TU 147 junio

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Edita HOAC - Nº 147 - JUNIO 2013 - III ª Época - 0,60 - Suscripción anual: 6 Los «Yayoflautas» no se retiran nunca «Educación, Cultura y Solidaridad» en San Cristóbal C C on más de seis millones de personas en paro (la mitad de ellos parados de larga duración), dos millones de hogares sin ingresos salariales, más de la mitad de nues- tros jóvenes sin ocupación, el mundo del trabajo vive un verda- dero drama que se traduce en pérdida de derechos, de bienestar y de cohesión social. Ante esta situación, se alzan voces pidiendo un Pacto por el Empleo.Tan deseable, como poco probable. Se echan de menos líderes con sensibilidad social y capaci- dad de renuncia de las ventajas obtenidas, más empresarios con visión a largo plazo y sentido de la responsabilidad social, y organizaciones sociales fuertes y creativas, proclives a ir más allá de los intereses de grupo. En definitiva, hace falta una sociedad que reclame el concurso de todos, sin exclusiones, y que censure los privilegios injustos, contrarias a la fraternidad a la que estamos llamados, hasta promover salidas verdadera- mente humanas. La Iglesia tiene una propuesta de sentido y una larga experiencia de comunión que ofrecer ante los gran- des desafíos del presente. Su voz profética y misericordiosa, acompañada por prácticas compasivas, ha de oírse también con fuerza en estos tiempos. El mundo del trabajo reclama respuestas El mundo del trabajo reclama respuestas a a s s í í l l o o v v e e m m o o s s

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Revista mensual de noticias del mundo obrero

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Edita HOAC - Nº 147 - JUNIO 2013 - III ª Época - 0,60 ! - Suscripción anual: 6 !

Los «Yayoflautas»no se retiran nunca

«Educación, Cultura ySolidaridad» en San Cristóbal

CCCC on más de seis millones de personas en paro (la mitadde ellos parados de larga duración), dos millones dehogares sin ingresos salariales, más de la mitad de nues-

tros jóvenes sin ocupación, el mundo del trabajo vive un verda-dero drama que se traduce en pérdida de derechos, de bienestary de cohesión social. Ante esta situación, se alzan voces pidiendoun Pacto por el Empleo. Tan deseable, como poco probable.

Se echan de menos líderes con sensibilidad social y capaci-dad de renuncia de las ventajas obtenidas, más empresarioscon visión a largo plazo y sentido de la responsabilidad social,

y organizaciones sociales fuertes y creativas, proclives a ir másallá de los intereses de grupo. En definitiva, hace falta unasociedad que reclame el concurso de todos, sin exclusiones, yque censure los privilegios injustos, contrarias a la fraternidada la que estamos llamados, hasta promover salidas verdadera-mente humanas. La Iglesia tiene una propuesta de sentido yuna larga experiencia de comunión que ofrecer ante los gran-des desafíos del presente. Su voz profética y misericordiosa,acompañada por prácticas compasivas, ha de oírse tambiéncon fuerza en estos tiempos.

El mundo del trabajoreclama respuestas

El mundo del trabajoreclama respuestas

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FF ue en Barcelonadonde prendió lallama que recogieron

en Madrid una veintena depersonas, tras oír en la radioel testimonio de sus compa-ñeros catalanes. En la capitaldel Reino, unas decenas depersonas no se pierden unareunión de los «Yayoflau-tas», aunque apuntadas soncerca de 100.

Juan tiene 65 años, está ca-sado, tiene dos hijos que lehan dado tres nietos. Éste úl-timo es un dato muy signifi-cativo en los llamados «yayo-flautas». Este abuelo militóen las organizaciones clan-destinas y al llegar la transi-ción y ver «el mangoneo y eloportunismo de los partidosy sindicatos» dejó de lado suactivismo político. Tambiéninfluyó el paso a la edadadulta –«no tienes tantaenergía como cuando eras jo-ven», admite– y el hecho deque tenía una familia, lo quelógicamente implica que «nose puede sostener el mismoritmo». Ahora, en cambio, ju-bilado aunque siempre dis-puesto a echar una mano asus hijos, dice que es tiempopara «dar la cara».

