Trinidad

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PRESUPUESTOS EPISTEMOLOGICOS I. Aclaraciones previas Hay que hacer unas aclaraciones previas sobre el sujeto y el objeto de estos presupuestos. a) Sobre el sujeto, el hombre está radicalmente abierto hacia Dios, tanto por naturaleza como por gracia. Por naturaleza siente una profunda e intensa atracción hacia él; por gracia percibe su revelación inmanente; experimenta ambas vivencias a la par: siente la atracción hacia Dios al verlo revelado y ve la revelación de Dios al sentirse atraído por él a lo largo de la historia de la salvación. b) Sobre el objeto de estos presupuestos, Dios está enteramente abierto al hombre, al que ha creado y salvado. Al crearlo, ha suscitado en él un anhelo radical de al alcanzarlo y conocerlo; al salvarlo, ha llegado hasta él mostrándose sin reservas; ha realizado ambas acciones simultáneamente. Este desarrollo de creación-salvación se ha manifestado en el curso de la historia de salvación. Los presupuestos para poder asumir la suprema manifestación divina de la historia salvífica son los atisbos de la respuesta desbordante de Dios al hombre que pregunta por él en la entraña de su ser. II. Percepción de la realidad de Dios. 1. La ubicación de Dios a) Este movimiento parte de un origen, que constituye el fundamento de la vida humana. Todo hombre se siente arraigado en Dios, sabe que él está en la raíz misma de su ser. La razón lo nota con relativa claridad. La fe capta este anclaje en Dios con mayor lucidez. La fe esclarece y asegura el enraizamiento humano en Dios, delatado por la razón. b) El movimiento esencial del hombre tiende a un destino, que marca el sentido de su vida. El hombre está orientado hacia Dios, Dios está Trinidad Sesión: REPORTE

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Un ensayo dogmático para la comprensión del misterio de la Trinidad en el cristianismo

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Trinidad Sesin: REPORTENombre: Elmer Jimnez Granda Fecha: 04 - 02 -15 PRESUPUESTOS EPISTEMOLOGICOSI. Aclaraciones previas Hay que hacer unas aclaraciones previas sobre el sujeto y el objeto de estos presupuestos. a) Sobre el sujeto, el hombre est radicalmente abierto hacia Dios, tanto por naturaleza como por gracia. Por naturaleza siente una profunda e intensa atraccin hacia l; por gracia percibe su revelacin inmanente; experimenta ambas vivencias a la par: siente la atraccin hacia Dios al verlo revelado y ve la revelacin de Dios al sentirse atrado por l a lo largo de la historia de la salvacin.

b) Sobre el objeto de estos presupuestos, Dios est enteramente abierto al hombre, al que ha creado y salvado. Al crearlo, ha suscitado en l un anhelo radical de al alcanzarlo y conocerlo; al salvarlo, ha llegado hasta l mostrndose sin reservas; ha realizado ambas acciones simultneamente. Este desarrollo de creacin-salvacin se ha manifestado en el curso de la historia de salvacin.Los presupuestos para poder asumir la suprema manifestacin divina de la historia salvfica son los atisbos de la respuesta desbordante de Dios al hombre que pregunta por l en la entraa de su ser. II. Percepcin de la realidad de Dios.

1. La ubicacin de Dios a) Este movimiento parte de un origen, que constituye el fundamento de la vida humana. Todo hombre se siente arraigado en Dios, sabe que l est en la raz misma de su ser. La razn lo nota con relativa claridad. La fe capta este anclaje en Dios con mayor lucidez. La fe esclarece y asegura el enraizamiento humano en Dios, delatado por la razn.

b) El movimiento esencial del hombre tiende a un destino, que marca el sentido de su vida. El hombre est orientado hacia Dios, Dios est en el horizonte de su ser. Con la razn se palpa vagamente. Con la fe se detecta esta pulsin hacia Dios con ms nitidez. Con la fe se aclara y se afianza el ancauzamiento humano hacia Dios, descrito por la razn.Dios est rodeando al hombre; est en su raz, como origen y fundamento, y en su horizonte, como destino; est abrindolo desde el fondo y llamndolo desde la meta. 2. La identidad de Diosa) El primero de estos elementos es la esencia, es decir, la propiedad Fontal, de la que fluyen todas las dems. La razn intuye que esta propiedad es la personalidad absoluta, no originada por nada y originadora de todo. La fe alcanza a ver que esta personalidad absoluta de Dios se muestra abierta amorosamente al conjunto de la realidad, inmersa de corazn en la historia del mundo. As la fe esclarece y radicaliza la intuicin racional de la esencia divina.

