Tres Experimentos Clásicos en Psicología Social Sobre El Conformismo y La Obediencia a La...

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TRES EXPERIMENTOS CLÁSICOS EN PSICOLOGÍA SOCIAL SOBRE EL CONFORMISMO Y LA OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD (Adaptado de Feliu i Samuel-Lajeunesse, “Influencia, conformidad y obediencia. Las paradojas del individuo social”, en Ibáñez Gracia, T. (coord.), Introducción a la Psicología Social , Universitat Oberta de Catalunya, 2004) 1. Solomon Asch: la presión grupal [1] ¿Por qué en algunas ocasiones no somos capaces de actuar en concordancia con nuestros valores o bien con nuestras creencias más firmes? El psicólogo social nortamericano Solomon Asch propuso que, al menos, en algunas ocasiones esto podía ser debido a la presión social que proviene del grupo de personas presentes en una situación concreta. Para probar esta hipótesis, diseñó y realizó un experimento que se haría célebre. El experimento de Asch se desarrolló de la manera siguiente. Se trataba de crear una situación en la cual se pidiera a una persona que apreciara de la longitud de una línea y la comparara con otras tres líneas. Como puede verse en la figura siguiente, el ejercicio era bastante obvio: si se nos pregunta qué línea (1, 2 o 3) se parece más a la línea patrón, probablemente ninguno de nosotros dudaría más de unos centésimos de segundo a afirmar que es la línea 1. Pero Solomon Asch demostró que hay una condición en la cual la mayor parte de nosotros puede llegar a afirmar que la línea 2 es la más similar a la línea patrón. Esta situación se da cuando hacemos esta apreciación en grupo y todas las personas del grupo (de siete a nueve personas cómplices del experimentador, en el experimento de Asch) afirmen que es la línea 2 la que más se asemeja a la línea patrón.

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TRES EXPERIMENTOS CLSICOS EN PSICOLOGA SOCIAL SOBRE EL CONFORMISMO Y LA OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD

(Adaptado de Feliu i Samuel-Lajeunesse, Influencia, conformidad y obediencia. Las paradojas del individuo social, en Ibez Gracia, T. (coord.), Introduccin a la Psicologa Social, Universitat Oberta de Catalunya, 2004)

1.Solomon Asch: la presin grupal[1]

Por qu en algunas ocasiones no somos capaces de actuar en concordancia con nuestros valores o bien con nuestras creencias ms firmes?El psiclogo social nortamericano Solomon Asch propuso que, al menos, en algunas ocasiones esto poda ser debido a la presin social que proviene del grupo de personas presentes en una situacin concreta. Para probar esta hiptesis, dise y realiz un experimento que se hara clebre.

El experimento de Asch se desarroll de la manera siguiente. Se trataba de crear una situacin en la cual se pidiera a una persona que apreciara de la longitud de una lnea y la comparara con otras tres lneas. Como puede verse en la figura siguiente, el ejercicio era bastante obvio: si se nos pregunta qu lnea (1, 2 o 3) se parece ms a la lnea patrn, probablemente ninguno de nosotros dudara ms de unos centsimos de segundo a afirmar que es la lnea 1.

Pero Solomon Asch demostr que hay una condicin en la cual la mayor parte de nosotros puede llegar a afirmar que la lnea 2 es la ms similar a la lnea patrn. Esta situacin se da cuando hacemos esta apreciacin en grupo y todas las personas del grupo (de siete a nueve personas cmplices del experimentador, en el experimento de Asch) afirmen que es la lnea 2 la que ms se asemeja a la lnea patrn.

Un total de treinta y una personas fueron sujetos no cmplices en esta primera versin del experimento.En una serie de doce juicios sucesivos sobre la longitud de lneas diferentes (en siete de los cuales, la mayora cmplice con el investigador tena una opinin claramente contraria a la realidad), un 23% de los sujetos hizo suya la afirmacin errnea de la mayora, en contra de su propio sentido de la vista una vez; un 32% lo hizo dos o tres veces; y un 26% cuatro veces o ms. En total, un 81% de participantes se pleg al menos una vez al juicio de la mayora, y un 58% lo hizo ms de una vez. Este experimento provoc dos reacciones tpicas en los participantes: o bien llegaban a la conclusin de que su propia percepcin estaba equivocada, o bien se fiaban de sus sentidos, pero pensaban que no era aceptable mostrarse diferente y, por lo tanto, se abstraan de la tarea concreta y se conformaban al grupo.

