiza en junio, se obtienen buenos resultados en la pradera de trébol rosado y en el rendimiento de la avena para ensilaje. Sin embargo, cuando el corte se realiza en julio o agosto, queda una buena pradera de trébol rosado, pero disminuye considerablemente el rendimiento de la avena.

Teuber (1980b) indica que las mezclas más comunes con forrajeras son hec has con bálticas de rotación corta, ya sean estas anuales o híbridas. Por otra parte, Camlin et al. (1983) estudiaron la mezcla de trébol rosado con ballica anual, encontrando que en un período de tres años bajo manejo de corte, ambas especies son compatib les en épocas de cosecha, producción y calidad.

Método de siembra Básicamente existen dos métodos de siembra, al voleo y en líneas. Siembras al voleo pueden ser realizadas a

mano, con máquinas tipo Ciclón frontal, sembradoras del tipo Brillion que poseen dos rodillos entre los cuales se va depositando al voleo la semilla sobre el suelo, con tolvas utilizadas para fertilizar o cualquier otro sistema que deje la semilla al azar sobre el suelo. Las siembras en líneas se realizan normalmente con máquinas cerealeras, a las cuales se les adiciona un cajón para la semilla del trébol. Otra alternativa es el uso de máquinas regeneradoras de praderas. La siembra en líneas es más eficiente en el uso de fertilizante, por cuanto éste va localizado bajo la semilla, además, se requieren dosis menores de semilla (Cuevas y Balocchi, 1983).

Cruzat (1960), estudió el efecto del método de siembra sobre el grado de enmalezamiento del trébol rosado. Encontró, que en el primer corte el enmalezamiento de la siembra al voleo fue mayor que en la siembra en líneas, situación que se igualó del segundo corte en adelante.

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Profundidad de siembra La semilla de trébol rosado, al igual que la mayoría de las especies forrajeras es de pequeño tamaño; por este

motivo, debe ser sembrada en forma superficial. En condiciones de baja humedad, la profundidad debe ser incrementada al igual que en suelos arenosos, pero en ningún caso debe sobrepasar los dos cm. En suelos arcillosos y con buenas condiciones de humedad, la profundidad debe ser menor a 1 cm (Cuevas y Balocchi, 1983).

Control de malezas Antes de la siembra se deben considerar algunas prácticas que tiendan a reducir en parte este problema:

- La nivelación y efectiva preparación del suelo reducen el problema de malezas en forma significativa. En suelos mal preparados, donde se acumula el agua, el trébol rosado morirá y las malezas ocuparán su lugar. - La rotación de cultivos es un método práctico para el control de la mayoría de las malezas, puesto que se adaptan en forma específica a cada cultivo. - El empleo de semilla limpia es muy importante para no incorporar al suelo semillas de malezas, que luego competirán con la forrajera desde los primeros estados de desarrollo (Ramírez, 1984). - Durante el establecimiento o en el trébol ya establecido existen prácticas que contribuyen al control: - Los cortes o pastoreos intensos en praderas de trébol rosado pueden debilitar muchas malezas anuales y también a algunas perennes, sobre todo si la forrajera está creciendo en forma vigorosa y densa. Si este control se hace cuando la forrajera es tá demasiado nueva, su vigor será reducido, facilitándose con ello el crecimiento de las malezas. El corte de limpieza es una medida preventiva que evita el esparcimiento de las malezas por semillas, por lo que debe realizarse en la florescencia de las malezas. - La fertilización adecuada y en banda, el control de plagas y enfermedades y un buen calendario de manejo de la utilización del trébol rosado, que aseguren el crecimiento vigoroso de la pradera, son prácticas que complementan el control de malezas (Ramírez, 1984).

Para el control químico de las malezas sin dañar el trébol, se requiere del uso de herbicidas selectivos, que proporcionen un control largo y efectivo, tanto en el establecimiento como en el trébol ya establecido; en esta forma se prolonga la vida productiva de la pradera.

En el Cuadro 1, se dan las recomendaciones para controlar malezas en legumi nosas forrajeras. Para controlar una gama más amplia de malezas en el establecimiento del trébol, se recomienda combinar herbicidas como Eptam de presiembra y Dinitro selectivo de post-emergencia. Para obtener un buen control con los herbicidas que se aplican de presiembra incorporado, el suelo debe estar bien mullido, libre de terrones y con la humedad adecuada de siembra, de modo que el herbicida se mezcle bien con el suelo (Ramírez 1984).

Las recomendaciones para la mezcla de gramíneas forrajeras con trébol rosado, son las mismas que para la asociación de trigo con trébol y se presentan en el Cuadro 2 (Ramírez, 1984).

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Cuadro 1. Control químico de malezas en leguminosas forrajeras.

Forrajeras Malezas Herbicidas Dosis/ha Observaciones Trébol (establecimiento)

Gramíneas y de hoja ancha a excepción de crucíferas con yuyo, rábano, etc...

Eptam 4-5 Lt Se aplica de presiembra incorporada a no más de 5 cm. De profundidad. La dosis menor se utiliza en suelos livianos y con infestación moderada, la más alta en suelos pesados y con abundancia de malezas.

Kerb 3-4,4 kg Herbicida suelo activo o residuales de postemergencia. Se aplica cuando la forrajera tiene dos hojas trifoliadas y las malezas no más de dos a tres hojas. El control es mejor si después de la aplicación se da un riego por aspersión o cae una lluvia. (15-20 cm)

Hoja ancha Dinitro selectivo 3-4 kg en 400-600 lt de agua

Herbicidas de contacto, se aplica de postemergencia cuando la forrajera tiene dos hojas trifoliadas y las malezas una a dos hojas verdaderas. No se debe aplicar con temperaturas sobre 30ºC ni bajo 5ºC.

Tréboles esta blecidos (más de un año)

Hojas anchas Basagrán 1,25-1,5 lt. Malezas con poco desarrollo, dos a cuatro hojas y el trébol con dos a tres hojas trifoliadas.

Dinitro selectivo 4-6 kg MCPA 0,4-0,5 EA*

* Equivalente ácido

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Cuadro 2. Control de malezas en trigo y gramíneas forrajeras asociadas.

Cultivo asociado

Herbicidas Dosis Vol. de agua Lt/ha

Epoca de aplicación

Con trébol MCPA 0,5-0,7 kg E.A./ha*

100 Cuando la leguminosa tenga por lo menos dos hojas trifoliadas

ARETIT 4 kg PC/ha ** 440-600 Idem * Equivalente ácido ** Producto comercial

Plagas y enfermedades Estos temas serán tratados en los capítulos 3 y 4, respectivamente.

CONCLUSIONES Las conclusiones del presente capítulo son las siguientes:

La persistencia del trébol rosado en la zona es baja, alcanzando en la mayoría de los casos, no más de tres años.

La planta posee una raíz semi-profundizadora, característica que le confiere cierto grado de resistencia a la sequía.

Es una especie de alto valor forrajero, buena productividad y calidad nutritiva.

Comparativamente a otras especies, el trébol rosado es una de las forrajeras que presenta mejores condiciones de adaptación en la Precordillera de la Costa.

En la Depresión Intermedia, el trébol rosado encuentra mejores condiciones de suelo y humedad para alcanzar mayores rendimientos.

En la Precordillera Andina, las condiciones de suelo y clima son adecuadas para alcanzar altos rendimientos con trébol rosado; sin embargo, en el invierno el crecimiento se ve más restringido que en las otra áreas agroecológicas, principalmente entre los meses de junio y septiembre.

En siembras de fines de verano, se observa una menor competencia de malezas, lográndose por lo tanto un mejor establecimiento en esta época.

Las variedades más promisorias para la zona son Quiñequeli y Pawera.

La dosis de semilla a usar varía entre 8 y 12 kg/ha, de acuerdo al sistema de establecimiento, método de siembra, calidad de las semillas y otros factores.

Una efectiva nodulación y fijación de nitrógeno, se consigue con la inoculación y "pe-letización" de las semillas.

Si bien es cierto que la asociación del trébol rosado con algún cereal tiene ciertas ventajas, no hay que olvidar que una buena pradera de trébol rosado o un buen cultivo, se obtienen al ser sembrados solos.

La mezcla de trébol rosado con ballicas de rotación corta son compatibles en épocas de cosecha, producción y calidad.

La siembra en línea es más eficiente en el uso del fertilizante y ocupa menores dosis de semilla.

La siembra del trébol rosado debe ser superficial, no debiendo sobrepasar los dos centímetros de profundidad.

El control de malezas debe comenzar con la preparación del suelo; otras medidas como la fertilización en línea, la rotación de cultivos, el uso de semilla limpia, y pos terior al establec imiento, los cortes de limpieza o pastoreos, y el control de plagas y enfermedades, ayudan al control de malezas.

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FERTILIZACIÓN

Rene Bernier V.

INTRODUCCIÓN La fertilización de una pradera incluye dos etapas muy definidas: la de establecimiento y la de mantención.

En la etapa de establecimiento se debe utilizar mayor cantidad de fertilizantes que en la mantención, debido fundamentalmente a que en la etapa inicial se busca dar a la plántula un ambiente adecuadamente nutrido, para facilitar el arraigamiento y crecimiento de la forrajera. En el caso particular del trébol rosado {Trifolium pratense L), la etapa más importante es la de establecimiento, toda vez que no responde a la fertilización de mantención debido a la estructura radicular de la especie, que le permite nutrirse de estratas profundas de suelo, a las cuales no se llega nor-malmente con un fertilizante, especialmente fosfatado.

FERTILIZACIÓN Absorción de fósforo

Experimentos con P32 realizados en la Estación Experimental Remehue, han permitido establecer que la planta de trébol rosado puede absorber fósforo desde es tratas profundas, y que de la superficie no capta una cantidad importante (Bernier y Pino, 1984).

De acuerdo a la cantidad de P32 absorbido por las plantas de trébol rosado a diferentes profundidades, es posible graficar la absorción de fósforo desde diferentes profundidades del perfil de suelo (Figura 1).

Según la Figura 1, más del 80% de la absorción de fósforo por las raíces de trébol rosado se efectúa en los primeros 20 cm del perfil de suelo, y de éstos la mayor proporción (más del 60%) entre los 5 y 20 cm. Se observa también que la planta de trébol rosado puede absorber cierta cantidad de fósforo a 1 m de profundidad.

El hecho que la planta de trébol rosado absorba la mayor parte del fósforo entre los 5 y los 20 cm del perfil de suelo, hace que la respuesta a la aplicación de fósforo a una pradera establecida sea muy baja, siendo nula en muchos casos. Esto se explica por la baja movilidad del fósforo en el suelo, el que se acumula en los primeros centímetros del perfil.

Figura 1. Absorción proporcional de fósforo desde diferentes profundidades del perfil de suelo.

Fertilización de establecimiento El establecimiento del trébol rosado, solo o en mezcla con gramíneas, es una etapa muy importante en la

vida de la pradera. Debe tomarse en consideración que exis ten factores de producción que pueden ser tanto o más importantes que la fertilización. Entre éstos se pueden mencionar: la época de siembra, la asociación a un cereal, cultivo anterior, área agroclimática, tipo de suelo, etc. Muchos de estos factores interactúan entre sí y en cierta medida pueden modificar los efectos de la fertilización.

La respuesta del trébol rosado a la fertilización de establecimiento va a depen der de la fertilidad que tenga el suelo al momento de la siembra. Es por esto que esta especie se incluye en sistemas constituidos por cultivos que se fertilizan comúnmente con altas dosis de fosfato. De este modo se incrementa la fertilidad del suelo y se logra un buen establecimiento de la pradera de trébol rosado.

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Fertilización nitrogenada Como leguminosa, el trébol rosado puede entrar en simbiosis con bacterias del género Rhyzobium que fijan

nitrógeno atmosférico. En presencia de nitrógeno mineral en el suelo, los rizobios no fijan eficientemente nitrógeno atmosférico, por lo cual la aplica ción de un fertilizante nitrogenado, al momento de la siembra va a inhibir la nodulación. Sin embargo, en suelos muy ácidos en los cuales existen problemas nutricionales para la sobrevivencia de los rizobios, y por ende existe una pobre nodulación, la aplicación de nitrógeno al establecimiento puede incrementar la producción de la pradera. En general, la respuesta positiva al nitrógeno existirá en aquellos suelos en los cuales existen condiciones adversas para la nodulación (Spedding y Dickmahns, 1972).

Experimentos realizados en la Xa Región indican que la respuesta al nitrógeno es variable, probablemente debido a las diferentes condiciones de nodulación (Cuadro 3).

Cuadro 3. Producción de materia seca de una pradera de trébol rosado y ballica H1 al año de establecimiento en dos

suelos de la Xa. Región con dos niveles de fertilización nitrogenada y fosfatada.

Fertilización Suelos1 N P2O5 Puerto Octay Puerto Fonck

(kg/ha) (ton/ha)

0 0 9,20 8,40 64 0 10,60 10,00 0 200 10,50 11,20

64 200 12,94 11,20

(1) Suelos volcánicos ubicados en la Precordillera Andina.

Fuente: Goic, 1967

Como se aprecia en el Cuadro 3, al aplicar 64 kg/ha de N en ambos suelos, sin aplicación de fósforo (P2O5), la producción de materia seca aumenta levemente. De 9,20 ton/ha a 10,60 en el suelo Puerto Octay y de 8,40 ton/ha a 10,00 en el suelo Puerto Fonck. Sin embargo, al agregar fósforo los incrementos son mayores en el suelo Puerto Octay (de 10,50 ton/ha a 12,94) que en el suelo Puerto Fonck (sin incremento). Esta diferente respuesta se debe probablemente a que en el primer caso el nivel de fósforo del suelo era más bajo.

Dependiendo de la forma de siembra del trébol rosado, la aplicación de alguna dosis de nitrógeno sería necesaria. En la zona, se s iembra generalmente asociado a avena o alguna ballica de rotación corta (H -1, Tetrone, etc.), las que requieren elevadas cantidades de nitrógeno para expresar su potencial de rendimiento. Estas siembras se reali-zan comúnmente en otoño. Si el clima ha sido favorable para la mineralización del nitrógeno orgánico del suelo (por humedad y temperaturas altas en verano), éste presentará un nivel alto de nitrógeno mineral, el que, sin embargo, no sería suficiente para la gramínea acompañante del trébol rosado. En este caso, dosis de 30 a 40 kg de nitrógeno por hectárea son suficientes para el buen establecimiento de la gramínea. El mantenimiento de un pastoreo controlado sería fundamental en el buen establecimiento del trébol rosado.

Siembras de trébol rosado solo o en mezcla con gramíneas realizadas en primavera, generalmente requerirán de aplicaciones de nitrógeno al establecimiento. En estos casos 30 ó 40 kg de nitrógeno por hectárea serían suficientes y no inhibirían la nodulación del trébol rosado (Ministry of Agriculture, Fisheries and Food, 1983). Dosis más altas de nitrógeno pueden afectar severamente su producción y su contribución en materia seca cuando ha sido sembrado en mezcla (Cuadro 4). Cuadro 4. Producción de materia seca (ton/ha) de trébol rosado solo y en mezcla a tres niveles de nitrógeno.

Dosis de nitrógeno (kg N/ha)

0 93 186

Trébol rosado solo 11,75 10,75 9,92

Trébol rosado + pasto ovillo 11,40 11,60 11,44

Pasto ovillo solo 4,85 9,59 11,89

Trébol rosado + ballica 13,48 13,46 13,84

Ballica perenne sola 6,87 11,62 13,12

Fuente: Johansen, 1983.

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La aplicación de nitrógeno aumentó los rendimientos de las gramíneas pero disminuyó los del trébol rosado solo. Por otra parte, la contribución relativa del trébol rosado a la producción de materia seca y de proteína declinó con el aumento de las dosis de nitrógeno (Cuadro 5)

Cuadro 5. Contribución porcentual del trébol a la producción de materia seca y de proteína cruda en mezcla con ballica perenne y pasto ovillo a tres niveles de nitrógeno.

Dosis de nitrógeno (kg/N/ha)

0 93 186 Contribución del trébol (%)

Trébol rosado + pasto ovillo 45,9 18,8 7,9

Trébol rosado + b. perenne 55,3 28,2 17,0

Proteína cruda del trébol en la mezcla (%)

Trébol rosado + pasto ovillo 65,1 28,1 10,9 Trébol rosado + o. perenne 73,9 44,9 25,1

Fuente Johansen, 1983

Como se observa en el cuadro 5, en todos los casos la contribución del trébol rosado a la producción de proteína cruda fue mayor que a la producción de materia seca. Sin embargo, la tendencia a disminuir la contribución a medida que aumentaban las dosis de nitrógeno fue notable en los dos casos.

Fertilización fosfatada

El fósforo es un elemento muy importante en la nutrición de las leguminosas y de la asociación con rizobios del suelo, el trébol rosado no se aparta de esta norma.