b) Los dems elementos son las propiedades, nacidas de su primera propiedad. Con la razn se divisa que de estas propiedades unas son de carcter negativo (la infinitud, la inmutabilidad y la impasibilidad) y otras de orden positivo (la omnipotencia, la omnisapiencia y la omnibondad). Con la fe se llega a descubrir la autntica orientacin de estas propiedades, tanto de las negativas (al entrar en la historia Dios se contrae, evoluciona y padece) como de las positivas (dentro de la historia Dios se somete, ignora y depende). Con la fe se ilumina y se agudiza lo percibido racionalmente a cerca de las propiedades y actuaciones divinas.Dios es la persona absoluta, que, abandonando su morada inaccesible, ha irrumpido humilde e intensamente en la historia de los hombres, entregndose a ellos sin medida. III. Constatacin de la verdad de Dios

1. La cognoscibilidad de Diosa) Este proceso parte de la experiencia suscitada por un dinamismo transcendental, procedente de lo hondo de la naturaleza humana, fortalecida por la gracia divina. Se trata de un dinamismo bipolar que abre a la plenitud infinita en medio de las realidades finitas. La experiencia trascendental se produce lenta o abruptamente.

b) El proceso que lleva a descubrir a Dios culmina con la interpretacin hecha con ayuda de un lenguaje transcendental, nacido en lo profundo de al naturaleza del hombre y potenciado por la gracia de Dios. se trata de un lenguaje analgico, capaz de identificar el ser ilimitado a partir de los seres limitados. La experiencia y la interpretacin transcendentales llevan a descubrir a Dios como una posibilidad vital, pero nunca fuerzan a acogerlo; su aceptacin no puede menos de ser el fruto de una decisin libre, propiciada por la gracia divina. 2. La credibilidad de Diosa) Este camino sigue primero una direccin ascendente. La razn se enfrenta con las realidades finitas y verifica por s misma lo que revelan la experiencia y la interpretacin de la transcendencia. En este ascenso pasa por varias fases: las realidades finitas proceden de una causa, esta serie de casusas no se pueden prolongar indefinidamente, tiene que haber una causa que sea el fundamento de todas las siguientes, Dios es la causa primigenia.