La explicacin clsica plantea que la persona se encuentra delante de dos formas de influencia, lo cual explicara estas dos reacciones. Una se ha denominadoinfluencia informacionaly corresponde al hecho que muchas veces la persona considera que la informacin que los otros proporcionan, sus juicios, son mejores que los de ella misma. De hecho, a lo largo de nuestra vida hemos visto que, en general, las otras personas estn de acuerdo con nosotros sobre el que vemos o sentimos y no nos ha ido tan mal. La otra se denominainfluencia normativay consiste en mostrar acuerdo con la norma de grupo para poder continuar formando parte de ste y no ser excluido.

Otra manera de enfocarlo es olvidarnos por un momento del individuo como una entidad coherente, y no perder de vista que sin grupos no hay individuo, ni persona, ni personaje, ni rol, ni personalidad, ni nada de nada. El hecho de pertenecer a niveles diferentes, a grupos diferentes, los cuales tienen sus normas y sus valores correspondientes nos permite entender que durante el experimento de Asch nos encontramos en presencia de un conflicto. Pero no es un conflicto entre percepciones de individuos diferentes, ni es un conflicto cognitivo que el individuo padece solo. Es un conflicto entre la norma de no mostrarse diferente a los otros en pblico y la norma que considera la objetividad como un valor. Dos normas culturales cuya formacin histrica no es difcil de rastrear en el nacimiento de la poca moderna y sus dos productos ms caractersticos: el individuo y la ciencia.

Como afirma Asch (1952), cuando alguien se encuentra en medio de un grupo no puede sentirse indiferente hacia el grupo. Entre otras razones, porque cada cual presupone ver lo mismo que los otros ven (norma de objetividad). Pero cuando nos encontramos en una situacin en la cual se tiene que tomar una decisin que no tiene unos referentes tan objetivos, cmo acta la presin hacia la conformidad? Janis, en un clebre libro (Janis, 1972) estudi decisiones diferentes claramente errneas que gobiernos diferentes de los Estados Unidos haban tomado a lo largo de la historia reciente. Por ejemplo, no hacer caso de los avisos de alarma anteriores al ataque japons sobre Pearl Harbour en 1941, decidir invadir Corea del Norte en 1950 sin tener en cuenta la posible reaccin de China, o entrenar una brigada de exiliados para invadir la isla de Cuba por la Baha de Cochinos el 1961 y pensar que la poblacin los recibira con los brazos abiertos. Janis explica que estas decisiones se pudieron tomar porque en los comits que las tenan que valorar haba una gran presin directa sobre cualquier persona que se apartara de los estereotipos o ilusiones del grupo, as como una ficcin compartida de que la decisin haba sido mayoritaria, provocada por la autocensura de quien se pudiera apartar del consenso. Este efecto lo denominpensamiento grupal, y se explica por los esfuerzos que el grupo hace para evitar el conflicto y mantenerse unido.

2.Stanley Milgram: la obediencia

Suponemos que, como mucha gente, alguna vez os habris preguntado cmo fue posible el asesinato en demasiado y a sangre fra, durante la Segunda Guerra Mundial, de millones de personas, en nombre de la pureza de la raza aria. Desgraciadamente el tema sigue de actualidad, Bosnia, Kosovo, Chechenia, Timor Oriental no son nombres de antiguos conflictos. La pregunta a la cual tiene que responder la psicologa social va ms all de quin y por qu da la orden de matar en un momento concreto. Tenemos que poder ofrecer una comprensin de cmo puede una persona ejecutar unas rdenes tales. Sin ejecutor, la orden resultara absurda y sin sentido.Por esto en este punto estudiaremos otro concepto relacionado con la influencia, otra manera por la cual las personas se comportan a menudo en contra de sus creencias morales: la obediencia. Aparentemente no tendra que resultar extrao en un sistema social jerrquico que alguien cumpla las rdenes dadas por una autoridad. Pero cuando estas rdenes incluyen la tortura y el asesinato de personas o la realizacin de actividades que pueden poner en peligro la vida de a otras personas, la obediencia se vuelve necesariamente motivo de estudio.

a)El experimento de Milgram

Los aspectos legales y filosficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cmo la mayora de la gente se comporta en situaciones concretas. Mont un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cunto dolor infligira un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedan para un experimento cientfico. La frrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las vctimas sonando en los odos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio. Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974)

La serie de experimentos que ha llegado a conocerse como el experimento de Milgram fue diseada y llevada a cabo en la Universidad de Yale por el entonces joven psiclogo Stanley Milgram. Los experimentos comenzaron en julio de 1961, slo tres meses despus de que el criminal nazi Adolf Eichmann fuera juzgado y sentenciado a muerte en Jerusaln. Tal como reconoca explcitamente Milgram, el propsito de estos experimentos era responder a la pregunta: Podra ser que Eichmann y su milln de cmplices en el Holocausto slo estuvieran siguiendo rdenes? Podramos llamarlos a todos cmplices?

