TREBOLINO

2

Este cuento está basado y dedicado al motor de mi vida, mis hijos y a una mujer fantástica, que me regaló, además de su nombre, esas tardes mágicas, en el patio de su casa, con cada historia que me hacia vivir, mientras me preparaba la merienda.

Trebolino es una historia de superación, de altruismo y de ayuda a los demás, basado en los principios de la asociación, a la que tengo el honor de pertenecer, una asociación que llegó a mi vida en un momento crucial y en la que conocí a personas, que siempre formarán parte de mi corazón. Esta mascota surge de nuestro logotipo y es un amuleto de la suerte, que se crea del amor, del corazón y de los brazos, que sirven para ayudarnos mutuamente. Nace con el objetivo de dar apoyo a aquellas personas que lo estén pasando mal y en especial a los niños y niñas que tienen que estar hospitalizados. Emerge dentro de un proyecto de colaboración entre la asociación, el Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda y el Excmo. Ayuntamiento de Úbeda. Sin olvidar hacer una mención especial a la Obra Social la Caixa, sin su aportación hubiese sido muy difícil la realización de esta mascota.

Isabel María Sierra Real, Trabajadora Social de ACOPEDIF TREBOLES COCEMFE Jaén

3

Esta es la historia de un pequeño llamado Cristóbal. Cristóbal era un niño alegre, cariñoso, muy vivaracho que siempre sonreía y le gustaba ayudar a los demás. Un día amaneció con mucha fiebre y su mamá lo llevó al médico, éste le dijo que tenía que ir al hospital, pues un virus se había metido en su cuerpo. Al llegar al hospital le hicieron muchas pruebas y los doctores decidieron que debía pasar unos días allí. Cansado de todo el día pronto se quedó dormido, en ese momento una niña lo despertó:

• Hola soy Laura ¿y tú qué haces aquí? • Pues ¿no lo ves?, estoy enfermo. • ¿Puedes ayudarme? • ¿Cómo?, si no puedo salir de aquí- le contestó el niño. • Ven conmigo, tranquilo, todos duermen y tardaremos poquito.

4

El pequeño se levantó muy despacio, sin hacer ruido, porque no quería despertar a su mamá, que dormía en el sillón, al lado de su cama y pensó: total va a ser un minutito. Al salir de la habitación, la niña no paraba de moverse de un lado a otro, se escondía tras las columnas y se reía sin parar. Era una niña muy alegre, que no estaba quieta ni un segundo, hablaba casi cantando y al ritmo se movía bailando. Cristóbal pensó que era muy graciosa, pero le pidió que no hiciera tanto ruido, para que no despertara a nadie. Aunque miró de un lado a otro del pasillo y se extrañó de no ver a nadie más, con todo el ruido que ella hacía. La pequeña lo llevó a un diminuto cuarto, dónde estaban los productos de limpieza y detrás de un mueble, había una pequeñita puerta. Pronto Laura la abrió y se lanzó de cabeza gritando

¡ Yuhuuuuuuu…!

Cristóbal extrañado, se asomó, pero estaba muy oscuro, al meter más la cabeza se cayó dentro, era un tobogán, mientras bajaba asustado, gritaba:

¡ Lauraaaaaaa…!

5

Al llegar abajo cayó en un montón de hierba blandita y se dio cuenta de que en el camino había perdido sus zapatillas. Laura estaba delante de él diciéndole:

• ¡Vamos!, hay que darse prisa.

• Pero, ¿dónde vamos?- preguntó el niño.

Cristóbal estaba anonadado, mirando de un lado a otro. Aquel lugar era precioso, todo verde, lleno de césped, a lo lejos se veía una cascada de agua y un gran arcoíris, se oía los pájaros piar y había muchas flores y árboles.

• Estamos en el país de los sueños - respondió Laura. • ¿Cómo?

6

Laura se reía y sin contestarle, le indicó que le siguiera.

Tras un árbol que tenía mucha vegetación, había una gran puerta tan grande que para poder llegar al picaporte tuvieron que auparse uno encima del otro. La puerta estaba muy dura, parecía que hiciese años desde la última vez que se hubiese abierto, ambos empujaron con todas sus fuerzas y así poco a poco fue cediendo.