b) El camino que ayuda a reconocer a Dios toma despus una direccin descendente. La razn acude al ser absoluto y constata por si misma lo desvelado por la experiencia y la interpretacin de la trascendencia: que el ser absoluto ilumina todos y cada uno de los seres relativos. En este descenso atraviesa distintas fases: se hoye el eco de una presencia indefinible, esta presencia pone en evidencia la relatividad de todo lo definible y deduce que tal presentica es la presencia del ser absoluto. Por ambas direcciones se llega a reconocer a Dios como una posibilidad razonable, no como una realidad que se impone perentoriamente; su afirmacin debe ser el resultado de una decisin libre, tomada con la ayuda de la gracia divina. Esta constatacin de la verdad de Dios, basada en la comprobacin de su cognoscibilidad y de su credibilidad, disponen a la aceptacin razonable de su misterio trinitario. No lo dejan asentado, pero en cierta manera lo garantizan de antemano.EL MISTERIO PASCUAL COMO AOCNTECIMIENTO TRINITARIOI. CUESTIONES PRELIMINARES1. El misterio pascual. El misterio pascual es el acontecimiento que nos revela en ultimidad el misterio de Dios como misterio de comunin trinitaria. El misterio pascual como acontecimiento trinitario es el punto de partida y el fundamento permanente para la comprensin del Dios cristiano, porque muestra muy bien el carcter y la relevancia salvfica del tratado de Dios. En realidad, sino nos fijamos en las imgenes y representaciones de la trinidad, estas se centran en la entrega del Hijo, sostenida por el Padre, en una profunda comunin con el Hijo en la unidad indisoluble del Espritu. 2. Ser de Dios y atributos divinosCuando la teologa actual ha otorgado un puesto central al misterio pascual para comprender el misterio de la Trinidad ha tenido como preocupacin fundamental poder pensar en ser de Dios compaginado la verdad que existe entre la afirmacin de la inmutabilidad e impasibilidad de Dios y la afirmacin de la fidelidad de Dios que se revela en la historia entrando en ella, hacindose solidario del hombre. l padeciendo el poder ciego de la muerte, la vence; se trata de pensar a Dios, pero no desde la metafsica clsica, sino desde el ser de Dios revelado en al cruz de Cristo. 3. Pneumatologa cristolgicaEl mesas, ungido y conducido por el Espritu, se transforma en la fuente de donde mana el don del espritu (Jn7,37-39), entregado por Jess en la cruz (Jn19,30) y exhalado como aliento revivificador en cuanto Seor resucitado (Jn20,19). El don del Espritu como viento y fuego es dado a los apstoles reunidos para ser el alma de la iglesia y el verdadero protagonista de la misin en el mundo (Hch 2,1-13)II. VIDA MUERTE DE JESS COMO REVELACION DEL MISTERIO DE DIOSLos evangelios nos presentan la vida de Jess entre dos polos geogrficos diversos: Galilea y Jerusaln. El primero hace referencia a la actividad misionera de Jess. El segundo hace referencia a la realizacin de esa misin en el centro religioso del pueblo de Israel teniendo que pasar por la entrega de la vida a manos de las autoridades judas y romanas. 1. Jess cont con la posibilidad de su muerte violenta.El anuncio del Reino es el centro de la misin de Jess, pero, poco a poco, esa pasin de vida pas a ser el destino de muerte. Por dos razones. La primera tiene que ver con la experiencia de Jess en su misin. Jess se percata del fracaso de su anuncio en la recepcin de su mensaje, pero a la vez tiene certeza del xito de su misin, de que en la apariencia de pequeez y fracaso, el Reino llegar de igual forma. La segunda proviene de poner en evidencia que la muerte de Cristo est unida a la misin de Jess. Jess conoci el destino que sufri previamente Juan el Bautista y saba la suerte que era reservada a los profetas de Israel. Todo ello nos conduce a afirmar que Jess cont con la posibilidad de su muerte violente en el contexto de su misin por el Reino y su relacin al Padre. 2. Jess otorg a su muerte un significado salvfico.Jess no ve la propia muerte como una fatalidad histrica o un acontecimiento profano, sino como un acontecimiento que est inserto dentro de la voluntad de Dios. Tambin la perspectiva salvfica de su muerte hay que entenderla ante todo en relacin con la totalidad se du vida, con el sentido que se desprende del contenido de su predicacin y de su comportamiento fundamental como: el amor a los enemigos, el comportamiento que Jess manifest hacia los pecadores y desde donde puso de manifiesto la absoluta gratuidad de Dios y su llamada, y el servicio de Jess por los pobres y los necesitados. Adems la ltima cena Jess comprende y realiza de forma anticipada su muerte inminente. Jess no muri desesperado, sin poder dar ningn sentido a su muerte. l otorg una profunda intencionalidad a su propia muerte al integrarla dentro de la voluntad de Dios y dndole, a su vez, un significado salvfico. 3. La muerte de Jess: hecho religioso, poltico y teolgicoa) La muerte del profeta, del esclavo y del Hijo. La muerte de Jess es la muerte del profeta y del Mesas, de un Mesas paradjico que porta la salvacin del pueblo a travs del sufrimiento y la esperanza. asimismo la muerte de Jess es la muerte del esclavo crucificado. No obstante, como paradoja suprema, el evangelio de san Juan afirma con rotundidad que Jess es el hombre, es el rey que reina sobre el madero. Por ltimo la muerte de Jess revela ms profundamente la real muerte del Hijo. b) El grito de Jess en la cruz. Respecto a este episodio se puede analizarlo desde dos posturas. El primero podemos llamarlo como realismo extremo y ha sido sostenido por autores que se ah movido en el mbito de la teologa sistemtica con un fuerte desarrollo de la teologa de la cruz y la teologa trinitaria. La razn es pastoral. Ante una humanidad marcada por el pecado y la injusticia, por el desgarro, el abandono y la muerte de tantos seres inocentes Dios no tiene nada que decir? Von Balthasar interpreta el grito de Jess en la cruz como la expresin de que Jess muri experimentando la lejana absoluta del Padre, esta lejana incluye la experiencia del pecador, Jess aunque no cometi pecado, fue hecho pecado por nosotros. La segunda postura es la de los que optan por un realismo matizado. La oracin de Jess no es un grito de desesperacin, sino una expresin de confianza, expresin de su inconmovible fe en Dios, proporcional a su necesidad extrema. 4. La muerte de Jess interpretada desde una teologa de la entregaa) La libertad de los hombres: la cruz y el des-velamiento ltimo del pecado. La entrega de Jess a la muerte como traicin por parte de Judas, y en l de todos los hombres, muestra la cruz de Cristo como el lugar donde se desvela la raz ltima del pecado. La muerte de Jess es un crimen junto a esta accin criminal de los poderes polticos y religiosos est la inhibicin del pueblo, la traicin de uno de sus discpulos y la dispersin de los otros. b) La libertad de Jess: la cruz y la realizacin suprema de la libertad. Nadie me quita la vida; yo la doy libremente, tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo: este es el mandato que he recibido del Padre (Jn 10,18). La muerte de Jess es el acto supremo de su libertad y de su obediencia. Una libertad y obediencia que est determinada por su relacin de fidelidad a Dios y a los hombres y, en ltimo extremo, es la manifestacin plena de su ser hijo, algo que ya es desde la eternidad y que tiene que llegar a ser en cuanto Hijo encarnado c) La libertad del padre: la cruz y la manifestacin de la plenitud del amor. finalmente, la entrega por parte del Padre muestra la cruz como el lugar donde se manifiesta la plenitud del amor. el padre esta literalmente com-pro-metido en la muerte de su Hijo por nosotros, es decir, metido junto con el Hijo en medio de la muerte para rescatarnos de ella. La muerte es la expresin de la Alianza de Dios con el hombre llevada hasta el lmite: Dios yendo con el hombre mortal hasta el extremo de su muerte; Dios asumiendo el destino de sus hijos pecadores; Dios compartiendo la experiencia agnica del morir que los pecadores sentimos ante la muerte y el juicio que nuestro pecado reclama. Solo as puede ser de verdad el Dios Emmanuel, el Dios con nosotros, y solo as se acredita como amigo fiel del hombre. Dios cuando entrega a su Hijo es l mismo el que se est entregando juntamente con l. se trata de una oferta que el Padre hace de s mismo a travs de la entrega del Hijo. l est implicado en la muerte de Jess y le afecta en la medida en que todo lo del Hijo es suyo.