El planteamiento del experimento transcurre de la manera siguiente. Mediante un anuncio en un diario local o bien de una carta que ofreca una modesta compensacin dineraria para colaborar en un experimento sobre memoria y aprendizaje que tendra lugar en la Universidad de Yale, se consiguieron entre 1961 y 1962 ms de mil participantes. Entre estas personas haba de todo, obreros, oficinistas, maestros, enfermeras, vendedores, etc. Telefnicamente se les daba da y hora. Cuando llegaba el da, la persona acuda al lugar al cual se lo haba citado y all encontraba dos personas, una era alguien que supuestamente tambin haba acudido para el experimento, un contable de 47 aos y de apariencia amable, pero que en realidad era un cmplice del experimentador, y la otra una persona que actuaba de experimentador, con bata, de 31 aos de apariencia impasible y austera. Se les pagaba el dinero prometido (4.50$) y para justificar lo que pasara a continuacin se les explicaba lo siguiente:

Los psiclogos han desarrollado muchas teoras para explicar cmo la gente aprende materias diferentes. Algunas de las ms conocidas estn tratadas en este libro [al sujeto se le enseaba un libro sobre aprendizaje]. Una teora es que la gente aprende las cosas correctamente cuando se los castiga si se equivocan. Una aplicacin comn de esta teora es cuando los padres pegan a los nios si hacen algo mal. Se supone que el hecho de pegar, una forma de castigo, har que el nio aprenda a recordar mejor, har que aprenda ms efectivamente. Pero de hecho no sabemos gran cosa sobre los efectos del castigo sobre el aprendizaje, porque casi no se han hecho estudios verdaderamente cientficos sobre el tema en seres humanos. Por ejemplo, no sabemos qu cantidad de castigo es mejor para el aprendizaje, y tampoco sabemos si hay diferencias en funcin de quien da el castigo, si un adulto aprende mejor de una persona ms joven o ms grande que l mismo, u otras muchas cosas de este tipo. Por esto en este estudio juntamos un cierto nmero de adultos de ocupaciones y edades diferentes y pedimos a algunos que sean maestros y a los otros que sean aprendices. Queremos descubrir cules son los efectos que tienen algunas personas sobre las otras, unas como maestras y las otras como aprendices y tambin cul es el efecto del castigo sobre el aprendizaje en esta situacin. Por todo esto les pedir que uno de ustedes haga de maestro y el otro de aprendiz.Milgram, S. (1974).Obedience lo Authority. Londres: Pinter Martin, 1997. (Versin en castellano:Obediencia a la autoridad. Bilbao: Desclee de Brouwer, 1980).

Seguidamente se haca un sorteo trucado para asignar los papeles de forma que siempre el sujeto real haca de maestro. Entonces se los traa a la habitacin del lado y se les deca que haca falta preparar el aprendiz para que pudiera recibir los castigos; all, delante del maestro, se lo ataba a una silla y se le ponan unos electrodos a las muecas. Se explicaba que se lo ataba para que no se moviera al recibir las descargas y que se le aplicaba pasta de electrodo para evitar quemaduras. Para incrementar la credibilidad de la situacin el aprendiz mostraba preocupacin por las descargas, y se le contestaba que, aunque las descargas podan ser muy dolorosas, no causaban daos permanentes en los tejidos.

A continuacin se llevaba al maestro ante un aparato, un supuesto generador de descargas elctricas, que tena treinta botones con pilotos de color rojo. Cada botn tena una etiqueta con el voltaje correspondiente, que iba de 15 a 450 voltios, y aumentaba 15 voltios entre botn y botn. Cada cuatro botones (es decir, cada 60 voltios) una etiqueta especificaba de izquierda a derecha: DESCARGA LIGERA (15v-60v), DESCARGA MODERADA (75v-120v), DESCARGA FUERTE (135v-180v), DESCARGA MUY FUERTE (195v-240v), DESCARGA INTENSA (255v-300v), DESCARGA EXTREMADAMENTE INTENSA (315v-360v), PELIGRO: DESCARGA SEVERA (375v-420v), XXX (435v-450v).