A los hijos de Pilar no lesha quedado más remedio

que practicar la «movilidadexterior» y buscar trabajoen el extranjero, aunqueuno de ellos ya se ha vuelto.A sus 64 años, se acaba dejubilar después de llevardesde los 14 años traba-jando. Tiene una nieta, perotanto su hijo como su nuerasaben que hay veces que nopuede quedarse con ella,porque, como asegura,«también es importante te-ner una vida propia y sitengo que ir a una reunión,a una manifestación odonde sea, tendrán que apa-ñárselas por otro lado». Re-conoce que ahora le es másfácil implicarse, porque «te-

nemos más tiempo, más ex-periencia…».

La responsable de comuni-cación en Madrid es PilarGoytre, de 66 años. Tiene hi-jos, la mayoría «mileuristas»,y nietos. «Siempre había unfamiliar o un amigo queechaba una mano con los hi-jos y si no había más reme-dio, pues había que llevarlosa las asambleas y las reunio-nes…», aclara. Ahora tam-bién se ocupa de sus nietos,aunque si no puede atender-les como parece que sería lodeseable, «no pasa nada»,dice. Lo que tiene claro enestos tiempos es que «hayque involucrarse, está en

juego el futuro de todos, el demis hijos y mis nietos tam-bién».

Hay más mayores bre-gando por la defensa de losderechos sociales en Sevilla,Valencia, Castellón, Palma,Murcia… Al colectivo deCórdoba, pertenece Anto-nio Sendra, de 64 años, ca-sado, con dos hijos y sin nie-tos por ahora. Su activismosocial, además, tiene unaclara motivación cristiana.No en vano, lleva décadasvinculado a un grupo de lacomunidad parroquial deValdeolleros y en la actuali-dad es formador de cate-quistas. «Trato de llevar acabo con el proyecto de Je-sús, poniendo en prácticamedidas concretas, acti-vando la ética y el compro-miso», explica este maestrojubilado, que se acuerda del«jaleo constante y los mala-barismos», para poder parti-cipar en reuniones y actos.«Nos llevábamos a los niñosa casa de uno o los dejába-mos con una persona que sehacía cargo de los hijos detodos…».

Son algunos ejemplos deesa parte de nuestros mayo-res que hoy en día, de una uotra manera, «desarrollan lapreciosa misión de testigosdel pasado e inspiradores desabiduría para los jóvenes ypara el futuro», como nosdice la Exhortación apostó-lica, de Juan Pablo II «Fami-liaris Consorti».

José Luis Palacios

Más información:

http://yayoflautasmadrid.org

http://cordoba.iaioflautas.org

Se autodenominaron «Yayoflautas», en referencia al «perroflautas» con que se in-tentaba descalificar a los jóvenes que alumbraron el 15-M. Miembros de una ge-neración que hizo la transición y asistió al desencanto de la política, y que sacaronadelante a sus familias. Muchos compatibilizan hoy en día el activismo social conel cuidado de los nietos.

la calle

Los «Yayoflautas» no se retiran nunca

Quiénes hacemos el ¡Tú!Coordina: Mª Dolores Medina

Colaboran: Roge Torres, A. A. Maestre, Francisco Porcar, José Luis Palacios, Cristina López, Gregorio Burgos, Antonio Hernández y Chipola.El ¡Tú! se imprime en papel couché de 100 gr/m2, ecológico, 100% libre de cloro y de otros compuestos sulfurosos.

Nuestra dirección: Periódico ¡Tú!, Alfonso XI, 4 -4º, 28014 Madrid, y nuestros teléfonos son: 91 701 40 80, y 91 522 74 03 (fax)Edita: Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Depósito legal: M.40919–1996

La tirada de este número ha sido de 12.000 ejemplares.

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«Cuando un niño de tres años se temuere en los brazos a causa del hambre,comprendes que la solución no dependede las revoluciones sociales, sino de algomás profundo que está dentro de unomismo» (Pedro Sosa, cantautor).

LL a gente muere de hambre, o deimpotencia, o de ansiedad, o de

amargura… Un hombre aparece ahorca-do en su vivienda de Bilbao, cuando ibaa ser desahuciado. ¿De qué ha muertoeste hombre? ¿Cuántos han muerto ya ycuántos morirán? ¿Quién lo ha matado?

Seis millones doscientos mil paradosson seis millones doscientas mil vidasmutiladas. Esta mutilación degrada ylleva a la muerte. Cuando una personamuere de impotencia en la sociedad delos «putos privilegiados» de los veinti-trés mil euros de renta «per capita», uno

comprende que la solución no dependede las revoluciones sociales. Hay algomuy profundo en cada uno de nosotrosque debemos cambiar.