Si bien la concentración de fósforo en la materia seca del trébol rosado pudiera ser 0,2 a 0,4% en condiciones favorables para el establecimiento, para una producción de 10 ton/ha de materia seca, los requerimientos de fósforo del trébol rosado varían entre 20 y 40 kg P/ha por año. Sin embargo, la baja eficiencia de los fertilizantes fosfatados en suelos volcánicos hace necesario aplicar cantidades tres a cuatro veces superiores.

Como se ha mencionado, la baja movilidad del fosfato en el suelo y la estructura radicular del trébol rosado, hacen necesario que la fertilización fosfórica del establecimiento deba ser cuidadosamente considerada.

En la generalidad de los casos, la respuesta de las praderas a la fertilización fosfórica va a depender del nivel de disponibilidad que tenga el suelo. En suelos con alto nivel de fósforo la respuesta a la fertilización fosfatada será baja, en cambio, en suelos de baja fertilidad el establecimiento de las leguminosas será pobre si no se aplican dosis elevadas de fosfato.

Los diferentes suelos que se encuentran en la Xa. Región tienen también diferente respuesta a la aplicación de fosfato, como se presenta en el Cuadro 6.

Cuadro 6. Producción de materia seca de una pradera de trébol rosado y ballica pe renne sembrada en cuatro series de suelos con diferentes dosis de fósforo.

Fertilización Series de suelos

fosfatada kg P2O5/ha

Fresia Osorno Ñadi (ton/ha)

Pto. Fonck

0 200

5,73 9,23

9,46 19,60

3,34 4,76

9,19 10,46

Fuente -Goic, 1967.

Los diferentes suelos presentan diferentes potenciales de producción y la res puesta a la fertilización fosfórica está relacionada con éstos y con el fósforo del suelo. Si bien la respuesta al fósforo solo es notable, existen interacciones entre nutrientes que en algunos casos hacen más marcadas las respuestas (Cuadro 7).

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Cuadro 7. Producción de materia seca de una pradera de trébol rosado y ballica perenne en cuatro series de

suelos y a diferentes fertilizaciones con nitrógeno, fósforo y potasio (N, P 2O5, K2O).

Fertilización Series de suelos N P2O5 K2O Fresia Osorno Ñadi Pto. Fonck

(kg/ha) (ton/ha)

0 - 0 - 0 5,73 9,46 3,34 9,19 0 - 200 - 0 9,23 19,60 4,76 10,46 0 - 200 - 100 7,36 19,78 8,43 15,42

64 - 200 - 0 8,41 20,18 6,41 12,94 64 - 0 - 100 5,91 8,46 4,38 10,26 64 - 200 - 100 7,94 22,03 9,27 14,83

Fuente. Goic, 1967

Como recomendación general para la fertilización fosfórica del trébol rosado al establecimiento, se puede decir que ésta debe ser alta, considerando que no habrá otra oportunidad para suministrar fósforo a la pradera, de acuerdo a lo mencionado ante riormente. Las dosis definitivas de fertilización deben establecerse en el terreno, determinando la fertilidad que presenta el suelo, ya sea a través del análisis de suelo o conociendo su historial de manejo.

Sin embargo, para la generalidad de los suelos de la X8 Región, la fertilización fosfórica deberá fluctuar entre 100 y 150 kg de P2O5/ha.

Fertilización potásica La respuesta del trébol rosado a la aplicación de potasio está muy relacionada con el nivel de disponibilidad

del nutriente en el suelo. Como se observa en el Cuadro 7, no todos los suelos responden positivamente a la aplicación de potasio. Los suelos Ñadis y de Precordillera Andina presentan niveles bajos de potasio, por lo cual habría que incluir este elemento en la fórmula de fertilización (40 a 50 kg K2O/ha).

Fertilización de mantención La elevada producción de materia seca que se puede lograr en una pradera de trébol rosado de segundo a tercer año hace suponer que extrae, también, una elevada cantidad de nutrientes desde el suelo, mayor que la que pueden extraer algunas ballicas perennes con un mismo nivel de producción y de fertilización (Hunt et al, 1976). Sin embargo, la respuesta que se puede lograr con fertilizaciones de mantención de praderas de trébol rosado siempre es muy baja (Cuadro 8). Cuadro 8. Producción de materia seca de una pradera de trébol rosado en dos suelos volcánicos y a diferentes

niveles de fertilización fosfórica de mantención

Dosis de fósforo Suelos

(kg P2O5/ha) Osorno Nueva Braunau (ton/ha)

0 10,90 10,30 50 10,80 - 75 - 11,50

100 11,60 - 150 - 11,50 200 11,70 11,90

Fuente: Bernier, 1982.

La estructura radicular de las plantas de trébol rosado le permite nutrirse de estratas más profundas que las que se pueden fertilizar superficialmente. Es por esto que, como se aprecia en el Cuadro 8, no se obtienen respuestas notables, ni siquiera a dosis altas de fosfato (200 kg P 2O5/ha), en ambos suelos considerados.

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Cuando se trata de una pradera mixta, en la que el trébol rosado está acompañado por una gramínea,

normalmente esta última requiere alguna cantidad de nitrógeno que la leguminosa no es capaz de suministrar. Por las características de clima fresco y húmedo a inicios de la primavera, en la Xa. Región es necesario aplicar dosis de 30 a 40 kg de nitrógeno en esta época para acelerar el crecimiento de la gramínea. Dosis mayo res pueden perjudicar al trébol rosado hasta hacerlo casi desaparecer de la pradera (Cuadro 9). Cuadro 9. Rendimiento total (ton/ha) y relativo (%) a la especie pura, del trébol rosado solo y en mezcla

con gramíneas a tres niveles de nitrógeno al segundo año de cosecha.

Pradera Dosis de nitrógeno (kg/ha)

0 93 186

Trébol rosado solo (ton/ha) Trébol rosado + Pasto ovillo (ton/ha)

9,94 9,94

8,09 12,24

7,21 13,48

Rendimiento relativo (%) pasto ovillo

trébol rosado Trébol rosado + ballica perenne (ton/ha)

91 45

6,76

101 4 11,72

97 0 12,86

Rendimiento relativo (%) ballica perenne trébol rosado

72 51

84 22

89 7

Fuente Johansen, 1983

En todas las dosis de nitrógeno superiores a cero las praderas mixtas produjeron mayor cantidad de materia seca que la pradera de trébol rosado solo. Esto debido al efecto del nitrógeno en el rendimiento de las gramíneas, las que se desarrollaron en per juicio de la leguminosa llegando ésta a desaparecer en la mezcla con pasto ovillo.

CONCLUSIONES Por la estructura del sistema radicular, las plantas de trébol rosado pueden ex traer nutrientes a mayor

profundidad que la mayoría de las especies pratenses. Debido a esto, la etapa de establecimiento debe ser considerada con mucha atención, en especial en el aspecto de fertilización fosfórica. En este sentido, se recomienda realizar la aplicación fosfatada solamente al establecimiento con dosis que fluctúan entre 100-150 kg de P2O5/ha ya que con fertilizaciones de mantención (en cobertera) se obtienen muy leves respuestas en producción.

La fertilización nitrogenada al establecimiento también debe recibir atención, en particular cuando el trébol rosado se asocia a un cereal o a alguna gramínea forrajera. En este caso, dosis de 30 a 40 kg de N/ha son suficientes para el buen establecimiento de la gramínea.

La aplicación de potasio, está condicionada a la disponibilidad de este elemento en el suelo. La fertilización de mantención sólo podría ser considerada cuando se trate de mezclas de trébol rosado con

gramíneas, y en este caso, sólo sería necesario aplicar nitrógeno en dosis moderadas (30 a 40 kg N/ha).

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PLAGAS INSECTILES

Ernesto Cisternas A. Hernán Norambuena M.

INTRODUCCIÓN En la zona sur de Chile el trébol rosado es hospedero de más de una docena de especies de insectos fitófagos, a los cuales

no necesariamente se les debe denominar plaga, ya que muchos de ellos son sólo ocasionalmente dañinos y raramente alcanzan densidades de importancia económica para el cultivo.

González, Arretz y Campos (1973); Norambuena (1986) y Norambuena y Aguilera (1988) entregan largas listas de insectos catalogados como plagas o como insectos asociados al trébol rosado, sin embargo en la realidad sólo dos especies de insectos se comportan como plagas, las cuales alcanzan densidades que causan pérdidas o daños que el agricultor no puede tolerar.

Las dos especies plaga son conocidas vulgarmente como las cuncunillas negras y el barrenador de la raíz del trébol rosado, la primera de origen nativo y poco específica y la segunda de origen foráneo y altamente específica; es esta última en interacción con patógenos del suelo quien limita fuertemente la persistencia del trébol rosado.

El objetivo de este capítulo es entregar los antecedentes técnicos para reconocer y manejar estas plagas.

ANTECEDENTES BIOLÓGICOS, ETOLOGICOS, Y DE CONTROL DE LAS PLAGAS.

Dalaca pallens Bl. (Cuncunilla Negra) Por mucho tiempo se ha considerado a las cuncunillas negras como un complejo plaga conformado por varias especies (Ihl,

1947; Isla 1959; Gajardo, 1964; Carrillo, 1973 y Duran, 1976). En los trabajos más recientes se hace mención sólo a dos especies D. pallens y D. chillensis, (Carrillo, 1986; Norambuena, 1986 y Cisternas, 1987). Recientes antecedentes recogidos por los autores indican que la principal especie de cuncunilla negra en praderas sería D. pallens. Esta especie se encuentra distribuida desde Valparaíso a Chiloé (Carrillo, 1986). Características del insecto

El insecto adulto es una polilla de vuelo crepuscular y nocturno de coloración café claro a pardo, antenas cortas y cuerpo velludo, Fotografía 1. La hembra es de mayor tamaño que el macho y vive entre 5 a 7 días. La hembra una vez apareada deposita sus huevos en forma errática, volando muy cerca del suelo. Los huevos son de color negro brillante de forma ovoide, siendo su período de incubación de 18 y 35 días a 20 y 10° C. El número de huevos que ovipone una hembra es variable, oscilando entre 1.380 y 2.000 huevos (Ihl, 1947 y Gajardo, 1964).

Fotografía 1. Insecto adulto de Dalaca pallens Bl.

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La larva es del tipo eruciforme y de color blanco transparente al nacer, tornándose plomiza y luego negro oliváceo o negro a medida que se desarrolla. El tamaño al eclosar es de 1,00 a 1,22 mm, alcanzando al término de su desarrollo alrededor de 6 cm (Fotografía 2). Los primeros estadios larvarios, es decir, las larvas más pequeñas se ubican en la superficie del suelo junto al cuello de las plantas. A medida que se desarrollan y crecen construyen galerías que llegan a profundidades de hasta 25 cm. El estado larval tiene una duración de 10 meses, y puede ser reconocida a nivel de campo por sus rápidos movimientos a igual velocidad, tanto hacia adelante como para atrás.

La pupa de este insecto es una crisálida de color café claro, tornándose algo rojiza en sus extremos, las pupas hembras son de mayor tamaño que los machos y el período de crisalidación varía entre 28 y 32 días (Gajardo,1964).

Fotografía 2. Últimos estadios de desarrollo del estado larval áeDalacaspp.

Ciclo estacional D. pallens, presenta una generación al año (monovoltina), volando entre mediados de enero y fines de marzo,

pero concentrando su vuelo entre mediados de febrero y primera semana de marzo, en Osorno. Figura 2. Según los datos recogidos por Gajardo (1964), el ciclo de la cuncunilla se va atrasando hacia el norte de su

área de distribución, lo cual indica que los factores ambientales del sur de Chile son óptimos para su desarrollo. El estado de huevo se presenta tan pronto como se inicia el vuelo de las primeras hembras (mediados de

enero) hasta 18 a 20 días después de las últimas capturas de hembras en vuelo (fines de marzo). Las primeras larvas comienzan a eclosar desde fines de febrero, siendo posible encontrar diferentes estadios

larvales (larvas de distintos tamaño), hasta mediados de febrero de la siguiente temporada, en tanto que el estado de pupa ocurre desde fines de diciembre hasta mediados de marzo.

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Daño El daño lo realiza durante el estado larval, en el cual se alimenta preferentemente de los tejidos nuevos en crecimiento,

siempre a nivel de la corona, donde se ubican las yemas y brotes tiernos, por lo cual, a veces pasa inadvertido o se enmascara cuando la altura de la pradera sobrepasa los 15 cm y la densidad de plantas es alta.

El consumo de los tejidos nuevos causa una severa reducción del crecimiento en las áreas atacadas, provocando muchas veces manchones desprovistos de vegetación.

La magnitud del daño va a depender principalmente de varios parámetros del cultivo y de la plaga, entre ellos cabe destacar la densidad de plantas, estadio de desarrollo del estado larval y la densidad de la plaga.

Por mucho tiempo se ha considerado que la densidad crítica o que causa una pérdida de rendimientos es de 50 larvas/m2, parámetro que no se ha evaluado y por lo tanto requiere ser estudiado en mayor profundidad.

Antecedentes de densidad asociados al estadio o tamaño de las larvas no existen para trébol rosado, sin embargo se estima que la densidad debe ser menor en este cultivo forrajero, en relación al critero amplio utilizado como densidad crítica para combatir químicamente las cuncunillas en praderas (50-100 larvas/m2).

Sin lugar a dudas los tréboles constituyen hospederos altamente adecuados y muy susceptibles al ataque. Control

Los diferentes estudios y observaciones han llegado a establecer diferentes estrategias de control, como además determinar algunas causas naturales de mortalidad que reducen en forma importante la densidad de la plaga.

El control natural lo ejerce un gran número de agentes bióticos y abióticos, entre ellos cabe destacar a las aves, Theristicus caudatus melanopis (bandurria) y Milvago chimango (tiuque); insectos depredadores (Carabidae) parásitos (Dexidae y Gregarini-da); hongos entomopatógenos (Bauveria y Metarrhizium)r, bacterias y virus no identificados y la competencia ¡ntraespecífica. Cabe agregar la mortalidad causada por la desecación principalmente sobre huevos y el pisoteo de animales y exceso de agua (inunda-ción) sobre las larvas. Si bien es cierto muchos de estos parámetros no están cuatifica-dos; pero en conjunto son responsables de mortalidades que sobrepasan el 40% desde mediados de agosto en adelante. (Lloyd Blackman, 1966; Gajardo,1964; Carrillo, 1973; Carrillo y Mundaca,1975; Cabezas,1984; Gantz,1985; Carrillo, 1986 y Cisternas, 1987).

Entre las medidas de control cultural que serían efectivas está el riego por inundación, desde que se constate la presencia de las larvas, favoreciendo la exposición de las larvas a los enemigos naturales y efectuar un corte o pastoreo en la época de ovipo-sición, favoreciendo de esta forma la muerte por deshidratación de los huevos (Carrillo, 1986).

La estrategia de control químico es la de mayor uso en la zona sur, para controlar la plaga, sin embargo; cabría señalar

algunas consideraciones previas a la aplicación y elección del biocida, como tamaño y densidad de cuncunillas, época del año o meses en que se desea controlar, productos químicos en el mercado y altura del follaje del trébol.

Sin lugar a dudas una aplicación temprana (mayo) es más efectiva, debido al comportamiento, tamaño y ubicación de las larvas, como asimismo, más económica, debido a que las dosis de producto se pueden reducir. Sin embargo, esta época de aplica-ción implica una más cuidadosa observación y revisión de las muestras que determinarán la densidad de la plaga y por ende la aplicación del biocida.

En el mercado existen varios productos químicos probados para el control de la plaga, ellos se pueden observar en el Cuadro 10, donde además es posible encontrar su formulación, grupo químico y las dosis recomendadas por el fabricante.

Cuadro 10. Insecticidas utilizados en el control de la cuncunilla negra.

Nombre común Formulación Grupo químico Dosis IA Dosis PC cc/ha cc/ha Azinfos etil 40% EC Fosforado 280-480 700-1200*

Azinfos etil-metil 40% EC Fosforado 240-400 600-1000 Fenitrotion 50% EC Fosforado 500-1000 1000-2000* Triflumuron 480 SD Benzoilfenilureas 48-72 100-150 Lambdacihalotrina 5% EC Piretroide 7,5-10 150-200

EC Emulsión concentrada IA Ingrediente activo SD Suspensión dispersible PC Producto comercial

• Rango de vanos productos

La altura de la pradera es una condición importante al realizar control químico, ya que el producto debe llegar al cuello de las plantas (yemas y brotes) sustrato alimenticio de las larvas, para ello se debe procurar un pastoreo o corte previo.

Hylastinus obscurus Marsham (Barrenador de la raíz del trébol rosado) H. obscurus, es una plaga introducida específica, de origen paleártico (Europa) que fue reportado para Chile en

1971 por Carrillo y Mundaca (1974). El trébol rosado es su principal hospedero en Chile no determinándose aún hos pederos secundarios, sin lugar a

dudas este insecto representa un serio obstáculo para la persistencia del trébol, Actualmente su distribución abarca desde la Vil a X Región (Linares a Osorno).