Para hacer creble el aparato se le daba una descarga de 45 voltios de prueba al maestro apretando el tercer botn; en realidad, ste era el nico botn que funcionaba. Entonces se le explicaba la tarea que era necesario hacer. Tendra que leer al aprendiz una serie de palabras emparejadas y despus leerle una de estas palabras y preguntarle, de entre cuatro opciones, con qu palabra se haba emparejado primero. Por ejemplo, tendra que leer: Caja azul, Da bonito, Pato salvaje, etc. y despus se le leera: Da, Gris, Bonito, Claro, Feo. Cada vez que el aprendiz se equivocara le tendra que administrar una descarga, empezando por 15 voltios y subiendo un botn, 15 voltios ms, cada vez que se equivocara a medida que adelantara el experimento. Antes de administrar la descarga el maestro tendra que anunciar al aprendiz el voltaje que le aplicara esto se haca para asegurarse que el sujeto era consciente del voltaje que administraba.

Si en algn momento el sujeto dudaba o preguntaba si tena que continuar, el experimentador le tena que responder estas cuatro frases, y en este orden a medida que adelantara el experimento:

Por favor contine. El experimento requiere que usted contine. Es absolutamente necesario que usted contine. Usted no tiene ninguna otra opcin, tiene que continuar.

Si la persona se preocupaba por las heridas que poda ocasionar se le contestaba lo mismo que ya se le haba dicho antes, que no causaban daos permanentes a los tejidos. Si la persona deca que era el aprendiz quien no quera continuar, se le deca: tanto si al aprendiz le gusta como si no, usted tiene que continuar hasta que haya aprendido todos los pares de palabras correctamente; por favor, siga.

Antes de llevar a cabo el experimento, el equipo de Milgram estim cules podan ser los resultados en funcin de encuestas hechas a estudiantes, adultos de clase media y psiclogos. Consideraron que el promedio de descarga se situara en 130 voltios con una obediencia al investigador del 20%. Todos ellos creyeron unnimemente que solamente algunos sdicos aplicaran el voltaje mximo.

Sin embargo, en el experimento original, el 65% de los participantes (26 de 40) aplicaron la descarga de 450 voltios, aunque muchos se sentan incmodos al hacerlo. Todos los "maestros" pararon en cierto punto y cuestionaron el experimento, algunos incluso dijeron que devolveran el dinero que les haban pagado. Ningn participante se neg rotundamente a aplicar ms descargas antes de alcanzar los 300 voltios. La publicacin de estos resultados supuso un shock para la comunidad psicolgica y la opinin pblica en general.

A partir del planteamiento bsico, MIlgram y sus colaboradores establecieron diferentes condiciones del experimento, con objeto de comprobar las diferentes variables que intervenan en el proceso de obediencia. En su libro Obedience to Authority: An Experimental View, Milgram describe diecinueve variaciones de su experimento. Generalmente, cuando la cercana fsica de la vctima y/o la distancia de la autoridad se incrementaba , la obediencia del participante decreca, (experimentos 1 al 4). Por ejemplo, en el experimento 2, donde los participantes reciban instrucciones por telfono, la obediencia disminuy en 21 por ciento. Or a la vctima, ver a la vctima y, finalmente, verse obligado a sujetar su brazo al aparato de descargas eran condiciones que iban haciendo decrecer la obediencia, que llegaba al mnimo en la ltima de las condiciones citadas (ejercer la fuerza fsica directa sobre la vctima)

El sexo no pareca ser una variable relevante en el estudio. En el experimento 8 los participantes fueron mujeres (anteriormente todos haban sido varones). La obediencia no vari significativamente, aunque las mujeres manifestaron haber experimentado mayores niveles de estrs

Por el contrario, el prestigio o autoridad de la ciencia, ejemplificada en las instalaciones de la Universidad de Yale donde se llevaba a cabo el experimento, en la bata del experimentador, etc. s que ejerca una influencia clara. Por ejemplo, el experimento 10 se realiz en una oficina modesta en Bridgeport, Connecticut, fingiendo que quien realizaba el experimento era la entidad comercial "Research Associates of Bridgeport" sin conexin aparente con la Universidad de Yale (para eliminar el factor de prestigio de la Universidad, que poda estar influenciando el comportamiento de los participantes). En estas condiciones la obediencia cay al 47,5%.