Las muertes por hambre, a que se re-fiere Pedro Sosa, son asesinatos, que na-die reconoce haber cometido, pero nopuede haber crimen sin criminal. Nues-

tros hermanos obreros parados son lasvíctimas de un genocidio del que nadiese siente responsable, pero no puede ha-ber genocidio sin genocidas. ¿Cómo po-demos ser criminales y genocidas sinsentirnos como tales? Este es el proble-ma que las revoluciones no han conse-guido solucionar.

Zapatero prostituyó la Constitución.Rajoy es el peón de pico y pala de losmercados. De ninguno de ellos, ni de loque representan, va a venir la solución.Quedamos las personas, la solución de-pende de nosotros, y se puede iniciarcon facilidad: dialoga del paro con tugrupo más cercano, critica todo lo quequieras, pero antes de terminar dilescuánto ganas, cuánto tienes y cómo uti-lizas tu dinero. Si lo haces, la revoluciónha comenzado.

A.A. Maestre

Seis millones doscientas mil vidas mutiladas

NN ecesitamos una cultura empresarial que conciba laempresa como una comunidad de personas queproduce bienes y servicios socialmente útiles, más

que como un simple instrumento para buscar el máximo be-neficio. Las empresas han de tener un nivel razonable de be-neficios, pero si se guían solo por la búsqueda del máximobeneficio no serán un bien ni para las personas ni para la so-ciedad. Lo mismo ocurre con el crédito, imprescindible parael funcionamiento de las empresas. Ne-cesitamos una cultura del crédito basadaen el bien común y en obtener benefi-cios razonables sirviendo a empresas yfamilias para actividades socialmenteútiles. Necesitamos instituciones finan-cieras que ofrezcan ese tipo de crédito.

Una de las razones importantes porla que muchas pequeñas y medianasempresas han tenido que cerrar o nohan podido crear empleo es la falta decrédito asequible. Es dramático oír a pequeños y medianosempresarios explicar que tienen proyectos viables e inclu-so contratos para producir lo que su empresa podría, perono pueden por falta de crédito. La razón está en la perver-sión de un sistema financiero que hace tiempo ha dejadode ofrecer crédito asequible para actividades de utilidadsocial, porque ha desviado el dinero a otras actividades

más rentables que nada tienen que ver con las necesidadessociales, o que solo ofrece crédito en condiciones de usu-ra.

Las entidades financieras obtienen legítimos beneficioscuando sirven a la sociedad ofreciendo crédito asequiblepara actividades socialmente útiles. Lo demás son benefi-cios dudosamente legítimos o simplemente ilegítimos. Elafán de ganar siempre más debería ser estrictamente con-

trolado por las autoridades públicas paraque no dañe el bien común. Pero no se hahecho y sigue sin hacerse.

Necesitamos acciones efectivas paraque las pequeñas y medianas empresastengan el crédito asequible que les hacefalta. Necesitamos entidades financierasprivadas responsables. Necesitamos quese prime a las entidades financieras quese orientan a ofrecer ese crédito y que sepenalice a las que no lo hacen. Necesita-

mos una banca pública que garantice el crédito socialmen-te necesario. Necesitamos ser responsables con nuestrosahorros y orientarlos hacia donde mejor puedan servir a lasociedad. Necesitamos, sobre todo, liberarnos del ídolo delDinero y controlar el egoísmo individualista que llenan lasociedad de víctimas.

Francisco Porcar

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política en zapatillas

cultura

EEEEllll ccccrrrréééédddd iiii ttttoooo

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EE l paro ronda el 30%,por encima de la me-dia del resto del Esta-

do, el 20% de los hogares vivela amenaza del desahuciocuando hay signos evidentesde hacinamiento (casi cuatropersonas en pisos de 60 metroscuadrados) y la población in-migrante roza el 40%, lo quepuede llegar a complicar laconvivencia.

«Educación, Cultura y Soli-daridad» nació hace 22 años,ante las graves carencias edu-cativas de buena parte los me-nores, como una apuesta por eldesarrollo integral que permi-tiera buscar salidas socioedu-cativas para todos. Algunos desus impulsores estaban vincu-lados al ámbito educativo,otros a congregaciones religio-sas, parroquias, pero también aasociaciones vecinales o senci-llamente eran vecinos del ba-rrio con ganas de aportar. Hoyocupa un local de Renfe alqui-

lado a precio social y cuentacon tres áreas de intervención(adultos, juventud e infancia),tocadas por asuntos transver-sales como, por ejemplo, elpropio voluntariado o la aten-ción a la violencia de género.