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Características del insecto El insecto adulto es un coleóptero de la familia Scolytidae (Fotografía 3), de cuerpo duro, color café

anaranjado cuando recién emerge, tornándose luego en un café violáceo oscuro. La hembra una vez apareada deposita sus huevos individualmente en el interior de las raíces a ambos lados de una galería helicoidal o vertical entre la epidermis y el cilindro vascular. El huevo es blanco, ovoide de 0,665 mm de longitud y 0,444 mm de ancho, Matamala (1976). La larva es (eucéfala) ápoda, de color blanco y de cabeza café claro. Presenta cuatro estadios larvarios, siendo su tamaño al eclosar de 0,994 mm, alcanzando al término de su desarrollo 3,070 mm de longitud. La pupa es del tipo exarata de cuerpo blanco y con una longitud media de 1,180 mm a 2,686 mm en su parte más ancha, Matamala (1976).

El ciclo vital de H. obscurus ha sido estudiado por Koehler et al (1961). Dicho autor señala que la hembra

puede oviponer hasta 36 huevos en ocho semanas con un lapso de incubación de 11 días. El período larval es de 46-60 días, y el desarrollo pupal lo completa en 10,8 días. En total el desarrollo desde huevo a adulto toma 90 días a 20°C.

Ciclo estacional H. obscurus, presenta una generación al año (monovoltina) (Carrillo y Mundaca, 1974 y Matamala,1976). El

vuelo de dispersión ocurre entre octubre y diciembre, e inver na, preferentemente como adulto y en menor grado como larva y pupa en las galerías de las raíces atacadas. El estado de huevo es posible encontrarlo en los meses primave-rales (octubre-diciembre) y los de adultos, larvas y pupas todo el año. Figura 3.

Fuente Camilo y Mundaca (1974) Figura 3 Estados de desarrollo de H. obscurus a través del año (Victoria, IX Región)

Fotografía 3. Insecto, adulto de Hylastinus obscurus Marsham.

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Daño El daño es causado por los estados de larva y adulto, los cuales se alimentan de los tejidos radiculares,

principalmente de la corteza y a veces del cilindro vascular, esto último dependiendo del tamaño y diámetro radicular como además de la densidad de insectos/raíz.

En estado adulto forma en la raíces una galería de oviposición de forma helicoidal o vertical al eje del cilindro vascular, lo que facilita la entrada de hongos fitopatógenos, saprofitos, bacterias y otros insectos que se desarrollan en los tejidos en descomposición.

Las larvas construyen sus galerías perpendiculares a la galería de oviposición y son ellas las que dañan fuertemente el

cilindro vascular, particularmente cuando las raíces son de menor diámetro y las larvas alcanzan mayor desarrollo. El consumo de la corteza y anillado de la raíz provoca una distorsión en el alma cenaje de los hidratos de carbono en ella,

afectando de esta forma la persistencia y producción. De igual forma, el daño físico causa una pérdida de plantas por descalce o desarraigamiento provocado por heladas o pastoreo respectivamente ( Koehler et al, 1961; Carrillo y Mundaca, 1974 y Matamala, 1976). Las plantas atacadas pueden ser identificadas fácilmente por la poca resistencia y/o corte al ser desarraigadas del suelo.

La intensidad de ataque de esta plaga en Chile ha sido estudiada por Carrillo y Mundaca (1974) y Matamala (1976) en siembras asociadas con cereales, determinándose severas infestaciones sólo el segundo año del establecimiento del trébol, aunque sin descartar la posibilidad de ataques en praderas no asociadas. Recientemente se ha determinado infestaciones de 4% de las plantas en el primer año de establecimiento del trébol rosado.

Según Carrillo y Mundaca (1974) la intensidad de ataque en praderas de segundo y tercer año varía entre 70-100% de plantas atacadas; estos índices son mayores que los entregados por Matamala (1976), quien señala que en praderas de segundo, tercer y cuarto año el porcentaje de plantas atacadas varía entre 26,09% a 92,41%. Según Matamala (1976), el daño no es tan severo en plantas que desarrollan más de una raíz, lo que es más común en suelos francos y menos frecuente en suelos arcillosos.

La densidad de insectos por raíz puede variar de uno a 39, siendo más frecuente de uno a cinco, lo que estará correlacionado significativamente con el diámetro de la corona, es decir, a mayor diámetro de la corona, mayor número de insectos por raíz (Koehler et al., 1961; Carrillo y Mundaca, 1974 y Matamala, 1974).

Control Los antecedentes en Chile sobre el control de este insecto son escasos y sus resultados poco satisfactorios. A pesar que en el país no se ha detectado la presencia de agentes de control natural de esta especie, Diarie y Morrison

(1957) y Gyrisco (1958) señalan que el control natural ejercido por algunos insectos, aves y hongos no juegan un rol significativo en el control de la población.

Entre las medidas de control cultural que disminuiría n la infestación y aumentarían la persistencia del trébol rosado destacan:

- La rotura de las praderas con altas infestaciones del insecto (fines de primavera comienzo de verano) provocando la muerte de los insectos inmaduros por desecación.

- No realizar siembras del trébol rosado adyacentes o relativamente cercanas a otras de mayor edad, ya que esto posibilitaría una más rápida infestación.

- Desarrollar el cultivo preferente en suelos francos, donde la planta desarrollará un mayor número de raíces.

- Establecer mezclas forrajeras y rotaciones más cortas, Carrillo (1986). El control químico, según los antecedentes que se disponen, no es recomendable, ya que el largo período de

vuelo del insecto y su ubicación en el interior de las raíces representa una seria limitante para un eficiente control químico. Matamala (1976), ensayó varios productos químicos formulados principalmente en polvo y granular, aplicados en dos épocas, los cuales arrojan como resultado un grado de control insatisfactorio.

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ENFERMEDADES FUNGOSAS

Rafael Galdames G.

INTRODUCCIÓN Las enfermedades que afectan el trébol rosado pueden llegar a ejercer un impor tante rol, no sólo en la baja de

producción y calidad del forraje obtenido, sino que además provocar una menor persistencia de las plantas, cambios en la composición botánica de la pradera y trastornos fisiológicos y/o reproductivos, en los animales que se han alimen-tado de forraje enfermo.

Los organismos causales o responsables de las enfermedades en su mayoría corresponde a hongos, los que pueden atacar cualquier parte de la planta (raíces, tallos, hojas, flores y semillas). Algunos de los organismos infecciosos son más patógenos que otros y en ciertos casos su presencia está asociada o puede ser favorecida por daños de insectos, desfavorables condiciones climáticas, mala fertilización y manejo de la pradera.

Las medidas para controlar las enfermedades, incluyen básicamente el uso de cultivares resistentes y aspectos de manejo (corte oportuno, rotaciones, época de siembra, etc.). Aunque el control químico es de muy limitada aplicación, su uso podría ser necesario, en la fase de establecimiento del cultivo o en aquellas siembras destinadas a la producción de semillas, siempre y cuando los estudios económicos lo justifiquen.

En el presente capitulo se describen las enfermedades y sus respectivos orga nismos causales que han sido observados en el Sur de Chile (IX y X Región), se hace una descripción general de su sintomatología, junto a los mecanismos de diseminación y sobrevivencia, aspectos que son básicos, ya que orientan en la elección de la(s) medida(s) de control más adecuada(s) para cada una de las enfermedades. Las medidas que se mencionan sólo corresponden a pautas generales, algunas de las cuales están siendo evaluadas por el programa de fitopatología de tal manera de tener recomendaciones específicas.

La información que a continuación se entrega, corresponde en gran medida a antecedentes recopilados de la bibliografía, los cuales en ningún caso corresponden a una revisión profunda y detallada, y probablemente en el futuro otros patógenos del trébol rosado serán incorporados. ENFERMEDADES FUNGOSAS Mancha foliar de Stemphylium

Organismo causal: Stemphylium sarciniforme (Cav.) Wiltshire Este hongo es causante de manchas foliares en varias leguminosas forrajeras. Cuando el ataque es severo

en trébol rosado, causa necrosis foliar y desfoliación, con lo que puede llegar a reducir la sobrevivencia de las plantas durante el invierno.

Síntomas Esta enfermedad se caracteriza por formar inicialmente pequeñas lesiones necróticas circulares o

irregulares, de color café claro, en hojas y tallos. En las lesiones o manchas necróticas más antiguas se forman anillos concéntricos; principalmente en los bordes de los folíolos. Los síntomas se observan de preferencia en las hojas basales y más sombreadas, durante la primavera o el verano, cuando la temperatura fluctúa entre 20 y 24" C.

Diseminación y Sobrevivencia Se disemina a través de conidias, las que son transportadas por el viento y en las semillas. Sobrevive como

micelio en restos de tejidos enfermos.

Control El control se debe realizar mediante el uso de variedades resistentes, cosecha oportuna o la anticipación

del corte en el caso de que exista una infección severa. No se han realizado ensayos para su control a través del uso de fungicidas.

Oidio Organismo Causal: Erysiphe trifolii Grev. (Erysiphe polygoni DC)

Esta enfermedad es una de las más comunes y fácil de reconocer de las que afectan al trébol rosado. Viene siendo observada desde hace algunos años, y al parecer ya es endémica en la zona sur del país.

El hongo se presenta habitualmente desde mediados de verano o mediados de otoño, provocando un mayor daño en veranos secos. Las lluvias frecuentes reducen el desarrollo y dispersión de la enfermedad.

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Síntomas La sintomatología se caracteriza por la formación de áreas blanco grisáceas en las hojas, las que luego se

cubren completamente con el crecimiento del micelio del hongo, adquiriendo un aspecto blanco algodonoso y pulverulento. En ataques severos las hojas se tornan cloróticas tomando un color café finalmente secándose.

Diseminación y Sobrevivencia Se disemina en el cultivo a través de conidias, las cuales son transportadas por el viento. Sobrevive como

conidias en restos de tejido enfermo o en otros hospederos. Control

Para controlar esta enfermedad, se debe eliminar o cortar el follaje enfermo. Desarrollo y uso de cultivares resistentes. También es posible su control a través de trata mientos químicos, como azufre y triadimefón, entre otros.

Tallo negro Organismo Causal: Phoma medicaginis Malbr. y Roum. Var. Medicaginis Boerema (Ascochyta imperfecta Pk).

Aunque esta enfermedad es más común y ataca más seriamente la alfalfa, también se ha encontrado en trébol rosado. Se considera que tiene mayor incidencia hacia el norte del país, debido a que en climas cálidos hay un mayor desarrollo del hongo. En alfalfa se ha encontrado que causa bajas en el rendimiento y calidad del forraje, así como también aumentos en el contenido de estrógenos en las hojas.

Síntomas Sobre los tallos y pecíolos la infección se manifiesta como manchas alargadas de color café oscuro a negro.

Sobre las hojas, especialmente basales, se forman manchas oscuras, que varían en tamaño y forma, las que pueden unirse y formar áreas ennegrecidas, secas y quebradizas. En estas lesiones es posible observar diminutos cuerpos redondeados y negros que corresponden a los picnidios del hongo.

Diseminación y Sobrevivencia La diseminación ocurre por el salpique de las gotas de lluvia, por el viento y posiblemente por insectos. El

hongo sobrevive como micelio y/o picnidios en lesiones viejas sobre tallos y hojas que quedan de una temporada a otra.

Control Se recomienda para su control el uso de semillas sanas y limpias. Corte anticipado del follaje al observar

síntomas. El uso de fungicidas podría ser útil en caso de ataques severos.

Septoriosis Organismo causal: Septoria compta Sacc.

Este hongo ha sido observado sólo en la zona sur del país, preferentemente durante el otoño, probablemente debido a las condiciones de temperatura y humedad que son favorables para el desarrollo de la enfermedad.

Síntomas En las hojas se observan lesiones café claro, variables en tamaño y forma, rodeadas por un borde más

oscuro. En el interior de estas lesiones se distribuyen en forma irregular, pequeños puntos negros que corresponden a los picnidios. En ataques intensos las hojas se secan, encarrujan y adquieren un color café. Diseminación y Sobrevivencia

Se disemina por efecto del arrastre o del salpicado de las gotas de lluvia que dispersan las conidias. Posiblemente también por la semilla. Sobrevive en restos vegeta les enfermos que permanecen desde una temporada a otra.

Control El control se debe realizar básicamente mediante la rotación cultural y eliminación de residuos o fuentes de

infección.

Roya Organismo Causal: Uromyces trifolii (Hedw. f. ex. DC.) Lev. Var. fallens Arth.

Es una enfermedad que está ampliamente distribuida en el mundo. Usualmente causa un pequeño daño, sin embargo, los cultivares susceptibles pueden ser atacados fuertemente. Hay antecedentes que indican que puede producir altos niveles de estrógenos y disminuir el rendimiento, calidad y la fijación de nitrógeno de las plantas afecta-das.

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Síntomas Se caracteriza por la formación de pequeñas pústulas rojizas en hojas y tallos. Las plantas muy atacadas

presentan hojas que al comienzo toman una coloración amarilla y luego se desprenden.

Diseminación y Sobrevivencia Se disemina a través de uredosporas y teleustosporas por el viento y la comercialización de heno enfermo.

Sobrevive principalmente como teleustosporas.

Control El control se debe realizar estableciendo cultivares resistentes, anticipando el corte en caso de infecciones

severas y aplicando fungicidas foliares.

Podredumbre Algodonosa o Esclerotiniosis

Organismo Causal: Sclerotlnía trifoliorum Erikss. De las leguminosas forrajeras el trébol rosado es la más afectada por esta enfermedad. Su presencia es

favorecida por condiciones de alta humedad y temperatura (13-18'C), de tal manera que es más habitual encontrarla en la zona sur del país, de pre ferencia en suelos mal drenados.

Síntomas Esta enfermedad se caracteriza por la marchitez de tallos y hojas junto al desarrollo de una pudrición blanda

en la base de los tallos, desde la cual se observa micelio blanco de aspecto algodonoso. Asociado a estos síntomas es posible encontrar peque ñas estructuras negras de forma irregular, que corresponden a los esclerocios o cuerpos de resistencia del hongo. Los ataques severos debilitan y pueden matar la planta. Diseminación y Sobrevivencia

Se disemina a través de los esclerocios que son transportados por labores culturales, agua de riego y posiblemente al usar semilla y heno contaminado. Sobrevive por varios años en el suelo o en residuos de plantas enfermas en la forma de esclerocios.

Control Varias medidas son recomendables: uso de semilla limpia o libre de esclerocios, rotaciones culturales y

araduras profundas, desinfección de las semillas con fungicidas, aplicaciones dirigidas a los focos de infección.

Pudrición Radicular (Fusariosis)

Organismos Causales: Fusarium spp. La pudrición radicular es causada por varias especies de este hongo, las que se caracterizan por ser

habitantes comunes del suelo y habitualmente su presencia está condicionada a ciertos factores ambientales (mal drenaje, deficiente fertilización), a la actividad de otros patógenos, daño de insectos y/o a la acción de nemátodos.

Síntomas Las plantas afectadas presentan un sistema radicular débil, de coloración café oscura a rojiza, producto de

la acción del patógeno sobre el tejido, tanto en las raíces principales como laterales. Normalmente la enfermedad se presenta en forma de manchones en el potrero en suelos con mal drenaje o muy húmedos. En ataques severos se reduce la población de plantas con lo que se puede llegar a una pradera improductiva en pocos años.

Diseminación y Sobrevivencia Se disemina por el agua de riego y las labores culturales. Activamente sobrevi ve como saprofito sobre

residuos vegetales y en forma pasiva a la forma de esporas asexuales de resistencia (clamidosporas).

Control Rotación de cultivos y prácticas culturales (mejorar el drenaje y fertilización).

CONCLUSIONES La información contenida en este capítulo ha tenido el propósito de describir y analizar algunos aspectos

relevantes de las enfermedades más frecuentes que afectan al trébol rosado y que han sido observadas en el sur de Chile, de tal manera que sirva como guía para el reconocimiento de éstas y permita tomar las medidas apropiadas para su control.

Es importante destacar que las medidas mencionadas sólo constituyen pautas generales, por cuanto la información con que se cuenta es parcial y aún se desconoce la real incidencia de las enfermedades en la productividad y persistencia, aspectos nece sarios y fundamentales para recomendar medidas específicas.

En la actualidad el Programa de Fitopatología está llevando a cabo investigaciones dirigidas a estimar pérdidas y evaluar algunas medidas de control, especialmente orientadas en la búsqueda de resistencia varietal.

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Fotografía 4. Pústulas de Roya, ras que contienen uredosporas a partir de las cuales se disemina la enfermedad.

Fotografía 5. Síntomas causados por oidio, observe las áreas blanco algodonoso y pulverulento sobre las hojas.

Fotografía 6. Lesiones necróticas de forma circular o irregular causadas por StemphyIium.

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PRODUCCIÓN Y UTILIZACIÓN

Juan Carlos Dumont L.