Al levantar la cabeza, Cristóbal no podía creer lo que veían sus ojos, y de hecho, tuvo que rascárselos varias veces. Aquello era inmenso, era un grandísimo jardín rodeado de columnas blancas, a los lados había árboles, pero el mismo árbol tenía en cada rama diferentes frutas: naranjas, manza-nas, fresas, melocotones, plátanos, cerezas…

7

Había pequeños duendecillos que lo miraban sonriendo. Veía atóni-to, como esos duendes cogían los frutos de los árboles y al instante salía otra fruta distinta. Había pájaros de todos los colores y estos ¡hablaban! y le decían:

• Buenos días. La cara de asombro cada segundo iba a más, en medio de aquel fabuloso jardín, había una gran fuente que tenía muchos caños de agua y cada uno era de un color. Cuando el niño se acercó, pudo comprobar que la fuente estaba llena de los más variopintos y pintorescos pececillos, que se movían con gracia y saltaban de un lado a otro de la fuente, como su quisieran darle la bienvenida. Al fondo había una chica angelical, con un vestido blanco que le cubría el cuerpo, tenía un pelo larguísimo ,era morena pero su pelo acababan en los mismo rayos del sol, ¡no lo podía creer.!

• ¿Quién es?, -le preguntó a Laura. • Es la princesa del país de los sueños, Ángela.

Al ir acercándose, veía como aquella chica tenía un rostro que sembraba paz y sabiduría, pero tenía la mirada triste.

• Buenos días, su majestad- le dijo Laura, haciendo una graciosa reverencia.

La princesa sonrió y dijo: • Laura, siempre con tus bromas, hola amiga. • Te presento a Cristóbal, creo que es el indicado.

8

En ese momento, la princesa se acercó al niño, que aún estaba haciendo una reverencia, imitando a Laura, le cogió del brazo y le preguntó: • ¿ Tú crees? • ¿En qué?, - Cristóbal no entendía nada. • En la magia, en las ilusiones, en el amor, en la vida… -contestó la princesa y continúo: Las personas mayores están muy ocupadas con el trabajo, sus problemas, intentando que no les falten de nada a sus hijos e hijas y se están olvidando de lo realmente importante que es vivir y compartir el tiempo con las personas a las que aman.

Esto lo están imitando los niños y niñas, que se están olvidando de soñar, de sentir la magia que todas las personas tenemos dentro, lo que está acabando con nuestro mundo, que vive de los sueños y los humanos estáis demasiado ocupados para soñar, así que las pesadillas se están apoderando y destruyéndolo. Ven acércate y podrás comprobarlo por ti mismo.

9

La princesa dio la orden, a los pequeños duendecillos, para que levantasen las paredes que rodeaban el jardín. Al levantarlas apareció mucha oscuridad, todo alrededor era tenebroso, oscuro, parecía una película de terror, lleno de telarañas, ruinas, todo estaba destruido y era realmente aterrador. Ella le contó como las pesadillas iban cada vez a más, cercando el reino y que terminarían por destruirlo. Tanto al reino, como a los pocos habitantes que allí quedaban. Cristóbal le preguntó , como podría él ayudarles.

• Es fácil y difícil, tendrás que luchar ante tu peor pesadilla. • ¿Cómo? • Salir a la oscuridad solo. Cada niño y niña, que lo ha intentado

anteriormente, ha luchado contra su pesadilla, sólo ganándola podrás salvar nuestro mundo, pero ya no quedaban más oportunidades.

Ángela se quedaba sin fuerzas y apenas podría intentarlo una vez más.

Cristóbal quería ayudar, pero …¿como podría?, ni siquiera era capaz de dormir sólo, tenía mucho miedo a la oscuridad, era imposible, pensó.

• Es imposible, yo no puedo.

10

En ese momento la princesa cerró los ojos y salieron dos lágrimas de sus lindos ojos.

• Está bien, no podemos pedirte esto.

Cristóbal, al ver esa cara de tristeza se rodeó a mirar aquel precioso jardín y miró más allá, a la oscuridad más absoluta y terminó posando su mirada en Laura, la que con una sonrisa en el rostro, le dijo:

• A imposible le sobran dos letras, todo es posible en la medida que lo creas. Tú puedes salvar nuestro mundo, tienes el poder de hacer lo que quieras, yo creó en ti.

Él dudaba, quería ayudar, pero no sabía como, pero tampoco podía irse sin más. Además Laura le contó que si el país de los sueños era gobernado por el señor de las pesadillas, jamás ninguna persona del mundo podría nunca más tener sueños bonitos, ¿cómo podría permitir eso? entonces dijo:

• Lo intentaré, pero no sé como hacerlo.

11

• Solamente siendo valiente podrás terminar con el señor de las pesadillas- dijo la princesa- Tendrás que entrar solo a la oscuridad y luchar contra tu peor pesadilla.