Ángela Palomera, una de lasintegrantes de la asociación,quiere destacar que «a pesarde las muchas dificultades ymuchos problemas –y quemuchos vecinos y vecinas detoda la vida sufren las moles-tias de incorporar nuevos ha-bitantes de diferentes nacio-nalidades constantemente, yno lo llevan muy bien, y seagobian con sus propios pro-blemas y los añadidos–, no esposible dejar de reconocerque la población y los agentessociales estamos dando lo me-jor de nosotros mismos. Y noson pocas las instituciones,asociaciones, grupos…, quebuscan soluciones a los nue-vos problemas que surgen

cada día, con ilusión y muchadosis de esperanza».

La entidad cuenta, desde elaño pasado, con un convenioque permite la obtención delcertificado de la ESO a jóve-nes de entre 18 y 30 años. De laprimera promoción, 13 chicosy chicas lo obtuvieron. Estecurso se matricularon 75. Tam-bién hay en marcha tallerespre-laborales relacionados conla informática y el cuidado demayores y discapacitados que,en algunos casos, incluye prác-ticas en empresas. Con un pre-supuesto de 24.000 euros queen épocas de bonanza, ya sequedaba corto, el aumento delas necesidades aumenta losquebraderos de cabeza. Por

ahora son soportables, pero losrecortes del gasto público obli-gan a mayores esfuerzos y máscreatividad, y un constante re-clamo de voluntarios.

El local es un hervidero cons-tante por el que pasan a la se-mana 300 usuarios, atendidospor un equipo de ocho profe-sionales contratados –la mayo-ría a tiempo parcial– y casi 80voluntarios que proceden delpropio barrio –algunos inclusose han convertido en pre-moni-tores, tras pasar por alguno desus programas–, de colegios ca-tólicos, de congregaciones, deotras ONG, de empresas conprogramas de participación so-cial. Otros, sencillamente, bus-cando cómo poner a disposi-

San Cristóbal de los Ángeles es un barrio del distrito de Villaverde (Ma-drid), con más de 14.000 almas que siempre ha estado en crisis. Ahorala huella del parón económico, el recorte del gasto social y la falta de ho-rizontes claros está dejando secuelas aún más profundas.

la ventana del mes

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«Educación, Cultura y Solidaridad» nació,ante las graves carencias educativas debuena parte los menores, como unaapuesta por el desarrollo integral quepermitiera buscar salidas socioeducativaspara todos.

La asociación «Educación, Cultura y Solidari

Buscando salidas a la crisis

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ción de otros sus conocimientosy experiencia o, mientras llegaun empleo remunerado, poneren práctica lo aprendido en susestudios. La omnipresente cri-sis demanda reforzar, al menos,dos aspectos, según su presi-denta: «el fomento del empleo,ya sea mediante programas deacompañamiento a jóvenes quequieran hacerse autónomos ynecesiten un tiempo hasta lle-gar a ser autosuficientes o cur-sos prácticos enfocados a secto-res con demanda», perotambién «el reforzamiento delaspecto comunitario para apo-yar la convivencia de las distin-tas culturas y fomentar la parti-cipación social». De las paredesdel local, entre fotos de los gru-pos, cuadrantes con los horariosy aulas de cada actividad, cuel-gan carteles con convocatoriasdel 15-M, la plataforma anti-desahucios o la marcha de losbarrios.

Especial ilusión le hace aÁngela Palomera detenerse ahablar de una iniciativa quetiene que ver con mujeres dediferentes culturas. Es «otrade las tareas muy necesarias yque nos ha llenado de espe-ranza», apunta. «Hemos des-cubierto al hilo de los avancessociales, y junto con otros(Plantaforma en género, Cen-tro de salud, dinamización ve-cinal, centro municipal de sa-lud…, que en "Sancris"también hay violencia de gé-nero, y mucha, hemos comen-zado por sensibilizarnos conlos estereotipos de genero quedescubrimos en nosotros mis-mos, en los vecinos, en el Cen-tro, en la asociación entre losniños y niñas y entre los adul-tos y ancianos, y hemos em-prendido la lenta y eficaz ta-rea de desenmascararlos, deponerlos de relieve, de con-cienciar a las mujeres que los

sufren de su dignidad de sereshumanos igual a la de loshombres, de concienciar a loshombres que los infringen delo injusto de ese proceder, yactualmente de lo delictivoque es, con un procedimientotan antiguo como nuevo basa-do en el amor». Lo cuenta, através del correo electrónico,después de haber visto las cla-ses de español que reúnen amujeres musulmanas, muchasde ellas recién roto su aisla-miento para salir a buscar ayu-da para sus hijos. Las mujeresmarroquíes o paquistaníes, engeneral musulmanas, se sien-ten como en su propia casa,perciben el respeto y la empa-tía con que se valora el Islamen el Centro…