INTRODUCCIÓN Como toda forrajera, el trébol rosado debe ser manejado bajo determinadas condiciones para optimizar su potencial de

producción y mejorar su persistencia. Debido a sus variadas formas de utilización, en este capítulo se presentan antecedentes generales que sirvan de base y

puedan adaptarse a las condiciones particulares de diferentes sistemas ganaderos. Cabe señalar que en ciertos sectores de la Xa. Región (Ñadis, Precordillera de la Costa) , existe escasa información por lo que cualquier extrapolación de los datos aqu í presentados, debe realizarse con precaución, considerando las limitaciones indicadas en el primer capítulo. PRODUCCIÓN Y UTILIZACIÓN Producción

Producción de materia seca En el Llano Central de Osorno, se estudió la evolución de una pradera de trébol rosado de segundo año, con rezago desde el

28 de agosto (Dumont et al, 1986). La pluviometría durante la época de evaluación, resultó ser una moderada limitante para el desarrollo de la pastura. En la figura 4, se observa una gran capacidad de producción de forraje, sobre todo durante los meses de noviembre y diciembre, llegando a febrero con valores de producción de 10 ton de materia seca por hectárea en un solo corte. Esto no significa que sea recomendable esperar hasta esa fecha para utilizar el forraje, ya que en esa época las plantas se encuentran totalmente tendidas, la cosecha es ineficiente y hay gran cantidad de material muerto.

En la Figura 5 se observa cómo las partes activas de la planta se van perdiendo con la madurez, al mismo tiempo que aumenta la proporción de material muerto. Esto contribuye al deterioro de la calidad de la masa de forraje ya que este tipo de material contiene bajas concentraciones de nutrientes. Por otro lado, el consumo podr ía verse afectado ya que los animales prefieren las partes verdes de la planta como lo demuestran Clark y Ulyatt (1985), utilizando ovejas.

Teuber y Goic (1981), realizando cortes durante la primera temporada de un trébol rosado establecido en primavera (26 de septiembre) y bajo una adecuada condición climática, encontraron que en los primeros 111 días después de la siembra se acumularon 6 ton de materia seca/ha en un corte. La máxima acumulación ocurrió a fines de febrero, llegando a valores de 11-12 ton de materia seca/ha.

Figura 4. Producción de forraje de una pastura de trébol rosado.

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Figura 5. Evolución de algunos componentes en una pastura de trébol rosado.

Efecto de fechas de rezago y cosecha

En la Estación Experimental Remehue, Dumont et al. (1986), evaluaron la producción de forraje de trébol rosado a diferentes períodos de rezago. Los resultados obtenidos durante la temporada 1985/86 se presentan en el cuadro 11.

Cuadro 11. Efecto del inicio y del período de rezago en la producción de tr ébol rosado de segundo año.

Inicio de rezago Cosecha Per íodos de rezago Producción (días) (ton m.s./ha)

28 octubre 2 febrero 98 6,0

10 noviembre 2 febrero 84 5,0 23 noviembre 2 febrero 71 4,2

27 diciembre 7 marzo 71 3,9 03 enero 7 marzo 65 4,4 10 enero 7 marzo 57 4,1

En este cuadro se observa que en la medida que se atrasa el rezago de la pradera se produce una disminución de la producción, principalmente para la cosecha de verano, por lo que si el objetivo es tener forraje en esa época, es conveniente rezagar a más tardar a mediados de noviembre, para disponer de 4 a 5 toneladas de materia seca por hectárea a fines de enero.

Si durante el verano se requiere de un largo per íodo de suplementación, es conveniente realizar los rezagos diferidos durante noviembre y diciembre y no en una sola fecha. El sector rezagado primero, se utiliza primero y as í sucesivamente. De este modo, puede mantenerse a través del per íodo de suplementación una condición más homogénea en el forraje evitando sectores excesivamente tendidos y de baja calidad.

AI rezagar a fines de diciembre-principios de enero, se lograron alrededor de cuatro toneladas de materia seca por hectárea en un período de 60 días. Sin embargo, al iniciar el rezago en forma tardía, se corre el riesgo de enfrentar un per íodo seco que puede impedir el normal rebrote de la planta.

En otras determinaciones realizadas en la Estación Experimental Remehue, se obtuvieron cinco toneladas de materia seca/ha en trébol rosado rezagado durante 88 días (9 de enero al 17 de abril de 1986) bajo un régimen de pluviometría normal.

En base a los antecedentes anteriores, es posible estimar en forma aproximada la productividad de una pradera de trébol rosado de segundo año, ubicada en el Llano Central de Osorno, sin limitaciones de humedad en el suelo. En el Cuadro 12, se da un ejemplo de una alternativa de utilización anual con las producciones en cada período.

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Cuadro 12. Producción anual y por per íodos de una pradera de trébol rosado.

Fechas de inicio rezago Fechas de cosecha Producción de forraje (ton m.s./ha)

30 agosto 04 diciembre 03 febrero 01 junio

03 diciembre 02 febrero 30 mayo 29 agosto

7,0 4,0 3,0 0,51

Total 14,5

1 Estimación visual

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La producción de forraje que aparece en el Cuadro 12, ha sido determinada bajo condiciones de cosecha muy controladas. La eficiencia en la recolección depende de factores como: el estado de la planta, tipo de maquinaria, sistema de pastoreo, etc.

Calidad

Contenido de materia seca del forraje A medida que avanza el estado de madurez, aumenta el contenido de materia seca de la planta. En la figura 6,

aparece la evolución de este parámetro, donde se observan cifras que van desde 11% (finales de octubre) a 35% (mediados de marzo) (Dumont et al., 1986).

Un bajo contenido de materia seca origina generalmente problemas de fermentación en el ensilaje, bajo consumo animal y

dificultad en la deshidratación durante la elaboración de heno.

Pared celular El sostenido aumento de esta fracción fibrosa (Figura 7) va en detrimento de la calidad del forraje. Esta relación se

observa en la Figura 8 en la cual el parámetro de calidad está representado por la digestibilidad in vitro de la materia seca del forraje que disminuye linealmente cuando aumenta la pared celular. Este grado de asociación también se ha encontrado en otras especies forrajeras (Werner, 1985).

Figura 6. Evolución en el contenido de materia seca en una pastura de trébol rosado.

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Figura 7. Evolución de la pared celular en una pastura de trébol rosado.

Digestibilidad in vitro de la materia seca

La digestibilidad es un parámetro que disminuye a medida que avanza la ma durez de la planta (Dumont et al., 1986) (Figura 9). Esto se explica principalmente por una sostenida desaparición de las hojas en favor de los tallos (Figura 10) que como es tructuras de sostén poseen mayor proporción de paredes celulares.

Como se observa en la Figura 9, en trébol rosado a inicios de floración es normal encontrar valores de 60-63% de digestibilidad in vitro de la materia seca. Esto se puede lograr con un inicio de rezago a fines de agosto y una cosecha durante la primera quincena de diciembre.

Figura 8. Relación entre la pared celular y la digestibilidad in vitro de la materia seca del trébol rosado.

Figura 9. Evolución de la digestibilidad in vitro en una pastura de trébol rosado.

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Figura 10. Evolución de hojas, tallos y flores en una pastura de trébol rosado.

Proteína total En estados tempranos de crecimiento, existe un alto contenido de proteína total en la pradera de trébol

rosado, el que va disminuyendo hacia la madurez. En la Figura 11, se observa que desde valores iniciales de 25% de proteína total se llega a estabilizar en aproximadamente 10% en estados fenológicos tardíos. Cabe señalar que estos valores se han obtenido sin la aplicación de fertilizante nitrogenado durante la temporada (Du mont et al., 1986).

Figura 11. Evolución del contenido de proteína total en una pastura de trébol rosado.

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Calcio, fósforo y su relación La concentración de calcio se mantiene en un nivel relativamente alto a medida que avanza la madurez de la planta, según

se muestra en la Figura 12. (Dumont et al. 1986). En estado temprano, esta concentración se encuentra en alrededor de 1,45% de calcio y en tardío, de 1,2%.

Figura 12. Evolución del contenido de calcio y fósforo en una pastura de trébol rosado.

La Universidad Austral de Chile (1985), da un rango de 0,9% a uno de calcio para henos de trébol rosado tempranos y tardíos respectivamente, obtenidos en la Xa. Región.

El contenido de fósforo en el trébol rosado, normalmente se encuentra entre 0,1 a 0,4%. En la Figura 12, se observa que desde valores de 0,4% en estados fenológicos iniciales, puede llegar a 0,2% en la madurez

(Dumont et al., 1986). Mendoza (1974), obtuvo rangos de 0,1 a 0,4% de fósforo en hojas de trébol rosado y 0,07 a 0,4 en los tallos, dependiendo de la época del año, frecuencia de cortes y estado vegetativo. Los niveles más altos se lograron en septiembre y los menores a fines de noviembre. Indica además, una correlación negativa entre el porcentaje de f ósforo en la planta y la producción de fo-rraje. La Universidad Austral de Chile (1985), da un rango de 0,08 a 0,14% de fósforo para los henos de trébol rosado obtenidos en la Xa. Región, dependiendo del estado de desarrollo del cultivo.

El alto contenido de calcio en el trébol rosado, provoca una amplia relación calcio: fósforo que se hace mayor con la

maduración de la planta; utilizando los valores de la Figura 12, esta relación puede variar entre 3,6: 1 en estados tempranos, hasta 8:1 en tardíos. Esta situación es importante desde un punto de vista nutricional ya que las vacas próximas al parto requieren una relación calcio: fósforo más estrecha (Ej: 1,3:1) en la ración total, para evitar problemas de fiebre de leche.

Al respecto, Thomas et al. (1985) suministraron una mezcla de ensilaje de gramíneas y trébol rosado en igual cantidad, a vacas secas cuatro semanas antes del parto. Esto produjo una alta incidencia de fiebre de leche atribuida a la gran concentración de calcio en el trébol rosado, por lo que fue necesario suplementar sólo con ensilaje de gramíneas para disminuir el problema.

Sodio En general, las leguminosas contienen menos sodio que las gramíneas. Spedding y Dieckmahns (1972), dan valores de 0,1

y 0,3% de sodio para trébol rosado y ballica perenne, respectivamente. Se han realizado algunos ensayos para determinar si estos bajos contenidos de sodio en trébol rosado son limitantes en el comportamiento de los animales.

Brookes y Wilson (1983), no encontraron efectos a la suplementación con sodio en vacas lecheras alimentadas principalmente con trébol rosado, concluyendo que el contenido de sodio en esta planta es suficiente para mantener buenas producciones. El contenido de sodio en el forraje utilizado, varió entre 0,065 y 0,12% dependiendo de la variedad de trébol rosado y la época del año.

Otros minerales El contenido de magnesio del trébol rosado se encuentra en un rango de 0,16 a 0,34% de la materia seca (Spedding y

Dieckmahns, 1972; Universidad Austral de Chile, 1985). El contenido de potasio varía entre 1,6 a 3,5% de la materia seca (Spedding y Dieckmahns, 1972).

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Rotaciones En un sistema de producción ganadera, el trébol rosado puede ser utilizado en el programa de rotación de cultivos. En el

sector de rotación por lo general se incluyen cultivos para solucionar problemas de alimentación invernal (coles) y de verano (trébol rosado). Además, se pueden intercalar cereales como avena, cebada, triticale, ballicas anuales, u otros, para obtener granos, subproductos, forrajes para ensilar, etc. La rota ción debe ser considerada a cinco años mínimo, de los cuales dos o tres corresponden a trébol rosado.

Utilización

Momento de utilizaci ón Para comprender mejor el manejo de esta leguminosa, es necesario conocer el ciclo de carbohidratos de reserva de la

planta. Estos son compuestos orgánicos, principalmente almidón, sucrosa, glucosa y fructosa que se acumulan en las raíces, corona y base del tallo del trébol rosado y le sirven de materia prima para el rebrote, luego que la planta ha sido cortada o pastoreada (Sheard, 1973).

La acumulación de estos compuestos de reserva, depende de factores como: temperatura, luminosidad, humedad del suelo, sustancias inhibidoras, nitrógeno en el suelo, frecuencia de corte y de una combinación entre ellos. Por ejemplo, Sheehan et al. (1985), encontraron un marcado aumento de carbohidratos de reserva en trébol rosado durante el otoño, situación atribuida a que la fotosíntesis en esa época se mantiene relativamente alta, mientras que el grado de respiración disminuye debido a las bajas tem peraturas. Rebolledo (1970), indica que durante el otoño es conveniente hacer una utilización de la planta cuando tiene entre 35 y 45 cm de altura.

Por otro lado, las sustancias de reservas disminuyen considerablemente des pués de cada corte y se recuperan sólo después que la planta se ha desarrollado lo suficiente para que la fotos íntesis exceda el proceso de respiración. Sin embargo, Ruiz et al. (1969) indican que esto depende además de la estación del año, ya que durante la primavera los carbohidratos de las raíces disminuyen paulatinamente y no logran recuperarse aún en estados avanzados de desarrollo.

Si la planta es cortada nuevamente, antes de que pueda recuperar sus reservas, se comprometen los futuros rebrotes, la producción total y la duración de la pradera.

En un trabajo realizado en Temuco (Instituto de Investigaciones Agropecuarias, 1970), se encontró que los cortes realizados cuando la planta tenía 20 a 30 cm de altura, mantenían bajos los niveles de reserva de las raíces (8,1% de la materia seca). Cuando el corte se realizó en estados más avanzados, estos niveles aumentaban a 14%. Las producciones de forraje fueron de 4,5 y 7,5 toneladas de materia seca por hectárea, res pectivamente. Spedding y Dieckmahns (1972), reportan una significativa reducción de la producción cuando el trébol rosado es cortado 4 y 8 veces durante la temporada de crecimiento, comparado con un solo corte para heno. Teuber y Goic (1981), en una pradera de cuatro años en Osorno, obtuvieron un 48,5% de trébol rosado en la composición botánica cuando éste se cortaba con un 20% de flor y de sólo un 28% cuando el corte se realizó en estado de prebotón.

Cosgrove y Brougham (1985), encontraron que al pastorear frecuentemente al trébol rosado (cada vez que llegaba a los 10-12 cm), durante el verano, se producía una significativa disminución en la densidad de plantas al compararla con un pastoreo a los 15-20 cm.

Al considerar el ciclo de carbohidratos como criterio de utilización del trébol rosado, resulta aconsejable cortar en estados de desarrollo más avanzados que tempranos. Sin embargo, en la medida que la planta madura, además de la pérdida en calidad de forraje, los tallos se van tendiendo sobre el suelo, lo que provoca inconvenientes, tales como:

- Se favorece el agotamiento de las reservas por la presencia de los tallos que han que dado en el potrero después de la utilización. Según Águila (1979), este agotamiento se produce porque la planta no brota solamente desde las yemas basales sino que también a partir de yemas axilares situadas a lo largo de los tallos, cada una de las cuales requiere de reservas nutritivas.

- La presencia de tallos tendidos al momento de la utilización, se traduce en grandes pérdidas de materia seca, cuya magnitud estará relacionada al tipo de maquinaria o al sistema de pastoreo empleado.

- Los tallos que han quedado después de un corte, al descomponerse y dañarse, facilitan el ataque de enfermedades.

Esta situación supone una recomendación pr áctica que consiste en realizar el corte cuando los tallos recién comienzan a tenderse.

Pastoreo Por su hábito de crecimiento, en general no se recomienda el pastoreo del trébol rosado. Sin embargo, se puede

realizar con algunas condiciones:

1. Tiempo de rezago adecuado (45-60 días como mínimo). 2. Período de pastoreo corto e intenso. Esto implica uso de cerco eléctrico con cálculo de la cantidad de forraje que se

requiere suministrar por día. 3. Retirar los animales de la pradera en cuanto hayan terminado su consumo, evitando así pisoteos y daño innecesario.

La alternativa de incorporar al trébol rosado en praderas permanentes a trav és de regeneración, tiene la gran ventaja de no romper el suelo, aspecto interesante en sec tores de limitaciones topográficas u otras. Pero al mismo tiempo, se somete a pastoreo frecuente, existe una competencia con las otras especies, y podrían aumentar los problemas de enfermedades del trébol rosado al persistir por tiempos largos en la misma pradera. En la Décima Región, no existen experiencias al respecto. Cosgrove y Broug-ham (1985) en Nueva Zelandia han utilizado el trébol rosado incorporado a praderas permanentes con el objeto de complementar la producción de otras forrajeras durante el verano, encontrando que es posible manipular la presencia de las especies con la frecuencia de pastoreo.

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Pastoreo-corte Teuber y Goic (1981) en Osorno, encontraron que el sistema de corte logr ó una mejor persistencia de la pradera

de trébol rosado, comparado con el pastoreo. Esto se reflejó en la composición botánica, la que al cuarto año del ensayo fue de 51% y 25% de trébol rosado para corte y pastoreo respectivamente, si bien, este último tratamiento favoreció el desarrollo de gramíneas (ballica anual y perenne) y trébol blanco.