La princesa cogió un trébol de cuatro hojas del suelo, símbolo de buena suerte. Metió su mano entre su pecho y sacó parte de su propio corazón, y echándolo todo en un pequeño saco, le dio un fuerte abrazo. Del saco salió un amuleto y dijo:

• Toma a Trebolino, te dará suerte, en esta difícil misión, está formado por el corazón y los abrazos, del país de los sueños.

En ese momento la princesa se desplomó y cayó tendida en el suelo, todos la cogieron y la tendieron en un lecho de flores frescas. Le había dado el último trozo de corazón que le quedada, entonces comprendió, que era la última esperanza del país de los sueños.

12

Laura lo miró y asintió con la cabeza. Y allí salió con tan solo la compañía de Trebolino y un corazón latiendo a mil por hora. Muerto de miedo, se metió en aquella oscuridad y fue avanzando poco a poco, abrazado a Trebolino y dispuesto a salvar a la princesa y al país de los sueños. Al cabo de unos minutos oyó un terrible ruido y al girarse se quedó

perplejo, había una araña tan, tan grande como un camión y avanzaba

rápidamente hacia él. En ese momento se quedó paralizado, no sabía qué

hacer, las piernas le temblaban, siempre había tenido un miedo enorme a

las arañas y veía que cuanto más miedo tenía, más y más crecía la araña.

13

Estaba a punto de

pillarle cuando de repente se

fijó en Trebolino y pensó

como en él estaba la

esperanza del país de los

sueños y de sus habitantes,

Laura, la princesa… y así, sin

más, sacó una fuerza enorme

de su interior.

Fue entonces cuando

Trebolino se volvió

resplandeciente, tenía un

brillo, que parecía que fuese

de día y decidido Cristóbal fue

acercándose hacia la araña y ante su asombro esta empezó a encoger.

Sintiéndose cada vez más seguro de sí mismo, iba avanzando hacia la araña

y del mismo modo esta se hacía cada vez más y más pequeña, hasta que al

llegar a su lado, era tan pequeña como una moneda. En ese momento

acercó a Trebolino a la araña y ésta se convirtió en una hermosa mariposa.

Poco a poco fue volviendo la luz y a su vez las ruinas fueron

reconstruyéndose, volviendo a brotar los árboles de diversas frutas, las

flores, la vegetación , los ríos que estaban secos comenzaron a fluir y con

ellos llegaron animales fantásticos, que nunca antes había visto, que salta-

ban del agua y volaban, giraban en el cielo y revoloteaban por encima de

su cabeza, para después volver a sumergirse.

14

Cristóbal no podía creérselo, había sido capaz de vencerlo. En ese momento, los habitantes del país de los sueños, se acercaron dándole las gracias, aplaudiéndole. Le daban besos en las manos y le regalaban hermosos collares hechos de flores. Ángela estaba allí , más bella que nunca, agradecida y feliz. Laura, se le tiró a los brazos y le dio un fuerte abrazo. Pronto empezó una gran fiesta en su honor, parecía como si todo estuviese preparado, había los más exquisitos zumos y dulces que jamás había probado y todos y todas bailaban y cantaban. Cristóbal le dijo a su amiga Laura, que debería regresar, pues su

madre estaría muy preocupada y tras despedirse, volvió camino hacía a tras,

hacia la habitación del hospital. Y cuál fue su sorpresa cuando llegó y todo

estaba tal y como lo había dejado, era como si el tiempo no hubiera

pasado, todo estaba tranquilo, su madre aún dormía en aquel frío sillón. Se

metió nuevamente en la cama, intentando no hacer ningún ruido. Estaba

tan cansado, tras la aventura que acababa de vivir, que pronto se quedó

dormido.

15

Al cabo de un ratito su mamá lo despertó amorosamente:

• Cristóbal mi amor, despierta, está aquí la doctora, ya estás curado, ¡Volvemos a casa!

• Bien mamá- contestó el pequeño- pero tengo que despedirme de

mi amiga Laura. • ¿Laura?- preguntó su mamá. • Si es mi amiga del hospital. • Aquí no tenemos ninguna Laura- contestó la doctora. • ¿Cómo? - pensó Cristóbal, ¿todo habría sido un sueño?

Confuso se levantó de la cama y allí junto a él estaba Trebolino, lo abrazó y se preparó para ir a su casa. Saliendo de la habitación se giró y vio a Laura guiñándole un ojo y susurrándole:

“Gracias”

16

Realizado por: Isabel María Sierra Real, Trabajadora Social

de ACOPEDIF TREBOLES COCEMFE Jaén