Milgram tambin combin el poder de la autoridad con la conformidad. En algunos experimentos los participantes fueron acompaados por otros "maestros" (tambin actores, como el aprendiz o vctima). El comportamiento de los acompaantes afect fuertemente los resultados. En el experimento 17, cuando dos maestros adicionales se negaron a cumplir las rdenes, slo 4 de los 40 participantes continuaron en el experimento. En el experimento 18, los participantes realizaron una tarea de acompaamiento (leyeron las preguntas por un micrfono o registraron las respuestas del aprendiz) con otro maestro, quien completaba la prueba hasta el final. En esa variacin, por el contrario, slo 3 de 40 desafiaron al experimentador.

b)Crticas al experimento

A pesar de que la inmensa mayora de psiclogos sociales reconoce que los experimentos de Milgram estn bien hechos y que sus resultados son fiables, este experimento ha sido blanco de crticas feroces. An as Milgram mismo coment que sospechaba que el origen de las crticas no era tanto el experimento, sino los resultados obtenidos. Si el experimento hubiera dado como resultado aquello que se esperaba, que nadie obedece unas rdenes inmorales, seguramente ninguna de estas crticas hubiera surgido.

La preocupacin por la tica del experimento fue la primera en surgir. LaAmericanPsychological Association, la ms importante del mundo, retras un ao la admisin de Milgram, mientras estudiaba con detalle el experimento. Finalmente consideraron que era aceptable, pero muchos psiclogos y socilogos todava ahora dudan que lo fuera. Por un lado, no es tico hacer pasar alguien por una situacin tan angustiosa, pero sobre todo la preocupacin surga por el posible carcter traumatizante de la participacin en la electrocucin inducida de una persona. Milgram se asegur que despus del experimento el sujeto hablara con la vctima para dejar claro que estaba bien. Tambin informaba a los sujetos obedientes que su conducta era la normal. Finalmente hizo un seguimiento durante un par de aos, mediante cuestionarios, de las personas que haba participado, y les inform de los resultados obtenidos con la bsqueda. Hace falta decir que muchas personas valoraron positivamente su participacin y pensaron que haban aprendido algo til sobre ellos mismos. Por ejemplo, seis aos despus del experimento (durante la Guerra de Vietnam) uno de los participantes en el experimento envi una carta a Milgram explicndole por qu estaba agradecido de haber participado a pesar del estrs:

Fui un participante en 1964, y aunque crea que estaba lastimando a otra persona, no saba en absoluto por qu lo estaba haciendo. Pocas personas se percatan cundo actan de acuerdo con sus propias creencias y cundo estn sometidos a la autoridad. [...] Permitir sentirme con el entendimiento de que me sujetaba a las demandas de la autoridad para hacer algo muy malo me habra asustado de mi mismo [...] Estoy completamente preparado para ir a la crcel si no me es concedida la demanda de objetor de conciencia. De hecho, es la nica va que podra tomar para ser coherente con lo que creo. Mi nica esperanza es que los miembros del jurado acten igualmente de acuerdo con su conciencia [...]

Sin embargo, no todos los participantes experimentaron este cambio en su vida. Muchos participantes sufrieron experiencias traumtica y algunas entrevistas de salida indicaron que algunos sujetos nunca llegaron a entender del todo la naturaleza del experimento. Hoy en da un experimento de este tipo no se podra hacer segn los actuales estndares ticos de la psicologa y las ciencias sociales, pero muchos investigadores piensan que vali la pena, y que la leccin extrada de aquellos experimentos es demasiado valiosa para dejarla perder.

c)La situacin de obediencia

Milgram elabor dos teoras para explicar sus resultados. La primera es la teora del conformismo, basada en los experimentos de Solomon Asch, que describen la relacin fundamental entre el grupo de referencia y la persona individual. Un sujeto que no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, particularmente en una crisis, abandonar la toma de decisiones al grupo. El grupo es el modelo de comportamiento de la persona.

La segunda es la teora de la cosificacin donde, segn Milgram, la esencia de la obediencia consiste en que la persona se ve a s misma como un mero instrumento que realiza los deseos de otra persona y, por tanto, no se considera responsable de sus propios actos. Durante el experimento, muchos sujetos pasan a un estado actitudinal que Milgram denomin estado agente, por el cual la persona que se incorpora a un sistema de autoridad ya no se ve a ella misma como un actor movido por sus propios motivos, sino que se ve como un agente al servicio de los deseos de otro (el experimentador, en este caso). Una vez que esta transformacin de la consideracin personal ha ocurrido en el individuo, todas las caractersticas esenciales de la obediencia se siguen de ella. Este es, por ejemplo, el fundamento del respeto militar a la autoridad: los soldados seguirn, obedecern y ejecutarn rdenes e instrucciones dictadas por los superiores, bajo el entendimiento de que toda responsabilidad de sus actos recae en el mando de sus superiores jerrquicos. durante el experimento, pasan a un estado actitudinal que denomin estado agente, por el cual la persona que se incorpora en un sistema de autoridad ya no se ve a ella misma como un actor movido por sus motivos sino que se ve ella misma como un agente al servicio de los deseos de otro.