III. CRUZ Y TRINIDAD

1. La cruz del Hijo y la inmutabilidad de Dios.a) La verdad de fondo. Los atributos clsicos de Dios como la inmutabilidad e impasibilidad tiene una verdad profunda y una razn de ser que hay que mantener. La impasibilidad e inmutabilidad de Dios son atributos que expresan, por un lado, la integridad ontolgica de Dios y su inmunidad ante las alteraciones en su ser. Por otro, la constancia, fidelidad y seguridad de que l no renuncia a la realizacin del propsito de su voluntad, le llevar a perfeccin y a la comunin con l a la creacin. b) Interpretacin problemtica. Podramos decir que se ha dado una interpretacin rigurosa de esto concepto de Dios interpretado como ser opaco, mudo y ciego; no de Dios como espritu y amor, ser personal libre y dinmico en liberta siempre nueva, inserto en la historia. c) Replanteamiento bblico y trinitario. Hay don textos en la biblia que nos ayudan a entender la trinidad: el primero est en Malaquas: Yo, Yahv, no cambio, pero vosotros, hijos de Jacob, no terminis nunca (Mal 3,6). El texto se refiere a la accin de Dios por Israel y a la forma como l lo ha amada. El segundo es de la carta de Santiago 1,17. Desde el contexto de la cosmologa clsica y la percepcin visual normal del movimiento de los astros, se afirma que Dios, a diferencia de ellos, no tienen variacin ni cambio. El es el creador y no la criatura. Ese Dios que llamamos inmutable e impasible es el mismo Dios del camino que hace historia comn con el hombre; que hace alianza con l, comprometindose con l, sin dejar de ser el Dios nico. Toda esta historia de compromiso e implicacin de Dios con su pueblo llega a su plenitud en la persona de Jesucristo. 2. La cruz del Hijo y el sufrimiento de Dios. a) El testimonio bblico y patrstico. El testimonio bblico, tanto en el AT con en el NT, nos muestra a un Dios comprometido con el hambre, solidario con su suerte y su destino (Flp 2,6-8). El Padre est presente e implicado en la vida, pasin y muerte de su Hijo. En la tradicin patrstica se afirma que el Hijo, sufriendo realmente, es de la misma naturaleza del Padre. b) El problema moderno de la teodicea. El problema es ms existencial y antropolgico y encuentra su asiento en la pregunta por la existencia de la justicia en la historia y por el sentido de la vida humana. c) Replanteamientos actuales. Se ha realizado desde tres puntos de vista. El primero es el testimonio bblico, donde se nos revela un Dios comprometido y sufriente. En segundo lugar, se asume la verdad de la afirmacin de la impasibilidad, pues aun asumiendo nuestro destino no puede dejar de ser Dios, quedando absorbido por el ritmo de la historia y siendo sujeto de las pasiones humanas. Y, finalmente, esta aparente paradoja se afronta desde una perspectiva trinitario, pues en la nica forma convincente desde la que podemos hablar de un sufrimiento real de Dios en la persona del Hijo. 3. La cruz del Hijo y la muerte de Dios. a) El origen de la expresin. Esta en Tertuliano. En Cristo encontramos lo asombroso de Dios, lo impensable, lo aparentemente indigno de l, lo que parece negar su realidad y dignidad divinas: un Dios que nace, un Dios crucificado, un Dios en muerte. b) La trasposicin filosfica de Hegel. Esta afirmacin de la muerte de Dios en Hegel no significa la proclamacin de un atesmo, sino la trasposicin de una afirmacin teolgica a otras filosfica. c) La radicalizacin de Nietzsche y la posterior interpretacin de Heidegger. La afirmacin Dios ha muerto en Nietzsche se va a convertir en una afirmacin claramente atesta. El hombre loco anuncia el gran acontecimiento realizado por el hombre: la muerte de Dios y la permanencia de Dios en la muerte. En Heidegger comenta esta frese refirindose al Dios de la onto-teologa o el fin de la metafsica clsica. d) Las teologas de la muerte de Dios. El Dios bblico no es directamente el Dios de la metafsica, ni el Dios de la moral, ni el Dios de la verdad. Ese dios est muerto. Dios es el Dios de la gracia, de la gratuidad, del amor manifestado en la knosis de su Hijo. e) La actualidad interpretacin teolgico-trinitario. Se percibe un dficit trinitario y cristolgico a la hora de afrontar esta cuestin. Las categoras cristolgicas y trinitarias corren el peligro de quedarse en un vaco especulativo-abstracto desde un deseo autntico de querer una historia anterior. Desde el punto de vista teolgico solo podemos decir que Dios ha muerto en referencia a Jess de Nazaret, el Hijo encarnado.