En la Subestación Experimental Human de INIA en Los Ángeles, Bonilla et al. (1984) establecieron un ensayo por tres temporadas para estudiar el efecto del pastoreo y del corte sobre una pradera de trébol rosado, utilizando vacas lecheras en un pastoreo en franjas diarias y doble cerco eléctrico.

En el otro sector, la pradera se manejó mediante cortes en superfic ies equivalentes. No se observaron diferencias en la producción de leche por hectárea, hecho atribuido a la alta intensidad de pastoreo lograda con el uso del cerco eléctrico. Esto permitió disminuir las pérdidas de forrajes por pisoteo y acción de excretas. En ambos sistemas se produjo una desaparición progresiva de las plantas de trébol rosado. Al finalizar la experiencia, existían 17 y 19 plantas por m2 para los tratamientos de corte y pastoreo, respectivamente.

Ruiz y Klee (1983) en Chillan, utilizando novillos de 320 kg de peso, también realizaron comparaciones entre estos sistemas. Durante la tercera temporada se pudo apreciar una dr ástica desaparición de plantas en ambos tratamientos, llegando a una densidad final de 4 y 7 plantas por m2 para pastoreo y corte, respectivamente. La población de ballicas se vio favorecida con los tratamientos de pastoreo.

Esta paulatina y drástica desaparición de plantas determinan una corta duración de las praderas de trébol rosado, que en

nuestra región es difícil que sobrepase los tres años. Las razones que expliquen este fenómeno no están del todo claras. En algunos casos, el sistema de utilización mediante cortes ha permitido una mayor persistencia (Teuber y Goic, 1981), sin embargo en otras, el pastoreo ha demostrado seguir patrones similares al corte en cuanto a la desaparición de plantas de trébol rosado.

Resulta evidente que existen otros factores que están influyendo en el comportamiento de esta leguminosa y principalmente se describen algunas plagas y enfermedades que provocan serios daños en las estructuras de la planta, llegando a causar la muerte de ellas (Capítulo 3 y 4).

Elaboración de heno Durante la elaboración de heno de trébol rosado, se presentan situaciones que dificultan el proceso. Si el corte para heno se

realiza cuando los tallos están erectos y sin tenderse, el contenido de agua en la planta es alto y la vegetación recién cortada tiende a aplastarse, evitando la normal circulación de aire, por lo que el tiempo de desecación es más prolongado. Por otro lado, cuando los tallos aún contienen humedad, las hojas ya están secas, por lo que cualquier movimiento de la vegetación, con el objetivo de acelerar el secado resulta en un gran desprendimiento y pérdidas de estas partes más nutritivas de la planta, obteniéndose un heno de inferior calidad. Estos problemas se agudizan en caso de lluvias, lo que es muy común en nuestra región. Si el corte se reali za cuando la planta está más madura y con menos contenido de agua, la calidad del heno disminuye. Además en este estado, los tallos están tendidos, por lo que hay grandes pérdidas de vegetación durante la cosecha, las que dependerán del grado de tendidura y del equipo cosechador que se utiliza. Por ejemplo, si se corta con barra segadora se producen problemas de atascamiento y atraso en la labor. Considerando estos inconvenientes, es preferible evitar esta modalidad de utilización.

Elaboración de ensilajes Este sistema de utilización permite una eficiente recolección del forraje. En este caso, también se presentan algunos

problemas derivados de las características químicas de la planta. En los capítulos 6 y 7 se describen con mayor detalle estos problemas y se analizan al comportamiento de animales alimentados con este tipo de forraje conservado.

Como se había mencionado anteriormente, para obtener forraje en verano, es necesario iniciar el rezago a mediados de noviembre para dar tiempo suficiente a la recuperación y minimizar los problemas que produce la sequía. Si la superficie con trébol rosado es pequeña y/o la cantidad de forraje no justifica la elaboración de un silo especial, se puede aprovechar las labores de confección de otros silos más grandes realizados en esa época, para incluir en ellos la producción de trébol rosado obtenida en esa cosecha.

CONCLUSIONES El trébol rosado, a pesar de obtener una gran acumulación de forraje en un corte (al rededor de 10 toneladas de materia seca) en estado de plena floración, no es aconsejable realizar la cosecha en esta época, ya que existe gran cantidad de material muerto. El forraje es de baja calidad, hay gran cantidad de tallos tendidos y los rebrotes son débiles y pequeños.

En general, es conveniente utilizar esta especie en estados m ás tardíos que tempranos, pero antes que se tiendan totalmente los tallos. Para obtener forraje en verano, es conveniente rezagar a mediados de noviembre (sector Osorno). Sin embargo, el rezago diferido en dos o tres épocas permite obtener durante el verano, sectores en distintos estados de desarrollo, aunque con cier to sacrificio en la producción de forraje.

Evitar alimentar vacas antes del parto con trébol rosado debido a su amplia relación calcio: fósforo. El trébol rosado puede utilizarse bajo pastoreo pero con un cuidadoso manejo, considerando per íodos de rezago adecuado y usando cerco eléctrico en forma intensiva. En las zonas de climas inestables no es aconsejable la elaboración de heno con esta forrajera.

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PRODUCCIÓN DE LECHE

Francisco Lanuza A.

INTRODUCCIÓN Las características de crecimiento de las praderas permanentes en la Xa. Región no permiten abastecer de forraje

fresco, en cantidad suficiente, a las vacas lecheras durante todo el año. Independiente de que la carga animal se adecúe a la disponibilidad promedio de forraje y que a su vez, los mayores requerimientos nutritivos de los animales se hagan coincidir con la mayor oferta de pastos, no es posible prescindir de la necesidad de conservar un excedente de forraje.

El déficit de producción de los pastos en invierno y verano crea la necesidad de recurrir a cultivos suplementarios para mantener la productividad de las vacas en lactancia.

Por lo general, la mayor proporción de la producción anual del trébol rosado se destina para conservación debido a que su máximo crecimiento coincide con el de las especies que componen la pradera permanente. Además por la necesidad de lograr un forraje con una buena concentración energética y por las caracterís ticas morfológicas propias del trébol rosado (Capítulo 1) es aconsejable conservarlo como ensilaje (Capítulo 5) para producción de leche.

El objetivo de este capítulo es entregar antecedentes, respecto de la utilización del trébol rosado conservado como he no, ensilaje y pastoreo para producción de leche. Además se discuten algunos aspectos sobre timpanismo y el efecto de los fitoestrógenos, como posibles limitantes de su utilización.

UTILIZACIÓN PARA PRODUCCIÓN DE LECHE

Utilización

Consumo voluntario El potencial de los forrajes para sostener una buena producción de leche depende de su valor nutritivo (consumo,

digestibilidad y eficiencia de uso de los nutrientes). El consumo es influenciado por diversos factores del alimento. Pero, en el caso de los forrajes conservados como ensilaje, se ve afectado por un factor adicional que es el tipo de fermentación.

Bajo condiciones de igual nivel de digestibilidad pueden existir diferencias de consumo entre especies forrajeras. Así, las leguminosas son más consumidas que las gramíneas (Van Soest, 1965; Osbourn et al. , 1966 y Day et al., citados por Rohr, 1980; Demarquilly et al., 1982). Esto ha sido atribuido a diferencias en el contenido y grado de desdoblamiento de las paredes celulares (Dermarquilly y Jarrige, y Van Soest, citados por Rohr, 1982). Demarquilly et al. (1982) señalan que las hojas, y en un grado menor, los tallos de las leguminosas, son más rápidamente digeridos que en el caso de las gramíneas. La razón de esto es que las leguminosas generalmente tienen un menor contenido de paredes celulares que las gramíneas de similar digestibilidad, logrando como conse-cuencia ser digeridas a una mayor velocidad (Van Soest, 1965).

La digestibilidad disminuye con la edad de la planta. El aumento de las paredes celulares conduce a disminuir la velocidad de digestión ruminal y con ello afecta negativamente el consumo. En el caso de las leguminosas, el consumo disminuye menos rápidamente con la digestibilidad que el de las gramíneas. Las diferencias de consumo son más importantes en la medida que se compara el consumo de leguminosas con el de las gramíneas utilizando forrajes de baja digestibilidad (Demarquilly et al., 1982). La estrecha relación entre consumo y digestibilidad sólo se tiene con una digestibilidad de la materia seca de la ración entre 52 y 67% (Conrad et al, 1964). A mayor digestibilidad no se acompaña necesariamente con un mayor consumo.

Ensilaje

a) Proceso de conservación La conservación del trébol rosado como ensilaje presenta algunas característi cas especiales que lo

diferencian de los ensilajes de gramíneas o de praderas mixtas. Esto deriva fundamentalmente del hecho de que a edad o estado equivalente, las leguminosas son más ricas en proteínas, en ácidos orgánicos, en calcio, en carotenos y son más pobres en carbohidratos solubles (Fauconneau y Jarrige; Jarrige, citados por Demarquilly et al., 1982; Thomson y Wilkins, citados por Frame, 1976).

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Una buena conservación del ensilaje, depende de la producción de ácido láctico para estabi lizarlo a un pH bajo. Para lograr esto, debe existir un adecuado contenido de carbohidratos para producir la suficiente fermentación acida y poder así, sobrepasar la capacidad tampón o "buffer" del forraje. También es necesario la exclusión del aire y un adecuado contenido de humedad. En el caso del trébol rosado, su elevado tenor de ni trógeno (proteína, aminoácidos libres y nitrógeno no proteico) conduce a desarrollar un elevado pH a través de la producción de amonio y con ello se dificulta la preservación (Van Soest, 1982). Hay que agregar además, que su elevado poder tampón, deriva también del mayor contenido en ácidos orgánicos y minerales. Otro factor que influye en la calidad del ensilaje es su contenido de agua. Además de existir una mayor pérdida de constituyentes solubles altamente digestibles en los ensilajes muy húmedos, se produce una mayor proteolisis que contribuye a la formación de compuestos nitrogenados más simples (péptidos, aminoácidos, amidas, etc. Mc Donald, 1980) y con ello aumentan el poder tampón. La particularidad que tiene el ensilaje de trébol rosado se refiere a que se degrada muy rápidamente uno de los aminoácidos (Glutamato) que es a su vez el primer aminoácido limitante de muchas bacterias acidolácticas (Mc Donald, 1980). Para ensila jes con mayor contenido de materia seca, Van Soest (1982), señala que el desarrollo de la acidez es inhibida por la disponibilidad de agua, así el pH de ensilajes con alta materia seca está inversamente relacionado al contenido de agua. La introducción de oxígeno y la susceptibilidad al calentamiento condiciona una situación muy inestable en los ensilajes con bajo contenido de humedad.

El contenido de carbohidratos solubles del trébol rosado que varía entre el 8 y 12% de la materia seca, permite lograr una buena fermentación láctica sin el uso de aditivos (Demarquilly et al., 1982). Sin embargo, cuando se realiza la cosecha de material tierno con bajo contenido de materia seca es necesario el premarchitamiento y/o la incor poración de algún aditivo (Castle y Watson, 1974); Frame, 1976; Demarquilly et al., 1982; Van Soest, 1982). Thomson y Wilkins, citados por Frame (1976) observaron que a pesar del bajo contenido de carbohidratos solubles y su elevada capacidad "buffer", se pudo alcanzar una satisfactoria fermentación láctica, sin aditivos y con un porcentaje de materia seca sobre 20%. No obstante, debido a la posible pérdida de carbohidratos solubles por calentamiento en la práctica predial, ellos sugieren el uso de ácido fórmico cuando se ensile trébol rosado con un contenido de materia seca menor de 25%.

b) Producción de leche Existe escasa información sobre producción de leche en base a ensilajes de trébol rosado. Castle y Watson (1974)

reportan resultados de varios experimentos en que utilizaron ensilajes de trébol rosado como forraje fundamental en raciones de vacas lecheras (Cuadro 13).

Cuadro 13. Consumo de materia seca y producción de leche.

Parámetros Experimento 1. Experimento 2

Control T. rosado Control T. rosado

Vacas 4 4 4 4 Consumo (kg m.s./vaca/día) -- -- -- -- Ensilaje - 7,25 - 8,26 Ensilaje pradera 2,45 - 7,12 - Otro forraje 5,311 1.592 - - Concentrado 5,89 6,03 6,99 7,08 Total consumo (% peso vivo) 2,69 3,08 2,95 2,91

Prod. leche kg/vaca/día 21,77 24,67 16,05 16,46

^ 3,72 kg de heno y 1,59 kg de coseta de remolacha. 2 1,59 kg de coseta de remolacha. Fuente: Castle y Watson, 1974.

En general, los animales consumieron sin problemas el ensilaje de trébol rosado logrando elevados consumos de materia

seca total. Sin embargo, la suplementación de concentrado, constituyó casi el 50% de la ración total. El ensilaje del primer experimento fue premarchitado por 24 horas y no se le agregó aditivo, lográndose un 25,5% de materia seca, 21,8% de proteína, 55,9% de digestibilidad de la materia orgánica y un pH de 4,4. En el segundo ensayo se comparó además el efecto de la adición de ácido fórmico detectándose un mejor consumo cuando se agregó 5,68 It de ácido fórmico / tonelada de forraje fresco. En promedio los análisis arrojaron un 20,8% de materia seca 20,4% de proteína y 48,2% de digestibilidad de materia orgánica.

En otro ensayo, Castle y Watson (1974) estudiaron la respuesta productiva de vacas alimentadas con ensilajes de trébol rosado con y sin ácido fórmico. Los resultados de este experimento se presentan en el cuadro 14.

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Cuadro 14. Análisis de los ensilajes y parámetros productivos de vacas alimentadas con ensilajes de trébol rosado.

Parámetros Tratamientos

Testigo Con ác. fórmico1

Materia seca (%) 25,6 26,1 Proteína cruda (%) 18,4 18,1 Digestibilidad materia orgánica (%) 53,1 54,3 pH 4,6 4,2

Consumo (kg m.s./vaca/día)

Ensilaje 9,4 9,7 Concentrado 4,76 4,76 Total 14,20 14,47

Producción de leche

(kg/vaca/día) 16,28 16,37

1 Se agregó 1,9 It/ton de forraje. Fuente: Castle y Watson, 1974.

En este último experimento de Castle y Watson (1974), se confirma la gran aceptabilidad de los ensilajes de trébol rosado, teniendo las vacas un consumo promedio del 68% del total de la ración.

Dulphy y Demarquilly (1975 a, b) citados por Dulphy et al., (1984) realizaron varios ensayos, en donde utilizaron ensilajes de trébol rosado solo, y en mezcla con una gramínea (Phleum pratense) como forraje base de vacas lecheras a inicios de lactancia. En el Cuadro 15, se presentan los resultados de consumo y producción de leche.

Cuadro 15. Consumo de alimentos y producción de leche de vacas con diferentes raciones alimenticias.

Temporadas

Parámetros 19721 1er

Ciclo

19732 1er

Ciclo

19733 2do

Ciclo

19743 1er

Ciclo

19743 2do

Ciclo Consumo (kg m.s./día) Ensilaje

13,44 11,62 13,55 12,14 13,50

Concentrado

2,754 2,854 2,464 4,245 3,044

Producción de leche (kg/vaca/día)

20,1 18,3 20,0 19,7 21,2

1 Ensilaje trébol rosado de primer corte. Ensilaje trébol rosado-gramlne a, de primer corte, predominio de fleo.

3 Ensilaje trébol rosado - gramínea, con predominio de trébol. 4 Maíz. 5 Coseta seca. Fuente: Dulphy y Demarquilly (1975 a, b) citados por Dulphy etal., 1984).

Se logró un alto consumo de ensilaje y el aporte de concentrado en la ración total fue en promedio cercano al 20%. A excepción del grupo que recibió coseta como concen trado, todos los otros animales tuvieron un incremento de peso durante el ensayo.

Dulphy et al. (1984) reportan los resultados de cinco experimentos en los que utilizan ensilajes de trébol rosado solo y asociado con ensilajes de maíz o de coseta para suministrar una ración voluminosa balanceada a vacas lecheras.

Los ensilajes de trébol rosado se realizaron con un tamaño de picado de 2 a 3 cm, agregando 3,5 It de ácido fórmico por tonelada de forraje fresco y en algunos se hizo premarchitamiento. En el Cuadro 16 se señalan algunos resultados de estos experimentos.

Dulphy et al. (1984), concluyen que es posible obtener buenos ensilajes de trébol rosado; las vacas lecheras lo consumen en buena forma y es posible mantener buenas producciones de leche con suplementación moderada de concentrados.

Thomas et al. (1985), publican resultados de un ensayo durante dos temporadas, en que comparan ensilaje de trébol rosado con ensilaje de ballica, utilizando vacas lecheras que se encontraban entre la tercera y vigésima semana de lactancia. Los forrajes fueron premarchitados por 18 horas, repicados y se les agregó ácido fórmico y for -maldehido. En el Cuadro 17 se presenta la información promedio de dos tratamientos en los dos períodos en que se subdividió el ensayo, en cuanto a consumo, producción de leche y cambio de peso vivo.