Las consecuencias ms destacables del estado de agente en una persona consisten en su aceptacin de la definicin de la situacin que le dicta la autoridad, su asuncin del rol de instrumento al servicio de los fines impuestos por el superior y en su transformacin moral, al sentirse responsable no tanto de las consecuencias de sus actos como del cumplimiento estricto de las rdenes que le han sido dadas. En otros trminos, la obediencia no elimina la moral; sino que desplaza el centro de gravedad de la misma, en el contexto de una reestructuracin del campo social e informativo. De este modo su componente cognitivo confiere mayor relevancia al imperativo tico de la subordinacin y al aspecto tcnico de la ejecucin que al elemento interpersonal de la relacin a agente-vctima. Esa nueva moralidad reduce el bien a la ley y el amor al deber; al tiempo que establece la sumisin como base de las virtudes cardinales.Blanch, J.M. (1982).Psicologas Sociales. Aproximacin histrica. Barcelona: Hora.

Pero falta explicar por qu una persona puede entrar en este estado agente, en qu ocasiones lo hace y cmo se mantiene. Para Milgram hay dos tipo de procesos, los antecedentes necesarios y los que genera la misma situacin, en el momento. Entre los antecedentes encontramos la socializacin en la obediencia. La familia, la escuela y el trabajo son estructuras fundamentales de nuestra sociedad y son instituciones jerrquicas basadas en la autoridad de unas personas sobre otras. La lgica de las instituciones no slo nos lleva a obedecer, sino tambin a considerar la obediencia una necesidad para la supervivencia misma de la institucin, cosa que a menudo se confunde adems con la supervivencia misma de la humanidad. Hay, adems, un antecedente necesario ms propio del experimento, la ideologa cientificista; es decir, el hecho que se reconozca comnmente que la ciencia es una forma de conocimiento legtima y que el cientfico es la persona que ostenta la autoridad legtima en una situacin de ciencia. As, por lo tanto, al hecho de que haya una ideologa que justifica la situacin se aade el hecho que el sujeto considera el cientfico la autoridad adecuada para la situacin en cuestin. Como bien dice Milgram, el poder de la autoridad no proviene de sus caractersticas personales sino de su posicin percibida en una estructura social, y hace falta aadir, del cumplimiento adecuado de su rol: si el experimentador exigiera cualquier cosa que no estuviera justificada adecuadamente en el contexto (p.e. que el sujeto se desnudara) probablemente no obtendra ningn tipo de obediencia o esta sera muy baja.

El reconocimiento de la obediencia debida que absuelve tantos soldados de las barbaridades que cometen con sus manos es una muestra de este traslado de responsabilidades, que es posible en las organizaciones jerrquicas. Como dice Bauman (1989), la organizacin en su conjunto es un instrumento para eliminar toda responsabilidad. Se trata de una situacin en la cual todos y cada uno de sus miembros trasladan la responsabilidad a algn otro, en una cadena que no tiene final y que acaba en un tipo de responsabilidad flotante, en la cual nadie da explicaciones a nadie.

A pesar de lo que pueda parecer, una sociedad con una divisin social del trabajo tan compleja como la nuestra es en la prctica una sociedad sin responsables, dado que la atomizacin es tan grande que nadie conoce exactamente cul es el producto final, pero piensa que hay alguien que s lo sabe y as lo ordena. Esto pasa en casi todos los mbitos del trabajo.

EjemplosEn los hospitales las enfermeras acatan rdenes de mdicos que saben positivamente que son negativas para el paciente porque no son las responsables finales, y seguramente el mdico considera que la institucin se har responsable de cualquier problema, puesto que l tambin es un trabajador obligado a trabajar en las condiciones que marca la institucin. Los asistentes en las tareas del hogar limpian la suciedad de los otros porque alguien lo tiene que hacer en esta sociedad tan complicada, los otros ensucian porque ya hay alguien que lo limpiar. Los vecinos no avisan la polica si ven una violacin delante de casa suya porque la polica ya debe de tener los medios para enterarse y llegar a tiempos, al fin y al cabo es su trabajo y, por lo tanto, su responsabilidad. Los empresarios de las tabacaleras no tienen ningn dilema moral al promover productos cancergenos porque la responsabilidad no es suya, en todo caso lo es de quien fuma, y en todo caso, ellos slo son personas buenas y normales que hacen su trabajo lo mejor que pueden.