4. La cruz del Hijo y el Espritu: el fuego del sacrificio y el don entregado. a) El Espritu como el fuego del sacrificio. Jess fue ese sacerdote capaz de realizar el sacrificio ofrecindose a s mismo porque le asisti el Espritu eterno como fuerza ascensional para elevarse hacia Dios ya que en eso consista ofrecer el sacrificio. El espritu ocupa simblicamente el lugar que tena el fuego venido del cielo o el fuego de Yahv en los sacrificios de la Antigua Alianza. b) El don del Espritu en la muerte de Jess. Jess en el momento supremo de la muerte dijo en la cruz: todo est cumplido. E inclinando la cabeza entreg el espritu (Jn 19,30). De esta forma podemos afirmar que, segn la teologa jonica, la muerte-elevacin del Hijo es el lugar de la efusin del espritu.c) La pasin y la knosis del Espritu Santo. Para Y. Congar, la knosis del Espritu consiste en la manera en que el Espritu se revela y manifiesta en la economa de la salvacin. No lo hace desde el pronombre personal Yo, como lo han hecho el Padre y el Hijo, sino a travs de los frutos y actos que l inspira secretamente. El Espritu es pura relacin y referencia al Padre y al Hijo, a quienes da a conocer, y a los hombres, a quienes hace entrar en la comunin divina.