Los vecinos de San Cristobalno están solos ante la adversi-

dad. «Educación, Cultura y So-lidaridad», entre otras asocia-ciones del barrio, está dispues-ta a dar la batalla contra lospeores efectos de esta crisis.No les falta experiencia, ni fle-xibilidad para adaptarse a lasnuevas necesidades de la ciu-dadanía con la que conviven.El dinero escasea, incompren-siblemente allí y cuándo másfalta hace, pero hay un gran ca-pital asociativo invertido en latransformación social. Así loconjuga Palomera: «entende-mos, con Max Neef, que agrandes problemas, muchas so-luciones, pequeñas, coordina-das y coherentes».

José Luis Palacios

Más información:

www.eculturas.org

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ridad» de San Cristóbal

«A pesar de las muchas dificultades ymuchos problemas, no es posible dejar de

reconocer que la población y los agentessociales estamos dando lo mejor de

nosotros mismos.

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–¿Cuál ha sido tu reco-rrido laboral en nuestropaís?

–Comencé a trabajar enbarcos de pesca en A Co-ruña, era duro pero lo fuisolventando como pude. Pa-saba 60 día en la mar y ochoen tierra, así que cuando mihija recién nacida no me re-conoció al bajar de unbarco, pensé en cambiar yencontré empleo en la cons-trucción en Madrid. Lleguéa ser encargado, me iba muybien. Tuve un accidente ycuando quise volver ya noquedaban apenas obras,tampoco salían chapuzas.

–¿Qué paso para verte en-vuelto en un proceso de desahu-cio?

–En mi país tuve un nego-cio y propiedades y debí ha-ber sabido que era unatrampa, pero al ver que estoera normal aquí, y por que-rer dejarle algo a mis dos hi-jas, que han nacido aquí, medejé liar. El del banco insis-tía y al final acepté paraconseguir un piso en Valle-cas y hasta un coche. Se meolvidó que «tan bueno, nodan tanto», como dicen enmi país.

Yo quería seguir pagandopero no podía, teníamos que

comer…, y fui al banco paraver qué podíamos hacer. Undía me comunicaron el alza-miento de bienes y fui a vera un abogado. Por ahora, he-mos podido pararlo hasta el2014. Puedo entender que sicometí un error, pierda lacasa. Pero endeudarte depor vida es demasiado. Voya pelear por la dación elpago.

–Participas en la Plata-forma antidesahucios de Va-llecas…

–Al principio, la mayoríaéramos inmigrantes, perohoy somos mitad españolesy mitad de fuera. Ahora vesa parejas jóvenes con hijosque compraron pisos nue-vos con hipotecas muy lar-gas que están hundidas.Pero hay que abrirse y co-municar los problemas por-que psicológicamente esmuy fuerte. Debemos mo-vernos para encontrar solu-ción.

–Sin trabajo, debe ser duromantener la esperanza…

–El trabajo te permite mu-chas cosas, pero cuandofalta, todo es más difícil.Hay que tener un poco deambición y esforzarse. Yo

no aspiro a ser CristianoRonaldo, pero sí a vivir condignidad y superarme día adía. Soy optimista y creoque de la mano de Dios sal-

dremos como se pueda. Es-toy acostumbrado a luchar ytengo una familia que me dafuerzas…

José Luis Palacios

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¿quién es?

William Arias, inmigrante y amenazado de desahucio:

Dejó su Colombia natal, junto con su mujer, harto de una violencia soterrada pero asfixiante.Llevaba 15 años abriéndose paso en España, hasta que un accidente laboral que coincidiócon el fin del boom del ladrillo, le convirtió en víctima de la legislación hipotecaria.