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Cuadro 16. Alimentos consumidos, producción de leche y variación de peso vivo de vacas lecheras.

Parámetro Temporada

Estado de lactancia

1982-83 1er

Ciclo Inicio

1982-83 3er

Ciclo Medio

1983-84 1er

Ciclo Inicio-Medio

1983-84 2 do

Ciclo Medio

Consumo (kg m.s./día)

Ensilaje trébol 11,13 9,40 10,14-12,48 11,42 Ensilaje maíz - 7,92 - -

Ensilaje coseta - - - 4,84 Heno 0,83 - - 0,87 Concentrado 6,79 2,74 6,67 - 7,86 4,36

Producción de leche (kg/vaca/día) 31,5 25,4 28,2- 30,1 25,8

Peso vivo promedio, (kg) 605 593 631 - 611 601 Variación peso, (g/día) -472 +179 -1326-0 -300

Fuente- Dulphy et al, 1984.

Cuadro 17. Consumo de alimentos, producción de leche y cambio de peso vivo de vacas que recibieron ensilaje de trébol rosado y de ballica.

Tipo de ensilaje

T. rosado Ballica

T. rosado

Ballica Tratamiento Estado de lactancia (semanas) 3 a 10 12 a 20 Consumo (kg m.s./día)

Ensilaje 10,2 8,5 10,7 8,8 Concentrado 7,0 7,0 7,0 7,0 Prod. leche (kg/vaca/día) 28,4 26,3 24,9 23,0 Cambio de peso vivo (kg) 16,8 -22,7 6,8 -5,2

Fuente. Thomas et al, 1985. Se observaron diferencias significativas en el consumo de ensilaje y producción de leche en ambos períodos a favor del

trébol rosado. El cambio de peso vivo fue similar para los animales de ambos grupos experimentales. Klee y Jahn (1978) compararon el ensilaje y heno de trébol rosado, utilizando vacas de dos o tres meses de lactancia,

que además recibían coseta seca de remola cha. Hubo un mayor consumo de heno, traduciéndose esto en una mayor producción de leche (Cuadro 18).

Cuadro 18. Consumo de alimentos y producción de leche de vacas alimentadas con ensilaje y heno de trébol rosado 1.

Parámetros Tratamientos

Ensilaje Heno

Consumo, (kg m.s./vaca/día)

Ensilaje 5,7 -

Heno - 10,7 Coseta 4,1 4,1

Producción de leche (kg/vaca/día) 9,8 12,0

1 Resultados promedios de dos temporadas.

Fuente: Klee y Jahn, 1978.

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En el tratamiento con heno los animales perdieron 0,43 kg de peso por día en la primera temporada y en la segunda mantuvieron peso. Las vacas que recibieron ensilaje disminuyeron 0,61 y 0,16 kg de peso por día en la primera y segunda temporada, respectivamente. La elaboración del ensilaje no incluyó la adición de aditivos y no se menciona con qué maquinaria se realizó el corte.

Dumont y Lanuza (1985), compararon el ensilaje de trébol rosado con el de una pradera permanente con vacas lecheras de lactancia invernal. El forraje se cosechó con maquinaria convencional y no se premarchitó ni se les agregó aditivos. Algunos resultados se presentan en el Cuadro 19.

Cuadro 19. Consumo de alimentos, producción de leche y cambio de peso vivo de vacas alimentadas con ensilajes de trébol rosado y de pradera permanente.

Parámetros Tipo de ensilaje

T. rosado P. permanente

Consumo (kg m.s./vaca/día) Ensilaje 8,80 7,80 Concentrado 3,54 3,54 Producción de leche (kg/vaca/día) 12,6 13,0 Cambio de peso (kg/vaca/día) 0,21 0,10

Fuente Dumont y Lanuza, 1985.

Hubo una tendencia a mayor consumo del ensilaje de trébol rosado pero las vacas tuvieron similar producción

de leche. En una segunda temporada, Dumont et al., (1987), con una pastura de trébol ro sado de mejor condición (90%

de Trifolium pratense), compararon el ensilaje del primer corte realizado a inicios de diciembre con el de una pradera permanente mixta (70% gramíneas, 13% Trifolium repens) cosechada a inicios de noviembre. El material empleado fue proporcionado como forraje voluminoso a vacas lecheras de parto de otoño. Resultados de este ensayo se observan en el Cuadro 20.

Cuadro 20. Consumo de alimentos, peso vivo y producción de leche de vacas alimentadas con ensilajes de trébol rosado y de pradera permanente.

Parámetros Tipo de ensilaje

T. rosado P. permanente

Consumo (kg m.s./vaca/dfa) Ensilaje 8,60 7,00 Concentrado 4,35 4,35 Producción de leche (kg/vaca/dfa) 17,50 17,10 Incremento peso (kg/vaca/día) 0,071 0,055

Fuente: Dumont et al., 1967.

Se obser vó un mayor consumo del ensilaje de trébol rosado que no se traduce en una mayor producción de leche ni en un incremento de peso vivo. Estos resultados concuerdan en términos generales con los observados en la temporada anterior (Cuadro 19) pero con animales de mayor producción.

Heno

a) Elaboración Existen dificultades para obtener un heno de trébol rosado de buena calidad, derivadas de sus

características morfológicas (Demarquilly et al. 1982). En efecto, se menciona que en los henos desecados al sol la pérdida de digestibilidad es más acentuada comparada con el de las gramíneas, pues existe una gran pérdida de hojas. Éstas se secan más rápidamente que los tallos y se tornan frágiles cuando el porcentaje de materia seca de la planta entera sobrepasa el 60% ( Demarquilly et al. 1982). Esta menor di gestibilidad se traduce en un menor consumo del material conservado.

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b) Producción de leche. Existe escasa información respecto de la utilización de heno de trébol rosado desecado al sol, como forraje

base en alimentación de vacas lecheras. Anteriormente, ya se mencionó el ensayo de Klee y Jahn (1978). Se podría agregar que hubo un grupo de animales que recibió ensilaje de trébol rosado y heno de trébol rosado, como reemplazo de la coseta en el tratamiento que se presenta en el Cuadro 18. La respuesta productiva de estos animales fue similar a la de aquellos que recibieron ensilaie más coseta.

Butendieck et al., 1982), entregaron resultados de dos temporadas en las que compararon heno de trébol rosado con el de una pradera permanente (ballica-trébol blanco), utilizándolos como ración base en vacas de lactancia invernal. La ración de forraje se ajustó al inicio del ensayo a igual tenor de proteína con una suplementación de afrecho de raps. Además las vacas recibieron un concentrado de producción de calidad de 1 kg por cada 2,1 litros de leche con 4% de materia grasa sobre una producción de 14 litros por vaca por día. En el Cuadro 21 se entregan los resultados preliminares de este ensayo.

Cuadro 21. Consumo de alimentos, producción de leche y cambio de peso vivo en vacas alimentadas con henos de trébol rosado y de pradera permanente 1.

Parámetro Tipo de heno

T. rosado Ballica - T. Blanco

Consumo, (kg/vaca/día)

Heno 12,8 13,9 Concentrado 2,15 2,45 Prod. de leche (kg/vaca/día) 15,7 17,5

Cambio de peso vivo (%) -7,0 -9,4

1Resultados promedios de dos temporadas. Fuente: Butendieck et al., 1982

Se concluyó que el heno de ballica-trébol blanco permite tener mejores consumos y producciones de leche que el heno de trébol rosado.

Pastoreo y/o soiling La utilización del trébol rosado en pastoreo directo o como soiling se realiza normalmente cuando existe un déficit de

producción de la pradera permanente durante el verano. Generalmente, se les ofrece a las vacas como suplemento de su ración alimenticia.

Bonilla et al., 1984 compararon el pastoreo con el soiling de trébol rosado como única ración durante tres temporadas, utilizando vacas con dos a cuatro meses de lac tancia. Se realizó un pastoreo intensivo dejando entre cinco y seis cm de residuo. Las vacas produjeron como promedio de las tres temporadas 10,4 a 11,4 It de leche corregida al 4% de materia grasa para el soiling y pastoreo, respectivamente. Estas cifras así como la carga animal, el peso vivo y la leche por hectárea no fueron diferentes.

Brookes y Wilson (1983), reportan un experimento en el que comparan dos variedades de trébol rosado con una pradera mixta de ballica-trébol blanco, utilizando vacas lecheras mellizas idénticas de varias razas y cruzas. Los animales sólo dispusieron de la praderas como ración alimenticia. En el Cuadro 22 se presentan algunos resultados de este ensayo.

Cuadro 22. Producción de leche de vacas que pastorean trébol rosado variedad Pa-wera y Hamua vs. pradera mixta.

Parámetro T. rosado Pradera permanente

Pawera Hamua (Ballica - Trébol blanco)

Prod. leche (kg/día) Verano Otoño Primavera

13,7 10,6 17,8

14,3 11,7 17,6

12,9 9,6 16,3

Fuente: Brookes y Wilson, 1983.

La producción de leche fue similar durante la primavera. Sin embargo hubo diferencias significativas para la producción en otoño y verano favorable al trébol rosado Hamua.

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Limitaciones

Fitoestrógenos Las leguminosas presentan regularmente algunas sustancias llamadas Isoflavonas, que tienen importancia por su

actividad estrogénica. Se describen una serie de compuestos como el formononetin, biochannin A y genistein entre las de mayor importancia (Grunert, 1980; Van Soest, 1982). En trébol rosado sólo el formononetin es estrogénicamente activo en rumiantes (Cox y Braden, citados, por Austin et al, 1982 y Grunert, 1980). El efecto estrogénico ha sido demostrado por Lighfoot et al. y Kaltenbach y Lloyd Davies citados por Dickson et al. (1977), y se debe a la interferencia en el transporte de esperma en el tracto genital de la hembra ovina. Dickson et al. (1977) no determinaron un efecto negativo en la tasa de ovulación, concepción y mortalidad embrionar ia, señalando que no existe un riesgo consistente cuando se realizan períodos cortos de pastoreo en la estación de cubiertas. El efecto sobre la fertilidad de ovinos no es tan concluyente. Austin et al., (1982) señalan no haber encontrado un % menor fertilidad de vaquillas alimentadas con ensilajes de trébol rosado sino que por el contrario el índice de concepción fue mejor que el grupo que recibió ensilaje de pradera mixta. Castle y Watson (1974) y Thomas et a/., (1985) tampoco encontraron efectos negativos sobre la fertilidad de las vacas lecheras que consumieron ensilajes de trébol rosado. Thomas et al., (1985) señalan que existe una tendencia en lograr un efecto benéfico relativo a la fertilidad de esos animales, hecho que confirma lo encontrado por Austin et al., (1982) en vaquillas. Braden et al., citado por Frame (1976), han demostrado que los bovinos metabolizan más rápidamente los fito-estrógenos y pueden tener mayor tolerancia a los efectos estrogénicos que los ovinos.

Timpanismo El timpanismo afecta de preferencia a bovinos que utilizan praderas en pastoreo directo. Se produce por una acumulación

excesiva de gas o gas con espuma en el rumen que impide a la vaca eliminar los gases de la fermentación ruminal mediante el reflejo de eructación. La acumulación de gas provoca una mayor presión dentro del rumen hacia los órganos contiguos (pulmón, corazón, etc.), llegando eventualmente a producir la muerte por asfixia.

Los bovinos más frecuentemente afectados son aquellos que disponen de praderas con gran cantidad de leguminosas y las pastorean en estados tempranos de desarrollo.

Medidas de manejo preventivo del timpanismo disminuyen la probabilidad de presentación del cuadro y se refieren a: a) tratamiento medicamentoso previo al pastoreo o incorporación de productos al agua de bebida; b) aplicación de productos a la pradera directamente; c) utilización de la pradera en estado vegetativo avanzado (trébol rosado al inicio de floración) realizando un pastoreo intenso; d) realizando el pastoreo después de que haya pasado el rocío de las plantas; e) cortando el forraje previamente y premarchitarlo por algunas horas y f) ofreciendo otro tipo de alimento fibroso previo al pastoreo de la pradera con leguminosas.

CONCLUSIONES

- En condiciones de igual digestibilidad, las leguminosas, y en especial el trébol rosado,

son mejor consumidas por los bovinos que las gramíneas.

- Es posible elaborar buenos ensilajes de trébol rosado en forma directa. Además el marchitamiento y en especial la adición de ácidos, mejoran las condiciones de fermentación y determinan una mayor calidad nutritiva.

- Usualmente resulta difícil elaborar un buen heno de trébol rosado, pero cuando se logra es un buen recurso voluminoso para vacas lecheras.

- La respuesta productiva de vacas lecheras alim entadas con ensilaje de trébol rosado y concentrado (20-50% de la ración total) puede ser buena, alcanzando producciones entre 10 y 31 kg de leche por vaca/día.

- Ensilajes de trébol rosado bien elaborados constituyen un buen recurso como forraje voluminoso en raciones de vacas lecheras, lográndose altos consumos.

- La utilización del trébol rosado en pastoreo y/o soiling para nuestra zona, no es lo más recomendable, pero cuando se usa así, éste

debe ser otorgado de preferencia como parte de una ración alimenticia de vacas lecheras durante el período de sequía estival.

- La presencia de fitoestrógeno en el trébol rosado no tendría relevancia para los bovinos en lo que se refiere a provocar alteraciones del tracto reproductivo y/o disminuir la fertilidad.

- El timpanismo constituye un riesgo permanente para los animales que utilizan pradera de trébol rosado. Sin embargo, existen variadas medidas de manejo que previenen eficazmente el problema.

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LITERATURA CITADA

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BROOKES, I. and WILSON, G. 1983. Milk production by dairy cows grazing 2 red clover cultivars with and without sodium supplementation. N.Z. of Exp. 11: 137-140.

BUTENDIECK, N.; HAZARD, S. y ROMERO, 0.1982. Comparación de ensilajes de avena, maíz, pradera premarchita y directa, además de heno de trébol rosado y ballica trébol blanco en la alimentación de vacas sometidas a estabulación completa. Estación Experimental Carillanca. Informe Técnico 1981-82.

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DULPHY, J.P.; ANDRIEU, J.P.; BONY, J. y ROQUEL, J. 1984. Conservation d'ensilajes a base de tréfle violet et utilisation par des vaches laitieres Bull. Tech. C.R.Z.V. Theix lNRA 58:31-37.

DUMONT, J.C. y LANUZA, F. 1985. Ensilaje de trébol rosado y de pradera permanente para alimentación de vacas con producción de

leche invernal (primera temporada). Estación Experimental Remehue. Informe Técnico 1985.

DUMONT, J.C; LANUZA, F.; SILVA, J.M.; CASTRO, L y BONDARENKO, M. 1987. Ensilaje de trébol rosado y de pradera para alimentación de vacas con producción de leche invernal (segunda temporada). Estación Experimental Remehue. Informe Técnico 1987.

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PRODUCCIÓN DE CARNE

Enrique Siebald Sch.

INTRODUCCIÓN Gran parte de los sistemas ganaderos para producción de carne bovina en la zona sur, están fundamentados

en la pradera permanente. Existen también explotacio nes en las cuales se desarrolla una gran actividad en torno a cultivos, en donde el gana do de carne participa como un utilizador de subproductos y de las praderas de rotación que están asociadas al cultivo. En este tipo de explotaciones, se ha estado utilizando ventajosamente el trébol rosado s olo o asociado a una gramínea de rotación corta (balli ca), tanto para conservación de forrajes como para ser utilizado mediante pastoreo directo. Una alternativa en sistemas pastoriles con praderas permanentes, es introducir el trébol rosado en este tipo de praderas para mejorar la productividad, orientada funda mentalmente a la conservación de forrajes o mejorar la disponibilidad de pasto verde en el período de verano.

En las zonas marginales, sector de suelos rojos arcillosos de la Precordillera de la Co sta, es posible también utilizar el trébol rosado como fuente de forraje para conser vación y como suplemento mediante pastoreo directo en verano. Ahora, dentro de un plan general de manejo y utilización de las diferentes zonas edafoclimáticas, este sec tor, bajo el punto de vista del productor de carne, debería ser esencialmente criancero, perdiendo trascendencia el tener un forraje de alta calidad para los períodos críticos; sin embargo, es una buena opción para asegurar un alto rendimiento para conservac ión de forrajes.

PRODUCCIÓN DE CARNE

Utilización como forraje fresco Greenhalgh y Reid citado por Frame (1976), compararon las ganancias de peso de novillos de dos años. Un grupo

alimentado con trébol rosado y el otro con una pradera de ballica. Estudiaron también dos formas de utilización, con pastoreo directo o como soiling (cosecha mecánica). Las ganancias de peso fueron significativamente superiores para los animales que consumieron trébol rosado (0,86 en relación a 0,73 kg/día); esta ventaja del trébol rosado se produjo en la segunda mitad de la estación de crecimiento. Para el segundo año, las ganancias fueron todas similares, (aproximadamente 0,84 kg/día) tanto para pastoreo y soiling, como también para las dos especies comparadas. El consumo de trébol fue superior pero presentó una digestibilidad menor, así los nutrien tes digestibles consumidos fueron iguales. En el primer año se produjeron casos leves de meteorismo, pero al inicio de la segunda temporada se debió recurrir al uso de aceites para controlar este problema.