IV. RESURRECCION DE CRISTO Y ENVO DEL ESPIRITU1. La resurreccin de Cristo en perspectiva trinitariaLa resurreccin es un acontecimiento en el que est implicada toda la trinidad y en el que se revela de forma especfica cada una de las personas divinas: la accin del padre sobre el Hijo por medio de la fuerza creadora del Espritu. La resurreccin del Hijo muerto se ve como la obra del Padre. Y en estrecha relacin con la resurreccin est la infusin del Espritu Divino. El que Dios envi a nuestro corazn el Espritu de su Hijo (Gal 4,6) es lo que hace que la realidad objetiva se convierta para nosotros en realidad existencia. a) Accin de Dios y revelacin del Padre. Los texto en el AT que hablan de la resurrecion de Jesus tiene a Dios como autor y agente principal de ella. La resurreccin de Cristo remite al Padre como respuesta paterna a la obediencia filial del Hijo. La muerte es accin del Hijo en absoluta comucion al Pasre. La resurrecion es accin del Padre regalndole la comunin de vida plena al Hijo. El Abba que Jesus haba dirigido a Dio, en escandalosa intimidad y en absoluta obediencia, encuentra aqu su revelacin mas precisa. La resurrecion es una accin nueva de Dios que puede ser ilustrada en la continuidad que muestra con la accin creadora, conservadora y providente de Dios en el mundo, pero en realidad va mas alla de todas ellas, siendo la resurrecion la accin de Dios que ilumina y explica en su raz ultima qu significa que Dios sea creador y providente. Dios entra en relacion con el mundo actuando realmente en el. Y la resurrecion es la accin de Dios radicalmente innovadora sin mediacin humana alguna y que va mas alla del horizonte de la esperanza humana universal. Por esta razn, la resurrecion no solo transforma el tiempo en su pasado, iluminndolo y reinterpretndolo, o hace posible que este pasado se haga contemporneo en el presente, sino que ante todo tiene una incidencia al futuro.

b) Accin sobre Jesucristo y revelacin del Hijo. La resurreccin es la respuesta que el Padre otorga a la absoluta fidelidad del hijo, donde el primero acredita y justifica la pretencion mesinica de Jesus revelada implcitamente en sus hechos y en sus palabras. La resurrecion es asi una luz nueva desde la que se reinterpreta toda la vida anterior de Jesus y desde la que se nos revela a nosotros la verdadera naturaleza de la filiacin de Jesus: Tu eres mi Hijo, yo te he engendrado Hoy (Sal 2,7 releido en Hch 13, 3 y Heb 1,5;5,5)

c) Accin del espritu Santo. La filiacin divina de Jess en poder se acta en virtud y en la fuerza del espritu. El padre resucita a Jess en el Espritu. El espritu de Dios, que en el AT se relaciona con la fuerza creadora en el origen del mundo y con la fuerza que robustece al hombre para que de los huesos secos pueda salir nuevamente vida, ahora se refiere a la fuerza y la dynamis desde la que el Padre resucita a su hijo y a quien obrara en nosotros la resurreccin futura. La resurreccin de Cristo se realiza por medio del Espritu y desde la resurreccin de Jesucristo los creyentes recibimos el don del Espiritu. La accin vivificante del Espiritu no se reduce a la resurrecion de Cristo, sino que esta fuerza del Espiritu se proyecta hacia la resurreccin futura de los creyentes. 2. El Espritu de Jess resucitado. La novedad que trajo Cristo a la historia trayndose a si mismo tiene que repercutir tambien en la novedad del don del Espritu. Si Cristo es decisivo en la comprensin de Dios como Dios Padre, el tambien lo es para entender la donacin del espritu que nos hace hijos. El Espritu con que fue ungido Jesus y ha estado presente en su humanidadfortaleciendola y santificndola, se ha ido habituando a habitar en la medida propia del mundo finito, para que cuando sea dado por medio de Cristo a los hombres haya una mayor sintona e inhabitacin entre ambos. Los hombres reciben ahora el Espiritu que los hace hijos y no solo instrumentos de los que este se apodera o abandona para una misin determinada. Cuando este Espiritu estaba presente en la vida de Jess se mostro como el Espiritu de Dios ahora en cuanto donde Jesus resucitado se nos muestra como el Espritu del Hijo. 3. Cristo y el don del Espritua) Glorificacion de Cristo y envio del espritu. Para Juan el espritu puede ser dado cuando acontezca la glorificacin de Cristo. El texto de Jn 7, 37-39 es claro al respecto. El portador del Espritu es Jesus pero para los dems no hay aun espritu. Solo despus de la glorificaicon de Jesus lo recibirn todos los creyentes y as continuamente sacara agua de las fuentes de la salvacin (Is 12,3) de la fuente que es Cristo glorificado. respecto a la persona que lo enva hay diferentes afirmaciones: bien se refiere al Padre en nombre (14, 26) o a peticin de Jesus (14,28) o bien se refiere a Jesus expresando que este Espiritu es el Espritu que procede del Padre (15,26). De lo que no hay duda es que el Padre es el origen ultimo de este don a la vez que tiene una relacion estrecha con el Hijo.

b) El aliento del resucitado.

4. El don del Espritu y la vida de la Iglesia5. El Espritu de la libertad que nos hace hijos

6. El Espritu como Parclito y Espritu de la verdad

V. REFELXIONES CONCLUSIVAS