«Perder la casa es suficiente castigocomo para además

endeudarte de por vida»

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NN os va a los seres humanos la cele-bración de los aniversarios de todo,quizás porque queremos y necesita-

mos celebrar la vida.Ahí están los cumpleaños,las bodas de plata o de oro, las celebracionesde acontecimientos como el 1º de mayo yotros, etc. Celebramos la vida para seguir vi-viendo con más intensidad y calidad.

Quisiera resaltar que en este año 2013 ce-lebramos el 50 aniversario de la encíclica«Pacem in terris» (la paz en la tierra) delPapa Juan XXIII. Y surgen muchas pregun-tas: si ya hace 50 años se planteaban buenassalidas a los problemas, ¿por qué no hemoshecho caso? ¿Cómo sería nuestro hoy si hu-biéramos llevado a la práctica sus plantea-mientos? ¿Por qué no retomarlos hoy?

Me voy a fijar en dos aspectos que puedenser interesantes. El primero, hay que respetary promover los derechos humanos de las per-sonas. Sin derechos y sin sus correspondientesdeberes la persona no tiene dignidad. Señala-mos uno: la personas tiene derecho a que se lefacilite la posibilidad de trabajar. Hoy no serealiza este derecho en medio del masivo e

injusto paro que hay. Toda la sociedad debepromover este derecho y, especialmente, losgobernantes deben defender y favorecer estederecho y todos los demás; es su razón de ser.

El segundo, es la valoración de la políticapara construir una sana convivencia de laspersonas. La política, los políticos, deben bus-car solo el bien común para que todas laspersonas puedan desarrollar una vida digna.

La buena manera de hacer política en lo na-cional y en lo internacional debe guiarse porestas exigencias: hay que obrar desde la ver-dad, mirando por la igualdad de las personas yde los pueblos, sin mentiras, con honestidad,con veraz información. Hay que obrar desdela justicia, no actuando contra los derechoshumanos, eliminando las condiciones injustasen todos los ámbitos de la vida. Hay que obrardesde la solidaridad activa de todos con todos,mirando por los más empobrecidos. Y desdela libertad, favoreciendo la participación yprotagonismo de las personas y de los grupos.

Nunca es tarde si retomamos estos plante-amientos. Ganaríamos todos.

Gregorio Burgos

La mirada justa

¿Sirven para algo los aniversarios?

LL os noticieros de TVE han sido tradi-cionalmente los más vistos por la au-diencia en nuestro país, aunque hay

meses donde en cierta franja horaria alguna ca-dena privada le arrebata el liderazgo. Ha sidoasí por costumbre, por tener la mejor infraes-tructura y por la presunción de que la públicaes de todos, pero nadie puede garantizar quevaya a seguir siendo así. Más que nada, porquecon cada cambio de gobierno, cambian los pro-fesionales y las estrategias. Parecía que los go-biernos de Zapatero, al menos, nos dejaríanuna cadena estatal más independiente e impar-cial, pero rápidamente nos dimos cuenta de loefímero de aquel pensamiento.

Últimamente se notan demasiado las inten-ciones a los gestores de TVE. No solo es queacaben de estrenar el programa «El alma de laempresa», donde se repasa el día a día de algu-nos empleados de grandes empresas, o «Fabri-cando: made in Spain», para dar a conocer laproducción patria, sino que hay tantas ganas deagradar al partido del gobierno y ayudarle a ta-

par las grietas que sus medidas provocan en lacohesión social que llegan a rozar el límite deldecoro. En un informativo de las 21 horas, se ve-nía a invitar a los desempleados a rezar para ali-viar su situación. Textualmente, «acercarse a unaltar puede calmar la ansiedad por la falta detrabajo o el temor a perderlo». La cadena in-tentó defenderse del revuelo que se montó ar-gumentado que se trataba de una «noticia demenor trascendencia» que «ilustra la crisis des-de el punto de vista social». No es que sea ver-dad o mentira –de hecho sosegarse cuando elsuelo parece hundirse a nuestros país es siem-pre bueno– es que suena a frivolidad inoportu-na para los millones de personas en paro y a tra-picheo de mal gusto con lo trascendente.

Cristina López

Según la oficina de esta-dísticas alemana, hay

29.910 nuevos inmigrantesespañoles al país germano,la cifra más abultada desde1973.

El número de paradosque no percibe ningu-

na prestación por desem-pleo: supera los 4 millonesde personas entre 16 y 64años. Solamente el 35% delos parados cobra algún tipode prestación.