Trabajos efectuados por Ruiz y Klee (1983), comparando pastoreo directo y soiling, encontraron similares ganancias de peso por animal; sin embargo, en el pastoreo directo, la carga animal y la rentabilidad fueron significativamente superiores al igual que la producción de carne por hectárea, en un 12%.

Como se mencionó en el primer Capítulo el trébol rosado puede sembrarse también asociado a especies forrajeras perennes o puede introducirse en praderas perma nentes mediante regeneración, observándose en trabajos realizados por Brougham (1960), que pastoreos intensivos en invierno no afectan la producción del trébol y se logra la producción máxima de materia seca con este método de utilización; en relación a otros en que la mayor intensidad de pastoreo es en otra estación o durante toda la temporada.

Forraje conservado Esta es una de las mejores alternativas de utilización para esta especie forrajera, puesto que se favorece con los rezagos y se

adapta mejor al corte mecánico, (Teuber et al, 1981).

Heno Becker y Emhart (1971), obtuvieron ganancias de peso que fluctuaron entre los 0,28 y 0,69 kg/día, al alimentar novillos

solamente con heno de trébol rosado. La ganancia de 0,69 kg/día se logró con un heno de buena calidad cosechado en una temporada con excelentes condiciones de clima, siendo lo normal la obtención de ganancias inferiores. Los mismos autores encontraron menores respuestas a la suplementación proteica y energética al trabajar con heno que con ensilaje de esta leguminosa.

Debido a que se requiere un mayor número de días para secar el heno de trébol, se producen las grandes pérdidas de hojas por lo que es preferible conservar este recurso en forma de ensilaje, especialmente si el objetivo es engordar ganado.

Una alternativa para lograr un heno de buena calidad en la zona sur, es median te el uso de caballetes, sistema que puede utilizarse para volúmenes pequeños y que pueden ser empleados como suplementos. Al deshidratar trébol rosado con este sistema se puede lograr un forraje de alta digestibilidad, sobre 65%, Siebald et al (1985).

El heno de leguminosas según Wilkins (1986)1, tendría un efecto en la síntesis de nitrógeno microbiano en el rumen, por lo que puede ser considerado como un suplemento en raciones formuladas sobre la base de ensilajes de praderas que poseen un alto porcentaje de gramíneas. El peletizado de este heno estimula el consumo de materia seca.

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Ensilaje Esta alternativa de conservación es la más adecuada para esta especie forrajera, debido entre otras razones al gran volumen

que entrega al momento del corte y también por la calidad del ensilaje que se logra. Los ensilajes de leguminosas, en comparación con los de gramíneas a igual digestibilidad, producen mayores ganancias de

peso, debido a que existe un mayor consumo en el caso de las leguminosas, Wilkins (1986)1. En determinadas etapas, el ganado de carne puede pasar por períodos en que interesa lograr pequeñas ganancias de peso o

tan sólo mantenerlo, como es el caso de vientres o novillos en etapa de mantenimiento en invierno. En racionas basadas en paja de trigo, suplementadas con 15 kg/día de ensilaje fresco de trébol rosado, se logró una ganancia de peso promedio de 0,29 kg/día, valor que es bueno considerando la base de la ración. Al reemplazar el ensilaje de trébol rosado por 1,2 kg de afrecho de raps, se logró una ganancia de 0,26 kg/día Siebald et a/ (1976).

Por otro lado, el ensilaje de trébol rosado es una excelente base para una ración de engorda, incluso sin suplemento alguno es posible lograr ganancias de aproximadamente 0,5 kg/día. Esta respuesta puede mejorar notablemente con una pequeña suplementación proteica, llegándose a incrementos de 0,9 kg/día (Becker y Emhart, 1971); siendo menores las respuestas a la suplementación energética, Cuadro 23.

Cuadro 23. Respuesta de novillos alimentados con ensilajes de trébol rosado suple-mentado con energía y proteína. Ganancia de peso (kg/animal día).

Temporadas Tratamientos

Énsilaje Ensilaje + 3 kg

coseta seca

Énsilaje + 1,2 kg

A. raps

1965-66 1966-67 1968-69

0,52 0,48 0,41

0,61 0,79 0,84

0,96 0,72 0,96

Promedio 0,47 0,75 0,88

Consumo m.s. kg/día Eficiencia de conversión kg m.s./kg de aumento

7,95

17,08

8,29

11,2

0

9,49

10,91

Se observa en el cuadro anterior que la respuesta a la suplementación proteica es clara en las tres temporadas de estudio, en relación al testigo sin suplemento. En cambio, al suplementar con energía, en relación al testigo durante las tres temporadas las respuestas fueron variables, no existiendo prácticamente efecto durante la primera temporada.

La mejor respuesta lograda al usar afrecho de raps, como suplemento proteico puede estar relacionada, entre otros factores, a un mayor consumo de ensilaje (no hay substitución) y a una mejor eficiencia de utilización del ensilaje al suplementar con proteína verdadera, rica en aminoácidos azufrados, Wilkins (1986)1.

En relación a otros ensilajes, Devilat (1967), al comparar el ensilaje de trébol rosado con el de alfalfa en novillos holandeses de 380 kg, determinó que tanto en la forma de ensilaje premarchito como directo, el de trébol superó ampliamente al de alfalfa (0,91 kg/día en relación a 0,65 kg/ día de ganancia promedio). Como suplemento sólo se usó 2 kg de heno de leguminosa/animal/día y sales minerales. En el ensilaje de trébol rosado no se observó ningún efecto al premarchitar.

Day y Harkes, citado por Frame (1976), compararon durante dos inviernos ensilajes de gramíneas y de trébol rosado mezclados en diferentes proporciones 0, 25, 50, 75 y 100% sobre la base de materia seca. En ambas temporadas, el consumo de materia seca fue significativamente inferior en los animales que sólo recibían ensilaje de gramíneas. Las ganancias de peso promedio fueron de 0,75 kg/animal/día para el caso de ensilaje de gramíneas y variaron desde 0,85 a 0,88 kg/día en los animales que consumieron ensilaje de trébol rosado. Usaron cebada como suplemento.

Steen y Mc llmoyle (1981), al comparar los ensilajes de trébol rosado y de gramíneas con y sin suplemento (2 kg de cebada por animal al día), encontraron para ambas situaciones ganancias de peso en los animales que consumían ensilaje de trébol rosado, 0,63 y 0,78 kg/día sin y con suplemento, en relación a 0,59 y 0,75 kg/día para los que consumieron ensilaje de gramíneas.

Goic et al.,(1985), determinaron en novillos de 255 kg una mayor ganancia de peso al utilizar ensilaje de trébol rosado, cosechado a mediados de enero y con un 25% de gramíneas, en relación a heno y ensilaje de pradera permanente cosechados en di c iembre (0,505; 0,392 y 0,306 kg/día respectivamente). Sin embargo, al comparar el ensilaje de trébol en el mismo trabajo, con un ensilaje de pradera permanente cosechado en noviembre, se observa una mayor ganancia en el ensilaje de pradera (0,659 en relación a 0,505 kg/día). Como suplemento sólo se usó 1,27 kg de avena chancada/animal/día.

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CONCLUSIONES - Al utilizar el trébol rosado como forraje fresco, es ventajoso el hacerlo por pastoreo directo en relación al soiling.

- Para producción de carne la alternativa de conservación más adecuada del trébol rosado es mediante el ensilaje. En relación al de gramíneas, a igual digestibilidad el de trébol rosado presenta una mejor respuesta en ganancia de peso por tener un mayor consumo.

- El ensilaje de trébol rosado puede ser usado como suplemento de forrajes de menor calidad, como ser pajas de cereales en raciones de mantenimiento o de bajas ganancias de peso.

- En raciones de engorda el ensilaje de trébol rosado por sí solo puede permitir ganancias de peso de aproximadamente 0,5 kg/día. Al suplementar con afrecho de raps, estas ganancias pueden ser de alrededor de 1 kg/día.

- Al comparar el ensilaje de trébol rosado con otros ensilajes (especialmente alfalfa), en general se han logrado mejores resultados

con el ensilaje de trébol rosado, esto confirma a esta forrajera como un recurso apropiado para conservar forraje, en un sistema de engorda o finalización de bovinos.

LITERATURA CITADA

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ANÁLISIS ECONÓMICO

Humberto Navarro D. Juan Carlos Dumont L

INTRODUCCIÓN En evaluaciones económicas de alternativas forrajeras para la Xa. Región, la pradera permanente resulta ser la de menor

costo por kilo de materia seca; sin embargo, su producción presenta una marcada estacionalidad. En las circunstancias antes señaladas, el trébol rosado (Trifolium pratenseL.) se presenta como un excelente

complemento que provee forraje verde para el período estival y constituye un buen recurso como ensilaje para invierno. Una de sus ventajas es su mejor capacidad de crecimiento en verano, por su arraigamiento semi-profundizador. Sin embargo, la adopción de especies y tecnologías mejoradas para la producción de forraje, no depende exclusivamente de la eficiencia biológica, sino también de variables económicas, las cuales deben ser consideradas cuidadosamente.

El presente capítulo tiene como objetivo analizar los aspectos económicos del establecimiento, producción y utilización del trébol rosado, a partir de los antecedentes de investigación y teniendo en cuenta las condiciones de trabajo de los productores.

ANÁLISIS ECONÓMICO

Antecedentes técnicos Para lograr un buen establecimiento del trébol rosado, es fundamental una buena preparación de suelos, lo que permite crear el

ambiente propicio para obtener una adecuada germinación de la semilla. Se debe tener especial cuidado en emplear semilla de buena calidad, por el costo que ésta significa. La dosis de siembra varía de 8 a 12 kg de semilla por hectárea. La inoculación y "peletización" de la semilla es otro factor importante, para lograr una efectiva nodulación y fijación biológica del nitrógeno atmosférico (Capítulo 1).

La siembra puede ser al voleo o en línea. Al voleo puede realizarse a mano o con máquina. La siembra en línea se hace normalmente con máquina cerealera; otra alternativa es el uso de máquina regeneradora (Capítulo 1).

En el caso específico del trébol rosado, la etapa más importante de la fertilización es en el establecimiento; se ha comprobado que esta especie no responde a fertilizaciones de mantención, debido a su estructura radicular (Capítulo 2).

Según antecedentes experimentales, la producción de trébol rosado varía de 10 a 15 toneladas de materia seca por hectárea año (Capítulo 1). Indudablemente, estos ni veles se obtienen bajo condiciones bien controladas de siembra fertilización y manejo, situación que puede ser muy diferente a las condiciones reales del productor, en las cua les los niveles de producción máxima llegar ían alrededor del 80% de lo obtenido experi-mentalmente (Paladines, 1983). A nivel de productor es posible estimar la producción promedio estacional y anual de las praderas, con base en la propia experiencia o de información obtenida experimentalmente (Pal adines, 1983). Una posibilidad para estimar en forma razonable la producción de forraje de la pradera, es cuando ésta se somete a un corte normalmente para ensilaje o heno. Conociendo la fecha de rezago y el rendimiento del corte, se podría estimar su producción anual de acuerdo a la distribución mensual de la producción anual. Esta distribución es obtenida de los datos experimentales (Cuevas, 1984). Según mediciones, los niveles de producción de forraje a nivel de productor varían entre 20 y 50% menos que los obtenidos en forma experimental (Paladines, 1983). Por ello, el productor al decidir las especies que va a utilizar para planificar el programa de alimentación de su ganado, debe hacerse asesorar y conocer bien bajo qué condiciones y durante cuánto tiempo se obtuvieron los resultados experimentales de tales especies, para realizar las correcciones pertinentes. (Paladines, 1983)

En general, la eficiencia de utilización de la pradera es afectada por la intensi dad de uso del sistema de pastoreo y el tipo de animal que pastorea (Paladines, 1983; Cuevas, 1984). Regularmente las pérdidas son inferiores al 10% en alimentación con soiling. En pastoreo por franjas diarias, el desperdicio sería de 10 a 15% (eficiencia de utilización entre 90 y 85%). En el proceso de conservación hay pérdidas por el corte, secado, almacenamiento y alimentación, que presentan una alta variación entre los predios (Paladines, 1983).

Independiente del uso que se le dé a la pradera durante el año, ésta tiene un costo, el cual se puede expresar como costo total anual por kilogramo de materia seca o por unidad de nutrientes (proteína y energía, principalmente); costo que está estrechamente relacionado con el rendimiento y la calidad (Dumont, 1982; Klein, 1983).

Metodología Para comprende r las relaciones de costos en la producción de forraje, es fun damental el conocimiento de las

relaciones físicas de producción. En este caso, los an tecedentes de establecimiento, producción y utilización del trébol rosado, provienen de resultados de ensayos obtenidos en la Estación Experimental Remehue; los que han sido corregidos a situaciones reales de los productores para ser aplicables a condiciones del Llano Central y Precordillera Andina de la Xa Región. La duración de la pradera se ha considerado en tres años como máximo y utilizada bajo régimen de pastoreo y ensila je.

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El ensilaje contempla el establecimiento del trébol rosado en primavera. Cabe señalar eso sí que también es factible establecerlo con muy buenos resultados en otoño (Capítulo 1).

El análisis se basó en el método beneficio-costo, que compara durante un período determinado los beneficios obtenidos y los costos involucrados al mantener el proceso de producción en operación.

El estudio consistió en el cálculo de los costos directos, variables, fijos y tota les anuales, estimando luego índices como el costo unitario de la materia seca, proteína y energía metabolizable. Estos indicadores definen el valor mínimo que debiera ser retribuido para que se justifique la inversión en este recurso.

En el cálculo del costo unitario se consideró el total de materia seca disponible en el terreno y un 75% de ésta como el promedio de materia seca utilizada. Esto último, permite obtener resultados cercanos a los que se logran a nivel del productor.

Para ver el efecto del nivel de producción sobre los costos, se hizo un análisis de sensibilidad a cambios de rendimiento. Al comparar un costo de oportunidad para la materia seca, se calculó el margen bruto por hectárea, como índice de beneficio

económico, usado para priorizar alternati vas. Los valores en pesos que se utilizaron, tienen vigencia al mes de noviembre de 1988 y no incluyen el impuesto al valor

agregado (IVA), la tasa de cambio promedio en ese mes era de $ 246,4 pesos por US$ 1 y el precio neto de 1 It de petróleo era de 72,57 pesos (Ministerio de Agricultura, 1988).

Para las labores realizadas en el cultivo, se consideró una preparación de suelos tradicional, después de col forrajera, utilizando maquinaria propia, en que se estimaron los costos de operación.

Como costos alternativos del capital fijo se usó una tasa real del 5% anual y para el capital variable un 8% anual. Para el cálculo de la depreciación de bienes durables se empleó el método de depreciación lineal (DL), el cual se obtiene

mediante la relación siguiente:

DL= Valor inicial - Valor residual Vidal útil

El valor residual se refiere al valor de rescate o valor de venta del bien según sus años de uso. La vida útil del bien se expresa normalmente en años.

En la función de producción del trébol rosado, la cantidad de materia seca depende de muchas variables, entre las cuales se pueden nombrar la cantidad y la calidad de la semilla empleada en el establecimiento, la fertilización inicial, el tipo de suelo, el clima etc. (Capítulo 1). En la función de costo del forraje, el costo total dependerá de los insumos utilizados, de la producción de materia seca, de la forma de utilización y de los precios. Luego, para estimar el costo unitario es necesario conocer las cantidades de insumos que se requieren para obtener determinados rendimientos, y la forma de utilización.

Por ser éste un análisis de tipo general, su aplicación específica a un predio puede variar los resultados, por lo que previo a la decisión de invertir, es conveniente que cada productor analice detenidamente su situación, a fin de determinar si los parámetros que se exponen son relevantes para su caso particular.

Resultados

Producción En el Cuadro 24 se presentan los antecedentes de producción de una pradera de trébol rosado según la época de utilización

y durante tres años. Se deja establecido que en este caso se está analizando la especie establecida en primavera después de col forrajera, a pesar de que en los capítulos anteriores se señala la conveniencia de establecerlo en otoño (Capítulo 1). Las cifras corresponden a la materia seca útil, en situaciones factibles de obtener a nivel de productor. La mayor producción anual de esta pradera se logra en el segundo año (Capítulo 1 y 5).

Cuadro 24. Producción según la época de utilización durante tres años de una pradera de trébol rosado.