En su anlisis del Holocausto, el socilogo de la postmodernidad, Zygmunt Bauman, muestra como ste fue el producto de una forma de racionalidad muy caracterstica de la modernidad: la burocracia. En una burocracia la preocupacin principal de los funcionarios no son los objetos de su accin, cmo estn o cmo se sienten, sino la rapidez y la eficiencia que muestran a la hora de lograr los objetivos que sus superiores han marcado (Bauman, 1989, pg. 208). La accin moral es la lealtad, el cumplimiento del deber y la disciplina, la accin racional es la eficacia.

Segn Bauman, la tecnologa adquiere en cambio, por su racionalidad misma, una condicin moral. Recordemos los resultados de las condiciones del experimento de Milgram: cuanto ms grande era la distancia de la vctima, ms fcil era ejecutar la orden. Un piloto de avin puede tirar una bomba encima de una ciudad y mantener su integridad moral y su humanidad tras matar a cientos de personas; en cambio, alguien que mata a puetazos a una nica persona es una mala bestia. Normalmente, el usuario de la tecnologa no es quien la ha inventado y, por lo tanto, la responsabilidad moral se desplaza al inventor de la mquina en cuestin. Pero a la hora de la verdad ste no es nadie en concreto, sino un conjunto vago de conocimientos cientficos bsicos, equipos de ingenieros, universidades e instituciones de bsqueda, empresas e, incluso, una cosa tan abstracta como la poltica cientfica de un pas.

Lo que el experimento de Milgram ha demostrado al final es el poder de los conocimientos y su capacidad para triunfar sobre los impulsos morales. Se puede inducir a personas morales a cometer actos inmorales incluso en el caso de que sepan (o crean) que esos actos son inmorales, siempre y cuando estn convencidos de que los expertos (personas que, por definicin, saben algo que ellos no saben) han determinado que esos actos eran necesarios. Despus de todo, la mayor parte de las actuaciones que se producen en el seno de nuestra sociedad no estn legitimadas porque se hayan discutido sus objetivos, sino por el consejo o la instruccin que ofrece la gente que tiene conocimientos.Bauman, Z. (1989). Modernidad y Holocausto (pg. 258). Madrid: Sequitur.

En resumen, podemos extraer la idea de que los resultados del experimento no se pueden entender como el producto de una interaccin particular entre individuos con caractersticas diferentes, sino que hace falta integrar toda la situacin en la singular historia de la sociedad occidental, en la poca moderna. Esto nos permite ver que hay situaciones en las que la individualidad como tal no es relevante, sino que los factores grupales se imponen de manera total. Es decir, no hay individuos que participan en determinadas situaciones, sino determinadas situaciones quecreanindividuos y determinadas situaciones que no lo hacen.

3.El experimento de la prisin de Stanford

Acabaremos el repaso de los experimentos ms famosos de la psicologa social con el experimento de la prisin de Stanford. Este experimento nos muestra otra situacin en la cual las personas que participan llegan a obedecer rdenes degradantes, pero sobre todo nos recuerda otra vez la fuerza que tienen las situaciones sociales a la hora de entender qu hacemos y qu somos las personas. Por encima de las caractersticas personales de cada uno de nosotros, la situacin ejerce su influencia. Vemoslo en la prctica.

En 1971 el psiclogo social de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo y sus colaboradores se plantearon que era importante de entender cmo funcionaba un proceso que, en la psicologa social clsica, se denominaba desindividualizacin. Este concepto recoga el hecho de que en determinadas situaciones que facilitan el anonimato, como por ejemplo en el interior de un grupo, las personas son capaces de manifestar una gran cantidad de comportamientos hostiles e incluso agresivos. Para estudiar este fenmeno disearon un experimento cuyas consecuencias fueron bastante ms all de su preocupacin inicial.

Pensaron que la situacin ms desindividualizante que se les ocurra era una prisin. En una prisin las conductas de los prisioneros y de los guardas estn tan pautadas que no queda lugar para la expresin de otras conductas que no sean las que marca el rol. El grupo asigna los roles y, por lo tanto, se diluye la responsabilidad personal. Para estudiarlo, trataron de hacer trabajo de campo en prisiones, pero no fueron autorizados por ninguna institucin penal. As que decidieron crear una prisin simulada, e intentaron hacer un tipo de juego de rolavant-la-lettre. Disearon una prisin en los stanos de la Facultad de Psicologa de la Universidad de Stanford y buscaron voluntarios que quisieran participar. No haba ningn tipo de engao: se trataba de pasar dos semanas en una prisin simulada, algunos de los voluntarios, aleatoriamente, haran de guardas y otros haran de prisioneros. La mayora de los participantes, veintin en total, eran estudiantes universitarios que pasaban el verano en la regin y que aceptaron participar por la compensacin econmica que se los ofreca (15$/da). Una entrevista clnica en profundidad y una serie de test psicolgicos determinaron que los participantes eran normales: emocionalmente estables, fsicamente sanos y respetuosos con la ley. En resumen, que no eran sdicos ni delincuentes.