El gasto destinado aprestaciones y subsi-

dios ronda desde 2009 a los30.000 millones de euros,unos tres puntos del Pro-ducto Interior Bruto. En losúltimos dos meses, debido alos recortes de las prestacio-nes, el gasto en proteccióncontra el desempleo, ha ba-jado algo.

El 55% de los trabajado-res españoles a tiempo

parcial están subempleados–trabajan a tiempo parcialaunque querrían y podríantrabajar más horas, tasa solosuperada por Grecia (66%)y por encima de Letonia(53%) y Chipre (50%), se-gún la oficina estadística co-munitaria. En España, soloel 14,7% de los trabajadoresentre 15 y 74 años tiene con-tratos a tiempo parcial, pordebajo de la media de la UE(19,9%).

¿Sabías que...?Aparato crítico

Trapicheo en el informativo

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evangelioen la calle

En Bangladesh más de 4 millones de trabajadores y traba-jadoras están empleadas en 5.000 fábricas proveedoras degrandes marcas y minoristas de ropa. El pasado 24 de abrilse produjo el, hasta ahora, peor «accidente» en la historiade la industria textil del país: se derrumbó por completo elenorme edificio Rana Plaza, en Savar, sepultando a milesde personas. En el momento de escribir estas líneas se hanrecuperado 1.038 cadáveres y se han rescatado más de 2.000heridos. Buena parte de la ropa que se fabrica en el mundose mueve en un entramado de contratas y subcontratas, conpermanentes deslocalizaciones que buscan lugares dondeproducir siempre más barato, que presionan a la baja losprecios de fabricación, los salarios, las condiciones de tra-bajo y seguridad…, para obtener siempre más beneficios.

Así va el mundo

Dirección, redacción y administración: Alfonso XI, 4 - 4º. 28014 Madrid. Telf.: 917 014 080. Fax: 915 227 403

HH ace pocos días estuve hablando largamente conuna familia trabajadora cuyos miembros sonbuenos amigos míos. Seguro que esta familia

nos lleva a tantas y tantas que viven en circunstanciasparecidas. Lo hago con un gran cariño.

Ella, la madre de familia y esposa, trabaja limpiandoescaleras en dieciséis bloques de viviendas desde queera una niña. De las siete horas diarias de trabajo estáasegurada solamente cuatro. Su esposo, sin trabajo des-de hace muchísimo tiempo, ayuda en la limpieza y arre-glo de su piso y también en esas tres horas sin coberturalegal. Antes trabajaba de pintor. Los dos llevan traba-jando cuarenta años. Ella tiene cotizados siete y él, quin-ce. A ella, el contrato de las cuatro horas de vez en cuan-do se lo cambian a otra empresa del mismo dueño.Pagan quinientos euros de hipoteca mensual por su pisoy les quedan dieciocho años para concluirla. Cobranalrededor de mil quinientos euros mensuales. A todoesto hay que unir nietos, padres mayores e hijos, uno deellos sin trabajo.

¿Qué hay en el fondo de esta historia tan corriente? En primer lugar, una gran incertidumbre sobre su futu-

ro: pensión, enfermedad, despido sin derechos ningu-nos… En segundo lugar, vivencia aceptable del presen-te: reparto del trabajo en la casa y fuera, vivir bien «paracomo están las cosas»… Y en tercer lugar: estabilidadfamiliar, colaboración activa en una asociación y partici-pación en una reunión de amigos de la HOAC.Todo elloarropado por su fe cristiana.

El sin vivir de esta familia pasa por cientos de incerti-dumbres, pero hay algo que lo fortalece todo: sus ganasde vivir, bondad, sencillez y alegría natural, ansias deque todo pueda ser mejor para los obreros…

No creo que saque las cosas de su sitio si digo que estafamilia nos lleva de la mano a la familia de Nazaret (Mar-cos 6, 1-6): ¿no es éste el hijo del carpintero?, y al encuen-tro con Jesucristo en el ajetreo de la vida (Mateo 11, 28-30): «Venid a mí los que estáis cansados y agobiados…».

¿El sin vivir de esta familia se parece al sin vivir de latuya?

Antonio Hernández-Carrillo

El sin vivir de unafamilia obrera

Conocer la realidad es el primer paso para disponerse a cambiarla

Pedidos: Ediciones HOAC. Calle Alfonso XI, 4, 4º28014 Madrid

! 91 701 40 83www.hoac.es - www.edicioneshoac.org

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2ª Edición

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