Producción kg m.s./ha

Año

Época 1 2 3

Primavera Verano Otoño Invierno

- 4.500 2.500 500

3.000 4.000 3.000 500

3.500 2.500 2.000 3.000

Total útil1 7.500 10.500 8.300

1 La materia seca útil o utilizada se estimó en un 75% de la total disponible.

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Costos de producción Los costos directos variables del establecimiento y mantención durante tres años de una pradera de trébol rosado, es la

que se indica en el Cuadro 25. Según las cifras del Cuadro 25, el costo de establecimiento referido a los gastos en labores e insumos para esta especie,

ascienden a la suma de 68.543 pesos por hec tárea, equivalente a 278 dólares y a 944,5 It de petróleo, valor que se debe prorratear en los tres años de vida de la pradera. Luego, el costo directo variable anual resulta en este caso de dividir el costo total de establecimiento por tres, esto es, 22 848 ($ 68.543/3).

Al estimar los costos de producción, también se deben tener en cuenta los costos fijos. Éstos tienen que ver con los gastos de administración, contribuciones e intereses.

En el Cuadro 26 se presentan los costos fijos anuales relacionados con el establecimiento y producción del trébol rosado. Ellos alcanzan a la suma de 23.864 pesos, de los cuales los egresos en efectivo representan un 24,2%, en tanto que, el costo oportunidad de la tierra es el más significativo con un 52,8%.

Cuadro 25. Costos directos variables del establecimiento y producción durante tres años de una pradera de trébol

rosado1.

Componentes del costo $/ha

Labores Preparación de suelos (6,4 h/ha) Siembra y aplicaciones (3,5 h/ha)

12.42

7 6.925 Sub-total labores 19.352

Insumos Semilla e inoculante (12 kg/ha) Fertilizantes (17-189-25)2 Insecticida (2do a 3er año)

8.807 32.294 (47,1)3 6.745

Sub-total insumos 47.846 Imprevistos 1.345 Total costos directos variables 68.543

1 Son los costos necesarios para mantener durante tres años la pradera.

2 Kilogramos de nitrógeno (N), fósforo P2 O5 siembra.

3 Es el porcentaje de los costos directos variables, que representa la fertilización al momento del establecimiento.

Cuadro 26. Costos fijos anuales de una pradera de trébol rosado

Componentes del costo $/ha %

Administración Contribuciones Costo oportunidad de la tierra 1 Interés al valor pradera

2.980 2.800

12.600 5.484

12,5 11,7 52,8 23,0

Total costos fijos 23.864 100

1 equivale al valor de arriendo de una hectárea de tierra.

y potasio (K2O) por hectárea respectivamente, aplicados en la

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El costo total anual de la pradera de trébol rosado, resulta de sumar los costos directos variables anuales (costo de labores e insumos/3 años), más los costos fijos anuales, según se presentan en el Cuadro 27.

Cuadro 27. Costos totales anuales de una pradera de trébol rosado, (equivalente a 1/3 del valor de establecimiento).

Componentes del costo $/ha %

Costos directos variables

- Labores (19.352/3) 6.451

- Insumos: - semilla ($ 8.807/3) 2.936 - fertilizantes (32.294/3) 10.765 23,0 - insecticida (6.745/3) 2.248

- Imprevistos (1.345/3) 448

Sub-total costos directos variables 22.848 48,9

Costos fijos anuales 23.864 51,1 Costo total 46.712 100

Al analizar la fertilización, ésta representa sólo el 23,0% de los costos totales anuales, Cuadro 27.

Costos unitarios Al conocer la producción anual de materia seca y los costos anuales de produc ción, es factible estimar el costo del

kilogramo de materia seca. Los costos por kilogramo de materia seca para el trébol rosado se presentan en el Cuadro 28, expresados en base a

costos directos variables anuales y costos totales. Según las cifras del Cuadro 28, los costos unitarios resultan más bajos en el segundo año del trébol rosado; de igual forma, al considerar el total de materia seca disponible, los costos resultan menores. Ambas situaciones se explican por la mayor cantidad de materia seca producida. Cuadro 28. Costos directos variables y costos totales por kilogramo de materia seca.

Año 1

1 2 3

Promedio de 3 años 2

Costos directos variables $/kg de m .s. disponible 2,3 1,6 2,1 1,9

$/kg de m .s. útil 3,0 2,1 2,7 2,6

Costos totales

$/kg de m .s. disponible 4,7 3,3 4,2 4,0

$/kg de m .s. útil 6,2 4,4 5,6 5,3

Fuente Elaborado a partir de los Cuadros 1 y 4 1 Resulta de dividir el costo anual por los kilogramos de materia seca en cada año 2 Resulta de dividir la suma de los costos totales en los 3 años por total de materia seca en el periodo.

En el cálculo del costo, al tomar en cuenta la utilización se deben considerar las pérdidas. Para el caso analizado, las pérdidas por efecto de utilización fueron estimadas en 25% (75% de utilización).

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Cuadro 29. Costos totales por kilogramo de materia seca en relación a pérdidas por utilización

Pérdida % Kg m.s./ha $/kg m.s.1

Incremento

0 20 30

11.767 9.414 8.237

4,05,0 5,7

25,0 42,5

1 Resulta de dividir el costo total anual por los kilogramos de materia seca.

En general, las pérdidas por concepto de utilización, fluctúan entre 20 y 30% (Paladines, 1983; Cuevas, 1984). Al considerar estas pérdidas para el caso del trébol rosado, el costo unitario se incrementaría entre 25 y 43% respectivamente, tal como se señala en el Cuadro 29.

Otro factor a tener en cuenta en la utilización, es el costo adicional que significa cosechar el forraje para ofrecerlo al ganado. Este costo depende de la disponibilidad de materia seca al momento de la cosecha y de la eficiencia de cosecha. En el cuadro 30 se presentan los costos de materia seca del trébol rosado así como de proteína cruda y energía metabolizable, para distintas formas de utilización. Valores promedios de proteína cruda para el trébol rosado alcanzan a 13%. En energía metabolizable, los valores fluctúan entre 2 y 2,2 megacalorías por kilogramo de materia seca (Mcal/kg m.s.).

Cuadro 30. Costos totales por kilogramo de materia seca, proteína y energía según la forma de utilización del trébol rosado.

Forma de Producción 1 Costos totales unitarios

utilización (ton m.s./ha) Materia Proteína Energía seca cruda Metabolizable ($/kg) ($/kg) ($/Mcal)

Pastoreo con 2,5 5,4 42,0 2,8

cerco eléctrico 3,5 3,6 28,0 1,8 Soiling2 3,0 8,3 63,6 4,2

4,0 5,9 45,2 2,9 Ensilaje2 4,5 8,9 68,9 4,5

5,0 7,1 54,9 3,6 Heno 4,5 9,1 70,0 4,5

5,0 7,3 56,0 3,6 Total 10 4,6 21,6 2,2

14 3,2 24,8 1,7

1 La producción corresponde a la disponibilidad de materia seca en cada forma de utilización. El total corresponde a la disponibilidad total de materia seca durante el ano.

2 La utilización se considera al estado de inicio de floración.

Según las cifras del Cuadro 30, resulta más económico el uso directo del forraje mediante pastoreo, le sigue el soiling, ensilaje y finalmente heno con un costo mayor.

El costo unitario de la proteína y de la energía, resultan más bajos al utilizar la pradera mediante pastoreo. Al igual que el costo de la materia seca, el costo unitario de la proteína y energía es mayor cuando el forraje se utiliza como ensilaje y heno. El mayor costo en este caso, se explicaría por la menor eficiencia de cosecha del forraje y el uso adicional de insumos, maquinarias y mano de obra.

Partiendo de la situación de rendimientos planteados en el Cuadro 24, se hizo un análisis de sensibilidad de los costos a cambios de producción de materia seca. Para ello, se tomó en cuenta la producción media anual de una pradera de trébol rosado, haciendo variar esta producción entre un 20% más y 20% menos. Según se presenta en el Cuadro 31, al disminuir la producción de materia seca en un 20 por ciento, los costos aumentan en un 42 por ciento, a la vez que, al aumentar la producción de materia seca en 20 por ciento, los costos disminuyen en un 23%.

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Cuadro 31. Costos de una pradera de trébol rosado a rendimientos variables.

Costos por kilogramo de materia seca

Variación de Rendimiento1

kg de m.s./ ha/año

Directo variable

Total Variación

<20 <10 Normal2 <10 >20

6.137 7.890 8.767 9.643 11.398

3,7 2,9 2,6 2,4 2,0

7,6 5,9 5,3 4,8 4,1

>42,3 > 11,5

0 < 7,7 < 23,1

1 El signo < significa disminución y > aumento. 2 Considerada como materia seca útil, promedio anual.

Otras alternativas de producción de forraje En los Cuadros 32, 33, 34, 35 y 36, se presenta la estructura de costos de la avena forrajera, ballica anual, maíz

forrajero, col forrajera y pradera permanente, respec tivamente, como otras alternativas de forraje comúnmente empleadas en los planes de alimentación de sistemas ganaderos de la Xa. Región; con el fin de aportar mayores antecedentes económicos para la toma de decisiones.

Avena forrajera Con este cultivo, es factible conseguir de 10 a 12 toneladas de materia seca por hectárea, con un nivel de proteína de

8% y energía metabolizable de 1,6 a 1,8 Mcal/kg m.s. al estado de grano pastoso, por lo que se considera un forraje con serias limitaciones para ser utilizado por animales de altos requerimientos. Tiene la ventaja de atenuar enfermedades del suelo y una gran versatilidad de usos. En el Cuadro 32 se presenta la estructura de costos anuales por hectárea, para este cultivo.

Componentes del costo $/ha Total

Labores

Preparación de suelos (7,1 h) 13.451

Siembra y postabonadura (2,5 h) 5.562

Mano de Obra (1,2 J.H.) 907

19.920

Insumos

Semilla (120 kg) 6.048

Fertilizantes (60-110-40)1 30.626 (42,3)2

Herbicida (Banvel-D+MCPA) 3.241

39.915

Imprevistos (2%) 1.197

Total costos directos variables 61.032

Costos fijos 11.395

COSTOS TOTAL 72.427 1 Kilogramos de N1P2O5 y K2O por hectárea.

2 Como porcentaje de los costos totales.

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Ballica anual En praderas de ballica anual es posible obtener producciones de 10 a 12 toneladas de materia seca/ha con 12% de

proteína y de energía metabolizable 2,2 mcal/ kg m.s. Es una interesante forrajera para sistemas de producción intensivos. Principalmente utilizado bajo corte (heno, ensilaje). En el Cuadro 33 se presentan los costos anuales por hectárea para un cultivo de ballica anual establecida en primavera.

Maíz La mayor inversión de capital en el cultivo del maíz, se ve compensada en cierta medida por una mayor producción de

forraje por unidad de superficie (14 a 18 ton m.s./ha). Posee un mejor valor energético y generalmente es necesario recurrir a la suplementación proteica de los animales alimentados con este recurso. Se utiliza principalmente para ensilaje y en ocasiones en verde como suplemento de verano. En el Cuadro 34 se presentan los costos anuales por hectárea

Cuadro 33. Costos por hectárea de la ballica anual

Componentes del costo $/ha Total

Labores Preparación de suelos (6,5 h) Siembra y postabonadura (1,5 h) Mano de obra (1,0 J.H.)

11.824

4.334 756

Insumos

Semilla (25 kg) Fertilizantes (120-140-50)1 Herbicida

9.975 45.756 (50,4%) 2

3.241

16.914

Imprevistos (2%)

1.518

58.972

Total costos directos variables Costos fijos

13.503

77.404

COSTO TOTAL 90.907

Cuadro 34. Costos por hectárea del maíz.

Componentes del costo $/ha Total

Labores Preparación de suelos (11,2 h) 19.880 Siembra, postabonadura y fumigación (2,6 h) 8.704 Mano de obra (2,3 J.H.) 2.184

30.768 Insumos Semilla 20.968 Fertilizantes (144-205-121)1 65.180 (44,9%) 2 Herbicidas y pesticidas 7.914

94.062 Imprevistos 2.497

Total costos directos variables 127.327 Costos fijos 17.738 COSTO TOTAL 145.065

1 Kilogramos de N, P2O5 y K2O por hectárea.

2 Como porcentaje de los costos totales

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Col forrajera En el cultivo suplementario de la col, es posible conseguir 9 a 11 toneladas de materia seca por hectárea con un

contenido de 13 a 17% de proteína y 2,4 Mcal/kg m.s. de energía metabolizable. Su utilización invernal puede verse limitada por normal acceso al potrero, tamaño del rebaño, etc. Se recomienda suplementar con este recurso un 30% del consumo en materia seca por día, para evitar la anemia de la col. La estructura de costos de este cultivo suplementario, se presenta en el Cuadro 35. Cuadro 35. Costos por hectárea del cultivo de col forrajera

Componentes del costo $/ha Total

Labores

Preparación de suelos (9,2 h) 17.044 Siembra (2,5h) 6.485 Mano de obra (1,7 J.H.) 1.294

24.823

Insumos

Semilla 3.776 Fertilizantes (64-192-60)1 43.921 (45,6%)2 Herbicidas 1.985

49.682

Imprevistos 1.490 Total costos directos variables 75.995 Costos fijos 20.250

COSTO TOTAL 96.245

1 Kilogramos de N, P2O5 y K2O por hectárea.

2 Como porcentaje de los costos totales.

Pradera permanente

La producción anual de la pradera permanente va entre 8 y 12 ton de m.s./ha. A diferencia de los cultivos suplementarios , este recurso debe ser utilizado de varias for mas, por lo que no es posible hacer comparaciones con ella. Los costos anuales por hectárea de una pradera permanente se presentan en el Cuadro 36.

Cuadro 36. Costo anual por hectárea de una pradera permanente.

Componentes del costo $/ha Total

Fertilización y aplicación pesticidas (1,5 h) 2.889

Corte de limpieza (1,0 h) 1.896 Mano de obra 246

5.031

Insumos

Fertilizantes (26-92-20)1 19.348(40,4%)2

Insecticida 3.318

22.666

Imprevistos (2%) 554

Total costos directos variables 28.251 Costos fijos 19.683

COSTO TOTAL 47.934

1 Kilogramos de N, P2O5 y K2O hectárea. 2 Como porcentaje de los costos totales

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Resumen de las alternativas forrajeras

Cuadro 37. Costos por kilogramo de materia seca para distintos recursos forrajeros en sus rangos de rendimiento 1. Producción

Anual Costos totales

Recurso forrajero Ton materia

seca/ha $/kg Materia

seca $/kg Proteína

cruda $/Mcal de energía metabolizable

Trébol rosado 9 -12 5,2 - 3,9 39 - 29 2,5 - 2,0

Avena 10 - 12 7,2 - 6,0 91 - 76 4,3 - 3,5 Ballica 10 - 12 9,1 - 7,6 70 - 59 4,2 - 3,5 Maíz 14 - 18 10,2 - 7,8 127 - 98 4,8 - 3,1 Col 9 - 11 10,6 - 8,7 67 - 55 4,1 - 3,4 Pradera permanente 8 - 12 6,0 - 3,9 60 - 39 2,8 - 1,8

1 No está considerado el costo de utilización y/o elaboración.

En el Cuadro 37 se presentan los costos totales por kilogramo de materia seca, proteína cruda y de energía metabolizable para las diferentes forrajeras analizadas, en sus rangos de rendimiento anual. Aunque no es posible realizar comparaciones directas, ya que cualquiera de ellas es una alternativa de complementación de la pradera permanente, dependiendo del sistema de producción ganadera, llama la atención el bajo costo del trébol rosado. Esto se puede explicar por la baja incidencia anual de los fertilizantes, que es un insumo que por lo general representa entre un 40 y 50% de los costos anuales, en su mayoría de otras forrajeras.

CONCLUSION ES Bajo las condiciones en que se realizó el presente análisis, se puede concluir lo siguiente:

- En el trébol rosado establecido en primavera, la fertilización significa un 23% de los costos totales anuales. Esta baja incidencia en la producción anual, en relación a otros cultivos forrajeros se debe a que con la fertilización del primer año se logran buenas producciones en el segundo y tercer año.

- Los costos unitarios del trébol rosado aparecen más bajos en el segundo año, por la mayor producción de materia seca que alcanza la pradera.

- Los costos unitarios del trébol rosado resultan menores cuando el uso del forraje es en forma directa mediante pastoreo, le siguen el soiling, ensilaje y finalmente heno con un mayor costo.

- Una disminución de la producción de materia seca por hectárea, produce un fuerte incremento en los costos unitarios del trébol rosado. Por otro lado, una mayor produc ción trae consigo una baja en los costos y por lo tanto, un mayor beneficio por hectá-rea.

- El trébol rosado representa una alternativa forrajera, técnica y económicamente viable para ser implementada en planes de alimentación de sistemas ganaderos de la Xa Región.

LITERATURA CITADA

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DUMONT, J.C. 1982. Costos de: Praderas, ensilaje y heno. Instituto de Investigaciones Agropecuarias. Estación Experimental Remehue. Boletín Técnico Nº 59. Osorno. 11 p.

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