El experimento dur exactamente seis das y seis noches, sin llegar a cumplir las dos semanas previstas. Por qu razn se acort? Porque se sali de madre con una rapidez increble. Lo que esperaban que seran leves modificaciones en el comportamiento y el estado anmico de los participantes, se convirtieron en actos brutales y arbitrarios sin precedentes por parte de los guardas y en estados de apata y depresin por parte de los prisioneros. La situacin se apoder de todos los participantes, los mismos experimentadores incluidos, hasta tal punto que ya no se sintieron capaces de controlar lo que estaba pasando. En palabras del mismo Philip Zimbardo:

Al cabo de seis das tuvimos que clausurar nuestra prisin ficticia porque lo que vimos era alarmante. La mayora de los sujetos (e incluso nosotros mismos) ya no distingua con claridad dnde terminaba la realidad y dnde empezaban los papeles. Casi todos se haban vuelto realmente presos o guardias, sin poder separar con claridad entre la representacin del rol y su propia persona. En la prctica, todos los aspectos de su actuar, pensar o sentir cambiaron dramticamente.Zimbardo, P.G. (1976). Patology of imprisonment. A: D. Krebs (ed.). Readings in Social Psychology: Contemporary Perspectives (pg. 268). Nueva York: Harper y Row (citado a MartinBarn, 1989, pg. 145).

a)Las posibilidades de la resistencia

Volvamos a dar un vistazo al experimento de Milgram, despus de haber pasado por la prisin de Stanford. La cosa cambia. Quizs los resultados del experimento en lugar de conducir al pesimismo tendrn que invitarnos al optimismo. En la condicin base un 35% de personas desobedecieron en algn momento del experimento, y a pesar de que en la condicin de colaborador slo lo hicieron un 7,5%, al menos alguien desobedeci. Por lo tanto, tambin podemos leer el experimento como una leccin sobre las condiciones necesarias para la resistencia.

Un individuo solo enfrentado a un experimentador muy consistente, simplemente no es un individuo. En cambio, si hay otras personas que definen una posible resistencia el experimentador pierde consistencia y se puede redefinir la situacin. De forma que ni la obediencia ni la resistencia son, de hecho, procesos individuales. Ambas acciones requieren una situacin que tiene que ser definida colectivamente.

Dos ejemplos para acabar. Franois Rochat y Andr Modigliani (1995) estudiaron la resistencia a colaborar con el gobierno pronazi de un pueblo francs. Consideran que a pesar de la apariencia heroica de esta resistencia que consigui salvar la vida de miles de personas perseguidas, la realidad fue basta diferente. El pueblo no se diferenciaba en nada de los pueblos vecinos y la resistencia fue el resultado de una serie de acciones que emprendieron algunos habitantes y la respuesta del gobierno francs. Simplemente, resistir fue tan normal como obedecer para la mayora de los franceses. De la misma manera que obedecer no es cuestin de sdicos, resistir tampoco es cuestin de hroes ni de santos.

Haristos-Fatouros (1988) explica que despus de estudiar cuidadosamente los programas de entrenamiento de la polica militar griega, la cual tortur cientos de detenidos durante la dictadura de los coroneles (entre 1967 y 1974), lleg a la conclusin de que si se aplican los procedimientos de enseanza adecuados en las circunstancias apropiadas cualquier persona es un torturador potencial.

Hannah Arendt en su famoso libroEichmann en Jerusalndescribi con horror lo que haba visto en el juicio a este nazi que tuvo lugar el 1961. Una persona normal haba podido cometer los peores crmenes y ella lo defini como the banality of evil, la banalidad del mal: la maldad es lo ms corriente, vulgar incluso. Tena toda la razn, pero tampoco hace falta olvidar que la bondad es igual de corriente y de banal, y es que, en definitiva, no se trata de diferencias personales sino sociales. La bondad o la maldad pueden aparecer de manera normal y corriente y la pueden ejercer las mismas personas normales y corrientes. Aquello que hace falta estudiar no es, por lo tanto, las personas que participan sino los momentos y las circunstancias en las cuales aparecen.